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Cuestionario de teoría de la personalidad de Karen Horney

¿Cómo ayudar a las personas neuróticas?

Según el psicólogo Albert Ellis

Mucha Comprensión:

De acuerdo, no es fácil cambiar a un neurótico pero, con esfuerzo, paciencia,


comprensión y ganas, se puede suavizar su extraña conducta. Para ello lo más
importante es entender que su modo de proceder se debe a que “tiene
creencias poco realistas que le conducen a actuar ilógicamente en algunos
aspectos y situaciones y que, cuando se da cuenta de ello, se condena por ese
comportamiento erróneo”.

Ponte en marcha:

Lo primero que se aconseja es afrontar tranquilamente la situación y


hacer ver a tu pareja, familiar o amigo que tiene un problema.
Para esta tarea, ármate de paciencia. El cariño y la comprensión son
claves a la hora de ayudar, pero también hay que ser fuerte. No permitas
que te líe, ya que estas personas tienden a exagerar y complicar las
cosas. Además, son muy dadas a utilizar el chantaje emocional para
manejar a otros a su antojo.

Intenta simplificar la situación.

Esa persona hará cosas inconvenientes, molestas y chocantes, sin


embargo, es fundamental la importancia que tú des al asunto. Procura
que su comportamiento te afecte lo menos posible. La fortaleza y la
serenidad con que recibas sus ataques te ayudarán enormemente. No
hagas de cada detalle un mundo o la neurosis acabará siendo también
tu problema.
Habla con la persona e intenta hacerle ver que sus miedos son
irracionales y su forma de actuar también. Sólo si se da cuenta, estará
capacitado para poner remedio a su problema.
Y si lo crees necesario, pide ayuda. Tú no eres una profesional, así que
es comprensible que lo hagas. Empieza por tu entorno. Cuantas más
personas le hagan entrar en razón, más fácil será que el neurótico
reaccione. Si aun así, no cambia, intenta convencerle para que acuda a
un psicólogo o psiquiatra. Él le ayudará –y a ti también– a encontrar la
raíz de la neurosis.

¿Cómo saber si soy neurótico?

1. Uno de los ejemplos más frecuentes es cuando alguien se siente triste la


mayor parte del tiempo, sin gusto por sus pasatiempos o diversiones,
con problemas interpersonales derivados de su poca tolerancia a los demás,
con fallas de la memoria, distracción y dificultad para conciliar el sueño.

En estos casos es factible que la persona ni siquiera se sienta tan triste, sino
muy irritable, explosiva y con gran carga de frustración ante sus problemas
cotidianos. La gente la nota muy sensible y con gran sufrimiento.

2. En su vida estos síntomas comienzan a provocarle dificultades en el trabajo,


fricciones frecuentes con sus familiares o con otras personas, incapacidad para
tomar decisiones adecuadas, e incluso maltrato de los demás. Si esto progresa
las ganas de vivir pueden disminuir y se llega a considerar la auto-aniquilación.
Esta situación amerita la evaluación y el tratamiento de parte de un psiquiatra o
de un médico capacitado en el manejo de la depresión.

3. También existen personas que paulatinamente desarrollan preocupaciones


constantes y catastróficas sin causa externa que las justifique, y se angustian
por encontrar maneras de evitar que se conviertan en realidad.

Esto puede incluir la práctica de rituales mentales o conductas repetitivas como


rezar en voz baja un número predeterminado de oraciones, contar mentalmente
todos los autos de determinado color que vea en su trayecto al trabajo, lavarse
repetidamente las manos cuando teme estar contaminado por haber tocado
algún objeto sospechoso, checar una y otra vez las llaves de la estufa para
evitar ser intoxicado por una fuga de gas doméstico o la cerradura de una
puerta para poderse retirar de ella con la tranquilidad de que está cerrada.

4. Paulatinamente comienza la disfunción social de la persona, los demás la


ven rara. Le cuesta trabajo incluso salir de su casa a realizar sus actividades
normales prefiriendo recluirse. Esta persona puede cursar con lo que se
conoce como trastorno obsesivo/compulsivo que amerita también evaluación y
tratamiento por un psiquiatra.

5. Hay condiciones en las que la ansiedad se eleva de forma muy intensa y


prevalece así a lo largo de semanas y meses. Son personas que se
sobresaltan muy fácilmente y constantemente tienen la sensación de que algo
malo les puede suceder en cualquier momento, pero no saben de qué se trata.

