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Evolución del modelo biopsicosocial: perspectivas y desafíos para la salud

Psicología
Artículo en Psicología de la Salud ∙ Abril 2004

DOI: 10.1037/0278­6133.23.2.119 ∙ Fuente: PubMed

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2 autores, entre ellos:

Jerry Suls

Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU.)

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Psicología de la Copyright 2004 de la Asociación Estadounidense de Psicología, Inc.

Salud 2004, vol. 23, núm. 2, 119–125 0278­6133/04/$12.00 DOI: 10.1037/0278­6133.23.2.119

Evolución del modelo biopsicosocial: perspectivas y desafíos para

la psicología de la salud

Jerry Suls Alex Rothman

universidad de iowa Universidad de Minnesota, Campus de Ciudades Gemelas

Aunque se han logrado avances en la especificación de las conexiones entre los procesos biológicos, psicológicos
y sociales, sigue sin explotar todo el potencial del modelo biopsicosocial para la psicología de la salud.
En este artículo se identifican 4 áreas que deben abordarse para garantizar la evolución continua del modelo
biopsicosocial y se delinean una serie de recomendaciones relativas a iniciativas dirigidas a la investigación, la
formación, la práctica y la intervención, y a las políticas. Estas recomendaciones enfatizan la necesidad de
comprender y utilizar mejor los vínculos entre las variables biológicas, psicológicas, sociales y macroculturales.
Las actividades que faciliten la adopción de una orientación multisistémica, multinivel y multivariada entre científicos,
profesionales y formuladores de políticas conducirán de manera más efectiva a los tipos de contribuciones
transdisciplinarias previstas por la perspectiva biopsicosocial.

Palabras clave: modelo biopsicosocial, psicología de la salud, medicina conductual.

Ningún campo científico parece avanzar sin un conjunto implícito o explícito de
supuestos metateóricos. La base conceptual de los psicólogos de la salud en sus
funciones como investigadores, profesionales y formuladores de políticas es el
modelo biopsicosocial (Anderson, 1998; Engel, 1977; Kaplan, 1990; Matarazzo,
1980; Schwartz, 1982; Schwartz y Weiss, 1978). Esta perspectiva sostiene la idea
de que los procesos biológicos, psicológicos y sociales están involucrados de
manera integral e interactiva en la salud y la enfermedad físicas. La premisa
inicialmente provocativa de que las experiencias psicológicas y los comportamientos
sociales de las personas están relacionados recíprocamente con los procesos
biológicos ha impulsado avances espectaculares en psicología de la salud en los
últimos 25 años. Además, la premisa de que estos subsistemas están anidados y
conectados indisolublemente ha estimulado innovaciones en el diseño y la
implementación de intervenciones para promover la salud. Como marco rector, el
modelo biopsicosocial ha demostrado ser notablemente exitoso, ya que ha
permitido a los psicólogos de la salud estar a la vanguardia de los esfuerzos para
forjar un enfoque multinivel y multisistémico del funcionamiento humano. Sin
embargo, aún quedan desafíos considerables, tal vez incluso intimidantes, ya que
se necesitan modelos que especifiquen los procesos que conectan los sistemas
biológico, psicológico y social.
En este artículo, examinamos qué se puede hacer para garantizar la evolución
continua y el refinamiento del modelo biopsicosocial.
Con este fin, primero consideramos la manera en que se ha adoptado actualmente
el modelo biopsicosocial e identificamos qué factores han impedido la búsqueda
de todas las implicaciones del modelo para la investigación, la intervención y la
práctica. A la luz de estas observaciones, hacemos una serie de recomendaciones
diseñadas para promover la especificación y utilización de los vínculos entre las
variables biológicas, psicológicas, sociales y macroculturales, con el objetivo final
de mejorar la salud.
Avances y Condiciones Actuales
En las últimas tres décadas, la investigación básica y aplicada en una variedad
de áreas sustantivas ha afirmado el valor de la perspectiva biopsicosocial y ha
demostrado cómo los procesos biológicos, psicológicos y sociales operan juntos
para afectar los resultados de la salud física (p. ej., Baum & Posluszny, 1999;
Cohen, 1998; Salovey, Rothman y Rodin, 1998; Taylor, Repetti y Seeman, 1997).
Se ha demostrado que el estrés, el apoyo social y las emociones, por ejemplo,
desempeñan papeles importantes en la progresión y el tratamiento de las
enfermedades cardíacas y el cáncer (p. ej., Anderson, 2002; Smith & Ruiz, 2002).
Las exploraciones de modelos de salud y enfermedad de sentido común han

