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Resumen Hipnosis

Incorporación de la Terapia Hipnótica en el Manejo del Dolor

Bernheim y Charcot diferían en sus puntos de vista respecto a la hipnosis, en donde el primero la entendía como un
fenómeno psicológico natural, dependiente de la capacidad de "sugestionabilidad" de los sujetos; y para Charcot era un
fenómeno más bien patológico, asociado a la histeria y la inmadurez emocional

El ultimo tiempo la hipnosis ha adquirido reputación científica y se lo ha transformado en una herramienta útil en la
clínica psicológica y la medicina. En la década de los años 1950, las Sociedades de Medicina Británica y
Estadounidense, recomendaron la incorporación de la hipnosis como una técnica auxiliar en medicina

En este siglo, se desarrollaron dos vertientes para el estudio y aplicación de la hipnosis: una es la denominada tradición
de utilización de la hipnosis, de M. Erickson. quien concebía a este fenómeno como un estado especial de consciencia
normal, que pueden experimentar todas las personas, por lo que no se utilizan rituales de "inducción" de trance, sino
que el terapeuta adecua su comportamiento y lenguaje a cada paciente en particular.

La segunda tradición es la denominada hipnosis "estandarizada", y que deriva de los trabajos experimentales de Hilgard
y Weitzenhoffer, quienes acuñaron el concepto "susceptibilidad hipnótica" para indicar un rasgo más o menos
perdurable de la persona que le puede facilitar la experiencia hipnótica.

Diferencias: Mientras que en el enfoque ericksoniano se coloca el acento en el aspecto relacional de la hipnosis y se
adecua a cada paciente en particular, el enfoque estandarizado o experimental coloca la responsabilidad de los
resultados en la mayor o menor capacidad del sujeto para experimentar trance hipnótico y los procedimientos son
menos individualizados y mas directos

Entre las teorías acerca de sus bases biológicas se encuentran aquellas que lo relacionan con la asimetría cerebral, y un
mayor o menor predominio de la actividad del hemisferio no dominante mientras el individuo está en trance hipnótico

Se le define como un estado especial de consciencia, en el cual el sujeto está más dispuesto a seguir las directivas del
clínico, para explorar potenciales psicológicos, fisiológicos, psicofisiológicos y conductuales.

En general, cuando una persona se encuentra en estado hipnótico presenta diversos cambios:
Fisiologico: tonicidad muscular reducida,
Sensorio-perceptual: relajacion y comodidad, ilusiones espontaneas, fenomenos alucinatorios
Social: respuesta de disposicion a atender al terapeuta
Cognitivo: Sentimientos de disociación; amnesia; literalidad; ideación y fantasía autónomas; distorsión de tiempo y
retraso temporal en el uso de conceptos.

En el estado de trance hipnótico los sujetos pueden experimentar en forma espontánea -o ser sugeridos por el
terapeuta- una serie de fenómenos denominados "fenómenos hipnóticos clásicos":

 Alucinaciones y alteraciones sensoriales: Las alucinaciones hipnóticas se denominan alucinación positiva


(percibir un estímulo que objetivamente no está presente) y la alucinación negativa (dejar de percibir estímulos
que objetivamente están presentes).

 Amnesia: Aunque puede aparecer en forma espontánea, es un fenómeno que necesita ser inducido o evocado
por el terapeuta experimentado.

 Analgesia y anestesia
 Catalepsia: aparece espontáneamente en la mayoría de las personas que experimentan trance, y consiste en la
inhibición de los movimientos voluntarios del cuerpo, permaneciendo el paciente con el cuerpo totalmente
inmóvil,

 Disociación: la fragmentación de la experiencia en sus partes componentes, amplificándose la consciencia de


una parte mientras disminuye para las otras. Algunos autores han definido a la experiencia hipnótica como la
disociación de los estímulos del entorno, para concentrarse intensamente (asociarse) en la experiencia interna.
Al igual que la catalepsia, la experiencia de disociación está presente en todos los trances hipnóticos.

