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"niño;' diagramado, muy abstracto, el niño psicoanalítico, que
' guarda la misma sem~janza 'con el niño humano' que tiFne, por "11, f.:v

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CAPíTULO ,4
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culpar a estos primeros esCritores por faIra de imaginación. Por el r.!

contrario, fue menest~r dominar lq. imaginación efervescente' en DEL DOLOR-Y-TEMOR AL AMOR-Y-DOLOR
favor de la adhesión estricta a la evidencia científica obtenida por \,';"

el método psicoanalítico tal como Freud n'unca cesó de.estimular E ,'

en sus seguidores. El método en sí mismo podía por su propia na­
turaleza revelar solamente las reliquias inconscientes de las organi~
zaciones de la niñez, no al niño en sí mismo, de la misma manera
que el arqueólogo sólo recibe algunos restos cul.turales relativamen­
te imperecederos. . ' >::oi"
Esto fue cambiado significativamente por tres mujeres, von Hug
Helltnuth, Anna Freud y Melanie Klein, quienes adaptaron el mé­
todo psicoanalítico a los niños. Pero aun con niñitos desde dos
años y medio en adelante, se pueden sostener las mismas reservas,
porque aunque ahora tenemos una vista panorámica vibrante del
desarrollo infantil, los primeros años de vida son todavía en gran
medida una reconstrucción esquemática. La observación directa de
niños por los psicoanalistas ha comenzado a traer al bebé a la vida.
En el próximo capítulo describiré cómo el trabajo terapéutico con
los niños, especialmente los descubrimientos de Melanie Klein, nos
ha capacitado para ver al niño más completamente, en su mund<?
interno y en sus relaciones externas, en su desarrollo emocional e
intekctual; tanto en su poder com~ en sudc;bilidad, en su bondad
y maldad, ino~encia y corrupción. Pero nuev~mente hay que tener
cuidado: este es el niño completo en el cuarto de juego psicoanalí­
tico. Resta todavía un considerable trabajo' d~ trasposiciÓn antes
que se puedan utilizar los descubrimientos del psicoanálisis para
ver al niño completo en la escuela o en su casa, por ejemplo.
~~
En los tres capítulos previos he, descrito, primero, el método psi­
ir , coanalítico en sus excelencias y limitaciones. Luego bosquejé los
t-; primeros d~scubrimientos de Freud acerca de la sexualidad infan­
til y sus teorías sobre el desarrollo de los úiííos,'parriCularmente
porque constituyen el trasfondo de los síntomas patológicos de la
/,l..,'
vida adulta. En el tercer capitulo subrayé el repentino e inespera­
~~, do desarrollo, en gran parte debido al trabajo de Freud y Abraham
o-,! en los años posteriores a la primera guerra mundial, que transfor­
Ii;
mó el psicoanálisis de un método de investigación y tratamiento
r de enfermedades nerviosas en una rama especial de la psicología,
la metapsicoLogía. Una concepción nueva, multidimensional y co­
herente del desarrollo de la personalidad tomó forma en términos
de fases del desarrollo y series organizacionales.
-: Pero finalicé con una no'ta de 'semij ustificación por el niño vi­
viente que no podía ser encontrado entre las tediosas teorías. Pro­
, n1etí, sin embargo, remediar este defecto describiendo los desarro­
, Has realizados entre 1926 y 1946, los cuales surgieron del trabajo
analítico directo con niños y especialmente del trabajo de M. Klein
con niños muy pequeños.
'< Gran pa~tedelímpetu para esta aproximación directa al niño,
había surgido de un trabajo inusual del mismo Freud , comunica­
do en 1909 y conocido por los analistas como "El caso ]uanito".3o
Este niño de 5 años, que padecía una fobia a los caballos, pero bá­
sicamente un niño normal, inteligente y saludable, no fue tratado
por el mismo Freud, sino por el padre, quien tenía conocimien­