Jerry Suls, Departamento de Psicología, Universidad de Iowa; Alex Roth­man,
Departamento de Psicología, Universidad de Minnesota, Campus Twin Cites.
Este artículo surgió de las discusiones del Grupo de Trabajo sobre la Evolución
del Modelo Psicosocial de la Conferencia sobre el Futuro de la Psicología de la
Salud, Pittsburgh, Pensilvania, marzo de 2000. Agradecemos a Andrew Baum,
Myles Faith, Susan McDonald, Crystal Park, Christine Pozo­Kaderman, Marci
Lobel, Deborah Polk, Annette Stanton y Mark Wohlgemuth por sus sugerencias.
Este trabajo fue apoyado por la subvención BCS­9910592 de la Fundación
Nacional de Ciencias para Jerry Suls y la subvención NS38441 del Instituto
Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares para Alex Rothman.
La correspondencia relacionada con este artículo debe dirigirse a Jerry Suls,
Departamento de Psicología, E­11 SSH, Universidad de Iowa, Iowa City, Iowa
52242. Correo electrónico: jerry­suls@uiowa.edu
proporcionado importantes conocimientos sobre la percepción de los síntomas, la
búsqueda de atención médica y la adherencia del paciente (p. ej., Leventhal,
Leventhal y Cameron, 2001). Las intervenciones conductuales han demostrado
tener éxito en promover el abandono del hábito de fumar (p. ej., Niaura y Abrams,
2002), reducir el estrés y las consecuencias adversas de los procedimientos
médicos (p. ej., Suls y Wan, 1989) y facilitar la recuperación y adaptación de
personas con enfermedades crónicas. (p. ej., Anderson, 2002; Antoni et al., 2000;
Blumenthal, Sherwood, Gullette, Georgiades y Tweedy, 2002). (Consulte el
número especial “Behavioral Medicine and Clinical Health Psychology” del Journal
of Consulting and Clinical Psychology [Smith, Kendall y Keefe, 2002] para obtener
un conjunto de revisiones de última generación).

119
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120 SULS Y ROTHMAN

Los avances científicos se han visto complementados por un crecimiento

constante en el número de psicólogos de la salud en las universidades y en
las facultades de las escuelas de medicina (Rodin y Stone, 1987). Los
investigadores y profesionales, identificados con la perspectiva biopsicosocial,
han sostenido sociedades profesionales, como la División 38 de la Asociación
Estadounidense de Psicología, la Sociedad de Medicina del Comportamiento
y la Sociedad Psicosomática Estadounidense. De hecho, Health and Behavior
Alliance incluye 26 organizaciones profesionales (que comprenden más de
100.000 miembros) dedicadas a la investigación sobre salud y comportamiento.
El objetivo principal de la alianza, impulsada por el Centro para el Avance de
la Salud, una organización sin fines de lucro, es promover un mayor
reconocimiento de cómo los factores psicológicos, sociales, conductuales y
ambientales afectan la salud y la enfermedad y aumentar las prioridades y
recursos de financiación. por estos esfuerzos.
El éxito del enfoque biopsicosocial también puede verse en el crecimiento
sustancial del apoyo gubernamental a la investigación psicológica y conductual
relacionada con la salud. Actualmente, los Institutos Nacionales de Salud
(NIH) financian alrededor de 800 millones de dólares para investigaciones
dedicadas a la salud y el comportamiento. Además, el establecimiento por el
Congreso de los Estados Unidos en 1993 de la Oficina de Investigación de
Ciencias Sociales y del Comportamiento en los NIH refleja un compromiso estructural con
la importancia otorgada a la integración del conocimiento biomédico y Figura 1. Frecuencia de citas de temas biopsicosociales, bioconductuales y
conductual y la necesidad de facilitar la investigación interdisciplinaria entre biomédicos en Medline.
científicos sociales, conductuales y biomédicos (Anderson, 1998).

menos en términos absolutos), mostraron aumentos comparables en el mismo

¿Hasta qué punto el establishment médico ha adoptado el período de tiempo. Por supuesto, el aumento de las citas sólo podría

modelo biopsicosocial? representar la mayor presencia de revistas de ciencias sociales y del

