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Derecho Penal. Parte Especial. Serrano Tarraga 2pp
Derecho Penal. Parte Especial. Serrano Tarraga 2pp
DERECHO PENAL
PARTE ESPECIAL
ra
Lectu
nube
en la
Mª Dolores Serrano Tárraga
(Coordinadora)
manuales
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Valencia, 2023
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1. Lesiones............................................................................................................. 813
1.1. Tipo básico................................................................................................. 813
1.2 Supuesto atenuado..................................................................................... 813
1.3. Lesiones que no requieren tratamiento veterinario y maltrato grave
sin causar lesión................................................................................................ 814
2. Muerte................................................................................................................ 814
2.1 Tipo básico.................................................................................................. 814
2.2. Supuesto atenuado.................................................................................... 815
2.3. Supuestos agravados.................................................................................. 815
3.Abandono de animales...................................................................................... 816
Ejercicios de autoevaluación..................................................................................... 819
Por tanto, el sujeto pasivo en los delitos estudiados en este capítulo gira en torno a la figura del
trabajador y las personas extranjeras. El sujeto activo será generalmente el empresario o figura
equivalente, aunque en determinados tipos penales puede ser cualquier persona.
1. INTRODUCCIÓN
El CP en su Título XV, bajo la rúbrica «De los delitos contra los derechos de
los trabajadores», aglutina una yuxtaposición amalgamada de delitos donde
el bien jurídico protegido nuclear es el derecho de los trabajadores nacido de la
relación laboral (TERRADILLOS BASOCO; VÁZQUEZ GONZALEZ).
Estamos ante tipos penales en blanco que, en consecuencia, han de ser
complementados e interpretados en virtud de la normativa administrativa
en materia laboral. La norma de referencia básica es el Estatuto de los Traba-
jadores (Tol 5.512.468) -en adelante ET-, aunque existen otras disposiciones
legales que, en función del tipo penal en cuestión, son igualmente apli-
726 Marco Teijón Alcalá
2. CONDICIONES LABORALES O DE
SEGURIDAD SOCIAL ILEGALES
2.1. Tipo básico
2.1.1. Imposición mediante engaño o abuso de situación de necesidad
Una primera modalidad típica la encontramos en el art. 311.1º CP, que
castiga con penas de prisión de seis meses a seis años y multa de seis a doce
meses a los que «mediante engaño o abuso de situación de necesidad, impongan a
los trabajadores a su servicio condiciones laborales o de Seguridad Social que perju-
diquen, supriman o restrinjan los derechos que tengan reconocidos por disposiciones
legales, convenios colectivos o contrato individual».
1
Podemos incluir aquí, entre otros, el RDL 3/2015, de 23 de octubre, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley de Empleo (Tol 5.512.600), el RDL 8/2015,
de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de
la Seguridad Social (Tol 5.535.003), el RDL 5/2000, de 4 de agosto, por el que se
aprueba el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social
(Tol 176.110), en adelante LISO, la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención
de Riesgos Laborales, en adelante LPRL, (Tol 175.018), o, en el ámbito público, el
RDL 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley
del Estatuto Básico del Empleado Público (Tol 5.534.474), en adelante EBEP.
2
Según la primera, el término trabajador se limita a las personas que «voluntariamente
presten sus servicios retribuidos por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y direc-
ción de otra persona» (art. 1.1 ET). Según la segunda, el término abarca a cualquier
persona capacitada para llevar a cabo una actividad laboral en la que exista una
relación de dependencia y subordinación con respecto al empresario, con inde-
pendencia de que dicha actividad legal sea retribuida, voluntaria o reconocida por
empresario y/o trabajador (CAMARERO GONZÁLEZ).
LECCIÓN 21. DELITOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES... 727
sidad», por su parte, alude a los supuestos en los que el empresario obtiene
una ventaja ilegítima de una situación de necesidad particularmente inten-
sa y relevante del trabajador, que utiliza en su perjuicio y que va más allá de
la necesidad común de un desempleado que demanda trabajo (VÁZQUEZ
GONZALEZ). El TS tiene declarado que «el abuso de estado de necesidad debe
tener más consistencia que la derivada de la ínsita situación de desigualdad que
existe en el mercado laboral entre empleadores y trabajadores». Es decir, debe exis-
tir «un plus diferente a la mera desigualdad intrínseca que existe en las relaciones
laborales» [STS 247/2017, de 5 de abril (Tol 6.033.384)].
Ahora bien, si el trabajador acepta libremente tales condiciones, la
conducta será atípica (MUÑOZ CONDE). Es decir, que si no hay engaño
ni abuso de situación de necesidad, o el trabajador capta que está siendo
engañado, o que el empresario se está aprovechando de su situación de
necesidad, y aun así, acepta o consiente tales condiciones, no habrá delito
(VÁZQUEZ GONZALEZ).
Delito doloso. La necesaria concurrencia de engaño o abuso de situa-
ción de necesidad como elementos subjetivos del tipo cierra la posibilidad
al dolo eventual (VÁZQUEZ GONZALEZ).
Ejemplo: este tipo ha sido aplicado en un supuesto en el que un grupo de
mujeres realizaban actividades en una zona de bares de «alterne», distinta a
la prostitución, con intensos rasgos de laboralidad, marco horario prefijado,
previsión del régimen retributivo por número y tipo de consumición servida
y normas de vestuario fijadas por los gestores del establecimiento, sin es-
tar dadas de alta en la Seguridad Social [STS 34/2023, de 25 de enero (Tol
9.389.383)].
3
Este precepto fue introducido por la LO 1/2015, de 30 de marzo (Tol 4.788.288).
Responde a la trasposición de la Directiva 2009/52/CE, del Parlamento Europeo
y del Consejo de 18 de junio de 2009, por la que se establecen normas mínimas
sobre las sanciones y medidas aplicables a los empleadores de nacionales de terceros
países en situación irregular (Tol 1.563.197).
732 Marco Teijón Alcalá
teral del art. 311 bis CP, en el primer caso es necesario que se dé empleo a
más de un ciudadano extranjero, mientras que en el segundo es suficiente
con que se contrate a un único menor edad4. Además, cuando se trata de
ciudadanos extranjeros es necesario que la contratación tenga lugar «de
forma reiterada», mientras que si es un menor es suficiente con un solo acto
de contratación (MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ). La reiteración que exige el
primer apartado debe entenderse como equivalente a habitualidad, ya que
lo que se castiga en estos supuestos no es uno o varios actos esporádicos,
sino una forma habitual de operar que se ha convertido en política de em-
presa (FARALDO CABANA).
Estamos ante un tipo penal que refuerza el castigo para supuestos de
incumplimiento de un deber normativo que ya cuentan con su correspon-
diente sanción administrativa5. Y es que en España, a diferencia de las per-
sonas con nacionalidad española (que gozan automáticamente del dere-
cho al trabajo sin necesidad de obtener ningún permiso), los extranjeros
residentes en España deben obtener un permiso de trabajo para poder ser
4
En la doctrina se discute es si es necesario que ese menor de edad sea igualmente
extranjero. Como punto de partida, es importante tener en cuenta que en España
la normativa laboral no exige que los menores de dieciocho años y mayores de
dieciséis cuenten con permiso de trabajo para poder ser empleados, sino que es
suficiente con el consentimiento de sus padres o tutores, o con la autorización de
la persona o institución que les tenga a su cargo. La contratación de menores de
16 años, por su parte, está prohibida con carácter general, y solo se permite para
actividades relativas a los espectáculos públicos (art. 6.1 ET). Este es entonces el
único supuesto en el que los menores (de 16 años) necesitan autorización de la
autoridad laboral para poder trabajar. Por tanto, según el tenor literal del art.
311 bis b), la contratación de menores solo será típica en estos supuestos. Sin
embargo, existen posturas que sostienen que la normativa europea que se tras-
pone (Directiva 2009/52/CE) se refiere exclusivamente a nacionales de terceros
países en situación irregular, por lo que el sujeto pasivo de este delito debe ser un
menor de edad extranjero (FARALDO CABANA). Sin embargo, lo cierto es que
una interpretación literal del art. 311 bis b) y las exigencias de tipicidad, claridad
y taxatividad que emanan del principio de legalidad (art. 9.3 CE), hacen difícil
sostener la pretensión de que el menor tenga que ser extranjero. Y es que cuando
el CP y la Directiva 2009/52/CE quieren referirse a la condición de extranjería, lo
hacen explícitamente (TERRADILLOS BASOCO).
5
La LISO (Tol 176.110) establece en su art. 37 que «serán consideradas conductas
constitutivas de infracción muy grave las de: 1. Los empresarios que utilicen trabajadores
extranjeros sin haber obtenido con carácter previo el preceptivo permiso de trabajo, o su re-
novación, incurriendo en una infracción por cada uno de los trabajadores extranjeros que
hayan ocupado».
LECCIÓN 21. DELITOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES... 733
6
La SAP de Huelva (Sección 3ª), 134/2004 de 22 mayo (Tol 574.202), define el tráfico
ilegal de mano de obra como «la contratación de trabajadores realizada al margen de la
734 Marco Teijón Alcalá
Dado que en estas conductas pueden ser castigadas tanto por vía admi-
nistrativa como penal, un importante sector de la doctrina y la jurispru-
dencia entiende que el criterio delimitador se sitúa en el ánimo de lucro. Y
es que, aunque el art. 312.1 CP no lo exige expresamente como elemento
subjetivo del tipo, el verbo traficar es sinónimo de comerciar, y este signifi-
ca dedicarse a la compraventa (DRAE). Por lo tanto, este ánimo subjetivo
especifico del lucro en la intermediación delimita ambas formas de puni-
ción a favor de la vía penal, ya que añade un mayor plus de antijuridicidad
(VÁZQUEZ GONZALEZ).
El sujeto activo puede ser cualquiera, aunque generalmente será un em-
presario o empleador. El sujeto pasivo el trabajador con el que se trafica.
Delito de mera actividad que no exige para su perfección que el sujeto
activo logre su objetivo ni que de la contratación se derive un perjuicio
efectivo para el trabajador [(SAP de Badajoz 42/2005, de 16 de diciembre
(Tol 818.605)].
3. Explotación laboral
El art. 312.2 CP in fine castiga con la pena prevista en el apartado ante-
rior a «quienes empleen a súbditos extranjeros sin permiso de trabajo en condiciones
que perjudiquen, supriman o restrinjan los derechos que tuviesen reconocidos por
disposiciones legales, convenios colectivos o contrato individual».
La conducta típica es emplear súbditos extranjeros sin permiso de tra-
bajo. Es necesario que la contratación se lleve a cabo en condiciones que
perjudiquen, supriman o restrinjan los derechos que tuviesen reconocidos
los trabajadores por disposiciones legales, convenios colectivos o contrato
individual. Estamos ante un delito de resultado que se consuma en el momen-
to que se llegan a perjudicar, suprimir o restringir los concretos derechos
736 Marco Teijón Alcalá
7
Con el verbo favorecer se castigan conductas de diferentes personas que general-
mente operan en el ámbito de una organización criminal dedicada a estos fines,
aunque también se castigan las conductas de favorecimiento que se llevan a cabo
de forma independiente.
8
Así lo ha establecido el TS por Acuerdo de la Sala General de fecha 9 de febrero
de 2005 (Tol 2.095.504). Según la STS 1056/2005 de 24 de febrero, el término
«emigración» no ha de limitarse, exclusivamente, a la salida del trabajador desde
España a un tercer país, sino que abarca también la llegada del mismo a nuestro
territorio proveniente de otro lugar (Tol 614.339).
738 Marco Teijón Alcalá
6. DISCRIMINACIÓN LABORAL
El art. 314 CP castiga con prisión de seis meses a dos años o multa de
doce a veinticuatro meses a «quienes produzcan una grave discriminación en el
empleo, público o privado, contra alguna persona por razón de su ideología, religión
o creencias, su situación familiar, su pertenencia a una etnia, raza o nación, su
origen nacional, su sexo, edad, orientación o identidad sexual o de género, razones
de género, de aporofobia o de exclusión social, la enfermedad que padezca o su dis-
capacidad, por ostentar la representación legal o sindical de los trabajadores, por el
parentesco con otros trabajadores de la empresa o por el uso de alguna de las lenguas
oficiales dentro del Estado español, y no restablezcan la situación de igualdad ante
la ley tras requerimiento o sanción administrativa, reparando los daños económicos
que se hayan derivado».
Este tipo penal exige la concurrencia conjunta de dos elementos típicos:
- Producir una grave discriminación en el empleo. La discriminación se puede
producir tanto de forma activa (despedir a un trabajador por las razones
aludidas) como omisiva (no contratar a una persona por tales razones).
Por discriminación «grave» debemos entender aquella que tenga cierta en-
tidad o relevancia. Para determinar la gravedad de la discriminación, la
doctrina utiliza varios criterios interpretativos: i) el nivel de afectación a la
lesión al derecho fundamental a la igualdad, que debe incluir una «nota
de grave lesividad»; ii) la trascendencia de la conducta, que solo alcanza a
las que tengan un «carácter manifiesto, patente o palmario»; iii) la diferencia
entre lo que se considera un trato justo y el trato recibido; iv) el grado de
repugnancia del motivo de la discriminación; v) la clasificación legal que
proporciona la vía administrativa (p. ej., la LISO).
- No restablecer la situación discriminatoria tras requerimiento o sanción ad-
ministrativa. Se discute si el requerimiento, como la sanción, debe ser ad-
ministrativo; o puede adoptar otras formas. Gramaticalmente, dado que
el término administrativo se presenta en singular, se puede sostener que
LECCIÓN 21. DELITOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES... 739
9
El art. 17.1 ET dispone que «se entenderán nulos y sin efecto los preceptos reglamentarios,
las cláusulas de los convenios colectivos, los pactos individuales y las decisiones unilaterales del
empresario que den lugar en el empleo, así como en materia de retribuciones, jornada y demás
condiciones de trabajo, a situaciones de discriminación directa o indirecta desfavorables».
Por otra parte, la LISO (Tol 176.110), en su arts. 8, 9, 10 bis y 16 sanciona como
infracción muy grave diferentes conductas con contenido discriminatorio. En el
ámbito público, los arts. 14. i), 20.2, 41.2 y 53.4 del EBEP (Tol 5.534.474) prevén
cláusulas antidiscriminatorias, especialmente el art. 95 b) que contempla como
infracción muy grave toda actuación que suponga discriminación.
10
La Ley 23/2015, de 21 de julio, Ordenadora del Sistema de Inspección de Trabajo
y Seguridad Social (Tol 5.207.708), en su art. 22, incluye diferentes tipos de reque-
rimientos de la actividad inspectora como acto administrativo necesario previo al
levantamiento de un acta sancionadora.
740 Marco Teijón Alcalá
11
La AP de Sevilla (Sección 1ª), en Auto 353/2016 de 22 de abril (Tol 5.807.334),
indica que «la vía penal es la “última ratio” máxime en esta materia donde el control juris-
diccional del derecho administrativo debe ser lo ordinario y el control penal lo “excepcional”».
12
La LO 5/2021, de 22 de abril (Tol 8.400.523) suprime el apdo. 3 del art. 315 CP,
despenalizando así aquellas conductas propias de los denominados «piquetes in-
formativos». Este precepto castigaba (con prisión de un año y nueve meses hasta
tres años o multa de dieciocho meses a veinticuatro meses) a los que «actuando en
grupo o individualmente, pero de acuerdo con otros, coaccionen a otras personas a iniciar
o continuar una huelga». El Preámbulo de la ley indica que el art. 315.3 CP «debe
desaparecer de nuestro ordenamiento punitivo, toda vez que el genérico delito de coacciones
ya protege de manera adecuada la libertad de no hacer huelga».
LECCIÓN 21. DELITOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES... 741
higiene adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o inte-
gridad física».
Con respecto al bien jurídico protegido en este delito encontramos varias
posturas doctrinales. La mayoritaria considera que se trata de un bien jurí-
dico autónomo de carácter supraindividual donde se protege la seguridad
y salud en el trabajo (DE VICENTE MARTÍNEZ)13. Otros autores defien-
den la naturaleza individual del bien jurídico protegido, que se materiali-
za en la vida, salud e integridad física del trabajador (AGUADO LÓPEZ;
LASCURAÍN SÁNCHEZ)14. Finalmente, encontramos una postura que po-
dríamos calificar intermedia, que defiende la naturaleza mixta del bien ju-
rídico protegido (CAMARERO GONZÁLEZ; MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ).
Esta postura tiene en cuenta tanto los intereses colectivos, referidos a la
seguridad e higiene en el trabajo, como los individuales, en la medida que
aquellos se proyectan sobre intereses individuales relativos a la vida y salud
de los trabajadores. El TS se decanta por la primera postura al afirmar que
el art. 316 CP protege un «bien jurídico autónomo y por tanto independiente
de la efectiva lesión que en todo caso merecería calificación independiente» (STS
1233/2002, de 29 de julio (Tol 2.286.906))15.
El sujeto activo en este delito debe ser aquél que esté legalmente obli-
gado a facilitar esos medios. Un delito especial propio que atribuye a los
legalmente obligados la posición de garante (DE VICENTE MARTÍNEZ).
La LPRL, en su art. 14.2 establece que «en cumplimiento del deber de protec-
ción, el empresario deberá garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores».
Por lo tanto, la responsabilidad principal recae sobre empresario16. La SAP
13
Para la SAP de Cádiz 391/2008, de 2 de diciembre (Tol 7.179.417) ello es el resultado
de la asimétrica (vertical) relación laboral entre el empresario y el trabajador y en
la indisponibilidad del derecho de seguridad por parte de este último.
14
La SAP de Madrid 261/06, de 24 de marzo (Tol 937.644) pone de manifiesto esta
distinción diferenciando entre el carácter individual del bien jurídico vida o inte-
gridad fisca, en los supuestos de delito de homicidio y de lesiones; y el de carácter
colectivo, relativo a la seguridad e higiene en el trabajo del delito tipificado en el
art. 316 CP.
15
En este mismo sentido la SAP de Madrid 779/03, de 10 de octubre (Tol 358.578) y
176/2004, de 26 de abril (Tol 503.391).
16
El empresario es el que debe evaluar los riesgos y planificar la actividad preventiva
(art. 16 LPRL), facilitar los equipos de trabajo y medios de protección, así como
velar por que los trabajadores hagan un uso efectivo de los mismos (art. 17 LPRL),
procurar una información integral a los trabajadores que incluya la información que
afecte tanto a la actividad de la empresa en su conjunto como la relativa a su propio
puesto o función (arts. 18 a 21 LRL), formar a los trabajadores (art. 19 LPRL) o
LECCIÓN 21. DELITOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES... 743
18
El empresario debe informar a los trabajadores sobre los posibles riesgos colectivos e
individuales que representa su actividad laboral, formar a los trabajadores para mini-
mizar esos riesgos, facilitar el material para que la protección activa y pasiva sea eficaz
y vigilar que los trabajadores utilizan estos medios correctamente y apliquen medidas
de seguridad y prevención adecuada a la formación e información recibida. Es decir,
protección integral que abarca aspectos organizativos, directivos y personales, todos
ellos dirigidos a prevenir riesgos de los que puedan derivarse peligros para la vida,
integridad o salud de los trabajadores (SAP de Alicante 278/2004, de 14 de mayo
(Tol 519.539); SAP de Castellón 596/2005, de 29 de diciembre (Tol 8.185.412)).
19
Aquí se podría incorporar toda la normativa que emana del art. 40 CE, especial-
mente el ET; la LPRL y el RD 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba
el Reglamento de los Servicios de Prevención. A la normativa nacional, hay que
incluir también la normativa a nivel comunitaria (Directiva Comunitaria 89/391/
CEE, del Consejo de 12 de junio de 1989 relativa a la aplicación de medidas para
promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo
(Tol 133.218)), así como otros convenios y tratados internacionales ratificados por
España (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales).
LECCIÓN 21. DELITOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES... 745
20
La LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en
España (Tol 116.973) establece en su art. 25 los requisitos de entrada en territorio
español.
748 Marco Teijón Alcalá
El sujeto activo y pasivo, así como los elementos del tipo son básica-
mente los mismos que en el delito anterior. La diferencia estriba en que el
ánimo de lucro constituye ahora un elemento subjetivo del tipo, en que la
conducta típica consiste en ayudar a permanecer en España, también de for-
ma intencionada, y en que lo que se debe vulnerar es la legislación sobre
estancia de extranjeros.
de multa de dos a cinco años, o la del triple al quíntuple del beneficio obtenido si la
cantidad resultante fuese más elevada». Este precepto, en su inciso segundo,
también prevé que «Atendidas las reglas establecidas en el artículo 66 bis, los
jueces y tribunales podrán asimismo imponer las penas recogidas en las letras b) a g)
del apartado 7 del artículo 33».
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿En qué momento se perfecciona el delito de imposición o manteni-
miento ilegal de condiciones laborales o de seguridad social?
2. ¿En qué supuestos es punible la contratación de ciudadanos extranje-
ros que carecen de permiso de trabajo?
3. ¿Qué formas admite el delito de emigración fraudulenta de trabaja-
dores?
4. ¿Cuáles son los elementos del tipo del delito de discriminación laboral?
5. ¿Qué formas admite el delito de infracción de normas de prevención
de riesgos laborales?
LECCIÓN 22.
DELITOS RELATIVOS A LA
ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y
EL URBANISMO Y LA PROTECCIÓN
DEL PATRIMONIO HISTÓRICO
La acción para ser típica debe reunir las dos condiciones, realizar obras
que no sean autorizables y en suelo no urbanizable. Suelo no urbanizable es
aquel en el que no se puede construir y así figura en las normas correspon-
dientes. La ley del suelo y rehabilitación urbana, aprobada por RD 7/2015,
de 30 de octubre, recoge en su art. 21. A) el suelo rural, no urbanizable
será “En todo caso, el suelo preservado por la ordenación territorial y ur-
banística de su transformación mediante la urbanización, que deberá in-
cluir, como mínimo, los terrenos excluidos de dicha transformación por la
legislación de protección o policía del dominio público, de la naturaleza
o del patrimonio cultural, los que deban quedar sujetos a tal protección
conforme a la ordenación territorial y urbanística por los valores en ellos
concurrentes, incluso los ecológicos, agrícolas, ganaderos, forestales y pai-
sajísticos, así como aquéllos con riesgos naturales o tecnológicos, incluidos
los de inundación o de otros accidentes graves, y cuantos otros prevea la
legislación de ordenación territorial o urbanística”, en el Plan General de
Ordenación Urbana, o en las normas subsidiarias, o bien en las normas
de la Comunidad Autónoma correspondiente. Las obras no autorizables son
aquellas que vulneran los límites impuestos a la urbanización, construc-
ción o edificación en las normas de planeamiento urbanístico (OLMEDO
CARDENETE). La condición de no autorizable y suelo no urbanizable tie-
ne que cumplirse en el momento en el que se llevan a cabo las obras, pue-
de ocurrir que en un momento posterior se modifiquen las normas sobre
la materia o el plan de ordenación urbana y pueda construirse. En algunos
casos, de forma excepcional, se pueden autorizar construcciones y edifica-
ciones en suelo no urbanizable.
Sujetos activos pueden serlo los promotores, constructores o técnicos di-
rectores de las obras. Es un delito especial (BOLDOVA PASAMAR), por-
que a pesar de que para ser constructor o promotor no se necesita una
cualificación específica, es necesario que, en el caso concreto, en la obra,
haya asumido dicha función y la desempeñe. Otros autores consideran que
se trataría de un delito común. Sujetos pasivos la colectividad.
Promotor, de acuerdo con el art. 9.1 de Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de
Ordenación de la Edificación, será cualquier persona, física o jurídica, públi-
ca o privada, que, individual o colectivamente, decide, impulsa, programa y
financia, con recursos propios o ajenos, las obras de edificación para sí o para
su posterior enajenación, entrega o cesión a terceros bajo cualquier título.
Constructor, de acuerdo con el art. 11.1 de Ley 38/1999, de 5 de noviembre,
de Ordenación de la Edificación, el agente que asume, contractualmente ante
el promotor, el compromiso de ejecutar con medios humanos y materiales,
propios o ajenos, las obras o parte de las mismas con sujeción al proyecto y
al contrato.
LECCIÓN 22. DELITOS RELATIVOS A LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO... 757
2. Prevaricación urbanística
Bien jurídico protegido en primer lugar, sería el buen funcionamiento de
la Administración Pública, que es el bien jurídico protegido en el delito de
prevaricación, y además la correcta ordenación del territorio, para conseguir
un uso del suelo orientado al interés general, que sirva a los intereses gene-
rales (CARMONA SALGADO/ GÓMEZ TOMILLO/ GORRIZ ROYO). Es
un tipo agravado de prevaricación. Es un delito especial, circunscrito o refe-
rido a la ordenación del territorio. La STS 1127/2009, de 27 de noviembre,
(Tol1.762.127) la califica de «prevaricación, especial por urbanística».
En este delito se recogen distintas conductas:
2.1. Informar favorablemente en contra de lo establecido en las normas
de ordenación territorial o urbanísticas, silenciar la infracción de dichas
normas u omitir la realización de las inspecciones.
En el art. 320.1. CP se castiga a la «autoridad o funcionario público que, a
sabiendas de su injusticia, haya informado favorablemente instrumentos de planea-
miento, proyectos de urbanización, parcelación, reparcelación, construcción o edifi-
cación o la concesión de licencias contrarias a las normas de ordenación territorial o
urbanísticas vigentes o que con motivo de inspecciones haya silenciado la infracción
de dichas normas o que haya omitido la realización de inspecciones de carácter obli-
760 Mª Dolores Serrano Tárraga
ción especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho
de sufragio pasivo por tiempo de nueve a quince años) y, además, con la
prisión de un año y seis meses a cuatro años y la multa de doce a veinticua-
tro meses.
La conducta típica recoge dos modalidades de acción teniendo en cuenta
si la decisión de emitir la resolución se adopta individualmente o como
parte de un órgano colegiado. 1. La conducta de una autoridad o fun-
cionario público individual consiste en la resolución a favor de la aproba-
ción de los instrumentos de planeamiento, los proyectos de urbanización,
parcelación, reparcelación, construcción o edificación o la concesión de
licencias contrarias a las normas de ordenación territorial o urbanísticas
vigentes. Si el funcionario público o autoridad forma parte de un órgano
colegiado, la conducta típica se realiza con su voto a favor de la aproba-
ción. Si el funcionario o autoridad pública vota en contra de la resolución
o se abstiene, no realiza la conducta típica. La acción debe realizarse, en los
dos casos, a sabiendas de su injusticia.
Es una conducta dolosa, que no admite el dolo eventual.
Ejemplo: desde el año 2003 y sobre todo durante el año 2004, el Pleno
del Ayuntamiento de Zarra, cuyo alcalde era Alexander Urbano, concedió
por unanimidad y con el voto favorable de este, más de 50 licencias para
construir chalets en suelo no urbanizable. En los expedientes de solicitud
de obras constaba “las obras solicitadas se encuentran emplazadas en suelo
no urbanizable común, por lo que les son de aplicación la Ley del Suelo
no urbanizable de la Comunidad Valenciana (Ley 4/92 de 5 de junio) en
la que se establece la necesidad de obtención de licencia previa del órgano
competente de la Generalitat para la concesión de la municipal de obras que
supongan arquitectura permanente en suelo no urbanizable. No obstante, el
Alcalde- Presidente acordará lo que estime más procedente”. Se condenó a
Alexander Urbano como criminalmente responsable en concepto de autor
de un delito continuado de prevaricación urbanística. STS 88/218, de 21 de
febrero (Tol6.519.936).
titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio». Recoge
un mandato expreso de intervención del derecho penal en este ámbito.
Bien jurídico protegido: El patrimonio histórico en sí mismo considera-
do como bien autónomo (RENAT GARCÍA) y los bienes que constituyen
el patrimonio histórico, cultural y artístico de España, que está integrado
por diferentes elementos, bienes muebles e inmuebles de interés artístico,
histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico,
art. 1.2 de la Ley del patrimonio histórico español de 1985. (PÉREZ ALON-
SO). Se protege su valor cultural inmaterial (GUISASOLA). Con la finali-
dad de protegerlos de los ataques que puedan suponer un menoscabo o
eliminación de los mismos.
alterar gravemente los edificios. Se pueden realizar por acción y por omi-
sión, cuando tiene la obligación de evitar el derribo o la alteración grave.
Es una conducta dolosa, que admite su realización con dolo eventual.
Ejemplo: Ezequiel sabedor del quebranto que para el Patrimonio Cultural de
Castilla La Mancha comportaban sus actos, encontrándose en la finca agríco-
la de su propiedad procedió a demoler completamente un “bombo manchego
de piedra seca”, que se encontraba en buen estado de conservación en el
interior de dicha finca rústica, sin contar para dicha demolición, con autori-
zación administrativa de la Consejería de Cultura de Castilla La Mancha ni
con licencia municipal por parte del Ayuntamiento. Dicho inmueble o cons-
trucción de interés histórico y cultural, es un inmueble etnográfico de cons-
trucción Popular, catalogado de Protección Especial para su conservación.
Como consecuencia de la acción del acusado, se han producido daños en el
patrimonio cultural/etnográfico con la destrucción íntegra del bien protegido.
Condenó a Ezequiel, como autor penalmente responsable de un delito con-
tra el patrimonio histórico tipificado en el art. 321 CP, SAP de Ciudad Real,
86/2022, de 15 de septiembre (Tol9.276.711).
Se incluyen los bienes de los arts. 321, aunque en el art. 324 no se haga
referencia a que sea un bien que goce de protección singular, y art. 323.
Disposiciones comunes
A estos delitos se les aplicaran las disposiciones comunes previstas en los
arts. 338, 339 y 340 CP.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué requisitos se exigen para apreciar el tipo agravado del delito de
urbanización, construcción o edificación no autorizable en suelo no
urbanizable?.
2. ¿En qué casos un funcionario público puede cometer un delito de
prevaricación urbanística siendo miembro de un órgano colegiado?
3. La conducta consistente en causar daños por imprudencia grave en
bienes de valor artístico, histórico, cultural, científico o monumental:
a) Es impune.
b) Es punible únicamente si la cuantía de los daños supera los 400 eu-
ros.
c) Es punible únicamente si el bien goza de especial protección.
LECCIÓN 22. DELITOS RELATIVOS A LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO... 769
Supuestos
agravados
Supuestos
agravados
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 773
El objeto material del delito, es el lugar donde deben realizarse las acciones
contaminantes, en la atmósfera, el suelo, el subsuelo, o las aguas terrestres,
subterráneas o marítimas, la alta mar y los espacios transfronterizos.
Las acciones anteriores para ser constitutivas de delito tienen que reu-
nir los siguientes requisitos:
1.Deben realizarse contraviniendo las leyes u otras disposiciones de ca-
rácter general protectoras del medio ambiente. El tipo se configura como
una ley penal en blanco. En primer lugar hay que examinar el contenido
de las disposiciones extrapenales sobre medio ambiente para determinar
si la conducta realizada las ha infringido. Las normas ambientales pueden
ser comunitarias, nacionales, autonómicas y locales. El precepto abarca las
leyes y las disposiciones de carácter general, en las que se incluyen regla-
mentos y directivas de la Unión Europea, los decretos-leyes, decretos legis-
lativos, reglamentos, órdenes ministeriales, órdenes de las comunidades
autónomas y ordenanzas municipales. Si la conducta realizada no contra-
viene, no infringe las leyes u otras disposiciones de carácter general protec-
toras del medio ambiente, no será típica.
2. Que el acto de contaminación realizado, por sí mismo, o conjunta-
mente con otros, cause o pueda causar daños sustanciales a la calidad del
aire, del suelo o de las aguas, o a animales o plantas. Puede ser un solo
acto el que ocasiona el daño o el peligro, sería suficiente para entender
realizada la conducta, o bien puede realizarse conjuntamente con otros
actos, y en este supuesto, es susceptible de diferentes interpretaciones, en-
tre ellas las siguientes: si debe exigirse que todos los actos que se hayan
realizado sean contaminantes, y si así fuera, si todos tienen que ser del mis-
mo tipo o bien pueden ser diferentes (por ejemplo, vertidos, emisiones);
otra interpretación que podría admitirse sería la de realizar la conducta
contaminante conjuntamente con otros actos que no lo fueran, como tam-
bién podrían incluirse en este tipo delictivo las conductas que, realizadas
individualmente no tendrían la suficiente entidad para dañar al medio am-
biente, pero si se realizarán conjuntamente con otras podrían ocasionar un
daño al medio ambiente (GORRIZ ROYO), calificando en este caso a los
delitos contra el medio ambiente como delitos de acumulación.
3. Los daños a la calidad del aire, del suelo o de las aguas, o a animales
o plantas tienen que ser sustanciales, lo que constituye un elemento valora-
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 777
El objeto material son los residuos. No se exige en el tipo que los residuos
sean peligrosos, si no fueran peligrosos no sería necesaria la intervención
penal, ya que la ley 7/2022 prevé sanciones administrativas en caso de resi-
duos no peligrosos (CORCOY BIDASOLO).
Formas de ejecución. La consumación tiene lugar, según la modalidad
delictiva:
1. Delito de resultado: se consuma cuando con la realización de cual-
quiera de las modalidades de conducta se causan daños sustanciales a
la calidad del aire, del suelo o de las aguas, o a animales o plantas. Es
posible la tentativa.
2. Delito de peligro hipotético, se consuma con la realización de cual-
quiera de las modalidades de conducta incluidas en el tipo que pue-
dan causar daños sustanciales a la calidad del aire, del suelo o de las
aguas, o a animales o plantas.
3. Traslado de residuos
En el art.326.2. CP se castiga a «quien fuera de los supuestos a que se refiere
el apartado anterior, traslade una cantidad no desdeñable de residuos, tanto en el
caso de uno como en el de varios traslados que aparezcan vinculados, en alguno de
los supuestos a que se refiere el Derecho de la Unión Europea relativo a los traslados
de residuos» con la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a
dieciocho meses e inhabilitación especial para profesión u oficio por tiem-
po de tres meses a un año. Se impone la misma pena si se trata de un solo
traslado o de varios si están vinculados.
Sujeto activo puede ser cualquiera. Sujeto pasivo la colectividad.
La conducta típica es subsidiaria de la prevista en el apartado uno que
consiste en el traslado de una cantidad no desdeñable de residuos. El le-
gislador introduce un concepto jurídico indeterminado cantidad no desde-
ñable de residuos, y no recoge en el código las pautas para estimar cuando
ha de considerarse como tal la cantidad de residuos que se traslada, por
lo que tendrán que establecerlo los jueces en cada caso, podría interpre-
tarse como una cantidad importante. Los residuos pueden llevarse en un
único traslado o bien en varios, siempre que aparezcan vinculados, otro
elemento en el que no se incluye su contenido y que habrá que determinar
cuando existe la vinculación entre los traslados para establecer la conducta
típica. Si hay varios traslados de cantidades pequeñas, al estar vinculados
se podría apreciar una cantidad no desdeñable de residuos y la conducta cons-
tituiría el tipo delictivo, o bien podría apreciarse en los casos en los que
todos los traslados vinculados transportaran cantidades considerables. Si se
realizan varios traslados y no están vinculados se apreciaría un delito con-
tinuado. Además, se exige que, el traslado o traslados vinculados, se lleven
a cabo en los supuestos a que se refiere el derecho de la Unión Europea
relativo a los traslados de residuos.
Respecto a la remisión que hace el legislador al derecho de la Unión Euro-
pea sobre traslados de residuos crea una gran inseguridad jurídica porque no
establece una remisión a normas concretas, siendo varias las que regulan la
materia.
Se configura como una ley penal en blanco, por lo que hay que recurrir
a las normas administrativas para comprobar que el traslado de residuos
infringe estas normas.
Es un delito de peligro abstracto. Los residuos que se trasladan deben
ser peligrosos, a pesar de que en el tipo no se hace referencia a ello, pues
en caso contrario estaríamos ante la criminalización de una infracción ad-
782 Mª Dolores Serrano Tárraga
b) Multa de seis meses a dos años, o del doble al triple del perjuicio
causado si la cantidad resultante fuese más elevada, en el resto de los casos.
La pena que se puede imponer a la persona jurídica depende de la pena
impuesta a la persona física.
Atendidas las reglas establecidas en el artículo 66 bis, los jueces y tribu-
nales podrán asimismo imponer las penas recogidas en las letras b) a g) del
apartado 7 del artículo 33.
Ejemplo: Pedro Jesús se reunió con Enriqueta, propietaria de un local, para su
arrendamiento para instalar en él una discoteca. Para no figurar como arren-
datario en el contrato, al tener pendientes deudas con la Seguridad Social,
constituyó arrendatario a la sociedad unipersonal, STAFF SHOW BUSINESS,
S.L.U. El local carecía de licencia de actividad, los vecinos comenzaron a de-
nunciar su próxima apertura ante el ayuntamiento, para impedir la inaugura-
ción, lo que no consiguieron. Desde que se iniciara la actividad de discoteca,
a diario, en horario nocturno y hasta altas horas de la madrugada y de manera
continuada, los vecinos de las viviendas situadas en el mismo edificio, y en
algunas de los edificios de la misma calle, padecieron los ruidos del local
por el volumen de la música que se emitía y las voces de las personas que a
él acudían ; acusando dichos vecinos alteraciones para la conciliación y la
rutina diaria del sueño y en ocasiones ansiedad, pues eran frecuentes además
los altercados entre los asistentes al local e incluso con los propios vecinos
quejosos, que requirieron intervención policial, que realizó las mediciones
acústicas y dio lugar a la apertura de varios expedientes. Los hechos declara-
dos probados son constitutivos de un delito contra el medio ambiente del art.
