Está en la página 1de 19

BIOGRAFIA ERIK ERIKSON

Su origen está rodeado de cierto misterio. Su padre biológico fue un danés desconocido que
abandonó a su esposa justo cuando nació Erik. Su madre, Karla Abrahamsen, una joven danesa de
origen judío, crio sola a su hijo durante los tres primeros años de su vida. Luego se casó con el Dr.
Theodor Homberger, quien era pediatra del niño y juntos se mudaron a Karlsruhe, al sur de
Alemania.

Después de finalizar la secundaria, Erik decidió ser artista. Cuando no asistía a clases de arte, vagaba
por Europa, visitando museos y durmiendo bajo los puentes. Vivió una vida de rebelde descuidado
durante mucho tiempo, justo antes de plantearse seriamente qué hacer con su vida.

Cuando cumplió los 25 años, un amigo suyo, Peter Blos (artista y más tarde psicoanalista), le sugirió
que se presentara para una plaza de maestro en una escuela experimental para estudiantes
estadounidenses dirigida por Dorothy Burlingham, una amiga de Anna Freud. Además de enseñar
arte, logró un certificado en educación Montessori y otro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Fue
psicoanalizado por la misma Anna Freud. Mientras estuvo allí, conoció a una profesora de danza
teatral en la escuela mencionada. Tuvieron tres hijos, uno de los cuales más tarde sería sociólogo.

Cuando los nazis tomaron el poder, abandonaron Viena y fueron primero a Copenhague y luego a
Boston. Erikson aceptó un puesto de trabajo en la Escuela de Medicina de Harvard y practicó
psicoanálisis de niños en su consulta privada. En esa época logró codearse con psicólogos de la talla
de Henry Murray y Kurt Lewin, así como los antropólogos Ruth Benedict, Margaret Mead y Gregory
Bateson. Estos autores ejercieron gran influencia sobre la obra de Erikson.

Más tarde enseñó en Yale y luego en la Universidad de California en Berkeley. Fue durante este
período cuando Erik Erikson realizó sus estudios sobre las tribus nativas americanas lakota y yurok.
Cuando obtuvo su ciudadanía estadounidense, adoptó oficialmente el nombre de Erik Erikson.

En 1950 escribió Childhood and Society (Infancia y sociedad), libro que contenía artículos de sus
estudios de las tribus norteamericanas, análisis de Máximo Gorki y Adolf Hitler, así como una
discusión de la «personalidad estadounidense» y las bases argumentales de su versión sobre la
teoría freudiana. Estos temas (la influencia de la cultura sobre la personalidad y el análisis de figuras
históricas) se repitieron en otros trabajos, uno de los cuales, La verdad de Gandhi, obtuvo el Premio
Pulitzer y el Premio Nacional del Libro.

Durante el reinado de terror del senador Joseph McCarthy en 1950, Erikson abandona Berkeley
cuando se les pide a los profesores que firmen un «compromiso de lealtad». A partir de este
momento, Erikson pasa 10 años trabajando y enseñando en una clínica de Massachusetts y
posteriormente otros 10 años más de vuelta en Harvard. A partir de su jubilación en 1970, no deja de
escribir e investigar durante el resto de su vida. Muere en 1994.
Erikson dividió el desarrollo en ocho ETAPAS PSICOSOCIALES. El principio que rige el proceso de
desarrollo es el EPIGENETICO DE MADURACION, el cual significa que la influencia psicosocial es la
que desarrollara de tal o cual manera las etapas que están genéticamente predeterminadas. Los
factores biológicos y sociales inciden en el desarrollo de la personalidad.

Cada fase tiene su crisis particular, o punto de quiebre, que se responde de dos maneras: con
inadaptación (negativa) o con adaptación (positiva). Este conflicto debe resolverse, ya que si no se
logra, resolver el conflicto de la siguiente fase será difícil o poco exitoso.

Erikson igualmente aseguraba que es necesario tener un poco de las dos maneras de manejar el
conflicto. Si en la primera etapa se desarrolla la seguridad y confianza, es sano adquirir un poco de
inseguridad y desconfianza para poder enfrentar diferentes situaciones en la vida.

Las fortalezas básicas (virtudes) se desarrollan al superar la crisis de modo satisfactorio.

CONFIANZA FRENTE A DESCONFIANZA

Oral sensorial (paralela a la de Freud), primer año de vida. “el lactante vive y ama por medio de la
boca”. La interacción con la madre es el principal estímulo para desarrollar una actitud de confianza o
desconfianza para sus intercambios futuros.

