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UNIVERSIDAD DE CHILE

FACULTAD DE DERECHO
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS PENALES

EL RODEO EN CHILE Y EL ALCANCE DEL DELITO DE


MALTRATO ANIMAL

Memoria para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y

Sociales

MARIANA PAZ VON MUHLENBROCK CANTALLOPTS

Profesor guía: Dr. Jean Pierre Matus Acuña

Santiago, Chile.

2018
Dedicado a todos los animales no humanos que

día a día sufren por el actuar humano.

ii
AGRADECIMIENTOS

Agradezco a los miembros de la Fundación Derecho y Defensa Animal, de la cual me


siento orgullosa de ser parte, por el constante intercambio de pensamientos y conocimientos, y
por la motivación que me entregan para seguir trabajando por los derechos de todos los animales
no humanos.

A mi profesor guía, Jean Pierre Matus, por darme la confianza y oportunidad de


investigar y escribir sobre el tema de la presente memoria.

A María Celeste Jiménez y Ángela Lira, por su valiosa ayuda y excelente disposición.

A mis amigos y familia, por impulsarme a ser perseverante a lo largo de la carrera y la


realización de la presente memoria.

A mi querida Josefina, por su apoyo, empatía y amor incondicional.

iii
ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS .......................................................................................................iii
ÍNDICE ................................................................................................................................ iv
RESUMEN ........................................................................................................................... vi
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1
CAPITULO I: FENOMENOLOGÍA Y MARCO REGULATORIO DEL RODEO ......... 4
1.1 Antecedentes generales del rodeo.......................................................................... 4
1.2 Federación del Rodeo Chileno .............................................................................. 6
1.3 Marco regulatorio del Rodeo ................................................................................ 7
1.3.1 Reglamentos internos .............................................................................................. 8
1.3.2 Ley N° 20.380 sobre Protección de Animales ........................................................ 12
1.4 El rodeo es una actividad deportiva y no Deporte Nacional .................................... 15
1.4 La Rayuela como único Deporte Nacional .......................................................... 18
CAPÍTULO II: LEY N° 21.020. ANÁLISIS DEL DELITO DE MALTRATO O
CRUELDAD ANIMAL....................................................................................................... 21
2.1 Historia de la Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de
compañía .......................................................................................................................... 21
2.1.1 Primer Trámite Constitucional: Senado ................................................................. 21
2.1.2 Segundo Trámite Constitucional: Cámara de Diputados ........................................ 27
2.1.3 Trámite Comisión Mixta: Senado – Cámara de Diputados ..................................... 28
2.2 Tipicidad del artículo 291 bis y ter del Código Penal ............................................... 31
2.2.1 Bien jurídico protegido .......................................................................................... 32
2.2.2 Sujetos .................................................................................................................. 36
2.2.3 Conducta ............................................................................................................... 37
2.2.4 Objeto Material del delito ...................................................................................... 41
2.2.5 Resultado y causalidad .......................................................................................... 42
2.3. Antijuricidad ............................................................................................................. 43
2.4. Culpabilidad ............................................................................................................. 44
2.5. Penalidad................................................................................................................... 44
2.6. Iter Criminis .............................................................................................................. 45
2.7. Extinción de la responsabilidad penal ..................................................................... 45
CAPÍTULO III: PRÁCTICAS PRESUNTAMENTE CONSTITUTIVAS DE DELITO
EN EL RODEO ................................................................................................................... 46

iv
3.1 Prácticas reguladas y sancionadas por los reglamentos de la Federación del Rodeo
Chileno ............................................................................................................................. 46
3.1.1 Reglamento de corridas de vacas, artículo 7 “Consideraciones generales a tener en
cuenta en el cómputo de las carreras” ............................................................................. 46
3.1.2 Código de Procedimientos y penalidades ............................................................... 49
3.2 Prácticas no reguladas por los reglamentos de la Federación del Rodeo Chileno .. 53
3.2.1 Modalidad comisiva del delito de maltrato o crueldad animal ................................ 53
3.2.2 Modalidad omisiva del delito de maltrato animal ................................................... 54
CAPÍTULO IV: DIFICULTADES EN LA PERSECUCIÓN PENAL DEL DELITO Y
EJECUCIÓN DE LAS PENAS .......................................................................................... 55
4.1 Denuncia .................................................................................................................... 56
4.2 Principio de oportunidad........................................................................................... 57
4.3 Artículo 12 de la Ley N° 20.380 ................................................................................. 58
4.4 Actuaciones de la investigación ................................................................................. 59
4.5 Error de prohibición que posiblemente invoque la defensa ..................................... 60
4.6 Ejecución de la pena .................................................................................................. 62
4.7 Idoneidad de la persecución penal no obstante las dificultades ............................... 65
CONCLUSIONES............................................................................................................... 67
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 70

v
RESUMEN

La presente memoria tiene por objeto estudiar la posibilidad de comisión del delito de
maltrato o crueldad animal del artículo 291 bis y ter del Código Penal, con ocasión de la práctica
del rodeo.

Se estudiarán los aspectos fundamentales del rodeo para lograr un cabal entendimiento
de su práctica. Además, se analizará el delito de maltrato o crueldad animal a través del método
dogmático, en atención a sus elementos de tipicidad (bien jurídico protegido, sujetos activo y
pasivo, conducta, causalidad), causales de justificación, culpabilidad, penalidad, iter criminis y
extinción de la responsabilidad penal.

Bajo ese contexto, se elaborará un catálogo no taxativo de aquellas prácticas en el


desarrollo del rodeo, que son presuntamente constitutivas del delito, para finalmente determinar
las dificultades prácticas que se podrían dar en la persecución penal del delito, así como en la
ejecución de las penas previstas.

vi
INTRODUCCIÓN

La presente memoria, se enmarca en el Proyecto Fondecyt Regular 2016 Nº 1160343,


titulado “Derecho Penal Ambiental: Sistematización y Desarrollo de las Dimensiones
Internacionales, Comparadas y Nacionales de la Protección Penal al Medio Ambiente”, cuyo
investigador responsable es el profesor guía de la misma, Dr. Jean Pierre Matus Acuña.

A lo largo de la historia de la especie humana, se han producido diversos tipos de


discriminación, ya sea en atención al género, raza, etnia, cultura, religión u orientación sexual,
lo que ha generado una distinción o segregación entre los individuos de la especie humana o
grupos sociales, dada por el prejuicio y la intolerancia, vulnerando así el derecho fundamental
de igualdad. La discriminación ejercida por los individuos de la especie humana, no solo se ha
dado en contra de aquellos mismos, sino también en contra de individuos de otras especies. Así,
el ser humano ha utilizado a animales no humanos para la satisfacción de sus propios intereses.

En un principio, se asumía comúnmente que las cuestiones teóricas y prácticas a discutir


en relación a este último tipo de discriminación, “eran: a) los deberes por compasión o
benevolencia hacia los animales no humanos bajo nuestro poder; y b) la clase de trato dado a
los animales no humanos al utilizarlos” (Horta, 2008, pág. 108). Para Horta, actualmente tales
temas “han comenzado a ser desplazados por otros dos: a) el especismo; y b) la legitimidad no
ya del trato, sino del propio uso de animales no humanos como tal” (Horta, 2008, pág. 108).

Para Horta, “el especismo es la discriminación de aquellos que no son miembros de una
cierta especie o especies. En otras palabras: el favorecimiento injustificado de aquellos que
pertenecen a una cierta especie o especies” (Horta, 2008, pág. 108). En un mismo sentido, la
Real Academia Española conceptualiza el especismo como “aquella discriminación de los
animales por considerarlos especies inferiores, la creencia según la cual el ser humano es
superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio”.
Estrechamente vinculado al especismo, se encuentra el concepto de antropocentrismo, que, “en
sentido moral, es la asignación de centralidad moral a la satisfacción de los intereses humanos”
(Horta, 2008, pág. 111).

1
El ser humano, de esta manera, ha justificado la utilización de los animales no humanos
basándose en una falsa superioridad de pertenencia a la especie humana, en atención a criterios
no relevantes, tales como las capacidades cognitivas, lingüísticas y relacionales que poseen. No
obstante, según explica Horta, “muchos seres humanos carecen de las referidas capacidades,
como ocurre en el caso de niños pequeños y en el de aquellos con diversidad funcional
intelectual. Por lo tanto, en aquellas decisiones en las que, lo que está en juego es que alguien
pueda sufrir un daño o disfrutar de un beneficio, una diferenciación moralmente justificada ha
de trazarse adoptando como criterio la capacidad de sufrir y/o disfrutar” (Horta, 2008, pág. 115),
capacidad que científicamente compartimos con numerosas especies de animales.

La utilización de los animales no humanos ha sido arbitraria de un modo tal, que se ha


buscado satisfacer diversos intereses humanos en desmedro de los intereses fundamentales de
bienestar y supervivencia que poseen los primeros; tales como alimentación, experimentación
científica, transporte, vestimenta, e incluso otros intereses banales como la cosmética y la mera
entretención.

Dentro del ámbito de entretención, que, dependiendo del lugar de ejercicio podría ser
considerado como espectáculo o actividad deportiva, se puede mencionar, a modo de ejemplo,
la equitación, polo, carreras de perros, peleas de gallos, caza, pesca “deportiva”, circos y
tauromaquia. En Chile, la práctica del rodeo como espectáculo o bien, actividad deportiva, se
ha desarrollado a lo largo de los últimos cuatro siglos, y ha sido considerado como un símbolo
de la tradición y cultura chilena. Sin embargo, en las últimas décadas, el rodeo ha sido objeto
de críticas por el maltrato y crueldad del que sufren los animales no humanos utilizados en éste,
cuestionando de esta manera, la categoría de deporte que actualmente detenta.

La presente memoria, tiene por objeto fundamentar la posibilidad de comisión del delito
de maltrato o crueldad animal del artículo 291 bis y ter del Código Penal, en el contexto de la
práctica del rodeo, lo que adquiere especial relevancia al no existir actualmente en nuestro país
pronunciamiento judicial penal alguno en la materia. Para lograr lo anterior, se hace necesario
en una primera instancia, tener cabal conocimiento de los diversos aspectos del rodeo, esto es,
su origen histórico, fenomenología, naturaleza jurídica y marco regulatorio.

2
Luego, se analizará el delito de maltrato o crueldad animal, modificado por la reciente
Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía, la que, además,
incorpora una nueva pena accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de
animales. Dicho análisis se hará en virtud del método dogmático, determinando los elementos
de la tipicidad del delito, así como sus distintas formas de aparición.

Posteriormente, se realizará un catálogo no taxativo de todas aquellas prácticas que se


dan a lo largo del desarrollo del rodeo entendido como la competencia propiamente tal, que
presuntamente son constitutivas del delito de maltrato o crueldad animal. Las prácticas se
pueden clasificar en dos grupos: a) aquellas reguladas y contenidas en los reglamentos internos
de la Federación del Rodeo Chileno y b) aquellas no reguladas ni contenidas en los referidos
reglamentos.

Finalmente, se exponen las dificultades que conlleva la persecución penal del delito en
comento y la ejecución de las penas, mediante un breve análisis de la jurisprudencia atingente.
Lo anterior, se realiza con el propósito de contar con la posibilidad de anticiparse a las
dificultades para lograr pronunciamientos judiciales penales en la materia, con el fin último de
la progresiva disminución de la práctica del rodeo, como consecuencia del cuestionamiento del
que puede llegar a ser objeto, ya no solo desde el punto de vista ético y cultural, sino legal.

3
CAPITULO I: FENOMENOLOGÍA Y MARCO REGULATORIO DEL RODEO

1.1 Antecedentes generales del rodeo

El origen del rodeo se remonta al siglo XVI, asociado a diversas manifestaciones de la cultura
rural, “pues simboliza la actividad de rodear y apartar el ganado, se celebra en ramadas aledañas y
destaca en él la habilidad y destreza del huaso, personaje propio de la sociedad rural” (Memoria
Chilena, 2015). “Fue durante la Colonia que se transformó en un espacio de recreación y, a mediados
del siglo XIX, se organizaron los primeros rodeos concebidos como espectáculo y no solamente
como faena agropecuaria” (Memoria Chilena, 2015).

En 1923 se efectuó el Primer Rodeo de la Exposición de animales de la Quinta Normal y en


abril de 1946 se llevó a cabo el Primer Campeonato Nacional de Rodeo en la Medialuna de
Rancagua, ciudad que sigue siendo sede oficial del Campeonato Nacional. En el año 1946 surge la
Asociación de Criadores de Caballares “que vino a regular la crianza de caballos, y fue su directiva
la que habría promovido que el rodeo fuera reconocido por el Comité Olímpico de Chile como
Deporte Nacional” (Pérez & Huber, 2004, pág. 39).

El rodeo consiste en que dos jinetes (“collera”) montados sobre caballos de raza chilena pura,
deben arrear y atajar un novillo en tres o cuatro oportunidades consecutivas, sobre dos quinchas
acolchadas.

El rodeo tiene cuatro carreras (optativamente podrán ser tres); dos efectuadas hacia la mano de
adelante, ambas con atajadas; y dos hacia la mano de atrás, la primera con atajada y la segunda con
puerta. Es obligación alternar los caballos en cada novillo de la serie, incluyendo los desempates. Se
entiende por atajada correcta la efectuada por el caballo cruzado y pegado, el novillo rematado dentro
de las banderas y finalmente entregado. Se entenderá por remate el apretón que deberá darse al
novillo contra las quinchas en un punto bien definido de su tronco. Hay remate cuando el caballo
detiene al novillo, la violencia del remate no es exigencia de la reglamentación interna de la
Federación, por lo tanto, se computan las atajadas, aunque éstas no sean violentas.

Las atajadas se computan según la siguiente pauta, en virtud de lo señalado en el art. 5 del
Reglamento de Corridas de Vacas:

4
- Envoltura: 0 puntos.
- Cogote Libre (atajada de paleta): 2 puntos buenos.
- Paleta Libre (atajada de mitad): 3 puntos buenos.
- Costilla Libre (atajada de íjar): 4 puntos buenos.

(*) El máximo es de 13 puntos buenos.

Las medialunas en las cuales se desarrolla el rodeo, deben cumplir con los requisitos de los
artículos 228 y siguientes del Reglamento de la Federación del Rodeo Chileno. La medialuna debe
ser un redondel dividido en dos sectores; apiñadero y cancha. Sus dimensiones son de un radio de
22,5 metros, su piso debe estar nivelado y tener blandura suficiente. Deberá estar cercada por una
empalizada hecha de madera resistente, de una altura de 2 metros y con una inclinación de 30
centímetros hacia afuera, desde la base. El sector del apiñadero debe comprender un espacio de 13
metros medidos desde su centro a la Tribuna de la Medialuna y debe estar separado de la cancha por
una empalizada de 1.70 metros de altura. En el sector de la cancha deben determinarse el sector de
la carrera, el sector de la atajada y la línea de postura. Hacia el exterior de la medialuna, deberá
ubicarse el toril o manga de 60 centímetros de ancho como máximo, con una altura suficiente que
impida al novillo darse vuelta y de un largo que dé cabida a un mínimo de 25 animales. En sus
inmediaciones debe haber, a lo menos, cuatro corrales a fin de poder realizar las apartas de novillos.
En todo rodeo debe contarse con novillos suficientes que posibiliten el desarrollo del mismo y
aquellos no pueden tener un peso inferior a 300 kilos, ni superior a 500 kilos.

Según lo dispuesto en los artículos 191 y siguientes del Reglamento de la Federación del Rodeo
Chileno, en el desarrollo del rodeo, la autoridad máxima es el Delegado Oficial, quien debe arbitrar
todas las medidas necesarias que tiendan al buen desenvolvimiento del evento y, en especial, las que
expresamente les encomienden los reglamentos. Será designado por la Asociación en cuya
jurisdicción se realice el rodeo, y solo excepcionalmente será designado por el Directorio de la
Federación del Rodeo Chileno. En todo rodeo se designará un Capataz, quien debe ser un corredor
federado altamente capacitado y que tiene como principal función mantener el orden dentro del
recinto de la medialuna. Respecto del Jurado, este es aquel socio que, previo examen psicológico y
oftalmológico, la Federación le ha otorgado carné de tal.

5
Respecto de las categorías de rodeos, estos pueden ser Especiales, de Primera, de Segunda, de
Tercera y de Cuarta categoría y, según sea la categoría, otorgarán a los corredores del título Campeón
del Rodeo, puntaje diferenciado. Conforme a los artículos 261 y siguientes del Reglamento de la
Federación del Rodeo chileno, se distinguen los siguientes tipos de rodeo:

- Zonales.
- Interasociaciones.
- Libres.
- De Primera Categoría con puntos limitados.
- Para Criadores.
- Interclubes.
- Provinciales.
- De Segunda Categoría en series libres.
- De Segunda Categoría Especial.
- De Segunda Categoría de dos días en tres series libres.
- De Segunda Categoría de un día.
- De promoción.
- Nacional Universitario.
- Escolar.
- Padre e hijo.

La temporada oficial se desarrolla entre agosto y mayo de cada año, “período en el cual se
organizan alrededor de 350 competencias en todo el país, culminando con el Campeonato
Nacional de Rodeo Chileno en la Medialuna de Rancagua” (Araneda, 2004, pág. 73).

1.2 Federación del Rodeo Chileno

Durante la segunda mitad del siglo XX, los practicantes del rodeo buscaron que éste se
consolidara como una actividad competitiva de gran alcance, a través de su institucionalización.
“Encontraron amparo de entidades ya consolidadas, como la Sociedad Nacional de Agricultura
y la Dirección de Fomento Equino y Remonta, para iniciar la organización del rodeo en clubes
que aspiraban a aglutinar a los criadores de caballos corraleros y a los corredores aficionados
del rodeo. (…) Los clubes se abocaron al perfeccionamiento de la práctica del rodeo y en 1946

6
formaron la Asociación de Criadores de Caballares, presidida por Alberto Echenique
Domínguez” (Muller, 2004, pág. 51). Desde ese momento, el rodeo comenzó a desarrollarse a
nivel nacional de manera ordenada, mediante la organización de diversos campeonatos. Sin
embargo, no fue sino hasta la fundación de la Federación del Rodeo Chileno, que se logró la
institucionalización del rodeo.

