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lenguas romances se encuentran entre las menos exploradas desde esta

perspectiva (Fernández 2019).
Semántica El análisis componencial es un método de análisis del significado léxico
que también parte de que las palabras no son las unidades de significado
más pequeñas que hay, sino que ellas están conformadas por componentes
conceptuales menores que no necesariamente son visibles en la forma de
una palabra. Tales unidades constituyen dimensiones de contraste, que han
recibido el nombre de componentes o rasgos semánticos. Si se toman estos
Semántica: Una introducción al significado lingüístico en español es una
rasgos como entidades con realidad psicológica que conforman un repertorio
introducción integral al estudio de la semántica con un enfoque especial en
universal que puede combinarse de maneras diversas, dando lugar a las
la lengua española.
palabras que constituyen el vocabulario de una lengua específica, se estará
Sin asumir conocimientos lingüísticos previos, el libro conduce al lector
en la misma tesitura que Goddard, Wierzbia y sus colegas. Pero también
por los principales temas del estudio del significado, logrando un equilibrio
es posible concebir a los rasgos solamente como herramientas analíticas de
entre la teoría y la práctica. Los temas nocionales y las discusiones
un lingüista que no necesariamente se correlacionan con la realidad mental
conceptuales se entrelazan con el desarrollo de herramientas analíticas. Las
de los hablantes.
explicaciones se apoyan en abundantes ejemplos que ilustran los puntos
Hasta aquí hemos considerado una serie de aspectos del significado cuyo
tratados. Cada capítulo proporciona ejercicios y sugerencias para lecturas e
estudio compete a la semántica, y hemos hablado también sobre la búsqueda
investigaciones adicionales con el fin de guiar a los estudiantes de español en
de universales semánticos. Una tercera dimensión semántica que ya
las complejidades de la semántica léxica y composicional.
esbozamos más arriba concierne a las inferencias que no dependen del
Escrito íntegramente en español en un estilo claro y atractivo, el libro es
contexto, sino únicamente del significado lingüístico y que son material de
ideal para estudiantes avanzados de pregrado y posgrado de español y
estudio de la semántica. Las abordaremos brevemente en la próxima sección.
lingüística hispánica.

Carmen Curcó es Profesora Titular de Lingüística en la Universidad

Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde imparte cursos y lleva a
cabo investigación en las áreas de semántica y pragmática.
Implicación lógica, inferencia analítica,
entrañamiento o vinculación
Recordemos que la semántica intenta capturar el conocimiento de la lengua
que tienen los hablantes nativos. Este conocimiento contiene, entre otras
cosas, intuiciones muy claras sobre algunas de las formas en las que las
expresiones de una lengua se vinculan unas con otras al interior del sistema
lingüístico. Ni las palabras ni las expresiones complejas de una lengua están
aisladas, sostienen relaciones entre sí. Por ejemplo, los hablantes nativos del

3
contenido se requiere una frase. Pero tampoco hay una palabra que lo
capture en francés (tous, aucun, quelque(s)) ni en alemán (alle, keine, einige),
ni en ruso (все – vse, никто-nikto, некоторые nekotoryye), ni en coreano Routledge Introductions to Spanish Language and Linguistics
Series Editor: Carol Klee, University of Minnesota, USA
(모든 – modeun, 없음 eobs-eum, 약, yag), ni en suajili (kila, hakuna,
baadhi). Ni, al parecer, en ninguna lengua conocida.
ese accessible and user-friendly textbooks introduce advanced
La tendencia anterior se extiende también a la cuantificación temporal. En undergraduate and postgraduate students of Spanish to the key areas within
español tenemos siempre, nunca y palabras como ocasionalmente, pero no Spanish language and linguistics.
tenemos una palabra para no ocasionalmente. Es un dato empírico que las
lenguas naturales exhiben una gran resistencia a la lexicalización del Manual de fonética y fonología españolas
contenido correspondiente a la esquina O del Cuadro de oposiciones lógicas, J. Halvor Clegg and Willis C. Fails
y la pregunta es por qué.15
Otro intento más de encontrar universales semánticos ha consistido en Pragmática del español: contexto, uso y variación
buscar y establecer la existencia de un conjunto de rasgos o componentes J. César Félix-Brasdefer
que constituirían un repertorio conceptual básico y universal, del cual las
lenguas naturales earían mano, agrupando ciertos de estos elementos en Gramática española: variación social
palabras de maneras específicas. Dentro de esta línea, tal vez el enfoque más Kim Potowski and Naomi Shin
conocido sea el del “metalenguaje semántico natural” propuesto
Variedades de la lengua española
originalmente por Anna Wierzbia (1972,), y que busca establecer
Francisco Moreno-Fernández
primitivos semánticos, es decir, componentes conceptuales básicos a partir
de los cuales sea posible describir los léxicos todas las lenguas. Los Gramática fundamental del español
primitivos semánticos lo son en dos sentidos: su contenido es el mismo en Francisco Moreno-Fernández, Inmaculada Penadés-Martínez y Clara Ureña-
todas las lenguas, y no pueden descomponerse en unidades menores de Tormo
significado. En un inicio, Wierzbia propuso doce primitivos. En el ámbito
de los pronombres, los primitivos serían yo, tú, alguien y gente, en el de la Introducción a la lingüística de corpus en español
cuantificación uno, dos, mucho(s) y todo(s), en el del espacio donde, abajo y Guillermo Rojo
arriba.
El enfoque ha sido desarrollado en una serie de publicaciones posteriores El léxico-gramática del español: una aproximación mediante la
con otros colegas. Para 2007, ya se habían añadido otros presuntos lingüística de corpus
primitivos, como cerca, lejos, lado, adentro y aquí para el espacio, y el Alan V. Brown Yanira B. Paz and Earl Kjar Brown
número de primitivos propuestos rondaba los 60 (Goddard y Wierzbia
Semántica: una introducción al significado lingüístico en español
2007). Este modelo se ha desarrollado para describir los ámbitos de las
Carmen Curcó
emociones, el parentesco y el color (Goddard 1998). El español y el resto de

4
 For more information about this series, please visit: lexicalizado y que expresamos por medio de modificación sintáctica en una
www.routledge.com/Routledge-Introductions-to-Spanish-Language-and- frase: abuelo paterno, abuelo materno. En náhuatl, hay dos palabras para lo
Linguistics/book-series/RISLL que en español designamos con la palabra suegra. El vocablo para referirse a
la madre del esposo es yejna, en tanto que la madre de la esposa es monaj.
Pasemos ahora a otro tipo de posibilidad de que existan universales en los
procesos de lexicalización. Aunque en principio hay una cantidad potencial
de elementos lógicos en una lengua natural, solo algunos de ellos se
encuentran sistemáticamente en todas las lenguas que se conocen. Los
cuantificadores en una lengua (palabras como todos, ninguno, algunos,
siempre y nunca) plantean una cuestión intrigante con respecto a la
universalidad de su lexicalización en las lenguas del mundo.
Consideremos el cuadro siguiente (Figura 2.1), conocido como Cuadro de
Oposición, que distingue cuatro modos de cuantificación: universal
afirmativo (A), universal negativo (E), particular afirmativo (I) y particular
negativo (O).14

Figura 2.1 Cuadro de oposición

¿é captura este cuadro? Veamos ejemplos. En español, la palabra todos

corresponde a la esquina A, ninguno al vértice E, alguno(s) al I y la frase no
algunos a la O. En inglés, la esquina A corresponde a all, la E a none, la I a
some y la O a not some. Podemos apreciar que los elementos que
lógicamente corresponden a la esquina O no cuentan con una sola palabra
que denote su contenido ni en español ni en inglés. Para expresar este

5
que el surgimiento de una nueva palabra debe asentarse en la sustitución de
un concepto que se expresa por medio de un constituyente sintáctico.
Lo que es más interesante de esta propuesta es que permite apreciar que,
además de necesidades culturales y sociales concretas, son ciertas
Semántica
estructuras sintácticas las que determinan lo que puede lexicalizarse y lo que
no.13 Al parecer, una palabra nueva debe provenir de un concepto complejo Una introducción al significado lingüístico en español
que se exprese como un constituyente sintáctico, porque las reglas de
substitución léxica solo reemplazan a entidades sintácticas que se comportan
como una unidad (McCawley 1971). Los constituyentes son unidades
sintácticas como la casa, la casa que compré, el libro que leíste ayer. En
cambio, una secuencia como conocer a una persona que es alérgica a no es
un constituyente, dado que la preposición final a le impide funcionar como Carmen Curcó
una unidad.
Si esto es verdad, entonces se explicaría por qué no existe en ninguna Series Editor: Carol Klee
lengua conocida un verbo como blechear (llamémoslo así) que signifique Spanish List Advisor: Javier Muñoz-Basols
conocer a una persona que es alérgica a. La predicción es que ninguna
lengua del mundo acuñaría un verbo así, de modo que el equivalente de una
oración como (32) quisiera decir lo mismo que (33).

(32) Pedro bleea el ajo.

(33) Pedro conoce a una persona que es alérgica al ajo.

Aunque esta posibilidad parezca absurda, si no ocurre en ninguna lengua,

debe haber alguna razón para ello y una teoría semántica debe ser capaz de
explicarlo. La explicación ofrecida por McCawley es la que hemos ya
prefigurado.
En contraste, sí tenemos lexicalizados conceptos como abuelo en español,
que remplaza a padre de un padre o padre de una madre, ambos
constituyentes sintácticos. Pueden, en principio, lexicalizarse conceptos de
cualquier grado de complejidad o especificidad, siempre que correspondan a
un constituyente sintáctico. En sueco, por ejemplo, existe farfar para
referirse a padre de un padre, además de morfar, palabra que sustituye a
padre de una madre, concepto este último que en español no está

6
 First published 2021 estudiosos de la sintaxis han postulado tanto categorías universales como
by Routledge categorías específicas de ciertas lenguas, así como parámetros generales con
2 Park Square, Milton Park, Abingdon, Oxon OX14 4RN variaciones acotadas que son capaces de restringir las formas en las que las
lenguas pueden variar. Incluso en áreas como la pragmática se ha intentado
and by Routledge
establecer universales sobre el uso de la lengua. Por ejemplo, hoy sabemos
52 Vanderbilt Avenue, New York, NY 10017
que, cuando formulamos nuestros enunciados, los hablantes no solamente
Routledge is an imprint of the Taylor & Francis Group, an informa business atendemos a cuestiones gramaticales e informativas, sino que también nos
esforzamos por comunicar a nuestros interlocutores que estamos teniendo en
© 2021 Carmen Curcó
cuenta dos necesidades simultáneas y opuestas que cada ser humano posee:
e right of Carmen Curcó to be identified as author of this work has been asserted by her in por un lado, la necesidad de tener autonomía y por otro, la necesidad de
accordance with sections 77 and 78 of the Copyright, Designs and Patents Act 1988. pertenecer al grupo. Este es un fenómeno muy estudiado que se conoce
como cortesía verbal (Brown y Levinson 1987) y que parece ser universal, a
All rights reserved. No part of this book may be reprinted or reproduced or utilised in any form or by pesar de que haya variaciones culturales en las maneras en las que en cada
any electronic, meanical, or other means, now known or hereaer invented, including photocopying comunidad de habla se comunica la atención a estas dos necesidades.11
and recording, or in any information storage or retrieval system, without permission in writing from Naturalmente, la semántica no quedó al margen de la cuestión de la
the publishers. universalidad. Uno de los terrenos más naturales para explorar esta
Trademark notice: Product or corporate names may be trademarks or registered trademarks, and are
dimensión es la formación de los elementos léxicos de una lengua. Entre las
used only for identification and explanation without intent to infringe.
ideas más investigadas está la posibilidad de que exista un repertorio
conceptual humano primario consistente en un número reducido (o al
British Library Cataloguing-in-Publication Data menos, finito) de conceptos básicos, agrupados en unas cuantas categorías,
A catalogue record for this book is available from the British Library que se combinarían según un conjunto pequeño de reglas, tal y como sucede
con la sintaxis.12
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
Una parte importante de este proceso residiría en el reemplazo de
A catalog record for this book has been requested
estructuras complejas con una palabra. A este mecanismo se le llama
ISBN: 978-0-367-85745-5 (hbk) lexicalización. Tomemos el caso del verbo matar como la lexicalización de

ISBN: 978-0-367-85744-8 (pbk) un concepto estructurado complejo: CAUSAR QUE ALGO DEJE DE ESTAR VIVO. La
ISBN: 978-1-003-01478-2 (ebk) expresión compleja dar un golpe con el pie se transforma en patear, dar un
golpe en el cachete en cachetear, pero aunque un golpe con la rodilla es un
Typeset in Goudy
rodillazo no existe una palabra que reemplace a dar un golpe con la rodilla
by Apex CoVantage, LLC
del mismo modo que dar una patada puede reemplazarse con patear: *Juan
Access the Support Material: www.routledge.com/9780367857448 rodilleó/rodilló a Pedro). Esto indica que no todos los posibles constituyentes
sintácticos que expresan un concepto complejo se lexicalizan, pero la idea es

7
Universales lingüísticos y la relación entre la
semántica, la sintaxis y la pragmática
Una característica central de la lingüística moderna ha sido el intento de
A Pedro y Damián
especificar en qué consiste exactamente nuestro conocimiento lingüístico.
Determinar esto no es un asunto trivial, porque las lenguas humanas
parecen variar muísimo entre sí. Gran parte de la historia de la lingüística A Diego
ha girado en torno a las muas formas en las que las lenguas contrastan y
difieren.
Sin embargo, a partir de los años 60 del siglo XX el asombro cambió de
objeto. A la fascinación por la diferencia, siguió un cierto heizo ante la
semejanza, cuando empezó a comprenderse que mua de la variación que
observamos entre las distintas lenguas es, en realidad, relativamente
superficial. Es cierto que los sonidos y el léxico de las lenguas nos dan la
impresión de que los sistemas lingüísticos difieren muísimo entre sí, y el
estudio de sus léxicos y gramáticas efectivamente puede confirmar esta
sensación. No obstante, hoy sabemos que hay ciertas restricciones que
actúan sobre la variación potencial. No cualquier sonido puede convertirse
en fonema de una lengua, ni cualquier concepto es apto para convertirse en
una palabra de un sistema lingüístico. Además, numerosos estudios han
defendido la idea de que las gramáticas difieren entre sí únicamente a lo
largo de ciertas dimensiones, y que no varían libremente, de cualquier
manera. A pesar de su aparente heterogeneidad, un análisis profundo revela
que en varias dimensiones las distintas lenguas resultan ser bastante
semejantes entre sí. Retomando a los heptápodos de La llegada, podríamos
decir que si ellos hubieran aprendido diversas lenguas humanas, habrían
pensado que eran todas variaciones sobre un mismo tema.10
En la última mitad del siglo XX se dio un interés creciente en la
posibilidad de encontrar universales lingüísticos y caracterizarlos. Cada área
de la lingüística ha registrado esfuerzos en esta dirección: los fonólogos han
tratado de aislar los fonemas que aparecen en todas las lenguas del mundo y
contrastarlos con aquellos que son específicos de solo algunas de ellas. Los

8
 Pero si se adopta un enfoque sobre el estudio del significado que dé
muo peso a la manera en la que los contenidos proposicionales coinciden
Índice general con estados de cosas en la realidad o en otros mundos posibles, entonces las
variaciones descritas en (31) no tendrán mayor interés, porque las tres
formulaciones coinciden con un mismo estado de cosas en la realidad.8 Nos
detendremos en este enfoque en los capítulos de la sección II de este
volumen. En cambio, para una perspectiva del estudio del significado que no
dé tanto peso a este ajuste entre la verdad de una proposición y un estado de
Índice de figuras
cosas del mundo, y que ponga más énfasis en la importancia de cómo
Prefacio
conceptualizamos los estados de cosas que se dan el mundo, los datos en (31)
Introducción serán de gran interés.9 Nos adentraremos en esta perspectiva en algunos
capítulos de la sección III.
Sección I Generalidades Por último, sobre la relación entre cognición, pensamiento y lenguaje
veremos en el capítulo 8 que hay varias posturas que podemos sintetizar en
Capítulo 1 Aspectos del significado. Significado semántico, significado dos grandes grupos: relativistas y universalistas. Las primeras consideran
pragmático y significado comunicado que la lengua materna incide decisivamente en la manera en que pensamos,
y que afecta la forma en que desempeñamos ciertas tareas cognitivas. Las
Introducción
segundas posturas afirman que el pensamiento tiene lugar en un sustrato
Algunas distinciones lingüísticas asociadas a la frontera entre semántica y
que posee muos de los rasgos de un sistema lingüístico, pero que no es una
pragmática
lengua natural, y que es universal, de manera que el pensamiento no es
Competencia y actuación
afectado directamente por nuestra lengua materna.
Significado denotativo y significado connotativo
Los ejemplos anteriores deben haber sensibilizado al lector al tipo de
Tipo y muestra
cuestiones de las que se ocupa la semántica. A lo largo de este texto iremos
Oración, enunciado y proposición
considerando en mayor detalle los temas que hemos ilustrado aquí,
Tipos de significado. ¿Telegrafistas o detectives?
desarrollaremos algunas discusiones y reuniremos herramientas técnicas
Ejercicios
para abordar ciertos aspectos del significado que provienen directamente de
Referencias
nuestro conocimiento lingüístico, y que se entretejen con otros más que se
Lecturas recomendadas
derivan de la enunciación.
Capítulo 2 Los problemas de la semántica y las preguntas pertinentes Hemos hablado del vínculo y la distinción entre la semántica y la
pragmática, y en cierta medida de la relación entre la semántica y la sintaxis.
Introducción En la siguiente sección anudaremos un poco sobre esta relación.
Heos semánticos (y sus consecuencias pragmáticas)