Si la madre ofrece seguridad, atiende al niño y le brinda amor y afecto, contribuirá a que el pequeño
desarrolle confianza y actitud creciente; aprendera a esperar a otras personas y situaciones del
entorno sean congruentes, continuas e iguales.

Por lo contrario, si no lo atiende, lo rechaza y es incongruente, el niño desarrollará una actitud de


desconfianza, miedoso y ansioso. (Atención: argumentaba que si dejaba al niño en cuidado de otra
persona pudiera generarle desconfianza).

La confianza puede generarse entre madre e hijo, pero si la madre muere o se va, posiblemente se
desarrolle una personalidad desconfiada que puede modificarse con la compañía de un maestro o
amigo afectuoso (mas adelante).

AUTONOMIA FRENTE A DUDA Y VERGÜENZA

Etapa muscular-anal (etapa anal de Freud). Segundo y tercer año de vida. Aprende a hacer muchas
cosas solo, las mas importantes (según Erikson) son la de retener o soltar. Se va sintiendo autónomo
para empezar a decidir según su voluntad. Empieza a verse como una persona. Aquí es importante
enfocarse en que grado de libertad le otorga la sociedad.

El control de esfínteres es lo primordial en esta etapa. Los padres pueden esperar a que aprendan a
su tiempo o enojarse con él (aquí negarían su autonomía al imponerle el aprendizaje). El niño puede
aprender a dudar de si mismo y experimentará vergüenza.
La voluntad es lo que se desarrolla en esta etapa.

INICIATIVA FRENTE A CULPA

Etapa locomotora-genital (fálica de Freud) va de 3 a 5 años. Desea hacer todo por si solo y de tomar
iniciativa. Estas pueden manifestarse con fantasías por poseer a su progenitor del sexo opuesto y
ponerse de rival con el del mismo. Si los padres lo castigan e inhiben puede generarse sentimientos
de culpa.

La mejor manera de manejar esta situación edípica es con amor y comprensión.

LABORIOSIDAD FRENTE A INFERIORIDAD

Entre los 6 y 11 años. Etapa de Latencia (para Freud también). Al ingresar a la escuela y tener nuevas
influencias sociales va aprendiendo nuevos hábitos de trabajo (laboriosidad). “el niño aprende las
destrezas básicas de la tecnología a medida que su madurez le va permitiendo manejar los utensilios,
las herramientas y las armas que usa la gente grande”

El niño percibe que esta aprendiendo y utilizando sus habilidades; si lo ridiculizan, rechazan o
regañan; es probable que desarrollen sentimientos de inferioridad. En cambio si se le elogia y
refuerza el sentimiento será de competencia y esfuerzo.

La competencia se desarrolla en esta etapa.

Estas etapas nombradas anteriormente son las que la personalidad se ve influenciada casi
totalmente por la relación psicosocial. Las relaciones con sus padres y mayores es la más importante.

Las otras 4 etapas vamos a ir adquiriendo más control de nuestro entorno, escogiendo consciente y
deliberadamente nuestro circulo y actividades.

COHESION DE IDENTIDAD FRENTE A CONFUSIÓN DE ROLES:

LA CRISIS DE IDENTIDAD

La adolescencia, 12 a 18 años. Debemos resolver la identidad del YO.

Se forma la autoimagen. Que pensamos de nosotros, que piensan los demás. Si se forma
positivamente la imagen será congruente y constante.
Periodo de ansiedad por no ser fácil aceptar la identidad. Los que sufren una crisis de identidad,
mostraran confusión de roles. Les cuesta saber a donde ir y con quien. En general se alejan o se
aferran a identidades negativas como drogas o crimen. Igualmente, una identidad negativa es mas
favorable que ninguna identidad.

Erikson señaló que la afiliación a grupos o cultos fanáticos u obsesivos pueden limitar el desarrollo
del YO.

La FIDELIDAD es la fortaleza que se debería desarrollar en esta etapa. (sinceridad, autenticidad y


sentido del deber en las relaciones)
Las teorías de Erik Erikson son una serie de etapas de desarrollo psicosocial que abarcan
toda la vida de una persona. Cada etapa representa un conflicto específico que el individuo
debe enfrentar y resolver para avanzar de manera saludable en su desarrollo. A
continuación, se presentan las tres etapas que mencionaste:

Intimidad frente a aislamiento:


Etapa: Abarca desde la adolescencia temprana hasta la adultez temprana

(aproximadamente de los 20 a los 40 años).