La Federación del Rodeo Chileno es una Corporación de derecho privado fundada en


Santiago de Chile el 22 de mayo de 1961, que tiene por objeto reglamentar, fomentar y regir los
deportes ecuestres criollos. Mediante el Decreto N° 4.008 de 1961 se concede personalidad
jurídica y se aprueban los estatutos de la Federación, y luego mediante el Decreto N° 343 de
1987 se aprueban las reformas estatutarias. La Federación está integrada por todos los socios
que practican deportes ecuestres criollos, quienes la reconocen como única autoridad vigente y
representativa del rodeo chileno. Tiene una duración indefinida en sus funciones y el número de
asociados es ilimitado, contando en la actualidad con alrededor de 26.000 inscritos. Para la
práctica de deportes ecuestres criollos y para el ejercicio de sus derechos, los socios de la
Federación se agrupan en Clubes, y éstos en Asociaciones, las cuales deben cumplir las
exigencias del reglamento para obtener la afiliación respectiva.

La Federación está regida por un Consejo Directivo y por un Directorio. Existe, además,
un Tribunal Supremo de Disciplina y una Comisión Revisora de Cuentas. En virtud del artículo
50 del Reglamento de la Federación del Rodeo Chileno, para los efectos de colaborar con el
Directorio en la administración de la Federación, podrá aquel designar el número de Comisiones
que estime conveniente, debiendo obligatoriamente designar una Comisión de Estatutos y
Reglamentos y la Comisión Técnica.

1.3 Marco regulatorio del Rodeo

El marco regulatorio es el conjunto de reglamentos, normas y leyes que determina las


bases sobre las cuales una entidad o institución debe construirse y desarrollarse. El marco
regulatorio del rodeo está constituido esencialmente por sus reglamentos internos, aprobados
por el Decreto N° 4.008 del año 1961, y la Ley N° 20.380 sobre Protección de animales.

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1.3.1 Reglamentos internos

El rodeo consta de los siguientes reglamentos:

a) Estatutos de la Federación del Rodeo Chileno

En virtud de su artículo primero, tiene por objeto reglamentar, fomentar y regir en todas sus
actividades a los deportes criollos en el país y en sus relaciones con el extranjero. La Federación
está regida por un Consejo Directivo y por un Directorio, contando además con un Tribunal
Supremo de Disciplina y una Comisión Revisora de Cuentas, entidades que se encuentran
reguladas respecto de su integración, atribuciones, derechos y obligaciones.

El Título V regula las asociaciones, clubes y socios. La Federación se encuentra integrada


por las asociaciones y éstas por los clubes de la provincia correspondiente. Se detalla la forma
en la cual las asociaciones deben afiliarse a la Federación, señalando luego sus obligaciones y
las causales de pérdida de la afiliación. La base de organización de los clubes es la comuna, en
la cual solo los clubes pertenecientes a ella podrán efectuar eventos deportivos. El artículo 164
enumera los cinco requisitos que se necesitan cumplir para ser socio activo de un club.

El Título VI regula el corredor, delegado oficial, capataz y jurado. El artículo 181 enumera
los requisitos que los corredores deben cumplir para participar en rodeos oficiales, entre los
cuales se establece (i) participar con caballares de raza chilena inscrito en el Registro
Genealógico y reconocido por la Federación, (ii) vestir ropas y atuendos característicos del
huaso chileno y (iii) el jinete podrá ser de sexo masculino o femenino, chileno o extranjero.

El delegado oficial, al ser la autoridad máxima del rodeo específico que se está
desarrollando, cumple un rol de fiscalización ya que, en virtud del artículo 196, le corresponde:

- Verificar que la medialuna cumpla con las exigencias técnicas y reglamentarias, al igual
que sus instalaciones anexas.
- Hacer respetar las sanciones impuestas, impidiendo la actuación del corredor
sancionado.
- Impedir que corran animales que contravengan disposiciones reglamentarias.
- Revisar las inscripciones genealógicas de los caballares participantes.
- Cerciorarse de que filmen todas las series del rodeo.

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- Durante las corridas deberá ubicarse en un lugar determinado, de fácil ubicación, a fin
de que pueda intervenir resolviendo cualquier hecho que se produzca o en que se requiera
su decisión.
- Verificar el loteo del ganado y el llenado del toril.

Además, el delegado deberá emitir un informe acerca del desarrollo del rodeo, que es
esencial para las resoluciones que posteriormente deban adoptar el Directorio, Comisiones
Regionales o Tribunal Supremo.

A continuación, se enuncian el resto de los Títulos de los Estatutos:

- Título VII “De la medialuna, de las instalaciones y del ganado”.


- Título VIII “Del rodeo, de su organización, de sus categorías, tipos y puntaje”.
- Título IX “Otras disposiciones aplicables a la organización de los rodeos”.
- Título X “Rodeos clasificatorios”.
- Título XI “Del Campeonato Nacional de rodeo y movimiento a la rienda, de su
organización, fecha y sede”.

b) Reglamento de corridas de vacas

Tiene por objeto regular distintos aspectos de las corridas y series del rodeo. El artículo 1
bis “de la zona de carrera y protección de los novillos”, establece las normas para delimitar la
zona de carrera en la pista de la medialuna, con marcas referenciales, de tal manera que se
impida encanchar al novillo de forma desmedida, para evitar las atajadas violentas. A
continuación, se inserta una imagen representativa de la cancha, bandera, y zona de atajada:

9
Los artículos 4, 5 y 6 regulan las atajadas correctas, el cómputo y las faltas. Por último,
el artículo 7 incluye consideraciones a tener en cuenta en el cómputo de las carreras, dentro de
las cuales están aquellas referidas al cambio de novillo, castigo al novillo y caballo, lo que será
analizado en el Capítulo Tercero de la presente memoria.

c) Reglamento para el movimiento a la rienda

El programa de todo rodeo oficial contempla la competencia del movimiento a la rienda,


inmediatamente antes del inicio de la final del rodeo. Este reglamento autoriza dos tipos de
sistema: (i) movimiento a la rienda completo y (ii) movimiento a la rienda parcial. Contiene las
normas respecto de las pruebas a realizarse por el jinete y su caballo, el puntaje y los factores a
considerar al momento del cómputo.

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d) Reglamento de Rodeos para criadores

El rodeo para criadores es de categoría libre, y su reglamento contiene las normas para su
realización, respecto de las series, colleras y movimiento a la rienda.

e) Reglamento control Doping

Establece normas generales para el control de alcohol y abuso de drogas tanto para jinetes
como para los caballos, señalando las sanciones. Cuenta con una metodología de sorteo secreto
y confidencial, el que se realiza una hora antes del inicio de cada serie.

f) Código de procedimientos y penalidades

Sistematiza y coordina las normas relativas a los procedimientos disciplinarios existentes en


la Federación. Conforme al artículo 2, es infracción o falta toda transgresión a los estatutos de
la Federación y sus reglamentos anexos, como también toda violación al principio de la buena
fe deportiva, que es la conciencia de actuar rectamente, conforme a la equidad y buenas
costumbres deportivas.

El Título I “Del Tribunal Supremo y de las Comisiones Regionales de Disciplina” regula la


integración, causales de implicancia y recusación, competencia y atribuciones de esas entidades.
El Título II establece las normas comunes del procedimiento, comprendiendo la forma de
interposición de las denuncias, requerimientos, apelaciones, la aportación de la prueba,
amnistías generales y rehabilitaciones. Luego, el Título VI “De la penalidad”, establece
circunstancias modificatorias de responsabilidad (atenuantes y agravantes), y categoriza las
actuaciones en (i) graves, (ii) de mediana gravedad y (iii) leves. El Título final determina la
prescripción de las denuncias o requerimientos por las infracciones tipificadas en el código.

g) Estatutos Federación de criadores de caballos chilenos

Esta Federación obtuvo personalidad jurídica y aprobación de estatutos mediante el Decreto


Supremo N° 118 de fecha 27 de enero de 1995, del Ministerio de Justicia. Dentro de sus
objetivos, están: (i) desarrollar, fomentar, coordinar y difundir la crianza y mejoramiento de la
raza caballar chilena, las actividades ecuestres y culturales relacionadas con ello, (ii) velar por
la mantención, preservación, conocimiento, publicidad y difusión de los registros genealógicos

11
del caballo de raza chilena, (iii) propiciar medidas tendientes a la conservación de la pureza
racial y evitar todo acto que pudiere afectarle, y (iv) velar por la preservación y difusión de las
tradiciones chilenas, especialmente aquellas relacionadas con la vida y actividades del campo.

h) Reglamento del Registro Nacional Histórico Genealógico del caballo de raza chilena

Este reglamento fue creado tras un acuerdo entre los siguientes entes registradores y
conservadores de registros: Sociedad Nacional de Agricultura, Sociedad de Fomento Agrícola
de Temuco, Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, Organización Ganadera Austral,
Sociedad de Ganaderos de Magallanes y la Federación de Criadores de caballos chilenos. El
objetivo principal es preservar y desarrollar la raza del caballo de raza chilena, en el ámbito
nacional e internacional, manteniendo y resguardando su integridad y pureza. El reglamento
expresa los requisitos y el procedimiento para la inscripción de los caballos de raza chilena, los
que son identificados a través de un microchip.

i) Manual de embocaduras

Describe los implementos de embocaduras y bozalillos autorizados para su uso. El delegado


oficial de cada rodeo está a cargo de supervisar el cumplimiento del manual en todo el recinto
del evento, no siendo necesario visualizar daño alguno en el caballo para impedir su
participación. Los infractores se sancionarán con la eliminación inmediata del rodeo, debiendo
el delegado oficial informar el hecho al Tribunal Supremo de Disciplina. Además, se considera
que la infracción atenta contra la ética deportiva, por afectar la transparencia de la actividad del
rodeo en su conjunto.

1.3.2 Ley N° 20.380 sobre Protección de Animales

Promulgada con fecha 11 de septiembre de 2009 y publicada en el Diario Oficial de


Chile con fecha 3 de octubre de 2009. La primera moción del proyecto de esta ley fue presentada
el año 1995, por los Diputados señores Silva, Acuña, Martínez, Álvarez, Salamanca, Navarro,
Encina, Reyes, Ávila, y Señoras Allende y Cristi, mediante el Boletín N° 1721-12, en el cual se
manifiesta:

“Es imprescindible contar con una herramienta legal, con apoyo de fiscalización, que
permita prevenir y eventualmente controlar situaciones de maltrato a todos los animales, sean

12
estos domésticos, de compañía, o criados por los humanos para su consumo, animales silvestres,
o usados para la experimentación”.

Esta moción tiene como objetivo establecer un marco jurídico para la protección de los
animales no humanos, resguardando su bienestar.

Debido a las diferencias de opinión entre la Cámara de Diputados y la Cámara de


Senadores, la tramitación del proyecto de ley se estancó. El 2 de septiembre de 2003, el Senador
Antonio Horvath Kiss, y los ex Senadores Rodolfo Stange Oelckers, Gabriel Valdés
Subercaseaux, Ramón Vega Hidalgo y José Antonio Viera Gallo, presentaron un proyecto de
ley que buscaba sancionar las contravenciones e infracciones de la futura ley de protección de
animales. El referido proyecto se tramitaría de forma paralela al proyecto presentado con
anterioridad.

La Comisión del Medio Ambiente y Bienes Nacionales revisó y cotejó las disposiciones
contenidas en los proyectos de ley, para luego concluir que lo óptimo sería la fusión de ambos,
para brindar de esta manera una mayor celeridad a la aprobación de un marco jurídico de
protección de animales no humanos. La Comisión decidió someter a aprobación de la Honorable
Cámara de Senadores, una moción de aquellas normas contenidas en ambos proyectos de ley y
sobre las cuales ambas Cámaras ya habían manifestado consenso, logrando así una correcta
sistematización de su contenido.

Cobra especial relevancia el artículo 16 de la ley, el cual establece: “Las normas de esta
ley no se aplicarán a los deportes en que participen animales, tales como el rodeo, las corridas
de vaca, el movimiento a la rienda y los deportes ecuestres, los que se regirán por sus respectivos
reglamentos”.

Originalmente, la disposición transcrita correspondía al artículo 14 del Boletín N° 1721-


12, aprobado por ambas Cámaras y que no fue materia de Veto Presidencial. La exclusión del
rodeo de la aplicación de la ley entonces, se contempló desde la moción parlamentaria del
proyecto de ley.

Durante el primer trámite Constitucional del Senado, con fecha 20 de mayo de 2009 se
llevó a cabo la discusión en Sala. En esa instancia, el Señor Letelier consideró que el artículo

13
16 era excesivamente amplio, ya que los deportes que se citan a continuación de la expresión
“tales como”, son solo a modo de ejemplo, de manera que, si en el futuro se desarrollan nuevos
deportes en que participen animales y conlleven maltrato, se podrán regir solo por sus
respectivos reglamentos internos.

Luego, el Señor Gazmuri manifestó que es una contradicción dictar disposiciones


relativamente estrictas para el buen trato a los animales, pero que se siguieran permitiendo
deportes en los cuales se registra una rudeza evidente e inútil, como el rodeo, incluido el
movimiento a la rienda. No obstante, y a pesar de las opiniones disidentes de los Señores
Senadores, el artículo en cuestión mantuvo su redacción original.

El artículo 16 tiene como principal consecuencia jurídica que, el tratamiento de las


materias relacionadas con la protección animal (que son precisamente las reguladas por la ley),
queda delegado a los respectivos reglamentos de los deportes en que participen animales. No
obstante, la posible perpetración del delito de maltrato o crueldad animal se regirá por las normas
generales del ordenamiento jurídico penal.

Respecto de la fiscalización del cumplimiento de la normativa, el artículo 13 señala que


el ente fiscalizador de las infracciones a los artículos 5 inciso primero y 11, así como a las
normas relacionadas con el transporte de ganado, será el Servicio Agrícola y Ganadero.

El artículo 5 inciso primero dispone: “Los circos, parques zoológicos y otros lugares
destinados al espectáculo o exhibición de animales; los laboratorios de diagnóstico veterinario;
los establecimientos destinados a la producción industrial de animales y sus productos y los
locales comerciales establecidos para la compraventa de animales, deberán contar con las
instalaciones adecuadas a las respectivas especies y categorías de animales para evitar el
maltrato y el deterioro de su salud. Asimismo, deberán adoptar todas las medidas para resguardar
la seguridad de las personas.”

El legislador optó por excluir de esta disposición a los deportes en que participan
animales, por lo que el Servicio Agrícola Ganadero no cuenta con atribuciones para fiscalizar
las medialunas, apiñaderos e instalaciones anexas en las cuales de desarrolla el rodeo, lo que se
reafirma a su vez mediante el artículo 16. De esta manera, se excluye la vía administrativa en
materias de bienestar animal en el contexto del rodeo, quedando habilitada únicamente la vía

14
judicial penal. Debido a lo anterior, se hace necesario analizar el nuevo tipo penal introducido
por la reciente Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía,
lo que se llevará a cabo en el Capítulo Segundo de la presente memoria.

1.4 El rodeo es una actividad deportiva y no Deporte Nacional

El significado de la palabra “deporte”, según la Real Academia Española, es “actividad


física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a
normas”. Esta definición es amplia y no excluye la utilización de animales no humanos como
medios o instrumentos de la actividad deportiva, de manera que el rodeo podría subsumirse en
la referida definición.

En la legislación chilena, la definición de deporte se encuentra en la Ley N° 19.712 que


fue promulgada el 30 de enero de 2001, específicamente en el artículo primero, en virtud del
cual se entiende por deporte “aquella forma de actividad física que utiliza la motricidad humana
como medio de desarrollo integral de las personas, y cualquier manifestación educativo-física,
general y especial, realizada a través de la participación masiva, orientada a la integración social,
al desarrollo comunitario, al cuidado o recuperación de su salud y a la recreación, como
asimismo, aquella práctica de las formas de actividad deportiva o recreacional que utilizan la
competición o espectáculo como su medio fundamental de expresión social, y que se organiza
bajo condiciones reglamentadas, buscando los máximos estándares de rendimiento” 1.

La Contraloría General de la República, en el Dictamen N° 68.953 del año 2009, estima


que el rodeo constituye una actividad deportiva en los términos señalados en la citada
disposición legal, criterio que coincide con lo manifestado por el Instituto Nacional de Deportes
de Chile, y con el tratamiento que se le ha dado a esta actividad en el país, encontrándose la
Federación Chilena de Rodeo afiliada al Comité Olímpico de Chile.

Ahora bien, conforme al artículo 2 numeral 12 de la Ley N° 20.686 que crea el Ministerio
de Deporte, es facultad de aquel Ministerio “reconocer fundadamente, para los programas de su
sector y para todos los demás efectos legales, una actividad física como especialidad o
modalidad deportiva”. Lo anterior, debe ser comprendido en concordancia con el Decreto

1
En relación a la práctica del rodeo, véase Véjar, (2016, págs. 35-39).

15
Supremo N° 5 de 2015 que aprueba el Reglamento para el tratamiento detallado y específico de
la función de Reconocimiento de Modalidades y Especialidades Deportivas que la Ley le
confiere al Ministerio del Deporte. El artículo 18 del Reglamento determina un conjunto de
criterios para dicho reconocimiento, dentro de los cuales se encuentra el de “ausencia de
maltrato animal”, estableciendo que “cuando del análisis de los antecedentes aportados en el
expediente, no se pueda acreditar la ausencia de este maltrato, la actividad será calificada como
no reconocida de plano y no podrá integrar ninguna de las categorías establecidas”.

