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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 2º BACHILLERATO COLEGIO FRAY LUIS DE LEÓN

COMENTARIOS DE TEXTO DE SAN AGUSTÍN


1º POSIBLE COMENTARIO DE TEXTO

Por qué nos ha dado Dios la libertad, causa del pecado (Cap. I)
DE LIBERO ARBITRIO (SOBRE EL LIBRE ALBEDRÍO), libro II, cap. 1-2
Líneas 47-63 (incluidas) libro Editorial Laberinto (p. 75)
Página 78 y 79 libro Editorial Edinumen

-Y, habiéndonos sido dado para este fin, de aquí puede entenderse
por qué es justamente castigado por Dios el que usa de él para pecar, lo
que no sería justo si nos hubiera sido dado no sólo para vivir rectamen-
te, sino también para poder pecar. ¿Cómo podría, en efecto, ser castiga-
do el que usara de su libre voluntad para aquello para lo cual le fue
dada? Así pues, cuando Dios castiga al pecador, ¿qué te parece que le
dice, sino estas palabras: te castigo porque no has usado de tu libre
voluntad para aquello para lo cual te la di, esto es, para obrar según
razón? Por otra parte, si el hombre careciese del libre albedrío de la
voluntad, ¿cómo podría darse aquel bien que sublima a la misma justi-
cia, y que consiste en condenar los pecados y en premiar las buenas
acciones? Porque no sería ni pecado ni obra buena lo que se hiciera sin
voluntad libre. Y, por lo mismo, si el hombre no estuviera dotado de
voluntad libre, sería injusto el castigo e injusto sería también el premio.
Mas por necesidad ha debido haber justicia, así en castigar como en
premiar, porque éste es uno de los bienes que proceden de Dios.
Necesariamente debió, pues, dotar Dios al hombre de libre albedrío.

EXPONER LAS IDEAS FUNDAMENTALES DEL TEXTO PROPUESTO Y LA RELACIÓN QUE


EXISTE ENTRE ELLAS
a) IDEAS FUNDAMENTALES:
-Idea del libre albedrío como facultad que Dios da al hombre para vivir de manera adecuada (amar a
Dios, anhelo de Dios o libertas) y que puede, a la vez, usar para lo contrario, para el egoísmo o amor de
uno mismo. Así, se entiende que se castigue con justicia al que lo usa para elegir el mal (algo que no se
entendería si fuera para obrar mal).
-Junto con esta idea, también aparece la cuestión acerca del premio o castigo de las acciones del hombre por
Dios. San Agustín introduce el premio o castigo como consecuencia del don de la libertad que le ha dado
al hombre (libertad que es dada para amar a Dios y para ser responsable de sus acciones). Dios castiga al
pecador porque lo usa (el libre albedrío) para lo que no fue dado).
-Plantea San Agustín, en su diálogo con Evodio, que sin la condición del libre albedrío, no se entenderían dos
cosas: una entidad suprema (Dios) que premiara o castigara las acciones y, segundo, tampoco podría
hablarse de acciones buenas o malas (pecado) porque el hombre no sería responsable de sus acciones.
b) RELACIÓN QUE EXISTE ENTRE LAS IDEAS:
El texto propuesto, diálogo al modo platónico entre San Agustín y su discípulo Evodio, de la obra De libero
Arbitrio (obra escrita del 391-395 d.C.) nos adentra en la problemática que encierra la cuestión del mal
moral y el sentido de la libertad (haciendo frente al maniqueísmo). Se trata de ver que sean compatibles la
existencia de un Dios que ha creado la realidad con la posibilidad de una creación (el hombre) que pueda
decidir (ser responsable) ir contra el propio creador (o contra el Bien Supremo). Una obra que también
aborda la cuestión del acceso a las verdades supremas (la verdad) a través de razón y fe y discute con su
discípulo acerca de la primacía de la fe. San Agustín en este texto nos está introduciendo la cuestión del mal
moral (recordando que el mal moral comienza con el pecado original de Adán, el primero en desviarse del
amor a Dios) desde los conceptos de libertad y libre albedrío. Recordemos que San Agustín habla de libertas
como el anhelo del hombre de amar a Dios, es su anhelo supremo y lo que fundamenta esta facultad.
También está apareciendo la cuestión del libre albedrío como capacidad que tiene el hombre de, a pesar de
ser una facultad para el bien y la felicidad, volverse contra Dios, de no seguirle. Esto es lo que fundamenta
el hablar de premio o de castigo desde Dios. San Agustín pone el ejemplo de que Dios castiga al pecador
cuando no hace buen uso de su libertad. El hombre ejerce su libertad y tiene responsabilidad sobre sus
acciones. Si no tuviera libertad ni responsabilidad sobre sus acciones no podríamos hablar de acciones
reprobables o de que se le pudiera castigar. Como conclusión a lo expuesto anteriormente, San Agustín
afirma que el libre albedrío, por tanto, es la condición para el premio o castigo y para poder hablar de
acciones buenas y malas.
2º POSIBLE COMENTARIO DE TEXTO
Objeción: si el libre albedrío ha sido dado para el bien, ¿cómo es que obra el mal? (Cap. II)
DE LIBERO ARBITRIO (SOBRE EL LIBRE ALBEDRÍO), libro II, cap. 1-2
Líneas 147-158 (incluidas) libro Editorial Laberinto (p. 77)
Página 83 libro Editorial Edinumen