Conflicto: El conflicto central en esta etapa es la necesidad de desarrollar relaciones íntimas


y cercanas con otras personas. Implica la búsqueda de conexiones emocionales
significativas, la formación de amistades cercanas y relaciones de pareja estables.

Resolución: Si el individuo puede establecer relaciones de confianza y compromiso,


desarrollará un sentido saludable de intimidad. Si no puede superar el aislamiento y la
dificultad para formar relaciones cercanas, puede sentirse solo y desconectado
emocionalmente.

Generatividad frente a estancamiento:


Etapa: Abarca desde la adultez media hasta la adultez tardía (aproximadamente de los

40 a los 65 años).

Conflicto: El conflicto principal en esta etapa es la necesidad de encontrar un propósito y


sentido de contribución a la sociedad y las futuras generaciones. Se refiere a la
preocupación por el bienestar de los demás y el deseo de dejar un legado significativo.

Resolución: Si el individuo puede lograr una sensación de generatividad a través de la


crianza de hijos, el trabajo significativo o la contribución a la comunidad, desarrollará un
sentido de satisfacción y propósito. Si se queda estancado y no puede encontrar un
propósito significativo, puede experimentar sentimientos de estancamiento y falta de logro.

Integridad del yo frente a desesperación:


Etapa: Abarca desde la adultez tardía hasta el final de la vida (aproximadamente a

partir de los 65 años en adelante).

Conflicto: El conflicto central en esta etapa es la reflexión sobre la vida y el sentido de logro.
Se enfrenta a la realidad de la propia mortalidad y se evalúa la vida en busca de un sentido
de satisfacción y plenitud.

Resolución: Si el individuo puede aceptar y valorar las experiencias de la vida, incluyendo


tanto los logros como los fracasos, desarrollará un sentido de integridad del yo y una
sensación de paz y sabiduría. Si no puede reconciliar los aspectos de su vida y se siente lleno
de arrepentimientos o desesperación, puede experimentar angustia y miedo a la muerte.
Estas etapas de desarrollo psicosocial de Erikson destacan la importancia de enfrentar y
resolver los conflictos asociados a cada etapa para alcanzar un desarrollo psicológico
saludable y un sentido de bienestar en la vida adulta. Cada etapa representa una
oportunidad para el crecimiento personal y la autocomprensión. Al superar los desafíos
específicos de cada etapa, las personas pueden avanzar hacia una mayor madurez
emocional y una mayor capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.

DEBILIDADES BÁSICAS

Tal como las fortalezas básicas se presentan en cada etapa del desarrollo psicosocial, también se
presentan las debilidades básicas.

En un desarrollo desequilibrado, el yo sólo tiene una actitud, sea la de adaptación o la de


inadaptación. Erikson llamó desarrollo inadecuado a esta condición.

Cuando en el yo sólo está presente la tendencia positiva a la adaptación, se dice que la condición es
de “inadaptación”. Cuando sólo está presente la tendencia negativa, se dice que la condición es
“maligna”. Las inadaptaciones pueden llevar a neurosis y las malignidades a la psicosis.

TENDENCIAS DEL DESARROLLO INADECUADO


LA NATURALEZA HUMANA, SEGÚN ERIKSON

Erikson estaba convencido de que no todo el mundo logra alcanzar la esperanza, el propósito, la
sabiduría y otras virtudes, pero que todos tienen potencial para lograrlo. La naturaleza humana no
tiene nada que lo impida. Tampoco es inevitable que suframos conflictos, ansiedad y neurosis
debido a las fuerzas biológicas instintivas.

El optimismo tiene cabida en la teoría de Erikson porque todas las etapas del desarrollo psicosocial,
aun cuando se centran en una crisis, ofrecen la posibilidad de un resultado positivo. Somos capaces
de resolver cada situación con adaptación y de un modo que nos fortalece. Aun cuando fracasemos
en una etapa y presentemos una respuesta de inadaptación o una debilidad básica, siempre queda la
esperanza de cambiar en una etapa subsecuente.

LA EVALUACIÓN EN LA TEORÍA DE ERIKSON


Erikson aceptó algunas formulaciones teóricas de Freud, pero se apartó de ellas en los métodos para
evaluar la personalidad. Puso en tela de juicio la utilidad, e incluso la seguridad, de algunas técnicas
psicoanalíticas, empezando por el famoso diván. Para él, pedir a los pacientes que se recostaran
podía dar lugar a una explotación sádica, crear una ilusión de objetividad, favorecer la exageración
del material inconsciente, y producir una impersonalidad y distanciamiento excesivos por parte del
terapeuta.

