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INGENIERÍA CIVIL
2017
2. SEDIMENTOLOGIA FLUVIAL 2
2.1 PROPIEDADES DE LOS SEDIMENTOS 2
2.5.1 Introducción 20
2. SEDIMENTOLOGIA FLUVIAL
Los sedimentos pueden dividirse en dos grupos, cohesivos (en los que se presentan
interacciones físico-químicas entre partículas) y no cohesivos. Las arcillas son los materiales
más finos y caen en el primer grupo. Las arenas y gravas pertenecen al segundo, mientras
que los limos constituyen una clase de transición.
Los tamaños de grano adoptados convencionalmente como límites de clase son los
siguientes:
Como para partículas muy finas puede ocurrir floculación (producción de agregados de
partículas unidas por fuerzas físico-químicas), debe cuidarse la correcta reproducción de las
condiciones naturales.
Otros parámetros utilizados para distinguir los sedimentos son la forma, densidad y
velocidad de caída.
El diámetro del tamiz por el que pasaría el 50% del material (D50), el diámetro medio
geométrico Dg (D84.D16)0,5 y la desviación estándar promedio, se obtienen del gráfico de la
distribución,
para bajos valores del número de Reynolds Re = W.D/ < 1 el coeficiente de arrastre es:
Para números de Reynolds grandes CD se desvía de esta ley. En la Figura 2.2 se presenta
la relación entre la velocidad de caída y el diámetro de la partícula para distintas
temperaturas y factores de forma.
W = F.[(s-1).g.d]0.5 (2.1.4)
Al estudiar las características básicas del escurrimiento en canales abiertos con bordes
sólidos se vio que el movimiento del fluido produce sobre estos contornos tensiones
tangenciales. La magnitud de estas tensiones está relacionada con las características del
fluido (tales como su densidad "" y su viscosidad ""), del escurrimiento (tales como su
velocidad "U" y su tirante "h") y también del borde (tal como su rugosidad).
Si imaginamos ahora que este borde deja de ser sólido, en un sentido estricto, y está
compuesto por un material no cohesivo tal como arena, es natural concluir que el mismo
será modificado por el escurrimiento, especialmente cuando las partículas de arena se
muevan con la corriente (este es el caso de los canales naturales).
Puede ocurrir que para muy bajos valores de velocidad de escurrimiento la fuerza o tensión
generada por ésta sobre el borde no sea suficiente como para iniciar el movimiento de las
partículas de sedimentos. Luego, si la velocidad aumenta habrá un cierto límite a partir del
cual los sedimentos comiencen a desplazarse; este momento se conoce como "iniciación de
arrastre".
Claro está que el momento o condición de iniciación de arrastre no está referido al momento
en que una partícula aislada comienza a moverse sino a la situación en que una nube de
ellas inicia el movimiento, ya que es esta última condición la que tiene valor estadístico.
Esta primera fase del movimiento de sedimentos, en la cual las partículas realizan saltos de
longitud finita, se conoce como "transporte de fondo". Si continúa aumentando la velocidad,
la interacción entre el fluido y el borde aumentará también. Los granos de sedimentos serán
arrancados de éste e incorporados al escurrimiento en forma tal que la componente vertical
de la velocidad turbulenta resulta suficiente como para contrarrestar la velocidad de caída de
la partícula "W" y así el sedimento es mantenido en suspensión. En este caso decimos que
existe "transporte de sedimentos en suspensión".
De todos modos este fenómeno así descripto, es muy complicado de estudiar, dado que el
transporte introduce simultáneamente modificaciones sustanciales en la forma de los bordes,
las cuales a su vez introducen alteraciones en el escurrimiento.
Los rizos están relacionados a formas de fondo relativamente cortas y su longitud de onda
es menor que la profundidad h. La forma de los rizos es asimétrica con pendiente suave
hacia aguas arriba y más fuerte hacia aguas abajo (acercándose este último al ángulo de
reposo de material de fondo).
Las dunas son más grandes que los rizos con longitudes de onda comparables o mayores
que la profundidad. La altura es comparable con la profundidad y su presencia se refleja
levemente en la superficie libre creando ondas que están desfasadas de la forma de fondo.
Con el aumento de velocidad las dunas desaparecen (se "lavan") y se obtiene un fondo
plano (Figura 2.3.e). Esta situación generalmente se obtiene cuando el número de Froude
F = U/(g.h)0.5 se acerca a uno.
