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LA BIBLIOTECA.

Historia, Funciones y Organización.

Alejandro Machorro Nieves


Jefe de Biblioteca
SIBE San Cristóbal de Las Casas
ECOSUR

EGIPTO Y MESOPOTAMIA

Los antecedentes históricos de la biblioteca se encuentran en la más remota antigüedad.


Antes de la era cristiana existían bibliotecas en Egipto y Mesopotamia. Sus acervos
constaban de primitivas formas del libro, tabletas de barro y rollos de papiro. Entre las
bibliotecas egipcias más notables figuran las de Tebas y la de Karnak. En Mesopotamia, se
encontraban en los centros más famosos de la civilización asirio-caldea.

En ese entonces se hablaba de biblioteca en el estricto sentido de la palabra, ya que ahí se


guardaban las tabletas de barro que contenían los conocimientos de la época. Con el paso
del tiempo, el material que se utilizaba para escribir fue cambiando debido a que dichas
tabletas se deterioraban con gran facilidad, entonces fueron sustituidas por el papiro, al cual
posteriormente lo reemplazó el Pergamino.

Por lo general, las bibliotecas no estaban abiertas al público, sino que se les destinaba al uso
exclusivo de sacerdotes y gobernantes.

En Nínive y Babilonia había talleres de copistas, semejantes a los que después existieron en
los monasterios durante la Edad Media.

GRECIA Y ROMA

En Grecia y Roma, las bibliotecas estuvieron al servicio de la comunidad: a ellas tenían


acceso principalmente los estudiosos y los eruditos. Las bibliotecas servían también como
lugares de reunión. Allí se leían libros en voz alta, se comentaban las lecturas y se
suscitaban discusiones entre los asistentes: en fin, todo lo que corresponde esencialmente a
las actividades que en la actualidad se llevan a cabo en nuestras bibliotecas, a saber:
conferencias, intercambio de opiniones, discusiones, charlas, etc.

En el año 39 d.C., se fundaron en Roma varias bibliotecas, entre ellas la de Asinio Polión,
que estaba ubicada en el Templo de la Libertad, la cual tiene gran importancia en la historia
de la biblioteca, pues se le considera como la precursora de la biblioteca pública. Otras
bibliotecas famosas fueron las establecidas en los templos de Apolo y de Octavio.

Hacia fines de la Edad Antigua apareció el pergamino, que reemplazó al papiro, ya que
ofrecía mayores ventajas, por ejemplo, mayor durabilidad y facilidad para la escritura;
además de que el material se podía utilizar por ambos lados. En el siglo IV a.C., el rollo fue
sustituido por el volumen o códice. EI pergamino favoreció esta primera forma de libro, el
cual resultó más fácil de manejar y transportar, y más económico y durable que los
documentos escritos en tabletas de barro y en papiro.
Al principio del siglo IV las grandes bibliotecas de la antigüedad desaparecieron, pero han
quedado para siempre en la historia los nombres de todas ellas: en Caldea, la de Borsipa; en
Grecia, las famosas bibliotecas pertenecientes a particulares; entre ellas, las primeras
bibliotecas de Atenas, que datan del año 330 a.C. También la que Licurgo fundó (la cual fue
destinada a conservar las obras de Sófocles, Eurípides y Esquilo.)

En Egipto, la de Pérgamo (donde se fabricaba el pergamino) y la de Alejandría (La biblioteca


más famosa de la historia), a la que se le conocía con el nombre de Biblioteca del Museo,
cuyo acervo llegaba a los 700 000 volúmenes, en ella estaban las colecciones del palacio del
rey. Otra de renombre, pero más pequeña, fue la de Serapeo.

LA EDAD MEDIA

Entre los siglos V y IX muchas bibliotecas fueron destruidas por las guerras; gran parte de
sus acervos fue tomado como botín y trasladada a otros países y ciudades, otra parte
destruida durante las guerras religiosas.

Al aparecer los primeros escritores cristianos surgió una nueva índole de biblioteca, ya que
su acervo estaba constituido principalmente por tratados de doctrina, exégesis, liturgia, etc.
En estas bibliotecas se atesoraban tanto los escritos cristianos como los pertenecientes a la
literatura clásica profana.

Durante los siglos que siguieron a la invasión de los bárbaros, del siglo V al IX, hasta la
invención de la imprenta en el siglo XV. La cultura permaneció al amparo de los monasterios.
Nacieron las llamadas bibliotecas monásticas de la Edad Media, con sus talleres de copistas.
Fue así como se estudiaron y difundieron las grandes obras de la literatura clásica de la
antigüedad; de esta manera se conservaron y atesoraron los escritos clásicos griegos y
latinos, que surgieron con mayor esplendor y brillo durante el Renacimiento.

Las grandes bibliotecas monásticas florecieron en los monasterios de Fulda, en Alemania; de


Montecassino y Bobbio, en Italia; de Corbie, en Francia, y de Saint Gall, en Suiza. En
algunos monasterios irlandeses surgieron los especialistas miniaturistas de las letras
capitulares, tan admirados actualmente.

En el siglo XII se fundaron las universidades de Paris (Francia), de Bolonia (Italia) y otras
centros de cultura que rivalizaban con monasterios y abadías. Sin embargo, la escasez de
libros, provocada por las guerras y saqueos que consigna la historia, y por la decadencia de
la cultura de Occidente, hizo resurgir a los monasterios gracias a la intervención de los
copistas.

En esta época los libros eran encadenados a los pupitres, como aconteció en la Universidad
de Oxford (Inglaterra) y en otras universidades famosas.

EL RENACIMIENTO

En el siglo XIV el terror que se apodero de los griegos, a causa de las invasiones de los
turcos, los hizo huir hasta Constantinopla. Algunos de los que buscaron asilo en Italia
llevaban consigo los manuscritos clásicos antiguos que se difundieron entre los estudiosos
de Italia, hecho que contribuyó de manera notable a fomentar el estudio del griego y el latín.
Italia fue el centro del humanismo; entre sus principales características encontramos la
búsqueda de manuscritos latinos y griegos antiguos. Los humanistas estudiaban tales
manuscritos a fin de poder comprenderlos e imitarlos en cuanto a su forma y contenido. Las
grandes bibliotecas adquirieron sus textos con esa finalidad.

El progreso que tuvo el movimiento cultural fue posible gracias a la difusión de la imprenta,
la cual fue inventada por Juan Gutemberg en 1450. Este hecho propició la formación del
habito de leer entre el gran público. Dicha época es, sin duda, la más importante de la
historia de la biblioteca.

A fines del siglo XV y durante el XVI, los centros culturales del Renacimiento fueron Venecia
y Florencia; en dichos lugares se establecieron las bibliotecas de San Marcos y la
Laurenciana, respectivamente.

Las bibliotecas reales

La decadencia de las bibliotecas monásticas favoreció el establecimiento de las grandes


bibliotecas reales, en Francia, Italia, España y Alemania. Los reyes mostraron gran interés
por elevar el nivel cultural, aumentando el caudal de conocimientos del pueblo mediante la
fundación de bibliotecas y el incremento de sus acervos. Fue entonces cuando se estableció
el "derecho de autor" y el llamado "deposito legal".