325.2, en su modalidad de riesgo de grave perjuicio para la salud de las per-
sonas. Se condenó a STAFF SHOW BUSINESS, SL, como autora de un delito
contra el medio ambiente. SAP de Madrid, 14665/2020, de 19 de noviembre
(Tol8.351.025).
4. Prevaricación medioambiental
Bien jurídico protegido sería, en primer lugar, el buen funcionamiento de
la Administración Pública, que es el bien jurídico protegido en el delito de
prevaricación, y además el medio ambiente.
Es un tipo especial de prevaricación creada para los delitos contra el
medio ambiente (ALASTUEY DOBÓN).
4.1.En el art. 329.1 CP se castiga a «la autoridad o funcionario público que,
a sabiendas, hubiere informado favorablemente la concesión de licencias manifies-
tamente ilegales que autoricen el funcionamiento de las industrias o actividades
contaminantes a que se refieren los artículos anteriores, o que con motivo de sus
inspecciones hubiere silenciado la infracción de leyes o disposiciones normativas de
carácter general que las regulen, o que hubiere omitido la realización de inspecciones
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 787
Concursos
Se podría apreciar un concurso de normas entre este delito y el delito de
contaminación ambiental del art. 325 CP si las acciones de contaminación
han causado daños graves en alguno de los elementos del parque natural,
y con los delitos contra la flora y la fauna. Se resolvería por el principio de
consunción del art. 8 CP, y se aplicaría el art. 330 CP.
b) Tráfico ilegal.
El tráfico se considerará ilegal, según lo establecido en las normas administra-
tivas, en aquellos casos en los que no está autorizada la comercialización de
la especie o subespecie de flora o sus propágulos. Si la acción está autorizada,
la conducta no será típica. La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimo-
nio Natural y de la Biodiversidad, en su art. 57 prohíbe vender, comerciar o
intercambiar, ofertar con fines de venta o intercambio, importar o exportar
ejemplares vivos o muertos, de las especies protegidas, así como sus propágu-
los o restos, salvo en los casos que reglamentariamente se determinen.
El tipo se configura como una ley penal en blanco, al exigir que la ac-
ción se realice contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general
protectoras de las especies de flora y fauna, hay que acudir a las leyes y nor-
mas internacionales, comunitarias, nacionales, autonómicas y locales para
conocer las prohibiciones contra la flora y fauna. Si existe autorización
administrativa la conducta no será típica.
Sólo se podrán realizar introducciones o liberaciones de especies no autóc-
tonas lícitas con autorización administrativa, en los casos que recoge el art.
61 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la
Biodiversidad.
Concursos
Concurso de leyes
Si se trata de especies protegidas puede plantearse el concurso con los
delitos tipificados en el art. 332 CP, si se trata de la flora, o con el art. 334.1
CP, si se trata de animales, fauna. La pena prevista en los arts. 332 y 333 CP
es la misma, por lo que será indiferente aplicar uno u otro precepto. Sin
embargo, si el concurso se plantea con el art. 334.1. CP, habrá que aplicar
éste, pues añade a las penas recogidas en el art. 333 CP la de inhabilitación
especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos
a cuatro años.
Si se trata de una especie protegida en peligro de extinción, nos encon-
traríamos ante un concurso aparente de normas penales, y se aplicaría el
art. 334.2. CP por el principio de alternatividad.
Cabría la posibilidad de que se plantee un concurso entre este delito y
el delito de contrabando de especies no autóctonas cuyo valor sea igual o
supere los 50.000 euros.
Objeto material de las tres modalidades de conducta son las especies ani-
males silvestres protegidas, incluidas en el Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial, excluidas las especies en peligro de
extinción, por ser objeto del tipo agravado. Se exige que la especie esté
recogida como especie animal protegida en Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial, así como aquellas que figuren como
protegidas en los anexos de las directivas y los convenios internacionales
ratificados por España. En las conductas de tráfico y comercio, también se-
rán objeto material del delito, los restos o partes de las especies protegidas.
En el art. 334. 4 CP se dispone que se impondrá la pena de privación
del derecho a la tenencia y porte de armas por un periodo de entre dos a
cuatro años, cuando estos hechos se hubieran cometido utilizando armas,
en actividades relacionadas o no con la caza.
d) Actividades que destruyan o alteren gravemente el hábitat de las es-
pecies protegidas.
Se admite cualquier tipo de acción dirigida a la destrucción o alteración
grave del hábitat de las especies protegidas. El tipo equipara las dos accio-
nes, la alteración y la destrucción, al establecer un comportamiento alter-
nativo, lo que no es correcto, ya que es más grave la destrucción del hábitat,
que es completa, que la alteración, que, aunque es necesario que sea grave,
no supone la destrucción, por lo que cabe la posibilidad de recuperarlo. Si
la alteración del hábitat no fuera grave, la conducta sería atípica.
El tipo se configura como una ley penal en blanco, al exigir que la ac-
ción se realice contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general
protectoras de las especies de fauna silvestre. Si la acción está autorizada,
la conducta no será típica.
El objeto material es el hábitat de las especies protegidas, aunque indirec-
tamente también se protegen las especies de fauna, porque estos hechos
pueden afectarles negativamente, por ejemplo, impidiendo su reproduc-
ción o desarrollo.
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 801
los Cercados, las reservas nacionales de caza, las zonas de seguridad, los
cotos de caza, y los terrenos adscritos al Régimen de Caza Controlada.
Sujeto activo puede ser cualquiera al tratarse de un delito común. Sujeto
pasivo la colectividad.
Elementos del delito
1. Las conductas típicas son tres: 1. Caza, 2. Pesca. 3. Actividades de
marisqueo relevantes, elemento valorativo, cuya interpretación ten-
drá que realizarla el juez en cada caso concreto. El código no recoge
unos parámetros para determinar el concepto de relevancia, por lo
que habrá que tener en cuenta, entre otros criterios, la cantidad re-
cogida, la especie y su repercusión para el medio ambiente y la con-
servación de las especies.
2. Deben realizarse dichas acciones sobre especies distintas de las indi-
cadas en el artículo anterior, es decir, sobre especies no protegidas ni
en peligro de extinción.
3. Lugar de realización del delito: a) en la modalidad de caza y pesca,
que se lleve a cabo en terrenos públicos o privados ajenos, sometidos
a régimen cinegético especial, sin el debido permiso de su titular;
b) en la modalidad de marisqueo, en zonas de realización de acti-
vidades de marisqueo y pesca sometidos a concesión o autorización
marisquera o acuícola.
4. Las conductas se realizan en los terrenos indicados sin permiso de
sus titulares.
5. Respecto a la conducta de marisqueo se exige que se realice sin el
debido título administrativo habilitante.
Objeto material del delito lo serían las especies no protegidas ni en pe-
ligro de extinción, y además en el caso de las conductas de marisqueo se
limitaría el objeto de protección a las especies arriba indicadas para cuya
extracción o captura se requiera la correspondiente concesión o autoriza-
ción marisquera o acuícola (GARCIA MOSQUERA).
El fundamento de la tipificación viene determinado, en el caso de la
caza, por el lugar donde se realiza la acción. Se recoge un tipo autónomo
que castiga el furtivismo. En el caso del marisqueo, por realizar actividades
de marisqueo sin autorización, sin haber obtenido el título administrativo
que habilita para el ejercicio de tal actividad.
Este tipo delictivo plantea varias cuestiones. En primer lugar, se exige
que la acción de caza o pesca se realice en terrenos ajenos. El titular del
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 805
terreno o del derecho de caza no puede cometer este delito, pero si en este
terreno realiza las acciones recogidas en el primer párrafo, su conducta
sería constitutiva del tipo básico, porque la caza o pesca está prohibida,
también, para el titular del derecho de caza o para el propietario del coto.
Por ello, el requisito diferencial entre los dos tipos sería el consentimiento
del titular, si una persona que está autorizada por el propietario o el titular
del derecho de caza o pesca realiza esta actividad, en terrenos privados
ajenos, sometidos a régimen cinegético especial está cometiendo el delito
del n.º 1. Por lo tanto, siempre que se caza o pesca una especie prohibida,
se comete un delito. Además, si el titular autoriza la caza o pesca de las es-
pecies prohibidas está autorizando a cometer un delito. El daño al medio
ambiente es igual en los dos casos, el precepto carece de sentido.
En segundo lugar, si son terrenos públicos, la titularidad será del Esta-
do, Comunidad autónoma, Ayuntamiento o cualquier otro organismo o
institución pública, en cuyo caso, deberá determinarse la persona compe-
tente para dar la autorización. Si los terrenos son privados, y se ha reali-
zado un contrato de arrendamiento de la caza, se plantearía el problema
de quien debe dar la autorización, el titular del terreno o el titular del
aprovechamiento. Según la redacción del precepto, la autorización deberá
concederla el titular del terreno, pero según las normas de la caza, es com-
petente para otorgar la autorización para cazar el titular del contrato de
aprovechamiento de la caza.
Ejemplo: Nicanor, Óscar y Pascual a primeras horas de la mañana, puestos
previamente de acuerdo y con la finalidad de cazar, pertrechados a tal fin
cada uno de ellos con un arma de fuego y perros, careciendo del preceptivo
permiso o autorización, entraron en el coto Vertientes del Río Segura encla-
vado dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas,
Zonas de Protección de Grado B. Áreas de interés ecológico y forestal, donde,
sobre las 11,30 horas en el paraje Solana de la Carrasquilla, tras batir según el
plan preconcebido los acusados Óscar y Nicanor el terreno con varios perros
para llevar las piezas de caza hasta el puesto fijo en el que esperaba Pascual
con un arma de fuego tipo rifle, éste efectuó varios disparos contra un jabalí
al que le ocasionó la muerte. Ese mismo día les fueron intervenidos el cuerpo
del jabalí y las armas de fuego. Fueron condenados como autores criminal-
mente responsables de un delito contra la fauna del art. 335.2. CP. SAP de
Jaén, 1413/2021, de 9 de noviembre (Tol8.794.687).
Concurso de delitos
En el tipo se prevé expresamente la posible existencia del concurso real
de este delito con el previsto en el n.º 1, por lo que si se realiza la conducta
tipificada en este caso y se caza y pesca una especie que está prohibida su
caza o pesca se impone también la pena correspondiente.
Ejemplo: Sabino decidió utilizar el parany formado por varios árboles, poda-
dos y unidos por perchas instalado en la finca de su amigo, por lo que puso en
marcha un reclamo en un radiocasete, colocó entre las ramas redes y varetas
de esparto impregnadas con liga (pegamento), al objeto de capturar aves,
llegando a caer en la trampa dos aves: una zorzal común y un ave fringílido,
es una especie incluida en el LESPRE (RD 139/11 de 4 de febrero: Listado de
Especies Silvestres de Protección Especial), con régimen de protección espe-
cial como especie amenazada. Condenó a Sabino, como autor de dos delitos
contra la fauna, previstos en arts. 334 y 336CP, en concurso de normas de art
8CP. SAP de Castellón, 505/2022, de 19 de julio (Tol9.224.975).
1. Supuesto agravado
Realizar las conductas en un espacio natural protegido.
Recogido en el art. 338 CP, que dispone «cuando las conductas definidas
en este Título afecten a algún espacio natural protegido, se impondrán las penas
superiores en grado a las respectivamente previstas».
Es una agravación específica prevista para todos los delitos recogidos
en el Título. No se aplicará la agravación cuando se contemple en el tipo
especifico la realización en un espacio natural protegido, por razones de
inherencia y de vulneración del principio non bis in idem, como ocurre en
los tipos previstos en los arts. 330 y 335.2., cuando se realice la acción en un
Parque Nacional, que están considerados espacio natural protegido.
Ejemplo: la mina de carbón a cielo abierto conocida como El Feixolin estaba
enclavada en pleno Espacio Natural Protegido “Alto Sil”, incluido en la Red
Natura 2000, dentro de los límites de la ”Reserva de la Biosfera Valle de
Laciana”, declarada por la Unesco en el año 2004 y dentro del ámbito del
Plan de recuperación del oso pardo de la Junta de Castilla y León. La empresa
MSP, cuyo vicepresidente era Don Narciso, inició los trabajos de explota-
ción en el Feixolin sin contar con licencia urbanística, ni estudio de impacto
ambiental, ni de licencia ambiental. Estas actividades ocasionaron daños al
medio ambiente de la zona. Se condenó a Don Narciso como autor de un
delito contra el medio ambiente realizado en un espacio natural protegido.
STS 2486/2023, de 29 de mayo (Tol9.607.117).
3. Supuesto atenuado
Recogido en el art. 340 CP «si el culpable de cualquiera de los hechos tipifi-
cados en este Título hubiera procedido voluntariamente a reparar el daño causado,
los Jueces y Tribunales le impondrán la pena inferior en grado a las respectivamente
previstas».
Se reconoce una eficacia atenuadora de la pena específica a la repara-
ción voluntaria del daño causado en todos los delitos del Título, que obe-
dece a razones de política criminal para motivar a la reparación del daño
en estos delitos, donde se pueden causar graves perjuicios, por lo que se
rebaja la pena en un grado, frente a la atenuante genérica, recogida en el
art. 21.5. CP, en cuyo caso se impondría la pena en su mitad inferior.
Una cuestión que plantea esta circunstancia es la de si su aplicación
tendrá lugar cuando efectivamente se haya reparado el daño causado o
sería suficiente con que el sujeto hubiera hecho todo lo posible con esa
finalidad, teniendo en cuenta que habrá casos en los que los daños se-
rán irreparables. En una interpretación favorable al reo, debería aplicarse
la atenuante cuando el sujeto ha procedido voluntariamente a reparar el
daño causado, aunque de un modo efectivo no lo haya conseguido. Si son
varios los culpables del delito y sólo alguno de ellos hubiera procedido a la
reparación voluntaria del daño causado, pero no todos, la atenuación sólo
debería aplicarse a los que han procedido a la reparación.
812 Mª Dolores Serrano Tárraga
Que requieran
tratamiento
veterinario
1. Lesiones
1.1. Tipo básico
Recogido en el art. 340 bis 1 párrafo primero CP será castigado con la
pena de prisión de tres a dieciocho meses o multa de seis a doce meses y
con la pena de inhabilitación especial de uno a tres años para el ejerci-
cio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales
y para la tenencia de animales el que fuera de las actividades legalmente
reguladas y por cualquier medio o procedimiento, incluyendo los actos de
carácter sexual, cause a un animal doméstico, amansado, domesticado o
que viva temporal o permanentemente bajo el control humano lesión que
requiera tratamiento veterinario para el restablecimiento de su salud.
La conducta típica consiste en causar lesiones a los animales que requie-
ran tratamiento veterinario para recobrar la salud. Las lesiones se pueden
causar por cualquier medio o procedimiento, por acción u omisión, inclu-
yendo como forma de comisión los actos de carácter sexual. La conducta
será atípica, no constitutiva de delito, si las lesiones se causan en activida-
des legalmente reguladas, como pueda ser el sacrificio de animales para su
consumo.
Formas de ejecución. La consumación tiene lugar cuando se causa la le-
sión, es posible la tentativa.
Se castiga su comisión con dolo directo y con dolo eventual.
2. Muerte
2.1 Tipo básico
En el art. 340 bis 3. párrafo primero CP se recoge que cuando, con
ocasión de los hechos previstos en el apartado primero de este artículo, se
cause la muerte de un animal doméstico, amansado, domesticado o que
viva temporal o permanentemente bajo el control humano, se impondrá
la pena de prisión de doce a veinticuatro meses, además de la pena de
inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión,
oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia
de animales.
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 815
3.Abandono de animales
Se recoge en el art. 340 ter CP que a quien abandone a un animal ver-
tebrado que se encuentre bajo su responsabilidad en condiciones en que
LECCIÓN 23. DELITOS CONTRA LOS RECURSOS NATURALES Y EL MEDIO... 817
pueda peligrar su vida o integridad será castigado con una pena de multa
de uno a seis meses o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y
uno a noventa días. Asimismo, se impondrá la pena de inhabilitación espe-
cial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que
tenga relación con los animales y para la tenencia de animales.
Sujetos activos pueden ser los dueños de los animales, pero también
aquellas personas que se han quedado al cuidado del animal o que se han
encargado de él, aunque sea de forma momentánea u ocasional.
Objeto material cualquier animal vertebrado.
La conducta típica consiste en el abandono de un animal vertebrado en
condiciones en las que pueda peligrar su vida o integridad, si no concurre
este peligro la conducta no será típica.
Formas de ejecución. Cuando se abandona al animal en condiciones
que pueda peligrar su vida. Es posible la tentativa.
Ejemplo: Lina dejó a dos caninos de raza mastín en una finca de su propiedad
sita en la parcela de Belicena, encontrándose cercada con una vallada, con
inobservancia manifiesta del cumplimiento de las obligaciones más elemen-
tales de todo cuidador, traducidas en la dejación de las referentes a alimen-
tación y atención, poniendo en peligro la vida e integridad de los caninos.
Condenó a Lina como autora criminalmente responsable de un delito leve
de abandono de animal doméstico. SAP de Granada, 1412/2022, de 14 de
septiembre (Tol9.286.042).
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. El Código penal recoge entre los delitos contra las especies de flo-
ra protegida las conductas de posesión de estas especies, sus partes
o propágulos. Sin embargo, estas conductas no son constitutivas de
delito si:
a) Si se posee un número reducido de plantas de una especie protegida
y se quiere fomentar su reproducción, pero no se llega a conseguir.
b) Si las plantas de una especie protegida han sido donadas al poseedor
de las mismas y se trata de un número reducido de ejemplares.
c) Si el número de especies protegidas no es muy elevado y ha ocasiona-
do graves daños al estado de conservación de la especie.
d) Si se posee un número insignificante de plantas de la especie prote-
gida y esta conducta no tiene consecuencias relevantes para la con-
servación de la especie.
2. La caza con veneno, explosivos u otros medios destructivos:
a) Será constitutiva de delito si se realiza por una persona no autorizada
legalmente.
b) Solo será constitutiva de delito si afecta a especies protegidas.
c) Únicamente será constitutiva de delito si afecta a especies protegidas
y a especies en peligro de extinción.
d) Será constitutiva de delito siempre que afecte a mas de dos especies
protegidas.
3. En el delito de lesiones a los animales vertebrados no se contempla en
el Código penal como circunstancias agravantes:
a) El ensañamiento.
b) La utilización de armas.
c) La alevosía.
d) Todas son correctas.
4. No todas las actividades de valorización de residuos están prohibidas,
pero serían constitutivas de delito aquellas que:
a) Causen directamente daños graves exclusivamente a los animales o
plantas.
820 Mª Dolores Serrano Tárraga
CONCEPTOS FUNDAMENTALES: El Tít. XVII, Lib. II del Código penal trata «De los delitos
contra la seguridad colectiva». La seguridad colectiva puede considerarse como el conjunto de
condiciones cuyo cumplimiento asegura y genera la expectativa social de que no se incre-
mentará el riesgo para los bienes personales o colectivos- que se ven implicados en algunas
actividades peligrosas más allá de lo que es consustancial al desarrollo permitido de cada una
de ellas. Las actividades penalmente contempladas se rigen por una probabilidad de producir
un riesgo no permitido, el cual es susceptible de generar consecuencias de extraordinaria
magnitud (GONZÁLEZ RUS).
El Capítulo I del Título XVII se ocupa de los delitos de riesgo catastrófico, que a su vez engloba
múltiples modalidades delictivas. Se trata de delitos de peligro concreto, delitos de infracción mediante
acciones u omisiones, delitos comunes, dolosos (la sección primera, «de los delitos relativos a la energía
nuclear y a las radiaciones ionizantes» y sección segunda, «de los estragos», sancionan la imprudencia
grave, cosa que no ocurre en la sección tercera, «de otros delitos de riesgo provocados por explosivos y
otros agentes») y admiten la tentativa.
El Capítulo II aborda los delitos de incendios. La mayor parte de las modalidades delictivas
constituyen delitos de peligro y, en general, de peligro abstracto, cosa que no ocurre en los incen-
dios forestales y en zonas de vegetación no forestales, donde se trata de delitos de lesión. Son
delitos comunes en los que además del castigo por la consumación delictiva dolosa se sancio-
nan los hechos cometidos por imprudencia grave.
822 Daniel Fernández Bermejo
4. Concurso
Establece el art. 343.2 CP que «cuando con ocasión de la conducta descrita
en el apartado anterior se produjere, además del riesgo prevenido, un resultado le-
sivo constitutivo de delito, cualquiera que sea su gravedad, los jueces o tribunales
apreciarán tan sólo la infracción más gravemente penada, aplicando la pena en su
mitad superior».
Esta cláusula no era necesaria, toda vez que el art. 77 resuelve general-
mente el problema del concurso ideal de delitos. Es por ello por lo que nos
encontramos ante un concurso ideal de delitos a resolver por el art. 77 CP.
6. Imprudencia grave
Dispone el art. 344 CP que «los hechos previstos en los artículos anteriores se-
rán sancionados con la pena inferior en grado, en sus respectivos supuestos, cuando
se hayan cometido por imprudencia grave».
sonas, o daños sustanciales a la calidad del aire, la calidad del suelo o la calidad
de las aguas o a animales o plantas». La pena prevista es de prisión de uno a
cinco años, multa de seis a dieciocho meses, e inhabilitación especial para
profesión u oficio por tiempo de uno a tres años.
Se trata de un delito de peligro abstracto doloso que requiere de la contra-
vención de leyes u otras disposiciones generales. Estamos ante una ley penal
en blanco, por lo que una vez más hay que recurrir a leyes no penales para
completar el tipo penal mediante una serie de conceptos necesarios.
Sujeto activo del delito puede serlo cualquiera.
A modo de ejemplo, debemos acudir al RD 1464/1999, de 17 de septiembre,
sobre actividades de la primera parte del ciclo de combustible nuclear, al
RD 97/2014, de 14 de febrero, que regula las operaciones de transporte de
mercancías peligrosas por carretera en territorio español, o el RD 102/2014,
de 21 de febrero, sobre gestión responsable y segura del combustible nuclear
gastado y los residuos radiactivos.
II. ESTRAGOS
La Sección segunda del capítulo primero del Tít. XVII se ocupa «De los
estragos». Comprende los arts. 346 y 347 CP, referidos a los estragos dolosos
(art. 346), y, estragos imprudentes (art. 347).
Nos encontramos ante delitos de riesgo colectivo —sin olvidar el indivi-
dual—, que producen alarma social por los medios de destrucción que
se utilizan y la finalidad que los autores persiguen de crear temor en la
sociedad. Hay también un fondo patrimonial, aunque lo que predomina
LECCIÓN 24. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD COLECTIVA 829
b) Estragos en los que no concurre peligro para la vida o integridad de las perso-
nas.
Dispone el art. 346.2 CP que «cuando no concurriere tal peligro, se castigarán
con una pena de cuatro a ocho años de prisión».
Aquí nos encontramos con la modalidad descrita en el art. 346.1, pero
falta el elemento de puesta en peligro de la vida o integridad de las perso-
nas.
Concurso.—Dispone el art. 346.3 CP que «si, además del peligro, se hubiere
producido lesión para la vida, integridad física o salud de las personas, los hechos se
castigarán separadamente con la pena correspondiente al delito cometido».
Aquí se contempla un concurso real de delitos entre los estragos y la lesión
para la vida, integridad física o salud de las personas. Si el resultado ocasio-
nado es la muerte de una persona o unas lesiones, tendrán una consecuen-
cia penal independiente. El delito de estragos se encuentra estrechamente
relacionado con otros tipos penales, como el de daños, en su modalidad
cualificada del art. 266 CP, generando un concurso de leyes a resolver por
el principio de alternatividad -regla 4ª del art. 8 CP, en virtud de la cual, el
LECCIÓN 24. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD COLECTIVA 831
precepto penal más grave excluirá los que castiguen el hecho con pena me-
nor-. También habrá concurso de leyes entre el art. 346 y otros preceptos
en los que los estragos son tenidos en cuenta en el tipo en cuestión, como
sucede con los delitos relativos a la energía nuclear, que resultan de apli-
cación preferente por su especialidad (MUÑOZ CONDE). También tiene
una especial relación con los estragos el delito de terrorismo del art. 573
CP. Y es que cuando la finalidad de los estragos sea la alteración grave de
la paz pública o del orden constitucional, por ejemplo, resultará de aplica-
ción el delito de terrorismo, entrando en un concurso de normas.
Estragos por imprudencia grave
Se castiga en el art. 347 CP al «que por imprudencia grave provocare un delito
de estragos». Se prevé una pena de prisión de uno a cuatro años.
En este sentido, la STS 623/2022, de 22 de junio (Tol9.114.498) puso
de manifiesto que con respecto a los delitos de imprudencia grave esta
sala dijo que «lo que constituye la esencia del delito de imprudencia es la
infracción del deber de cuidado que hace reprochable su comportamiento
porque ese cuidado le era exigible. En estos delitos culposos es la falta de
atención la que determina ese error de cálculo que ocasionó no tomarse
en serio la producción del resultado o la mencionada esperanza equivoca-
da, lo que traslada el título de imputación al ámbito de la imprudencia».
IV. INCENDIOS
El Capítulo II del Título XVII, Libro II CP se ocupa «De los incendios»,
dividido en cuatro Secciones, comprende las Secciones 1ª (de los delitos
de incendio), 2ª (de los incendios forestales), 3ª (de los incendios en zonas
838 Daniel Fernández Bermejo
1. Delitos de incendio
Se castiga en el párrafo primero del art. 351 CP a «los que provocaren un
incendio que comporte un peligro para la vida o integridad física de las personas».
Se prevé una pena de prisión de diez a veinte años.
El bien jurídico protegido es la vida o la integridad física de las personas.
Sujeto activo puede ser cualquiera. Estamos ante un delito de peligro, y
en concreto de peligro abstracto.
Son punibles tanto las conductas dolosas, por dolo directo o dolo even-
tual, así como las de imprudencia grave -art. 358 CP-. Cabe la comisión por
omisión.
Para la consumación del delito no es suficiente con que se haya provoca-
do un incendio, sino que es necesario que el mismo suponga peligro para
«la vida o la integridad física de las personas» adquiera cierta magnitud, pues
en otro caso estaremos ante infracciones administrativas, pero no penales
-salvo un posible delito de daños-.
No debe confundirse el verbo incendiar con el de prender, ya que no
son sinónimos. El acto de prender una mecha a ciertos trapos o ropas im-
pregnadas en gasolina para incendiar una casa no se puede concebir aún
como un incendio, y mucho menos cuando se rocía de gasolina el objeto a
incendiar y no se llega a prender el fuego (MUÑOZ CONDE).
Puede apreciarse que el precepto no incluye la puesta en peligro de
la salud de las personas, como sí se prevé en otros supuestos delictivos.
El legislador está pensando en los riesgos derivados del hecho de resultar
quemado, pero no en los que proceder del humo o altas temperaturas.
Además, tampoco parece relevante el valor económico de la cosa quema-
da, ni que la cosa quemada haya sido o no destruida. Basta con que el fue-
go prenda la cosa con posibilidad de propagación del mismo.
Tal y como sostiene el Tribunal Supremo, en el art. 351 CP se trata de
la creación de un peligro potencial o abstracto o a medio camino entre el
peligro concreto o abstracto -STS de 14 de julio de 2005 (Tol674.761)-. Pue-
de afirmarse que el delito de incendio es de consumación anticipada, pues
se produce cuando se aplica el medio incendiario al objeto que se trata de
incendiar con posibilidad de propagación.
LECCIÓN 24. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD COLECTIVA 839
2. Incendios forestales
Se castiga en el art. 352 CP a «los que incendiaren montes o masas forestales».
Se prevé la pena de prisión de uno a cinco años y multa de doce a diecio-
cho meses.
«Si ha existido peligro para la vida o integridad física de las personas, se castiga-
rá el hecho conforme a lo dispuesto en el artículo 351, imponiéndose, en todo caso, la
pena de multa de doce a veinticuatro meses».
Hay que tener en cuenta que la pena establecida en el art. 351 CP es la
de prisión de diez a veinte años, pero que se puede rebajar en un grado
atendidas la menor entidad del peligro causado y demás circunstancias del
hecho.
Para la interpretación y aplicación del delito de incendios de montes o masas
forestales tipificado en el art. 351 CP, es necesario acudir especialmente a la
Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, y, a la Ley 42/2007, de 13 de
diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Así, el art. 6.k de la
Ley de Montes define el incendio forestal como el fuego que se extiende sin
control sobre combustibles forestales situados en el monte. Y en virtud del art.
6.b de la norma puede entenderse por masa forestal toda especie arbórea, ar-
bustiva, de matorral o de herbácea que no es característica de forma exclusiva
del cultivo agrícola. Por monte, según el art. 5 de dicha ley, se entiende aquel
terreno en el que vegetan especies forestales arbóreas, arbustivas, de matorral
o herbáceas, sea espontáneamente o procedan de siembra o plantación, que
cumplan o puedan cumplir funciones ambientales, protectoras, productoras,
culturales, paisajísticas o recreativas.
7. Imprudencia grave
Dispone el art. 358 CP que «el que por imprudencia grave provocare alguno
de los delitos de incendio penados en las secciones anteriores, será castigado con la
pena inferior en grado, a las respectivamente previstas para cada supuesto».
846 Daniel Fernández Bermejo
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. En el delito de estragos, si además del peligro se hubiere producido
una lesión para la vida, la integridad física o la salud de las personas:
a) El delito de lesión quedará absorbido en el delito de estragos, por
contemplar éste una pena superior.
b) El delito de estragos quedará absorbido en el delito de lesión, por
contemplar éste una pena superior.
c) Se castigará el delito más grave en su mitad superior, al producirse un
concurso ideal de delitos.
d) Los hechos se castigarán separadamente, con la pena correspondien-
te al delito cometido.
2. Conforme al art. 341 del CP, se castiga a quien libere energía nuclear
o elementos radiactivos que pongan en peligro:
a) La vida o la salud de las personas, pero no de sus bienes, cuando se
produzca explosión.
b) La vida, salud o integridad de las personas o de sus bienes, aunque
no se produzca explosión.
c) La vida o la salud de las personas o sus bienes, aunque no se produzca
explosión.
d) La vida o la salud de las personas o de sus bienes, sólo si se produce
explosión.
3. Un incendio provocado por una persona que es propietaria de un
piso, en un edificio de doce alturas, por imprudencia grave, sin ha-
ber puesto en peligro la vida o integridad de las personas, será cons-
titutivo de:
a) No será delito de incendio.
b) Un delito de incendio doloso, ya que no se contempla la impruden-
cia.
c) Un delito de incendio por imprudencia grave.
d) Un delito de incendio en bienes propios.
848 Daniel Fernández Bermejo
CONCEPTOS FUNDAMENTALES: Los delitos contra la salud pública están dirigidos a prote-
ger la salud colectiva, entendida como el bienestar físico y psíquico de la población. Incluyen
una gama de delitos que van desde el tráfico ilícito de drogas y sustancias psicotrópicas, hasta
delitos farmacológicos y alimentarios. Los delitos sobre sustancias nocivas se refieren a la ela-
boración, despacho, suministro o comercio de sustancias nocivas para la salud o productos
químicos que puedan causar estragos. Los delitos farmacológicos involucran la fabricación,
distribución, dispensación, prescripción, suministro, administración o tenencia de medica-
mentos, productos sanitarios o sustancias de uso médico sin la debida autorización, así como la
falsificación de medicamentos. Los delitos alimentarios se refieren a la producción, venta o dis-
tribución de alimentos que no cumplen con los estándares de seguridad e higiene, que están
adulterados o que de alguna forma pueden representar un peligro para la salud. Los delitos
relativos a drogas, sustancias estupefacientes y psicotrópicas se refieren a la producción, venta,
distribución, promoción, favorecimiento o facilitación del consumo ilegal de estas sustancias,
así como al cultivo de plantas que sirvan para la producción de drogas ilegales. Todos estos
delitos son sancionados con penas que pueden variar en función de la gravedad del delito, la
cantidad y tipo de sustancia, la participación en organización o grupo criminal, la reincidencia,
entre otros factores.
850 Sergio Cámara Arroyo
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 851
Pena: prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce meses, e
inhabilitación especial para profesión o industria por tiempo de seis meses
a dos años.
b) Art. 360 CP: “el que, hallándose autorizado para el tráfico de las sustancias
o productos a que se refiere el artículo anterior, los despache o suministre sin cumplir
con las formalidades previstas en las Leyes y Reglamentos respectivos”.
Se trata de un tipo atenuado o privilegiado respecto al anterior por el
menor desvalor de la conducta de quien, estando legalmente autorizado
para traficar con sustancias nocivas o productos químicos susceptibles de
causar daños a la salud pública, realice exclusivamente las conductas de
despachar o suministrar antes analizadas, pero sin cumplir con todas las
“formalidades” legales, es decir, los requisitos exactos exigidos por la nor-
mativa administrativa. En este delito tiene más sentido la inserción de la
pena de inhabilitación para la profesión u oficio, por cuanto normalmente
los autorizados para el tráfico con estas sustancias serán profesionales espe-
cíficos, aunque el tipo penal se formule como delito común.
Pena: multa de seis a doce meses e inhabilitación para la profesión u
oficio de seis meses a dos años.
2. Delito farmacológico
a) El art. 361 CP castiga al que “fabrique, importe, exporte, suministre, inter-
medie, comercialice, ofrezca o ponga en el mercado, o almacene con estas finalidades,
858 Sergio Cámara Arroyo
medicamentos, incluidos los de uso humano y veterinario, así como los medicamentos
en investigación, que carezcan de la necesaria autorización exigida por la ley, o pro-
ductos sanitarios que no dispongan de los documentos de conformidad exigidos por
las disposiciones de carácter general, o que estuvieran deteriorados, caducados o in-
cumplieran las exigencias técnicas relativas a su composición, estabilidad y eficacia,
y con ello se genere un riesgo para la vida o la salud de las personas” (SÁNCHEZ
MARTÍNEZ; MENDOZA CALDERÓN; GARCÍA ALBERO; FAKHOURI
GÓMEZ; CÁMARA ARROYO).
Estamos ante un delito común, mixto alternativo, que engloba la to-
talidad de las conductas imaginables que pueden llevarse a cabo en rela-
ción con los medicamentos, para cuya realización es suficiente con que se
produzca una sola de tales modalidades comisivas. Nos encontramos ante
conductas que anticipan la consumación sin necesidad de que se produzca
resultado lesivo alguno, pues la mera posesión es la que perfecciona el tipo
delictivo, siempre que exista ánimo de ponerlos en circulación.
Su naturaleza jurídica concreta es discutida. Algún pronunciamiento lo
ha conceptualizado dentro de la categoría intermedia de delitos de peligro
abstracto-concreto o “peligro hipotético”, entendiendo que lo relevante
es la potencialidad o aptitud de la sustancia para generar un peligro en la
salud pública. De hecho, en interpretación sistemática con otros preceptos
entre los delitos contra la salud pública –por ejemplo, los delitos alimenta-
rios- no extrañaría que esta fuera la categoría predilecta de la jurispruden-
cia. Otros autores han explorado la posibilidad de encuadrar los delitos
farmacológicos dentro de la categoría de los delitos “lesión-peligro”, que
exigirían la lesión del bien jurídico colectivo salud pública a la vez que la
puesta en peligro concreto del bien jurídico individual del consumidor.
Hay quienes entienden que la amplitud de modalidades de comisión que
recoge el tipo penal requiere diferenciar aquellos delitos de mera activi-
dad y peligro abstracto (por ejemplo, la importación, exportación, fabri-
cación, tenencia) y los delitos de resultado y peligro concreto (ofrecer o
facilitar; alteración de la dosis, caducidad o composición genuina) que se
encuentran incluidos en el precepto. No obstante, a pesar de la existencia
de opiniones en contra, la dicción literal incluida (“se genere” -es decir, de
manera efectiva-, “un riesgo para la vida o la salud de las personas”, aunque
éste no se adjetive) parece apuntar a que su conceptualización como delito
de resultado de peligro concreto es la más acertada (STS 1397/1999, de 4
octubre, (Tol5.152.348)). En apoyo de esta conceptualización y a diferencia
de lo que sucede en otros preceptos, en el delito farmacológico es posible
castigar aun cuando el fármaco, por sí mismo, carece de potencialidad ex
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 859
ante para poner en peligro la salud (es inocuo) pero, sin embargo, sí pone
en riesgo concreto la salud pública por apartar a los pacientes del trata-
miento eficaz (STS 1612/2002, de 1 abril, (Tol275.494)).
Problemático es establecer la posibilidad de comisión por omisión (art.
