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Von Mühlenbrock Mariana. Rodeo en Chile y El Alcance Del Delito de Maltrato Animal
Von Mühlenbrock Mariana. Rodeo en Chile y El Alcance Del Delito de Maltrato Animal
FACULTAD DE DERECHO
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS PENALES
Sociales
Santiago, Chile.
2018
Dedicado a todos los animales no humanos que
ii
AGRADECIMIENTOS
A María Celeste Jiménez y Ángela Lira, por su valiosa ayuda y excelente disposición.
iii
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS .......................................................................................................iii
ÍNDICE ................................................................................................................................ iv
RESUMEN ........................................................................................................................... vi
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1
CAPITULO I: FENOMENOLOGÍA Y MARCO REGULATORIO DEL RODEO ......... 4
1.1 Antecedentes generales del rodeo.......................................................................... 4
1.2 Federación del Rodeo Chileno .............................................................................. 6
1.3 Marco regulatorio del Rodeo ................................................................................ 7
1.3.1 Reglamentos internos .............................................................................................. 8
1.3.2 Ley N° 20.380 sobre Protección de Animales ........................................................ 12
1.4 El rodeo es una actividad deportiva y no Deporte Nacional .................................... 15
1.4 La Rayuela como único Deporte Nacional .......................................................... 18
CAPÍTULO II: LEY N° 21.020. ANÁLISIS DEL DELITO DE MALTRATO O
CRUELDAD ANIMAL....................................................................................................... 21
2.1 Historia de la Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de
compañía .......................................................................................................................... 21
2.1.1 Primer Trámite Constitucional: Senado ................................................................. 21
2.1.2 Segundo Trámite Constitucional: Cámara de Diputados ........................................ 27
2.1.3 Trámite Comisión Mixta: Senado – Cámara de Diputados ..................................... 28
2.2 Tipicidad del artículo 291 bis y ter del Código Penal ............................................... 31
2.2.1 Bien jurídico protegido .......................................................................................... 32
2.2.2 Sujetos .................................................................................................................. 36
2.2.3 Conducta ............................................................................................................... 37
2.2.4 Objeto Material del delito ...................................................................................... 41
2.2.5 Resultado y causalidad .......................................................................................... 42
2.3. Antijuricidad ............................................................................................................. 43
2.4. Culpabilidad ............................................................................................................. 44
2.5. Penalidad................................................................................................................... 44
2.6. Iter Criminis .............................................................................................................. 45
2.7. Extinción de la responsabilidad penal ..................................................................... 45
CAPÍTULO III: PRÁCTICAS PRESUNTAMENTE CONSTITUTIVAS DE DELITO
EN EL RODEO ................................................................................................................... 46
iv
3.1 Prácticas reguladas y sancionadas por los reglamentos de la Federación del Rodeo
Chileno ............................................................................................................................. 46
3.1.1 Reglamento de corridas de vacas, artículo 7 “Consideraciones generales a tener en
cuenta en el cómputo de las carreras” ............................................................................. 46
3.1.2 Código de Procedimientos y penalidades ............................................................... 49
3.2 Prácticas no reguladas por los reglamentos de la Federación del Rodeo Chileno .. 53
3.2.1 Modalidad comisiva del delito de maltrato o crueldad animal ................................ 53
3.2.2 Modalidad omisiva del delito de maltrato animal ................................................... 54
CAPÍTULO IV: DIFICULTADES EN LA PERSECUCIÓN PENAL DEL DELITO Y
EJECUCIÓN DE LAS PENAS .......................................................................................... 55
4.1 Denuncia .................................................................................................................... 56
4.2 Principio de oportunidad........................................................................................... 57
4.3 Artículo 12 de la Ley N° 20.380 ................................................................................. 58
4.4 Actuaciones de la investigación ................................................................................. 59
4.5 Error de prohibición que posiblemente invoque la defensa ..................................... 60
4.6 Ejecución de la pena .................................................................................................. 62
4.7 Idoneidad de la persecución penal no obstante las dificultades ............................... 65
CONCLUSIONES............................................................................................................... 67
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 70
v
RESUMEN
La presente memoria tiene por objeto estudiar la posibilidad de comisión del delito de
maltrato o crueldad animal del artículo 291 bis y ter del Código Penal, con ocasión de la práctica
del rodeo.
Se estudiarán los aspectos fundamentales del rodeo para lograr un cabal entendimiento
de su práctica. Además, se analizará el delito de maltrato o crueldad animal a través del método
dogmático, en atención a sus elementos de tipicidad (bien jurídico protegido, sujetos activo y
pasivo, conducta, causalidad), causales de justificación, culpabilidad, penalidad, iter criminis y
extinción de la responsabilidad penal.
vi
INTRODUCCIÓN
Para Horta, “el especismo es la discriminación de aquellos que no son miembros de una
cierta especie o especies. En otras palabras: el favorecimiento injustificado de aquellos que
pertenecen a una cierta especie o especies” (Horta, 2008, pág. 108). En un mismo sentido, la
Real Academia Española conceptualiza el especismo como “aquella discriminación de los
animales por considerarlos especies inferiores, la creencia según la cual el ser humano es
superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio”.
Estrechamente vinculado al especismo, se encuentra el concepto de antropocentrismo, que, “en
sentido moral, es la asignación de centralidad moral a la satisfacción de los intereses humanos”
(Horta, 2008, pág. 111).
1
El ser humano, de esta manera, ha justificado la utilización de los animales no humanos
basándose en una falsa superioridad de pertenencia a la especie humana, en atención a criterios
no relevantes, tales como las capacidades cognitivas, lingüísticas y relacionales que poseen. No
obstante, según explica Horta, “muchos seres humanos carecen de las referidas capacidades,
como ocurre en el caso de niños pequeños y en el de aquellos con diversidad funcional
intelectual. Por lo tanto, en aquellas decisiones en las que, lo que está en juego es que alguien
pueda sufrir un daño o disfrutar de un beneficio, una diferenciación moralmente justificada ha
de trazarse adoptando como criterio la capacidad de sufrir y/o disfrutar” (Horta, 2008, pág. 115),
capacidad que científicamente compartimos con numerosas especies de animales.
Dentro del ámbito de entretención, que, dependiendo del lugar de ejercicio podría ser
considerado como espectáculo o actividad deportiva, se puede mencionar, a modo de ejemplo,
la equitación, polo, carreras de perros, peleas de gallos, caza, pesca “deportiva”, circos y
tauromaquia. En Chile, la práctica del rodeo como espectáculo o bien, actividad deportiva, se
ha desarrollado a lo largo de los últimos cuatro siglos, y ha sido considerado como un símbolo
de la tradición y cultura chilena. Sin embargo, en las últimas décadas, el rodeo ha sido objeto
de críticas por el maltrato y crueldad del que sufren los animales no humanos utilizados en éste,
cuestionando de esta manera, la categoría de deporte que actualmente detenta.
La presente memoria, tiene por objeto fundamentar la posibilidad de comisión del delito
de maltrato o crueldad animal del artículo 291 bis y ter del Código Penal, en el contexto de la
práctica del rodeo, lo que adquiere especial relevancia al no existir actualmente en nuestro país
pronunciamiento judicial penal alguno en la materia. Para lograr lo anterior, se hace necesario
en una primera instancia, tener cabal conocimiento de los diversos aspectos del rodeo, esto es,
su origen histórico, fenomenología, naturaleza jurídica y marco regulatorio.
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Luego, se analizará el delito de maltrato o crueldad animal, modificado por la reciente
Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía, la que, además,
incorpora una nueva pena accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de
animales. Dicho análisis se hará en virtud del método dogmático, determinando los elementos
de la tipicidad del delito, así como sus distintas formas de aparición.
Finalmente, se exponen las dificultades que conlleva la persecución penal del delito en
comento y la ejecución de las penas, mediante un breve análisis de la jurisprudencia atingente.
Lo anterior, se realiza con el propósito de contar con la posibilidad de anticiparse a las
dificultades para lograr pronunciamientos judiciales penales en la materia, con el fin último de
la progresiva disminución de la práctica del rodeo, como consecuencia del cuestionamiento del
que puede llegar a ser objeto, ya no solo desde el punto de vista ético y cultural, sino legal.
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CAPITULO I: FENOMENOLOGÍA Y MARCO REGULATORIO DEL RODEO
El origen del rodeo se remonta al siglo XVI, asociado a diversas manifestaciones de la cultura
rural, “pues simboliza la actividad de rodear y apartar el ganado, se celebra en ramadas aledañas y
destaca en él la habilidad y destreza del huaso, personaje propio de la sociedad rural” (Memoria
Chilena, 2015). “Fue durante la Colonia que se transformó en un espacio de recreación y, a mediados
del siglo XIX, se organizaron los primeros rodeos concebidos como espectáculo y no solamente
como faena agropecuaria” (Memoria Chilena, 2015).
El rodeo consiste en que dos jinetes (“collera”) montados sobre caballos de raza chilena pura,
deben arrear y atajar un novillo en tres o cuatro oportunidades consecutivas, sobre dos quinchas
acolchadas.
El rodeo tiene cuatro carreras (optativamente podrán ser tres); dos efectuadas hacia la mano de
adelante, ambas con atajadas; y dos hacia la mano de atrás, la primera con atajada y la segunda con
puerta. Es obligación alternar los caballos en cada novillo de la serie, incluyendo los desempates. Se
entiende por atajada correcta la efectuada por el caballo cruzado y pegado, el novillo rematado dentro
de las banderas y finalmente entregado. Se entenderá por remate el apretón que deberá darse al
novillo contra las quinchas en un punto bien definido de su tronco. Hay remate cuando el caballo
detiene al novillo, la violencia del remate no es exigencia de la reglamentación interna de la
Federación, por lo tanto, se computan las atajadas, aunque éstas no sean violentas.
Las atajadas se computan según la siguiente pauta, en virtud de lo señalado en el art. 5 del
Reglamento de Corridas de Vacas:
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- Envoltura: 0 puntos.
- Cogote Libre (atajada de paleta): 2 puntos buenos.
- Paleta Libre (atajada de mitad): 3 puntos buenos.
- Costilla Libre (atajada de íjar): 4 puntos buenos.
Las medialunas en las cuales se desarrolla el rodeo, deben cumplir con los requisitos de los
artículos 228 y siguientes del Reglamento de la Federación del Rodeo Chileno. La medialuna debe
ser un redondel dividido en dos sectores; apiñadero y cancha. Sus dimensiones son de un radio de
22,5 metros, su piso debe estar nivelado y tener blandura suficiente. Deberá estar cercada por una
empalizada hecha de madera resistente, de una altura de 2 metros y con una inclinación de 30
centímetros hacia afuera, desde la base. El sector del apiñadero debe comprender un espacio de 13
metros medidos desde su centro a la Tribuna de la Medialuna y debe estar separado de la cancha por
una empalizada de 1.70 metros de altura. En el sector de la cancha deben determinarse el sector de
la carrera, el sector de la atajada y la línea de postura. Hacia el exterior de la medialuna, deberá
ubicarse el toril o manga de 60 centímetros de ancho como máximo, con una altura suficiente que
impida al novillo darse vuelta y de un largo que dé cabida a un mínimo de 25 animales. En sus
inmediaciones debe haber, a lo menos, cuatro corrales a fin de poder realizar las apartas de novillos.