Un antecedente de estas bibliotecas reales fue la del Palacio de Aquisgrán, de Carlomagno,


que funcionó del año 766 al 814 d.C. de la austeridad de los monasterios, en donde los libros
se encontraban encajonados dentro de armarios empotrados en la pared, de sus salas de
copistas y de sus grandes salones de lectura, se pasó a la suntuosa decoración y a las
pinturas murales de las bibliotecas reales, las cuales tenían una función didáctica semejante
a la de los métodos audiovisuales de la actualidad. Estas bibliotecas estaban dentro de los
palacios. Su decoración consistía en murales alegóricos a la ciencia, el arte, la mitología y la
religión. Dicho decorado tenía como fin crear un ambiente que elevara el espíritu,
proporcionara paz y tranquilidad, y propiciara el estudio y la actividad intelectual. Estos
murales desempeñaban la misma función que los vitrales de las grandes catedrales góticas:
la enseñanza por media de la imagen y el color. Puede decirse que este fue el origen del
aprendizaje mediante la imagen visual, y de la tendencia a crear para el lector un ambiente
tranquilo y agradable.

En Italia, el cardenal Federico Borromini fundó la célebre Bibliotec a Ambrosiana de Milán,


que puede decirse fue la primera biblioteca pública que existió en Europa con todas las
características de una biblioteca pública actual.

Las bibliotecas nacionales.

Con el acervo de las colecciones reales y privadas se erigieron después las bibliotecas
nacionales. Las colecciones de libros de Gustavo Adolfo de Suecia fueron la base de la gran
biblioteca de la Universidad de Upsala, fundada en el siglo XVIll.

En Rusia, las colecciones de Pedro el Grande, de Alejandro Souvorov y del conde José
Zaluski, de Polonia, sirvieron para fundar la Biblioteca Nacional de Leningrado.

En Inglaterra, con las colecciones de Sir Hans Sloan y de Robert y Edward Harley, condes
de Oxford, se formó la National Lending Library, antigua biblioteca del Museo Británico.
En los Estados Unidos de Norteamérica, las colecciones del presidente Jefferson, que
contaban con 6,700 volúmenes, fueron la base de la Biblioteca del Congreso de
Washington, D.C.

El SIGLO XIX Y LA ACTUALIDAD

Las ideas de libertad, igualdad, fraternidad, trilogía ideológica de la Revolución Francesa,


hicieron que estos tres ideales penetraran en el mundo bibliotecario. Estas ideas
proclamadas después de la Revolución Francesa (1789) ejercieron gran influencia en cuanto
al derecho a la lectura y el libre acceso a las fuentes del saber, así se comenzó a dar servicio
a todo tipo de personas. Posteriormente surgieron los conceptos modernos acerca de la
biblioteca actual, con su carácter de servicio al público, de uso comunitario, de uso individual
y gratuito de libros.

Durante esta época en América se dio gran impulso a la biblioteca pública, como
consecuencia de los ideales de libertad de las nuevas naciones. Este movimiento, que fue
propiciado por la democracia, es el hecho más importante del siglo XIX en cuanto a este
servicio. En los Estados Unidos de Norteamérica la democracia favorecía la elevación del
nivel cultural de sus habitantes mediante la lectura, la cual se practicaba principalmente en la
biblioteca pública.

En la actualidad, la biblioteca pública está abierta a todas las personas, y su acervo es de


tipo general. La biblioteca infantil forma parte de ella; dicha biblioteca es de gran valor para la
formación del hábito de la lectura en los niños, que serán los futuros estudiantes,
profesionales y ciudadanos del mundo.

Las bibliotecas especializadas se crearon para satisfacer la gran demanda de información


específica y para atender a determinado tipo de usuarios, en los distintos campos del
conocimiento científico. Estas bibliotecas aparecieron después de la Primera Guerra Mundial.
En ellas se atienden las necesidades de información e investigación de la industria y el
comercio, al igual que de instituciones como la banca, las secretarias y ministerios
gubernamentales, etc.

En la actualidad han surgido los centros de documentación e información y se han instalado


los bancos de datos , los cuales funcionan con la información almacenada en las bibliotecas,
para atender las necesidades de ciertos tipos de usuarios como: centros de investigación, el
gobierno, la policía y las compañías de diversas industrias, en forma exhaustiva e inmediata.
Dichos centros contribuyen al desarrollo de diversos sectores de la economía.

BIBLIOTECA

La palabra biblioteca (del griego biblion, libro, y teke, caja) etimológicamente significa guardia
o custodia, y almacenamiento de libros. Esta definición ha sufrido modificaciones en su
significado a través del tiempo. Hoy día, este vocablo se aplica a la institución dedicada no
sólo a conservar, sino también a difundir en forma dinámica los conocimientos en beneficia
de un conjunto de seres humanos.

Por extensión, este termino se aplica también a una colección más o menos selecta y
numerosa de libros catalogados y clasificados de acuerdo con un sistema determinado y que
se han puesto a disposición de los lectores, de manera que los conocimientos contenidos en
dichos libros puedan ser difundidos y aprovechados.
Desde un punto de vista práctico, la biblioteca es un centro que proporciona la información y
el conocimiento necesarios para que el lector adquiera lo que le sea útil y productivo. En la
biblioteca se encuentran libros que nos hablan de hechos históricos, y de las hazañas de la
humanidad; por medio de ellos nos ponemos en contacto con un mundo inquieto, con sus
problemas y las diversas y posibles soluciones que se han planteado para resolverlos.

Si queremos mantenemos a la altura de las exigencias de nuestra época y solucionar


acertadamente los problemas de cada día, es indispensable que tengamos acceso a los
conocimientos y a la información que nos brinda la experiencia adquirida por los hombres
que nos precedieron, y mantenemos al día en lo que se refiere a las invenciones y
descubrimientos de nuestros contemporáneos.

Los adelantos realizados en cuanto a técnicas modernas de comunicación masiva en todas


las áreas del conocimiento, permiten el acceso a un rico y variado conjunto de medios para
obtener información acerca de hechos actuales o pasados.

Desde el punto de vista cultural, en la biblioteca convergen el pasado, el presente y, hasta


cierto punto, el futuro de la humanidad; por tanto, debe ser un lugar en el que tengan cabida
todas las formas de la palabra impresa, grafica o auditiva, y en el que se nos permita el
acceso al legado y a los valores de la civilización y de la cultura, enriqueciendo así nuestra
existencia.

El conservar y usar este patrimonio, tiene como fin el que se puedan aprovechar los
conocimientos adquiridos por la humanidad a través de los siglos. Para ello se requiere que
los libros estén al alcance de los usuarios, lo cual implica una inteligente y acertada
intervención del bibliotecario que pone en manos del lector los libros apropiados.

Conocida ya la naturaleza, finalidad e importancia de la biblioteca, es indispensable dar a


conocer la forma de utilizar prácticamente el enorme caudal de conocimientos atesorados en
ella.

ORGANIZACIÓN

Para cumplir con su triple objetivo, de informar, educar y recrear, la biblioteca se divide en
secciones o departamentos. Su acervo proporciona los recursos bibliográficos necesarios
para estos fines.