9
 (¿Se puede cumplir la orden?) Universales lingüísticos y la relación entre la semántica, la sintaxis y la
pragmática
La indicación en (28) es atendible porque aprender es un estado cognitivo Implicación lógica, inferencia analítica, entrañamiento o vinculación
que la lengua representa como un proceso, con etapas que incluyen un La semántica generativa
inicio, un desarrollo y un final. En contraste, en el ejemplo (29) es imposible Ciencia y anécdota: requisitos de una teoría semántica
cumplir con el directivo, porque uno no puede entrar en un estado de saber La semántica como teoría científica. Adecuación descriptiva y
por el heo de así decidirlo. El verbo saber representa un estado cognitivo explicativa. Refutabilidad
homogéneo, sin dinamismo, es decir, sin etapas ni cambios internos: se sabe Como teoría del conocimiento del significado lingüístico. Productividad
o no se sabe.6 Lo mismo sucede con (30), porque más allá de que tener tal o y composicionalidad
cual estatura no depende de las decisiones propias, el verbo ser no representa La necesidad de un metalenguaje: circularidad y paradojas
esta situación como una acción con cambios, sino como un estado sin etapas. Ejercicios
Esta dimensión semántica se abordará en el capítulo 10. Referencias
Para concluir esta sección, consideremos un problema semántico más al Lecturas recomendadas
que dedicaremos algún espacio en este libro.
Sección II Significado y mundo
(31) John es inglés y dice I have a cold (Tengo catarro), Obama es
somalí y dice Hargab baa kuhaya (Un catarro te tiene), Liam es Capítulo 3 El significado y la realidad. Enfoques externistas. Verdad,
irlandés y dice Tá slaghdán ort (Un catarro está en ti).7 denotación, referencia y sentido
(¿Cuál catarro se describe como el peor?)
(¿Los ingleses creen que un catarro se posee, los somalís creen que Introducción
un catarro te posee y los irlandeses creen que los catarros se colocan
Nociones básicas: verdad, referencia, denotación, extensión y sentido
en ti?
Verdad, valores de verdad y condiciones de verdad
(¿Los ingleses, los somalís y los irlandeses conceptualizan un
Referencia, extensión y denotación
catarro de manera diferente? ¿Lo experimentan de formas distintas?)
Sentido
Relaciones de sentido
Las respuestas a las preguntas acerca del contenido de (31) dependerán de lo Sinonimia y paráfrasis
que uno crea sobre la relación que guarda la lengua natural con el Similitud y diferencia semántica
pensamiento y la cognición. Por una parte, el estado de cosas representado Superordinación y subordinación
por el contenido de cada oración en (31) es el mismo en todos los casos, y es Meronimia y holonimia
verdadero cuando un rinovirus u otro agente provoca una infección en el Ambigüedad y polisemia
tracto respiratorio superior de algún individuo. Si esos agentes están en el Redundancia semántica
organismo de John, Obama y Liam, entonces será verdad que padecen Incompatibilidad
catarro. Oposición

10
 Antonimia o no, acotadas (llegar) o no (caminar), cambiantes (madurar) o no
Contradictoriedad cambiantes (tener). Estos rasgos no están en la morfología verbal, sino en el
Inconsecuencia significado de la raíz verbal. A esta dimensión del significado de los verbos
La formalización de la semántica se le conoce como su aspecto léxico y es otro ámbito de interés de la
Ejercicios semántica. Las respuestas a los ejemplos (26–32) también dependen de esta
Referencias dimensión.
Lecturas recomendadas
(26) Mi papá está comiendo su cena.
Capítulo 4 Elementos básicos de la teoría de conjuntos (¿Entonces ya comió algo de su cena / Entonces todavía no come
nada de su cena?)
Introducción (27) Mi papá está llegando a la meta.
Conceptos básicos (¿Entonces ya llegó? / ¿Entonces todavía no llega?)
Convenciones de notación
Caracterización Los ejemplos (26) y (27) comparten una misma estructura sintáctica:
Relaciones entre conjuntos describen una situación por medio del presente progresivo, sin embargo, la
Operaciones con conjuntos información que ponen a disponibilidad del escua no es equivalente. En
Relaciones y funciones (26) entendemos que mi papá ya ha comido algo de su cena, pero en (27)
Ejercicios asumimos que está muy cerca de la meta y que aún no hay llegado a ella. Si
Referencias lo único que influyera sobre la información transmitida fuera la estructura
Lecturas recomendadas sintáctica, no esperaríamos este resultado. Nuevamente, la diferencia se debe
a la naturaleza aspectual de los verbos comer y llegar. Mientras que comer
Capítulo 5 Representación del significado. Modelos, formas lógicas, captura la acción como algo que puede extenderse en el tiempo, llegar
oraciones y proposiciones retrata una acción que termina en el mismo momento mismo en que se
cumple. Se dice que comer es un verbo durativo y que llegar es un verbo
Introducción
puntual, que marca el final de una acción.
Relaciones entre oraciones y proposiciones
Hay otras dimensiones semánticas que contribuyen a la conformación del
Proyección semántica de los tipos oracionales
aspecto léxico, como se ilustra en (28–30).
Interrogativas
Imperativas (28) Ponte a aprender alemán.
Desiderativas, dubitativas y exclamativas (¿Se puede cumplir la orden?)
Especificaciones contextuales y niveles de representación (29) Ponte a saber alemán.
Verdad, modelo y representación formal (¿Se puede cumplir la orden?)
Verdad e inferencia (30) Ponte a ser alto.
Ejercicios

11
 (¿De una única enfermedad?) Referencias
Lecturas recomendadas
Mientras que en (21) parece posible que Luisa haya padecido males
diferentes a lo largo de su vida, en (22) es más inmediata la interpretación en Capítulo 6 Breve introducción a la lógica proposicional
la cual hay una enfermedad única que la mantuvo afectada constantemente.
Como la única diferencia entre (21) y (22) es el aspecto gramatical marcado Introducción
por la flexión verbal (imperfectivo –aba en (21) y perfectivo -uvo en (22)), es La lógica y la indagación racional
tarea de la semántica establecer qué tipo de significado aporta esta variación Las relaciones de significado entre proposiciones
morfológica a la interpretación, y cómo se relaciona con el adverbio siempre. Proposiciones independientes
Veremos en el capítulo 9 que la morfología de tiempo, modo y aspecto tiene El entrañamiento
significado procedimental.5 La paráfrasis
Detengámonos en tres ejemplos más. En todos ellos el verbo tienen La contrariedad
marcación morfológica perfectiva, pero hay un contraste entre sus La contradicción
significados. La presuposición
La negación
(23) Bostezó toda la tarde. Oraciones complejas
(¿Un único bostezo?) Conjunción
(24) Descansó toda la noe. Disyunción
(¿Un único descanso?) Condicional o implicación formal
(25) Soñó toda la noe. Bicondicional
(¿Un único sueño?) Contenido semántico e interpretación pragmática
Eliminación de ambigüedades: una nota sobre notación
Aunque en la vida real un bostezo tiene cierta duración, la representación Ejercicios
lingüística de verbos como bostezar, parpadear, estornudar o guiñar Referencias
contiene un rasgo de instantaneidad que no poseen verbos como soñar, vivir, Lecturas recomendadas
descansar, amar o creer, a los que la lengua representa como acciones o
estados con duración significativa. Es por esto que sabemos que no se puede Sección III Significado y mente
emitir un único bostezo que dure toda la tarde, pero sí tener un único
episodio de descanso que dure toda la noe. El ejemplo (25), desde luego, Capítulo 7 El significado y el pensamiento. Enfoques internistas. Los
también es compatible con una sucesión de sueños diferentes a lo largo de conceptos y la conceptualización
una noe, de manera que a partir de los elementos semánticos podemos
Introducción
saber la respuesta a (23) y (24), pero no la de (25). La lengua captura ciertas
Los enfoques representacionales
acciones y estados por medio de verbos que las representan como duraderas
Semántica y percepción

12
 Conceptos y representaciones mentales
Los conceptos en términos de condiciones necesarias y suficientes
Los rasgos semánticos y la distribución sintáctica de los verbos de
contacto
Los rasgos semánticos y los patrones de lexicalización
Los componentes de significado de los verbos de movimiento
Prototipos
Relaciones entre los conceptos
(¿Quién decidió derribar árboles?)
(19) El viento derribó varios árboles.
(¿Quién decidió derribar árboles?)
(20) El haa del leñador derribó varios árboles.
(¿Quién decidió derribar árboles?)
(18–20) tienen como sujeto respectivamente el leñador, el viento y el hacha
del leñador. Notemos, sin embargo, que solamente en (18) podemos afirmar

Ejercicios que fue el leñador quien deliberadamente derribó varios árboles. Salvo en los
Referencias cuentos infantiles, las leyendas y la ficción en general, el viento no tiene
Lecturas recomendadas volición para decidir derribar o no árboles, como tampoco podemos dotar de
intencionalidad al haa del leñador. Decimos que el sujeto el leñador es un
Capítulo 8 Universalismo y relativismo lingüístico AGENTE, precisamente porque es animado, volitivo e intencional. El viento, en
cambio, semánticamente es una CAUSA porque aunque provoca la acción, no
Introducción
lo hace con voluntad ni con intencionalidad alguna. El sujeto el hacha del
El relativismo lingüístico. La hipótesis de Sapir y Whorf
leñador en el ejemplo (20) es un INSTRUMENTO, es decir, el objeto con el que se
La morfología
ejecuta la acción descrita.
El género gramatical, el género social y el sexo biológico
Estas categorías (AGENTE, CAUSA, INSTRUMENTO) son semánticas, aunque en
Categorías gramaticales
estos ejemplos todas ellas se vinculan con la categoría sintáctica de sujeto.
Reconsideración del relativismo lingüístico
Capturan el “papel” nocional que un participante en una acción desempeña,
¿Un mismo lenguaje para pensar y para hablar?
su función en la situación o evento descrito. Por ello se les conoce como
Ejercicios
papeles temáticos. El objeto directo varios árboles también desempeña un
Referencias
papel temático en la situación descrita. Es un participante que “padece” o se
Lecturas recomendadas
somete a la acción y por eso se le llama PACIENTE. Los papeles temáticos son
Capítulo 9 Significado conceptual y significado de procedimiento otro de los aspectos de los que se ocupa la semántica y los estudiaremos en
el capítulo 11.
Introducción A partir de los ejemplos anteriores podríamos pensar que las palabras son
La distinción entre el significado conceptual y el procedimental las unidades mínimas que codifican significados en las lenguas naturales,
El significado conceptual pero no es así. Consideremos los ejemplos en (21) y (22).
El significado procedimental
Evidencia no lingüística (21) Luisa siempre estaba enferma.
Accesibilidad (¿De una única enfermedad?)

Procesamiento (22) Luisa siempre estuvo enferma.

13
Nuevamente, es posible saber que Luis lloró en el velorio, que Pedro llevó Cognición
flores a María y que el hablante de (17) emite un contenido inconsistente, sin Evidencia lingüística
que para ello nos haga falta un conocimiento detallado del mundo que nos Morfosintaxis
rodea ni debamos recurrir al contexto de interpretación. Las razones son Asimetría
estrictamente lingüísticas. Sabemos que la palabra vástago designa a una Rigidez
persona descendiente de otra en primera generación y que en este contexto Conflicto de rasgos semánticos
lingüístico es equivalente a hijo. Al combinar este significado con único, Conflicto entre rasgos conceptuales
sabemos que se hace referencia a un hijo de la madre de Luis y que no hay Conflicto entre rasgos conceptuales del contexto y rasgos
otro de su especie. Por lo tanto, Luis carece de hermanos y el único vástago procedimentales
de la madre de Luis tiene como referente a Luis mismo. Acomodación o ajuste
Por otra parte, el léxico del español está organizado de tal manera que el Conflicto entre un rasgo conceptual y un rasgo de procedimiento
sentido de tulipán contiene al sentido de flor, es decir, no se puede ser un Coerción
tulipán sin ser a la vez una flor, lo que da lugar a una inferencia semántica Conflicto entre dos rasgos procedimentales
que establece la relación entre ambas palabras, de tal suerte que tulipán → Escisión
flor. En nuestro mundo, pero crucialmente en el sistema del español, no hay El significado procedimental y el significado veritativo condicional
tulipanes que no sean flores. A su vez, el significado lingüístico de mentira Elementos procedimentales
contiene el rasgo necesario de tratarse de un contenido no verdadero, de Criterios de ayuda para identificar elementos con significado
manera que la proposición expresada en (17) es una contradicción. Este tipo procedimental
de inferencia, derivada exclusivamente a partir de nuestra competencia 1 Inaccesibilidad a través de la introspección
semántica, independientemente del contexto y de otros tipos de 2 No composicionalidad
conocimiento, se llama inferencia analítica (comúnmente denotada por →) 3 Rigidez
y es también objeto de estudio de la semántica, porque captura relaciones e 4 Incapacidad de ser usados de manera no literal
inferencias que únicamente dependen del significado de las expresiones 5 Ausencia de polisemia
involucradas y no de factores ajenos a la lengua. Estudiaremos las relaciones El significado procedimental como enlace del subsistema lingüístico con
de sentido que establecen las palabras dentro de un sistema lingüístico en el otros subsistemas cognitivos
capítulo 3. Ejercicios
Pasemos ahora al ámbito más complejo de las oraciones. Estas se usan a Referencias
menudo para hablar de situaciones en las que intervienen ciertos Lecturas recomendadas
participantes. Desde un punto de vista semántico, el lenguaje nos permite
presentar a los participantes en un suceso de diversas maneras. Observemos Sección IV Situaciones y participantes
los ejemplos siguientes y sigamos con nuestro ejercicio.
Capítulo 10 El aspecto léxico
(18) El leñador derribó varios árboles.

14
 Introducción está el emisor de (14). Los hablantes de español sabemos esto gracias a
Estatismo y dinamismo nuestro conocimiento semántico únicamente. ¿Por qué?
Los estados En español, pero no necesariamente en otras lenguas, el uso de venir
Algunos criterios para identificar un estado indica que el movimiento se da hacia la posición del hablante, y el de ir
Los procesos codifica un desplazamiento desde el lugar en el que este se ubica. Esta
Duración misma distinción se da también en la oposición traer/llevar. Solo es posible
Los logros traer algo si la entidad desplazada se mueve hacia la ubicación del hablante
Algunos criterios para identificar un logro y en caso contrario debemos usar llevar. Por eso Ahora vengo es
Telicidad parafraseable en español como Ahora regreso. Si el uso de venir se limita a
Las actividades aquellos contextos en los que la entidad desplazada se mueve hacia la
Algunos criterios para identificar una actividad ubicación del escua, la única manera de que el escua mismo se des-place
Las realizaciones hacia donde está en el momento de la enunciación es que primeramente se
Algunos criterios para identificar una realización retire de esa locación.4
El tiempo y el aspecto Verbos como ir, venir, llevar y traer, pronombres como yo y tú, adverbios
Interacción del aspecto léxico con otras fuentes aspectuales de la oración como ayer y mañana, o demostrativos como este y aquel se conocen como
El aspecto léxico y la estructura eventiva de la oración deícticos porque para ser plenamente interpretados requieren de información
Ejercicios contextual. El campo de la deixis es un terreno colindante entre la semántica
Referencias y pragmática. La parte semántica consiste en el tipo de instrucción que las
Lecturas recomendadas expresiones consignan para permitir a los interlocutores asignar referentes a
los deícticos, a partir de ciertos datos del contexto. Esta instrucción está
Capítulo 11 Papeles temáticos especificada en el sistema lingüístico. Los deícticos codifican instrucciones
para asignar o incorporar elementos contextuales en el proceso de
Introducción
interpretación y los estudiaremos brevemente en el capítulo 9.
La noción de papel temático
Pasemos ahora a ejemplos que ilustran fenómenos sobre la semántica
Tipos de papeles temáticos
léxica, es decir, los contenidos de las palabras y cómo se relacionan entre sí
Papeles temáticos y relaciones gramaticales
en un sistema lingüístico.
Valencia verbal
Papeles temáticos, relaciones gramaticales y léxico (15) El único vástago de la madre de Luis lloró durante todo el velorio.
Los papeles temáticos y el conocimiento del léxico (¿Luis lloró en el velorio?)
La jerarquía de lo animado y el fenómeno de voz (16) Pedro llegó con unos tulipanes rojos para María.
Intransitivos neutros (¿Pedro llevó flores a María?)
Actividad corporal y emoción (17) Esa mentira es totalmente verdadera.
Reflexivos (¿Sabemos lo que quiere decir el hablante?)

15
pero eso no quiere decir que carezcan de significado. Su significado no es de Autobenefactivos
tipo conceptual, sino instruccional: es un tipo de significado que en vez de Papeles temáticos en posición de sujeto: breve visión contrastiva
asociarse con un concepto, especifica indicaciones para manipular los Ejercicios
contenidos conceptuales. A esta categoría de significado se le conoce como Referencias
procedimental (Blakemore 1987). Blakemore planteó que este tipo de Lecturas recomendadas
significado constituye una restricción semántica que orienta la inferencia
pragmática. Veamos cómo funciona y algunos ejemplos. Glosario
El significado procedimental puede ayudar a restringir la búsqueda de Índice
referentes en el contexto: este indica al escua que el referente es cercano y
singular, en contraste con aquellos, que lo conduce a seleccionar un referente
plural y distante.
Otra función del significado procedimental es orientar sobre cómo
combinar elementos conceptuales: Es muy ágil, aunque es mayor indica que
el heo de que una persona tenga edad avanzada hace improbable que sea
muy ágil, en tanto que Es muy claro, porque es sencillo vincula dos heos
por medio de una relación de causalidad.
Como veremos en el capítulo 9, el comportamiento de las expresiones que
poseen significado conceptual difiere de aquellas cuyo significado es
procedimental. El estudio de esta dimensión del significado es también un
tema semántico, porque se trata de contenidos que están consignados en el
sistema lingüístico y que no varían con el contexto de emisión.
Para continuar nuestra exploración de los significados que son
semánticos, sigamos con nuestro ejercicio de responder preguntas a partir de
algo dio y ver cuáles se pueden contestar apelando solamente nuestro
conocimiento lingüístico. Consideremos ahora (13) y (14):

(13) Vengo a tu casa.

(¿Dónde está el hablante? ¿Y el oyente?)
(14) Trae pan.
(¿A dónde hay que llevar el pan?)