30 "Análisis de la fobia de un niüo de cinco aii o~" (190 9), SE, X; AE, x .
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64
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ESTADOS SEXUALES DE LA MENTE
tOS de los hallazgos psicoanalíticos, bajo la cuidadosa supervisión
de Freud. El resultado fue altamente satisfactorio pero dejó a Freud
muy dubitativo respecto de si tal tratamiento pódría ser hecho
por muchos padres o directamente por un analista. Fue sólo el de­
sarrollo de técnicas modificadas por las tres mujeres que he men­
cionado, la así llamada "técnica de juego", lo que posibilitó la
existencia de! tratamiento directo de niños mediante una rigurosa
aplicación de! método psicoanalítico. Si bien Anna Freud abogó,
al principio, sólo por la aplicación parcial de! método en compa­
ración al uso más meticuloso de la transferencia por M. Klein, en
el transcurso de los últimos treinta años estas diferencias técnicas
han desaparecido en gran parte. Los progresos en la teoda que en
parte resultaron de este trabajo, sumados a los descubrimientos en
los adultos, hacen ahora posible mostrar a través de! método psi­
coanalítico, con bastante éxico, todos los desórdenes de la perso­
nalidad de niños desde los dos años en adelante.
El caso Juanito fue de importancia para asegurar a Freud ya su
círculo que su reconstrucción de! periodo edipico y la así llamada
"neurosis infantil", que había sido postulada como precursora de la
neurosis adulta posterior, en verdad existe. El caso ayudó a infun­
dir vitalidad a la teoría de la bisexualidad y la ambivalencia, ya que
este hermoso trabajo de Freud, probablemente e! más encantador
,de toda la literatura psicoanalftica, dio vida a un niño real que lu­
cha con su amor y odio dku madre y padre y con sus propios de­
seos genitales masculinos y femeninos. La capacidad de Freud co­
mo científico estaba acompañada por un genio literario que hace
que sus trabajos, ya sea en alemán original o las traducciones im­
pecables de James y Alex Strachey de la Standard Edition, formen
parte de la literatura mundial.
Me!anie Klein no poseyó tal talento literario. Su estilo de pre­
sentación directo, lacónico y excesivamente condensado, tal como,
,lo encontramos en e! Psicoanálisis de niños,3 ) no ayudó a mitigar la '
oposición que encontraron sus ideas. Mientras Juanito había dan­
.JI Obras comp/ettlS. 2.
uU ti U
DEL DOLOR-Y-TEMOR AL AMOR-Y-DOLOR 65
u
zado en las páginas de Freud como un perturbado principico, los
pobres Rita, Trude, Erna, Peter y otros de los dieciocho casos cita­
dos por Melanié Klein surgen marcadamente anormales y mons­
truosos en su preocupaciones y peligrosos en su violencia. La expli­
cación es, por supuesto, no sólo literaria, porque, en realidad, escos
niños estaban seriamente enfennos , profundamente atrapados ya
en trascornos que sólo pudieron inducir a severas neurosis o psico­
sis en la vida adulta. Además, b misma naturaleza de sus enferme­
dades involucraba los más primitivos , rn <Ís violentamente ambiva­
lentes y más deshumanizados nivel es de objeco parcial de su vida
mental , relativos a sus organizaciones pregenitales. Consideremos
por ejemplo un extracto: "Trude, de tres años y tres cuartos , acos­
tumbraba repetidamente fingir durante su análisis que era de no­
che y que estábamos las dos dormidas . Entonces venía sigilosa­
mente hacia mí desde el rincón opuesto de la habitación (que ella
suponía era su propio dormitorio) y me amenazaba de varias for­