Hay muchos signos de una mayor conciencia de que los factores
conductuales, sociales y a nivel macro merecen tanta atención como los
factores biológicos para comprender y abordar los problemas de salud del
país y del mundo. Sin embargo, no está claro hasta qué punto el modelo
biopsicosocial ha sido adoptado por el establishment biomédico. Por ejemplo,
una encuesta reciente de las facultades de medicina de Estados Unidos
mostró que casi el 50% de las escuelas incluían menos de 40
horas de instrucción total en medicina psicosomática y psicología de la salud
para estudiantes de medicina (Waldstein, Neumann, Drossman y Novack,
2001). En la medida en que los continuos avances en la especificación de los
vínculos entre las variables biológicas, psicológicas y sociales requieren
equipos multidisciplinarios y acceso a datos de múltiples sistemas, es esencial
que no sólo los psicólogos sino también otros profesionales de la salud reciban
una capacitación que aborde las importantes necesidades. importancia de
especificar estos vínculos.
Como evaluación preliminar de la difusión y aceptación del modelo
biopsicosocial, realizamos una búsqueda en Medline del término biopsicosocial
en títulos y resúmenes de artículos en Medline desde 1974 hasta 2001. Se
eligió Medline porque es uno de los servicios de resúmenes de revistas
médicas más grandes. en el mundo. Para simplificar la presentación de los
resultados, calculamos los totales para cada período de tres años (por ejemplo,
1974­1977). Aunque reconocemos que el uso del término biopsicosocial no
constituye necesariamente la adopción del modelo, la referencia explícita al
término refleja, como mínimo, el reconocimiento de la perspectiva.
Como se muestra en la Figura 1, durante 1974­1977, el período en el que
George Engle (1977) introdujo el término biopsicosocial se mencionó en seis
artículos. Entre 1999 y 2001, apareció en 350 publicaciones. Un término
complementario, bioconductual (aunque men­
comportamiento en Medline. A modo de comparación, tabulamos la frecuencia
con la que se menciona el término biomédico . En 1974­1977, los medios
biomédicos se utilizaron casi 500 veces, y aumentaron a 2700 veces en
1998­2001. Por lo tanto, la frecuencia de citas del término biomédico aumentó
en un factor de 5, mientras que el uso del término biopsicosocial aumentó en
un factor de casi 60. Sin embargo, cuando se ve en términos del número total
de citas durante el período de 27 años, biomédico fue mencionado 9.994
veces mientras que la biopsia­cosocial sólo fue mencionada 1.094 veces,
una proporción de 9:1. Por lo tanto, a pesar del ritmo acelerado con el que se
reconoció el modelo biopsicosocial, la perspectiva biomédica sigue siendo
dominante, al menos según este índice aproximado.
Una segunda manera de evaluar el grado en que los enfoques conductuales
se han integrado en la ciencia y la práctica médica fue tabular la frecuencia
con la que el término conducta apareció en cuatro revistas médicas
importantes: New England Journal of Medicine, Lancet, Journal of Medicine. la
Asociación Médica Estadounidense y los Anales de Medicina Interna, de 1974
a 2001. La Figura 2 indica que el comportamiento se mencionó en los títulos
o resúmenes de 61 artículos durante el período más temprano y un poco más
de 100 veces en 1998­2001; es decir, las menciones de comportamiento casi
se duplicaron. Si bien este aumento supera sustancialmente el aumento en
el número total de artículos publicados en las cuatro revistas durante este
período (de 23.829 a 24.375, un aumento del 3%), hay que ponerlo en
perspectiva: el comportamiento se mencionó en 0,002 % de los artículos en
los primeros años de nuestra encuesta y sólo aumentó al 0,004% a partir de
1986­1989.
Aunque estos indicadores de adopción son ciertamente imprecisos, los
términos biopsicosocial y comportamiento se mencionan con más frecuencia
en la literatura médica que hace casi 30 años.
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SECCIÓN ESPECIAL: EVOLUCIÓN DEL MODELO BIOPSICOSOCIAL
Figura 2. Frecuencia de citas de comportamiento en New England Journal of
Medicina, Lancet, Revista de la Asociación Médica Estadounidense y
Anales de Medicina Interna.
atrás. Sin embargo, todavía constituyen una pequeña proporción de la
número absoluto. Investigadores y médicos sociales y conductuales.
seguir dedicando cada vez más atención a la salud física,
pero es evidente que todavía hay margen para mejorar su
prestigio y visibilidad dentro de la comunidad médica. en un posterior
sección, volvemos a este tema y brindamos algunas recomendaciones
sobre cómo facilitar el desarrollo y la difusión de la
perspectiva biopsicosocial.
¿Qué tan bien practican los psicólogos de la salud?
¿Modelo biopsicosocial?
En el corazón del modelo biopsicosocial está la premisa de que
La salud física y el bienestar están determinados por las interacciones.
entre factores biológicos, psicológicos y sociales. que bien lo haces
Los psicólogos de la salud adoptan y examinan los múltiples sistemas.
que subyacen al modelo biopsicosocial? Una forma de examinar esto
La cuestión es determinar con qué frecuencia los investigadores miden los cuatro.
clases de variables (es decir, biológicas, psicológicas, sociales y
macro [cultural, nivel socioeconómico, etnia]). La evaluacion