En ambos casos sabemos las respuestas. Tanto el hablante como el oyente de

(13) están en la casa del oyente, y el pan hay que llevarlo al lugar en el que

16
 sino nuestro conocimiento del mundo: lo que es de buena calidad, tiende a
ser caro. No es así. ien es responsable de esta información es el
Figuras significado léxico de la palabra pero. Para comprobarlo, enfoquémonos en
(12), en donde tenemos una situación paralela.
Es improbable que el lector sepa qué es un boripimeno y qué acción se
describe con la palabra balapandear. Pero si el contenido expresado en (12)
es verdadero, sí podemos saber que en la condición de boripimeno no es
común balapandear. Podemos afirmar sin duda que los boripimenos en
1.1 El código Morse
general no balapandean, incluso sin tener la menor idea de qué es un
1.2 Las funciones del lenguaje en un modelo de la comunicación humana
boripimeno ni de qué pueda significar balapandear. Este conocimiento
1.3 Los hablantes como telegrafistas
deriva exclusivamente de los significados semánticos del demostrativo esto
1.4 Los hablantes como detectives
de la cópula es y de la conjunción adversativa pero, es decir, proviene
2.1 Cuadro de oposición
completamente de nuestro conocimiento lingüístico y no de nuestro
2.2 Verdad analítica
conocimiento del mundo, dado que no tenemos conceptos asociados a las
2.3 Verdad analítica y verdad sintética
palabras boripimeno y balapandear.
3.1 El baricentro de un triángulo
Boripimeno y balapandear no son palabras del español, pero su forma nos
4.1 Diagrama de Venn que representa a dos conjuntos sin elementos en
dice que boripimeno es un sustantivo y balapandear un verbo, y que
común
podríamos agruparlas con palabras como abrazo, bueno y barato porque
4.2 Diagrama de Venn que representa a tres conjuntos con elementos en
todas ellas nos remiten a conceptos. En cambio, pero y aunque son diferentes
común
en este aspecto. Como no remiten a ideas ni entidades, no sabemos qué darle
4.3 Inclusión
a alguien que nos pide tres aunques, como en (10), pero sí sabemos qué
4.4 Unión de dos conjuntos
hacer cuando alguien nos pide un abrazo, como en (9). El significado de la
4.5 Intersección propia
palabra pero, por su parte, no designa nada, sino que instruye sobre la
4.6 Intersección impropia
manera en la debemos poner en relación los contenidos conceptuales
4.7 Intersección vacía
codificados en Luis es un boripimeno y Luis balapandea, en este caso, en una
4.8 Diferencia de conjuntos. La zona en blanco es (A–B)
relación de contraste o de cancelación de una expectativa previa. Algo
4.9 Diferencia de conjuntos. La zona en blanco es (B–A)
parecido sucede con aunque. Esta conjunción pone en relación dos
4.10 El complemento de un conjunto
contenidos conceptuales y nos indica que lo asentado en una cláusula
5.1 Ambigüedades sintácticas
principal es improbable dadas las condiciones asentadas por la cláusula
5.2 Ambigüedades léxicas
subordinada introducida por aunque.
5.3 Ambigüedades derivadas de la lectura del indefinido
Esta diferencia se captura en semántica léxica por medio de la distinción
5.4 Ambigüedades derivadas de lecturas colectivas o distributivas
entre significado conceptual y significado procedimental, que estudiaremos
5.5 Ambigüedades derivadas de la presencia de elementos deícticos
en el capítulo 9. Palabras como esto, aunque y pero no denotan conceptos,

17
 Finalmente, en (8) tenemos la frase nominal indefinida un médico, que
puede o no ir precedida de la preposición a. Las intuiciones semánticas de la
mayoría de los hablantes nativos son que la presencia de esta preposición
induce una lectura específica, en otras pala-bras, si decimos que Juan busca
a un médico, comunicamos que Juan requiere de un médico en particular, no
de cualquiera. En contraste, la ausencia de la preposición favorece una
lectura inespecífica de la frase nominal indefinida un médico, según la cual
lo que Juan busca es a cualquier individuo que cumpla con la propiedad de
ser médico.
Los ejemplos anteriores ilustran de manera muy panorámica diversas
maneras en las que las frases nominales pueden usarse para remitirnos a
entidades en el mundo. Volveremos a este tema en el capítulo 3.
Ahora consideraremos unos cuantos ejemplos (9–12) más con los que se
busca hacer ver que el significado léxico no es todo del mismo tipo.
(9) Dame un abrazo.
(¿Sabemos qué darle?)
(10) Dame tres aunques.
(¿Sabemos qué darle?)
(11) Es un producto barato, pero muy bueno.
(¿Hay algo inesperado entre ser barato y ser muy bueno?)
(12) Esto es un boripimeno, pero balapandea.
(¿Si algo es un boripimeno es esperable que balapandee?)
En los ejemplos (9–12) tenemos casos que ilustran dos tipos de contenidos
que las palabras de un sistema lingüístico pueden consignar. En (9) sí
podemos saber lo que el hablante solicita que se le dé. Esto es porque la
palabra abrazo remite a nuestro concepto abrazo. En cambio, en (10) es
difícil entender lo que se pide. La palabra aunque no nos remite a un
contenido conceptual, como sí lo hace la palabra abrazo.
Por su parte, (11) indica que hay un contraste entre el heo de que un
producto sea muy bueno y que sea barato. Podríamos tal vez pensar que lo
que nos hace captar esta oposición de cualidades no es un factor lingüístico,
5.6 Vaguedad e imprecisión
5.7 Oraciones que expresan una misma proposición
5.8 Formas imperativas y funciones proposicionales asociadas
5.9 Oraciones desiderativas y sus funciones proposicionales
5.10 Oraciones dubitativas y sus funciones proposicionales
5.11 Oraciones exclamativas y sus funciones proposicionales
5.12 Niveles de análisis
5.13 Zeus en el Olimpo. Modelo M
5.14 Elementos del modelo M
5.15 Proposiciones sobre M
5.16 Valores de verdad de las proposiciones evaluadas en M
5.17 Zeus dormido. Modelo M’
5.18 Elementos del modelo M’
6.1 Mafalda y la sopa
6.2 Tabla de posibilidades de verdad de dos proposiciones independientes
6.3 Tabla de posibilidades de verdad del entrañamiento
6.4 Tabla de posibilidades de verdad de la paráfrasis
6.5 Tabla de posibilidades de verdad de la contrariedad
6.6 Tabla de posibilidades de verdad de la contradicción
6.7 Tabla de posibilidades de verdad de la presuposición
6.8 Tabla de valores de verdad de la negación
6.9 Mafalda y los inos
6.10 Tabla de verdad de la conjunción
6.11 Ejemplo de conjunción
6.12 Tabla de verdad de la disyunción
6.13 Tabla de verdad de la disyunción exclusiva
6.14 Tabla de verdad del condicional o implicación formal
6.15 Tabla de verdad del bicondicional
6.16 Contenido semántico e interpretación pragmática
6.17 Relaciones semánticas entre proposiciones
6.18 Caracterización de las conectivas
6.19 Mafalda y la verdad
7.1 Esquema gráfico para el verbo escalar
18
 7.2 Esquema gráfico para el nominal escalador
7.3 Distribución sintáctica de algunos verbos de contacto
7.4 Categorización sintáctica de algunos verbos de contacto
7.5 Descomposición en rasgos semánticos de cuatro verbos de contacto
7.6 Componentes de significado de los verbos de movimiento
7.7 Raíces de verbos de movimiento en atsugewi
7.8 Clasificación de las lenguas según su patrón de lexicalización de los
verbos de movimiento
7.9 Una representación prototípica
8.1 Agrupación de actividades por niños coreanos y norteamericanos de 20
meses de edad
9.1 La distinción conceptual/procedimental y la distinción veritativo
condicional/no veritativo condicional
9.2 El significado procedimental como detonador de procesos cognitivos
10.1 Dinamismo: estados y procesos
10.2 Verbos estativos en español
10.3 El aspecto léxico según Vendler
10.4 El tiempo
10.5 Los tiempos absolutos
10.6 Tiempos relativos
10.7 Clasificación del aspecto gramatical
11.1 Un águila devora una serpiente. Fray Diego Durán
11.2 Nociones sintácticas y semánticas
11.3 Papeles temáticos
11.4 La jerarquía de papeles temáticos
11.5 Coincidencia del pronombre marcador de voz media y pronombre
reflexivo en algunas lenguas
19
discursivo (por ejemplo, todos los soldados británicos). La interacción de esa
totalidad tomada como una sola entidad nos daría una primera
interpretación en la que hay una sola carta para el conjunto de soldados.
Pero si tomamos a los miembros de esa totalidad de manera individual (cada
soldado por su cuenta), entonces el determinante indefinido remite a una
carta específica para cada soldado. El sistema de la lengua nos da las dos
posibilidades y es tarea de quien interpreta atribuir al hablante la intención
de comunicar una u otra.
En el ejemplo en (6) tampoco hay una respuesta única: puede tratarse de
una botella o de dos. Esto depende de la manera en la que interpretemos la
frase conjuntiva que constituye el sujeto de la oración (Ana y Juan), y de la
manera en la que este sujeto se combine con la frase nominal una botella. Si
tomamos a la frase conjuntiva como una unidad, dándole así una lectura
colectiva, entonces se pide una única botella que llevarán en conjunto Ana y
Juan. Pero si tomamos a Ana y a Juan de manera individual en una lectura
distributiva, cada uno de ellos llevará una botella, y entonces lo que se
tendrá son dos botellas para la fiesta. Elaboraremos sobre este tipo de
interpretación también en el capítulo 5.
Veamos ahora otros ejemplos, esta vez concentrándonos en las frases
indefinidas:
(7) Un pez respira por medio de branquias.
(¿Y otros peces no?)
(8) Juan busca un médico/Juan busca a un médico.
(¿Juan requiere un médico cualquiera o un médico en particular?)
En (7) la frase nominal indefinida en singular un pez nos permite hablar de
un pez específico (como en Desde su pecera un pez me miraba con
curiosidad), pero la frase también puede identificar a cualquier individuo
que cumpla con la propiedad de ser un pez (como en Un pez respira por
medio de branquias) y referirse así a todo miembro de una categoría. En este
aspecto, esta última interpretación de (7) tiene algo en común con la lectura
atributiva de (2) y también con la referencia genérica en (3).
se estudie la noción de referencia. El lector interesado puede consultar Lyons
(2004).
Consideremos ahora una fuente más de significado semántico. En los
siguientes ejemplos una frase indefinida está afectada ya sea por un
cuantificador, una descripción definida o un sujeto compuesto:
(4) Puse todos los informes en un sobre.
(¿Sabemos cuántos sobres se usaron?)
(5) Los soldados recibieron una carta de la reina.
(¿Sabemos cuántos soldados hay?
¿Sabemos cuántas cartas envió la reina?)
(6) e Ana y Juan traigan una botella de vino para la comida.
(¿Sabemos cuántas botellas se piden?)
En los ejemplos (4–6) tenemos nuevamente determinantes definidos e
indefinidos, pero ahora su significado se combina con el de otros elementos
lingüísticos. En (4), el cuantificador todos da lugar a dos interpretaciones al
combinarse con la frase nominal un sobre. Si consideramos al conjunto de
todos los informes como una unidad, en lo que se conoce como
interpretación colectiva o de grupo, habrá un único sobre involucrado, en el
cual se indica que se ha puesto la totalidad de los informes. Pero si en vez de
concebir a los informes como una unidad los pensamos de manera
individual, uno a uno, considerando a cada sobre por separado, tendremos lo
que se conoce como una interpretación distributiva en la cual todos puede
parafrasearse como cada. Tendremos entonces que cada informe se colocó
en un sobre diferente, por lo que habrá tantos sobres como informes. Lo que
nos interesa resaltar es que no podemos responder la pregunta solamente a
partir de la semántica de (4), porque esta da pie a varias interpretaciones. Es
decir, es una expresión ambigua. En cada ocasión de uso, el escua tendrá
que tomar en cuenta el contexto de emisión para decidirse por una u otra
lectura. Regresaremos a estas nociones en el capítulo 5.
Consideremos ahora (5). No es posible saber cuántos soldados hay, pero sí
sabemos que la predicación afecta a la totalidad de soldados en el ámbito
Prefacio
El contenido que se incluye en este texto es una parte mínima de lo muo
que puede decirse sobre la manera en la que el lenguaje nos permite
significar. Me he propuesto colocar a los lectores interesados en el inicio de
un camino y darles elementos básicos para que lo recorran por cuenta
propia. He procurado escribir sin presuponer conocimientos previos muy
profundos sobre el lenguaje y a la vez he intentado no ser superficial. Lograr
este balance resultó más difícil de lo que imaginé, pero el ejercicio
intensificó el asombro que el lenguaje siempre me ha producido. Ojalá logre
transmitir al lector al menos una parte de él.
El estudio de la semántica tuvo un arranque tardío en la lingüística, debe
muo a la filosofía del lenguaje y, por fortuna, ha tenido una explosión
notable en las últimas décadas. Una introducción a la semántica podría ya
hacerse desde un marco teórico específico, confinándose a él para adentrarse
en la manera en la que desde una perspectiva concreta se abordan los
problemas clásicos en el estudio del significado. Un texto concebido así tal
vez proporcionaría herramientas técnicas más finas para la descripción, pero
podría pasar por alto reflexiones conceptuales más amplias que me parecen
fundamentales. Por otra parte, las discusiones conceptuales que no ofrecen
herramientas mínimas para el análisis dejan bastante desprovisto a un
lingüista. Alcanzar una adecuada proporción entre estos aspectos fue el
segundo ejercicio de equilibrio que me propuse al escribir.
Ningún libro es producto del esfuerzo personal de un individuo
únicamente, y este no es la excepción. Varias generaciones de estudiantes me
acompañaron en este trayecto. Su interés, sus preguntas y reflexiones,
nuestras conversaciones y su entusiasmo me motivaron a armar este
20
 volumen a partir de mis notas personales. Por ello les estoy profundamente
agradecida. Originalmente no tenía en mente la publicación de este material,
y por ello es visible la influencia de varios libros que a lo largo de los años
consulté al preparar mis clases. No he podido ni he querido ocultarla. En
especial, pero no únicamente, debo mua inspiración a María Victoria
Escandell-Vidal, Josefina García Fajardo y John Saeed por la manera lúcida,
fluida y estimulante en la que ellos abordan varios de los temas que aquí se
tratan.
Tal vez sea más íntimo el efecto que han tenido tanto los colegas con los
que he tenido el privilegio de trabajar en este tiempo como los amigos que
me han ayudado a entender el significado de manera amplia desde muas
ópticas diferentes. No puedo establecer nítidamente en cada caso qué es lo
que debo a cada quién, y la dimensión de mi agradecimiento hacia todos
ellos solo la conozco yo.
En estos capítulos se reúnen historias que se han contado antes. Solo he
procurado narrarlas y ordenarlas en una de las maneras en las que a mí me
habría gustado conocerlas en su momento, con la esperanza de que ello
resulte útil para otros.
La portada de este libro es una buena metáfora de mi propósito. A quien
se acerca al estudio del significado intento mostrarle una fracción de un
mundo orgánico que se abre ante él, procurando iluminar algunas de sus
zonas y mostrar parte de sus texturas para propiciar que el lector decida
adentrarse en él. Hacia Rosa María Cobos-Díes, quien generosamente me
permitió usar su trabajo, no solamente tengo una deuda de gratitud por esta
imagen. Le debo, sobre todo, la influencia positiva que su ejemplo continuo
y su luminosa presencia han tenido en mi vida desde mi niñez.
Cerca de 480 millones de personas hablan el español como lengua
materna, y más de la mitad de ellas reside en América Latina y Estados
Unidos. Joaquín Salvador Alvarado Tejón creó un personaje indispensable
que ha ayudado a que mi generación comprenda con humor nuestra región
y algunos vértices de la vida humana, incluida la dimensión del significado.
Mafalda ama a los Beatles, cree en la democracia, los dereos humanos y la
paz. Detesta la guerra y la injusticia social. Odia la sopa y a los prepotentes.
21
Pero también es posible que el hablante no sepa quién es la persona que
autorizó la destrucción del manglar y aun así pueda referirse a ella por
medio de la misma descripción definida. En tal caso, su intención es hablar
de quien quiera que lo haya heo. El referente, entonces, no es identificado
directamente, sino solo a través del heo de poseer cierto atributo. Sea
quien sea el funcionario que autorizó la destrucción del manglar, el hablante
piensa que por ese heo debe ser llevado a juicio. La aserción de que debe
ser procesado se da en virtud de que el referente posee una propiedad
específica: haber autorizado la pérdida irreparable de un sistema ecológico.
Es decir, se puede usar una descripción definida también para referirse de
manera indirecta a quien posea cierto atributo, sin tener a un individuo
particular en mente. Este uso de las descripciones definidas contrasta con el
anterior y se le conoce como uso atributivo.2
Por otra parte, en español, las frases definidas en singular pueden usarse
para designar a un individuo específico, por ejemplo, La tortuga está en la
pecera. Decimos entonces que la tortuga tiene referencia individual. Pero
también es posible referirse a toda la categoría asociada al sustantivo por
medio de una frase definida en singular, por ejemplo, La tortuga está en
extinción. En tales casos se dice que la frase definida (la tortuga) tiene
referencia genérica. Por eso no podemos saber la respuesta a la pregunta en
(3) solamente a partir del contenido de la oración y necesitamos un contexto
para saber si la frase definida la mujer tiene referencia individual o genérica.
El sistema semántico nos da las dos posibilidades, mismas que pueden ser
explotadas pragmáticamente.
La semántica tiene como uno de sus objetivos caracterizar qué es la
definitud y cómo funcionan las formas que la expresan en las distintas
lenguas ¿é hacen las marcas de definitud? ¿Indican la existencia y
unicidad del referente? ¿Marcan la accesibilidad cognitiva del referente? ¿La
familiaridad del referente compartida por el hablante y su interlocutor?
¿Todas las lenguas consignan explícitamente la definitud?3 Por razones de
espacio, este manual no contiene un capítulo exclusivamente dedicado al
tema de la definitud, pero se le abordará brevemente en el capítulo 3 cuando
Heos semánticos (y sus consecuencias
pragmáticas)
Hagamos un ejercicio simple. A continuación, se presenta una serie de
oraciones. A cada una de ellas le sigue una o más preguntas. Se pide al lector
que las responda, considerando únicamente la información que se ofrece en
cada número. También se le solicita que indique las razones que motivan su
respuesta.1
(1) El gol de Rafa Márquez fue el mejor de este partido.
(¿Cuántos goles metió Rafa Márquez en el partido?)
(2) El funcionario que autorizó la destrucción de ese manglar debe ser
procesado.
(¿La persona que dice esto sabe quién autorizó la destrucción del
manglar del que se habla?)
(3) La mujer está en desventaja.
(¿Quién está en desventaja? ¿La mujer a la que observamos jugar
tenis con un tobillo lastimado contra un hombre o el género femenino
en general?)
Expreso mi agradecimiento a ino por su autorización para reproducir en
este volumen las tiras 111, 146 y 1812 de Mafalda.
Carol Klee, Rosie McEwan, Samantha Vale Noya y el equipo editorial de
Routledge/Taylor & Francis apoyaron este proyecto de principio a fin con
paciencia, profesionalismo, diligencia, comprensión y gentileza
incomparables. Escribir un libro en condiciones tan favorables no solo es un
privilegio, es también un placer. Finalmente, las observaciones y
recomendaciones de varios lectores anónimos contribuyeron a mejorar
notablemente este trabajo. Mi agradecimiento sincero a todos ellos.
Pedro Ruiz ayudó a compilar el glosario y a mi comprensión sobre la
fortaleza humana y la solidaridad. Diego García es el autor de gran parte de
las imágenes del volumen y también de días llenos de música y sol. De
Damián Ruiz he aprendido cuanto sé sobre la serenidad y la voluntad. A
ellos tres les debo las mejores risas, la paz y la alegría.

