Está en la página 1de 27

TEMA 2: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

La economía del Antiguo Régimen tenía una tecnología muy atrasada, y esto impedía el
crecimiento económico, porque la productividad y la producción eran bajas.

Se iniciaron transformaciones en el s. XVIII:

- La población empezó a crecer de forma sostenida

- la agricultura empezó a mejorar sus técnicas de cultivo

- Se añadieron nuevos sistemas a la producción artesanal controlada por los gremios: el putting-
out system y las manufacturas

- El comercio colonial creció, porque era muy lucrativo

Los cambios en la producción respondían a una demanda en expansión (mercados coloniales,


crecimiento demográfico que supone un crecimiento del mercado interno).

Esto dinamizó el comercio y estimuló el surgimiento de nuevas formas productivas capaces de


producir más y más rápido.

1. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA.

La Revolución Industrial fue un proceso de transformación económica iniciado a mediados del s.


XVIII, que supuso el paso de una economía agraria y artesanal a otra dominada por la industria y la
producción mecanizada.
Este cambio económico produjo una transformación social. Se pasó de una sociedad estamental a
una sociedad de clases.
Produjo además otras transformaciones socioeconómicas, como el proceso de urbanización o las
migraciones transoceánicas, que veremos más adelante.

El proceso se inició en Gran Bretaña, y después se extendió gradualmente y de forma desigual por
Europa, Estados Unidos y Japón.

Se inició en Gran Bretaña porque solo allí se daban a la vez una serie de factores que se
desarrollaron de forma paulatina, simultánea e interrelacionada. Esos factores son las causas de la
industrialización:

1) Revolución agrícola. Innovaciones en la agricultura que aumentaron la producción y


permitieron alimentar a una población que estaba creciendo.

2) Crecimiento de la población. El crecimiento sostenido de la población supuso un aumento de


la mano de obra disponible y de la demanda de productos (alimentos, textiles…)

3) Innovación tecnológica. Se desarrollaron inventos y hubo empresarios dispuestos a asumir el


riesgo de aplicarlos al proceso productivo.
a. Se inventaron máquinas y el trabajo se mecanizó, pasando de los talleres artesanales a
las fábricas.

b. Se aprendió a aplicar nuevas fuentes de energía inanimada (hidráulica, carbón) al


proceso productivo, y esto aumentó mucho la capacidad productiva.

4) Revolución de los transportes. Se mejoraron las comunicaciones y se inventaron nuevos


medios de transporte (ferrocarril).

a. Estos medios de transporte tuvieron que inventarse por la necesidad de abastecer a las
fábricas de materias primas (carbón, etc), y también para poder comercializar el gran
volumen de productos que se producía.

b. Esto impulsó el comercio, porque se abarató el coste de mover las mercancías, y


además se aumentó la rapidez y seguridad con la que esto podía hacerse.

5) Marco político favorable. El sistema parlamentario inglés daba a quienes estaban


representados en el parlamento el poder de cambiar las leyes.

a. Los que tenían intereses económicos en estas actividades modificaron algunas leyes
creando un marco jurídico óptimo y estable que favoreció la propiedad privada y las
actividades capitalistas: agricultura, industria, comercio, finanzas...

b. Además, Inglaterra era la primera potencia del mundo, lo que daba fuerza y seguridad a
su economía (moneda estable, sistema financiero sólido…)

c. El dominio de grandes posesiones coloniales suponía acceso a materias primas


abundantes y baratas y grandes mercados a los que exportar la producción.

6) Desde muy pronto existía una mentalidad empresarial burguesa: burgueses y aristócratas
estaban acostumbrados a invertir en el comercio colonial, en la agricultura para el mercado…

a. Tanto ellos como otros más humildes, como comerciantes del putting-out system, o
trabajadores de esa industria doméstica, estaban acostumbrados a invertir con
mentalidad capitalista, se arriesgaban y aplicaban los inventos al proceso productivo.

7) Condiciones geográficas muy favorables.


a. Existencia de abundantes recursos mineros (hierro y carbón),
b. Facilidades para el transporte y la integración del mercado interior (tamaño del país,
orografía, cursos de agua y canales…)
c. Clima favorable para las mejoras de la agricultura
d. Posición estratégica para la navegación
e. Cursos de agua regulares para la energía hidráulica que fue la primera en aplicarse…
1.1. LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

La agricultura inglesa y holandesa fueron las primeras en modificar las técnicas tradicionales.

Las principales innovaciones aplicadas fueron:

1) Cambios en la propiedad de la tierra. Por los cercamientos se sustituyeron los campos


abiertos trabajados comunalmente por campos cercados explotados individualmente por un
propietario.

a. Para poder hacerlo, el parlamento, controlado por los hombres más ricos, aprobó leyes
que permitieron arrebatar la tierra a quienes la cultivaban tradicionalmente. Estas leyes
se llamaban Enclosure Acts.

b. Estas leyes se aprobaron porque la agricultura para vender en el mercado empezó a ser
una actividad económica rentable, y por eso quienes tenían poder querían hacerse con
más tierras, para explotarlas directamente, introduciendo innovaciones para mejorar la
productividad y cambiando de cultivo para plantar los más rentables.

c. Cuando se aprobaron los cercamientos, que fueron leyes que sacaban a subasta esas
tierras, los únicos con dinero para comprar eran nobles y burgueses.

d. Querían apropiárselas para cultivar directamente con las nuevas mejoras técnicas,
aumentar el rendimiento y obtener el máximo excedente para el mercado, y por tanto,
el máximo beneficio.

e. Con los beneficios que obtuvieron, acumularon capitales que se invirtieron en la


mejora de las infraestructuras (caminos y canales) para distribuir los productos, y
también en las primeras fábricas.

f. Los pequeños propietarios y campesinos pobres fueron desposeídos de sus derechos


sobre la tierra, y desaparecieron las comunidades campesinas autosuficientes.

i. Se concentró la propiedad de la tierra y aumentó la desigualdad.

ii. Algunos campesinos expulsados se convirtieron en jornaleros que trabajaban en


las nuevas granjas cercadas a cambio de un salario.

iii. Como no había trabajo para todos y los salarios bajaban por el exceso de mano
de obra, muchos otros debieron emigrar a las ciudades, a buscar trabajo en las
fábricas, en un largo éxodo rural con durísimas condiciones de vida. (Ley de
Pobres de 1834, workhouses).

2) Nuevos sistemas de cultivo. Hicieron posible el aumento de la producción.

a. Sistema Norfolk. Eliminó el barbecho al alternar cultivos de cereales, leguminosas y


plantas forrajeras, que enriquecían los suelos.
b. Como con este sistema creció la producción de forraje, que servía para alimentar al
ganado, aumentó la ganadería, que además podía estar en establos, alimentada con
ese forraje.

i. Esto supuso que las antiguas tierras de pastos se pudieran usar para agricultura,
aumentando la superficie cultivada.
ii. Además, aumentó la cantidad de productos animales para alimentación
iii. Y también aumentó el abono disponible para fertilizar la tierra.

c. Todo ello supuso aumentar el rendimiento de la tierra y la cantidad producida.

3) Como la agricultura era una actividad rentable, se roturaron nuevas tierras en zonas de
bosque o pantanosas, aumentando la superficie cultivada y por ello la producción de
alimentos.

4) Se introdujeron nuevos cultivos: maíz, patata… Muy importantes para la alimentación del
ganado y de la población más pobre, lo que contribuyó a sostener el crecimiento demográfico.

5) Innovaciones técnicas. Para maximizar el rendimiento de la tierra y minimizar el coste de


producción comienzan a aparecer innovaciones: fertilizantes como el guano, nuevas
herramientas (trilladoras mecánicas…), máquinas (sembradora de Jethro Tull…)

Todo ello dio como resultado un aumento de la producción y los rendimientos, la diversificación de
los productos y la especialización de algunas zonas en ciertos cultivos, porque tenían condiciones
favorables para cultivarlos.

