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La economía del Antiguo Régimen tenía una tecnología muy atrasada, y esto impedía el
crecimiento económico, porque la productividad y la producción eran bajas.
- Se añadieron nuevos sistemas a la producción artesanal controlada por los gremios: el putting-
out system y las manufacturas
El proceso se inició en Gran Bretaña, y después se extendió gradualmente y de forma desigual por
Europa, Estados Unidos y Japón.
Se inició en Gran Bretaña porque solo allí se daban a la vez una serie de factores que se
desarrollaron de forma paulatina, simultánea e interrelacionada. Esos factores son las causas de la
industrialización:
a. Estos medios de transporte tuvieron que inventarse por la necesidad de abastecer a las
fábricas de materias primas (carbón, etc), y también para poder comercializar el gran
volumen de productos que se producía.
a. Los que tenían intereses económicos en estas actividades modificaron algunas leyes
creando un marco jurídico óptimo y estable que favoreció la propiedad privada y las
actividades capitalistas: agricultura, industria, comercio, finanzas...
b. Además, Inglaterra era la primera potencia del mundo, lo que daba fuerza y seguridad a
su economía (moneda estable, sistema financiero sólido…)
6) Desde muy pronto existía una mentalidad empresarial burguesa: burgueses y aristócratas
estaban acostumbrados a invertir en el comercio colonial, en la agricultura para el mercado…
a. Tanto ellos como otros más humildes, como comerciantes del putting-out system, o
trabajadores de esa industria doméstica, estaban acostumbrados a invertir con
mentalidad capitalista, se arriesgaban y aplicaban los inventos al proceso productivo.
La agricultura inglesa y holandesa fueron las primeras en modificar las técnicas tradicionales.
a. Para poder hacerlo, el parlamento, controlado por los hombres más ricos, aprobó leyes
que permitieron arrebatar la tierra a quienes la cultivaban tradicionalmente. Estas leyes
se llamaban Enclosure Acts.
b. Estas leyes se aprobaron porque la agricultura para vender en el mercado empezó a ser
una actividad económica rentable, y por eso quienes tenían poder querían hacerse con
más tierras, para explotarlas directamente, introduciendo innovaciones para mejorar la
productividad y cambiando de cultivo para plantar los más rentables.
c. Cuando se aprobaron los cercamientos, que fueron leyes que sacaban a subasta esas
tierras, los únicos con dinero para comprar eran nobles y burgueses.
d. Querían apropiárselas para cultivar directamente con las nuevas mejoras técnicas,
aumentar el rendimiento y obtener el máximo excedente para el mercado, y por tanto,
el máximo beneficio.
iii. Como no había trabajo para todos y los salarios bajaban por el exceso de mano
de obra, muchos otros debieron emigrar a las ciudades, a buscar trabajo en las
fábricas, en un largo éxodo rural con durísimas condiciones de vida. (Ley de
Pobres de 1834, workhouses).
i. Esto supuso que las antiguas tierras de pastos se pudieran usar para agricultura,
aumentando la superficie cultivada.
ii. Además, aumentó la cantidad de productos animales para alimentación
iii. Y también aumentó el abono disponible para fertilizar la tierra.
3) Como la agricultura era una actividad rentable, se roturaron nuevas tierras en zonas de
bosque o pantanosas, aumentando la superficie cultivada y por ello la producción de
alimentos.
4) Se introdujeron nuevos cultivos: maíz, patata… Muy importantes para la alimentación del
ganado y de la población más pobre, lo que contribuyó a sostener el crecimiento demográfico.
Todo ello dio como resultado un aumento de la producción y los rendimientos, la diversificación de
los productos y la especialización de algunas zonas en ciertos cultivos, porque tenían condiciones
favorables para cultivarlos.
Esto permitió:
3) Aumentaron los beneficios de los empresarios agrícolas. Como tenían más dinero,
demandaron más productos manufacturados y pudieron invertir su capital en la industria.
1.2. EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN.
a. La tradición era tener muchos hijos para que algunos sobrevivieran, y esas
costumbres cambian despacio.
b. Además, como la coyuntura económica era favorable, la gente se casaba antes y por
ello tenía más hijos (empezaba más pronto a tenerlos).
A pesar de los cambios, las duras condiciones de vida de la mayoría de la población hicieron que
la esperanza de vida siguiera siendo baja y la mortalidad infantil muy alta.
2) Éxodo rural, migración a las ciudades de quienes se han quedado sin trabajo en el campo.
3) Mucha gente tampoco encuentra trabajo en la ciudad y debe partir en las migraciones
transoceánicas hacia territorios coloniales (EE.UU), migraciones que empiezan ahora aunque
no serán intensas hasta unas décadas después.
1.3. EL NUEVO SISTEMA PRODUCTIVO FABRIL.
Desde mediados del s. XVIII, en un proceso estimulado por el mercado en expansión que hemos
explicado, se incorporaron innovaciones técnicas que permitieron incrementar la productividad y el
volumen producido.
