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“No soy racista, pero…”. La retórica racista, clasista y sexista como herramienta discursiva de control social
Roberto Morris
Junio 2, 2020

En México, a las élites no les gusta hablar de raza, clase o sexo;1 sin embargo, los años 2019 y 2020 prueban
que estas conversaciones ya no se podrán detener. Gracias a acontecimientos como las políticas de acción
afirmativa impulsadas por el presidente López Obrador, la película Roma de Alfonso Cuarón y la nominación
de Yalitza Aparicio en los premios Oscar, el estudio Por mi raza hablará la desigualdad de OXFAM,2 las
manifestaciones feministas y la pandemia del COVID -19, se comenzó a dialogar sobre raza, clase y sexo.

Estas manifestaciones discriminatorias aparte de contar con elementos ideológicos de superioridad intrínseca
también tienen funciones operativas con las cuales grupos dominantes buscan manipular el comportamiento
de las masas. Preservar estas ideas es una estrategia para mantener la hegemonía de las élites. Esta
hegemonía, concepto clave en la obra de Antonio Gramsci, es un esfuerzo del poder por conseguir que sus
intereses y visión económica y cultural se adopte voluntariamente en una sociedad. Esta adopción es lo que
legitima su poder. No obstante, esta hegemonía está en crisis y con ella la legitimidad de las élites. Un
ejemplo de esta erosión son los avances en la conquista de derechos por grupos no dominantes que han
dificultado —mas no imposibilitado— su exclusión legal, basada en criterios de clase, raza, sexo y demás
divergencias de la norma social occidental —heterosexual, masculina y caucásica. Debido a estos
constreñimientos se han desarrollado estrategias discursivas que buscan proteger y reproducir los valores del
grupo dominante. Estas estrategias buscan, de manera camuflada, justificar, propagar y sostener una sociedad
racista y desigual.

Estrategias y marcos para ejercer el control social

El Dr. Michel Estefan3comentó en su perfil de Facebook "Tenemos que hablar de raza, clase y sexo para
poder entender el racismo, colonialismo, capitalismo y el patriarcado”. Este ensayo busca contribuir a esa
conversación a través de visibilizar estrategias utilizadas para infiltrar ideología discriminatoria en la
sociedad. A través de una investigación4 hecha en redes sociales, detecté los siguientes marcos discursivos.5

Humor de descrédito

Eugenio Derbez, comediante mexicano, dijo en una entrevista: “…las redes sociales están matando la
comedia, no puedes hacer un chiste porque te crucifican…”.

Una de las herramientas más utilizadas para la propagación de ideas racistas es el humor de descrédito; humor
que refuerza estereotipos negativos hacia grupos determinados. Decir “sólo es una broma” parece suficiente
para exculparse de aseveraciones abiertamente racistas; sin embargo, usar y permitir que se utilice este humor

1 Consciente de la importante diferencia que hay entre sexo y género, este artículo únicamente analizará comentarios de
corte sexistas y machistas en relación con el sexo de las personas..
2 Solís, P., Lorenzo Holm, V. y Güémez, B. Por mi raza hablará la desigualdad. Oxfam México. 2019.
3 Michelle Estefan es doctor en sociología por la Universidad de California, Berkeley
4 Esta investigación consistió en analizar doscientas conversaciones en Twitter, cien en Facebook y la procuración de más

de doscientos cincuenta memes haciendo alusión a los temas de raza, clase y sexo. Es importante mencionar que las
conversaciones y memes que se utilizaron para este análisis fueron encontradas en cuentas ciudadanas y de personajes
públicos; menciono esto pues este ejercicio es para detectar líneas discursivas y su aceptación en la cotidianeidad social de
México y no en comunidades “radicales” y secretas.
5 Esta tipología no es, ni pretende ser, definitiva; simplemente un acercamiento y contribución basado en la investigación

y observación.
sí tiene consecuencias reales. este humor genera un ambiente de permisividad para que personas puedan
discriminar abiertamente y sin temor a consecuencias sociales; es decir, los envalentona.

En referencia al actual estado de la comedia en México, la comediante y feminista Cynthia Híjar comentó lo
siguiente:

Blindaje y negación
Estrategias de blindaje y negación se dan con frases como “No soy racista, pero…”, que buscan anticipar la
reprobación social para luego negar ser racista y buscar legitimar una práctica o acción racista como algo
“necesario”. Veamos ejemplos de este recurso en comentarios sobre una nota de El Financiero que informa
sobre una plática que Yalitza Aparicio daría en la Universidad de Harvard:
Otros ejemplos serían:

Racismo daltónico

El racismo daltónicobusca generar la percepción de una falsa igualdad —“no se ven los colores o sexo de la
gente”— a pesar de que existen desventajas sociales medibles derivadas de estos factores. Un ejemplo
de falsa igualdad lo brindó el Gobernador de Nuevo León, Jaime “El Bronco” Rodríguez, quien señaló: “El
tema es feminicidios… hablan de feminicidios y no hablamos de ‘hombricidios’”,en un intento de ejercer
control sobre cómo se habla de la violencia hacia las mujeres.