Estos cambios suponen el paso de una agricultura de autoconsumo a una AGRICULTURA DE


MERCADO.

Esto permitió:

1) Obtener excedentes alimentarios para vender en el mercado.

a. Estos excedentes permiten alimentar a una población en crecimiento

b. Esta disponibilidad de alimentos estimula a su vez el crecimiento demográfico.

2) Por el crecimiento demográfico y la expulsión de campesinos con los cercamientos, se forma


un excedente de mano de obra campesina, que tiene que emigrar a las ciudades para buscar
trabajo en la industria, o donde pueda (esta migración se denomina éxodo rural).

3) Aumentaron los beneficios de los empresarios agrícolas. Como tenían más dinero,
demandaron más productos manufacturados y pudieron invertir su capital en la industria.
1.2. EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN.

La población de Gran Bretaña creció de 6 millones de habitantes en 1750 a 28 millones en 1850.


Esto fue posible porque:

1) Disminuyó la mortalidad. Porque:

a. Mejoró la alimentación, por las innovaciones agrícolas, que permitieron mayor


variedad y seguridad alimentaria, y acabaron con las grandes hambrunas.

b. Hubo algunos avances en medicina, como la vacuna de la viruela.

c. Mejoró la higiene, lo cual, junto a lo anterior y a que la población mejor alimentada


era más resistente, redujo el impacto de enfermedades y epidemias.

2) La natalidad se mantuvo elevada. Porque:

a. La tradición era tener muchos hijos para que algunos sobrevivieran, y esas
costumbres cambian despacio.

b. Además, como la coyuntura económica era favorable, la gente se casaba antes y por
ello tenía más hijos (empezaba más pronto a tenerlos).

A pesar de los cambios, las duras condiciones de vida de la mayoría de la población hicieron que
la esperanza de vida siguiera siendo baja y la mortalidad infantil muy alta.

El crecimiento demográfico supuso:

1) Aumento del número de consumidores, es decir, de la demanda de productos agrícolas e


industriales. Esto estimula el desarrollo de innovaciones para producir más.
a. Potenció la mecanización del campo para aumentar la productividad
b. Estimuló las innovaciones en la industria

2) Éxodo rural, migración a las ciudades de quienes se han quedado sin trabajo en el campo.

a. Este movimiento migratorio y el propio crecimiento demográfico de la población de


las ciudades supuso un aumento extraordinario de la población urbana.

3) Mucha gente tampoco encuentra trabajo en la ciudad y debe partir en las migraciones
transoceánicas hacia territorios coloniales (EE.UU), migraciones que empiezan ahora aunque
no serán intensas hasta unas décadas después.
1.3. EL NUEVO SISTEMA PRODUCTIVO FABRIL.

La industria se caracteriza por la mecanización del proceso productivo y la concentración de


trabajadores y máquinas en fábricas.

Desde mediados del s. XVIII, en un proceso estimulado por el mercado en expansión que hemos
explicado, se incorporaron innovaciones técnicas que permitieron incrementar la productividad y el
volumen producido.

Esto ocurrió en el sector textil, la agricultura, la minería o la metalurgia.

El sector del algodón fue el primero en generarlas. Como era nuevo en Inglaterra, no estaba
sometido a las regulaciones gremiales que impedían cambiar el proceso productivo en otros sectores.

Además había una demanda en expansión que no se podía cubrir con los sistemas tradicionales, y
estas oportunidades de negocio estimulaban la innovación.

El proceso productivo del textil tiene dos fases, el tejido y el hilado. Las primeras innovaciones se
produjeron en el tejido (Lanzadera volante, de J. Kay, 1733). Como aumentaba la capacidad de tejido,
aumentaba la demanda de hilo, y esto estimulaba que se innovara para aumentar la producción de
hilos.
Así, en 1764 se inventa la Spinning Jenny, una máquina de hilar que acelera esta fase.

El proceso de innovación tecnológica sigue siempre esa lógica: buscando el máximo beneficio,
cuando hay una parte del proceso productivo que no va tan rápido como las demás, se estimula que se
innove para acelerarla y que no siga frenando el aumento de los beneficios.

Aparte de estas innovaciones que aumentaban la productividad del trabajo humano, el cambio
fundamental fue la aplicación de fuentes de energía inanimada al proceso productivo.

Primero se extendió el uso de la energía hidráulica para mover las máquinas, con tecnología
similar a los molinos. Se empleaba por ejemplo en la Water frame (1769), una máquina de hilar.

Como aumentó la capacidad de hilado, en 1784 R. Cartwright inventó el Telar mecánico, que no
fue efectivo hasta que la máquina de vapor de J. Watt (1769) permitió emplear el vapor como fuente
de energía, utilizando el carbón como combustible.

Esta innovación fue fundamental, ya que multiplicó exponencialmente la capacidad productiva, e


hizo posible localizar la industria en cualquier parte, siempre que pudiera ser abastecida de carbón.

Si se usaba energía hidráulica, las fábricas tenían que localizarse donde habían cursos de agua.

Como las ciudades eran mercados y concentraciones de mano de obra, cuando se pudo garantizar
el abastecimiento de carbón por la mejora del transporte, las fábricas empezaron a localizarse en ellas.

La necesidad de abastecimiento de carbón motivó los cambios en el transporte terrestre.


Entonces, la tecnología del vapor se aplicó también a los medios de transporte, al barco (1804) y
al ferrocarril (1825). Esto los hizo más rápidos y más eficaces, acelerando los intercambios y el resto de
transformaciones que estaban en curso.

Progresivamente, las máquinas fueron sustituyendo el trabajo manual por su mayor productividad
y menor coste.

Pese a ello, las viejas formas de producción (artesanado, trabajo a domicilio…) siguieron
existiendo mientras que pudieron competir en precios con los productos de las fábricas.

Poco a poco fueron desapareciendo, quienes se dedicaban a ellas se vieron privados de medios de
vida y debieron buscar otros empleos, muchas veces en las fábricas, que se fueron imponiendo como
sistema productivo.

El SISTEMA FABRIL se caracterizaba por la división del trabajo. Una persona no fabricaba todo el
producto, sino que se especializaba en una parte del proceso, y controlaba las máquinas.

El uso de máquinas accionadas por fuentes de energía inanimadas multiplicó la producción y la


productividad.

Permitió abaratar los costes de producción de un producto (por ejemplo, eran necesarios muchos
menos trabajadores), y por ello, bajar el precio de venta, haciéndolo más competitivo en el mercado.

Como eran los productos más baratos, aumentaron mucho las ventas, y esto generó abundantes
beneficios a los propietarios. Con ellos autofinanciaron la expansión de la industria.

1.4. LOS SECTORES PIONEROS: INDUSTRIA TEXTIL Y SIDERURGIA.

1. La industria textil.

Las innovaciones tecnológicas y las fábricas se introdujeron por vez primera en la industria textil
inglesa, sobre todo en los tejidos de algodón.

Era un sector muy adecuado para el nuevo sistema fabril, porque tenía una demanda potencial
muy grande (mercado interior, mercados coloniales), para la cual la producción con máquinas y
fábricas era el sistema óptimo.

En el despegue del sector influyeron además varios factores:

a. El parlamento prohibió la importación de tejidos de algodón de la India, que se


habían puesto de moda y hacían la competencia a la industria lanera inglesa.

b. Como era un sector nuevo, no tenía reglamentaciones gremiales que impidieran


cambiar el proceso productivo.

c. La materia prima era muy abundante y barata, obtenida primero de las plantaciones
esclavistas de América, y cuando se independizaron las colonias americanas, del
territorio colonial de la India, que fue desindustrializado y convertido en mercado
para los textiles ingleses y en territorio suministrador de algodón.
El sector algodonero fue el primero en mecanizarse. Se mecanizó el hilado y el tejido-confección a
lo largo del XVIII mediante nuevas máquinas como la lanzadera volante o la hiladora-jenny.

A consecuencia de ello, la producción de algodón aumentó su volumen, abarató sus precios y se


hizo más rápida. Los telares mecánicos accionados por vapor sustituían a los obreros y obtenían
mayores rendimientos.

