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Santiago, diez de junio de dos mil veintidós.

Vistos :
En estos autos RIT Nº T-641-2020, RUC Nº 20-4-0262790-6, del
Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, caratulados
“Sepúlveda con Corporación Alta Ley”, por sentencia de veintidós de
septiembre de dos mil veintiuno, el juez titular de dicho tribunal
don Eduardo Alejandro Ramírez Urquiza, declaró la existencia de una
relación laboral entre las partes desde el 1 de abril de 2019 al 31 de enero
de 2020, rechazó la excepción de falta de legitimaci ón pasiva, rechaz ó la
denuncia de tutela por vulneraci ón de derechos fundamentales con ocasi ón
del despido y acogió la acción subsidiaria por despido injustificado,
debiendo la demandada pagar la suma equivalente a 90 Unidades de
Fomento por concepto de indemnización sustitutiva de aviso previo,
rechazando en todo lo demás la demanda interpuesta.
Contra ese fallo ambas partes dedujeron recursos de nulidad.
El demandante sustentó su arbitrio en dos causales que interpone de
manera subsidiaria: (i) causal del artículo 478 letra b) del Código del
Trabajo y; (ii) motivo de nulidad del art ículo 478 letra e) del C ódigo del
Trabajo, con relación con el numeral 4 del artículo 459 del mismo estatuto.
La parte demandada hizo valer la causal del artículo 478 letra c) del
Código del Trabajo y pide que se anule la sentencia en aquella parte en que
acogió la demanda de declaración de existencia de una relaci ón laboral y
despido injustificado.
Declarados admisibles los recursos se procedió a su vista, oportunidad
en que alegaron los apoderados de ambas partes.
Consideran do :
I. En cuanto al recurso de nulidad de la parte
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demandante.
1.- Caudal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo
Primero: Expresa el recurrente que en el considerando 9º de la
sentencia se fijan los hechos relativos a la relación laboral y que en el
motivo siguiente, al referirse a la acción principal de tutela de derechos
fundamentales, el sentenciador entra en una abierta contradicci ón con las

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conclusiones arribadas al establecer la relación laboral, desnaturalizando la
identidad de esa relación que previamente hab ía reconocido. Resalta que l a
acción de tutela interpuesta se fundó en que la verdadera raz ón del despido
es un motivo puramente discriminatorio, por el diagn óstico de c áncer
prostático en fase 4 con metástasis del actor, diagnosticado tan solo unas
semanas antes del despido. El juez busca descartar que el despido fuera
discriminatorio, aseverando que se sustentaría en el supuesto t érmino de un
proyecto, ya que “su equipo de trabajo también había sido desvinculado, con
diferencia de un mes posterior”. Remarca que si el tribunal concluyó en el
párrafo anterior que existió una relación laboral entre las partes, que las
labores del actor no eran transitorias o esporádicas, sino por el contrario,
múltiples y genéricas, y que se desempe ñó en parte de los objetivos
principales de la demandada, y habiéndose denunciado un despido
discriminatorio, el sentenciador no puede cambiar la identidad de su
contratación, insinuando que esta concluyó por el término de un proyecto;
Segundo: El recurrente reclama que el juez realiza un an álisis
meramente formal del aviso de término contractual, sin pronunciarse sobre
real motivo de la desvinculación. El principio lógico de la razón suficiente
implicaba necesariamente la necesidad de buscar una explicaci ón suficiente
al despido sufrido por el demandante. El tribunal tenía que desentrañar la
motivación del despido y para ello debió aplicar el art ículo 493 del C ódigo
del Trabajo. Los indicios de discriminación por la condici ón de salud del
actor y la vulneración de derechos fundamentales, eran m últiples y
evidentes:
1.- Un primer indicio porque de acuerdo con lo que acreditan los
documentos acompañados (Carta de término de 31 de enero de 2020 y el
certificado médico emitido por el Dr. Francisco Flores, onc ólogo de la
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Clínica Santa María, en que se señala que don Agust ín Sep úlveda padece
de cáncer de próstata desde enero de 2020), qued ó de manifiesto que a tan
solo unas semanas de ser diagnosticado e informado el demandado, el actor
es despedido;

