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|UNIVERSIDAD ESPAÑA

Psicología clínica.
Primer Semestre.
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
DESARROLLO EVOLUTIVO DEL SER HUMANO
Catedrática: L.P.E. Edgar Iván Alvarado Mendoza
Alumno: Jorge Valles Martínez.

Guadalupe Victoria, Dgo., septiembre 2023.


Introducción.
1. INTRODUCCIÓN.
2. FECUNDACIÓN.
2.1. Fase embrionaria.
2.2. Primera semana.
2.3. Segunda semana.
2.4. Tercera semana.
2.5. Cuarta semana.
2.6. Quinta y sexta semana.
2.7. Séptima semana.
2.8. Octava semana.
3. FASE FETAL.
3.1. Semana 26.
3.2. Semanas 27 a 30.
3.3. Semanas 31 a 34.
3.4. Semanas 35 a 37.
3.5. Semana 38 a 40.
4. NACIMIENTO.
4.1. Fases del parto.
5. ETAPAS POSTERIORES AL NACIMIENTO
6. CONCLUSIONES.
7. REFERENCIAS.
INTRODUCCIÓN.
Resulta una incógnita común en cualquier persona el querer saber cómo es que los
seres humanos se desarrollan desde que se encuentran en el vientre de la madre hasta el
momento en el que son niños capaces de hacer uso de la razón básica. Explorar el desarrollo
evolutivo del ser humano, desde la etapa de gestación hasta la niñez media, implica
comprender una secuencia compleja de eventos y transformaciones. Desde que se da la
concepción, el organismo en formación inicia un viaje de asombrosas transiciones y
crecimientos. Durante este proceso, muchas influencias internas y externas interactúan para
configurar las bases del futuro del nuevo ser humano. En primer lugar, es muy importante
comprender muy bien el papel fundamental que desempeña la etapa de gestación en el
desarrollo humano. Durante este lapso, el embrión crece en el útero materno, dando lugar a
una secuencia de eventos biológicos que culminan en la formación de un organismo humano
funcional.

Desde la gestación de los órganos vitales hasta la formación de los distintos tejidos,
cada uno de estos procesos contribuye a la creación de un individuo capaz de enfrentar los
desafíos del mundo exterior. Asimismo, se explorarán los factores externos que influyen en
este periodo, tales como la alimentación de la madre y la exposición al ambiente, entendiendo
su importancia en el desarrollo del embrión.

A medida que el ser humano emerge en el mundo, da inicio a un proceso de adaptación


a un entorno completamente distinto al ambiente intrauterino. Pasar del líquido amniótico al
aire del mundo da inicio a una serie de cambios fisiológicos cruciales. La implementación de
la respiración autónoma, la regulación de la temperatura corporal y la adaptación al sistema
digestivo son solo algunos ejemplos de estos procesos esenciales para la supervivencia y el
adecuado funcionamiento del organismo en su nueva realidad.

A lo largo de la infancia temprana, el ser humano se embarca en un viaje de


descubrimiento y aprendizaje continuo. La adquisición del lenguaje, el desarrollo de
habilidades motoras y la exploración del entorno constituyen algunas de las actividades que
definen esta etapa. Cada interacción con el entorno proporciona estímulos fundamentales
para el desarrollo cognitivo y emocional, dando así lugar a las bases para futuros logros, ya
sean intelectuales o sociales. Conforme la infancia progresa hacia su etapa media, se observa
un cambio significativo en la complejidad de las interacciones sociales y cognitivas. El niño
comienza a formar relaciones más elaboradas con sus semejantes y muestra un mayor grado
de independencia. El desarrollo de habilidades de resolución de problemas y la capacidad de
comprender otras perspectivas se convierten en pilares fundamentales para esta fase,
sentando así las bases para el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas más complejas
en las etapas a futuro.

En conclusión, el presente trabajo de investigación invita al lector a adentrarse en el


fascinante viaje del desarrollo evolutivo del ser humano, desde la etapa de gestación hasta la
niñez media. A lo largo de este proceso, se despliegan una serie de cambios y adaptaciones
que configuran la trayectoria de la vida humana. Comprender estos procesos resulta esencial
para apreciar la complejidad y la maravilla de la vida en sus primeras etapas, dando lugar a
una comprensión más profunda de la condición humana en su totalidad.

