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Lozano y su reunión con el Premier Alberto Otárola

En medio de la convulsión social que padece el país por las acciones de subversivos y
elementos extremistas que el gobierno no puede controlar, el primer ministro Alberto Otárola
se reunió con el corrupto Agustín Lozano para anunciar algo inverosímil: el fútbol traerá la paz
al Perú.

La reunión de los representantes de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) con el premier


Alberto Otárola, se estuvo planificando durante una semana. La operadora política de la
Federación Peruana de Fútbol (FPF), Geidy Meléndez Arista, estuvo enviando documentación y
ayudas memoria al titular de la Presidencia del Consejo de Ministros y a los asesores de la
presidente Dina Boluarte.

¿Por qué el interés de Lozano de nuevamente recurrir al poder político? Por la necesidad de
encontrar una salida a la crisis que él mismo generó y que llevó a la suspensión del
campeonato peruano por el plan absurdo que diseñó para capturar los derechos de televisión.
Entonces, Lozano encontró una excusa: venderle la historia al ministro Otárola de que el fútbol
podía contribuir a la paz social y Otárola compró el boleto de reventa y falsificado. ONCE pudo
conocer que esa fue la tónica de la reunión, a través de una fuente de Palacio de Gobierno que
accedió a la cita.

La reunión se realizó hoy 1º de febrero en las oficinas de la PCM. Ingresaron a las 16:05 el
titular de la FPF Agustín Lozano Saavedra, acompañado por el secretario general, Jean Marcel
Robillard, el director de Competiciones, Héctor Iván Lara López, el técnico de la selección
peruana, Juan Reynoso, y la operadora política contratada por la FPF, Geidy Meléndez Arista
(operadora política de Agustín Lozano).
Según el registro oficial, la reunión duró hasta las 16:50. En esos 45 minutos, Lozano y
compañía le vendieron la idea al premier Alberto Otárola de que el fútbol servirá como un gran
catalizador para tranquilizar las manifestaciones contra el gobierno porque el fútbol, le dijeron,
es factor de unión de los peruanos.

Esto dio lugar a que tras la reunión, el premier Otárola saliera a declarar a los medios de
prensa: “Lo que queremos nosotros como peruanos es que el deporte nos ayude a conseguir la
paz, tenemos que apoyar de manera decidida a nuestra selección peruana, que necesita ver a
los jugadores, tener entrenamientos y, principalmente, invocar a todos los equipos de fútbol
profesional a que contribuyan a este proceso de consolidación de la paz en el país mediante el
deporte”.

La ingenuidad del premier Otárola es enorme. Se reúne en busca de la paz del país con Agustín
Lozano, el creador del conflicto en el fútbol peruano, un revendedor de entradas que no rinde
cuentas del dinero de la FPF y financia ilegalmente equipos del torneo que la FPF debe
administrar.

Al parecer, el premier Otárola no sabe nada del fútbol y sus asesores juegan vóley porque su
reunión para que “el deporte nos ayude a conseguir la paz” ha sido realizada con un personaje
como Agustín Lozano cuyas prácticas corruptas han hundido al fútbol peruano. ¿A qué fútbol
apoya el señor Otárola? ¿al fútbol de la corrupción?

Es responsabilidad de una autoridad averiguar, primero, con quién se va a reunir y así se habría
enterado que Agustín Lozano está denunciado por la Fiscalía de la Nación y está investigado
por enriquecimiento ilícito, además de una colección de denuncias penales en diversas
fiscalías.

Otárola dijo ante cámaras, con Lozano al costado, que los equipos de fútbol profesional deben
contribuir al “proceso de consolidación de la paz en el país mediante el deporte”. Esta
declaración es muy preocupante porque ¿Otárola cree que la paz se logra desde el fútbol que
está manos de una dirigencia corrupta? Realmente el Primer Ministro ¿cree que con la
participación de un personaje como Lozano se va a conseguir la paz? ¿No sabe Otárola que la
paz y la fiesta del fútbol peruano la quebró, precisamente, Agustín Lozano y su corte de
corruptos?

Pero hay algo más grave. Otárola habló de “consolidación de la paz en el país” el mismo día en
que la Carretera Central se volvía a bloquear y el vandalismo continúa. Para consolidar la paz
primero hay que tener paz y el país no la tiene.

Las expresiones de Otárola solo pueden entenderse como un enorme acto de demagogia:
recurrir al fútbol para tratar de esconder los problemas del país. Lo penoso es que se ha hecho
un tremendo autogol: el fútbol sirve a la política cuando se trata de un fútbol triunfante,
cuando una selección nacional tiene victorias y la gente vibra. Nada de eso existe hoy.

Acaban de eliminar a la Selección Sub 20 que fracasó rotundamente en el Sudamericano


porque el fútbol juvenil lo destruyó Lozano. No hay competencia de la selección mayor que
haga vibrar a la gente. ¿Es tan ingenuo Otárola que cree que los vándalos y los extremistas van
a dejar las calles para sentarse ante los televisores y ver a sus equipos comiendo canchita? ¿Le
hicieron creer a un Primer Ministro que el país se va a calmar cuando jueguen ADT de Tarma
vs. Grau de Piura, los dos equipos a los que Lozano entrega dinero ilegalmente?

Lo que esto demuestra es que el premier Otárola en la desesperación por no poder controlar la
situación del país, parece creer que utilizando el fútbol políticamente va a lograr la paz social.
Un completo disparate.
Además, esto implica que, aunque los partidos se jueguen sin espectadores, igual se va a tener
que desplegar policías para la seguridad. Es decir, Otárola en plena crisis va a destinar policías
para ayudar a Lozano bajo la excusa de la paz y el fútbol peruano.

Agustín Lozano ha vuelto a aplicar la fórmula del engaño y Otárola se dejó engañar por el
responsable de la crisis de nuestro fútbol. Aquí le recordamos al primer ministro que se ha
reunido con un personaje que en los últimos años se paseó por Palacio de Gobierno coludido
con Martín Vizcarra y Pedro Castillo con el mismo cuento: el fútbol salvará al gobierno.

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