La industria algodonera inglesa exportaba sus telas al mercado mundial mientras las colonias de
su Imperio le proporcionaban la materia prima, el algodón. Los textiles adquirieron una importancia
fundamental en las exportaciones británicas, llegando a suponer casi la mitad de los beneficios totales
del comercio exterior a mediados del s- XIX.

2. Minería y Siderurgia.

La expansión económica que estaba teniendo lugar en Inglaterra contribuyó a impulsar la


demanda de productos de hierro, es decir, de la industria siderúrgica, porque:

- La revolución agraria requirió más aperos y herramientas de hierro.

- La industria textil necesitaba máquinas de hilar y de tejer.

- También, desde fines del siglo XVIII, comenzó a utilizarse el hierro como material de
construcción de viviendas, canales, puentes y fábricas.

Por esa demanda creciente se estimulaban las innovaciones tecnológicas para aumentar la
producción y la productividad.
La creciente demanda de carbón, que se utilizaba tanto para la siderurgia como para uso
doméstico en unas ciudades cuya población crecía, estimuló a su vez innovaciones en la minería del
carbón.

La máquina de vapor de Watt se inventó para bombear agua fuera de las minas de carbón, y el
ferrocarril fue el resultado de aplicar la máquina de vapor a los raíles y vagonetas tirados por caballos
que se usaban en las minas, cuando se buscaba un medio de transporte terrestre que redujera las
dificultades del abastecimiento de carbón.

Para la producción de hierro, era necesario encontrar un combustible más barato y abundante
que el carbón vegetal utilizado tradicionalmente, que empezaba a escasear. Se sustituyó por carbón
mineral, abundante en Inglaterra, a través de un método ideado por Abraham Darby (1713).

Después, Henry Cort, en 1786, introdujo el sistema de afinado o “pudelado” en un horno mayor,
utilizando coque como combustible, eliminando las impurezas.

Mediante el laminado la masa obtenida era laminada entre cilindros movidos con energía de
vapor. Así se podían producir piezas estandarizadas: raíles de ferrocarril, vigas, planchas…

Los altos hornos, donde se realizaba la fundición del mineral de hierro, necesitaban grandes
cantidades de carbón y por ello las empresas siderúrgicas se concentraban cerca de los yacimientos
hulleros (Lancashire, Yorkshire, Tierras Bajas de Escocia).
A partir de 1840-1850 la demanda de productos de hierro recibió otro nuevo empuje, que ayudó
a consolidar esta industria, como consecuencia de la construcción del ferrocarril en Gran Bretaña y en
Europa, la mecanización de un gran número de industrias, el rápido proceso de urbanización y el
aumento de los gastos militares por los Estados.

1.5. LAS COMUNICACIONES Y EL COMERCIO.

LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES.

Con la revolución industrial la capacidad productiva creció y ello exigió una renovación en los
medios de transporte, por las necesidades de abastecimiento y comercialización.

Además, al mejorar el sistema de transportes se ampliaba la dimensión del mercado, el número


de consumidores a los que podían llegar los productos, es decir, los potenciales beneficios.

Por ello, desde el s. XVIII empezaron a mejorarse las vías de comunicación en Gran Bretaña.
Intentando ampliar mercados para la producción agrícola, se acondicionaron caminos y se
construyeron canales fluviales.

Las condiciones geográficas favorables hicieron relativamente sencillo unificar tempranamente


gran parte del mercado interior con estas actuaciones, y esto actuó como estímulo para el desarrollo
de las innovaciones para producir más en el resto de sectores.

Pero fue la aplicación de la máquina de vapor lo que revolucionó los transportes.

La aplicación de la energía de vapor, tanto en el transporte terrestre (el ferrocarril) como en el


marítimo (el barco de vapor), acabó así con otro “cuello de botella” en la acumulación de beneficios.

El ferrocarril revolucionó el transporte por su capacidad de carga, rapidez y por la reducción de los
costes del transporte.

Conectó territorios antes aislados, integrando nuevos mercados, y facilitó la circulación de


personas y mercancías, acelerando las transformaciones en curso.

Además, el tendido de nuevas líneas, con el aumento de la demanda de productos metálicos y


carbón, estimuló el desarrollo de la siderurgia, la metalurgia, la industria mecánica y la minería,
provocando una nueva fase expansiva de la revolución industrial.

La construcción de ferrocarriles exigió grandes inversiones de capital. En Gran Bretaña los


ferrocarriles fueron financiados por compañías ferroviarias privadas. Por sus dimensiones, estas
compañías fueron los primeros ejemplos de empresas capitalistas modernas.

En los demás países europeos, en cambio, el Estado fomentó la construcción de la red con ayudas
financieras a las empresas constructoras y otras medidas. Veremos esto más adelante.

La aplicación de la máquina de vapor a la navegación se conseguiría a principios del siglo XIX por el
ingeniero Robert Fulton (1807). El barco de vapor revolucionó la navegación fluvial y marítima, y fue
el medio más usado en los intercambios comerciales internacionales.
Sin embargo, hasta finales del siglo XIX, los buques a vapor no lograron imponerse en el
transporte de mercancías a los barcos de vela. Su generalización supuso una aceleración de los
intercambios y una primera globalización del mercado mundial.

LA EXPANSIÓN DEL COMERCIO

Con un sistema productivo que aumentaba su productividad y volumen de producción, con


unos transportes que mejoraban, con una coyuntura de crecimiento de la población y la economía,
siendo la potencia hegemónica que controlaba los mercados mundiales…, era lógico que el comercio
británico creciera.

1) El comercio interior creció por:

a. Crecimiento de la población, es decir, del número de consumidores

b. Mejora de los transportes, que permitía una mejor distribución

c. Crecimiento de la demanda interior, además de por el crecimiento demográfico,


porque:

i. Los más ricos tienen más beneficios, más poder adquisitivo, demandan más
productos manufacturados, alimentos…

ii. Los más pobres, que antes practicaban el autoconsumo, al quedarse sin
acceso a la tierra deben acudir al mercado a comprar productos básicos
(comida, textiles…)

iii. Crece y se diversifica la oferta de productos en el mercado (productos


coloniales, nueva agricultura, textiles…)

iv. Quienes tienen mayor poder adquisitivo sin pertenecer a la clase alta
(pequeña burguesía, funcionarios, médicos, etc), adquieren pautas de
consumo más “consumistas” (objetos para la casa, moda, productos
coloniales como té…)

2) El comercio exterior también creció, por:

a. La posesión de colonias y el dominio de la navegación a escala mundial.

i. Las colonias fueron mercados para los excedentes agrícolas y productos


manufacturados británicos, intercambiados en condiciones muy favorables
(intercambio desigual)

ii. Fueron fuentes de aprovisionamiento de materias primas a precios


reducidos, por ejemplo, el algodón de las plantaciones esclavistas para el
textil.

b. La mejora de los transportes facilitó los intercambios (menos coste, más rapidez)
En estas condiciones, el comercio era una actividad muy lucrativa que se expandió
exponencialmente, convirtiendo a Gran Bretaña en la primera potencia comercial mundial.

1.6. UN MARCO POLÍTICO Y SOCIAL FAVORABLE.

1) El sistema político parlamentario que tenía Inglaterra fue un factor que contribuyó al éxito de
la Revolución Industrial.

Fue así porque la burguesía estaba representada en él, y por eso podía modificar las leyes para
favorecer el comercio y la industria, o la modernización de la agricultura.

Ejemplos de estas leyes fueron las que permitieron el cercamiento de los campos, o las que eliminaron
los aranceles que pagaban algunas materias primas, como el algodón.

De este modo, el poder del Estado se puso al servicio de los intereses de la burguesía.

2) Además, la iniciativa privada, de burgueses y algunos nobles, también fue importante.


Invirtieron en la industria parte de los beneficios que habían acumulado con sus actividades
agrícolas, con el comercio o la producción de artículos manufacturados.