Otros ejemplos que podemos encontrar son:

Echaleganismo (meritocracia)
“Las personas con piel más clara son directores, jefes o profesionistas;
las de piel más oscura son artesanos, operadores o de apoyo”.
—Dr. Julio Santaella, presidente de la Junta de Gobierno del INEGI

En México, se emplea el término “echaleganismo”como burla a quienes aseguran que lo único que se requiere
para salir de la pobreza es “echarle ganas”; por ejemplo:
El autor supone que quienes reciben apoyos gubernamentales son pobres porque no trabajan y que trabajando
más saldrán adelante. Jaramillo–Molina refuta esta visión en su artículo “Acostumbrados a vivir del Estado:
mitos en la construcción social del (in) merecimiento de programas sociales”, mismo en el que expone: “son
los hogares más pobres (decil I) quienes presentan el mayor porcentaje de personas ocupadas en más de un
trabajo”.

“Yo sí pude”: la interiorización de la discriminación

Quizás el ejemplo más claro de la hegemonía de Gramsci es la narrativa “yo sí pude” en la cual un individuo
–quien se asume de un nivel socioeconómico con carencias– se presenta como caso de éxito en un intento de
generalizar que, si él/ella pudo, todos pueden. Esta narrativa busca justificar, interiorizar y reproducir el
discurso de las élites.

Este marco es de suma importancia para la gerencia social de los grupos no dominantes, pues establece un
criterio de comportamiento aceptable y servil; por ende, cuando hay protestas y marchas que rompan con “las
buenas costumbres” se utilizan marcos como “así no”, “no me representan” y “no polaricen”. Estos términos
son mecanismos para mantener un comportamiento cívico que beneficia a las élites. Sobre las manifestaciones
para evidenciar injusticias, el académico T.A. vam Dijk (2001) opina:

El consenso blanco que niega la prevalencia del racismo es, por lo tanto, un elemento muy poderoso
en su reproducción, especialmente porque la resistencia exitosa requiere atención pública, cobertura
de los medios y al menos un reconocimiento parcial de las quejas. (…) El cambio en ese caso solo se
puede incluir en la agenda creando activamente el tipo de ‘problemas’ públicos que ya no se pueden
pasar por alto, como manifestaciones o incluso ‘disturbios’.

Otra actitud hacia el racismo y clasismo es la presentada por el actor Tenoch Huerta, quien ha obtenido éxito
a pesar de sus orígenes y es un crítico del racismo en México. En entrevista con RT en Español, Huerta dijo:
“Hay que empezar a asumir que existe un problema en nuestro país y erradicar este tipo de violencia que daña
nuestra identidad indígena o mestiza….”
Racismo inverso
El racismo inverso es la victimización del grupo dominante y reluce en conversaciones relacionadas con
propuestas de acciones afirmativas y supone que miembros del grupo no dominante pueden ser racistas. Ésta
es una imposibilidad dado que ellos no ostentan el poder necesario para perjudicar al grupo dominante de
manera sistemática.

Acompañando a la idea del racismo inverso, vale la pena entender el término Whitexican, mismo que se usa
para visibilizar a personas mexicanas con discursos clasistas y racistas y que demuestran un desconocimiento
de la realidad social del país. El racismo inverso es comúnmente utilizado para criticar este término. La
actitud Whitexican se puede entender mejor dentro del contexto que presenta la Dra. Alicia Krozer en su
investigación Seeing Inequality? Relative Affluence en Elite Perceptions in Mexico6(2020) en la cual
entrevistó a miembros de la élite mexicana para obtener sus percepciones sobre la desigualdad. Una de sus
conclusiones es que “los miembros de la élite, como todos los demás, tienden a comparar sus ingresos y
posición social con su entorno en vez de la población mediana o general del país. Dado que ellos
experimentan un mundo distinto y con mayor riqueza están limitados en su capacidad para hacer referencias
generales de la sociedad”.7

En cuanto a la cuenta de Twitter @LosWhitexicans, las publicaciones se dedican a exhibir conductas racistas,
clasistas e ignorantes del privilegio a través de distribuir (retuitear) publicaciones públicas hechas por los
mismos sujetos de la crítica. Es notable que muchas de las personas que promueven la cuenta son de clase
media y media alta y usan el término para distanciarse de comportamientos que consideran ofensivos.

6 ¿Viendo la desigualdad? Afluencia relativa y percepciones de las élites en México. Traducción del autor.
7 Traducción del autor.
La utilización del recurso racismo en inversa tiene mucho que ver con un profundo deseo de la clase
dominante de no querer reconocer su privilegio y las injusticias sociales de las cuales éste proviene.

Superioridad cultural

Una de las estrategias de la supremacía blanca es declarar su cultura como mejor que las de los grupos
dominados para justificar su rol y así denostar a quien no se comporta o piensa como ellos.