 Distorsión de tiempo

 Progresión y regresión de edad: En cuanto a la regresion: Se describen dos variedades de este fenómeno: a)
Revivir hipnótico o vivification, en donde el sujeto vuelve a experimentar hechos de su pasado como si estuvieran
ocurriendo aquí y ahora; y b) Hipermnesia: en el cual hay un recuerdo vívido, pero el individuo no está inmerso
en la experiencia.

 Respuestas ideodinamicas

Las intervenciones terapéuticas hipnóticas hacen uso de estos fenómenos hipnóticos (entre otras estrategias) para
suministrar experiencias terapéuticas a los pacientes.

Hipnosis y control del dolor


Recién a mediados de este siglo es que se ha venido popularizando la incorporación de la hipnosis como una
herramienta valiosa en la terapia del dolor. El uso de estrategias hipnóticas para el control del dolor no implica el
reemplazo de las técnicas anestésicas químicas, sino que se recomienda el uso de las técnicas hipnóticas cuando los
anestésicos comunmente utilizados no han dado buenos resultados o son riesgosos

Según Barber la hipnosis es una herramienta útil en el control del dolor, puesto que:
1. Puede eliminar, o al menos reducir significativamente el dolor.
2. No posee efectos colaterales demostrados.
3. Facilita los otros tratamientos que está recibiendo el paciente.
4. Permite que el paciente aprenda a usar por si mismo el tratamiento (autohipnosis), lo cual lo hace menos dependiente
de los cuidados de otras personas.

La literatura describe las siguientes aplicaciones del tratamiento hipnótico del dolor:

1) Dolor agudo: Distinguiremos dos situaciones generales en las cuales intervenir con técnicas hipnóticas, y cuyo
enfrentamiento es distinto:
a) La primera situación es aquella en la cual la persona está experimentando actualmente el dolor, como una herida en
un accidente, una fractura, quemaduras. Son distintivos de este tipo de dolor el shock, la sorpresa y el miedo; y en
algunos casos, debido a la intensidad del dolor y la situación, el paciente presenta características de un estado alterado
de consciencia, similar al trance hipnótico. Debido a esto, la persona está más proclive a seguir directivas que lo alivien;
Suele usarse la disociación y la anestesia como fenómenos hipnóticos para alterar la experiencia dolorosa del paciente.
Según la naturaleza de la dolencia del paciente, pueden entregarse sugestiones posthipnóticas de modo que vuelva a
experimentar los fenómenos hipnóticos cuando el dolor se acreciente.
b) Una segunda situación es la preparación hipnótica para prevenir dolores agudos. En general, se enseña al paciente a
experimentar trance hipnótico, se evocan los fenómenos hipnóticos que le serán útiles (disociación, anestesia, distorsión
de tiempo, por ejemplo), y se le enseña a entrar en trance hipnótico por si mismo (autohipnosis), se entregan
sugestiones posthipnóticas que incluyan estímulos que se encontrarán presentes en el procedimiento médico, de modo
que al ingresar el paciente a la sala de trabajo de parto, o antes de ir a la sala de curaciones o el quirófano, ya se
encuentre en trance hipnótico y se hagan realidad las sugerencias entregadas en el entrenamiento.
El terapeuta necesitará establecer un buen rapport con el paciente, elegir un método de inducción de trance que se
adecúe a aquel, respetar el estilo y velocidad de respuesta del paciente, y lo más aconsejable es utilizar las experiencias
de la vida cotidiana –que sin duda el paciente ha experimentado– para evocar los fenómenos hipnóticos.

2) Dolor recurrente: Barber lo define como el producto de una enfermedad que produce una estimulación nociva
repetidamente a lo largo del tiempo. Ejemplo de este tipo de dolores son la artritis, el dolor en el cáncer, jaquecas, dolor
del miembro fantasma. Las intervenciones en este tipo de dolor son más complejas que en el enfrentamiento del dolor
agudo. La complejidad de estos acercamientos se debe a que la historia del dolor y los modos en que el paciente lo ha
afrontado juegan un papel importante. Es importante que el terapeuta se percate de los significados temporales,
emocionales, psicológicos y somáticos que tiene el dolor para el paciente, y construya un acercamiento hipnótico
individualizado, tanto en el modo de inducir trance hipnótico como en la entrega de las sugerencias hipnóticas.
En aquellos casos en los cuales hay períodos de alivio más prolongados y el paciente se percata de cuándo va a comenzar
su dolor (como ocurre en muchas jaquecas), se enseña al paciente a entrar en autohipnosis cuando perciba las señales
que anticipan su dolor