de indicadores en múltiples sistemas representa el mínimo
Condición para especificar vínculos entre factores biológicos, psicológicos y sociales.
Leímos y codificamos de forma independiente todos los
estudios publicados en Psicología de la Salud durante un período de 12 meses
(noviembre de 2001 a septiembre de 2002). La tabla 1 muestra las frecuencias.
con el que se midieron las cuatro clases de variables. de no
sorpresa, dado el enfoque disciplinario de la revista, aproximadamente
El 94% de los estudios evaluaron variables psicológicas. Factores sociales, que
predominantemente involucraban medidas de autoinforme de
apoyo y satisfacción conyugal, se incluyeron en aproximadamente la mitad de los
los estudios. Se evaluaron las variables biológicas, incluida la reactividad fisiológica,
los marcadores de enfermedad basados en la revisión de los gráficos y la mortalidad.
evaluado de manera similar en la mitad de los estudios. La evaluación de
macrovariables, como el origen étnico, los ingresos y la edad, se consideró suficiente
sólo si los investigadores midieron al menos la edad, el género, el origen étnico,
121
y educación o ingresos. Un total del 56% de los estudios cumplieron con este
criterios.
Aunque las variables psicológicas recibieron una atención casi uniforme, el
ámbito social recibió menos cobertura. Además, las evaluaciones del entorno social
de las personas tendían a centrarse en su
experiencia subjetiva de sus relaciones con amigos y familiares. Cuando los
investigadores informaron macrovariables, esta información
se utilizó únicamente para describir la muestra. Las variables biológicas aparecían
con cierta frecuencia, pero en un análisis más detenido, se volvió
Es evidente que normalmente se referían a una enfermedad utilizada para definir la
muestra.
Si los investigadores esperan delinear los vínculos entre la
múltiples sistemas implicados en el modelo biopsicosocial, estudios
Es necesario priorizar la inclusión de un conjunto diverso de indicadores. En el
muestra actual de estudios, el 26% incluyó medidas de los cuatro
dominios (es decir, biológico, psicológico, social y macro) y un
el 38% adicional incluyó medidas en tres de los cuatro dominios. A
La revisión de estas combinaciones reveló que los investigadores han
tendía a centrarse en la interacción entre lo psicológico y lo
factores sociales o factores psicológicos y biológicos. Por lo tanto, las oportunidades
para explorar las interconexiones entre lo biológico y lo
Los factores sociales parecen haber sido limitados. De hecho, en todo caso,
Estos datos ofrecen una estimación optimista del esfuerzo de los investigadores.
han puesto en especificar las interconexiones entre clases de
variables. Con demasiada frecuencia, aunque los indicadores se evaluaron en todos los países
múltiples sistemas, las relaciones entre esos sistemas no eran
probado o, al menos, no reportado. En resumen, los investigadores han tomado la
principios básicos del modelo biopsicosocial en serio, pero más
Se podría hacer mucho para buscar vínculos entre los subsistemas.
Lugares para el crecimiento
El modelo biopsicosocial se ve mejor como un “trabajo en
progreso." En este sentido, se identifican cinco cuestiones que, de abordarse,
debería facilitar el crecimiento de este enfoque.
En primer lugar, para que se adopte plenamente la perspectiva biopsicosocial,
Los investigadores deben continuar transformándolo desde un punto de vista conceptual.
marco en un modelo que especifica los vínculos entre los
tabla 1
Medición de los factores biológicos, psicológicos, sociales y
Variables a nivel macro en 70 estudios publicados en Salud
Psicología
Variable Frecuencia %
39 55,7
Biológico
Psicológico 66 94,3
Social 37 52,9
Macro 39 55,7
Nota. La categoría biológica incluía reactividad fisiológica, inmunidad.
función, diagnóstico del cuadro médico, mortalidad e índices fisiológicos
(p. ej., cotinina para la ingestión de nicotina). La categoría psicológica incluida.
medición de variables afectivas, cognitivas y conductuales. El social
La categoría incluyó la medición del apoyo social, la satisfacción de las relaciones,
y tamaño de la red social. Las variables macro involucraron la representación o medición
de al menos cuatro de los siguientes: edad, género, etnia, ingresos,
y educación. Los dos codificadores no estuvieron de acuerdo en sólo el 5% de los juicios;
Los desacuerdos se resolvieron mediante discusión.
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122 SULS Y ROTHMAN
diferentes subsistemas. Este énfasis fue articulado convincentemente por
Gary Schwartz en 1982:
En la medida en que el enfoque biopsicosocial sea más eficaz
Estimula teorías y diseños de investigación comunes , facilita el pensamiento
y la investigación interdisciplinarios y fomenta una mayor síntesis.
entre numerosas variables, tiene el potencial de establecer una relación más
enfoque eficaz, multicausal y multiefecto de la salud y la enfermedad. (pag.
1049)
Utilizando la promoción de la salud como ejemplo, la naturaleza anidada de
Preguntas sobre las fuerzas de los subsistemas psicológicos, sociales y biológicos.
sobre la viabilidad de estrategias simples como “balas mágicas” para
cambio y mantenimiento del cambio de comportamiento (McKinlay, 1993; para