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2.- Un segundo indicio, porque según los testigos Carolina Aguayo
Aliaga y Gonzalo Zamorano Martínez, el demandante fue reemplazado
inmediatamente en sus funciones por otras personas;
3.- Un tercer indicio, porque la demandada señaló que el despido se
debió a una reestructuración económica, lo cual es abiertamente contrario a
la prueba rendida, destacando el correo de fecha 21 de enero de 2020 de
Fernando Lucchini a Agustín Sepúlveda y Jonathan Castillo; y
4.- Un último indicio, constituido por la declaración del testigo
Enrique Román Espinoza, quien al ser consultado respecto del motivo del
término del contrato del actor, señaló expresamente que se debi ó al c áncer
que padecía;
Terc ero: Añade que el juez construye en su fallo un silogismo que
transgrede el principio de causalidad. Resume el silogismo del siguiente
modo: el demandante trabaja en diversos proyectos, entre los que se incluye
el proyecto de minería verde; el demandante es despedido en el mes de
enero de 2020; posteriormente se desvincula a otros miembros del equipo de
minería verde; el demandante no fue discriminado por su condici ón de
salud, puesto que se despidió también a otros miembros de su
equipo. Estima que ello es un ejemplo paradigmático de la falacia l ógica
denominada falacia anecdótica o prueba anecdótica, es decir, utilizar
determinados hechos, pudiendo ser ciertos o no, para llegar a conclusiones
que no pueden ser deducidas de ellos. Este quiebre del proceso deductivo se
puede producir bien por la falta de conocimiento de los detalles, que impide
rechazar hipótesis alternativas, o por no ser generalizables a los supuestos
que propone la conclusión.
Concluye indicando que el sentenciador habría vulnerado
flagrantemente el principio de la identidad, el principio de no contradicci ón
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y el principio de causalidad en la valoración de la prueba documental y


testimonial, respecto a la fijación de una circunstancia fundamental para la
resolución del conflicto, cuál era el motivo de la desvinculación del actor;
Cuart o: En lo que atañe a la actividad de valoraci ón probatoria y
sus posibilidades de impugnación, el Código del Trabajo contempla dos
motivos de invalidación que, aunque relacionados, son susceptibles de

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diferenciar. La causal del artículo 478, letra e) del Código del Trabajo busca
propiciar que en la sentencia se cumpla con el requisito del art ículo 459 N °
4 del Código, exigencia que tiene un carácter primordialmente formal. Lo
que se quiere significar es que constituye primariamente una condici ón de
existencia, que se orienta a asegurar que el fallo contenga el an álisis de la
prueba que se ha rendido por las partes y que se vierta el subsecuente
razonamiento probatorio, de una manera tal que permita conocer las
razones en que se apoya la decisión. A su turno, la causal del art ículo 478,
letra b) del Código del Trabajo apunta a la revisi ón de esa actividad de
valoración, así expresada en el fallo. Dicho en otras palabras, es el medio
que se franquea para controlar las razones que sustentan la motivaci ón
probatoria, con miras a verificar que tales razones no contrar íen los
parámetros de la lógica, de la técnica, de los conocimientos cient íficos o de
las reglas de experiencia. Por ende, una exigencia –la del art ículo 459 N ° 4,
cuya falta puede dar lugar a la causal del art ículo 478, letra e)- es funcional
a la revisión que permite la otra causal –la del art ículo 478, letra b)-, pero
operan bajo supuestos y ámbitos diferentes. En concreto, la satisfacción de la
exigencia formal es condición necesaria para que pueda haber lugar a la
revisión sustancial;
Quinto: Cabe subrayar que los cuestionamientos del recurrente no
se ajustan a los supuestos de la causal que esgrime, dado que –en gran
medida-, sus reproches se dirigen a denunciar la falta de razones y la falta
de valoración de ciertos medios de prueba . En efecto, sobre la impugnación
caben dos observaciones que redundan en que no puedan prosperar las
reclamaciones del actor, a saber:
a).- Es efectivo que se denuncia la infracci ón de los principios l ógicos
de identidad, de no contradicción, de razón suficiente y lo que se designa
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como “principio de causalidad”, lo que pudiera entender como la


vulneración de normas de apreciación de la prueba conforme a las reglas de
la sana crítica. Sin embargo, al escrutarse en los argumentos que
constituirían contravención se advierte que –en rigor-, apuntan a relevar
defectos en la fundamentación o derechamente la ausencia de un discurso
en el fallo sobre un extremo determinado o, que es lo mismo, su falta de