Aumentando aún más la velocidad se produce una nueva forma de fondo. Esta es conocida
como "antiduna". Las antidunas son particularmente simétricas en forma, interactúan con la
superficie libre y con el escurrimiento estando en fase y se desplazan en dirección opuesta
al escurrimiento.
Además de este factor modificador de las condiciones de escurrimiento, en los cauces con
transporte de sedimentos en suspensión este provoca alteraciones en la distribución de
velocidad y por ende en las características hidrodinámicas.
Es así que tal como se muestra en la Figura 2.4, la presencia de sedimentos en suspensión
en fuertes concentraciones reduce la turbulencia y provoca la modificación de la constante
de von Karman haciendo que esta disminuya. Como resultado de ello, la velocidad aumenta,
en forma relativa, por lo que la condición de transporte también se modifica.
Figura 2.4 Gráficos lineal y semilogarítmico de perfiles de velocidad para agua clara y con
altas concentraciones de arena
2.3 INICIACION DE ARRASTRE
Del análisis cualitativo sobre el mecanismo de la interacción entre el escurrimiento del fluido
y los sedimentos que componen los bordes de un canal natural, realizado anteriormente,
surge que uno de los puntos básicos de estudio es la determinación de las condiciones
críticas de escurrimiento que producen la iniciación de arrastre de un dado tipo de
sedimentos.
Así es que White (1940) analiza el problema para sedimentos no cohesivos, considerando
desde el punto de vista de las fuerzas actuantes que la tensión tangencial media actuando
en el fondo b, puede ser correlacionada con la fuerza de arrastre provocada por la corriente
en un grano aislado. Cada grano expuesto se supone posee un "área de influencia" Ai
(Figura 2.5), de tal forma que podemos obtener la ecuación de estabilidad para un grano
expuesto, igualando la fuerza de arrastre provocada por la corriente sobre el área de
influencia de la partícula, con la fuerza de fricción de la partícula calculada mediante el
producto de su peso sumergido por la tangente del ángulo de reposo.
bc 2 tg
Yc (2.3.2)
g (s 1) d 3 C1
Otros análisis como el efectuado por Einstein, consideran que la iniciación de arrastre se
produce cuando la fuerza ascensional supera la del peso sumergido del sedimento, con lo
que se demuestra que el coeficiente de movilidad Yc se vincula con el Número de Reynolds
a través de una relación a determinar experimentalmente:
Yc = f (u*.d/) (2.3.3)
Después que Shields (1936) realizó una gran cantidad de experiencias (a las que
posteriormente se agregaron otras de distintos autores), se construyó un diagrama que
representa la relación entre el coeficiente de movilidad Yc y el número de Reynolds de la
partícula (Re).
En la Figura 2.6.a) se muestra el diagrama original de Shields que define la condición crítica
para la iniciación de arrastre en un fondo plano y horizontal.
Este diagrama permite entonces, para una dada condición de escurrimiento en un fondo con
sedimentos de una dada característica, una vez calculado Yc y Re para lo cual se utiliza el
D50 como diámetro de cálculo, determinar si existe o no transporte de fondo según sea que
el punto caiga por encima o por debajo de la curva.
La curva del diagrama de Shields concuerda razonablemente bien con la teoría ya que para
altos valores del número de Reynolds de la partícula corresponde neta turbulencia y la
subcapa laminar no existe, por lo cual Yc se hace constante (aproximadamente igual a
0,056).
Con el objeto de evitar tanteos cuando se requiere determinar en base a las características
del sedimento las condiciones límites del escurrimiento a partir de la cual se produce la
iniciación de arrastre, es conveniente modificar el diagrama de Shields utilizando otro
agrupamiento de variables. Es así que si recordamos que u *² = b/ es claro que esta
variable aparece en ambos parámetros, por lo tanto siendo:
u 2* bc / d
Yc y Re c bc (2.3.4)
(s 1) g d (s 1) g d
d Re c
(s 1) g d S* (2.3.5)
4 4 Yc
Todo el desarrollo efectuado es válido sólo para un fondo plano y horizontal, pero esta
condición no es la habitual en los canales naturales. No obstante la pendiente media es en
general muy pequeña, por ejemplo menor de 10 -3 por lo cual su efecto en la mayoría de los
casos es insignificante.
[-0,63-log(Dgr)]
Dgr 2,16 => Yc = 10
3
[0,0867(log(Dgr )-1,82)²-log(Dgr)-0,6]
2,16 < Dgr 70 => Yc = 10
El transporte total de sedimentos para una corriente dada se expresa como "qs" y representa
el volumen de sedimentos que pasa por una sección de ancho unitario en la unidad de
tiempo.
