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A proposito de Martyn Lyons,

El siglo de la maquina de escribir, Buenos Aires, Ampersand, 2023, 408 pp.

Escrito por el historiador de las prácticas de lectura y escritura Martyn Lyons, este libro
explora la relación entre los escritores y escritoras con sus máquinas de escribir. Trabajo que
refocaliza sus obras anteriores ya editadas por la misma editorial Ampersand en su colección Scripta
Manent. La propuesta esta vez es una historia cultural de una tecnología cotidiana de escritura, en
vistas a explorar, tanto los condicionamientos materiales que ejercio sobre las prácticas de escritura
y edición textual, como distintos modos de uso y apropiación por parte de sus usuarios. La elección
del título corresponde a una temporalidad propia del “utillaje mental” para la escritura profesional,
en el periodo que va de 1880 con la comercialización de esta máquina a la década de 1980 cuando
los procesadores de texto la reemplazan como tecnología hegemónica de escritura. El espacio donde
se localiza esta historia, corresponde mayoritariamente a países Occidentales, y vale advertir la
escasez de fuentes y casos de otras cartografías.
Se trata de un libro extenso, compuesto por 11 capítulos, escritos en un estilo expositivo que
valora la claridad y el tono divulgativo, que busca seducir tanto además del público especializado a
quienes tengan curiosidad por esa “intimidad” del acto de creación textual que antecede la obra
finalizada. Estilo divulgativo que lo lleva a cierta complaciencia explicativa y al riesgo de retornar
ingenuamente a la historia de las mentalidades y al relato anecdótico de una “vida cotidiana de los
objetos culturales”. Intentare exponer brevemente los capítulos, para resaltar cuestiones que podrían
resultar relevantes para las reflexiones metodológicas historiográficas que participan de la labor
colectiva de la historia intelectual, o de la historia de la edición y las revistas, de las culturas de
izquierda.
El primer capítulo, inicia una reflexión metodológica y balance de cuestión en el campo de
las historias de las tecnologías de escritura, que priorizo grandes invenciones, la imprenta y la
computadora, como agentes de cambio cultural. Lyons, considera una discusión adeudada, la
pregunta subestimada, por el rol modesto pero con una función efectiva, por cómo la máquina de
escribir como tecnologia cotidiana transformo las condiciones materiales de producción para la
escritura profesional, dentro del complejo proceso de edición en la cultura impresa. Si bien,
reconoce enfoques, en especial la arqueología de los medios con sensibilidad académica para la
cuestión, se desliga de su tendencia especulativa que procede a generalizaciones deterministas sobre
el impacto de la tecnologia en las experiencias subjetivas y estilos de escritura, inconsistentes con la
contrastación empirica. El nudo problemático que plantea sobre la materialidad textual, es: “Los
autores no escriben libros, sino más bien textos; la forma en que esos textos se convierten en objetos
físicos y los medios en los cuales adquieren un formato legible para el público son elementos
fundamentales para la creación del significado. ” (p. 27).
Se podría definir su horizonte teórico como una bibliografía material de los textos y una
estetica de la producción, modulada por los modos de relación entre la trayectoria individualizante
de una practica de escritura y un modo de uso de una tecnología de escritura. Así el enfoque teórico
que guía el itinerario expositivo de la obra, es pensado en analogía con el giro que se dio en la
historia del libro. Si la “historia de las cosas”, donde los aspectos primarios materiales sobre el
libro, su fabricación, venta o distribución, resulto incompleta sin la comprensión del mundo de los
lectores y sus modalidades de recepción. De la misma manera, en la historia de una tecnología de
escritura, la máquina de escribir adquiere significación cultural e histórica cuando se interroga a sus
usuarios, analizando maneras de recepción, comprendiendo los imaginarios y representaciones que
contornean el trasfondo cultural del objeto, pero siguiendo por regla metodológica las apropiaciones
en usos concretos y diversos, incluso las razones de su rechazo (p. 377). Esto conlleva al autor, por
un lado, a jerarquizar críticamente un tipo de fuentes, correspondiente a los testimonios
provenientes de los propios autores, o del mundo editorial adyacente al proceso de construcción
social de autoria, sobre sus propias prácticas de escritura y composición y como se relacionan con
una tecnologia de escritura, aunque siendo atento a los desfases e inconsistencias de relatos.
El segundo capitulo, nos introduce en la historia de la invención de la máquina de escribir,
análisis que recompone la pluralidad de filiaciones técnicas y equipos de trabajos que participaron
del surgimiento de un objeto comercial de estabilidad relativa y con un funcionamiento efectivo en
vistas a las nuevas demandas de una sociedad en curso de modernización en la década de 1870. El
capitulo tercero, se detiene en el entorno administrativo moderno de la oficina a fines del siglo XIX
y principios del XX, espacio laboral donde se incorporo junto a otras tecnologías. Describe la
transformación de la racionalización burocrática administrativa y una nueva división del trabajo que
introdujo una actora social nueva: la mecanógrafa. Aquí Lyons entra en dialogo, con distintos
estudios de genero sobre el ingreso de las mujeres al mundo del trabajo administrativo, que ya han
planteado el asunto. Repone los imaginarios inequitativos y exigencias al genero que se le
impusieron en sus oficios, como los aspectos existenciales emancipadores que las habilito en el
mundo del trabajo. Se podría destacar su lectura de cómo en obras que consideramos de autores
hombres, tienen una subtrama de trabajo y escritura colaborativa entre autor y su asitenta, que no es
pasivo, señalando casos como Henry James o Mark Twain.
Una serie de capítulos analiza diferentes experiencias históricas, a fin de reconstruir
reacciones afectivo-emotivas, o sensibilidades culturales, en las practicas escritura profesional y los
usos de tecnologías de escritura, que dieron lugar a una serie de acontecimientos textuales
singulares. El capitulo 4, se detiene las vanguardias artísticas, destacándose el imaginario futurista
que la incorporo como símbolo de modernidad para una escritura veloz, bélica e iconoclasta de la
armonia tipográfica del libro, y la experiencia modernista que muestra otras apropiaciones de las
posibilidades para pre-diseñar la puesta en página y emplear el espaciado como desafío al lector. El
capitulo 5, analiza la sensibilidad burocrática del efecto de distanciamiento critico que producía ver
la propia escritura mecanizada en un documento homogeneo, y su asociación con el mundo de lo
impersonal e inautentico, impacto que hizo que muchos escritores rechazaran su empleo y
descalificaran su uso. El capitulo 6, “La máquina de escribir romántica”, condensada a mi parecer la
apuesta teórico-meotodológica de Lyons, se detiene en las experiencias de autoría, que encontraron
una relación sinérgica con sus máquinas de escritura, para la liberación de potencias subjetivas e
imaginativas que se consolidan en trayectorias profesionales del campo literario. El caso
paradigmático tratado es Jack Kerouac.
El capitulo 7, es

problema de la construcción textual


problemas de la interpretación

estetica de la producción
estetica de la recepción

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