El sector del algodón fue el primero en generarlas. Como era nuevo en Inglaterra, no estaba
sometido a las regulaciones gremiales que impedían cambiar el proceso productivo en otros sectores.
Además había una demanda en expansión que no se podía cubrir con los sistemas tradicionales, y
estas oportunidades de negocio estimulaban la innovación.
El proceso productivo del textil tiene dos fases, el tejido y el hilado. Las primeras innovaciones se
produjeron en el tejido (Lanzadera volante, de J. Kay, 1733). Como aumentaba la capacidad de tejido,
aumentaba la demanda de hilo, y esto estimulaba que se innovara para aumentar la producción de
hilos.
Así, en 1764 se inventa la Spinning Jenny, una máquina de hilar que acelera esta fase.
El proceso de innovación tecnológica sigue siempre esa lógica: buscando el máximo beneficio,
cuando hay una parte del proceso productivo que no va tan rápido como las demás, se estimula que se
innove para acelerarla y que no siga frenando el aumento de los beneficios.
Aparte de estas innovaciones que aumentaban la productividad del trabajo humano, el cambio
fundamental fue la aplicación de fuentes de energía inanimada al proceso productivo.
Primero se extendió el uso de la energía hidráulica para mover las máquinas, con tecnología
similar a los molinos. Se empleaba por ejemplo en la Water frame (1769), una máquina de hilar.
Como aumentó la capacidad de hilado, en 1784 R. Cartwright inventó el Telar mecánico, que no
fue efectivo hasta que la máquina de vapor de J. Watt (1769) permitió emplear el vapor como fuente
de energía, utilizando el carbón como combustible.
Si se usaba energía hidráulica, las fábricas tenían que localizarse donde habían cursos de agua.
Como las ciudades eran mercados y concentraciones de mano de obra, cuando se pudo garantizar
el abastecimiento de carbón por la mejora del transporte, las fábricas empezaron a localizarse en ellas.
Progresivamente, las máquinas fueron sustituyendo el trabajo manual por su mayor productividad
y menor coste.
Pese a ello, las viejas formas de producción (artesanado, trabajo a domicilio…) siguieron
existiendo mientras que pudieron competir en precios con los productos de las fábricas.
Poco a poco fueron desapareciendo, quienes se dedicaban a ellas se vieron privados de medios de
vida y debieron buscar otros empleos, muchas veces en las fábricas, que se fueron imponiendo como
sistema productivo.
El SISTEMA FABRIL se caracterizaba por la división del trabajo. Una persona no fabricaba todo el
producto, sino que se especializaba en una parte del proceso, y controlaba las máquinas.
Permitió abaratar los costes de producción de un producto (por ejemplo, eran necesarios muchos
menos trabajadores), y por ello, bajar el precio de venta, haciéndolo más competitivo en el mercado.
Como eran los productos más baratos, aumentaron mucho las ventas, y esto generó abundantes
beneficios a los propietarios. Con ellos autofinanciaron la expansión de la industria.
1. La industria textil.
Las innovaciones tecnológicas y las fábricas se introdujeron por vez primera en la industria textil
inglesa, sobre todo en los tejidos de algodón.
Era un sector muy adecuado para el nuevo sistema fabril, porque tenía una demanda potencial
muy grande (mercado interior, mercados coloniales), para la cual la producción con máquinas y
fábricas era el sistema óptimo.
c. La materia prima era muy abundante y barata, obtenida primero de las plantaciones
esclavistas de América, y cuando se independizaron las colonias americanas, del
territorio colonial de la India, que fue desindustrializado y convertido en mercado
para los textiles ingleses y en territorio suministrador de algodón.
El sector algodonero fue el primero en mecanizarse. Se mecanizó el hilado y el tejido-confección a
lo largo del XVIII mediante nuevas máquinas como la lanzadera volante o la hiladora-jenny.
La industria algodonera inglesa exportaba sus telas al mercado mundial mientras las colonias de
su Imperio le proporcionaban la materia prima, el algodón. Los textiles adquirieron una importancia
fundamental en las exportaciones británicas, llegando a suponer casi la mitad de los beneficios totales
del comercio exterior a mediados del s- XIX.
2. Minería y Siderurgia.
- También, desde fines del siglo XVIII, comenzó a utilizarse el hierro como material de
construcción de viviendas, canales, puentes y fábricas.
Por esa demanda creciente se estimulaban las innovaciones tecnológicas para aumentar la
producción y la productividad.
La creciente demanda de carbón, que se utilizaba tanto para la siderurgia como para uso
doméstico en unas ciudades cuya población crecía, estimuló a su vez innovaciones en la minería del
carbón.
La máquina de vapor de Watt se inventó para bombear agua fuera de las minas de carbón, y el
ferrocarril fue el resultado de aplicar la máquina de vapor a los raíles y vagonetas tirados por caballos
que se usaban en las minas, cuando se buscaba un medio de transporte terrestre que redujera las
dificultades del abastecimiento de carbón.