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motivación. Efectivamente, el examen de la impugnación formulada permite
concluir que la protesta esencial atañe postular un d éficit o un vac ío en la
sentencia, acerca de los motivos –los verdaderos motivos- que habr ían
llevado a la terminación del contrato del actor, mencion ándose inclusive los
indicios silenciados y los medios de prueba que dar ían cuenta de ellos. Un
vicio de esa naturaleza –de ser efectivo-, importa el incumplimiento de
requisitos previstos en la ley para la dictación de una sentencia y, por
consiguiente, resultan extraños a la causal de nulidad que se ha hecho valer;
b).- De otro lado, el imperativo de demostrar la influencia sustancial
del error detectado no se agota en la simple aseveraci ón que de no mediar
el mismo el resultado sería diverso. Antes bien, lo que se exige al recurrente
es consignar –por cierto-, el correcto análisis probatorio, pero sobre todo a
partir de qué datos concreto y a cuál conclusión f áctica se habr ía podido
acceder de no haberse verificado la infracción que denuncia. Sin embargo,
en su recurso el recurrente se limita a criticar el “silogismo ” construido por
el sentenciador, sin proponer expresamente uno que habr ía posibilitado el
cambio de decisión;
2.- Causal del artículo 478, letra e) del Código del Trabajo
Sexto: Bajo este capítulo de impugnación se sostiene que el
sentenciador omitiría el análisis completo de todos los medios probatorios,
seleccionando de manera arbitraria la prueba que estimara conveniente para
fundamentar sus conclusiones, sin clarificar cuáles de los hechos fijados en la
interlocutoria de prueba estima probados y cu áles no. Así, expone que el
tribunal no aprecia ni analiza el correo electrónico incorporado en el
numeral 3 de la prueba documental, el cual fue enviado con fecha 21 de
diciembre de 2019 desde la casilla de correo
agustinsepulveda@corporacionaltaley.cl. Estima que dicho correo, obviado y
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no analizado en la sentencia por el juzgador, resulta importante para decidir


el asunto, por cuanto da cuenta que el actor ocupaba un rol fundamental en
la elaboración del presupuesto, lo que da indicios claros de que su
desvinculación no se debió a un tema presupuestario, pues sus labores en
ningún caso estaban circunscritas a un proyecto determinado que estuviera
sujeto a terminación. Agrega que el fallo no analiza ni se pronuncia respecto

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del correo de fecha 20 de enero de 2020 enviado por Agust ín Sep úlveda a
Fernando Lucchini en el cual señala: “Fernando para el cierre 2019 falta
imputación del monto de bono a los profesionales que tienen convenio de desempeño.
Hice una provisión pero se debe poner monto real. El resultado del año es del orden de
330 M$ muy bueno! Ya tenemos el preliminar del cierre por naturaleza de gasto”. El
contenido de dicho correo reafirma la falsedad de que el despido de autos se
debió a un tema presupuestario, ya que se establece un balance anual
de 330 M$ el que es calificado de “muy bueno!”. Del mismo modo,
considera que el fallo no analiza el documento signado n úmero 11
incorporado por su parte, consistente en Captura de pantalla de la p ágina
web www.corporacionaltaley.cl, sección noticias, donde consta una breve
reseña de las funciones que desempeñaba el demandante como director de
Tecnología e Innovación de Corporación Alta Ley. Opina que de dicha
prueba, se colige que la propia denunciada reconoce las labores del actor,
precisando que: “Entre sus labores está coordinar y gestionar el desarrollo de núcleos
“traccionantes” y habilitadores, para contribuir con soluciones tecnológicas en los
desafíos que enfrenta la industria minera, que permitan mejorar la productividad, la
disminución de costos y los aspectos de sustentabilidad de la industria ”. Esta prueba
también descarta que el despido del actor hubiera obedecido al t érmino de
un proyecto, por cuanto las labores eran evidentemente amplias y estaban
sujetas al desarrollo de diversos aspectos vinculados a la industria. Sin
embargo, lo más grave, es que el sentenciador omite cualquier referencia y
análisis al documento acompañado con el número 16 por su parte,
correspondiente a Diapositivas Tercera Reunión de Directorio Corporaci ón
Alta Ley, que contiene, entre otros elementos, el presupuesto 2019. Puede
observarse allí que la remuneración del actor se encontraba imputada
dentro del ítem “Personal de Administración” al igual que el resto de las
personas que se encuentran en este apartado, como es, a modo ejemplar, el
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Gerente General de la Corporación, por lo que no puede entenderse que su


cargo se encontraba vinculado a un proyecto en específico.
Finalmente, alega que el tribunal no observa ni analiza
completamente la declaración del testigo Enrique Rom án Espinoza, quien al
ser consultado en el examen respecto del motivo de la desvinculaci ón del

