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Argentina fue una denominación poética de los países ribereños del Plata,33 río llamado así

porque era un acceso a los yacimientos argentíferos del Alto Perú, donde la ciudad de La
Plata (Charcas, actual Sucre) era también llamada Civitas Argentina (Ciudad Argentina).34
El uso como topónimo, aunque con una declinación diferente, aparece por primera vez en
1554 en el mapa de Lopo Homem: donde los territorios de la región litoral son
llamados: Terra Argentea.35 Más tarde,en 1602, Martín del Barco Centenera la elige, a
imitación de La Araucana, como título de un poema épico sobre la conquista: La
Argentina.25 Desde entonces y hasta finales del siglo XVIII, Argentina y argentino fueron
denominaciones literarias del territorio y los pobladores de la región rioplatense.25
Con la creación del Virreinato del Río de la Plata y su
posterior independencia como Provincias Unidas del Río de la Plata, Argentina y argentino
se hicieron más comunes, aunque a veces con una connotación restringida a Buenos Aires
y las provincias cercanas.25
La Constitución de 1826, usó Argentina como nombre oficial del Estado y, desde entonces,
a pesar del rechazo a dicha constitución, fue usado de manera habitual. A partir de la
década de 1830, Rosas, formalmente gobernador de Buenos Aires, era el "encargado de
dirigir las relaciones exteriores de la República Argentina".34
La reforma constitucional argentina de 1860 sancionó como artículo 35 la norma que
estableció los nombres oficiales del país, vigente desde entonces:
Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias
Unidas del Río de la Plata; República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante
nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de las provincias,
empleándose las palabras «Nación Argentina» en la formación y sanción de las leyes.

En 1860, en la ciudad de Paraná, entonces capital de la Confederación Argentina, el


presidente Derqui decretó que para "uniformar los actos administrativos" se usaría siempre
República Argentina.36 Dos años más tarde, en 1862, Bartolomé Mitre, primer presidente
del país reunificado, se refirió a su cargo como: presidente de la Nación Argentina.37

Historia
Artículo principal: Historia de la Argentina

Período prehispánico
Esta sección es un extracto de Historia prehispánica de Argentina.[editar]
aportes culturales mesolíticos y neolíticos.40 Hasta la época de la conquista y de
la colonización europea, el territorio argentino ha estado ocupado por diversos pueblos
originarios, con diferentes organizaciones sociales que se pueden dividir en tres grupos
principales:4142

 Cazadores y recolectores de alimentos básicos canoeros oceánicos, como


los yaganes o yámana y los haush en Tierra del Fuego y los canales
fueguinos. Cazadores y recolectores, que habitaban la Patagonia, la Pampa y
el Chaco.
 Cazadores avanzados y recolectores de alimentos como los pámpidos, en el
centro-este: hets en las praderas y estepas de la región
pampeana y norpatagónica; y chonks en la Patagonia —invadidos desde el
s. XVIII por los mapuches alfareros procedentes de la zona cordillerana de la
Patagonia— y los qom y wichi en la región chaqueña.43 También pertenecen a
este grupo los pámpidos charrúas y minuanes, que habían incorporado la
cerámica.
 Los agricultores con cerámica como los guaraníes y las culturas andinas y
derivadas. A partir del segundo milenio, los avá (un
pueblo amazónido conocido desde el siglo XVII por los españoles como
«guaraníes») invadieron el NEA y la Región del Litoral; eran cultivadores de
mandioca y avaty o maíz en forma de roza (tala y quema de florestas) y por
ello semisedentarios.41 Las culturas centradas en la agricultura y ganadería
del norte eran puramente sedentarias, y habían desarrollado redes
comerciales englobadas en el conjunto actualmente llamado «quechua»; tras
establecer un sistema cuasi estatal en torno a señoríos locales, fueron
sometidos por el imperio incaico hacia el año 1480. Influidos por estas culturas
andinas, otros pueblos como
los diaguitas, calchaquies y huarpes desarrollaron una agricultura y ganadería
de menor desarrollo, adaptada a las condiciones de las regiones llanas y
serranas del centro de la actual Argentina y de Cuyo.41
En los siglos XIV y XV, el Imperio incaico conquistó parte de las actuales provincias
de Jujuy, Salta, Catamarca, el extremo oeste de la provincia de Tucumán, la parte oeste
de las provincias de La Rioja y San Juan, el noroeste de la provincia de Mendoza y,
probablemente, el norte de la de Santiago del Estero,44 incorporando sus territorios
al Collasuyo, que era la parte sur del Tahuantinsuyo o regiones de tal imperio.
Tradicionalmente, se atribuye la conquista al monarca inca Túpac Yupanqui. Varios
señoríos de la región, como los quechuas, los likanantai (atacamas), los huarpes,
los diaguitas y otros, intentaron resistir, pero los incas lograron dominarlos, trasladando a
sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los chichas, que
habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano. Otros, como
los sanavirones, los lule-tonocoté y los henia-kâmîare (popularmente llamados
«comechingones»), resistieron con éxito la invasión incaica y se mantuvieron como
señoríos independientes.41
Crearon centros agrícolas y textiles, asentamientos (collcas y tambos), caminos (el
"camino del inca"), fortalezas (pucarás) y santuarios de alta montaña. Algunos de los
principales son el pucará de Tilcara, la tambería del Inca, el pucará de Aconquija,
el santuario de Llullaillaco, el shincal de Londres y las ruinas de Quilmes.
Conquista y colonización española
Esta sección es un extracto de Conquista y colonización española de la Argentina.[editar]

