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HISTORIA DE ARGENTINA

La historia de la Argentina es la cronología de sucesos desde el comienzo del


primigenio poblamiento humano en el actual territorio de la República Argentina
hasta nuestros días.

Se inicia con los vestigios más antiguos de seres humanos en suelo argentino,
detectados en el extremo sur de la Patagonia, que datan de hace unos 13 000 años.
Las primeras civilizaciones agroalfareras se establecieron en el noroeste andino
desde el siglo xviii a. C..

La historia escrita de lo que es la Argentina, comenzó con los registros del


cronista alemán Ulrico Schmidl en la expedición de Juan Díaz de Solís en 1516 al
Río de la Plata, hecho que anticipa la dominación española que se impondría en
parte de esta región.

En 1776 la corona española creó el Virreinato del Río de la Plata, entidad


aglutinadora de territorios a partir de la cual, con la Revolución de Mayo de 1810,
comenzaría un proceso gradual de formación de varios Estados autónomos —llamados
provincias— o independientes, entre ellos el que llevó el nombre de Provincias
Unidas del Río de la Plata.

Con la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816 y la derrota militar


del Imperio español en 1824 se formalizó la existencia soberana. En 1833 el Imperio
Británico tomó posesión de las Islas Malvinas que entonces era una comandancia
militar de las Provincias Unidas, cuya devolución ha reclamado la Argentina desde
entonces.

Tras un prolongado período de guerras civiles, entre 1853 y 1860 se formó una
república federal con el nombre de República Argentina. Mediante guerras contra los
pueblos mapuche, tehuelche, ranquel, wichi y kom, conocidas como Conquista del
Desierto y Conquista del Chaco, la República Argentina tomó posesión de las
llanuras chaqueña y pampeana y de la Patagonia oriental, conformando su territorio
actual, el octavo más extenso del mundo.

Entre 1862 y 1930 transcurrió un largo período de estabilidad constitucional, en el


que debido a una gran ola migratoria proveniente sobre todo de Italia y España, la
población creció cinco veces más rápido que el mundo.

La implantación del sufragio universal para varones en 1912, completado con el


reconocimiento del derecho al sufragio a las mujeres en 1951, dio origen a una
serie de gobiernos electos por el voto popular, que se alternaron en el poder con
dictaduras militares y gobiernos fraudulentos a partir de 1930.

Luego de la derrota en 1982 en la Guerra de Malvinas contra Inglaterra, la última


dictadura colapsó, siendo sus integrantes enjuiciados por graves crímenes de lesa
humanidad. En 1983 se inició un extenso período de democracia que continúa en la
actualidad, sucediéndose desde entonces nueve presidentes pertenecientes a tres
partidos: Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Adolfo Rodríguez Saá,
Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y
Alberto Fernández.
Poblamiento inicial

Mapa de las migraciones humanas fuera de África, versión de Naruya Saitou y


Masatoshi Nei (2002) del Instituto Nacional de la Genética del Japón1 que coincide
con la versión de Göran Burenhult (2000).2
Los primeros seres humanos que arribaron al actual territorio argentino parecen
haber llegado por el extremo sur de la Patagonia provenientes de lo que hoy es
Chile. Los restos más antiguos de la presencia humana se encuentran en Piedra Museo
(Santa Cruz) y se remontan al 11 000 a. C.. Junto con los yacimientos de Monte
Verde (Chile) y Pedra Furada (Brasil) constituyen, hasta el momento, los sitios de
poblamiento más antiguos hallados en Sudamérica. Estos yacimientos sustentan la
teoría del poblamiento temprano de América (pre-Clovis).

Estos primeros habitantes del territorio argentino se dedicaban a la caza de


milodones,3 (mamífero parecido a un gran oso con cabeza de camello, ya extinguido)
e hippidions 4 (caballos sudamericanos que desaparecieron hace 8000 años), además
de guanacos, y ñandúes.

Cerca de allí, también es posible ver las pinturas de manos y guanacos estampadas
7300 a. C. en la Cueva de las Manos (río Pinturas, provincia de Santa Cruz). Se
trata de una de las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos
sudamericanos y ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
Unesco.

Para el año 9000 a. C. ya había comenzado el poblamiento de la pampa, en tanto que


la zona del Noroeste del país comenzó a ser habitada hacia el 7000 a. C..

Historia precolombina
Esta sección es un extracto de Historia prehispánica de Argentina[editar]

Cueva de las Manos, a orillas del río Pinturas, en la provincia de Santa Cruz, 7300
a. C. El arte más antiguo de Sudamérica.
La historia prehispánica de la Argentina hace referencia a los desarrollos
culturales locales del actual territorio de la República Argentina previos a la
conquista y colonización por parte de España.

El primer registro poblacional del territorio actualmente controlado por la


Argentina se remonta al 12.° o al 13.er milenio AP, de acuerdo a los hallazgos de
Los Toldos y Piedra Museo.5 Entre los pueblos originarios, los cazadores y
recolectores habitaron la Patagonia, la Pampa y el Chaco. Los agricultores se
instalaron en el noroeste, Cuyo, las Sierras de Córdoba y después en la
mesopotamia. Tastil, en el noroeste, fue la ciudad precolombina más grande ubicada
en el actual territorio argentino, con una población de 2000 habitantes.6

Los pueblos indígenas argentinos se dividieron en dos grandes grupos: los cazadores
y recolectores, que habitaban la Patagonia, la Pampa y el Chaco; y los
agricultores, instalados en el norte, Cuyo, las Sierras de Córdoba y, más
tardíamente, en la Mesopotamia.

Los primeros rastros de vida humana en este territorio corresponden a pueblos de un


nivel cultural paleolítico que tres mil años atrás incorporaron los primeros
aportes culturales mesolíticos y neolíticos.7 Hasta la época de la conquista y de
la colonización europea, el territorio argentino ha estado ocupado por diversos
pueblos originarios, con diferentes organizaciones sociales que se pueden dividir
en tres grupos principales:89

Cazadores y recolectores de alimentos básicos canoeros oceánicos, como los yagán o


yámana y los haush en Tierra del Fuego y los canales fueguinos. Cazadores y
recolectores, que habitaban la Patagonia, la Pampa y el Chaco
Cazadores avanzados y recolectores de alimentos como los pámpidos, en el centro-
este: hets en las praderas y estepas de la región pampeana y norpatagónica; y
chonks en la Patagonia —invadidos desde el s. XVIII por los mapuches alfareros
procedentes de la zona cordillerana de la Patagonia — y los qom y wichi en la
región chaqueña.10 También pertenecen a este grupo los pámpidos charrúas y
minuanes, que habían incorporado la cerámica.
Los agricultores con cerámica como los guaraníes y las culturas andinas y
derivadas. A partir del segundo milenio, los avá (un pueblo amazónido conocido
desde el siglo XVII por los españoles como «guaraníes») invadieron el NEA y el
Litoral argentino; eran cultivadores de mandioca y avaty o maíz en forma de roza
(tala y quema de florestas) y por ello semisedentarios.8 Las culturas centradas en
la agricultura y ganadería del norte eran puramente sedentarias, y habían
desarrollado redes comerciales englobadas en el conjunto actualmente llamado
«Quechua»; tras establecer un sistema cuasi-estatal en torno a señoríos locales,
fueron sometidos por el imperio incaico hacia el año 1480. Influidos por estas
culturas andinas, otros pueblos como los Diaguitas, Calchaquies y huarpes
desarrollaron una agricultura y ganadería de menor desarrollo, adaptada a las
condiciones de las regiones llanas y serranas del centro de la actual Argentina y
de Cuyo.8
En los siglos XIV y XV, el Imperio incaico conquistó parte de las actuales
provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, el extremo oeste de la provincia de Tucumán,
parte oeste de las provincias de La Rioja y San Juan, el noroeste de la provincia
de Mendoza y, probablemente, el norte de la de Santiago del Estero,11 incorporando
sus territorios al Collasuyo, que era la parte sur del Tahuantinsuyo o regiones de
tal imperio.

