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DESARROLLO DE COMPETENCIAS

Taller: construcción de conceptos colaborativamente.

Andrés Ricardo Maestre Ruiz


Grupo 43
Zeidy Liceth Ardila Casadiegos-
Grupo 43
Carmen Ramona Mercado Merlano
Grupo 42
Martha Lucia Arjona Molina
Grupo 42

Tutoras:
Tania Vargas Grupo 43
María Helena Ramírez Grupo 42

Universidad del Área Andina


Especialización en pedagogía y docencia
Valledupar-Cesar
2023
¿De qué manera la noción de competencia sigue o no siendo vigente en la
educación del siglo XXI, en aras de mejorar la calidad de la educación?
RESPUESTAS DE DOCENTES ENCUESTADOS
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Respuestas: Clic aquí
Para el tema diferencial de las competencias de aprendizaje se busca contemplar la
posibilidad del fomento del autoaprendizaje individual y no impositivo como era antes,
además las competencias deben ser claras para la inclusión laboral, ya está definiría el rol
social del futuro profesional, en las disciplinas de salud también se debe tener en cuenta
la vocación y el don de servicio.

Ya que promueve la adquisición de habilidades prácticas y el desarrollo de capacidades


que son esenciales para el éxito en la vida laboral y personal. Sin embargo, es importante
complementar con enfoques que fomenten la creatividad y el pensamiento. Debe
permanecer, porque sin lugar a duda, mayor conocimiento o capacitación son
equivalentes a la amplitud de oportunidades en el ámbito laboral y el crecimiento
personal, a nivel social, cultural, científico, político, administrativo etc.

En este sentido, la educación por competencias ayuda a mejorar la calidad de la


educación, al preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo laboral y
social. Además, las competencias promueven el aprendizaje autónomo y el pensamiento
crítico, lo que les permite a los estudiantes aprender de forma continua y adaptarse a los
cambios.
Sin embargo, es importante señalar que la noción de competencia no debe entenderse
como una fórmula única y universal. Las competencias deben adaptarse a las
necesidades y características de cada contexto educativo. Además, es importante que la
educación por competencias se complementa con una formación en valores, para que los
estudiantes puedan desarrollarse como personas íntegras y comprometidas con la
sociedad.

En la actualidad las competencias han bajado mucho la importancia y se ha


implementado la inclusión. Todos los estudiantes son igual de importantes y las
competencias entre ellos pasó a un segundo plano lo cual creo que ha sido muy
beneficioso para los niños y su autoestima. Todos los niños se miran según sus
habilidades y no por una sola competencia.
SÍNTESIS
PROPIA POSTURA

La era industrial, con su énfasis en la transmisión y reproducción de conocimiento, no está


siendo capaz de preparar a nuestros estudiantes para vivir y desenvolverse con éxito en
la era globalizada del conocimiento, y afrontar un mundo en continua y profunda
transformación. La globalización y la incursión de las tecnologías en todos los ámbitos del
quehacer humano han modificado radicalmente la manera en que las personas se
comunican y colaboran, la forma en que se produce conocimiento, los requerimientos del
mundo del trabajo y las posibilidades de impacto a escala local y global. Las
competencias en la educación del siglo XXI deberían contener destrezas, conocimientos y
actitudes necesarias para enfrentar exitosamente los retos de esta época, y que nos
invitan a reformular nuestras principales aspiraciones en materia de aprendizaje y a
hacerlas más relevantes para esta nueva era.

● Aspirar al desarrollo de las competencias del siglo XXI va a requerir que


repensemos los procesos de aprendizaje, las relaciones entre estudiantes y
docentes, las prácticas de enseñanza y la forma en que se evalúa. Vamos a
necesitar orientarlos hacia un nuevo modelo basado en la idea de que aprender
consiste en construir nuevo conocimiento haciendo cosas en colaboración y
diálogo con otras personas. El proceso de enseñanza y aprendizaje se
debe adaptar a las necesidades y aptitudes de todos los estudiantes además de
tener éxito para lograr los desafíos de la educación del siglo XXI está en generar
una educación distinta la cual permita al estudiante ser el principal gestor de su
aprendizaje, para ello no podemos seguir desarrollando clases como en épocas
antiguas, debemos emplear la tecnología amigarnos con esta y a través de ella
desarrollar las diferentes habilidades del siglo XXI, para lograr que los estudiantes
aprendan por sí mismos.

ARTICULACIÓN ENTRE LA POSTURA DEL AUTOR (SÓCRATES) Y LA DEL EQUIPO


DE TRABAJO.

La evolución de la noción de competencia en la educación ha sido profunda y significativa


a lo largo de las décadas y los siglos. En la era industrial, la educación se centraba en la
transmisión de conocimientos y habilidades específicas para roles laborales concretos.
Sin embargo, el siglo XXI se ha caracterizado por la globalización, la revolución
tecnológica y la rápida evolución de la información, lo que ha llevado a una reevaluación
esencial de lo que significa ser competente en la sociedad actual.

En la actualidad, la competencia en la educación del siglo XXI abarca mucho más que la
simple adquisición de conocimientos y habilidades técnicas. Se ha reconocido
ampliamente que los estudiantes deben desarrollar una amplia gama de competencias,
que incluyen habilidades socioemocionales, habilidades de comunicación, pensamiento
crítico, creatividad, adaptabilidad y resolución de problemas. Esto se debe a que el mundo
laboral y social requiere individuos que no solo puedan realizar tareas específicas, sino
que también sean capaces de enfrentar desafíos complejos y adaptarse a un entorno en
constante cambio.