En todo rodeo debe contarse con novillos suficientes que posibiliten el desarrollo del mismo y
aquellos no pueden tener un peso inferior a 300 kilos, ni superior a 500 kilos.
Según lo dispuesto en los artículos 191 y siguientes del Reglamento de la Federación del Rodeo
Chileno, en el desarrollo del rodeo, la autoridad máxima es el Delegado Oficial, quien debe arbitrar
todas las medidas necesarias que tiendan al buen desenvolvimiento del evento y, en especial, las que
expresamente les encomienden los reglamentos. Será designado por la Asociación en cuya
jurisdicción se realice el rodeo, y solo excepcionalmente será designado por el Directorio de la
Federación del Rodeo Chileno. En todo rodeo se designará un Capataz, quien debe ser un corredor
federado altamente capacitado y que tiene como principal función mantener el orden dentro del
recinto de la medialuna. Respecto del Jurado, este es aquel socio que, previo examen psicológico y
oftalmológico, la Federación le ha otorgado carné de tal.
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Respecto de las categorías de rodeos, estos pueden ser Especiales, de Primera, de Segunda, de
Tercera y de Cuarta categoría y, según sea la categoría, otorgarán a los corredores del título Campeón
del Rodeo, puntaje diferenciado. Conforme a los artículos 261 y siguientes del Reglamento de la
Federación del Rodeo chileno, se distinguen los siguientes tipos de rodeo:
- Zonales.
- Interasociaciones.
- Libres.
- De Primera Categoría con puntos limitados.
- Para Criadores.
- Interclubes.
- Provinciales.
- De Segunda Categoría en series libres.
- De Segunda Categoría Especial.
- De Segunda Categoría de dos días en tres series libres.
- De Segunda Categoría de un día.
- De promoción.
- Nacional Universitario.
- Escolar.
- Padre e hijo.
La temporada oficial se desarrolla entre agosto y mayo de cada año, “período en el cual se
organizan alrededor de 350 competencias en todo el país, culminando con el Campeonato
Nacional de Rodeo Chileno en la Medialuna de Rancagua” (Araneda, 2004, pág. 73).
Durante la segunda mitad del siglo XX, los practicantes del rodeo buscaron que éste se
consolidara como una actividad competitiva de gran alcance, a través de su institucionalización.
“Encontraron amparo de entidades ya consolidadas, como la Sociedad Nacional de Agricultura
y la Dirección de Fomento Equino y Remonta, para iniciar la organización del rodeo en clubes
que aspiraban a aglutinar a los criadores de caballos corraleros y a los corredores aficionados
del rodeo. (…) Los clubes se abocaron al perfeccionamiento de la práctica del rodeo y en 1946
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formaron la Asociación de Criadores de Caballares, presidida por Alberto Echenique
Domínguez” (Muller, 2004, pág. 51). Desde ese momento, el rodeo comenzó a desarrollarse a
nivel nacional de manera ordenada, mediante la organización de diversos campeonatos. Sin
embargo, no fue sino hasta la fundación de la Federación del Rodeo Chileno, que se logró la
institucionalización del rodeo.
La Federación está regida por un Consejo Directivo y por un Directorio. Existe, además,
un Tribunal Supremo de Disciplina y una Comisión Revisora de Cuentas. En virtud del artículo
50 del Reglamento de la Federación del Rodeo Chileno, para los efectos de colaborar con el
Directorio en la administración de la Federación, podrá aquel designar el número de Comisiones
que estime conveniente, debiendo obligatoriamente designar una Comisión de Estatutos y
Reglamentos y la Comisión Técnica.
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1.3.1 Reglamentos internos
En virtud de su artículo primero, tiene por objeto reglamentar, fomentar y regir en todas sus
actividades a los deportes criollos en el país y en sus relaciones con el extranjero. La Federación
está regida por un Consejo Directivo y por un Directorio, contando además con un Tribunal
Supremo de Disciplina y una Comisión Revisora de Cuentas, entidades que se encuentran
reguladas respecto de su integración, atribuciones, derechos y obligaciones.
El Título VI regula el corredor, delegado oficial, capataz y jurado. El artículo 181 enumera
los requisitos que los corredores deben cumplir para participar en rodeos oficiales, entre los
cuales se establece (i) participar con caballares de raza chilena inscrito en el Registro
Genealógico y reconocido por la Federación, (ii) vestir ropas y atuendos característicos del
huaso chileno y (iii) el jinete podrá ser de sexo masculino o femenino, chileno o extranjero.
El delegado oficial, al ser la autoridad máxima del rodeo específico que se está
desarrollando, cumple un rol de fiscalización ya que, en virtud del artículo 196, le corresponde:
- Verificar que la medialuna cumpla con las exigencias técnicas y reglamentarias, al igual
que sus instalaciones anexas.
- Hacer respetar las sanciones impuestas, impidiendo la actuación del corredor
sancionado.
- Impedir que corran animales que contravengan disposiciones reglamentarias.
- Revisar las inscripciones genealógicas de los caballares participantes.
- Cerciorarse de que filmen todas las series del rodeo.
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- Durante las corridas deberá ubicarse en un lugar determinado, de fácil ubicación, a fin
de que pueda intervenir resolviendo cualquier hecho que se produzca o en que se requiera
su decisión.
- Verificar el loteo del ganado y el llenado del toril.
Además, el delegado deberá emitir un informe acerca del desarrollo del rodeo, que es
esencial para las resoluciones que posteriormente deban adoptar el Directorio, Comisiones
Regionales o Tribunal Supremo.
Tiene por objeto regular distintos aspectos de las corridas y series del rodeo. El artículo 1
bis “de la zona de carrera y protección de los novillos”, establece las normas para delimitar la
zona de carrera en la pista de la medialuna, con marcas referenciales, de tal manera que se
impida encanchar al novillo de forma desmedida, para evitar las atajadas violentas. A
continuación, se inserta una imagen representativa de la cancha, bandera, y zona de atajada:
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Los artículos 4, 5 y 6 regulan las atajadas correctas, el cómputo y las faltas. Por último,
el artículo 7 incluye consideraciones a tener en cuenta en el cómputo de las carreras, dentro de
las cuales están aquellas referidas al cambio de novillo, castigo al novillo y caballo, lo que será
analizado en el Capítulo Tercero de la presente memoria.
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d) Reglamento de Rodeos para criadores
El rodeo para criadores es de categoría libre, y su reglamento contiene las normas para su
realización, respecto de las series, colleras y movimiento a la rienda.
Establece normas generales para el control de alcohol y abuso de drogas tanto para jinetes
como para los caballos, señalando las sanciones. Cuenta con una metodología de sorteo secreto
y confidencial, el que se realiza una hora antes del inicio de cada serie.
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del caballo de raza chilena, (iii) propiciar medidas tendientes a la conservación de la pureza
racial y evitar todo acto que pudiere afectarle, y (iv) velar por la preservación y difusión de las
tradiciones chilenas, especialmente aquellas relacionadas con la vida y actividades del campo.
h) Reglamento del Registro Nacional Histórico Genealógico del caballo de raza chilena
Este reglamento fue creado tras un acuerdo entre los siguientes entes registradores y
conservadores de registros: Sociedad Nacional de Agricultura, Sociedad de Fomento Agrícola
de Temuco, Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, Organización Ganadera Austral,
Sociedad de Ganaderos de Magallanes y la Federación de Criadores de caballos chilenos. El
objetivo principal es preservar y desarrollar la raza del caballo de raza chilena, en el ámbito
nacional e internacional, manteniendo y resguardando su integridad y pureza. El reglamento
expresa los requisitos y el procedimiento para la inscripción de los caballos de raza chilena, los
que son identificados a través de un microchip.
i) Manual de embocaduras
“Es imprescindible contar con una herramienta legal, con apoyo de fiscalización, que
permita prevenir y eventualmente controlar situaciones de maltrato a todos los animales, sean
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estos domésticos, de compañía, o criados por los humanos para su consumo, animales silvestres,
o usados para la experimentación”.
Esta moción tiene como objetivo establecer un marco jurídico para la protección de los
animales no humanos, resguardando su bienestar.
La Comisión del Medio Ambiente y Bienes Nacionales revisó y cotejó las disposiciones
contenidas en los proyectos de ley, para luego concluir que lo óptimo sería la fusión de ambos,
para brindar de esta manera una mayor celeridad a la aprobación de un marco jurídico de
protección de animales no humanos. La Comisión decidió someter a aprobación de la Honorable
Cámara de Senadores, una moción de aquellas normas contenidas en ambos proyectos de ley y
sobre las cuales ambas Cámaras ya habían manifestado consenso, logrando así una correcta
sistematización de su contenido.
Cobra especial relevancia el artículo 16 de la ley, el cual establece: “Las normas de esta
ley no se aplicarán a los deportes en que participen animales, tales como el rodeo, las corridas
de vaca, el movimiento a la rienda y los deportes ecuestres, los que se regirán por sus respectivos
reglamentos”.
Durante el primer trámite Constitucional del Senado, con fecha 20 de mayo de 2009 se
llevó a cabo la discusión en Sala. En esa instancia, el Señor Letelier consideró que el artículo
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16 era excesivamente amplio, ya que los deportes que se citan a continuación de la expresión
“tales como”, son solo a modo de ejemplo, de manera que, si en el futuro se desarrollan nuevos
deportes en que participen animales y conlleven maltrato, se podrán regir solo por sus
respectivos reglamentos internos.
El artículo 5 inciso primero dispone: “Los circos, parques zoológicos y otros lugares
destinados al espectáculo o exhibición de animales; los laboratorios de diagnóstico veterinario;
los establecimientos destinados a la producción industrial de animales y sus productos y los
locales comerciales establecidos para la compraventa de animales, deberán contar con las
instalaciones adecuadas a las respectivas especies y categorías de animales para evitar el
maltrato y el deterioro de su salud. Asimismo, deberán adoptar todas las medidas para resguardar
la seguridad de las personas.”
