Síntesis sobre los artículos del 718 al 729 del Código Civil
Dominicano.
Los artículos 718 al 729 del Código Civil Dominicano regulan el
régimen de los bienes gananciales, es decir, los bienes adquiridos durante el matrimonio por ambos cónyuges. En general, se establece que los bienes gananciales son propiedad de ambos cónyuges y que su administración y disposición está a cargo del cónyuge que los administra. Sin embargo, en caso de disolución del matrimonio, se establece que los bienes gananciales deben ser repartidos equitativamente entre los cónyuges. Además, también se regulan las obligaciones de los cónyuges en relación a los bienes gananciales, como la obligación de contribuir al sostenimiento del hogar y a la educación de los hijos. También establecen las excepciones a la regla general de que los bienes adquiridos durante el matrimonio son gananciales. Por ejemplo, se establece que los bienes adquiridos por herencia o donación no son gananciales, sino que son propiedad exclusiva del cónyuge que los recibió. Además, también se establece que los bienes que cada cónyuge tenía antes del matrimonio y los bienes adquiridos con su trabajo o industria son propiedad exclusiva de ese cónyuge. En general, los artículos 718 al 729 del Código Civil Dominicano establecen un régimen claro y justo para los bienes gananciales que protege los derechos de ambos cónyuges y que se asegura de que los bienes se repartan equitativamente en caso de disolución del matrimonio. Además, también regulan el régimen de administración de los bienes gananciales durante el matrimonio. Se establece que la administración de los bienes gananciales corresponde al cónyuge que los administra, pero debe hacerlo con la autorización del otro cónyuge en caso de que se trate de bienes muebles o inmuebles de valor importante. En caso de desacuerdo entre los cónyuges, se puede recurrir a un juez para que decida sobre la administración de los bienes gananciales. También se establece que cualquiera de los cónyuges puede disponer de los bienes gananciales siempre y cuando sea para fines lícitos y no afecte los derechos del otro cónyuge. Sin embargo, en caso de disposiciones que afecten los derechos del otro cónyuge, este último tiene derecho a impugnarlas ante un juez. En resumen, los artículos 718 al 729 del Código Civil Dominicano regulan de manera detallada el régimen de los bienes gananciales, incluyendo su administración, disposición y reparto en caso de disolución del matrimonio, protegiendo los derechos de ambos cónyuges.