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y "que deje en paz a la población". El vocero indicó que la región aún tiene
heridas por sanar y su presencia generaría caos social porque podría "eNo me
quites mi caramelo
RICARDO VELAZCO
En una demostración casi psiquiátrica de inconsciencia moral y ceguera
política, la autora mediata de 49 muertes fue a Ayacucho a repartir golosinas.
La mecha estaba prendida y los servicios de inteligencia se lo habían
advertido.
Dina Boluarte estaba avisada: varios reportes de inteligencia habían advertido
de los riesgos de un viaje a Ayacucho. Uno de los informes es de hace tres
semanas y lo elaboró la Dirección de Inteligencia (DIRIN) de la Policía
Nacional. El documento tiene carácter de reservado y señala explícitamente
que los viajes de la presidenta a Puno, Ayacucho, Apurímac y Junín son de
“alto riesgo”, dice a esta publicación una fuente de la comandancia general de
la PNP. La Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) también emitió varios
reportes similares. Los pronósticos policiales se cumplieron y en Palacio
aprovecharon para sacarle el jugo al apanado ayacuchano.
¿Responsabilidad de quién?
Del gabinete, presidido por un exministro de Defensa quien ha sido premiado
por sofocar las protestas en las que han fallecido 80 hermanos nuestros y hasta
el día de hoy no hay un solo responsable en prisión preventiva. Eso genera una
desconfianza, frustración, rabia, sentimientos encontrados en la población.
¿Por qué cree que la presidente Boluarte mantiene en el cargo al premier
Otárola?
En un gobierno cuando uno no tiene ninguna deuda de ningún tipo, cuando ve
que hay situaciones negativas y responsabilidades, lo primero que hace es
corregirlas y sancionarlas. El primero en irse debió ser el primer ministro, y
otros ministros cuestionadísimos, como la ministra de Cultura. Lo que ocurre es
que el gobierno está al revés, quien conduce es Alberto Otárola y no la señora
Dina Boluarte. Ella solo se limita a firmar.
¿Cree que es el momento en que la presidente Dina Boluarte deba renunciar?
Creo que es un compromiso de ella dejar el Gobierno y dar un paso a un nuevo
proceso electoral, tal como lo había propuesto el expresidente Pedro Castillo.
Desde el sur ese tema sigue vigente.
PARTIDO PROPIO
Usted recomendó a Pedro Castillo para que asuma la presidencia en la plancha
de Perú Libre. ¿Por qué creyó en él?
Tras inhabilitar a Vladimir Cerrón, a quien lo veían como una amenaza,
evidentemente nosotros teníamos que explorar diferentes opciones y
estábamos preocupados en ese tema a nivel nacional, y nosotros en el Cusco
habíamos visto una participación muy activa de Pedro Castillo desde el 2017;
eso significa que ya lo teníamos mapeado desde la huelga magisterial. Así que
varias personas que estábamos vinculados con el partido coincidimos que él
podría ser una opción, y una vez que lo escuchamos vimos que podía ser una
opción muy potente para las elecciones. Después de todo lo que ha pasado con
Pedro Castillo
¿se puede decir que se siente decepcionado?
De ninguna manera, porque otra persona no hubiera tenido el mismo
desenvolvimiento que se requería en tan poco tiempo, porque esa decisión la
tomamos en agosto y las elecciones se cerraban el 30 de octubre. Imagínate,
en poco tiempo es complicado armar un cuadro político; entonces, nosotros
estábamos convencidos de que era la persona indicada.
Usted renunció a Perú Libre y se vienen las elecciones del 2026 ¿con qué
partido político se presentará?
Hemos tomado la decisión de alejarnos de la bancada y del partido Perú Libre.
Hemos estado un buen tiempo dedicados, a exclusividad, de nuestra labor
parlamentaria, y durante ese proceso siempre han existido sectores que han
coincidido, principalmente sectores universitarios del sur del país. Hemos hecho
la reserva del nombre ‘Pueblo Consciente’ como partido político y estamos
haciendo todo lo posible para su inscripción. Estamos en ese camino.