La conquista y colonización española de Argentina refiere al período entre el siglo XVI y


principios del siglo XIX en el cual una parte del actual territorio de la Argentina fue
conquistado y colonizado por el Imperio español. En este período aparece por primera vez
la expresión Argentina (país de la plata) para denominar un área sin límites definidos que
se extendía del Río de la Plata hacia el noroeste. El período incluye también la llegada por
primera vez de españoles a varias zonas del actual territorio argentino, momento en el cual
en muchos casos adoptaron el nombre con el que los pueblos indígenas ya denominaban
a esa región y en otros las designaron con nombres nuevos.
La época colonial en la Argentina se suele dividir en tres períodos: el descubrimiento y
conquista, durante el cual se llevaron a cabo las exploraciones del territorio y la fundación
de las ciudades mayores; el período de las gobernaciones, durante el cual los
asentamientos españoles lucharon contra las poblaciones indígenas y trataron de
consolidarse, registrando pocos cambios territoriales y económicos; y el período
virreinal que se extiende hasta la Revolución de Mayo de 1810, en la cual fue expulsado el
virrey español y nombrada una junta de autogobierno. La guerra de Independencia
Argentina ya se cita usualmente como parte de la historia de la Argentina.
Los europeos llegaron por primera vez al actual territorio argentino en 1516, con la
expedición de Juan Díaz de Solís por el Río de la Plata. Posteriormente la expedición
de Fernando de Magallanes en 1520 fondeó sus naves en la Bahía de San Julián,
hoy provincia de Santa Cruz. El fuerte Sancti Spiritus fue el primer asentamiento europeo,
instalado en 1527 a orillas del río Paraná. La primera exploración del noroeste y centro del
país fue la entrada de Diego de Rojas en 1543. Las ciudades
de Asunción (1537),j Santiago del Estero (1553), Córdoba (1573) y Buenos
Aires (1536/1580) fueron las bases del establecimiento colonial que se impuso en la mitad
norte del actual territorio argentino, sujeto a la autoridad de la Corona
Española (la Gobernación del Río de la Plata). El Imperio español fundó varias ciudades e
impuso un dominio colonial sobre la población que habitaba una serie de regiones que se
corresponden aproximadamente con las catorce provincias que se confederaron en 1860
para formar la República Argentina. Sobre el final del período colonial el Imperio español
creó el Virreinato del Río de la Plata, que incluía a las catorce provincias mencionadas y
los territorios de las actuales repúblicas de Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Debido a la bula del Papa Pablo III Sublimis Deus de 1537, se declaró a los indígenas
hombres con todos los efectos y capacidades de cristianos.4546 En el Imperio español la
unidad social se concebía a través de la unidad de la fe de la Iglesia católica. En el primer
siglo de la colonización, el Imperio español conquistó aproximadamente un tercio del
actual territorio argentino, sometiendo a los pueblos originarios que lo habitaban y
produciendo una catástrofe demográfica, razón por la cual los conquistadores europeos
introdujeron esclavos secuestrados en el África negra. En el siglo XVII se establecieron
las misiones jesuíticas guaraníes, comunidades misionales fundados por la Compañía de
Jesús entre los guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin evangelizar y evitar
la esclavización de los indígenas de las actuales provincias de Misiones, Corrientes y parte
del Paraguay y Brasil. Cumplieron con éxito su tarea, hasta que en el año 1768, el rey
español Carlos III ordenó expulsar a los jesuitas.
Una gran parte del territorio actual de la Argentina y de los pueblos indígenas que lo
habitaban no estuvo bajo el dominio colonial de España, principalmente las
regiones chaqueña —incluyendo partes de Santiago Del Estero, y Santa Fe—
permanecieron bajo dominio de indígenas de los grupos wichi, guaycurú y vilelas, mientras
que la mayor parte de la pampeana, a excepción de partes de la Pampa
húmeda, patagónica permaneció bajo dominio tehuelche, puelche y,
posteriormente, mapuche. Entre 1560 y 1667, los señoríos diaguitas mantuvieron una
larga resistencia conocida como las guerras calchaquíes en el actual noroeste argentino,