Los departamentos en que se divide la biblioteca son los siguientes: dirección


(administración, organización), servicios técnicos (o procesos técnicos), consulta,
préstamo (dentro y fuera de la biblioteca), libros en reserva, sección de reprografía y
sección audiovisual (donde se encuentran los aparatos necesarios para el uso de
videotapes, cassettes y rnicroformatos.)

La administración es tarea del director, él es quien se encarga de organizar y gobernar la


biblioteca en todo lo que se refiere a las actividades que se llevan a cabo dentro de la
misma; también elabora los programas de adquisición del material de lectura; redacta los
reglamentos que rigen el préstamo a domicilio y dentro de la biblioteca; establece las
condiciones para el registro de lectores, y supervisa y selecciona al personal profesional, sub
profesional y de servicio. El director es la máxima autoridad dentro de la biblioteca.
La selección y adquisición del material bibliográfico generalmente es tarea de uno o dos
departamentos que corresponden a los servicios técnicos; las necesidades de la biblioteca
dictarán la separación o la unificación de estos departamentos. La selección deberá estar
encomendada al bibliotecario profesional, el cual será asesorado por profesores y
profesionales de las diferentes ramas del saber humano.

Al elegir el material debe tener en cuenta las sugerencias de los usuarios. Para esta tarea se
utilizan: catálogos de casas editoras, listas de librerías, reseñas bibliográficas, propaganda
impresa, revistas especializadas y reseñas que aparecen en publicaciones de la
especialidad, también comunicaciones de otras bibliotecas.

Los trámites de facturas, pedidos, reclamaciones, etc., son controladas por medio del
departamento de contabilidad y la secretaria. Los pedidos pueden hacerse directamente a
las editoriales, por medio de agentes responsables, o en conjunto con otras bibliotecas.

Corresponde al departamento de servicios técnicos la preparación del libro para ponerlo en


circulación. Estos preparativos comprenden varias etapas, comenzando por la revisión del
libro para ver si no tienen defectos de impresión, hojas en blanco o faltantes, o si la
paginación tiene errores o faltan ilustraciones. Después se le asigna un número de
adquisición de acuerdo con la secuencia establecida. A continuación se le pega el sobre de
préstamo en el reverso de la pasta posterior o en la última pagina, si la edición es a la
rústica.

La anteportada lleva un sello con los números de clasificación, de autor, de ejemplar a que
corresponde, en el caso de que haya varios ejemplares del mismo libro en la biblioteca y la
fecha de adquisición. El libro debe sellarse en dos paginas clave y en las paginas centrales
con el nombre de la biblioteca a que pertenece. La bolsita o esquinero de la tarjeta de control
de préstamo lleva el número de clasificación y el del autor, el cual figura también en la tarjeta
de control de préstamo. Después se elaboran los juegos de tarjetas catalográficas
correspondientes; cada juego puede constar de las siguientes tarjetas: la topográfica, la de
autor, la de coautor, la de traductor, la de editor, la de materia, la de título original de la obra
si es necesario; también se puede incluir dentro del mismo juego alguna otra tarjeta para
control interno.

En el departamento de préstamo se hace el registro de los lectores, quienes deberán


presentar su solicitud para obtener la credencial que les da derecho a sacar de la biblioteca
libros en calidad de préstamo. La identificación del lector, con su retrato, y una carta de
recomendación deben estar con su correspondiente tarjeta en el registro del lector; en la
solicitud va impresa una nota que indica su responsabilidad acerca del cuidado que debe
tener con respecto de los libros que son propiedad de la biblioteca. En el libro que sale de la
biblioteca se pone la tarjeta con la fecha del vencimiento del préstamo y se recoge la tarjeta
que tiene los números de clasificación, autor y título del libro.

Un departamento esencial de la biblioteca es el de consulta, el cual debe estar a cargo de un


bibliotecario profesional (preferentemente). La consulta se hace de ordinario personalmente,
pero puede hacerse por teléfono o por carta. Las respuestas a las consultas hechas por los
usuarios tienen varios niveles de profundidad, según se trate de una biblioteca pública,
académica, universitaria o especializada. por razones obvias, las respuestas más sencillas
deben ser las que se dan en bibliotecas públicas y en las escolares. La colección de consulta
de cualquier biblioteca debe comprender una amplia gama de conocimientos, ya que las
preguntas llegan a la biblioteca en forma múltiple y son de profundidad variable. Para poder
responder a las preguntas formulabas por los usuarios, el bibliotecario deberá conocer a
fondo su colección, y saber manejar enciclopedias, diccionarios, manuales, textos, índices y
otras obras de consulta.

Una actividad que tiene mucho éxito en las bibliotecas es el préstamo interbibliotecario (PIB),
el cual consiste en que entre las bibliotecas exista el préstamo de material a fin de servir en
forma eficiente al usuario, por medio de este préstamo se procura proporcionar al usuario el
material que solicita y que la biblioteca no tiene en su acervo, pero que puede obtener por
medio de un convenio con otra biblioteca, en virtud de lo cual la primera se responsabiliza
del material conseguido.

Otro servicio que beneficia al usuario es el que brinda el departamento de libros de reserva,
en el que ciertas obras que sugieren los profesores se ponen en reserva para estar a
disposición de los alumnos en todo momento, por un periodo limitado. Esto es de gran
utilidad para profesores y alumnos, pues de esta manera siempre está disponible el libro que
necesitan.

En el departamento de reprografía o copiado se brinda servicio de copiado a los usuarios. En


dicho departamento se puede copiar: páginas, tablas, mapas, ilustraciones, etc.

En cuanto a la sección de audiovisual, esta puede ser un salón aparte o parte de una
sección aislada para no perturbar a los lectores con el ruido o la pantalla; aquí se pueden
escuchar cassettes o proyectar videotapes, microformatos, etc.

LOS CATÁLOGOS

Todos los problemas del mundo actual se reflejan en el ámbito de la biblioteca y sus
servicios mediante la demanda de información. Su acervo brinda los medios para enfrentarse
al desarrollo industrial, intelectual y humano de un mundo en constante evolución. La
solución a dicha demanda está en mejorar los medios de comunicación como: libros, folletos,
películas, discos, reproducciones microfotográficas, diapositivas, etc. del acervo de la
biblioteca. Estos medios hay que adquirirlos, procesarlos y conservarlos a fin de ponerlos a
disposición de todos los usuarios que cada día aumentan y buscan conocimientos,
información y recreación, para mejorar sus condiciones de vida y acelerar así el progreso del
país.

Estos medios que contienen información presentan un problema para las bibliotecas, cuya
misión no consiste sólo en adquirir y conservar estos medios sino en recuperar la
información contenida en ellos, y en organizar el material bibliográfico que está al servicio de
los usuarios.

El medio más sencillo a nuestro alcance es la recuperación de la información por medio del
catálogo de la biblioteca en forma fácil y eficaz que sirva de intermediario entre el usuario y el
acervo de la biblioteca.

El catálogo es un instrumento necesario en toda biblioteca, es el índice del acervo; sirve para
encontrar la información en forma rápida en libros y otros materiales.