Sin embargo, si se considera que el rodeo es una actividad deportiva con anterioridad a
la entrada en vigencia de la Ley N° 20.686 y el Reglamento, entonces no aplicaría la facultad
que tiene el Ministerio del Deporte para el reconocimiento, sino que habría que instar por la
recalificación de la práctica del rodeo.

En la actualidad, se sostiene que el rodeo es Deporte Nacional desde el año 1961 en


virtud del Decreto N° 4.008 de 1961 y el Oficio N° 269 del Consejo Nacional de Deportes y el
Comité Olímpico de Chile de 1962, los cuales fueron emitidos durante el gobierno de Jorge
Alessandri Rodríguez. A continuación, se transcribe su contenido:

Decreto N° 4.008 del año 1961:

1. Concédase Personalidad Jurídica a la Corporación denominada “Federación del


Rodeo Chileno”, domicilio en Santiago.
2. Apruébanse los Estatutos por los cuales se ha de regir dicha corporación, en los
términos de que dan testimonio las escrituras públicas de fecha veintinueve de mayo
y trece de septiembre de mil novecientos sesenta y uno, otorgadas ante el notario de
Santiago don Ramón Valdivieso Sánchez.
3. Se declara que queda prohibido el expendio de bebidas alcohólicas dentro del
recinto social.

Oficio N° 269:

Dirigido al señor Presidente de la Federación del Rodeo Chileno, Don Fernando


Hurtado Echeñique. Presente,

Santiago, 10 de enero de 1962.

16
Tenemos el agrado de comunicar a Ud. que el Consejo Nacional de Deportes, en su
Sesión Ordinaria celebrada el día 27 de diciembre último, aprobó la solicitud de
afiliación presentada por esa Directiva en su nota del 30 de octubre pasado.

Hacemos llegar al señor Presidente nuestras cordiales felicitaciones, en la seguridad


que el ingreso de esa Federación constituirá un valioso aporte a las tareas que cumple
este organismo máximo.

Saludan atentamente a Ud.,

Guido Zolezzi C. (Secretario) y Alfredo Achondo G. (Presidente)

Del tenor literal de estos documentos no se sigue la detentación de un estatus o


naturaleza jurídica de Deporte Nacional. La aprobación de los Estatutos de la Federación del
Rodeo Chileno tiene como única consecuencia jurídica, el reconocimiento de los deportes
ecuestres criollos como una disciplina con reglamentación propia para su organización, fomento
y práctica. Es más, ni en los Estatutos de la Federación ni en los Reglamentos respectivos, se
hace alusión al rodeo como Deporte Nacional.

Por otra parte, la afiliación de la Federación al Comité Olímpico, no significa la


conversión del rodeo en Deporte Nacional, sino únicamente la participación de ésta en el
quehacer del Comité. En virtud del artículo tercero de los Estatutos del Comité, son objetivos
principales, entre otros: (i) difundir y proteger los principios fundamentales del Olimpismo en
Chile, (ii) fomentar la creación de instituciones dedicadas a la cultura olímpica, (iii) Oponerse
activamente a toda forma de discriminación y de violencia en el deporte, así como al uso de
sustancias y procedimientos prohibidos, (iv) Organizar, coordinar y dirigir la participación de
Chile en los Juegos Olímpicos, Panamericanos, Odesur, del Pacífico u otras competencias
multideportivas. Respecto de este último objetivo, cabe destacar que el rodeo no tiene
participación en las referidas competencias, por no ser practicado ni considerado deporte en
otros países del mundo. Están afiliadas al Comité más de 50 Federaciones de las más diversas
disciplinas, tales como aikido, bridge, karate, surf, tiro al blanco, tenis de mesa; disciplinas que
no detentan un estatus especial de Deporte Nacional.

17
La única ley que hace mención expresa al rodeo como deporte (y en ningún caso como
Deporte Nacional), es la ley N° 20.380 sobre protección de animales en su artículo 16: “Las
normas de esta ley no se aplicarán a los deportes en que participen animales, tales como el rodeo,
las corridas de vacas, el movimiento a la rienda y los deportes ecuestres, los que se regirán por
sus respectivos reglamentos”.

Es posible afirmar que la incorporación de este artículo a la Ley sobre protección de


animales guarda estrecha relación con la estrategia legislativa optada al momento de su
redacción, toda vez que, de no incorporarse, sería plenamente aplicable a todos los deportes en
que participen animales. Debido al gran arraigo que tienen los deportes ecuestres criollos en
Chile, el legislador optó por entregar a los reglamentos internos de estos deportes la regulación
de la protección de los animales no humanos que son utilizados en aquellos, y de esta manera,
lograr una aprobación más expedita de lo que sería la primera y única ley que trata esta materia
en Chile.

1.4 La Rayuela como único Deporte Nacional

Durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, fue promulgada la Ley N° 20.777


con fecha 17 de septiembre de 2014, la cual contempla los siguientes artículos:

“Artículo 1°. - Declárese la actividad deportiva de la rayuela como deporte nacional, que
se disputa por puntos, consistente en el lanzamiento de tejos, desde distancias prefijadas, hacia
una superficie determinada, atravesada por una lienza a alcanzar.

Artículo 2°. - El Ministerio del Deporte, en cumplimiento de las funciones que le otorga
la Ley N° 20.686, propondrá al Presidente de la República las políticas, programas y acciones
destinados al desarrollo de la rayuela, en coordinación con las respectivas asociaciones y clubes
de ese deporte, propendiendo a hacer de dicha disciplina parte de la imagen de Chile, no solo
como deporte, sino también como símbolo cultural y patrimonial de la Nación.”

Los proyectos de esta Ley (Boletín N° 8.097-04 y Boletín N° 8404-29, los que fueron
fusionados por tratar la misma materia) señalan que la rayuela es un deporte genuinamente
chileno, ligado como ningún otro a las tradiciones chilenas desde la época colonial, e incluso se
jugaba entre los mapuches a la llegada de los conquistadores españoles, en la modalidad

18
“tecum”. La rayuela es una fiesta popular, como también una fiesta chilena, que ha servido para
mejorar la relación social y afectiva, fortaleciendo la interacción entre pares y afianzándola
como tradición chilena que se ha transmitido por generaciones. Su práctica se encuentra
ampliamente extendida por todo el país, lo que se evidencia en el elevado número de
asociaciones y clubes existentes.

En el informe de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología consta la


interrogante planteada por la Senadora Von Baer respecto de si la Ley del Deporte contempla
el concepto de “Deporte Nacional” y las consecuencias jurídicas de declarar a la rayuela como
tal. El Senador Cantero se detuvo en la intervención de la Senadora para manifestar que el
reconocimiento de la rayuela como Deporte Nacional permitirá hacer de esta disciplina
deportiva parte de la imagen de nuestro país, a lo que el Subsecretario del Deporte agregó que,
si bien no existe un tratamiento diferenciado para determinados deportes, la aprobación de la
presente Ley permitirá otorgar una relevancia mayor a la rayuela dentro del quehacer del
Instituto Nacional de Deportes.

La discusión que consta en la historia de esta Ley y la Ley en sí misma permite afirmar
que, si bien el concepto de Deporte Nacional no constituye una categoría jurídica especial con
consecuencias diferenciadas en relación a otras modalidades deportivas, sí toma relevancia la
idea de que esta categoría simboliza la cultura y patrimonio de nuestro país, además de afianzar
y estrechar lazos entre los distintos miembros de la sociedad chilena. A pesar de que ha quedado
demostrado que el rodeo no es legalmente un Deporte Nacional, su tratamiento en la práctica ha
llevado a afirmar lo contrario, por lo que es pertinente al menos cuestionarse si esa actividad
deportiva efectivamente es un símbolo cultural y patrimonial de todos los chilenos.

En palabras de Sergio Villalobos, Premio Nacional de Historia de 1992, el rodeo se trata


de “una pobre manifestación de cultura popular, que no significa mucho, fuera de la crueldad
con los animales” (Fajardo, 2017). Para Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia de 2006,
ni siquiera es parte de la cultura popular, ya que “el pueblo mestizo no tenía acceso a la
propiedad porque no tenía derechos. En consecuencia, difícilmente los mestizos pudieron haber
manejado un ganado propio para desarrollarlo. El rodeo exige que exista un ganado y un
propietario, y que haya además una medialuna, y eso no es del pueblo chileno sino de los
hacendados pertenecientes a la oligarquía terrateniente” (Fajardo, 2017). Por último, para el

19
historiador William San Martín “el proceso de democratización en la década de los 90 ha
generado un Chile que hoy busca el desarrollo de las regiones, un Chile que valora la diversidad,
que demanda un sistema más igualitario. Por eso el rodeo, no representa hoy el Chile del
presente, ni los desafíos que Chile tiene para avanzar en una sociedad más igualitaria y
democrática” (Fajardo, 2017).

No solo aquellos destacados historiadores ponen en duda el carácter cultural del rodeo,
sino también los ciudadanos chilenos. Durante el 5 y 10 de septiembre del año 2017, la
reconocida empresa de investigación de mercado y opinión pública en Chile, CADEM, efectuó
una encuesta sobre la “chilenidad”, arrojando resultados impresionantes. Una de las preguntas
de la encuesta fue: ¿Qué tan cercano o identificado se siente usted con estas cosas que son
típicamente chilenas? Respecto del rodeo, el 61% de los encuestados no se siente identificado
en absoluto, y el 17% se siente “algo” identificado, posicionándose el rodeo como la tradición
con menos representatividad del total de 10 tradiciones objeto de la encuesta, dentro de las
cuales se encuentran, por ejemplo, la bandera, la cueca, las fiestas patrias y la canción nacional.

20
CAPÍTULO II: LEY N° 21.020. ANÁLISIS DEL DELITO DE MALTRATO O
CRUELDAD ANIMAL

Ya teniendo conocimiento de los aspectos relevantes del rodeo en relación a su


fenomenología, naturaleza jurídica y marco regulatorio, en el presente capítulo se realiza un
análisis del delito de maltrato o crueldad animal, el que fue recientemente modificado por la
Ley N° 21.020.

2.1 Historia de la Ley N° 21.020 sobre tenencia responsable de mascotas y animales de


compañía

2.1.1 Primer Trámite Constitucional: Senado

La iniciativa legislativa se origina con la moción parlamentaria de los señores Senadores


Sergio Mariano Ruiz Esquide Jara, Guido Girardi Lavín y Carlos Ignacio Kuschel Silva el 5 de
mayo de 2009, fundamentado en la falta de legislación sistemática sobre animales y la
responsabilidad jurídica que derivaría de la actividad dañosa de aquellos animales
potencialmente peligrosos sujetos a control humano (Boletín N° 6.499-11). La regulación que
se propone es de carácter general y “busca regular aspectos relacionados con las condiciones
sanitarias en que los animales deben ser mantenidos, las condiciones de funcionamiento de los
establecimientos destinados a la crianza y el registro municipal de animales de compañía”
(Biblioteca del Congreso Nacional, 2017). Sin embargo, en esta primera iniciativa no se
contempla la modificación del delito de maltrato o crueldad animal.

a) Primer Informe Comisión de Salud

Con fecha 13 de mayo de 2009 se elabora el primer Informe de la Comisión de Salud, que
tiene por objeto dar a conocer la iniciativa compuesta por 7 artículos permanentes y uno
transitorio. Dado que existían otras iniciativas relacionadas con la materia, la Comisión decidió
tenerlas a la vista para un debido tratamiento sistemático. Dichas iniciativas son las siguientes:

- Boletín N° 2.696-11.
- Boletín N° 5.847-11.
- Boletín N° 1.721-12.
21
- Boletín N° 2.700-12.
- Boletín N° 3.250-12.
- Boletín N° 3.327-12.
- Boletín N° 3.603-12.
- Boletín N° 4.546-07.
- Boletín N° 4.683-12.
- Boletín N° 6.265-14.
- Boletín N° 6.273-12.

Los proyectos enunciados se pueden agrupar en dos grandes categorías que responden a
ideas matrices diferentes: los que apuntan a sancionar el maltrato animal, y los que regulan la
condición de animales potencialmente peligrosos y la responsabilidad civil y penal de las
personas que los tienen a su cuidado.

En materia de responsabilidad penal, el inciso segundo del artículo 491 del Código Penal
castiga como autor de cuasi delito al dueño de animales feroces que, por descuido culpable de
su parte, causaren daño a las personas. Las penas aplicables son reclusión o relegación menores
en sus grados mínimo a medio, cuando el hecho importare crimen, y reclusión o relegación
menores en su grado mínimo o multa de once a veinte unidades tributarias mensuales, cuando
importare simple delito.

Por otra parte, conforme al artículo 494 número 18 del Código Penal, el dueño de animales
feroces que, en lugar accesible al público, los dejare sueltos o en disposición de causar mal,
sufrirá la pena de multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales.

Finalmente, el artículo 25-D que la Ley N° 20.025 agregó a la Ley N° 19.284, impone al
dueño del perro de asistencia, o a quien se sirva de él, el deber de adoptar las medidas necesarias
para asegurar una sana convivencia y evitar disturbios o molestias a las demás personas. Si el
perro de asistencia presenta signos de enfermedad, agresividad o se constituye en un evidente
riesgo para los individuos, las personas con discapacidad no podrán ejercer los derechos que les
confiere el párrafo 2° del Capítulo I del Título IV de la Ley N° 19.284.

22
El Proyecto de Ley dispone que la peligrosidad asociada a la tenencia de animales y los
riesgos asociados serán calificados por la autoridad competente, de acuerdo a la información
científica disponible y la opinión de expertos. Los propietarios, poseedores y tenedores de un
animal potencialmente peligroso deberán informar a la Municipalidad de su domicilio, y a la
autoridad sanitaria, a objeto de su registro. De lo contrario, el juez de policía local les impondrá
una multa de una a cinco unidades tributarias mensuales.

Cuestión novedosa es la acción popular contra el Estado que contempla el Proyecto, por
la acción dañosa de animales vagos, en particular la provocada por perros. Será la autoridad
sanitaria competente la que adoptará las medidas sanitarias ante los daños ocasionados por
cualquier animal.

Las cifras conocidas por el Ministerio de Salud son fragmentarias. “La población canina
bordearía los 2 millones de individuos y anualmente se registran alrededor de 40.000 casos de
mordeduras a personas, pero se ignora el volumen no denunciado. Lo anterior, genera un gasto
en salud que se eleva a más de $2.000.000.000 al año” (Biblioteca del Congreso Nacional,
2017).

La Comisión de Salud estimó que no resulta eficaz establecer reglas contra determinadas
razas, ya que la amenaza a las personas proviene principalmente de perros vagos o abandonados,
que no son mencionados en los proyectos en tramitación. Además, señaló que no hay un
consenso científico respecto de la calificación de peligrosidad, dado que ésta puede ser
consecuencia del adiestramiento dado por las personas (Biblioteca del Congreso Nacional,
2017).

Las ideas centrales vertidas en el curso del debate y plasmadas en la Informe de la


Comisión de Salud son (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017):

- Consagrar la obligación de inscribir a los canes en un registro a cargo de la autoridad local;

- Otorgar a las municipalidades facultades –no imponerles obligaciones–, que incluyan la


mantención de centros de rescate de animales, la recolección de los animales abandonados en
la vía y en lugares públicos, la disposición de animales no reclamados vía venta, adopción,
eutanasia u otras, y la esterilización;

23
- Es indispensable dotar a los municipios de los recursos necesarios para abordar con éxito las
nuevas tareas que se les impondrían;

- Fomento de la tenencia responsable de animales y mascotas, que incluya campañas educativas


de la población;

- En el caso de animales registrados que se encuentren abandonados, notificación y multa al


propietario y facultad de disponer de ellos si no son retirados;

- Prohibición de tener animales a quien sea condenado por maltrato a los mismos;

- Obligación de los criadores de entregar animales esterilizados;

- Posible extensión de las medidas a poblaciones de gatos, palomas, gaviotas y otros animales y
aves en situaciones que presenten riesgo sanitario.

La Comisión de Salud aprobó en general el Proyecto de Ley por la unanimidad de sus


miembros presentes. Debido a que el artículo 3 del Proyecto de Ley otorga a los jueces de policía
local la atribución de imponer una multa por infracción a la Ley, la Comisión solicitó la opinión
de la Excma. Corte Suprema, en cumplimiento del artículo 77 de la Constitución Política de la
República y el artículo 16 de la Ley N° 18.918, orgánica constitucional del Congreso Nacional.

b) Discusión general en Sala

Con fecha 2 de junio de 2009 se efectuó la sesión 22 de la Cámara del Senado, presidida
por el honorable señor Novoa. Tomó la palabra el señor Espina para plantear y solicitar que se
autorice a los miembros de la Comisión de Salud para que discutan el Proyecto no solo en
general, sino también en particular, invitando a civilistas y penalistas para lograr una mejora en
la legislación vigente.

El señor Girardi manifestó que el Proyecto “busca avanzar hacia una nueva ética, no
antropocéntrica, sino biocéntrica, en el sentido que la especie humana no utilice todos los nichos
ecológicos para luego destruirlos. Este tipo de proyectos permiten asentar la convivencia que la
especie humana debiera observar con el resto de los seres vivos” (Biblioteca del Congreso
Nacional, 2017).

24
Para el señor Horvath, “la única forma de resolver el problema de los perros vagos -así lo
han hecho los países más avanzados en la materia- es a través de la tenencia responsable. Para
reducir la cantidad de ellos, se requieren procesos de esterilización para hembras y machos y,
también, de adopción. Ese es el camino que una sociedad debe seguir, y no el de señalar que,
por razones sanitarias, hay que eliminar a dichos animales, pues así, en el fondo, solo se
escabulle el problema. Basta recordar prácticas recientes del Ministerio de Salud en distintas
Regiones o de algunos Municipios, mediante las cuales se repartía estricnina en lugares
públicos, incluso en predios y campos privados, para eliminar a los perros vagos, con gran riesgo
para niños y personas por la posibilidad de tomar contacto con ese tipo de veneno. Ello, sin
mencionar lo criminal y cruel de dicho método” (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).
Terminó su intervención señalando que, respecto de la tenencia responsable de animales, se
debe legislar con más precaución y de forma más íntegra, en un proyecto distinto al discutido
en la sesión.

