74 Psicoanálisis relacional y psicoterapia individual sistémica
se ha formado en un modelo de psicoterapia psicoanalítica de corte más social o
humanista (por ejemplo, en las líneas de pensamiento de Fromm o de Ferenczi), se hará más factible este acercamiento. Por el contrario, será más complejo y dificul- toso si el terapeuta se hubiera formado en un modelo más cercano al psicoanálisis ortodoxo o a las corrientes del psicoanálisis kleiniano o lacaniano. De igual forma, en el enfoque sistémico, influye el apego o cercanía del profesional a determinadas escuelas, en detrimento de otras corrientes dentro del mismo marco. Por ejemplo, la preferencia por las tesis transgeneracionales o por los enfoques narrativos, ayudan a realizar más fácilmente una integración con el modelo psicoanalítico. Sin embargo, en el caso de que el profesional se defina defensor de los enfoques estratégicos de la terapia familiar, verá obstaculizado este proceso por las mayores diferencias que se mantienen en sus fundamentos. Es la aparición de los presupuestos de la segunda cibernética, lo que comienza a dar un sentido adecuado y un marco comprensivo común, a este camino de con- fluencia que se venía implementando por muchos profesionales de la psicoterapia en los últimos años. Con el tiempo necesario de trabajo llegan a atenuarse las difi- cultades o incomodidades iniciales que se originaron ante la presencia simultánea de abordajes diferentes. Se puede señalar también cómo han evolucionado los enfoques a través del tiempo y cómo se han flexibilizado respecto a los planteamientos de las corrientes oficiales. Concretamente, son las aportaciones del psicoanálisis relacional (a través de autores como Mitchell, Greenberg, Fosshage o Wachtel) –nacidas en la tradi- ción psicoanalítica inaugurada por Ferenczi o Adler en los primeros tiempos, y su desarrollo posterior en el Reino Unido (Winnicott, Fairbairn, Balint o Kohut) y en los EEUU (Thompson, Sullivan, Horney o Fromm)–, las que han generado todo un marco comprensivo común que, a pesar de las diferencias, permite un adopción conceptual y pragmática integradora respecto a los enfoques sistémicos. El trabajo en psicoterapia individual desde un enfoque sistémico (De Pablo, 2018), ha permitido profundizar e incorporar las visiones de terapeutas familia- res de la talla de Boscolo y Bertrando (1996), Canevaro et al. (2008), Canevaro (2010), Selvini (2000 y 2007) o Cancrini y La Rosa (1991), junto con los trabajos de aquellos otros terapeutas que se han destacado por incorporar las narrativas en el proceso terapéutico (Pakman, White, Epston, Andersen, Anderson, Goolishian o Sluzki, ente otros). El proceso natural de evolución conceptual que se ha producido en el modelo sistémico puede verse excelentemente reflejado en las reflexiones de Mara Selvini-Palazzoli, recogidas en el libro Crónica de una investigación (Sel- vini, 1990), fruto de la experiencia clínica e investigadora de toda su vida, donde destaca finalmente la importancia de retomar lo individual y lo intrapsíquico en la intervención clínica sistémica, así como de la necesidad de flexibilizar muchos de los presupuestos de los encuadres originales. En una entrevista de 1996, manifiesta: Para expresarlo en forma simple, pienso que al modelo psicoanalítico le faltan los brazos y al sistémico las piernas. Puesto que el modelo sistémi-