El catálogo es un registro de los materiales de la biblioteca, el cual se presenta en orden


alfabético del nombre del autor, título, número de clasificación o por materia. En el aparecen
registrados libros, mapas, monedas, grabados, discos, etc. que forman el material
documental de la biblioteca.

El catálogo tradicional puede tener la forma física de libro o de fichas, las cuales se
almacenan en gavetas especiales. Una y otra forma tiene sus ventajas y desventajas. La
primera puede trasladarse fácilmente de un lugar a otro, y la segunda tiene la ventaja de
poder aumentar o disminuir las fichas según lo requiera el acervo. Sin embargo, al libro es
difícil de actualizar; las fichas tienen su ubicación en un lugar determinado y no se pueden
mover.

Los catálogos pueden ser de varios tipos. Según las necesidades de la biblioteca se dividen
en:

?? Catálogos para el público en general.


?? Catálogos para la administración de la biblioteca.
?? Catálogos para el personal de la biblioteca.

Para uso del público está el catálogo diccionario, el cual combina en su arreglo las fichas de
autor, título y materia en un solo orden alfabético, de palabra por palabra, lo cual facilita la
consulta; además con sus fichas de referencia remiten al lector a otros aspectos del tema. La
numeración de clasificación en la ficha señala la ubicación del libro en la estantería.

Catálogo metódico o sistemático para uso de público especializado o de investigadores.


Tiene un arreglo metódico por número de clasificación y además un índice alfabético de
materia, el cual se ordena según los encabezamientos empleados en el catálogo.

Catálogo topográfico es para uso interno de la biblioteca; es el índice que incluye el acervo,
se emplea en el recuento o balance que se realiza en la biblioteca. Su ordenación es por
número de clasificación.

Catalogo oficial (o de Autoridades) para uso del personal de la biblioteca. Este catálogo
unifica la forma de escribir los nombres de los autores, a fin de hacer los asientos siempre en
la misma forma.

Las cualidades del catálogo deben ser las siguientes: fácil acceso, ubicación en un lugar que
permita su consulta, debe ser flexible para poder aumentar o disminuir las fichas, según las
adquisiciones de la biblioteca o el descarte de libros dañados o perdidos. Deberá tener un
arreglo estructurado para facilitar la búsqueda con guías de materia, o encabezamientos,
que sean visibles y rotular los cajones o gavetas con palabras clave.

Además, el mantenimiento, la elaboración y la actualización, tanto del material como de los


recursos humanos, deberán ser económicos.

Otra cualidad será que el catálogo se presente en forma compacta y se pueda trasladar para
su consulta con facilidad; aunque el catálogo en forma de libro presenta esta ventaja su
actualización no es practica, ni flexible.

De los catálogos que hemos mencionado, el más útil para el usuario es el catálogo
diccionario; por lo cual, se tratará más ampliamente.
CATALOGO DICCIONARIO

Este catálogo es el instrumento más importante para el usuario, pues en el se encuentran las
tarjetas de todos los libros que forman el acervo de la biblioteca; sirve también como índice
mediante el cual se obtiene la localización exacta del material, ya se trate de libros o de otro
material no impreso. Debido a que sirve de guía para el lector, deberá estar a disposición del
mismo. Generalmente está ordenado por abecedario para facilitar a los usuarios la búsqueda
del material.

En el catálogo diccionario figuran (mínimo) tres tarjetas por cada libro: una con el nombre del
autor, otra con el título del libro y la tercera con el de la materia que trata el mismo. Estas
tarjetas se colocan en orden alfabético dentro del catálogo. La elaboración de las tarjetas se
hace observando las reglas de catalogación, con el fin de que el usuario siempre encuentre
el mismo ordenamiento de los elementos catalográficos. En México generalmente usamos
las Reglas de Catalogación Anglo Americanas, segunda edición (RCAA2)

El objetivo del catálogo no es solamente ayudar al usuario a localizar la información que


desea, sino también orientarlo hacia otras fuentes de información que amplíen sus
conocimientos sobre el tema que le interesa; para esto se sirve de la tarjeta de envío, la
cual lo remite a otros asientos que corresponden a temas similares (VEASE; VEASE
TAMBIÉN, etc). Por medio del catálogo se puede saber cuantos libros de un mismo autor
hay en la biblioteca y que materias tratan.

El bibliotecario es la persona indicada para enseñar al usuario el manejo del catálogo.

Encabezamientos

Los encabezamientos consisten en una palabra o grupo de palabras que aparecen en


tarjetas, que indican que tema trata el libro. Bajo este encabezamiento se encuentran los
títulos de otros libros que tratan el mismo tema y que ya fueron registrados en el catálogo de
la biblioteca. Por medio de dichos encabezamientos se encuentra todo el material similar o
conexo que existe en el acervo.

Además de las tarjetas antes mencionadas hay otras llamadas secundarias, que contienen
el nombre del coautor, traductor, editor, compilador, etc., que también proporcionan
información adicional sobre un determinado tema.

Funciones de los catálogos

Las funciones de un catálogo se pueden resumir como sigue:

1. Indica los nombres de los autores, coautores, editores, traductores, comentaristas,


prologuistas e ilustradores de los libros de la biblioteca.

2. Da a conocer los nombres de las sociedades, instituciones, secretarias y subsecretarias


de Estado y de todos los entes corporativos de cuyas publicaciones se disponga en la
biblioteca.

3. Indica los libros pertenecientes a una determinada serie incluida en la biblioteca.


4. Señala, mediante los encabezamientos de materia que están escritos en la misma ficha
del catálogo, los temas abarcados en el acervo de la biblioteca.

5. Facilita al usuario la localización de los títulos de las obras que desea consultar.

6. Remite al usuario, mediante las tarjetas de envío, a otros temas relacionados con el que le
interesa, el cual está indicado en las tarjetas de referencia.

7. Reúne en un solo lugar del catálogo todas las obras de cada autor.

8. Indica claramente, a través de la tarjeta, las particularidades de la obra como: nombre del
autor, lugar de edición, editorial, año, notas bibliográficas, paginación, ilustraciones y tamaño
de la obra.

9. Señala, por medio de las tarjetas de autor, título y materia, el valor de la obra en cuanto a
contenido.

10. Indica, por medio de los números de clasificación que aparecen en cada ficha, el
resultado del examen del libro (por ejemplo, clasificación de Dewey, que va de lo general a lo
especifico), y su localización en los estantes. Respecto a esto último, es importante aclarar
que los libros deben ser devueltos exactamente al sitio de donde se tomaron.

11. Indica el número de volúmenes de que consta una determinada obra, y el contenido de
cada uno de tales volúmenes.

Las tarjetas de los catálogos no siempre tienen las características antes mencionadas, ya
sea por dificultades técnicas, porque el usuario no necesita todos esos datos o porque se
emplea una catalogación simplificada.