Solamente en el caso de que los datos experimentales hayan sido determinados por
medición única del sedimento que se transporta en el fondo puede ser considerado como tal.
En general la mayoría de las relaciones empíricas no han diferenciado para su
determinación entre el sedimento que se mueve en el fondo y el que se traslada en
suspensión, por tal motivo deben ser tomadas como fórmulas de transporte total.
Como la variable crítica para la iniciación del movimiento es la tensión de corte en el fondo
b, resulta lógico pensar que el transporte para bajas intensidades de corriente esté
relacionado con el valor de b y su exceso respecto de bc. Por lo tanto uno puede escribir
una relación del tipo:
donde gsb = g. s.qsb es el caudal sólido o transporte de fondo expresado en peso por
unidad de ancho. Esta relación fue desarrollada por Du Boys (1879).
Otras fórmulas de transporte presentan formas similares, tal como la de Shields (1950),
válida para lecho liso (bajo transporte) que expresa:
qsb
f(Y) (2.4.4)
u * d
En las Figuras 2.8 y 2.9 se muestran las relaciones empíricas obtenidas por Shields y
Kalinske. La ecuación de la recta puede ser expresada por
qsb
10 Y 2 (2.4.5)
u * d
qsb
si Y 0,1 => 40 Y 3 (2.4.6)
F (s 1) g d d
Las fórmulas se utilizan normalmente con un diámetro medio del sedimento, o sumando las
contribuciones de distintas fracciones de la distribución granulométrica.
Como la resistencia de fondo depende de las formas provocadas por el esfuerzo de corte, y
solo parte de este esfuerzo se utiliza en el transporte de sedimentos, varias fórmulas tratan
de tener en cuenta este efecto mediante la inclusión de un factor de corrección. Si se
considera una partición del esfuerzo de corte:
Donde b' es el esfuerzo debido a la rugosidad de los granos sobre una superficie lisa (que
causa su movimiento), y b" es el esfuerzo debido a las formas de fondo. Un factor de
corrección razonable puede definirse entonces como:
También se suele adoptar una relación experimental del tipo e = (f'/f)(3/4), donde f es el factor
de fricción de Darcy-Weisbach igual a 8.g/Cz².
En la fórmula de Meyer-Peter y Muller, una de las más usadas para calcular el transporte de
fondo (en especial para materiales gruesos), se utiliza esta última corrección:
3
qs b b ( f ' f )
4
8[ 0,047]1,5 8 [ Y e 0,047]1,5 (2.4.9)
( s 1) g d d ( s 1) g d
Una fórmula muy usada para calcular el transporte total (en los casos en que este es alto
como en el Río Paraná), puede escribirse como:
3
c
B E W c 0 (2.4.11)
z
donde:
B = relación entre la longitud de mezcla del sedimento y del agua (L s/L) < 1, según la
hipótesis de Prandtl.
W z
C C exp( ) (2.4.12)
B E
hz a Z
C Ca ( ) (2.4.14)
z ha
W
Z (2.4.15)
B K u*
Sin embargo, para determinar el perfil de concentraciones deben conocerse dos variables
(Ca y Z).
Si además tomamos en consideración que el caudal sólido para la fracción fina puede ser
determinado como el producido en esta capa como transporte de fondo, podemos escribir:
qsb
Ca (2.4.17)
11,6 u* 2 d
Utilizando estos conceptos Einstein efectúa el cálculo del volumen de sedimentos que se
transporta por unidad de tiempo en suspensión, por integración del perfil de concentraciones
en la vertical: qss ah c u dy (2.4.18)
Donde k' es la rugosidad de grano e I1, I2 son dos integrales que se presentan en forma
gráfica en la Figura 2.13, siendo el parámetro A= a/h.
2.5.1 Introducción
La respuesta del lecho a una variación de la capacidad del transporte del flujo, a lo largo de
una línea de corriente, se traduce en una elevación del mismo (por deposición de
sedimentos), o en una erosión (si la capacidad de transporte se incrementa hacia aguas
abajo).
A. Erosión general del lecho durante una crecida, como se muestra en la Figura 2.14 a)
(modelo matemático del Río Paraná en la zona de cruce del Gasoducto Mesopotámico).