2. LA DIFUSIÓN DE LA INDUSTRIALIZACIÓN.

A lo largo del s. XIX el nuevo sistema productivo se difundió por Europa de manera lenta, gradual y
de forma desigual. La difusión del nuevo sistema productivo se denomina industrialización.

Fue un fenómeno regional, en contraste con la globalidad de las transformaciones en Gran


Bretaña.

Se configuró en Europa un centro industrializado (Europa noroccidental, NO de Francia, Bélgica,


NO de Alemania, principalmente) rodeado por periferias poco industrializadas (Europa mediterránea,
Europa del Este), regiones cuyas economías se configuran como suministradoras de materias primas al
centro industrializado, y consumidoras de sus productos manufacturados.

Mientas en las regiones más industrializadas se impulsaban las transformaciones que llevan al
mundo contemporáneo, en las regiones periféricas subsistieron las estructuras tradicionales del
Antiguo Régimen, puesto que sus élites tuvieron el negocio en la exportación de materias primas al
centro industrializado. La Restauración las reafirmó en sus posiciones de poder.

Hubo algunas pautas comunes a las regiones que se industrializaron:

1) Imitación del modelo británico. Se copia la tecnología y se traen trabajadores británicos,


burlando las prohibiciones existentes (“espionaje industrial”)

2) Papel mucho más activo del Estado.


a. En Gran Bretaña el protagonismo fue de la iniciativa privada, aprovechando los
estímulos de una coyuntura de crecimiento económico y de su posición privilegiada a
nivel mundial (mercados, materias primas).

b. En el continente, para evitar la competencia inglesa y suplir esos estímulos que solo se
daban en Gran Bretaña, el Estado apoya los procesos de industrialización hasta que se
crean sectores competitivos. Con medidas como:

i. Marco jurídico favorable a actividades capitalistas. Similar a lo hecho por el


parlamento inglés: eliminación de aduanas interiores, propiedad privada…

ii. Proteccionismo. Impidiendo la entrada de productos británicos y reservando el


mercado interior a los productos nacionales, menos competitivos.

iii. Financiación. El Estado utiliza recursos públicos para financiar infraestructuras,


la construcción del ferrocarril, o el desarrollo de sectores que requieren mucha
inversión, como la siderurgia.

iv. Otras medidas de estímulo: exenciones fiscales, subvenciones, garantías a las


inversiones, legislación favorable a la patronal…

v. Desarrollo de servicios públicos necesarios. Por ejemplo, instituciones


educativas para la formación profesional y técnica: ingenieros, mecánicos…

3) Importante papel y desarrollo de la banca, ante la dimensión de las inversiones necesarias


(ferrocarril, industria pesada).

a. Esta banca se desarrolla en estrecha relación con los Estados y los intereses económicos
que invierten en la industrialización (grandes conglomerados industriales).

b. En muchos casos es heredera de una tradición financiera consolidada desde la Edad


Moderna

c. En origen, sirve para canalizar ahorro y capitales obteniendo los ingentes recursos
necesarios para la construcción de los ferrocarriles y el desarrollo del sector de la
industria pesada

d. Además, de forma complementaria, y cuando esto se consigue, canaliza los capitales


acumulados en el país hacia inversiones rentables en el extranjero. Es el caso de la
Societé Generale de Bélgica o el Credit Mobilier de Francia.
i. Esto se denomina exportación de capitales, y consiste en invertir ese dinero
acumulado en terceros países, a cambio de garantías de recuperarlo y un tanto
por ciento de interés por prestarlo. Los beneficios de la inversión van a parar así
al país de origen del capital.

4) Importancia del desarrollo de sectores de industria pesada para construir la propia red de
ferrocarriles.
a. Aplicando el proteccionismo, la construcción de la red ferroviaria actúa como estímulo
para el desarrollo de la siderurgia, la minería, la industria mecánica…, sectores que
además se ven ayudados por el Estado en su desarrollo.
Estas son las pautas comunes, pero en función de los factores y el contexto particular de cada
país, la industrialización siguió modelos diferenciados.

La industrialización se difundió primero por la Europa noroccidental: Holanda, Bélgica, NO de


Francia, O de Alemania, porque eran regiones que compartían con Gran Bretaña muchos de los
factores que estimularon allí el nacimiento de la industria.

Compartían:

- Revolución agrícola, transformaciones agrarias del s. XVIII, mercados urbanos importantes que
estimulan el desarrollo de la agricultura de mercado.

- Difusión y tradición de actividades capitalistas: Estimulada por el crecimiento demográfico, la


tradición e importancia del comercio (comercio de la Hansa-Báltico, comercio con Europa,
colonial…), y el alto grado de urbanización de algunas regiones.

o Ciudades como Amberes, Ámsterdam, Brujas… eran importantes centros comerciales y


financieros desde la Edad Moderna.
o Por ello existen “aprendizajes” ya adquiridos en cuanto a inversión, técnicas financieras,
mentalidad capitalista…

- Tradición de protoindustrialización. Aquí también se había desarrollado el putting-out system,


para abastecer a los mercados urbanos y exteriores, partiendo de la herencia medieval y
moderna (manufacturas y textiles de Amberes, etc).

- Obstáculos del Antiguo Régimen eliminados por la revolución francesa y las guerras
napoleónicas.

o Se abolen obstáculos feudales a las actividades capitalistas (aduanas interiores,


propiedad vinculada de la tierra…).

El que estén presentes estos factores, junto a otras cuestiones como la existencia de capitales o la
cercanía geográfica al primer foco industrial de Inglaterra, explica por qué fueron estas y no otras las
primeras zonas en industrializarse.

Sin embargo, cada país tenía peculiaridades que explican que siguieran modelos diferenciados de
industrialización:

- Bélgica tenía factores muy similares a Gran Bretaña, pero menor tamaño --> su industrialización fue
muy similar a la británica (primero textil, después siderurgia), pero con:
o un Estado mucho más activo (proteccionismo, subvenciones…)
o con fuerte desarrollo de la banca de inversión para costear la construcción de sectores
muy costosos como ferrocarril y siderurgia. Después, esta banca exporta capitales (los
invierte en países extranjeros).

El proceso se ve favorecido por:


- Independencia del país  creación de un sistema político constitucional que permite una
adaptación del marco jurídico y económico favorable a los intereses económicos capitalistas.
- Riqueza de recursos naturales: carbón

- Buena red de transportes previa (canales fluviales y marítimos), reforzada muy pronto con la
construcción del ferrocarril, que supuso el estímulo para el desarrollo de un potente sector
siderúrgico en Lieja.

- Situación geográfica favorable, como nudo de comunicaciones entre Inglaterra, Francia y


Alemania, lo que estimula el comercio y los intercambios.

- Francia: industrialización más lenta, menos intensa, distinta, basada en textil, energía hidráulica y
recursos mineros. Al principio, importante sector de artículos de lujo (tradición manufacturas reales
del absolutismo, Gobelinos…).

--> por las condiciones creadas por la R. Francesa, hay mejor calidad de vida en el campo y lo viejo
(artesanía, agricultura tradicional, sistema doméstico) pervive más tiempo y se combina con lo nuevo
(no hay cercamientos, no se desencadenan procesos de transformación tan violentos como en Gran
Bretaña (éxodo rural masivo, transformación agraria, crecimiento demográfico tan acusado (el control
de la natalidad empieza antes).

El mercado interior es amplio, pero en gran parte rural, disperso, sin concentraciones urbanas tan
grandes como las inglesas.

Por estos motivos  el modelo de industrialización se ajusta a esas condiciones y es más


descentralizado, combinando el sistema del putting-out, artesanía y el nuevo sistema fabril en función
de lo que era más rentable y menos arriesgado.

Desde 1852 el proceso se intensifica, y también crea como Bélgica bancos de inversión (Credit
Mobilier) que exportan capitales a otros países como España, por ejemplo a minería, ferrocarriles...

Riqueza en hierro y carbón: industrialización en Alsacia, Lorena, Lyon (textil).