Clasificación

La clasificación dentro de la biblioteca debe tener un carácter eminentemente práctico, pues


denota la colocación de los libros en los estantes. La clasificación contenida en las tarjetas
catalográficas indica el orden que debe seguirse en ciertos tipos de catálogos, por ejemplo,
por materias en el catálogo sistemático; también determina el arreglo en el catálogo
topográfico o catálogo índice del acervo (o sea la colocación en los estantes según el
sistema de clasificación utilizado en la biblioteca).

Existen varios tipos de clasificaciones, pero las más usadas son las clasificaciones llamadas
decimales, que son la de Melvil Dewey y la Clasificación Decimal Universal. Se emplea el
término decimal porque su clasificación se basa en los números del O al 9, que
corresponden a las grandes divisiones que se han hecho del campo del conocimiento.

Estas divisiones principales se subdividen a su vez en secciones.

Es necesario tener nociones acerca del funcionamiento de las tablas de clasificación para
poder guiarse en el uso del catálogo de la biblioteca. Con este fin se muestra a continuación
un pequeño esquema de la clasificación de Melvil Dewey, que es uno de los más usados en
las bibliotecas mexicanas.
CLASIFICACIÓN DE MELVIL DEWEY

La clasificación de Dewey fue publicada por primera vez en 1873, y hasta el año 2000 había
sido editada 20 veces. El autor fue de origen norteamericano, por lo que su clasificación
contiene todas las características especiales de la lengua que se habla en los Estados
Unidos de Norteamérica. Por esta razón presenta problemas para adaptarla a nuestro
idioma.

La clasificación de Melvil Dewey consta de las siguientes divisiones principales.

000 Obras Generales


100 Filosofía
200 Religión
300 Ciencias Sociales
400 Filología
500 Ciencias Puras
600 Ciencias Aplicadas
700 Bellas Artes
800 Literatura
900 Historia

En las divisiones existe una subdivisión de forma y 9 subdivisiones temáticas en cada


sección de tema, las cuales se subdividen a su vez, y así sucesivamente.

Las determinantes de forma se emplean para señalar la forma en que se ha escrito el libro,
por ejemplo:

01 Teoría
02 Compendios
03 Diccionarios
04 Ensayos, discursos, conferencias
05 Publicaciones Periódicas
06 Asociaciones, Sociedades
07 Estudio y Enseñanza
08 Colecciones
09 Historia
010 Ciencias y Técnicas Bibliográficas
020 Bibliotecología
030 Enciclopedias
040 Colecciones de ensayos
050 Publicaciones Periódicas
060 Sociedades
070 Periodismo
080 Poligrafías
090 Libros Raros y Curiosos

100 Filosofía
110 Metafísica
120 Teorías Metafísicas
130 Ramas de Psicología
140 Sistemas Filosóficos
150 Psicología
160 Lógica
170 Etica
180 Filosofía Antigua y Medieval
190 Filosofía Moderna

200 Religión
210 Religión Natural
220 Biblia
230 Doctrinas Cristianas, Teología Sistemática
240 Teología Practica
250 Teología Pastoral
260 Iglesia Cristiana en General
270 Historia de la Iglesia
280 Iglesia y Sectas Cristianas
290 Religiones no Cristianas

300 Ciencias Sociales


310 Estadística
320 Ciencias Políticas
330 Economía
340 Derecho
350 Administración Pública
360 Bienestar Social
370 Educación
380 Comercio
390 Costumbres y folklore

400 Lingüística
410 Lingüística comparada
420 Ingles
430 Alemán
440 Francés

950 Historia de Asia


960 Historia de Africa
970 Historia de América del Norte
972 Historia de México
980 Historia de América del Sur
990 Historia de Oceanía

En la lingüística y en la historia se ha procurado que las terminaciones de los números sean


semejantes para temas análogos, por ejemplo:
Idioma Castellano 460
Literatura Castellana 860.

CLASIFICACIÓN DEL CONGRESO

Entre los sistemas no decimales, uno de los más importantes es el sistema de clasificación
del Congreso, utilizado para libros y otros materiales especiales que se reúnen en la
Biblioteca del Congreso de Washington; se basa en la clasificación de Charles Ammi Cutter,
la cual fue ideada para usarse en el acervo de una biblioteca caracterizada por su rápido
desarrollo en toda clase de materiales especiales.

Este sistema emplea 21 letras en mayúsculas para clasificar las materias principales, y las
combina entre sí para formar las subdivisiones de las materias principales. Algunas letras (I,
O, W, X, Y) se han dejado en reserva para futuras expansiones en la clasificación.

El esquema de clasificación es el siguiente:

A Obras Generales
B Filosofía
BL Religión
C Historia, Ciencias Auxiliares
E América (general) y Estados Unidos de Norteamérica (general)
F Estados Unidos de Norteamérica (local) y posesiones
G Geografía
H Ciencias Sociales
HB Economía
HM Sociología
J Ciencias Políticas
K Legislación
L Educación
M Música
N Bellas Artes
P Lenguaje y Literatura
Q Ciencia
R Medicina
S Agricultura
T Tecnología
U Ciencia Militar
V Ciencia Naval
Z Bibliografía y Bibliotecología.

Debido a sus características, cada división de esta clasificación se pública


independientemente, y forma dentro del plan general de esta clasificación una serie de
conjuntos de clasificaciones amplias y especiales.

Las grandes divisiones se pueden dividir a su vez en subdivisiones de forma.

1. Divisiones de forma:

a) Publicaciones Periódicas
b) Anuarios
c) Sociedades
d) Congresos y Exhibiciones
e) Colecciones
f) Enciclopedias, Diccionarios

2. Teoría, Método, Finalidades


3. Historia
4. Biografía
5. Obras Generales, Tratados
6. Estudio y Enseñanza, Textos
7. Legislación
8. Tópicos Especiales

Aquí se presenta un ejemplo tornado de las Ciencias Sociales para seguir el desarrollo de la
clasificación por materias principales.

H Ciencias Sociales en general


HA Estadística Economía
HB Teoría económica
HC-HD Historia Económica
HC Producción nacional. Condiciones económicas
HD Agricultura e industrias
HE Transporte y comunicación
HF Comercio
HG Finanzas
HJ Finanzas públicas
HM Sociología general. Teoría
HN Historia social

Estas subdivisiones se dividen a su vez en: geográficas, cronológicas o alfabéticas según


convenga.

TARJETA CATALOGRÁFICA

Los elementos que entran en una tarjeta catalográfica se muestran en el siguiente listado:
Número de Clasificación
Apellido del autor, nombre, fecha de nacimiento y muerte.
Título de la obra. Incluyendo traductor y número de edición.
Lugar de edición, editor, año.

Páginas o volúmenes. ilustraciones, tamaño


(Notas de Serie)

1. Materia. 2. Materia I. Traductor, etc. II. Título.

El número 020, que aparece en el primer renglón en el ejemplo de abajo, corresponde al


tema Bibliotecología. El número 000 corresponde a la materia Obras Generales.

020
L816.a
Litton, Gastón
Arte y ciencia del bibliotecario.
Argentina, Bowker, /c1970/

205 p. (Colec. Breviarios del Bibliotecario)


Incluye Bibliografía p: 199-205

1. Bibliotecología. I. t.
NUEVAS TECNICAS DE CATALOGACION

Es un hecho que muchas de nuestras bibliotecas empiezan a utilizar la nueva tecnología, y


con este fin se exigen cambios en la catalogación tradicional, para leer el catálogo
automáticamente y acortar así el tiempo de la búsqueda de la información. Con este fin se ha
incluido el nuevo formato MARC 21 (Machine Readable Catalogue, Siglo 21).