11 CP) de un delito farmacológico en aquellos casos en los que un medica-
mento cumpla con las condiciones típicas de los arts. 361 y ss. CP y, sin em-
bargo, no sea retirado del mercado por los responsables de garantizar su
buena calidad o no se ofrezca información al consumidor. De este modo,
habrá que valorar las diferentes obligaciones y la posición de garante en
cuestión de farmacovigilancia de cada uno de los eslabones de la cadena de
fabricación y comercialización del medicamento: desde el entorno empre-
sarial, hasta el sanitario, pasando por los organismos estatales encargados
del control de calidad de los medicamentos.
Todos los delitos farmacológicos se encuentran confeccionados me-
diante la técnica legislativa de leyes penales en blanco, es decir, para la ade-
cuada interpretación del marco de prohibición será necesario el recurso a
las leyes administrativas que regulan el medicamento. De hecho, los delitos
relativos a los medicamentos vienen determinados, generalmente, por una
infracción especialmente grave de disposiciones de naturaleza administra-
tiva, lo que motiva su represión en ámbito penal.
Actualmente, casi toda la regulación legal española atinente al concep-
to de medicamento se encuentra aglutinada en el Real Decreto Legislativo
1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley
de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, en
cuyo art. 2 se ofrecen las principales definiciones que servirán para la inter-
pretación de otros preceptos jurídico que atañen a los medicamentos. En
términos generales, el concepto de medicamento atiende a dos principales
características: su apariencia, lo que va más allá de su función curativa (la
sustancia presentada como medicamento, legalmente será tratada como
medicamento); y a su finalidad curativa o terapéutica, lo que evitará que
una sustancia que tenga efectos clínicos sea conceptualizada, por ejemplo,
como producto cosmético.
La justificación de la preferencia por el delito común (sujeto activo pue-
de serlo cualquiera, sin que se exija ninguna cualidad o condición especí-
fica), en una conducta criminal eminentemente propia de determinadas
profesiones, es la amplitud de actores existente en la propia industria far-
macéutica. En la cadena de fabricación y distribución de medicamentos no
solamente nos encontramos con el desempeño de las clásicas profesiones
860 Sergio Cámara Arroyo
con producir es que parece que elaborar implica la existencia de una base
medicamentosa previa sobre la que se opera para conseguir el producto
farmacológico final. La sustitución de medicamentos quedaría incluida en
este verbo típico, toda vez que existe una base previa de un medicamento y
se “elabora” un envase diferente para el mismo, una nueva identidad, etc.
Producir es sinónimo de fabricar o crear. Ciertamente, parece complicada
la diferenciación semántica entre las conductas de fabricación, elabora-
ción y producción que, en muchos sentidos, son prácticamente equivalen-
tes sólo pudiendo diferenciarse la fabricación como simple elaboración
en serie del producto, de la elaboración como el proceso de investigación
dirigido a crear un medicamento.
Entran dentro de esta modalidad tanto la imitación como la simulación
de medicamentos. El supuesto de la simulación se trata de la creación “ex
novo” del objeto y ésta no va referida a modelo alguno, tratándose sim-
plemente de elaborar un producto fingiendo cualidades terapéuticas que
no posee y debe tenerse presente que expender sustancias inocuas como
verdaderos medicamentos, entrará también en el tipo contemplado, dado
que, al no tener los efectos curativos o terapéuticos esperados, produciría
una lesión a la vida o a la salud de las personas. La simulación no pretende
suplantar modelo alguno, sino presentar como medicamento una sustancia
que no lo es, porque no ha sido legalmente reconocida como tal, fingiendo
cualidades terapéuticas que en realidad no posee. La imitación exige la
existencia de un modelo de medicamento real que se trata de suplantar.
Estamos, por tanto, ante una falsificación de la sustancia a la que se
atribuyen los caracteres y propiedades del medicamento imitado o simu-
lado con peligro para la salud o vida de los potenciales consumidores. No
se exige ningún grado de técnica o perfeccionamiento en la imitación o
simulación, por lo que debe entenderse que, al menos, debe tener una
apariencia lo suficientemente realista como para tener verdadera capaci-
dad de engendrar el engaño.
En el segundo apartado del art. 362 CP se incluye la modalidad de alte-
rar el medicamento, lo que puede producirse, a diferencia de las anteriores
conductas en las que no se indica limitación alguna, tanto en el momen-
to de fabricarlo o elaborarlo como en cualquier otro momento posterior
(dispensación, venta, etc.). Alterar supone cambiar, sustituir o corromper
la composición o cantidad del medicamento. Esta modalidad comisiva su-
pone la adulteración de los medicamentos, desde la ineficacia terapéutica
hasta la toxicidad absoluta. Se castiga la alteración, tanto en el momento
de la fabricación o elaboración como en momentos posteriores, de las ca-
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 869
pena recibe la conducta que sirve para cometer, lo que denota una mayor
implicación y conocimiento de la realización del ulterior delito, que la de
facilitar la comisión, que mantiene unas connotaciones más laxas.
La amplitud con la que se encuentra formulada la conducta típica den-
tro de los elementos objetivos del tipo es criticable, interpretándose que la
falsedad punible debe quedar circunscrita a aquellos documentos que sir-
van a la garantía de identificación del producto: autorización para la co-
mercialización o exportación, de conformidad, certificado de origen, ficha
técnica, etiquetado, embalaje y prospecto. En analogía con los delitos de
falsedades documentales, puede argumentarse que la falsificación o enga-
ño debe ser relevante.
El objeto material principal serán los prospectos de los medicamentos,
pero también se extiende a la parte externa que se encuentra a la vista del
público (envase, etiquetado, modo de empleo).
Respecto a los elementos subjetivos, son posibles las modalidades dolosas y
la imprudente grave (art. 367 CP), bastando para que se dé la primera de
ellas con el conocimiento de la falsedad del documento, además de saber
que sirva para cometer o facilitar la comisión de uno de los delitos del art.
362 CP (elemento subjetivo específico).
Pena: seis meses a dos años de prisión, multa de seis a doce meses e inha-
bilitación especial para profesión u oficio de seis meses a dos años.
f) Art. 362 quater CP: en este precepto se regulan una serie de tipos cua-
lificados o agravados por razón del sujeto activo (autoridad, funcionario
público, facultativo, profesional sanitario, docente, educador, entrenador
físico o deportivo, responsables o empleados de establecimientos abiertos
al público; lo que transforma estos tipos en especiales impropios), pasi-
vo (menores de edad, personas con discapacidad necesitadas de especial
protección, o personas especialmente vulnerables en relación con el pro-
ducto) y determinados medios de comisión masivos (organización o gru-
po criminal, medios de difusión a gran escala, establecimientos abiertos al
público).
En el primero de los grupos (sujetos activos) la agravación tiene su fun-
damento en el mayor desvalor de la acción cuando se aprovecha o se utiliza
el cargo, profesión u oficio para facilitar la comisión del delito, conseguir
mayor difusión de las sustancias y/u obrar con mayor impunidad. No se
recoge expresamente el abuso de confianza en la credibilidad del fabri-
cante o proveedor, sino directamente el abuso del cargo. En el segundo de
los supuestos (medios específicos de comisión), la agravación se sustenta
874 Sergio Cámara Arroyo
III. DOPAJE
El delito contra la salud pública del art. 362.1 quinquies CP, regula el
tipo básico del denominado delito de dopaje (to dope, en inglés: drogar-
se): “Los que, sin justificación terapéutica, prescriban, proporcionen, dispensen, su-
ministren, administren, ofrezcan o faciliten a deportistas federados no competitivos,
deportistas no federados que practiquen el deporte por recreo, o deportistas que parti-
cipen en competiciones organizadas en España por entidades deportivas, sustancias
o grupos farmacológicos prohibidos, así como métodos no reglamentarios, destinados
a aumentar sus capacidades físicas o a modificar los resultados de las competiciones,
que por su contenido, reiteración de la ingesta u otras circunstancias concurrentes,
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 875
arts. 359 y siguientes, así como los bienes, medios, instrumentos y ganan-
cias con sujeción a lo dispuesto en los arts. 127 a 128 CP.
para darles cualidades de que carecen o para mejorar las que poseen, sin
propósito de cambiar su valor nutritivo; habitualmente para producir su
engorde) u otros agentes no autorizados, siempre que sean potencialmen-
te dañinos para la salud de los consumidores. El aperturismo con el que el
legislador introduce el catálogo de “agentes no autorizados”, lleva a tener
presente la regulación administrativa, nacional y europea, sobre las sustan-
cias permitidas o prohibidas. De este modo, el tipo se conforma como una
norma penal en blanco.
En lo relativo a los elementos subjetivos del tipo, al igual que otras de las
conductas analizadas en este Capítulo, caben tanto las formas dolosas como
la imprudente grave atendiendo a la cláusula del art. 367 CP.
Pena: las mismas penas del artículo anterior.
En el art. 364.1 CP también se introduce un subtipo especial impropio
agravado por razón de un mayor desvalor de la conducta: “si el reo fuera el
propietario o el responsable de producción de una fábrica de productos alimenticios”.
La única variación respecto al precepto anterior se encuentra en los sujetos
activos especializados: propietario es el dueño, es decir, quien tiene dere-
cho de propiedad de la fábrica; en cuanto al responsable o encargado, es
quien ejerce las tareas de gestión, administración, supervisión, etc., de la
fábrica y, por tanto, a quien le compete la adopción y vigilancia de la ca-
lidad y salubridad de los productos que en ella se elaboran. No basta con
ostentar los puestos o cargos mencionados en el tipo, sino que los sujetos
activos deben realizar alguna de las conductas previstas en el precepto. La
cría industrial de animales para el consumo humano constituye una autén-
tica fabricación de cosas que, como alimentos, serán utilizados con riesgo
para los consumidores si incluyen sustancias nocivas para la salud (STS
1/2004, de 12 enero, (Tol348.616)). El límite que supone la prohibición de
una interpretación extensiva impide aplicar el precepto a los propietarios
de explotaciones ganaderas, al ser un concepto distinto de fábrica de pro-
ductos alimenticios.
Pena: las mismas penas del artículo anterior y, además, la pena de in-
habilitación especial para profesión, oficio, industria o comercio de seis a
diez años.
El art. 364.2 CP castiga, con la misma pena contenida en el primer nu-
meral, “al que realice cualquiera de las siguientes conductas: 1.º Administrar a los
animales cuyas carnes o productos se destinen al consumo humano sustancias no
permitidas que generen riesgo para la salud de las personas, o en dosis superiores o
para fines distintos a los autorizados. 2.º Sacrificar animales de abasto o destinar
sus productos al consumo humano, sabiendo que se les ha administrado las sustan-
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 889
cias mencionadas en el número anterior. 3.º Sacrificar animales de abasto a los que
se hayan aplicado tratamientos terapéuticos mediante sustancias de las referidas
en el apartado 1.º 4.º Despachar al consumo público las carnes o productos de los
animales de abasto sin respetar los períodos de espera en su caso reglamentariamente
previstos”.
De nuevo, nos encontramos ante una naturaleza jurídica y clasificación
que se presta a la controversia: se trata de un delito común, sin que se espe-
cifique ninguna cualidad específica en los sujetos activos, pero contiene una
serie de conductas de diferente significación que pueden ser entendidas
como delitos de peligro abstracto, hipotético o de peligro concreto, por los
términos exactos utilizados por el legislador en cada caso. Así, la primera
de las conductas se incluye la locución “que generen (verbo presente, de
inmediatez o efectividad) riesgo para la salud de las personas” lo que nos
acerca, al menos en interpretación literal, al resultado de peligro concreto.
La segunda y la tercera de las conductas parecen remitirse al mismo tipo de
sustancias, es decir, que también parecen aplicar la misma fórmula de ries-
go determinado. Sin embargo, ninguna alusión a esta clase de peligro se
menciona en el apartado cuarto, que puede ser entendido sin problemas
como un delito de peligro abstracto.
La jurisprudencia se ha decantado por entender que los tres primeros
supuestos tienen naturaleza de delitos de peligro hipotético, mientras que
el cuarto se correspondería con un delito de peligro abstracto puro, muy
próxima a los delitos de mera actividad, en los que basta que represente
normalmente, en sí mismo, una situación de riesgo, sin concreción alguna.
Así, para las tres conductas iniciales se habla de un supuesto intermedio de
peligro abstracto-concreto, de eventual causación de daño para la salud de
las personas, también denominado de peligro potencial e hipotético, en el
que la perfección se alcanza por el mero hecho de administrar a los ani-
males destinados al consumo humano esas sustancias que hipotéticamente
generan riesgo para la salud de las personas. Lo decisivo es el carácter
peligroso de la sustancia administrada y no el peligro real creado con ella
para la salud pública (SSTS 1397/1999, de 4 de octubre, (Tol5.152.348);
1546/1999 de 6 noviembre; 1007/2001, de 31 mayo, (Tol4.926.132);
1210/2001, de 11 junio, (Tol4.926.096)).
Continuando con el análisis de los elementos objetivos del tipo, se prevén
diferentes modalidades de comisión, con los siguientes requisitos:
La primera de las conductas consiste en suministrar por cualquier vía
(medios directos –inyectándolo- o indirectos -administrándolo en el pien-
so-) sustancias prohibidas y peligrosas para la salud humana en animales
890 Sergio Cámara Arroyo
cuya carne y otros derivados (leche, huevos, vísceras, queso, etc.) están
destinados al consumo humano. Sustancias no permitidas, al igual que
en otros preceptos similares, son aquellas que, conforme a la regulación
administrativa no están permitidas y, además, son potencialmente o cua-
litativamente nocivas por sí mismas (la concentración de la sustancia en
estos casos es irrelevante, al igual que los fines para los que se utiliza). Sin
embargo, se añade una cláusula de cariz cuantitativo advirtiéndose que
también se considerarán dentro del tipo aquellas sustancias en dosis supe-
riores o para fines distintos a los autorizados, esto es, sustancias adminis-
trativamente permitidas pero administradas en cantidades superiores a lo
autorizado (la nocividad deriva del uso inmoderado por superar las dosis
terapéuticas) o con una finalidad distinta a la recogida en la regulación de
referencia (utilizarlas de un modo fraudulento). El delito se consuma por
la administración de las sustancias a los animales destinados al consumo
humano, cuya prohibición estriba precisamente en el riesgo potencial que
la utilización del producto genera para la salud de las personas (se intro-
duce ya en la cadena alimenticia el producto nocivo). Permite la aplicación
de la continuidad delictiva: el legislador al redactarlo no ha reputado ne-
cesaria la repetición o existencia de varios actos para configurar la figura
delictiva, pues al emplear en plural el término “animales” lo hace en consi-
deración a las distintas especies destinadas al consumo humano y no a que
deba ser suministrada la sustancia a varios de la misma o distinta especie
para que nazca a la vida el delito, lo cual acaece con el simple suministro
a un solo animal de abasto en una ocasión de la sustancia prohibida o la
terapéutica en dosis superior o para fines distintos, sin precisarse por tan-
to de pluralidad de animales ni de actos de suministro (SAP de Palencia,
Sección 1ª, 12/2002 de 20 febrero (Tol161.643)). Puede ser cometido tanto
en forma activa como omisiva, es decir, también cuando se omite impedir
que quienes están a las órdenes del titular de la empresa cometan la acción
infractora (STS 1442/2002, de 14 septiembre, (Tol4.923.094)).
Ejemplo: el uso del Clembuterol en animales ha sido reiteradamente encua-
drado por la jurisprudencia en este tipo penal (entre otras, SSTS 18/2001,
de 20 enero, (Tol4.926.339); 1517/2000, de 22 marzo, TOL4.916.920;
973/2000, de 15 diciembre, (Tol4.922.584)). Los informes periciales aporta-
dos en las causas, no dejan lugar a dudas sobre la peligrosidad de tal produc-
to, prohibido por la legislación administrativa.
no, porcino, etc. Nótese que no se habla de destinar los animales al con-
sumo humano sino de sus productos. Sacrificar supone matar un animal,
específicamente para el consumo.
Sacrificar animales de abasto a los que se hayan aplicado tratamientos
terapéuticos mediante sustancias de las referidas en el apartado primero:
se refiere a la persecución legal ante posibles fraudes alimentarios, con
grave riesgo para la salud, por aplicar indebidamente medicamentos (tra-
tamientos curativos o paliativos) nocivos para la salud o sustancias no per-
mitidas administrativamente a los animales de abasto.
Despachar al consumo público las carnes o productos de los animales
de abasto sin respetar los períodos de espera en su caso reglamentariamen-
te previstos: para evitar riesgos a la salud humana cuando se administran
esta clase de sustancias a animales de abasto, es preciso que antes de co-
mercializar sus productos haya transcurrido el tiempo de espera necesario
(requisito cronológico o temporal del tipo) para eliminar todas las sustan-
cias farmacológicamente activas, sean principios activos, excipientes o pro-
ductos de degradación y los residuos o metabolitos, o que se encuentren
en proporción inferior al límite máximo admitido legalmente para dicho
medicamento y alimento. Para la salud humana es esencial que se respeten
las prescripciones veterinarias y los plazos de espera. Lo que el tipo penal
castiga no es en sí matar a los animales, como en el caso anterior, sin respe-
tar los plazos de espera precisos para eliminar los riesgos de residuos, sino
despachar sus carnes o productos, es decir, introducirlos en el circuito del
mercado. Se requieren, por tanto, dos conductas consecutivas: la omisión
de deber de respetar el plazo de espera reglamentariamente fijado para
facilitar la eliminación o supresión de las sustancias administradas y, pos-
teriormente, una conducta activa de despachar estos géneros. Son fraudes
alimentarios nocivos para la salud humana, además de atentar contra los
intereses económicos de los consumidores, la industria y el comercio (SAP
de Zamora, Sección 1ª, 97/2015, de 3 noviembre, (Tol5.589.741)).
En cuanto a los elementos subjetivos del tipo, caben las diferentes moda-
lidades dolosas y también la imprudencia grave atendiendo a lo indicado
en el art. 367 CP. La terminología empleada en la primera conducta “para
fines distintos a los autorizados”, supone la inserción de un elemento sub-
jetivo específico de carácter teleológico o finalístico. En la segunda de las
conductas tipificadas se interpela al elemento cognoscitivo del dolo, por
cuanto se requiere que se lleve a cabo sabiendo que se les ha administrado
las sustancias, y parece indicar que debe tratarse de persona distinta a la
que ha administrado la sustancia, de lo contrario no se diría “sabiendo que
892 Sergio Cámara Arroyo
tren, puedan ser responsables por los delitos farmacológicos que se hayan
cometido por parte de sus responsables, administradores, representantes
o miembros de sus órganos con autorización para tomar decisiones en su
nombre, por cuenta de las mismas y en su provecho directo o indirecto
(MENDOZA CALDERÓN). También será posible establecer la respon-
sabilidad de estas entidades por el incumplimiento grave de los deberes
de supervisión, vigilancia y control de la actividad (art. 31.1 bis CP). En
este sentido, el cumplimiento de las obligaciones de farmacovigilancia, así
como los planes de prevención del delito (corporate compliance) y los dife-
rentes niveles de control pueden ser considerados como importantes ate-
nuantes e, incluso, eximentes de la responsabilidad penal de las personas
jurídicas, conforme a lo indicado en los arts. 31.2, 3 y 5 bis y 31 quáter CP.
No será posible exigir la responsabilidad penal ni de los hospitales públi-
cos, ni de las farmacias hospitalarias que se encuentran habitualmente en
ellos, puesto que quedan amparados en la exención de punibilidad para
el Estado, las Administraciones públicas territoriales e institucionales, los
Organismos reguladores, las Agencias y Entidades públicas empresariales
recogida en el art. 31.1 quinquies CP. En cuanto al delito de dopaje, nos
encontraremos principalmente con entidades deportivas, clubs, etc., así
como también algunos establecimientos donde se dispensen esta clase de
sustancias, tales como centros deportivos, de alto rendimiento, gimnasios,
etc. (DE VICENTE MARTÍNEZ). Finalmente, para el delito alimentario y
relativo a las sustancias nocivas, las empresas de la industria alimenticia en
un sentido amplio, las propias fábricas o explotaciones ganaderas, de culti-
vos, etc., podrán ser abarcadas por esta cláusula.
b) Art. 367 CP: cláusula de imprudencia grave. Si los tipos penales antes
explicados fueran realizados por imprudencia grave, se impondrán, res-
pectivamente, las penas inferiores en grado. No se realiza mención sobre la
imprudencia profesional, supuesto tal vez común en el caso de los facultati-
vos que dispensan los medicamentos. En cualquier caso, al no especificarse
nada, esta clase de delitos la vulneración o ignorancia de los principios
elementales de la lex artis farmacéutica y médica será equivalente a la im-
prudencia grave. Al exigir que la imprudencia sea grave, se entiende que
ha existido una inobservancia o quebrantamiento de las medidas de seguri-
dad, precaución y control más elementales a las que se encuentra obligado
el ciudadano medio.
Se ha discutido si todos y cada uno de los delitos incluidos en el Capí-
tulo admite realmente la modalidad imprudente. Por ejemplo, en el caso
del art. 362 CP, conducta de alteración o adulteración de un medicamento.
Sin embargo, este modo de interpretar la alteración no es excluyente de
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 895
otras posibles formas de alteración, a las que hay que añadir la posibilidad
de que el sujeto activo desconozca, aunque debería haber puesto todas las
medidas de cuidado exigibles, que incorporaba una sustancia o principio
activo que volvía nocivo o ineficaz al medicamento. En el art. 362 bis CP,
la única posibilidad de estimar la imprudencia para esta modalidad delic-
tiva es que el sujeto activo, a sabiendas de la falsedad o adulteración de los
productos, desconociera que con su conducta pone en peligro la vida o
salud de las personas, al considerar que tal falsificación o adulteración no
es nociva. Finalmente, en el caso del dopaje, sería posible imputar, a título
de imprudencia grave, un delito de dopaje a quien omite su obligación de
conocimiento sobre sustancias dopantes y, sin embargo, confiando en que
no se producirá ningún peligro para la vida o la salud de los deportistas se
los suministra.
por tanto, una comprobación por parte del donante de que el donatario
consume la droga él exclusivamente; que no exista contraprestación; que
se persiga únicamente una finalidad altruista y humanitaria para aliviar el
síndrome de abstinencia; que se trate de cantidades mínimas.
Ejemplo: acusados a la que se le incautan pequeñas cantidades de droga que
proyectan entregar a sus familiares, compañeros/as sentimentales, esposos/
as consumidores crónicos con un grado grave de adicción, presos/as en un
centro penitenciario. Drogadicto que invita a otro con el que convive a con-
sumir droga.
Como ya se ha ido reflejando, los elementos subjetivos del tipo están pre-
sididos por el dolo (conocimiento de la peligrosidad de la sustancia y su
condición de droga, sustancia estupefaciente o psicotrópica) de promo-
ver, favorecer o facilitar el consumo ilegal en terceros. Se exige un ánimo
tendencial, integrado por una finalidad de destino de la droga, esto es,
la alteridad, el proselitismo o facilitación a terceros. Para que el juzgador
obtenga la convicción de la existencia de este ánimo, por ejemplo en su-
puestos limítrofes de mera tenencia, será necesario realizar un juicio de
inferencia atendiendo a los hechos concretos. En estos casos, además de la
cuantía y grado de pureza de la droga, serán indicios o elementos de con-
vicción relevantes: la disposición de la sustancia en bolsas para su ulterior
transmisión a terceros; la incautación de elementos de medición, útiles
para su manipulación, envases o envoltorios, pesaje (balanza de precisión)
o distribución; dinero en metálico; sujeto activo no consumidor, ausencia
de ingresos lícitos, la actitud y reacción del sujeto activo ante la ocupación
de la sustancia, el intento de deshacerse de ella u ocultarla, circunstan-
cias personales, etc. Cabe el dolo eventual por ignorancia deliberada. No
se prevé la comisión imprudente. El ánimo de lucro no es requisito del
delito. No obstante, ello no quiere decir que no juegue ningún papel esa
frecuente motivación lucrativa en la valoración de estas conductas como
signo externo y elocuente -aunque no imprescindible- de esa promoción,
favorecimiento o facilitación de la sustancia a terceros que, no importa
reiterar, es presupuesto de la punición de estas actividades. De hecho, en
muchas ocasiones servirá como evidencia de que se está traficando con
este tipo de sustancias.
Pena: prisión de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de la
droga objeto del delito si se tratare de sustancias o productos que causen
grave daño a la salud, y de prisión de uno a tres años y multa del tanto al
duplo en los demás casos.
En el párrafo segundo del art. 368 CP se incluye un supuesto atenuado
de carácter potestativo o discreccional: “no obstante lo dispuesto en el párrafo
anterior, los tribunales podrán imponer la pena inferior en grado a las señaladas en
atención a la escasa entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable.
No se podrá hacer uso de esta facultad si concurriere alguna de las circunstancias a
que se hace referencia en los arts. 369 bis y 370 CP”.
Se enlaza la atenuación a dos parámetros -escasa entidad del hecho y
circunstancias personales-, aunque la exigencia de la necesaria aplicación
de manera conjunta ha sido discutida en sede jurisprudencial. Así, según
algunas resoluciones, no necesariamente han de exigirse acumuladamen-
904 Sergio Cámara Arroyo
te, bastando una de las alternativas que, respectivamente, han sido inter-
pretadas como de menor antijuridicidad y menor culpabilidad (STS, de
15 de octubre de 2018). Por el contrario, se ha considerado también que
para la aplicación de la atenuación penológica se precisa la concurren-
cia o coexistencia de los dos parámetros (STS 607/2011, de 17 de junio,
(Tol3.018.777)), si bien son reiteradas las sentencias que han expresado
que las circunstancias personales del recurrente son un dato que tiene me-
nor entidad y consistencia que el de la escasa gravedad del hecho, por lo
que en los supuestos en los que nada se dice al respecto de las circunstan-
cias personales, ello no impide la aplicación del tipo privilegiado porque
también en ese caso la pena puede aparecer proporcionada al grado de
culpabilidad del autor (STS 38/2012, de 2 febrero, (Tol2.438.697)). Sin
embargo, la STS 147/2011, de 3 de marzo (Tol2.082.107), razonaba que
el precepto, como se deduce de su propia lectura y de la utilización de
la conjunción copulativa “y”, establece la concurrencia acumulativa de la
menor entidad del hecho y de ciertas circunstancias personales que hagan
aconsejable la reducción de la pena. Sin embargo, no faltarán ocasiones
en las que la menor entidad del hecho se evidencie con tal nitidez que el
presupuesto subjetivo que exige el precepto, ligado a las circunstancias
personales del autor, pase a un segundo plano. Dicho con otras palabras,
el peso de lo objetivo puede degradar la intensidad en la exigencia de lo
subjetivo (STS 188/2012, de 16 de marzo, (Tol2.492.832)).
Nótese, en primer lugar, que el subtipo atenuado se refiere en primer
lugar a la escasa entidad del hecho y no de la sustancia. Es decir, estamos
ante un parámetro cualitativo de menor intensidad o relevancia de la ac-
tuación de cultivo, elaboración, tráfico o promoción, favorecimiento o fa-
cilitación a terceros de la sustancia y no referida a la cantidad o calidad de
la droga en sí. Por ello, es posible aplicar este subtipo privilegiado tanto a
supuestos en los que la sustancia causa grave daño a la salud, como en los
que no. Es cierto, no obstante, que muchas de las conductas denominadas
“de menudeo”, esto es, venta al por menor de papelinas, pequeñas can-
tidades de hachís o cannabis, etc., podrán ser valoradas conforme a este
precepto atenuado.
Conforme a la abundante jurisprudencia existente sobre el subtipo ate-
nuado de tráfico de drogas, la aplicación del mismo es viable si, constatada
la escasa entidad, se valoran las circunstancias personales y no se encuentra
ninguna que desaconseje la atenuación, siendo éstas todas aquellas que
determinen una menor culpabilidad o reprochabilidad en función de la
inclinación del sujeto a realizar actos de tráfico o de posesión preordenada
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 905
4. Supuestos hiperagravados
El art. 370 CP incluye una serie de supuestos agravados cuando:
a) Se utilice a menores de 18 años o a personas con discapacidad psíqui-
ca (el precepto usa el término más peyorativo, pero también más amplio,
de “disminuidos” psíquicos; debe entenderse un grado de oligofrenia o
padecimiento psicológico que suponga una merma en la capacidad de en-
tender y autodeterminación de estas personas) para cometer estos delitos:
supone un mayor desvalor de la conducta por utilizar como meros instru-
mentos para la comisión del delito (no basta con la realización de meros
actos accesorios) a personas especialmente vulnerables, influenciable e,
incluso, en ocasiones, inimputables. Se trata de un supuesto de autoría
mediata que solamente se apreciará si el sujeto activo abusa o se prevale
de la condición de los menores o personas con discapacidad (pues éstos,
sin perjuicio de su eventual inimputabilidad, pueden ser coautores o par-
tícipes del delito de tráfico de drogas si actúan de manera consciente y
voluntaria).
b) Se trate de los jefes, administradores o encargados de las organiza-
ciones a que se refiere el art. 369.1.2ª CP: es decir, no respecto de las or-
ganizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas (ya castigado en el
art. 369 bis CP párrafo segundo), sino a otras organizaciones con distinta
finalidad delictiva.
c) Las conductas descritas en el art. 368 CP fuesen de “extrema gra-
vedad”. El propio precepto incluye una interpretación auténtica de este
concepto jurídico indeterminado: se consideran de extrema gravedad los
casos en que la cantidad de las sustancias a que se refiere el art. 368 CP
excediere notablemente de la considerada como de notoria importancia
(agravación por razones cuantitativas: procederá en aquellos casos en los
que el objeto material del delito esté representado por una cantidad que
exceda de la resultante de multiplicar por mil la cuantía de notoria im-
portancia); o se hayan utilizado buques, embarcaciones o aeronaves como
medio de transporte específico (agravación por los medios empleados); o
se hayan llevado a cabo las conductas indicadas simulando operaciones de
comercio internacional entre empresas (defraudación) o se trate de redes
internacionales dedicadas a este tipo de actividades (agravación por delin-
cuencia transnacional, debido a la mayor dificultad para su persecución y
enjuiciamiento); o cuando concurrieren tres o más de las circunstancias
previstas en el art. 369.1 CP (agravación por acumulación de circunstancias
cualificadoras).
912 Sergio Cámara Arroyo
5. Precursores
El art. 371 CP incluye un tipo básico relativo a los precursores del delito
de tráfico de drogas: “el que fabrique, transporte, distribuya, comercie o tenga en
su poder equipos, materiales o sustancias enumeradas en el cuadro I y cuadro II de la
Convención de Naciones Unidas, hecha en Viena el 20 de diciembre de 1988, sobre
el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, y cualesquiera otros pro-
ductos adicionados al mismo Convenio o que se incluyan en otros futuros Convenios
de la misma naturaleza, ratificados por España, a sabiendas de que van a utilizarse
en el cultivo, la producción o la fabricación ilícitas de drogas tóxicas, estupefacientes
o sustancias psicotrópicas, o para estos fines”.
En cuanto a su naturaleza jurídica, se trata de un tipo común, de mera ac-
tividad y peligro abstracto. Ha sido construido conforme a la técnica de las
leyes penales en blanco, pues se remite a la normativa internacional para la
definición de su objeto material. Constituye realmente un acto preparatorio
punible del delito del art. 368 CP. Al igual que otros de los delitos de este
Capítulo, se trata de un delito de tracto sucesivo que pretende cubrir todo
el ciclo de conductas relacionado con los precursores de la droga.
Se considera “precursor” toda materia que sirve de manera específica
y esencial para la fabricación de un producto químico determinado. Se
incorpora a la molécula de droga (producto final) y entra a formar parte
de la estructura molecular final de la sustancia. Los precursores son utili-
zados como reactivos, disolventes o catalizadores en los distintos procesos
químicos necesarios para la elaboración de drogas tóxicas, estupefacientes
o sustancias psicotrópicas. En nuestra legislación, los precursores se en-
cuentran regulados por la Ley 3/1996, de 10 de enero, sobre medidas de
control de sustancias químicas catalogadas susceptibles de desvío para la
fabricación ilícita de drogas y también en el art. 1.10 de la Ley 12/1995
de Represión del Contrabando. La finalidad del precepto es evitar que se
llegue a la elaboración de los citados productos a través de la utilización o
manipulación de determinadas sustancias catalogadas de previsible utili-
dad en este marco.
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 913
lancia y seguimiento por los agentes actuantes (SAP de Lleida, Sección 1ª,
227/2020, de 28 octubre, (Tol8.329.431)).
En los elementos subjetivos el dolo no solo cubre la acción típica, sino otras
a las que sirve de antesala o propósito a esto se refiere el precepto cuando
exige para la integración del tipo que el poseedor actúe a “sabiendas de
que van a utilizarse en el cultivo, la producción o la fabricación ilícitas
de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o para estos
fines”. Elemento subjetivo este último de carácter teleológico que hace re-
ferencia al conocimiento (elemento cognoscitivo) de que los precursores
tienen como destino final la confección de drogas prohibidas por el art.
368 CP y que puede ser extraído de indicios claros extraídos de los hechos
probados: las medidas de reserva y precaución para transportar los precur-
sores; el contacto con personas vinculadas al tráfico de sustancias estupe-
facientes; el afloramiento de beneficios económicos que obtienen con la
distribución clandestina; y la inexistencia de datos objetivos que justifiquen
la compra de importantes cantidades de sustancias calificadas como pre-
cursores (STSJ de Galicia, Sala de lo Civil y Penal, Sección 1ª, 101/2022, de
8 noviembre, (Tol9.301.020)).
Pena: prisión de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de
los géneros o efectos.
El numeral segundo del art. 371 CP incluye dos subtipos agravados, cas-
tigando, en primer lugar, con la pena señalada en el numeral anterior en
su mitad superior “cuando las personas que realicen los hechos descritos en el apar-
tado anterior pertenezcan a una organización dedicada a los fines en él señalados”
y, en segundo lugar, con la pena superior en grado “cuando se trate de los
jefes, administradores o encargados de las referidas organizaciones o asociaciones”.
Como se ha indicado en el caso del art. 369 bis CP, este precepto deberá
interpretarse conforme a los conceptos de organización o grupo criminal
(arts. 570 bis y ter CP) o asociación ilícita, exigiéndose que la finalidad de
estas agrupaciones delictivas sea el tráfico de precursores.
En ambos casos, los jueces o tribunales impondrán de manera precepti-
va, además de las penas correspondientes, la de inhabilitación especial del
reo para el ejercicio de su profesión o industria por tiempo de tres a seis
años, y las demás medidas previstas en el art. 369.2 CP.
6. Supuesto hiperatenuado
El art. 376 CP indica que “en los casos previstos en los arts. 361 a 372 CP, los
jueces o tribunales, razonándolo en la sentencia, podrán imponer la pena inferior en
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 915
uno o dos grados a la señalada por la ley para el delito de que se trate, siempre que el
sujeto haya abandonado voluntariamente sus actividades delictivas y haya colabo-
rado activamente con las autoridades o sus agentes bien para impedir la producción
del delito, bien para obtener pruebas decisivas para la identificación o captura de
otros responsables o para impedir la actuación o el desarrollo de las organizaciones o
asociaciones a las que haya pertenecido o con las que haya colaborado. Igualmente,
en los casos previstos en los arts. 368 a 372 CP, los jueces o tribunales podrán im-
poner la pena inferior en uno o dos grados al reo que, siendo drogodependiente en el
momento de comisión de los hechos, acredite suficientemente que ha finalizado con
éxito un tratamiento de deshabituación, siempre que la cantidad de drogas tóxicas,
estupefacientes o sustancias psicotrópicas no fuese de notoria importancia o de extre-
ma gravedad”.
Se trata de dos supuestos hiperatenuados de carácter potestativo que,
de manera especialmente motivada (se hace énfasis en el “razonamiento”,
aunque todas las resoluciones judiciales deben estar debidamente motiva-
das), pueden llevar a una penalidad muy atenuada. El primero de los casos,
aunque es tratado en este apartado, se extiende también a los delitos far-
macológicos, de dopaje y alimentarios; se refiere a supuestos acumulativos
de desistimiento y colaboración efectiva con la Administración de Justicia.
El segundo es exclusivo de los delitos relativos a las drogas y otras sustancias
estupefacientes o psicotrópicas y está específicamente referido a la condi-
ción de drogodependiente del sujeto activo (no basta con ser consumidor
esporádico) en el momento de comisión de los hechos y la acreditación
de su posterior y efectiva rehabilitación o desintoxicación (no es suficiente
con que se encuentre bajo tratamiento). La deshabituación podrá acre-
ditarse en cualquier momento del procedimiento, antes de que se dicte
sentencia. En este último inciso se incorpora un elemento negativo: que el
delito cometido no fuese de notoria importancia o de extrema gravedad,
exclusivamente por razón de la cuantía de la droga.