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actor, señala expresamente que este se debe a “su Cáncer, su condición de
salud”;
S éptimo: No puede perderse de vista que, como toda nulidad, este
arbitrio responde al imperativo de la relevancia, en el sentido que no basta
la verificación de un vicio o de un error para invalidar un fallo. Esto que se
dice está expresado en el mismo artículo 478 del C ódigo del Trabajo,
cuando se indica que “No producirán nulidad aquellos defectos que no influyan en
lo dispositivo del fallo…”. Consecuentemente, es preciso que el defecto
denunciado tenga la capacidad de incidir en la decisi ón, que de alg ún modo
la afecte y, por lo mismo, que permita dejarla sin efecto y reemplazarla por
otra;
Oct avo: En ese orden de ideas resulta ineludible destacar que, en
cuanto a los intereses del actor, en la sentencia definitiva se decide negar
lugar a la pretensión de tutela, pero a la vez se acoge su petici ón de
declarar injustificado su despido. En efecto, respecto de la acci ón principal,
se expresa en el fallo que “sin perjuicio de haberse probado la existencia de la
dolencia o padecimiento; no se ha podido establecer la existencia de un patrón de
discriminación de salud considerando que su equipo de trabajo también había sido
desvinculado, con diferencia de un mes posterior, y que incluso su contrato con Codesser
que era la otra corporación con la que existía un vínculo o doble contratación. De la
que se alude por el representante de la demandada, incluso es prorrogada” (motivo
10°); y, en lo que atañe a la pretensión subsidiaria, se argumenta en la
misma sentencia que “es evidente que la terminación del contrato de trabajo es por
una decisión del empleador lo que la transforma en un despido y por medio de una
cláusula de término anticipado que no resulta procedente en el orden laboral. En ese
sentido deberá estimarse que se trata de un despido carente de causal, sin expresi ón o
invocación de alguna de las motivaciones que los artículos 159 siguientes del Código del
Trabajo contemplan”;
Nov eno: Así las cosas, la revisión de los medios de prueba que se
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denuncian como omitidos en el fallo, respecto de los cuales se dice que el


juez no efectuó el análisis que manda la ley, permite concluir que ellos est án
dirigidos, prácticamente en su totalidad, a demostrar la falta de justificaci ón
de la terminación del contrato, en circunstancias que en la sentencia
recurrida viene decidida favorablemente esa pretensi ón. Expresado en otros

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términos, sea o no efectivo el vicio que se denuncia en el recurso, lo cierto
es que la prueba que se dice silenciada s ólo contribuir ía a reafirmar la
decisión de declarar injustificado el despido, pero no apunta de modo
necesario a relevar la presencia de indicios de vulneración de derechos
fundamentales. Ahora, en lo que atañe al testimonio de Enrique Román
Espinoza, cabe consignar que en el fallo no aparecen señalados los dichos
que el recurrente atribuye a ese testigo y, a falta de prueba en contrario, –
esto es, de prueba de la causal-, la Corte s ólo puede atenerse a lo
consignado en su sentencia por el juez del juicio. Conforme a ello, no hay
en ese testimonio nada que revele la discriminación acusada;
II. En cuanto al recurso de nulidad de la parte
demandada.
D écimo : La parte demandada deduce como causal de su recurso de
nulidad la contemplada en el artículo 478 letra c) del C ódigo del Trabajo,
impugnando la decisión de haberse declarado la existencia de una relaci ón
laboral con el actor. Se argumenta en el recurso que la sentencia incurrió
en una errada calificación jurídica, ya que los hechos establecidos no
permiten construir un vínculo de subordinación y dependencia, en
conformidad a lo establecido en el artículo 7 del Código del
Trabajo. Refiere que la subordinación y dependencia puede ser dotada de
contenido mediante la técnica del haz de indicios relevantes y significativos
que revelen la posición de dependencia (jurídica) del trabajador respecto del
empleador. En estos antecedentes no se verifican tales indicios, según pasa
a explicar:
1.- El actor prestó servicios profesionales a través de una sociedad
para la Corporación, o sea, no prestó sus servicios como persona natural.
Lo hizo a través de una persona jurídica, la sociedad Astech SpA, de
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manera que no se cumple el primer supuesto de la relaci ón laboral, en


cuanto a que los servicios sean prestados por una persona natural, en
conformidad con el artículo 3 del Código del Trabajo;
2.- La sola existencia de una casilla de correo electrónico con el
nombre de la Corporación no es suficiente para dar por establecida la
existencia de una relación laboral, ya que existen diversos casos en que se