Los elementos de la ficha catalográfica ahora se denominan por áreas. Estas áreas son las
siguientes:

A. Asiento de autor.

1. Area de título.

2. Area de edición y responsabilidad relacionada con la edición.

3. Area de publicación, distribución, etc.

4. Area de descripción física.

5. Area de series.

6. Area de notas.

7. Area de número estándar. ISBN (Standard Book Number) de alcance internacional. Cada
nación tiene asignado un número, que debe llevar toda publicación (Libros, vídeos, etc.)
editada en el país, con el fin de llevar un control bibliográfico mundial. En el cas o de las
revistas se usa el ISSN (International Standard Serial Number).

A continuación se presenta un esquema por áreas, y la debida puntuación que debe llevar la
tarjeta.

Puntuación

Coma (,) después del apellido del autor.

1. Diagonal (I) al terminar el título. Se repite el nombre del autor.

2. (.--) Mención de edición; después espacio y nombre del lugar.

3. (( .--) Para mención del lugar de edición.

4.((.:) Págs. : ilus.: 24cms.-

5. (.--) Abrir paréntesis y cerrarlo al terminar el nombre de la serie.

6. Siete espacios para las notas.

7. (ISBN o ISSN) en el lado izquierdo de la ficha, al final.

Ejemplo:
HQ 774
P76

Provence, Sally A p
Guide for the care of infants in groups / Sally Provence
.-- New York: child welfare league of América, 1979.
104p.

1.Infantes.I.T.
PS(1) /9696 ANUC 349993-6

HEMEROTECA

Hemeroteca. Del griego hemera, día y theke, caja, depósito, denota lugar en que se guardan
y ponen al servicio del público diarios, y publicaciones periódicas y seriadas coleccionadas.
Se emplea desde principios de siglo, aunque según Fumagalli, algunos dicen que esta
palabra está mal formada, debería decirse efemeroteca o efemeriteca, pues en sentido
estricto quiere decir biblioteca de días y no biblioteca de periódicos*

Una biblioteca no está completa sin una sección de hemeroteca que esté provista de
publicaciones de acuerdo con la especialidad de la biblioteca. La selección de revistas,
boletines, diarios, publicaciones periódicas, etc., y de publicaciones gubernamentales de
índole general, científica, técnica, recreativa, o literaria, debe hacerse cuidadosamente para
poder proporcionar al usuario el material que necesita para actualizar sus conocimientos en
general.

La revista es muy importante para los lectores ya que los mantiene al día en las distintas
áreas del conocimiento. En ella se publican artículos, estudios y ensayos sobre los últimos
descubrimientos, así como sobre los acontecimientos sociales, culturales, científicos,
artísticos, políticos y de otra índole que ocurren en el mundo. Todo este cumulo de
información aparece en las revistas mucho tiempo antes de que se imprima en libros, por lo
que estas son muy apreciadas y solicitadas por los usuarios de las bibliotecas.

La revista se originó debido a la necesidad de estar al día en los últimos adelantos, y de


servir como medio de comunicación entre científicos e investigadores en los distintos campos
del saber. De allí que sea el medio ideal para la investigación y la difusión de nuevas
conocimientos, los cuales encontramos en el material reunido en la hemeroteca.

En la selección de títulos debe tenerse en cuenta las revistas que existen en las secciones
de hemeroteca de las bibliotecas cercanas para no repetirlas, ya que las suscripciones a
estas implican un alto costa. El seleccionar el material presenta muchos problemas debido al
número siempre creciente de publicaciones de toda índole. El responsable de elegirlas debe
ser un profesional con profundos conocimientos sobre la materia para proporcionar un buen

*
Buonocore, Domingo, Diccionario de Bibliotecología. Términos relativos a la Bibliología, Bibliografía,
Bibliofilia, Biblioteconomía, Archivología, Documentología, Tipografía y Materias Afines. 2a. ed.
aumentada. Buenos Aires, Marymar, 1976. 456 p.
servicio. En este departamento se requiere de una adecuada organización que permita al
usuario aprovechar al máximo el contenido de las publicaciones.

David Grenfell, en su obra “Publicaciones Periódicas y Seriadas”, da la siguiente definición


de publicaciones periódicas: publicación periódica es cualquier publicación que
generalmente lleva el mismo título, publicado por entregas a intervalos regulares o
irregulares sin una terminación predeterminada, bajo la dirección simultanea o
sucesiva de uno o varios individuos, escrita, por lo general, por diferentes
colaboradores, y que trata de argumentos diversos dentro de los limites de un
programa más o menos definido. Esta definición abarca: actas, archivos, anuarios,
avances, etc. y excluye publicaciones seriadas de carácter monográfico con títulos también
diversos.

Las características distintivas de las publicaciones periódicas son: que tienen continuidad,
numeración progresiva, variedad de contenido dentro de un programa más o menos definido
y título uniforme, duración a la cual no se ha fijado un limite con anterioridad y que son
realizadas por varios autores. Asimismo pueden tener distinta periodicidad, diferente formato
y clase de papel, pueden estar ilustradas o no, presentar anuncios o no, etc.

La información que contienen puede ser: de tipo general o especializado sobre una materia,
o de divulgación, puede poseer diferente calidad y clase de contenido, puede ser editada por
una institución de investigación, o por una empresa comercial, con fines puramente
comerciales. Además puede ser una publicación con fines educativos o estar dedicada a
difundir trabajos de investigación que se están efectuando en instituciones, laboratorios, etc.

La periodicidad de las publicaciones puede ser: diaria, o dos o más veces al día, bisemanal,
semanal, quincenal, mensual, bimensual, trimestral, cuatrimestral, anual, bianual, trienal o
irregular. A veces, por diversas circunstancias, los editores no se atienen a la periodicidad
establecida al fundarse la revista y publican dos números en una sola entrega o salen las de
todo un año en un solo volumen.

Generalmente, la revista forma un volumen por año, pero algunas revistas, entre ellas las
educativas, componen dos o más volúmenes por año. Cuando hay cambios de orientación
en una revista se indican mediante la aparición de una nueva serie o época.

Una publicación generalmente se identifica por su título, el cual puede indicar su contenido,
pero puede también ser un título genérico, específico o bien un nombre propio. Algunos
nombres genéricos de publicaciones son por ejemplo: actas, archivos, boletines, anales,
anuarios, cuadernos, memorias, revista. Los nombres específicos serian por ejemplo,
"Boletín de la UNESCO para las Bibliotecas", "Anales del Instituto de Biología", o un nombre
propio como "Atenea" o "Abside".

Los editores de las publicaciones periódicas pueden ser: organismos internacionales,


instituciones culturales o gubernamentales, academias científicas, sociedades industriales o
de otro tipo, o editoriales comerciales independientes.

