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un período más o menos largo de estabilización.

Ciertos detalles diseminados por la


obra indican que la era apostólica no era ya algo contemporáneo, sino que había
pasado a la
historia. El bautismo por infusión está autorizado; el respeto a
los profetas de la nueva Ley va cediendo y hay que inculcarlo
de nuevo. Por otra parte, hay pormenores que indican un origen cercano a la era
apostólica. La liturgia descrita en los capítulos 7-10 es de la más absoluta
simplicidad: el bautismo en
agua corriente, es decir, en los ríos, es lo normal. El bautismo
por infusión está permitido, pero sólo a modo de excepción.
Además, no hay vestigios de una fórmula universal del Credo,
ni de un canon del Nuevo Testamento. Los profetas siguen
todavía celebrando la Eucaristía, y es preciso recalcar que los
verdaderos ministros de la liturgia, los obispos y los diáconos,
tienen derecho al mismo honor y respeto por parte de los fieles. Todos estos hechos
nos mueven a afirmar que la Didaché
debió de ser compilada entre los años 100 y 150. Muy probablemente fue escrita en
Siria. Sin embargo, E. Peterson ha
demostrado recientemente que el texto publicado por Bryennios parece ser de fecha
más tardía y teológicamente tendencioso.
La Didaché gozó en la antigüedad de tanto respeto y reverencia que muchos llegaron
a considerarla tan importante como los libros del Nuevo Testamento. Por eso Eusebio
(Hist.
eccl. 3,25,4), Atanasio (Ep. fest. 39) y Rufino (Comm. in
symb. 38) creyeron necesario recalcar que la Didaché no es
un escrito canónico, y, por consiguiente, debe incluirse entre
los apócrifos. La Didaché sirvió de modelo a obras litúrgicas y
a escritos de derecho canónico posteriores, como, por ejemplo, la Didascalía
Siríaca, la Tradición apostólica de Hipólito de
Roma y las Constituciones de los Apóstoles. Se usaba también, como nos dice
Atanasio, para la instrucción de los
catecúmenos.
La discusión sobre la fecha de composición de la Didaché,
que lleva ya setenta y cinco años de duración, ha entrado
recientemente en una nueva fase, gracias a los trabajos de
Audet, Glover y Adam. Especialmente la obra de Audet ha
vuelto a plantear los problemas en su conjunto. Audet empieza
por investigar el título original de la Didaché y llega a persuadirse que era:
Διδαχαί των αποστόλων, Instrucciones de los
Apóstoles, y de que el otro título más largo no es el original.
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En su crítica del texto, Audet distingue entre D 1, D 2 y J. En
su opinión, D 1 representa la Didaché original, que va de 1 a
11, 2. D 2 sería una continuación, obra de los didachistas, y
abarca el resto, de 11,3 al final. El interpolador (J) añadió más
tarde los pasajes l,3b - 2,l; 6,2ss 7,2-4 y 13,3.5-7. Las glosas
1,4a y 13,4 provienen de una época más reciente todavía,
pero siempre dentro de los primeros siglos. Audet dedica una
atención muy particular al problema de las fuentes. En lo que
se refiere a las relaciones de la Didaché con la Epístola de
Bernabé, llega a la misma conclusión que nosotros, a saber,
que la Didaché y la Epístola de Bernabé son independientes la
una de la otra y que ambas han tomado la doctrina de las Dos
Vías directamente de una fuente común de origen judío. Audet
es de la opinión de que esta fuente judía está representada en
la Doctrina XII Apostolorum, descubierta por J. Schlecht (Friburgo de Br. 1900 y
1901). Para la doctrina de las Dos Vías
contenida ya en esta fuente judía, Audet remite a la "Regla de
las sectas" de la comunidad de Qumrán, descubierta recientemente. El Pastor de
Hermas no puede, según Audet, ser
fuente de la Didaché, como afirmaron Robinson, Muilenberg,
Connolly y otros, por cuanto, que la Didaché es mucho más
antigua. Todavía entra menos en consideración como fuente
el Diatessaron de Taciano, contra lo que opinaba Dix. Audet
cree, además, que D 1 (c.1-12,2) no depende ni del evangelio
de San Mateo ni del evangelio de San Juan, sino que utiliza
una tradición evangélica, que presenta cierto parentesco con
San Mateo, pero no se identifica con él. Ni siquiera el interpolador J ha utilizado
los evangelios de San Mateo y de San
Lucas. Es curioso que Glover, casi al mismo tiempo que Audet, pero con total
independencia, defendió la misma tesis:
que la Didaché no contiene todavía ninguna cita de los Sinópticos.
Apoyándose en esta crítica de las fuentes, Audet concluye
que la Didaché fue compuesta entre los años 50 y 70 de la era
cristiana. Como lugar de origen se ha de suponer Siria o Palestina. Audet llega a
creer que la

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