6. Frecuentemente se quejan de dificultades para descansar durante las


noches, ya que les cuesta trabajo quedarse dormidas o mantener el sueño y
por las mañanas se sienten tan cansadas como si hubieran estado despiertas
toda la noche.

7. También pueden experimentar sudoración excesiva de las manos, latidos


intensos del corazón, sensación pasajera de estar volviéndose locos, falta de
aire o temor a morir repentinamente. Todo ello es compatible con un trastorno
de ansiedad (neurosis de ansiedad).

¿Causas y consecuencias de la neurosis?

Causas:

Mayoría de los trastornos neuróticos provienen de una ansiedad que el


individuo trae consigo desde la niñez.

El niño siente hostilidad hacia sus padres por las órdenes que estos le
imponen, las cuales le causan profundas frustraciones.
El problema comienza cuando estos sentimientos hostiles son muy
intensos pues el niño se alejará de sus padres quedándose sin el amor
y las atenciones que necesita.
El niño así afectado continúa creciendo de esta manera hasta llegar a
ser un adulto que recurrirá a todo tipo de mecanismos de defensa para
no sentirse desamparado y sin afecto.
Falta de afecto durante la infancia.
La sobreprotección o el infracuidado.
Factores de riesgo pertenecientes al mundo de lo
genético.
Factores que van en función de las situaciones o
acontecimientos vitales de lo que le sucede a la persona a
lo largo de su vida como maltrato infantil, abuso.
Conflicto entre el individuo y el medio.
Situaciones angustiantes que provienen de la niñez.
Condiciones sociales, medioambientales y culturales.
"Rosenhan, D (1975). Funcionalmente, las neurosis son
reacciones inadecuadas a las causas del estrés". (pp.
118)

Consecuencias:

Las tendencias neuróticas influyen notablemente en el carácter de la persona.


Estas tendencias obligan al sujeto a crearse ciertas actitudes, sentimientos y
tipos de conducta subsidiarias tendientes a suprimir el conflicto, que causan un
gasto de energía tal que impiden a la persona la expresión de sus capacidades.
Puede presentarse una indecisión ante todo, una ineficacia general y/o una
inercia general.

Las tendencias también influyen en la imagen que tiene una persona de lo que
es o debiera; todos los neuróticos son inestables en su autoevaluación, que va
de una imagen hipertrofiada a una disminuida de sí mismo. Es característica la
presencia de una imagen idealizada, obstáculo al crecimiento, que niega los
defectos o los condena, sin intentar superarlos.

Las tendencias neuróticas influyen en como las personas ven a los demás; La
persona que ansía prestigio juzgará exclusivamente a los demás de acuerdo al
prestigio que gozan; la persona que debe explotar a los demás puede tomarle
cierta simpatía al que se presta a la explotación, pero también lo despreciará.
Gracias a las tendencias neuróticas se producen inhibiciones; estás pueden
referirse a una acción, sensación o emoción concreta. También pueden ser
amplias y abarcar grandes zonas de la vida (espontaneidad, acercamiento a la
gente, etc.). Estas inhibiciones pueden ser sutiles de modo que el sujeto que
las sufre no se da cuenta.

Las necesidades neuróticas proporcionan una salida a las calamidades


iniciales, prometiendo que se podrá afrontar la vida, pese a las relaciones
perturbadas consigo mismo y con los demás, pero también producen
perturbaciones nuevas: ilusiones sobre el mundo, sobre uno mismo,
inhibiciones. Al principio son una salida, pero después proporcionan nuevos
conflictos.

¿El neurótico nace o se hace?

“Nadie nace neurótico, –dice Albert Ellis–; sino que aprendemos a


comportarnos neuróticamente”. Las circunstancias culturales y el entorno en el
que crecemos influyen pero, sobre todo, nos marca la educación que
recibimos. Cuando los progenitores inculcan ideas extremas sobre el
perfeccionismo, la competitividad, los miedos, están ‘creando’ a alguien que de
adulto tendrá comportamientos extraños. La buena noticia es que como la
persona difícil no nace, sino que se hace, tiene solución.

¿Se puede cambiar la personalidad de un neurótico?

La personalidad se puede cambiar pero también es una de las tareas más


complicadas porque si miramos durante un momento nuestra vida veremos que
la tenemos diseñada para intentar sentirnos lo más a gusto posible. Todos los
días llevamos a cabo hábitos que concuerdan con nuestra personalidad.