En el ejemplo (1), el uso del determinante definido el nos hace saber que
Rafa Márquez anotó un gol y solamente uno en ese partido.
En cuanto a la pregunta en (2), no puede contestarse exclusivamente con
los datos que tenemos. Puede ser que el funcionario que autorizó la
destrucción del manglar esté a la vista o que sea identificable directamente,
ya sea porque los hablantes están familiarizados con él o porque pueden
reconocerlo con facilidad. En este caso, el hablante puede usar la descripción
definida el funcionario que autorizó la destrucción de ese manglar para
identificar a una persona específica y el oyente podrá reconocerla como
referente de manera directa. A este uso se le conoce como uso referencial de
una expresión definida.

22

Introducción
Una introducción al estudio de la semántica no puede sino dar un panorama
general en torno a una selección de temas necesariamente limitada. Hasta
hace alrededor de cuarenta años, la literatura más importante sobre esta
disciplina que cabalga entre la filosofía y la lingüística era producida
mayoritariamente por filósofos y no por lingüistas. Hoy la situación ha
cambiado y ya no es necesario justificar el estudio del significado dentro de
la lingüística. También se han multiplicado los paradigmas, enfoques y
herramientas técnicas para abordarlo.
He tratado de producir un texto que propicie la reflexión, pero que
también proporcione herramientas analíticas para la descripción lingüística
y para comprender las implicaciones de sostener tal o cual postura.
El libro tiene cuatro secciones. La primera se ocupa de algunas
generalidades, la segunda trata sobre cuestiones que atañen a la relación
entre el lenguaje y la realidad, la tercera se acerca al difícil tema de la
relación entre el lenguaje y el pensamiento y la cuarta aborda nociones
semánticas centrales a través de la exploración de las maneras en que las
lenguas naturales nos permiten consignar contenidos sobre las situaciones y
quienes participan en ellas.
El primer capítulo discute maneras diversas de concebir al significado en
general y al significado lingüístico en particular. Argumenta a favor de
restringir el objeto de estudio de la semántica al significado consignado en el
sistema lingüístico, y lo considera a partir de otras distinciones comunes en
el estudio de la lengua, como competencia y actuación, denotación y
connotación, tipo y muestra, oración, proposición y enunciado. Caracteriza a
la comunicación como un fenómeno ostensivo y traza una distinción entre el
23
Introducción
Hasta aquí hemos hablado de la diferencia entre el significado lingüístico y
el significado transmitido en la comunicación. Vimos que el proceso de
interpretación nos lleva desde la forma lingüística emitida por un hablante
(una forma acústica o gráfica) hasta una representación conceptual
estructurada que es cuasi proposicional, es decir, a la que solo faltan unos
cuantos elementos para poder ser evaluada en términos de verdad.
El proceso lingüístico incluye el reconocimiento de las palabras, la
descodificación del significado léxico, la interpretación de los patrones
entonativos y la asignación de una forma sintáctica a la secuencia
producida, y da como resultado una representación conceptual incompleta
con respecto al contenido que el emisor pretende transmitir.
Esta representación es una especie de bastidor, un esqueleto a partir del
cual identificamos la proposición expresada por el enunciado, recurriendo a
principios pragmáticos que no abordaremos en este volumen. El proceso de
interpretación concluye cuando atribuimos al emisor una intención
informativa y una intención comunicativa, lo cual ocurre siempre de forma
probabilística y bajo riesgo de error.
En este recorrido que va de un nivel de representación a otro se añade una
cantidad considerable de significado que no está estipulado lingüísticamente
y que, por lo tanto, no es objeto de la semántica sino de la pragmática.
Establecer claramente cuáles son los rasgos del significado que son
semánticos y distinguirlos de aquellos que son pragmáticos es una cuestión
empírica y con frecuencia compleja. Sin embargo, hay algunos aspectos
básicos del significado que la mayoría de autores considera como parte de lo
que sí debe estudiar la semántica. Lo que haremos ahora será un recorrido,
necesariamente no exhaustivo, de algunos de ellos. Varios de estos temas se
retomarán para estudiarlos en mayor detalle en capítulos posteriores.

Capítulo 2
Los problemas de la semántica y las
preguntas pertinentes
Panorama y objetivos del capítulo
En el capítulo anterior hablamos de manera general del tipo de significado
que es verdaderamente semántico: aquel que proviene de convenciones que
lo vinculan con elementos específicos de una lengua. Se trata de significados
que no cambian de un contexto a otro —o que son afectados solo
mínimamente por el contexto de emisión. Para hacer más concreta esta
caracterización nocional general, en este capítulo se ofrece una muestra de
algunos aspectos del significado que típicamente se abordan en la literatura
como fenómenos semánticos. Examinaremos una diversidad de casos con el
fin de que el lector explore sus intuiciones sobre el tipo de significado que
deriva de su conocimiento lingüístico exclusivamente (semántico), y aquella
parte del significado cuyo reconocimiento depende también de su
conocimiento del mundo (pragmático). Por medio de este procedimiento,
identificaremos de manera no técnica y solo con fines ilustrativos algunos
fenómenos semánticos, la mayoría de los cuales se estudian en mayor detalle
en capítulos posteriores. Este ejercicio pretende otorgar una idea más clara
de lo que estudia la semántica. Pero también es nuestra intención ofrecer
una reflexión mínima en torno a cómo debe hacerlo. Por eso, concluimos con
una discusión concisa de los requisitos que debe cumplir una teoría
científica en general, y una teoría semántica en particular.
significado semántico (codificado en el sistema lingüístico mediante la
convención) y el significado pragmático (comunicado en la comunicación
mediante la inferencia y el reconocimiento de la intencionalidad).
Habiendo establecido qué tipo de significado es verdaderamente
semántico —según la perspectiva que adopto— el capítulo 2 presenta un
panorama de algunos aspectos del significado que típicamente se estudian
como heos semánticos en la literatura. A través del examen de muos
ejemplos, se guía al lector a explorar sus intuiciones sobre el tipo de
significado que deriva de su conocimiento lingüístico exclusivamente, y a
contrastarlo con aquella parte del significado que más bien proviene de su
conocimiento del mundo. Por medio de este procedimiento se identifica un
conjunto de fenómenos semánticos de manera no técnica (la referencia, la
definitud, la distinción entre el significado conceptual y el significado
procedimental, el aspecto léxico, los papeles temáticos, la cuantificación, los
fenómenos de alcance, el contraste entre implicación analítica e implicación
sintética y las relaciones de significado). El capítulo contiene una discusión
concisa de los requisitos de una teoría científica en general, y de una teoría
semántica en particular (productividad y composicionalidad).
El capítulo 3 discute la forma en la que el lenguaje se ancla al mundo, es
decir, se enfoca en sus posibilidades de ser empleado para hablar de la
realidad. Revisa los argumentos históricos para dejar de lado el aspecto
mental y psicológico del significado a favor de un enfoque externista para
abordarlo, el cual se presenta de manera muy general. Se explican nociones
básicas como verdad, referencia, denotación, sentido, extensión e intención,
y se muestra cómo pueden ayudar a describir y estudiar el significado.
También se introduce a la formalización como una herramienta para
caracterizar el contenido estable de una expresión lingüística.
El capítulo 4 examina casos de modificación nominal en español que
aparentemente plantean un reto a la composicionalidad del significado en el
lenguaje. Se muestra que si se analiza la modificación nominal como un caso
de intersección de conjuntos, puede restaurarse la vigencia de la
composicionalidad en este ámbito. A partir de ello, se introducen los
24
 elementos básicos de la teoría de conjuntos y se abre el paso a las no rígido o imperfecto”.
formalizaciones simples que se desarrollan en capítulos subsecuentes. 4. Piensa en alguna experiencia de comunicación que hayas tenido
El vínculo entre oraciones y proposiciones se aborda en el capítulo 5, con alguien cuya lengua no compartes. Explícala usando los
donde se muestra que la relación entre oración y proposición expresada no conceptos que hemos abordado aquí.
es biunívoca. Además, se introducen las nociones de forma lógica y modelo
y se consideran cuatro modos de representación de contenidos (oración,
forma lógica, proposición expresada y enunciado) y sus correspondientes
niveles de análisis (sintaxis, semántica relacional, semántica veritativo-
condicional y pragmática). A través de una serie de ejercicios el lector puede
practicar cómo representar contenidos diversos en un modelo formal simple,
y cómo valorar sus condiciones y valor de verdad en diferentes contextos. El
capítulo también alude brevemente al desarrollo de la semántica en la
filosofía y en la lingüística y expone los problemas que hicieron que su
inserción plena en la lingüística fuera históricamente un proceso
relativamente lento.
Con los antecedentes establecidos por los capítulos 4 y 5, el capítulo 6
proporciona una breve introducción a la lógica proposicional. Se examinan
varias relaciones posibles entre pares de contenidos proposicionales
(independencia, entrañamiento, paráfrasis, contrariedad y contradictoriedad,
presuposición y negación). Para concluir, el capítulo explica la forma en que
las proposiciones complejas (p. ej., conjunción, disyunción, condicional
material) adquieren su valor de verdad a partir del valor de verdad de sus
componentes simples. Se incluye una breve sección sobre las lecturas
pragmáticas habituales de algunas proposiciones complejas que no se
corresponden con su semántica (p. ej., un bicondicional a partir de un
condicional, una disyunción exclusiva a partir de una disyunción inclusiva o
no marcada lingüísticamente como exclusiva).
El capítulo 7 abre la sección del libro dedicada a los acercamientos
internistas o mentalistas al estudio del significado. En él se discute la
relación entre objetos y estados del mundo, por una parte, y las
representaciones mentales que tenemos de los mismos, por otra. Se exponen
de manera sucinta diversas maneras de entender la estructura de los
conceptos (como conjuntos de condiciones necesarias y suficientes, como

25
 Sperber, D. y D. Wilson. 2002. Pragmatics, modularity and mind-reading.
Mind & Language 17, 3–23.
LECTURAS RECOMENDADAS
Sobre la naturaleza de la semántica, cada manual incluye capítulos
introductorios que ofrecen perspectivas diversas. Resultan especialmente
claras las reflexiones sobre el significado y la semántica de Löbner (2013:
caps. 1 y 2), Escandell-Vidal (2004: caps. 1 y 2), Saeed (2009: cap. 1),
Jaszczcolt (2002, cap. 1), de Swart (1998: cap. 1) y Larson y Segal (1995: cap.
1). Un poco más complejo, pero de gran interés, es Espinal et al. (2014: cap.1).
Para abundar en la diferencia entre convención y reconocimiento de
intenciones en la comunicación Sperber (1994) y Speber y Origgi (2005) son
especialmente esclarecedores. El cuento de Chiang (1998) “Story of Your
Life” es literatura de ficción y no se propone hablar sobre esto, pero lo hace.
En cuanto a cómo trazar la línea divisoria entre la semántica y la pragmática
hay varias posturas, incluyendo la de quienes piensan que la distinción es
irrelevante. Para un acercamiento a esta cuestión, conviene consultar Ba
(1999) y Carston (1999).
Actividades adicionales sugeridas
1. Escribe un ensayo en el que ponderes el papel del significado
convencional y de la inferencia en la comunicación humana.
2. Escribe un ensayo en el que defiendas o refutes esta idea: “Para que
pudiera surgir una lengua natural como las que conocemos, los
seres humanos debieron antes haber desarrollado la capacidad de
reconocer intenciones en otros”.
3. Escribe un ensayo en el que defiendas o refutes esta idea: “Un
código rígido es un mejor sistema de comunicación que un código
estructuras radiales, como direcciones en la memoria que dan acceso a
varios tipos de información) y los enfoques semánticos a los que han dado
origen estas caracterizaciones (análisis componencial, teoría de prototipos).
Como parte del acercamiento mentalista al estudio del significado, el
capítulo 8 ofrece una introducción sintética a la semántica cognitiva. En él se
aborda la hipótesis de que el lenguaje es resultado de nuestras capacidades
cognitivas generales y no de un subsistema mental especializado, y se
muestra por qué, en este marco, la distinción entre semántica y pragmática
pierde importancia. Se introducen las nociones de construcción del
significado, representación del conocimiento, enmarcado, perfil, base y
espacio mental. El capítulo concluye con la discusión de algunos aspectos
semánticos del español que han sido estudiados de manera fructífera con las
herramientas analíticas de este marco.
A continuación, el capítulo 8 se concentra en la relación entre el lenguaje
y el pensamiento. Se discute la hipótesis de Sapir y Whorf, el resurgimiento
de las posturas relativistas en la década de los años 90 del siglo XX y, en
términos simples, la hipótesis del lenguaje del pensamiento. También se
revisan varios resultados empíricos sobre la relación entre el lenguaje y el
pensamiento derivados del resurgimiento del interés en el tema en las
últimas décadas.
El capítulo 9 muestra que es posible tener un enfoque mentalista sobre el
significado, conservando la hipótesis de que la facultad del lenguaje es un
subsistema cognitivo especial-izado. Aquí se desarrolla la idea de que el
significado léxico no es todo del mismo tipo, y se introduce la distinción
entre significado conceptual y significado procedimental. Se examina la
evidencia teórica y empírica que apoya esta distinción, y a través de un
amplio número de ejemplos y ejercicios, se muestra cómo puede aplicarse la
noción de significado procedimental en el análisis del significado semántico
en español.
En el capítulo 10 se retoma la observación simple de que las cosas suceden
en el mundo y las lenguas naturales ofrecen mecanismos para hablar de
ellas. A partir de esto, se aborda el aspecto como la categoría semántica que
permite que los hablantes representen las situaciones con una cierta
26
 estructura temporal interna. Al referirse a una situación, los hablantes hacen
más que expresar un estado de cosas. También la ubican en el tiempo, la
presentan como concluida o en curso, la dotan de estructura interna o la
expresan como homogénea a lo largo de su desarrollo. El capítulo se enfoca
en el aspecto léxico, aquel que está codificado conceptualmente en los
significados de los verbos.
Al plasmar una situación específica por medio del lenguaje, los hablantes
también hacen elecciones sobre cómo representar, con los recursos que
ofrece la lengua, la función que desempeñan quienes participan en ella (si la
provocan, si la causan volitivamente, si recae en ellos, si la acción los
transforma, si les causa algún efecto cognitivo, afectivo o sensorial, etc.) y el
peso discursivo relativo que les atribuyen. Para comprender estos
mecanismos, el capítulo 11 discute la noción semántica de papel temático y
categorías como CAUSA, AGENTE, PACIENTE, TEMA, EXPERIMENTANTE,
INSTRUMENTO, META y FUENTE, así como el efecto que esto tiene en la interfaz
entre la semántica y la morfosintaxis, haciendo referencia especial a la
gramática del español.
27
Escandell-Vidal, M.V. 2004. Fundamentos de semántica composicional.
Barcelona: Ariel.
Espinal, M.T. (coords.), J. Macià, J. Mateu y J. er. 2014. Semántica.
Madrid: Akal.
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Bissau) y zapoteca (México). En J. Mancilla y A. Mesa (eds.), Estudios
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Lee, G. 1985. La semántica. Madrid: Alianza Editorial (Traducción del
original Semantics.1981. London: Penguin).
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Maslin, J. 1995. Making a mountain out of a hill. The New York Times, 12
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Sección I
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Introduction to Semantics. Cambridge, MA: MIT Press.
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Cruse, D.A. 1986. Lexical Semantics. Cambridge: Cambridge University
Press.
Cruse, D.A. 2011. Meaning in Language: An Introduction to Semantics.
Oxford: Oxford University Press.
De Swart, H. 1998. Introduction to Natural Language Semantics. Stanford,
CA: CSLI Publications.