una revisión, véase Orleans, 2000). Aunque algunas intervenciones pueden
provocan tasas impresionantes de cambios iniciales en el comportamiento, tasas de
el mantenimiento a largo plazo ha sido menos sustancial (por ejemplo, Kuma­nyika et
al., 2000; Ockene et al., 2000). Una razón puede ser que el
Los factores que permiten a las personas adoptar un nuevo patrón de comportamiento necesitan
no serán los mismos que sostengan ese comportamiento en el tiempo (Roth­man,
2000). Valoración de lo biológico, social y psicológico.
Los aportes de diferentes niveles fomentan el reconocimiento de que el cese y el
mantenimiento son el resultado de diferentes procesos y
variables en combinación que se desarrollan en el tiempo (Anderson, 1998;
Leventhal et al., 2001; Prochaska y DiClemente, 1983).
Creemos que es esencial captar la complejidad de la cascada.
de procesos que contribuyen a la etiología de la enfermedad; prevención y
tratamiento; y el desarrollo de una orientación multisistémica, multinivel y multivariante.
Esta perspectiva lleva al reconocimiento de que
múltiples sistemas contribuyen a la etiología y progresión de
enfermedad. Un buen ejemplo de ello sería el reciente reconocimiento de que
Los procesos inflamatorios desempeñan un papel importante en la aterosclerosis.
(Black & Garbutt, 2002; Ross, 1999) como factores autonómicos y hemodinámicos
(Matthews et al., 1986). Sin embargo, los vínculos deben ser
hechos no sólo dentro sino también a través de niveles de análisis y sistemas. Por
ejemplo, la exposición y valoración del estrés pueden variar según
función de la personalidad (psicología individual), socialización (psicológica y social) y
factores culturales y socioeconómicos.
Además, si múltiples influencias afectan al organismo, entonces
Se requieren enfoques estadísticos multivariados para modelar estos
influye adecuadamente. Hay señales alentadoras de una mayor
apreciación del sistema múltiple, multinivel y multivariado
naturaleza de las preguntas para la investigación, la promoción y el tratamiento de la
salud, pero este campo tiene un camino considerable por recorrer. Como lo hará el lector
Tenga en cuenta que varios de los problemas que se describen a continuación están relacionados con la
cuestión de qué tan bien los psicólogos de la salud pueden sostener los múltiples
visión sistémica, multinivel y multivariada (“3 M”).
En segundo lugar, los psicólogos de la salud deben reconocer que es relevante
Los constructos pueden cumplir múltiples funciones dentro de un modelo teórico. Para
Por ejemplo, las agencias de financiación han alentado encarecidamente a los investigadores
tener en cuenta la cultura y el origen étnico a efectos de generalización.
Sin embargo, es probable que la diversidad y la cultura tengan influencias muy amplias.
que cruzan niveles de análisis (Eisler & Hersen, 2000; Johnson et al.,
1995). Si grupos particulares tienen experiencias distintivas (por ejemplo, tipos
de factores estresantes), luego simplemente ajustando por etnia estadísticamente y
Tratar los factores estresantes como si “una talla sirviera para todos” probablemente produzca una
imagen engañosa porque la diversidad también puede estar asociada con
diferentes estilos de afrontamiento, recursos económicos y exposición a enfermedades.
Ha habido avances notables en la obtención de representantes
muestras con respecto al género y la etnia en los últimos años, pero una
una ampliación integral requiere un esfuerzo sostenido. Además,
Se necesitan modelos teóricos para ayudar a determinar si los factores
sociodemográficos, como la raza o el origen étnico, serán importantes para
determinados resultados de salud. Los esfuerzos de los psicólogos de la salud
serían más productivos y más eficientes si estuvieran basados en
predicciones basadas en teoría sobre cuándo y por qué una intervención
Operan de manera diferente cuando se dirigen a un grupo social específico.
(p. ej., latinos) o en un entorno específico (p. ej., iglesias).
En tercer lugar, si los fundamentos de la salud y la enfermedad y de la prevención y
El tratamiento implica sistemas complejos que interactúan y luego conjuntos de datos enriquecidos.
son requeridos. Esto significa recolectar información que evalúe la
organismo en todos los niveles pertinentes y, cuando proceda, el seguimiento
fenómenos a lo largo del tiempo, un desafío no menor. También significa que
Los investigadores, profesionales y formuladores de políticas deberían ser más
receptivos a los datos fisiológicos, autoinformados y sociológicos. Afortunadamente,
diferentes segmentos de la psicología de la salud hacen uso de
estos recursos, pero sigue siendo raro encontrar todos estos indicadores en
el mismo estudio.
En cuarto lugar, una receta muy difícil es no dejar que la necesidad de
La precisión o explicación impiden el crecimiento de datos potencialmente importantes.
resultados. Los cánones del método científico requieren una cuidadosa
operacionalizaciones y el método experimental. Uno (a veces)
Una consecuencia indeseable de que la psicología adopte las ciencias físicas como
modelo son los intentos prematuros de probar hipótesis y
explicación. La prueba de hipótesis es apropiada para casos bien desarrollados.
teorías y fenómenos documentados, pero primero es necesario que haya una