El legislador optó por excluir de esta disposición a los deportes en que participan
animales, por lo que el Servicio Agrícola Ganadero no cuenta con atribuciones para fiscalizar
las medialunas, apiñaderos e instalaciones anexas en las cuales de desarrolla el rodeo, lo que se
reafirma a su vez mediante el artículo 16. De esta manera, se excluye la vía administrativa en
materias de bienestar animal en el contexto del rodeo, quedando habilitada únicamente la vía
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judicial penal. Debido a lo anterior, se hace necesario analizar el nuevo tipo penal introducido
por la reciente Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía,
lo que se llevará a cabo en el Capítulo Segundo de la presente memoria.
Ahora bien, conforme al artículo 2 numeral 12 de la Ley N° 20.686 que crea el Ministerio
de Deporte, es facultad de aquel Ministerio “reconocer fundadamente, para los programas de su
sector y para todos los demás efectos legales, una actividad física como especialidad o
modalidad deportiva”. Lo anterior, debe ser comprendido en concordancia con el Decreto
1
En relación a la práctica del rodeo, véase Véjar, (2016, págs. 35-39).
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Supremo N° 5 de 2015 que aprueba el Reglamento para el tratamiento detallado y específico de
la función de Reconocimiento de Modalidades y Especialidades Deportivas que la Ley le
confiere al Ministerio del Deporte. El artículo 18 del Reglamento determina un conjunto de
criterios para dicho reconocimiento, dentro de los cuales se encuentra el de “ausencia de
maltrato animal”, estableciendo que “cuando del análisis de los antecedentes aportados en el
expediente, no se pueda acreditar la ausencia de este maltrato, la actividad será calificada como
no reconocida de plano y no podrá integrar ninguna de las categorías establecidas”.
Sin embargo, si se considera que el rodeo es una actividad deportiva con anterioridad a
la entrada en vigencia de la Ley N° 20.686 y el Reglamento, entonces no aplicaría la facultad
que tiene el Ministerio del Deporte para el reconocimiento, sino que habría que instar por la
recalificación de la práctica del rodeo.
Oficio N° 269:
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Tenemos el agrado de comunicar a Ud. que el Consejo Nacional de Deportes, en su
Sesión Ordinaria celebrada el día 27 de diciembre último, aprobó la solicitud de
afiliación presentada por esa Directiva en su nota del 30 de octubre pasado.
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La única ley que hace mención expresa al rodeo como deporte (y en ningún caso como
Deporte Nacional), es la ley N° 20.380 sobre protección de animales en su artículo 16: “Las
normas de esta ley no se aplicarán a los deportes en que participen animales, tales como el rodeo,
las corridas de vacas, el movimiento a la rienda y los deportes ecuestres, los que se regirán por
sus respectivos reglamentos”.
“Artículo 1°. - Declárese la actividad deportiva de la rayuela como deporte nacional, que
se disputa por puntos, consistente en el lanzamiento de tejos, desde distancias prefijadas, hacia
una superficie determinada, atravesada por una lienza a alcanzar.
Artículo 2°. - El Ministerio del Deporte, en cumplimiento de las funciones que le otorga
la Ley N° 20.686, propondrá al Presidente de la República las políticas, programas y acciones
destinados al desarrollo de la rayuela, en coordinación con las respectivas asociaciones y clubes
de ese deporte, propendiendo a hacer de dicha disciplina parte de la imagen de Chile, no solo
como deporte, sino también como símbolo cultural y patrimonial de la Nación.”
Los proyectos de esta Ley (Boletín N° 8.097-04 y Boletín N° 8404-29, los que fueron
fusionados por tratar la misma materia) señalan que la rayuela es un deporte genuinamente
chileno, ligado como ningún otro a las tradiciones chilenas desde la época colonial, e incluso se
jugaba entre los mapuches a la llegada de los conquistadores españoles, en la modalidad
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“tecum”. La rayuela es una fiesta popular, como también una fiesta chilena, que ha servido para
mejorar la relación social y afectiva, fortaleciendo la interacción entre pares y afianzándola
como tradición chilena que se ha transmitido por generaciones. Su práctica se encuentra
ampliamente extendida por todo el país, lo que se evidencia en el elevado número de
asociaciones y clubes existentes.
La discusión que consta en la historia de esta Ley y la Ley en sí misma permite afirmar
que, si bien el concepto de Deporte Nacional no constituye una categoría jurídica especial con
consecuencias diferenciadas en relación a otras modalidades deportivas, sí toma relevancia la
idea de que esta categoría simboliza la cultura y patrimonio de nuestro país, además de afianzar
y estrechar lazos entre los distintos miembros de la sociedad chilena. A pesar de que ha quedado
demostrado que el rodeo no es legalmente un Deporte Nacional, su tratamiento en la práctica ha
llevado a afirmar lo contrario, por lo que es pertinente al menos cuestionarse si esa actividad
deportiva efectivamente es un símbolo cultural y patrimonial de todos los chilenos.
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historiador William San Martín “el proceso de democratización en la década de los 90 ha
generado un Chile que hoy busca el desarrollo de las regiones, un Chile que valora la diversidad,
que demanda un sistema más igualitario. Por eso el rodeo, no representa hoy el Chile del
presente, ni los desafíos que Chile tiene para avanzar en una sociedad más igualitaria y
democrática” (Fajardo, 2017).
No solo aquellos destacados historiadores ponen en duda el carácter cultural del rodeo,
sino también los ciudadanos chilenos. Durante el 5 y 10 de septiembre del año 2017, la
reconocida empresa de investigación de mercado y opinión pública en Chile, CADEM, efectuó
una encuesta sobre la “chilenidad”, arrojando resultados impresionantes. Una de las preguntas
de la encuesta fue: ¿Qué tan cercano o identificado se siente usted con estas cosas que son
típicamente chilenas? Respecto del rodeo, el 61% de los encuestados no se siente identificado
en absoluto, y el 17% se siente “algo” identificado, posicionándose el rodeo como la tradición
con menos representatividad del total de 10 tradiciones objeto de la encuesta, dentro de las
cuales se encuentran, por ejemplo, la bandera, la cueca, las fiestas patrias y la canción nacional.
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CAPÍTULO II: LEY N° 21.020. ANÁLISIS DEL DELITO DE MALTRATO O
CRUELDAD ANIMAL
Con fecha 13 de mayo de 2009 se elabora el primer Informe de la Comisión de Salud, que
tiene por objeto dar a conocer la iniciativa compuesta por 7 artículos permanentes y uno
transitorio. Dado que existían otras iniciativas relacionadas con la materia, la Comisión decidió
tenerlas a la vista para un debido tratamiento sistemático. Dichas iniciativas son las siguientes:
- Boletín N° 2.696-11.
- Boletín N° 5.847-11.
- Boletín N° 1.721-12.
21
- Boletín N° 2.700-12.
- Boletín N° 3.250-12.
- Boletín N° 3.327-12.
- Boletín N° 3.603-12.
- Boletín N° 4.546-07.
- Boletín N° 4.683-12.
- Boletín N° 6.265-14.
- Boletín N° 6.273-12.
Los proyectos enunciados se pueden agrupar en dos grandes categorías que responden a
ideas matrices diferentes: los que apuntan a sancionar el maltrato animal, y los que regulan la
condición de animales potencialmente peligrosos y la responsabilidad civil y penal de las
personas que los tienen a su cuidado.
En materia de responsabilidad penal, el inciso segundo del artículo 491 del Código Penal
castiga como autor de cuasi delito al dueño de animales feroces que, por descuido culpable de
su parte, causaren daño a las personas. Las penas aplicables son reclusión o relegación menores
en sus grados mínimo a medio, cuando el hecho importare crimen, y reclusión o relegación
menores en su grado mínimo o multa de once a veinte unidades tributarias mensuales, cuando
importare simple delito.
Por otra parte, conforme al artículo 494 número 18 del Código Penal, el dueño de animales
feroces que, en lugar accesible al público, los dejare sueltos o en disposición de causar mal,
sufrirá la pena de multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales.
Finalmente, el artículo 25-D que la Ley N° 20.025 agregó a la Ley N° 19.284, impone al
dueño del perro de asistencia, o a quien se sirva de él, el deber de adoptar las medidas necesarias
para asegurar una sana convivencia y evitar disturbios o molestias a las demás personas. Si el
perro de asistencia presenta signos de enfermedad, agresividad o se constituye en un evidente
riesgo para los individuos, las personas con discapacidad no podrán ejercer los derechos que les
confiere el párrafo 2° del Capítulo I del Título IV de la Ley N° 19.284.
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El Proyecto de Ley dispone que la peligrosidad asociada a la tenencia de animales y los
riesgos asociados serán calificados por la autoridad competente, de acuerdo a la información
científica disponible y la opinión de expertos. Los propietarios, poseedores y tenedores de un
animal potencialmente peligroso deberán informar a la Municipalidad de su domicilio, y a la
autoridad sanitaria, a objeto de su registro. De lo contrario, el juez de policía local les impondrá
una multa de una a cinco unidades tributarias mensuales.
Cuestión novedosa es la acción popular contra el Estado que contempla el Proyecto, por
la acción dañosa de animales vagos, en particular la provocada por perros. Será la autoridad
sanitaria competente la que adoptará las medidas sanitarias ante los daños ocasionados por
cualquier animal.
Las cifras conocidas por el Ministerio de Salud son fragmentarias. “La población canina
bordearía los 2 millones de individuos y anualmente se registran alrededor de 40.000 casos de
mordeduras a personas, pero se ignora el volumen no denunciado. Lo anterior, genera un gasto
en salud que se eleva a más de $2.000.000.000 al año” (Biblioteca del Congreso Nacional,
2017).
La Comisión de Salud estimó que no resulta eficaz establecer reglas contra determinadas
razas, ya que la amenaza a las personas proviene principalmente de perros vagos o abandonados,
que no son mencionados en los proyectos en tramitación. Además, señaló que no hay un
consenso científico respecto de la calificación de peligrosidad, dado que ésta puede ser
consecuencia del adiestramiento dado por las personas (Biblioteca del Congreso Nacional,
2017).
23
- Es indispensable dotar a los municipios de los recursos necesarios para abordar con éxito las
nuevas tareas que se les impondrían;
- Prohibición de tener animales a quien sea condenado por maltrato a los mismos;
- Posible extensión de las medidas a poblaciones de gatos, palomas, gaviotas y otros animales y
aves en situaciones que presenten riesgo sanitario.
Con fecha 2 de junio de 2009 se efectuó la sesión 22 de la Cámara del Senado, presidida
por el honorable señor Novoa. Tomó la palabra el señor Espina para plantear y solicitar que se
autorice a los miembros de la Comisión de Salud para que discutan el Proyecto no solo en
general, sino también en particular, invitando a civilistas y penalistas para lograr una mejora en
la legislación vigente.