Los cinco factores esenciales para cambiar tu personalidad:

 Creer que es posible cambiar. Si piensas que es imposible, entonces


será imposible para ti.
 Ver y ser dueño del problema. Debes querer cambiar.
 Estar dispuesto a hacer el trabajo durante un período prolongado.
 Ser capaz de imaginarse a sí mismo de ser diferente.
 Ser capaz de seguir intentando a pesar de los fracasos y contratiempos.

Aunque el cambio no es fácil de hacer, el proceso en sí es, en realidad,


sorprendentemente sencillo. Estos son los cinco pasos a seguir para cambiar
una parte de tu personalidad:

 Identificar un rasgo de la personalidad específica y, concretamente,


cómo quieres que sea diferente.
 Tomar conciencia de cualquier ambivalencia que tiene sobre el cambio y
desarrollar un plan para su gestión.
 Visualízate siendo la nueva forma, vívidamente y con frecuencia.
 Si te falta una habilidad necesaria, comenzar a aprenderla.
 Estate atento a las oportunidades de ser diferente y utilizar cada una
para practicar el nuevo rasgo.

¿Un neurótico puede atentar contra su vida?

Por favor profesor no se la respuesta me podría ayudar usted.

¿A que se deben los conflictos neuróticos?

Por favor profesor no se la respuesta me podría ayudar usted.


¿En qué momento el yo real se degrada a un yo ideal? ¿Como evitar que
esto suceda? Ayala Enríquez Bryan

El yo real

El yo real es un término que comprende todo lo que la persona es en un


momento dado, incluye cuerpo y alma, sea un individuo sano o neurótico. Se
refieren a él cuando las personas dicen que quieren conocerse tal cual son; es
la fuerza que impulsa hacia el desarrollo individual, con la cual se puede lograr
total identificación estando libres de la neurosis; El yo real se refiere a lo que
realmente la persona siente, quiere, cree y resuelve, es, o debiera ser, el centro
más vivo de la vida psíquica.

El yo ideal:

a. Origen y desarrollo

El desarrollo de la confianza básica, es decir, confianza en sí mismo y en el


resto, en un individuo normal está determinada por un ambiente que satisfaga
las necesidades de cariño, cuidado, disciplina, estimulación, entre otros. Si no
se satisfacen, el ambiente, en general, es percibido por el individuo como hostil
acompañado con un sentimiento de frustración hacia sus necesidades lo que lo
lleva hacia una separación de su yo real (Horney ,1950; Dicaprio, 1989; Paris,
1997). Esto se produce porque el individuo, para compensar sentimientos de
incompetencia y baja autoestima, crea un ideal muy alto y lo intenta alcanzar
por medio de la fantasía, ya que en la realidad no es posible. Este fantasear se
hace cada vez más continuo y vívido llegando a un momento en que su yo real
es confundido y posteriormente reemplazado por su ideal planteado (Horney,
1939) De esta forma el individuo enajena su propio yo y su personalidad y
asume sentimientos, pensamientos, motivos y acciones propios de su ideal
configurándose así su yo ideal. Esta condición, que en un principio fue un
conflicto entre necesidades contrarias (Horney 1939), es la que la autora
denomina neurosis. (Horney, 1950)
b. Descripción del yo ideal.

Es lo que el neurótico cree que es o que puede o debiera ser, es una visión de
sí apartada de la realidad con características muy halagadoras y que
compromete su conducta. Los rasgos particulares del yo real están
determinados por factores reales de la persona, es así como los ideales del yo
ideal contienen huellas de las reales, las hazañas ilusorias del neurótico tiene
una base en las potencialidades del yo real.

Los componentes esenciales del yo ideal son inconscientes por esto el


neurótico confunde las demandas de su yo ideal con las genuinas. El yo ideal
que comienza a crecer afecta la actitud hacia sí mismo de distinta manera
dependiendo de dónde centre su atención:

 Si el individuo quiere convencerse de que él es su yo ideal, desarrolla


las creencias adecuadas a éste ( pasa a creer que es un gran científico
aunque sólo sea un alumno de física)
 Si dirige su atención a su yo real que al compararlo con su yo ideal es
muy despreciable, el individuo se autodegrada.
 Si se centra en la diferencia entre su yo real y su yo ideal busca acortar
las diferencias tratando de alcanzar la perfección con gran exigencia.

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