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Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política.

Instituto de Historia.

Si la historia es un edificio ¿cómo lo construimos?


Memoria, imaginación y narración, en la edificación de la historia.
(2do tema)

Estudiante: Adriana Montecinos Caprile

Profesor: Claudio Rolle

Curso: Introducción a la historia

Fecha: 28 de junio, 2021

1
“Esta palabra, «materiales» [refiriéndose a las fuentes], brutal, obrera, la empleo adrede porque es
la adecuada para designar a la masa inerte, el enorme montón de palabras escritas recién salidas de
las canteras al que van los historiadores a aprovisionarse, a escoger, a tallar, a ajustar, para después
construir el edificio cuyo proyecto han concebido previamente”1

Georges Duby utiliza la metáfora del edificio no sólo como forma de embellecer su frase, nos
comunica mucho más que eso, y es que, encontramos para los elementos de la construcción del
edificio otros elementos en la historia que les son análogos. La metáfora no es una decoración, sino
también un recurso que nos obliga a mirar un proceso externo a nosotros, y en la observación de
dicho proceso, que es en realidad semejante al propio, logramos ver aspectos que no podríamos, o
no nos atreveríamos, a ver en el nuestro por la cercanía que mantenemos. El observar algo con la
pretensión de que no se observa a uno mismo nos puede abrir los ojos.
Es a esto a lo que el presente ensayo desea apuntar: observar la construcción del edificio-historia y
responder a las preguntas de ¿De qué materias primas se compone? ¿Cuáles son las herramientas
con las que se trata a estas materias primas? ¿Cuál es la organización de la construcción?
Sobre las materias primas, Duby responde, en el extracto citado: las materias primas mediante las
que se construye el edificio, o sea los materiales, son las fuentes. El material es crudo, requiere
elaboración y lo mismo ocurre con las fuentes, pero no es esa la única similitud, encontramos algo
mucho más interesante, y es que las materias primas no están allí por arte de magia. Donde se
encuentra diamante es porque ciertas condiciones de presión, compuestos y temperatura se
cumplieron, y también donde no pasó nadie que lo encontrara primero. Al aplicar esta lógica a las
fuentes entendemos el documento/monumento del que Le goff 2 nos habla: al igual que los
materiales, las fuentes se encuentran rodeadas de su contexto y para el caso de la historia, es
imperante conocer dicho contexto, cuestionarse la aparición de ese material, en ese lugar, en esa
época y qué factores me han permitido encontrarlo. Este ejercicio que realiza el historiador es lo
que le permite extraer todo de la naturaleza, no considerar el ambiente es dejar la mitad del material
atrás. Entramos aquí en un terreno donde el mismo ambiente se vuelve fuente, el ambiente contiene
las causas y contiene por lo tanto su propia historia. Entonces, para captar la complejidad de las
fuentes, quizá es necesario complejizar la palabra material, mi propuesta es ver los materiales y
fuentes como la memoria del mundo de que el hombre ha existido. Ofrezco la palabra memoria,
porque da cuenta de la subjetividad con la que las fuentes existen, pero no es una subjetividad
1
Georges Duby. La historia continúa, Epublibre, 1991, p. 15.
2
Jacques Le Goff. El orden de la memoria. El tiempo como imaginario, Barcelona, Paidós, 1991, p. 227-239.
2
aleatoria, menos en el caso de causas naturales, aunque puede hacerse el argumento de que las
fuentes bien guardadas y mantenidas no son destruidas en una llovizna cualquiera porque se las
protege, lo que lo vuelve no azaroso. La memoria sigue procedimientos lógicos y de
intencionalidad, existe, por lo tanto, una coherencia3 y es labor del historiador llegar a ella.
Las herramientas de las materias primas. Cuando nos referimos a las herramientas, hablamos del
proceso mediante el cual, por ejemplo, la arcilla (material) se transforma en ladrillo. Hay una
formalización del material, se une la materia en una forma digerible. La unión ocurre mediante la
imaginación, pero no cualquier unión hecha con imaginación es válida; para que el ladrillo pueda
sostenerse y no esté construido de aire, la imaginación debe tomar distancia, ser imparcial 4,
coherente, tomar los materiales pertinentes y poder resistir una contra argumentación 5, sólo así llega
al historiador a lo más cercano que encontrará de la verdad. Podría explicarse como la creación de
un cemento sólido, que no contenga burbujas de aire en su interior, burbujas serían las formas de
incoherencias y lo que la explicación nacida de imaginación no ha logrado cubrir.
La tercera pregunta planteada es de la organización, es pasar del montón de ladrillos a la pared que
no se cae y que es inteligible. Se logra esto con la narración, que históricamente ha sido cronológica
y de sucesión de hechos, pero de la que Burke señala que se ha visto un reciente renacimiento.
Nuevas formas que se toman prestadas del cine y la literatura, nuevas narraciones que crean la
opción de poner distintos escenarios en el centro.6 Estas distintas formas de organizar el material no
cambian necesariamente la composición, los ladrillos son los mismos, pero la forma de organizarlos
se vuelve distinta, lo que puede hacerla más legible para los consumidores; dos casas pueden ser
construidas con los mismos ladrillos y tener formas distintas, dejando distintas impresiones en
quien las vea. Aún así, comuniquemos las cosas como las comuniquemos, la narración es una
constante, y es que, por ejemplo, en Darnton, se señala que los campesinos franceses del antiguo
régimen, una masa analfabeta, no era rigurosa al contar sus historias, porque no conocían el
concepto de una historia inmutable, que perteneciera en el papel por siempre de una manera, las
historias se creaban de un sustrato común 7, podemos decir que donde hay escritura hay una mayor
rigurosidad, en la misma forma que podemos decir que donde hay lenguaje hay narración; esto es

