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INFORME FINAL
PRESENTA:
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INTRODUCCIÓN
3
METODOLOGÍA
4
Se seleccionaron los subtemas a desarrollar en cada apartado, con la
flexibilidad de incluir algún tópico durante el proceso de búsqueda.
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OBJETIVO GENERAL:
Fomentar la educación para la salud y medidas preventivas a fin de disminuir
enfermedades crónicas renales mediante el conocimiento de sus causas y su
relación con el sobrepeso y la obesidad.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
ESTRATEGIAS:
Identificar la relación entre hábitos alimentarios y enfermedades crónicas
renales.
Analizar las enfermedades asociadas a la insuficiencia renal y su relación
con la dieta estándar que siguen actualmente los mexicanos.
Investigar sobre la alimentación adecuada en el tratamiento de pacientes
con insuficiencia renal.
Comunicar y divulgar los riesgos que representa la obesidad en el desarrollo
de enfermedades renales.
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PLAN DE TRABAJO
DÍA 2 5 7 9 12 14 17 18 20 23 25 27 29 31
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ETAPA DEL PROYECTO RECURSOS
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MARCO TEORICO
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“Una dieta baja en proteínas y carbohidratos refinados, está indicada
en los pacientes con enfermedad renal crónica que ya tienen disminución de
50% de la función renal y en quienes con medicamentos, regulación de la
alimentación y de los hábitos de vida, se puede frenar la progresión de la
insuficiencia renal o retardar por varios años la llegada a fase de diálisis o
trasplante. Es un tratamiento preventivo y paliativo que debe aplicarse en
cuanto el especialista identifica el padecimiento renal.” (Treviño.Becerra,
2004, p. 3).
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La obesidad es un factor de riesgo conocido para el desarrollo de hipertensión y
diabetes, estimándose que hasta 60% de los casos de diabetes tipo 2 pueden ser
atribuidos a ella.
Los pacientes con ERC, sobre todo en los primeros estadios, están frecuentemente
sin diagnosticar (ERC oculta), porque la ERC suele ser asintomática y muchas
veces se detecta solamente durante la valoración de otra condición comórbida. La
detección precoz de estos pacientes optimizaría no sólo las posibilidades de
tratamiento, sino que permitiría retrasar la progresión y potencialmente disminuir la
morbimortalidad, reduciendo también los costes sanitarios. La mayoría de guías
recomiendan la detección de ERC en pacientes con HTA, DM tipo 2 o enfermedad
cardiovascular establecida, también consideran la posibilidad de ampliar estos
criterios a otros grupos de alto riesgo como por ejemplo: Personas mayores de 60
años, con Índice de Masa Corporal > 30 kg/m 2, DM tipo 1 con más de 5 años de
evolución, familiares de primer grado de pacientes con enfermedad renal o con
enfermedades renales hereditarias (poliquistosis renal, síndrome de Alport, etc.) o
con asociación familiar (glomerulonefritis, nefropatías intersticiales), enfermedades
obstructivas del tracto urinario, pacientes en tratamiento prolongado con fármacos
nefrotóxicos , sujetos con otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular,
antecedentes de insuficiencia renal aguda, pacientes con infecciones crónicas,
enfermedades autoinmunes y neoplasias. (Bencomo, 2015, .p.357)
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El tratamiento integral de pacientes con enfermedad renal crónica en el primer nivel
de atención es un problema complejo debido a que en la mayoría de las ocasiones
se carece de sistematización en la detección y tratamiento del paciente con alto
riesgo de daño renal, independientemente de que debemos tomar en cuenta que la
población de mayor vulnerabilidad son pacientes diabéticos e hipertensos.
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RESULTADOS
La entrevista nos permitió conocer cómo se vive con una enfermedad renal, las
dificultades que presenta además del aspecto físiológico, cómo lleva su
alimentación y evidenciar que los pacientes con insuficiencia renal tienen poco
conocimiento de la importancia de la dieta como factor asociado a la mejora de la
calidad de vida del paciente; por lo que es necesario crear campañas de información
para que la población tome decisiones correctas a favor de su salud.