Tradicionalmente, se atribuye la conquista al monarca inca Túpac Yupanqui. Varios


señoríos de la región, como los Quechuas, los likanantai (atacamas), los huarpes,
los diaguitas y otros, intentaron resistir, pero los incas lograron dominarlos,
trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de
los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio
boliviano. Otros, como los sanavirones, los lule-tonocoté y los henia-kâmîare
(popularmente llamados «comechingones»), resistieron con éxito la invasión incaica
y se mantuvieron como señoríos independientes.8

Crearon centros agrícolas y textiles, asentamientos (collcas y tambos), caminos (el


"camino del inca"), fortalezas (pucarás) y santuarios de alta montaña. Algunos de
los principales son el pucará de Tilcara, la tambería del Inca, el pucará de
Aconquija, el santuario de Llullaillaco, el shincal de Londres y las ruinas de
Quilmes.
Argentina parte del Imperio Español (1516-1806)
Artículo principal: Conquista y colonización española de la Argentina

Planisferio de Cantino (1502), muestra la Línea de Tordesillas con la que se


dividió el mundo en 1494. Sería aproximadamente el meridiano 60 en medidas
actuales. En su extremo inferior izquierdo puede verse en blanco la zona (aún
ignota por entonces) en la que se encuentra el actual territorio argentino.

Universidades virreinales del Imperio español en América y Filipinas


La conquista española de parte del actual territorio argentino se realizó mediante
tres esfuerzos independientes: expediciones desde España hacia el Río de la Plata y
el Paraguay, expediciones organizadas en el Perú para ocupar las tierras del
Tucumán, y expediciones de Chile hacia Cuyo. De allí surgen las tres grandes
subdivisiones: Nueva Andalucía (después dividida en Río de la Plata y Guayrá-
Paraguay), Córdoba del Tucumán, y el Corregimiento de Cuyo. Las primeras dos
pertenecieron al Virreinato del Perú, la última a la Capitanía General de Chile. En
1779 las tres pasaron a formar parte del nuevo Virreinato del Río de la Plata.

Teniendo en cuenta que en el Imperio Español la unidad social se concebía a través


de la unidad de la Fe de la Iglesia católica, gracias a la bula del papa Pablo III
Sublimis Deus de 1537 se declaró a los indígenas hombres con todos los efectos y
capacidades de cristianos.1213 Hoy en día, gracias al mestizaje, la población de
los países hispanoamericanos comparte antepasados indígenas y europeos, en diversos
grados.[cita requerida]

En este período se produjo la muerte de la mayor parte de la población indígena en


la catástrofe demográfica en América tras la llegada de los europeos, que llevó a
su vez al Imperio Español a introducir a millones de esclavos secuestrados en el
África negra. Simultáneamente y a pesar de la prohibición impuesta por estatutos de
limpieza de sangre, se produjo un generalizado mestizaje de la población, en el que
los hombres españoles mantuvieron relaciones sexuales —muchas veces forzadas —con
decenas y hasta cientos de mujeres indígenas y negras. Esta situación causó un
proceso de aculturación en los sectores no nacidos en España y de ambigüedad ante
el hecho de la conquista. El artista argentino Víctor Heredia expresa este dilema
en su obra Taki ongoy:

El flamante virreinato comprendió en un inicio y durante casi trescientos años gran


parte de Sudamérica y el istmo de Panamá, bajo diversas formas de control o
supervigilancia de sus autoridades. Abarcaba una inmensa superficie que
correspondía a los actuales territorios que forman parte de las repúblicas de
Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Perú y
toda la región oeste y sur del Brasil. Quedaban exceptuadas Venezuela, bajo
jurisdicción del Virreinato de Nueva España a través de la Real Audiencia de Santo
Domingo, y Brasil, que integraba el Imperio portugués.

Imperio español de Felipe II, Felipe III y Felipe IV (de 1556 a 1665) incluyendo
los territorios cartografiados y reclamados, reclamaciones marítimas (mare clausum)
y otros aspectos.

Audiencias del Virreinato del Perú, hacia 1650: (1) Real audiencia de Panamá, (2)
Real audiencia de Santa Fe de Bogotá, (3) Real audiencia de Quito, (4) Real
audiencia de Lima, (5) Real audiencia de La Plata de los Charcas y (6) Real
audiencia de Chile.
En el período virreinal la mayor parte del actual territorio argentino no pudo ser
conquistado por el Imperio Español, debido a la resistencia opuesta por los pueblos
indígenas que habitaban esos territorios, principalmente en las llanuras chaqueña,
pampeana y la Patagonia.

En la pampa y la Patagonia dominaron los pueblos tehuelches hasta que en el siglo


XVIII ingresó un gran contingente mapuche proveniente de la región de Arauco,
mapuchizando los pueblos que habitaban la Patagonia norte y la pampa, región que
tomó el nombre de Puelmapu.

En la llanura chaqueña dominaron los pueblos wichi y kom. En la región de los ríos
alto Paraná y alto Uruguay los jesuitas instalaron misiones indígenas guaraníes
organizadas como repúblicas teocráticas de tipo comunitario, con el fin de proteger
a sus miembros de las prácticas esclavistas de los encomenderos españoles y los
bandeirantes portugueses, que llevó a la Guerra Guaranítica entre 1754 y 1756.

La zona del Río de la Plata fue disputada en el período entre el Imperio Español y
el Imperio Portugués, dentro de confrontación que ambas potencias mantenían a
escala global, generando una fuerte confrontación entre brasileños y rioplatenses
que llegó al enfrentamiento bélico en la Guerra de los Siete Años y luego durante
la guerra hispano-portuguesa de 1776-1777.

Expediciones iniciales al Río de la Plata


Los primeros europeos que llegaron a lo que actualmente es la Argentina, lo
hicieron buscando un paso hacia el continente asiático. Por entonces América era
solo un obstáculo entre España y las riquezas de Catay y Cipango en Asia. La zona,
además, estaba ubicada aproximadamente sobre la Línea de Tordesillas, la división
del mundo que se estableció por tratado entre España y Portugal y por lo tanto
tenía, para ambos países la condición de frontera aún no ocupada.

Aunque existen muchas discusiones sobre la autenticidad de los viajes de Américo


Vespucio, varios historiadores aceptan como un hecho que participó de la primera
expedición europea (portuguesa) en llegar al actual territorio argentino, más
específicamente al Río de la Plata en 1502.