7. Disposiciones comunes
El art. 372 CP amplía el elenco de sujetos activos especializados median-
te una cláusula general aplicable a todos los delitos previstos en el Capítulo
de los delitos contra la salud pública, lo que abarca también a los relativos
a sustancias nocivas, delito farmacológico, dopaje y delito alimentario. De
este modo, podrán conformarse toda una serie de tipos agravados especia-
les si los hechos previstos fueran realizados por empresario, intermediario
en el sector financiero, facultativo, funcionario público, trabajador social,
docente o educador, en el ejercicio de su cargo, profesión u oficio, se le
916 Sergio Cámara Arroyo
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Es necesario que haya consumidores que hayan resultado perjudica-
dos para que se considere cometido el delito del art.359 CP?
a) Sí, es necesario que al menos una persona haya consumido el produc-
to o que éste haya producido estragos de manera efectiva.
b) No, basta con que la sustancia nociva pueda causar estragos y sea
potencialmente perjudicial para la salud.
c) Sí, pero solo si la sustancia nociva es un medicamento.
d) No, pero solo si la sustancia nociva es un producto químico.
2. ¿Quién puede ser sujeto activo en un delito farmacológico?
a) Solo profesionales sanitarios.
b) Solo los propietarios de las farmacias.
c) Cualquier persona que realice las acciones descritas en el delito.
d) Solo los fabricantes de medicamentos.
LECCIÓN 25. DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA 919
Todos estos tipos penales tienen una estructura propia de delitos de peligro (abstracto o concre-
to), aunque hay supuestos límite en los que se discute si realmente estamos ante un tipo de
peligro o simplemente ante un delito formal. Los delitos contra la seguridad vial son dolosos en
cuanto a la actividad peligrosa, pero imprudentes con respecto al resultado. No obstante, el
art. 381 CP (conducción homicida) recoge un supuesto particular en el que, además de dolo
de peligro, puede existir dolo eventual respecto al resultado lesivo.
Por otro lado, también con alguna excepción, los tipos penales aquí estudiados son delitos de
propia mano, ya que el sujeto activo deber ser necesariamente el conductor, esto es, el que maneja
los mandos del vehículo. El vehículo a motor o un ciclomotor son los instrumentos de realiza-
ción de la mayoría de los delitos contra la seguridad vial, y generalmente la conducta típica se
realiza en la conducción de los mismos.
1. INTRODUCCIÓN
En el presente capítulo estudiamos una serie de delitos que tienen una
gran relevancia tanto en el plano práctico como teórico. La entidad y el
elevado número de estos delitos (que constituyen la mayor parte de los
asuntos que conocen los juzgados), su carácter líquido y cambiante (donde
las reformas legislativas se sobreponen sobre otras recientes reformas) así
como su naturaleza, estructura y configuración, hace que siempre reciban
una gran atención jurídica y social.
Todo lo anterior genera importantes debates doctrinales sobre la ma-
teria que, en muchas ocasiones, se trasladan a las Audiencias Provinciales,
lo que se traduce en innumerables sentencias discrepantes sobre las más
variadas cuestiones relacionadas con este tipo de delitos. Esto parece que
se va atemperando en los últimos años, ya que la aprobación de la Ley
922 Marco Teijón Alcalá
1
Según el Anexo I de la LTCVMSV, vía interurbana es la vía pública situada fuera
de poblado, mientras que urbana es la situada dentro de poblado, excepto las tra-
vesías. Por otro lado, el Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que
se aprueba el Reglamento General de Circulación -RGC- (arts. 48 y 50) establece
las velocidades máximas en cada vía (Tol 328.757).
2
La Orden ICT/155/2020, de 7 de febrero, por la que se regula el control metroló-
gico del Estado de determinados instrumentos de medida (Tol 7.762.807) establece
un margen de error del 5% en radares fijos y del 7 % en radares móviles (en ambos
casos para velocidades superiores a 100km/h). El pleno del TS, en una sentencia
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 923
metros del vehículo colman ya las exigencias típicas» (STS 436/2017 de 15 junio
(Tol6.185.691)).
También se discute si es posible la comisión de este delito en grado de
tentativa. Las resoluciones de las Audiencias Provinciales se han mostrado
discrepantes al respecto. Recientemente, el TS, en su labor nomofiláctica
y unificadora, ha dispuesto que, aunque algunos delitos de mera actividad,
por su estructura, admiten la tentativa, en los delitos consistentes en con-
ducir bajo la influencia o con altas tasas de bebidas alcohólicas o drogas
quedaría descartada esta posibilidad. Se consideran por tanto atípicas tales
conductas dado que la posibilidad de afectación concreta del bien jurídi-
co queda excluida de antemano, al no ser factible, desde una perspectiva
ex ante, que pongan en peligro bienes jurídicos de ninguna índole (STS
48/2020 de 11 de febrero (Tol 7.763.086)).
CONDUCCIÓN CON TASA DE ALCOHOLEMIA. LA TASA OBJETI-
VADA
El art. 379.2 CP castiga en su párrafo segundo al «que condujere con una
tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa
de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro».
Al igual que en los tipos anteriores, este es un delito doloso de peligro
abstracto de mera actividad y de efectos permanentes. El elemento central
de este tipo es ahora la tasa. En este caso también se deben tener en cuenta
unos márgenes normativos de error3. Por debajo de las tasas penalmente
establecidas, la conducción será impune, sin perjuicio de que pueda ser
aún constitutiva de delito si concurren los elementos del tipo anterior (STS
292/2020, de 10 de junio (Tol 7.969.660)).
En este caso, como vemos, el legislador solo se centra en la tasa de al-
cohol. Es decir, no contempla una tasa objetivada para los supuestos de
drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas. En estos supues-
tos, a pesar de que los aparatos de medición de tales sustancias (drogotest)
ya permiten obtener una tasa (en nanogramos por mililitro de saliva) de
3
Para los etilómetros puestos en servicio a partir del 24 de octubre de 2020, serán de
aplicación los márgenes establecidos en la Orden ICT/155/2020, de 7 de febrero
por la que se regula el control metrológico del Estado de determinados instru-
mentos de medida (Tol 7.762.807). Para los puestos en servicio con anterioridad,
habrá que acudir a la derogada ITC/3707/2006, de fecha 22 de noviembre, por
la que se regula el control metrológico del Estado de los instrumentos destinados
a medir la concentración de alcohol en aire espirado (Tol 1.010.953).
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 925
4. CONDUCCIÓN TEMERARIA
4.1. La conducta típica
El art. 380.1. CP castiga con penas de prisión de seis meses a dos años
y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por
tiempo superior a uno y hasta seis años al que «condujere un vehículo a motor
o un ciclomotor con temeridad manifiesta y pusiere en concreto peligro la vida o la
integridad de las personas».
Se trata de un tipo agravado. Delito doloso de peligro concreto, de mera
actividad (más allá de la generación de ese peligro concreto) y de efectos
permanentes. La acción típica en este delito es la misma que en los ante-
riores, esto es, conducir un vehículo a motor o un ciclomotor. Este tipo
penal, sin embargo, requiere la concurrencia conjunta de dos elementos
objetivos:
– Temeridad manifiesta. Temeridad equivale a imprudencia grave. Ma-
nifiesta, clara, patente, fácilmente apreciable por terceros (MUÑOZ
CONDE). Se trata de una conducción con notoria y anormal desa-
tención de las normas del tráfico, con gran desprecio hacia las mis-
mas, y fácilmente apreciable por un ciudadano medio (DE VICENTE
MARTÍNEZ).
– Concreto peligro: lesión cierta o cercana, particular e identificable. El
peligro debe ser individualizado en uno o varios usuarios de la vía.
Si la temeridad no es manifiesta y/o no se produce la puesta en peligro
de la vida o integridad física de las personas estaríamos ante una infracción
administrativa. Como vemos, aquí el peligro que se requiere es de una
mayor intensidad que en los supuestos anteriores (peligro abstracto) y se
materializa en la creación de ese riesgo particular e identificable (peligro
concreto). Es decir, se debe acreditar que la conducción temeraria puso en
concreto peligro la vida o integridad física de otros usuarios de la vía. El
grado de peligro debe se constatado por el juez en atención a las circuns-
tancias del hecho y se debe basar en la existencia de una elevada probabili-
dad de producir un daño constitutivo de delito contra la vida o integridad
de las personas.
926 Marco Teijón Alcalá
Este tipo penal no es, por tanto, de peligro común, sino de peligro in-
dividual o de peligro concreto para bienes jurídicos individuales ajenos4.
La conducta ha de ser dolosa, y el dolo debe abarcar tanto la forma de
conducir como la generación del riesgo. Estamos, por tanto, ante un dolo
de peligro que no se refiere al posible resultado lesivo, sino a la acción pe-
ligrosa en sí. El juicio de peligrosidad es objetivo y debe realizarse ex ante,
aunque posteriormente haya que tener en cuenta también las circunstan-
cias particulares del caso.
La consumación se produce en el instante en que la conducción teme-
raria genera un peligro la vida o integridad de las personas. Aunque se
ponga en peligro a varias personas sólo se puede apreciar un delito (SE-
RRANO GÓMEZ/ SERRANO MAÍLLO).
Ejemplo: este precepto ha sido aplicado a un sujeto que estuvo conduciendo,
bajo la ingesta de bebidas alcohólicas, por varias calles de, de manera mani-
fiestamente agresiva, a gran velocidad, acelerando y frenando bruscamente,
realizando trompos y derrapes, obligando a los viandantes a esquivarle para
evitar ser arrollados (STS 744/2018, de 7 de febrero (Tol7.059.198)).
4
Se discute en la doctrina si el acompañante debe tomarse en consideración para
valorar ese peligro. Un sector mantiene que si aquél consiente su puesta en peligro,
no se tomará en consideración. Otro sector considera que el consentimiento es
irrelevante y que, por tanto, los acompañantes deben tomarse en cuenta a la hora
de considerar la situación de concreto peligro.
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 927
5. CONDUCCIÓN HOMICIDA
5.1. Tipo básico
El art. 381.1. CP, por su parte, castiga con penas de prisión de dos a
cinco años, multa de doce a veinticuatro meses y privación del derecho a
conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un período de seis a
diez años al que «con manifiesto desprecio por la vida de los demás, realizare la
conducta descrita en el artículo anterior».
Es decir, se trata de un supuesto hiperagravado. Delito doloso de peli-
gro concreto, de mera actividad (más allá de la generación de ese peligro
concreto) y de efectos permanentes. Aquí la acción típica es la misma que
en el supuesto anterior, lo que varía es el elemento subjetivo especifico
del conductor, que se materializa en realizar la conducta temeraria «con
manifiesto desprecio por la vida de los demás». En este delito ya no es suficiente,
por tanto, un dolo de peligro referido a la acción peligrosa en sí, sino que
es preciso, además, un elemento subjetivo específico de injusto sobre la
consciencia de que se está conduciendo con manifiesto desprecio por la
vida o la integridad de las personas. Por lo tanto, este tipo penal requiere,
además de la temeridad manifiesta y el concreto peligro en los términos
del artículo anterior, un manifiesto desprecio por la vida de los demás. Este ele-
928 Marco Teijón Alcalá
5
El TS ha avalado esta postura en una sentencia reciente al afirmar que «obra con
dolo [eventual] quien, conociendo que genera un peligro concreto jurídicamente desaproba-
do, no obstante, actúa y continúa realizando la conducta que somete a la víctima a riesgos
que el agente no tiene la seguridad de poder controlar y aunque no persiga directamente la
causación del resultado, del que no obstante ha de comprender que hay un elevado índice de
probabilidad de que se produzca» (STS 251/2020, de 27 de mayo (Tol 7.966.214)).
6
La Circular 10/2011, de 17 de noviembre, sobre criterios para la unidad de actuación
especializada del Ministerio Fiscal en materia de Seguridad Vial (Tol 2.294.958),
hace referencia a conductas tales como carreras ilegales, apuestas consistente en
circular en sentido prohibido por una autovía, los ‘piques’ entre conductores, con-
ducción a altas velocidades en zonas peatonales con gran afluencia (exhibiciones),
conducciones suicidas, etc.
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 929
CP bis castiga como autor de un delito de abandono del lugar del acciden-
te al «conductor de un vehículo a motor o de un ciclomotor que, fuera de los casos
contemplados en el artículo 195, voluntariamente y sin que concurra riesgo propio o
de terceros, abandone el lugar de los hechos tras causar un accidente en el que falle-
cieren una o varias personas o en el que se les causare alguna de las lesiones a que se
refieren los artículos 147.1, 149 y 150».
El bien jurídico protegido aquí, a pesar de la ubicación sistemática de este
tipo penal, no puede ser la seguridad vial, ya que abandonar el lugar del
accidente en los supuestos previstos no supone ya peligro alguno para la
misma. La jurisprudencia y la doctrina mayoritaria hablan de infracción
de un deber de solidaridad humana que se eleva al rango de deber jurídico
(STS 167/2022, de 24 de febrero (Tol 8.830.236)) donde se castiga «la mal-
dad intrínseca» de las personas y se protege «las legítimas expectativas» de las
víctimas7. No obstante, si descendemos al plano de la estricta dogmática
penal, este tipo penal solo puede ser entendido como un delito contra la
administración de justicia8.
En cuanto a su estructura, el precepto se divide en tres apartados. En
el primero se recoge la conducta típica nuclear, que consiste en abandonar el
lugar de los hechos tras causar un accidente en el que resultan víctimas mortales
o con las lesiones previstas. Estamos ante un delito de acción y de simple
actividad que se consuma con el mero abandono del lugar del accidente
(en el que fallecen una o varias personas o se las provoca lesiones los arts.
147.1, 149 o 150 CP), pero que no exige resultado posterior ni peligro al-
guno (LANZAROTE MARTÍNEZ; SÁNCHEZ BENÍTEZ). Los dos siguien-
tes apartados del art. 382 bis CP establecen la penalidad de la conducta
7
Esta postura se desprende de los establecido en el preámbulo de la LO 2/2019,
que hace referencia a «la maldad intrínseca en el abandono de quien sabe que deja atrás
a alguien que pudiera estar lesionado o incluso fallecido, la falta de solidaridad con las víc-
timas […] y las legítimas expectativas de los peatones, ciclistas o conductores de cualquier
vehículo a motor o ciclomotor, de ser atendidos en caso de accidente de tráfico».
8
En cualquier caso, la ubicación del art. 382 bis CP en el título dedicado a los deli-
tos contra la seguridad vial no parece caprichosa, sino que, con ello, el legislador,
según determinados autores, trata de eludir los más que posibles problemas de
inconstitucionalidad que presenta el precepto, al colisionar potencialmente con el
derecho de defensa, lo que incluye el autoencubrimiento, así como el derecho a
no declarar contra uno mismo y a no confesarse culpable (SÁNCHEZ BENÍTEZ).
De esta forma, al identificarse este tipo penal como un delito que protege el deber
de solidaridad humana o, si se prefiere, la integridad física y vida de las personas
desamparadas, se presenta como una excepción a la regla general de la impunidad
del autoencubrimiento (LANZAROTE MARTÍNEZ).
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 933
9
Se da la paradoja de que el abandono del lugar del accidente solo es punible si los
hechos tuvieran su origen en una acción imprudente (del que omite) o fortuita (de
cualquier usuario de la vía), pero no si lo tuviera en una acción dolosa, en donde
la huida sería impune (DE VICENTE MARTÍNEZ).
934 Marco Teijón Alcalá
6. Que fallecieran una o varias personas o se les causare alguna de las lesiones
a que se refieren los artículos 147.1, 149 y 150. No es necesario que el falleci-
miento sea inmediato ni en el lugar. A tenor de este elemento, el sujeto pa-
sivo será la persona fallecida o que ha sufrido alguna de las lesiones citadas.
10
Aunque el tipo no hace referencia expresa a que el conductor conduce un «vehículo
de motor» o «ciclomotor», se entiende que es requerido por ello.
11
El citado precepto establece que «cuando las personas obligadas sufrieran lesiones, dolen-
cias o enfermedades cuya gravedad impida la práctica de las pruebas, el personal facultativo
del centro médico al que fuesen evacuados decidirá las que se hayan de realizar».
936 Marco Teijón Alcalá
12
Es decir, que la finalidad ya no es tanto comprobar si el conductor está influenciado
por la ingesta de estas sustancias, sino comprobar las tasas de alcohol o presencia
de drogas en su organismo. Por otro lado, como vemos, el precepto, que antes de
la reforma te remitía únicamente al artículo anterior, en la actualidad te remite a
los artículos anteriores, lo que engloba los arts. 379, 380 y 381 CP (y, tras la reforma
del 2019, también al art. 382 bis CP).
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 937
13
La norma de referencia aquí es la Ley 17/2005, de 19 de julio, por la que se regula el
permiso y la licencia de conducción por puntos y se modifica el texto articulado de
la ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial (Tol 662.694).
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 939
14
La pérdida de vigencia se produce con la declaración o acuerdo de la JPT (arts.
63.6 LTCVMSV y 37 RGC). Una vez dictada la resolución, y habiendo surtido to-
dos sus efectos, el permiso pierde su vigencia y surge la prohibición de conducir.
Es necesario que se haya producido la efectiva notificación. Solo cuando se haya
acreditado fehaciente la notificación personal se podrá castigar, en su caso, por
este delito. La SAP de Barcelona 224/2021, de 9 abril (Tol 8.510.213) advierte de
que no se puede invertir la carga de la prueba de tal forma que sea el implicado
el que deba probar que no conocía la resolución administrativa.
940 Marco Teijón Alcalá
15
La solución que se adopta en los supuestos de conducción tras haberse cumplido
el tiempo de la condena, pero sin haber realizado los trámites administrativos para
recuperar la vigencia del permiso, resulta algo más controvertida. Según la Circular
10/2011 FGE, la conducta será subsumible en el tipo genérico de quebrantamiento
de condena (art. 468 CP), pero solo si tras cumplirse la pena de privación del de-
recho de conducir, el Juzgado apercibe expresamente al penado de que incurrirá
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 941
en este delito si vuelve a conducir sin haber recuperado el permiso. Sin embargo la
SAP de Barcelona, 658/2022 de 7 noviembre (Tol 9.360.619) (y otras Audiencias)
afirman que, en estos casos, los hechos deben ser subsumibles, en todo caso, en
un delito de conducción sin permiso tras privación judicial definitiva. Es decir, se
interpreta que la pérdida del permiso temporal, por virtud del art. 47.3 CP, deviene
definitiva. Una tercera corriente mantiene que la conducción sin haber renovado
el permiso debe ser administrativa. Y es que, dado que la recuperación del permi-
so está supeditada a un trámite administrativo, la sanción debería ser igualmente
administrativa (MIRÓ LLINARES).
942 Marco Teijón Alcalá
16
En este sentido, resulta muy aclaratoria la STS 570/2017, de 17 de julio (Tol 6.449.488)
cuando afirma que «el tipo penal sanciona la conducción de un vehículo a motor careciendo
de todo permiso o licencia por no haberlo tenido nunca o por haber perdido vigencia por la
pérdida total de los puntos asignados legalmente, mientras que el tipo administrativo se refiere
a carecer de la autorización administrativa correspondiente, es decir, puede tenerse pero no
es adecuada a las características del vehículo con el que se circula, conforme a las diferentes
modalidades que se determinan legalmente y las circunstancias propias del caso».
LECCIÓN 26. DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL 943
Las modalidades comisivas en este delito son dos, una de carácter activa
(385.1 CP) y la otra de carácter omisiva (385.2 CP):
-Modalidad activa. «1. Colocando en la vía obstáculos imprevisibles, derra-
mando sustancias deslizantes o inflamables o mutando, sustrayendo o anulando la
señalización o por cualquier otro medio». En esta modalidad el delito consiste
en hacer lo que la ley prohíbe.
-Modalidad pasiva. «2. No restableciendo la seguridad de la vía, cuando haya
obligación de hacerlo». En esta segunda, en cambio, el delito consiste en no
hacer lo que la ley obliga.
El art. 385 CP constituye una especie de cláusula abierta general para
castigar como delito de peligro contra la seguridad vial cualquier puesta
en peligro de la misma. La acción consiste en alterar la seguridad vial. El
riesgo que se origine ha de ser grande y concreto, no basta con la mera in-
comodidad para el tráfico. Es necesario el dolo. Las conductas activas son
equiparables a las omisivas cuando no se restablece la seguridad de la vía
y haya obligación de hacerlo. En este caso estaríamos ante un supuesto de
comisión por omisión, ya que de la omisión (no restablecer la seguridad de
la vía) del que ocupa una posición de garante (al tener obligación de ha-
cerlo por injerencia) se debe derivar un resultado (un grave riesgo para la
circulación), de tal manera que si el obligado hubiera restablecido la segu-
ridad de la vía eliminando la situación de grave riesgo para la circulación, el
resultado no se habría producido con una probabilidad rayana a la certeza.
Ejemplo: este precepto ha sido aplicado a dos sujetos que, con plena con-
ciencia del riesgo que ello suponía, esparcieron gravilla por la curva de una
carretera durante la celebración de un Rally que estaba teniendo lugar en ese
momento, tras lo cual uno de los vehículos se salió de la vía, sin que se produ-
jesen daños (SAP 250/2020, de La Coruña, de 27 de mayor [Tol 8.048.026]).
11. DECOMISO
El art. 385 bis CP prevé la posibilidad de que se pueda decomisar el
vehículo al considerarlo instrumento del delito17: «el vehículo a motor o ciclo-
17
Con la LO 5/2010, de 22 de junio (Tol 1.867.500) se amplía el decomiso a todos los
hechos previstos en el capítulo dedicado a los delitos contra la seguridad vial. Antes
de la reforma, el decomiso se limitaba a los supuestos de conducción temeraria y
de conducción con manifiesto desprecio a la vida de los demás.
944 Marco Teijón Alcalá
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué diferencias existen entre la conducción temeraria y la denomi-
nada conducción homicida?
2. ¿En cuáles de los tipos penales vistos se exige la producción de un
resultado concreto para que la conducta sea típica?
3. ¿En qué supuestos es punible el abandono del lugar del accidente?
4. ¿Cuál es el criterio delimitador entre la vía administrativa y penal en
los supuestos de negativa a someterse a las pruebas?
5. ¿En qué supuestos la conducción de un vehículo a motor o ciclomo-
tor sin permiso en vigor es punible?
LECCIÓN 27.
DE LAS FALSEDADES
de pago inexcusable, irrecusable, esto es, que debe ser necesariamente ad-
mitido (obligatoriedad de aceptar en pago monedas legítimas). La mone-
da de curso legal sólo es moneda de curso forzoso en el territorio sobre
el que ejerce soberanía el Estado que la emitió. En España, únicamente
la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y el Banco de España (para los
billetes) tienen capacidad para ello.
Tradicionalmente, también se incluían en el concepto de moneda de
curso legal las tarjetas de crédito, de débito y los cheques de viaje. Sin em-
bargo, actualmente estos títulos tienen su propia sección: de la falsificación
de tarjetas de crédito y débito, cheques de viaje y demás instrumentos de
pago distintos del efectivo.
La primera de las modalidades comisivas que recoge el art. 386.1 CP es
la de “alterar” la moneda auténtica, lo que supone una modificación de sus
aspectos esenciales. Una vez que las tarjetas de crédito y débito, así como
los cheques de viaje, han sido excluidas del objeto material de este precep-
to, esta forma de comisión ha quedado prácticamente vacía de contenido
(se había aceptado, por ejemplo, en los casos de manipulación o alteración
de las bandas magnéticas de las tarjetas o modificaciones en los cheques
de viaje). Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurría en
otros tiempos, actualmente la moneda no mantiene un valor deducible de
los materiales con los que ha sido acuñada, por lo que una manipulación
de su composición o su peso en nada afecta al tráfico jurídico (ALONSO
DE ESCAMILLA y MESTRE DELGADO). Cercenar, limar, taladrar, etc., la
moneda o cambiar sus elementos no sería relevante; por el contrario, su
desfiguración relevante podría restarle valor o validez -por ser rechazada
o considerada inútil a efectos solutorios- como modo de pago, y en nada
beneficiaría al sujeto activo. Ante la práctica imposibilidad de conseguir
mediante una alteración que una moneda o un billete auténticos tengan
un valor de cambio diferente (por ejemplo, convirtiendo un billete de 10€
en uno de 20€), esta modalidad de comisión ha perdido su funcionalidad
práctica.
Fabricación supone la creación o elaboración ex novo y total de moneda
o billetes falsos con apariencia de genuinidad, cualquiera que sea la perfec-
ción o el grado de imitación de la legítima, debiendo excluirse del ámbito
de la represión penal la confección burda, tosca o grosera. La creación
falsaria debe reunir una marcada apariencia de genuinidad en la medi-
da en que debe estar destinada para su circulación monetaria. No basta,
por tanto, la simple imitación. Es necesario que la moneda imitada sea lo
suficientemente parecida a la original como para engañar a una persona
954 Sergio Cámara Arroyo
3. Falsedades documentales
Las falsedades documentales (VILLACAMPA ESTIRARTE, ARMENTE-
ROS LEÓN) se dividen en tres clases atendiendo al objeto material sobre
LECCIÓN 27. DE LAS FALSEDADES 959
mación que sí está almacenada en una base de datos informatizada. Es, por
tanto, un documento en el que no tiene por qué intervenir persona física
alguna en los términos de su elaboración, sino únicamente, y no en todos
los casos, en el requerimiento de la información que va a contener el docu-
mento (por ejemplo, una certificación de antecedentes penales). Este tipo
de documentos informáticos ofrece consecuentemente los tres tradiciona-
les requisitos fundamentales de todo documento válido desde el punto de
vista jurídico, la legibilidad, la inalterabilidad y el reconocimiento. Mas el
documento informático no sólo incluye a las anteriores categorías docu-
mentales, sino además al denominado “Documento Virtual”, es decir aquel
generado electrónicamente en un aparato o sistema informático o telemá-
tico en su memoria virtual (memoria RAM) y contenido en el flujo electro-
magnético del sistema, si bien perceptible por el ser humano en cuanto es
legible mediante el correspondiente programa informático y visualizado
en un lector, visor, monitor o terminal óptica, pero con la peculiaridad o
especificidad de su “materialización temporal” al no estar contenido en un
soporte material informático de carácter permanente o con visos de per-
manencia. En esta categoría podríamos incluir los supuestos de todo tipo
de documentos, bien generados electrónicamente ab inicio bien incorpo-
rados electrónicamente a un equipo, sistema o red informática o telemáti-
ca, mientras “se emiten y/o transitan” por los mismos, sea local o de libre
acceso, como Internet, y son susceptibles de ser “cazados” por el sujeto
activo que procede a la manipulación de los datos o información infor-
matizada en el propio espacio virtual. Consecuentemente, el documento
informático debe tener un concepto global comprensivo de las anteriores
categorías, y para ello deben abandonarse los criterios clásicos de concep-
tuación material en torno al soporte o elemento físico que lo contiene,
siendo lo esencial más el contenido que el continente, es decir la informa-
ción informatizada, y debiéndose tener presente su inmaterialidad al venir
representada tal información por datos informáticos, expresión que, como
sostiene el Convenio del Consejo de Europa sobre la Cibercriminalidad,
“designa toda representación de hechos, de información o de conceptos
bajo una forma que ha sido sometida a tratamiento informático...” (SAP
de Málaga, Sección 7ª, Melilla, 26/2010, de 11 de octubre, (Tol5.309.242)).
El art. 3 de la Ley 59/2003, de 19 de diciembre de firma electrónica, de-
fine la firma electrónica como el conjunto de datos en forma electrónica,
consignados junto a otros asociados con ellos, que pueden ser utilizados
como medio de identificación del firmante. Por tanto, un documento elec-
trónico puede ser falsificado mediante artificios informáticos suplantando
la firma electrónica de un usuario. Asimismo, el legislador admite que las
LECCIÓN 27. DE LAS FALSEDADES 963
de las operaciones en que hubiesen intervenido, expedidas por ellos con referencia
al Libro Registro que deben llevar conforme a derecho. Las certificaciones que expi-
dan los Registradores de la Propiedad y Mercantiles de los asientos registrales. Los
expedidos por funcionarios públicos legalmente facultados para dar fe en lo que se
refiere al ejercicio de sus funciones. Los que, con referencia a archivos y registros de
órganos del Estado, de las Administraciones públicas o de otras entidades de Derecho
público, sean expedidos por funcionarios facultados para dar fe de disposiciones y
actuaciones de aquellos órganos, Administraciones o entidades”. Ahora bien, hay
que indicar que la línea jurisprudencial mayoritaria de la Sala II del TS
limita la noción de documento público, en sentido estricto, a los notariales
y los judiciales. También ha considerado documentos públicos a las Actas
de la Inspección Tributaria e, incluso, a las partidas sacramentales o certi-
ficaciones eclesiásticas. En cuanto a los documentos oficiales, el art. 317.5º
LEC indica que se trata de “los expedidos por funcionarios públicos legalmente
facultados para dar fe en lo que se refiere al ejercicio de sus funciones”. También
se han considerado documentos oficiales las recetas médicas emitidas en
el ámbito de la sanidad pública y aquellos documentos, de diverso origen,
que solamente han sido confeccionados para incorporarse a un expedien-
te público u oficial.
Los documentos de comercio o mercantiles puede ser de tres tipos: los
que expresamente son regulados por el Código de Comercio y Leyes Mer-
cantiles y sirven para documentar una operación comercial; los innomi-
nados, destinados a plasmar la estipulación de obligaciones y contratos de
naturaleza comercial; y los destinados a constatar la ejecución de dichos
contratos y obligaciones, facturas, albaranes, etc. En cuanto al documento
mercantil, la STS 135/2015, de 17 de febrero, (Tol4.836.851), entre otras,
advierte que es conocida la inexistencia de un concepto legal de documen-
to mercantil lo que ha suplido la jurisprudencia con un análisis casuístico,
a veces zigzagueante. En concreto, respecto a las “facturas falsas” existe
cierta controversia jurisprudencial, aunque una línea jurisprudencial ad-
mite el castigo por este tipo penal al entender que se están simulando en
todo o en parte.
Ejemplo: sirva de punto de referencia a estos efectos la STS 35/2010, de 4
de febrero, (Tol1.788.423): es consolidada jurisprudencia que, al analizar el
concepto jurídico-penal de documento mercantil, ha declarado que se trata
de un concepto amplio, equivalente a todo documento que sea expresión de
una operación comercial, plasmado en la creación, alteración o extinción
de obligaciones de naturaleza mercantil, ya sirva para cancelarlas, ya para
acreditar derechos u obligaciones de tal carácter, siendo tales “no solo los ex-
presamente regulados en el Código de Comercio o en las Leyes mercantiles,
sino también todos aquellos que recojan una operación de comercio o tengan
validez o eficacia para hacer constar derechos u obligaciones de tal carácter
LECCIÓN 27. DE LAS FALSEDADES 965
les y otros criptoactivos que se utilicen como medio de pago, así como los
denominados monederos electrónicos. Se reforman los tipos penales para
incorporar este nuevo objeto material, vinculándolo bien al ámbito de la
estafa, esencialmente cuando los medios de pago han sido obtenidos de
forma ilícita, bien al de las falsedades (falsificación o alteración fraudulen-
ta en la denominación de la Directiva), incluyendo en estos casos tanto la
falsificación como su uso fraudulento.
El art. 399.1 bis CP castiga al que “altere, copie, reproduzca o de cualquier otro
modo falsifique tarjetas de crédito o débito, cheques de viaje o cualquier otro instru-
mento de pago distinto del efectivo”.
Tipo común, mixto alternativo, de mera actividad y peligro abstracto
en cuanto a su naturaleza jurídica. Protege la fe pública y el tráfico jurídico
en relación a determinados medios de pago distintos a la moneda física
de curso legal. Dentro de los elementos objetivos del tipo se indican varias
modalidades comisivas: alterar (modifique sustancialmente, de manera re-
levante), copiar (crear un duplicado), reproducir (sacar copia de algo, clo-
nar) o de cualquier otro modo falsificar (cláusula de medios resultativos).
Tarjeta de crédito y de débito son títulos que normalmente se expiden
por entidades financieras y de crédito, que tienen validez como instrumen-
to de pago. La diferencia fundamental entre ambas viene determinada
porque en las tarjetas de débito se cargan los consumos de forma inmedia-
ta en la cuenta de ahorro asociada, por lo que es necesario que el titular
tenga liquidez en la cuenta corriente. Por el contrario, en las tarjetas de
crédito los consumos no se cargan directamente contra el saldo de cuenta,
sino que se acumulan por semanas o meses para hacer un único cargo en la
cuenta asociada, hasta el límite de cantidad máxima de crédito concedido
en cada tarjeta. Los cheques de viaje son un título valor que expide una
entidad a cambio de que el tenedor le haya pagado en moneda nacional.
En el art. 399 ter CP se aclara la interpretación “auténtica” de “instru-
mento de pago distinto del efectivo”, por el que se entenderá “cualquier
dispositivo, objeto o registro protegido, material o inmaterial, o una combinación de
estos, exceptuada la moneda de curso legal, que, por sí solo o en combinación con
un procedimiento o conjunto de procedimientos (blockchain), permite al titular o
usuario transferir dinero o valor monetario incluso a través de medios digitales de
intercambio”.
En cuanto a los elementos subjetivos del tipo, solamente se recogen las
conductas dolosas. Se requiere, al igual que en otros delitos de falsedades
el ya mencionado dolo falsario.
978 Sergio Cámara Arroyo
5. Disposiciones generales
En el art. 400 CP se incluye la tipificación y castigo específico de los
precursores y medios técnicos necesarios para la comisión de falsedades
documentales. Se trata de un delito de mera actividad que no admite for-
mas de ejecución imperfectas, se consuma con la disponibilidad sobre
los instrumentos destinados a dicha falsificación. Actos preparatorios pu-
nibles elevados a delito autónomo: la fabricación, recepción, obtención,
tenencia, distribución, puesta a disposición o comercialización de útiles,
materiales, instrumentos, sustancias, datos y programas informáticos, apa-
ratos, elementos de seguridad o cualquier otro medio diseñado o adaptado
específicamente para la comisión de los delitos descritos en los capítulos
anteriores. Esta finalidad parece referirse a los propios medios y no a la
intencionalidad o ánimo concreto del sujeto activo como elemento sub-
jetivo del tipo. Así, se ha entendido que se trate de medios destinados a
la comisión de falsedades no quiere decir que haya de tratarse de unos
materiales o equipos cuyo uso no pueda tener otras finalidades, de manera
que una impresora o un ordenador pueden llevar a cabo tales cometidos,
o una prensa, o bien una imprenta, tintes, disolventes, fijadores, etc. (STS
988/2011, de 30 septiembre, (Tol2.257.673)). Sin embargo, aunque esta
interpretación es la más correcta (bastando que sean idóneos para la rea-
lización de las falsedades), otra línea jurisprudencial ha entendido que la
expresión “específicamente destinado a la falsificación” hace referencia a
980 Sergio Cámara Arroyo
ble, aunque es preciso reconocer que, en muchos casos, será necesario que
el agente posea cualidades y se halle en circunstancias personales propicias
para poder suplantar la personalidad de otro; también se agrega que, sujeto
pasivo lo puede ser cualquiera, incluso los menores e incapacitados, lo cual,
en determinados supuestos es dificultoso, puesto que, por ejemplo, difícil-
mente un adulto podría subrogarse en el “status” de un niño de pocos años
(STS 669/2009, de 1 junio, (Tol1.560.674)).
El delito se perfecciona con la realización de la actividad usurpadora
(momento en el que se asuma la personalidad ajena, privando totalmente
de ella a otro y sustituyendo al mismo en el ejercicio de todos sus derechos;
SSTS de 7 de octubre de 1902; 16 de abril de 1901 y 4 de abril de 1960)
y cesa cuando concluye la implantación (STS 1045/2011, de 14 octubre,
(Tol2.264.800)). Aunque es inusual, cabe la tentativa inacabada en aque-
llos supuestos en los que el sujeto activo pretenda actuar de forma per-
manente bajo la identidad usurpada, gozando de unos derechos que no
le corresponden, pero no puede alcanzar esta finalidad al ser descubierto
de manera inmediata, no llegando pues a alcanzar esa permanencia en la
suplantación que exige la jurisprudencia para la consumación del delito.
Los elementos objetivos del tipo han sido desarrollados por la jurispruden-
cia ante la parquedad de la tipificación. Desde una perspectiva crítica, tam-
bién puede decirse que el celo por diferenciar el delito de usurpación del
estado civil del antiguo uso público de nombre supuesto en parte ha lastra-
do su hermenéutica, a menudo exigiendo requisitos que no se encuentra
insertos en la propia dicción del precepto, ni pueden deducirse fácilmente
de sus palabras. Se requieren los siguientes requisitos:
Usurpar de manera continuada: la conducta típica gira en torno al verbo
“usurpar”. Conforme a la jurisprudencia mayoritaria, tal verbo típico debe
ser entendido como “quitar a uno lo que es suyo” o “arrogarse algo de otro”,
en este caso el estado civil (STS 1045/2011, de 14 octubre, (Tol2.264.800)).