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A continuación se presentan las gráficas con información cuantitativa, así como el
análisis cualitativo por pregunta, permitiendo la obtención de un diagnóstico
situacional del problema y guiando la búsqueda de soluciones.
HÁBITOS SALUDABLES
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0
Desayuno fruta, avena o pan consumo legumbres tomo agua simple como verduras
integral
Los datos muestran que la mitad de los encuestados consumen poca fruta en el
desayuno o carbohidratos complejos, infiriendo un desayuno con poca fibra y
variaciones anormales en el nivel de azúcar en sangre; provocando antojos y
hambre frecuentemente durante todo el día.
El 50% de la población consume pocas legumbres, evitando así una gran fuente de
hierro, fibra y carbohidratos complejos que los mantendrían llenos por más tiempo;
así que se infiere que comen por antojo varias veces al día.
El 40% consume agua simple y otro 30% lo hace frecuentemente, por lo que
mantienen ese hábito saludable que permite el buen funcionamiento de los riñones.
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El 30% de la muestra consume verduras diariamente y un 40% lo hace
frecuentemente. Por lo que se puede exponer que gustan de las verduras y les
sería más fácil seguir un plan de alimentación que cuidara el buen funcionamiento
de su cuerpo.
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El 70% de los encuestados consume poca comida procesada, evidenciando una
vez más que presentan interés por mantener una alimentación lo más saludables
posible. Es decir, podrían estar abiertos a seguir un plan alimenticio para prevenir
enfermedades renales.
El 50% y 40% indicaron que consumen poco o nada postres y dulces
respectivamente. Por lo que el eliminarlos de la dieta no supondría un obstáculo
para seguir una buena nutrición.
El consumo de bebidas azucaradas se encuentra nivelada en 30%
aproximadamente entre consumo regular, poco y nunca. Así que se infiere que se
consume como parte de un gusto común, pero fácilmente podría ser removido de
la dieta sin causar desapego por el plan nutricional.
El 60% de la población consume lácteos diariamente, lo que supone un riesgo
mayor de enfermedades crónicas debido a su alto nivel de azúcar y grasas.
El 80% de los encuestados menciona que no consume o pocas veces alcohol o
cigarro, lo que muestra conciencia hacia el cuidado de la salud.
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Veo TV por largos periodos.
13% 0%
22% siempre
regularmente
poco
nunca
65%
Juego un deporte
8%
25% siempre
regular
poco
50% 17% nunca
18
Camino más de media hora al día.
18% siempre
37%
regularmente
poco
27%
nunca
18%
11% 9%
siempre
regularmente
36% poco
44%
nunca
11%
22% siempre
11%
regularmente
poco
nunca
56%
19
Asistiría a un gimnasio
11%
siempre
22% regularmente
56% poco
nunca
11%
Me gusta correr
11%
27%
siempre
regularmente
35% poco
nunca
27%
20
Consideras peligrosa la
enfermedad renal
0%
SI
NO
100%
26%
SI
NO
74%
0%
SI
NO
100%
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Las gráficas demuestran que la mayoría de la población tiene incorporados a su
vida, ciertas pautas alimenticias que son saludables, sin embargo, se infiere que el
consumo de fibra es bajo y aunque coman saludable, se mantienen con hambre
frecuentemente, comen entre comidas y por ende tengan patrones alimenticios
irregulares. Además la falta de actividad física y el poco gusto por los deportes
influyen en un estilo de vida sedentario que a lo largo del tiempo repercute en el mal
funcionamiento del cuerpo.
Considero que necesito más información respecto a ciertas áreas del tema que se
investigó, puesto que al ser un trabajo exploratorio no tengo todos los elementos
para establecer una hipótesis o hacer generalizaciones; en primer lugar porque la
población que se utilizó para las encuestas fue muy reducida, lo que da un margen
muy grande de error a la hora de realizar afirmaciones.
Otro aspecto es que la entrevista del paciente con insuficiencia renal nos explica su
experiencia personal con la enfermedad, lo que nos da pautas para comprender el
fenómeno, sin embargo no es un instrumento suficiente para argumentar que todos
los pacientes con problemas renales pasen por las mismas situaciones.
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Sería necesario hacer un censo y realizar la misma entrevista a diferentes personas
con daño renal, de esta manera contrastar y analizar todas las respuestas para tener
una idea mucho más cercana a la realidad.