En 1516 el navegante español Juan Díaz de Solís visitó lo que actualmente se conoce
como Argentina, navegando el actual Río de la Plata, al que denominó Mar Dulce por
su escasa salinidad. Llegó hasta la actual isla Martín García15 y murió tras
navegar un breve trecho del Río Uruguay. Al regresar la expedición a España una de
las carabelas naufragó en Santa Catarina, quedando abandonados allí 18 náufragos.
Uno de ellos Alejo García fue el primero en conocer la leyenda del Rey Blanco,
sobre un país rico en plata, realizando una excursión hasta la región de Potosí en
donde se halla el Cerro Rico, donde se hizo de un enorme tesoro de piezas de plata.
Al volver murió en un combate con los indios payaguás.

En 1519 y 1520 Hernando de Magallanes recorrió toda la costa de la actual Argentina


durante la Expedición de Magallanes-Elcano, hasta el estrecho que lleva su nombre
al que llegó el 21 de octubre de 1520.

En 1525 fray García Jofre de Loaísa dirigió una expedición que recorrió la
Patagonia e incluso se establecieron brevemente en el Puerto Santa Cruz para
reparar dos naves.

En 1526 Sebastián Gaboto (italiano) tomó contacto en Santa Catarina (Brasil) con
los guaraníes que habían pertenecido a la expedición de Alejo García y decidió ir
hacia el Imperio de Plata, navegando aguas arriba el Río de la Plata conocido
entonces como Río de Solís. El 9 de junio de 1527 Gaboto ordenó establecer dos
fuertes: uno en el actual territorio uruguayo (San Salvador) y otro, al que llamó
Sancti Spiritus, primer asentamiento europeo en el actual territorio argentino, en
la actual provincia de Santa Fe. Un expedicionario de Gaboto, Francisco César,
llegó posiblemente a Córdoba. Gaboto remontó también el río Paraná, el río Paraguay
y el río Bermejo.

Diego García de Moguer llegó a Sancti Spiritus poco después de Gaboto e intentó
imponer su autoridad. Sin embargo el hambre y las derrotas con los timbúes y
charrúas los obligaron a volver a España, donde difudieron las noticias sobre el
Rey Blanco y el Río de la Plata.

Portugueses y españoles aceleraron entonces los planes para tomar posesión de esa
región, que ambos consideraban estaba de su lado de la Línea de Tordesillas.

En 1531 Portugal envió una gran expedición al mando de Martín Alfonso de Souza para
tomar posesión del Río de la Plata y expulsar a los españoles. Llegó hasta la Isla
Martín García, que rebautizó Santa Ana. Se internó por el Río Uruguay y se enteró
de que los españoles del fuerte San Salvador habían sido derrotados. Decidió
entonces retirarse al cabo de Santa María (donde actualmente se encuentra La
Paloma, Uruguay). Allí realizó mediciones astronómicas y llegó a la conclusión de
que estaba del lado español de la Línea de Tordesillas, por lo que volvió a
Portugal sin realizar fundación alguna.

Colonización del Río de la Plata (1527-1580)


En la exploración y conquista que Sebastián Caboto hizo del Río de la Plata, el 9
de junio de 1527 construyó un fuerte en la desembocadura del río Carcarañá en el
río Paraná, a unos 50 km al norte de la actual ciudad de Rosario, al que dio el
nombre de Sancti Spiritus. Este fue el primer establecimiento español en lo que hoy
día es la República Argentina. Cerca de su ubicación se levantó después el pueblo
de Gaboto, en la provincia de Santa Fe, para conmemorar el hecho.

En una expedición posterior, en febrero de 1528, Diego García de Moguer al mando de


una expedición de tres naves, se detuvo a explorar la zona del Río de la Plata.
Navegando en abril por el río Paraná, encontró de improviso el fuerte Sancti
Spiritus. Sorprendido e indignado, ordenó al capitán Caro (designado por Sebastián
Gaboto), que abandonase el lugar, ya que esa era conquista que solo a él le
pertenecía por haber sido designado por Castilla para explorar esas tierras. Pero
vencido por los ruegos de Caro y su gente para que fuese en auxilio de Gaboto,
García siguió aguas arriba y entre lo que hoy día son las localidades de Goya y
Bella Vista se encontró con el piloto veneciano, quien le obligó a cooperar en la
búsqueda de la Sierra de la Plata, y juntos exploraron el río Pilcomayo, para
seguir después hacia el estrecho.

A todo esto, en Sancti Spiritus, los españoles descuidaron la defensa del fuerte, y
en septiembre de 1529, antes del amanecer, los indígenas tomaron por asalto la
fortaleza. Sebastián Gaboto y Diego García de Moguer se encontraban en ese tiempo
en el asentamiento de San Salvador, preparando hombres y embarcaciones, y no sabían
nada de lo que se estaba desarrollando en Sancti Spiritus, hasta que vieron llegar
a Gregorio Caro con los supervivientes, y la terrible noticia de la destrucción del
fuerte. Inmediatamente Gaboto y García se dirigieron al fuerte intentando rescatar
a sus hombres. En los alrededores de Sancti Spiritus hallaron algunos cadáveres
completamente mutilados; los bergantines defondados y hundidos, los almacenes
saqueados e incendiados. Solo dos cañones quedaron como testigos de la primera
fortaleza que se levantó en tierra argentina.

El 24 de agosto de 1534, Diego García de Moguer, viaja de nuevo en la carabela


Concepción hacia el río de la Plata, pasa por la isla de Santiago de Cabo Verde,
luego al Brasil, donde desciende el estuario de los ríos Uruguay y Paraná y funda
el primer asentamiento de la ciudad de Santa María del Buen Aire.

En 1536 Pedro de Mendoza fundó el Puerto de Santa María del Buen Ayre. Sin embargo,
el asentamiento fracasó debido a las hambrunas y los enfrentamientos con las tribus
indígenas. Algunos de los habitantes de la población, privados de alimentos y
sitiados por los indígenas locales, se vieron llevados al canibalismo. La ciudad
fue abandonada, y sus pobladores se establecieron en Asunción, que se constituyó en
centro de operaciones español en la región.

Mapa del Paraguay o Provincia del Río de la Plata, alrededor de 1600


Para 1573, no existían poblaciones hechas por europeos a lo largo del río Paraná,
territorio al que cronistas como Martín del Barco Centenera, llamaban el «Argentino
Reyno». Es así que Juan de Garay, partiendo de la ciudad de Asunción, acompañado
por los mancebos de la tierra y los planos de la ciudad, fundan Santa Fe en los
márgenes de este gran río, como nudo de comunicaciones entre la salida del Río de
la Plata y el Paraguay, con el Tucumán y Cuyo, el Alto Perú y Chile. Resulta así
que esta ciudad histórica, se transforma en la primera planificada en el
territorio, sobre la base de los ideales arquitectónicos renacentistas. Mientras
que en Europa, este modelo no se pudo llevar a cabo, América en general y Santa Fe
en particular, son evidencias concretas de este nuevo proceso de urbanización
planificado en cuadrículas, con un orden preestablecido a diferencia de las
anteriores poblaciones. Elementos que hoy pueden verse claramente en el Parque
Arqueológico de Santa Fe la Vieja en Cayastá.16

En este Argentino Reyno, solo Santa Fe existió por varios años y es allí en donde
viven los primeros pobladores a quienes se llamó argentinos. Martín del Barco
Centenera da cuenta de ello en su poema histórico "La Argentina", publicado en
1602.17

En 1580, saliendo desde Santa Fe, Juan de Garay refundó la Ciudad de la Trinidad y
Puerto de Santa María de los Buenos Ayres, que con el tiempo sería conocida
simplemente como Buenos Aires. Esta ciudad formaba parte de la Gobernación de la
Nueva Andalucía, dentro del Virreinato del Perú, con sede en Lima.
En el siglo xvii se establecieron las misiones jesuíticas guaraníes. Fueron pueblos
misionales fundados por la "Compañía de Jesús" entre los guaraníes y pueblos
afines, que tenían como fin evangelizar a los indios de las actuales provincias de
Misiones y Corrientes, en Argentina, y de importantes territorios actualmente en el
Paraguay. Cumplieron exitosamente su tarea hasta que en el año 1768, el rey español
Carlos III ordenó expulsar a los jesuitas.