Fenómeno (o resultado efectivo del tratamiento) que vale la pena explicar.
(Rozín, 2001). Muchas áreas de la psicología de la salud permanecen en una etapa
donde el descubrimiento necesita más reconocimiento que explicación. Además, el
resultado fortuito de la intervención, aunque careciera de una
razón teórica sólida, puede ser un objeto digno de estudio. Se necesitan mentes
preparadas para sacar provecho de hallazgos fortuitos y
Para estar preparados, los individuos deben conocer y apreciar la interacción de los
factores biológicos, psicológicos y sociales.
factores.
En quinto y último lugar, existe una necesidad general de mejorar la traducción.
de la investigación a la práctica y la política y de la política y la práctica
a la investigación (por ejemplo, Keefe, Buffington, Studts y Rumble, 2002).
A menudo, hallazgos de investigación importantes con implicaciones para la práctica.
permanecen en la literatura y no se implementan. Por el mismo
Simbólicamente, los investigadores a menudo no saben cómo han funcionado sus
resultados y recomendaciones en la práctica real y, como consecuencia,
no puede medir la generalización de los resultados o la cobertura del
teoría. Los formuladores de políticas no sólo deben apreciar y sopesar las
implicaciones de los modelos teóricos para sus decisiones, sino también
Informar a la comunidad investigadora cuando surjan cuestiones políticas que
las teorías disponibles no pueden abordar. Estos problemas probablemente
Se aplican menos a la psicología de la salud que a subdisciplinas académicas más
convencionales, pero aún existen lagunas. Es necesario desarrollar medios mediante
los cuales investigadores, profesionales y formuladores de políticas puedan conversar
más fácilmente.
Recomendaciones
Ofrecemos varias recomendaciones para iniciativas que involucran investigación,
capacitación, práctica y políticas que creemos ayudarán a
hacer avanzar la disciplina con respecto a las cinco áreas identificadas como
necesitadas de crecimiento.
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SECCIÓN ESPECIAL: EVOLUCIÓN DEL MODELO BIOPSICOSOCIAL
Investigación
Debido a que los comportamientos y los resultados de salud representan el resultado de
procesos biológicos, psicológicos y sociales que interactúan, los investigadores deben
incorporar tales variables en su investigación y apreciar que las influencias recíprocas, los
circuitos de retroalimentación y las variables correlacionadas son la regla y no la excepción.
En resumen, los psicólogos de la salud necesitan diseñar investigaciones que abarquen, en
lugar de rehuir, la complejidad de los fenómenos de interés.
Para ello, las metodologías utilizadas deben permitir pruebas de hipótesis adecuadas. Por
ejemplo, deberíamos resistirnos a depender de diseños transversales para evaluar modelos
de cómo se desarrollan los fenómenos a lo largo del tiempo. Por supuesto, no se debe esperar
que un solo estudio logre todo esto, pero los investigadores deben pensar en estas cuestiones
al formular su investigación.
Esto también significa, cuando sea posible, utilizar múltiples indicadores para obtener
datos de múltiples sistemas. Los problemas asociados con los autoinformes globales han sido
ampliamente demostrados (Stone et al., 2000), pero afortunadamente, la reciente revolución
en el monitoreo ambulatorio y la evaluación in situ, entre otras tecnologías, ofrece algunas
soluciones (Schiffman & Stone, 1998). ). Estas técnicas ofrecen oportunidades para captar
más plenamente las complejidades inherentes de los sistemas que más nos preocupan a
nosotros, como psicólogos de la salud. Sin embargo, a medida que estas técnicas se vuelven
más sofisticadas, aumenta la necesidad y la expansión de equipos transdisciplinarios porque
ningún investigador puede dominar todos estos dominios. Usamos el término transdisciplinario,
en lugar de transdisciplinario, para referirnos a esfuerzos que hacen más que simplemente
cruzar líneas disciplinarias, sino que crean nuevas disciplinas. El desarrollo del campo de la
psiconeuroinmunología es un excelente ejemplo de un campo que se desarrolla a partir de
una actividad transdisciplinaria (Ader y Cohen, 1975; Kiecolt­Glaser y Glaser, 2002).
Con el continuo crecimiento de las aplicaciones de la psicología de la salud, es importante
no perder de vista el hecho de que los modelos teóricos se basan en una base de principios
identificados por programas de investigación que se sitúan principalmente en el laboratorio
más que en el campo (Schneiderman , 1987). Se debe seguir reconociendo y afirmando la
interdependencia entre la ciencia básica y la aplicada. Con este fin, cuando los investigadores
deciden centrarse en una clase particular de variables, deben reconocer que están “cortando
el pastel” en porciones. Al reconocer explícitamente las limitaciones de su propio trabajo, los
futuros investigadores podrán identificar mejor las áreas que necesitan extensión.
Capacitación
De acuerdo con las recomendaciones de la Conferencia Nacional de Trabajo sobre
Educación y Capacitación en Psicología de la Salud (1983), el trabajo de curso en áreas
sustantivas, el diseño de investigación y el análisis de datos son componentes importantes
de la formación doctoral en psicología de la salud. Sin embargo, este plan de estudios sólo