FECUNDACIÓN.
Para empezar el proceso, se requiere unir un ovocito secundario con un
espermatozoide en las trompas de Falopio. Esto sucede cuando el espermatozoide atraviesa
algunas capas alrededor del ovocito. Antes de esto, los espermatozoides se preparan mientras
viajan por el útero y la trompa de Falopio. Durante este viaje, ocurren algunos cambios
importantes:

• La cabeza del espermatozoide pierde su cubierta de proteínas.


• Se modifica la permeabilidad de la membrana plasmática a los electrolitos de calcio y
potasio, esto le permite responder a los estímulos que produce la zona pelúcida del
ovocito y se desencadena la reacción acrosómica.

De los aproximadamente 300 millones de espermatozoides que se depositan en la vagina por


la eyaculación, la mayoría muere debido al pH ácido de esta, a pesar de que el pH alcalino
del semen intenta neutralizarlo, los que libran este obstáculo y penetran por el cuello uterino
(cérvix) se enfrentan al moco cervical (formado por proteínas, enzimas, sales inorgánicas y
agua), en el cual un gran número proceden a quedar atrapados, los que consiguen atravesar
el cuello uterino continúan su viaje cuesta arriba por el útero. Los espermatozoides que llegan
hasta el ovocito son alrededor de 200, lo hacen por estímulos quimio táctiles producidos por
las células foliculares de la corona radiada, este primer obstáculo lo superan gracias a los
movimientos de la cola que dispersan a las células, el segundo es la zona pelúcida que
produce una glucoproteína que inicia la reacción acrosómica que consiste en la perforación
de la membrana del acrosoma y la liberación de las enzimas hidrolíticas que este contiene, lo
que permite que el espermatozoide entre, el último obstáculo es la membrana plasmática del
ovocito y este lo supera al unirse la proteína fertilina contenida en la membrana del
espermatozoide, con las proteínas integrinas de la membrana del ovocito, que abren un
espacio por donde penetra al citoplasma del ovocito parte del contenido del espermatozoide
(núcleo, el centriolo proximal y el axonema).

En cuanto ocurre la penetración del espermatozoide en el ovocito secundario


concluye la segunda división meiótica, y se libera el segundo cuerpo polar, aquí termina la
maduración del ovocito que se convierte en un óvulo. En el óvulo ahora se encuentran los
dos pronúcleos (haploides), el femenino y el masculino, los cuales se unen e intercambian su
material genético y el óvulo se convierte en un cigoto o huevo diploide; esta célula presenta
todas las características del nuevo organismo.

Este proceso puede durar entre 24 y 36 horas. Mientras se da el proceso de la


fecundación, la zona pelúcida sufre cambios que inmovilizan y expulsan a los
espermatozoides que hayan quedado en ella y el ovocito se retrae y aleja de ésta para
garantizar que ningún otro espermatozoide pueda penetrar.

La importancia de la reproducción es que garantiza la continuidad de las especies en


la Tierra, y este proceso se realiza desde que existe la vida en el planeta, a lo largo del tiempo
han aparecido diferentes modalidades dependiendo del tipo de organismo de que se trate,
pero todas contribuyen a llevarla a cabo.

Fase embrionaria.
En esta etapa, la célula fertilizada pasa por una serie de cambios asombrosos que
llevan a la formación inicial, aunque básica, de tejidos, órganos y sistemas. Este proceso se
extiende a lo largo de 53 a 56 días y se conoce como la fase embrionaria, que incluye cinco
subetapas: la etapa de cigoto, de mórula, de blástula o blastocisto, de gástrula y de embrión.

Primera semana.

El óvulo fecundado se divide por primera vez a las 24h de la concepción, es lo que
llamamos zigoto. Durante los días siguientes se sigue dividiendo y forma una bola de células
que se llama blastocisto. A los 5 días, las células del blastocito se separan en dos grupos: las
que formarán la placenta y las que formarán el embrión (células madre).

Al final de esta primera semana, el óvulo fecundado desciende por las trompas de
Falopio para llegar al útero al quinto día. Se ancla en la pared del útero (implantación) al final
de la primera semana y allí pasará nueve meses.

El útero de la madre ha cambiado y se ha adaptado para el embarazo. La pared interna


de la matriz se ha vuelto mullida y más gruesa para favorecer la implantación del blastocisto,
necesaria para que el embrión reciba los nutrientes necesarios para crecer.

Segunda semana.

Se empieza a formar el embrión que mide 0.2 milímetros. En esta etapa, el embrión
tiene una forma redondeada y está formado por dos capas: el endodermo y el ectodermo. Las
células se van multiplicando muy rápidamente y van adquiriendo una función específica.