NO HAY PEOR ciego que el que no quiere ver” dice el refrán. Y éste es aplicable
a un gobierno que no lee los resultados de las encuestas ni sabe interpretar el
estado de ánimo de la opinión pública
Los especialistas afirman que la mayoría de los políticos solo lee las encuestas
cuando estas la favorecen, pero suelen ignorarlas cuando sus resultados le
desagradan. En cambio, una minoría encarga su ejecución, analiza sus
resultados y los utiliza como instrumento de interacción con los ciudadanos. Por
ello, ese grupo pequeño grupo de políticos son los exitosos.
El gobierno de Dina Boluarte no tiene la suerte de contar con este tipo de
integrantes. Por meses, las encuestas revelaron una desaceleración de la
actividad económica, pero nadie en el gabinete les dio bola y hoy se lamentan
de que el país esté en recesión. Igualmente, las encuestas sobre la aprobación
del gobierno han venido trayendo cifras mensualmente más bajas, pero
tampoco han merecido la atención de nadie y hoy coinciden en señalar que la
aprobación de las gestión presidencial esté entre 8 y 10% de los encuestados
con una desaprobación que supera el 85%, de acuerdo a la encuestadora.
POBRES RESULTADOS
Por ejemplo, el estudio de opinón de Datum de enero de este año registra que
la aprobación de la presidenta de la República sólo llega a 10% del total de los
encuestados, mientras que la desaprobación alcanza 85%. Peor aún, la
desaprobación viene creciendo desde mayo del año pasado, cuando era de solo
76%, para seguir escalando mes a mes, sin que nadie haga nada para
detenerla.
De modo similar, la desaprobación resulta mayor en las regiones sur (92%) y
norte (87%) para las cuales no se ha previsto ninguna inversión de importancia
ni ninguna medida política de reconciliación o de acercamiento. Por lo cual,
incluso, podría crecer. Al primer ministro Alberto Otárola tampoco le va mucho
mejor. Tiene una aprobación similar a la de la presidenta (10%), aunque su
desaprobación es menor (76%).
Las razones de la desaprobación también son claras: la inseguridad ciudadana,
por el fracaso del plan gubernamental de salida del Ejército en dos distritos; la
recesión económica, causada por una política errada de subsidio del consumo;
y el maltrato presupuestal a las regiones, denunciado sistemáticamente por los
gobernadores.
Existe también una coincidencia en que los principales responsables del poco
crédito ciudadano son los ministros, que ni siquiera han podido ejecutar un
70% del presupuesto de 2023, aunque ahora el MEF maquille los resultados
para que parezca más. Por ello, un 90% de los encuestados de Datum está de
acuerdo en que se requiere un cambio total (63%) o parcial (27%) del gabinete
MALOS JUGADORES
Un breve recuento del desempeño de los integrantes del gabinete permite
comprobar su poca eficacia. El Canciller, tan locuaz para otros temas, no ha
dicho pio ante el genocidio de los palestinos en Gaza y ningún diplomático de
carrera se ha atrevido a opinar, olvidando lo que les enseñaron en la Escuela
Diplomática. El ministro del Interior carece de la imagen de energía para el
combate a la situación de urgencia que vive el país por la delincuencia, su único
logro ha sido reunir a su promoción nombrándolos en distintos cargos. La
ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento no ha construido una sola
vivienda, ni instalado agua o alcantarillado a ningún asentamiento humano. La
ministra de Desarrollo Agrario ha empezado a conocer el Perú, lo cual ya es un
mérito, pero no ha hecho nada por El Niño en el norte ni por la sequía en el sur.
El ministro de Energía, ha defendido a Petroperú, pero no ha tenido la energía
para sacar adelante la masificación del gas. La ministra de Cultura solo ha sido
conocida por el enorme conflicto social y económico creado por la venta de
boletos de ingreso al monumento de Machu Picchu y su irregular concesión a
una empresa del grupo Romero.
Solo los ministros de Defensa, Midis y Salud han cumplido. El de Defensa
porque es el único que está actuando ante El Niño, el del Midis por haber
mantenido en funcionamiento el sistema de asistencia alimentaria y el de Salud
por sus viajes a los centros de atención de provincias, aunque ha salido mal
parado por el tema de las vacunas vencidas para la Covid-19. Los otros
ministros ni existen para la opinión pública.
Por ello, si no quiere irse él también, la única alternativa de Otárola es cambiar
el gabinete, ya.
“El desgaste del Ejecutivo ante la opinión pública ha llegado tan lejos
que ha superado en desaprobación a la del presidente del vapuleado
Congreso de la República”.