Para la producción de hierro, era necesario encontrar un combustible más barato y abundante
que el carbón vegetal utilizado tradicionalmente, que empezaba a escasear. Se sustituyó por carbón
mineral, abundante en Inglaterra, a través de un método ideado por Abraham Darby (1713).
Después, Henry Cort, en 1786, introdujo el sistema de afinado o “pudelado” en un horno mayor,
utilizando coque como combustible, eliminando las impurezas.
Mediante el laminado la masa obtenida era laminada entre cilindros movidos con energía de
vapor. Así se podían producir piezas estandarizadas: raíles de ferrocarril, vigas, planchas…
Los altos hornos, donde se realizaba la fundición del mineral de hierro, necesitaban grandes
cantidades de carbón y por ello las empresas siderúrgicas se concentraban cerca de los yacimientos
hulleros (Lancashire, Yorkshire, Tierras Bajas de Escocia).
A partir de 1840-1850 la demanda de productos de hierro recibió otro nuevo empuje, que ayudó
a consolidar esta industria, como consecuencia de la construcción del ferrocarril en Gran Bretaña y en
Europa, la mecanización de un gran número de industrias, el rápido proceso de urbanización y el
aumento de los gastos militares por los Estados.
Con la revolución industrial la capacidad productiva creció y ello exigió una renovación en los
medios de transporte, por las necesidades de abastecimiento y comercialización.
Por ello, desde el s. XVIII empezaron a mejorarse las vías de comunicación en Gran Bretaña.
Intentando ampliar mercados para la producción agrícola, se acondicionaron caminos y se
construyeron canales fluviales.
El ferrocarril revolucionó el transporte por su capacidad de carga, rapidez y por la reducción de los
costes del transporte.
En los demás países europeos, en cambio, el Estado fomentó la construcción de la red con ayudas
financieras a las empresas constructoras y otras medidas. Veremos esto más adelante.
La aplicación de la máquina de vapor a la navegación se conseguiría a principios del siglo XIX por el
ingeniero Robert Fulton (1807). El barco de vapor revolucionó la navegación fluvial y marítima, y fue
el medio más usado en los intercambios comerciales internacionales.
Sin embargo, hasta finales del siglo XIX, los buques a vapor no lograron imponerse en el
transporte de mercancías a los barcos de vela. Su generalización supuso una aceleración de los
intercambios y una primera globalización del mercado mundial.
i. Los más ricos tienen más beneficios, más poder adquisitivo, demandan más
productos manufacturados, alimentos…
ii. Los más pobres, que antes practicaban el autoconsumo, al quedarse sin
acceso a la tierra deben acudir al mercado a comprar productos básicos
(comida, textiles…)
iv. Quienes tienen mayor poder adquisitivo sin pertenecer a la clase alta
(pequeña burguesía, funcionarios, médicos, etc), adquieren pautas de
consumo más “consumistas” (objetos para la casa, moda, productos
coloniales como té…)
b. La mejora de los transportes facilitó los intercambios (menos coste, más rapidez)
En estas condiciones, el comercio era una actividad muy lucrativa que se expandió
exponencialmente, convirtiendo a Gran Bretaña en la primera potencia comercial mundial.
1) El sistema político parlamentario que tenía Inglaterra fue un factor que contribuyó al éxito de
la Revolución Industrial.
Fue así porque la burguesía estaba representada en él, y por eso podía modificar las leyes para
favorecer el comercio y la industria, o la modernización de la agricultura.
Ejemplos de estas leyes fueron las que permitieron el cercamiento de los campos, o las que eliminaron
los aranceles que pagaban algunas materias primas, como el algodón.
De este modo, el poder del Estado se puso al servicio de los intereses de la burguesía.
2. LA DIFUSIÓN DE LA INDUSTRIALIZACIÓN.
A lo largo del s. XIX el nuevo sistema productivo se difundió por Europa de manera lenta, gradual y
de forma desigual. La difusión del nuevo sistema productivo se denomina industrialización.
Mientas en las regiones más industrializadas se impulsaban las transformaciones que llevan al
mundo contemporáneo, en las regiones periféricas subsistieron las estructuras tradicionales del
Antiguo Régimen, puesto que sus élites tuvieron el negocio en la exportación de materias primas al
centro industrializado. La Restauración las reafirmó en sus posiciones de poder.
b. En el continente, para evitar la competencia inglesa y suplir esos estímulos que solo se
daban en Gran Bretaña, el Estado apoya los procesos de industrialización hasta que se
crean sectores competitivos. Con medidas como:
a. Esta banca se desarrolla en estrecha relación con los Estados y los intereses económicos
que invierten en la industrialización (grandes conglomerados industriales).
c. En origen, sirve para canalizar ahorro y capitales obteniendo los ingentes recursos
necesarios para la construcción de los ferrocarriles y el desarrollo del sector de la
industria pesada
4) Importancia del desarrollo de sectores de industria pesada para construir la propia red de
ferrocarriles.
a. Aplicando el proteccionismo, la construcción de la red ferroviaria actúa como estímulo
para el desarrollo de la siderurgia, la minería, la industria mecánica…, sectores que
además se ven ayudados por el Estado en su desarrollo.