3
Alessandro Portelli., “Historia y memoria: la muerte de Luigi Trastulli”, en Historia y Fuente Oral, N°1, Barcelona,
1989, p. 5-6.
4
Antoine Prost. Doce lecciones sobre la Historia, Madrid, Cátedra, 2001, 285-286.
5
Lynn Hunt, Historia ¿Por qué importa?, Madrid, Alianza, 2019, 47-51.
6
Peter Burke, “Historia de los acontecimientos y renacimiento de la narración”, en Peter Burke (ed.), en Formas de
hacer historia, Madrid, Alianza, 1994. 297-305.
7
Robert Darnon. La gran matanza de gatos y otros episodios de historia cultural francesa, México, FCE, 1987, p. 26.
3
porque el lenguaje es lineal, requiere un orden en el relato de los hechos, que debe ser
comprensible, porque si no el lenguaje se escapa de los límites del entendimiento, y en el momento
que creamos un orden, ya sea cronológico, en reversa, o de lo general a lo particular, estamos
creando una narración. El hablar hace que nos comuniquemos con formas de narración y esas sean
la forma en que absorbemos la información, no podemos realmente comprender el aleph 8 porque
nuestra forma de pensar es como nuestro habla.
Ya se han revisado los materiales con los que el edificio-historia es construido: las fuentes, que son
la memoria del mundo de que el hombre ha existido. Lo que da forma a estos materiales crudos, la
imaginación. Y finalmente sobre cómo la narración es lo que transforma al montón de ladrillos en
una pared. Pero hay todavía un aspecto de la cita inicial que no hemos mencionado: “…cuyo
proyecto han concebido previamente”. La cuestión de cuál es el análogo en la historia nos lleva a lo
más profundo del debate, nos lleva a preguntarnos ¿Qué sentido le dan los historiadores a su
edificio?
Se le han dado a la historia múltiples nombres, se le ha llamado “ciencia” y “disciplina” y
“literatura” y “arte” y “forma científica de la memoria” y un millón de nombres más, el sentido de
la historia es una interpretación, incluso cuando es presentado como hecho inmutable, y sabemos,
por Hunt, que los hechos, y aún más las interpretaciones, son “verdades provisionales”, es decir,
son verdades para esa época, lugar y tecnología, lo que no implica que deban ser tratadas como
verdades a medias, porque suponen un esfuerzo exhaustivo, pero sólo hasta la exhaustividad
conocida.9 Cada generación, cada sujeto incluso, ha sido el arquitecto de su pedazo de pared de la
edificación, y esto no debería agobiarnos, sino regocijarnos… pero, en los edificios no funciona así
¿Cómo funciona esto en la historia entonces? Seré la primera en admitir que la respuesta parece un
eufemismo de “no lo sé”, pero lo defiendo porque si es verdad que “discutimos sobre la historia
porque puede tener un significado real en el presente” 10 entonces las millones de interpretaciones
sobre el sentido de la historia no son prueba de un campo que no se entiende a sí mismo, sino que
son prueba de una ciencia/arte/oficio/disciplina que se encuentra viva y que discute porque se ama y
porque quiere mejorarse. La creación no es un Frankenstein, sino la bellísima edificación de la
Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona, construida en el año 599, incendiada en el
1046, romanizada en el 1298, reconstruida (la fachada) en el 1417, “finalizada” en 1917 11 y
8
Jorge Borges. El Aleph, Madrid, Alianza, 1974, 60-68.
9
Hunt, op. cit., 63-68.
10
Margareth Macmillan. Juegos peligrosos: usos y abusos de la Historia, Barcelona, Ariel, 2010, p. 65.
11
Historia-Catedral de Barcelona, https://catedralbcn.org/index.php?
option=com_content&view=article&id=24&Itemid=1&lang=es , 29/06/2020
4
constantemente mantenida hasta el día de hoy. Entonces quizá la multiplicidad de
sentidos/visiones/arquitectos sí se da en algunas edificaciones, y la historia parece ser una de ellas.

5
Bibliografía

-Burke, Peter. “Historia de los acontecimientos y renacimiento de la narración”, en Peter Burke


(ed.), en Formas de hacer historia, Madrid, Alianza, 1994.
-Darnton, Robert. La gran matanza de gatos y otros episodios de historia cultural francesa,
México, FCE, 1987.
-Duby, Georges. La historia continúa, Epublibre, 1991.
-Historia - Catedral de Barcelona, https://catedralbcn.org/index.php?
option=com_content&view=article&id=24&Itemid=1&lang=es , visitado el 29/06/2020
-Hunt, Lynn. Historia ¿Por qué importa?, Madrid, Alianza, 2019.
-Le Goff, Jacques. El orden de la memoria. El tiempo como imaginario, Barcelona, Paidós, 1991.
-Macmillan, Margareth. Juegos peligrosos: usos y abusos de la Historia, Barcelona, Ariel, 2010.
-Portelli, Alessandro. “Historia y memoria: la muerte de Luigi Trastulli”, en Historia y Fuente Oral,
N°1, Barcelona, 1989.
-Prost, Antoine. Doce lecciones sobre la Historia, Madrid, Cátedra, 2001.

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