mas, tales como acuchillarme por la garganta, tirarme por la venta­
na, quemarme, llevarme a la policía, etc. Quería atarme de manos
y pies o tomar el tapete del sofá y decir que estaba haciendo "Po­
Kaki-Kuki". Esto significaba que ella quería buscar dentro del tra­
a
sero de su madre los "kakis" (heces), que para ella significaban
niños. En otra ocasión quiso pegarme en el estómago y declaró
que estaba sacando mis '~':'as» (heces) y me haría pobre. Luego se
ipodé'i!ó de a:Imohadones q'ue habían significado en otro momen­
to niños y se agachó con ellos detrás del sofá. Manifestó allí todos
los signos de miedo, se tapó, se chupó los dedos y se orinó. Estos
, __procesos los repetía en forma completa cada vez que me atacaba.
-', Correspondían en todos sus detalles con su comportamiento en
-- la cama: cuando no tenía aun dos años fue presa de graves terrores
" nOcturnos. En esta época también corría al dormitorio de sus pa­
, dres durante la noche, una y otra vez, sin poder expresar nunca lo
- que 'quería. El análisis le mostró que e! orinarse y el ensuciarse eran
agresiones contra sus padres en copulación, y de este modo supri­
mió el síntoma. Trude quería robar los niños de! vientre de su
.:~ , .
 n J.\iJ\ " ' c.\ l :\11'. :- DE L\ :--lE~Tt:
madre embarazada, matarla \' ocupar su lugar en e! coiro con el
» ')
pa d re ..)-
Esta es una presentación inflexible que va en contra de la ten­
dencia universal a idealizar a los niños o a ver la infancia como
inocenre, feliz. Cuán diferente de ]uaniro, cuyos deseos varoniles
que surgían de la admiración por su padre, de ser grande, de tener
un grande y bello pene y casarse con su hermosa madre tiende a
producir sonrisas de aprobación y de esrímulo de nuesrra parte.
Sin embargo en un caso como Trude había una rica confIrma­
ción de las teoría de Freud y de Abraham acerca de las raíces infanti­
les de la neurosis obsesiva, de la etapa retentiva anal, de la naturale­
za de! objero parcial de las relaciones en esta organización pregenital
altamente ambivalenre. Y como tal, naturalmente, estos hallazgos'
en niños pequeños fueron bien recibidos en la literacura psiéo­
analítica, pero fácilmente puéde verse que tales hallazgos contienen
más que una mera confirmación de teorías derivadas del trabajo
con adulros. Ellas revelan el ~ufrimienro del niño enfermo y exi­
gen nuestra atención. Este imperativo no podía en realidad co­
existir con la tradicional idealización de la niñez, tal como se la ve
en Dickens, que consideraba el sufrimiento como viniendo sólo
de afuera; a los niños huérfanos, enfermos, impedidos o abando­
nados. Esro implicó e! reconocimiento que los niños no pasan de
un periodo de felicidad rotal a la ordalía de la edad escolar, sino
que nacen en una confusión de ansiedades infantiles en medio de
la cual su único oasis es la presencia física de un adulro querido,
o al menos un adulto de confianza. Todas las áreas de su vida dia­
ria -comer, dormir, jugar, orinar, defecar, aprender, ser vestido, ba­
ñado o tratado por enfermedades físicas- cada una de ellas se ve
perrurbada con ansiedades de Ull tipo que :,n a~ultos se v~ s~l.o e?,
las enfermedades mentales m~ís severas: las anSIedades pSlcoflcas
de persecución. .
Freud había postulado, a partir de su trabajO con adultos, que
la institución de la conciencia, que él llamó "superyó", se desa­
.\~ Ohmr completas, 2. pp. 24-2'5
DEI. DOI.OR-Y-TEMOR AL AMOR-V-DULU¡{ D!