3) Dolor Crónico: Puesto que el síndrome de dolor crónico benigno ha sido definido como un dolor y sufrimiento
asociado que persiste más allá de la estimulación producida por la herida o la enfermedad original, se hace necesaria
una evaluación psicológica mucho más profunda que en el dolor recurrente ya que pueden haber múltiples variables de
índole psicosocial que ejercen influencia en la mantención del síndrome. El tratamiento de este tipo de dolor debe ser
integral cuando se hace evidente que las variables psicosociales tienen un rol importante en la mantención del dolor. Es
probable que el tratamiento hipnótico sintomático del dolor, como único tratamiento esté destinado al fracaso.

En los dos ultimos casos, es importante hacer una evaluacion completa para así diseñar una intervencion en la cual
pueda haber algun grado de éxito en la primera sesion. Esto con el fin de (1) evitar suscitar o crear resistencias en el
paciente hacia el tratamiento, y (2) si un dolor disminuye, aunque sea un poco, eso implica indirectamente que puede
continuar disminuyendo.

En general, la primera sesión es la más larga, puesto que en ella se inducirá el primer trance hipnótico y el tiempo que
toma entrar en trance es variable.

*La próxima media hora fue utilizada para conversar acerca de la ocurrencia de ciertas experiencias en la vida cotidiana
que se asocian con experiencias hipnóticas. Específicamente aquellos momentos en los cuales las personas se quedan
fijas mirando hacia algún punto, absortas en si mismas y "desconectadas" del ambiente ("trance común de cada día").
Conversamos acerca de fenómenos comunes relacionados con la alucinación positiva y la negativa. También se
incluyeron temas respecto a los fenómenos de analgesia y anestesia que ocurren en forma cotidiana. El objetivo de esta
charla preliminar a la experiencia de trance (o fase de preparación) tenía como objetivo disponer trenes de asociaciones
cognitivas y experienciales de los fenómenos hipnóticos que se utilizarían posteriormente. Se procedió a realizar una
inducción hipnótica no ritual (en el sentido que mis frases se adaptarían a las respuestas de ella), en la cual se le pidió
estar con los ojos abiertos y concentrar su atención en sus manos. El procedimiento utilizado combina el uso de
preguntas hábiles destinadas a evocar fenómenos ideomotores (movimientos disociados, que confunden a la mente
consciente y dejan al paciente proclive a seguir con facilidad las sugerencias). Cuando se obtuvieron respuestas
consideradas lo suficientemente buenas, se evocó una anestesia en guante en una mano (recordándole la falta de
sensaciones que ocurren en las manos cuando se tiene hielo en una mano). Luego se le indicó que podía traspasar esa
ausencia de sensaciones a aquella parte de su cuerpo que necesitaba sentirse cómoda (no es conveniente usar la palabra
"dolor", para evitar suscitar asociaciones negativas). Se aprovechó esa respuesta de trance profundo para ir hilvanando
breves historias que entregaban sugerencias respecto a fenómenos que podrían serle de utilidad. Se construyó una
historia referente a cómo se distribuía la anestesia química a través del torrente sanguíneo en las partes del cuerpo que
necesitaban calmarse. Antes de orientarla con lentitud al estado de vigilia, se le sugirió que cuando las personas
duermen profundamente y sueñan, al despertar, por más que intentan recordar lo que soñaron, sólo tienen la sensación
que han ocurrido cosas importantes en los sueños, pero los detalles de los sueños se esfuman. Este proceso estaba
destinado a evocar amnesia del trabajo de trance.
*En unos pocos minutos sus ojos se habían cerrado (en forma espontánea), e introduje la idea que la mente
inconsciente, esa parte del cerebro que siempre funciona podía enviarnos señales de cooperación, sugiriendo
movimientos involuntarios en los dedos de la mano o incluso una mano levantándose por si misma (esto con el objeto de
contar con una señal inconsciente de disposición a cooperar y aumentar el estado de disociación alcanzado). La tercera
idea utilizó sus conocimientos de biología humana. Mi monólogo versó respecto a la existencia de ciertas sustancias
producidas en una verdadera "usina" cerebral y que estaban asociadas con la relajación, el placer y la comodidad (a
propósito no mencioné la palabra "endorfinas", para dejarle a él la posibilidad de responder de acuerdo a sus
conocimientos); también mencioné situaciones de la vida cotidiana en los cuales sufrimos pequeñas heridas y rasguños,
sin que nos percatemos hasta más tarde. Mencioné que esa usina podía producir los anestésicos que necesitábamos en
todo momento, y que era cuestión que la dejáramos hacer su trabajo. Para sacarlo del trance le indiqué que cuando uno
descansa profundamente no se necesita hacer ningún esfuerzo para retornar a la vida cotidiana, sino que es la mente
inconsciente la que nos despierta, como ocurre cuando tomamos una siesta.
Después de llevarlo muy rápidamente al trance hipnótico, centré mis sugerencias en la experiencia de disociación,
especialmente durante la noche, y en los diversos procesos automáticos del cuerpo, de modo que no había que gastar
energías en preocuparse de él, puesto que la mente inconsciente sabía cómo ocuparse de nuestro cuerpo.
En esa sesión, que fue la última, después de haberlo llevado a la experiencia hipnótica introduje la idea que la mente
inconsciente podía percatarse por si misma, de las señales provenientes del cuerpo y que alteraban la comodidad
habitual, llevando esas sustancias anestésicas a esos lugares que necesitan sentirse cómodas.