El material erosionado en zonas de alta velocidad puede depositarse en zonas más
tranquilas (por ejemplo con un mayor ancho de cauce), elevando el lecho fluvial o
haciendo avanzar sus márgenes. Los niveles del lecho pueden recuperarse por
sedimentación una vez pasada la onda de crecida.
B. Sedimentación de embalses y erosión general del lecho del río aguas abajo, debido a la
eliminación de sedimentos en el flujo que son interceptados por la presa. En la Figura
2.14 b) se muestra la influencia que habría tenido la Presa Paraná Medio en la zona
aguas abajo (Proyecto Gasoducto Mesopotámico, 1987). En la Figura 2.15 se presenta
un estudio reciente (2014) sobre la sedimentación en un embalse del río Bermejo.
D. Erosión en curvas por efecto del ataque del flujo sobre las márgenes y de las corrientes
secundarias. Estos procesos generan un cambio continuo de las formas y posiciones de
los meandros en cursos fluviales jóvenes.
Los procesos de erosión y deposición general son problemas de balance del transporte que
puede llevar en equilibrio un cauce, en distintos sectores del mismo. En ciertos casos
pueden ser resueltos con el empleo de modelos matemáticos.
Debe tenerse en cuenta que la masa depositada ocupa un volumen mayor que el de los
granos transportados, debido a la porosidad del depósito. Por ello se debe dividir el volumen
calculado con las fórmulas de transporte por un factor (1-n), donde n es la porosidad del
depósito (aprox. 0,4 para arenas, siendo su densidad seca 'in-situ' d = .(1-n)1600 kg/m3).
Figura 2.16 Densidad seca en el lugar (in-situ). Canal de acceso a Bahía Blanca
La erosión local en cercanías de obstrucciones locales, como ser pilas y estribos de puentes,
es uno de los problemas más frecuentes en ingeniería, por lo que se presentarán algunos
métodos experimentales de cálculo.
La erosión general en el lecho de un río contraído por una estructura (como un puente),
puede ser considerada como un problema de aumento de la profundidad de agua hasta
alcanzar las condiciones de equilibrio, para las que no se produce erosión.
Para la estimación de las profundidades de erosión general producidas por el incremento del
caudal líquido, se suele aplicar la metodología clásica de Lischtvan y Lebediev (1959).
Los datos básicos para la aplicación del método son: la geometría de la sección transversal
del cauce, el caudal líquido de diseño y su tirante hidráulico asociado, la granulometría del
material del lecho y su distribución estratigráfica en profundidad.
Ahora bien, luego de haberse producido la socavación, la profundidad de la franja será h si, la
cual es la suma del tirante normal hi más el incremento de profundidad producido por efecto
de la socavación general (hi). En ese instante, el caudal elemental puede expresarse:
Conocida la profundidad normal hi y siendo hsi el valor que se trata de determinar, sólo
queda por establecer el valor de . Para ello se considera el caudal total que escurre por la
sección, es decir:
donde Hm es el tirante hidráulico medio de toda la sección, definido como el cociente entre el
área de la misma y el ancho a nivel de la superficie libre (Hm=A/Bs), Be es el ancho efectivo
del río y Bs es el ancho superficial total (Be=Bs en el caso de secciones libres, en el caso de
que en la sección se encuentren pilas de un puente se resta el ancho total de las mismas).
Cc es un coeficiente de contracción variable entre 0,85 y 1,00 (este último valor para
secciones libres), que se calcula utilizando la siguiente tabla.
V.Media Distancia de separación entre pilas (m)
(m/s) 10 13 16 18 21 25 30 42 52 63 106 124 200
<1,0 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00
1,0 0,96 0,97 0,98 0,98 0,99 0,99 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00
1,5 0,94 0,96 0,97 0,97 0,97 0,98 0,99 0,99 0,99 0,99 1,00 1,00 1,00
2,0 0,93 0,94 0,95 0,96 0,97 0,97 0,98 0,98 0,98 0,99 0,99 0,99 1,00
2,5 0,90 0,93 0,94 0,95 0,96 0,96 0,97 0,98 0,98 0,99 0,99 0,99 1,00
3,0 0,89 0,91 0,93 0,94 0,95 0,96 0,96 0,97 0,98 0,98 0,99 0,99 0,99
>3,5 0,87 0,90 0,92 0,93 0,94 0,95 0,96 0,97 0,98 0,98 0,99 0,99 0,99
>4,0 0,85 0,89 0,91 0,92 0,93 0,94 0,95 0,96 0,97 0,98 0,99 0,99 0,99
El esquema siguiente indica la manera en la cual se aplica el método a una sección
transversal de un cauce natural.