rrolló como el "heredero de! complejo de Edipo", o sea, que la re­
solución de los conflicros infantiles de amor y odio tomó la forma
del establecimiento de los padres y especialmente del padre de!
mismo sexo, como la figura imerna que funcionó como una con­
ciencia. Sus estudios sobre enfermedades más serias que la histe­
ria, como la neurosis obsesiva, los estados maníaco-depresivos y
esquizofrenia, le habían demosuado que involucraban graves per­
turbaciones de esta estructura, el superyó, especialmente toman­
do la forma de un superyó excesivamente severo, aun salvajemente
asesino. Pero dado que estas enfermedades parecían no aparecer
hasta después de la infancia tardía, en el caso de la obsesión, o de
la adolescencia, en el caso de la esquizofrenia, concluyó que las
alteraciones de! su peryó ocu rrían en esos momen tos posteriores.
Por eso no vio ninguna razón para modificar sus ideas en torno al
(iempo de origen de la conciencia, aunque admitió que el así lla­
mado "punto de fijación" de estas enfermedades está ubicado en
las fases pregenitales de desarrollo, o sea, antes de los (fes años ge­
neralmen te.
Consecuentemente, la segunda modificación importante de la
pintura de la temprana infancia, que provino de la obra de Me­
lanie Klein con niños pequeños, fue e! reconocimiento que e!
mundo interno del niño estaba ya, o quizás especialmente, pobla­
do en las fantasías conscientes o inconscientes de figuras buenas
o malas con las cuales está en constante conflicto o alianza, siem­
pre cambiantes. Hoy en día no se considera de mucha importan­
cia si estas imágenes, que están conectadas de tan diversas e im­
portantes maneras con e! padre y con la madre y con las distintas
partes de sus cuerpos, deben ser llamadas colectivamente "super­
yó temprano" o sim plemen te "precursores del su peryó"; pero es ro
originó violentas polémicas en los años próximos a la muerte de
Freud. La modificación realmente importante en nuestra concep­
ción de los niños fue el surgimiento de un concepro tan rico como
el de "realidad psíquica", que no es de ningún modo un eufemis­
mo, para sig~iflcar que los niños dan mucha importancia a la fan­
tasí~. Es un concepto rigurosamente científico que reconoce que
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()g ¡-S¡AI)\)\ S¡-\t I¡\)):S PI ¡,\ M)-.NTl'
cl crecimienlO de la I11CIltC de un niño tiene lugar a través de un
proceso colltinuamente oscilante en el cual sus actividades con fi­
guras del mundo exrerno modifican las cualidades de las figuras in­
remas, cn la fantasía conscienre o inconsciente. El juego yespecial­
menre la masturbación y arras ripos de auroerotismo, también
modifican esras figuras de las que depende su concepción del mun­
do externo, en cuanro valores y significado.
Volvamos por un momentoa la descripción que hace Melanie
Klein de la representación de los terrores nocrurnos que Trude ex­
presa mediante el juego. Esros rerrores habían aparecido alrede­
dor de los dos 3ños cuando su Inadre estaba embarazada. Las fan­
tasías de rnasrurbación de T'-lIdc, en las cuales ella robaba a su
madre inrern;, las heces, los hehés y sus riquezas, convirtieron a
esra mad re en u 11 persegu idor <1 reno riza n te. Esta si ruación inter­
l1a le provocó terrores nocrurnos que eran inconsolables porque
SlI cOnft'1Ilza en la madre externa estaba interferida por su sirua­
ción inrci-na. Esro la llevaba a mojarse)' ensuciarse, lo cual enr<:a­
lidad le oClsionaba dificulrades con su madre en el mundo exter­