En este contexto, los docentes desempeñan un papel fundamental en la promoción de


estas competencias en los estudiantes. Los resultados de las encuestas a docentes
destacan la importancia de fomentar el autoaprendizaje individual en lugar de adoptar un
enfoque impositivo en la educación. Este cambio en la relación entre docentes y
estudiantes implica que los educadores actúen más como guías y facilitadores del
aprendizaje, en lugar de ser la única fuente de conocimiento.

De acuerdo con esta perspectiva, los estudiantes se convierten en gestores activos de su


propio proceso de aprendizaje. Se espera que sean curiosos, que busquen activamente
información, que colaboren con otros en proyectos significativos y que desarrollen
habilidades de autorregulación. Este cambio refleja la filosofía de Sócrates, quien creía en
estimular el impulso de búsqueda personal y la verdad en sus discípulos a través del
diálogo y la reflexión.

La tecnología desempeña un papel crucial en la promoción de competencias en la


educación del siglo XXI. A través de la tecnología, los estudiantes pueden acceder a
información de manera instantánea, explorar recursos educativos en línea y colaborar en
proyectos globales. Esto no solo fomenta la adquisición de habilidades tecnológicas, sino
que también promueve la comunicación efectiva y la colaboración, competencias
esenciales en el siglo XXI. Además, la tecnología permite la personalización del
aprendizaje, lo que significa que los docentes pueden adaptar sus enfoques de
enseñanza para satisfacer las necesidades individuales de los estudiantes. Esto es
coherente con la idea de que cada estudiante tiene un camino de aprendizaje único y que
la educación debe ser inclusiva y accesible para todos.

El pensamiento de Sócrates, como se presenta en el libro "Historias de las Ideas


Pedagógicas" de Moacir Gadotti, es una influencia perenne en la educación. Sócrates
se destacó como un filósofo griego nacido en Atenas, considerado uno de los fenómenos
pedagógicos más asombrosos de la historia occidental. A diferencia de los sofistas, su
enfoque no era la retórica y la adaptación al entorno, sino el despertar del impulso para la
búsqueda personal y la verdad, el pensamiento propio y la escucha de la voz interior.

Uno de los pilares fundamentales del pensamiento de Sócrates era su creencia de que la
virtud y el conocimiento no podían ser enseñados como si fueran ideas innatas. En lugar
de ello, promovía el diálogo y la indagación como medios para alcanzar el conocimiento y
la sabiduría. Su famoso método socrático consistía en hacer preguntas profundas y
desafiantes a sus interlocutores, lo que los llevaba a la reflexión y al autoexamen. Este
proceso de cuestionamiento y exploración interna era esencial para el desarrollo del
pensamiento crítico y la autoconciencia. En el contexto de la educación del siglo XXI, la
perspectiva de Sócrates tiene implicaciones profundas. En primer lugar, enfatiza la
importancia del proceso de aprendizaje sobre el contenido en sí mismo. Sócrates no
estaba interesado en la transmisión pasiva de información, sino en estimular la mente y el
pensamiento activo de sus discípulos. Esto concuerda con la idea de que la educación
moderna debe centrarse en el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico,
resolución de problemas y autoaprendizaje.

Además, el enfoque de Sócrates en el autoconocimiento y la búsqueda personal de la


verdad resalta la importancia de que los estudiantes sean gestores activos de su propio
proceso de aprendizaje. En lugar de recibir conocimiento de manera pasiva, los
estudiantes deben ser alentados a cuestionar, investigar y descubrir por sí mismos. Esto
se relaciona directamente con la idea de que la educación del siglo XXI debe permitir que
los estudiantes sean los protagonistas en la construcción de su propio conocimiento.

El método socrático también enfatizaba la importancia del diálogo y la comunicación


efectiva como herramientas fundamentales para la búsqueda de la verdad y el
entendimiento mutuo. En un mundo globalizado donde la colaboración y la comprensión
intercultural son esenciales, esta perspectiva de Sócrates cobra relevancia. La habilidad
para comunicarse de manera efectiva y trabajar en equipo se ha convertido en
competencias clave en el siglo XXI. La influencia de Sócrates en la educación
contemporánea es innegable. Su método de cuestionamiento y diálogo, centrado en la
auto indagación y la reflexión crítica, ha inspirado enfoques pedagógicos modernos que
promueven la participación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Se alienta a
los estudiantes a cuestionar, analizar y discutir, permitiéndoles construir un conocimiento
más profundo y significativo.

En resumen, la noción de competencia en la educación del siglo XXI se beneficia


enormemente de la perspectiva de Sócrates. Su énfasis en el proceso de aprendizaje, la
auto indagación, el pensamiento crítico y el diálogo sigue siendo relevante en un mundo
en constante cambio. La educación del siglo XXI busca empoderar a los estudiantes para
que sean ciudadanos reflexivos y críticos, capaces de enfrentar los desafíos de una
sociedad globalizada y en evolución. La influencia de Sócrates perdura como un
recordatorio de que el verdadero aprendizaje se encuentra en la búsqueda personal de la
verdad y el conocimiento, y en el diálogo constructivo con otros.
BIBLIOGRAFÍA

Gadotti, M. (1998). Historias de las Ideas Pedagógicas. Buenos Aires:


Siglo Veintiuno.

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