El señor Girardi manifestó que el Proyecto “busca avanzar hacia una nueva ética, no
antropocéntrica, sino biocéntrica, en el sentido que la especie humana no utilice todos los nichos
ecológicos para luego destruirlos. Este tipo de proyectos permiten asentar la convivencia que la
especie humana debiera observar con el resto de los seres vivos” (Biblioteca del Congreso
Nacional, 2017).
24
Para el señor Horvath, “la única forma de resolver el problema de los perros vagos -así lo
han hecho los países más avanzados en la materia- es a través de la tenencia responsable. Para
reducir la cantidad de ellos, se requieren procesos de esterilización para hembras y machos y,
también, de adopción. Ese es el camino que una sociedad debe seguir, y no el de señalar que,
por razones sanitarias, hay que eliminar a dichos animales, pues así, en el fondo, solo se
escabulle el problema. Basta recordar prácticas recientes del Ministerio de Salud en distintas
Regiones o de algunos Municipios, mediante las cuales se repartía estricnina en lugares
públicos, incluso en predios y campos privados, para eliminar a los perros vagos, con gran riesgo
para niños y personas por la posibilidad de tomar contacto con ese tipo de veneno. Ello, sin
mencionar lo criminal y cruel de dicho método” (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).
Terminó su intervención señalando que, respecto de la tenencia responsable de animales, se
debe legislar con más precaución y de forma más íntegra, en un proyecto distinto al discutido
en la sesión.
Luego de las intervenciones del resto de los señores Senadores presentes en la sesión, el
Presidente de la Cámara del Senado, señor Novoa, sometió a votación la devolución del
Proyecto a la Comisión de Salud para la elaboración de un nuevo Primer Informe, en el que sea
discutido en general y particular, y para estudiar la posibilidad de refundirlo con otras iniciativas
en tramitación. Con 22 votos a favor, 4 en contra y una abstención, se decidió que el Proyecto
volvería a la Comisión de Salud.
25
competencia o desafío, y quienes las organicen, promuevan o difundan serán castigados como
autores de maltrato animal conforme lo dispone el artículo 291 bis del Código Penal”.
Artículo 19.- “Toda contravención a esta ley se sancionará con multa de una a cinco unidades
tributarias mensuales, sin perjuicio de la aplicación a lo dispuesto en el Código Penal sobre
maltrato animal (…)”.
Artículo 21.- “Toda persona que fuere condenada por maltrato o crueldad animal conforme lo
regulado en el artículo 291 bis del Código Penal, sufrirá, además, la pena accesoria de
prohibición absoluta perpetua para la tenencia de cualquier tipo de animales. La misma
prohibición se aplicará a quienes infrinjan lo dispuesto en el artículo 8°. Esta pena accesoria no
podrá ser sustituida ni rebajada y se aplicará en todo caso”.
a) Agréguense los siguientes incisos segundo y tercero, nuevos, al artículo 291 bis:
Podrán querellarse en los procesos por los delitos de este artículo las organizaciones con
personalidad jurídica que tengan por finalidad la protección de los animales y que se hallen
inscritas en el Registro a que se refiere el artículo 15 de la ley indicada en el inciso precedente.”.
26
b) Agrégase al número 18 del artículo 494 del Código Penal la siguiente oración final:
“En el caso de los animales de la especie canina considerados potencialmente peligrosos, se
aplicará lo dispuesto por la legislación especial sobre la materia.”
Como resultado de las enmiendas introducidas en este segundo Informe, los objetivos del
proyecto pueden resumirse como sigue: fomento de la tenencia responsable de mascotas o
animales de compañía; reconocimiento de la existencia de ciertos tipos de mascotas que por
distintas razones desarrollan conductas agresivas, a los que se les dará un tratamiento especial
en razón de su potencial peligrosidad, de lo que derivan exigencias mayores que se imponen a
sus dueños; protección de la salud pública, aplicando medidas para el control de la población de
mascotas o animales de compañía, consistentes principalmente en la promoción de campañas
de esterilización masiva; creación de registros de animales potencialmente peligrosos, de
organizaciones no gubernamentales promotoras de la tenencia responsable y de criaderos de
razas potencialmente peligrosas; implementación de políticas públicas sobre protección de la
población animal, con el apoyo de entidades especializadas promotoras de la tenencia
responsable de mascotas, a las que se asignarán recursos estatales para operar adecuadamente;
protección de la salud de los animales, promoviendo su bienestar mediante la tenencia
responsable y la aplicación de cuidados veterinarios, y regulación de la responsabilidad por los
daños que sean consecuencia de la acción de dichas mascotas o animales de compañía, sin
perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).
Al discutir el artículo 7 inciso segundo del Proyecto, los Diputados Accorsi, Castro,
Monsalve, Núñez, Rubilar, Saa, Silber y Torres, realizaron una indicación estableciendo que el
artículo no comprende actividades como el rodeo, por no tratarse de una actividad en que exista
27
pelea entre animales, en cuyo caso debiera legislarse específicamente. El Subsecretario de Salud
agregó que, la Ley N° 20.380 en su artículo 16 establece que los deportes en que participen
animales, tales como el rodeo, se regirán por sus respectivos reglamentos.
28
“Artículo 291 bis.- El que injustificadamente y por cualquier medio o procedimiento
ejerza maltrato o crueldad contra un animal, será castigado con pena de multa de dos a treinta
unidades tributarias mensuales
El que, producto de la acción u omisión arriba descrita, causare al animal daño físico o
síquico, será castigado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de
diez a treinta unidades tributarias mensuales, además de inhabilidad absoluta perpetua para la
tenencia de animales.
Además, la proposición incluye un artículo 291 ter, nuevo, que se adicionaría al anterior
en el Código penal:
“Artículo 291 ter.- Para los efectos del artículo anterior, se entenderá por actos de
maltrato o crueldad animal toda acción u omisión, puntual o reiterada, que injustificadamente
causare daño, dolor o sufrimiento al animal, tanto físico como síquico.”.
1) Agrégase en el artículo 21, en la Escala General, Penas de simples delitos, al final del listado,
la siguiente pena: “Inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.”.
2) Intercálase, en el número 5° del artículo 90, entre el vocablo “edad” y la coma que le sigue,
la expresión “o para la tenencia de animales”.
3) Agrégase al artículo 291 bis, los siguientes incisos segundo y tercero, nuevos:
29
“Si como resultado de una acción u omisión se causare al animal daño, la pena será
presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de diez a treinta unidades tributarias
mensuales, además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de cualquier
tipo de animales.
Si como resultado de las referidas acción u omisión se causaren lesiones que menoscaben
gravemente la integridad física o provocaren la muerte del animal se impondrá la pena de
presidio menor en su grado medio y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales,
además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.”.
“Artículo 291 ter.- Para los efectos del artículo anterior se entenderá por acto de maltrato
o crueldad con animales toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que injustificadamente
causare daño, dolor o sufrimiento al animal.”.
30
humanos. Pero si existen derechos para los hombres, igualmente debe haberlos para los
animales. Y la sociedad mundial debe avanzar en la materia” (Biblioteca del Congreso Nacional,
2017).
En el mismo sentido, el señor Guillier manifestó: “Me parece que las sanciones penales
y multas que se contemplan son necesarias, dada la naturaleza del maltrato y el abandono que
sabemos que sufren los animales en nuestro país. La urgencia y la profundidad del problema
explican la fuerza que deben tener las sanciones. Considero que es un buen proyecto, porque
plantea a la sociedad chilena la necesidad de tener un nuevo trato con los animales, porque parte
estableciendo obligaciones claras, sanciones para quienes no cumplan, pero, sobre todo, porque
genera una cultura de protección” (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).
El señor Rossi, por su parte, juzgó que hay pocas herramientas legislativas para sancionar
los actos de maltrato o de crueldad. Si bien el delito respectivo se encuentra tipificado, muchas
veces las propias autoridades encargadas de fiscalizar el cumplimiento de las normas carecen
de los conocimientos necesarios en lo tratante a la legislación vigente. Luego, criticó la falta de
fiscalización en los circos, y consideró que esta actividad conlleva siempre maltrato y crueldad,
por lo que el Ministerio Público debiera tener una actitud sancionadora y comprobar la
procedencia legal de cada especie. Finalmente, respecto del rodeo, manifestó que “Chile debiera
haber prohibido el rodeo hace rato, pues constituye una barbarie. Lo digo con todas sus letras,
porque me parece realmente deplorable sentir placer al ver cómo se le inflige daño a un animal”
(Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).
2.2 Tipicidad del artículo 291 bis y ter del Código Penal
31
“Art. 291 bis.- El que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales será castigado
con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de dos a treinta unidades
tributarias mensuales, o sólo con esta última.
Si como resultado de una acción u omisión se causare al animal daño, la pena será
presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de diez a treinta unidades tributarias
mensuales, además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de cualquier
tipo de animales.
Si como resultado de las referidas acción u omisión se causaren lesiones que menoscaben
gravemente la integridad física o provocaren la muerte del animal se impondrá la pena de
presidio menor en su grado medio y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales,
además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.
Art. 291 Ter.- Para todos los efectos del artículo anterior se entenderá por acto de
maltrato o crueldad con animales toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que
injustificadamente causare daño, dolor o sufrimiento al animal.”
Con anterioridad a las modificaciones del delito de maltrato animal, se discutía si el bien
jurídico protegido era uno de carácter supra-individual perteneciente a la sociedad, la que se
vería ofendida o violentada por el ánimo de crueldad inserto en la conducta del tipo penal.
32
La Ley N° 18.859 publicada en el Diario Oficial el 29 de noviembre de 1989, incorporó
el artículo 291 bis al Código Penal, categorizando el maltrato o crueldad animal como un delito,
lo que, con anterioridad a su entrada en vigencia, era previsto como una falta en virtud del
artículo 496 N° 32.
“El proyecto de ley motivo de esta moción encuentra sólida sustentación en razones de
política criminal, esto es, la prevención delictual. En efecto, los actos de crueldad para con los
animales endurecen el alma del hombre, predisponiéndolo a la violencia con sus semejantes,
todo lo cual puede ser el origen de ciertas tendencias antisociales y delictuales.
Para el derecho privado los animales jurídicamente son cosas o bienes corporales
muebles y están, por consiguiente, sujetos al derecho de dominio, pudiendo el propietario usar,
gozar y disponer de ellos a su arbitrio.
Los malos tratos a los animales son constitutivos de delito de daño, pero en este caso la
protección radica en la defensa no de aquellos, sino simplemente de la propiedad ajena.
Entonces, el delito de daños resulta insuficiente para resguardar a los animales contra actos de
crueldad.
(…) El animal es una cosa “muy sui géneris”, que no puede equipararse a una cosa
inanimada, pues por su naturaleza está dotada de sensibilidad.