antes de ser completamente absorbidos por la población criolla.
Durante la mayor parte del período colonial, el territorio argentino fue parte del Virreinato
del Perú, hasta que en 1776 el rey Carlos III de España creó con parte de su territorio
el Virreinato del Río de la Plata. La ciudad de Buenos Aires fue designada como su capital
por su creciente importancia como centro comercial y con la idea de resistir mejor a un
eventual ataque portugués, así como también para tener un acceso más fácil a España a
través de la navegación atlántica.47
En el siglo XVIII la multiplicación natural del ganado vacuno y equino cimarrón en las
llanuras pampeana, de la Banda Oriental del Río de la Plata y del sur de Brasil, provocó la
aparición de un tipo especial de campesino independiente a caballo llamado gaucho —en
el caso de los varones— y china —en el caso de las mujeres. Los gauchos desarrollaron
una cultura de características propias, adhirieron y lucharían en la guerra de la
Independencia y enfrentaron a los estancieros para garantizar su derecho al acceso al
ganado y la tierra, hasta ser vencidos en la segunda mitad del siglo XIX. Esta riqueza en
ganado salvaje también llevó a la aparición de indígenas de tradición ecuestre en
el Chaco, la Pampa y la Patagonia, que entablaron una dinámica de lucha intermitente por
los recursos ganaderos con la población española y criolla.
Hasta mediados del siglo XIX, gran parte de la Patagonia y las Pampas permanecieron bajo
el control de diferentes pueblos indígenas: principalmente, chonks y luego también
los mapuches en la Patagonia y ranqueles en la llanura pampeana hasta el último cuarto
del siglo XIX. Asimismo, los territorios de gran parte de la región chaqueña no fueron
colonizados por los europeos, exceptuando partes de Santiago Del Estero y Santa Fe, sino
que permanecieron habitados por pueblos autóctonos como los qoms, moqoits (mocovís o,
mocovíes), pilagás, vilelas, lules y wichis hasta principios del siglo XX. La población
indígena sedentaria fue sometida a relaciones de dependencia permanente respecto de la
población española. Aunque con el paso de las generaciones fue absorbida dentro una
población étnicamente identificable como «criolla», este proceso de mestización no fue
total, como lo demuestra la participación de poblaciones del Noroeste del actual territorio
argentino en el gran levantamiento indígena de 1780 con epicentro en el Cuzco, dirigido
por el inca Túpac Amaru II.
Independencia
Esta sección es un extracto de Independencia de la Argentina.[editar]
En la Historia de la Argentina se conoce como el Período de la Independencia al
transcurrido entre la Revolución de Mayo de 1810 y la Anarquía que disolvió todas las
autoridades nacionales, en el año 1820.4849
Durante este período, las Provincias Unidas del Río de la Plata –nombre inicial de la
actual República Argentina– iniciaron su existencia como país soberano, la sostuvieron
exitosamente por medio de una prolongada Guerra de Independencia y declararon su
independencia. Pero también durante este período fracasaron en darse un gobierno
central y una constitución que fueran aceptados por todas sus provincias en forma
permanente.50
Fue también durante este período que varios territorios que habían formado parte
del Virreinato del Río de la Plata se separaron definitivamente de la Argentina:
el Paraguay, por haber sostenido su propio proceso independentista;51 el Alto Perú, por
continuar bajo poder español, del que más tarde se independizaría como República de
Bolivia; y la Banda Oriental, por haber caído bajo el poder de Portugal, que lo heredaría
al Brasil, del cual se independizaría como Estado Oriental del Uruguay.52 El legado de la
guerra de independencia argentina es vasto ya que también inspiró la independencia
de Chile53 y Filipinas.54
El inicio del período se establece el 25 de mayo de 1810, fecha de la creación del primer
gobierno de las Provincias Unidas, y el final el 11 de febrero de 1820, día en que renunció
el último Director Supremo, José Rondeau quien fue derrotado en la batalla de Cepeda y
se disolvió el Congreso Nacional.48
Primera Junta de Gobierno
Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta de

