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El narcotráfico es un problema global que afecta a todo el mundo y del cual los niños no

son ajenos a esto y menos en nuestro país. Menores de edad que son reclutados por
organizaciones criminales para realizar una variedad de funciones relacionadas con el delito
de tráfico de drogas, como es el de cumplir funciones halcones (como lo indica el video),
hasta tareas más peligrosas, como el transporte, secuestro, producción de drogas e incluso
el sicariato.

“La teoría criminológica moderna se encuentra orientada a pensar que los individuos se
desarrollan y forjan sus identidades a partir de una mirada de factores sociales y
ambientales en el tiempo, y que serían las condiciones de algunos de estos factores los que
hacen más probable que una persona comience a desarrollar una trayectoria delictiva o cese
en el delito” (Jóvenes infractores de ley y pandillas en Chile: perfiles, trayectorias y
necesidades de intervención. Universidad Central de Chile).
En base a lo señalado, se puede indicar que son varios los factores criminológicos que
contribuyen a la participación de los niños en el tráfico de drogas como es la falta de
accesos a la educación, programas de apoyo social y comunitario en zonas de menores
recursos, que hacen que los niños sean más vulnerables a caer en estas organizaciones
criminales. Además de la clara influencia familiar quienes muchas veces lo ven como una
forma de salir de la pobreza o solamente seguir la línea en la cual se desempeña su núcleo
familiar.

Puedo indicar que en Chile las organizaciones criminales desde hace un tiempo a la fecha
han utilizado menores en el narcotráfico, aunque en los últimos años han cobrado mayor
relevancia, no como en otros países específicamente México, donde los carteles durante
décadas se han aprovechado de las vulnerabilidades de los niños para reclutarlos. Menores
que en su mayoría provienen de la extrema pobreza, falta de oportunidades y familias mal
constituidas, lo que claramente los hace más vulnerables a caer y aceptar las condiciones de
este mundo delictual.

Para abordar el problema de menores de edad integrantes de organizaciones de tráfico de


drogas en Chile y de acuerdo a la realidad actual, es necesario utilizar un enfoque integral
que combine medidas preventivas, represivas y rehabilitadoras. En primer lugar, se debe
promover el acceso igualitario a la educación en las zonas más vulnerables, brindando a los
niños alternativas reales y atractivas para su desarrollo personal y profesional. Además, es
importante fortalecer la cooperación entre las autoridades públicas y las organizaciones
privadas para identificar y desmantelar las redes de tráfico de drogas que utilizan o
involucran a niños.
Asimismo, se deben implementar programas de reinserción y rehabilitación social para los
niños rescatados de las actividades del narcotráfico. Estos programas deben tener un
enfoque multidisciplinario que aborde la salud mental, educación, vivienda y empleo,
obviamente alejándolo del entorno social o familiar que facilitó el ingreso del menor a este
tipo de ambiente delictual.

El trabajo infantil en el tráfico de drogas es un fenómeno criminológico complejo y


alarmante que afecta a millones de niños en todo el mundo. Para abordar este problema, es
necesario adoptar un enfoque integral que aborde las causas subyacentes y sus
consecuencias tanto para los niños involucrados como para la sociedad en general. Solo a
través de la cooperación coordinada entre autoridades, organizaciones de la sociedad civil y
la sociedad en su conjunto, será posible proteger a los niños y brindarles las oportunidades
que merecen para un futuro mejor.

“Las consecuencias del trabajo infantil en el narcotráfico afectan no solo a los niños
involucrados, sino a la sociedad en su conjunto. Primero, estos niños están expuestos a todo
tipo de violencia y abuso, tanto físico como psicológico, lo que puede tener un efecto
perjudicial en su desarrollo y bienestar emocional”. (Trabajo preparado para su
presentación en el X Congreso Latinoamericano de Ciencia Política (ALACIP), organizado
conjuntamente por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política, la Asociación
Mexicana de Ciencia Política y el Tecnológico de Monterrey, 31 de julio, 1, 2 y 3 de agosto
2019).

En base a lo antes señalado, los niños que trabajan para el narcotráfico tienden a hacerlo
principalmente por razones económicas y sociales. A menudo se sienten atraídos por la
oportunidad de ganar dinero rápido y fácil, ya que sus orígenes socioeconómicos suelen ser
precarios y no tienen acceso a la educación ni a oportunidades de empleo. También pueden
estar expuestos a un entorno donde el tráfico de drogas es una actividad común y aceptada,
lo que puede normalizar su participación en estas organizaciones criminales. Sin embargo,
existen varios factores de riesgo que influyen en la participación de los niños en el tráfico
de drogas. La pobreza, la falta de acceso a una educación de calidad, la violencia en sus
comunidades y la presión social son algunos de los principales factores. Además, la falta de
oportunidades y la desigualdad social pueden llevar a que el narcotráfico sea visto como
una opción viable para mejorar su situación económica.

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