Las publicaciones periódicas pueden ser de cultura general, incluir todas las disciplinas y
estar destinadas a un público culto pero no especializado.
Las publicaciones especializadas son las publicadas por una asociación o institución
científica, cuyos artículos son de índole especifica y que están destinadas a un público
selecto de conocedores y técnicos en algún campo del saber humano.

La revista de vulgarización literaria, artística o científica está dirigida al público en general


para instruirlo y ponerlo al día en cuanto a los sucesos mundiales.

Las publicaciones de los órganos oficiales son aquellas que publican las directivas de
asociaciones, de negocios o de instituciones, y que son financiadas por estas.

Las publicaciones periódicas son muy importantes para el desarrollo cultural e intelectual y
para informar y difundir los conocimientos. Son parte fundamental de la hemeroteca y en las
bibliotecas especializadas. En México, donde se reúnen todas las publicaciones es en la
Hemeroteca Nacional, aquí se reciben todas las publicaciones que obtienen el registro en el
correo para circular por este medio, ya que existe la obligación de mandar algunos
ejemplares a la hemeroteca (depósito legal); con esto se enriquecen sus colecciones y
aumenta el valor del servicio que presta dicha institución.

La incorporación de las publicaciones periódicas al acervo requiere de un proceso diferente


del de los libros. Aquellos se colocan en estantes especiales y forman sección aparte dentro
de la biblioteca. Los títulos se exhiben en orden alfabético para que el usuario pueda
encontrar fácilmente las publicaciones que le interesan.

El control de las revistas o publicaciones periódicas dentro de la biblioteca se lleva a cabo


por medio de tarjetas de control de suscripciones o pedidos. Estas tarjetas se ordenan en el
“kardex” y en ellas se registra la fecha de llegada de la revista y se anota el número de cada
título que hay en la biblioteca. La ficha es distinta según la periodicidad de la revista porque
su anotación puede requerir más o menos espacio, de acuerdo con el tipo de periodicidad, el
año y el volumen a que corresponde. El objeto de esto es verificar la existencia de cada
número en el acervo.

El préstamo de las revistas está restringido, y sólo puede circular dentro de la biblioteca. La
forma más común en que circula la información que contiene la revista entre los
investigadores consiste en enviar las tablas de contenido a cada una de ellos, para que
indiquen los artículos que les interesan; se fotocopian y se le envía al interesado, de esta
manera se evita que la revista salga del ámbito de la biblioteca, ya que se trata de material
que fácilmente se deteriora o pierde. La revista puede ser objeto de un préstamo
interbibliotecario: en estos casos la biblioteca es la responsable del material solicitado.

En muchas bibliotecas las revistas se encuadernan hasta que completan un volumen;


mientras tanto se guardan en cajas que facilitan la consulta de cada número por separado.

Debido a la gran producción de revistas en los campos científico, tecnológico, artístico, etc.,
la clasificación (optativa) se hace por áreas de conocimiento. Por ejemplo:

TECNOLOGÍA: Alemania, Japón, Estados Unidos de Norteamérica y Gran Bretaña.

INGENIERÍA ELECTRÓNICA: Suecia

MÚSICA: Alemania
DIVERSAS AREAS DEL CONOCIMIENTO: Estados Unidos de Norteamérica y Gran
Bretaña.

Los idiomas que predominan en las publicaciones periódicas son:

Ingles. 74%, Ruso 11.2%, Francés 10.6%, Japonés 7 %, otros Idiomas 4.5%

Generalmente se considera que la información contenida en las revistas tiene como


máxima de vigencia cinco años, después de lo cual se le considera obsoleta. Sin embargo,
algunas revistas, como "Physical Abstracts", son clásicas y sus artículos no entran en este
patrón de obsolescencia.

Una gran ventaja para los investigadores, eruditos y estudiosos es que existen centros
donde se traducen revistas que originalmente fueron escritas en idiomas poco conocidos
para la mayoría de este tipo de usuarios.

Catálogo Colectivo de Publicaciones Periódicas.

Es un instrumento muy valioso para el bibliotecario y para los usuarios en general, puesto
que reúne los títulos de las revistas que existen en dos o más bibliotecas. México cuenta ya
con cuatro ediciones de este catálogo. CONACYT editó uno en 1976. El CENIDS de la SSA
tiene 20 ediciones del Catálogo Colectivo de Publicaciones Periódicas sobre Salud en disco
compacto.

Otros instrumentos de suma utilidad para localizar los nombres de los autores y los nombres
de los artículos de las diferentes revistas son: los "Abstracts" o resúmenes y los índices de
publicaciones, editados con el fin de dar a conocer lo publicado en todo el mundo.

Entre los resúmenes, algunos de los mas importantes son: Chemical Abs tracts, Engineering
Abstracts, Physics Abstracts, Index Medicus, etc. De los catálogos de revistas pueden
consultarse: el Ulrich's Periodical Directory, el Union List of Serials, de Estados Unidos de
Norteamérica, y el World List of Scientific Periodicals de Inglaterra. Además el Social Science
Citation Index y el Science Citation Index, que incluyen el índice de impacto de las
publicaciones incluidas en sus listados.

EL BIBLIOTECÓLOGO, BIBLIOTECÓNOMO O (MEJOR AUN) BIBLIOTECARIO

El bibliotecario es un elemento clave en la biblioteca, por lo que requiere una formación


especializada para cumplir su tarea, la cual consiste en proporcionar a los usuarios la
información que necesitan.

Las cualidades esenciales de un buen bibliotecario son: competencia personal, eficiencia


en el desempeño de su trabajo, sentido de responsabilidad, amabilidad, paciencia y cortesía
en el trato con los usuarios, aseo personal y vocación de servicio.

La preparación del bibliotecario es a nivel técnico y universitario. En las universidades


existen colegios de Bibliotecología donde se obtienen grados académicos de: licenciatura,
maestría y doctorado en esta especialidad.
Los bibliotecólogos que atienden las bibliotecas especializadas, los centros de
documentación e información y los bancos de datos requieren una preparación especial para
desempeñar su labor. Estas personas reciben entrenamiento especifico sobre el manejo de
índices, resúmenes, sistemas o redes de información, y adquieren conocimientos sobre el
manejo de terminales y equipo auxiliar de computadoras (generalmente fuera de las
escuelas y en muchos casos por interés personal). De acuerdo con las tareas específicas
que desempeñan, reciben nombres como: documentalistas, científicos de la información,
bibliotecólogos profesionales.

Para el buen funcionamiento de las bibliotecas se necesita un personal con alto nivel de
preparación y ética profesional, aun cuando no sean profesionistas es indispensable que
sean profesionales, pues de este depende la eficiencia de los servicios que se prestan en la
biblioteca y el éxito de las actividades allí desarrolladas. En muchas bibliotecas hay personal
que ejerce actividades en el plano sub profesional o técnico y que auxilian al profesional en
sus tareas o se desempeñan mejor que un profesional.

La labor del bibliotecario será tanto más fácil cuanto más agradables sean las condiciones
físicas o higiénicas de los edificios que alberguen las bibliotecas.