Atendido el momento histórico cultural que vive nuestra comunidad, resulta menester
dar el paso esencial en lo tocante al bien jurídico protegido. En efecto, se hace necesario
33
desplazar el interés de la comunidad hacia la protección, no de la cosa, sino de la “criatura”.
Así, es el propio animal que sufre los maltratos, el que debe ser resguardado penalmente.”
El concepto de animal como bien mueble semoviente, otorgado por el Código Civil, no
es compartido por el legislador penal, toda vez que lo considera como una criatura “sui géneris”,
esto es, algo único propio de su género e inclasificable al tratarse de un ser dotado de
sensibilidad, de manera que el delito de daños resulta insuficiente e ineficiente para proteger a
los animales de los actos de maltrato o crueldad. Si bien hay una clara intención del legislador
penal de prevención delictual con la introducción del nuevo delito de maltrato animal, puede
observarse que hay también envuelto un interés de resguardar el bienestar de los animales.
“No se trata solo de que la sociedad o los humanos seamos compasivos con los animales
porque la crueldad con ellos acaba generando crueldad con los humanos. Quizás sea cierto que
la compasión por los humanos y por otros animales vayan unidas frecuentemente; pero, de
cualquier manera, decir o pensar que esta es la única razón por la que debemos ser compasivos
con los animales porque tienen necesidades fisiológicas, etológicas y de adaptación al medio
ambiente y porque es injustificable excluirlos de la esfera de preocupación moral, hace que esta
consideración dependa exclusivamente de las consecuencias beneficiosas que puedan resultar
para los humanos, es aceptar implícitamente que los intereses de los animales no son en sí
mismos suficientes para que los tengamos en cuenta (…)”
34
“Es imprescindible contar con una herramienta legal, con apoyo de fiscalización, que
permita prevenir y eventualmente controlar situaciones de maltrato a todos los animales, sean
estos domésticos, de compañía o criados por los humanos para su consumo; animales silvestres
o usados para la experimentación”.
“Estamos por resguardar los derechos de los animales, por protegerlos del maltrato y
sancionar a aquellos que los lastimen” (Biblioteca del Congreso Nacional, 2009, pág. 70).
“(…) [L]o que estamos intentando en este minuto es apuntar a mejorar en este país una
mejor legislación, precisamente para proteger a los animales” (Biblioteca del Congreso
Nacional, 2009, pág. 58).
Las discusiones sostenidas respecto del objetivo y ámbito de aplicación de la ley, quedan
plasmadas en la redacción final y definitiva de su artículo primero, el cual dispone:
“Esta ley establece normas destinadas a conocer, proteger y respetar a los animales,
como seres vivos y parte de la naturaleza, con el fin de darles un trato adecuado y evitarles
sufrimientos innecesarios”.
Aparece con claridad que para el legislador penal el bien jurídico protegido es
precisamente el bienestar animal, lo que se evidencia posteriormente con la promulgación de la
Ley N° 21.020. El Oficio de fecha 27 de agosto de 2009 que formula indicación sustitutiva al
proyecto de la referida ley, señala expresamente que se introdujeron nuevos artículos “con el
objeto de proteger la salud animal promoviendo su bienestar a través de la tenencia responsable”
(Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).
Por otro lado, el artículo 291 bis está contenido en el § 9 del Título VI del Libro II del
Código Penal: “Delitos relativos a la salud animal y vegetal”. El concepto de salud animal ha
sido equiparado al de sanidad animal, al respecto el Servicio Agrícola y Ganadero expresa que
“la sanidad animal del país se aborda tanto desde la prevención del ingreso de enfermedades
(evitando así la introducción al territorio de agentes causantes de enfermedades exóticas o
35
endémicas de importancia económica), como mediante el control y erradicación de
enfermedades presentes en el país” (www.sag.gob.cl, s.f.). Respecto de los artículos 289, 290 y
291 del Código Penal, es posible afirmar que el bien jurídico protegido es la salud o sanidad
animal y vegetal entendida de manera general, procurando evitar y sancionar “la propagación
de enfermedades infectocontagiosas, plagas u otras sustancias que las ataquen de manera
indiscriminada e incontrolada, y que, según su extensión, podría llegar a poner en riesgo la
seguridad alimenticia o abastecimiento de la población” (Matus, 2013, pág. 143). Sin embargo,
el artículo 291 bis resguarda la salud de un espécimen animal no humano en particular, de
manera que lo correcto es utilizar el concepto de bienestar animal para su cabal comprensión.
El bien jurídico protegido por el artículo 291 bis es, entonces, el bienestar de los animales
no humanos2.
2.2.2 Sujetos
A. Sujeto activo
Es el sujeto que realiza la conducta o acción típica. El delito contempla como sujeto
activo “el que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales”, por lo que puede ser
cualquier persona en su modalidad comisiva, tratándose entonces de un delito común. En la
modalidad omisiva del delito, el sujeto activo requiere ostentar una condición o posición de
garante en relación al animal, por lo que en tal caso se trata de un delito especial propio.
2
En otro sentido, véase Véjar, (2016, págs. 20-21)
36
17 del Código Penal, en virtud de los cuales son responsables criminalmente del delito los
autores, cómplices y encubridores.
B. Sujeto Pasivo
Es el ofendido por el delito, quien soporta sus consecuencias. En este caso no hay un
sujeto pasivo humano, sino quien soporta tales consecuencias es el animal no humano, titular
del bien jurídico de bienestar animal.
2.2.3 Conducta
A. Modalidad comisiva
Con anterioridad a la reciente modificación del delito, surgían dudas respecto de estos
conceptos, ya que el legislador no los definió ni tampoco señaló casos previstos alternativamente
para la ejecución de este. Los conceptos eran ambiguos y amplios de interpretación, lo que en
la práctica se tradujo en lagunas de punibilidad 3.
Actualmente, el artículo 291 ter determina que se entenderá por acto de maltrato o
crueldad con animales: “toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que injustificadamente
causare daño, dolor o sufrimiento al animal”, ligando así, la conducta directamente con el
3
En un mismo sentido, véase Lagos, M.S. (2002).
37
resultado del tipo. Sin embargo, el legislador no explica qué se entiende por
“injustificadamente”, lo que deberá ser apreciado en concreto por los jueces competentes.
Respecto de los medios ejecutivos, estos pueden ser cualquiera, “no siendo necesario
que los de carácter material o físico tengan que incidir directamente sobre el cuerpo del animal”
(Guzmán Dalbora, 2007, pág. 237), sino que lo relevante es la idoneidad para causar un
menoscabo en el bienestar del animal.
En cuanto al lugar de ejecución, también es indiferente según el tipo, por lo que podría
ejecutarse a la vista de espectadores, como ocurre en el caso del rodeo.
B. Modalidad omisiva
Para el académico Garrido Montt, se configura en la medida que exista una norma
jurídico penal, “que imponga a una persona determinada la realización de una actividad,
evitando con ello concreción de un peligro para el bien jurídico, siendo la omisión, el no hacer
aquello que se tiene el poder jurídico de realizar pudiendo hacerlo” (Garrido, 2005, pág. 235).
La conducta típica consiste en la simple infracción del deber de actuar, descrito en la ley,
esto es, en la omisión de una actuación esperada en las circunstancias que la propia ley
determina. La conducta esperada – el deber omitido – es la adecuada a la situación fáctica y sus
características de tiempo, lugar, peculiaridades de la víctima, etc., pero la ley exige algo más: la
capacidad de acción, requisito implícito en el sujeto activo de todo delito de omisión (Politoff,
Matus, & Ramírez, 2004, págs. 196-197).
Como señala Garrido Montt, estos delitos, “comprenden tanto a aquellos donde se
requiera estar presente frente al resultado típico que un sujeto debía impedir, y que son
excepcionales en nuestro sistema jurídico penal o que no requieran la realización de un resultado
típico determinado para sancionar la omisión en que el sujeto incurre” (Garrido, 2005, pág. 238).
38
Se caracterizan por la circunstancia de que “la omisión – que no está expresada en el tipo
penal en cuanto tal – es considerada apta para que le sea atribuido un resultado” (Politoff, Matus,
& Ramírez, 2004, pág. 198). Tratándose de delitos descritos de forma comisiva, para los
académicos Politoff, Matus y Ramírez, “será esperable la evitación de resultados lesivos de
quienes se hayan obligados especialmente a ello, debiendo verificarse los siguientes requisitos”
(2004, pág. 199):
Tal como lo plantea Mañalich, los delitos de omisión impropia son, estructuralmente,
delitos especiales propios, en el sentido que el impedimento del respectivo resultado solo se
encuentra sometido a requerimiento para quien ocupe una posición de garantía en relación con
el bien jurídico cuyo menoscabo se identifica con ese resultado. “La existencia de la
correspondiente relación de garantía constituye un presupuesto del carácter requerido de la
acción impeditiva cuya omisión resulta (en tal medida) delictiva, y no en cambio un criterio de
imputabilidad del quebrantamiento de esa norma” (Mañalich, 2014, págs. 242-243).
Para delimitar la obligación específica que pesa sobre el garante de impedir el resultado,
debe haber certeza de la fuente de dicha obligación. En Chile, “las fuentes no están determinadas
legalmente, pero hay consenso en la doctrina que pueden provenir de la ley o el contrato. La
39
doctrina más influenciada por la dogmática alemana suele añadir el hacer precedentemente
peligroso y la llamada comunidad de peligro” (Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, pág. 202).
Artículo 3, inc. primero: “Toda persona que, a cualquier título, tenga un animal,
debe cuidarlo y proporcionarle alimento y albergue adecuados, de acuerdo, al menos, a las
necesidades mínimas de cada especie y categoría y a los antecedentes aportados por la ciencia
y experiencia.”
40
lesivo evidenciado subsume los hechos en el tipo penal del artículo 291 bis del Código Penal
(De Carvalho, 2016, pág. 98).
“[L]as probanzas dieron cuenta que el animal se encontraba bajo su custodia – posición
de garante– por disposición del SAG y no adoptó todo el cuidado necesario para evitar el mal
estado de salud y condiciones precarias e inadecuadas de cautiverio del animal, lo que le
provocaron el deteriorado estado de salud. (…) La obligación del imputado de otorgar el debido
cuidado nació al comprar la elefanta el año 1998, y luego al habérsele otorgado una tenencia
administrativa del animal en calidad de custodia, los por tanto surgieron para el requerido la
obligación - deber de otorgarle todo lo necesario para su bienestar, y no cualquier cuidado, sino
aquel acorde a un elefante en peligro de extinción y protegido por tratados internacionales, lo
que no cumplió (…)”.
Corresponde a la cosa o persona sobre la que recae la acción constitutiva de delito. Como
señalan los académicos Politoff, Matus y Ramírez, “este elemento de la estructura del delito en
variadas ocasiones resulta confundirse con el sujeto pasivo del mismo, como ocurre sobre todo
en aquellos delitos contra intereses personales” (Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, pág. 187).
