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ÍS. Ponce,A. M. Cuentos y Rimas con sol, Buenos Aires, Oriente, 1995. 4. Martín, Susana: ¡Descubrí la ternura!, en Mis primeros versos de
amor, Buenos Aires , De. Planeta, Serie Juvenil, 3o edición, 1994.
E ntr e L ib r o s y lectores I
E stoy apren diend o cóm o una p eq u eñ a m u ñ equita de rod i que lo pone en palabras escritas. Como portavoz de la
llas arañadas y uñas sucias de p la stilin a verde se transform a, ideología hegemónica y, en la medida en que mujeres
lenta p ero inexorablem ente, en una p erson a única, diferen te a adolescentes y jóvenes participan de lo mismo, es allí
todas, con su p rop ia y exclusiva m anera de sentir, de ver, de donde crea y completa esta relación de identificación.
a ctu a r." No las invita a crear un mundo de ficción sino a leer lo
que ellas mismas creen. Esto refuerza el monologismo:
El otro mundo es el mundo de afuera, al que se irá no hay disidencia en sus lectores y no se les permite
Verónica cuando crezca. Pero la madre no quiere que se pensar alternativamente.
vaya. Todo el mundo exterior es una amenaza para esa
diada nuclear fundada y fundante. Por todo lo dicho, cuando analizamos ideológicamen
El crecimiento significa la pérdida del paraíso al mis te un texto para chicos debemos estar atentos a varias
mo tiempo que la pérdida de su control. Allí está el mo cuestiones:
tivo del temor materno. En primer lugar, del mismo modo que el autor no de
El niño, así, aparece como un ser profundamente de be someter sus obras al servicio de una ideología, el lec
pendiente que -de muñequita, con quien la madre jue tor no debería dejarse llevar por una lectura meramen
ga—va camino a ser persona. Pero el ansia de madre
te ideológica. Este nivel es distinto al nivel de análisis
“avara, de pulpo posesivo” la quiere mantener en un pu
literario. Cada lector podrá rechazar con total libertad
ro presente:
un texto por cuestiones ideológicas a pesar de su calidad
“Tú eres mi reloj, quédate quieta.
literaria, pero es muy difícil que ocurra lo contrario. La
No, no dejes p a sa r los segundos p o rq u e ellos se devoran los
literatura centrada en la inculcación es frecuentemente
m inutos, las horas, los días, los m eses... mala literatura. Simplemente porque si se descuida lo
Quiero que detengas el tiem po en esta hora, que sean hoy las estético, desaparece lo literario.
dos y m edia de la tarde, 14 de mayo de 1 9 6 7 p a r a siem pre.” Si hacemos un análisis solo ideológico podríamos con
denar obras literarias magníficas que expresan sin duda
¿Cómo logran estos textos inculcar ideología? Su di la ideología del autor y de la época. Lo que hizo de Robin-
fusión masiva, su permanente reedición, su éxito du son Crusoe un clásico no fue su desprecio por las culturas
rante treinta años no han sido en vano. Han logrado la no europeas sino su capacidad para construir un relato
identificación a través de la primera persona con una de aventuras con un héroe capaz de vencer innumerables
fuerte apariencia experiencial que apela a modelos so dificultades y aplicar su ingenio para sobrevivir.
cialmente construidos acerca de lo femenino y, entre En segundo lugar, debemos atender al modo en
ellos, el más fuerte es el de la abnegada maternidad ab que es considerado el receptor de esta literatura: la
soluta. Ayuda a distribuir y consolidar este modelo por- concepción de infancia y de juventud y el lector cons
truido en el texto: en los textos analizados en este
En tercer lugar, si de esa lectura ideológica depende
apartado vimos cómo es tratado el receptor: un joven la selección de los textos que van a acercarse a los lec
o un niño al que hay que mostrarles el mundo y cui tores jóvenes, deberíamos tener cuidado con la censura
darlos de él, transmitir lecciones o mensajes ideológi y otras formas de totalitarismo. No se trata de seleccio
cos, de una sola manera, con una sola voz, sin dejar nar los textos por su ideología, aún si la mirada ideoló
le ningún espacio. Calla y aprende o, lo que es lo m is gica presente en el texto se asemeja a la nuestra. No es
mo, calla y obedece. Es decir, una literatura para necesario estar de acuerdo con todo lo que leemos, pero
el control social. sí es necesario conocer mucha literatura para elegir, sí
Por el contrario, en los textos pensados como litera es necesario conocer otros mundos para crecer, sí es ne
rios, el lector presente en el texto es un lector activo, cesario conocer otras ideologías para construir la pro
que coproduce el significado y que puede discutir ideo pia. En este sentido debemos agregar que si bien, por
lógicamente el texto. Muchos excelentes escritores ar un lado y como ya hemos dicho, los niños son quienes
gentinos para chicos han plasmado en sus textos as están más desamparados ante la opresión, no debemos
pectos y momentos de la historia de nuestro país, por tampoco exagerar y pensar que los efectos de la inculca
ejemplo, o situaciones críticas en las vidas de sus pro ción son tan dramáticos. Por un lado, nadie en sus ca
tagonistas, en los que la lectura ideológica es imposi
bales, después de leer un policial sangriento, sale a ma
ble de obviar. Pero siempre aparecen en el texto las vo
tar a la calle, y por otro, si realmente la presencia de la
ces discordantes, siempre la ambigüedad hace posible
ideología en los textos fuera tan productiva, no podría
otra mirada, siempre le exigen al lector una reflexión
mos explicarnos que el mundo contemporáneo sea como
más, después de disfrutar literariamente del texto. Y
es después de haberse escrito y leído tantos textos a fa
esa mirada al mundo no puede verse como morbosa,
ofensiva o cruda, porque es literaria y, por lo tanto, ar vor de los derechos humanos o contra la explotación de
tística y ficcional. los niños. Tampoco la censura tendría sentido ya que
Sólo quien respeta al lector es capaz de no manipu con ese criterio deberíamos censurar toda la vida, por
larlo ideológica ni afectivamente, porque esa es justa que la ideología no está solo en la literatura: está en to
mente una postura ideológica del artista. das partes. Por lo tanto censurar, además de totalitario,
Damos, otra vez, la voz a Marc Soriano(95): es inútil y tonto.
Mientras más variada sea la selección -desde lo
“También nosotros, durante mucho tiempo, hemos tratado ideológico y desde lo literario- más pronto serán cons
a los niños como ‘adultos en miniatura’, que es el modo más truidos los propios criterios de selección, más fácilmen
seguro de infantilizar a los hombres. No hay duda de que no te se podrá arribar a una lectura profunda, crítica e in
hay que ocultarles a los niños el mundo en el que viven, pero, dependiente.
para poder tratarlos luego como a hombres adultos, tal vez lo Estamos de acuerdo con Ana María Machado (94)
mejor sea no privarlos de su infancia.” cuando dice:
“Si estamos de acuerdo en admitir que es ingenuo imagi
nar libros sin ideología, comprenderemos también que ésta
aparece más o menos claramente. Pero ella está allí. No hay
forma de eludirla. Y los niños pueden ser sus presas fáciles si
sólo leen un determinado tipo de libros, un determinado tipo
de autores y un determinado tipo de culturas. (...) En mi opi
nión, el desarrollo de la lectura crítica, la selección de libros
buenos -desde el punto de vista literario- y la promoción de
una gran diversidad de libros son los únicos medios a la ma
no si uno no quiere quedarse atrapado en una ideología y ser
manipulado por ella.”