Estas son las pautas comunes, pero en función de los factores y el contexto particular de cada
país, la industrialización siguió modelos diferenciados.
Compartían:
- Revolución agrícola, transformaciones agrarias del s. XVIII, mercados urbanos importantes que
estimulan el desarrollo de la agricultura de mercado.
- Obstáculos del Antiguo Régimen eliminados por la revolución francesa y las guerras
napoleónicas.
El que estén presentes estos factores, junto a otras cuestiones como la existencia de capitales o la
cercanía geográfica al primer foco industrial de Inglaterra, explica por qué fueron estas y no otras las
primeras zonas en industrializarse.
Sin embargo, cada país tenía peculiaridades que explican que siguieran modelos diferenciados de
industrialización:
- Bélgica tenía factores muy similares a Gran Bretaña, pero menor tamaño --> su industrialización fue
muy similar a la británica (primero textil, después siderurgia), pero con:
o un Estado mucho más activo (proteccionismo, subvenciones…)
o con fuerte desarrollo de la banca de inversión para costear la construcción de sectores
muy costosos como ferrocarril y siderurgia. Después, esta banca exporta capitales (los
invierte en países extranjeros).
- Buena red de transportes previa (canales fluviales y marítimos), reforzada muy pronto con la
construcción del ferrocarril, que supuso el estímulo para el desarrollo de un potente sector
siderúrgico en Lieja.
- Francia: industrialización más lenta, menos intensa, distinta, basada en textil, energía hidráulica y
recursos mineros. Al principio, importante sector de artículos de lujo (tradición manufacturas reales
del absolutismo, Gobelinos…).
--> por las condiciones creadas por la R. Francesa, hay mejor calidad de vida en el campo y lo viejo
(artesanía, agricultura tradicional, sistema doméstico) pervive más tiempo y se combina con lo nuevo
(no hay cercamientos, no se desencadenan procesos de transformación tan violentos como en Gran
Bretaña (éxodo rural masivo, transformación agraria, crecimiento demográfico tan acusado (el control
de la natalidad empieza antes).
El mercado interior es amplio, pero en gran parte rural, disperso, sin concentraciones urbanas tan
grandes como las inglesas.
Desde 1852 el proceso se intensifica, y también crea como Bélgica bancos de inversión (Credit
Mobilier) que exportan capitales a otros países como España, por ejemplo a minería, ferrocarriles...
Desde muy pronto el Estado invierte fuertemente en educación e investigación, lo que supone que se
coloque a la cabeza en estos campos en la Segunda Revolución Industrial (desde 1870).
Una férrea política proteccionista hace posible que se desarrolle ese potente tejido industrial.
- Las periferias europeas: se mantienen como economías arcaicas, exportadoras de alimentos y
materias primas a este centro industrializado.
Estos territorios son la mayor parte del Imperio Austríaco, Rusia, Irlanda (bajo soberanía británica,
económicamente tratada como una colonia) y la Europa mediterránea.
Las viejas élites del A. Régimen mantienen el poder y tienen como fuente de riqueza la explotación de
sus propiedades agrarias con los métodos del A. Régimen (segunda servidumbre en Europa del Este).
No están estimuladas para cambiar de actividad y probar con la industria, porque con dichas
actividades mantienen su status privilegiado y riqueza, no hay por tanto estímulos a la innovación ni al
desarrollo de una mentalidad empresarial.
No hay capitales, no hay estímulos para la industrialización (suficiente demanda), lo que se intenta se
intenta muchas veces con capital extranjero (por ejemplo, la construcción de ferrocarriles) y no es
ajustado a necesidades económicas existentes. Es lo que ocurre en España con el ferrocarril.
Por todo ello, en muchas ocasiones el intento de industrialización solo se traduce en más deuda
pública para el Estado, limitando su margen de acción en el futuro.
El aumento del volumen de producción y de la productividad que hicieron posible las nuevas
fábricas impulsadas por fuentes de energía inanimada aceleró la circulación de mercancías, los
intercambios, las actividades de las que se obtenían beneficios, y por ello se convirtió en el núcleo de
un capitalismo que pasó de ser comercial a industrial.
La teoría económica que empezó a estudiar el funcionamiento del capitalismo para maximizar los
beneficios que podían obtenerse con estas actividades se denomina LIBERALISMO ECONÓMICO. Se
dedicó a explicar el funcionamiento del capitalismo y contribuyó a consolidarlo.
Actividades muy lucrativas, como el comercio colonial (comercio triangular, trata…), actividades
financieras, el putting-out system o la agricultura de mercado daban importantes beneficios.
Puesto que muchos burgueses y algunos nobles británicos tenían como hemos visto una
mentalidad empresarial, parte de esos beneficios fueron invertidos en las primeras fábricas, al ver en
ellas una nueva oportunidad de negocio.