Fuerte proteccionismo. Consultad el power point para más detalles.

- Alemania: la clave es la potencia industrial de Prusia y la creación de la unión aduanera (Zollverein,


1834), que crea un enorme mercado interior unificado y estimula la industrialización.

Ésta se construye sobre la tríada Estado-banca-grandes conglomerados industriales, y su sector clave


es la industria pesada que se desarrolla de la mano de la construcción del ferrocarril.

El Estado impulsa la concentración empresarial y bancaria.

Desde muy pronto el Estado invierte fuertemente en educación e investigación, lo que supone que se
coloque a la cabeza en estos campos en la Segunda Revolución Industrial (desde 1870).

Una férrea política proteccionista hace posible que se desarrolle ese potente tejido industrial.
- Las periferias europeas: se mantienen como economías arcaicas, exportadoras de alimentos y
materias primas a este centro industrializado.

Estos territorios son la mayor parte del Imperio Austríaco, Rusia, Irlanda (bajo soberanía británica,
económicamente tratada como una colonia) y la Europa mediterránea.

Las viejas élites del A. Régimen mantienen el poder y tienen como fuente de riqueza la explotación de
sus propiedades agrarias con los métodos del A. Régimen (segunda servidumbre en Europa del Este).

No están estimuladas para cambiar de actividad y probar con la industria, porque con dichas
actividades mantienen su status privilegiado y riqueza, no hay por tanto estímulos a la innovación ni al
desarrollo de una mentalidad empresarial.

Además, el hecho de que no cambien esas estructuras


agrarias impide que se produzcan las
transformaciones del XVIII en otros lugares de Europa
(crecimiento demográfico sostenido por la mejora de
la producción agrícola), que son premisa necesaria
para la industrialización.

Siguen existiendo crisis de subsistencias y hambrunas,


la población no puede crecer de forma sostenida y no
se genera una demanda en expansión que estimule la
innovación en el sistema productivo.

Por tanto, no hay un mercado expansivo que suponga


una oportunidad de negocio para invertir en industria.

El resultado es una brecha cada vez mayor con la


Europa industrial, de modo que cuando se hagan
intentos de industrialización muy pocas veces
tendrán éxito (solo en regiones puntuales con alguna
ventaja comparativa: Bohemia, Piamonte, Cataluña…,
las excepciones dentro de economías que siguen
siendo las del Antiguo Régimen).

No hay capitales, no hay estímulos para la industrialización (suficiente demanda), lo que se intenta se
intenta muchas veces con capital extranjero (por ejemplo, la construcción de ferrocarriles) y no es
ajustado a necesidades económicas existentes. Es lo que ocurre en España con el ferrocarril.

Por todo ello, en muchas ocasiones el intento de industrialización solo se traduce en más deuda
pública para el Estado, limitando su margen de acción en el futuro.

3. LIBERALISMO ECONÓMICO Y CAPITALISMO.

El CAPITALISMO es un sistema de relaciones económicas que transformó las relaciones sociales


desde sus inicios en la Baja Edad Media.
El sistema de producción industrial se convirtió en su motor desde este momento, porque le
permitió intensificar y acelerar la acumulación de capital que es su objetivo fundamental.

El aumento del volumen de producción y de la productividad que hicieron posible las nuevas
fábricas impulsadas por fuentes de energía inanimada aceleró la circulación de mercancías, los
intercambios, las actividades de las que se obtenían beneficios, y por ello se convirtió en el núcleo de
un capitalismo que pasó de ser comercial a industrial.

La teoría económica que empezó a estudiar el funcionamiento del capitalismo para maximizar los
beneficios que podían obtenerse con estas actividades se denomina LIBERALISMO ECONÓMICO. Se
dedicó a explicar el funcionamiento del capitalismo y contribuyó a consolidarlo.

1) En la primera fase de la industrialización (textil algodonero), las fábricas eran de tamaño


relativamente reducido. El capital y la propiedad de los medios de producción eran sobre todo
de origen familiar, porque no se requería demasiado para montarlas.

Actividades muy lucrativas, como el comercio colonial (comercio triangular, trata…), actividades
financieras, el putting-out system o la agricultura de mercado daban importantes beneficios.

Puesto que muchos burgueses y algunos nobles británicos tenían como hemos visto una
mentalidad empresarial, parte de esos beneficios fueron invertidos en las primeras fábricas, al ver en
ellas una nueva oportunidad de negocio.

Cuando las fábricas empezaron a funcionar, dieron enormes beneficios (menos coste de trabajo,
materia prima muy barata, gran capacidad de producción). Parte de los beneficios se fueron
reinvirtiendo para ampliar el negocio, es decir, la expansión de las primeras industrias se autofinanció
sin tener que acudir al crédito.

2) Después, los negocios cambiaron. Las fábricas ganaron en tamaño, la maquinaria era más
sofisticada y, en definitiva, el dinero necesario para crear una empresa aumentó. Empezaba a
ser necesario hacer uso de otros medios de financiación.

Los bancos, que ya existían antes de la revolución industrial, ganaron en importancia al seguir
cumpliendo sus dos principales funciones: guardar el dinero de los ahorradores y prestarlo, a cambio
de un interés, a las empresas.

Otra vía era las sociedades anónimas, nacidas antes del siglo XIX, y que, con la revolución
industrial, van a adquirir un gran desarrollo al tratarse de una fórmula excelente para reunir más
capital. Al fundar una empresa, por ejemplo, siderúrgica, su capital se dividía en acciones (o
participaciones) para ser adquiridas por diferentes accionistas. Muchos ahorradores podían
convertirse en accionistas de una sociedad, cuyos beneficios eran luego repartidos en forma de
dividendo entre los accionistas.

La bolsa era el lugar donde se compraban y vendían acciones.


En este contexto, en la teoría económica se produjo una fuerte defensa de la libertad de comercio
y la libre competencia (aunque con excepciones en la práctica, como la prohibición de importar tejidos
de algodón de la India cuando fue necesario).

Esas ideas eran la base del LIBRECAMBISMO, una nueva doctrina económica elaborada al servicio
de los intereses de la burguesía, la nueva clase dominante, cuyo desarrollo a través de la obra de
varios pensadores fue conformando el liberalismo económico, la base teórica sobre la que se asentó
el capitalismo.

3.1. PRINCIPALES TEÓRICOS DEL LIBERALISMO ECONÓMICO

Los nuevos principios del liberalismo económico fueron definidos, entre otros, por los siguientes
pensadores británicos de la escuela económica clásica.

- Adam Smith (1723-1790), : En su obra Una investigación sobre la naturaleza y las causas de
la riqueza de las naciones (1776) fijó los principios básicos del liberalismo económico:

o El trabajo es la fuente de la riqueza, ésta se genera con el trabajo de las personas

o El interés privado es el motor de la economía, y se enfoca a obtener cada vez más


riqueza. Según Smith, esa creación de riqueza acaba revirtiendo de forma general en la
población, y por ello es beneficiosa para el interés general
 Adam Smith afirmaba que «el hombre necesita casi constantemente la ayuda de
sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia
(...) No es la benevolencia del carnicero o del panadero la que los lleva a
procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses» 
trabajan para ganar dinero, gracias a ello hay comida accesible, y eso beneficia a
la sociedad

o No intervención del Estado en la economía.


 El Estado solo debe garantizar el orden público y hacer cumplir las leyes que
permitan las condiciones óptimas para las actividades económicas
 Aunque hace algunas excepciones, por ejemplo, que costee inversiones muy
costosas que en principio tienen utilidad para todos: infraestructuras…
 Pero de hecho son los capitalistas quienes más se benefician de ellas.

o Libre competencia.
 Que el estado elimine monopolios y barreras aduaneras, que no haya
proteccionismo.

- Thomas R. Malthus (1766-1834): En su Ensayo sobre el principio de población (1846) reflexionó


sobre el desequilibrio entre los recursos naturales y el crecimiento demográfico.

o En aquellos momentos lo conocido eran las crisis de subsistencias del Antiguo Régimen,
todavía no se sabía que las transformaciones de la agricultura permitirían sostener el
crecimiento demográfico, por eso este pensador alerta sobre ello.
o Defendía controlar y reducir la natalidad ENTRE LOS POBRES, para que la población no
creciera por encima de los recursos disponibles.

