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LOS JUEGOS - Dolina
LOS JUEGOS - Dolina
"El horror de mi infancia es que yo sabía que se acercaba el tiempo en que debería
renunciar a mis juegos y eso me parecía intolerable, resolví seguir jugando en secreto".
De todos sus juegos, de todos sus libros, el más célebre fue "Peter Pan". Barrie
murió a los 77 años, en 1937.
Pero volvamos a la frase "Resolví seguir jugando en secreto". Quisiera decir algo
acerca de "resolví seguir jugando en secreto". El mundo que nos toca vivir nos tienta
con el progreso personal, con el ingreso a los circuitos de consumo y con la plena
posesión de los derechos de la adultez. Por cierto, se fomenta la admiración por la
precocidad, nos encanta que los niños vivan situaciones adultas. Ahora bien... ¿Qué es
una situación adulta?
Según parece, tener deseos sexuales y ansias de posesión. O quizás adquirir cierto
aplomo mundano que permite usar palabras tales como: "igualmente", "saludos por su
casa", o "muy amable de su parte".
Bueno, a todo esto contesto que para ser un imbécil no hay apuro. La precocidad de
un niño pianista es admirable, la precocidad de un miserable que aprendió demasiado
pronto los riesgos de prestar libros es basura.
Como quiera que sea, el mundo exige abandonar los juegos y progresar, y los que se
quedan jugando reciben desprecio y burla. Por eso hay quienes, como Sir James Barrie,
resuelven seguir jugando en secreto. Hay personas que sin que nadie lo sepa recorren
las calles, y juegan. No pisan las baldosas azules para no matar ángeles y sí las rojas
para matar demonios o juegan a que morirán si se cruzan con una rubia en la siguiente
cuadra, o gritan en los zaguanes, o pisan las hojas secas para deleitarse con el crujido.
Pero no nos engañemos, estamos hablando de otra cosa, no de mera afición lúdica.
Se trata de seguir, en secreto, profesando una moral heroica, de seguir creyendo. De
creer, no con la estupidez de los mamertos, sino con la locura de los que jamás podrán
aprender a acomodarse en un universo burgués de mezquindad; de seguros contra
robos y de electrodomésticos como parámetros de dicha.
James Barrie no quería crecer, Peter Pan no quería crecer. No querían crecer en el
peor de los sentidos, no querían esa mediocre resignación que algunos llaman madurez.
Yo he resuelto seguir jugando en secreto: juego a que un buen verso salva una vida,
juego a que el amor es más importante que la prosperidad, juego a enloquecerme con
un acorde, a creer que lo mejor de la vida todavía no sucedió.
Claro que allí están las personas razonables que pueden despreciarme y decirme
Peter Pan, y se ríen de nuestros juegos y de nuestros sueños. Bien está. Para ellos es
todo el mundo, el mundo de los adultos y de los burgueses, el mundo de la televisión,
el mundo de los concursos o del rating. Atención, no el mundo de los juegos. Porque los
juegos, el sueño secreto de la juventud, son cosa... de gente seria.
Fuente:
Alejandro Dolina (Monologo transcripto del programa radial "¡La Venganza será
Terrible!" emitido en las épocas en que todavía era bueno)
http://unamorreal.blogspot.com/2005/08/james-m-barrie-los-juegos.html
Audio:
http://www.youtube.com/watch#!v=deBTp2uE1gk