Usurpar equivale a atribuirse algo ajeno. En interpretación literal, usurpar
equivale a apoderarse de un derecho que legítimamente pertenece a otro
o, en su segunda acepción, “es arrogarse la dignidad, empleo u oficio de
otro y usarlos como si fueran propios”. En este caso, para usurpar no basta
con usar un nombre y apellidos de otra persona, sino que es necesario hace
algo que solo pude hacer esa persona por las facultades, derechos u obliga-
ciones que a ella corresponde (SSTS 41/1993, de 20 enero; 635/2009, de
15 de junio, (Tol1.560.689); 1045/2011, de 14 de octubre, (Tol2.264.800)).
Usurpar el estado civil de una persona es fingirse ella misma para usar de
LECCIÓN 27. DE LAS FALSEDADES 983
utilizando los datos y la personalidad ajena, bien haciéndose pasar por otro
en las redes sociales (FARALDO CABANA; ÉCIJA BERNAL). Actualmente,
la creación de perfiles suplantando la identidad de otra persona, utilizan-
do sus fotografías, etc., puede reconducirse al delito de stalking. Tampoco
queda contenido en las lindes de la usurpación del estado civil el hecho de
que aparezcan datos del perjudicado en la red, sin que éste haya dado su
consentimiento expreso, pues puede ser que formaran parte de la infor-
mación pública del propio buscador de Internet, sin que se sepa quién los
ha suministrado.
Ejemplo: este delito ha sido tenido en cuenta ante situaciones tales como
obrar como si uno fuera otro para cobrar un dinero que es de éste; actuar en
una reclamación judicial haciéndose pasar por otra persona; simular ser la
viuda de alguien para ejercitar un derecho en tal condición; hacerse pasar
por un determinado periodista para publicar algún artículo o intervenir en
un medio de comunicación; utilizar la identidad de otro para contraer ma-
trimonio; conseguir un permiso de conducir auténtico con la identidad del
otro; en el ámbito de la Administración de justicia, utilizar aprovecharse de
las ventajas derivadas de su buena conducta y falta de antecedentes penales;
en un procedimiento judicial, haciendo uso de los derechos de otro; implicar
a otra persona, haciéndose pasar por ella, en un delito que no ha cometido;
inscribir a una niña como hija biológica, cuando habían llegado a un acuerdo
con la madre para asumir como propio el hijo que ésta última tuviera, que
sería entregado en el momento del nacimiento; utilización por el acusado de
la filiación de otra persona con la finalidad de conseguir la obtención de un
certificado de residencia.
cas –art. 402 CP–, o privadas –art. 403 CP–. El núcleo de la actividad típica
es el ejercicio de “actos propios” de esas funciones públicas o profesiones
privadas que por voluntad del derecho están reservados a precisos colec-
tivos de personas legalmente autorizadas en clave de exclusividad para su
ejercicio, dado el contenido de tales actos y la necesidad de velar porque
los mismos sólo puedan ser ejercidos por las personas habilitadas para ello
(STS 407/2005, de 23 marzo, (Tol633.171)).
El art. 402 CP tipifica la usurpación de funciones públicas: “el que ilegíti-
mamente ejerciere actos propios de una autoridad o funcionario público atribuyéndose
carácter oficial”. Tiene naturaleza jurídica de delito común, de mera actividad
y peligro abstracto. No requiere para su consumación un resultado concre-
to, ni exige siquiera que la persona o personas sobre las que se proyecta
la acción típica tome a los autores como auténticos funcionarios públicos,
extremo que solo se integra en la fase de perfeccionamiento del delito o
de su agotamiento (STS 685/2012, de 20 de septiembre, (Tol2.655.049);
590/2016 de 5 julio, (Tol5.775.444)).
Sanciona al que, por cualquier medio (sea de palabra, por actos conclu-
yentes, o mediante el porte de signos distintivos) se atribuya (se arrogue,
se imbuya de la cualidad) carácter oficial y despliega actos propios de esa
condición de forma ilegítima. Cualquier persona puede ser sujeto activo del
delito (incluso otras autoridades o funcionarios públicos que se atribuyen
carácter oficial desempeñando actos propios que no son de su competen-
cia o cargo), mientras que el sujeto pasivo sería la colectividad y la propia
Administración pública.
Dentro de los elementos objetivos la estructura del delito se compone de
tres elementos, dos de carácter positivo y uno negativo: los primeros son el
ejercicio de actos propios de autoridad o funcionario público y atribuirse
carácter oficial; mientras que el de carácter negativo consiste en la caren-
cia de legitimidad para hacerlo, esto es, ausencia de título o causa legítima
(STS 685/2012, de 20 septiembre, (Tol2.655.049)). Se requiere, por tanto,
la práctica, con una cierta persistencia (aunque baste una única conducta
si es idónea o relevante), de actos propios de una autoridad o funcionario,
ya sean los atribuidos por una disposición legal o reglamentaria, o los que
estén en el contexto de las atribuciones cuyo carácter oficial se atribuye el
sujeto activo del delito. El engaño que sufre quien se relaciona con el falso
funcionario está sustentado sobre la actividad funcionarial que efectiva-
mente realiza el sujeto activo del delito. No obstante, como se ha indicado,
la conducta de usurpación penalmente significativa no viene determinada
solo porque el destinatario del engaño crea realmente que el sujeto activo
988 Sergio Cámara Arroyo
En cuanto a los elementos subjetivos del tipo, solamente se prevén las con-
ductas dolosas. Por la ubicación del delito dentro de las usurpaciones de
funciones públicas, obliga a identificar una intención específica de arro-
garse la dignidad, empleo u oficio que los elementos materiales referidos
en el tipo simbolizan, usándolos como si fueran propios. Lo que dota a la
acción del potencial de lesividad del bien jurídico protegido. Por consi-
guiente, el elemento subjetivo de estas acciones ha de contener una moti-
vación más amplia del mero exhibicionismo.
Pena: multa de uno a tres meses.
Ejemplo: vestir indebidamente un uniforme de la policía nacional, mostrar
una placa o insignia distintiva de este cuerpo -por ejemplo, previamente sus-
traída-, de manera idónea para generar confusión en la ciudadanía sobre el
carácter oficial del sujeto que lo porta.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿A qué se refiere el delito de intrusismo según el art. 403 del CP es-
pañol?
a) Al ejercicio de actos propios de una profesión sin poseer el corres-
pondiente título.
b) A la suplantación de la identidad de un profesional.
c) A la falsificación de un título profesional.
d) A la utilización de un título profesional falso.
2. ¿Qué modalidad de comisión no forma parte del delito de falsifica-
ción de moneda?
a) Fabricación.
b) Introducción en circulación.
c) Exportación.
d) Todos los anteriores forman parte.
3. Si un notario inserta declaraciones falsas en un acta, ¿qué tipo de
falsedad documental está cometiendo?
a) Falsedad material.
b) Falsedad ideológica.
c) Falsedad en la narración.
d) Falsedad de identidad.
4. ¿Qué delito comete una persona que hace uso de un certificado mé-
dico falso para justificar sus ausencias en el trabajo?
a) Falsedad en documento privado.
b) Falsedad en documento público.
c) Falsedad material.
d) Falsedad ideológica.
5. Califique jurídicamente los siguientes hechos probados: “A Primitivo,
mayor de edad y con antecedentes penales por un delito de falsedad
de moneda de curso legal, le fueron intervenidos por la Policía local
LECCIÓN 27. DE LAS FALSEDADES 997
Dentro de los delitos contra la Administración Pública, se contemplan los fraudes, exacciones
ilegales, negociaciones y actividades prohibidas a los funcionarios públicos.
1000 Felipe Luis Meléndez Sánchez
INTRODUCCIÓN
El art. 103 de la CE determina que “la Administración Pública sirve con
objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, je-
rarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno
a la Ley y al Derecho”. El Código penal de 1995 consolida en su texto original
la protección de la Administración pública en su recto funcionamiento,
introduciendo una serie de tipos penales que sancionan aquellas conduc-
tas de las personas en las que la Administración deposita la confianza de
gestión de sus intereses, que se aparten de su cometido y responsabilidad
dañando gravemente su cometido constitucional.
La jurisprudencia ha venido determinando como bien jurídico protegi-
do en estos delitos “el recto y normal funcionamiento de la actividad de la Admi-
nistración pública, con sujeción al sistema de valores instaurado en la Constitución,
y en definitiva, el correcto ejercicio de la potestad administrativa”.
Los tipos penales a los que se extienden los delitos contra la administra-
ción pública, en su mayoría son delitos especiales propios, habida cuenta
de la condición especial que se requiere en el autor de estos. La condición
de funcionario público o persona que se encuentra vinculada a la admi-
nistración con otro vínculo que no sea el funcionarial, pero que es depo-
sitaria de la confianza de la administración en la gestión de lo público, va
LECCIÓN 28. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 1001
1.Prevaricación Administrativa
El art. 404 CP constituye el tipo básico de la prevaricación administrativa
o también llamada prevaricación del funcionario público “la autoridad o
funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, dictare resolución arbitraria
en un asunto administrativo, será castigado con la pena de inhabilitación especial
para empleo o cargo público y para el ejercicio de sufragio pasivo por tiempo de nueve
a quince años”.
El tipo objetivo viene conformado por las conductas que se relacionan
en el tipo penal:
– Autoridad o funcionario público.
– Dictar resolución, que se considere arbitraria, en asunto administra-
tivo.
Respecto de la condición de autoridad o funcionario público habrá que
estar a lo que determina el art. 24 del CP.
La jurisprudencia viene afirmando la posibilidad comisiva tanto por
acción como por omisión. La comisión activa supone el dictado de reso-
1002 Felipe Luis Meléndez Sánchez
2.Nombramientos ilegales
a) El art. 405 CP determina “a la autoridad o funcionario público que, en el
ejercicio de su competencia y a sabiendas de su ilegalidad, propusiere, nom-
brare o diere posesión para el ejercicio de un determinado cargo público a cual-
quier persona sin que concurran los requisitos legalmente establecidos para
ello, se le castigará con las penas de multa de tres a ocho meses y suspensión
de empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años”.
El tipo objetivo lo conforman:
– Intervención de autoridad o funcionario público.
– En el ejercicio de su competencia.
– Propusiere, nombrare o diere posesión para cargo público.
– A persona sin que concurran los requisitos legalmente exigibles.
Únicamente cabe la comisión mediante un comportamiento activo. No
cabe la omisión.
Mientras que en la prevaricación administrativa del art. 404 Cp, en aras
a determinar la injusticia de la resolución dictada se requiere una labor de
cotejo entre la misma y la legalidad aplicable, en el supuesto del nombra-
miento ilegal del art. 405 CP se acota a resolución que vaya dirigida a la
propuesta, nombramiento o toma de posesión de cargo público, de perso-
na que carece de los requisitos legalmente exigidos para aquel.
El tipo no hace alusión concretamente al término resolución, como se
precisa para el delito de prevaricación, debiendo entenderse que se hace
extensiva a cualquier actuación que determine cualquiera de las conductas
referidas en el tipo.
El tipo subjetivo, lo integra la mención que se contiene en el precepto
penal “a sabiendas de su ilegalidad” , haciéndose extensivo en este extremo
cuando se afirmaba para la conducta integrada en el art. 404 CP, si bien en
el presente supuesto la ilegalidad queda acotada a la carencia de los requi-
sitos exigibles en el candidato a ocupar el cargo público.
Solo cabe la comisión dolosa, dolo directo, ni siquiera eventual. Se exi-
ge el pleno conocimiento de la falta de requisitos en la persona a la que
se propone, nombra o se determina la toma de posesión del cargo público
(STS 25/01/23 (Tol9.379.576)).
Ejemplo: en ocasiones la decisión arbitraria se puede producir bajo la co-
bertura de la legalidad vigente, sin que pueda tener trascendencia penal. Por
ejemplo, el alcalde que cesa en periodo de prueba laboral a un trabajador
1006 Felipe Luis Meléndez Sánchez
mente las afectantes a la confesión del delito (art. 21.4ºCP), reparación del
daño (art.21.5ºCP), dilaciones indebidas (21.6ºCP).
Respecto de las agravantes se hace extensible en este apartado cuanto se
afirmó para el art. 404 CP.
La pena prevista para el delito de nombramiento ilegal de cargo público
es de tres a ocho meses de multa y suspensión de empleo o cargo público
por tiempo de seis meses a dos años.
Igual que en delito del art. 404 CP la inhabilitación especial de cargo o
empleo público se impondrá en función de la ocupación de cargo o des-
empeño de función del sujeto activo.
En materia de concurso de delitos, puede presentarse concurso medial
con el delito de cohecho (art.77 CP).
Las conductas integradas en el art. 405 CP pueden determinar un con-
curso aparente de normas penales en relación con el art. 404 CP y que
debe resolverse por mor de lo determinado en el art. 8.1º CP (principio de
especialidad) a favor del art. 405 CP.
En lo que afecta a la responsabilidad civil derivada del delito, debemos
remitirnos a cuanto se ha expuesto en el delito de prevaricación del art.
404 CP.
1.Abandono de destino
El art.407 CP desglosa en dos apartados diferenciados las conductas cas-
tigables:
a) No impedir o no perseguir delitos de los comprendidos en Tit. XXI
a XXIV
Se castiga con la pena de prisión de uno a cuatro años e inhabilitación abso-
luta para empleo o cargo público por tiempo de seis a diez años.
La conducta básica consiste en el abandono que hace el funcionario
público o la autoridad del puesto o cargo público que ocupa para no im-
pedir un delito, no perseguirlo o no ejecutar las penas que hubieran sido
impuestas por la autoridad judicial como consecuencia de una condena
penal. El sujeto activo debe tener el deber de actuar, si careciere de este
deber no cometerá delito.
Únicamente cabe la conducta dolosa, cuando el sujeto tiene la cons-
ciencia y voluntad de no intervenir impidiendo o persiguiendo los delitos
que se contienen en el Tit XXI (Delitos contra la Constitución), XXII (Delitos
contra el orden público), XXIII (delitos de traición, contra la paz e independencia
del Estado y relativos a la Defensa Nacional) y XXIV (delitos contra la Comunidad
Internacional). Cabe el dolo eventual cuando se abandona el puesto que
ocupa con la posibilidad de que dicho abandono determine la imposibi-
lidad de impedir o perseguir un delito (SERRANO GOMEZ/SERRANO
MAILLO).
Se trata de un delito especial propio y de mera actividad, o de mera
inactividad (MORALES PRATS/RODRIGUEZ PUERTA), que admite la
conducta activa y la omisiva.
b) Abandono para no impedir o perseguir cualquier otro delito
Se persigue el abandono de destino por el funcionario o cargo público,
para no impedir o perseguir cualquier otro delito que no sean los com-
prendidos en los Tit XXI a XIV del CP.
LECCIÓN 28. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 1009
1.Desobediencia
Castiga el art. 410.1 CP a “las autoridades o funcionarios públicos que se nega-
ren abiertamente a dar el debido cumplimiento a resoluciones judiciales, decisiones u
órdenes de la autoridad superior, dictadas dentro del ámbito de su respectiva compe-
tencia y revestidas de las formalidades legales”.
La pena es de multa de tres a doce meses e inhabilitación especial para empleo o
cargo público por tiempo de seis meses a dos años.
LECCIÓN 28. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 1011
del artículo anterior, la ejecución de las órdenes de sus superiores, las desobedecieren
después de que aquellos hubieren desaprobado la suspensión”.
La pena es de multa de doce a veinticuatro meses, e inhabilitación especial para
empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años.
Se introduce en este supuesto la llamada teoría de la remonstratio (SE-
RRANO GOMEZ/SERRANO MAILLO).
Se consuma el delito con la persistencia de la autoridad o funcionario
público en el incumplimiento de la orden proveniente del superior jerár-
quico una vez que ha recibido las explicaciones oportunas sobre la misma.
Se trata de un delito de mera actividad, que no requiere resultado al-
guno, y frente al que puede igualmente mantenerse la exención que se
contiene en el art. 410.2 CP. Solo cabe el dolo directo, no teniendo cabida
el dolo eventual.
4. Denegación de auxilio
El art.412 CP castiga a los funcionarios públicos que no prestan el auxi-
lio debido a la Administración de justicia u otro servicio público, bien por
requerimiento de la autoridad competente u otro servicio público, o bien
cuando es requerido por particulares.
a) Denegación de auxilio a requerimiento de la autoridad competente.
Se castiga en el apartado 1º del art.412 CP.
La pena es de multa de tres a doce meses y suspensión de empleo o cargo público
por tiempo de seis meses a dos años.
Es un delito especial propio y de omisión pura, que no requiere la pro-
ducción de resultado alguno. La pasividad que debe concurrir en el fun-
cionario para la denegación de auxilio a requerimiento de la autoridad
competente determina que la conducta típica sea la mera inactividad. La
conducta ha de ser dolosa.
El supuesto agravado se contempla en el art. 412.2 CP que castiga la
misma conducta descrita en el apartado 1º del mismo precepto legal, pero
incrementando la pena a multa de doce a dieciocho meses y suspensión de empleo
o cargo público por tiempo de dos a tres años, cuando el requerido “fuera autori-
dad, jefe o responsable de una fuerza pública o un agente de la autoridad”.
LECCIÓN 28. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 1013
permitiere acceder a documentos secretos cuya custodia le esté confiada por razón de
su cargo”.
La pena es de multa de seis a doce meses, e inhabilitación especial para empleo
o cargo público por tiempo de uno a tres años.
Es un delito especial propio de mera actividad o inactividad, en el que
el sujeto activo tiene que ser autoridad o funcionario público.
Es necesario que el documento haya sido declarado secreto y ello ha de
ser conocido por el sujeto activo, funcionario público que tiene atribuida
la custodia del mismo.
La redacción del tipo penal es cuestionable al menos en cuanto a la
mención a que el funcionario que custodia el documento “accediere”, toda
vez que lo tiene a su disposición por tal encomienda.
La consumación se produce cuando se accede o se permite acceder al
documento, sin que sea preciso que se llegue a tener acceso.
1. Cohecho
Dedica el CP el capítulo V del Titulo XIX del Libro II al cohecho.
El bien jurídico protegido en el delito de cohecho es el correcto funciona-
miento de los servicios públicos que ha de prestar el estado a los ciudada-
nos, y la protección del prestigio de la función de los servicios públicos.
Con el delito de cohecho se castiga la corrupción de autoridades y fun-
cionarios públicos, e infringir el desempeño ajustado a ley en el ejercicio
de sus funciones (SERRANO GOMEZ/SERRANO MAILLO).
LECCIÓN 28. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 1019
Supuesto atenuado
3. El art.424.3 CP castiga “la actuación conseguida o pretendida de la autori-
dad o funcionario tuviere relación con un procedimiento de contratación, de subven-
ciones o de subastas convocados por las Administraciones o entes públicos”.
La pena es inhabilitación para obtener subvenciones y ayudas públicas, para
contratar con entes, organismos o entidades que formen parte del sector público y
para gozar de beneficios o incentivos fiscales y de la Seguridad Social por un tiempo
de cinco a diez años.
Menor reproche penal, confiere el CP a la situación en la que la dádiva
o recompensa tenga lugar con la intención de obtener el favor de la auto-
ridad, o funcionario público, en causa criminal en la que se encuentre in-
merso el cónyuge, o persona a la que se encuentre ligado de forma estable
por análoga relación de afectividad, al particular que hace el ofrecimiento
o entrega de aquella, o de algún ascendiente, descendiente o hermano,
por naturaleza, por adopción o afines en los mismos grados.
Para el supuesto atenuado se determina la pena de prisión de seis meses a
un año.
El art. 425 CP establece una excusa absolutoria, dirigida a premiar la
contribución del autor del cohecho activo en poder condenar al autor del
cohecho pasivo, “quedará exento de pena por el delito de cohecho el particular que,
habiendo accedido ocasionalmente a la solicitud de dádiva u otra retribución reali-
zada por autoridad o funcionario público, denunciare el hecho a la autoridad que
tenga el deber de proceder a su averiguación, antes de la apertura del procedimiento,
siempre que no haya transcurrido más de dos meses desde la fecha de los hechos”.
Con la mención de acceso “ocasionalmente” a la solicitud de dádiva o
retribución, se exige la participación del particular con carácter primario,
de tal forma que la reiteración en la conducta determinaría la inaplicación
de la excusa absolutoria. Del mismo modo, exige que el particular denun-
cie los hechos a la autoridad, tanto policial como judicial, y limitada esta
actuación en un plazo máximo de dos meses desde que ocurrieron los
hechos, y antes de la apertura del procedimiento.
g) Cohecho cometido por personas específicas de la Unión Europea o
países extranjeros
La condición de sujeto activo del delito de cohecho, la hace extensiva
el art.427 CP a aquellos funcionarios que desempeñen cargos en la Unión
Europea u otros países extranjeros:
1024 Felipe Luis Meléndez Sánchez
2. Tráfico de influencias
El Libro II del Tít.XIX del Capítulo VI del CP se ocupa “del tráfico de
influencias”.
El sujeto activo persigue en las figuras delictivas comprendidas en los
arts. 428 y 429 CP generar directa o indirectamente un beneficio económi-
co para sí o para un tercero (SERRANO GOMEZ/SERRANO MAILLO).
LECCIÓN 28. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 1025
3. Malversación
El Libro II, Tit.XIX , Cap.VII del CP se ocupa “de la malversación”.
El art. 434 CP, establece una atenuante común para todas las formas
del delito de malversación “si el culpable de cualquiera de los hechos tipificados
en este capítulo hubiere reparado de modo efectivo e íntegro el perjuicio causado al
patrimonio público antes del inicio del juicio oral, o hubiera colaborado activa y
eficazmente con las autoridades o sus agentes para obtener pruebas decisivas para la
identificación o captura de otros responsables o para el completo esclarecimiento de
los hechos delictivos, los jueces y tribunales impondrán al responsable de este delito la
pena inferior en uno o dos grados”.
La atenuación de la pena inferior en uno o dos grados requiere la re-
paración total e íntegra del perjuicio causado, y esta reparación tiene que
llevarse a efecto antes del inicio del juicio oral. Tiene la atenuación un
carácter imperativo para el Juez.
especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo
por tiempo de dos a siete años”.
Es un delito especial de omisión, en la que el sujeto activo, solo puede
ser la autoridad. Parece que el legislador ha olvidado incluir entre los suje-
tos activos al funcionario público, inmerso en todas las conductas delictivas
anteriores previstas para los delitos contra la administración pública donde
se aludía a la autoridad, máxime cuando la pena incluye la “inhabilitación
especial para empleo o cargo público”, en clara alusión en el caso de em-
pleo al que afectaría al funcionario público.
Por el principio de legalidad, este supuesto olvido del legislador no
puede suplirse con interpretación alguna, y ha de quedar por tanto en la
limitación de los sujetos activos indicada. Solo puede cometer este delito
la autoridad.
Se persigue la posibilidad de enriquecimiento ilícito de la autoridad en
el ejercicio de su cargo, y se determina la obligación de atender los reque-
rimientos de los órganos competentes que intereses la justificación del in-
cremento patrimonial, cancelación de deudas u obligaciones por importe
superior a los 250.000 euros.
Si resulta inferior a dicho importe la conducta sería impune, pero ten-
dría que acreditarse que el incremento ha sido inferior a dicha cuantía.
deba intervenir o haya intervenido por razón de su cargo, o en los que se tramiten,
informen o resuelvan en la oficina o centro directivo en que estuviere destinado o del
que dependa”
La pena es multa de seis a doce meses y suspensión de empleo o cargo público por
tiempo de dos a cinco años.
Es un delito especial propio de mera actividad, en el que se persigue el
quebranto a la lealtad del funcionario público o la autoridad a su función
o cargo, y la utilización del cargo en beneficio de la actividad privada des-
empeñada igualmente por el sujeto activo.
Se trata de una norma penal en blanco, que requiere la determinación
de las actividades susceptibles de ser compatibilizadas según la norma ad-
ministrativa, por la autoridad o funcionario público.
Se exige en el tipo penal que el trabajo en la actividad privada del fun-
cionario, y su función pública estén relacionados, haciendo extensivas las
situaciones a aquellos asuntos en los que “deba intervenir o haya interveni-
do” o “que se tramiten, informen o resuelvan en la oficina o centro directi-
vo” con el que tenga relación el mismo.
Solo cabe la comisión dolosa, siendo posible el dolo eventual. En su-
puestos en los que se acredite el desconocimiento de la incompatibilidad
por parte del funcionario, la conducta será impune, al no encontrarse cas-
tigada la comisión imprudente.
Resulta de necesaria referencia en los supuestos de actividades prohi-
bidas a funcionarios y su autorización, la Ley 53/1984 de 26 de diciembre
de incompatibilidades del personal al servicio de las Administraciones Pú-
blicas.
El delito queda consumado en el momento en el que se hace efectiva la
duplicidad del desempeño privado y el público en las formas recogidas en
el tipo penal. El asesoramiento ilícito estando vigente en el tiempo la doble
situación, se da como acreditado.
c) Revelación de secretos o de información privilegiada
El art. 442 CP castiga a “la autoridad o funcionario público que haga uso de
un secreto del que tenga conocimiento por razón de su oficio o cargo, o de una infor-
mación privilegiada, con ánimo de obtener un beneficio económico para sí o para
un tercero”.
La pena es multa del tanto al triplo del beneficio perseguido, obtenido o facilita-
do e inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho
de sufragio pasivo por tiempo de dos a cuatro años.
1040 Felipe Luis Meléndez Sánchez
6. Actos preparatorios.
Dispone el art.445 CP. “La provocación, la conspiración y la proposición para
cometer los delitos previstos en este Título se castigará, respectivamente, con la pena
inferior en uno o dos grados”.
Esta disposición genérica, resulta aplicable al Título XIX del Libro II
del CP.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué diferencia existe entre del delito de prevaricación administrati-
va y el delito de nombramiento ilegal de funcionario?
2. ¿Incurre en delito de desobediencia el funcionario público que no
da cumplimiento al mandato de la autoridad superior, porque para
el funcionario no es justo?
3. ¿Quienes son el sujeto activo y el pasivo en el delito de cohecho activo?
4. ¿Que particularidades se requieren para que se estime el tipo privile-
giado de la malversación del art. 434 CP?
5 ¿Qué diferencia existe entre la revelación de secretos y la informa-
ción privilegiada?
LECCIÓN 29.
DELITOS CONTRA LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
I. PREVARICACIÓN
1.Prevaricación judicial en causa criminal
El art. 446 CP castiga al “juez o magistrado que, a sabiendas, dictare sentencia
o resolución injusta” y “será castigado
1ºcon la pena de prisión de uno a cuatro años si se trata de sentencia injusta con-
tra el reo en causa criminal por delito grave o menos grave y la sentencia no hubiera
LECCIÓN 29. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA 1045
El art.12.3 CP determina que delitos leves son las infracciones que la Ley
castiga con pena leve, y las penas leves se recogen en el art.33.4 CP.
Resulta aplicable cuanto se ha manifestado para la prevaricación del
apartado 1º del art.446 CP, con la salvedad de que en este caso afecta a
sentencia dictada en delito leve.
III. ENCUBRIMIENTO
El art.451 CP castiga al “que, con conocimiento de la comisión de un delito y sin
haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniere con posterioridad
a su ejecución…” de alguna de las formas que se relatan a continuación.
La pena es prisión de seis meses a tres años.
Es un delito común, en el que el sujeto activo puede ser cualquiera
que haya tenido conocimiento de la comisión de un delito previamente
ejecutado.
El autor de delito de encubrimiento no puede haber participado en el
acto delictivo que se encubre ni como autor ni como cómplice, y su inter-
vención es siempre posterior a la comisión del hecho delictivo. Supone un
auxilio al delincuente para obstaculizar la acción de la Justicia, a través de
las siguientes formas de comisión:
a) Favorecimiento real
“Auxiliando a los autores o cómplices para que se beneficien del provecho, pro-
ducto o precio del delito, sin ánimo de lucro propio”, que señala el art.451.1º CP.
No puede existir ánimo de lucro propio, siendo admisibles tanto la con-
ducta activa del sujeto, como la omisiva, tendentes a que se pueda consu-
mar el delito objeto de encubrimiento. Si concurriese ánimo de lucro pro-
pio, el sujeto incurriría en delito de receptación del art.298 CP si se trata
de delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico.
“2º Ocultando, alterando o inutilizando el cuerpo, los efectos o los instrumentos
de un delito, para impedir su descubrimiento”.
Se describen todas las conductas que impedirían la labor de investigación
judicial del delito encubierto, tales como esconder, modificar o inutilizar el
cuerpo del delito, o los efectos sus instrumentos, de forma consciente.
La forma de comisión es la dolosa, siendo posible el dolo eventual. Es
un delito de mera actividad, sin que condicione la consumación del delito
el resultado final obtenido con el encubrimiento. Es posible la tentativa.
Es posible el encubrimiento en cadena, o lo que es lo mismo, el encu-
brimiento del encubrimiento (SERRANO GOMEZ/SERRANO MAILLO).
b) Favorecimiento personal
El art.451.3ºCP castiga el ayudar “a los presuntos responsables de un delito a
eludir la investigación de la autoridad o de sus agentes, o a sustraerse a su busca o
captura, siempre que concurra alguna de las circunstancias siguientes:
1052 Felipe Luis Meléndez Sánchez
6. Excusa absolutoria
El art. 462 CP dispone “quedará exento de pena el que, habiendo prestado un
falso testimonio en causa criminal, se retracte en tiempo y forma, manifestando la
verdad para que surja efecto antes de que se dicte sentencia en el proceso de que se
trate. Si a consecuencia del falso testimonio, se hubiere producido la privación de la
libertad, se impondrán las penas correspondientes inferiores en grado”.
Diferencia dos posibilidades:
a) En el supuesto de causa criminal en el que quien ha prestado falso
testimonio se retracta antes del dictado de sentencia, sin otras con-
secuencias para el encausado que haber padecido el procedimiento
judicial. En este caso se determina la excusa absolutoria que premia
a quien reconsidera su actitud y evita una condena con base en el
relato mendaz prestado en el proceso.
b) Cuando se ha padecido privación de libertad en causa criminal como
consecuencia del testimonio falso. Se premia el desistimiento activo
de quien rectifica su actuación y evita continúe padeciendo un ter-
cero los efectos de la falsedad testimonial. Es este caso se determi-
na una circunstancia extraordinaria de atenuación, que tiene como
consecuencia la imposición de la pena correspondiente al falso testi-
monio, pero inferior en grado.
No diferencia el tipo penal que el falso testimonio se hubiera prestado
en causa con delito grave o menos grave o leve, de tal forma que la atenua-
ción de la pena es la misma en todos los casos. Tampoco hace distinción
respecto del tiempo de privación de libertad que haya supuesto el falso
testimonio para quien hubiera sido injustamente encausado.
1062 Felipe Luis Meléndez Sánchez
VIII.OBSTRUCCIÓN A LA JUSTICIA Y
DESLEALTAD PROFESIONAL
Los arts. 463 a 467CP castigan determinadas conductas que obstaculi-
zan el correcto funcionamiento de la Administración de Justicia.
El delito se consuma con el mero intento “de influir”, sin que se precise
que se produzca la consecuencia de la intimidación ejercida sobre el sujeto
pasivo. En el supuesto de que se consiga el fin pretendido, el art.464.1. CP
determina que “si el autor del hecho alcanzara su objetivo, se impondrá la pena
en su mitad superior”.
Solo cabe la comisión dolosa, en sus formas de dolo directo y dolo eventual.
El art.467.2 CP castiga al “abogado o procurador que, por acción u omisión,
perjudique de forma manifiesta los intereses que le fueron encomendados”
La pena de multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para
empleo, cargo público, profesión y oficio de uno a cuatro años.
Es un delito especial propio, y de resultado, en el que el sujeto activo
solo puede ser abogado y procurador, y que requiere para la consumación
que con su actuación hayan producido un perjuicio manifiesto a los intere-
ses del cliente, perjuicio que no necesariamente tiene que ser económico.
Cabe la tentativa.
Admite la comisión dolosa, con dolo directo y eventual mediante com-
portamiento activo u omisivo.
El art 467 .2 CP abarca la posibilidad de que el perjuicio a los intereses enco-
mendados obedezca a que “los hechos realizados” los sean “por imprudencia grave”.
La pena es de multa de seis a doce meses e inhabilitación especial para su pro-
fesión de seis meses a dos años.
Para la determinación de la gravedad de la imprudencia, habrá que
determinar si se ha observado el deber objetivo de cuidado, y la estimación
de la diligencia debida en el comportamiento del sujeto activo.
El delito se consuma con la efectiva fuga, efectuada con los medios vio-
lentos a que hace referencia el tipo penal. Cabe la tentativa.
3. Favorecimiento a la evasión
El art. 470.1 CP castiga “al particular que proporcione la evasión a un condena-
do, preso o detenido, bien del lugar en que esté recluido, bien durante su conducción”.
La pena es de prisión de seis meses a un año y multa de doce a veinticuatro
meses.
Es un delito común, en el que el sujeto activo puede ser cualquiera, no
requiriéndose ninguna condición especial en el mismo. Y es de resultado,
habida cuenta de que la acción realizada debe determinar la evasión del
preso o detenido.
Solo cabe la comisión dolosa, y cabe tanto la conducta activa como la
omisiva.
La consumación se produce en el momento en el que la colaboración
del particular produce la evasión. Cabe la tentativa.
El apartado 2º del art.470 CP, contempla el supuesto agravado, incre-
mentando la pena, “cuando se empleara al efecto violencia o intimidación en las
personas, fuerza en las cosas o soborno”, determinando en este caso una pena
de prisión de seis meses a cuatro años.
El apartado 3º del art. 470 CP introduce un supuesto atenuado “Si se
tratara de alguna de las personas citadas en el artículo 454, se les castigará con la
pena de multa de tres a seis meses, pudiendo en este caso el Juez o Tribunal imponer
tan sólo las penas correspondientes a los daños causados o a las amenazas o violen-
cias recibidas”.
El legislador establece menor pena por el menor reproche que conlle-
va las conductas realizadas por los parientes que se determinan en el art.
454 CP, “cónyuges o personas a la que se hallen ligados de forma estable
por análoga relación de afectividad, , de sus ascendientes, descendientes,
hermanos por naturaleza, por adopción, o afines en los mismos grados”.
b) El art. 471 bis 2) CP castiga al “que presentare pruebas ante la Corte Penal
Internacional a sabiendas de que son falsas o han sido falsificadas.
La pena es de prisión de seis meses a dos años.
Sanciona la conducta dolosa de presentación de pruebas falsas o falsi-
ficadas.
c) El art. 471 bis) 3 CP, castiga al “que intencionadamente destruya o altere
pruebas, o interfiera en las diligencias de prueba ante la Corte Penal Interna-
cional”.
La pena es de prisión de seis meses a dos años y multa de siete a 12 meses.
Es un delito de manipulación dolosa de las pruebas, destruyendo, alte-
rando las mismas o interfiriendo en diligencias de prueba.
d) El art. 471 bis) 4 CP, castiga al “que corrompiera a un testigo, obstruyera
su comparecencia o testimonio ante la Corte Penal Internacional o interfiera
en ellos”.
La pena es de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a 24 meses.
e) El art.471 bis) 5 CP, castiga a “quien pusiera trabas a un funcionario de
la Corte, lo corrompiera o intimidara, para obligarlo o inducirlo a que no
cumpla sus funciones o a que lo haga de manera indebida”.
La pena es de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a 24 meses.
Se castiga en este tipo la inducción, corrupción e intimidación a un
funcionario de la Corte con la finalidad de que no cumpla su función o la
realice de forma indebida.
f) El art. 471. bis) 6 castiga al “que tomara represalias contra un funcionario
de la Corte Penal Internacional en razón de funciones que haya desempeñado
él u otro funcionario”.
La pena es de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a 24 meses.
El art. 471 bis) 6 CP in fine, castiga a “quien tome represalias contra un testigo
por su declaración ante la Corte”.
La pena es de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a 24 meses.
g) El art. 471 bis) 7 CP castiga al “que solicitara o aceptara un soborno en
calidad de funcionario de la Corte y en relación con sus funciones oficiales”.
La pena es prisión de dos a cinco años y multa del tanto al triplo del valor de la
dádiva solicitada o aceptada.
LECCIÓN 29. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA 1073
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Puede ser autor de un delito de quebrantamiento de condena,
quien ha sido condenado con pena de multa y orden de alejamien-
to sobre su pareja, pero coincide fortuitamente en el supermercado
ubicado a 20 metros de la vivienda del infractor?
2. ¿Constituye delito de prevaricación judicial del magistrado titular del
juzgado, la dilación de un procedimiento judicial por saturación de
procedimientos en el juzgado?
1074 Felipe Luis Meléndez Sánchez
CONCEPTOS FUNDAMENTALES: En esta Lección vamos a estudiar parte de los delitos que
se recogen en el Título XXI del Código penal, denominados «Delitos contra la Constitución».
A efectos pedagógicos, podemos descomponer la lección en tres partes diferenciadas.
En la primera vamos a estudiar el delito de rebelión, una figura delictiva que, tras un prolongado
período de desuso, ha resurgido con fuerza al ámbito jurídico, político y social.
