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Rocely Yazmín Vásquez Barrientos

2116623
Sección: 1
La ciencia es la mayor empresa colectiva de la humanidad. Nos permite vivir más tiempo y
mejor, cuida de nuestra salud, nos proporciona medicamentos que curan enfermedades y
alivian dolores y sufrimientos, nos ayuda a conseguir agua para nuestras necesidades
básicas –incluyendo la comida–, suministra energía y nos hace la vida más agradable, pues
puede desempeñar un papel en el deporte, la música, el ocio y las últimas tecnologías en
comunicaciones. Finalmente, aunque no por ello menos importante, la ciencia alimenta
nuestro espíritu.
La ciencia ofrece soluciones para los desafíos de la vida cotidiana y nos ayuda a responder
a los grandes misterios de la humanidad. En otras palabras, es una de las vías más
importantes de acceso al conocimiento. Tiene un papel fundamental del cual se beneficia el
conjunto de la sociedad: genera nuevos conocimientos, mejora la educación y aumenta
nuestra calidad de vida.

La ciencia debe responder a las necesidades de la sociedad y a los desafíos mundiales. La


toma de conciencia y el compromiso del gran público con la ciencia, y la participación
ciudadana –incluyendo la divulgación científica– son esenciales para que los individuos
tengan información suficiente para tomar decisiones razonadas a nivel personal y
profesional. Los gobiernos deben basar sus políticas –sanitarias, agrícolas, etc., en
información científica de calidad y los parlamentos que legislan sobre cuestiones sociales
han de conocer las últimas investigaciones en la materia. Los gobiernos nacionales
necesitan comprender los aspectos científicos de grandes desafíos mundiales como el
cambio climático, la salud del océano, la pérdida de biodiversidad y la seguridad del agua
dulce.

Para afrontar los desafíos del desarrollo sostenible, gobiernos y ciudadanos tienen que
entender el lenguaje de la ciencia y adquirir una cultura científica. Asimismo, los
científicos han de comprender los problemas a los que se enfrentan los gobernantes y
esforzarse en buscar soluciones pertinentes y comprensibles para los gobiernos y la
sociedad en general.

Los desafíos actuales son multidisciplinares y cubren el ciclo de vida completo de la


innovación –desde la investigación al desarrollo de conocimientos y sus aplicaciones–. La
ciencia, la tecnología y la innovación deben conducirnos hacia un desarrollo más equitativo
y sostenible.
Rocely Yazmín Vásquez Barrientos
2116623
Sección: 1
Arquímedes (287 a.C-212 A.C)
Empezamos por la figura más alejada en el tiempo. Hablamos del que es considerado gran
científico de la Antigüedad. Sus aportaciones han sido esenciales para el desarrollo de las
matemáticas y física modernas. El principio que lleva su nombre explica el fenómeno de la
flotación, esencial, por ejemplo, para el desarrollo de la ingeniería naval. También realizó
un acercamiento al valor del número PI que, más allá de lo que todos sabemos vinculado al
área o perímetro de un círculo, tiene una aplicación práctica en aspectos como el desarrollo
del GPS e, incluso, el funcionamiento de los teléfonos móviles.

Galileo Galilei (1564-1642)


Reconocido como una de las mentes más preclaras del Renacimiento. Es considerado el
padre del método científico, basado en la observación de los fenómenos naturales para
entender el comportamiento y los avances de la naturaleza. Sin sus aportaciones, la
astronomía, las matemáticas o la física habrían tardado mucho más en evolucionar.

Isaac Newton (1642-1727)


Sin duda, el descubrimiento más importante de Newton es su ley de gravitación universal,
que tiene aplicaciones prácticas hoy en día en aspectos como el lanzamiento de cohetes
espaciales. Pero las investigaciones de este científico inglés van más allá. Las conocidas
como tres leyes de Newton son la base de la llamada física del movimiento. Y aún más. Sin
su estudio matemático del cambio no existiría el cálculo. Y el cálculo es la base para el
desarrollo de Internet, la economía moderna o las telecomunicaciones.

Louis Pasteur (1822-1895)


La química, la microbiología y los avances médicos deben mucha parte de su éxito a este
científico francés cuyo descubrimiento más conocido es la técnica de la pasteurización, que
permite que los alimentos sean seguros para el consumo y ha permitido evitar infinidad de
enfermedades provenientes de la alimentación. Además, sus investigaciones le llevaron a
descubrir la vacuna para la rabia. Su figura es esencial en el desarrollo del campo médico.

Marie Curie (1867-1934)


Galardonada dos veces con el Premio Nobel, esta química y física francesa de origen
polaco sigue siendo una figura clave de la ciencia. Su descubrimiento de la radioactividad
junto a su marido Pierre Curie y su búsqueda de aplicaciones médicas, ha logrado salvar la
vida de millones de personas y ayudar a paliar el sufrimiento ante la enfermedad de otras
tantas.
Rocely Yazmín Vásquez Barrientos
2116623
Sección: 1
Nikola Tesla (1856-1943)
En los últimos años Tesla se ha convertido en sinónimo de innovación. En ello tiene mucho
que ver la empresa estadounidense fundada por Elon Musk y dedicada a diseñar, fabricar y
vender vehículos eléctricos. Pues su denominación la toma del apellido de uno de los
grandes inventores de la edad contemporánea Nikola Tesla. Es más, es a este a quien
debemos el invento del motor eléctrico. La corriente alterna, la radio o las
telecomunicaciones inalámbricas parten también de su imaginativa e innovadora
genialidad.

Albert Einstein (1879-1955)


Sin duda el científico más célebre del siglo XX y uno de los más relevantes de todos los
tiempos. Su teoría de la relatividad modificó la percepción del tiempo y el espacio y,
además de tener una importancia troncal en la evolución de la astrofísica, también lo posee
en aspectos básicos de nuestro día a día. Cualquier persona en cuyo empleo sea importante
el uso del GPS estará utilizando, sin saberlo, las claves de la teoría de la relatividad.
Pero no solo eso. En una época en la que los empleos vinculados con la sostenibilidad están
en pleno crecimiento, también los descubrimientos de Einstein tienen mucho que decir en
este aspecto. Por ejemplo, las placas que transforman luz en electricidad tienen como base
la Ley del Efecto Fotoeléctrico de Einstein. También al genio de origen alemán debemos la
Teoría de la Radiación Estimulada, básica para la medicina de alta precisión o en aspectos
tan cotidianos como leer un código de barras.

Alan Turing (1912-1954)


Especialista en machine learning, experto en deep learning… Los empleos vinculados a la
inteligencia artificial se encuentran hoy entre los más demandados por las empresas. La IA
se ha ido incorporando a innumerables aspectos de nuestra vida y su desarrollo se asoma
imparable. Es habitual pensar que un campo tan revolucionario como este sienta sus bases
en el espectacular avance tecnológico de los últimos años. Nada más lejos de la realidad.
En el año 1950, el científico londinense Alan Turing presentaba en el artículo Computing
Machinery and Intelligence las bases de la inteligencia artificial. La primera frase del
mismo ya lo dejaba todo claro: “¿Pueden las máquinas pensar?”. Además, Turing
contribuyó al desarrollo de la llamada biología matemática, que se centra en la creación de
patrones y tiene un valor extraordinario en campos como la biomedicina o la epidemiología
para la lucha contra epidemias o identificar patrones de comportamiento de enfermedades
como el cáncer.

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