Como Erikson quería facilitar una relación más personal con el paciente y asegurarse de que las dos
partes se trataran como iguales, prefería que los dos estuvieran sentados en sillas cómodas para
poder conversar.

Al formular su teoría de la personalidad, Erikson utilizó datos obtenidos principalmente de la terapia


de juego, de estudios antropológicos y del análisis psicohistórico.

Prefería la terapia de juego cuando atendía a menores con problemas emocionales y al realizar
investigaciones sobre niños y adolescentes normales. A los chicos les ofrecía varios tipos de juguetes
y luego observaba cómo interactuaban con ellos. El tipo e intensidad del juego revelaba aspectos de
la personalidad que tal vez no se manifestarían verbalmente debido a una expresión verbal limitada.

Realizo estudios antropológicos que Erikson efectuó con pueblos de indios de Estados Unidos. Vivió
con ellos para observarlos, llevó registro de su conducta y sostuvo largas entrevistas, sobre todo para
investigar las prácticas de crianza.

En su trato con los pacientes, utilizaba las técnicas formales de evaluación menos que Freud. A veces
recurría a la asociación libre, pero rara vez intentaba analizar los sueños, método que le parecía inútil
y hasta nocivo. Estaba convencido de que las técnicas de evaluación se debían seleccionar y adaptar
a las necesidades del paciente.
INVESTIGACIÓN SOBRE LA TEORÍA DE ERIKSON

Erikson llevó a cabo investigaciones sobre su teoría principalmente a través del método
de estudio de caso. Aunque este método tiene algunas debilidades, como la dificultad de
reproducir y comprobar los resultados, Erikson consideraba que proporcionaba una
gran cantidad de informació n valiosa. Para él, la historia de caso generaba numerosas
ideas sobre el desarrollo de la personalidad, lo que ayudaba a resolver problemas y a
comprender mejor el proceso de desarrollo psicosocial. A través de estos estudios de
caso, Erikson pudo profundizar en la comprensió n de las etapas del ciclo vital y su
impacto en la formació n de la identidad y la personalidad de las personas.

CONSTRUCCIONES DE JUEGO

Definición

Las construcciones de juego son una técnica de evaluació n de la personalidad utilizada


especialmente en niñ os. Esta técnica se basa en observar y analizar las estructuras que
los niñ os forman mientras juegan con muñ ecas, bloques u otros juguetes.

Erikson

El aná lisis de las construcciones de juego fue una técnica de evaluació n utilizada por
Erikson para investigar su teoría. Estudió có mo niñ os y niñ as de diferentes edades
construían escenas imaginarias con muñ ecas, bloques y otros juguetes.

Se le pidió a niñ os y niñ as de 10 a 12 añ os que construyeran escenas imaginarias con


juguetes como muñ ecas, animales, automó viles y bloques.

Observó que las niñ as tendían a crear escenas está ticas y pacíficas con estructuras bajas
y cerradas, mientras que los niñ os se concentraban en exteriores y acció n, con
estructuras altas y personas en movimiento.

Erikson interpretó estas diferencias en las construcciones de juego basá ndose en


criterios freudianos, sugiriendo que reflejaban diferencias en la morfología genital y los
roles de género. Sin embargo, esta interpretació n ha sido objeto de críticas debido a su
enfoque estereotipado de género.

En réplicas posteriores del estudio, no se encontraron diferencias sexuales significativas


en las construcciones de juego en niñ os má s pequeñ os, lo que sugiere que los
estereotipos de género pueden estar má s arraigados en niñ os mayores debido a las
influencias sociales y el aprendizaje de roles de género. Los estereotipos de género
relacionados con los juguetes persisten en la actualidad, con la mayoría de los niñ os
prefiriendo juguetes orientados a su género y siendo influenciados por los padres en la
elecció n de sus juguetes y comportamientos lú dicos.

Los estudios también indican que los padres tienden a tratar a hijos e hijas de manera
má s estereotipada, enseñ ando y reforzando principalmente el juego basado en el género
y otras conductas y actitudes de género. Por ejemplo, premian la sumisió n en las niñ as y
la asertividad y la agresió n en los niñ os. Estos patrones de crianza pueden perpetuar
estereotipos de género y limitar el desarrollo de la personalidad y el potencial de los
niñ os y niñ as.