Luego de las intervenciones del resto de los señores Senadores presentes en la sesión, el
Presidente de la Cámara del Senado, señor Novoa, sometió a votación la devolución del
Proyecto a la Comisión de Salud para la elaboración de un nuevo Primer Informe, en el que sea
discutido en general y particular, y para estudiar la posibilidad de refundirlo con otras iniciativas
en tramitación. Con 22 votos a favor, 4 en contra y una abstención, se decidió que el Proyecto
volvería a la Comisión de Salud.

c) Oficio Indicaciones del Ejecutivo

El Oficio de fecha 27 de agosto de 2009 formula indicación sustitutiva al Proyecto de Ley,


para ser sometido a la consideración de la Cámara del Senado.

Se introdujeron nuevos artículos con el objeto de proteger la salud animal promoviendo


su bienestar a través de la tenencia responsable, así como la salud pública, entre los cuales están
los siguientes:

Artículo 8.- “Se prohíbe a los responsables de animales de compañía o mascotas, el


adiestramiento dirigido exclusivamente a acrecentar y reforzar su agresividad. Asimismo, se
prohíbe toda pelea de animales llevada a cabo por sus responsables como espectáculo,

25
competencia o desafío, y quienes las organicen, promuevan o difundan serán castigados como
autores de maltrato animal conforme lo dispone el artículo 291 bis del Código Penal”.

Artículo 19.- “Toda contravención a esta ley se sancionará con multa de una a cinco unidades
tributarias mensuales, sin perjuicio de la aplicación a lo dispuesto en el Código Penal sobre
maltrato animal (…)”.

Artículo 21.- “Toda persona que fuere condenada por maltrato o crueldad animal conforme lo
regulado en el artículo 291 bis del Código Penal, sufrirá, además, la pena accesoria de
prohibición absoluta perpetua para la tenencia de cualquier tipo de animales. La misma
prohibición se aplicará a quienes infrinjan lo dispuesto en el artículo 8°. Esta pena accesoria no
podrá ser sustituida ni rebajada y se aplicará en todo caso”.

b) Segundo Informe Comisión de Salud


Con fecha 3 de julio de 2012, en la Sesión 41, la Comisión de Salud elaboró el segundo
Informe del Proyecto de Ley, tomando en consideración las indicaciones realizadas por el
Ejecutivo y la Cámara del Senado

Respecto de la indicación N° 53, el precepto aprobado por la Comisión es el siguiente:

Artículo 33.- Introdúzcanse las siguientes modificaciones en el Código Penal:

a) Agréguense los siguientes incisos segundo y tercero, nuevos, al artículo 291 bis:

“Se impondrá, además, la pena accesoria de prohibición absoluta perpetua para la


tenencia de cualquier tipo de animales, al que sea condenado por el delito sancionado en el
inciso anterior y al que infrinja lo dispuesto en el artículo 7° de la ley sobre responsabilidad por
daños ocasionados por animales potencialmente peligrosos. Esta pena accesoria no podrá ser
sustituida ni rebajada y se aplicará en todo caso.

Podrán querellarse en los procesos por los delitos de este artículo las organizaciones con
personalidad jurídica que tengan por finalidad la protección de los animales y que se hallen
inscritas en el Registro a que se refiere el artículo 15 de la ley indicada en el inciso precedente.”.

26
b) Agrégase al número 18 del artículo 494 del Código Penal la siguiente oración final:
“En el caso de los animales de la especie canina considerados potencialmente peligrosos, se
aplicará lo dispuesto por la legislación especial sobre la materia.”

Como resultado de las enmiendas introducidas en este segundo Informe, los objetivos del
proyecto pueden resumirse como sigue: fomento de la tenencia responsable de mascotas o
animales de compañía; reconocimiento de la existencia de ciertos tipos de mascotas que por
distintas razones desarrollan conductas agresivas, a los que se les dará un tratamiento especial
en razón de su potencial peligrosidad, de lo que derivan exigencias mayores que se imponen a
sus dueños; protección de la salud pública, aplicando medidas para el control de la población de
mascotas o animales de compañía, consistentes principalmente en la promoción de campañas
de esterilización masiva; creación de registros de animales potencialmente peligrosos, de
organizaciones no gubernamentales promotoras de la tenencia responsable y de criaderos de
razas potencialmente peligrosas; implementación de políticas públicas sobre protección de la
población animal, con el apoyo de entidades especializadas promotoras de la tenencia
responsable de mascotas, a las que se asignarán recursos estatales para operar adecuadamente;
protección de la salud de los animales, promoviendo su bienestar mediante la tenencia
responsable y la aplicación de cuidados veterinarios, y regulación de la responsabilidad por los
daños que sean consecuencia de la acción de dichas mascotas o animales de compañía, sin
perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).

2.1.2 Segundo Trámite Constitucional: Cámara de Diputados

a) Primer Informe de Comisión de Salud

Con fecha 1 de octubre de 2013, la Cámara de Diputados discutió el Informe de la


Comisión de Salud recaído en el Proyecto de Ley sobre tenencia responsable de mascotas y
animales de compañía, el cual cambió su denominación por juzgar la Comisión que ese es el
nombre más adecuado a su contenido.

Al discutir el artículo 7 inciso segundo del Proyecto, los Diputados Accorsi, Castro,
Monsalve, Núñez, Rubilar, Saa, Silber y Torres, realizaron una indicación estableciendo que el
artículo no comprende actividades como el rodeo, por no tratarse de una actividad en que exista

27
pelea entre animales, en cuyo caso debiera legislarse específicamente. El Subsecretario de Salud
agregó que, la Ley N° 20.380 en su artículo 16 establece que los deportes en que participen
animales, tales como el rodeo, se regirán por sus respectivos reglamentos.

El referido artículo 7 inciso segundo indica: “Asimismo, se prohíbe toda pelea de


animales a los que se refiere esta ley, organizada como espectáculo. Quienes las organicen serán
castigados con las penas establecidas en el artículo 291 bis del Código Penal. Quienes las
promuevan o difundan serán castigados con multa de dos a veinte unidades tributarias
mensuales.”.

b) Segundo Informe Comisión de Salud

Con fecha 17 de junio de 2014, se emitió el Segundo Informe de la Comisión de Salud,


en el cual se contemplan modificaciones del Proyecto de Ley respecto del primer trámite
Constitucional en la Cámara de Senado.

El artículo 8 del Proyecto se formuló durante el primer trámite Constitucional, de la


siguiente manera: “El abandono de animales en bienes públicos, parques, plazas y en sitios
eriazos o baldíos será sancionado con la multa establecida en el artículo 23”. Sin embargo, en
el segundo trámite Constitucional se debatió latamente sobre la crueldad y problemas sanitarios
derivados del abandono de animales, por lo que se decidió reemplazar el mencionado artículo
por el siguiente:

“Artículo 8°- Se prohíbe el abandono de animales. El abandono de animales será


considerado maltrato y crueldad animal y será sancionado de acuerdo a lo establecido en el
artículo 291 bis del Código Penal.”.

2.1.3 Trámite Comisión Mixta: Senado – Cámara de Diputados

a) Informe Comisión Mixta

La Honorable Diputada señora Fernández, los Honorables Diputados señores Mirosevic


y Torres y los Honorables Senadores señores Girardi y Rossi, propusieron el reemplazo del
artículo 291 bis del Código Penal, para ser sometido a la consideración de la Comisión Mixta.
La proposición se transcribe a continuación (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017):

28
“Artículo 291 bis.- El que injustificadamente y por cualquier medio o procedimiento
ejerza maltrato o crueldad contra un animal, será castigado con pena de multa de dos a treinta
unidades tributarias mensuales

El que, producto de la acción u omisión arriba descrita, causare al animal daño físico o
síquico, será castigado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de
diez a treinta unidades tributarias mensuales, además de inhabilidad absoluta perpetua para la
tenencia de animales.

Si como resultado de la acción u omisión se produjere lesiones que menoscaben


gravemente la integridad física o la muerte del animal, se impondrá una pena de presidio menor
en su grado medio y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales, además de
inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.”.

Además, la proposición incluye un artículo 291 ter, nuevo, que se adicionaría al anterior
en el Código penal:

“Artículo 291 ter.- Para los efectos del artículo anterior, se entenderá por actos de
maltrato o crueldad animal toda acción u omisión, puntual o reiterada, que injustificadamente
causare daño, dolor o sufrimiento al animal, tanto físico como síquico.”.

La Comisión Mixta, luego de discutir la proposición, la acogió en parte, para luego


aprobar la siguiente modificación respecto del nuevo artículo 36 del Proyecto:

Artículo 36.- Introdúcense las siguientes modificaciones en el Código Penal:

1) Agrégase en el artículo 21, en la Escala General, Penas de simples delitos, al final del listado,
la siguiente pena: “Inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.”.

2) Intercálase, en el número 5° del artículo 90, entre el vocablo “edad” y la coma que le sigue,
la expresión “o para la tenencia de animales”.

3) Agrégase al artículo 291 bis, los siguientes incisos segundo y tercero, nuevos:

29
“Si como resultado de una acción u omisión se causare al animal daño, la pena será
presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de diez a treinta unidades tributarias
mensuales, además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de cualquier
tipo de animales.

Si como resultado de las referidas acción u omisión se causaren lesiones que menoscaben
gravemente la integridad física o provocaren la muerte del animal se impondrá la pena de
presidio menor en su grado medio y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales,
además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.”.

4) Intercálase el siguiente artículo 291 ter:

“Artículo 291 ter.- Para los efectos del artículo anterior se entenderá por acto de maltrato
o crueldad con animales toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que injustificadamente
causare daño, dolor o sufrimiento al animal.”.

5) Agrégase, en el número 18 del artículo 494, el siguiente párrafo segundo:

“Para estos efectos, se comprenderán como feroces los animales potencialmente


peligrosos.”.

b) Discusión en Sala – 11 de abril de 2017

Las modificaciones del Código Penal propuestas en el Informe de la Comisión Mixta,


surgieron a raíz de la brutal golpiza que recibió un perro callejero llamado Cholito con fecha 7
de enero de 2017. La mujer autora material del delito, utilizó un palo para golpear al perro
repetidamente en su cabeza hasta darle muerte, por encargo de la dueña del local comercial
donde solía merodear el perro, en la comuna de Recoleta.

Al respecto, en la presente discusión en Sala, el señor Girardi manifestó: “No queremos


que haya más casos como el del perro Cholito. La idea es hacer coexistir dos derechos: tanto el
de los animales a vivir, como el de las personas a no ser dañadas por ellos. Es por eso que,
algunos integrantes de la Comisión Mixta, presentamos una indicación para aumentar las penas
por el maltrato que se da a los animales, por el abandono de que se los hace objeto. También los
animales merecen una cautela, quizá no tan importante como la que se les otorga a los seres

30
humanos. Pero si existen derechos para los hombres, igualmente debe haberlos para los
animales. Y la sociedad mundial debe avanzar en la materia” (Biblioteca del Congreso Nacional,
2017).

En el mismo sentido, el señor Guillier manifestó: “Me parece que las sanciones penales
y multas que se contemplan son necesarias, dada la naturaleza del maltrato y el abandono que
sabemos que sufren los animales en nuestro país. La urgencia y la profundidad del problema
explican la fuerza que deben tener las sanciones. Considero que es un buen proyecto, porque
plantea a la sociedad chilena la necesidad de tener un nuevo trato con los animales, porque parte
estableciendo obligaciones claras, sanciones para quienes no cumplan, pero, sobre todo, porque
genera una cultura de protección” (Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).

El señor Rossi, por su parte, juzgó que hay pocas herramientas legislativas para sancionar
los actos de maltrato o de crueldad. Si bien el delito respectivo se encuentra tipificado, muchas
veces las propias autoridades encargadas de fiscalizar el cumplimiento de las normas carecen
de los conocimientos necesarios en lo tratante a la legislación vigente. Luego, criticó la falta de
fiscalización en los circos, y consideró que esta actividad conlleva siempre maltrato y crueldad,
por lo que el Ministerio Público debiera tener una actitud sancionadora y comprobar la
procedencia legal de cada especie. Finalmente, respecto del rodeo, manifestó que “Chile debiera
haber prohibido el rodeo hace rato, pues constituye una barbarie. Lo digo con todas sus letras,
porque me parece realmente deplorable sentir placer al ver cómo se le inflige daño a un animal”
(Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).

En virtud del fortalecimiento de la sanción penal por actos de maltrato animal, el


Proyecto pasó a denominarse como “Ley Cholito”.

Finalmente, la Ley se promulgó con fecha 19 de julio de 2017 y se publicó en el Diario


Oficial con fecha 2 de agosto de 2017.

2.2 Tipicidad del artículo 291 bis y ter del Código Penal

Tras la promulgación de la Ley N° 21.020, el delito de maltrato animal quedó redactado


de la siguiente manera:

31
“Art. 291 bis.- El que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales será castigado
con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de dos a treinta unidades
tributarias mensuales, o sólo con esta última.

Si como resultado de una acción u omisión se causare al animal daño, la pena será
presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de diez a treinta unidades tributarias
mensuales, además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de cualquier
tipo de animales.

Si como resultado de las referidas acción u omisión se causaren lesiones que menoscaben
gravemente la integridad física o provocaren la muerte del animal se impondrá la pena de
presidio menor en su grado medio y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales,
además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.

Art. 291 Ter.- Para todos los efectos del artículo anterior se entenderá por acto de
maltrato o crueldad con animales toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que
injustificadamente causare daño, dolor o sufrimiento al animal.”

A continuación, se analiza esta nueva figura penal.

2.2.1 Bien jurídico protegido

El bien jurídico es un “objeto de tutela que es el fundamento de la incriminación y que,


por ello, no está comprendido en la descripción del delito, sino constituye su misma sustancia”
(Politoff, Matus, & Ramírez, 2004). “La facultad de sancionar del Estado adquiere legitimidad
siempre que se emplee para la protección de la sociedad y en tanto alcance ese objetivo, se
limitará a intervenir en cuanto sea estrictamente indispensable y necesario (principio de mínima
intervención) y para amparar bienes jurídicos fundamentales (principio de protección o
lesividad)” (Álvarez, 2014, pág. 12), de manera que el Derecho Penal como recurso del Estado,
tiene límites en cuanto a su utilización.

Con anterioridad a las modificaciones del delito de maltrato animal, se discutía si el bien
jurídico protegido era uno de carácter supra-individual perteneciente a la sociedad, la que se
vería ofendida o violentada por el ánimo de crueldad inserto en la conducta del tipo penal.

32
La Ley N° 18.859 publicada en el Diario Oficial el 29 de noviembre de 1989, incorporó
el artículo 291 bis al Código Penal, categorizando el maltrato o crueldad animal como un delito,
lo que, con anterioridad a su entrada en vigencia, era previsto como una falta en virtud del
artículo 496 N° 32.

El informe técnico acompañado junto a la moción de la referida ley, presentada por el


General Director de Carabineros don Rodolfo Stange Oelckers, señala lo siguiente (Biblioteca
del Congreso Nacional, 1989):

“El proyecto de ley motivo de esta moción encuentra sólida sustentación en razones de
política criminal, esto es, la prevención delictual. En efecto, los actos de crueldad para con los
animales endurecen el alma del hombre, predisponiéndolo a la violencia con sus semejantes,
todo lo cual puede ser el origen de ciertas tendencias antisociales y delictuales.

Para el derecho privado los animales jurídicamente son cosas o bienes corporales
muebles y están, por consiguiente, sujetos al derecho de dominio, pudiendo el propietario usar,
gozar y disponer de ellos a su arbitrio.

El Código Penal, en los artículos 484 y siguientes, sanciona el delito de daños a la


propiedad ajena. Por cierto, esta figura delictiva comprende en su protección tanto a los animales
como cualquier otra cosa, mas solo en cuanto procura salvaguardar la propiedad ajena de
posibles atentados.

Los malos tratos a los animales son constitutivos de delito de daño, pero en este caso la
protección radica en la defensa no de aquellos, sino simplemente de la propiedad ajena.
Entonces, el delito de daños resulta insuficiente para resguardar a los animales contra actos de
crueldad.

(…) El animal es una cosa “muy sui géneris”, que no puede equipararse a una cosa
inanimada, pues por su naturaleza está dotada de sensibilidad.

Atendido el momento histórico cultural que vive nuestra comunidad, resulta menester
dar el paso esencial en lo tocante al bien jurídico protegido. En efecto, se hace necesario

33
desplazar el interés de la comunidad hacia la protección, no de la cosa, sino de la “criatura”.
Así, es el propio animal que sufre los maltratos, el que debe ser resguardado penalmente.”

El concepto de animal como bien mueble semoviente, otorgado por el Código Civil, no
es compartido por el legislador penal, toda vez que lo considera como una criatura “sui géneris”,
esto es, algo único propio de su género e inclasificable al tratarse de un ser dotado de
sensibilidad, de manera que el delito de daños resulta insuficiente e ineficiente para proteger a
los animales de los actos de maltrato o crueldad. Si bien hay una clara intención del legislador
penal de prevención delictual con la introducción del nuevo delito de maltrato animal, puede
observarse que hay también envuelto un interés de resguardar el bienestar de los animales.

La Ley N° 20.380, promulgada el 11 de septiembre de 2009 y publicada en el Diario


Oficial el 3 de octubre de 2009, mantuvo el tipo penal del artículo 291 bis pero elevó su marco
punitivo. Según De Carvalho, “entre los fundamentos expuestos en este proyecto de ley, para
legislar y otorgar un marco normativo de protección a los animales, reflejado a través de las
palabras del sacerdote jesuita Jorge Prieto, está el de Derecho de Igualdad Moral entre los
animales y seres humanos, que implica una igualdad de trato y dignidad de los mismos frente al
Estado; basado en que los animales al igual que los humanos, también tienen capacidad de sentir
dolor, físico y emocional, característica existente tanto en los humanos como en los animales,
aseveración que hoy en día no puede ser rechazada” (De Carvalho, 2016, pág. 33).