• Del endodermo se formarán: piel, el revestimiento interno del aparato respiratorio y


digestivo, la vejiga, tímpano, tiroides, páncreas e hígado.
• Del ectodermo: sistema nervioso, piel, órganos de los sentidos (ojos, oído, nariz), uñas,
esmalte dentario, hipófisis, pelo, glándulas mamarias y sudoríparas.
Tercera semana.
Al embrión le aparece una tercera capa, el mesodermo, de este tejido derivará:
• El aparato locomotor (huesos, músculos y cartílagos)
• El sistema vascular (corazón, venas y arterias).
• Las células de la sangre
• El sistema genital y urinario (excepto la vejiga)
• El bazo y glándulas suprarrenales

Se forman las vellosidades coriónicas que conectarán con los vasos sanguíneos de la
madre. De este modo, el embrión obtiene el alimento y el oxígeno necesario para crecer.
Por otro lado, en el tronco del embrión se va haciendo hueco a órganos como el intestino,
hígado, riñones y pulmones.

Cuarta semana.

El embrión crece un milímetro cada día (mide unos 5 milímetros) y se inicia el


desarrollo de:

• Las extremidades (brazos, piernas, músculos y hueso)


• El corazón del embrión (amasijo de células musculares alargadas) empieza a latir a los
22 días aproximadamente. Este rudimentario corazón será el encargado de distribuir el
alimento y el oxígeno a todas las partes del embrión para que pueda crecer. El corazón
embrionario late a unas 150 pulsaciones por minuto.
• El aparato digestivo se va diferenciando en sus diferentes partes (esófago, estómago e
intestino).
• Aparecen los órganos de los sentidos, es decir, se forman las cavidades oculares y las
orejas
• Se empieza a desarrollar el tubo neural, que se convertirá en el sistema nervioso del bebé
(cerebro y médula espinal) y la columna vertebral.

Quinta y sexta semana.


El embrión va adquiriendo forma humana o de bebé. Crece muy deprisa y ahora tiene
el tamaño de un garbanzo (5-6 milímetros). Su cabeza es muy grande respecto al resto del
cuerpo y las extremidades muy cortas:
• En el rostro se distinguen perfectamente los ojos, la nariz, boca y orejas.
• Los dedos no se distinguen todavía.
• Los brazos y las piernas pueden empezar a moverse al final de la sexta semana.

Séptima semana.

El embrión mide unos 22 milímetros. Los tejidos y los órganos formados en la fase
embrionaria maduran:
• El corazón ya tiene cuatro cavidades
• Se empiezan a formar el paladar y la lengua.
• La placenta aumenta de tamaño para nutrir bien al bebé
• El cordón umbilical crece mucho y se ensancha
• Se forman los pezones y los folículos pilosos
• Los codos y los dedos ya se pueden ver
• El sistema digestivo y el aparato urinario del feto (que eran una misma estructura) se
separan
• Se produce la neurogénesis o producción de neuronas.

Al finalizar esta semana el embrión mide ya 1 centímetro y son las semanas más
delicadas del bebé porque le pueden afectar algunos medicamentos, alcohol, nicotina, cafeína
o radiaciones (como las radiografías).
Octava semana.

Oficialmente termina el periodo embrionario y el embrión pasa a llamarse feto. Se ha


formado el esbozo de todos los órganos del futuro bebé y ya empieza a tener forma humana.

• El rostro del bebé ya está más definido y tiene párpados, nariz incipiente y labio superior.
• El cuerpo se va alargando, cada vez con más forma humana y la piel es translúcida, por
lo que se puede ver el esqueleto. Pero los huesos no están calcificados, están formados
de cartílago, es decir, son blandos.
El embrión mide entre 4 y 5 centímetros y pesa 9 gramos. La circulación a través del
cordón umbilical está muy bien desarrollada (Dra. Esther Martínez).