28

Capítulo 1
Aspectos del significado. Significado
semántico, significado pragmático y
significado comunicado
Panorama y objetivos del capítulo
El concepto de significado es notoriamente amplio y flexible. Decir que la
semántica es el estudio del significado lingüístico no es incorrecto, pero
tampoco es muy informativo. Al final de este capítulo se espera que el lector
pueda distinguir el significado comunicado del significado lingüístico. Para
lograr una mejor compresión del significado, es útil hacer una breve
reflexión sobre la comunicación humana. El lector comprenderá por qué se
trata de un fenómeno complejo y multidimensional que involucra
convenciones, pero también el reconocimiento de las intenciones de los
hablantes. Entenderá la noción técnica de fenómeno ostensivo y será capaz
de distinguir entre el significado semántico (aquel que está codificado en el
sistema lingüístico mediante la convención) y el significado pragmático (el
que es derivado durante la comunicación mediante la inferencia y el
reconocimiento de intenciones).
Introducción
29
explique en algún mundo posible la predicación es verdadera.
17 Una proposición o en contraste, es la que se aplica a un número de
general cuantificada,
individuos especificado (por ejemplo, Algunos sismos no causan daños, Los islandeses pueden ver
espectáculos fantásticos en el cielo).
18 Malintzin, o La Maline, fue una indígena náhuatl que acompañó a Hernán Cortés como
intérprete en la conquista de México.
19 omas Pikkety es un economista francés especialista en desigualdad económica.
20 Ferdinand von Lindemann (1852–1939) fue un matemático alemán que demostró que es imposible
trazar solamente con regla y compás un cuadrado cuya área sea idéntica a la de un círculo dado.
21 Stephen Hawking (1942–2018) fue un físico teórico y divulgador de la ciencia británico que padeció
una enfermedad motoneuronal.
22 A los códigos así, con apareamientos biunívocos, se les conoce como códigos rígidos.
23 Ejemplos adaptados de El mamífero articulado de Jean Aitison (2008).
24 Agradezco a Eri Mendieta recordarme a este personaje literario, que anhelaba una lengua
natural como la que se requeriría para hacer verdadero el modelo del código de la comunicación
humana.
25 Carston (2002) define una intención informativa como la intención de hacer manifiesto o más
manifiesto un conjunto de supuestos. La intención comunicativa, por su parte, es una intención de
nivel superior que tiene a una intención informativa como objeto, y que consiste en hacer
mutuamente manifiesto para un comunicador y su audiencia que el primero tiene una intención
informativa particular. Para completar estas definiciones técnicas de lo que es una intención
informativa y una comunicativa, debemos entender que se define un supuesto como manifiesto
para un sujeto en la medida en la que él es capaz de representarlo mentalmente y considerarlo
como verdadero o posiblemente verdadero en algún momento. Si pensamos que un entorno
cognitivo es el conjunto de supuestos que son manifiestos para un sujeto en un momento dado, un
entorno cognitivo mutuo es un entorno cognitivo compartido entre varios individuos, en el que,
además, es manifiesto para todos ellos que lo comparten entre sí. Se dice de cada supuesto que
pertenece a un entorno cognitivo mutuo que es mutuamente manifiesto. Todas estas definiciones
pertenecen a la teoría de la relevancia, un enfoque cognitivo a la pragmática (Sperber, D. y D.
Wilson 1986/1995) y aparecen aquí solo como referencia.
 competencia es el conocimiento tácito, representado mentalmente, que todo hablante nativo tiene
de su lengua. Para Saussure, la lengua es un sistema de signos, un producto social derivado de la
convención.
9 Después de muas discusiones sobre si debe usarse el término cognitivo o cognoscitivo,
Diccionario de la Real Academia Española establece que el término cognitivo se usa para describir
aquello que es perteneciente o relativo al conocimiento, en tanto que cognoscitivo se reserva para
los organismos que son capaces de conocer.
10 La teoría de los actos de habla fue esbozada por el filósofo John Austin y desarrollada por su
alumno John Searle para dar cuenta de todos aquellos enunciados cuyo contenido es imposible
describir en términos de verdad o falsedad, por ejemplo, las amenazas, las promesas, las peticiones,
las felicitaciones, etc.
11 Podría pensarse que el heo de que las lenguas naturales subdeterminen siempre los mensajes que
comunican es una imperfección, pero depende desde que ángulo miremos este rasgo. Es cierto que
este diseño da lugar a malentendidos, dado que se trata de sistemas que dan cabida a la
ambigüedad y la vaguedad. No obstante, estos mismos rasgos dotan a las lenguas naturales de
mua plasticidad y eficiencia, lo que hace que puedan ser adquiridas y transmitidas y que puedan
expresar muas cosas diferentes con un número finito de recursos.
12 La idea es que estos rasgos son unidades conceptuales menores a la palabra. El signo + indica la
presencia de un rasgo y el signo –, su ausencia. Este método de análisis es característico del
estructuralismo en lingüística.
13 Juitán es una población zapoteca de menos de cien mil habitantes, ubicada en el Istmo de
Tehuantepec en México, con una gran tradición histórica y cultural. Es conocida por el importante
papel social que tienen las mujeres y se le ha sugerido como ejemplo de una cultura matriarcal
(Gómez 2009; hps://elordenmundial.com/explorando-matriarcado-sumatra-juitan/, consultado
el 12 de enero de 2020).
14 Pueden ser emitidos constituyentes menores a la oración (por ejemplo, Mi casa, Amarillo,
Aquellas, Auch) que también son enunciados.
15 Esto se desarrolla en los capítulos 5 y 6.
16 Hay que puntualizar que algunos autores piensan que p ya puede considerarse una proposición,
porque podemos decir que basta con que haya un problema que explicar y un agente que lo
Hace unos años tuve un problema con un banco. Los detalles no importan,
pero en un momento dado la empleada me dijo Señora, esto es un problema
semántico. Como ya entonces me ganaba la vida reflexionando sobre el
el significado, me inquieté. ¿Por qué “semántico” era usado como sinónimo de
“ineficiente”? ¿Tal vez “semántico” era un término genérico para referirse a
lo caótico y yo no lo sabía? Cuando los bancos atropellan a sus clientes,
¿usan tér-minos como “semántico” para confundirlos y ganar tiempo? El
caso es que el problema con el banco se solucionó de algún modo y yo seguí
preguntándome hasta hoy qué entiende la gente por “semántico” en el
discurso coloquial, y qué deberíamos entender por “semántico” en un
sentido técnico. Aunque parece una cuestión sencilla no lo es, y por eso
conviene detenernos en este punto antes de continuar.
Hay muas maneras de concebir a la semántica y, por supuesto, todas
ellas tienen que ver con alguna dimensión del significado. El uso del término
que hizo la empleada del banco no es lo que nos interesa aquí, pero nos
ilustra cómo, en el discurso cotidiano, las personas hablan de “significar” o
“querer decir” y lo equiparan con lo semántico. Podemos hablar del
significado de cualquier aspecto de la realidad cada vez que queremos darle
algún sentido, y nos preguntamos por el significado de las acciones de
alguien cuando lo que queremos es entender su propósito. Aquí, en cambio,
nos ocuparemos de una acepción más especializada de la semántica,
entendiéndola como una parte de la teoría lingüística. Pero incluso en esta
acepción técnica, no hay entre los especialistas un acuerdo absoluto sobre
cómo debemos entender la noción, ni qué aspectos del significado debe
abarcar su estudio.
Una revisión veloz por los libros de texto introductorios al tema muestra
que algunos definen a la semántica como “el estudio del significado
comunicado por medio del lenguaje” (Saeed 2009: 3), otros consignan que “la
semántica se define como el estudio del significado expresado por los
elementos de un lenguaje o por combinaciones de ellos” (de Swart 1998: 1),
otros más la caracterizan como “el estudio del significado lingüístico”
(Larson y Segal 1995: 1; Escandell-Vidal 2004: 17; Chieria y McConnel-
Ginet 1990: 1; Cruse 1986: 1), o como “aquella rama de la Lingüística que
30
 estudia el significado de las unidades de la lengua, desde las unidades
mínimas de valor gramatical (los morfemas y los lexemas) hasta las
unidades superiores (las oraciones y los discursos o textos)” (Espinal et al.
2014: 1), en tanto que algunos más la entienden como el estudio del
“significado convencional” (Cruse 2011: 18). Todas estas concepciones
pueden agruparse en dos, dependiendo de cómo cada una de ellas concibe al
objeto de estudio de la semántica. Algunas incluyen en el ámbito de la
semántica a la totalidad del significado comunicado. Otras lo excluyen y
restringen su objeto de estudio al significado convencionalmente estipulado
en el sistema lingüístico, o bien, a lo que afecta la verdad de lo que
asentamos.
Por eso, muas veces se perfila a la semántica contrastándola con la
pragmática: “La semántica se ocupa del significado literal de las palabras y la
manera en la que se combinan, lo que en conjunto forma el núcleo del
significado, o el punto de partida desde el cual se construye el significado
completo de un enunciado en particular” (Kearns 2011).1 Pero otros autores
no se preocupan tanto por distinguir en detalle una de la otra, sino que
abordan ambas en conjunción: “Habitualmente, la pragmática se contrasta
con la semántica, cuyo interés sería el significado convencionalizado.
Distintos académicos trazan de manera diferente la distinción, pero dado
que el espectro de temas que cubre la suma semántica + pragmática es en
gran medida el mismo para todos, no elaboraremos muo en torno a la
distinción en este libro” (Cruse 2011: 18).
En estas caracterizaciones hay tres elementos recurrentes: “significado”,
“lenguaje” y “comunicación”. Pero, como veremos, en primer lugar, no todo
el significado es lingüístico; en segundo lugar, el significado lingüístico no es
equivalente al significado comunicado, y en tercer lugar, hay muos tipos
de lenguaje. Esto hace que, aunque algunas de las caracterizaciones de la
semántica que hemos mencionado parezcan semejantes, en realidad, no lo
sean del todo. Un ejemplo cinematográfico puede ayudarnos a entender por
qué.
La llegada (título original Arrival) es una espléndida obra de ciencia
ficción que gira alrededor de la necesidad de comunicarse con seres
31
NOTAS
1 La cita continúa así: “La pragmática se ocupa de todas las maneras en las que el significado literal
debe refinarse, enriquecerse o extenderse para llegar a la comprensión de lo que un hablante quiso
decir al enunciar una expresión particular”.
2 Denis Villeneuve, 2016, basada en el relato corto “Story of Your Life” del escritor
Arrival,
norteamericano Ted Chiang (1998).
3 Probablemente la elección de Massauses sea un guiño a que en el MIT se desarrolló el trabajo
de Noam Chomsky.
4 Es de resaltar que la película contó con la asesoría de Jessica Coon, del Departamento de
Lingüística de la Universidad de McGill.
5 Hoy sabemos que la enorme diversidad que observamos en la estructura de las lenguas naturales es
relativa y muos lingüistas piensan que es más bien superficial. Aunque las gramáticas de las
lenguas humanas son muy diferentes entre sí, todas las lenguas conocidas se apegan a ciertas
reglas, principios y parámetros universales que establecen importantes límites a la variación que
puede haber entre ellas. Esto es lo que permite que los niños adquieran su lengua materna de
manera relativamente veloz, y también lo que hace posible que los lingüistas puedan llegar a
describir gramáticas que no conocen: hay restricciones que limitan las hipótesis que se pueden
hacer sobre su funcionamiento. Hay, de todas maneras, cierto debate sobre el rango de variación
que puede haber en las lenguas humanas.
6 Un poco más adelante definiremos lo que es un código rígido.
7 Grice desarrolla la diferencia entre significado natural y significado no natural en su artículo
clásico “Meaning” (1957). El significado natural es un significado intrínseco y no arbitrario, es
necesario y no contingente. En este sentido, el humo significa naturalmente fuego, un descenso en
la oxigenación de la sangre puede significar naturalmente covid19, etc. Una señal x significa
naturalmente un contenido p si x causa p, x es evidencia concluyente de que p, x no es posible a
menos que p sea verdad, o x entraña p. El significado no natural, en cambio, es arbitrario y
convencional.
8 La distinción entre conocimiento y actuación recuerda a la que antes había trazado Saussure entre
lengua y habla, pero no es igual la lengua saussureana que la competencia omskiana. La
suficientemente parecido al del emisor, pero casi nunca reproducirlo
totalmente. Por eso es mejor concebir a la interacción verbal como un
proceso que modifica el entorno cognitivo y afectivo de otros, entendido
éste, de manera general, como el conjunto de consideraciones que un sujeto
puede representarse mentalmente, sus pensamientos, sus creencias, sus
impresiones.
Hablar es una manera de alterar el pensamiento de otros. Si imaginamos
la vida mental de un sujeto como un estanque, nuestros enunciados serían
como objetos que lanzamos a sus aguas, cuya caída produce ondas que se
van propagando, modificando así los pensamientos del interlocutor, hasta
que se diluyen y su efecto no se percibe más.
La semántica se ocupa de indagar qué es exactamente lo que el lenguaje
nos ofrece para inscribir en nuestros enunciados fragmentos de aquel
significado que queremos comunicar.
Ejercicios
1. Considera la siguiente situación. Una madre entra al cuarto de su
hijo adolescente y lo encuentra descansando en medio de un caos
de calcetines sucios, libros tirados por el piso y basura. Dice “¡é
bonito!” Explica qué parte del significado comunicado por esta
enunciación proviene del sistema lingüístico y cuál no.
2. En la siguiente expresión, distingue la oración y las proposiciones
expresadas por la oración. Finalmente, conviértela en un enunciado:
El gato está en el techo.
3. Da un ejemplo de una proposición singular y otro de una
proposición cuantificada.
4. ¿é paralelos y qué diferencias encuentras entre los sistemas de
comunicación animal y la comunicación humana?
extraterrestres llegados a nuestro planeta en doce naves que ellos mismos
han emplazado en distintos países.2 Para conseguirlo, el ejército
estadounidense recluta a una catedrática en lingüística de alguna
universidad de Massauses3 y a un catedrático en física, y los traslada a
un campamento militar que han instalado en Montana, junto a una de las
naves recién llegadas. La intención es que consigan que los extraterrestres,
heptápodos de color oscuro, revelen de dónde vienen y cuál es su objetivo en
la Tierra. La Dra. Banks, como se llama la protagonista especialista en el
lenguaje, acude a la nave e inicia su trabajo en compañía del físico. Su
primera tarea es descifrar el lenguaje de los heptápodos. La emprende, por
supuesto, intentando comunicarse con ellos, contrastando elementos de
emisiones sencillas y buscando patrones, como hace cualquier lingüista en
su trabajo de campo.4
Ahora bien, comunicarse es lograr que ciertos contenidos lleguen a la
mente de un inter-locutor. Las lenguas humanas típicamente consignan en
sus expresiones y estructuras ciertos contenidos de manera estable. Pero la
Dra. Banks no conoce la gramática de los heptápodos, ni los contenidos que
se inscriben en su sistema lingüístico. Esta es justamente la situación que
enfrenta cualquier lingüista que intenta describir una lengua desconocida.
Sin embargo, en la historia de La llegada, la misión es muo más
complicada que la de un lingüista común. La Dra. Banks ni siquiera puede
tener la certeza de que los heptápodos posean un sistema lingüístico
parecido a una lengua humana.5 A pesar de ello, llega a entablar
comunicación con los heptápodos, y gradualmente consigue dilucidar el
significado de muas de las pala-bras que ellos emplean.
Si esto es posible, y lo es, como sabemos quienes nos hemos comunicado
con personas cuya lengua no conocemos, quiere decir que no todo lo que
comunicamos proviene del sistema de la lengua. Tanto la posibilidad real de
comunicarnos con una persona cuya lengua no hablamos como la
posibilidad ficticia de comunicarse con un heptápodo requieren de una
capacidad adicional a la del lenguaje: la de reconocer intenciones en otros
seres a través de su comportamiento.
32
 Los humanos, espontáneamente, interpretamos las conductas de nuestros
congéneres en términos de intenciones y estados mentales que les
atribuimos: si María se estira frente a un anaquel, asumimos que debe ser
porque se propone alcanzar algo que hay en él; si Juan se asoma a una
ventana, suponemos que es porque quiere saber qué hay al otro lado; si
Pedro me señala una flor, creo que él desea que yo la vea y no que tiene un
tic que lo hace apuntar a las flores.
Hay en esta tendencia automática algo muy notable: no es la única
manera en la que podríamos procesar las conductas de otros. Podríamos
hacerlo en términos no intencionales, sino puramente físicos: María puede
adoptar posturas diferentes, Juan es capaz de girar, el brazo de Pedro se
levanta. Pero no hacemos esto. Somos organismos cognoscitivos con una
fuerte tendencia a explicar las conductas que observamos en otros a partir de
atribuirles deseos, creencias e intenciones. Este es un rasgo crucial sobre el
cual descansa nuestra capacidad de comunicación, y constituye uno de los
desarrollos evolutivos más importantes de la cognición humana. Es, además,
una característica que no reside en nuestro lenguaje sino fuera de él, y
constituye una dimensión adicional de nuestro sistema cognoscitivo.
En virtud de esta capacidad, los humanos podemos intencionalmente
desplegar ciertas conductas con el propósito de que otro las reconozca y las
identifique como el vehículo mediante el cual pretendemos hacerle llegar
algún contenido. Por ejemplo, puedo fingir un bostezo para comunicar a mi
acompañante que deseo irme de una reunión, puedo señalar a una ventana
abierta para comunicar que tengo frío y pedir así que se cierre, puedo
levantar las cejas para transmitir mi asombro. También puedo decir en una
tienda Buenos días, necesito un kilo de sal para solicitar que me la vendan.
Todas estas conductas se producen de manera deliberada como evidencia
para ayudar a un interlocutor a reconocer una intención comunicativa
subyacente. En la literatura se conoce como fenómenos o estímulos
ostensivos a las conductas que se producen intencionalmente como evidencia
para comunicar algo.
Nuestros enunciados son un ejemplo de estímulo ostensivo. Pero no son el
único. Muas veces producimos estímulos ostensivos por medio de la
33
mensajes especificados en un código. Es muo más atinado pensar en los
participantes en una interacción verbal como detectives informados que
buscan reconocer las intenciones de sus interlocutores a partir de las
evidencias que ellos mismos ofrecen para este fin. Los significados
lingüísticos registrados en el sistema de la lengua son solamente parte de
estas evidencias.
En cualquier caso, en la evolución humana, un sistema gramatical pudo
desarrollarse y usarse de manera satisfactoria y creativa en la comunicación
solamente porque de ante-mano los seres humanos contaban ya con la
capacidad cognitiva de atribuir a otros intenciones y estados mentales, y
porque ya eran capaces de interpretar las conductas de sus congéneres en
estos términos. Eso es lo que el ejemplo de los homínidos de Sperber y
Origgi (2005) hace ver.
Es esta capacidad la que nos permite “rellenar” el esqueleto lingüístico
que ofrece el código limitado de una lengua natural. A final de cuentas, un
enunciado es un tipo de conducta. No es una conducta como lo es un
estornudo o un parpadeo involuntario. Es una conducta deliberada y
diseñada con un fin: el fin de llamar la atención de otro para transmitirle un
contenido. Estas conductas son muy específicas. Se les conoce en la
literatura como conductas ostensivas o estímulos ostensivos.
La comunicación no depende del lenguaje —aunque por supuesto es
muo más rica gracias a él, ni consiste en codificar y descodificar mensajes
cifrados en un código lingüístico. Las lenguas humanas no son códigos
rígidos bien formados, sino, en todo caso, códigos imperfectos. Los
enunciados de una lengua natural solamente codifican esqueletos de
significado a partir de los cuales las personas construyen hipótesis sobre las
intenciones informativas y comunicativas de los hablantes. A veces tienen
éxito, y a veces no.
A menudo se caracteriza a la comunicación como un proceso que conduce
a la transmisión de información. Sin embargo, el pensamiento de un
hablante tiene especificidades que no logran reproducirse completamente en
la interpretación que hace el interlocutor. En los casos más exitosos de
comunicación, el destinatario logra construir en su mente un pensamiento
 Hemos sugerido que los enunciados son evidencias, pistas que da un
hablante para que sepamos lo que se trae entre manos a nivel de
comunicación. Son simplemente un medio que utilizan los hablantes para
ayudar a sus escuas a identificar los contenidos que pretenden comunicar.
Un medio, y un medio muy poderoso, pero no el único. Las expresiones de
una lengua al ser usadas por los hablantes funcionan no como portadoras de
contenidos completos y acabados, sino solamente como índices, rastros, o
puntos de partida. ¿Pistas para qué? Para reconocer las intenciones
informativa y comunicativa del emisor.
Los contenidos comunicados no están completamente inscritos en la
lengua. Están en la mente del emisor y no pueden viajar a la del oyente. Un
sujeto que quiere comunicarse pretende transmitir un contenido, un
conjunto de pensamientos que tiene. Como señalamos antes, estos
contenidos constituyen lo que llamamos su intención informativa. Para
satisfacer su intención informativa, muas veces un hablante emite un
fragmento de discurso. Pero no siempre. A veces solamente hace un gesto, o
señala, o recurre a una cierta expresión facial, o a una mueca. ¿é tienen
estas cosas en común? Son llamadas de atención a un escua para que
reconozca un conjunto de pensamientos que el hablante desea que su
interlocutor albergue en su mente. Son también el medio del que dispone el
hablante para que el escua reconozca una intención adicional suya: la
intención de que su intención informativa sea reconocida. A esta intención
de segundo orden, que tiene a la intención informativa como su objeto,
dijimos que se le conoce como intención comunicativa.25
Las palabras y las expresiones lingüísticas no contienen mensajes
completos. Son más bien índices, huellas, rastros, evidencias. Índices ricos y
complejos, pero incompletos, que aportan evidencia a un escua para que
pueda identificar las intenciones informativas y comunicativas de un emisor
(un hablante, un escritor, un personaje, un autor).
Los contenidos que no están codificados en el sistema lingüístico son
identificados por el escua, reconstruidos, adivinados, inferidos,
descubiertos. Por eso es que la analogía pertinente al pensar en dos personas
que se comunican no es la de dos telegrafistas afanados en cifrar y descifrar
gestualidad, de la expresión abierta de emociones, o bien apuntando o
señalando objetos y cosas. Dentro de lo comunicado hay, entonces, una parte
de contenido que proviene de los significados consignados en la lengua, y
hay también otra que se deriva de las inferencias que hacemos cuando
reconocemos las conductas ostensivas verbales y no verbales de los
comunicadores. Estos dos componentes del significado que comunicamos
son de naturaleza muy distinta entre sí.
Es habitual considerar al primer tipo de contenido como semántico y al
segundo como pragmático. El contenido semántico es parte de nuestro
conocimiento lingüístico, es convencional y arbitrario. Por ejemplo, no hay
ninguna asociación necesaria entre las palabras sol, sun, 해 (hae), Sonne,
tonatiuh, Ilanga o eguzkia y el objeto celeste al que nos referimos con ellas
(por eso, precisamente, las palabras que usamos en cada lengua para
designarlo son diferentes). Identificamos aquello a lo que se refieren porque
codificamos y descodificamos el contenido que se encuentra estipulado
arbitrariamente en el sistema de la lengua bajo cada una de estas cadenas
fónicas. En contraste, el contenido pragmático es parte de nuestro
conocimiento extra lingüístico, no es arbitrario sino racional, y lo
reconocemos infiriendo y no descodificando. Por ejemplo, si me ofrecen un
tequila y contesto Voy a manejar, mi interlocutor comprende que he
reazado su ofrecimiento porque hay una relación causal y racional entre
conducir y no tomar alcohol, y él la ha usado para inferir mi respuesta. La
conexión entre estas dos cosas no es arbitraria. Por el contrario, para
descubrir el significado de eguzkia, debo saber que convencionalmente en
euskera se asocia al astro que es centro de nuestro sistema solar con esta
palabra. En cambio, para descubrir que he reazado el ofrecimiento de
tequila hay que atribuirme la intención de no querer ingerir alcohol para así
poder manejar de manera segura.
La razón por la que la Dra. Banks puede empezar a comprender el
lenguaje de los heptápodos y describir su gramática es que tanto ellos como
los humanos poseen la capacidad de atribuir intenciones a otros, lo que
queda muy claro en la película. Sin esta capacidad no podríamos
adentrarnos en el funcionamiento de una gramática desconocida por
34
 completo. No es al revés. Compartir una gramática no es lo que nos da
acceso a los estados mentales de otros. La película nos muestra que no es un
requisito indispensable conocer la gramática de los heptápodos para poderse
comunicar con ellos, al menos en cierta medida. Pero para lograr
comunicarnos sin compartir una lengua sí es necesario poder tener acceso
indirecto a las intenciones, deseos y creencias de sus hablantes a través de
dilucidar lo que hay detrás de sus actos. Además, a partir de esta forma de
comunicación ostensiva sí es posible obtener un acceso gradual al sistema
gramatical de estos seres. La llegada ilustra de manera ejemplar cómo en la
comunicación interactúan dos tipos de conocimiento sustancialmente
diferentes.
Entonces, habremos de delimitar las tres nociones recurrentes en las
definiciones de semántica (significado, lenguaje y comunicación) para
comprender sus diferencias. La comunicación conlleva contenidos, pero
estos son de naturaleza diversa: unos derivan directamente de lo estipulado
en el sistema lingüístico y otros se infieren de otras fuentes y por medio de
procesos que involucran también al contexto.
Conviene, por cuestiones metodológicas, eliminar del terreno de la
semántica el significado que no está dado por completo por el sistema
lingüístico mismo. Interesa, además, excluir aquel significado dado por
lenguajes que no son una lengua natural. Así, no consideraremos parte de
nuestro objeto de estudio a los contenidos convencionalizados en otros
lenguajes, por ejemplo, en sistemas de signos complementarios en la
comunicación (como la gesticulación), en códigos rígidos,6 (como las señales
de tránsito o la clave Morse), en lenguajes formales (como los lenguajes
algebraicos o los lenguajes de programación), en los lenguajes o la
comunicación de otros seres vivos (como los de las abejas, delfines, aves y
impancés), ni tampoco en los lenguajes artísticos (como el cine, la pintura
y la música), que tienen sus propias convenciones. No compete a la
semántica el significado que surge de la manipulación de recursos y
convenciones en lenguajes como el cinematográfico que, entre otras cosas,
pone en correspondencia la herramienta usada y la función comunicativa a
la que atiende (por ejemplo, mostrar la psicología del personaje con un
35
La diferencia entre el significado codificado en el sistema lingüístico y el
significado que se infiere cuando se usa la lengua es sustancial porque
corresponde a procesos cognitivos diferentes: no es lo mismo descodificar
que inferir. Por ello, es conveniente abordar ambos tipos de significado de
manera distinta.
En realidad, aunque muas veces se habla de la pragmática como la
disciplina que estudia la interpretación de los enunciados, la pragmática no
aborda todos los fenómenos involucrados en este proceso: se concentra
principalmente en el papel que juegan los factores no lingüísticos en la
comunicación, y busca principios que expliquen cómo los integramos con los
lingüísticos, mientras que la semántica y la sintaxis se enfocan en los
elementos que pertenecen al sistema lingüístico exclusivamente. Es decir, la
pragmática arranca donde la gramática termina. La semántica, en cambio, es
parte del sistema de la lengua y de nuestro conocimiento lingüístico. La
pragmática se vincula con nuestra racionalidad y con nuestro conocimiento
del mundo.
Recordemos, para finalizar, la pregunta que nos trajo aquí: ¿las personas
que se comunican lo hacen siguiendo un proceso que se asemeja a lo que
hacen dos telegrafistas? ¿Cifran y descifran contenidos especificados en una
lengua natural? La respuesta ahora puede ser más contundente: no.
Sin duda, el contenido estrictamente codificado, cifrado en las formas
lingüísticas, es un elemento central de la comunicación verbal: es una
especie de armazón a partir del cual identificamos el contenido de un
mensaje. Pero nuestro conocimiento de una lengua, nuestra capacidad para
manejar el significado inscrito en ella de manera convencional, arbitraria,
inmutable e independiente del contexto, no es suficiente para lograr
comunicarnos, porque ese significado (el significado lingüístico) nunca basta
para identificar el contenido completo que un hablante pretende transmitir
(el significado comunicado).
Si los enunciados de una lengua natural no son el medio que utilizan los
hablantes para codificar de manera exhaustiva el contenido que quieren
comunicar, ¿qué son entonces?

