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Ansiedad

“Tú no eres la voz que suena en tu mente, eres la persona que la escucha así que
tú tienes el control” buenas tardes, compañeros, docente, mi nombre es Daniel
Orlando Bazaldúa Gaona y hoy vengo aquí hablarles de la ansiedad.
Todos pasamos por diversas situaciones que ponen a prueba nuestra capacidad
de ser fuertes mentalmente ante muchas adversidades, todos hemos pasado por
lo menos una situación en que los nervios se apoderan de nuestro cuerpo, una
extraña sensación de inquietud apoderándose de nuestros pies hasta nuestra
cabeza.
El día de hoy no quiero ser uno más que se para ante ustedes para contarles
cómo es que mi vida y como he logrado triunfar ante esta situación. Por qué si
bien no he logrado vencerla, no es algo que se pueda erradicar, más si quiero
hablarles cómo es que he podido llevar mi proceso hasta hoy.
No manifesté los primeros síntomas hasta que cumplí mis 18 años, cuando biches
de insomnio me arrebataron mis energías, mis pensamientos sobre temas del
futuro llenaron de pavor mi mente, donde comentarios sin importancia tomaban un
significado enorme.
¿Cuántos o cuantas de nosotros no nos hemos sentido así alguna vez? Cada
persona vive una situación distinta que le ocasiona ansiedad y la lleva de diferente
manera, yo puedo decirles que en lo particular podría ser considerado como una
persona que tiene todo para ser feliz y estable. Mas sin embargo a veces el tener
los recursos y las personas cerca no nos garantiza inmunidad ante este
sentimiento.
“Tienes que aprender a controlar tu mente, si no tu mente te controlará a ti” frase
que alguna vez hemos escuchado, jamás creí vivirla, pero es correcto conforme
pasaron los años me di cuenta de que entre más tiempo pasaba pensando y
dando vuelta en mi cabeza a todas las situaciones que me inquietaban, el
sentimiento no solo no desaparecía se hacía más grande y consumía cada parte
de mí.
Puedes tratar evadir o fingir que es solo algo qué pasa un momento y ya, mucho
tiempo lo vi así, creía que funcionaba hasta qué partes de mi vida cotidiana
empezaron a verse afectadas, realmente ignorar o ver cómo algo normal lo que
me pasaba no estaba funcionando.
Fueron procesos largos, superé ese miedo que tenía de abrirme ante lo que me
pasaba, comencé a hablarlo y contarlo como si fuera un partido de fútbol que
hubiera visto o el capituló nuevo de alguna serie que me apasionara y me di
cuenta de la importancia de hablar y no callar.
Traté de callar mis emociones y me comenzaron a consumir, me apena aun
hacerlo, como lo dije no he vencido ni creo vencer esto, solo he aprendido a vivir
de la mejor manera y saber controlarlo y no ser controlado.

Compañeros sin más por el momento me despido de ustedes con esta frase“El ser
humano es tan extraño que, necesita de malas experiencias para aprender a
amarse” – Iván Medina. Haciendo referencia a que a veces son los momentos
difíciles los que hacen darnos cuenta realmente de lo que valemos y de lo capaces
que somos de enfrentar las obstáculos del la vida.a

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