El principal responsable de la biblioteca es el bibliotecario en jefe o director de la misma,


pues él es el primer encargado de divulgar cual es la información contenida en el material
almacenado en el acervo y en las publicaciones periódicas, y de dar a conocer las nuevas
adquisiciones mediante exhibiciones de sus cubiertas y utilizando otros medios de
divulgación, como listas de libros y boletines. A él le corresponde formular el programa de
actividades y organizar los servicios en favor de los usuarios; le corresponde también dirigir y
supervisar las actividades del personal y cuidar de todos los detalles importantes para el
buen funcionamiento de la biblioteca.

El bibliotecario es la persona encargada de dirigir al usuario en su búsqueda de información,


para lo cual necesita conocer bien el manejo de todos los instrumentos bibliográficos y el uso
adecuado del catálogo.

Le corresponde además indicar al usuario la localización de los libros, así como del material
audiovisual, cintas magnéticas, microformatos, cassettes y, en general, de todo aquello que
le pueda ser útil.

También debe estar capacitado para aconsejar y guiar al usuario en la selección y


aprovechamiento de sus lecturas, en el uso de los resúmenes, enciclopedias, y otros
materiales de consulta; le puede enseñar como buscar en el catálogo el libro que necesita y
como localizarlo en la estantería, si se trata de estantería abierta.

En lo que se refiere al servicio de hemeroteca, puede adiestrarlo en el uso del kardex y de


los catálogos colectivos de las publicaciones periódicas, donde puede obtener la información
requerida y actualizar sus conocimientos sobre los temas que le interesan.

Entre las actividades que desempeña el bibliotecario profesional está la que corresponde al
bibliotecario de consulta, la cual se brinda en el departamento de ese nombre, o sea el
servicio de referencia, como se llama en algunas bibliotecas.
El usuario deberá exponer concretamente al bibliotecario de consulta cual es la información
que necesita, para que este lo guíe entre el variado material de que se dispone, como:
enciclopedias, diccionarios, manuales, índices, directorios, almanaques, anuarios, etcétera.

Una de las funciones más importantes del bibliotecario es la de proporcionar, al lector que lo
solicite, la credencial para obtener el préstamo de libros dentro de la biblioteca o a domicilio.
Al entregarle la credencial de identificación que lo acredita como lector de la biblioteca, se le
dará a conocer el reglamento de la biblioteca así como el horario de servicios.

Al bibliotecario le corresponde dar a conocer los servicios que se pueden prestar en la


biblioteca. Debe tener en cuenta los recursos disponibles para dar un servicio eficaz tanto a
los usuarios actuales como a los lectores potenciales, así como también debe cuidar que se
proporcione el servicio a todos los usuarios. El bibliotecario también está obligado a proteger
la propiedad de la biblioteca en lo que se refiere a los libros y demás materiales del acervo.
Debe, asimismo, inculcar el sentido de responsabilidad en los usuarios en cuanto a
conservación y buen uso de la propiedad de la biblioteca, como son: los muebles, el acervo y
demás enseres.

Es importante que el bibliotecario conozca la sociedad en que vive y dentro de la cual está
ubicada la biblioteca, pues esto le permitirá cumplir con mayor eficacia su misión y ayudar en
las actividades de las organizaciones afines a la biblioteca, tanto académicas como cívicas,
culturales y sociales de la localidad.

El bibliotecario es esencialmente un educador, por esto tiene la obligación de cultivarse y


progresar en el ejercicio de su profesión; un comportamiento responsable por parte del
mismo enaltece su profesión y representa la mayor garantía de prestigio para la biblioteca.
Una amplia cultura dará al bibliotecario la libertad en el uso y dominio de la abundante
tecnología que lo rodea para tomar decisiones.

TÉCNICAS PARA LA RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Algunas nuevas técnicas usadas para la recuperación de la información que corresponden


globalmente a los procesos empleados en la industria y en la administración de empresas,
han sido adaptadas con éxito en la biblioteca.

Para almacenar y recuperar información contenida en libros, ubicaciones periódicas,


documentos, microformatos, cintas magnéticas y cassettes, se emplean varias técnicas,
desde la sencilla mecanización de los procesos y el empleo de medios manuales, hasta
sistemas de recuperación electrónica, incluyendo sistemas de computadoras, el telex y la
televisión. Estos medios se clasifican según el tipo de transmisión que emplean para
comunicar la información, lo que nos da las clases siguientes:

1. De selección manual y de selección mecánica.

En general los equipos empleados en este rubro se clasifican: según sean los tipos de
transmisores, es decir, continuos o discontinuos. Los medios discontinuos son: fichas de
catálogo, tarjetas perforadas de selección manual, tarjetas con perforación marginal, central
o sobrepuesta. Los medios continuos son: micropelículas, cintas perforadas, cintas
magnéticas, discos y rollos.
2. De selección electrónica.

Las técnicas electrónicas utilizan computadoras para satisfacer, a la brevedad posible, las
necesidades de información de los usuarios. Su desventaja hasta ahora es el alto costo
material y el tiempo que toma el preparar al bibliotecario de manera adecuada, quien deberá
tener conocimientos especiales sobre estas técnicas y su manejo.

BANCOS DE DATOS

En los bancos de datos se emplean sistemas de computadoras con consolas conectadas a


un modulo central. En estos bancos se reúne información actualizada en forma exhaustiva y
constante por medio de computadoras, para poder proporcionar toda la información
necesaria y dar a conocer ampliamente un tema u objetivo. Allí se registra y acumula la
información, que se almacena de acuerdo con un código elaborado previamente. Los datos
se localizan en las bibliotecas con referencias bibliográficas completas o resúmenes del
contenido del material. Los sistemas más modernos ofrecen textos completos, resúmenes e
imágenes.

En el banco de datos se recibe la información al ni stante por medio de las pantallas de


computadora o televisión, por telex, o en forma de impresos, los cuales son enviados por
correo (y/o correo electrónico).

TECNICAS FOTOGRAFICAS (cada día más obsoletos)

El documento es fotografiado en microfichas junto con su análisis correspondiente. Un


dispositivo especial con combinaciones de cuadros transparentes y opacos, que
corresponden a las características (cifras) del documento, pasa frente a una célula de luz
fotoeléctrica y deja caer en el archivo las fichas que corresponden a la información que se
busca.

REDES DE INFORMACION

Estas redes son sistemas nacionales de información y documentación. Su finalidad es


ayudar a los investigadores suministrándoles la información adecuada y oportuna.

Los elementos que la componen son: recursos humanos debidamente capacitados, recursos
bibliográficos, directorios de dichos recursos o instituciones y comunicaciones rápidas y
eficaces. Para que esto se realice es necesario que el usuario cuente con una preparación
adecuada a fin de que utilice correctamente la información.

Los convenios y la cooperación entre bibliotecas regionales, nacionales e internacionales


crean estas redes de servicio, que atienden las necesidades de los usuarios con todos sus
recursos no obstante, existen razones económicas y, a veces, políticas que limitan la
actividad de dichas redes. Actualmente se estudia la posibilidad de establecer un sistema
mundial de información científica entre las naciones, tarea que está encomendada a la
UNESCO (la Nueva Biblioteca de Alejandría).

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