Figura 1.4 Los hablantes como detectives
En suma, las lenguas no son códigos rígidos, sino sistemas de
representaciones. En tanto que códigos, son códigos deficientes, porque no
aparean de manera biunívoca expresiones y contenidos. Sin embargo, en
tanto que sistemas que pueden ser aprendidos, transmitidos de una
generación a otra, y empleados de manera versátil en la comunicación, su
diseño parece muy adecuado.
Es una ventaja que las lenguas admitan ambigüedad y vaguedad. Este
diseño permite expresar un número infinito de mensajes con una cantidad
finita de señales y hace posible que las lenguas sean aprendidas y
transmitidas de una generación a otra. Es tarea de la semántica dar cuenta
de cuáles son los elementos del significado inscritos en el sistema lingüístico,
aquellos que conocemos en virtud de que son parte de nuestra competencia
lingüística y no de nuestro conocimiento general del mundo.
primer plano, desarrollar la narración con planos medios, o describir con
planos generales).
Tampoco tendremos en cuenta como parte del significado semántico el
significado natural7 (por ejemplo, en La fiebre significa que hay una
infección, El humo significa fuego, Su cara significa que no ha dormido
nada), y el significado de otros códigos (por ejemplo, El verde significa que
puedes avanzar, En el sistema Morse un punto significa “E”), ni el
significado inferido (Julieta es fuente de vida, es cálida, es central, es
luminosa, etc., derivado a partir de Julieta es el sol; No quiero café, inferido a
partir de El café me quita el sueño; Me gustaría irme, a partir de Estoy
cansada, por dar algunos ejemplos).
El significado que consideraremos aquí como perteneciente a la semántica
es exclusivamente el que está convencionalizado, codificado o registrado en
el sistema de las lenguas naturales de manera estable, es decir, en sus
morfemas, palabras y expresiones complejas, y en las reglas que las
construyen, sin que el contexto lo afecte de manera sustancial.
Hablar del significado “en el lenguaje” es, entonces, hablar de manera
vaga, porque podemos distinguir al menos dos tipos de significado “en el
lenguaje”. Obtendremos una perspectiva diferente del significado si
pensamos en el lenguaje en un sentido interno, como el conocimiento de la
lengua que posee un individuo particular (su competencia), o si lo
concebimos en un sentido externo, cuando esta competencia se despliega en
conductas verbales concretas (actuación).
Casi nunca el significado transmitido en la comunicación por medio del
uso del lenguaje corresponde íntegramente al significado lingüístico, que sí
está registrado en el sistema de la lengua y que no es susceptible de ser
modificado por el contexto de emisión. Asociadas a esta diferencia hay
varias nociones más que debemos distinguir para abordar el estudio de los
elementos del significado semántico.
36
 Algunas distinciones lingüísticas asociadas a la
frontera entre semántica y pragmática
Competencia y actuación
Hemos introducido un poco más arriba la distinción entre competencia y
actuación, que es un contraste fundamental en el estudio del lenguaje. Esta
dicotomía fue formulada explícitamente por Chomsky (1965) y transformó la
actividad en el campo de la lingüística. Chomsky no fue el primero en
advertirla, pero sí en darle un sentido cognitivo.8
Lo que Chomsky hizo fue insistir especialmente en que el lenguaje es un
9
sistema cognitivo que los seres humanos poseemos. Este sistema está
representado en forma de reglas en nuestras mentes: es un conocimiento que
hemos interiorizado y que, si estamos intactos neurológicamente,
adquirimos espontáneamente en la infancia, al estar expuestos a una lengua
materna, gracias a una disposición genética para ello. Se trata de un
conocimiento tácito, que no siempre podemos hacer explícito de manera
consciente, pero que nos permite juzgar que una oración como Los
boripimenos balapandean roturdamente es gramatical en español, aunque no
la comprendamos, en tanto que Boripimenos no roturdamente balapandeo
los no lo es.
En vez de concebir al lenguaje solamente como un producto social,
ubicado en el exterior de los individuos y fuera de su realidad psicológica,
Chomsky planteó que las reglas de la gramática están representadas como
conocimiento, aunque no tengamos acceso consciente a ellas. Sostuvo
también que la tarea de la lingüística es justamente describir ese
conocimiento. Además, insistió en que el conocimiento del lenguaje es
distinto de la conducta verbal directamente observable, a través de la cual
los individuos lo ponemos en uso. El conocimiento lingüístico, en la visión
de Chomsky, es distinguible psicológicamente de nuestro conocimiento
general del mundo. En primer lugar, se adquiere de manera particular, a
37
cifrado en un enunciado (una representación externa o pública), que están
concentrados exclusivamente en el sistema lingüístico, y permanecen ajenos
a las conductas de los interlocutores, como en la Figura 1.3.
Figura 1.3 Los hablantes como telegrafistas
Pero los hablantes en las interacciones no nos comportamos como
telegrafistas expertos que mecánicamente codifican y descodifican señales e
ignoran a los agentes humanos que las producen. Al comunicarse, las
personas no toman las señales emitidas como portadoras de mensajes
completos. Las tratan más bien como evidencias capaces de llevarlas a
identificar las intenciones comunicativas de sus emisores.
Los interlocutores se comportan más como detectives informados que
como telegrafistas, como sugiere la Figura 1.4. Parten de la evidencia que les
da el discurso del hablante (además de la que ofrecen otros factores, como su
gestualidad y el contexto de enunciación) e intentan descubrir contenidos, sí
por medio de descodificaciones, pero también a través de asociaciones,
suposiciones e inferencias en un proceso complejo que involucra varias
capacidades y no solo la gramatical. Crucialmente, interpretan las conductas
verbales de los demás como estímulos ostensivos y les atribuyen intenciones
comunicativas a quienes las emiten. Esto es lo que se ilustra al inicio de este
capítulo con el caso de la película La llegada.
concentra la función fática del lenguaje, porque ésta se orienta a mantener el
contacto en la interacción a través de todos los recursos disponibles para
ello, independientemente de los contenidos transmitidos. Finalmente, la
función poética del lenguaje se centra en el mensaje mismo. Esta función se
pone de manifiesto cuando hay intención de producir algún estado de ánimo
particular a través de la construcción elegida. Concebir así a la
comunicación y al lenguaje permitió a Jakobson ofrecer una perspectiva más
completa de ambos. Pero hay una diferencia entre esta propuesta y el
planteamiento de que la comunicación humana opera mediante la
codificación y descodificación de mensajes plenamente consignados de
antemano en la lengua.
Figura 1.2 Las funciones del lenguaje en un modelo de la comunicación humana
Si insertamos la noción de código rígido en el modelo de la comunicación
propuesto por Jakobson, resulta que los participantes en un intercambio
comunicativo somos una especie de telegrafistas, ocupados en codificar y
descodificar un mensaje (un pensamiento o representación interna) que está
través de ciertas disposiciones innatas y no solamente a partir de habilidades
generales como la memoria, la atención o la capacidad de imitación.
ienes saben jugar al ajedrez conocen un conjunto de reglas que
normalmente se les han explicado y que ellos han aprendido aplicando sus
habilidades cognitivas generales (memoria, capacidad de trazar analogías,
capacidad de representación, imaginación, capacidad de anticipación,
capacidad de atención, etc.). Cuando juegan, las aplican.
ienes poseemos una lengua como hablantes nativos también
conocemos una serie de reglas sobre ella, aunque seamos incapaces de
formularlas explícitamente, a diferencia de lo que ocurre con los jugadores
de ajedrez. Pero además, dice Chomsky, las hemos aprendido de manera
diferente a la forma en que los jugadores de ajedrez han aprendido las reglas
de su juego. Con suficiente exposición a una lengua materna, los niños sin
daño cognoscitivo se apropian de ellas sin necesidad de instrucción
específica. En cambio, esos mismos niños no aprenden a andar en bicicleta, a
nadar, a jugar sudoku o a demostrar teoremas matemáticos solamente por
estar expuestos a estas actividades, en ausencia de cierta instrucción
específica. Este adiestramiento concreto solo muy raramente tiene lugar en
el proceso normal de adquisición de una lengua materna.
Además, las reglas y principios del conocimiento lingüístico no son
aplicables al procesamiento de información en otras áreas. Por ejemplo,
saber que una frase nominal está constituida por un sustantivo o por un
sustantivo y un determinante, y que en español puede ser seguida de una
frase verbal es un conocimiento que nos ayuda a procesar la lengua, pero
que no nos sirve para jugar futbol o ajedrez. En cambio, nuestro
conocimiento implícito de, por decir algo, la fuerza de gravedad, nos permite
hacer varias cosas distintas: desplazarnos, jugar tenis, tomar un vaso de
agua, bailar y muas cosas más. Todos estos rasgos sugieren que la lengua
materna se adquiere a través de una facultad que en buena medida es innata,
y que consiste en un tipo de conocimiento representado mentalmente,
especializado y específico.
La competencia lingüística está constituida por conocimiento tácito sobre
los componentes fonético, fonológico, morfológico, sintáctico y semántico de
38
 nuestra lengua materna. Este conocimiento es el que permite a los hablantes
comprender y crear una infinidad de oraciones, incluidas aquellas que nunca
antes han escuado.
La semántica se ocupa de los aspectos del significado que están en el
ámbito de nuestra competencia lingüística, y no de aquellos que surgen
como parte de nuestra actuación o desempeño en los intercambios verbales.
Por su naturaleza racional y no convencional, ciertos aspectos del significado
pueden ser explicados de mejor manera desde la filosofía que desde la
lingüística, por medio de teorías de la acción (por ejemplo, la teoría de los
actos de habla)10 o de la racionalidad. En general, estas herramientas son
útiles para estudiar justamente los elementos del significado que dependen
más del contexto que del sistema lingüístico, y por eso son estudiadas por la
pragmática y no por la semántica.
Es cierto que el fenómeno de la significación en la interacción es un
proceso complejo en el que intervienen rasgos provenientes tanto de nuestro
conocimiento lingüístico como de nuestro conocimiento del mundo. Pasar
por alto la naturaleza diferente de cada uno de estos elementos puede no ser
lo más adecuado para abordar el estudio del significado. Por eso, para
muos autores es pertinente la distinción entre competencia y actuación en
el estudio del lenguaje en general, y en el del significado en particular.
Supongamos que yo creo que un murciélago es un ave y que el lector sabe
que es un mamífero. Esta diferencia en nuestro conocimiento del mundo no
impide que nos entendamos cuando usamos la palabra murciélago, porque
más allá de esa diferencia, hay algo que sí nos es común sobre su significado,
a pesar de la variación en nuestro conocimiento enciclopédico sobre el
mundo y sobre los murciélagos en particular. Esta parte del significado que
compartimos y que es inmutable, que está codificada en la palabra
murciélago y que no es sensible al contexto es parte de lo que estudia la
semántica.
Un ejemplo más. Alguien dice Juan debe venir mañana. Es parte de
nuestra competencia semántica el conocimiento de que deber tiene dos
significados lingüísticos, uno epistémico, relacionado con el saber, (“es
seguro”), y otro deóntico, relacionado con el deber, (“es obligatorio”). La
39
dé agua del río para recuperarse. Estos dos homínidos, carentes todavía de
una lengua común, se comunican.
Todo esto es posible solamente gracias a que los homínidos de esta
historia deben de haber poseído ya una capacidad cognitiva fundamental: la
de atribuir estados mentales e intenciones a otros. Notemos que la mujer no
observa la punta del dedo del hombre, sino que atiende conjuntamente a
aquello que él señala, y además, interpreta esta conducta no como un
fenómeno físico mediante el cual el hombre puede extender sus falanges,
sino como una evidencia de que él desea que la mujer reconozca sus
pensamientos, deseos e intenciones. Sin esta capacidad cognitiva, los
sistemas lingüísticos que conocemos no servirían para la comunicación
sofisticada que tenemos cuando la acoplamos con la gramática. En este
ejemplo, el hombre solamente necesita señalar un elemento del entorno para
que la mujer, de manera espontánea, automática y veloz, asocie la conducta
física de él (apuntar) con una intención diferente cada vez: en la primera
ocasión, ella identifica el deseo de acercarse al río, y en la segunda, reconoce
la petición de que ella le ayude a beber.
En la comunicación verbal, los enunciados que producimos son una pista
para proporcionar a nuestro interlocutor evidencia sobre los pensamientos
propios que intentamos que él reconozca.
Al perfilar a los elementos representados en la Figura 1.2 como aquellos
que constituyen la comunicación humana, Jakobson (1960) logró dar una
perspectiva de las funciones múltiples que desempeña el lenguaje, más allá
de la que entonces se consideraba esencial: describir el mundo que nos rodea
y referirnos a él. Propuso que el lenguaje no solamente se usa para referir
(función a la que ubica en el contenido, el contexto o el referente), sino que
tiene también una función emotiva, centrada en el emisor, dado que es él
quien pone de manifiesto pensamientos, emociones y estados de ánimo. En
el destinatario se centra la función conativa del lenguaje, que está orientada
a inducir al oyente a que actúe de una cierta manera, por ejemplo, en los
casos en los que efectuamos advertencias, órdenes, consejos o preguntas.
Cuando el código lingüístico se usa para hablar sobre el código mismo,
Jakobson habla de la función metalingüística del lenguaje. En el canal se
generación a otra. De heo, el lenguaje natural, tal y como lo conocemos, es
de gran ayuda para que la comunicación humana se dé, porque permite
transmitir significados complejos y sofisticados de manera económica. El
costo de ser vulnerable a malentendidos se compensa con la flexibilidad, la
economía, y la posibilidad de ser aprendido.
Podemos recordar aquí el famoso cuento “Funes el memorioso”, en el que
Borges describe a Ireneo Funes, un joven con hipermnesia que no puede
olvidar nada nunca. Además, a Funes le perturba que las lenguas no sean lo
que aquí estamos llamando códigos rígidos: “No solo le costaba comprender
que el símbolo genérico ‘perro’ abarcara tantos individuos dispares de
diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y
catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y
cuarto (visto de frente)” (Borges 1944/1951: 65–66).
Si el diseño de las lenguas naturales reflejara estrictamente el heo de
que para referirnos inequívocamente a los objetos necesitamos un nombre
específico para cada uno, y que además, ese nombre varíe según el momento
en que se usa y la perspectiva desde la cual percibimos al objeto, tendríamos
un código capaz de eliminar los malentendidos propios de la comunicación,
pero sería un código imposible de ser aprendido y transmitido.24
Hemos visto que las lenguas naturales, con su vaguedad y su polisemia,
son capaces de permitirnos la comunicación de manera flexible y económica.
Pero ¿puede darse la comunicación humana sin un sistema lingüístico
complejo como son las lenguas naturales? ¿Podemos comunicarnos sin el
lenguaje?
Sperber y Origgi (2005) abordan este problema a través del siguiente
escenario hipotético. Imaginemos a una pareja de homínidos que ya ha
desarrollado evolutivamente un sistema conceptual representado
internamente, pero que aún no cuenta con un lenguaje público. La pareja
camina por una pradera. A lo lejos, el hombre percibe un río y lo señala,
mirando a la mujer. Ante este gesto, la mujer entiende que el hombre le
sugiere que caminen hacia él. Al llegar a la orilla del río, el hombre,
exhausto, cae al suelo al tiempo que señala el agua y mira a la mujer de
manera suplicante. La mujer entiende que esta vez el hombre le pide que le
semántica nos dice también que venir significa, entre otras cosas, moverse en
dirección del hablante, y que mañana es un sustantivo que denota una parte
del día, pero que también es un adverbio que denota al día posterior al de la
enunciación. La forma sintáctica del enunciado nos permite reazar el
significado del sustantivo mañana y retener el adverbial. Nuestra
competencia semántica permite reconocer dos posibilidades de
interpretación dado nuestro conocimiento léxico: “Es seguro que alguien de
nombre Juan acuda al lugar en el que se ubica el hablante el día posterior al
día de la enunciación” y “Es obligatorio que alguien de nombre Juan acuda
al lugar en el que se encuentra el hablante el día posterior al día de la
enunciación”. Hasta aquí estamos en el ámbito de nuestra competencia
semánticosintáctica. Pero la decisión entre la interpretación deóntica o la
epistémica, la asignación de un sujeto específico para el verbo venir (¿cuál
Juan de entre todas las personas que llevan ese nombre?) y de un referente
para mañana (lunes, martes, etc.) dependerá de nuestro conocimiento del
contexto de emisión del enunciado, y de nuestro conocimiento del mundo.
Es decir, de cuestiones no lingüísticas. El estudio de los principios que rigen
la derivación de esta parte del significado comunicado es el campo de la
teoría pragmática. Ambos tipos de significado, el semántico y el pragmático,
conforman el significado comunicado.
Es muy importante insistir en que los elementos semánticos y sintácticos
de la expresión Juan debe venir mañana no agotan el significado que la
expresión comunica en cualquiera de sus usos específicos. Esto no es una
peculiaridad de la forma Juan debe venir mañana. Es una característica
fundamental de las lenguas naturales: el significado lingüístico siempre
subdetermina en alguna medida el significado comunicado, incluso en las
ocasiones en las que hablamos de la forma más explícita, literal y precisa.
Esto se conoce como la tesis de la subdeterminación lingüística (Ba 1994;
Carston 2002; Recanati 2004; Sperber y Wilson 2002 inter alia).11
Significado denotativo y significado connotativo
40
 Algunos autores llaman significado lógico o denotativo a este significado que
no cambia de un contexto a otro y lo distinguen del significado connotativo,
que recoge las actitudes de los hablantes y su comunidad (Lee 1985 trad.
española 1981). Ambos componentes del significado juegan un papel en la
comunicación, pero su naturaleza no es la misma y es importante tener
presente las diferencias entre ellos.
El significado denotativo es fijo. No cambia de un oyente a otro, ni de una
situación a otra. Por supuesto, el significado denotativo no agota el
significado de una expresión, pero es la parte que se considera interna a la
estructura del lenguaje. Por ejemplo, una manera de concebir el significado
lógico de la palabra mujer es atribuyéndole los rasgos conceptuales
(+HUMANO, -MASCULINO. +ADULTO).12 Podemos decir que la palabra mujer
denota a la clase de individuos en el mundo que son humanos, adultos y no
masculinos. Pero existen otros rasgos que pueden atribuirse a las entidades
que el término mujer denota. Estos rasgos, dice Lee (1985), comprenden no
solo características físicas (+BíPEDO, + TIENE MATRIZ), sino también
propiedades psicológicas y sociales (+GREGARIO, +EMPáTICO, +POSEE INSTINTO
MATERNAL). Además, siguiendo con el ejemplo de Lee, la palabra mujer
puede indicar lo que algunos consideran rasgos típicos, aunque no
invariables, del sexo femenino en los humanos y que corresponden a papeles
de género determinados culturalmente: (+HABLADOR, +EXPERTO EN LABORES
DOMéSTICAS, +LLEVA FALDA). Estas son ya propiedades supuestas del referente,
“o sea, las que se deban al punto de vista que adopte un solo individuo, un
grupo de ellos, o una sociedad entera” (Lee 1985: 31). Por ejemplo, en
algunas épocas y sociedades, la palabra mujer activa en la mente atributos
como (+DéBIL, +PASIVA +SENTIMENTAL +PROPENSA AL LLANTO, +IRREFLEXIVA,
+DULCE, +COMPASIVA, +SENSIBLE, +LABORIOSA, +CUIDADORA). En otras culturas,
como la juiteca,13 podríamos tener rasgos muy diferentes asociados al
término mujer, tales como (+INDEPENDIENTE, +FUERTE, +PROVEEDORA, +ACTIVA).
Estas propiedades son variables, cambian de una época a otra y entre grupos
sociales. Por ello, se les conoce como connotaciones y también varían de un
individuo a otro dentro de la misma comunidad lingüística. Precisamente
41
Puede parecer extraño que la evolución favorezca un sistema que solo
permite comunicar contenidos incompletos, esqueletos de mensajes, y que
deja bastante a la suerte la identificación de los contenidos no codificados en
la lengua que un hablante desea transmitir. ¿Por qué pasó algo así?
La respuesta más plausible es que esto sucedió porque los seres humanos
ya poseían capacidades cognitivas adicionales a las que podían acoplarse
gramáticas como las que poseemos. Para que las gramáticas de las lenguas
naturales pudieran usarse para la comunicación siendo como son códigos no
rígidos con capacidad de codificar solo contenidos parciales, los seres
humanos tenían que haber desarrollado antes —o simultáneamente una
capacidad cognitiva adicional: la capacidad que ya hemos mencionado de
atribuir a sus congéneres intenciones y estados mentales distintos a los
propios Sperber (1994).
Pero, entonces, ¿no es contradictorio que la evolución haya favorecido
para la comunicación humana un sistema como las lenguas naturales? En
tanto que códigos, estos sistemas son deficientes, ya que la señal que
emitimos nunca determina por completo el mensaje que queremos