no. Y a 1<1 Ve?_ aUITIentaba la envidia y el resentimiento de Trude,
su rendcnciJ a masturbarsc, )' así sucesivamente.
Todavía existe cieno gr ado de desacuerdo en los círculos psico­
analíricos en relación con el momento de! comienzo de estas rela­
ciones inrernas, la formación de este mundo de "realidad psíquica",
porqlle nlJeV3Il1enre Melanie Klein, en su estilo sin concesiones, in­
sistió en (]lIe la evidenciJ indicaba que estos procesos comenzaban
cn el J11omenro mismo de la vida post-natal. La fecha exacta es de
muy peqlJcña importancia para nuestrOs propósitos presentes. Lo
que impona es el reconocimientO de la inmensa importancia que
riene para el desarrollo mental yf1sico de un niño este mundo inter­
no de la mcnre y que esd poblado de una multitud de objeros,
buenos y malos, que sólo en forma muy lenta o incompleta se inte­
gran para formar las figuras parernas del "superyó" de Freud. ­
Ahora quisiera enfarizar lo de "buenos y malos", porque esto
nos lleva a la rercera gran modificación de nuestra imagen de la
vid;1 IllCJ){;¡J de los niños , 'lIle deriva de la obra de Melanie KJei~, -
la cual es en cierro modo la más imporrante desde nuestro punro
de vista presente, o sea el de hacer viviente al niño de las teorías.
En los once años entre la primera y segunda guerra -1935-1946­
en cuatro trabajos fundamentales, formula los concepros conoci­
dos como posición esquizo-paranoide y depresiva en las relaciones
objetales, lo cual en mi opinión, ha acercado al psicoanálisis a una
3:::(
t~·
~i
relación más íntima con ellarir de la vida, el drama del amor y el
}~"
,,,O odio, lo bueno y lo malo, creación y destrucción, crecimiento y
l,~;,
'
deterioro, belleza y fealdad, salud y locura, en los individuos yen
~~
,'i .
11 .
..
~~ las socjedades. La presentación de es ros concepros, constiruye el
rt ' final, la coda de esros capírulos históricos y requiere cieno vuelo
poérico para captar su belleza.
De su trabajo con niños pequeños y luego con adulros muy en­
fermos, Melanie Klein concluyó que la guerra enrre el amor y el
odio yenrre lo bueno y lo malo comienza con e! nacimienro o muy
¡ - poco después; que el dolor y el temor y la furia que los acompa­
~-
ña hace peligr~r e! deseo de vivir dellacranre, en un grado ral que
consriruye: de hecho una seria amenaza a su capacidad de sobre­
vivir. Para sobrevivir en forma razonablemenre sana debe enfren­
tar este terrible estado con su mecanismo llamado splitting (es­
cisión], por el cual se divide a sí mismo y divide sus objeros en
forma severa, en segmenros "buenos", idealizados, y segmenros
¡ "malos", persecutorios. Las partes "buenas" idealizadas del self in­
tentan aliarse con los objeros"buenos" idealizados, en primera
f instancia con el pecho nurricio de la madre, o con su representan­
te. Esros son procesos internos_ Una alianza fundamental, el niño­
madre idealizado, constiruye el prorotipo para el desarrollo del
amor, confianza, gratitud y esperanza.
Pero esta alianza, la relación idealizada, está amenazada por ro­
das lados, interna y externamente. Cada dolor, desilusión o shock
constituyen ataques a la confianza en la bondad y fortaleza del ob­
jeto. Cada separación trae soledad, celos que atacan la gratirud. La
¡, envidia por la bondad, la belleza, la fonaleza o la capacidad del
•
objero trabaja contra el amor. Todo signo de desgaste, debilidad o
envejecimienro mina la esperanza.
 ~'
~
70 ESTADOS SEXUALES DE LA MENTE