Jorge Prieto expone:

“No se trata solo de que la sociedad o los humanos seamos compasivos con los animales
porque la crueldad con ellos acaba generando crueldad con los humanos. Quizás sea cierto que
la compasión por los humanos y por otros animales vayan unidas frecuentemente; pero, de
cualquier manera, decir o pensar que esta es la única razón por la que debemos ser compasivos
con los animales porque tienen necesidades fisiológicas, etológicas y de adaptación al medio
ambiente y porque es injustificable excluirlos de la esfera de preocupación moral, hace que esta
consideración dependa exclusivamente de las consecuencias beneficiosas que puedan resultar
para los humanos, es aceptar implícitamente que los intereses de los animales no son en sí
mismos suficientes para que los tengamos en cuenta (…)”

34
“Es imprescindible contar con una herramienta legal, con apoyo de fiscalización, que
permita prevenir y eventualmente controlar situaciones de maltrato a todos los animales, sean
estos domésticos, de compañía o criados por los humanos para su consumo; animales silvestres
o usados para la experimentación”.

Luego, en la discusión en sala del proyecto, el Honorable Senador Navarro y el


Honorable Senador Allamand exponen, respectivamente:

“Estamos por resguardar los derechos de los animales, por protegerlos del maltrato y
sancionar a aquellos que los lastimen” (Biblioteca del Congreso Nacional, 2009, pág. 70).

“(…) [L]o que estamos intentando en este minuto es apuntar a mejorar en este país una
mejor legislación, precisamente para proteger a los animales” (Biblioteca del Congreso
Nacional, 2009, pág. 58).

Las discusiones sostenidas respecto del objetivo y ámbito de aplicación de la ley, quedan
plasmadas en la redacción final y definitiva de su artículo primero, el cual dispone:

“Esta ley establece normas destinadas a conocer, proteger y respetar a los animales,
como seres vivos y parte de la naturaleza, con el fin de darles un trato adecuado y evitarles
sufrimientos innecesarios”.

Aparece con claridad que para el legislador penal el bien jurídico protegido es
precisamente el bienestar animal, lo que se evidencia posteriormente con la promulgación de la
Ley N° 21.020. El Oficio de fecha 27 de agosto de 2009 que formula indicación sustitutiva al
proyecto de la referida ley, señala expresamente que se introdujeron nuevos artículos “con el
objeto de proteger la salud animal promoviendo su bienestar a través de la tenencia responsable”
(Biblioteca del Congreso Nacional, 2017).

Por otro lado, el artículo 291 bis está contenido en el § 9 del Título VI del Libro II del
Código Penal: “Delitos relativos a la salud animal y vegetal”. El concepto de salud animal ha
sido equiparado al de sanidad animal, al respecto el Servicio Agrícola y Ganadero expresa que
“la sanidad animal del país se aborda tanto desde la prevención del ingreso de enfermedades
(evitando así la introducción al territorio de agentes causantes de enfermedades exóticas o

35
endémicas de importancia económica), como mediante el control y erradicación de
enfermedades presentes en el país” (www.sag.gob.cl, s.f.). Respecto de los artículos 289, 290 y
291 del Código Penal, es posible afirmar que el bien jurídico protegido es la salud o sanidad
animal y vegetal entendida de manera general, procurando evitar y sancionar “la propagación
de enfermedades infectocontagiosas, plagas u otras sustancias que las ataquen de manera
indiscriminada e incontrolada, y que, según su extensión, podría llegar a poner en riesgo la
seguridad alimenticia o abastecimiento de la población” (Matus, 2013, pág. 143). Sin embargo,
el artículo 291 bis resguarda la salud de un espécimen animal no humano en particular, de
manera que lo correcto es utilizar el concepto de bienestar animal para su cabal comprensión.

Se entiende por bienestar animal, un concepto amplio, que “implica la satisfacción de


necesidades físicas y mentales del animal; de tal forma que el animal obtenga la complacencia
de sus necesidades nutricionales, de salud, espacio ambiental, se encuentre libre de
incomodidad, dolor y de condiciones que le provoquen miedo y angustia, encontrándose en
libertad de expresar patrones de conducta propias de su especie” (De Carvalho, 2016, pág. 23).

El bien jurídico protegido por el artículo 291 bis es, entonces, el bienestar de los animales
no humanos2.

2.2.2 Sujetos

A. Sujeto activo

Es el sujeto que realiza la conducta o acción típica. El delito contempla como sujeto
activo “el que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales”, por lo que puede ser
cualquier persona en su modalidad comisiva, tratándose entonces de un delito común. En la
modalidad omisiva del delito, el sujeto activo requiere ostentar una condición o posición de
garante en relación al animal, por lo que en tal caso se trata de un delito especial propio.

En lo referente a la autoría y participación, no hay un régimen especial previsto para este


delito, de manera que se aplican las reglas generales comprendidas en los artículos 14, 15, 16 y

2
En otro sentido, véase Véjar, (2016, págs. 20-21)

36
17 del Código Penal, en virtud de los cuales son responsables criminalmente del delito los
autores, cómplices y encubridores.

B. Sujeto Pasivo

Es el ofendido por el delito, quien soporta sus consecuencias. En este caso no hay un
sujeto pasivo humano, sino quien soporta tales consecuencias es el animal no humano, titular
del bien jurídico de bienestar animal.

2.2.3 Conducta

A. Modalidad comisiva

La conducta sancionada es la comisión de actos de maltrato o crueldad con animales. La


Real Academia Española define la acción de maltratar como: “tratar mal a alguien de palabra y
obra”, “menoscabar, echar a perder”, y maltrato como: “acción y efecto de maltratar”. Define
cruel como: “que se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos”, y
crueldad como “inhumanidad, fiereza de ánimo, impiedad”. Queda de manifiesto que los
conceptos de maltrato y crueldad son diferentes y abarcan diversos tipos de conductas. Para
Guzmán Dalbora, “existe una diferencia cualitativa: si la crueldad se sustrae a toda justificación
o necesidad, en el maltrato habría una situación básica de empleo o aprovechamiento lícitos del
animal, que el agente, sin embargo, sobrepasa, yendo más lejos que lo que la necesidad autoriza”
(Guzmán Dalbora, 2007, págs. 235-236).

Con anterioridad a la reciente modificación del delito, surgían dudas respecto de estos
conceptos, ya que el legislador no los definió ni tampoco señaló casos previstos alternativamente
para la ejecución de este. Los conceptos eran ambiguos y amplios de interpretación, lo que en
la práctica se tradujo en lagunas de punibilidad 3.

Actualmente, el artículo 291 ter determina que se entenderá por acto de maltrato o
crueldad con animales: “toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que injustificadamente
causare daño, dolor o sufrimiento al animal”, ligando así, la conducta directamente con el

3
En un mismo sentido, véase Lagos, M.S. (2002).

37
resultado del tipo. Sin embargo, el legislador no explica qué se entiende por
“injustificadamente”, lo que deberá ser apreciado en concreto por los jueces competentes.

Respecto de los medios ejecutivos, estos pueden ser cualquiera, “no siendo necesario
que los de carácter material o físico tengan que incidir directamente sobre el cuerpo del animal”
(Guzmán Dalbora, 2007, pág. 237), sino que lo relevante es la idoneidad para causar un
menoscabo en el bienestar del animal.

En cuanto al lugar de ejecución, también es indiferente según el tipo, por lo que podría
ejecutarse a la vista de espectadores, como ocurre en el caso del rodeo.

B. Modalidad omisiva

Para el académico Garrido Montt, se configura en la medida que exista una norma
jurídico penal, “que imponga a una persona determinada la realización de una actividad,
evitando con ello concreción de un peligro para el bien jurídico, siendo la omisión, el no hacer
aquello que se tiene el poder jurídico de realizar pudiendo hacerlo” (Garrido, 2005, pág. 235).

La doctrina clasifica los delitos de omisión en:

a) Delitos de omisión propia

La conducta típica consiste en la simple infracción del deber de actuar, descrito en la ley,
esto es, en la omisión de una actuación esperada en las circunstancias que la propia ley
determina. La conducta esperada – el deber omitido – es la adecuada a la situación fáctica y sus
características de tiempo, lugar, peculiaridades de la víctima, etc., pero la ley exige algo más: la
capacidad de acción, requisito implícito en el sujeto activo de todo delito de omisión (Politoff,
Matus, & Ramírez, 2004, págs. 196-197).

Como señala Garrido Montt, estos delitos, “comprenden tanto a aquellos donde se
requiera estar presente frente al resultado típico que un sujeto debía impedir, y que son
excepcionales en nuestro sistema jurídico penal o que no requieran la realización de un resultado
típico determinado para sancionar la omisión en que el sujeto incurre” (Garrido, 2005, pág. 238).

b) Delitos de omisión impropia

38
Se caracterizan por la circunstancia de que “la omisión – que no está expresada en el tipo
penal en cuanto tal – es considerada apta para que le sea atribuido un resultado” (Politoff, Matus,
& Ramírez, 2004, pág. 198). Tratándose de delitos descritos de forma comisiva, para los
académicos Politoff, Matus y Ramírez, “será esperable la evitación de resultados lesivos de
quienes se hayan obligados especialmente a ello, debiendo verificarse los siguientes requisitos”
(2004, pág. 199):

- Producción del resultado típico que la acción omitida pudo evitar;


- Evitabilidad del resultado (causalidad hipotética), e imputación objetiva del mismo a la
acción omitida;
- Posición de garante del omitente, es decir, que tenga un deber jurídico especial de
protección que lo obligue a evitar el resultado lesivo y que haya asumido efectivamente
dicha posición; y
- Que la omisión equivalga a la comisión y sea por lo mismo directamente subsumible en
el correspondiente tipo legal.

Tal como lo plantea Mañalich, los delitos de omisión impropia son, estructuralmente,
delitos especiales propios, en el sentido que el impedimento del respectivo resultado solo se
encuentra sometido a requerimiento para quien ocupe una posición de garantía en relación con
el bien jurídico cuyo menoscabo se identifica con ese resultado. “La existencia de la
correspondiente relación de garantía constituye un presupuesto del carácter requerido de la
acción impeditiva cuya omisión resulta (en tal medida) delictiva, y no en cambio un criterio de
imputabilidad del quebrantamiento de esa norma” (Mañalich, 2014, págs. 242-243).

Si bien la reciente modificación del delito de maltrato o crueldad animal señala de


manera expresa la omisión en los incisos segundo y tercero del artículo 291 bis, el delito
continúa estando descrito en forma comisiva, siendo un delito de resultado material contra el
bienestar físico y psíquico de los animales.

Para delimitar la obligación específica que pesa sobre el garante de impedir el resultado,
debe haber certeza de la fuente de dicha obligación. En Chile, “las fuentes no están determinadas
legalmente, pero hay consenso en la doctrina que pueden provenir de la ley o el contrato. La

39
doctrina más influenciada por la dogmática alemana suele añadir el hacer precedentemente
peligroso y la llamada comunidad de peligro” (Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, pág. 202).

A través de la Ley N° 20.380 sobre Protección de Animales se consagra expresamente


la posición de garante a favor de los animales:

Artículo 3, inc. primero: “Toda persona que, a cualquier título, tenga un animal,
debe cuidarlo y proporcionarle alimento y albergue adecuados, de acuerdo, al menos, a las
necesidades mínimas de cada especie y categoría y a los antecedentes aportados por la ciencia
y experiencia.”

La fuente de la posición de garante en el caso del delito de maltrato animal, es


entonces la ley, la cual la consagra respecto de toda persona que tenga al animal materialmente,
esto es, la mera tenencia sin consideración del título que se detenta ni el tiempo durante el cual
se tiene al animal.

El artículo 5 de la Ley N° 20.380 incorpora una obligación adicional a las


generales previstas para todo garante de un animal, específicamente respecto de las
instalaciones, las que deben ser “adecuadas a las respectivas especies y categorías de animales
para evitar el maltrato y el deterioro de su salud”. Por instalación, de acuerdo a la Real Academia
Española se entiende “el recinto provisto de los medios necesarios para llevar a cabo una
actividad profesional o de ocio”, por lo que el concepto es más amplio que el de simple albergue.
Esta obligación recae sobre las personas a cargo de los siguientes recintos: circos, parques
zoológicos y otros lugares destinados al espectáculo o exhibición de los animales, laboratorios
de diagnóstico veterinario, establecimientos destinados a la producción industrial de animales y
sus productos, consultas veterinarias, establecimientos destinados a la investigación y docencia
sobre animales o al adiestramiento, concursos y hospedajes de animales.

A diferencia de las obligaciones generales, esta obligación adicional puede ser


sancionada administrativamente por el SAG sin necesidad de la producción del resultado lesivo,
sino solo por incumplimiento. No obstante, si con el incumplimiento de esta obligación
adicional, se ocasiona un deterioro de la salud de los animales referidos en los artículos 4, 5 y
11 de la Ley N° 20.380, subsumible en los conceptos de “maltrato” o “crueldad”, el resultado

40
lesivo evidenciado subsume los hechos en el tipo penal del artículo 291 bis del Código Penal
(De Carvalho, 2016, pág. 98).

Referente a la omisión de las obligaciones de garante como constitutivo de delito de


maltrato o crueldad con animales, cabe mencionar el fallo que condena a Joaquín Maluenda
Quezada, propietario del circo “Los Tachuelas”, dictado por el Tribunal de Garantía de San
Bernardo, en causa RUC N° 1100479858, RIT N° 8023-2011, por la exhibición y utilización
indebida y con ánimo de lucro de un elefante asiático hembra de nombre Ramba, especie en
peligro de extinción y, como tal, incluida en el apéndice 1 del Convenio CITES, acción que
desarrolló en forma habitual (De Carvalho, 2016, pág. 105). Consta en los hechos por los cuales
se requirió, que “desde septiembre del 2010 hasta el 5 de diciembre del 2011, mantuvo a
sabiendas a dicha especie en condiciones inadecuadas de temperatura, salud y mantención, de
acuerdo a la especie, lo que ha provocado en Ramba hipotermia reiterada, daño en las patas por
falta de aseo y de un correcto despalme e imposibilidad de un adecuado descanso al no contar
con las condiciones necesarias para ello en su lugar de cautiverio”. En el considerando undécimo
de la sentencia se señala:

“[L]as probanzas dieron cuenta que el animal se encontraba bajo su custodia – posición
de garante– por disposición del SAG y no adoptó todo el cuidado necesario para evitar el mal
estado de salud y condiciones precarias e inadecuadas de cautiverio del animal, lo que le
provocaron el deteriorado estado de salud. (…) La obligación del imputado de otorgar el debido
cuidado nació al comprar la elefanta el año 1998, y luego al habérsele otorgado una tenencia
administrativa del animal en calidad de custodia, los por tanto surgieron para el requerido la
obligación - deber de otorgarle todo lo necesario para su bienestar, y no cualquier cuidado, sino
aquel acorde a un elefante en peligro de extinción y protegido por tratados internacionales, lo
que no cumplió (…)”.

2.2.4 Objeto Material del delito

Corresponde a la cosa o persona sobre la que recae la acción constitutiva de delito. Como
señalan los académicos Politoff, Matus y Ramírez, “este elemento de la estructura del delito en
variadas ocasiones resulta confundirse con el sujeto pasivo del mismo, como ocurre sobre todo
en aquellos delitos contra intereses personales” (Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, pág. 187).

41
Pues bien, del mismo modo, en el delito de maltrato o crueldad animal el sujeto pasivo se
identifica con el objeto material del delito, siendo este el “animal” o los “animales” que, de
acuerdo a la Real Academia Española, se definen como “ser orgánico que vive, siente y se
mueve por su propio impulso”.

Respecto a esto, resulta innovadora la reforma introducida por la Ley N° 21.020, que
incorpora los incisos 2 y 3 al artículo 291 bis, haciendo alusión expresa “al animal”, lo que
difiere del inciso primero que castiga los actos de maltrato o crueldad “con animales”. Como
bien plantea Mañalich, dicha reforma parece transformar la regulación reemplazando la
tipificación de un delito de maltrato de individuos considerados pluralmente, por uno de
consideración singular, lo cual implica la “individuación y la cuantificación de las instancias de
realización del tipo en cuestión, en función de si son uno o varios los animales cuyo maltrato
venga en consideración” (Mañalich, s.f., pág. 3).

En este sentido, por tanto, en torno al tema es menester mencionar que la reforma en comento
implica un avance significativo en la protección de los animales en tanto seres orgánicos que
viven, sienten y se mueven por propio impulso, resguardando su integridad individual, en la
forma de prescripción para las hipótesis de su menoscabo de tantas sanciones como sujetos de
protección se vulneren.

2.2.5 Resultado y causalidad

El nuevo artículo 291 ter, dispone: “para los efectos del artículo anterior se entenderá
por acto de maltrato o crueldad con animales toda acción u omisión, ocasional o reiterada, que
injustificadamente causare daño, dolor o sufrimiento al animal”. Con arreglo a esta definición,
“el delito pasa a tener, inequívocamente, una estructura resultativa” (Mañalich, s.f., pág. 2). Esto
se traduce en que, en su forma básica, la consumación del delito queda condicionada por la
exigencia de que el comportamiento en cuestión dé lugar – de manera imputable – a un resultado
de daño, dolor o sufrimiento para el animal, esto es, un menoscabo en su bienestar físico o
psíquico.