CONFIANZA Y SEGURIDAD

Erikson enfatizó la importancia de desarrollar un sentimiento de confianza en la


infancia para lograr seguridad y bienestar personal en la vida adulta. Estudios han
demostrado que los niñ os que desarrollan un fuerte vínculo emocional con su madre y
tienen una confianza bien establecida tienden a tener un mejor desarrollo social y
emocional. Son má s curiosos, sociables, líderes en el juego y muestran mayor
sensibilidad hacia los demá s.

Por otro lado, aquellos que tienen poca confianza tienden a ser má s retraídos, menos
curiosos y menos decididos en la persecució n de metas.
Un estudio realizado con sobrevivientes del Holocausto reveló que, aunque pudieron
manejar exitosamente las etapas psicosociales posteriores, muchos de ellos aú n tenían
dificultades con la primera etapa de Erikson, la confianza frente a la desconfianza. Esto
implicó que tenían una visió n má s desconfiada de los demá s.

LAS ETAPAS PSICOSOCIALES

Diversas investigaciones han respaldado las etapas del desarrollo psicosocial


propuestas por Erik Erikson. Estos estudios han mostrado có mo las experiencias de la
infancia y la adolescencia influyen en el bienestar y la adaptació n en la vida adulta. Los
niñ os que desarrollan confianza, autonomía, iniciativa y laboriosidad en las primeras
etapas tienden a mostrar una mayor cohesió n de identidad en la adolescencia, evitando
la confusió n de roles.

Ademá s, se ha demostrado que una resolució n positiva de las crisis en etapas anteriores
contribuye a una resolució n má s favorable en las etapas posteriores de la vida. En la
adultez temprana, se destaca la importancia de la intimidad en el desarrollo psicosocial,
mientras que en edades má s avanzadas, se observa una mayor capacidad para enfrentar
los retos de la vida debido a la familiaridad con situaciones y conflictos psicoló gicos
anteriores.

En general, los recuerdos y experiencias de cada etapa de la vida tienden a centrarse en


temas que Erikson consideró cruciales para el desarrollo. Estos estudios respaldan la
idea de que las diferentes etapas del desarrollo psicosocial está n interconectadas y
tienen un impacto duradero en la vida de una persona.
Desarrollo del adolescente

En una investigacion durante la adolescencia se descubrieron cinco estados correspondientes a la


misma:
Logro de identidad. Describe a adolescentes que se comprometen con decisiones profesionales e
idologicas, los adolescentes con logro de la identidad con definida no tienen confusion en los roles,
mantienen un autoestima elevado relacionado al manejo de crisis de manera efectiva. Tambien se
conoce que los adolescentes que reflexionan seriamente sobre lo que desean hacer con su vida
tienen mas probabilidad de tener una identidad definida.

Moratoria. Segundo estado de los adolescentes, describe una crisis de identidad de los mismos. Las
ideologias son vagas, no respetan la autoridad y son muy soñadores, se comportan como niños.
Exclusion. Describe a adolescentes que no han pasado por una crisis de identidad pero
comprometidos con una profesion o ideologia, son rigidos u autoritarios, orientados al logro, donde
las decisiones suelen ser impuestas por los padres

Difusion de la identidad. Estado que caracteriza a quienes no tienen un compromiso profesional ni


ideologico en la adolescencia, su estilo de vida no acepta compromiso alguno, vagan sin rumbo y las
relaciones parentales son muy frias.
Logro enajenado, es el quinto estado, son adolescentes que han pasado por una crisis de identidad ,
carecen de una carrera profesional y se aferran a lo contrario del sistema socioeconomico.

Identidad Virtual

Los videojuegos y los sitios de Internet brindan al adolescente una excelente una oportunidad de alta
tecnologia, el internet les permite navegar en la red conservando el anonimato. Se le permite por
ejemplo al que juega interactuar con otros y crear un mundo virtual propio. Internet le ofrece a
algunos adolescentes una forma segura de intentar establecer una identidad.
Genero e identidad del yo

Según Erikson, los factores sociales e históricos afectan la formación de la identidad del yo y, a su vez,
esto afecta la naturaleza de la personalidad. El movimiento feminista de las décadas de 1960 y 1970
ofreció un laboratorio realista para probar los efectos de las fuerzas sociales.

La respuesta fue afirmativa en dos estudios. En ambos se seleccionó a mujeres que se habían
graduado de instituciones de enseñanza superior durante la década de 1940 y a mediados de la de
1960. Se recabaron datos mediante entrevistas, cuestionarios y pruebas de autor reporte referentes
a la personalidad.

Las mujeres que asistían a esos planteles cuando se inició el movimiento feminista tenían
aspiraciones más elevadas. Apreciaban su independencia más que las de mayor edad y, con el
tiempo, obtuvieron una escolaridad más completa, mejor empleo y más ingresos.