- David Ricardo (1772-1823):

o Libre circulación de mercancías

o Limitación del salario de los obreros al mínimo que garantizase su subsistencia. (Ley
de hierro de los salarios)
 Esto lo defendía porque pensaba que a consecuencia de la libre competencia,
los márgenes de beneficio de las empresas se irían reduciendo,
 Además, por la expansión de la actividad, poco a poco las materias primas serían
más escasas y más caras
 Para que los productos siguieran siendo competitivos en el mercado, se
deberían reducir al máximo los costes de producción, evitando subir los precios.
 El precio de las materias primas, energía, etc, escapaba del control del
empresario, pero no los sueldos que pagaba a sus obreros  se reducen al
máximo para mantener el margen de beneficios sin subir los precios.

o Ley de los rendimientos decrecientes:


 El continuo crecimiento de la actividad, la cada vez más dura competencia, la
escasez… conllevarían cada vez menores beneficios, y llegado a un punto, el final
del crecimiento económico.

- John Stuart Mill (1806-1873)

o Defiende el liberalismo económico, pero acepta la intervención del Estado en la


economía, sobre todo en aspectos sociales, siempre y cuando esta intervención no
afecte al mercado.
 Por ejemplo, desarrollando la educación, regulando las relaciones laborales…
 Es testigo de las graves consecuencias sociales de la industrialización y
defiende una intervención del Estado que palíe sus efectos más
negativos.

o Defiende la libertad individual, el sufragio femenino y el que las acciones individuales se


orienten a conseguir el bien para la sociedad en general.

o Fue uno de los primeros defensores de la liberación femenina. Su libro El sometimiento


de las mujeres (The Subjection of Women) es una de las obras más antiguas en el campo
del feminismo defendido por hombres.

Todos estos pensadores defendían la propiedad privada, eran partidarios de la libre contratación
entre patronos y obreros (que venía a dar, en la práctica, todas la ventajas a los primeros, puesto que
estaban en una posición de poder) y de la libertad de comercio e industria.

También, excepto Mill, condenaban cualquier intervención del Estado en la economía (en las
cuestiones sociales, financieras y empresariales).

3.2. EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CAPITALISTA.


El sistema económico capitalista funcionó desde entonces según los principios teóricos del
liberalismo económico:

1) Propiedad privada de los medios de producción.


o La clase burguesa o capitalista es la propietaria de las fábricas, las máquinas, la tierra…
o El proletariado es la nueva clase social que nace a causa de ello, obligada a vender su
fuerza de trabajo a cambio de un salario en los establecimientos productivos que posee
la burguesía para ganarse la vida

2) Búsqueda del máximo beneficio  acumulación creciente de capital.


a. Para maximizar el beneficio se juega en el mercado, se intenta aumentar las ventas, se
intenta reducir los costes (materias primas, salarios)…
b. El sistema fabril encaja muy bien con esta lógica, ya que aumenta la productividad y la
capacidad productiva, reduce el coste de fabricación y acelera la aumulación de capital
porque aumenta el ritmo de producción, además del volumen producido.

3) Libre iniciativa.
a. El interés privado es el motor de la economía. Acabará repercutiendo en beneficio de la
sociedad porque se piensa que existen mecanismos “naturales” que regulan la
economía (“mano invisible”), según la ley de la oferta y la demanda.

4) Ley de la oferta y la demanda.


a. Ver apartado del libro.

5) Libre competencia.
a. La competencia entre empresas para aumentar los beneficios genera una carrera entre
ellas para reducir los precios y ganar nuevos clientes
b. Para ello necesitan reducir los costes, y esto estimula la innovación tecnológica
c. Esto debe traducirse en cada vez mejores condiciones para los clientes

6) No intervención del Estado en la economía.


a. Como la economía funciona de forma armónica gracias a estas leyes y estimulada por la
libre iniciativa individual, no es necesaria la intervención del Estado, es más, sería
perjudicial porque alteraría el buen funcionamiento de estas leyes
i. Por ejemplo, se había comprobado que el mercantilismo tenía efectos
perjudiciales.
ii. Sin embargo, teoría y práctica de los liberales serán aparentemente
contradictorias si poner la teoría en práctica resulta perjudicial (prohibición de
importar tejidos de algodón de la India, proteccionismo aplicado en Europa para
hacer posible la industrialización…)

4. TRANSFORMACIONES SOCIOECONÓMICAS PRODUCIDAS POR LA INDUSTRIALIZACIÓN.

Las transformaciones en el mundo rural causaron una importante migración campo-ciudad, y esto
se tradujo en un intenso proceso de urbanización, con ciudades que crecieron y cambiaron.

La abolición de la sociedad estamental por las revoluciones liberales, unida a las nuevas relaciones
laborales que se generan con la expansión del capitalismo y la industrialización supone el reemplazo
de la antigua sociedad estamental por una nueva sociedad de clases.
4.1. La sociedad de clases.

La nueva sociedad de clases se compone de clases sociales, grupos a los que se pertenece no por
el nacimiento, sino en función del nivel de riqueza.

En esta nueva organización social se consolidan dos clases principales, burguesía y proletariado,
que forman parte de ella junto a grupos heredados del pasado, como la aristocracia o el campesinado.

Es una sociedad abierta, existe movilidad social: se puede cambiar de clase por el
enriquecimiento o el empobrecimiento.

Además, la nueva sociedad consolida una clara desigualdad de género: la esfera pública
(economía, arte, cultura, política…) quedaba para los hombres, mientras las mujeres tenían reservada
la esfera doméstica y su vida y educación se orientaban al matrimonio y el hogar.

Las mujeres se veían forzadas a adoptar rígidos roles de género que las oprimían, dentro de una
moral muy conservadora. Eran tuteladas por sus padres y maridos, y carecían de derechos civiles y
derechos políticos.

4.1.1. La burguesía

Es una clase social que se consolida con el afianzamiento del capitalismo.

No es una clase homogénea, pues dentro de ella había una diferenciación según el nivel de
riqueza, pudiendo distinguir a grandes rasgos:

- Alta burguesía: Estaba formada por industriales, empresarios, banqueros o grandes


propietarios agrícolas, que controlaban las actividades capitalistas más lucrativas.

- Pequeña burguesía: pequeños comerciantes, antiguos artesanos que intentan adaptarse a la


nueva realidad, etc. Dentro de ella cabe distinguir un grupo que se va conformando:

o Clases medias: formadas por profesionales liberales (médicos, abogados, profesores…),


junto a profesiones que nacían con el desarrollo del capitalismo y el crecimiento de las
ciudades: técnicos, agentes comerciales, ingenieros, notarios, funcionarios…

La clase burguesa se convierte en la élite social, y gracias a su creciente influencia política y


cultural organiza la nueva sociedad en torno a sus ideas y valores, que se convierten en hegemónicos.
Los valores burgueses se basaban en la exaltación de la propiedad privada, el trabajo, el ahorro y la
riqueza presentada como fruto del esfuerzo y el mérito personal, no de la explotación de terceras
personas. Todo esto servía para legitimar una desigualdad que crecía y un feroz individualismo.
Los jóvenes varones de familia burguesa copaban el acceso a la educación superior, de forma que
las nuevas élites políticas, culturales, académicas o científicas salieron de esta clase social: políticos,
ministros, abogados, escritores…

La familia siguió siendo como en el pasado el núcleo esencial de la transmisión y consolidación del
patrimonio (herencia), y para esto el matrimonio por interés era fundamental.
La vivienda burguesa simbolizaba el linaje, el status social y su nivel económico. Emulando los
comportamientos aristocráticos, la alta burguesía tenía servicio doméstico, vestidos lujosos, muebles y
decoración muy caros, de mejor o peor gusto, objetos que se acumulaban para ostentar lujo y
refinamiento, para presumir ante otros que como ellos estaban en lo más alto de la sociedad.