La modificación del artículo 291 bis, tal como plantea Mañalich, consiste en el
establecimiento de dos formas calificadas, formuladas en los nuevos incisos 2 y 3. “En uno y
otro caso, el criterio de calificación del delito consiste en el condicionamiento causal de un

42
determinado resultado, consistiendo éste en un “daño” para el animal, bajo el inc. 2, y en
“lesiones que menoscaben gravemente la integridad física o provocaren la muerte del animal”,
bajo el inc. 3” (Mañalich, s.f., pág. 2).

2.3. Antijuricidad

A este respecto debe abordarse el asunto sobre la posible existencia de “autorizaciones”


que considere el ordenamiento jurídico en relación a las conductas constitutivas del delito en
estudio, frente a las cuales en caso de concurrencia se produciría una exclusión del injusto, lo
que se conoce doctrinariamente como “causales de justificación”.

Ahora bien, en concreto este podría ser considerado uno de los tópicos de mayor
discusión dentro del análisis del delito, principalmente por el debate ético que implica la
valoración cultural-histórica de los intereses de los animales no humanos, y de la posibilidad
que brindaría el ordenamiento jurídico de autorizar conductas que podrían considerarse
constitutivas del ilícito, o más bien, determinar cuáles serían las hipótesis frente a las cuales se
eliminaría esta conciencia de ilicitud frente a conductas punibles.

En este sentido es necesario mencionar, en primer lugar, que la protección penal se


extiende a todos los tipos de animales, es decir, todos los animales en tanto tales están incluidos
en la regulación y protección legal que brindan las leyes N° 20.380, 21.020 y el Código Penal.
Se hace necesario aclarar que, si bien la Ley N° 21.020 tiene por objeto regular la tenencia
responsable de las mascotas y animales de compañía, la modificación del Código Penal no se
limita solo a aquellos animales en cuanto a su aplicación, sino que se hace extensible a todos los
animales no humanos que se persiga su protección.

No obstante lo anterior, se establecen causales de justificación expresas y particulares,


en detrimento de la integridad y bienestar de los animales frente a la necesidad o derecho del
ser humano, lo que implicaría una ponderación de la protección en virtud de uno y otro;
autorizando o justificando ciertas circunstancias o actividades bajo su respectiva regulación
legal, como ocurre con la caza, pesca, cría, transporte, sacrificio de animales domésticos y
salvajes destinados al consumo humano y los productos que de ellos provengan, la

43
experimentación en animales vivos, eliminación de animales peligrosos para la salud pública o
individual, entre otras (De Carvalho, 2016, págs. 63-65).

En lo tratante al rodeo, la remisión a sus reglamentos internos que se efectúa en el artículo


16 de la Ley N° 20.380, constituiría una autorización general respecto de las prácticas reguladas
en estos, específicamente de la atajada del novillo en torno a la cual se computa la actividad y
competencia. Sin perjuicio de aquello, toda conducta o hecho que no esté contemplado o bien
no se ajuste a los reglamentos internos, será susceptible de constituir delito de maltrato o
crueldad animal, sin mediar en esos casos ninguna circunstancia que signifique la necesidad de
ponderación de bienes jurídicos protegidos concernientes a seres humanos, que impliquen una
justificación.

2.4. Culpabilidad

En términos sencillos, al tratar el asunto de la culpabilidad en este delito correspondería


abarcar la posibilidad de reprochar subjetivamente la conducta constitutiva del delito a su autor,
por cuanto “estaba en condiciones de obrar diversamente, en consideración de los distintos
elementos que componen la culpabilidad” (Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, pág. 167).

Al respecto son aplicables las reglas y elementos generales, por lo que no se requiere un
pronunciamiento especial sobre ellas; salvo mencionar que si bien las conductas constitutivas
del ilícito puede cometerse tanto con dolo directo como con dolo eventual, la excepción en el
caso concreto constituye la posibilidad de comisión bajo título de culpa, ya que conforme al
artículo 492 del Código Penal, es aplicable solo respecto de delitos contra las personas,
quedando en tanto excluida dicha posibilidad a propósito del delito en estudio.

2.5. Penalidad

La pena prevista para el inciso 1 del artículo 291 bis del Código Penal es presidio menor
en sus grados mínimo a medio y multa de 2 a 30 UTM, o solo esta última, por lo que es una
pena combinada y a la vez alternativa.

44
La pena prevista para el inciso 2 es presidio menor en sus grados mínimo a medio, por
lo que se trata de un simple delito con pena divisible de dos grados, además de la multa de 10 a
30 UTM, pena que deja de ser alternativa. Por último, el inciso 3 se pena con presidio menor en
su grado medio y multa de 20 a 30 UTM. En estos dos últimos incisos, se debe aplicar asimismo
la pena accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de cualquier tipo de animales.

2.6. Iter Criminis

En lo tocante al desarrollo del delito, al tratarse el maltrato o crueldad con animales de


un delito de resultado, es punible tanto la tentativa como la frustración, en concordancia con las
reglas generales.

2.7. Extinción de la responsabilidad penal

El delito de maltrato o crueldad animal sigue las reglas generales establecidas en el


artículo 93 del Código Penal, de modo tal que la responsabilidad penal por este delito puede
extinguirse por (i) muerte del responsable, (ii) cumplimiento de la condena, (iii) amnistía, (iv)
indulto, (v) prescripción de la acción penal y (vi) prescripción de la pena.

45
CAPÍTULO III: PRÁCTICAS PRESUNTAMENTE CONSTITUTIVAS DE
DELITO EN EL RODEO

Ya analizado el tipo penal del delito, se prosigue a enunciar aquellas prácticas que
presuntamente constituyen maltrato o crueldad con animales en el marco del rodeo, incluyendo
tanto a los caballos, como a los novillos, sujetos pasivos y objetos materiales del delito.

3.1 Prácticas reguladas y sancionadas por los reglamentos de la Federación del


Rodeo Chileno

3.1.1 Reglamento de corridas de vacas, artículo 7 “Consideraciones generales a tener


en cuenta en el cómputo de las carreras”

a) Estribazo en la cabeza del novillo

La Real Academia Española define estribo como “aquella pieza de metal, madera o cuero,
que pende de la ación (correa que cuelga de la silla de montar) y en la que el jinete apoya el
pie”. Estribazo es entonces, el acto de golpear con el estribo, sancionado en este caso cuando la
acción se ejerce sobre la cabeza del novillo.

b) Chicotazo al novillo

La acepción correcta de la palabra chicote en el marco del rodeo, es látigo, por lo que la
acción de chicotear se entiende como golpear con el látigo. Esta acción puede ser ejercida en
cualquier parte del cuerpo del novillo, ya que el reglamento no distingue.

c) Toma de la rienda o intervención sobre el caballo del compañero

El reglamento no especifica la clase de intervención, pero debe comprenderse toda acción


que provoque una alteración del normal desenvolvimiento del caballo durante la serie del rodeo.

Las prácticas de las letras a), b) y c) son consideradas como faltas, salvo en caso de riesgo
para un jinete.

El reglamento establece:

46
- Cuando la falta sea evidente, se sancionará con la eliminación de la serie, y en el caso
de reincidencia, con la eliminación del rodeo. El jinete eliminado no podrá participar en
otro rodeo en la misma fecha.
- El compañero del jinete infractor podrá seguir participando con otros caballos y con
compañero diferente.

d) Toma de la cola del novillo

Se parte del hecho que el novillo está desplomado en el suelo de la medialuna. Más que
tomar, la acción castigada es tirar de la cola del novillo, lo que en la práctica se traduce en
arrastrar al novillo de la cola hasta que logre ponerse en pie para continuar corriendo la serie.

d) Golpes al novillo con puerta

Entiéndase “con puerta”, la puerta del apiñadero que permite la entrada a la medialuna.
La acción sancionada es golpear al novillo cuando va con puerta.

f) Castigo al novillo con la espuela

La espuela es definida por la Real Academia Española como la “espiga de metal


terminada comúnmente en una rodaja o en una estrella con puntas, unida por el otro extremo a
unas ramas semicírculo que se ajustan al talón del calzado, y se sujetan al pie con correas, para
picar a la cabalgadura”. El reglamento utiliza la palabra “castigo” en vez de golpe, lo que denota
un ánimo distinto en el actor, toda vez que el castigo significa un reprensión o corrección, que
difícilmente puede perseguirse en el novillo que corre agobiado, estresado, paralizado de miedo
y, la mayoría de las veces, golpeado.

La sanción prevista por el reglamento para las letras d), e) y f) es la eliminación del jinete
y su caballo del rodeo. Luego, se establece:

- En caso que el jinete eliminado tenga caballos clasificados para la final, no los podrá
correr y no podrá participar en otro rodeo en la misma fecha.
- Si la infracción ocurre en la última serie en que participa, la eliminación implicará la
inmediata suspensión del jinete para la fecha siguiente.
- El compañero del jinete infractor podrá seguir participando con compañero diferente.

47
g) Golpes indebidos al novillo

El reglamento considera como indebido, cualquier golpe al novillo que no sea en la


atajada, así como cualquier acción de la collera que signifique botar al novillo en el apiñadero
durante la carrera o una vez recibido en la atajada. La sanción en estos casos, es un punto malo.

h) Castigo al caballo

Se distingue de los golpes, por el ánimo de reprensión y corrección del actor envuelto en
el castigo. El reglamento establece:

- Se sanciona al corredor que castigue a un caballo en forma evidente y exagerada en


cualquier lugar del recinto del rodeo (medialuna, corrales, pesebreras, etc.), con la
eliminación del rodeo.
- El golpe o estimulación del caballo con azotes de ramal o correón, serán sancionados
con la eliminación de la serie en que esté participando y, en caso de reincidencia, con la
eliminación del rodeo.

i) Uso de bocados y otros dispositivos que, por su forma y diseño, hagan daño manifiesto o
potencial a la boca de los caballos

Bocado es definido por la Real Academia Española como “la parte del freno que entra
en la boca de la caballería”. El reglamento enuncia los dispositivos que están prohibidos, lo que
debe ser complementado con las disposiciones contenidas en el Manual de Embocaduras. El
reglamento señala:

- El delegado oficial de cada rodeo deberá supervisar el cumplimiento de esta norma en


todo el recinto donde se esté realizando el evento deportivo. No será necesario visualizar
el daño para sancionar, ya que el solo uso de un implemento que pueda producir un daño
manifiesto al caballo, es suficiente para su sanción.
- El delegado oficial tendrá la obligación de detectar e impedir el uso de cualquier otro
dispositivo que, según su criterio y teniendo presente los dispositivos no autorizados,
puedan causar un daño manifiesto o potencial al caballo, lo que deberá ser informado en
la cartilla oficial que el delegado elabora.

48
- El jinete infractor se sancionará con la eliminación del rodeo. El compañero del jinete
infractor podrá seguir participando con otro compañero.
- Esta infracción será considerada como una falta grave a la ética deportiva.

3.1.2 Código de Procedimientos y penalidades

El Código clasifica las actuaciones en (i) graves, (ii) de mediana gravedad y (iii) leves, las
cuales, a diferencia de las prácticas enunciadas precedentemente que toman relevancia en el
cómputo de las carreras, buscan sancionar al socio directamente en su calidad de tal. De estas
actuaciones, solo dos tienen relación con la protección de la vida y bienestar de los caballos (y
en ningún caso de los novillos) que participan en el rodeo, a saber:

a) El socio que castiga a su caballo dentro del recinto de la medialuna y que, posteriormente,
se compruebe que producto de ello fallece

En virtud del artículo 77 del Código, se considera como una actuación de mediana gravedad
y la sanción prevista es la suspensión de toda actividad deportiva por seis a doce meses.

b) El socio que castiga a su caballo dentro del recinto de la medialuna

En virtud del artículo 78 del Código, se considera como una actuación leve y la sanción
prevista es la suspensión del rodeo.

El catálogo de actuaciones es extenso, pudiendo ser agrupadas de la siguiente forma:

- Reclamo de un socio con agresión física y reclamo público con insultos a miembros del
directorio o autoridades oficiales del rodeo.
- Adulteración o falsificación de planillas de las series, colleras, inscripción de caballos.
- Falsificación del carné de socio u otorgamiento incorrecto del número de carné.

Los artículos 72 y 73 del Código señalan las circunstancias modificatorias de


responsabilidad:

Son atenuantes de responsabilidad:

1) La buena conducta anterior del denunciado.

49
2) El haberse reparado efectivamente el daño ocasionado, cuando ello fuese procedente.

Son agravantes de responsabilidad:

1) El haber sido sancionado anteriormente por infracciones de igual o mayor penalidad.


2) El haberse cometido la infracción con ofensa o desprecio al respeto que, por su dignidad
y/o autoridad, mereciese el ofendido.
3) El haberse cometido la infracción por un socio que, además, posea un cargo de dirigente.

Las Comisiones Regionales son competentes en primera instancia, para conocer y fallar
acerca de todo hecho que pudiere ser constitutivo de infracción o falta deportiva. Conforme al
artículo 39 del Código, el proceso investigativo se inicia por denuncia o querella emanada de:

1) Persona, club o asociación afectada


2) Delegado oficial.
3) Jurado oficial.
4) Director de un club o asociación de la jurisdicción donde se produzca la infracción.
5) Tribunal Supremo de Disciplina.
6) Miembro en ejercicio del Directorio.
7) Miembro en ejercicio de alguna Comisión Regional.

Son apelables todas las sentencias que fallen asuntos sometidos al conocimiento de las
Comisiones Regionales, para ante el Tribunal Supremo de Disciplina. Las sentencias que dicte
dicho tribunal, son inapelables.

De todas las prácticas reguladas en los reglamentos internos del rodeo, la única tendiente
al resguardo del bienestar animal, es la prohibición de usar bocados que provoquen un daño
manifiesto o potencial a la boca del caballo. En efecto, el artículo que lo regula se titula “sobre
la protección a los caballos” y, ya que el delegado oficial tiene la obligación de revisar el bocado
antes de iniciar la participación de los jinetes, se logra una protección eficiente en este aspecto.

El resto de las prácticas analizadas, solo adquieren relevancia al momento del cómputo
de las carreras, o bien para sancionar a los socios de la Federación en su calidad de tal. No

50
obstante, en ningún caso se aprecia una preocupación por los daños en los novillos y caballos,
resultantes de las infracciones, ni menos por el bienestar general de aquellos.

En el desarrollo del rodeo, los momentos en que los animales se encuentran más
susceptibles de ser objeto de maltrato o crueldad, son cuando se efectúa la atajada del novillo,
provocándole lesiones que van desde hematomas hasta fracturas, y cuando se debe
posteriormente reanimar al novillo para que continúe corriendo. Se debe recordar, que se utiliza
un mismo novillo para las 3 o 4 series de las que se compone la participación de una collera en
el rodeo, de manera que, si el novillo es atajado en la primera o segunda serie, debe levantarse
para que continúe la competencia. La atajada es el remate que se le da al novillo contra las
quinchas en un punto definido de su tronco, deteniéndolo. Conforme al artículo 4 del
Reglamento de corridas de vacas, la violencia no es una exigencia reglamentaria, por lo tanto,
se computan las atajadas, aunque estas no sean violentas. El hecho que la violencia no esté
prohibida, se comprende bajo la concepción del rodeo como un deporte de espectáculo, capaz
de atraer la atención y mover el ánimo del público, infundiéndole deleite y asombro a algunos,
y desagrado y fastidio a otros.

Respecto del novillo en los dos momentos precedentemente señalados, el artículo 7 del
Reglamento de corridas de vacas, señala:

Letra E “Consideraciones generales”: “En aquellos casos cuando el novillo va con


puerta, presente signos visibles de lesiones, calambres u otros, queda autorizado el Capataz para
hacerse cargo del novillo, para entregarlo sin apremio en la puerta de salida. En el momento que
el Capataz se hace cargo del novillo, se dará finiquitada la carrera, teniendo sí la obligación la
pareja participante, de cooperar con el Capataz hasta que el novillo esté fuera de la medialuna”.

La expresión “hacerse cargo del novillo” hace alusión al retiro del novillo de la
medialuna para continuar con la competencia, y no a la atención médico veterinaria que pudiere
necesitar.

Letra A “Sobre cambio de novillo”: “Todo novillo que al salir del toril, durante el trabajo
en el apiñadero o en cualquier lugar de la cancha presente algún tipo de herida expuesta en
cualquier parte de su cuerpo, sangramiento de nariz o presente algún tipo de lesión que le

51
dificulte su desplazamiento normal, deberá ser cambiado de inmediato por otro novillo, también
se cambiará cuando sea un animal bravo que ponga en peligro la integridad física de los
corredores. Los Capataces de las series serán los responsables de ordenar la detención de la
carrera y proceder al cambio del novillo. Lo anterior podrá ser solicitado por el Jurado a través
del secretario del rodeo, si el Capataz no advirtiese dicha dificultad”.

Ambas disposiciones tienen por objetivo principal, asegurar el normal curso de las series
del rodeo, por lo que en caso de que el novillo se convierta en un entorpecimiento, debe ser
retirado o cambiado. Queda de manifiesto que los animales que se utilizan en el rodeo, son
considerados simples objetos o elementos de la actividad. Del análisis del resto de las prácticas
reguladas por los reglamentos internos de la Federación del Rodeo Chileno, se puede deducir
que estos son insuficientes e inútiles para resguardar la vida y bienestar de los animales. Debido
a esta situación, durante el mes de abril del año 2017 se llevaron a cabo mesas de trabajo entre
los dirigentes de la Federación del Rodeo Chileno y las autoridades del Ministerio del Deporte,
en las dependencias de este último. Como resultado, se introdujo el artículo 226 bis, que dispone:

“En todos los rodeos deberá haber un médico veterinario que certifique el cumplimiento
de las normas de bienestar animal. Este profesional podrá ser reemplazado por un técnico con
experiencia en bienestar animal, o por una persona idónea que haya cursado y aprobado un curso
de “manejo animal” dictado por algún organismo oficial”.