Colonización del Tucumán (1549-1593)


En 1549, el capitán Juan Núñez de Prado fue premiado por el Virrey del Perú. Pocos
años antes los dominios españoles en los territorios incas habían sufrido una grave
crisis. Tras las denuncias de Fray Bartolomé de las Casas, el Emperador Carlos V
dictó nuevas leyes que daban grandes derechos a los indios: se prohibía el
esclavizarlos, torturarlos, convertirlos forzosamente al cristianismo, y enajenar
sus tierras. También se prohibía la transmisión de encomiendas por herencia. Esto
generó la Gran Rebelión de Encomenderos, en la que a duras penas el gobierno real
pudo imponer los nuevos derechos para los indios. Por su destacada labor, Juan
Núñez de Prado recibió la autorización para ocupar y gobernar las tierras del
Tucumán.

Al año siguiente (1550) Juan Núñez de Prado y sus compañeros fundaron la ciudad de
El Barco. Esto generó una protesta por parte de Francisco de Aguirre, que reclamaba
todo el Tucumán como parte de la Capitanía de Chile: en 1553 De Aguirre logró su
cometido, y trasladó a los pobladores fundando la ciudad de Santiago del Estero del
Nuevo Maestrazgo. Según los estudios de Narciso Binayán Carmona, tres siglos más
tarde la totalidad de los criollos en el Norte de la Argentina sería descendiente
de alguno entre los 103 miembros de la expedición de Núñez de Prado.

Los españoles buscaron consolidar el dominio en la región fundando ciudades en


puntos clave:

Influencia jesuítica hasta su primera expulsión (1585-1767)

Vista de la Manzana Jesuítica en el siglo XVIII. Dichos edificios aún se conservan.


En la esquina se observa la iglesia de la Compañía de Jesús. A continuación se
destacan la antigua sede de la Universidad de Córdoba (actual museo y biblioteca
mayor) y el Colegio Monserrat.

Misiones jesuíticas guaraníes.


Aunque ya en 1512 la Monarquía Hispánica acometió las reformas necesarias para
regular su trato de forma oficial y abolir la esclavitud indígena mediante las
Leyes de Burgos,18 se ha atribuido a la bula del papa Pablo III Sublimis Deus de
1537, que declaró a los indígenas hombres con todos los efectos y capacidades de
cristianos,19 cuyo efecto en la colonización española se dio en el mestizaje, el
cual fue excepcional: la conquista católica habría buscado incorporar a los
indígenas a su civilización y su Iglesia, aun a costa de la anulación de su
identidad cultural.[cita requerida]

En 1585 los jesuitas llegan a Santiago del Estero y en 1587 a Córdoba. En 1588
fundaron las primeras Misiones jesuíticas guaraníes y en el mismo año llegan al Río
Salado para evangelizar a los pampas.

Desde su llegada, los jesuitas erigieron a Córdoba como el centro de la Provincia


Jesuítica del Paraguay, en el Virreinato del Perú. Para ello necesitaban un lugar
donde asentarse y así iniciar la enseñanza superior. Fue así que 1599, y luego de
manifestarle dicha necesidad al cabildo, se les entregaron las tierras que hoy se
conocen como la Manzana Jesuítica.20
Las primeras manifestaciones culturales y científicas en el actual territorio
argentino fueron realizadas por las órdenes religiosas, en especial la de los
jesuitas que han hecho numerosas contribuciones significativas al desarrollo de la
ciencia y han sido descritos como "el principal contribuyente a la física
experimental en el siglo diecisiete."21

En 1613 con apoyo del Obispo Trejo, fue fundada la Universidad jesuítica de
Córdoba, la más antigua del país y una de las primeras de América, que dictaba
enseñanza en arte, teología y, a fines del siglo XVIII, jurisprudencia. Ese año
también se crea la Librería Grande (hoy Biblioteca Mayor), que según registros
llegó a contar con más de cinco mil volúmenes. Ésta, como el resto de las
universidades del imperio español, participó activamente en el esplendor cultural
del Siglo de Oro, gracias al movimiento innovador liderado por la Escuela de
Salamanca.

En 1624 fue fundada la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de
Chuquisaca que aunque no exactamente en el actual territorio argentino desde su
creación tuvo una notable influencia.

La red de universidades 25 universidades virreinales del Imperio español fundadas


por toda América, a lo largo de casi dos siglos,22 difundió los importantes avances
del Siglo de Oro Español. También el Camino Real Intercontinental, que afectó a la
ruta del mercurio y de la plata de la Monarquía Hispánica que supuso una parte
esencial en el comercio entre Europa y América entre los siglos XVI y XVIII, así
como contactos culturales e innovaciones tecnológicas.23

En 1609 se funda la primera de las misiones jesuíticas guaraníes. Las treinta


misiones llegaron a ser, en el siglo XVIII, un verdadero emporio comercial, un
"estado dentro del estado" como lo denominaban sus detractores, que se estableció
como un sistema de organización económica y social distinto al de las colonias que
las rodeaban. Su autonomía y la adaptación de la organización social comunitaria de
los guaraníes a un nuevo contexto permitió al sistema subsistir y progresar. Las
misiones eran pueblos indígenas, administrados por los mismos guaraníes (bajo la
mirada paternalista de los misioneros), donde la tierra se dividía en dos: la tupá
mbaé (propiedad de Dios), comunitaria, y la avá mbaé (propiedad del hombre), para
la explotación familiar. El excedente era comercializado por todas las colonias
circundantes (el Plata, Tucumán, el Brasil y hasta el Alto Perú y España) y les
proporcionaba medios a los jesuitas para expandir las misiones y mantener sus
colegios y universidades (como los que tenían en Córdoba, centro regional de la
Compañía de Jesús).

Los principales productos comercializados por las misiones eran la yerba mate, el
tabaco, el cuero y las fibras textiles. Sin embargo, las misiones debieron soportar
un fuerte asedio de los bandeirantes, partidas de portugueses que se internaban en
la selva para "cazar indios" con el objeto de venderlos como esclavos en su base de
San Pablo, que irónicamente nació como reducción jesuita). Las Misiones jugaron un
papel clave en la defensa del Paraguay y el Río de la Plata de la expansión
portuguesa. Justamente, después de la batalla de Mbororé, en 1641 (que duró 10
días), en la que un ejército de guaraníes al mando de los jesuitas (muchos de los
cuales habían sido antes soldados) derrotó a una bandeira (un ejército
lusobrasileño de bandeirantes) , que se les permitió por primera vez a los
indígenas utilizar armas de fuego (si bien solo las de menor calibre). Estos
ejércitos misioneros fueron de gran utilidad durante los enfrentamientos entre
España y Portugal en el Río de la Plata.