puede crear una apreciación parcial de la interacción cambiante de las diferentes fuerzas que
dan forma a la salud y la enfermedad. La práctica de psicología de la salud, incluidas
experiencias supervisadas (no simplemente horas de contacto) en entornos médicos o
comunitarios, también debe ofrecerse para brindar experiencia de primera mano con los
pacientes, las operaciones y políticas de los entornos médicos y el contacto con médicos y
otros profesionales de la salud. profesionales. Parecería que las experiencias de práctica
clínica especialmente orientadas a la psicología de la salud siguen siendo escasas. sin en
123
Al entrenar en vivo, el aspirante a psicólogo de la salud carecerá de información vital sobre
los detalles específicos de la enfermedad, experiencia en colaboración y comunicación con
profesionales médicos y pacientes, y conocimiento de las realidades prácticas de la realización
de investigaciones o intervenciones en entornos aplicados. Por supuesto, el contexto
específico de estas experiencias prácticas dependerá de las necesidades de los alumnos.
Para los estudiantes que se centran en la prevención (por ejemplo, el uso de drogas
recreativas y las relaciones sexuales sin protección), la experiencia práctica podría significar
realizar trabajo de campo en vecindarios con antropólogos sociales o trabajadores sociales.
El punto es que los planes de estudio especiales que brinden experiencia práctica en
psicología de la salud deben ser una prioridad de primer orden para todos los programas de
posgrado.
Los psicólogos de la salud a menudo colaboran con una amplia gama de personas dentro
de su campo (p. ej., psicólogos clínicos, psicólogos sociales, psicofisiólogos), así como con
profesionales de otros campos (p. ej., médicos, enfermeras, profesionales de la salud afines,
estadísticos). Gestionar una colaboración intra o interdisciplinaria exitosa está plagado de
desafíos. Por ejemplo, el proceso mediante el cual uno contacta y forma una relación de
colaboración implica la adquisición de habilidades para facilitar la interacción y evitar batallas
territoriales. Sólo unos pocos programas predoctorales o postdoctorales existentes brindan la
capacitación necesaria para facilitar el desarrollo de colaboraciones saludables y productivas.
Se debería desarrollar como tema curricular cómo hacer contactos y comunicar lo que el
psicólogo de la salud puede ofrecer a los profesionales de la salud como algo distintivo.
Además, es importante definir cómo se pueden negociar apropiadamente el crédito y la
financiación en equipos interdisciplinarios donde las recompensas de la investigación y el
tratamiento difieren para las distintas partes.
También deberían hacerse algunos comentarios sobre el apoyo financiero a la formación.
En 1999, el Centro para el Avance de la Salud publicó Cultivating Capacidad (1999), un
informe sobre el nivel de apoyo proporcionado por los NIH para la formación en investigación
en ciencias sociales y del comportamiento relacionadas con la salud. Sólo 64 millones de
dólares, o el 9,7% de todo el gasto en formación de los NIH, se dedicaron a la formación en
ciencias sociales y del comportamiento. Afortunadamente, la mayoría de los institutos NIH
muestran interés en aumentar el número de solicitantes en esta área, pero este no es el caso
de todos los institutos NIH. A la luz de la evidencia documentada sobre el papel de los
factores sociales y conductuales en la aparición, progresión y tratamiento de muchas
enfermedades, creemos que se necesita una fuerza ampliada de científicos sociales y
conductuales centrados en la salud.
El apoyo adicional para los costes de formación debería ser una prioridad importante.
Por último, en lo que respecta a la formación, parece esencial el desarrollo de
oportunidades de educación continua, como institutos de verano que proporcionen a los
investigadores pre y postdoctorales información sobre los nuevos avances en medicina,
biología y psicología.
Esto es especialmente importante si los psicólogos de la salud quieren "abrazar la complejidad".
Política y financiación
En muchos entornos, la complejidad se considera un vicio. Sin embargo, el modelo
biopsicosocial exige que la complejidad sea vista como una virtud, aunque sea desafiante.
Las agencias de financiación y los paneles de revisión prefieren metodologías impecables y
muestras sencillas.
La apreciación de que las nuevas áreas problemáticas inevitablemente son confusas necesita
un mayor reconocimiento por parte de los paneles de revisión y los formuladores de políticas.
Algunas instituciones otorgantes tienen programas especiales específicamente dirigidos a
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obtener direcciones innovadoras y de alto riesgo, especialmente por parte de
investigadores jóvenes. Es necesario fomentar este tipo de iniciativas.
Los formuladores de políticas también deberían reconocer que la ciencia y la
práctica de la psicología de la salud son una empresa en evolución y, para ese fin, se
debe dedicar más atención al desarrollo profesional tanto a nivel predoctoral como
posdoctoral. No se puede suponer que la exposición a los avances más recientes en
ciencia médica, tecnología y atención de la salud se realice en el tiempo libre del
psicólogo de la salud.