Lo que he descrito hasta e! momento es la posición esquizo­

paranoide, en la cual se siente que toda seguridad ante la perse­
,l."
IÍ~
¡¡;
DEL DOLOR-Y-TEMOR AL AMOI~-Y-DOLOIt.

hamo Más bien exploran e! modo de transición de fase a fase y el

por qué a veces fracasan, cómo un fi-acaso aumenta la posibilldad
71

cución, e! dolor y la muerte, proviene de la fortaleza y ayuda de ~ del próximo, etc. Estos conceptos son, en consecuencia, principal­

~
"
'"
estos objetos ¡dealizados, al comienzo e! pecho de la madre, luego .f
mente económicos, aunque ya no se piensa en "la energía psíqui­
un concepto más coherente de la madre, luego también el padre ca" como análoga a la energía física. Son "económicos" no en un
y así sucesivamente. Pero lo importantes es estar protegido del dolor W sentido cuantitativo restringido, sino más bien en el sentido que
y el peligro. En esta organizac ión de la personalidad los objetos t
~~. se dice que un gobierno tiene una política económica."3 La eco­
r·
~.
buenos son valorados y aun amados o venerados, sólo por su auxi­ nomía de! self en relación con los objetos internos está go berna­
'~'"
~~i

lio, en una palabra, egoístamenre. Cuando mucho, esta orienta­ da de esa manera. 34
ción logra un esclarecido inrerés en sí mismo, semejante a la acti< ~
tud de un déspota benevolenre respecto a sus súbditos. No hay 1:
}~.
k
preocupación. 33 La falta de eSf,Jacio 110 pcrlllitc una disclIsi('llJ llI;b cO ll1pleta de la relacióll elllrl:
t
~'
Cuando esta escisión prlmaria-e-idealización de! niño'y sus ob­ los diferentes principios ccoll6micos: COlllPlllsiól¡ a la repclició¡¡, principio de pla·
t'
~, cer-dolor, principio de realidad y posiciones esquiw-paranoide y dl'prl'~iva,
jetos ha tenido lugar en forma satisfactoria, cuando la ayuda pa­
~ 34 NOTA DEL GRUPO DE ESTUDIOS : Impona dCSl,¡ear, en r.:StC capítulo , la ilH!'O­
terna ha sido razonablemente adecuada, cuando ni los celos, ni la ¡
11
~' ducción q ue hace Mclrzer de su conccpción del principio ecollólllico, [I¡ un
envidia, ni la intolerancia al dolor menral y físico son excesivos, ~ libro aún inédito, cuyo rítulo provisorio es ;\1/l1d flnd MOtlUfl tiOflS, postula la
1:
algo milagroso y hermoso puede ocurrir, lo que se conoce en la c1asificaci61l y cxplicilaci6n de distilllos tipos dl' principios ecollólllicos,
~ Meltzer señal~ que, all'scrihir M, Klcill las posicio/les e,'qui'w·paraJloidt' y
insípida jerga cienrífica como la "fenc,lnenología del comienzo de f
(.
depresiva, aflrJlJó qut: roda' la '\:eOJlOlllía de la 1l1l'I){C hUlllana dL'f)l'J1dcr:í <kl
la posición depresiva". En el lenguaje de la vida, una tierna preo­
cupación por el bienestar del objeto amado tiende a reemplazar la
preocupación egoísta por la comodidad y seguridad de uno mis­
i
(
f
'comercio' constallte elllTC Illulld o iIlI CJ'I)(1 y Illund o exterllO <1 lr:IVÓ d(' "1 ill­
troyecci ón y la proycccióll". COIl l'lIo lllliso ill lplicar qUl' l'l aislaJllicl llo dcl Sl'l'
humano o la privación de sU contacto COI\ l'l :lI11hi clltc l'Xll'rlHl es lIJ\O dc los
mo. Aparece la capacidad para el 'sacrificio, los bebés esperan ser f factores más disJ'uptivos en la gl~llesis de la psicop:llologí:1. L\ l'sellcia dl' lo eco­
alimentados en lugar de gritar, interrumpen la succión cuando to­ ~'
t
nómico en la posicióll dcpresiva rcside CII el canJ!l io de valorcs, desde el 3UlO­
davía queda más leche en el pecho o en la mamadera , (l'atan de ~' interés del narcisismo pasa a 1,1 prcocupación celltrada Cll r.:1 biellestar de los ob­
controlar sus esfínteres para aliviar a la madre y toleran la separa­ ~, jetos buenos intern os y los objetos del Jl\ulldo cx(crno,
!'iI'
El concepto económico que postub Meltzcr 110 lo es ell el sCl1tido dc ulla
ción a pesar de la inquietud. De la obediencia surge la bondad; de J.¡&:
economía energética , mecánica o fbca, sino Ill,ís bim en lIll SCIltido de illtcr­
r
la competencia, la capacidad de ([abajo; de la tolerancia la priva­
ción;el brío del desarrollo. ;,
F.
. \Jo"
¡1
cambio: algo parecido a lo que sería UJ\~ políticaecollómica de L11l país, El aceJl­
to Úrarla puesto en' lo cualitativo más que en lo IllCral1lellte cLJalllitativo. A di­
·r
La belleza de estos conceptos nos ayuda a ver cómo e! niño lu'"
1
ferencia de W, Baranger, Home, GUJltrip y C t'o rge Klt'ill que abandonan
cha por comprender sus fracasos y sus necesidades de probar una completamente dicho principio, Mdtzer le da un signiflcJdo nlelWS lllccal\i­