No solo a trabajar, rezar y pelear les enseñaron los jesuitas, sino también música
y otras artes (de las que aún se pueden admirar se destacan las "barrocas"
arquitecturas exornadas con relieves barrocos resaltados en las piedras sillares o
tallados en los rojos ladrillos de tipo romano. Es así que, luego de la expulsión
de los jesuitas, muchos guaraníes se trasladaron a las ciudades coloniales, como
Corrientes, Asunción o Buenos Aires, donde se destacaron como compositores y
maestros de música, plateros y pintores.

Los primeros Jesuitas llegan a Buenos Aires durante el gobierno de Hernandarias en


1608 y fundan el Colegio de San Ignacio y en 1675 fundan el Real Colegio de San
Carlos.24 En 1654 el Cabildo de Buenos Aires encomendó a los jesuitas atender la
educación juvenil de la ciudad.

Los sacerdotes de la Compañía de Jesús, se instalaron al sur del Río Salado entre
1740 y 1753, con el fin de establecer una población permanente en la frontera del
estado colonial. Su intención fue la de hacer sedentarios e instruir a los
indígenas en la doctrina cristiana. La primera reducción, fue la "Reducción de
Nuestra Señora en el Misterio de su Concepción de los Pampas", fundada en 1740 en
la margen sur del Río Salado, por los padres Manuel Quevedo y Matías Strobel. La
segunda fue la "Reducción de Nuestra Señora del Pilar de Puelches", fundada en 1746
cercana a la margen de la actual Laguna de los Padres, por los misioneros Joseph
Cardiel y Tomás Falkner. Finalmente, la "Misión de los Desamparados de Tehuelches o
de Patagones", fue fundada en 1749 a cuatro leguas al sur de la anterior, por el
padre Lorenzo Balda. Allí lograron evangelizar a un gran número de indios pampas.
Strobel medió entre las autoridades de Buenos Aires y los pampas para establecer la
paz entre ellos. Falkner y su colega jesuita Florián Paucke recogieron una gran
información acerca de las costumbres y usos de los indios pampas y guaraníes que
plasmaron en libros y exquisitos dibujos que dieron origen a la etnografía en el
actual territorio argentino.

Arte de la lengua guaraní, impreso en Misión jesuítica de Santa María la Mayor en


1724.
En las Misiones jesuíticas guaraníes publicaron libros en guaraní sobre gramática,
catecismo, manuales de oraciones y hasta un diccionario. Las reducciones contaron
con la primera imprenta fundada por los padres Juan Bautista Neuman y José Serrano,
quienes armaron una prensa, fundieron los tipos necesarios y publicaron los
primeros libros. Las impresiones se hicieron en Nuestra Señora de Loreto, San
Javier y Santa María la Mayor.

El primer libro publicado fue el Martirologio Romano en 1700; más adelante el Flos
Sactorum del padre Pedro de Ribadeneyra en edición guaraní, y De la diferencia
entre lo temporal y lo eterno del padre Juan Eusebio Nieremberg. Fue muy rica y
variada la producción bibliográfica, conservándose todavía la mayoría.

La Expulsión de los jesuitas del Imperio Español de 1767 hizo que 2630 jesuitas
tuvieran que dejar Iberoamérica, lo que significó un terrible golpe a nivel
educativo, ya que la inmensa mayoría de las instituciones educativas del territorio
estaban a cargo de ellos como profesores.25
Consolidación española (1600-1776)

Mapa de las ciudades españolas fundadas en la Argentina y el Paraguay hasta el año


1600.
Al comienzos del siglo xvii las ciudades fundadas por los españoles no eran más que
pequeñas atalayas de civilización europea esparcidas en un territorio muy vasto, y
durante esos cien años fueron aumentando su influencia a través de encomiendas de
la formación de estancias y de la fundación de ciudades, que iban alejándose
progresivamente del Camino Real. Si bien eran comunes las refriegas fronterizas, no
hubo grandes conquistas como en el siglo anterior: más bien se consolidó el dominio
de los territorios ya conquistados.

En 1599 los jesuitas se instalaron en Córdoba, y en 1613 fundaron una universidad


en esa ciudad. Al mismo tiempo fueron fundando asentamientos entre los indios
guaraníes y guaycurúes. Las Misiones Jesuíticas estaban subordinadas a la Corona
Española. Como cualquier otra ciudad española tenían un cabildo, un corregidor,
alcaldes de primero y segundo voto, escribano, y todas las demás instituciones de
la civilización española: la diferencia era que el corregidor y el resto de las
autoridades eran casi siempre caciques.

En 1663, por orden del capitán general de las provincias del Río de La Plata y
presidente de la Real Audiencia de Buenos Aires José Martínez de Salazar27 fue
instituido el El Camino Real de Buenos Aires a Lima con dos vías principales: el
Camino Real del Perú que seguía en líneas generales el itinerario de la actual Ruta
Nacional 9 de la Argentina desde Buenos Aires, pasando por Córdoba, Santiago del
Estero, San Miguel de Tucumán, Salta, San Salvador de Jujuy, Potosí, llegando hasta
el Perú y el Camino Real del Oeste que continuaba hacia San Luis, Mendoza y
Santiago en Chile y que recorría un trazado similar a la Ruta Nacional 7. 28

Comparada con otras partes de Latinoamérica, la esclavitud jugó un rol


relativamente pequeño en el desarrollo de la economía argentina, debido
principalmente a la falta de minas metalíferas y de plantaciones de caña de azúcar,
que habrían demandado una enorme cantidad de mano de obra esclava.29 El Brasil
colonial, por ejemplo, importó prácticamente 2.5 millones de africanos en el siglo
XVII.29 En contraste, un estimado de 100 000 esclavos africanos arribó al puerto de
Buenos Aires en los siglos XVII y XVIII; la gran mayoría de ellos estaban
destinados a Paraguay, Chile y Bolivia.29 El mercado del Alto Perú facilitó la
plantación de algodón en Santiago del Estero y el establecimiento de una incipiente
industria textil, en la cual se elaboraba el algodón junto con la lana de caprinos,
ovinos y auquénidos en los territorios de las actuales provincias de Santiago del
Estero, Catamarca, Salta, La Rioja así como de talabartería en Tucumán. Por otra
parte la ciudad de Córdoba se encontraba beneficiada al ser la encrucijada de las
rutas que unían el oeste con el este y el norte con el sureste del virreinato.30