Buscad y hallaréis; porque no se puede decir que se ha


hallado lo que se cree sin entenderlo, y nadie se capacita para hallar a Dios
si antes no creyere lo que ha de conocer después. Por lo cual, obedientes
a los preceptos de Dios, seamos constantes en la investigación, pues ilu-
minados con su luz, encontraremos lo que por su consejo buscamos, en la
medida que estas cosas pueden ser halladas en esta vida por hombres
como nosotros; porque si, como debemos creer, a los mejores aun mien-
tras vivan esta vida mortal, y ciertamente a todos los buenos y piadosos
después de esta vida, les es dado ver y poseer estas verdades más clara y
perfectamente, es de esperar que así sucederá también con respecto de
nosotros, y, por tanto, despreciando los bienes terrenos y humanos, debe-
mos desear y amar con toda nuestra alma las cosas divinas.

EXPONER LAS IDEAS FUNDAMENTALES DEL TEXTO PROPUESTO Y LA RELACIÓN QUE


EXISTE ENTRE ELLAS
a) IDEAS FUNDAMENTALES:
-Idea de la búsqueda de la sabiduría (acción que emprende San Agustín desde el maniqueísmo, escepticismo
y luego cristianismo) y que parte del nivel sensible (tras una verdad mínima: si fallor sum), pasa por el nivel
racional y lo encuentra en uno mismo (experiencia de autoconciencia). Es uno de los propósitos de vida que
tiene San Agustín.
-En ese proceso de búsqueda, aparece aquí la idea del acceso al conocimiento de esa sabiduría a través de
razón y de fe, ambas en estrecha interdependencia.
-Y es algo, (el alcanzar la sabiduría) que podemos realizar en esta vida, encontrar las verdades en uno mismo,
gracias a la iluminación divina o ayuda de Dios.
b) RELACIÓN QUE EXISTE ENTRE LAS IDEAS:
El texto propuesto, diálogo al modo platónico entre San Agustín y su discípulo Evodio, de la obra De libero
Arbitrio (obra escrita del 391-395 d.C.) nos adentra en la problemática que encierra la cuestión del mal
moral y el sentido de la libertad (haciendo frente al maniqueísmo). Se trata de ver que sean compatibles la
existencia de un Dios que ha creado la realidad con la posibilidad de una creación (el hombre) que pueda
decidir (ser responsable) ir contra el propio creador (o contra el Bien Supremo). Una obra que también
aborda la cuestión del acceso a las verdades supremas (la verdad) a través de razón y fe y discute con su
discípulo acerca de la primacía de la fe.
San Agustín en este diálogo que mantiene con Evodio mantiene la premisa de que la razón no puede ir contra
la fe y que, en caso de duda, la última palabra la tiene Dios como criterio último de verdad. La fe nos ayuda a
entender y comprender todo (es el primer paso) y la razón nos ayuda a acercarnos a Dios y llegar a creer.
Ese creer para entender no quiere decir que el hombre no deba investigar (partiendo de la verdad mínima de
que si fallor sum o de que si dudo o me equivoco, deduzco que existo) ni buscar la verdad de modo racional
(entendiendo).
Cuando habla de ser constantes en la investigación, en el fondo, San Agustín está aludiendo a esa
búsqueda de la sabiduría que empieza (tras encontrar esa verdad mínima que le aleja del escepticismo: si
fallor sum) en el nivel sensible o inferior (que no es fiable por su contingencia), pasa por el nivel interior
del alma o racional (que también es cambiante) y acaba descubriendo lo superior (a Dios) dentro de uno
mismo (experiencia interior de autoconciencia) gracias a la iluminación divina o nivel superior (no
reminiscencia y no transmigración del alma). Sin esa iluminación, esa luz que procede de Dios, no sería
posible encontrar esas verdades (utiliza, en este sentido anterior, San Agustín el recurso platónico del sol para
decirnos que “visible es la tierra, lo mismo que la luz; pero aquélla no puede verse si no está iluminada por
ésta”). Termina San Agustín diciendo que esa capacidad es posible en esta vida, siempre y cuando nos
encaminemos hacia el amor a Dios o anhelo de su verdad suprema.

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