Hipnosis en niños/as

Las técnicas hipnóticas en los niños habitualmente se usan para calmar antes de anestesiar, para aliviar el estrés frente a
un procedimiento quirúrgico o dental, para reducir el dolor, facilitar la resolución de un problema o aliviar dificultades
emocionales.

Con los niños se han establecido normas de hipnotizabilidad para escolares de Estados Unidos (Gardner,
1977), mientras que para preescolares la literatura no refiere escalas o test, debido probablemente a las dificultades de
lenguaje y el incompleto desarrollo cognitivo de los niños a esa edad.

Entendemos el trance como “un estado de conciencia en que permanecemos en contacto más intensamente con
nosotros mismos que con el medio ambiente. Es decir que la atención se vuelca hacia aquello que imaginamos y
sentimos más que a lo que objetivamente pensamos, sin que se pierda el control de la relación con el exterior”, nos
damos cuenta que es fácil verificarlo en un adulto, pero no tanto en un niño.

Yapko (1999) describe las características psicológicas del estado hipnótico considerando los siguientes puntos:
1) Atención selectiva: es la capacidad de centrarse deliberadamente en una parte de la experiencia mientras que se
desconecta del resto, en el estado hipnótico la persona está centrada en lo interno, aunque sea capaz de percibir
acontecimientos externos.
2) Disociación: contempla la separación de las dimensiones consciente e inconsciente, permite tener un acceso más
directo a los diferentes recursos de la mente inconsciente y profundizar en el conocimiento del funcionamiento interno
de la persona. La disociación constituye la piedra angular de la hipnosis.
3) Aumento de la respuesta a la sugestión: el estado hipnótico amplifica el rango de elecciones de la persona, las cuales
deben estar guiadas por alguien en quien confía y cree que le puede ayudar.
4) Interpretación subjetiva: cada persona usará su propio marco de referencia para dar significado a las palabras del
clínico. Este debiera conocer que comunicaciones facilitan la experiencia hipnótica para favorecer la inducción del
estado.
5) Lógica del trance: en el estado hipnótico se produce un estado voluntario de aceptación de las sugestiones sin una
evaluación crítica, pudiendo aceptar proposiciones ilógicas y objetivamente imposibles.
6) Relajación: la mayor parte de los procesos terapéuticos usan la relajación de cuerpo y mente para facilitar la
disociación mente consciente e inconsciente.
Este mismo autor refiere como características físicas del estado hipnótico: la relajación muscular, contracciones
musculares, lacrimación, ojos cerrados y parpadeos, cambio en el ritmo respiratorio, cambio en el ritmo del pulso,
relajación de la mandíbula y catalepsia. No todas estas características físicas y psicológicas están siempre presentes en
los niños.