Sin embargo, la incorporación de este artículo es ineficiente, pues difícilmente podrán


los médicos veterinarios certificar el cumplimiento de normas de bienestar animal que ni
siquiera están contempladas en los reglamentos internos. En consecuencia, podría ser objeto de
discusión si los animales no humanos utilizados en el rodeo cuentan actualmente con protección
legal efectiva, toda vez que la Ley N° 20.380, precisamente sobre protección animal, no es
aplicable, de manera que solo los reglamentos internos del rodeo están llamados a regular la
materia.

En lo tocante a la posible perpetración del delito de maltrato animal en el rodeo, todo


hecho respecto del cual sea posible verificar los elementos del tipo penal, resultando un
detrimento o menoscabo en el bienestar del animal, será susceptible de ser perseguido
penalmente, con independencia que el hecho esté previsto en los reglamentos internos del rodeo.

52
Las sanciones contempladas para la infracción de los reglamentos, no tienen conexión alguna
con el animal vulnerado ni con el reproche que merece quien realiza el acto de maltrato o
crueldad. En este mismo sentido, se ha pronunciado la Contraloría General de la República en
su Dictamen N° 68.953 del año 2009: “el rodeo ha sido reconocido como deporte conforme a
nuestra legislación y como tal debe desarrollarse de acuerdo a su respectiva reglamentación, lo
cual no excluye la posibilidad de que los animales que en él intervienen puedan sufrir actos de
maltrato o crueldad con ocasión de esta práctica deportiva, mas de producirse algún hecho que
configure el ilícito de aquellos tipificados en el referido artículo 291 bis del Código Penal, tal
calificación corresponderá efectuarla a los Tribunales de Justicia.”

3.2 Prácticas no reguladas por los reglamentos de la Federación del Rodeo Chileno

3.2.1 Modalidad comisiva del delito de maltrato o crueldad animal

a) Estribazo en el cuerpo del novillo, con exclusión de la cabeza

b) Introducción de agua en los oídios del novillo para lograr que se reincorpore

c) Utilización de picana eléctrica

La picana eléctrica es aquel instrumento que da golpes de corrientes sobre el cuerpo de


quien se ejerce. Actualmente se utiliza este instrumento en el rodeo de forma regular y frecuente
sobre los novillos, tal como lo reconoce Guillermo Moreno, Presidente de la Federación de
Rodeo Chileno, en un reportaje realizado por Teletrece Noticias: “el uso de picanas eléctricas
es una cuestión autorizada y normada por el Servicio Agrícola y Ganadero” (Reportaje, 2017).
Luego, en el mismo reportaje, José Ignacio Gómez, jefe de la División Animal del Servicio
Agrícola y Ganadero, aclara que el instrumento está autorizado para el manejo ganadero en
casos muy excepcionales.

El Decreto 30 del año 2013 del Ministerio de Agricultura, aprueba el reglamento sobre
protección del ganado durante el transporte. El artículo 23 del Título XI “De las prohibiciones”,
expresa en su inciso tercero:

“Sólo se podrá hacer uso de instrumentos de estímulo eléctrico en casos justificados,


como animales adultos que se nieguen a avanzar aun cuando tengan espacio suficiente para ello.

53
Estos instrumentos deberán estar diseñados para tales efectos, sin causar dolor, sino solo
incomodidad. Está prohibido conectar estos instrumentos directamente a la red eléctrica.”

El uso de picana eléctrica está regulado única y exclusivamente para los casos previstos
por la ley, sin ser extrapolable a la práctica del rodeo. Este instrumento tampoco se encuentra
permitido por los reglamentos internos, de manera que es inaceptable su uso bajo cualquier
circunstancia dada en el desenvolvimiento del rodeo.

Las tres prácticas enunciadas que cumplan con los requisitos del tipo penal, así como
cualquier otro hecho que revista el carácter de delito de maltrato o crueldad animal, son
susceptibles de ser perseguidos penalmente.

3.2.2 Modalidad omisiva del delito de maltrato animal

a) No mantener las condiciones higiénicas del apiñadero, toril y cualquier otra instalación anexa
a la medialuna en las cuales se reguardan a los animales.

b) No brindar atención médica veterinaria en caso de lesiones y fracturas.

Para la configuración de estas prácticas como delito, así como cualquier otra práctica
omisiva que se pudiere dar en el rodeo, se debe comprobar la detentación de posición de garante
efectivamente asumida, además del resto de los elementos del tipo penal.

54
CAPÍTULO IV: DIFICULTADES EN LA PERSECUCIÓN PENAL DEL
DELITO Y EJECUCIÓN DE LAS PENAS

El presente capítulo se realiza en base a la entrevista sostenida con María Celeste


Jiménez Riveros, abogada de la Universidad de Talca, Magister en Derecho Penal, especialista
en Derecho Animal y presidenta de la organización no gubernamental Animal Naturalis y de la
Sociedad Protectora Bienestar Animal de Talca, quien ha sido querellante por el delito de
maltrato o crueldad animal, de modo tal que su testimonio se torna relevante para analizar las
dificultades prácticas que se dan en torno a la persecución del delito, así como la ejecución de
las penas previstas, teniendo además consideración que actualmente hay escasos
pronunciamientos judiciales en la materia, y ninguno respecto del maltrato o crueldad de los
animales utilizados en el rodeo.

Para una comprensión más sencilla, es menester tener a la vista, además del artículo
291 bis y ter del Código Penal, las siguientes disposiciones legales:

Ley N° 20.380, art. 12: En caso de maltrato o crueldad con animales, el juez
competente para conocer del delito estará facultado para ordenar alguna de las siguientes
medidas, sin perjuicio de las demás atribuciones que le competan:

a) Ordenar que los animales afectados sean retirados del poder de quien los tenga a su
cargo para ser colocados al cuidado de una persona natural o jurídica que se
designe al efecto.
b) Disponer el tratamiento veterinario que corresponda, en caso de encontrarse los
animales afectados heridos o con deterioro de su salud.

Las medidas señaladas se llevarán a efecto provisionalmente, a costa del imputado.

Iguales atribuciones tendrán los organismos públicos encargados de aplicar y fiscalizar


el cumplimiento de las disposiciones de esta ley.

Ley N° 21.020, artículo 36: Introdúcense las siguientes modificaciones en el Código


Penal:

55
1) Agrégase, en la Escala General de Penas del artículo 21, al final del listado
correspondiente a las penas de simples delitos, la siguiente:
“Inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales”.

Ley N° 21.020, artículo 29: En el caso del delito de maltrato o crueldad animal podrán
querellarse las organizaciones promotoras de la tenencia responsable de mascotas o animales de
compañía, cualquiera sea su domicilio dentro del país.

4.1 Denuncia

El delito de maltrato o crueldad animal es un delito de acción penal pública, por lo que
puede ser denunciado por cualquier persona y debe ser investigado de oficio por el Ministerio
Público si toma conocimiento de hechos que revistieren caracteres del mismo, conforme al
artículo 172 del Código Procesal Penal. La denuncia se puede formular ante funcionarios de
Carabineros, Policía de Investigaciones o ante cualquier tribunal con competencia criminal.

Tratándose del delito en comento, resulta favorable efectuar la denuncia ante la Brigada
Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (BIDEMA)
perteneciente a la Policía de Investigaciones, por contar con especialistas y técnicas de
investigación criminalística en la materia, lo que reviste especial importancia en la apreciación
que sus funcionarios puedan realizar ante una eventual situación de flagrancia.

Para Jiménez, la dificultad de probar la flagrancia recae en la visibilidad del daño o


lesión, sobre todo en la comisión del delito en su modalidad omisiva. En este momento, es muy
importante argumentar la necesidad de retirar el animal objeto del delito, para evitar la
prolongación del menoscabo de su bienestar. A pesar de que el artículo 12 de la Ley N° 20.380
señala que será el juez competente el facultado para decretar la medida de retiro del animal,
Jiménez afirma que es posible solicitar la medida en el momento mismo de detención por
flagrancia, y aún en casos en los cuales no se efectúe la detención. En la práctica, se solicita al
funcionario ante quien se está denunciando, que se contacte con el fiscal de turno o el que estará
a cargo de la investigación, para dar cuenta de la situación en la que se encuentra el animal y
luego el fiscal autorice el retiro del animal, todo lo cual deberá ser debidamente informado al
juez competente en la audiencia de formalización con el objeto de que se pronuncie respecto de
la continuación de la medida.
56
Tratándose de animales que hayan sido víctimas de maltrato o crueldad en el contexto
del rodeo, la denuncia debe efectuarse en términos tales que resulte sencillo identificar a los
sujetos y elementos del delito, esto es, tener claridad respecto de la collera, jinete, delegado
oficial, número de serie, caballo, novillo, medios de ejecución, entre otros. Para lograr la
protección efectiva de estos animales, y en especial de los novillos, lo óptimo sería hacer la
denuncia ante la flagrancia, para luego solicitar su retiro, ya que los novillos son arrendados
para la realización del rodeo, de modo tal que, al término de éste, son devueltos a sus dueños, y
lo más probable es que el denunciante no tenga conocimiento de la identidad del dueño ni su
domicilio. Una vez que se obtenga la autorización para retirar al animal, el denunciante debe
previamente tener resuelto el medio de transporte a utilizar en el traslado, teniendo en cuenta
que los caballos pesan entre 400 y 900 kilos y los novillos entre 300 y 500 kilos, así como el
lugar en donde habitará provisoriamente. Otro punto a considerar es la constatación del estado
de salud del animal, la que debiera realizarse por un médico veterinario y un etólogo solo
momentos después de perpetrado el delito. Estos profesionales deben ser imparciales, por lo que
la constatación no tendría que ser realizada por el médico veterinario propiciado por los mismos
organizadores del rodeo.

4.2 Principio de oportunidad

Es la facultad que tienen los fiscales para no iniciar la persecución penal o abandonar la
ya iniciada cuando se tratare de un hecho que no comprometiere gravemente el interés público,
a menos que la pena mínima asignada al delito excediere la de presidio o reclusión menores en
su grado mínimo, conforme al artículo 170 del Código Procesal Penal.

Con anterioridad a la modificación introducida por la Ley N° 20.380 de 2009, la pena


prevista para el delito de maltrato o crueldad animal era presidio menor en su grado mínimo y
multa de 1 a 10 ingresos mínimos mensuales, o solo esta última. Ante la baja penalidad, los
fiscales optaban por no iniciar la investigación del hecho, de manera que no hay
pronunciamientos judiciales relevantes en la materia. Luego, la Ley N° 20.380 aumentó la
penalidad a presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de 2 a 30 UTM, o sólo esta
última. No obstante, al tener como pena mínima el presidio menor en su grado mínimo y
contemplar la opción de sancionar el delito solo con multa, los fiscales seguían aplicando el

57
principio de oportunidad 4. Ante esto, el juez podía de oficio o a petición de cualquiera de los
intervinientes, dejar sin efecto la decisión motivada del fiscal, cuando considerare que aquél ha
excedido sus atribuciones, obligándolo así a continuar con la persecución penal. Bajo este
aumento de penalidad, se persiguió en mayor medida el delito de maltrato o crueldad animal,
pero muy pocos casos culminaron en condena propiamente tal, siendo uno de los más
emblemáticos el caso de la elefanta Ramba, mencionado con anterioridad.

Por último, la Ley N° 21.020 introdujo los incisos segundo y tercero al artículo 291 bis,
en los cuales no se admite la multa como pena principal, sino que se aplicará la multa de 10 a
30 UTM en todos los casos, además de la accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la
tenencia de cualquier animal. El inciso segundo contempla como pena la de presidio menor en
sus grados mínimo a medio, por lo que aún cabe la posibilidad de aplicar el principio de
oportunidad. Sin embargo, el inciso tercero se sanciona con presidio menor en su grado medio,
de modo tal que, siempre que se verifiquen lesiones que menoscaben gravemente la integridad
física o provocaren la muerte del animal, el fiscal estará obligado a perseguir el delito e
investigar. Este nuevo escenario presenta para Jiménez un gran avance en la materia, pues tendrá
como consecuencia más pronunciamientos judiciales y la progresiva especialización de los
funcionarios, fiscales y jueces, lo que es de suma relevancia al tratarse de un delito relativamente
nuevo y de reducida persecución.

4.3 Artículo 12 de la Ley N° 20.380

En virtud de este artículo, se faculta al juez competente para ordenar el retiro del animal
víctima de maltrato o crueldad para ser colocados al cuidado de una persona natural o jurídica
que designe al efecto, y para disponer el tratamiento veterinario que corresponda.

Una de las dificultades en la aplicación de esta medida provisoria, recae en la logística


de traslado del animal, así como el lugar de habitación provisoria, de lo cual generalmente se
hace cargo la persona del denunciante o querellante. Actualmente, no existe un organismo o
institución que se haga responsable de la constatación del estado en que el animal se encuentra
como resultado del delito, en consecuencia, es importante la evaluación del animal por médicos

4
En un mismo sentido, véase Véjar, (2016, págs. 30-31)

58
veterinarios y etólogos profesionales y especializados en el animal de que se trate (por ejemplo,
existen médicos veterinarios especialistas en animales exóticos), aun antes de que se lleve a
cabo el traslado del animal. Lo anterior, debido a que el animal recibirá el tratamiento necesario
para su recuperación durante el tiempo ordenado para la imposición de la medida provisoria,
por lo que toda diligencia o actuación investigativa que se efectúe cuando el animal ya está
recibiendo tratamiento, no es idónea para constatar el daño o lesión sufrida.

La persona designada para el cuidado del animal, se encuentra en la obligación de llevar


la cuenta de los gastos en que se incurra a propósito de todos los aspectos que se engloban bajo
el concepto de “cuidado”, a saber, comida, agua, cobijo, tratamiento veterinario, insumos, entre
otros. La referida cuenta es crucial, ya que la medida provisoria es impuesta a costa del
imputado. A pesar de que la disposición en comento no lo explicita, el pago que debe realizar
el imputado necesariamente es periódico, y no al término de la medida, ya que no puede
asumirse que la persona designada tenga todos los medios y recursos necesarios para brindar
cuidado al animal. Lo ideal sería entonces, que se cite a audiencias al imputado para ir dando
cuenta de los gastos, para que los costee a medida que estos surgen.

4.4 Actuaciones de la investigación

De conformidad con el artículo 180 del Código Procesal Penal, los fiscales dirigirán la
investigación y podrán realizar por sí mismos o encomendar a la policía todas las diligencias de
investigación que consideraren conducentes al esclarecimiento de los hechos. Tal como se
anunció anteriormente, las principales diligencias respecto de la salud del animal deben
efectuarse lo más pronto posible, una vez verificado el acto de maltrato o crueldad, para que
sean efectivamente conducentes a constatar los elementos del tipo penal.

La legitimación activa de las organizaciones promotoras de la tenencia responsable de


animales, introducida por la reciente Ley N° 21.020, presenta un gran avance en la materia, por
posibilitar que las referidas organizaciones interpongan querellas particulares, convirtiéndose
así, en intervinientes en el procedimiento penal. En virtud de los artículos 183 y 184 del Código
Procesal Penal, los intervinientes podrán proponer y solicitar al fiscal todas aquellas diligencias
investigativas que consideraren pertinentes y útiles para el esclarecimiento de los hechos, y por
su parte, el fiscal podrá permitir la asistencia de los intervinientes a las actuaciones o diligencias

59
que debiere practicar, cuando lo estimare útil. Por lo general, las organizaciones querellantes
están especializadas y capacitadas en relación al maltrato o crueldad animal, de modo tal que
podrán brindar a los fiscales, directrices beneficiosas al momento de la investigación.

La legitimación activa de las organizaciones, es fructífera también desde otro enfoque,


ya que al ser querellantes particulares pueden oponerse a la solicitud de sobreseimiento que
eventualmente formule el fiscal, y de esta manera, forzar la acusación del fiscal.

4.5 Error de prohibición que posiblemente invoque la defensa

Existe error de prohibición si el hechor piensa que su conducta no es antijurídica, pero


sí la reconoce como en conflicto con su deber moral. Los académicos Politoff, Matus y Ramírez,
suelen distinguirse dos formas de aparición del error de prohibición:

a) falta al hechor el conocimiento de la norma prohibitiva violada (error directo de


prohibición).
b) El hechor sabe que, en principio, esa clase de conductas son antijurídicas, pero piensa
erróneamente que existe en su caso una causa de justificación que no existe en
absoluto o a la que otorga una extensión distinta a la que tiene (error indirecto de
prohibición).

Sin embargo, ambas clases de error se superponen, pues el que erróneamente supone que
su comportamiento no es antijurídico no valora correctamente la extensión de la prohibición
(Politoff, Matus, & Ramírez, 2004, págs. 334-335).

A modo de ejemplo del error de prohibición, en la causa RUC 0400157139-2, RIT 351-
2004 del Juzgado de Garantía de Cañete, la defensa solicitó la absolución de su representado
basándose en la existencia de conductas arraigadas en la cultura campesina que son
completamente normales y, por lo tanto, fuera del ámbito criminal. La defensa citó como
conductas que a simple vista podrían constituir un acto de maltrato o crueldad, el rodeo,
castración sin anestesia, corte en la oreja para poder señalar a los animales, darles golpe con una
garrocha que tiene en su extremo final un clavo que provoca sangramiento, cortar los cachos,
cortar la cola para impedir que el animal se tropiece con ella o cause algún destrozo, entre otros.

60
Los hechos por los cuales el imputado fue investigado, fueron poner a un novillo que no
era de su propiedad, un garabato o jinete, que son palos cruzados al cuello que impiden el ingreso
por alambradas y dificultan la alimentación del animal. Luego, con una huasca le dio golpes en
el lomo causándole mucho sangramiento, para finalmente azuzarle a un perro para que lo
moridera, el que mordió al novillo en la cola colgándose de esta y cortándosela a la altura de la
mitad. No obstante, la defensa argumentó que los hechos correspondían al acto de arrear al
novillo, el que acostumbraba a pasar a la propiedad que estaba cuidando el imputado, ya que no
había cerco.