Por último, en el tema de la nutrición en pacientes con insuficiencia renal hay una
diversidad infinita de estudios y casos clínicos que explican cómo llevarla a cabo de
manera correcta; sin embargo, no hay una verdad absoluta y la información es
dinámica, por lo que se hace mucho más difícil encontrar la información que cubra
todas las necesidades de la investigación.
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Proteína
Grasa
Carbohidratos
Sin embargo, estos macronutrientes se encontrarán en diferente distribución según
el historial de cada persona. De manera general, se enunciarán recomendaciones
para prevenir el sobrepeso, la obesidad y enfermedades renales.
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Limitar el consumo de aceites vegetales y consumir grasas en su estado
natural: aguacate, semillas, nueces, coco, aceitunas.
Moderar el consumo de proteína de origen animal por su alto contenido de
grasas saturadas, además de presentar residuos que son de difícil manejo
para los riñones. Un exceso de proteína se traduce en mayor trabajo para
éste órgano, y si no es utilizada por el cuerpo, como en el caso de las
personas que realizan ejercicio físico; el sobrante debe ser expulsado por la
orina.
Tomar agua simple potable, de Jamaica (se ha comprobado que tiene efectos
diuréticos), o con limón, sin azúcar y ningún edulcorante artificial, ya que
estos aunque no elevan la cantidad de azúcar en la sangre, sí induce una
respuesta a la insulina, provocando que posteriormente aparezca hambre o
antojos por carbohidratos simples.
Realizar actividad cardiovascular con intensidad moderada- alta mínimo tres
veces por semana.
Limitar el consumo de sal refinada.
Evitar comida procesada, enlatada o con conservadores.
Evitar carnes frías, procesadas o curtidas.
Cocinar con métodos que no incluyan aceite (hervir, al vapor, a la plancha,
hornear)
Limitar el consumo de postres, panes refinados, dulces y bollería industrial.
Realizar análisis clínicos mínimo una vez al año para detectar cualquier
anomalía en el funcionamiento renal.
Para pacientes con enfermedades renales existen ciertas pautas alimenticias que
se deben seguir para compensar el poco funcionamiento del riñón. Estas
recomendaciones son más específicas, pero la manera en que son presentadas a
los pacientes es poco atractiva, lo que provoca falta de adherencia a las dietas por
no darle la importancia que merece el plan nutricional como parte de su tratamiento
médico. ( ANEXO 2)
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Con la información que se recopiló, los datos arrojados por las encuestas, las
interpretaciones cualitativas que se realizaron y las actividades que se llevaron a
cabo durante todo el proceso de investigación, se puede evidenciar que se logró
cumplir con los objetivos planteados al inicio, los cuales señalaban que se buscaba
intervenir en la educación para la salud y fomentar la cultura de la prevención de
enfermedades a través de una alimentación balanceada; lográndolo con la
comunicación de la información a través de un blog personal, en donde se sugieren
pautas de alimentación para disminuir el riesgo de daño renal. Además de Informar
a la población sobre la relación entre el sobrepeso/obesidad y las enfermedades
renales crónicas.
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REFERENCIAS Y FUENTES DE CONSULTA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Bencomo Rodríguez, Osniel. (2015). Chronic Kidney Disease: prevent, rather than
treat. Revista Cubana de Medicina General Integral, 31(3) Recuperado en 12 de
mayo de 2019, de
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-
21252015000300010&lng=es&tlng=en.
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recuperado el 15 de mayo de 2019 de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=457755024015
BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA
Aida Venado Estrada ,José Andrés Moreno López, Marian Rodríguez Alvarado (2009)
UNIDAD DE PROYECTOS ESPECIALES UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE
MÉXICO. Insuficiencia renal crónica. Recuperado de:
http://www.facmed.unam.mx/sms/temas/2009/02_feb_2k9.pdf
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ANEXOS
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ANEXO 1: ENCUESTA Y ENTREVISTA
HABITOS ALIMENTICIOS
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ESTILO DE VIDA
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ANEXO 2 SUGERENCIAS NUTRICIONALES PARA PERSONAS CON
ENFERMEDAD RENAL
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