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otorga una casilla de correo electrónico institucional a personas que no
prestan servicios como trabajadores para ella. Afirma tambi én que la
circunstancia de que el actor haya pertenecido a la “org ánica ” de la
Corporación, no puede implicar la existencia de un v ínculo de
subordinación y dependencia.
3.- Tampoco existe una continuidad propiamente tal en la prestaci ón
de los servicios del actor, ya que según los hechos asentados en el fallo,
únicamente prestó servicios desde el mes de abril de 2019 al mes de enero
de 2020, es decir, por menos de un año.
4.- No existió una obligación de asistencia a las oficinas de la
Corporación, mucho menos debía cumplir un horario de trabajo, aspectos
respecto de los cuales, nada dice de esto la sentencia, por la sencilla raz ón
de que no se presentaban estos indicios en la práctica.
5.- No es posible establecer una supervigilancia del trabajo que
realizaba el demandante, ya que lo único que existe son correos electr ónicos
en los que se trataban materias propias de los servicios profesionales que
debía prestar la sociedad para la que trabajaba el demandante, pero
ninguno de ellos deja en evidencia -y así lo establece la sentencia- que se
estuviesen vigilando o controlando los servicios que debía ejecutar.
6.- No hay hechos asentados en el fallo que den cuenta de que al
demandante se le impartían órdenes o instrucciones mientras prestaba
servicios para la demandada y tampoco existía una exclusividad en la
prestación de los servicios, lo que queda en evidencia si se toma en cuenta
lo acreditado en la sentencia, en cuanto a que el demandante prestaba
servicios para otra entidad, la Corporación de Desarrollo Social del Sector
Rural;
Und écimo: En uno de sus extremos, la causal del art ículo 478, letra
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c) del Código del Trabajo puede tener como objeto controlar que “las
conclusiones fácticas” del fallo impugnado tengan correspondencia con las
consecuencias o efectos que el Derecho les asigna. Empero, por expresa
precisión legal este motivo de invalidación exige mantener inmutables “las
conclusiones fácticas del tribunal inferior”, restricción que deben observar
tanto el recurrente en sus planteamientos como el propio tribunal de nulidad a

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la hora de juzgar la procedencia de alterar la calificaci ón jur ídica asignada a
los hechos que se tuvieron por probados. Por ende, el an álisis subsecuente ha
de realizarse en torno a las inferencias fijadas por el sentenciador en el motivo
noveno de su fallo y de ellas cabe reseñar lo que sigue:
1.- En cierto período el actor tuvo un contrato con otra entidad, pero
no hay pruebas que permitan estimar que se desempe ñara indistintamente o
de manera paralela;
2.- Las designaciones que se hacen del actor en el acta de directorio,
en las publicaciones de la denunciada y el car ácter gen érico de su contrato
con la demandada, en cuanto a su objeto, permiten concluir que era parte
de una orgánica donde había personas en un escalón superior;
3.- Existía un grupo o “equipo de trabajo ”, como se menciona en los
correos, que era dirigido, coordinado por el actor;
4.- Los resultados del esfuerzo del demandante iban en directo
beneficio de la demandada, sin necesidad de otro acto traslaticio o adicional
que permitiera hacerla dueña del mismo;
5.- Existió una especial interacción en correos particularmente durante
el mes de diciembre entre el Sr. Lucchini y el actor en relaci ón con la
denominada “Hoja de Ruta” que es parte de los objetivos principales de la
demandada, lo que pone de relevancia que las labores del actor no eran
transitorias o esporádicas ni estaban en un área periférica del quehacer de la
demandada.
En ese contexto de conclusiones o inferencias, se remarca en el fallo
lo que se transcribe a continuación: “Es a partir de ello que resulta evidente para
este sentenciador la existencia de una relación laboral entre la demandante y la
denunciada.”;
Duod écimo: El centro del debate en esta materia estuvo referido a
la naturaleza de la prestación de servicios ejecutada por el actor, o sea, si
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dio lugar a una relación de carácter laboral o bien de índole civil. Como se
sabe, la diferencia entre una y otra forma de vinculaci ón est á marcada por
la presencia del vínculo de subordinación o dependencia que no está
definido en el Código del Trabajo, pero cuyas huellas pueden determinar su
presencia. Es el “haz indiciario” al que se alude en el recurso que puede dar