Tres testigos presenciales que declararon en juicio fueron interrogados respecto de la


forma en que se suelen arrear los novillos en la zona, por ser hombres de campo. El arreo es,
según indicaron estos testigos, la manera en que se desplaza a un animal de un lugar a otro, y
fueron claros en señalar que en ningún caso significa azotes exagerados ni golpes que puedan
causar sangramiento al animal, sino que el arreo se realiza con la persona detrás del animal, la
que procede a tocarlo con un elemento como varilla o garrocha de madera delgada, dándole
pequeños golpecitos suficientes para dirigir al animal. El tribunal no dio lugar a la petición de
absolución por error de prohibición, pues al ser el imputado un agricultor, es lógico pensar que
conoce la forma en que se arrean a los animales, lo que hace desechar la tesis de que erradamente
creía que su actuar fuera lícito, además que, por otro lado, su ignorancia en relación a la ilicitud
de su acción no resultó acreditada por ningún medio probatorio presentado en juicio.
Finalmente, el tribunal condena al imputado como autor del delito de maltrato o crueldad animal
en su grado de consumado.

Tratándose del rodeo, Jiménez señala la posibilidad de que la defensa argumente que el
actor del delito de maltrato o crueldad animal, no tenía conocimiento de la antijuricidad de su
conducta, pues se trataría de una actividad deportiva permitida por el ordenamiento jurídico
chileno. Es por esto que, se debe contar con una prueba y argumentación contundente que
permita al tribunal determinar la comisión del delito, más allá de toda duda razonable. En virtud
del artículo 297 del Código Procesal Penal, los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero
no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados, de modo tal que, si se constatan los daños o lesiones
de manera profesional y oportuna, no habría razón para desestimar el maltrato o crueldad, una

61
vez verificados los demás elementos del tipo. Sería acertado también contar con la declaración
de testigos presenciales, así como de personas que sean conocedoras de la práctica del rodeo,
cuyo relato resulte esclarecedor para demarcar las bases sobre las cuales el rodeo se desarrolla
con normalidad. En todo caso, es imprescindible orientarse por los reglamentos internos de la
Federación del Rodeo Chileno, los que regulan la forma en la cual se debe practicar el rodeo,
brindando directrices a los jueces llamados a resolver. Respecto de los referidos reglamentos,
cabe reiterar que la violencia no es una exigencia reglamentaria, así como tampoco lo es causar
un menoscabo en el bienestar de los animales que participan en el rodeo.

Tratándose de la atajada que realiza la collera contra el novillo, María Victoria Carvajal,
médico veterinaria y ex competidora de rodeo, señala que “el novillo sufre un daño que no es
evidenciable a simple vista, consistente en hemorragias internas, hematomas y fracturas”
(Reportaje, 2017). No obstante, este daño difícilmente podrá configurarse como constitutivo de
maltrato o crueldad animal, puesto que la atajada constituye el elemento fundamental del
cómputo del puntaje, exigida reglamentariamente. Debido a lo anterior, lo óptimo sería
perseguir aquellos hechos constitutivos del delito, distintos de la atajada propiamente tal.

4.6 Ejecución de la pena

Debido a la baja penalidad atribuida al delito de maltrato o crueldad animal, además de


la posibilidad de pena alternativa de multa, hay escasas sentencias que decretan presidio efectivo
del condenado. En la generalidad de los casos, la pena consiste en multa y comiso del animal
víctima del delito, lo que ha presentado ciertas dificultades en su ejecución.

A modo de ejemplo, en la causa RUC N° 1100479858, RIT N° 8023-2011, conocido


públicamente como “Caso Elefanta Ramba”, se condenó al propietario del circo Los Tachuelas,
Joaquín Maluenda Quezada, a la pena de 100 días de presidio menor en su grado mínimo, a
cancelar la suma equivalente a 10 UTM y a la suspensión de cargo u oficio público durante el
tiempo de la condena. Durante el procedimiento, se constató que la elefanta había sido
previamente comisada en 1997 por el Servicio Agrícola y Ganadero a Eduardo Val Scigliano,
quien era propietario de un circo. Sin embargo, el Servicio Agrícola y Ganadero infringió su
obligación de retirar el animal que es decomisado, manteniendo a la elefanta al cuidado del
mismo propietario. Ante dicha infracción, el Servicio Agrícola y Ganadero dictó la resolución

62
N° 1509 con fecha 2 de diciembre de 1997, que ordena el retiro efectivo de la elefanta, pero 49
días después de dicha resolución y antes de efectuarse el retiro, Val Scigliano vendió la elefanta
al propietario del circo Los Tachuelas y, constatándole este hecho al Servicio Agrícola y
Ganadero, omitió denunciar a Maluenda Quezada por el delito de comercio de Especies
Protegidas, manteniendo a la elefanta bajo su custodia (De Carvalho, 2016, págs. 107-108). En
la sentencia, se declara que el Servicio Agrícola y Ganadero debe hacerse cargo de la elefanta,
la que había sido retirada de la propiedad del condenado en el procedimiento, ya sea
remitiéndola a un santuario de elefantes o bien manteniéndola en el Parque Safari Rancagua.

En este caso emblemático se evidencia la falta de fiscalización y prolijidad con que


generalmente se ejecuta el comiso de animales víctimas de maltrato o crueldad, situación que
se ve agravada por el artículo 12 de la Ley N° 20.380, en virtud del cual el imputado debe costear
el tratamiento veterinario del animal, pero solo de manera provisoria, sin hacer referencia al
cuidado y mantención del animal una vez que el procedimiento penal llega a su término y se
decreta el retiro definitivo del animal, colocándola al cuidado de una persona natural o jurídica
que el tribunal designe. En efecto, la elefanta Ramba estuvo viviendo en el Parque Safari
Rancagua entre los años 2012 y 2016, mantenida y cuidada solo con aportes particulares, para
finalmente ser llevada a un santuario de elefantes en Brasil.

Caso similar es el de 18 caballos que fueron cruelmente descuidados y abandonados por


su propietario en la comuna de San Rafael, Talca, RUC N° 0600647459-2, RIT N° 7290-2016,
causa en la cual Jiménez fue querellante particular. En la referida causa, se condenó a Francisco
Gabriel Peralta Martínez como autor del delito de maltrato o crueldad animal, y se decretó el
comiso de los caballos que habían sido previamente retirados durante el procedimiento,
quedando al cuidado y protección de la Sociedad Protectora Bienestar Animal de Talca, ONG
que preside Jiménez. Desde la dictación de la sentencia en el año 2011, la ONG ha tenido que
costear todos los gastos relativos a la mantención y cuidado de los caballos, los que además se
han ido reproduciendo, teniendo varias crías. Jiménez señaló que el imputado se hizo cargo de
los primeros tratamientos veterinarios conforme al artículo 12 de la Ley N° 20.380, pero no de
la totalidad de los gastos verificados a lo largo del procedimiento penal. Para Jiménez, existen
serias dificultades en la ejecución de la pena de comiso de animales, pues el ordenamiento

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jurídico no brinda un tratamiento óptimo en relación a la naturaleza del animal, esto es, un ser
vivo sintiente.

Respecto de la pena accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de


animales, introducida por la reciente Ley N° 21.020 y prevista para los incisos 2° y 3° del
artículo 291 bis del Código Penal, las dificultades que se presentan son de registro y de
fiscalización. El artículo 15 de la Ley N° 21.020 crea 5 nuevos sistemas registrales relacionados
con la materia que regula, pero ninguno hace alusión al registro de la nueva pena accesoria, de
manera que se entiende que se registrará según las normas generales. Las penas accesorias
quedan registradas en el extracto de filiación y antecedentes, y en el certificado de antecedentes
penales, ambos del Registro Civil.

Ahora bien, represéntese la situación de una persona condenada por un crimen que lleva
aparejada la pena accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos,
derechos políticos y profesiones titulares. Si dicha persona quisiera, por ejemplo, sufragar, se
podría verificar en ese mismo momento que está sujeto a una inhabilitación a través del extracto
de filiación y antecedentes o del certificado de antecedentes penales, logrando efectivamente
que no pueda ejercer ese derecho político que está prohibido para aquella y previniendo así la
infracción de la pena accesoria.

En el caso de la inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales, lo que se


prohíbe es la detentación de un animal o animales bajo cualquier título, resultando bastante
difícil la verificación de la pena accesoria en el momento mismo en que se efectúa la conducta
prohibida. Por ejemplo, tratándose de una compraventa de animales, actualmente no es
exigencia normativa la revisión del extracto de filiación y antecedentes o del certificado de
antecedentes penales, siendo aún más difícil en situaciones de mera tenencia, cuidado o
albergue, no pudiendo controlar entonces de forma efectiva y eficiente que la persona afecta a
la pena accesoria ejecute o no la conducta prohibida.

Sumado a la anterior, la Ley N° 21.020 no designa una autoridad fiscalizadora de la pena


accesoria en comento, por lo que su infracción será difícil de constatar, toda vez que la persona
afecta no tiene la obligación de comunicar al tribunal o autoridad la tenencia de un animal, ni
tampoco se cuentan con los recursos necesarios para efectuar verificaciones en terreno de

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manera periódica. Tanto la dificultad de registro como de fiscalización, debiesen ser tratadas en
el respectivo reglamento de la Ley N° 21.020, el que, a la fecha, aún no ha sido dictado.

4.7 Idoneidad de la persecución penal no obstante las dificultades

Sin perjuicio de las dificultades anteriormente expuestas, la vía penal es la óptima para
lograr la disminución gradual de la práctica del rodeo, incluso por sobre otros mecanismos que
previamente se han intentado. A la fecha, las organizaciones no gubernamentales que tienen por
objeto la protección animal, han optado por la vía administrativa, específicamente, instando a
las Municipalidades a dictar ordenanzas para prohibir actividades deportivas que sometan a
animales a violencia o estrés, incluyendo la práctica del rodeo. A modo de ejemplo, en el año
2016 la Municipalidad de Recoleta dictó la Ordenanza Ambiental N° 61, cuyo artículo 80
contenía una prohibición total del rodeo en el territorio de su municipio. Ante esto, un particular
impugnó dicha prohibición ante Contraloría General de la República, entidad que se pronunció
indicando que el artículo en cuestión no se ajustaba a derecho por significar una discriminación
arbitraria contra el rodeo y una contravención al principio de juridicidad, al no ceñirse la
Municipalidad de manera estricta al marco fijado por el ordenamiento jurídico en esta materia,
por contar el rodeo con reconocimiento legal. Dado lo anterior, Contraloría General de la
República ordenó a la Municipalidad de Recoleta arbitrar las medidas para adecuar la Ordenanza
en términos tales que no vulnere el ordenamiento jurídico conforme a lo sostenido (Contraloría
General de la República, Dictamen N° 10.192, 2018).

De este caso se desprende un gran obstáculo que presenta la vía administrativa, esto es,
el principio de territorialidad al que quedan afectas las Ordenanzas dictadas por las
Municipalidades, toda vez que tienen efecto coercitivo solo sobre su jurisdicción. Como
consecuencia de lo anterior, la comunidad del municipio respectivo conserva la posibilidad de
organizar rodeos en otras comunas, llevando a cabo de igual manera el maltrato o crueldad de
los animales no humanos que serían utilizados. A mayor abundamiento, este tipo de
pronunciamientos administrativos son susceptibles de revocación, como se expuso previamente.

La vía penal, en cambio, aplica a la generalidad del territorio nacional y en ningún caso
es revocable. Asimismo, no solo es fuente de derecho por crear precedentes judiciales, sino que
además puede llegar a ser un antecedente legislativo en miras de modificar la naturaleza jurídica

65
de deporte que actualmente ostenta el rodeo. Al efecto, de lograrse numerosos pronunciamientos
judiciales concordantes en que, con ocasión de la práctica del rodeo se incurre en la comisión
del delito de maltrato o crueldad animal, podría eventualmente cuestionarse el rodeo en
abstracto, ya no solo desde la perspectiva moral y ética, sino también desde la perspectiva legal.

66
CONCLUSIONES

A lo largo de la presente memoria, se estudiaron los aspectos relevantes del rodeo, a


saber, su origen histórico, organización y autoridades internas, competencia propiamente tal y
marco regulatorio, con el objetivo de entender a cabalidad en qué consiste esta actividad. En
relación a su naturaleza jurídica, se planteó la interrogante de si constituye o no un deporte
nacional en virtud del Decreto N° 4.008 de 1961 y el Oficio N° 269 del Consejo Nacional de
Deportes y el Comité Olímpico de Chile de 1962, resolviendo que, a pesar de lo que la mayoría
de las personas cree y sostiene, el rodeo no es un deporte nacional, sino una mera actividad
deportiva, siendo la rayuela el único deporte nacional en Chile con reconocimiento legal. Si bien
es objeto de debate la consideración del rodeo como actividad deportiva por el evidente maltrato
y crueldad del que son víctimas los animales no humanos utilizados en éste, no es posible
desestimar el artículo 16 de la Ley N° 20.380 que hace referencia explícita del rodeo como
“deporte en que participan animales” y, en un mismo sentido, la Contraloría General de la
República considera que el rodeo es subsumible en la definición de deporte contenida en el
artículo primero de la Ley del Deporte N° 19.712. Este escenario dificulta el propósito
perseguido por varios ciudadanos y organizaciones no gubernamentales de que el rodeo deje de
ser considerado deporte, materializado en múltiples manifestaciones y marchas públicas a lo
largo del país durante la última década, para lo cual se requerirá cambios legislativos.

De la naturaleza jurídica de deporte que ostenta el rodeo, no se sigue la imposibilidad de


perpetración del delito de maltrato o crueldad animal, de manera que fue necesario estudiar el
delito en atención a su tipicidad y formas de aparición, para saber en qué situaciones será el
rodeo subsumible en el tipo penal. Al analizar el bien jurídico protegido quedó demostrado, a
través del pensamiento del legislador plasmado en la historia de las Leyes N° 18.859, 20.380 y
21.020, su vuelco desde uno de carácter supra-individual perteneciente a la sociedad, la que se
vería ofendida o violentada por el ánimo de crueldad inserto en la conducta del delito, hacia el
bienestar de los animales no humanos. Este cambio de pensamiento del legislador penal, es
advertido también por Mañalich al considerar que, con la incorporación de los incisos 2 y 3 al
artículo 291 bis mediante la Ley N° 21.020, “se asume la existencia de relaciones jurídicas cuyo
contenido queda determinado por la obligación de una o más personas determinadas de
preservar y asegurar condiciones de bienestar para algún animal individualmente considerado”

67
(Mañalich, s.f.), en atención a que esos incisos hacen referencia explícita a un animal, a
diferencia del inciso primero que mantuvo su redacción original referente al maltrato o crueldad
con animales. Es correcto plantear que los animales no humanos poseen intereses merecedores
de tutela, pues lo que se protege mediante el delito es precisamente su bienestar, y como
consecuencia, podrían adscribir a un estatus jurídico de sujeto de derecho en contraposición a
uno de objeto de derecho.

La Ley N° 21.020 introdujo un nuevo artículo 291 ter que define lo que debe entenderse
por maltrato o crueldad. Sin embargo, no se logra constituir una conceptualización útil, pues
simplemente liga la conducta de forma directa con el resultado del tipo, sin explicar la voz de la
palabra “injustificadamente”, lo que deberá ser apreciado en concreto por los jueces
competentes. En lo tratante a la modalidad omisiva de la conducta que fue incorporada de
manera expresa, no presenta una innovación, debido a que con anterioridad a la entrada en
vigencia de la Ley N° 21.020, ya se comprendía dentro del tipo penal como consecuencia de la
posición de garante efectivamente asumida por el actor. De los cambios introducidos por la Ley
N° 21.020, es rescatable el aumento de la penalidad del delito, pues para los casos previstos para
los incisos 2 y 3 la pena de multa se aplica conjuntamente a la pena de presidio y deja de ser una
pena alternativa. Además, el aumento de penalidad es favorable en lo tocante al principio de
oportunidad del que se hacía valer el fiscal para no iniciar la persecución penal o abandonar la
ya iniciada. Otro cambio también favorable es la legitimación activa de las organizaciones
promotoras de la tenencia responsable de animales, las que se convierten en intervinientes del
procedimiento penal.

En relación a la aplicación jurídica del tipo penal estudiado infrascrito en la práctica del
rodeo, es posible sostener que la actividad del mismo, como tal, envuelve maltrato o crueldad
hacia los animales no humanos utilizados. Sin perjuicio que la persecución penal es la vía más
efectiva para perseguir este deporte -dado que otras vías como la administrativa resultan
insuficientes por tener aplicación territorial limitada a ciertos municipios y por no contar el
Servicio Agrícola y Ganadero con facultades de fiscalización de las instalaciones del lugar
donde se efectúa el rodeo en virtud del artículo 13 de la Ley N° 20.380- es necesario precisar
que no es una estrategia óptima perseguirlo en su forma genérica por el reconocimiento legal y
respaldo institucional que actualmente detenta. En consecuencia, la forma idónea de perseguir

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el rodeo bajo la calificación del delito contemplado en el artículo 291 bis del Código Penal es a
través de las denuncias de aquellos hechos específicos que se llevan a cabo en el marco de la
realización de un rodeo también específico o debidamente individualizado, que sean
subsumibles al tipo, verificándose los demás elementos del mismo.

Dado el reconocimiento legal que actualmente detenta el rodeo, será necesario realizar
políticas públicas o bien una serie de cambios legislativos si se pretende su gradual eliminación,
tales como (i) la derogación del artículo 16 de la Ley N° 20.380 que es la única disposición legal
dentro del ordenamiento jurídico que califica expresamente al rodeo como deporte; y (ii) la
recalificación por parte del Ministerio del Deporte, en virtud de la cual dejaría de ser una
actividad deportiva no solo por generarse una conciencia colectiva contraria al rodeo, sino
además por contravenir los principios mismos a los que deben ceñirse las actividades reguladas
por el referido Ministerio en cuanto a la ausencia de maltrato animal.

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