FASE FETAL.
Se está hablando del período en el que el ser humano aún no ha nacido, pero ya ha
terminado su etapa de embrión, es decir, es un feto. Durante esta fase, no se crean órganos ni
tejidos nuevos, sino que los que ya existen se desarrollan y maduran. Al llegar a la octava
semana después de la fecundación (que son 10 semanas de embarazo), el embrión pasa a ser
un feto. Durante esta etapa, las partes ya creadas crecen y se desarrollan. Aquí están los
indicadores de cuánto tiempo lleva el embarazo:
• A las 12 semanas, el feto ocupa todo el espacio del útero.
• A las 14 semanas, se puede saber si es niño o niña.
• Entre las semanas 16 y 20, la mujer embarazada siente por primera vez los movimientos
del feto. Las mujeres que ya han tenido hijos suelen sentir los movimientos unas 2
semanas antes que las que están embarazadas por primera vez.
• A las 24 semanas, el feto podría vivir fuera del útero.
• Los pulmones siguen madurando hasta casi el momento del nacimiento. El cerebro sigue
produciendo nuevas células durante todo el embarazo y el primer año después del
nacimiento.
Mientras la placenta se forma, crea pequeñas proyecciones peludas (llamadas
vellosidades) en la pared del útero. Estas proyecciones se extienden como un árbol
complicado. Esto hace que la zona de contacto entre la pared del útero y la placenta sea
mucho más grande, permitiendo que se intercambien más nutrientes y cosas que el cuerpo no
necesita. La placenta está completamente formada entre las semanas 18 y 20, pero sigue
creciendo durante el embarazo. Al momento del nacimiento, pesa alrededor de 500 gramos
(Raul Artal-Mittelmark).

Semana 26.
• Las cejas y las pestañas están bien formadas.
• Todas las partes de los ojos del bebé están desarrolladas.
• El bebé puede sobresaltarse en respuesta a los ruidos fuertes.
• Las huellas de los pies y las huellas digitales se están formando.
• Se forman los sacos de aire en los pulmones del bebé, pero los pulmones aún no están
listos para trabajar por fuera del útero.

Semanas 27 a 30.
• El cerebro del bebé crece rápidamente.
• El sistema nervioso se desarrolla lo suficiente para controlar algunas funciones del
cuerpo.
• Los párpados del bebé se pueden abrir y cerrar.
• El aparato respiratorio, aunque inmaduro, produce agente tensioactivo. Esta sustancia
ayuda a que los alvéolos se llenen de aire.

Semanas 31 a 34.
• El bebé crece rápidamente y acumula mucha grasa.
• Se presenta respiración rítmica, pero los pulmones del bebé no están completamente
maduros.
• Los huesos del bebé están completamente desarrollados, pero son aún blandos.
• El cuerpo del bebé comienza a almacenar hierro, calcio y fósforo.

Semanas 35 a 37.
• El bebé pesa unas 5 1/2 libras (2.5 kg).
• El bebé sigue aumentando de peso, pero probablemente no aumentará mucho más.
• La piel no está tan arrugada a medida que se forma grasa bajo la piel.
• El bebé tiene patrones de sueño definidos.
• El corazón y los vasos sanguíneos de su bebé están completos.
• Los músculos y los huesos están completamente desarrollados.

Semana 38 a 40.
• El lanugo ha desaparecido excepto en la parte superior de los brazos y los hombros.
• Las uñas pueden extenderse más allá de las puntas de los dedos.
• Se presentan pequeños brotes mamarios en ambos sexos.
• El cabello de la cabeza ahora es grueso y más denso.
• En su 40ª semana del embarazo, van 38 semanas desde la concepción y el bebé podría
nacer en cualquier momento.

NACIMIENTO.
El nacimiento es el proceso en que el feto se mueve del útero de la madre hacia afuera.
A continuación, se explican los mecanismos del parto y algunas cosas que pueden pasar.
También se habla de cómo se considera un parto normal. Durante el embarazo, el útero es un
músculo que se estira a medida que crece el feto. Aunque está quieto la mayor parte del
tiempo, después del cuarto mes empieza a contraerse de vez en cuando para prepararse para
el parto. Estas contracciones, conocidas como Braxton-Hicks (también llamadas "falsas
contracciones"), no indican que el bebé vaya a nacer enseguida. Las señales del trabajo de
parto son diferentes en cada mujer, ya que cada una experimenta el trabajo de parto de una
manera distinta. Entre algunas de las señales de trabajo de parto se incluyen las siguientes:
• Pérdida del tapón mucoso: Es posible que de la vagina se expulse una pequeña cantidad
de mucosidad, mezclada con sangre. Esto indica que la mujer está en trabajo de parto.
• Contracciones. Las contracciones (espasmos musculares uterinos): que se presentan en
intervalos inferiores a diez minutos son una indicación de que comenzó el trabajo de
parto. Las contracciones pueden volverse más frecuentes e intensas a medida que
progresa el trabajo de parto.
• Ruptura del saco amniótico (bolsa de aguas): El trabajo de parto comienza generalmente
cuando sale el fluido amniótico de la vagina. Las mujeres que experimentan una ruptura
del saco amniótico deben ir de inmediato al hospital y comunicarse con el médico o
partera. La mayoría de las mujeres comienzan el trabajo de parto dentro de varias horas
después de romper el saco amniótico. Si el trabajo de parto no comienza después de 24
horas, se debe hospitalizar a la mujer para inducirle el trabajo de parto. Esto se realiza
para evitar infecciones y complicaciones en el parto.
Si una mujer se siente insegura sobre si comenzó el trabajo de parto o no, siempre
debe llamar a su médico o partera.

