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Comentario Texto del Acto II, Escena II

JULIETA: ¡Ah, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu
nombre; o, si no quieres, sé sólo mi amor por juramento, y yo no seré más una Capuleto.
ROMEO: ¿Seguiré oyendo más, o hablaré ahora?
JULIETA: Sólo tu nombre es enemigo mío: tú eres tú mismo, aunque no seas Montesco.
¿Qué es eso de Montesco? No es una mano, ni pie, ni brazo, ni cara, ni ninguna otra parte
el hombre. ¡Ah, sé algún otro nombre! ¿Qué hay en un nombre? Lo que llamamos rosa
olería tan dulcemente con cualquier otro nombre: igual Romeo, aunque no se llamase
Romeo, conservaría la amada perfección que tiene sin ese título. Romeo, quítate el
nombre, y a cambio de tu nombre, que no es parte de ti, tómame entera.
ROMEO: Te tomo por tu palabra: llámame sólo amor, y me bautizaré de nuevo; desde
ahora, jamás seré Romeo.
William Shakespeare, Romeo y Julieta
Estamos ante un fragmento de la tragedia Romeo y Julieta, primera obra de William
Shakespeare en ese género. El fragmento nos presenta la exposición de los sentimientos
de los personajes tras su primer encuentro. La muchacha es consciente del obstáculo que
supone la enemistad de las dos familias para el amor que acaba de surgir y tanto ella
como Romeo se muestran dispuestos a renunciar a sus vínculos familiares antes que al
amor.
El texto recoge cuatro intervenciones: dos de Julieta y dos de Romeo pero sólo en la
última Romeo se dirige a la muchacha; en las otras tres los personajes piensan en voz
alta mostrando al público o al lector (también a Romeo en el caso de Julieta), el curso de
sus reflexiones. Hay un claro predominio de las figuras patéticas, pero son más
abundantes en las intervenciones de Julieta, dada la mayor extensión de éstas. Las
exclamaciones o apóstrofes: “¡Ah, Romeo, Romeo!”, “¡Ah, sé algún otro nombre!”,
junto con las preguntas retóricas, “¿Por qué eres Romeo?” “¿Qué hay en un
nombre?”, no sirven más que de introducción a la argumentación de la muchacha: si el
nombre es el obstáculo y éste es solo una etiqueta, renunciar a él supone eliminar el
obstáculo y conservar la esencia. Para apoyar ese argumento, Julieta parte de una
afirmación: “Sólo tu nombre es enemigo mío” en la que Shakespeare utiliza doblemente
una personificación y una metáfora ya que identifica el nombre con el enemigo dándole
a aquel características humanas. A continuación insiste con otra afirmación: “tú eres tú
mismo, aunque no seas Montesco”, y tras la pregunta retórica “¿Qué es eso de
Montesco?”, y la enumeración de diferentes partes del cuerpo que, según ella, no tienen
nada que ver con el nombre, establece una comparación con la rosa y su perfume.
Romeo seguiría siendo él si ser Montesco, como la rosa conservaría su perfume con
cualquier otra denominación. Esa es la conclusión de Julieta. El autor consigue en solo
unas líneas que la muchacha haya eliminado el obstáculo que separa a los enamorados.
Igualmente, Shakespeare juega con los tiempos verbales para mostrar el ímpetu de los
jóvenes en un claro uso de las funciones expresiva y poética. La expresión de los
sentimientos y el deseo de Romeo y Julieta quedan remarcados con el uso de
imperativos: “niega”, “rehúsa”, “sé”, “quítate”, “tómame”, ordena Julieta. “Llámame
sólo amor”, responde Romeo. Y el uso del futuro en ambos protagonistas sirve para
remarcar las promesas: “no seré más una Capuleto”, dice Julieta; “me bautizaré de
nuevo” “jamás seré Romeo”, responde el joven. En esas oraciones en las que se utiliza
el futuro, el uso de los nombres está utilizado de forma simbólica ya que éstos
representan a las familias a las que pertenecen y a la enemistad que los separa que es lo
único que obstaculiza el amor que acaba de nacer entre ellos.
Hay que incidir en que Shakespeare utiliza estructuras paralelísticas en ese discurso de
los jóvenes: “Yo no seré más una Capuleto” “Jamás seré Romeo”. Las afirmaciones,
desde la negación, son prácticamente idénticas. De esta forma, nuestro dramaturgo deja
claramente establecidos desde los primeros intercambios de palabras de los
protagonistas los dos temas que van a conducir la acción: el amor y la enemistad de las
dos familias. Todos los recursos utilizados no hacen más que remarcar esto y la elección
de los jóvenes queda clara y rotunda.
RAC

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