Cuando las fábricas empezaron a funcionar, dieron enormes beneficios (menos coste de trabajo,
materia prima muy barata, gran capacidad de producción). Parte de los beneficios se fueron
reinvirtiendo para ampliar el negocio, es decir, la expansión de las primeras industrias se autofinanció
sin tener que acudir al crédito.
2) Después, los negocios cambiaron. Las fábricas ganaron en tamaño, la maquinaria era más
sofisticada y, en definitiva, el dinero necesario para crear una empresa aumentó. Empezaba a
ser necesario hacer uso de otros medios de financiación.
Los bancos, que ya existían antes de la revolución industrial, ganaron en importancia al seguir
cumpliendo sus dos principales funciones: guardar el dinero de los ahorradores y prestarlo, a cambio
de un interés, a las empresas.
Otra vía era las sociedades anónimas, nacidas antes del siglo XIX, y que, con la revolución
industrial, van a adquirir un gran desarrollo al tratarse de una fórmula excelente para reunir más
capital. Al fundar una empresa, por ejemplo, siderúrgica, su capital se dividía en acciones (o
participaciones) para ser adquiridas por diferentes accionistas. Muchos ahorradores podían
convertirse en accionistas de una sociedad, cuyos beneficios eran luego repartidos en forma de
dividendo entre los accionistas.
Esas ideas eran la base del LIBRECAMBISMO, una nueva doctrina económica elaborada al servicio
de los intereses de la burguesía, la nueva clase dominante, cuyo desarrollo a través de la obra de
varios pensadores fue conformando el liberalismo económico, la base teórica sobre la que se asentó
el capitalismo.
Los nuevos principios del liberalismo económico fueron definidos, entre otros, por los siguientes
pensadores británicos de la escuela económica clásica.
- Adam Smith (1723-1790), : En su obra Una investigación sobre la naturaleza y las causas de
la riqueza de las naciones (1776) fijó los principios básicos del liberalismo económico:
o Libre competencia.
Que el estado elimine monopolios y barreras aduaneras, que no haya
proteccionismo.
o En aquellos momentos lo conocido eran las crisis de subsistencias del Antiguo Régimen,
todavía no se sabía que las transformaciones de la agricultura permitirían sostener el
crecimiento demográfico, por eso este pensador alerta sobre ello.
o Defendía controlar y reducir la natalidad ENTRE LOS POBRES, para que la población no
creciera por encima de los recursos disponibles.
o Limitación del salario de los obreros al mínimo que garantizase su subsistencia. (Ley
de hierro de los salarios)
Esto lo defendía porque pensaba que a consecuencia de la libre competencia,
los márgenes de beneficio de las empresas se irían reduciendo,
Además, por la expansión de la actividad, poco a poco las materias primas serían
más escasas y más caras
Para que los productos siguieran siendo competitivos en el mercado, se
deberían reducir al máximo los costes de producción, evitando subir los precios.
El precio de las materias primas, energía, etc, escapaba del control del
empresario, pero no los sueldos que pagaba a sus obreros se reducen al
máximo para mantener el margen de beneficios sin subir los precios.
Todos estos pensadores defendían la propiedad privada, eran partidarios de la libre contratación
entre patronos y obreros (que venía a dar, en la práctica, todas la ventajas a los primeros, puesto que
estaban en una posición de poder) y de la libertad de comercio e industria.
También, excepto Mill, condenaban cualquier intervención del Estado en la economía (en las
cuestiones sociales, financieras y empresariales).
3) Libre iniciativa.
a. El interés privado es el motor de la economía. Acabará repercutiendo en beneficio de la
sociedad porque se piensa que existen mecanismos “naturales” que regulan la
economía (“mano invisible”), según la ley de la oferta y la demanda.
5) Libre competencia.
a. La competencia entre empresas para aumentar los beneficios genera una carrera entre
ellas para reducir los precios y ganar nuevos clientes
b. Para ello necesitan reducir los costes, y esto estimula la innovación tecnológica
c. Esto debe traducirse en cada vez mejores condiciones para los clientes
Las transformaciones en el mundo rural causaron una importante migración campo-ciudad, y esto
se tradujo en un intenso proceso de urbanización, con ciudades que crecieron y cambiaron.
La abolición de la sociedad estamental por las revoluciones liberales, unida a las nuevas relaciones
laborales que se generan con la expansión del capitalismo y la industrialización supone el reemplazo
de la antigua sociedad estamental por una nueva sociedad de clases.
4.1. La sociedad de clases.
La nueva sociedad de clases se compone de clases sociales, grupos a los que se pertenece no por
el nacimiento, sino en función del nivel de riqueza.
En esta nueva organización social se consolidan dos clases principales, burguesía y proletariado,
que forman parte de ella junto a grupos heredados del pasado, como la aristocracia o el campesinado.
Es una sociedad abierta, existe movilidad social: se puede cambiar de clase por el
enriquecimiento o el empobrecimiento.