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cuenta de una subordinación “física”, acentuada por evidencias materiales
(la sujeción a órdenes e instrucciones, la vigilancia y control de asistencia, el
cumplimiento de un horario o jornada de trabajo, la fiscalizaci ón superior,
por ejemplo); o bien de una subordinación “funcional ”, siendo sus se ñales
más tenues, de corte organizativo, tales como la ajenidad en la prestaci ón de
servicios, su exclusividad, la inserción del trabajador en una estructura, en
un modelo de proceso productivo (José Luis Ugarte, “La Subordinaci ón en
el Derecho Laboral Chileno”, Legal Publishing, 2008, pp.15-19; Alain
Supiot, “Derecho del Trabajo”, Heliasta, 2008, pp. 67-76). Como se trata
de un “tipo normativo”, de un “concepto jurídico indeterminado ”, est á
dotado de la ductilidad necesaria para adecuarse a la din ámica inherente a
este tipo de asuntos. A modo de ejemplo, esa flexibilidad ha permitido
transitar desde la figura laboral “simple, evidente, casi intuitiva”, propia a
un modelo de empresa centralizada y jerarquizada, a las formas m ás sutiles
y complejas que puede adoptar la relación laboral en sistemas productivos
descentralizados, externalizados y con un uso preponderante de las
tecnologías de la información;
D écimo Terc ero: Mirado el asunto desde esa óptica, se advierten
presentes las notas de laboralidad que permiten calificar que los servicios
prestados por el actor a la demandada lo fueron bajo un v ínculo de
subordinación o dependencia, es decir, en virtud de un contrato de trabajo;
D écimo Cuarto: En efecto, de acuerdo con lo asentado en el fallo
que se revisa, la única prestación de servicios ejecutada por el actor lo fue
para la Corporación Alta Ley, de modo que concurre la exclusividad; el
demandante formó parte de la organización de la empresa, insert ándose en
su estructura. Como demostración de ello era su estatus de jefatura que
implicaba tener a su cargo un grupo o equipo de trabajo. Tambi én est á
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presente la ajenidad, de momento que todos los resultados de su actividad


iban en directo beneficio de la empresa demandada;
D écimo Quinto: Ahora bien, no constituye un obstáculo para la
conclusión alcanzada la circunstancia de que la relaci ón laboral no llegara a
completar el año de duración, porque la extensión temporal no determina
por sí sola la permanencia y continuidad sino que está marcada por la

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inserción del trabajador en la estructura empresarial. Tampoco es óbice
para ello el hecho de que el contrato de prestaci ón de servicios fuera
suscrito entre una sociedad del actor y la demandada, porque ya se sabe
que en esta clase de asuntos gobierna el principio de “primac ía de la
realidad”, cuya manifestación más relevante es la de hacer que prevalezca lo
que sucede en el terreno de los hechos, por sobre aquello que indiquen los
documentos, es decir, actúa como un criterio de apreciación de la prueba,
en la medida que permite desvirtuar el contenido instrumental, haci éndole
perder toda significación y valía. Desde esa óptica, esa contrataci ón no fue
más que una apariencia, porque en los hechos quien prestaba los servicios
personales era directamente el actor.
Por estas razones y de conformidad, adem ás, con lo previsto en los
artículo 477 a 482 del Código del Trabajo, se rechazan los recursos de
nulidad deducidos por la parte demandada y demandante, interpuestos
contra la sentencia definitiva de veintidós de septiembre de dos mil
veintiuno, dictada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago,
recaída en la causa RIT T-641-2020.
Regístrese y comuníquese.
Redacción del Ministro señor Astudillo.
N° Laboral-Cobranza 3335-2021.- MBKLZVQTMH

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OMAR ANTONIO ASTUDILLO LILIAN ATENAS LEYTON VARELA
CONTRERAS MINISTRO
MINISTRO Fecha: 10/06/2022 10:29:12
Fecha: 10/06/2022 11:00:10

DANIEL JOSE CALVO FLORES


FISCAL
Fecha: 10/06/2022 09:04:54

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Pronunciado por la Décima Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago integrada por los Ministros (as) Omar Antonio
Astudillo C., Lilian A. Leyton V. y Fiscal Judicial Daniel Calvo F. Santiago, diez de junio de dos mil veintidós.

En Santiago, a diez de junio de dos mil veintidós, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 02 de abril de 2022, la hora visualizada
corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y la Antártica
Chilena sumar una hora, mientras que para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
dos horas. Para más información consulte
http://www.horaoficial.cl

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