transmitir. En otras palabras, el significado lingüístico subdetermina el
significado comunicado, y esto tiene un costo alto para la comunicación: hay
lugar para la vaguedad y la ambigüedad y esto origina incontables
malentendidos potenciales. Por eso, cada vez que asociamos una
interpretación a una enunciación solo podemos hacerlo de manera
probabilística: nunca podemos tener la certeza absoluta de haber identificado
con precisión y exactitud el significado que el emisor pretendía
transmitirnos. A primera vista, esto parece un diseño poco adecuado para
garantizar la comunicación por medio de una lengua natural.
Pero visto desde otro ángulo, que las lenguas naturales no sean códigos
rígidos tiene al menos dos ventajas notables. La primera es que con una
misma expresión es posible comunicar una gran diversidad de contenidos, lo
que convierte a las lenguas naturales en sistemas que no solo son flexibles,
sino también económicos. En segundo lugar, y como consecuencia de los
primero, esto aumenta la posibilidad de que este tipo de sistemas puedan ser
aprendidos, adquiridos y transmitidos a través de la experiencia y de una
de todos los lugareños. Ahora los ingleses asestarían un golpe a ese orgullo
degradándola a colina. ¿Por qué? Porque la montaña quedaría fuera de esta
categoría por medir 20 pies (unos seis metros) menos de lo reglamentario.
Narra la película que para evitar la humillación, los habitantes del pueblo
se organizaron en una fila desde una excavación hasta la cima del
promontorio mediante la cual acarrearon cubetas llenas de tierra. Hacia el
final de la película, y cuando dos cartógrafos ingleses se acercan al lugar, se
deposita la última cubetada de tierra en la cumbre. Con ella, la elevación
alcanza la altura que le otorga el rango de montaña. Así, el hombre que en la
cima vierte el contenido de la última cubeta de tierra, que aumenta en seis
metros su altura, subió una colina pero descenderá de una montaña.
La historia es muy simpática y la película muy divertida. Pero ¿se imagina
el lector lo que ocurriría si para cada elevación tuviéramos que decidir si
podemos usar el término colina, monte, cerro o montaña? Habría que
introducir nuevas palabras para cada variación en la altura de estos
accidentes geográficos. El léxico explotaría. No podríamos usar la misma
oración para comunicar mensajes varios. La comunicación sería imposible, a
menos que estuviéramos restringidos a un número limitado de mensajes
como lo están las abejas.
En suma, la vaguedad y la ambigüedad características de las lenguas
naturales tienen la desventaja de que la comunicación esté siempre sujeta a
fallas, errores y malentendidos. Pero las ventajas de un sistema así son, por
un lado, la posibilidad de poder ser aprendido y transmitido de una
generación a la siguiente, y por otro, la potencialidad expresiva que se deriva
de su flexibilidad.
Por otra parte, un código rígido nos hace inmunes al error comunicativo,
y ciertamente, esto es una ventaja. Pero los costos que habría que pagar a
cambio de esta certeza serían, en primer lugar, la enorme limitación
expresiva y de plasticidad del sistema, y en segundo, la explosión del tamaño
del léxico que requeriríamos. Parece que la evolución favoreció el primer
diseño sobre el segundo y descartó para la especie humana una lengua
natural que se comporte como un código rígido bien formado.
recordamos aquí el ejemplo de Lee, escrito más de cuarenta años atrás,
porque la lua por cambiar los papeles de género de los hombres y las
mujeres es hoy un fenómeno social tan importante que hace patente la
variabilidad del significado connotativo. Los rasgos que menciona Lee no
son tan estereotípicos hoy como podían serlo entonces.
Hay tres características importantes del significado connotativo que lo
distinguen del significado denotativo. En primer lugar, el significado
connotativo está ligado a la experiencia general del mundo que poseen los
hablantes. El significado lógico, en cambio, es parte constitutiva del sistema
lingüístico. En segundo lugar, las connotaciones son inestables: varían de
acuerdo con la cultura, el período histórico, el grupo social, y el individuo. El
significado semántico nuclear no tiene estas oscilaciones y es muo más
estable. Final-mente, en tanto que el significado lógico o conceptual debe
poder definirse con base en una serie limitada de símbolos y reglas (es decir,
es discreto y acotado), el significado connotativo es bastante indeterminado
y carece de límites precisos: cualquier característica identificada de manera
objetiva o subjetiva a partir de nuestra experiencia puede contribuir a
ampliarlo. Por ejemplo, si tengo una serie de experiencias desagradables que
involucran a la selva, es muy posible que para mí el término selva llegue a
connotar varios rasgos desfavorables que no connotaba anteriormente. Pero
esto no afectará a los rasgos de la palabra selva que están especificados en
mi lengua. Por ello, el significado denotativo se considera parte del
significado semántico de un término, en tanto que el connotativo se asocia a
la pragmática y la sociolingüística.
Tipo y muestra
La semántica, entonces, estudia los aspectos del significado que no varían
con el contexto de emisión. Las palabras y las expresiones lingüísticas son
parte del sistema de la lengua, y cada vez que las emitimos están ubicadas en
un contexto. Las emisiones particulares de una expresión son muestras
(tokens, en inglés) específicas de la expresión tipo (type), que es el objeto
42
 abstracto que forma parte del sistema. La semántica se ocupa de las
expresiones tipo, porque lo que le concierne es aquello que está representado
en el sistema lingüístico de manera abstracta. La pragmática trata las
expresiones muestra porque ellas siempre ocurren en un contexto que puede
llevar a ajustar o modificar el significado semántico para una interpretación
específica. Las expresiones muestra son siempre casos de lengua en uso.
Oración, enunciado y proposición
Una oración es una entidad teórica, un objeto sintáctico abstracto generado
como resultado de la aplicación de las reglas de la gramática de una lengua.
Un enunciado, en cambio, es la emisión particular de una expresión
lingüística emitida por un hablante concreto en una situación comunicativa
específica. Se trata de un objeto pragmático. Algunos enunciados son
muestras de oraciones, pero no todos.14
En tanto que objetos sintácticos, las oraciones tienen propiedades
estructurales: pueden ser afirmativas o negativas, activas o pasivas,
principales o subordinadas, de relativo o comparativas, interrogativas o
imperativas, pero las oraciones no tienen la propiedad de ser verdaderas ni
falsas porque la verdad es una noción esencialmente semántica, que atañe al
contenido y no a la forma. Los objetos portadores de verdad no son las
oraciones, sino las proposiciones.
Una proposición es un objeto semántico abstracto y bien estructurado que
describe un estado de cosas. Como objetos semánticos, las proposiciones son
secuencias bien formadas, es decir, apegadas a las reglas de un sistema
lingüístico, que además pueden ser evaluadas en términos de verdad. De una
proposición auténtica siempre puede establecerse si es verdadera o falsa.
Abundaremos sobre la naturaleza de las proposiciones en el capítulo 5.
Ahora bien, los hablantes no siempre hablan con oraciones, sino que
emiten también fragmentos de oraciones, construcciones elípticas, frases e
interjecciones. Además, cometen errores, hacen falsos comienzos, repiten y
omiten, de modo que la relación entre un enunciado y una oración no es
43
Lo que las abejas no pueden hacer es comunicar algo como “El miércoles
visitamos unas flores lindísimas. ¿Por qué no vamos y vemos si todavía
están allí?”. Solo pueden decir “Vengan a la fuente de néctar que acabo de
encontrar”. No pueden decir “Me pregunto si hay fuentes de néctar en
Siberia” ni “Me molesta que tu prima siempre se haga tonta y se quede con
los zánganos” ni “Este campo de flores me recuerda mi niñez”.23
Rigidizar los mensajes y contar con un código bien formado garantiza la
eficiencia comunicativa y reduce al mínimo los errores y malentendidos, sí,
pero limita de manera drástica la cantidad de mensajes que podemos
comunicar. Si para cada mensaje hay que disponer de una señal específica,
las señales se multiplican sin fin. Cada rosa requeriría una especie de
nombre propio. No podríamos designar con el mismo sustantivo la rosa de la
que nos habla el Principito que la rosa que crece en nuestro jardín. “Corta la
rosa (con la mano)” requeriría de un verbo diferente que “Corta la rosa (con
unas tijeras)”, etc. Una lengua así sería, entre otras cosas, imposible de
aprender.
Pero además, sería justamente eso: rígida. La posibilidad de expresar un
número infinito de mensajes a partir de un número finito de elementos
léxicos y reglas sintácticas desaparecería por completo si se elimina la
vaguedad y la ambigüedad. Son la ambigüedad y la vaguedad las que
permiten que una misma señal se pueda emplear para comunicar una
enorme diversidad de contenidos.
Tal vez el lector recuerde la película británica El hombre que subió una
colina y bajó una montaña que protagoniza Hugh Grant, y que fue escrita y
dirigida por Christopher Monger. No sabemos en que medida la historia sea
real, pero Monger, también autor del libro en que se basa el guión, refiere
que ambos derivan de una historia que su abuelo le contó (Maslin 1995). Se
dice allí que en 1917 los ingleses decidieron hacer una cartografía exhaustiva
de su reino. Para ello, establecieron definiciones precisas de lo que en los
nuevos mapas debería llamarse colina y lo que por dereo propio podía ser
una montaña.
En el pueblo imaginario galés de Ffynnon Garw cundió la indignación. En
su territorio estaba lo que llamaban “la primera montaña de Gales” orgullo
lingüísticos registrados en el sistema de la lengua son parte de estas
evidencias. ¿Y el resto? El resto es todo aquello a lo que el interlocutor
recurre para reconocer las intenciones del hablante.
Este panorama abre una nueva pregunta. Si las lenguas humanas no son
códigos rígidos, ¿por qué la selección natural las favoreció como sistemas
para la comunicación? Los códigos rígidos, bien formados, en donde a cada
señal corresponde uno y solo un mensaje y cada mensaje puede expresarse
de una y solamente una manera, dan pie a una comunicación confiable,
infalible, a prueba de errores y malentendidos. ¿Y no es mejor esto que un
sistema imperfecto, vago, lleno de ambigüedades, sujeto a muos errores en
la comunicación? Si pensamos solamente en términos de la infalibilidad en
la comunicación, seguramente la respuesta es sí. Pero entonces, ¿qué clase de
fuerza extraña es la selección natural, que favorece rasgos menos
adaptativos por encima de otros que darían a una especie una mayor
capacidad de sobrevivencia al habilitarla para una comunicación menos
riesgosa?
No tan rápido. ¿ién dice que un organismo que posee un mecanismo de
comunicación infalible es más apto que uno que tiene un mecanismo de
comunicación sujeto a errores? Todo depende de las ventajas que dé ese
mecanismo imperfecto que no impide los malentendidos a cambio de tal
desventaja. Como veremos, un sistema así da muas ventajas de otro tipo
que son muy importantes.
Las abejas y otras especies parecen poseer como medio de comunicación
precisamente códigos rígidos. Por ejemplo, una abeja obrera que encuentra
una fuente de néctar regresa al panal y se lo hace saber a sus compañeras
por medio de una especie de danza compleja con la cual les comunica su
ubicación. Si la fuente de néctar está cerca del panal, la danza se realiza en
círculos. Si la fuente está distante, la abeja realiza una danza “de meneo”, en
la que mueve su cola de un lado al otro. Las otras abejas reconocen la
distancia de manera más precisa a partir del tempo del movimiento de la
cola de la abeja. Después de esta danza, las abejas encuentran la fuente de
néctar aunque esté a muos kilómetros y haya colinas inter-medias. Y no
fallan. Nunca se van a otro lado.
siempre evidente ni exacta, aunque es habitual hablar de que un enunciado
es una oración proferida en un contexto, y también decir que un enunciado
expresa una proposición.
Hasta aquí hemos distinguido unidades de análisis en tres niveles:
sintáctico (oración), semántico (proposición) y pragmático (enunciado). Los
enunciados, hemos dio, no siempre consisten en oraciones.
Frecuentemente están heos de expresiones lingüísticas fragmentarias (En
la mesa, como respuesta a ¿Dónde pusiste el libro?), de interjecciones (ah,
uy), de sustantivos (¡Comida!), etc. De todas formas, nuestras
interpretaciones en general están constituidas por pensamientos con
contenidos proposicionales (evaluables como falsos o verdaderos) (por
ejemplo, PEDRO LE PIDE A JUAN QUE ABRA LA PUERTA AHORA), que son activados
por la evidencia lingüística que nos ofrece un hablante (¡La puerta!).
Consideremos, por ejemplo, el intercambio en (1):
(1) Juan: Hola.
Pedro: ¿Qué pasó? ¿Cómo vas?
Juan: Bien. ¿Vienes?
Pedro: No he desayunado.
Juan: Está bien.
A partir de esas formas lingüísticas que Juan y Pedro han enunciado,
podemos construir varias interpretaciones dialógicas coherentes que son
muy distintas entre sí, como se ilustra en (2).
(2) a. JUAN SALUDA A PEDRO. PEDRO RESPONDE AL SALUDO. PEDRO LE
PREGUNTA A JUAN CóMO ESTáN LAS RELACIONES CON SU JEFE. JUAN
LE DICE APEDRO QUE LAS DIFICULTADES QUE TUVIERON SE HAN
SOLUCIONADO. JUAN LE PREGUNTA A PEDRO SI SALDRá CON JUAN
RUMBO A LA CONSTRUCCIóN EN LA QUE AMBOS TRABAJAN COMO
ALBA-ñILES. PEDRO DECLINA SALIR JUNTOS PORQUE NO HA
DESAYUNADO. JUAN DICE QUE ESTá DE ACUERDO EN QUE PEDRO SE
44
 TRASLADE POR SU CUENTA A LA CONSTRUCCIóN DESPUéS DE QUE
PEDRO HAYA DESAYUNADO.
b. JUAN SALUDA A PEDRO. PEDRO RESPONDE AL SALUDO. PEDRO LE
PREGUNTA A JUAN CóMO PROGRESA CON SU TRABAJO DE QUíMICA.
JUAN LE DICE A PEDRO QUE JUAN VA AVANZANDO BIEN EN LA
ESCRITURA DEL TRABAJO DE QUíMICA DE JUAN. JUAN LE PREGUNTA
A PEDRO SI PEDRO QUIERE SALIR CON JUAN RUMBO A LA FACULTAD
EN ESE MOMENTO. PEDRO LE DICE A JUAN QUE Sí IRá CON éL A LA
FACULTAD AHORA Y LE PIDE QUE LO ESPERE UN POCO A QUE
DESAYUNE ALGO. JUAN ACCEDE A ESPERAR A PEDRO MIENTRAS
DESAYUNA.
La evidencia lingüística da pie a estas interpretaciones y a algunas más. Esto
nos muestra que cada enunciado y cada oración pueden expresar más de una
proposición. En este momento estamos ilustrando este heo, pero
abundaremos en ello en los capítulos 5 y 6.
También ocurre lo inverso: cada contenido proposicional puede expresarse
por medio de oraciones y enunciados varios. Los ejemplos en (3) así lo
ilustran:
(3)
a. Tú explicas el problema.
b. ¿Tú explicas el problema?
c. ¡Tú explicas el problema!
d. Explica el problema.
e. El problema es explicado por ti.
Los ejemplos en (3a–e) contienen el mismo esqueleto proposicional: el
contenido del verbo explicar, predicado de la segunda persona del singular,
representada como AGENTE (es decir, como quien realiza la acción descrita
por el verbo), y de el problema como objeto de la explicación. Esto
constituye una predicación verbal (es decir, una puesta en relación de dos o
más entidades a través del verbo que las vincula) y podemos representarlo
45
no se nos ocurriría negarlo. Pero nuestro conocimiento de una lengua,
nuestra capacidad para manejar el significado codificado en ella, no es
suficiente para lograr comunicarnos, porque ese significado (el significado
lingüístico) nunca basta para identificar el contenido completo que un
hablante pretende transmitir (el significado comunicado).
Si los enunciados de una lengua natural no son el medio que utilizan los
hablantes para codificar de manera exhaustiva el contenido que quieren
comunicar, ¿qué son entonces?
Parece ser que son simplemente un medio que utilizan los hablantes para
ayudar a sus escuas a identificar los contenidos que pretenden comunicar.
Un medio y no el único. Las expresiones de una lengua que usan los
hablantes funcionan no como portadores de contenidos completos y
acabados, sino solamente como pistas. ¿Pistas para qué?
Los contenidos comunicados no están completamente cifrados en la
lengua. Están originalmente en la mente del emisor. Cuando un sujeto emite
un trozo de discurso lo hace para transmitir un contenido, un conjunto de
pensamientos que alberga en su mente. Estos contenidos constituyen su
intención informativa. La intención de un hablante de que su intención
informativa sea reconocida por su interlocutor se llama intención
comunicativa. (Más sobre estas dos intenciones en un momento).
Las palabras, las expresiones lingüísticas son más bien índices, huellas,
rastros, evidencias. Índices ricos y complejos, pero incompletos, que aportan
evidencia a un escua para que pueda identificar las intenciones
informativas y comunicativas de un emisor (un hablante, un escritor, un
personaje, un autor).
Los contenidos que no están codificados en el sistema lingüístico son
identificados por el escua, reconstruidos aproximadamente, adivinados,
inferidos, descubiertos. Por eso es que la analogía pertinente al pensar en dos
personas que se comunican no es la de dos telegrafistas afanados en cifrar y
descifrar mensajes especificados en un código. Es muo más atinado pensar
en los participantes en una interacción verbal como detectives informados
que buscan identificar las intenciones de sus interlocutores a partir de las
evidencias que ellos mismos ofrecen para este fin. Los significados
decir, que las lenguas naturales son códigos que empleamos en la
comunicación. A partir de una intuición como la anterior, la explicación
sobre los intercambios verbales humanos sigue más o menos así. Roman
Jakobson (1960), desarrollando ideas de Bühler (1934), efectivamente habló
de la lengua como un código y la insertó en un modelo de comunicación que
hasta hoy se sigue enseñando y al que algunos llaman modelo del código.
Este modelo plantea que la comunicación es un sistema conformado por un
emisor, un escua, un código compartido, un mensaje expresado en dio
código y un canal de transmisión. La idea central de esta concepción es que
la tarea del emisor es codificar un pensamiento en el código lingüístico y
transmitirlo por un canal oral o escrito. El receptor descodifica
mecánicamente el mensaje y recupera su contenido. Desde esta perspectiva,
los únicos requisitos para que la comunicación tenga lugar con éxito son que
el código sea compartido por los participantes y que el canal no presente
interferencias que obstruyan el flujo de la información.
Las lenguas naturales son, efectivamente, un tipo de código. Pero lo son
solamente en un sentido laxo. Un código es un sistema que aparea
rigurosamente signos con contenidos. Por ejemplo, el código Morse,
empleado por los telegrafistas, aparea señales eléctricas con las letras del
alfabeto y los diez dígitos.
El código Morse es un código rígido porque el apareamiento que establece
entre señales y mensajes es biunívoco. Esto quiere decir que para toda letra
y todo dígito (mensaje) existe una señal (una secuencia de puntos y rayas)
que lo representa, y también que cada señal contenida en el conjunto de
señales del código corresponde a una letra del alfabeto o un dígito. Además,
nunca una señal (una sucesión de impulsos eléctricos) corresponde a más de
un mensaje (letra o dígito), y cada dígito o letra se representa solamente
mediante una señal.
Pero, ¿son las lenguas naturales códigos en este sentido estricto?
Claramente no, y bastan los ejemplos que hemos visto para convencernos de
ello.
Sin duda, el papel del contenido estrictamente codificado, cifrado en las
formas lingüísticas, es un elemento central de la comunicación verbal. Eso
así: p = EXPLICAR (x, y), donde x e y son variables que remiten a entidades
concretas, una de las cuales representa al interlocutor (a la segunda persona
del singular en este caso) (x) y la otra a algún problema identificable por los
interlocutores (y).15
Es importante señalar que en el contenido proposicional no se incluyen
los valores de aserción, pregunta, exclamación, mandato, solicitud, etc. De
estos valores podemos decir que más que ser parte del contenido, lo
modifican. El contenido proposicional tampoco comprende el realce relativo
que se dé al objeto, o al sujeto, y que es capturado en el contraste entre la
forma (3a) y la forma (3e). La primera pone en primer plano a quien explica
y la segunda a lo explicado. Ambas expresiones comunican la misma
información, pero la hacen llegar de manera distinta. Por eso, las oraciones
(3a–e) tienen todas el mismo contenido proposicional (potencial).
Técnicamente, es mejor decir que p es una predicación más que una
proposición porque mientras no se fijen los valores de las variables x e y con
referentes específicos no podemos asignar un valor de verdad a la forma
gramatical, y entonces dia estructura no será una proposición.16 También
es común llamar a este tipo de representaciones cuasi proposiciones.
Si atribuimos el predicado a un individuo concreto, identificamos con
precisión de qué problema se habla y qué exactamente quiere decir explicar
en este caso (exponer, esbozar una solución o describirla en detalle, dar
razones, etc.), entonces sí será posible asignar a la representación un valor de
verdad, al cotejarlo con algún estado de cosas en un mundo posible, y por lo
tanto, habremos obtenido una proposición. A una proposición así, en la que
un determinado predicado se aplica a un individuo específico, se le llama
singular.
17
Si asignamos un nombre propio (y por lo tanto, un referente concreto) a la
segunda persona del singular, el resultado es, ahora sí, una proposición
singular por la que determinado predicado (en nuestro caso, explicar) es
atribuido a un individuo específico, (como en (4a–d)).
(4) a. Malintzin explica el problema de los olultecas.18
46
 b. omas Pikkety explica el problema de la pobreza.19
c. Ferdinand Lindemann explica el problema de la cuadratura
del círculo.20
d. Stephen Hawking explica el problema de los hoyos negros.21