hi-1 hi
Sección para
flujos bajos
Contorno de la
sección erosionada hi
i
Teniendo en cuenta la definición del coeficiente =[(1/n) S1/2], el mismo puede obtenerse a
partir de la ecuación anterior:
Los valores de se relacionan con el período de retorno TR en años según la siguente tabla:
Para 15 años < TR < 1500 años puede usarse la siguiente ecuación de ajuste:
d: 0,05 0,15 0,50 1,00 1,50 2,50 4,00 6,00 8,00 10,00
x: 0,43 0,42 0,41 0,40 0,39 0,38 0,37 0,36 0,35 0,34
d: 15,0 20,0 25,0 40,0 60,0 90,0 140 250 450 750 1000
x: 0,33 0,32 0,31 0,30 0,29 0,28 0,27 0,25 0,22 0,20 0,19
Uc 0,60 (g s ) h sX
1,18
(2.5.9)
donde gs es el peso seco del material del lecho en ton/m3, y x es una función de gs:
Recordando la hipótesis básica del método [Vr=Ue], finalmente puede obtenerse una
expresión para la profundidad de socavación:
siendo = 1/(1+x)
Esta ecuación se aplica recursivamente a todas las franjas verticales en que se segmenta la
sección transversal y de esta manera se obtiene la geometría que adopta la misma para la
crecida de diseño.
En el caso de ríos de material granular grueso, Maza (2000) propone el uso del d 84 como el
tamaño característico del material y presenta una serie de ecuaciones alternativas para
introducir leves modificaciones en la metodología original del Lischtvan y Lebediev. Las
mismas se resumen a continuación:
Velocidad Crítica:
0.28 0.322/d 0.03
Para 0,00005 m d84 0,0026 m: Ue = 4,7 d84 hs 84
(2.5.12)
0.28 0.223/d 0.092
Para 0,0026 m d84 0,182 m: Ue = 4,7 d84 hs 84
0.092 0.092
5/3 0.28 (d / (0.223+d ))
Para 0,0026 m d84 0,182 m: hs =[( ho )/(4,7 d 84 )] 84 84
0.187 0.187
5/3 0.28 (d / (0.191+d ))
Para 0,182 m d84 1,00 m: hs =[( ho )/(4,7 d 84 )] 84 84
Una pila de puente produce un vórtice en herradura que se dirige hacia aguas abajo, y el
campo de presiones inducido por la pila puede provocar una separación tridimensional de la
capa límite, que se dirige hacia abajo frente a la pila (Figura 2.18).
La erosión local puede producirse cuando el resto de río está en una condición estable, sin
transporte de sedimento (erosión en agua clara). En este caso la condición límite de erosión
se alcanza cuando el flujo está en la condición crítica en la superficie del fondo. Para erosión
con aguas claras (0.5<U/Uc<1) suele considerarse que la erosión hs (medida desde el nivel
del lecho) crece linealmente con U (Según Haco, 1971):
Cuando hay transporte de sedimento la situación es más compleja dado que debe estar en
equilibrio el material que entra y que sale, y la erosión no se incrementa con la velocidad U.
El tiempo que se tarda en alcanzar las condiciones de equilibrio depende del material del
lecho, y es menor para erosión con trasporte general de sedimentos, debido que el pasaje
de formas de fondo hace oscilar el lecho (llegándose a veces a mayores erosiones que para
agua clara en forma temporaria).
Figura 2.20 Coeficiente de ángulo de ataque y relación l/b, según LAURSEN Y TOCH
La influencia de la distribución granulométrica del material del lecho fue estudiada por
Nicollet y Ramette (1971), comprobándose que los límites de erosión hallados para
materiales uniformes no son superados por materiales de curva granulométrica extendida
(Figura 2.21).
Suponiendo que una pila de sección constante tiene una profundidad máxima de erosión
hso, en la Figura 2.22 se presentan los valores que, según la experiencia canadiense (Neill,
1975), le corresponden a secciones convergentes o divergentes en altura.
Para agua clara, la formula de Inglis-Poona (1949) indica que la profundidad de erosión para
una pila paralela al flujo, de sección circular y ancho b, es:
2
Laursen y Toch (1956) propusieron la siguiente expresión de cálculo para pilas de sección
rectangular:
Laursen también propone utilizar la relación hs/b como función de la relación entre longitud y
ancho de la pila L/b, presentada en la Figura 2.23, válida para pilas de sección rectangular
con L>b y valores de u*/W < 0,5, donde W es la velocidad media de caída del sedimento.