La mujer burguesa.

En el entorno de la burguesía más rica, la mujer se veía sometida a un rígido código de conducta:
no podía trabajar fuera del hogar, y dentro de él debía limitarse a coordinar al servicio doméstico y
servir a su marido. Para las mujeres más ricas, el cuidado de los hijos era muchas veces dejado a cargo
de tutores e institutrices.

La vida de las hijas se enfocaba a conseguir para ellas un matrimonio que fuera ventajoso para la
familia. Dicho matrimonio sería la base de su vida adulta, de su vida social y de su propia identidad. La
mujer quedaba ligada a la posición y el prestigio social de su marido, y se convertía en poco más que
otro objeto de lujo que añadir a la lista de propiedades de su esposo.

No recibía formación superior, ya que ésta se reservaba a los hijos varones, para quienes estaba
reservada la actividad económica y la vida pública. Sus estudios se limitaban a nociones básicas de
lectura, escritura y cálculo, así como de las materias consideradas “femeninas” en la época: religión,
música (para entretener a los hombres) y hogar.

No solía salir a la calle sin compañía, y su ostentosa vestimenta, además de para exhibir riqueza y
poderío social, estaba pensada para ocultar su cuerpo, según imponía la rígida moral imperante.

Siendo esta la norma, lo cierto es que la hipocresía y la doblez eran la nota característica del
mundo burgués, y no era raro que pese a mantener esta fachada políticamente correcta de cara al
exterior muchas mujeres ricas tuvieran amantes, se relacionasen a escondidas con el mundo de la
noche, de la bohemia y del arte, etc.

En la medida en que podían las mujeres compartían estas y otras “excepciones a la regla” con los
hombres, que por su rol masculino eran no obstante mucho más libres para mantener relaciones
extramaritales (heterosexuales y homosexuales), para hacer uso de la prostitución, del consumo de
drogas y alcohol, del juego, del ocio…

4.1.2. La aristocracia.

La nobleza compartió la cúspide de la sociedad y estos modos de vida con la alta burguesía, pero
poco a poco fue perdiendo peso frente a ella porque sus fuentes de ingresos eran las rentas de sus
propiedades, en la mayoría de casos menos lucrativas que las actividades capitalistas de los burgueses.

Con la Revolución Francesa y las posteriores revoluciones liberales fue despojada de sus antiguos
privilegios, pero mantuvo sus propiedades y su poder económico.
Además, siguió teniendo peso político porque en los nuevos sistemas políticos liberales se le
reservó poder de decisión, creando en muchos casos sistemas parlamentarios bicamerales con una
cámara alta, casi siempre hereditaria, reservada para ella (Cámara de los Lores británica, por ejemplo).

En lugares como Alemania la aristocracia prusiana controlaba el Estado y el ejército.


En la Europa en la que persistió más el Antiguo Régimen y llegaron menos los cambios ligados a la
industrialización, la aristocracia mantuvo mucho poder en el mundo rural (España, Italia, Europa del
Este, Rusia zarista, Imperio Austro-húngaro).

En estas regiones, bajo la apariencia de regímenes políticos liberales los grandes terratenientes
fueron muchas veces el poder real a escala local, y mantuvieron un estricto control político, social y
económico sobre los que habían sido sus dominios tradicionales (por ejemplo, caciquismo en España).

Su modo de vida era imitado por los burgueses, que lo emulaban como signo de distinción social, y
el ennoblecimiento por matrimonio o la compra de títulos nobiliarios siguieron siendo una práctica
extendida con la que la alta burguesía intentaba aumentar su prestigio social.

4.1.3. El campesinado.

Pese a la industrialización y el éxodo rural, la agricultura seguía siendo la actividad económica que
ocupaba a la mayoría de la población.

Las formas de vida del campesinado continuaron siendo muy similares a las de la época
preindustrial, porque las estructuras y mentalidades cambian despacio, aunque con matices en
función de la mayor o menor vigencia del régimen señorial.

Hasta la década de 1860 pervivieron formas de servidumbre en ciertas zonas de la Europa oriental
y mediterránea, mientras que en las zonas más afectadas por las transformaciones hacia la agricultura
de mercado, las viejas formas de vida fueron barridas por la privatización y concentración de la
propiedad de la tierra y la mecanización del trabajo en el campo, el paso al trabajo asalariado…

Como característica general de la sociedad, la desigualdad de género también estaba presente en


el mundo rural.

Desde siempre, las mujeres debían añadir al trabajo de cuidados ciertas tareas agrícolas que les
estaban reservadas: escarda, vendimia, aceituna…, así como ayudar en otras tareas como siega,
pastoreo…

Además, en las zonas en las que se daba, a esto se añadía el trabajo en actividades
complementarias como el putting-out system.

4.1.4. El proletariado.

Las transformaciones en el mundo rural, con la concentración de la propiedad de la tierra y la


progresiva mecanización, dejaron sin medios de vida a muchos antiguos campesinos que tuvieron que
emigrar a las ciudades en busca de trabajo.

Además, la difusión de la producción fabril arruinó poco a poco a la mayoría de artesanos.


Unos y otros pasaron a engrosar las filas del proletariado.

Esta clase se caracteriza por estar formada por quienes tienen que vender su fuerza de trabajo a
cambio de un salario para ganarse la vida.
Fue una clase social heterogénea, formada por una mayoría de asalariados en las fábricas,
aunque persistieron los oficios artesanales, otras actividades como el servicio doméstico, y las más
variopintas actividades para ganarse la vida en las ciudades, dentro de lo que podríamos llamar el
“sector servicios”: recaderos, limpiabotas, vendedores y lectores de diarios…

Una minoría dentro de esta clase la componían asalariados con empleos más cualificados, como
mecánicos, o los capataces, con mayores sueldos y mejores condiciones de vida (“obreros
respetables”).

Y en su nivel más bajo se encontraban los delincuentes, las prostitutas, personas enfermas o con
discapacidad que no podían trabajar, huérfanos y niños de la calle, mendigos…, denominados a veces
lumpenproletariado, los más pobres de los pobres.

La mujer obrera.

Las mujeres proletarias tuvieron que incorporarse al trabajo en las fábricas en unas condiciones
de gran explotación, y tuvieron que hacerlo saltándose lo políticamente correcto porque los sueldos
de sus maridos no bastaban para cubrir la subsistencia de las familias.

Se empleaban predominantemente en el textil y el servicio doméstico, pero también en las minas


u otras actividades más duras en función del trabajo disponible.

Pese a que el disponer de un salario pudo darles algo de autonomía, aparte de las largas jornadas
de trabajo las mujeres obreras sufrían peores condiciones por el hecho de ser mujeres:

- Brecha salarial: cobraban salarios muy inferiores a los de los hombres, y de hecho este fue uno
de los principales motivos por el que los patronos las incorporaron a los tajos.

- Doble jornada de trabajo: en el tajo y después en el hogar, en el que asumían las tareas
domésticas y la crianza de los hijos.

- Carecían de acceso a la educación. Las posibilidades de educación para las mujeres disminuían
a medida que se descendía en la escala social, a la vez que aumentaba la actividad laboral.

- Otros problemas, como acoso sexual en el trabajo, intimidación, etc, teniendo además su
trabajo una consideración social inferior al del hombre, dentro de la desigualdad de género
imperante.

4.1.4.1. Las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera.

Las condiciones de vida y trabajo del proletariado fueron durísimas.

Los obreros sufrían una precariedad laboral extrema, fruto de la deshumanización del trabajo
industrial (ver la diapositiva 24 del P. Point, la película Daens).

Las jornadas de trabajo duraban 12-14 h, sin días de descanso, con salarios muy bajos por la
abundancia de mano de obra, sin leyes que regularan las condiciones de trabajo, ni seguridad contra
los accidentes, ni ninguna prestación social en caso de enfermedad o desempleo.
Las mujeres cobraban menos, y el trabajo infantil estaba muy extendido porque los niños eran
más dóciles y se les podía pagar menos. Estos niños se destinaban a tareas que por tamaño no podían
realizar los adultos, y al dedicar su vida al trabajo se veían privados de infancia y acceso a la educación.