La crisis de identidad

Algunas investigaciones se concentran en los tiempos de la crisis de identidad. Erikson sugirió que la
crisis inicia hacia los 12 años y que a los 18 años ha sido resuelta de una u otra manera. Sin embargo,
en algunos casos se presenta más adelante. Un estudio arrojó que hasta 30% de los sujetos seguía
buscaban una identidad a los 24 años de edad. La enseñanza superior retrasa la resolución de la
crisis y alarga el periodo en que los adultos jóvenes ensayan varios roles e ideologías

Generatividad

De acuerdo con la teoría del desarrollo de Erik Erikson (1950), la generatividad es el reto al que la
persona se enfrenta en la mediana edad. Se define como el interés por guiar y asegurar el bienestar
de las siguientes generaciones y, en último término, por dejar un legado que nos sobreviva.

En dos estudios longitudinales se aplicaron pruebas a mujeres graduadas de enseñanza superior, las
cuales fueron observadas a intervalos de entre los 31 y 48 años de edad. Se encontró que las que
mostraban mucha generatividad en la edad madura obtenían puntuaciones más altas en bienestar
emocional que aquellas con poca generatividad.

En otro estudio longitudinal realizado con universitarias se comprobó que las que apreciaban el
reconocimiento social y el logro presentaban una identidad más desarrollada entre los 40 y 50 años,
y también que obtenían una puntación más alta en generatividad, que aquellas que no los
apreciaban.

En un estudio similar, las mujeres graduadas de la universidad que habían obtenido una puntuación
alta en generatividad a los 43 años seguían conservándola 10 años después. Cuidaban más y mejor a
sus padres ancianos, y también al marido y a los hijos, que aquellas de la misma edad que tenían
poca generatividad.

Se pidió a un grupo de adultos de edad madura que escribieran relatos sobre los episodios de su
pasado que fueran importantes para ellos, inclusive, sucesos que marcaran un punto alto, uno bajo o
uno de quiebre. Los que obtuvieron una puntuación alta en generatividad propendían mucho más a
describir escenas donde una experiencia negativa de la vida era transformada en una positiva
redentora.

Los que obtuvieron una puntuación baja propendían a describir lo contrario: una escena donde una
experiencia positiva era convertida en una experiencia negativa. Los sujetos con mucha generatividad
también obtuvieron calificaciones más altas en las medidas de satisfacción con la vida y de
autoestima. Por lo tanto, podemos concluir, como sugiere la teoría de Erikson, que la generatividad
conlleva muchos benefi cios en la edad madura.
Madurez

Erikson pensaba que las personas que están en las etapas de la edad madura y de la vejez de su
desarrollo psicosocial pasan el tiempo recordando y repasando su vida, así como aceptando o
lamentando sus decisiones pasadas. Una investigación que tomó a 49 psicólogos como sujetos reveló
que la mayor parte de sus recuerdos se refería a sus años de universitarios y a su edad adulta
temprana, o sea un periodo que involucró la mayor cantidad de decisiones importantes que
afectaron el curso de su vida.

Otra investigación arrojó que las personas mayores que obtuvieron una puntuación alta en
integridad del yo dedicaban parte de su tiempo a repasar su vida para resolver problemas molestos y
comprender mejor sus circunstancias. En general, las que obtuvieron una calificación baja en
integridad del yo dijeron que no dedicaban tiempo al autoexamen.

Un estudio efectuado con 259 adultos de entre 60 y 65 años reveló, como previó Erikson, que la
aceptación de los arrepentimientos y las oportunidades perdidas guardaba una relación directa con
la satisfacción y la salud física de hombres y mujeres.

Una comparación de las etapas de juventud y vejez del ciclo de vida de una muestra de 108 adultos
(17-82 años) descubrió que las personas mayores estaban mucho más orientadas hacia la
generatividad y la integridad del yo, y mucho menos preocupadas por la identidad del yo que las más
jóvenes. Estos resultados corroboran las ideas de Erikson. Los resultados también indican una
correlación positiva significativa entre la edad y el bienestar subjetivo; en términos generales, las
personas mayores son más felices que los jóvenes.

En otro estudio se comparó a adultos jóvenes (de entre 23 y 35 años) con

adultos mayores (de entre 60 y 85 años). Los resultados no mostraron diferencias

significativas entre los grupos respecto de la frecuencia sobre la reflexión de la vida.