Un ejemplo de discurso de superioridad cultural es la publicidad hacia las masas; ésta establece
la blanquitud y los roles tradicionales de sexo y género como algo aspiracional.

Revictimización

La revictimización consiste en hacer a la víctima de un suceso la responsable o corresponsable de su


situación, esto para justificar lo sucedido y justificar el comportamiento del agresor o responsable de la
situación.
Un tipo de revictimización usada para reforzar la gestión social hace uso de frases como “copo de nieve”
(snowflakes) o “no aguantan nada” para minimizar quejas por violencia y abuso físico o psicológico. El uso
de estas expresiones normaliza y justifica la violencia como método de control. El usar estas expresiones —
especialmente con las generaciones millennial y centennial (Z)— supone que es su deber “aguantar” la
violencia sistemática del poder.

Criminalización
En una conferencia durante 2019 el rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, David
Fernández Dávalos, comentó acerca de la actitud de las élites sobre quienes votaron por Andrés Manuel
López Obrador: “La reacción que han tenido estos grupos opositores es sostener que el triunfo de Andrés
Manuel proviene de la decisión de no humanos, de los sin cerebro, de los incultos.” Esta observación
visibiliza una actitud constante en la opresión de minorías que busca deshumanizar y vincular una raza o
clase con actividad delictiva o una actitud que sea socialmente reprobada (pereza, deshonor, etcétera).
Un marco clasista común para desacreditar y controlar la inconformidad social es referirse a los inconformes
como “resentidos sociales”; esto busca deslegitimar las emociones de aquellos a disgusto con el sistema;
curiosamente, he observado que son más personas de las clases altas que expresan resentimiento al ser
visibilizados sus privilegios. Sobre esto, el rector Dávalos también criticó la actitud de las élites: diciendo que
“(Se han de preguntar) ¿por qué los que están para servirme, ahora me quieren gobernar?; ¿por qué ahora
tengo que escuchar a los que debieran permanecer callados?”

Reflexiones finales

En México sale muy “barato” ser racista y muy caro ser de un grupo no dominante. México es omiso ante
abusos y los pocos casos visibilizados son aquellos que afectan a las élites. Ejemplo de esto es el de Abril
Pérez Sagaón, mujer asesinada y quien con anterioridad había denunciado a su marido Juan Carlos García8
por violencia. ¿Por qué nos enteramos de este caso y no de los miles de casos similares? Porque el agresor fue
directivo de Amazon;9 si no lo hubiera sido, jamás hubiera existido tanta cobertura mediática.

Las soluciones a esta problemática no son lineales, combatir la discriminación debe ser intersectorial; así
como un hombre indígena puede ser discriminado por raza, una mujer de clase alta y caucásica puede ser
pagada menos que su contraparte masculina. Para esto es necesario ampliar la cartera de políticas públicas
cuyo fin sea una mayor integración en una sociedad profundamente segregada y no permitir la merma de
derechos individuales. El gobierno actual ha tomado algunas decisiones acertadas como la promoción de
acciones afirmativas para comunidades indígenas, la ampliación y facilitación de programas sociales y el
incremento al salario mínimo; sin embargo, también se ha visto tibio –si no es que regresivo– en el combate a
violencias de género y en todo lo referente al feminismo.

Aunque es necesaria la creación de mejores políticas públicas, nosotros como sociedad también tenemos un
rol fundamental en desbaratar el racismo sistémico. Tenemos que incrementar el costo social de ser racista y
utilizar discursos de discriminación. Confieso que durante el transcurso de escribir este artículo que busca
exhibir, me exhibieron. Compartí memes que reforzaban actitudes machistas; una usuaria de la red y una
amiga me lo hicieron saber.

8
Después de 49 días en prisión Juan Carlos fue liberado gracias a que su delito se reclasificó como violencia familiar en
vez de intento de feminicidio.
9 Pocos medios mencionaron que Abril también era una importante ejecutiva en Decompras.com.
Una acción fundamental para combatir los discursos discriminatorios es hacer lo que estas mujeres hicieron
conmigo: confrontar y exhibir a personas que los usan; el silencio es complicidad. Es una realidad que
personas que no comparten visiones discriminatorias comúnmente callan ante aquellos que se expresan así
dada la posibilidad de ser exiliadas por sus círculos sociales.

La gente debe comprender que estas expresiones tienen implicaciones reales para las personas que no gozan
de haber nacido en el privilegio de un grupo dominante. No hay maneras sencillas de resolver estos
problemas, y menos sin pretender diluir los privilegios de las élites.

Roberto Morris
Maestro en Políticas Públicas por la London School of Economics and Political Science y licenciado en
Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Es docente de la Universidad Panamericana y Presidente
de Núcleo Comunicación.

Un agradecimiento a Ribka Palacios, quién me apoyó en la tarea de recopilar y clasificar los textos necesarios
para este escrito.

Referencias

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