Esta base económica, con un norte metalífero y un sur agrícola y portuario


significó el desarrollo de un tránsito carretero que generalmente bajaba desde el
Alto Perú hasta el puerto de Buenos Aires siguiendo el Camino Real, tal tránsito
supuso por su parte la cría de mulas, también de caballos y asnos) la cual se
realizaba principalmente en las ciudades del Tucumán y promovió la fabricación de
carretas fabricadas en San Miguel de Tucumán y en la ciudad de Mendoza. La zona de
las Misiones y el Paraguay fue sede de cultivos de yerba mate, cultivos iniciados
por guaraníes y jesuitas. La yerba mate abastecía a casi todo el virreinato e
incluso a la Capitanía General de Chile. Otros cultivos alimenticios surgieron
merced a la demanda altoperuana: vinos (en Salta, Tarija, Cuyo, Córdoba),
aguardientes y singanis; e incluso plantaciones de olivo, principalmente en La
Rioja y Catamarca30

Un ejemplo de consolidación administrativa y territorial fue el establecimiento del


Marquesado de Yavi en 1707: su capital estaba en la ciudad de Yavi, actual
provincia de Jujuy; y se extendía por todo el norte argentino y el sur de Bolivia
(Chuquisaca, Tarija, Orán, San Antonio de los Cobres, etc). Los marqueses tenían
una enorme extensión de tierras y gozaban del reconocimiento perpetuo de sus
encomiendas, que fueron declaradas inválidas por la Corte Suprema Argentina en
1877.

En Cuyo, llegando al siglo xviii la mayor parte de los huarpes se había convertido
al cristianismo, adoptando el idioma castellano. Esa fue la zona donde más rápido
se dio la criollización de los pueblos originarios. Un resto de los huarpes al sur
del río Diamante fue conquistado por los mapuches durante la araucanización.

Creación del Virreinato del Río de la Plata (1776-1814)


A lo largo del siglo xviii, los cambios políticos llevados adelante por la Casa de
Borbón que reemplazó a la Casa de Austria a partir del 16 de noviembre de 1700 en
el Imperio español transformaron las dependencias americanas, hasta entonces
«reinos» relativamente autónomos, en colonias enteramente dependientes de
decisiones tomadas en España en beneficio de ella.31 Entre estas medidas se contó
la fundación del Virreinato del Río de la Plata en 1777, que reunió territorios
dependientes hasta entonces del Virreinato del Perú, y dio una importancia singular
a su capital, la ciudad de Buenos Aires, que había tenido escasa importancia hasta
ese momento.32

En 1776, los españoles separaron el Virreinato del Perú, estableciendo entre otras
nuevas zonas administrativas al Virreinato del Río de la Plata. La enorme
superficie que abarcaba el virreinato del Perú dificultaba las tareas de gobierno,
lo cual fue un poderoso motivo para su división. Buenos Aires se estableció como
capital, por su creciente importancia como centro comercial y el valor del estuario
del río de la Plata como entrada hacia el interior del continente.

Este virreinato abarcó lo que hoy es la Argentina, Uruguay y Paraguay, así como
también la mayor parte de la actual Bolivia. Según el censo ordenado por Carlos
III, en 1778 el virreinato tenía una población de 186 526 habitantes. Córdoba tenía
44 506, La ciudad de Buenos Aires 37 679, mientras que Mendoza tenía un cuarto
8765. Era importante la población afroargentina, que superaba el 50 % en Santiago
del Estero y Catamarca.33

En un principio, la ciudad de Buenos Aires había sufrido serios problemas de


aprovisionamiento de bienes básicos, ya que el comercio exterior era monopolizado
por España y dicho país priorizaba el puerto de Lima, dado que en el Perú se
extraían grandes cantidades de oro y plata para la metrópoli, productos ausentes en
los alrededores de Buenos Aires. Como consecuencia, se produjo un fuerte desarrollo
del contrabando. La principal producción de Buenos Aires por aquel entonces era el
cuero.

España impuso el cristianismo y el idioma castellano. En toda la Hispanoamérica


regían las costumbres y modas españolas, aunque las diferentes etnias y culturas
criollas que integraron la población colonial también encontraron mecanismos para
preservar algunos aspectos de sus patrimonios culturales, lingüísticos y
religiosos, que muchas veces se fusionaron entre sí para generar nuevas
manifestaciones culturales. La densidad de población en el Virreinato del Río de la
Plata era baja, y hasta mediados del siglo xix más de la mitad del territorio
argentino actual estuvo habitado por las tribus indígenas.

España impuso en sus colonias americanas un sistema de castas con tres grupos
principales, blancos, indios y negros, así como también los grupos derivados del
mestizaje de los demás: mulato, mestizo, zambo. Los híbridos se consideraban
«manchados» o de «sangre impura», pero existían diferencias entre ellos ya que,
mientras la «sangre india» «manchaba» por tres generaciones, la «sangre negra»
«manchaba» para toda la eternidad. En la cima del sistema de castas se encontraban
los españoles peninsulares, considerados de «sangre pura» a los que se reconocía la
mayor cantidad de privilegios, seguidos de los españoles americanos, conocidos como
«criollos», descendientes legítimos de padre y madre españoles. Si bien existía una
diferencia conceptual entre peninsulares y criollos, ellos no tenían ninguna
diferencia de derechos: hubo varios criollos que fueron virreyes, en el Plata
Vértiz. En el lugar más bajo de la escala social se encontraban los «negros»
ocupando el último lugar aquellos nacidos en África.3435

Sin embargo, dicha separación no era tan estricta, y sus convenciones solían ser
postergadas si las necesidades prácticas así lo requerían.36 Así, durante las
Invasiones Inglesas se dieron armas y rangos militares a varios grupos que en
circunstancias normales no podrían acceder a tales puestos, y la escasez de mujeres
españolas promovió el mestizaje. Del mismo, y teniendo como una de sus bases
económicas la ganadería extensiva o el acarreo y faena de grandes rebaños,
surgieron los mancebos de la tierra ya en el siglo XVII y luego los gauchos, los
cuales tendrían un rol decisivo en la gesta emancipatoria del siglo XIX.

Descubrimiento, asentamiento y gobernación en las Islas Malvinas

Mapamundi de Diego Ribero (1529), en el que se incluye a las Islas de San Antón en
sorprendente concordancia geográfica con las islas Malvinas. Biblioteca Apostólica
Vaticana, Ciudad del Vaticano.
Las bulas Inter Caetera y Dudum si Quidem de 1493 le adjudicaban al Reino de España
«todas aquellas islas y tierras firmes, encontradas y que se encuentren,
descubiertas y que se descubran hacia el mediodía», fijada en una línea a cien
leguas de las islas Azores. Las Islas Malvinas, incluidas en las zonas aludidas por
las bulas, fueron avistadas por primera vez en 1520 por Esteban Gómez con la nave
San Antonio de la expedición española de Fernando de Magallanes. Las islas
comienzan a aparecer en los mapas Pedro Reinel (1522-1523), Diego Rivero (1526-1527
y 1529), Islario de Santa Cruz (1541), Sebastián Gaboto (1544), Diego Gutiérrez
(1561), Bartolomé de Olivos (1562), entre otros. Gran Bretaña afirma que las islas
fueron descubiertas por John Davis en 15923738

El original asentamiento de Puerto Soledad. Dom Pernety, 1769.