41
Pues bien, del mismo modo, en el delito de maltrato o crueldad animal el sujeto pasivo se
identifica con el objeto material del delito, siendo este el “animal” o los “animales” que, de
acuerdo a la Real Academia Española, se definen como “ser orgánico que vive, siente y se
mueve por su propio impulso”.
Respecto a esto, resulta innovadora la reforma introducida por la Ley N° 21.020, que
incorpora los incisos 2 y 3 al artículo 291 bis, haciendo alusión expresa “al animal”, lo que
difiere del inciso primero que castiga los actos de maltrato o crueldad “con animales”. Como
bien plantea Mañalich, dicha reforma parece transformar la regulación reemplazando la
tipificación de un delito de maltrato de individuos considerados pluralmente, por uno de
consideración singular, lo cual implica la “individuación y la cuantificación de las instancias de
realización del tipo en cuestión, en función de si son uno o varios los animales cuyo maltrato
venga en consideración” (Mañalich, s.f., pág. 3).
En este sentido, por tanto, en torno al tema es menester mencionar que la reforma en comento
implica un avance significativo en la protección de los animales en tanto seres orgánicos que
viven, sienten y se mueven por propio impulso, resguardando su integridad individual, en la
forma de prescripción para las hipótesis de su menoscabo de tantas sanciones como sujetos de
protección se vulneren.
El nuevo artículo 291 ter, dispone: “para los efectos del artículo anterior se entenderá
por acto de maltrato o crueldad con animales toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que
injustificadamente causare daño, dolor o sufrimiento al animal”. Con arreglo a esta definición,
“el delito pasa a tener, inequívocamente, una estructura resultativa” (Mañalich, s.f., pág. 2). Esto
se traduce en que, en su forma básica, la consumación del delito queda condicionada por la
exigencia de que el comportamiento en cuestión dé lugar – de manera imputable – a un resultado
de daño, dolor o sufrimiento para el animal, esto es, un menoscabo en su bienestar físico o
psíquico.
La modificación del artículo 291 bis, tal como plantea Mañalich, consiste en el
establecimiento de dos formas calificadas, formuladas en los nuevos incisos 2 y 3. “En uno y
otro caso, el criterio de calificación del delito consiste en el condicionamiento causal de un
42
determinado resultado, consistiendo éste en un “daño” para el animal, bajo el inc. 2, y en
“lesiones que menoscaben gravemente la integridad física o provocaren la muerte del animal”,
bajo el inc. 3” (Mañalich, s.f., pág. 2).
2.3. Antijuricidad
Ahora bien, en concreto este podría ser considerado uno de los tópicos de mayor
discusión dentro del análisis del delito, principalmente por el debate ético que implica la
valoración cultural-histórica de los intereses de los animales no humanos, y de la posibilidad
que brindaría el ordenamiento jurídico de autorizar conductas que podrían considerarse
constitutivas del ilícito, o más bien, determinar cuáles serían las hipótesis frente a las cuales se
eliminaría esta conciencia de ilicitud frente a conductas punibles.
43
experimentación en animales vivos, eliminación de animales peligrosos para la salud pública o
individual, entre otras (De Carvalho, 2016, págs. 63-65).
2.4. Culpabilidad
Al respecto son aplicables las reglas y elementos generales, por lo que no se requiere un
pronunciamiento especial sobre ellas; salvo mencionar que si bien las conductas constitutivas
del ilícito puede cometerse tanto con dolo directo como con dolo eventual, la excepción en el
caso concreto constituye la posibilidad de comisión bajo título de culpa, ya que conforme al
artículo 492 del Código Penal, es aplicable solo respecto de delitos contra las personas,
quedando en tanto excluida dicha posibilidad a propósito del delito en estudio.
2.5. Penalidad
La pena prevista para el inciso 1 del artículo 291 bis del Código Penal es presidio menor
en sus grados mínimo a medio y multa de 2 a 30 UTM, o solo esta última, por lo que es una
pena combinada y a la vez alternativa.
44
La pena prevista para el inciso 2 es presidio menor en sus grados mínimo a medio, por
lo que se trata de un simple delito con pena divisible de dos grados, además de la multa de 10 a
30 UTM, pena que deja de ser alternativa. Por último, el inciso 3 se pena con presidio menor en
su grado medio y multa de 20 a 30 UTM. En estos dos últimos incisos, se debe aplicar asimismo
la pena accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de cualquier tipo de animales.
45
CAPÍTULO III: PRÁCTICAS PRESUNTAMENTE CONSTITUTIVAS DE
DELITO EN EL RODEO
Ya analizado el tipo penal del delito, se prosigue a enunciar aquellas prácticas que
presuntamente constituyen maltrato o crueldad con animales en el marco del rodeo, incluyendo
tanto a los caballos, como a los novillos, sujetos pasivos y objetos materiales del delito.
La Real Academia Española define estribo como “aquella pieza de metal, madera o cuero,
que pende de la ación (correa que cuelga de la silla de montar) y en la que el jinete apoya el
pie”. Estribazo es entonces, el acto de golpear con el estribo, sancionado en este caso cuando la
acción se ejerce sobre la cabeza del novillo.
b) Chicotazo al novillo
La acepción correcta de la palabra chicote en el marco del rodeo, es látigo, por lo que la
acción de chicotear se entiende como golpear con el látigo. Esta acción puede ser ejercida en
cualquier parte del cuerpo del novillo, ya que el reglamento no distingue.
Las prácticas de las letras a), b) y c) son consideradas como faltas, salvo en caso de riesgo
para un jinete.
El reglamento establece:
46
- Cuando la falta sea evidente, se sancionará con la eliminación de la serie, y en el caso
de reincidencia, con la eliminación del rodeo. El jinete eliminado no podrá participar en
otro rodeo en la misma fecha.
- El compañero del jinete infractor podrá seguir participando con otros caballos y con
compañero diferente.
Se parte del hecho que el novillo está desplomado en el suelo de la medialuna. Más que
tomar, la acción castigada es tirar de la cola del novillo, lo que en la práctica se traduce en
arrastrar al novillo de la cola hasta que logre ponerse en pie para continuar corriendo la serie.
Entiéndase “con puerta”, la puerta del apiñadero que permite la entrada a la medialuna.
La acción sancionada es golpear al novillo cuando va con puerta.
La sanción prevista por el reglamento para las letras d), e) y f) es la eliminación del jinete
y su caballo del rodeo. Luego, se establece:
- En caso que el jinete eliminado tenga caballos clasificados para la final, no los podrá
correr y no podrá participar en otro rodeo en la misma fecha.
- Si la infracción ocurre en la última serie en que participa, la eliminación implicará la
inmediata suspensión del jinete para la fecha siguiente.
- El compañero del jinete infractor podrá seguir participando con compañero diferente.
47
g) Golpes indebidos al novillo
h) Castigo al caballo
Se distingue de los golpes, por el ánimo de reprensión y corrección del actor envuelto en
el castigo. El reglamento establece:
i) Uso de bocados y otros dispositivos que, por su forma y diseño, hagan daño manifiesto o
potencial a la boca de los caballos
Bocado es definido por la Real Academia Española como “la parte del freno que entra
en la boca de la caballería”. El reglamento enuncia los dispositivos que están prohibidos, lo que
debe ser complementado con las disposiciones contenidas en el Manual de Embocaduras. El
reglamento señala:
48
- El jinete infractor se sancionará con la eliminación del rodeo. El compañero del jinete
infractor podrá seguir participando con otro compañero.
- Esta infracción será considerada como una falta grave a la ética deportiva.
El Código clasifica las actuaciones en (i) graves, (ii) de mediana gravedad y (iii) leves, las
cuales, a diferencia de las prácticas enunciadas precedentemente que toman relevancia en el
cómputo de las carreras, buscan sancionar al socio directamente en su calidad de tal. De estas
actuaciones, solo dos tienen relación con la protección de la vida y bienestar de los caballos (y
en ningún caso de los novillos) que participan en el rodeo, a saber:
a) El socio que castiga a su caballo dentro del recinto de la medialuna y que, posteriormente,
se compruebe que producto de ello fallece
En virtud del artículo 77 del Código, se considera como una actuación de mediana gravedad
y la sanción prevista es la suspensión de toda actividad deportiva por seis a doce meses.
En virtud del artículo 78 del Código, se considera como una actuación leve y la sanción
prevista es la suspensión del rodeo.
- Reclamo de un socio con agresión física y reclamo público con insultos a miembros del
directorio o autoridades oficiales del rodeo.
- Adulteración o falsificación de planillas de las series, colleras, inscripción de caballos.
- Falsificación del carné de socio u otorgamiento incorrecto del número de carné.
49
2) El haberse reparado efectivamente el daño ocasionado, cuando ello fuese procedente.
Las Comisiones Regionales son competentes en primera instancia, para conocer y fallar
acerca de todo hecho que pudiere ser constitutivo de infracción o falta deportiva. Conforme al
artículo 39 del Código, el proceso investigativo se inicia por denuncia o querella emanada de:
Son apelables todas las sentencias que fallen asuntos sometidos al conocimiento de las
Comisiones Regionales, para ante el Tribunal Supremo de Disciplina. Las sentencias que dicte
dicho tribunal, son inapelables.
De todas las prácticas reguladas en los reglamentos internos del rodeo, la única tendiente
al resguardo del bienestar animal, es la prohibición de usar bocados que provoquen un daño
manifiesto o potencial a la boca del caballo. En efecto, el artículo que lo regula se titula “sobre
la protección a los caballos” y, ya que el delegado oficial tiene la obligación de revisar el bocado
antes de iniciar la participación de los jinetes, se logra una protección eficiente en este aspecto.
El resto de las prácticas analizadas, solo adquieren relevancia al momento del cómputo
de las carreras, o bien para sancionar a los socios de la Federación en su calidad de tal. No
50
obstante, en ningún caso se aprecia una preocupación por los daños en los novillos y caballos,
resultantes de las infracciones, ni menos por el bienestar general de aquellos.
En el desarrollo del rodeo, los momentos en que los animales se encuentran más
susceptibles de ser objeto de maltrato o crueldad, son cuando se efectúa la atajada del novillo,
provocándole lesiones que van desde hematomas hasta fracturas, y cuando se debe
posteriormente reanimar al novillo para que continúe corriendo. Se debe recordar, que se utiliza
un mismo novillo para las 3 o 4 series de las que se compone la participación de una collera en
el rodeo, de manera que, si el novillo es atajado en la primera o segunda serie, debe levantarse
para que continúe la competencia. La atajada es el remate que se le da al novillo contra las
quinchas en un punto definido de su tronco, deteniéndolo. Conforme al artículo 4 del
Reglamento de corridas de vacas, la violencia no es una exigencia reglamentaria, por lo tanto,
se computan las atajadas, aunque estas no sean violentas. El hecho que la violencia no esté
prohibida, se comprende bajo la concepción del rodeo como un deporte de espectáculo, capaz
de atraer la atención y mover el ánimo del público, infundiéndole deleite y asombro a algunos,
y desagrado y fastidio a otros.