Sin embargo, las razones para hacerlo sí diferían. Los adultos jóvenes reflexionaban

para conocerse mejor y para encontrar una respuesta a los problemas actuales. Los

adultos mayores lo hacían para evaluar su vida y conseguir el sentido de integridad

del yo.

Durante el envejecimiento, las diferencias de género dificultan más que las mujeres, a diferencia de
los hombres, sigan un proceso objetivo de reflexión, o repasen

su vida, tal como explicó Erikson. Una investigación realizada con 259 adultos de

entre 60 y 70 años demostró lo anterior. Los hombres mostraron niveles mucho más

altos de identidad, certeza, confifi anza y poder que las mujeres.

La doble vara de la sociedad considera que el envejecimiento es más negativo para las mujeres y las
califica de “viejas” mucho antes que a los hombres. Por ejemplo, un actor de 50 años puede recibir
ofertas para hacer películas en el papel de hombre sabio, maduro y poderoso, mientras que el papel
para una actriz de la misma edad caerá en el estereotipo de viuda o abuela, si tiene suerte de que le
ofrezcan uno.

Además, las mujeres suelen vivir más tiempo que los hombres, por lo cual es

más probable que tengan que lidiar con problemas de salud e incapacidad, el duelo,

la pérdida de apoyo social y un ingreso más bajo. Lo anterior podría contribuir a la

observación de que el repaso de su vida suele ser menos positivo que el de los hombres y que es
más probable que conduzca a la condición que Erikson señaló como desesperanza en los años
posteriores, y no en la integridad del yo.

Identidad étnica

El efecto de la identidad étnica es un aspecto del desarrollo del yo que Erikson no

tomó en cuenta. Las investigaciones del tema consistentemente demuestran la im

portancia que la identidad racial o étnica tiene para los miembros de los grupos mi

noritarios: negar la propia identidad racial puede causar enorme estrés.

Una investigación realizada con más de 6 000 estudiantes (de entre 14 y 18 años) demostró que los
afroamericanos propendían a escoger amigos basándose en la identidad étnica mucho más que los
blancos o los americanos de origen asiático

Un experimento efectuado con unos 300 adolescentes negros arrojó una relación

clara, constante y sólida entre la identidad racial y la salud psicológica.

Los que lograron una puntuación alta en identidad racial también la obtuvieron en bienestar
subjetivo, satisfacción con la vida y autoestima.

Otro estudio realizado con más de 3000 adolescentes negros, asiáticos y mestizos reveló que la
autoestima alcanzaba el máximo nivel en el caso de los negros y que tocaba fondo en los asiáticos. La
de los adolescentes mestizos era mucho más baja que la de los negros y significativamente más alta
que la de los asiáticos.

Así pues, al parecer, la identidad racial era un factor más importante y fuerte para la autoestima de
los adolescentes negros que para la de los mestizos o los de origen asiático.
Se ha demostrado que la estima de grupo (es decir, lo que uno siente por pertenecer a un grupo
racial o étnico) aumenta en los jóvenes afroamericanos o latinos

durante la adolescencia temprana y la intermedia.

Se descubrió que, en las adolescentes negras, la identidad étnica era el factor más

importante para definir el sentido del yo. En otra investigación se observó que para los adolescentes
de los dos sexos era el factor más importante para desarrollar una sólida identidad del yo.

En un experimento se encontró que los adolescentes negros que obtenían una

puntuación alta en identidad étnica manifestaban actitudes menos positivas hacia las

drogas y más positivas hacia la escuela, ambas relacionadas con una conducta más

asertiva en la escuela. Los que obtuvieron una puntuación alta en la medida de actitudes contra los
blancos propendían mucho más a consumir drogas, mostraban actitudes negativas hacia la escuela y
conductas indeseables en ella.

Los estudiantes que sufrían más racismo mostraban mayor estrés y un

funcionamiento psicológico más bajo que los que padecían pocos o ningún ataque

racista.

Un experimento realizado con negras e hispanas reveló que la confusión de identidad (conflicto de
identidad entre una cultura minoritaria y una mayoritaria) puede provocar trastornos alimentarios.

La identificación con un modelo norteamericano de la belleza que destaca la delgadez extrema


producía en algunas mujeres una inclinación a padecer trastornos como la anorexia. Los
investigadores sugirieron que este problema se debe al intento por emular las normas del aspecto
físico de una mujer ideal según los cánones de la cultura de los blancos.

Estudios con adolescentes norteamericanos de origen asiático e hispano confirman que la etnicidad
es un aspecto fundamental en la formación de una identidad del yo.