iIm-'
"(~
cista. No habl a de carga y cOllcracarga, !la hablJ dc un modelo lriJr:íulico, de
y otra vez. En cada encrucijada debe decidir nuevamente si sigue T
, .~ la "olla que se Ilella y cntra en prcsión", Su pllnlO de visla se ('OllCCla cUJlel COI\­
avamando o no y si sigue, por qué razón , si es por interés en sí ,i, cepro de "hecho seleccionado" de Poincaré: una snic de clellll'11l0$ (Iue estaball
mismo, temor, competitividad o preocupación por sus objetos dispersos, sin relacióll elltrc sí, en [orilla caótica, de rcpcIHc, gracias al !Jecho
buenos . Obsérvese ,que estos conceptos no reemplazan las ~tapas seleccionado, se ordena, cobra coherencia,'se dirige h;lCiJ el objelo total. Esro
evolutivas y fases de organización desCLlbierros por Freud y Abra- ocurre en movillli elltO de id:l y vLlclla; de l;epClltl', ,e organiza, Il\cgq se dcsor­

"~.'
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La' lucha dd niño por preservar sus relaciones con sus objetos
amados, tantO internos como externos, le crea problemas que a su
[
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vez exigen el auiburode coraje, porque una youa vez el niño fra­ f
casará en el mantenimiento de la buena fe al nivel de la posición ~
~
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depresiva y se enfrentará al dolor de la culpa, remordimiento, des­
a
valorización y vergüenz~, Una y otra vez su amor acarreará un in­ t
cremento de intensa inquietud, soledad y celos durante la sepa­ ~
,­ Secez'ón 13
ración, Cuando comprendemos qué caro deben 'pa.gar los niños, "
~
peq ueÍlos sus relaciones de amor debido a su limicado autocon­ ~
r
trol, esto nos ayUda a ser pacientes, a apoyarlos con decisión, a ~ SOBRE LA TEORíA FREUDIANA DE LA PSICOPATOLOCfA SCXUAL*
K'
protegerlos de indebidas dificultades o tentaciones, Estos concep­ •r'
~

ros nos muesuan a nosouos como adultos, la necesidad de ejem­

plificar para el niño, a través de nuestra conducta, las cualidades
r
l)

de coraje, integridad y capacidad de saCrificio que deben ser asimi­ f

~:
t"
ladas para fortalecer la bondad de sus objetos internos , de los cua­ ~,
~.;

i'
les dependen durante las separaciones y eventualmente en todo h
momento, ~
t·o
",V
Aquí están pues, en estos tres desarrollos -la revelación de las ''/
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tempranas ansiedades psicóticas, el establecimiento de la decisiva t~

importancia de la "realidad psíquica" para el desarrollo y la delinea­ ~,

o'
ción de los conceptos económicos de las posiciones csclllizo-para­ ;:-
noide y depresiva- los descubrimienros de Melanie Klein desde ~..
1921 a 1946, que tanto han modificado nuestra comprensión de las "
.! . .
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memes de los niños y cambiado tan radicalmenre nuestrO j llicio so­ k( :

bre el significado de su comportamiento, K
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ganiza, El principio económico ya es una fuaza sino una relación que per­ ~', * Leido a Jos estudiantes de ~egundo aflO del JI1~(i(utü de Psjcüall~¡¡jsi.,. LOIJdrc~,
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Ill¡le llegar a la abstr~cciÓI1 y al símbolo, 1968-69,
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