las Provincias Unidas del Río de la Plata El militar y


político José de San Martín. Manuel Belgrano,
miembro de la Primera Junta, comandante militar y creador de la bandera argentina.
Artículo principal: Primera Junta

La Primera Junta de Gobierno, oficialmente Junta Provisional Gubernativa de las


Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII fue la Junta de
gobierno surgida el viernes 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, capital del Virreinato del
Río de la Plata, como consecuencia del triunfo de la Revolución de Mayo que destituyó
al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y nombró a Cornelio Saavedra como el presidente
de la Primera Junta de las Provincias Unidas del Río de la Plata. La sede del gobierno fue
fijada en el Fuerte de Buenos Aires, que sirviera desde 1776 como residencia de
los virreyes y donde hoy se encuentra la Casa de Gobierno. La Primera Junta existió como
tal hasta el 18 de diciembre del mismo año, ya que con la incorporación de diputados del
interior se transformó en la Junta Grande, que dio origen a la prolongada Guerra de la
Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra España (1810-1824).
Mientras se desarrollaba la guerra de independencia, también tenía lugar una compleja
disputa por la forma de organización del nuevo Estado, que generó en 1814 el inicio de
una guerra civil que —con intermitencias— duraría más de medio siglo. El líder de la
fracción federal, el oriental José Gervasio Artigas fue proclamado Protector de la Unión de
los Pueblos Libres, una liga de provincias que se negaban a ser administrados por el
gobierno unitario de Buenos Aires. La misma organizó el llamado Congreso de
Oriente en Concepción del Uruguay, del cual aún se discute si alcanzó a proclamar —
como se proponía— la independencia de España.55
El 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, reunido el congreso de
diputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del país y de la de Buenos Aires,
junto con algunos diputados exiliados del Alto Perú,k proclamó la independencia de
las Provincias Unidas en Sud América, utilizando la siguiente fórmula:56
[…] recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación
libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli […]l