Uno de los pocos que ha intentado establecer criterios para evaluar trance hipnótico en niños preescolares ha sido
Gardner, él plantea que aquel se presenta al observar:
a) quietud, comportamiento tranquilo
b) atención altamente focalizada con consecuentes alteraciones de conciencia.
c) compromiso en imaginería vívida durante la inducción en los niños después de la primera infancia.
d) capacidad de seguir sugestiones posthipnóticas.

Hilgard y Le Baron proponen tres etapas en la respuesta hipnótica infantil:


1) Primera etapa, entre los 3 y 7 años de edad, cuando los niños son capaces de comprometerse en juegos, fantasías y
simulaciones, en que la respuesta hipnótica surge de forma limitada. En esta etapa ellos no pueden seguir una inducción
formal principalmente por las limitaciones cognitivas y de lenguaje.
2) Segunda etapa, de los 9 a los 12 años, período de transición a una máxima respuesta hipnótica. En esta etapa los
niños poseen capacidad de fantasear, de responder a instrucciones verbales más complejas y a las sugestiones de los
adultos.
3) Tercera etapa, comienza en la adolescencia y está marcada por una baja respuesta hipnótica debido al pensamiento
crítico y una mayor orientación a la realidad, lo que es contrario al compromiso imaginativo requerido por la hipnosis.
Estos autores no se pronuncian sobre el período anterior a los tres años.

Vandenberg (1988) plantea que la ontogénensis de la respuesta hipnótica probablemente se encuentre en capacidades
humanas fundamentales que surgen en las primeras semanas y meses de vida, puesto que los niños poseen capacidades
análogas en un plano no verbal de comunicación, a las capacidades que requiere la hipnosis.
En el segundo mes exhiben una sonrisa social, contacto ocular y la habilidad de ajustar sus respuestas a la expresión de
los demás, lo que permite influenciar y ser influenciados por otros. Al segundo año aparecen expresiones de emociones
más complejas como la vergüenza y el orgullo que refieren una apreciación más profunda de si mismo en relación a los
demás y la capacidad de autoevaluarse, que los lleva a actuar evitando complicaciones y buscando agradar a otros,
también surge la autovaloración de su desempeño, características importantes para la respuesta hipnótica. Así como
también, su capacidad para comprometerse en los juegos.
Por lo tanto los niños en la primera infancia manifiestan capacidades requeridas para la respuesta hipnótica, las cuales se
expresan en distintos contextos análogos al contexto hipnótico. De los criterios establecidos por Gardner, dos ya se
manifiestan en esta etapa: a) quietud y estimulación repetitiva, y b) atención altamente focalizada. Luego, al igual que
con los adultos, también aparecen diferencias en las respuestas de acuerdo a características individuales, del contexto y
de quién esté tratando de influenciar al menor.

Los niños bajo los 7 años parecieran no responder a estilos formales de inducción, por ello se sugiere la hipnosis
naturalista que busca producir estados de trance similares a los que se producen naturalmente y se alejan de los
métodos clásicos de inducción y, que además, permite una mayor flexibilidad para adaptarse a las características de los
niños.
Considerando las características referidas podemos establecer cuatro etapas diferentes en relación a la respuesta
hipnótica infantil, y que coincidirían con las del desarrollo cognitivo descritas por Piaget:
• Primera Etapa o Sensoriomotora (desde el nacimiento a los dos años).
• Segunda Etapa o Preoperacional (desde los dos a siete años)
• Tercera Etapa o de las Operaciones Concretas (de los siete a doce años)
• Cuarta Etapa o de las Operaciones Formales (de los doce hasta la edad adulta)