Respecto del novillo en los dos momentos precedentemente señalados, el artículo 7 del
Reglamento de corridas de vacas, señala:
La expresión “hacerse cargo del novillo” hace alusión al retiro del novillo de la
medialuna para continuar con la competencia, y no a la atención médico veterinaria que pudiere
necesitar.
Letra A “Sobre cambio de novillo”: “Todo novillo que al salir del toril, durante el trabajo
en el apiñadero o en cualquier lugar de la cancha presente algún tipo de herida expuesta en
cualquier parte de su cuerpo, sangramiento de nariz o presente algún tipo de lesión que le
51
dificulte su desplazamiento normal, deberá ser cambiado de inmediato por otro novillo, también
se cambiará cuando sea un animal bravo que ponga en peligro la integridad física de los
corredores. Los Capataces de las series serán los responsables de ordenar la detención de la
carrera y proceder al cambio del novillo. Lo anterior podrá ser solicitado por el Jurado a través
del secretario del rodeo, si el Capataz no advirtiese dicha dificultad”.
Ambas disposiciones tienen por objetivo principal, asegurar el normal curso de las series
del rodeo, por lo que en caso de que el novillo se convierta en un entorpecimiento, debe ser
retirado o cambiado. Queda de manifiesto que los animales que se utilizan en el rodeo, son
considerados simples objetos o elementos de la actividad. Del análisis del resto de las prácticas
reguladas por los reglamentos internos de la Federación del Rodeo Chileno, se puede deducir
que estos son insuficientes e inútiles para resguardar la vida y bienestar de los animales. Debido
a esta situación, durante el mes de abril del año 2017 se llevaron a cabo mesas de trabajo entre
los dirigentes de la Federación del Rodeo Chileno y las autoridades del Ministerio del Deporte,
en las dependencias de este último. Como resultado, se introdujo el artículo 226 bis, que dispone:
“En todos los rodeos deberá haber un médico veterinario que certifique el cumplimiento
de las normas de bienestar animal. Este profesional podrá ser reemplazado por un técnico con
experiencia en bienestar animal, o por una persona idónea que haya cursado y aprobado un curso
de “manejo animal” dictado por algún organismo oficial”.
52
Las sanciones contempladas para la infracción de los reglamentos, no tienen conexión alguna
con el animal vulnerado ni con el reproche que merece quien realiza el acto de maltrato o
crueldad. En este mismo sentido, se ha pronunciado la Contraloría General de la República en
su Dictamen N° 68.953 del año 2009: “el rodeo ha sido reconocido como deporte conforme a
nuestra legislación y como tal debe desarrollarse de acuerdo a su respectiva reglamentación, lo
cual no excluye la posibilidad de que los animales que en él intervienen puedan sufrir actos de
maltrato o crueldad con ocasión de esta práctica deportiva, mas de producirse algún hecho que
configure el ilícito de aquellos tipificados en el referido artículo 291 bis del Código Penal, tal
calificación corresponderá efectuarla a los Tribunales de Justicia.”
3.2 Prácticas no reguladas por los reglamentos de la Federación del Rodeo Chileno
b) Introducción de agua en los oídios del novillo para lograr que se reincorpore
El Decreto 30 del año 2013 del Ministerio de Agricultura, aprueba el reglamento sobre
protección del ganado durante el transporte. El artículo 23 del Título XI “De las prohibiciones”,
expresa en su inciso tercero:
53
Estos instrumentos deberán estar diseñados para tales efectos, sin causar dolor, sino solo
incomodidad. Está prohibido conectar estos instrumentos directamente a la red eléctrica.”
El uso de picana eléctrica está regulado única y exclusivamente para los casos previstos
por la ley, sin ser extrapolable a la práctica del rodeo. Este instrumento tampoco se encuentra
permitido por los reglamentos internos, de manera que es inaceptable su uso bajo cualquier
circunstancia dada en el desenvolvimiento del rodeo.
Las tres prácticas enunciadas que cumplan con los requisitos del tipo penal, así como
cualquier otro hecho que revista el carácter de delito de maltrato o crueldad animal, son
susceptibles de ser perseguidos penalmente.
a) No mantener las condiciones higiénicas del apiñadero, toril y cualquier otra instalación anexa
a la medialuna en las cuales se reguardan a los animales.
Para la configuración de estas prácticas como delito, así como cualquier otra práctica
omisiva que se pudiere dar en el rodeo, se debe comprobar la detentación de posición de garante
efectivamente asumida, además del resto de los elementos del tipo penal.
54
CAPÍTULO IV: DIFICULTADES EN LA PERSECUCIÓN PENAL DEL
DELITO Y EJECUCIÓN DE LAS PENAS
Para una comprensión más sencilla, es menester tener a la vista, además del artículo
291 bis y ter del Código Penal, las siguientes disposiciones legales:
Ley N° 20.380, art. 12: En caso de maltrato o crueldad con animales, el juez
competente para conocer del delito estará facultado para ordenar alguna de las siguientes
medidas, sin perjuicio de las demás atribuciones que le competan:
a) Ordenar que los animales afectados sean retirados del poder de quien los tenga a su
cargo para ser colocados al cuidado de una persona natural o jurídica que se
designe al efecto.
b) Disponer el tratamiento veterinario que corresponda, en caso de encontrarse los
animales afectados heridos o con deterioro de su salud.
55
1) Agrégase, en la Escala General de Penas del artículo 21, al final del listado
correspondiente a las penas de simples delitos, la siguiente:
“Inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales”.
Ley N° 21.020, artículo 29: En el caso del delito de maltrato o crueldad animal podrán
querellarse las organizaciones promotoras de la tenencia responsable de mascotas o animales de
compañía, cualquiera sea su domicilio dentro del país.
4.1 Denuncia
El delito de maltrato o crueldad animal es un delito de acción penal pública, por lo que
puede ser denunciado por cualquier persona y debe ser investigado de oficio por el Ministerio
Público si toma conocimiento de hechos que revistieren caracteres del mismo, conforme al
artículo 172 del Código Procesal Penal. La denuncia se puede formular ante funcionarios de
Carabineros, Policía de Investigaciones o ante cualquier tribunal con competencia criminal.
Tratándose del delito en comento, resulta favorable efectuar la denuncia ante la Brigada
Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA)
perteneciente a la Policía de Investigaciones, por contar con especialistas y técnicas de
investigación criminalística en la materia, lo que reviste especial importancia en la apreciación
que sus funcionarios puedan realizar ante una eventual situación de flagrancia.
Es la facultad que tienen los fiscales para no iniciar la persecución penal o abandonar la
ya iniciada cuando se tratare de un hecho que no comprometiere gravemente el interés público,
a menos que la pena mínima asignada al delito excediere la de presidio o reclusión menores en
su grado mínimo, conforme al artículo 170 del Código Procesal Penal.
57
principio de oportunidad 4. Ante esto, el juez podía de oficio o a petición de cualquiera de los
intervinientes, dejar sin efecto la decisión motivada del fiscal, cuando considerare que aquél ha
excedido sus atribuciones, obligándolo así a continuar con la persecución penal. Bajo este
aumento de penalidad, se persiguió en mayor medida el delito de maltrato o crueldad animal,
pero muy pocos casos culminaron en condena propiamente tal, siendo uno de los más
emblemáticos el caso de la elefanta Ramba, mencionado con anterioridad.
Por último, la Ley N° 21.020 introdujo los incisos segundo y tercero al artículo 291 bis,
en los cuales no se admite la multa como pena principal, sino que se aplicará la multa de 10 a
30 UTM en todos los casos, además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la
tenencia de cualquier animal. El inciso segundo contempla como pena la de presidio menor en
sus grados mínimo a medio, por lo que aún cabe la posibilidad de aplicar el principio de
oportunidad. Sin embargo, el inciso tercero se sanciona con presidio menor en su grado medio,
de modo tal que, siempre que se verifiquen lesiones que menoscaben gravemente la integridad
física o provocaren la muerte del animal, el fiscal estará obligado a perseguir el delito e
investigar. Este nuevo escenario presenta para Jiménez un gran avance en la materia, pues tendrá
como consecuencia más pronunciamientos judiciales y la progresiva especialización de los
funcionarios, fiscales y jueces, lo que es de suma relevancia al tratarse de un delito relativamente
nuevo y de reducida persecución.
En virtud de este artículo, se faculta al juez competente para ordenar el retiro del animal
víctima de maltrato o crueldad para ser colocados al cuidado de una persona natural o jurídica
que designe al efecto, y para disponer el tratamiento veterinario que corresponda.
4
En un mismo sentido, véase Véjar, (2016, págs. 30-31)
58
veterinarios y etólogos profesionales y especializados en el animal de que se trate (por ejemplo,
existen médicos veterinarios especialistas en animales exóticos), aun antes de que se lleve a
cabo el traslado del animal. Lo anterior, debido a que el animal recibirá el tratamiento necesario
para su recuperación durante el tiempo ordenado para la imposición de la medida provisoria,
por lo que toda diligencia o actuación investigativa que se efectúe cuando el animal ya está
recibiendo tratamiento, no es idónea para constatar el daño o lesión sufrida.
De conformidad con el artículo 180 del Código Procesal Penal, los fiscales dirigirán la
investigación y podrán realizar por sí mismos o encomendar a la policía todas las diligencias de
investigación que consideraren conducentes al esclarecimiento de los hechos. Tal como se
anunció anteriormente, las principales diligencias respecto de la salud del animal deben
efectuarse lo más pronto posible, una vez verificado el acto de maltrato o crueldad, para que
sean efectivamente conducentes a constatar los elementos del tipo penal.
59
que debiere practicar, cuando lo estimare útil. Por lo general, las organizaciones querellantes
están especializadas y capacitadas en relación al maltrato o crueldad animal, de modo tal que
podrán brindar a los fiscales, directrices beneficiosas al momento de la investigación.
Sin embargo, ambas clases de error se superponen, pues el que erróneamente supone que
su comportamiento no es antijurídico no valora correctamente la extensión de la prohibición
(Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, págs. 334-335).
A modo de ejemplo del error de prohibición, en la causa RUC 0400157139-2, RIT 351-
2004 del Juzgado de Garantía de Cañete, la defensa solicitó la absolución de su representado
basándose en la existencia de conductas arraigadas en la cultura campesina que son
completamente normales y, por lo tanto, fuera del ámbito criminal. La defensa citó como
conductas que a simple vista podrían constituir un acto de maltrato o crueldad, el rodeo,
castración sin anestesia, corte en la oreja para poder señalar a los animales, darles golpe con una
garrocha que tiene en su extremo final un clavo que provoca sangramiento, cortar los cachos,
cortar la cola para impedir que el animal se tropiece con ella o cause algún destrozo, entre otros.