El 31 de enero de 1764 el francés Louis Antoine de Bougainville arribó a las islas,
a las que nombró Illes Malouines debido a que los colonos que traía a las islas
provenían de la ciudad francesa de Saint-Malo.39 El 17 de marzo fundó una colonia
en la isla Soledad, a la que llamó Port Saint-Louis y el 5 de abril de 1764 tomó
posesión formal del territorio en nombre de Luis XV.40 pero en 1765 España y
Francia llegaron a un acuerdo para el reconocimiento de las Islas como posesión
española que incluía una indemnización por gastos realizados a Louis Antoine de
Bougainville.41 Por tal motivo, el 2 de octubre de 1766 el rey Carlos III de España
dictó una real cédula por la cual creaba la Gobernación de las Islas Malvinas como
dependencia del gobernador y capitán general de Buenos Aires, en ese momento
Francisco de Paula Bucarelli y Uruzúa, nombrando al capitán de navío Felipe Ruiz
Puente como primer gobernador del territorio. Así el primer poblado pasó de manos
francesas a Españolas. Al asumir Felipe Ruiz Puente como primer gobernador español
de las Malvinas se instaló en Port Saint-Louis y procedió a construir varios
edificios comunes como cocinas y cuarteles, y una capilla consagrada a Nuestra
Señora de la Soledad, nombre que reemplazó al topónimo francés del puerto y derivó
finalmente en el de toda la isla.

En este Puerto de Nuestra Señora de La Soledad se radicó la sede de gobierno de la


Gobernación de las Islas Malvinas (posteriormente Comandancia). Los sucesivos
gobernadores de las islas (hubo 18 en total)42 cumplieron la tarea de inspeccionar
regularmente las costas; el lugar era habitualmente visitado por loberos y
balleneros ingleses y norteamericanos.434445 La población de las islas estaba
compuesta por oficiales, soldados y presidiarios, estos últimos pertenecientes a la
cárcel instalada en 1780.

Tras los primeros conatos independentistas en el virreinato, el gobernador de


Montevideo, Gaspar de Vigodet decidió reunir todas las fuerzas militares de las que
disponía a fin de enfrentar a los revolucionarios de Mayo, por lo que ordenó
evacuar las Malvinas. En enero de 1811 España abandonó las islas con intenciones de
volver, luego de 37 años de ocupación indiscutida y dejando también placas en el
campanario de la capilla y en los edificios principales, en la que afirmaba su
soberanía sobre las islas:

Argentina parte del Puelmapu (1650-1880)

Mapa de Puelmapu en los siglos XVIII y XIX, territorio mapuche al este de la


Cordillera de los Andes surgido de la araucanización de dicho territorio y pueblos
que lo habitaban. En el mapa además se muestran las fronteras nacionales actuales y
los límites provinciales argentinos.

El malón (1845) por Mauricio Rugendas.47


En los siglos XV y XVI los tehuelches, ubicados en las llanuras pampeano-
patagónicas comienzan a migrar hacia la zona cordillerana bajo dominio pehuenche,
pertenecientes a la cultura mapuche. En la misma época los huarpes ubicados en el
territorio actual de Mendoza se desplazan hacia el sur estableciendo relaciones
amistosas con los pehuenches.

A partir de 1608 las incursiones esclavistas en territorio del pueblo Cunco (sur
actual chileno), perteneciente a la nación mapuche, comenzó a impulsar una
migración a través del paso Pehuenche desde el lado occidental al lado oriental de
la cordillera de los Andes, instalándose en la región y dando comienzo a lo que
será conocido como el proceso de mapuchización de las culturas tehuelche.48

Terminada la Guerra de Arauco en 1656 los mapuches comienzan a expandir su


presencia en el norte de la Patagonia y la pampa, instalando fütalmapus o
confederaciones, con sus correspondientes aillarehues (federaciones provinciales) y
lovs (clanes). El proceso se consolidó en el siglo XVIII, asimilando culturalmente
las parcialidades tehuelches y la adopción de la lengua mapudungun (que influirá
también los dialectos españoles de la región), así como las leyes o admapu y
costumbres mapuches.48

La expansión de los pueblos indígenas por las llanuras pampeanas y patagónicas fue
promovida por la adopción del caballo introducido por los españoles,
transformándose en hábiles jinetes. A medida que el territorio pampeano se fue
poblando de animales vacunos salvajes, reorientaron su economía hacia la caza de
vacunos, manzanas en el valle del actual río Negro o Curu Leuvu y también a la
extracción de sal obtenida en las grandes salinas de la región, a la vez que
establecieron nuevas rutas comerciales con el valle central de Chile.48 Uno de los
asentamientos más importantes fue el de los ragkülche o ranqueles, que instalaron
sus aillarehues a lo largo del río Chadileuvú, Salado o Desaguadero y el sector del
Salinas Grandes, controlando la pampa.48

El malón fue una táctica militar ofensiva empleada por araucanos, que consistía en
el ataque rápido y sorpresivo de una nutrida partida de guerreros a caballo contra
un grupo enemigo, ya fueran otros pueblos o parcialidades indígenas, o poblaciones,
fortificaciones y estancias de los criollos, con el objetivo de matar adversarios y
saquear para hacerse con ganado, provisiones y prisioneros, sobre todo mujeres
jóvenes y niños.495051

El malón fue utilizado en la extensa área de la frontera sur de la entonces


Capitanía General de Chile y del Virreinato del Perú y del posterior Virreinato del
Río de la Plata, que eran jurisdicciones políticas dependientes de la corona
española, perviviendo hasta comienzos del siglo XX en los territorios de los nuevos
estados surgidos a consecuencia de la independencia de Argentina y Chile.

En 1790 el Imperio Español celebró el primero de tres tratados con los mapuches
relativos al Puel Mapu (Tratado de Paz con el Cacique Callfilqui de 1790, Tratado
de Paz con los Indios Ranqueles de 1796 y el Tratado entre los Pehuenches y la
provincia de Mendoza 1799), que complementaban los que venían celebrando con el
sector mapuche del otro lado de la cordillera.52

Aunque en los textos de Bartolomé Mitre y de Estanislao Zeballos o en las cartas y


documentos de Juan Manuel de Rosas, que son de la época, no existe la palabra
mapuche, se habla solo de pampas, puelches, ranqueles, etc., se cree que los
mapuches terminaron conformando en el siglo xviii una zona de influencia llamada
Puelmapu o Puel Mapu, que se extendía desde la cordillera de los Andes, el río
Limay y el Curu Leuvu o río Negro por el sur, en la región del Neuquén, hasta el
río Cuarto por el norte y el océano Atlántico por el este. El Puel Mapu ya figura
constituido en el Parlamento de Lonquilmo de 1784.48

Surgimiento del Estado nación (1806-1852)


Artículo principal: Surgimiento del Estado argentino
Véanse también: Revolución de Mayo, Independencia de la Argentina, Declaración de
independencia de la Argentina, Guerras civiles argentinas y Período de las
Autonomías Provinciales (Argentina).
La tradicional historiografía latinoamericana y argentina ha interpretado que los
movimientos de independencia de las colonias españolas iniciados a comienzos del
siglo XIX, constituyeron un momento de ruptura con el colonialismo occidental, que
dio paso a la creación de estados-nación independientes de los imperios europeos.
Distanciados de esa visión, varios científicos sociales sostienen que los procesos
de independencia política, no rompieron con los procesos profundos de la
colonialidad, creando "estados criollos republicanos" o "estados coloniales",
independientes pero que mantuvieron las lógicas racistas de exclusión que
caracterizó al colonialismo, tanto en el orden interno, como global.53

En 1806 y 1807, en el marco de las Guerras Napoleónicas en Europa, tuvieron lugar


las Invasiones Inglesas al Río de la Plata. Sir Home Riggs Popham y William Carr
Beresford encabezaron la primera, que desembarcó en la zona de Quilmes y tomó el
control de la ciudad de Buenos Aires durante 45 días hasta su expulsión por parte
de un ejército proveniente de Montevideo encabezado por Santiago de Liniers. En
1807 un segundo ataque aún más grande (de unos 8000 soldados), encabezado por John
Whitelocke, logró ser resistido con éxito.