Cada una de las oraciones en (4) expresa una proposición diferente. Vemos
así como una misma expresión lingüística puede usarse para expresar una
diversidad de proposiciones compatibles con su forma. El significado que en
este proceso está dado exclusivamente por el sistema lingüístico es
precisamente el objeto de la semántica. Los procesos y los elementos de
contenido que no provienen directamente del sistema lingüístico y que dan
lugar a inter-pretaciones particulares como las de (4) en contextos diversos
son, en contraparte, interés de la pragmática. Abundaremos sobre estos
puntos en los capítulos 5 y 6.

Tipos de significado. ¿Telegrafistas o detectives?

A partir de lo que hemos expuesto hasta aquí, podríamos hacernos la
siguiente pregunta: ¿dos seres humanos comunicándose se asemejan más a
dos telegrafistas afanosos o a dos detectives expertos? Consideremos el
fenómeno de la comunicación otra vez.
La verdad es que dada la naturalidad con la que nos involucramos en ella,
la comunicación parece un heo relativamente sencillo. Todos nos
comunicamos todos los días y no parece haber nada muy asombroso en ello.
De modo que sí, podríamos pensar que las personas que se comunican se
asemejan a los antiguos telegrafistas: comparten un código, cifran en él un
mensaje, y lo descifran. Todo lo que se requiere para que la comunicación
funcione es que el código sea compartido, que el canal sea adecuado y que
no haya muas interferencias.
Tanta fuerza tiene esta idea intuitiva que ha sustentado a disciplinas muy
vigorosas, como la semiótica estructuralista. La idea básica es que tenemos
Figura 1.1 El código Morse
Lo que sí es indispensable en un código es que esta relación sea fija,
permanente, estable e independiente del contexto en el que ocurra. Sería
muy desconcertante para un telegrafista que una señal corta seguida de una
larga representara a la letra a, pero solamente los lunes, o los miércoles
después del café o si él está de buen humor. Lo mejor es que la señal breve
seguida de una larga sea siempre una a. Y también conviene que siempre
que sea necesario representar una a sea por medio de una señal corta
seguida de una larga, no solo los viernes al atardecer en Nairobi o cuando el
telegrafista no tiene tos. Del mismo modo, lo mejor en una lengua natural es
que sucesiones de sonidos como los que corresponden a la grafía árbol [ˈ
aɾβol] representen de manera estable conceptos como áRBOL.
Así las cosas, parecería natural asumir que una lengua natural es un
sistema de asociación entre significantes y significados por excelencia. Es

47
conceptos y signos para representarlos. Parte del interés de los antropólogos
y los semiólogos es que los símbolos a veces se repiten en diferentes espacios
sociales y poseen significados semejantes (o diferentes) para comunidades
específicas y en ámbitos concretos, y que hay incluso estructuras completas
que trasladamos de un ámbito de significación a otro. Los códigos y su
reproducción obsesionaron a los estructuralistas franceses y han revelado
aspectos de interés sobre nuestra manera de simbolizar. ¿Pero qué es un
código?
Pensemos en la clave Morse, el código Braille o las señales de tránsito.
Todos estos sistemas de significación contienen dos conjuntos de cosas:
mensajes y signos. El código es un sistema de reglas que los aparea
sistemáticamente, de modo que a cada signo corresponde un mensaje y
solamente uno, y cada mensaje se puede asociar a un signo, y solamente a
uno.22
En un código hay una relación arbitraria entre un signo y un significado,
y esa relación está fija. De otro modo no tendríamos realmente un código, y
muo menos un código que permitiera la comunicación. En el código
Morse, que se reproduce en la Figura 1.1, la letra a se representa por una
señal corta seguida de una larga, que representamos como un punto seguido
de una raya (· –). No hay ninguna razón por la que esto deba ser así, es decir,
no hay nada inherente a la letra a que obligue a que se le represente
precisamente por medio de un punto y una raya y no de otra forma. Se trata
de una convención, de un acuerdo entre los participantes, y como tal, es una
cuestión completamente contingente, no necesaria. No hay ninguna relación
intrínseca entre el punto y la raya y la letra a, la asociación entre ambos es
totalmente arbitraria.