60
Los hechos por los cuales el imputado fue investigado, fueron poner a un novillo que no
era de su propiedad, un garabato o jinete, que son palos cruzados al cuello que impiden el ingreso
por alambradas y dificultan la alimentación del animal. Luego, con una huasca le dio golpes en
el lomo causándole mucho sangramiento, para finalmente azuzarle a un perro para que lo
moridera, el que mordió al novillo en la cola colgándose de esta y cortándosela a la altura de la
mitad. No obstante, la defensa argumentó que los hechos correspondían al acto de arrear al
novillo, el que acostumbraba a pasar a la propiedad que estaba cuidando el imputado, ya que no
había cerco.
Tratándose del rodeo, Jiménez señala la posibilidad de que la defensa argumente que el
actor del delito de maltrato o crueldad animal, no tenía conocimiento de la antijuricidad de su
conducta, pues se trataría de una actividad deportiva permitida por el ordenamiento jurídico
chileno. Es por esto que, se debe contar con una prueba y argumentación contundente que
permita al tribunal determinar la comisión del delito, más allá de toda duda razonable. En virtud
del artículo 297 del Código Procesal Penal, los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero
no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados, de modo tal que, si se constatan los daños o lesiones
de manera profesional y oportuna, no habría razón para desestimar el maltrato o crueldad, una
61
vez verificados los demás elementos del tipo. Sería acertado también contar con la declaración
de testigos presenciales, así como de personas que sean conocedoras de la práctica del rodeo,
cuyo relato resulte esclarecedor para demarcar las bases sobre las cuales el rodeo se desarrolla
con normalidad. En todo caso, es imprescindible orientarse por los reglamentos internos de la
Federación del Rodeo Chileno, los que regulan la forma en la cual se debe practicar el rodeo,
brindando directrices a los jueces llamados a resolver. Respecto de los referidos reglamentos,
cabe reiterar que la violencia no es una exigencia reglamentaria, así como tampoco lo es causar
un menoscabo en el bienestar de los animales que participan en el rodeo.
Tratándose de la atajada que realiza la collera contra el novillo, María Victoria Carvajal,
médico veterinaria y ex competidora de rodeo, señala que “el novillo sufre un daño que no es
evidenciable a simple vista, consistente en hemorragias internas, hematomas y fracturas”
(Reportaje, 2017). No obstante, este daño difícilmente podrá configurarse como constitutivo de
maltrato o crueldad animal, puesto que la atajada constituye el elemento fundamental del
cómputo del puntaje, exigida reglamentariamente. Debido a lo anterior, lo óptimo sería
perseguir aquellos hechos constitutivos del delito, distintos de la atajada propiamente tal.
62
N° 1509 con fecha 2 de diciembre de 1997, que ordena el retiro efectivo de la elefanta, pero 49
días después de dicha resolución y antes de efectuarse el retiro, Val Scigliano vendió la elefanta
al propietario del circo Los Tachuelas y, constatándole este hecho al Servicio Agrícola y
Ganadero, omitió denunciar a Maluenda Quezada por el delito de comercio de Especies
Protegidas, manteniendo a la elefanta bajo su custodia (De Carvalho, 2016, págs. 107-108). En
la sentencia, se declara que el Servicio Agrícola y Ganadero debe hacerse cargo de la elefanta,
la que había sido retirada de la propiedad del condenado en el procedimiento, ya sea
remitiéndola a un santuario de elefantes o bien manteniéndola en el Parque Safari Rancagua.
63
jurídico no brinda un tratamiento óptimo en relación a la naturaleza del animal, esto es, un ser
vivo sintiente.
Ahora bien, represéntese la situación de una persona condenada por un crimen que lleva
aparejada la pena accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos,
derechos políticos y profesiones titulares. Si dicha persona quisiera, por ejemplo, sufragar, se
podría verificar en ese mismo momento que está sujeto a una inhabilitación a través del extracto
de filiación y antecedentes o del certificado de antecedentes penales, logrando efectivamente
que no pueda ejercer ese derecho político que está prohibido para aquella y previniendo así la
infracción de la pena accesoria.
64
manera periódica. Tanto la dificultad de registro como de fiscalización, debiesen ser tratadas en
el respectivo reglamento de la Ley N° 21.020, el que, a la fecha, aún no ha sido dictado.
Sin perjuicio de las dificultades anteriormente expuestas, la vía penal es la óptima para
lograr la disminución gradual de la práctica del rodeo, incluso por sobre otros mecanismos que
previamente se han intentado. A la fecha, las organizaciones no gubernamentales que tienen por
objeto la protección animal, han optado por la vía administrativa, específicamente, instando a
las Municipalidades a dictar ordenanzas para prohibir actividades deportivas que sometan a
animales a violencia o estrés, incluyendo la práctica del rodeo. A modo de ejemplo, en el año
2016 la Municipalidad de Recoleta dictó la Ordenanza Ambiental N° 61, cuyo artículo 80
contenía una prohibición total del rodeo en el territorio de su municipio. Ante esto, un particular
impugnó dicha prohibición ante Contraloría General de la República, entidad que se pronunció
indicando que el artículo en cuestión no se ajustaba a derecho por significar una discriminación
arbitraria contra el rodeo y una contravención al principio de juridicidad, al no ceñirse la
Municipalidad de manera estricta al marco fijado por el ordenamiento jurídico en esta materia,
por contar el rodeo con reconocimiento legal. Dado lo anterior, Contraloría General de la
República ordenó a la Municipalidad de Recoleta arbitrar las medidas para adecuar la Ordenanza
en términos tales que no vulnere el ordenamiento jurídico conforme a lo sostenido (Contraloría
General de la República, Dictamen N° 10.192, 2018).
De este caso se desprende un gran obstáculo que presenta la vía administrativa, esto es,
el principio de territorialidad al que quedan afectas las Ordenanzas dictadas por las
Municipalidades, toda vez que tienen efecto coercitivo solo sobre su jurisdicción. Como
consecuencia de lo anterior, la comunidad del municipio respectivo conserva la posibilidad de
organizar rodeos en otras comunas, llevando a cabo de igual manera el maltrato o crueldad de
los animales no humanos que serían utilizados. A mayor abundamiento, este tipo de
pronunciamientos administrativos son susceptibles de revocación, como se expuso previamente.
La vía penal, en cambio, aplica a la generalidad del territorio nacional y en ningún caso
es revocable. Asimismo, no solo es fuente de derecho por crear precedentes judiciales, sino que
además puede llegar a ser un antecedente legislativo en miras de modificar la naturaleza jurídica
65
de deporte que actualmente ostenta el rodeo. Al efecto, de lograrse numerosos pronunciamientos
judiciales concordantes en que, con ocasión de la práctica del rodeo se incurre en la comisión
del delito de maltrato o crueldad animal, podría eventualmente cuestionarse el rodeo en
abstracto, ya no solo desde la perspectiva moral y ética, sino también desde la perspectiva legal.
66
CONCLUSIONES
67
(Mañalich, s.f.), en atención a que esos incisos hacen referencia explícita a un animal, a
diferencia del inciso primero que mantuvo su redacción original referente al maltrato o crueldad
con animales. Es correcto plantear que los animales no humanos poseen intereses merecedores
de tutela, pues lo que se protege mediante el delito es precisamente su bienestar, y como
consecuencia, podrían adscribir a un estatus jurídico de sujeto de derecho en contraposición a
uno de objeto de derecho.
La Ley N° 21.020 introdujo un nuevo artículo 291 ter que define lo que debe entenderse
por maltrato o crueldad. Sin embargo, no se logra constituir una conceptualización útil, pues
simplemente liga la conducta de forma directa con el resultado del tipo, sin explicar la voz de la
palabra “injustificadamente”, lo que deberá ser apreciado en concreto por los jueces
competentes. En lo tratante a la modalidad omisiva de la conducta que fue incorporada de
manera expresa, no presenta una innovación, debido a que con anterioridad a la entrada en
vigencia de la Ley N° 21.020, ya se comprendía dentro del tipo penal como consecuencia de la
posición de garante efectivamente asumida por el actor. De los cambios introducidos por la Ley
N° 21.020, es rescatable el aumento de la penalidad del delito, pues para los casos previstos para
los incisos 2 y 3 la pena de multa se aplica conjuntamente a la pena de presidio y deja de ser una
pena alternativa. Además, el aumento de penalidad es favorable en lo tocante al principio de
oportunidad del que se hacía valer el fiscal para no iniciar la persecución penal o abandonar la
ya iniciada. Otro cambio también favorable es la legitimación activa de las organizaciones
promotoras de la tenencia responsable de animales, las que se convierten en intervinientes del
procedimiento penal.
En relación a la aplicación jurídica del tipo penal estudiado infrascrito en la práctica del
rodeo, es posible sostener que la actividad del mismo, como tal, envuelve maltrato o crueldad
hacia los animales no humanos utilizados. Sin perjuicio que la persecución penal es la vía más
efectiva para perseguir este deporte -dado que otras vías como la administrativa resultan
insuficientes por tener aplicación territorial limitada a ciertos municipios y por no contar el
Servicio Agrícola y Ganadero con facultades de fiscalización de las instalaciones del lugar
donde se efectúa el rodeo en virtud del artículo 13 de la Ley N° 20.380- es necesario precisar
que no es una estrategia óptima perseguirlo en su forma genérica por el reconocimiento legal y
respaldo institucional que actualmente detenta. En consecuencia, la forma idónea de perseguir
68
el rodeo bajo la calificación del delito contemplado en el artículo 291 bis del Código Penal es a
través de las denuncias de aquellos hechos específicos que se llevan a cabo en el marco de la
realización de un rodeo también específico o debidamente individualizado, que sean
subsumibles al tipo, verificándose los demás elementos del mismo.
Dado el reconocimiento legal que actualmente detenta el rodeo, será necesario realizar
políticas públicas o bien una serie de cambios legislativos si se pretende su gradual eliminación,
tales como (i) la derogación del artículo 16 de la Ley N° 20.380 que es la única disposición legal
dentro del ordenamiento jurídico que califica expresamente al rodeo como deporte; y (ii) la
recalificación por parte del Ministerio del Deporte, en virtud de la cual dejaría de ser una
actividad deportiva no solo por generarse una conciencia colectiva contraria al rodeo, sino
además por contravenir los principios mismos a los que deben ceñirse las actividades reguladas
por el referido Ministerio en cuanto a la ausencia de maltrato animal.
69
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