En la segunda, abordamos los delitos contra la Corona (Capítulo II), en donde se recoge una
serie de delitos que, en esencia, ya hemos estudiado en capítulos anteriores. Sin embargo,
la relevancia constitucional del sujeto pasivo (que encarna la más alta Magistratura del Esta-
do) convierte estos delitos en delicta sui géneris acreedores de una especial valoración jurídico-
penal. Todo ello se materializa en una mayor gravedad de las penas que las previstas para los
delitos ordinarios.
Finalmente, se estudian los delitos contra instituciones del estado (Capítulo III. Sección 1.ª). Se
trata de delitos que atentan contra las personas u órganos del Estado que ejercen destacadas
funciones constitucionales.
I. REBELIÓN
El art. 472 CP, en su párrafo primero, define la conducta típica del de-
lito de rebelión (elemento objetivo del tipo). En los párrafos siguientes
enumera las finalidades (elemento subjetivo del tipo) que configuran el
tipo penal. Estamos ante un delito que constituye el atentado más grave a
las bases del sistema constitucional y a la paz pública y, con ello, al orden
público, lo que configura el bien jurídico protegido del delito de rebelión
(MUÑOZ CONDE).
Se trata de un delito de ejecución colectiva, por lo que el sujeto activo
puede ser cualquiera, aunque debe ser necesariamente colectivo (MUÑOZ
CONDE). Sujeto pasivo, por su parte, son los órganos (individuales o colec-
tivos) mencionados en el propio tipo penal (SERRANO GÓMEZ / SERRA-
NO MAÍLLO).
1076 Marco Teijón Alcalá
1. Reos de rebelión
De acuerdo con el art. 472 CP, «son reos del delito de rebelión los que se alza-
ren violenta y públicamente». Aquí, como vemos, la conducta típica consiste en
alzarse de forma violenta y pública. El verbo alzarse cuenta en la DRAE con
hasta veinticuatro entradas. En su décima acepción significa sublevarse,
que, a su vez, significa «llevar a alguien a la sedición o al motín». Equivale a
levantarse, desobedeciendo o resistiendo colectivamente al poder legítima-
mente constituido (MUÑOZ CONDE).
Es necesario que el alzamiento se realice de forma violenta y pública1.
La violencia constituye el elemento esencial del tipo. Sobre el significado y
tipo de violencia que caracteriza el delito de rebelión versa el núcleo esen-
cial de la conocida sentencia del procés. De acuerdo con la misma (p. 267),
la violencia ha de ser «instrumental, funcional, preordenada de forma directa, sin
pasos intermedios, a los fines que animan la acción de los rebeldes» (STS 459/2019
(Tol 7.515.425)). Debe ser de entidad suficiente para, objetivamente, poder
conseguir la finalidad pretendida. Ahora bien, como también sugiere el
TS, en la citada sentencia, la violencia ha de ser necesariamente de carác-
ter «armado planificado, organizado y ejecutado, en todo o en parte, por miembros
de las fuerzas armadas en sus distintos niveles jerárquicos» (MUÑOZ CONDE).
El alzamiento violento ha de ser, además, público, esto es, de modo
abierto, manifiesto y perceptible por terceros (SERRANO GÓMEZ / SE-
RRANO MAÍLLO). Estamos ante un delito de mera actividad que se consuma
tan pronto como se produce el alzamiento, aunque los rebeldes no hayan
conseguido los fines perseguidos (RODRIGUEZ RAMOS). Se trata, ade-
más, de un delito doloso, en donde el dolo típico viene constituido por la
finalidad buscada (MUÑOZ CONDE).
1
No obstante, existen posiciones que consideran que la violencia no es requisito
indispensable en el delito de rebelión (RODRIGUEZ RAMOS).
LECCIÓN 30. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN I 1077
2
Según el TS, el propósito «ha de ser real y no una mera ensoñación del autor o un artifi-
cio engañoso creado para movilizar a unos ciudadanos que creyeron estar asistiendo al acto
histórico de fundación de la república catalana y, en realidad, habían sido llamados como
1078 Marco Teijón Alcalá
tener al menos una posibilidad objetiva de que los que se alzan consigan su
propósito, y esto, tampoco se daba en el caso citado, ya que, según el TS, «el
Estado mantuvo en todo momento el control de la fuerza militar, policial, jurisdic-
cional o incluso social» (p. 271). Es decir, que la conducta de los acusados no
resultaba idónea para poner seriamente en peligro la integridad territorial
del Estado (p. 135).
«6.º Sustituir por otro el Gobierno de la Nación o el Consejo de Gobierno de una
Comunidad Autónoma, o usar o ejercer por sí o despojar al Gobierno o Consejo de
Gobierno de una Comunidad Autónoma, o a cualquiera de sus miembros de sus
facultades, o impedirles o coartarles su libre ejercicio, u obligar a cualquiera de ellos
a ejecutar actos contrarios a su voluntad».
Para ciertos autores, la primera parte de esta finalidad constituye la mo-
dalidad paradigmática del delito de rebelión, ya que lo que se suele buscar
normalmente en los alzamientos de este tipo es precisamente sustituir un
Gobierno por el de los sublevados. En cuanto al inciso final, lo que se bus-
ca por los autores es condicionar (en beneficio propio) el ejercicio de las
facultades derivadas de tales cargos mediante violencia activa (obligar) o
pasiva (impedirles o coartarles).
«7.º Sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno».
Es decir, hacerse con el mando del Ejercito o alguna de las diferentes
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, mediante las formas violentas previstas.
Como vemos, cada una de estas finalidades (salvo quizá la prevista en
el número 3º) pueden constituir per se un delito independiente (MUÑOZ
CONDE).
3. Participación
El art. 473.1 CP castiga con diferentes penas las conductas anteriores
en función del tipo de participación, cualidad del sujeto activo y conducta
típica:
a) Inductores: en este supuesto se castiga con pena de prisión de quince
a veinticinco años e inhabilitación absoluta por el mismo tiempo a «los que,
induciendo a los rebeldes, hayan promovido o sostengan la rebelión».
parte tácticamente esencial de la verdadera finalidad de los autores», que, en palabras del
Tribunal, «no era otra cosa que la estratégica fórmula de presión política que los acusados
pretendían ejercer sobre el Gobierno del Estado» (p. 135).
LECCIÓN 30. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN I 1079
4. Supuestos agravados
El segundo apartado del art. 473 CP, por su parte, prevé varios supuestos
agravados. En el precepto anterior se delimitan las responsabilidades en
función del tipo de participación personal, mientras que en estos supues-
tos se agravan las penas, además, en función los resultados o desarrollo de
la rebelión. Concretamente, se agrava la pena si en la rebelión:
1. se han esgrimido armas: el término esgrimir, según la DRAE, significa
«jugar y manejar» armas blancas, aunque aquí, armas, debemos interpretar-
lo en sentido amplio y en contexto con el concepto de violencia propuesto.
2. ha habido combate entre la fuerza de su mando y los sectores leales a la autoridad
legítima: aquí también debemos interpretar fuerza en el sentido de fuerza
armada, ya que, el combate (violento) entre la fuerza (armada) del mando
(rebelde) y la de los sectores leales a la autoridad legítima al que hace refe-
rencia el precepto es inherente al delito de rebelión (MUÑOZ CONDE).
3. se han causado estragos en propiedades de titularidad pública o privada: se
trata de ejecutar el alzamiento violento mediante las modalidades comisi-
vas previstas en el delito de estragos del art. 346.1 CP (provocando explo-
siones o cualquier otro medio de similar potencia destructiva) en las que
se cause la destrucción de propiedades de titularidad pública o privada.
4. se han cortado las comunicaciones telegráficas, telefónicas, por ondas, ferro-
viarias o de otra clase: esta agravante, en realidad, puede constituir una de las
modalidades comisivas previstas en el punto anterior.
1080 Marco Teijón Alcalá
8. Actos preparatorios
El art. 477 CP castiga con la inhabilitación prevista en los artículos an-
teriores y con pena de prisión inferior en uno o dos grados a la del delito
correspondiente la provocación, conspiración y proposición para cometer
rebelión.
3
Por delitos particulares debemos entender aquéllos que no son estrictamente
necesarios y que van más allá de lo que exige el delito de rebelión. En estos casos,
estaremos ante un concurso real de delitos del art. 77 CP (SERRANO GÓMEZ /
SERRANO MAÍLLO).
1084 Marco Teijón Alcalá
1. Homicidio
El art. 485 CP prevé dos tipos básicos específicos de homicidio con pe-
nas diferentes en función del sujeto pasivo.
En el primer apartado se castiga con la pena de prisión permanente re-
visable al «que matare al Rey o a la Reina o al Príncipe o a la Princesa de Asturias».
En el apartado segundo se castiga con pena de prisión de veinte a vein-
ticinco años (salvo que los hechos estuvieran castigados con una pena más
grave en algún otro precepto del CP) al «que matare a cualquiera de los as-
cendientes o descendientes del Rey o de la Reina, a la Reina consorte o al consorte
de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia». No obstante, en este
supuesto, se impondrá la pena de prisión de veinticinco a treinta años «Si
concurrieran en el delito dos o más circunstancias agravantes».
Finalmente, el 485.3 CP dispone que «en el caso de tentativa de estos delitos
podrá imponerse la pena inferior en un grado».
El sujeto activo en estos delitos puede ser cualquier persona, mientras
que el sujeto pasivo tiene que ser, según el caso, las personas indicadas. De-
lito doloso en el que el dolo debe abarcar tanto la voluntad de matar como
el conocimiento de que se está atacando a alguna de las personalidades
enumeradas4.
4
No existe aquí, sin embargo, tal y como ocurre en el homicidio común, la figura
del homicidio por imprudencia. Por lo tanto, en virtud del art. 12 CP, el homicidio del
Rey, Reina, etc., por imprudencia (grave o menos grave) -así como los supuestos
de error vencible (art. 14 CP)-, no serán punibles conforme a lo previsto en este
Capítulo (sin perjuicio de que pudieran ser de aplicación el art. 142 CP) (SERRA-
NO GÓMEZ / SERRANO MAÍLLO).
1086 Marco Teijón Alcalá
2. Lesiones
El art. 486 CP prevé en este caso una única conducta típica con una mis-
ma pena con independencia de quién sea el sujeto pasivo. En este caso, la
diferente penalidad se construye en función de la gravedad de las lesiones.
a) Conducta típica
El art. 486.1 CP castiga al «que causare al Rey, a la Reina o a cualquiera de
sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al
Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe o a la Princesa de Asturias,
lesiones».
b) Penalidad
El art. 486.1 CP in fine, contempla las siguientes penas:
- Para las lesiones del art. 149, pena de prisión de quince a veinte años.
- Para las lesiones del art. 150, pena de prisión de ocho a quince años.
- Para «El que les causare cualquier otra lesión», el art. 486.2 CP prevé una
pena de prisión de cuatro a ocho años.
3. Contra la libertad
El art. 487 CP dispone que castiga con la pena de prisión de quince a
veinte años al «que privare al Rey, a la Reina o a cualquiera de sus ascendientes
o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún
miembro de la Regencia, o al Príncipe o a la Princesa de Asturias, de su libertad
personal, salvo que los hechos estén castigados con mayor pena en otros preceptos de
este Código».
La conducta típica consiste en privar de libertad personal. El sujeto activo del
delito puede ser cualquiera, mientras que el sujeto pasivo tiene que ser nece-
sariamente alguna de las personas mencionadas en el precepto. Finalmen-
te, el art. 487 in fine prevé una solución para los supuestos de concursos de
normas que resuelve conforme a los previsto en el art. 8.4 CP.
4. Actos preparatorios
El art. 488 CP establece que «la provocación, la conspiración y la proposición
para los delitos previstos en los artículos anteriores se castigará con la pena inferior
en uno o dos grados a las respectivamente previstas».
LECCIÓN 30. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN I 1087
5. Coacciones
El art. 489 CP, en su primer párrafo, castiga con prisión de ocho a doce
años al «que con violencia o intimidación grave obligare a las personas referidas en
los artículos anteriores a ejecutar un acto contra su voluntad».
La conducta típica consiste en obligar a ejecutar un acto contra la volun-
tad de las personas. El sujeto activo puede ser cualquier persona, mientras
que el sujeto pasivo debe ser necesariamente alguna de las personas indica-
das. Por otra parte, es necesario que la violencia o la intimidación ejercida
sean graves, lo que delimita la conducta de la prevista en el segundo párra-
fo del art. 489 CP.
Según dispone el mismo, «si la violencia o la intimidación no fueran graves,
se impondrá la pena inferior en grado».
Por lo tanto, en el art. 489 CP se castiga una forma de coacciones de ca-
rácter activo (obligar) y doloso en donde la pena fluctúa en función de la
gravedad de la violencia o de la intimidación. Se trata, además, de un delito
de simple actividad, ya que no es necesario que el sujeto pasivo llegue a rea-
lizar el acto al que se le conmina, sino que es suficiente para la perfección
del delito con que se produzca tal conminación.
6. Allanamiento de morada
El art. 490.1 CP castiga con la pena de prisión de tres a seis años al «que
allanare con violencia o intimidación la morada de cualquiera de las personas men-
cionadas en los artículos anteriores será castigado».
La conducta típica consiste en allanar la morada de las personas enume-
radas. Es necesario que la conducta se realice con violencia o intimidación,
ya que la segunda parte del 490.1 CP dispone que «si no hubiere violencia o
intimidación la pena será de dos a cuatro años».
7. Amenazas
El art. 490.2 CP castiga con prisión de tres a seis años «al que amenazare
gravemente a cualquiera de las personas mencionadas en el apartado anterior», y
con la pena de prisión de uno a tres años «si la amenaza fuera leve».
1088 Marco Teijón Alcalá
8. Calumnias e injurias
El art. 490.3 CP castiga en función de su gravedad al «que calumniare o
injuriare al Rey, a la Reina o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la
Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regen-
cia, o al Príncipe o a la Princesa de Asturias, en el ejercicio de sus funciones o con
motivo u ocasión de éstas». El citado precepto castiga con la pena de prisión
de seis meses a dos años «si la calumnia o injuria fueran graves», y con la de
multa de seis a doce meses «si no lo son».
Para el concepto de calumnia e injuria nos remitimos a lo previsto en
los arts. 205-210 CP. La principal diferencia es que estamos ante un delito
de naturaleza pública en el que lo que se protege es, además de la digni-
dad personal de los particulares, como en aquéllos, la propia estabilidad
del sistema (SJCP 16/2013, de 14 marzo (Tol 5.363.668)). Es decir, el bien
jurídico protegido es, por un lado, el honor, y por otro, la dignidad de la
Institución.
Sujeto activo puede ser cualquiera, mientras que sujeto pasivo solo las
personas nombradas. Es necesario que las injurias o calumnias guarden
relación estrecha con las funciones constitucionales que desarrollan estas
personalidades. También es necesario acreditar una intención específica
de injuriar (animus injuriandi). El dolo del agente debe abarcar tanto el
ataque al honor de las personas reales enumeradas como a la dignidad de
la Institución (SAN 10/2022, de 20 junio (Tol 9.118.517)). Sin embargo, de
acuerdo con la doctrina del TS, la dimensión constitucional de este tipo
penal hace que el criterio subjetivo del animus iniuriandi sea por sí solo
insuficiente para fundar una condena por delito de injurias, sino que, en
aquellos supuestos en los que se haya alegado el ejercicio legítimo de la
libertad de expresión, es necesario que el enjuiciamiento se traslade al pla-
no de la antijuridicidad (STS 1284/2005, de 10 de octubre (Tol 738.508))5.
En estos supuestos, el juzgador debe examinar si los comentarios profe-
ridos están justificados por el legítimo ejercicio del derecho de libertad
5
En palabras del propio TC, el valor especial que la Constitución otorga a las
libertades de expresión e información «no puede configurarse como absoluto, puesto
que, si viene reconocido como garantía de la opinión pública, solamente puede legitimar las
intromisiones en otros derechos fundamentales que guarden congruencia con esa finalidad, es
decir, que resulten relevantes para la formación de la opinión pública sobre asuntos de interés
general, careciendo de tal efecto legitimador cuando las libertades de expresión e información
se ejerciten de manera desmesurada y exorbitante del fin en atención al cual la Constitución
les concede su protección preferente» (STC 39/2005, de 28 de febrero (Tol 598.416)).
LECCIÓN 30. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN I 1089
6
De acuerdo con la SAN (Sec. 1ª) 10/2022, de 20 junio (Tol 9.118.517), en determi-
nados casos donde se vierten insultos graves «el ejercicio del derecho fundamental de la
libertad de expresión resulta, con toda evidencia, contrario al principio de proporcionalidad y,
por lo tanto, absolutamente innecesario, superándose con mucho lo que pudieran considerarse
críticas hirientes, molestas o desabridas». Es decir, que según la STEDH, de 13 de marzo
de 2018 (Tol 6.534.231), la libertad de expresión solo abarca a «los actos que se enmarcan
en el ámbito de la crítica política, y no personal, de la institución de la monarquía en general y
en particular del Reino de España como nación». No puede haber libertad de expresión
cuando «se supera la barrera del límite de la mera crítica». El TS afirma que la libertad de
expresión no ampara intervenciones que afectan al núcleo último de la dignidad de
las personas (STS 1284/2005, de 31 de octubre (Tol 738.508)).
1090 Marco Teijón Alcalá
dación ha de ser contra las personas. En ambos casos, deben ser ejer-
cidas para acceder a las Cámaras, no una vez dentro.
– Que se dirija contra las sedes de los órganos legislativos.
– Que estos órganos estén reunidos.
7
Art. 71 CE: «1. Los Diputados y Senadores gozarán de inviolabilidad por las opiniones
manifestadas en el ejercicio de sus funciones. 2. Durante el período de su mandato los Di-
putados y Senadores gozarán asimismo de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en caso
de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin la previa autorización de la
Cámara respectiva».
1096 Marco Teijón Alcalá
se consuma tan pronto como se lleva a cabo alguna de las acciones típicas
previstas, sin necesidad de que se produzca resultado alguno.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué elementos objetivos y subjetivos deben concurrir en el delito
de rebelión?
2. ¿Qué limites ha establecido la jurisprudencia con respecto al dere-
cho a la legítima crítica de la instituciones constitucionales o de sus
miembros?
3. ¿En qué momento se consuma el delito consistente en impedir que
las Cortes se reúnan para nombrar Regente o tutor?
4. ¿Quién puede ser sujeto activo en el delito de falso testimonio ante
una Comisión de investigación?
5. ¿Qué diferencias existen entre el tipo básico y atenuado del delito de
perturbación del orden de las sesiones de los órganos legislativos?
LECCIÓN 31.
DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II
También estudiamos el Capítulo IV «De los delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y
libertades públicas». Este Capítulo se divide, a su vez, en dos secciones: Sección 1.ª De los delitos
cometidos con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas
garantizados por la Constitución. Sección 2.ª De los delitos contra la libertad de conciencia, los
sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos.
También se estudian los delitos de asociación, reunión y manifestaciones ilícitas punibles. Aquí
se castiga bien la extralimitación en estos derechos fundamentales, bien impedir o perturbar
su legítimo ejercicio.
Finalmente, esté capítulo se cierra con una serie de delitos en donde se castigan conductas
que atentan contra los sentimientos y símbolos religiosos, la libertad de conciencia o contra el
debido respecto a los difuntos.
1
La facultad para dictar disposiciones de carácter general corresponde a las Cortes
Generales (art. 81 CE); en determinados supuestos, al Gobierno (art. 82 CE); y, en
el marco de sus competencias, a las Comunidades autónomas (art. 148 y ss. CE)
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1103
5. Conflictos jurisdiccionales
El art. 509 CP castiga con multa de tres a diez meses e inhabilitación
especial para empleo o cargo público de seis meses a un año al «Juez o Ma-
gistrado, la autoridad o el funcionario público que, legalmente requerido de inhibi-
ción, continuare procediendo sin esperar a que se decida el correspondiente conflicto
jurisdiccional, salvo en los casos permitidos por la Ley».
La conducta típica consiste en continuar con un procedimiento tras ha-
ber sido requerido de inhibición3. La conducta será atípica si el sujeto no
ha sido requerido de inhibición o si la Ley permite continuar con el proce-
2
No es suficiente con que se trate de una causa sobre un asunto de competencia
judicial, sino que es necesario que el Juez o Magistrado estén conociendo del asunto
concreto.
3
Estamos ante una norma penal en blanco, por lo que debemos acudir a la normativa
administrativa correspondiente para evaluar los casos en los que las autoridades
mencionadas deben inhibirse de un procedimiento del que conocen, o en los que
la Ley permite continuar con el procedimiento a pesar de existir ese requerimiento
de inhibición. En el ámbito judicial, la normativa de referencia será la LO 2/1987,
de 18 de mayo, de Conflictos Jurisdiccionales (Tol 254.571), mientras que en el
administrativo, la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones Pública (Tol 5.494.102).
1104 Marco Teijón Alcalá
dimiento sin esperar a que se dice una resolución al respecto. Sujeto activo
puede ser tanto la autoridad administrativa como la judicial.
4
El reproche penal se justifica en que «la conducta no sólo atemoriza a la persona desti-
nataria del mensaje, sino a todo el colectivo al cual pertenece, creando sentimientos de lesión
de la dignidad, de inseguridad y de amenaza» (STS 646/2018, de 14 de diciembre (Tol
6.957.658)).
5
Estamos ante conductas que difícilmente se pueden individualizar o concretar
desde un punto de vista fáctico, lo que es contrario a los principios de tipicidad y
taxatividad que emanan del principio de legalidad consagrado en el art. 9.3 CE.
Además, el tipo incluye emociones como el odio, que, como tal, no se pueden
prohibir. El derecho penal no puede castigar al ciudadano que odia. El TEDH es
más preciso en su definición, ya que solo hace referencia a la «incitación directa a la
violencia» contra esos grupos (STS 235/2007, de 11 de noviembre (Tol 1.173.808)).
1106 Marco Teijón Alcalá
6
Según el TS, la sanción penal debe quedar reservada «para los ataques más graves,
considerando tanto el resultado de lesión como el peligro creado para los bienes jurídicos que
se trata de proteger» (STS 259/2011, de 12 de abril (Tol 2.138.812)).
7
La LO 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la LO 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal (Tol 4.788.288) modifica la regulación de las con-
ductas de incitación al odio y a la violencia. Esta reforma se justifica, en parte, en
la necesidad de transponer la Decisión Marco 2008/913/JAI del Consejo, de 28
de noviembre de 2008, relativa a la lucha contra determinadas formas y manifes-
taciones de racismo y xenofobia mediante el Derecho penal (Tol 1.426.877). Sin
embargo, la citada reforma amplía en exceso las motivaciones discriminatorias que
contempla la citada Decisión, que será incrementada aún más con la LO 6/2022,
de 12 de julio, complementaria de la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la
igualdad de trato y la no discriminación, de modificación de la LO 10/1995, de
23 de noviembre, del Código Penal (Tol 9.113.968), que ha incorporado la «anti-
gitanos» (lo que no era para nada necesario, ya que el art. 510 CP ya contempla la
etnia) y la «aporofobia».
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1107
esos grupos). Como vemos, la figura del sujeto pasivo está estrechamente
relacionada con los motivos típicos, ya que, lo que debe motivar el odio,
hostilidad, discriminación o violencia es precisamente la pertenencia de
los sujetos a esos grupos. Según la doctrina y la jurisprudencia mayoritarias
no todos los grupos pueden ser sujeto pasivo de este delito (SOUTO GA-
LÁN), sino solamente aquellos que pertenezcan a colectivos especialmente
vulnerables, históricamente perseguidos, minorías, etc., a los que LANDA
GOROSTIZA denomina «grupos diana». No obstante, existen posturas
que abren el abanico de posibles sujetos pasivos del delito8. También se
discute si es necesario que la cualidad personal objeto del móvil discrimi-
natorio concurra efectivamente en la víctima, siendo mayoritaria la postura
que mantiene que es suficiente con que el autor actúe por tales motivos,
aunque atribuya erróneamente a aquélla la cualidad objeto del móvil9.
Sólo son posibles las conductas dolosas, no siendo suficiente el dolo
eventual (SERRANO GÓMEZ/SERRANO MAÍLLO). No se requiere un
dolo específico, siendo suficiente la concurrencia de un dolo básico que
8
Según la primera postura, quedan fuera del ámbito de protección de la norma
los grupos investidos de autoridad o que cumplen funciones institucionales. Así,
la STS 458/2019, de 9 de octubre (Tol 7.531.451), entiende que no se puede con-
siderar a estos grupos colectivos vulnerables, (ya que nada tienen que ver con la
lucha contra la discriminación), sin desnaturalizar la finalidad del tipo (TAPIA
BALLESTEROS). Lo contrario supondría una suerte de desviación del objeto de
tutela hacia la protección institucional (LANDA GOROSTIZA). Con respecto a la
segunda postura, la Circular 7/2019 FGE sobre pautas para interpretar los delitos
de odio tipificados en el art. 510 CP (Tol 7.219.036) afirma que «la vulnerabilidad
del colectivo no es un elemento del tipo delictivo que requiera ser acreditado». Según la cita-
da Circular, «una agresión a una persona de ideología nazi, o la incitación al odio hacia
tal colectivo, puede ser incluida en este tipo de delitos». En este sentido, encontramos
sentencias recientes en los que la ideología (fascista) atribuida a la víctima ha su-
puesto un criterio suficiente de discriminación (STSJ de Aragón 21/2021, de 25
de marzo (Tol 8.385.526)). Lo cierto es que el tipo incluye tal variedad de motivos
discriminatorios que es difícil pensar que solo remita a colectivos vulnerables.
9
La pertenencia al grupo, a tenor de la expresión «por razón de su pertenencia», pue-
de considerarse un elemento normativo del tipo. Sin embargo, la tipificación de
conductas con móvil discriminatorio encuentra su fundamento en que el discurso
no sólo perturba a la víctima, sino también al colectivo al que pertenece (STS 458/
2019, de 9 de octubre (Tol 7.531.451)). De esta manera, aunque la cualidad personal
objeto del móvil discriminatorio no concurra de facto en la víctima, el mensaje de
odio trasciende al colectivo, desplegando efectos intimidantes entre sus miembros.
En palabras del TS: «la conducta no sólo atemoriza a la persona destinataria del mensaje,
sino a todo el colectivo al cual pertenece, creando sentimientos de lesión de la dignidad, de
inseguridad y de amenaza» (STS 646/2018, de 14 de diciembre (Tol 6.957.658)).
1108 Marco Teijón Alcalá
10
Esta STS resalta que «El dolo de estos delitos se rellena con la constatación de la voluntariedad
del acto y la constatación de no tratarse de una situación incontrolada o una reacción momen-
tánea, incluso emocional, ante una circunstancia que el sujeto no ha sido capaz de controlar».
11
Estamos ante conductas que suponen un estadio mayor de adelantamiento de las
barreras de punición respecto a la afectación del bien jurídico protegido, lo que,
según algunos autores, puede llegar a colisionar con el derecho a la libertad de
expresión, el principio de proporcionalidad del castigo (CÁMARA ARROYO) o
suponer una forma de ilegitima censura (PORTILLA).
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1109
1.2.3. Apología
Finalmente, el artículo 510.1. c) castiga a «quienes públicamente nieguen,
trivialicen gravemente o enaltezcan los delitos de genocidio, de lesa humanidad o
contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, o enaltezcan a
sus autores, cuando se hubieran cometido contra un grupo o una parte del mismo,
o contra una persona determinada por razón de su pertenencia al mismo, por mo-
tivos racistas, antisemitas, antigitanos, u otros referentes a la ideología, religión o
creencias, la situación familiar o la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza
o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones
de género, aporofobia, enfermedad o discapacidad, cuando de este modo se promue-
va o favorezca un clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación contra los
mismos».
La conducta típica consiste en negar, trivializar (gravemente) o enalte-
cer públicamente los delitos enumerados (delitos de derecho penal inter-
nacional en sentido técnico-jurídico) o enaltecer a sus autores, siempre y
cuando esos delitos se hubieran cometido contra los grupos mencionados
y por los motivos o las razones previstas (PORTILLA). Es necesario que
mediante estas conductas se genere un clima de violencia, hostilidad, odio o
discriminación contra tales grupos. Es decir, que para colmar las exigencias
del tipo es necesario que las conductas descritas tengan entidad suficiente
(sean idóneas) para poner en peligro la seguridad existencial del colectivo
en cuestión (LANDA GOROSTIZA).
no de los grupos a que se refiere el apartado anterior, o de una parte de los mismos,
o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a ellos por motivos
racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creen-
cias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación,
su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género,
aporofobia, enfermedad o discapacidad, o produzcan, elaboren, posean con la fina-
lidad de distribuir, faciliten a terceras personas el acceso, distribuyan, difundan o
vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido
sean idóneos para lesionar la dignidad de las personas por representar una grave
humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos mencionados, de una
parte de ellos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a los
mismos».
En este precepto se recogen dos tipos penales diferentes: i) acciones
injuriosas y ii) cadenas de difusión. En el primer caso, la conducta típica con-
siste en realizar cualquier acción que entrañe humillación, menosprecio o
descrédito. Estamos ante un delito de resultado, ya que es necesario que
los actos mencionados lleguen a lesionar la dignidad de las personas. Sujeto
activo puede ser cualquiera, mientras que sujeto pasivo los grupos diana12.
En segundo lugar, la última parte del precepto incluye lo que hemos
denominado cadena de difusión, para lo que nos remitimos al apartado
dedicado a la exégesis del art. 510.1. b). En este caso, no obstante, los ma-
teriales deben ser idóneos para lesionar la dignidad de las personas, por
representar una grave humillación, menosprecio o descrédito de alguno
de los grupos.
Ejemplo: este tipo penal ha sido aplicado a un grupo de personas pertenecien-
tes a un grupo («desperdicis») calificado policialmente como radical violento
12
Para evitar problemas de carácter concursal con otros preceptos del CP (art. 173
CP, art. 208 CP), una interpretación sistemática exige que los actos humillantes, de
menosprecio o descrédito trasciendan a la persona individual y lleguen a afectar,
siquiera de manera potencial, a todo el grupo (LANDA GOROSTIZA). Y es que, la
configuración de este tipo penal sugiere que el bien jurídico protegido es la dignidad
de las personas pertenecientes a esos grupos. Sin embargo, el elemento tenden-
cial en estas injurias colectivas va orientado a denostar, demonizar a un colectivo
minoritario especialmente vulnerable, de tal manera que se dibuja una imagen
social de enemigo colectivo y se le deshumaniza hasta tal punto de que se allana
el camino para una posterior agresión. De esta forma, «el núcleo de protección no es
sin más la dignidad humana, ni el honor de cada persona o su integridad moral: sino la
combinación de todas ellas como vehículo de agresión a la seguridad existencial del grupo»
(LANDA GOROSTIZA).
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1111
1.3.2. Apología
El art. 510.2. b) CP castiga con la misma pena prevista en el apartado an-
terior a «quienes enaltezcan o justifiquen por cualquier medio de expresión pública
o de difusión los delitos que hubieran sido cometidos contra un grupo, una parte del
mismo, o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel por
motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión
o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o
nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de
género, aporofobia, enfermedad o discapacidad, o a quienes hayan participado en
su ejecución».
La conducta típica también es doble: i) enaltecer o justificar los delitos
cometidos contra un grupo (parte del mismo o persona determinada) por
los motivos previstos; ii) enaltecer o justificar a quienes hayan participado
en su ejecución. A diferencia de lo previsto en el art. 520.1 c), aquí no se
penaliza la negación ni la trivialización, aunque sí la justificación. Es más,
aquí el castigo no solo alcanza al autor del enaltecimiento o justificación
sino también al mero partícipe. Es necesario que el enaltecimiento o la
justificación se proyecte sobre delitos efectivamente cometidos (con sen-
tencia firme) y que tales conductas se lleven a cabo por algún medio de
expresión pública o de difusión.
El segundo párrafo del art. 510.2. b) CP, por su parte, dispone que «los
hechos serán castigados con una pena de uno a cuatro años de prisión y multa de
seis a doce meses cuando de ese modo se promueva o favorezca un clima de violencia,
hostilidad, odio o discriminación contra los mencionados grupos».
Es decir, que en el tipo anterior se castiga el mero enaltecimiento o la
justificación (tipo básico), mientras que aquí se castiga (con mayor pena)
que se promueva o favorezca un clima de violencia, hostilidad, odio o dis-
criminación. De esta forma, el tipo básico se configura como un delito de
mera actividad -que se consuma tan pronto como se llevan a cabo las con-
ductas descritas-, mientras que en este tipo agravado se exige que se llegue
a generar ese clima particular.
1112 Marco Teijón Alcalá
13
Excurso: la peligrosidad de estas conductas no estriba en que el mensaje (incitador
o injurioso) pueda llegar (de forma masiva) a los miembros del colectivo diana
(ya que el objeto de protección principal no es la dignidad o el honor), sino que
llegue a la población en general, de tal manera que pueda calar en potenciales
agresores y poner en peligro la seguridad existencial del grupo.
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1113
14
La diferencia entre los tres tipos es muy sutil y en la práctica forense va a resultar
materialmente imposible su delimitación. En los tres casos se exige que la con-
ducta sea idónea para generar sentimientos de intranquilidad entre los miembros
del grupo. Lo que varía de un tipo a otro es el mayor nivel de afectación a esos
sentimientos. Para determinar el tipo penal aplicable es necesario contemplar el
contexto (sujetos que participan, extensión e impacto de la propaganda) con el
que medir la fuerza o capacidad incitadora de la conducta (LANDA GOROSTIZA).
15
Se trata de situaciones de tal gravedad que los miembros del grupo, ante la eminen-
te explosión o enfrentamiento colectivo, pueden razonablemente llegar a temer
por su seguridad personal y ver afectado seriamente el ejercicio de sus derechos
fundamentales (LANDA GOROSTIZA).
16
Algún autor ha criticado que esta pena puede afectar a la libertad de cátedra
(PORTILLA).
1114 Marco Teijón Alcalá
17
Para ciertos autores estamos ante una extensión más del nivel de censura impuesto
por el legislador respecto a este tipo de discurso de odio, lo que puede suponer
un ataque al derecho a la libertad de expresión (PORTILLA).
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1115
encargado del servicio, mientras que sujeto pasivo debe ser necesariamente
un miembro de esos grupos (con derecho a la prestación). El objeto material
sobre el que recae la acción es una prestación pública18. Delito doloso de mera
actividad, que se consuma cuando se deniega definitivamente el servicio.
El componente motivacional constituye el elemento subjetivo específico
del tipo.
a2) A una asociación, fundación, sociedad o corporación
El art. 511.2 CP, por su parte, castiga con las mismas penas «cuando los he-
chos se cometan contra una asociación, fundación, sociedad o corporación o contra
sus miembros por razón de su ideología, religión o creencias, su situación familiar,
la pertenencia de sus miembros o de alguno de ellos a una etnia, raza o nación, su
origen nacional, su sexo, edad, orientación o identidad sexual o de género, razones
de género, de aporofobia o de exclusión social, la enfermedad que padezca o su dis-
capacidad». La referencia a «contra sus miembros» deja claro que, aunque
el motivo discriminatorio se fundamenta en la naturaleza colectiva de la
organización, la protección penal alcanza también a sus miembros, con
independencia de que pertenezcan o no a esos colectivos.
b) Supuesto agravado especial: por un funcionario público
El art. 511.3 CP castiga con las mismas penas (en su mitad superior) e
inhabilitación especial para empleo o cargo público de dos a cuatro años a
«los funcionarios públicos que cometan alguno de los hechos previstos en este artícu-
lo». Estamos ante un tipo penal especial cualificado en el que el sujeto activo
solo puede ser un funcionario público.
c) Pena de inhabilitación especial
El art. 511.4 CP dispone que «en todos los casos se impondrá además la pena
de inhabilitación especial para profesión u oficio educativos, en el ámbito docente,
deportivo y de tiempo libre, por un tiempo superior entre uno y tres años al de la
duración de la pena impuesta si esta fuera de privación de libertad, cuando la pena
impuesta fuera de multa, la pena de inhabilitación especial tendrá una duración de
uno a tres años. En todo caso se atenderá proporcionalmente a la gravedad del delito
y a las circunstancias que concurran en el delincuente».
18
Si el solicitante no tiene derecho al servicio, o el servicio no es público, o quien
lo deniega no es el encargado del servicio, o si se le deniega por otros motivos, la
conducta será impune. Debe existir un derecho del particular a la prestación. No
basta con la libertad genérica de adquirir un producto o recibir un servicio, sino
que es necesario una expectativa concreta y fundada en derecho de obtener una
prestación (SAP Alicante 440/1999, de 11 junio (Tol 9.299.492)).
1116 Marco Teijón Alcalá
19
Art. 21.1 CE: «Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este
derecho no necesitará autorización previa». El único requisito (formal) que impone
la CE en su art. 21.2 es que «En los casos de reuniones en lugares de tránsito público
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1117
«2º Aquéllas a las que concurran personas con armas, artefactos explosivos u
objetos contundentes o de cualquier otro modo peligroso».
El art. 21.1 CE solo reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas.