Figura 2.23 Profundidad máxima de erosión, para u*/w < 0,5 según LAURSEN
a = ancho de la pila
Figura 2.25 Coeficientes de la formulacion recomendada por la circular HEC-18 para cálculo de
erosión en pilas
Sin embargo, el método más usual para evitar la erosión es mediante el volcado de piedras
en el foso alrededor de la pila, conocido como enrocado o rip-rap, que permite controlar
totalmente la socavación. Dado que la erosión comienza para velocidades medias en la
vertical U > Uc/2, si Umáx es la velocidad máxima que se prevee, será necesario colocar
elementos de enrocado estables ante velocidades de 2 Umáx.
La fórmula desarrollada por Lopardo (1976) tiene en cuenta la relación entre tirante y
diámetro del sedimento:
1
Estas expresiones son válidas para protecciones colocadas previamente y luego atacadas
por el flujo; si el material se arroja mientras que se produce el escurrimiento, la influencia del
ho/d es escasa, adoptándose la fórmula:
Un puente que cruza un río provoca una contracción del cauce fluvial con los terraplenes del
camino. El encuentro de estos con el puente da origen a los estribos del puente, que pueden
estar formados por el propio terraplén, protegidos por enrocado, o construidos en hormigón,
y tener diversas formas y ángulos de encuentro con la corriente.
En general la máxima erosión se produce cerca del borde de encuentro del estribo con el
flujo, siendo el foso de forma cónica, variando su ancho entre 1,8 y 5 veces la profundidad
máxima de erosión hs (ver Figura 2.26).
(hs+h0)/ ho = Pq . Pm . P (2.5.22)
Figura 2.27 Coeficiente PQ = PQ (Q1/Q) para el cálculo de la socavación al pie de estribos por el
método de ARTAMONOV - hs = ho.( PQ Pm P – 1)
Pm es un coeficiente que depende del talud del estribo, dado en la Figura 2.28 en función de
m (talud mH:1V) entre 0 y 3, y P es un coeficiente que depende del ángulo de incidencia ,
tal como se aprecia en la Figura 2.29.
Figura 2.28 Coeficiente Pm = Pm (m) para el cálculo de la socavación al pie de estribos por el
método de ARTAMONOV - hs = ho.( PQ Pm P – 1)
Figura 2.29 Coeficiente P = P () para el cálculo de la socavación al pie de estribos por el
método de ARTAMONOV - hs = ho.( PQ Pm P – 1)
Para un cruce del puente en ángulo recto con el río y estribo vertical (m=0) la expresión
queda: hs = ho.(Pq-1)
que para una relación de contracción pequeña (Q 1/Q=0,1) llevaría a una profundidad
máxima de erosión igual al tirante del escurrimiento (si el talud fuera 3:1 la profundidad
máxima de erosión se reduciría a la mitad).
Si bien para proteger el lecho puede adoptarse una solución con enrocado, en ocasiones se
prefiere diseñar un dique encauzador de la corriente. Según el criterio de diseño del Bureau
of Publics Roads, la forma más adecuada es el cuarto de elipse, con una relación 2,5 a 1
entre sus ejes mayor y menor. Su ecuación es:
Y2 X2
1 (2.5.23)
L2 (0,4 L)2
Figura 2.30 a) Diseño de un muro guía de corriente (dique encauzador) en un puente, para flujo
perpendicular al eje del camino
Figura 2.30 b) Diseño de un muro guía de corriente (dique encauzador) en un puente, para flujo
sesgado respecto al eje del camino
Q30m = caudal en un ancho de 100 pies (30 m.) del río medido a partir del comienzo de la
embocadura. [m3/s]
An2 = área mojada bajo el puente, considerando que el tirante del río es el normal sin el
puente. [m2]
Vn2 = Q/An2 = velocidad ficticia de cálculo (velocidad media a través de la abertura del
puente) [m/s]
El gráfico debe usarse para longitudes de diques entre 50 pies (15 m) y 250 pies (75 m). Si
el gráfico indica longitudes mayores, el diseño debe ser fijado en 250 pies (75 m). Se
recomienda que la mínima longitud de dique a usarse sea de 50 pies (15 m).
La Administración Federal de Carreteras de los Estados Unidos (FHWA) ha visto que diques
con longitudes de 150 pies (45 m) se han comportado favorablemente en la mayoría de los
casos.