Fases del parto.


Cada trabajo de parto es diferente. Sin embargo, generalmente el trabajo de parto está
dividido en tres etapas:
• Primera etapa: Este es el inicio del trabajo de parto para completar la dilatación y está
dividido en la fase latente, cuando las contracciones se hacen más frecuentes
(generalmente cada 5 a 20 minutos) y más fuertes, y la fase activa. Las mujeres pueden
tener contracciones muy fuertes y dolorosas durante la etapa latente. El cuello del útero
se dilata (se abre aproximadamente tres o cuatro centímetros) y se adelgaza (vuelve más
delgado). Es posible que algunas mujeres no reconozcan que están en trabajo de parto, si
las contracciones son suaves e irregulares.
Generalmente, la fase latente es la más larga y menos intensa de todas las fases del
trabajo de parto. Se puede hospitalizar a la futura madre durante esta etapa. Se realizan
exámenes pélvicos para determinar la dilatación del cuello del útero.
La fase activa está marcada por la dilatación del cuello del útero de 4 a 6 centímetros.
Las contracciones se vuelven más largas e intensas, y más frecuentes (generalmente cada 3 a
4 minutos).
La tercera fase se llama transición y es la última fase. Durante la transición, el cuello
del útero se dilata de 3 a 5 centímetros más hasta que se dilata completamente a un total de
10 centímetros. Por lo general, las contracciones son muy fuertes y duran entre 60 y 90
segundos y se presentan cada poco minuto. La mayoría de las mujeres sienten la necesidad
de pujar durante esta fase. En la mayoría de los casos, las fases activas y de transición son
más cortas que la fase latente.
• Segunda etapa: La segunda etapa del trabajo de parto comienza cuando el cuello del útero
se abre completamente y finaliza cuando nace el bebé. La segunda etapa es conocida
generalmente como la etapa de "pujar". Durante la segunda etapa, la mujer se involucra
más activamente en pujar al bebé por el canal de parto para que salga al mundo. Se
denomina "coronamiento" cuando se visualiza la cabeza del bebé en el orificio de la
vagina. La segunda etapa es más corta que la primera y puede llevar entre 30 minutos a
tres horas en un embarazo de una mujer primeriza.
• Tercera etapa: Después de que nace el bebé, la mamá ingresa a la tercera y última etapa
del trabajo de parto, la eliminación de la placenta (el órgano que alimentó al bebé dentro
del útero). Esta etapa generalmente dura desde algunos minutos a media hora. Esta etapa
incluye la expulsión de la placenta fuera del útero y a través de la vagina.
Cada experiencia de trabajo de parto es diferente y el tiempo de cada etapa variará.
Sin embargo, la mayoría de las mujeres tendrá a su bebé dentro de las 10 horas posteriores al
ingreso al hospital, en caso de que no se induzca el parto. Generalmente, el trabajo de parto
lleva menos tiempo en los embarazos posteriores.

ETAPAS POSTERIORES AL NACIMIENTO.