Por eso, está prohibido llevar armas a una reunión incluso por los que, con
carácter general, están legalmente autorizados para portarlas. Para preci-
sar qué se entiende por arma o artefactos explosivos podemos acudir a
otros apartados de esta obra. Más complicado es la interpretación de lo
que debemos entender por «objetos contundentes o de cualquier otro modo peli-
groso», ya que son términos muy ambiguos que abre de forma considerable
el abanico de posibles instrumentos típicos22. Estamos ante un delito de
peligro abstracto y de mera actividad, que se consuma con la mera pose-
sión del instrumento peligroso, sin que sea necesario su uso o exhibición
(JAVATO MARTÍN).
23
Se discute en la doctrina si la expresión «los que» queda circunscrita a promotores
o directores, como mantiene la posición mayoritaria, o se refiere a cualquier persona
(JAVATO MARTÍN).
1120 Marco Teijón Alcalá
24
Cuando la forma violenta con la que se impide o perturba el desarrollo de la reunión
sea a través de desórdenes públicos (art. 557. 1 CP), estaremos ante un concurso
ideal de delitos.
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1121
pre que con ello pretendieran subvertir el orden constitucional o alterar gravemente
la paz pública, serán castigados con las penas de prisión de seis meses a un año y
multa de seis a doce meses, sin perjuicio de la pena que pudiera corresponder, en su
caso, conforme a los apartados precedentes».
Estamos ante un tipo penal que tiene la estructura de un delito de des-
obediencia, pero con un elemento subjetivo del injusto específico que se
traduce en la finalidad de subvertir el orden constitucional o alterar gra-
vemente el orden público (JAVATO MARTÍN)25. La conducta típica consiste
en celebrar o intentar celebrar una reunión o manifestación que ha sido
previamente suspendida o prohibida por la autoridad competente. No es ne-
cesario que se llegue a subvertir el orden constitucional o alterar gravemente
el orden público (en cuyo caso estaríamos ante otro tipo penal), aunque sí
es requisito típico que la reunión o manifestación se haya llegado a celebrar
o, al menos, se haya intentado. Es requisito típico que la reunión haya sido
previamente prohibida o suspendida. El delito se consuma cuando se lleva
a cabo el intento (delito de mera actividad) o se celebra la reunión (delito
de resultado). De esta forma, se equipara a efectos de pena la tentativa (el
intento) y el resultado (la celebración). La doctrina califica a este tipo penal
como delito de emprendimiento. Es decir, delitos en los que la tentativa y la
consumación tienen la misma pena (JAVATO MARTÍN).. Si tras el intento se
celebra la reunión estaremos ante una única conducta punible.
El último apartado del precepto abre la posibilidad de aplicar un con-
curso real de delitos en los supuestos en que la reunión que se celebra o se
intenta celebrar tras ser suspendida o prohibida sea alguna de las descritas
en el art. 513 CP.
25
Es necesario poner este precepto en contexto con la reforma operada por LO
2/1998, de 15 de junio (Tol 150.359), por la que se modifican CP y la LECrim, cuya
vocación no fue otra que combatir la violencia callejera y el llamado terrorismo de
baja intensidad (JAVATO MARTÍN).
1122 Marco Teijón Alcalá
3. Asociaciones ilícitas
El art. 22. 1 CE reconoce el derecho de asociación26. El bien jurídico prote-
gido es la extralimitación en el derecho de asociación. Se castiga el «ejercicio
abusivo, desviado o patológico del derecho de asociación» (STS 261/2019, de 24
de mayo (Tol 7.271.618)). El art 515 CP contempla la punibilidad de hasta
cuatro tipos diferentes de asociaciones ilícitas27.
26
El art. 22.2 CE declara ilegales «Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios
tipificados como delito»; el art. 22.5 CE prohíbe las «secretas y las de carácter para-
militar». Ver también la LO 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de
Asociación (Tol 143.037).
27
El concepto de asociación, en el contexto jurídico penal, es más amplio que el con-
templado en la esfera privada (RODRIGUEZ RAMOS). Según criterio constante del
TS, la asociación se caracteriza por las siguientes notas: pluralidad de individuos,
vocación de permanencia y organización existente y duradera (STS 261/2019, de
24 de mayo (Tol 7.271.618)).
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1123
En este supuesto estamos ante una asociación que, una vez fundada (en
principio, con una finalidad lícita) promueve la comisión de delitos.
2º «Las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de
alteración o control de la personalidad para su consecución».
Estamos ante asociaciones con finalidad lícita, pero que desarrollan par-
te de su actividad con medios ilícitos. El precepto define hasta tres medios
comisivos: i) emplear violencia; ii) alterar la personalidad; iii) controlar la
personalidad28.
3º «Las organizaciones de carácter paramilitar».
Este precepto no hace más que reproducir lo establecido en el art. 22.5
CE y en el art. 2.8 de la LO 1/2002 reguladora del Derecho de Asociación.
La DRAE define el concepto de paramilitar en los siguientes términos «di-
cho de una organización civil: Dotada de estructura o disciplina de tipo militar».
Es decir, se trata de asociaciones organizadas con parafernalia militar (uso
de uniformes, estructura orgánica, jerarquía, etc.) (SERRANO GÓMEZ/
SERRANO MAÍLLO).
4º «Las que fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hos-
tilidad, discriminación o violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón
de su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros o de alguno de
ellos a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, edad, orientación o
identidad sexual o de género, razones de género, de aporofobia o de exclusión social,
situación familiar, enfermedad o discapacidad».
La inclusión de esta modalidad típica no era necesaria, al poder subsu-
mir esta conducta dentro del mismo art. 515.1 CP, dado que la conducta
descrita es constitutiva de delito conforme al art. 510 CP y, en consecuen-
cia, quedaría acreditada la finalidad delictiva a la que se refiere el tipo. La
redacción típica es prácticamente idéntica a la ofrecida en el art. 510.1 a)
CP (delito de incitación al odio). La principal diferencia estriba en que
el sujeto activo en este delito sería la propia asociación (y no sus miembros
individualmente considerados).
28
El significado de las dos últimas modalidades resulta confuso y puede plantear
problemas de inseguridad jurídica. Una interpretación teleológica parece sugerir
que estamos ante formas de captación habituales en determinadas sectas (SERRANO
GÓMEZ/SERRANO MAÍLLO).
1124 Marco Teijón Alcalá
29
El art. 517 CP te remite en realidad a «los casos previstos en los números 1.º y 3.º al 6.º
del art. 515». Sin embargo, el CP incluye una nota en la que aclara lo siguiente: «la
remisión a los números 1º y 3º al 6º del art. 515 se entiende hecha a los actuales números 1º
a 4º del art. 515, tras la modificación efectuada por el art. único.239 de la L.O. 1/2015,
de 30 de marzo».
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1125
30
Este derecho se ejerce «sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para
el mantenimiento del orden público protegido por la ley» (art. 16.1 CE). El Concilio Vati-
cano II, en la declaración «dignitatis humanae» sobre la libertad religiosa, establece
en su apartado 7 los límites de la misma: «puesto que la sociedad civil tiene derecho a
protegerse contra los abusos que puedan darse bajo pretexto de libertad religiosa, corresponde
principalmente a la autoridad civil prestar esta protección. Sin embargo, esto no debe hacerse
de forma arbitraria, o favoreciendo injustamente a una parte, sino según normas jurídicas
conformes con el orden moral objetivo. Normas que son requeridas por la tutela eficaz de estos
1126 Marco Teijón Alcalá
derechos en favor de todos los ciudadanos y por la pacífica composición de tales derechos, por
la adecuada promoción de esta honesta paz pública, que es la ordenada convivencia en la
verdadera justicia, y por la debida custodia de la moralidad pública». El art. 16.2 CE dispone
además que «Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias».
31
El art. 522 CP, a diferencia del art. 523 CP, no exige expresamente que la confesión
religiosa esté inscrita en el correspondiente Registro del Ministerio de Justicia, aun-
que es una forma incuestionable para acreditar que tiene tal entidad (SERRANO
GÓMEZ/SERRANO MAÍLLO).
32
El art. 2 de la LO 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa (Tol 7.171) declara
el derecho de toda persona a «profesar las creencias religiosas que libremente elija o no
profesar ninguna; cambiar de confesión o abandonar la que tenía; manifestar libremente sus
propias creencias religiosas o la ausencia de las mismas, o abstenerse de declarar sobre ellas».
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1127
2.2. Profanación
El art. 524 CP castiga con prisión de seis meses a un año o multa de 12
a 24 meses al «que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas
33
Aquí «vía de hecho» significa hacerse valer o sostener una pretensión al margen
del procedimiento normalmente establecido (STS 620/2018, de 4 de diciembre
(Tol 6.955.626)).
1128 Marco Teijón Alcalá
2.3. Escarnio
El art. 525.1 CP castiga con pena de multa de ocho a doce meses a «los
que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan
públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escar-
nio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a
quienes los profesan o practican».
La conducta típica consiste en: i) el escarnio de los dogmas, creencias,
ritos o ceremonias religiosas; o ii) vejar de forma pública a los que los
profesen o practiquen. Sujeto activo puede ser cualquiera, mientras que su-
jeto pasivo los miembros de la confesión. Escarnio, según la DRAE, significa
«burla tenaz que se hace con el propósito de afrentar». El elemento subjetivo espe-
cifico del tipo se define por el animus injuriandi o propósito deliberado de
ofender los sentimientos religiosos. Los medios comisivos son la palabra,
el escrito o cualquier tipo de documento. Es necesario que el escarnio o
vejación se haga de forma pública.
2.4. Vejación
El art. 525.2 CP aplica idéntica pena a «los que hagan públicamente escar-
nio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna».
La diferencia en este tipo penal con respecto al anterior es que aquí el
sujeto pasivo solo puede ser el que no profesa religión o creencia alguna.
LECCIÓN 31. DELITOS CONTRA LA CONSTITUCIÓN II 1129
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Cuáles son los elementos del tipo objetivos y subjetivos del delito de
relativo a los conflictos jurisdiccionales?
1130 Marco Teijón Alcalá
con arreglo al art. 529 CP, aunque podrá cometer, en su caso, un delito de
prevaricación (CLIMENT).
En el art. 167.1 CP se parte de una situación distinta, esto es, que el fun-
cionario o la autoridad se prevalen de su carácter público para practicar
una detención de todo punto injustificada. La detención surge ya viciada
de ilegalidad por falta de causa legítima que la justifique.
Por lo demás, debe destacarse que la detención ilegal del art. 167.1 CP
es un delito especial impropio, al tratarse como una forma agravada de los co-
rrespondientes delitos comunes, mientras que la detención ilegal del art.
530 CP es un delito especial propio, que no puede ser cometido por particula-
res, así como las notables diferencias penológicas que se establecen entre
los arts. 167.1 y 530 CP, de modo que la pena prevista en el art. 167.1 CP es,
en la mayoría de casos, de prisión e inhabilitación absoluta de 8 a 12 años,
mientras que, en el art. 530 CP, únicamente se prevé la pena de inhabilita-
ción especial de 4 a 8 años (BOLEA BARDÓN/ROBLES PLANAS).
Resumiendo, el art. 167.1 CP (en relación con los arts. 163 y ss. CP)
debe aplicarse para aquellos supuestos de detenciones ilegales cometidas
por funcionarios públicos que respondan a la pura arbitrariedad o abuso
de poder. La detención es de todo punto ilegal por falta de causa legíti-
ma que la justifique. Por su parte, el art. 530 CP debe reservarse a todos
aquellos supuestos de detenciones policiales practicadas a partir de la co-
misión de una infracción penal que, sin embargo, no resulten procedentes
o presenten alguna irregularidad legal. La detención está justificada, pero
deviene ilegal por infringir las garantías legales que rodean la detención.
do, preso o sentenciado, con violación de los plazos o demás garantías constitucio-
nales o legales».
De nuevo nos encontramos con que tendremos que acudir a normas ex-
trapenales para conocer los plazos y demás garantías penales que regulan
la figura de la incomunicación de una persona privada de libertad.
En los casos en los que procede adoptar la incomunicación de un de-
tenido, que podrá decretarse siempre que el juez de instrucción que co-
nozca de la causa lo considere oportuno a fin de evitar que se sustraigan a
la acción de la justicia personas supuestamente implicadas en los hechos
investigados, que éstas puedan actuar contra bienes jurídicos de la víctima,
que se oculten, alteren o destruyan pruebas relacionadas con su comisión,
o que se cometan nuevos hechos delictivos (art. 509.1 LECrim.), la inco-
municación deberá durar el tiempo absolutamente necesario para practi-
car las diligencias necesarias, con un máximo de cinco días, que se podrá
ampliar de acuerdo al art. 509.2 LECrim., por un periodo máximo de tres
días más (SÁNCHEZ GARCIA DE PAZ).
El detenido incomunicado no tiene derecho a designar abogado de su
confianza (se le nombra uno de oficio), ni a que se comunique la deten-
ción a la persona que designe, ni a entrevistarse reservadamente con el
abogado, siéndole suprimidos además los derechos de los arts. 521 y si-
guientes de la LECrim., (derecho a procurarse comodidades, recibir visi-
tas, correspondencia, etc.), a tenor de lo dispuesto en el art. 527 LECrim.
En consecuencia, partiendo de la regulación procesal mencionada so-
bre la incomunicación de los detenidos o presos, se puede estimar cometi-
do el delito del art. 531 CP en los siguientes casos: (1) Cuando se decreta
la incomunicación sin darse ninguno de los supuestos que la fundamen-
tan (art. 509.1 LECrim.); (2) Cuando se prolonga la incomunicación más
allá de los plazos legales (arts. 509.2 y 520 bis 2 LECrim.); (3) Cuando se
decreta la incomunicación sin motivación judicial (arts. 509.3 y 520 bis 3
LECrim.); (4) Cuando se practica la incomunicación sin respetar los dere-
chos o las garantías establecidas en los arts. 510 y 527 LECrim. (CLIMENT)
A propósito de los delitos cometidos por una persona integrada o re-
lacionada con bandas armadas o individuos terroristas o rebeldes se esta-
blece una regulación particular en el art. 520 bis LECrim., al disponer que
podrá solicitarse del juez que decrete su incomunicación, el cual deberá
pronunciarse sobre la misma, en resolución motivada, en el plazo de vein-
ticuatro horas. Solicitada la incomunicación, el detenido quedará en todo
caso incomunicado, sin perjuicio del derecho de defensa que le asiste y de
1140 Carlos Vázquez González
lo establecido en los arts. 520 y 527 de la LECrim., hasta que el juez hubiere
dictado la resolución pertinente.
Respecto de los motivos y plazos en los que se permite incomunicar a un
preso, habrá que estar a lo establecido en la LOGP (art. 51) y en el Regla-
mento Penitenciario (arts. 19, 41, 43 y 44).
Este comportamiento se sanciona también cuando es cometido por im-
prudencia grave, en los términos del art. 532 CP ya examinado.
1.2. La delimitación entre los arts. 198 y 204 con los arts. 534 a 536 CP
El art. 198 CP, castiga a la autoridad o funcionario público que, des-
cubriera y revelara secretos, fuera de los casos permitidos por la ley, sin
1144 Carlos Vázquez González
del morador, mediando causa por delito, y sin respetar las garantías consti-
tucionales o legales. Veamos con más detenimiento estos elementos:
(1) Una vez más nos encontramos ante un delito especial propio, ya que
sujetos activos del delito sólo podrán serlo aquellas personas que tengan la
condición de autoridad o funcionario público.
(2) La presencia de la expresión típica mediando causa por delito
convierte a este precepto en una norma penal en blanco (CORTÉS BE-
CHIAERLLI), por lo que será necesario abordar el estudio de las normas
extrapenales que integran el tipo penal, concretamente en lo atinente a
la labor investigadora de la Policía Judicial sin conocimiento del Juez Ins-
tructor.
En línea con lo argumentado en el epígrafe anterior (detención ilegal
cometida por funcionario público), entendemos que el elemento típico
mediando causa por delito debe ser interpretado en sentido amplio, com-
prendiendo aquellos supuestos en que los funcionarios actúan motivados
por el esclarecimiento del delito, en el transcurso de una investigación
en sede policial, aunque todavía no se haya incoado el correspondiente
procedimiento penal (CORTÉS BECHIAERELLI; CLIMENT) en el sen-
tido dado por nuestro Tribunal Constitucional, al interpretar el art. 284
LECrim., al declarar que la policía judicial puede actuar «a prevención de
la autoridad judicial» (GIMENO SENDRA).
(3) Sin respetar las garantías constitucionales o legales. Las notas esen-
ciales de toda diligencia de entrada y registro, respetando la legalidad vi-
gente, son: a) La exclusividad jurisdiccional: sólo es competente para dictar
tal resolución el Juez de Instrucción, sin perjuicio de que, en determinados
casos, (delito flagrante) puedan los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado practicarla sin la citada autorización (arts. 18.2 CE,
550 y 553 LECrim.). La autorización judicial está pensada para proteger
ese reducto de privacidad que es la morada, no para poner trabas a la in-
vestigación penal. b) La resolución ha de adoptar la forma de auto, el cual
deberá estar siempre fundado (art. 558 LECrim.). c) Notificación al intere-
sado. Es indispensable la notificación a la persona a interesada inmediata-
mente, o lo más tarde dentro de las veinticuatro horas siguientes (arts. 550
y 566 LECrim.). d) Presencia del interesado. El art. 569 LECrim., obliga a
estar presente al interesado o la persona que legítimamente le represente
(SAP Córdoba 481/2013, de 10 de julio. (Tol4.045.831)), entendiendo que
el “interesado” cuya presencia reclama el precepto, dado el carácter de
la diligencia de registro, no es el que mantiene formalmente una cierta
relación jurídico-civil con el inmueble, sino el materialmente afectado en
1146 Carlos Vázquez González
5. Expropiación ilegal
El art. 541 CP sanciona a «la autoridad o funcionario público que expropie a
una persona de sus bienes fuera de los casos permitidos y sin cumplir los requisitos
legales».
Encontramos finalmente una figura dirigida a la tutela del derecho de
propiedad privada (art. 33 CE) frente al intervencionismo estatal (SÁN-
CHEZ GARCÍA DE PAZ).
De acuerdo con el art. 149.1.18 de la CE, es competencia exclusiva del
Estado la legislación sobre expropiación forzosa, teniendo además en
cuenta que los arts. 33 y 53.1 de la misma, vienen a exigir para esta mate-
ria, norma con rango de Ley. La expropiación forzosa viene regulada por
una de las normas en vigor más antiguas de nuestro país, la Ley de 16 de
diciembre de 1954 de Expropiación Forzosa.
Es objeto de dicha ley la expropiación forzosa por causa de utilidad
pública o interés social en la que se entenderá comprometida cualquier
forma de privación singular de la propiedad privada o de los derechos o
intereses patrimoniales legítimos, cualesquiera que fueran las personas o
entidades a las que pertenezcan, acordada imperativamente, ya implique
venta, permuta, censo, arrendamiento, ocupación temporal o mera cesa-
ción de su ejercicio.
De nuevo nos encontramos ante una norma penal en blanco que debe-
rá ser completada mediante la remisión a la legislación extrapenal sobre
expropiación, para así poder precisar en qué casos y con qué requisitos se
permite la expropiación forzosa.
1158 Carlos Vázquez González
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Por qué califica la doctrina estos delitos como delitos especiales pro-
pios?
2. ¿Qué diferencias se aprecian entre la detención ilegal del art. 167.1
CP y del art. 530 CP?
3. Juan, recientemente separado de su pareja, al carecer de los recursos
económicos necesarios para alquilar una vivienda y pagar la manu-
tención de sus hijos, se vio obligado a vivir en su vehículo. Al ser de-
nunciado por los vecinos del lugar donde aparcaba habitualmente el
coche, acudió la policía, quienes, tras requerirle la documentación,
procedieron al registro de su vehículo y de sus bienes personales,
pese a la manifiesta oposición y negativa de Juan. Esta actuación po-
licial, podrá ser constitutiva de:
a) Un delito de registro ilegal del art. 534 CP, ya que en este caso el
vehículo tiene la consideración de morada al residir en él, de forma
habitual, Juan
LECCIÓN 32. DELITOS COMETIDOS POR LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS... 1163
b) Un delito de registro ilegal del art. 534 CP, ya que la policía procedió
al registro de sus bienes y efectos personales sin consentimiento del
titular y sin autorización judicial
c) Un delito agravado de registro ilegal por abuso de autoridad dada la
situación de necesidad en la que se encontraba Juan
d) Ningún delito, ya que los automóviles se encuentran excluidos del
derecho a la inviolabilidad domiciliaria, no pudiendo ser considera-
dos domicilio
4. En el ámbito de la penalidad, una de las características comunes al
conjunto de delitos cometidos por los funcionarios públicos contra
las garantías constitucionales, reside en:
a) La ausencia de penas privativas de libertad para los responsables
b) Penas privativas de libertad y pecuniarias muy elevadas
c) La imposibilidad de imponer penas de inhabilitación especial para
empleo o cargo público
d) El recurso a la pena de inhabilitación absoluta en la mayoría de estos
delitos
5. ¿Qué se entiende por derecho cívico?
RESPUESTAS: 3 – D, 4 - D
LECCIÓN 33.
DELITOS CONTRA EL
ORDEN PÚBLICO (I)
CONCEPTOS FUNDAMENTALES: Una vez suprimido el delito de sedición por el art. 1.20 de
la LO 14/2022, de 22 de diciembre, el legislador ha agrupado diversas figuras en el Título XXII
del Libro II CP, bajo la rúbrica de “Delitos contra el orden público”, entre las que se encuentran los
delitos de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad (mediante los que se protege el
orden público, defendiendo a los encargados de velar por él); y desórdenes públicos (aquellos
delitos que mejor encuadre tienen en este capítulo, al sancionar conductas dirigidas directa-
mente a alterar o perturbar el orden público).
Dicha ubicación determina, por expresa decisión legislativa, la vinculación del bien jurídico
protegido por este delito al concepto de orden público, entendido como la alteración del ritmo
normal de la vida ciudadana a través de la perturbación de las actividades públicas cotidianas.
1166 Carlos Vázquez González
“En todo caso, se considerarán actos de atentado los cometidos contra los funcio-
narios docentes o sanitarios que se hallen en el ejercicio de las funciones propias de
su cargo, o con ocasión de ellas” (art. 550.1 CP).
4. Supuestos agravados
Además de los tipos agravados del art. 550 CP, se impondrán las penas su-
periores en grado para todos los tipos establecidos en el artículo anterior, si
la agresión se verificara con armas o cualquier otro medio peligroso, lo que
puede suponer un mayor peligro para la vida o integridad física de la autori-
dad o funcionario público víctima del atentado; acometiendo a la autoridad,
a su agente o al funcionario público haciendo uso de un vehículo de motor;
o cuando los hechos se lleven a cabo con ocasión de un motín, plante o inci-
dente colectivo en el interior de un centro penitenciario, tal y como estable-
1178 Carlos Vázquez González
ce el art. 551 CP. Esta agravación de las penas persigue ofrecer una respuesta
contundente a todos aquellos supuestos de atentado en los que concurren
circunstancias de las que deriva una especial reprochabilidad.
La primera circunstancia, motivada por un mayor desvalor de la acción,
requiere que el arma o los objetos peligrosos se utilicen o empleen para
atacar al funcionario o autoridad, de manera que si únicamente se exhiben
para intimidar no cabe la apreciación del tipo agravado sino la del tipo
básico en su modalidad de intimidación grave. Además, se exige no sólo la
peligrosidad en abstracto, sino también, que el arma o medio peligroso lo
haya sido en el caso concreto (LORENTE VELASCO).
El art. 7.2 de la LOFCSE establece que «cuando se cometa delito de atentado
empleando en su ejecución armas de fuego, explosivos u otros medios de análoga
peligrosidad que puedan poner en peligro la integridad física de los miembros de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tendrán al efecto de su protección penal la consi-
deración de autoridad». La finalidad de tal disposición, tal como apunta la
doctrina, es equiparar la protección de los agentes de la autoridad a la de
las autoridades en supuestos de ataques de especial gravedad.
La segunda circunstancia agravatoria, coincidente con la anterior en
cuanto a su fundamento, se aplicará cuando el acto de violencia ejecutado
resulte potencialmente peligroso para la vida de las personas o pueda cau-
sar lesiones graves. La apreciación de esta circunstancia agravante requeri-
rá de la concurrencia de un acto violento de una entidad suficiente como
para poner en peligro la vida o integridad física de las personas. El legis-
lador, ha señalado a modo de ejemplos que ayuden a interpretar este pre-
cepto que «En particular, están incluidos los supuestos de lanzamiento de objetos
contundentes o líquidos inflamables, el incendio y la utilización de explosivos».
La tercera circunstancia agrava la pena del delito de atentado cuando
se realice acometiendo a la autoridad, a su agente o al funcionario público
haciendo uso de un vehículo de motor, otorgando así una mayor protec-
ción a una de las conductas más habituales, cual es la de acometer con el
vehículo en el momento de la huida a los agentes de tráfico, al intentar ser
detenidos por alguna infracción contra la seguridad vial. Lo que, unido a
la potencialidad lesiva de un acometimiento mediante la utilización de un
vehículo de motor, justifica la una agravación de la pena.
Ejemplo: el vehículo marca Nissan de los acusados salió de la autovía toman-
do la salida hacia el cementerio, y cuando vieron que la vía se encontraba
bloqueada por tres vehículos policiales con los dispositivos ópticos de emer-
gencia activados, Javier detuvo el todoterreno a unos diez metros del control.
En ese momento varios agentes, vestidos con chalecos reflectantes y con la
leyenda “policía”, y también con placas y emblemas del Cuerpo Nacional de
LECCIÓN 33. DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO (I) 1179
5. Actos preparatorios
El art. 553 CP castiga la provocación, la conspiración y la proposición para
los delitos de atentado previstos en los artículos anteriores, con la pena
inferior en uno o dos grados a la prevista para el correspondiente delito.
de la misma pena que cuando los hechos se cometen sobre una autoridad,
agente o funcionario. Esta agravación del marco penal tiene una doble
justificación: la disminución de la pena mínima con la que se castigan estos
delitos; y la consideración de que quien acude en auxilio de una autoridad,
agente o funcionario, o asume en determinadas condiciones el desempeño
de funciones públicas o de gran relevancia social, debe recibir una protec-
ción equivalente a la de aquéllos que intervienen con carácter oficial.
Sala quedaban hasta ahora relegados al art. 556 CP. La violencia es una
actitud susceptible de presentar distintas magnitudes, y la intensidad de la
que prevé el art. 550 CP no puede desvincularse de la entidad que se exige
a la resistencia calificada en este contexto de grave. De otro modo llega-
ríamos a la desproporcionada conclusión de que cualquier resistencia con
un componente violento, por mínimo que éste sea, integraría un atentado.
STS 193/2017, de 24 de marzo (Tol6.026.947).
En consecuencia, en lo que a la resistencia se refiere, cabe concluir lo
siguiente: 1) la resistencia activa grave constituye delito atentado del art.
550 CP, entendido como aquella que se realiza con intimidación grave o
violencia. 2) la resistencia activa no grave (o simple) y la resistencia pasiva
grave siguen siendo subsumibles en el delito de resistencia del art. 556.1
CP. Aunque la resistencia de este precepto es de carácter pasivo, puede
concurrir alguna manifestación de violencia o intimidación, de tono mo-
derado y características más bien defensivas y neutralizadoras, cual sucede,
por ejemplo, en el supuesto del forcejeo del sujeto con los agentes de la
autoridad. 3) la resistencia pasiva no grave (o leve) contra la autoridad supo-
ne un delito leve de resistencia del art. 556.2 CP. 4) la resistencia pasiva no
grave (o leve) contra agentes de la autoridad ha quedado despenalizada.
STS 45/2022, de 20 de enero (Tol8.778.770).
Ejemplo: entre el acusado y los policías se produjo un forcejeo, y durante su
transcurso, el acusado propinó patadas, puñetazos al aire y algún empujón a
los agentes de la autoridad, que trataban de impedir que el autor se deshicie-
ra de la sustancia estupefaciente que portaba. Tal conducta fue incardinada
como delito de resistencia del art. 556.1 CP. STS 193/2017, de 24 de marzo
(Tol6.026.947).
El sujeto activo del delito ha de ser colectivo, siendo necesario por tanto la
actuación conjunta de un grupo de personas, cuyas acciones obedezcan a
un propósito común y compartido.
En el apartado 1 del art. 560 CP, se castiga a «los que causaren daños que
interrumpan, obstaculicen o destruyan líneas o instalaciones de telecomunicaciones o
la correspondencia postal». Se trata, lógicamente, de causar daños sobre bienes
que cumplen una función efectiva para el servicio de telecomunicaciones o
la correspondencia postal, por lo que no ha de tratarse de cualquier tipo de
daño, sino de uno que precisamente ha de ir dirigido subjetivamente y ha
de producir objetivamente la interrupción, obstaculización o destrucción de
las telecomunicaciones y la correspondencia, que han de verse, por tanto,
afectadas para la efectiva consumación del delito (delito de resultado).
Se castiga en el apartado 2 del art. 560 CP, a «los que causen daños en
vías férreas u originen un grave daño para la circulación ferroviaria de alguna
de las formas previstas en el artículo 382». Se trata en este caso de realizar la
misma conducta, pero referida a las vías férreas o que originen un grave
daño para la circulación ferroviaria de alguna de las formas del art. 382 CP
(es decir, alterando la seguridad del tráfico mediante la colocación en la
vía de obstáculos imprevisibles, derramamiento de sustancias deslizantes o
inflamables, mutación o daño de la señalización, o por cualquier otro me-
dio, y no restableciendo la seguridad de la vía, cuando haya obligación de
hacerlo), aclarando que es preciso que la circulación se vea efectivamente
interrumpida.
La referencia al art. 382 CP contenida en el presente apartado debe enten-
derse hecha al actual art. 385 CP, tras la reforma efectuada por el apartado
noveno del artículo único de LO 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se
modifica la LO 10/1995, de 23 de noviembre, del CP en materia de seguridad
vial.
Por último, en el apartado 3 del art. 560 CP se castiga a «los que dañen
las conducciones o transmisiones de agua, gas o electricidad para las poblaciones,
interrumpiendo o alterando gravemente el suministro o servicio». Se trata de rea-
lizar cualquier conducta que, origine o cause daños en las conducciones o
transmisiones, interrumpan o alteren gravemente el suministro o servicio
de agua, gas o electricidad.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. El delito de atentado contra la autoridad, al requerir que el sujeto
pasivo sea funcionario público, autoridad o agente de la autoridad,
se configura como:
a) Un delito especial propio.
b) Un delito especial impropio.
c) Un delito común.
d) Un delito de propia mano.
LECCIÓN 33. DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO (I) 1195
art. 563 CP, cabe incluir aquí aquellas modificaciones realizadas para au-
mentar la peligrosidad de las armas o para facilitar su manejo u ocultación
(cañones recortados) desviándola así del uso normal para el que ha sido
fabricada.
Ejemplos: la jurisprudencia no es uniforme sobre en qué consiste una mo-
dificación sustancial del arma, así, la STS 1319/2000, de 21 de julio
(Tol4.924.752), considera que recortar los cañones a una escopeta, incre-
mentando con ello su peligrosidad y su facilidad de ocultación, constituye
una modificación sustancial de las características de fabricación de un arma
reglamentada, por lo que la tenencia de un arma de tales características es in-
cardinable en el art. 563 CP. Sin embargo, la STS 1849/2000, de 2 de diciem-
bre (Tol4.923.189), en el caso de unas escopetas a las que se recortaron sus
cañones y culata, consideró que esa modificación sólo afectaba a alguna de
sus características originales sin que se pudiera sostener que la modificación
era sustancial, ya que tanto la capacidad de disparar como el mecanismo de
percusión, permanecieron inalterados.
2. Supuesto atenuado
El art. 565 CP establece que «los Jueces o Tribunales podrán rebajar en un
grado las penas señaladas en los artículos anteriores, siempre que por las circuns-
tancias del hecho y del culpable se evidencie la falta de intención de usar las armas
con fines ilícitos».
Como puede haber algún caso en los que no exista ninguna intención
oculta e ilícita detrás de la tenencia de estas armas prohibidas, el legislador
ha previsto esta atenuación de la pena, facultativa para el Juez, cuando
de las circunstancias del hecho y del culpable se evidencie la falta de in-
tención de usar las armas con fines ilícitos, lo que deberá ser probado o
acreditado por el acusado. El citado precepto exige que exista evidencia,
no una posibilidad, de que las armas no estaban destinadas a fines ilícitos.
Estamos ante una atenuación facultativa, de modo que no puede exigirse
su aplicación.
LECCIÓN 34. DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO (II) 1203
5. Disposiciones comunes
Los depósitos de armas, municiones o explosivos establecidos en
nombre o por cuenta de una asociación con propósito delictivo, determi-
narán la declaración judicial de ilicitud y su consiguiente disolución (art.
569 CP).
El art. 570 CP establece una disposición común para todos los delitos
previstos en este capítulo consistente en la potestad judicial para imponer
a los condenados por estos hechos la pena de privación del derecho a la
tenencia y porte de armas por tiempo superior en tres años a la pena de
prisión impuesta; y la obligación de imponer, además de las penas señala-
das, la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de industria o co-
mercio por tiempo de 12 a 20 años, cuando los condenados por cualquier
delito de este capítulo, gozaran de la autorización para fabricar o traficar
con alguna o algunas de las sustancias, armas y municiones mencionadas
en el mismo.
LECCIÓN 34. DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO (II) 1207
2. Organizaciones criminales
El art. 570 bis CP, una vez definido el concepto de organización crimi-
nal, menciona en primer lugar, como aquellas actuaciones que merecen
un mayor reproche penal, las conductas básicas de promoción, constitu-
ción, organización, dirección y coordinación, distinguiendo según se trate
de cometer delitos graves u otras infracciones criminales, y en un segun-
do nivel punitivo sitúa las actividades de participación activa, formar parte
de ella o cooperación económica, a las que se anuda una respuesta penal
inferior, añadiendo finalmente agravaciones específicas en función de las
características de la organización y el tipo de delitos que tengan por objeto.
3. Grupos criminales
Los grupos criminales se contemplan en el art. 570 ter CP, equiparán-
dose las conductas de constitución de los mismos con la financiación de su
actividad o la integración en ellos, pero siempre distinguiendo la respuesta
punitiva en base a la gravedad de las infracciones criminales que tratan de
cometer, en términos análogos a los que rigen para las organizaciones, y
con similares agravaciones debido a las características del grupo.
4. Disposiciones comunes
El art. 570 quáter CP, establece una serie de disposiciones comunes,
tanto para los delitos de organización criminal como para los grupos cri-
minales, consistentes en: la disolución de la organización o del grupo cri-
minal; la imposición a los responsables, además de las penas previstas, la
de inhabilitación especial para todas aquellas actividades económicas o ne-
1214 Carlos Vázquez González
5. Relación concursal entre los arts. 570 bis y 570 ter con los sub-
tipos agravados de pertenencia a organización, asociación o
grupo criminal de la parte especial del Código penal
Sin poder abordar con la profundidad merecida, la problemática con-
cursal originada por estos delitos, simplemente destacaremos que las orga-
nizaciones y grupos criminales se han incorporado a nuestro ordenamien-
to jurídico-penal recurriendo simultáneamente a dos vías diferentes, en
apariencia, incompatibles, con la consiguiente duplicidad incriminatoria
(GONZÁLEZ RUS): por un lado, mediante la configuración de la corres-
pondiente agravación de la pena en algunos delitos cometidos pertene-
ciendo a una organización criminal y, por otro lado, mediante la previsión
de tipos penales autónomos que sancionan la pertenencia a una organiza-
ción o grupo criminal. Esta duplicidad normativa plantea importantes pro-
blemas interpretativos en el momento de decidir cuál es el tipo o los tipos
penales aplicables en el caso concreto, lo que se observa en las resolucio-
nes de nuestros tribunales, donde no existe una línea jurisprudencial uni-
forme y consolidada (VÁZQUEZ GONZÁLEZ y LUACES GUTIÉRREZ).
2. Delitos de terrorismo
2.1. Definición de delito de terrorismo
Art. 573.1 CP. «Se considerará delito de terrorismo la comisión de cualquier
delito grave contra la vida o la integridad física, la libertad, la integridad moral,
la libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio, los recursos naturales o el medio
ambiente, la salud pública, de riesgo catastrófico, incendio, de falsedad documental,
contra la Corona, de atentado y tenencia, tráfico y depósito de armas, municiones o
explosivos, previstos en el presente Código, y el apoderamiento de aeronaves, buques
u otros medios de transporte colectivo o de mercancías, cuando se llevaran a cabo con
cualquiera de las siguientes finalidades:
1ª Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el
funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas
o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a
abstenerse de hacerlo.
2ª Alterar gravemente la paz pública.
3ª Desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización internacio-
nal.
4ª Provocar un estado de terror en la población o en una parte de ella».
La definición establece que la comisión de cualquier delito grave contra
los bienes jurídicos que se enumeran en el apartado 1 constituye delito
de terrorismo cuando se lleve a cabo con alguna de las finalidades que se
LECCIÓN 34. DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO (II) 1217
2.2. Penalidad
El art. 573 bis CP establece la pena que corresponde a cada delito de te-
rrorismo, partiendo de que si se causa la muerte de una persona se aplicará
la pena de prisión por el tiempo máximo previsto en el CP.