Además, la nueva sociedad consolida una clara desigualdad de género: la esfera pública
(economía, arte, cultura, política…) quedaba para los hombres, mientras las mujeres tenían reservada
la esfera doméstica y su vida y educación se orientaban al matrimonio y el hogar.
Las mujeres se veían forzadas a adoptar rígidos roles de género que las oprimían, dentro de una
moral muy conservadora. Eran tuteladas por sus padres y maridos, y carecían de derechos civiles y
derechos políticos.
4.1.1. La burguesía
No es una clase homogénea, pues dentro de ella había una diferenciación según el nivel de
riqueza, pudiendo distinguir a grandes rasgos:
La familia siguió siendo como en el pasado el núcleo esencial de la transmisión y consolidación del
patrimonio (herencia), y para esto el matrimonio por interés era fundamental.
La vivienda burguesa simbolizaba el linaje, el status social y su nivel económico. Emulando los
comportamientos aristocráticos, la alta burguesía tenía servicio doméstico, vestidos lujosos, muebles y
decoración muy caros, de mejor o peor gusto, objetos que se acumulaban para ostentar lujo y
refinamiento, para presumir ante otros que como ellos estaban en lo más alto de la sociedad.
La mujer burguesa.
En el entorno de la burguesía más rica, la mujer se veía sometida a un rígido código de conducta:
no podía trabajar fuera del hogar, y dentro de él debía limitarse a coordinar al servicio doméstico y
servir a su marido. Para las mujeres más ricas, el cuidado de los hijos era muchas veces dejado a cargo
de tutores e institutrices.
La vida de las hijas se enfocaba a conseguir para ellas un matrimonio que fuera ventajoso para la
familia. Dicho matrimonio sería la base de su vida adulta, de su vida social y de su propia identidad. La
mujer quedaba ligada a la posición y el prestigio social de su marido, y se convertía en poco más que
otro objeto de lujo que añadir a la lista de propiedades de su esposo.
No recibía formación superior, ya que ésta se reservaba a los hijos varones, para quienes estaba
reservada la actividad económica y la vida pública. Sus estudios se limitaban a nociones básicas de
lectura, escritura y cálculo, así como de las materias consideradas “femeninas” en la época: religión,
música (para entretener a los hombres) y hogar.
No solía salir a la calle sin compañía, y su ostentosa vestimenta, además de para exhibir riqueza y
poderío social, estaba pensada para ocultar su cuerpo, según imponía la rígida moral imperante.
Siendo esta la norma, lo cierto es que la hipocresía y la doblez eran la nota característica del
mundo burgués, y no era raro que pese a mantener esta fachada políticamente correcta de cara al
exterior muchas mujeres ricas tuvieran amantes, se relacionasen a escondidas con el mundo de la
noche, de la bohemia y del arte, etc.
En la medida en que podían las mujeres compartían estas y otras “excepciones a la regla” con los
hombres, que por su rol masculino eran no obstante mucho más libres para mantener relaciones
extramaritales (heterosexuales y homosexuales), para hacer uso de la prostitución, del consumo de
drogas y alcohol, del juego, del ocio…
4.1.2. La aristocracia.
La nobleza compartió la cúspide de la sociedad y estos modos de vida con la alta burguesía, pero
poco a poco fue perdiendo peso frente a ella porque sus fuentes de ingresos eran las rentas de sus
propiedades, en la mayoría de casos menos lucrativas que las actividades capitalistas de los burgueses.
Con la Revolución Francesa y las posteriores revoluciones liberales fue despojada de sus antiguos
privilegios, pero mantuvo sus propiedades y su poder económico.
Además, siguió teniendo peso político porque en los nuevos sistemas políticos liberales se le
reservó poder de decisión, creando en muchos casos sistemas parlamentarios bicamerales con una
cámara alta, casi siempre hereditaria, reservada para ella (Cámara de los Lores británica, por ejemplo).
En estas regiones, bajo la apariencia de regímenes políticos liberales los grandes terratenientes
fueron muchas veces el poder real a escala local, y mantuvieron un estricto control político, social y
económico sobre los que habían sido sus dominios tradicionales (por ejemplo, caciquismo en España).
Su modo de vida era imitado por los burgueses, que lo emulaban como signo de distinción social, y
el ennoblecimiento por matrimonio o la compra de títulos nobiliarios siguieron siendo una práctica
extendida con la que la alta burguesía intentaba aumentar su prestigio social.
4.1.3. El campesinado.
Pese a la industrialización y el éxodo rural, la agricultura seguía siendo la actividad económica que
ocupaba a la mayoría de la población.
Las formas de vida del campesinado continuaron siendo muy similares a las de la época
preindustrial, porque las estructuras y mentalidades cambian despacio, aunque con matices en
función de la mayor o menor vigencia del régimen señorial.