El trayecto desde el nacimiento hasta la niñez media es un viaje intrincado de
crecimiento y formación que marcará el curso futuro de un individuo. Dentro de este proceso,
las teorías de Erik Erikson y Lev Vygotsky ofrecen una perspectiva valiosa para comprender
la interacción entre el desarrollo psicosocial y la educación.
• En la primera etapa, que abarca el nacimiento hasta el primer año, el niño se encuentra
en la encrucijada de la confianza frente a la desconfianza. Aquí, la formación de un
vínculo seguro y confiable con los cuidadores es crucial. Esta confianza inicial sienta las
bases para futuras relaciones y es paralela a la noción de la Zona de Desarrollo Próximo
(ZDP) de Vygotsky, donde el apoyo y la orientación proporcionados por cuidadores y
educadores crean un espacio de confianza que facilita el aprendizaje.
• La etapa de autonomía frente a vergüenza y duda, que comprende el segundo y tercer año
de vida, coincide con una fase crítica del desarrollo motor y lingüístico. Aquí, el niño
comienza a explorar su entorno y a desarrollar habilidades de comunicación. La ZDP se
manifiesta en la provisión de desafíos ligeramente más allá del alcance actual del niño,
mientras que se le brinda el apoyo necesario para superarlos, fomentando así la autonomía
y la confianza en las propias capacidades.
• El periodo de iniciativa frente a culpa, entre los tres y seis años, resalta la importancia de
fomentar la creatividad y la expresión de ideas. A través del juego imaginativo y la
iniciativa en actividades, el niño empieza a desarrollar un sentido de propósito y
confianza en sus habilidades. La ZDP es evidente cuando se proporcionan desafíos que
estimulan la imaginación y la resolución de problemas, alentando el desarrollo de
habilidades cognitivas y emocionales.
• La etapa de laboriosidad frente a inferioridad, de seis a doce años, se solapa con la
introducción a la educación formal y la adquisición de habilidades académicas y sociales.
Aquí, la ZDP se manifiesta a través de la instrucción y el apoyo individualizado que va
más allá de lo que el niño puede lograr de manera independiente. Esto promueve un
sentido de competencia y logro, fundamentales para el desarrollo de una autoimagen
positiva.
Al integrar las teorías de Erickson y Vygotsky, se destaca la interdependencia entre el
desarrollo psicosocial y el aprendizaje en el contexto de la niñez temprana y media. La
resolución de los conflictos propuestos por Erickson proporciona la base emocional y social
necesaria para que el niño aproveche al máximo su Zona de Desarrollo Próximo. Esta
sincronización entre el desarrollo psicológico y las oportunidades de aprendizaje representa
un enfoque integral y efectivo para apoyar el crecimiento y el desarrollo óptimo de cada
individuo.
CONCLUSIÓN.
Al emprender el estudio del desarrollo evolutivo del ser humano, desde la fase de
gestación hasta la niñez media, se despliega una secuencia sumamente compleja de eventos
y transformaciones que configuran la trayectoria de la vida humana. Desde el momento de la
concepción, el organismo en formación se adentra en un viaje de asombrosas transiciones y
crecimientos, en el cual cada etapa es crucial en la construcción de un individuo funcional y
capaz de enfrentar los desafíos del mundo exterior.
La etapa de gestación desempeña un papel fundamental en este proceso, pues en el
seno materno el embrión experimenta una serie de eventos biológicos que culminan en la
formación de un organismo humano plenamente funcional. Desde la gestación de los órganos
vitales hasta la creación de distintos tejidos, cada uno de estos procesos contribuye de manera
indispensable en la creación de un individuo con las bases necesarias para su desarrollo
futuro.
Al nacer, el ser humano se ve inmerso en un entorno completamente diferente al
ambiente intrauterino, lo que conlleva una serie de cambios fisiológicos cruciales para la
supervivencia y el funcionamiento adecuado del organismo. La implementación de la
respiración autónoma, la regulación de la temperatura corporal y la adaptación al sistema
digestivo son solo algunos ejemplos de estos procesos esenciales.
La infancia temprana se presenta como una etapa de constante descubrimiento y
aprendizaje. La adquisición del lenguaje, el desarrollo de habilidades motoras y la
exploración del entorno son actividades que definen este periodo, proporcionando estímulos
fundamentales para el desarrollo cognitivo y emocional del individuo y estableciendo así las
bases para futuros logros, tanto intelectuales como sociales.
A medida que la infancia progresa hacia su etapa media, se observa un cambio
significativo en la complejidad de las interacciones sociales y cognitivas. El niño comienza
a formar relaciones más elaboradas con sus semejantes y muestra un mayor grado de
independencia. El desarrollo de habilidades de resolución de problemas y la capacidad de
comprender otras perspectivas se convierten en pilares fundamentales para esta fase,
sentando así las bases para el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas más complejas
en las etapas a futuro.
En conclusión, este detallado análisis invita al lector a adentrarse en el fascinante
viaje del desarrollo evolutivo del ser humano, desde la etapa de gestación hasta la niñez
media. A lo largo de este proceso, se despliegan una serie de cambios y adaptaciones que
configuran la trayectoria de la vida humana. Comprender estos procesos resulta esencial para
apreciar la complejidad y la maravilla de la vida en sus primeras etapas, dando lugar a una
comprensión más profunda de la condición humana en su totalidad.
REFERENCIAS.
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