El art. 574 CP establece la tipificación de todas aquellas conductas re-
lacionadas con el depósito de armas y explosivos, su fabricación, tráfico,
suministro o la mera colocación o empleo de los mismos, cuando se persi-
gan las finalidades enumeradas en el apartado 1 del art. 573 CP. Se recoge
1218 Carlos Vázquez González
Supuestos agravados
Art. 578.2 CP. «Las penas previstas en el apartado anterior se impondrán en su
mitad superior cuando los hechos se hubieran llevado a cabo mediante la difusión
de servicios o contenidos accesibles al público a través de medios de comunicación,
internet, o por medio de servicios de comunicaciones electrónicas o mediante el uso de
tecnologías de la información».
Art. 578.3 CP. «Cuando los hechos, a la vista de sus circunstancias, resulten
idóneos para alterar gravemente la paz pública o crear un grave sentimiento de
inseguridad o temor a la sociedad o parte de ella se impondrá la pena en su mitad
superior, que podrá elevarse hasta la superior en grado».
Medidas cautelares
Art. 578.4 CP. «El juez o tribunal acordará la destrucción, borrado o inutiliza-
ción de los libros, archivos, documentos, artículos o cualquier otro soporte por medio
del que se hubiera cometido el delito. Cuando el delito se hubiera cometido a través
de tecnologías de la información y la comunicación se acordará la retirada de los
contenidos.
Si los hechos se hubieran cometido a través de servicios o contenidos accesibles
a través de internet o de servicios de comunicaciones electrónicas, el juez o tribunal
podrá ordenar la retirada de los contenidos o servicios ilícitos. Subsidiariamente,
podrá ordenar a los prestadores de servicios de alojamiento que retiren los contenidos
ilícitos, a los motores de búsqueda que supriman los enlaces que apunten a ellos y
a los proveedores de servicios de comunicaciones electrónicas que impidan el acceso
a los contenidos o servicios ilícitos siempre que concurra alguno de los siguientes
supuestos:
a) Cuando la medida resulte proporcionada a la gravedad de los hechos y a la
relevancia de la información y necesaria para evitar su difusión.
b) Cuando se difundan exclusiva o preponderantemente los contenidos a los que
se refieren los apartados anteriores.
5. Las medidas previstas en el apartado anterior podrán también ser acordadas
por el juez instructor con carácter cautelar durante la instrucción de la causa».
Art. 579.1 CP. «Será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a la
prevista para el delito de que se trate el que, por cualquier medio, difunda pública-
mente mensajes o consignas que tengan como finalidad o que, por su contenido, sean
idóneos para incitar a otros a la comisión de alguno de los delitos de este Capítulo».
Art. 579.2 CP. «La misma pena se impondrá al que, públicamente o ante una
concurrencia de personas, incite a otros a la comisión de alguno de los delitos de este
Capítulo, así como a quien solicite a otra persona que los cometa».
Se recogen en el art. 579 CP las conductas de distribución o difusión
pública, por cualquier medio, de mensajes o consignas que, sin llegar ne-
cesariamente a constituir resoluciones manifestadas de delito (esto es, pro-
vocación, conspiración o proposición para la realización de una concreta
acción criminal) se hayan acreditado como medios innegablemente aptos
para ir generando el caldo de cultivo en el que, en un instante concreto,
llegue a madurar la decisión ejecutiva de delinquir, si bien, tal y como exi-
gen la Decisión Marco y el Convenio del Consejo de Europa sobre terro-
rismo, tales conductas deberán generar o incrementar un cierto riesgo de
comisión de un delito de terrorismo.
El delito se configura como de riesgo o peligro, adelantando la barrera de
protección a la doble acción de distribuir o difundir esas consignas o men-
sajes con la finalidad de provocar, alentar o favorecer —que no conseguir
efectivamente, en cuyo caso nos hallaríamos ante una clara provocación—
la acción o formación terrorista, pero siempre que generen o incrementen
el riesgo de la comisión. No se trata pues de penar el enaltecimiento del
activismo terrorista, propio del art. 578 CP, sino de castigar el riesgo de que
determinadas proclamas lo favorezcan o faciliten. Se trata de una conducta
dolosa, destinada a inducir a alguno de los delitos de terrorismo, indepen-
dientemente de que promuevan o no directamente la comisión de delitos
concretos, siempre y cuando conlleve el riesgo de comisión de uno o algu-
nos de dichos delitos.
La doctrina considera que la figura de provocación del art. 579. 1 y 2
CP, queda convertido en un tipo residual, definido sobre todo en un sentido
negativo en oposición a la auténtica provocación al terrorismo o a otros
delitos como el enaltecimiento del terrorismo que castiguen esos mensajes
o consignas con mayor pena.
8. Supuestos atenuados
Arrepentimiento y colaboración con las autoridades. El abandono de las
actividades terroristas y la colaboración con las autoridades, son conductas
1228 Carlos Vázquez González
9. Disposiciones comunes
Se castiga con la pena inferior en uno o dos grados la provocación, la
conspiración y la proposición para cometer los delitos previstos en los ar-
tículos 571 a 578 (art. 579.3 CP). Además de las penas correspondientes,
se impondrán también las penas de inhabilitación absoluta y la pena de
inhabilitación especial para profesión u oficio educativos, en los ámbitos
docente, deportivo y de tiempo libre (art. 579 bis 1 CP), así como la medi-
da de seguridad de libertad vigilada (art. 579 bis 2 CP), cuya imposición es
preceptiva respecto de las penas graves privativas de libertad y potestativa en
el caso de las penas menos graves, atendiendo a la menor peligrosidad del
autor. En el art. 580 CP, se consagra la reincidencia internacional para los
delitos de terrorismo, equiparando, a este efecto, las sentencias condena-
torias de los tribunales extranjeros con las de los nacionales; se establece la
responsabilidad penal de las personas jurídicas por los delitos relacionados
con el terrorismo (art. 580 bis CP) y, finalmente, debemos recordar que
los delitos de terrorismo tienen los mismos plazos de prescripción que el
resto de delitos del Código Penal, con la salvedad recogida en el art. 131.4
CP donde se establece que, no prescribirán, en ningún caso, los delitos de
terrorismo si hubieren causado la muerte de una persona.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. En el delito de tenencia ilícita de armas el objeto material del delito
está constituido por:
a) Únicamente las armas prohibidas.
b) Las armas reglamentadas.
c) Exclusivamente las armas reglamentadas alteradas.
d) Las armas prohibidas y las reglamentadas que hayan sido sustancial-
mente alteradas en sus características de fabricación.
2. No constituye un tipo agravado de organización criminal:
a) La posesión de medios tecnológicos de comunicación avanzados.
b) La captación de menores de edad para formar parte de la organiza-
ción.
c) Disponer de armas o instrumentos peligrosos.
d) Disponer de medios de transporte que faciliten la impunidad de los
culpables.
3. La financiación ilegal del terrorismo cometida por imprudencia gra-
ve se castigará:
a) En todos los casos cuando la realicen los funcionarios públicos o los
agentes de la autoridad.
b) Solamente si la comete la persona que está obligada a colaborar con
las autoridades en la prevención de actividades terroristas.
c) Solamente si la cometen las autoridades y funcionarios públicos en-
cargados de perseguir los delitos de terrorismo.
d) Solamente si la cometen los miembros de las Fuerzas de Seguridad
encargados de investigar los delitos de terrorismo.
4. Cuales son las principales diferencias entre organización y grupo cri-
minal y, a su vez, entre estos y las organizaciones y grupos terroristas.
5. Qué diferencias hay entre las conductas de adoctrinamiento y adies-
tramiento, tipificadas en el art. 575 CP y la actividad de adoctrina-
miento o adiestramiento, del art. 577.2 CP.
RESPUESTAS: 1 – D, 2 – B, 3 – B.
LECCIÓN 35.
DELITOS DE TRAICIÓN Y CONTRA LA
PAZ O LA INDEPENDENCIA DEL ESTADO
Y RELATIVOS A LA DEFENSA NACIONAL
I. INTRODUCCIÓN
El Tít. XXIII del Lib. II del CP se recogen los delitos contra la paz y la
independencia del Estado. En virtud de lo dispuesto en el art. 23.3 a) de la
LOPJ, la ley penal española se aplicará también a los delitos de traición y
contra la paz o la independencia del Estado, si se cometen en el extranjero
en virtud del principio real o de protección de intereses.
Bien jurídico protegido es la seguridad, la independencia y la paz nacional,
bienes y valores necesarios para la continuidad del Estado tal y como ha
sido configurado en la Constitución. La soberanía nacional y la indepen-
dencia son valores constitucionales. La defensa nacional es competencia
exclusiva del Estado como se recoge en el art. 149.1. 4ª CE.
LECCIÓN 35. DELITOS DE TRAICIÓN Y CONTRA LA PAZ O LA INDEPENDENCIA... 1235
2. Favorecimiento al enemigo
Se recogen diferentes conductas todas ellas dirigidas a favorecer al ene-
migo.
En el código no se recoge que deban realizarse estas conductas en tiem-
po de guerra, pero de la redacción de los preceptos parece que se refiere
a conductas que se realizan en caso de un conflicto armado próximo o ya
declarado con otro Estado (ESQUINAS VALVERDE).
Según el art. 582 CP: «Será castigado con la pena de prisión de doce a veinte
años:
1.º El español que facilite al enemigo la entrada en España, la toma de una
plaza, puesto militar, buque o aeronave del Estado o almacenes de intendencia o
armamento».
La conducta típica reviste dos modalidades de acción: 1. Facilitar la entra-
da al enemigo en España, o bien 2. La toma de una plaza, puesto militar,
buque o aeronave del Estado o almacenes de intendencia o armamento.
Objeto material en la segunda modalidad de accione serían plaza, puesto
militar, buque o aeronave del Estado o almacenes de intendencia o arma-
mento.
La conducta se realiza con dolo directo.
Formas de ejecución. La consumación tiene lugar cuando se realizan
cada una de las conductas, es un delito de mera actividad.
«2.º El español que seduzca o allegue tropa española o que se halle al servicio de
España, para que se pase a las filas enemigas o deserte de sus banderas estando en
campaña».
Seducir supone persuadir. Allegar, según DRAE es agrupar, reunir, agregar. La
tropa está compuesta por varios soldados por lo que la acción debe dirigirse
a varios sujetos, no a uno solo. Por filas enemigas hay que entender tropas
enemigas, y por banderas, fuerzas armadas. Desertar equivale a abandonar.
LECCIÓN 35. DELITOS DE TRAICIÓN Y CONTRA LA PAZ O LA INDEPENDENCIA... 1237
3. Espionaje
Se castiga en el art. 584 CP al «español que, con el propósito de favorecer a
una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee,
inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de per-
judicar la seguridad nacional o la defensa nacional, será castigado, como traidor»
con la pena de prisión de seis a doce años.
Elementos del delito
1.La conducta típica se configura como un tipo mixto alternativo con
cuatro modalidades de acción: 1. Procurar. 2. Falsear. 3. Inutilizar. 4. Reve-
lar información clasificada como reservada o secreta. Esta última conducta
sería la que constituye el verdadero acto de espionaje.
2. La concurrencia de un elemento subjetivo del injusto. Cualquiera
de las acciones se tiene que realizar con el propósito de favorecer a una
potencia extranjera, a un país o Estado, a una asociación u organización
internacional, de cualquier tipo (legales o ilegales) como la OTAN, OIT,
Cruz Roja, Al Qaeda, ISIS.
3. La acción realizada tiene que ser susceptible de perjudicar la seguri-
dad nacional o la defensa nacional, es decir, idónea para poder causar el
perjuicio. Es un delito de peligro hipotético.
1240 Mª Dolores Serrano Tárraga
Actos preparatorios
Según el art. 585 CP: «la provocación, la conspiración y la proposición para
cualquiera de los delitos previstos en los artículos anteriores de este capítulo, serán
LECCIÓN 35. DELITOS DE TRAICIÓN Y CONTRA LA PAZ O LA INDEPENDENCIA... 1241
castigados con la pena de prisión inferior en uno o dos grados a la del delito corres-
pondiente».
sean de acceso restringido y cuyo conocimiento esté protegido y reservado por una in-
formación legalmente calificada como reservada o secreta» con la pena de prisión
de seis meses a tres años.
Sujeto activo puede ser cualquiera. Sujeto pasivo el Estado.
La conducta consiste en reproducir planos o documentación referentes
a zonas, instalaciones o materiales militares que sean de acceso restringido
y cuyo conocimiento esté protegido y reservado por una información legal-
mente calificada como reservada o secreta sin estar expresamente autoriza-
do a hacerlo. Si existe autorización la conducta no es típica.
Objeto material del delito planos o documentaciones referentes a zonas,
instalaciones o materiales militares que sean de acceso restringido y cuyo
conocimiento esté protegido y reservado por una información legalmente
calificada como reservada o secreta.
Formas de ejecución. El delito se consuma por el mero hecho de repro-
ducir, sin estar autorizado, los documentos o planos indicados, no siendo
necesario que el autor se apropie de los mismos o haga uso de ellos. Es
posible la tentativa.
Ejemplo: la conducta se realizaría con la fotocopia de los planos, o con su
escaneo o con la realización de fotografías.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. La ejecución de un acto que compromete la neutralidad del Estado
será constitutiva de delito si se lleva a cabo:
a) En tiempos de guerra fría.
b) Durante la declaración de un periodo de tregua.
c) Durante el desarrollo de una guerra mundial.
d) Durante una guerra en la que no participa España.
LECCIÓN 35. DELITOS DE TRAICIÓN Y CONTRA LA PAZ O LA INDEPENDENCIA... 1259
Los delitos contra la comunidad internacional tienen en común que en ellos se tutelan una
serie de principios y derechos fundamentales que la generalidad de las naciones reconocen a
todos los seres humanos por el mero hecho de serlo, al considerar que son derechos inheren-
tes a la dignidad del ser humano. En todos estos delitos se protegen además de a las personas
individualmente, bienes jurídicos colectivos, supraindividuales, supranacionales y pluriofensivos, que
constituyen un conjunto de graves violaciones a los derechos humanos y al Derecho Interna-
cional Humanitario.
1262 Carlos Vázquez González
castigado con las penas establecidas en el código para los respectivos deli-
tos, en su mitad superior.
Nos encontramos ante unos delitos en los que el legislador ha conside-
rado que se deben agravar las penas por la condición de Jefe de Estado o
persona internacionalmente protegida de la víctima del delito. Es requisito
esencial que las acciones típicas se dirijan contra dichas personas en su
condición de tales. Ambas características del sujeto pasivo del delito apa-
recen configuradas como elementos normativos del tipo, que el Juez deberá
valorar acudiendo a las normas jurídicas correspondientes (GIL GIL).
Se entiende por Jefe de Estado: la persona que ejerce la jefatura de
un Estado extranjero, cualquiera que sea la denominación de su cargo,
incluyendo cada uno de los miembros de un órgano colegiado cuando, de
conformidad con la Constitución respectiva, dicho órgano cumpla las fun-
ciones de tal. LO 16/2015, de 27 de octubre, sobre privilegios e inmunidades
de los Estados extranjeros, las Organizaciones Internacionales con sede u oficina en
España y las Conferencias y Reuniones internacionales celebradas en España.
Para concretar que se entiende por persona internacionalmente prote-
gida por un tratado, es preciso atender a la definición que da el Convenio
sobre la prevención y castigo de delitos contra personas internacionalmen-
te protegidas, de 14 de diciembre de 1973.
Estamos ante un delito doloso, en el que el sujeto debe conocer la cua-
lidad de la víctima (elemento objetivo del tipo), ya que, si la desconoce,
nos encontraríamos ante un supuesto de error sobre un elemento del tipo, que
impediría la aplicación de este precepto, debiendo acudir a sancionar la
conducta por las disposiciones generales del CP (homicidio, lesiones, etc.).
En el precepto, aparece como un elemento del tipo, la necesidad de que
los delitos se cometan en territorio español. La expresión que se halle en España
debe ser interpretada conforme a las reglas generales que regulan la compe-
tencia territorial de los tribunales españoles, establecida en el art. 23 LOPJ.
3. Garantía de reciprocidad
El art. 606.2 CP regula una garantía de reciprocidad en algunos delitos
contra el Derecho de gentes, que opera como una condición objetiva de pu-
nibilidad, al disponer que «cuando los delitos comprendidos en este artículo y en
1266 Carlos Vázquez González
el anterior no tengan señalada una penalidad recíproca en las leyes del país a que
correspondan las personas ofendidas, se impondrá al delincuente la pena que sería
propia del delito, con arreglo a las disposiciones de este Código, si la persona ofendi-
da no tuviese el carácter oficial mencionado en el apartado anterior».
Es importante destacar el principio de reciprocidad con las leyes del
país a que correspondan las personas ofendidas, ya que dichos delitos se-
rán punibles si existe reciprocidad con el Estado en cuestión. De lo con-
trario se le aplicará al autor del hecho la pena que corresponda conforme
a este Código, como si la víctima fuese un ciudadano corriente sin ningún
privilegio.
II. GENOCIDIO
1. Reconocimiento internacional del genocidio como crimen contra la
humanidad
Como consecuencia de los hechos vividos durante el Holocausto nazi y
de los juicios de Nuremberg, la comunidad internacional entendió como
una absoluta prioridad regular normas para evitar que vulneraciones tan
graves de los derechos humanos pudieran volver a repetirse. Con esta fi-
nalidad, se aprobó la Convención para la prevención y la sanción del delito de
genocidio, de 9 de diciembre de 1948, estableciendo el genocidio como
un crimen de derecho internacional, ya fuese cometido en tiempo de paz
como en tiempo de guerra, definiéndolo como «cualquiera de los actos
mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir to-
tal o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como
tal: matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o
mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a
condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total
o parcial; medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;
traslado por la fuerza de niños de un grupo a otro». El Estatuto de Roma de
la Corte Penal Internacional, adopta la misma definición (art. 6) y declara la
competencia de dicho organismo sobre el delito de genocidio (art. 5).
El bien jurídico protegido por el delito de genocidio es el derecho a
la existencia de determinados grupos humanos, un bien jurídico colectivo o
supraindividual, cuyo titular no es nunca la persona física, sino el grupo
en cuanto colectividad (GIL GIL), de modo que como señala FEIJOO, los
delitos de genocidio no protegen directamente bienes jurídicos individua-
les, aunque los bienes jurídicos personales de los integrantes de los grupos
LECCIÓN 36. DELITOS CONTRA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 1267
3. Penalidad
El art. 607.1 CP establece las siguientes penas:
1) Con la pena de prisión permanente revisable, si mataran a alguno de
sus miembros.
2) Con la pena de prisión permanente revisable, si agredieran sexual-
mente a alguno de sus miembros o produjeran alguna de las lesiones
previstas en el art. 149.
3) Con la pena de prisión de ocho a quince años, si sometieran al grupo
o a cualquiera de sus individuos a condiciones de existencia que pon-
gan en peligro su vida o perturben gravemente su salud, o cuando les
produjeran algunas de las lesiones previstas en el art. 150.
4) Con la misma pena, si llevaran a cabo desplazamientos forzosos del
grupo o sus miembros, adoptaran cualquier medida que tienda a
impedir su género de vida o reproducción, o bien trasladaran por la
fuerza individuos de un grupo a otro.
LECCIÓN 36. DELITOS CONTRA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 1269
sirio por los excesos cometidos por el régimen de Damasco durante la guerra
civil que todavía se libra en ese país. El tribunal condenó a Eyad Alghareib,
miembro desde 1996 de los servicios de inteligencia sirios a las órdenes del
presidente Bashar al Asad, a la pena de cuatro años y medio de prisión como
cómplice de crímenes contra la humanidad en forma de asesinato y tortura,
por su participación en el traslado de prisioneros a cárceles donde eran tortu-
rados y en ocasiones asesinados.
pero que no excluyen en absoluto que otras sean las situaciones que inte-
gren ese ataque contra el colectivo (LANDA GOROSTIZA).
Pese a que el tipo penal expresamente exige un ataque generalizado o
sistemático contra la población civil o contra una parte de ella (MENDOZA
CALDERÓN), lo que puede sugerir la necesidad de un sujeto pasivo colec-
tivo, la doctrina coincide en la no exigencia de una generalidad de víctimas
como elemento necesario del tipo, sino que se refieren al contexto o línea
de conducta del que pueden formar parte, con lo que un solo acto típico,
por ejemplo, el asesinato de una única víctima, puede dar lugar al tipo pe-
nal del delito de lesa humanidad, si forma parte de ese contexto —ataque
generalizado o sistemático— (GIL GIL; FEIJOO).
Evidentemente, sólo cabe la comisión dolosa de este delito. El dolo del autor
debe tener «conocimiento de dicho ataque» contra la población civil, o sea
conciencia de las dimensiones del acto gravísimo que se comete (intencio-
nalidad).
ción otorgada a los prisioneros de guerra, los espías, los mercenarios, los
francotiradores y los saboteadores.
3º) La población civil y las personas protegidas por el IV Convenio de
Ginebra de 12 de agosto de 1949 o por el Protocolo I Adicional de 8 de
junio de 1977.
La población civil está integrada por todas las personas que no perte-
nezcan a las fuerzas armadas y que no participen en el conflicto bélico.
Las personas especialmente protegidas son: mujeres; niños (menores de
15 años); ancianos, inválidos y enfermos mentales; periodistas en misiones
profesionales peligrosas en las zonas de conflicto armado; y refugiados y
desplazados internos.
4º) Las personas fuera de combate y el personal de la Potencia Protec-
tora y de su sustituto protegidos por los Convenios de Ginebra de 12 de
agosto de 1949 (I, II, III, IV) o por el Protocolo I Adicional de 8 de junio
de 1977.
La persona fuera de combate es aquella que estando en poder del enemigo,
exprese su intención de rendirse o sea incapaz de defenderse y se abstenga
de todo acto hostil y no intente evadirse. El personal de la potencia protectora
es el personal diplomático o consular o los delegados nombrados por un
Estado neutral para velar por los intereses de una Parte en conflicto, y por
la salvaguardia del respeto de los Convenios.
5º) Los parlamentarios y las personas que los acompañen, protegidos
por el Convenio II de La Haya de 29 de julio de 1899.
Los parlamentarios son los individuos autorizados por uno de los belige-
rantes para entrar en comunicación con el otro bando, y que porten una
bandera blanca.
6º) El personal de Naciones Unidas y personal asociado, protegidos por
la Convención sobre la Seguridad del Personal de las Naciones Unidas y
del Personal Asociado, de 9 de diciembre de 1994.
7º) Cualquier otra que tenga aquella condición en virtud del Protocolo
II Adicional de 8 de junio de 1977, o de cualesquiera otros Tratados inter-
nacionales en los que España fuere parte.
Los restantes preceptos, en los que cualquier persona («el que...») pue-
de ser sujeto activo del delito (aunque dada la relación funcional entre la
conducta y el conflicto bélico, sólo podrán serlo los combatientes), tipifi-
can, siguiendo un orden lógico, derivado de la importancia de los bienes
jurídicos protegidos, las distintas conductas constitutivas de infracciones
LECCIÓN 36. DELITOS CONTRA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 1277
ción, u ordene no dar cuartel, será castigado con la pena de prisión de 10 a 15 años,
sin perjuicio de la pena que corresponda por los resultados producidos».
Este precepto castiga una serie de conductas consistentes en el empleo
de medios o métodos de combate prohibidos por el Derecho internacio-
nal. Para integrar el elemento normativo medios de combate prohibidos debe
acudirse a un amplio cuerpo de declaraciones y convenciones internacio-
nales, mientras que los métodos de combate prohibidos incluyen, entre otros, la
orden de no dar cuartel, el ataque a los enemigos fuera de combate y, en
general, todos aquellos que impliquen un uso de los medios de combate
que no se ajusten a los principios de distinción, entre la población civil y la
combatiente, de proporcionalidad y de precaución (GIL GIL).
El tipo no exige ningún resultado, ya que se trata de conductas que su-
ponen un peligro abstracto para el medio ambiente y/o para la vida y la salud
de las personas.
civil (únicos posibles sujetos pasivos del delito) a servir, en cualquier forma,
en las Fuerzas Armadas de la Parte adversa. El segundo supuesto supone
la denegación de un juicio justo, ya que implica la privación, a las mismas
personas, de su derecho a ser juzgados regular e imparcialmente.
(4) El apartado cuarto reúne dos tipos de conductas atentatorias ambas
contra la libertad de las personas protegidas, al castigarse, en primer lugar,
al que deporte, traslade de modo forzoso, tome como rehén o detenga o
confine ilegalmente a cualquier persona protegida; y en segundo lugar, al
que la utilice para poner ciertos puntos, zonas o fuerzas militares a cubier-
to de los ataques de la parte adversa, lo que supone además un peligro
para la vida e integridad física de las víctimas, al ser utilizados como escudos
humanos.
(5) El quinto apartado castiga los asentamientos ilegales de población
propia en territorios ocupados, como un intento de ocupación permanen-
te de los territorios conquistados, al castigarse al que traslade y asiente,
directa o indirectamente, en territorio ocupado a población de la parte
ocupante, para que resida en él de modo permanente.
(6) El sexto apartado protege la igualdad y la dignidad humana, al san-
cionar a todo aquel que realice, ordene realizar o mantenga, respecto de
cualquier persona protegida, prácticas de segregación racial y demás prác-
ticas inhumanas y degradantes basadas en otras distinciones de carácter
desfavorable, que entrañen un ultraje contra la dignidad personal.
(7) El siguiente apartado protege expresamente la libertad deambulato-
ria de los prisioneros de guerra o de personas civiles, a los que, injustifica-
damente, se les impida o demore, su liberación o repatriación.
(8 y 9) Por último, los apartados octavo y noveno fueron introducidos
por la reforma del CP de 2010, para castigar, en primer lugar, al que decla-
re abolidos, suspendidos o inadmisibles ante un Juez o Tribunal los dere-
chos y acciones de los nacionales de la parte adversa y, en segundo lugar, al
que atente contra la libertad sexual de una persona protegida cometiendo
actos de violación, esclavitud sexual, prostitución inducida o forzada, em-
barazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de agresión
sexual (GIL GIL).
5. Tipo residual
El art. 614 CP contiene un tipo residual con el que el legislador intenta
incriminar todas aquellas conductas que infrinjan los tratados internacio-
nales suscritos por España, y no se encuentren comprendidas en los artí-
culos anteriores, al castigar con la pena de prisión de seis meses a dos años
al «que, con ocasión de un conflicto armado, realice u ordene realizar cualesquiera
otras infracciones o actos contrarios a las prescripciones de los tratados internacio-
nales en los que España fuere parte y relativos a la conducción de las hostilidades,
regulación de los medios y métodos de combate, protección de los heridos, enfermos y
náufragos, trato debido a los prisioneros de guerra, protección de las personas civiles
y protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado».
6. Supuesto agravado
Art. 614 bis CP. «Cuando cualquiera de las conductas contenidas en este capí-
tulo formen parte de un plan o política o se cometan a gran escala, se aplicarán las
respectivas penas en su mitad superior».
LECCIÓN 36. DELITOS CONTRA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 1285
V. DISPOSICIONES COMUNES
El art. 615 CP incrimina las formas de resolución manifestada consisten-
tes en la provocación, la conspiración y la proposición para la ejecución de
los delitos contra la Comunidad Internacional contenidos en los capítulos
I a IV del Título XXIV y las castiga con la pena inferior en uno o dos grados
a la que correspondería a los mismos.
El art. 615 bis CP regula la responsabilidad del superior por no impedir
o no perseguir los delitos cometidos por sus subordinados.
En los tres primeros apartados regula la responsabilidad de la autoridad o
jefe militar por no evitar, ya sea de forma dolosa o por imprudencia grave, al
no adoptar las medidas a su alcance, la comisión por sus subordinados de
los delitos de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes contra
las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado; o no evitar
(de forma dolosa) que sean perseguidos esos mismos delitos, por las per-
sonas sometidas a su mando o control efectivo, castigándose en este último
caso con la pena inferior en dos grados.
En los dos apartados siguientes, 4º y 5º, regula la responsabilidad del su-
perior (no comprendido en los apartados anteriores), que no adopte las
medidas a su alcance para evitar (de forma dolosa) la comisión por sus
subordinados de los delitos de genocidio, crímenes contra la humanidad
y crímenes contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto ar-
mado; o no evitar que sean perseguidos los mismos delitos cometidos por
sus subordinados, castigándose en este último caso con la pena inferior en
dos grados.
Por último, el sexto apartado castiga, en este caso, únicamente con la
pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público, de dos a seis
años, al funcionario o autoridad que, sin estar comprendido en los apartados
anteriores, y faltando a la obligación de su cargo, deje de promover la per-
secución de dichos delitos (GIL GIL).
El art. 616 CP acumula obligatoriamente («se le impondrá») a las pe-
nas previstas para los delitos de lesa humanidad y los delitos contra las
personas y bienes en caso de conflicto armado, la pena de inhabilitación
absoluta si el autor de tales infracciones fuere una autoridad o funcionario
público (definidos en el art. 24 CP), sin olvidar el CP conceder a los Jueces
y Tribunales la facultad o potestad («podrán imponerle») de imponer a los
particulares la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público
por tiempo de uno a diez años.
1286 Carlos Vázquez González
Art. 616 CP. «En el caso de cometerse cualquiera de los delitos comprendidos en
los Capítulos anteriores de este Título, excepto los previstos en el artículo 614 y en los
apartados 2 y 6 del 615 bis, y en el Título anterior por una autoridad o funcionario
público, se le impondrá, además de las penas señaladas en ellos, la de inhabilitación
absoluta por tiempo de diez a veinte años; si fuese un particular, los jueces y tribu-
nales podrán imponerle la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por
tiempo de uno a diez años».
Por último, el art. 616 bis CP establece que «lo dispuesto en el art. 20.7
de este Código en ningún caso resultará aplicable a quienes cumplan mandatos de
cometer o participar en los hechos incluidos en los capítulos II y II bis de este título».
Lo que pretende el legislador con este último precepto es advertir con
la suficiente claridad que, ante estos hechos, dada la gravedad de los mis-
mos, no se admitirá, en ningún caso, la eximente de obediencia debida, es-
grimida por los autores de estos delitos como una causa de justificación de
su conducta, amparada en el cumplimiento del deber, en el convencimien-
to de que las órdenes manifiestamente antijurídicas no son obligatorias y,
por lo tanto, no pueden actuar como eximentes.
En consonancia con la Convención sobre la imprescriptibilidad de los
crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad, adoptada y abier-
ta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General de Naciones
Unidas en su resolución 2391 (XXIII), de 26 de noviembre de 1968, el CP
dispone que los delitos de lesa humanidad y de genocidio y los delitos con-
tra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, así como
las penas impuestas por dichos delitos, no prescribirán en ningún caso,
salvo los castigados en el art. 614 CP. (arts. 131.3 y 133.2 CP).
1. Tipo básico
El art. 616 ter CP castiga como reo del delito de piratería con la pena de
prisión de diez a quince años, al «que, con violencia, intimidación o engaño, se
apodere, dañe o destruya una aeronave, buque u otro tipo de embarcación o platafor-
ma en el mar, o bien atente contra las personas, cargamento o bienes que se hallaren
a bordo de las mismas».
El delito previsto en el art. 616 ter CP, es consecuencia del cumplimiento
del mandato internacional asumido por España a raíz de la suscripción de la
Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, hecha en Montego
Bay el 10 de diciembre de 1982, ratificada debidamente por España.
El art. 616 ter CP es bien claro cuando integra en el tipo objetivo, tanto
la acción violenta o intimidatoria de dañar o destruir un buque, como el
atentado contra las personas, cargamento o bienes que se hallaren a bordo
del mismo. El legislador considera que se perpetrará el delito de piratería
cuando se cometa alguna de las siguientes conductas (1) apoderamiento,
daño o destrucción de una aeronave, buque u otro tipo de embarcación o
plataforma en el mar, o de forma alternativa, (2) se atente contra las perso-
nas, cargamento o bienes que se hallaren a bordo de las mismas, siempre
que cualquiera de las dos conductas mencionadas se lleven a cabo utili-
zando violencia sobre las personas, intimidación o engaño. La doctrina y
la jurisprudencia consideran que estamos ante un tipo alternativo de simple
actividad, por cuanto en su primera forma de comisión exigiría un resulta-
do mientras que para la segunda bastaría la mera actividad. STS 134/2016,
de 24 de febrero (Tol5.651.493).
En cuanto a la autoría y participación, se trata de un delito común que
puede ser cometido por cualquier persona (GÓMEZ RIVERO).
El objeto del delito de piratería podrá ser una aeronave, cualquier tipo
de embarcación, o una plataforma marítima (petrolífera, oceanográfica,
de investigación, etc.), de cualquier nacionalidad y ubicada o situada en
cualquier territorio, ya que el art. 616 ter CP, no exige que la aeronave, bu-
que o plataforma marítima tengan pabellón español, ni que se encuentren
en algún tipo de espacio aéreo o marítimo determinado. No se especifica
el espacio marítimo en el que ha de cometerse, no exige que se desarrolle
en alta mar o en un lugar no sujeto a la jurisdicción de ningún Estado.
Para la perfección del delito será necesario que se lleve a cabo utilizan-
do violencia, intimidación o engaño sobre las personas, no siendo necesa-
rio acreditar ninguna motivación o finalidad, ya que en el tipo penal no se
especifica ninguna motivación para perseguir los actos incriminados.
1288 Carlos Vázquez González
Concurso de delitos. El art. 616 ter CP concluye señalando que «en todo
caso, la pena prevista en este artículo se impondrá sin perjuicio de las que corres-
pondan por los delitos cometidos», lo que implica que el delito de piratería
se juzgará en concurso real de delitos, con aquellos otros que se puedan
cometer.
2. Resistencia o desobediencia
a) Tipo básico
El legislador no se ha limitado a sancionar las conductas típicas de pira-
tería, sino que también ha procedido a incriminar penalmente a aquellos
piratas, que, perseguidos por naves o aeronaves españolas, desobedezcan o
se resistan a su detención.
Con este propósito, el art. 616.1 quáter CP castiga con la pena de pri-
sión de uno a tres años, al «que, con ocasión de la prevención o persecución de
los hechos previstos en el artículo anterior, se resistiere o desobedeciere a un buque
de guerra o aeronave militar u otro buque o aeronave que lleve signos claros y sea
identificable como buque o aeronave al servicio del Estado español y esté autorizado
a tal fin».
Este precepto regula un delito de piratería «sui generis», cuya conducta
típica consiste en resistirse o desobedecer las órdenes emitidas por un bu-
que de guerra o aeronave militar o de Estado en el ejercicio de su compe-
tencia de prevención y persecución de los hechos previstos en el artículo
anterior. La conducta tipificada es un supuesto de resistencia y desobedien-
cia a la autoridad. (SAN 1/2015, de 2 de febrero (Tol4.694.672)).
Los elementos que han de concurrir son: a) que se actúe en prevención
o persecución de un delito de piratería; b) resistencia o desobediencia de
los piratas al buque o aeronave fácilmente identificable autorizado para
intervenir.
b) Supuesto agravado
El segundo apartado de este artículo dispone que «si en la conducta an-
terior se empleare fuerza o violencia se impondrá la pena de diez a quince años de
prisión».
c) Concurso de delitos
El tercer apartado del artículo citado establece una remisión expresa a
un concurso real de delitos, entre el delito de piratería y los posibles delitos
que se puedan cometer en el ejercicio de dicha actividad, al disponer que
LECCIÓN 36. DELITOS CONTRA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 1289
«en todo caso, las penas previstas en este artículo se impondrán sin perjuicio de las
que correspondan por los delitos cometidos».
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. El elemento vertebrador del delito de genocidio consiste en la comi-
sión de alguna de las conductas descritas en el tipo penal, con:
a) El propósito de destruir total o parcialmente a un grupo nacional,
étnico, racial, religioso o determinado por la discapacidad de sus in-
tegrantes.
b) El propósito de destruir totalmente a un grupo nacional, étnico, ra-
cial, religioso, político o determinado por la discapacidad de sus in-
tegrantes.
c) El propósito de destruir total o parcialmente a cualquier grupo de
personas.
d) Cualquier propósito con el que se persiga destruir a una parte de la
población.
2. La deportación o desplazamiento forzoso de población, realizado
como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la pobla-
ción civil o contra una parte de ella, dará lugar a:
a) Un delito de desaparición forzosa.
b) Un delito lesa humanidad.
c) Un delito de odio.
d) Un delito de genocidio.
3. El objeto del delito de piratería podrá ser:
a) Únicamente un buque o embarcación.
b) Sólo una embarcación que se encuentre en alta mar.
c) Una aeronave, cualquier tipo de embarcación, o una plataforma ma-
rítima.
d) Un buque o cualquier tipo de embarcación, o una plataforma marí-
tima.
4. ¿Qué es los que se entiende por Derecho de gentes? y ¿qué se prote-
ge en los delitos contra el Derecho de gentes?
LECCIÓN 36. DELITOS CONTRA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 1291