Una sólida identidad étnica iba de la mano con una elevada autoestima, así como

con sólidas relaciones familiares y con los coetáneos.

Los jóvenes norteamericanos de origen asiático que poseían una firme identidad

étnica mostraron mayor resistencia a la ingestión de bebidas alcohólicas o al con

sumo de mariguana que los de origen asiático que se habían asimilado muy bien a

la cultura de las mayorías .


El Modelo Revisado de Identidad Racial diseñado por William Cross es un modelo de identidad étnica
de los adolescentes afroamericanos. Éste también publicó la

Escala Cross de Identidad Racial, compuesta por 64 reactivos que miden las etapas

de desarrollo del modelo. Las investigaciones han demostrado que la escala es una

prueba válida para la identidad étnica.

El modelo de Cross postula las siguientes cuatro etapas de desarrollo de una

identidad negra psicológicamente sana :

1. Preencuentro

2. Encuentro

3. Inmersión-emersión

4. Internalización

La etapa de preencuentro incluye tres racimos de identidad.

La identidad de asimilación del preencuentro contiene poca conciencia de raza o identidad racial. En
esta etapa, la educación errónea de la identidad internaliza los estereotipos negativos del hecho de
ser negro. En el preencuentro, la identidad del odio a sí mismo implica tener ideas muy negativas
respecto de los negros, lo cual origina actitudes contra éstos y de odio a sí mismo.

En la etapa de encuentro el individuo es víctima de racismo o de discriminación, lo cual provoca un


viraje en la visión que el adolescente tiene del mundo.

La etapa de inmersión-emersión propone dos identidades. En ella, la identidad de una intensa


participación negra celebra todo lo que es negro como bueno y adecuado.

La identidad anti-blancos considera que todo lo de los blancos es malo y está equivocado.

La etapa de internalización consta de dos identidades. Una es el nacionalismo

negro, que opta por una perspectiva afrocéntrica favorable a los negros, mientras que la identidad
multiculturalista incluyente no sólo adopta la identidad de esta raza, sino también otras clases de
identidad étnica, racial y de género.

Un experimento efectuado con estudiantes negros de nivel superior arrojo que conforme la
identidad racial pasaba de la etapa inicial del modelo a las más maduras, el nivel de los mecanismos
de defensa pasaba de las defensas menos complejas e inmaduras a otras más maduras. Lo anterior
es lo que se puede prever a medida que la identidad racial de una persona adquiere un desarrollo
más maduro.

La importancia de este tipo de modelo del desarrollo de la identidad del yo de


minorías radica en que reconoce la identidad étnica como un elemento vital de la

identidad del yo y en que sugiere que se desarrolla siguiendo una serie de etapas,

de forma parecida a las etapas psicosociales.

Erikson no abordó directamente el concepto de identidad étnica, pero este modelo

sigue el patrón de desarrollo que él propuso.


La teoría de Ericsson se refiere a la identidad y preferencia de género como una construcción social y
psicológica en la que las personas pueden identificarse como hombres, mujeres o algo diferente a
estos dos géneros tradicionales.

Según esta teoría, la identidad de género no está determinada únicamente por la anatomía física o
los cromosomas, sino que es un proceso complejo en el que intervienen factores biológicos,
psicológicos y socioculturales.

En este sentido, la teoría de Ericsson sostiene que la identidad y preferencia de género son fluidas y
pueden cambiar a lo largo de la vida de una persona. Esto implica que una persona puede tener una
identidad y preferencia de género diferente a su sexo asignado al nacer.

Esta teoría también plantea que la identidad y preferencia de género no se limitan a las categorías de
hombre o mujer, sino que existen múltiples identidades de género, como el género no binario,
agénero, género fluido, entre otros.

En este contexto, es fundamental reflexionar y cuestionar las normas y roles de género tradicionales
que imponen una división rígida entre hombres y mujeres, ya que limitan la libertad y autonomía de
las personas para expresar su identidad y preferencia de género de manera auténtica.

La teoría de Ericsson también destaca la importancia de garantizar la igualdad de derechos y


oportunidades para todas las personas, sin importar su identidad o preferencia de género. Esto
implica trabajar en la eliminación de la discriminación, la homofobia, la transfobia y otros prejuicios
que aún persisten en nuestra sociedad.

En conclusión, la teoría de Ericsson nos invita a reflexionar sobre la diversidad de identidades y


preferencias de género, así como a promover una sociedad más inclusiva, respetuosa y libre de
prejuicios en torno a la construcción de la identidad de género.

También podría gustarte