El desarrollo de planes de estudio transdisciplinarios especiales y experiencias
prácticas necesita apoyo financiero. Además, los formuladores de políticas deberían
crear formas de educar a otras disciplinas sobre lo que la psicología de la salud puede
aportar.
Finalmente, el modelo biopsicosocial obliga a reconocer que la colaboración
transdisciplinaria es la condición sine qua non de la psicología de la salud.
Los administradores deberían recompensar la colaboración en lugar de castigarla.
El modelo tradicional en entornos académicos es el “modelo del llanero solitario”, en
el que el investigador individual abre nuevos territorios.
(Este es menos el caso en las facultades de medicina y en las escuelas de salud
pública.) En psicología de la salud, los llaneros solitarios parecen fracasar con
seguridad porque la colaboración entre psicólogos y otros profesionales de la salud
es esencial para la empresa. Los administradores deberán ajustar sus procedimientos
de evaluación para reconocer que múltiples investigadores y crédito compartido son
la regla en psicología de la salud, no la excepción.
Práctica
Con demasiada frecuencia, los hallazgos y las implicaciones de la investigación
básica no llegan a la práctica y la intervención clínicas. Esto puede ser tanto culpa de
los investigadores como de los médicos. En interés de
Al crear diseños ajustados y medidas precisas, los investigadores pueden crear
manipulaciones y medidas que están muy por debajo de lo que es práctico e
implementable en clínicas o en campañas de promoción de la salud.
Este problema se evita potencialmente cuando el investigador también es médico. Sin
embargo, en ciertos tipos de investigación básica, este no será el caso. En tales
casos, una estrategia deseable sería involucrar a médicos experimentados al inicio de
la investigación y en algo más que un papel de consultor.
Tenemos la impresión de que muchos hallazgos de la investigación básica y
aplicada no llegan a los médicos que podrían utilizarlos. Esto no es demasiado
sorprendente, ya que los avances a menudo se basan en investigaciones científicas
básicas que no estaban destinadas a tener aplicaciones clínicas (Miller, 1987). Es
necesario encontrar formas de traducir los hallazgos de las investigaciones en las
revistas en implicaciones y recomendaciones para los profesionales en entornos
profesionales. Una posible estrategia es solicitar artículos especiales que sinteticen
los resultados de la investigación. El reciente énfasis en las revisiones de tratamientos
basados en evidencia (adoptadas por Annals of Behavioral Medicine and Health
Psychology) representa una vía. Sin embargo, es bien sabido que los profesionales
tienen muchas demandas de tiempo que les impiden mantenerse al día con los últimos
avances en investigación. Se deben encontrar rutas alternativas para distribuir los
resultados de la investigación a los profesionales. Igualmente importante es encontrar
formas de comunicar a los investigadores los éxitos y fracasos de las iniciativas
lideradas por profesionales. De hecho, la implementación de paradigmas de tratamiento
en entornos profesionales a menudo ofrece una oportunidad única para examinar el
efecto de la intervención en poblaciones, modos de presentación y problemas de
salud. En general, es necesario encontrar estrategias para aumentar la comunicación
entre ambos lados.
entre investigadores y profesionales. Quizás Internet proporcione una vía para
fomentar este tipo de comunicación.
La prueba definitiva del modelo biopsicosocial en la práctica clínica es si conduce
a mejores resultados de salud que el modelo biomédico tradicional. Como señaló
Schwartz (1982), el modelo biopsicosocial afirma que un diagnóstico médico que
considere la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales debería
conducir a un mejor diagnóstico y mejores predicciones sobre el tratamiento y el
seguimiento. Otra premisa es que las intervenciones que involucran elementos
biológicos, psicológicos y sociales deberían funcionar mejor que los tratamientos
basados en una sola clase de variables.
Ambas premisas son susceptibles de prueba empírica. Se han acumulado
investigaciones relevantes en las dos décadas desde que Schwartz articuló estos
desafíos; sin embargo, el campo está lejos de presentar evidencia definitiva. (Ver
Kaplan & Groessl, 2002, para una discusión relacionada sobre la rentabilidad de los
servicios de medicina conductual.)
Conclusión
En este artículo describimos algunos de los avances logrados en psicología de la
salud y con el modelo biopsicosocial. Sin embargo, todo el potencial de la perspectiva
biopsicosocial y, en particular, la capacidad de hacer avanzar la teoría y la práctica
mediante su uso siguen sin explotar. El éxito continuo en psicología de la salud
depende de un fuerte compromiso con el modelo biopsicosocial y sus implicaciones.
Esto significa énfasis en la colaboración transdisciplinaria; esforzarse por lograr
desarrollos teóricos y de investigación que cultiven la naturaleza multinivel,
multisistémica y multivariada de los procesos de salud; y el desarrollo de planes de
estudios y políticas de financiación para la próxima generación de investigadores y
profesionales que reconozcan la complejidad de la empresa.
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