Hasta la década de 1860 pervivieron formas de servidumbre en ciertas zonas de la Europa oriental
y mediterránea, mientras que en las zonas más afectadas por las transformaciones hacia la agricultura
de mercado, las viejas formas de vida fueron barridas por la privatización y concentración de la
propiedad de la tierra y la mecanización del trabajo en el campo, el paso al trabajo asalariado…
Desde siempre, las mujeres debían añadir al trabajo de cuidados ciertas tareas agrícolas que les
estaban reservadas: escarda, vendimia, aceituna…, así como ayudar en otras tareas como siega,
pastoreo…
Además, en las zonas en las que se daba, a esto se añadía el trabajo en actividades
complementarias como el putting-out system.
4.1.4. El proletariado.
Esta clase se caracteriza por estar formada por quienes tienen que vender su fuerza de trabajo a
cambio de un salario para ganarse la vida.
Fue una clase social heterogénea, formada por una mayoría de asalariados en las fábricas,
aunque persistieron los oficios artesanales, otras actividades como el servicio doméstico, y las más
variopintas actividades para ganarse la vida en las ciudades, dentro de lo que podríamos llamar el
“sector servicios”: recaderos, limpiabotas, vendedores y lectores de diarios…
Una minoría dentro de esta clase la componían asalariados con empleos más cualificados, como
mecánicos, o los capataces, con mayores sueldos y mejores condiciones de vida (“obreros
respetables”).
Y en su nivel más bajo se encontraban los delincuentes, las prostitutas, personas enfermas o con
discapacidad que no podían trabajar, huérfanos y niños de la calle, mendigos…, denominados a veces
lumpenproletariado, los más pobres de los pobres.
La mujer obrera.
Las mujeres proletarias tuvieron que incorporarse al trabajo en las fábricas en unas condiciones
de gran explotación, y tuvieron que hacerlo saltándose lo políticamente correcto porque los sueldos
de sus maridos no bastaban para cubrir la subsistencia de las familias.
Pese a que el disponer de un salario pudo darles algo de autonomía, aparte de las largas jornadas
de trabajo las mujeres obreras sufrían peores condiciones por el hecho de ser mujeres:
- Brecha salarial: cobraban salarios muy inferiores a los de los hombres, y de hecho este fue uno
de los principales motivos por el que los patronos las incorporaron a los tajos.
- Doble jornada de trabajo: en el tajo y después en el hogar, en el que asumían las tareas
domésticas y la crianza de los hijos.
- Carecían de acceso a la educación. Las posibilidades de educación para las mujeres disminuían
a medida que se descendía en la escala social, a la vez que aumentaba la actividad laboral.
- Otros problemas, como acoso sexual en el trabajo, intimidación, etc, teniendo además su
trabajo una consideración social inferior al del hombre, dentro de la desigualdad de género
imperante.
Los obreros sufrían una precariedad laboral extrema, fruto de la deshumanización del trabajo
industrial (ver la diapositiva 24 del P. Point, la película Daens).
Las jornadas de trabajo duraban 12-14 h, sin días de descanso, con salarios muy bajos por la
abundancia de mano de obra, sin leyes que regularan las condiciones de trabajo, ni seguridad contra
los accidentes, ni ninguna prestación social en caso de enfermedad o desempleo.
Las mujeres cobraban menos, y el trabajo infantil estaba muy extendido porque los niños eran
más dóciles y se les podía pagar menos. Estos niños se destinaban a tareas que por tamaño no podían
realizar los adultos, y al dedicar su vida al trabajo se veían privados de infancia y acceso a la educación.
Casi todos los ingresos de la clase obrera se destinaban a comprar alimentos y pagar el alquiler.
Apenas había tiempo ni recursos para el ocio por las largas jornadas laborales, que lo eran más
para las mujeres.
Los hombres, si había dinero, frecuentaban las tabernas, donde bebían, jugaban y charlaban. Las
tabernas eran un espacio de diversión, de evasión, de socialización una vez perdidos los lazos
comunitarios del campo. También se convirtieron en centros de reunión política, asambleas, etc, en
los ciclos revolucionarios liberales y cuando el movimiento obrero empezó su andadura.
El desarraigo por la migración a las ciudades y el tipo de vida que allí se llevaba supuso la ruptura
de las relaciones sociales previas y el abandono de las viejas costumbres, valores y modos de vida.
Las malas condiciones de vida provocaron cambios en la estructura familiar. Muchos hombres
abandonaron a sus familias al verse incapaces de mantenerlas. Subieron las tasas de soltería y los
nacimientos fuera del matrimonio, proliferando familias monoparentales formadas por madre e hijos.
Estas condiciones de vida y el peligro que suponían para la burguesía (enfermedades y epidemias,
revueltas sociales) motivaron en parte las transformaciones urbanísticas de las grandes ciudades.
Además, la migración aumentaba porque la población del campo seguía creciendo y cada vez era
necesaria menos mano de obra por la difusión de la mecanización de las tareas agrícolas.
Las ciudades crecieron mucho por este éxodo rural y también por el propio crecimiento natural de
su población.