Casi todos los ingresos de la clase obrera se destinaban a comprar alimentos y pagar el alquiler.

Apenas había tiempo ni recursos para el ocio por las largas jornadas laborales, que lo eran más
para las mujeres.

Los hombres, si había dinero, frecuentaban las tabernas, donde bebían, jugaban y charlaban. Las
tabernas eran un espacio de diversión, de evasión, de socialización una vez perdidos los lazos
comunitarios del campo. También se convirtieron en centros de reunión política, asambleas, etc, en
los ciclos revolucionarios liberales y cuando el movimiento obrero empezó su andadura.

El desarraigo por la migración a las ciudades y el tipo de vida que allí se llevaba supuso la ruptura
de las relaciones sociales previas y el abandono de las viejas costumbres, valores y modos de vida.

Las malas condiciones de vida provocaron cambios en la estructura familiar. Muchos hombres
abandonaron a sus familias al verse incapaces de mantenerlas. Subieron las tasas de soltería y los
nacimientos fuera del matrimonio, proliferando familias monoparentales formadas por madre e hijos.

Se acentuaron los problemas sociales derivados de la falta de recursos económicos: malnutrición,


baja esperanza de vida, analfabetismo, alcoholismo, delincuencia o prostitución.

Estas condiciones de vida y el peligro que suponían para la burguesía (enfermedades y epidemias,
revueltas sociales) motivaron en parte las transformaciones urbanísticas de las grandes ciudades.

4.2. El proceso de urbanización y el comienzo de las migraciones transoceánicas.

Los cambios desencadenados por la revolución industrial obligaron a los trabajadores a


concentrarse en torno a las fábricas y a trasladarse a las ciudades donde se ubicaban en busca de
trabajo.

Además, la migración aumentaba porque la población del campo seguía creciendo y cada vez era
necesaria menos mano de obra por la difusión de la mecanización de las tareas agrícolas.

La revolución de los transportes, en especial el ferrocarril, facilitó la movilidad de esa población.

Las ciudades crecieron mucho por este éxodo rural y también por el propio crecimiento natural de
su población.

Todo ello conllevó un cambio de la localización de la población en el territorio, que generó la


multiplicación y el crecimiento de las ciudades.

Se produjo así el paso de una sociedad rural a una sociedad urbana, a un ritmo distinto en función
de cada país, mucho más rápido en Inglaterra.

Mientras a principios del XIX solo un 2% de la población europea vivía en ciudades, a comienzos
del XX lo hacía el 78% de los británicos, el 60% de los alemanes y el 44% de los franceses.
En los países menos industrializados el crecimiento de las ciudades fue mucho menor, y más lento.

Las ciudades que crecían eran centros industriales (Liverpool, Manchester), nudos de
comunicación y transportes (ciudades portuarias como Rotterdam), o las capitales europeas (Londres,
París, Moscú..).

Sin embargo, las ciudades europeas no tenían oportunidades económicas suficientes para todos,
por lo cual parte de esos emigrantes rurales debieron partir hacia los EE.UU., especialmente a las
ciudades y centros industriales de la costa este, alimentando las migraciones transoceánicas.

- Para quien esté interesad@, VER GANGS OF NEW YORK, de Martin Scorsese.

4.3. Los cambios en la ciudad. Segregación espacial y reformas urbanísticas.

El crecimiento rápido y descontrolado de las ciudades originó una fuerte segregación social por
barrios, separando a ricos y pobres.

Los barrios obreros crecieron rápidamente y sin ninguna planificación. Las calles estaban sin
pavimentar, no había alcantarillado o servicio de recogida de basuras.

Los edificios tenían varias plantas que albergaban viviendas de pequeño tamaño, muchas veces de
una sola habitación para toda la familia, compartida por todos sin ningún tipo de intimidad, que era a
la vez cocina y dormitorio.

Las viviendas carecían de agua corriente, alcantarillado, ventilación o medidas higiénicas. Las
letrinas, si existían, eran comunitarias, y se evacuaban directamente a las calles.

Las viviendas a veces se realquilaban, y propietarios y usureros especulaban con el negocio de los
alquileres a los pobres.

Las familias más pobres se hacinaban en barracas o chabolas en las calles de los barrios.

Como resultado de estas condiciones, la insalubridad y las enfermedades infecciosas, como el


cólera o el tifus, hacían estragos en la población.

Las malas condiciones higiénicas, que multiplicaron el peligro por enfermedades y epidemias, la
degradación de la ciudad por la contaminación, los problemas de congestión y las nuevas necesidades
(estaciones de ferrocarril, etc), motivaron reformas urbanísticas desde mediados del s. XIX.

A mediados del s. XIX, la burguesía abandonó los centros históricos degradados y edificó
confortables barrios residenciales en las zonas donde la suciedad y la contaminación industrial eran
menores.

Estos planes de ensanche conllevaron el derribo de las murallas medievales y la planificación por
arquitectos e ingenieros de nuevos barrios de trazado regular, con amplias avenidas y bulevares que
facilitaban el acceso a estaciones de ferrocarril y de metro, zonas verdes…
En ellos se construyeron edificios de buena calidad, articulados en grandes avenidas. Estos barrios
sí tenían servicios públicos: alumbrado, alcantarillado… Y nuevos medios de transporte: tranvía,
metro..

En los edificios se instalaron oficinas, comercios y viviendas en las que la burguesía gozaba de todo
tipo de comodidades y exhibía su riqueza.

La distribución en altura de las viviendas reflejaba la jerarquía social: los propietarios burgueses
más ricos habitaban las primeras plantas, las más cómodas puesto que todavía no existían ascensores,
mientras que los más pobres vivían alquilados en las buhardillas del edificio.

Las nuevas zonas así construidas se adaptan a las nuevas exigencias del modo de vida industrial
(tráfico, congestión), pero también a los intereses económicos (especulación inmobiliaria en los
ensanches) y las nuevas necesidades de control social de una población pobre cada vez más
numerosa y en pésimas condiciones de vida, teniendo muy presente lo ocurrido en las experiencias
revolucionarias previas:

- “Embellecimiento estratégico” del París de Haussman, una remodelación del callejero con el
trazado de amplios bulevares que permitían desplazar las tropas con rapidez para aplastar las
insurrecciones, eliminando las callejuelas en las que se podían montar barricadas.

- Reformas higienistas de los centros históricos para reducir el riesgo por epidemias, instalando
alcantarillado, agua corriente, e iluminación para evitar la delincuencia, mejorando las
condiciones de habitabilidad y a la vez eliminando peligros para la burguesía.

5. LAS CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

a. Demográficas
 Aumento de población.
 Éxodo rural: emigración del campo a la ciudad.
 Migraciones internacionales: emigración a América.

b. Sociales
 Sociedad de clases: burguesía y proletariado.
 Enfrentamiento burguesía-proletariado. Explotación de la clase obrera.
 Intenso desarrollo urbano: proceso de urbanización, reformas urbanísticas, ensanches…

c. Económicas.
 Sistema fabril, mecanización
 Desarrollo del capitalismo mediante grandes empresas
 Grandes diferencias económicas entre países. Intercambios desiguales. Dualismo de países
ricos y países pobres, centro y periferias, desarrollados y subdesarrollados.
 Economía de mercado. (liberalismo económico, capitalismo)
 Nuevos sistemas financieros: inversiones para la industria.

d. Políticas (las veremos después)


 Movimiento obrero. Ideologías revolucionarias: socialismo y anarquismo.
 Sindicalismo: asociaciones de trabajadores en defensa de sus intereses.
 Liberalismo y parlamentarismo burgués.
 Imperialismo colonial
e. Ambientales.
 Deterioro del medio ambiente. Contaminación y degradación del paisaje a gran escala.

También podría gustarte