El conflicto tuvo consecuencias políticas: se creó un quiebre del derecho


institucional vigente en el virreinato; el virrey Rafael de Sobremonte fue
destituido por huir durante la invasión, y el victorioso Liniers fue elegido por
aclamación popular, sin intervención directa del Rey de España. Durante el segundo
conflicto, los soldados eran insuficientes y no podía contarse con el auxilio de la
metrópoli, por lo que sectores postergados de la población recibieron armamento y
mando de tropas. Esto les permitió tener mayor injerencia en los asuntos de la vida
pública. Entre ellos se destacaba el Regimiento de Patricios, compuesto por
criollos y comandado por Cornelio Saavedra.

El Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810.


La Independencia de los Estados Unidos (1776), la Revolución francesa (1789) y las
nuevas ideas de la Ilustración, se combinaron con las tradiciones de lucha de
criollos, indígenas y afroamericanos contra el Imperio español para impulsar las
ideas de libertad, igualdad e independencia en Latinoamérica.

La Revolución de Mayo de 1810 destituyó y expulsó al virrey Baltasar Hidalgo de


Cisneros, y proclamó, tras un Cabildo Abierto, el primer gobierno formado en su
mayoría por criollos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, denominado la
Primera Junta.

Entre 1810 y 1820 se sucedieron dos juntas de gobierno, dos triunviratos y el


Directorio, una forma unipersonal y centralista de gobierno. En este período, la
principal preocupación de los gobiernos era consolidarse en el orden interno y
enfrentar la resistencia de los Ejércitos realistas en América (defensores del
statu quo y del mantenimiento de los lazos que unían estas regiones a la corona
española). En 1816 se declaró la independencia de las Provincias Unidas de América
del Sur en el Congreso de Tucumán.

Campaña libertadora
José de San Martín, Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes fueron algunos de los
principales comandantes patriotas en la guerra de independencia. A Belgrano se le
encargó la dirección del Ejército del Norte y, aunque fue derrotado por los
realistas, sentó las bases para que el Paraguay formase un gobierno propio, en
1811. En 1812 creó la bandera de la Argentina y dirigió el Éxodo Jujeño, tras lo
cual se impuso a los españoles en las batallas de Tucumán y Salta.

En 1816, San Martín organizó el Ejército de los Andes conformado por 4000 hombres
y, desde 1817 hasta 1822, encabezó las campañas libertadoras que llevarían a la
independencia de Chile y Perú. Al mismo tiempo, Simón Bolívar independizaba a la
Gran Colombia, completaba la independencia de Perú y liberaba a Bolivia (1824), el
último bastión del dominio español en Sudamérica.

El Estado argentino considera a San Martín como el mayor héroe militar de su


independencia y lo honra con el título de "Padre de la Patria". Entre las mujeres
se destacaron Mariquita Sánchez de Thompson, organizadora de cenáculos patrióticos
y precursora del feminismo, y Juana Azurduy, militar heroína de la lucha por la
independencia en el Alto Perú y primera generala del Ejército Argentino, ascendida
post-mortem en 2009.

Campañas en el extranjero
El franco-argentino Hippolyte Bouchard luego llevó su flota para hacer la guerra
contra España en el extranjero y atacó la California española, la Chile española,
la española Perú y la española Filipinas. Consiguió la lealtad de los filipinos
fugitivos en San Blas que desertaron de los españoles para unirse a la armada
argentina, debido a los conflictos entre argentinos y filipinos contra la
colonización española.5455 En una fecha posterior, el Sol de mayo de los argentinos
fue adoptado como un símbolo por los filipinos en la Revolución filipina contra
España. También obtuvo el reconocimiento diplomático de Argentina por parte del Rey
Kamehameha I del Reino de Hawái. El historiador Pacho O'Donnell afirma que Hawái
fue el primer estado que reconoció la independencia de Argentina. 56

Guerra civil
Desde antes de 1820, unitarios y federales se disputaron el gobierno y la economía
del país a través de una serie de guerras civiles. Con la Batalla de Cepeda, un
triunfo federal, comenzó el Período de las Autonomías Provinciales; la unión entre
las provincias solo se mantuvo gracias a los «tratados interprovinciales». Las
luchas internas —en general, las del interior contra Buenos Aires— se mantuvieron
por más de 60 años. Los caudillos dominaron el mapa político a mediados del siglo
XIX, dirigiendo grandes ejércitos propios, y en muchos casos gobernando sus
provincias.

Entre 1820 y 1824 gobernó Buenos Aires Martín Rodríguez, cuyo ministro Bernardino
Rivadavia realizó reformas —como la primera ley electoral en 1821, aplicada solo a
la provincia de Buenos Aires— y con el fin de incrementar las arcas del Estado
firmó un empréstito con la Baring Brothers y se apoderó de todos los bienes que
pertenecían a las órdenes religiosas, incautó los bienes del Santuario de Luján, de
los de la Hermandad de Caridad, del Hospital de Santa Catalina y otros.57 En
defensa de los bienes de la Iglesia católica en Argentina y el anticatolicismo de
Rivadavia, el 19 de marzo de 1823 estalló la "Revolución de los Apostólicos"
encabezada por Gregorio García de Tagle pero fracasó después de horas de lucha.

Los despojos arbitrarios y unilaterales de la administración rivadaviana junto con


el rol de la Iglesia católica en la génesis de la nacionalidad son causa de la
reparación que fundamenta el actual sostenimiento del culto reglamentado por la Ley
21.540 sobre la "Asignación a determinados dignatarios pertenecientes al Culto
Católico Apostólico Romano".58

En 1824, Juan Gregorio de Las Heras sucedió a Rodríguez como gobernador de Buenos
Aires, que reunió el Congreso, por el cual se pretendió unificar el país.

En 1825, con el apoyo del gobierno argentino, un grupo de orientales y de otras


provincias, llamados los Treinta y Tres Orientales, liderados por Juan Antonio
Lavalleja, ingresó en la Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes
brasileños quienes, con la posterior ayuda de Fructuoso Rivera, en pocos meses
lograron retirar al ejército brasileño y, el 25 de agosto, en el Congreso de
Florida, declararon la independencia del territorio oriental del Brasil y su
unificación con las provincias que conformaban las Provincias Unidas del Río de la
Plata o Argentina. Brasil declaró la guerra a Argentina. En 1826, el Congreso
nombró presidente a Rivadavia, de tendencia centralista, que continuó con la
política económica librecambista que venían llevando adelante los gobiernos
porteños, y que tiene su base en las ganancias que genera el puerto de Buenos
Aires.

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