Se produjo así el paso de una sociedad rural a una sociedad urbana, a un ritmo distinto en función
de cada país, mucho más rápido en Inglaterra.
Mientras a principios del XIX solo un 2% de la población europea vivía en ciudades, a comienzos
del XX lo hacía el 78% de los británicos, el 60% de los alemanes y el 44% de los franceses.
En los países menos industrializados el crecimiento de las ciudades fue mucho menor, y más lento.
Las ciudades que crecían eran centros industriales (Liverpool, Manchester), nudos de
comunicación y transportes (ciudades portuarias como Rotterdam), o las capitales europeas (Londres,
París, Moscú..).
Sin embargo, las ciudades europeas no tenían oportunidades económicas suficientes para todos,
por lo cual parte de esos emigrantes rurales debieron partir hacia los EE.UU., especialmente a las
ciudades y centros industriales de la costa este, alimentando las migraciones transoceánicas.
- Para quien esté interesad@, VER GANGS OF NEW YORK, de Martin Scorsese.
El crecimiento rápido y descontrolado de las ciudades originó una fuerte segregación social por
barrios, separando a ricos y pobres.
Los barrios obreros crecieron rápidamente y sin ninguna planificación. Las calles estaban sin
pavimentar, no había alcantarillado o servicio de recogida de basuras.
Los edificios tenían varias plantas que albergaban viviendas de pequeño tamaño, muchas veces de
una sola habitación para toda la familia, compartida por todos sin ningún tipo de intimidad, que era a
la vez cocina y dormitorio.
Las viviendas carecían de agua corriente, alcantarillado, ventilación o medidas higiénicas. Las
letrinas, si existían, eran comunitarias, y se evacuaban directamente a las calles.
Las viviendas a veces se realquilaban, y propietarios y usureros especulaban con el negocio de los
alquileres a los pobres.
Las familias más pobres se hacinaban en barracas o chabolas en las calles de los barrios.
Las malas condiciones higiénicas, que multiplicaron el peligro por enfermedades y epidemias, la
degradación de la ciudad por la contaminación, los problemas de congestión y las nuevas necesidades
(estaciones de ferrocarril, etc), motivaron reformas urbanísticas desde mediados del s. XIX.
A mediados del s. XIX, la burguesía abandonó los centros históricos degradados y edificó
confortables barrios residenciales en las zonas donde la suciedad y la contaminación industrial eran
menores.
Estos planes de ensanche conllevaron el derribo de las murallas medievales y la planificación por
arquitectos e ingenieros de nuevos barrios de trazado regular, con amplias avenidas y bulevares que
facilitaban el acceso a estaciones de ferrocarril y de metro, zonas verdes…
En ellos se construyeron edificios de buena calidad, articulados en grandes avenidas. Estos barrios
sí tenían servicios públicos: alumbrado, alcantarillado… Y nuevos medios de transporte: tranvía,
metro..
En los edificios se instalaron oficinas, comercios y viviendas en las que la burguesía gozaba de todo
tipo de comodidades y exhibía su riqueza.
La distribución en altura de las viviendas reflejaba la jerarquía social: los propietarios burgueses
más ricos habitaban las primeras plantas, las más cómodas puesto que todavía no existían ascensores,
mientras que los más pobres vivían alquilados en las buhardillas del edificio.
Las nuevas zonas así construidas se adaptan a las nuevas exigencias del modo de vida industrial
(tráfico, congestión), pero también a los intereses económicos (especulación inmobiliaria en los
ensanches) y las nuevas necesidades de control social de una población pobre cada vez más
numerosa y en pésimas condiciones de vida, teniendo muy presente lo ocurrido en las experiencias
revolucionarias previas:
- “Embellecimiento estratégico” del París de Haussman, una remodelación del callejero con el
trazado de amplios bulevares que permitían desplazar las tropas con rapidez para aplastar las
insurrecciones, eliminando las callejuelas en las que se podían montar barricadas.
- Reformas higienistas de los centros históricos para reducir el riesgo por epidemias, instalando
alcantarillado, agua corriente, e iluminación para evitar la delincuencia, mejorando las
condiciones de habitabilidad y a la vez eliminando peligros para la burguesía.
a. Demográficas
Aumento de población.
Éxodo rural: emigración del campo a la ciudad.
Migraciones internacionales: emigración a América.
b. Sociales
Sociedad de clases: burguesía y proletariado.
Enfrentamiento burguesía-proletariado. Explotación de la clase obrera.
Intenso desarrollo urbano: proceso de urbanización, reformas urbanísticas, ensanches…
c. Económicas.
Sistema fabril, mecanización
Desarrollo del capitalismo mediante grandes empresas
Grandes diferencias económicas entre países. Intercambios desiguales. Dualismo de países
ricos y países pobres, centro y periferias, desarrollados y subdesarrollados.
Economía de mercado. (liberalismo económico, capitalismo)
Nuevos sistemas financieros: inversiones para la industria.