En varios puntos de Sudamérica los nuevos gobiernos debieron enfrentar la


resistencia contrarrevolucionaria de los ejércitos realistas, que intentaban restaurar la
autoridad de la monarquía española en la región. Comenzaron las guerras por la
independencia. Algunos de los principales comandantes fueron Manuel Belgrano, al
mando del Ejército del Norte, José de San Martín, creador del Ejército de los Andes, Martín
Miguel de Güemes, organizador de la guerra gaucha y Juana Azurduy, comandante de la
guerra de guerrillas en el Alto Perú. El Estado argentino considera a San Martín como el
mayor héroe militar de su independencia y lo honra con el título de «Padre de la Patria».
Junto a Simón Bolívar, fueron los máximos responsables de las gestas libertadoras que
del gobierno en el ámbito de su territorio.
La guerra de la independencia continuó hasta el año 1825, pero se luchó preferentemente
en la frontera norte y en el Perú. Mientras tanto, la Provincia Oriental fue invadida por
el reino de Portugal, de quien pasó al Imperio del Brasil. La consecuente Guerra del
Brasil culminó con la Convención Preliminar de Paz de 1828, que declaró independiente al
territorio en disputa, con el nombre de Estado Oriental del Uruguay.57 Poco antes, en 1825,
el Alto Perú formó la República de Bolivia y al año siguiente le fue agregada la ciudad
de Tarija y su jurisdicción.
El territorio restante —que había logrado aumentar en algo su control territorial con
algunas exitosas campañas militares contra los indígenas— comenzó a usar el nombre de
«Argentina» de manera oficial a mediados de la década de 1820. La denominación oficial
«Provincias Unidas del Río de la Plata» continúa considerándose, constitucionalmente, un
nombre alternativo para el país, aunque ha caído en práctico desuso. 58
A principios de los años 1830, los federales lograron triunfar en todo el país, que adoptó el
nombre de Confederación Argentina. Durante más de veinte años, el gobernador federal
de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, asumió en los hechos la máxima autoridad
nacional, aunque en teoría solo era el depositario de la representación externa del
conjunto de las provincias.59
Durante la época de su hegemonía combatió y derrotó sucesivos levantamientos de los
unitarios,m un bloqueo del Río de la Plata por parte de Francia y luego otro bloqueo
conjunto por parte de Gran Bretaña y Francia. También mantuvo conflictos bélicos contra
la Confederación Perú-Boliviana y contra el llamado Gobierno de la
Defensa de Montevideo, la capital uruguaya, debido a la injerencia de los dos partidos de
ese país —blancos y colorados— en las guerras civiles argentinas.
Pese a la paz que fue capaz de imponer y el crecimiento económico —al menos de las
provincias del Litoral—, los enemigos de Rosas reclamaban libertades individuales,
políticas y de expresión, que eran férreamente anuladas por el gobernador porteño; el
núcleo de sus reclamos era la sanción de una constitución política que organizara
formalmente el Estado nacional y garantizara los derechos de los ciudadanos.

Organización Nacional

Justo José de Urquiza, caudillo federal de Entre Ríos, primer


presidente de la Argentina después de la sanción de la Constitución.
Artículo principal: Organización Nacional (Argentina)
Domingo Faustino Sarmiento, presidente y destacado por su
dedicación en la educación pública de la Argentina.
En 1852, Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por el Ejército Grande, una alianza
entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, las tropas coloradas de Uruguay y otras
de Brasil. La alianza fue encabezada por el federal antirrosista Justo José de Urquiza,
gobernador de Entre Ríos, quien asumió la presidencia provisional.60
Este período duró hasta la sanción de una Constitución en 1853, que con algunos cambios
ha regido en el país hasta la actualidad. La misma adoptó un régimen federal, pero
la provincia de Buenos Aires se separó de la Confederación Argentina, que debió
establecer su capital en la ciudad de Paraná. En 1859, la Confederación derrotó a Buenos
Aires en la batalla de Cepeda, forzándola a firmar el Pacto de San José de Flores, por el
cual Buenos Aires se reincorporaba a la que desde entonces pasó a llamarse República
Argentina. No obstante, la reunificación definitiva fue lograda bajo la dirección de Buenos
Aires tras la batalla de Pavón (1861), durante la presidencia de Bartolomé Mitre.
En 1865, la Argentina se involucró nuevamente en una guerra civil en Uruguay, a lo cual
el Paraguay respondió ocupando la ciudad de Corrientes. Tras firmar una Triple Alianza
con el Brasil y Uruguay,61 la Argentina tomó parte en la Guerra de la Triple Alianza contra
el Paraguay, que duró cinco años y requirió la participación de diez mil soldados
argentinos.62 El Paraguay resultó finalmente derrotado en 1870, quedando totalmente
devastado y muerta una gran parte de su población masculina.63 Pese a su enorme costo
económico y en vidas humanas y a que fue causa de la continuación de las guerras civiles
en la Argentina, este país logró consolidar sus límites en el noreste, ya que se fijó la
frontera en los ríos Pilcomayo, Paraguay y Paraná.63
Durante las presidencias de Mitre y sobre todo de Sarmiento y Avellaneda, la Argentina se
insertó en la economía mundial como un país agroexportador, sostenido por una
amplia red ferroviaria y el avance del sistema educativo. Tras dos sangrientas revoluciones
en 1874 y 1880, en este último año la ciudad de Buenos Aires fue federalizada y se
estableció un equilibrio durable entre las provincias y la capital.

Gobiernos conservadores y primeros gobiernos radicales


estado y regímenes democráticos

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