Técnicas Hipnóticas aplicables a niños/as

• Técnicas de Estimulación Sensorial


En estas técnicas se aplica una estimulación repetitiva en uno o varios canales sensoriales, se utilizan naturalmente en la
relación estrecha madre-hijo y también como autoestimulación por parte del niño. Por ejemplo, entre los estímulos
auditivos abarcan hablar tranquila y rítmicamente, canturrear, tararear, utilizar una música suave; los estímulos visuales
contemplan mirar fijamente un objeto en movimiento, como un móvil o una figura estática que llame la atención. En
niños muy pequeños algunas de estas técnicas ha permitido distraer la atención y aminorar el movimiento y el dolor
frente a procedimientos como punción lumbar o curaciones.

• Narraciones: cuentos de hadas

Stevens Guille al estudiar este tema establece que los cuentos de hadas son apropiados para la hipnoterapia y para
ayudar a los pacientes a reformular algunos aspectos existenciales (ya que simbolizan importantes tareas de desarrollo
en el ciclo de la vida humana), permiten que el significado de la historia se aplique personalmente y al mismo tiempo
estimule la búsqueda inconsciente. Los niños en particular necesitan ideas para dar sentido a sus vidas, ellos necesitan
una educación de comportamiento moral tanto a nivel consciente como de lo inconsciente. Una de las más importantes
funciones de los cuentos de hadas para niños es ayudarlos a manejar los problemas psicológicos del crecimiento, entre
los cuales está la rivalidad entre hermanos, sentimientos de confianza en sí mismos y el sentido de obligación moral.

Los cuentos de hadas, como historias inductoras de trance, tienen excelentes posibilidades en la hipnoterapia, pues
promueven el trance ayudando a crear las condiciones para el estado hipnótico.

Otros éxitos se han logrado incorporando a un superhéroe. Dado que los niños obedecen más a un personaje con el cual
se identifican que a un terapeuta, el superhéroe puede ser un modelo digno de imitar que le puede sugerir la dirección
correcta para solucionar un problema. Un niño puede ser estimulado por un héroe personalmente por ejemplo si éste le
dice “si eres tan bueno para chutear la pelota, también puedes aprender a hacer las otras cosas bien”.
Se plantea que los niños aprenden y se producen cambios debido a que en la narración de los cuentos de hadas, los
niños pueden lograr un estado de conciencia alterado o experiencia de trance. La hipnosis se define como un estado
alterado de conciencia, caracterizado por una profunda absorción en la experiencia interna, donde la percepción
subjetiva del medio es distinta al modo de interacción del estado lúcido. Los niños logran este estado al estar
compenetrados en el cuento, involucrándose hasta el extremo de estremecerse y esconder la cabeza cuando llega la
parte del terror.

Erickson y Rossi desarrollaron un paradigma de cinco etapas con respecto a la dinámica del trance, el cual es posible
homologar a los cuentos de hadas:

1) Atraer y retener la atención del paciente, utilizando sus creencias, sentimientos, recuerdos y comportamientos para
que se concentre en lo que sucede dentro de él, ej: “érase una vez...”
2) Desactivar las disposiciones mentales o maneras habituales de pensar, distrayendo a la persona o introduciendo dudas
sobre el modo en que normalmente ve las cosas, lo cual es logrado por la historia en sí misma.
3) Poner en marcha una búsqueda inconsciente utilizando formas indirectas de sugestión, palabras, preguntas o sucesos
con determinadas connotaciones.
4) Activar procesos inconscientes, en particular movilizando asociaciones personales y secuencias de líneas personales
de pensamiento.
5) Reconocer la respuesta hipnótica, que es el resultado de estas cadenas de evocaciones conductuales; ocurren
entonces fenómenos fisiológicos y psicológicos, que el sujeto experimenta como si sucedieran autónomamente.
Corresponden a los insight que se le producen al niño.

Erickson cree que los cuentos permiten al paciente absorber experiencias hasta el punto donde el significado emocional
del evento es más significativo y donde un aprendizaje importante puede integrarse en la estructura cognitiva del
paciente, expandiéndose sobre el valor del uso de las historias en el proceso de trance.

Anécdotas

a) Estimulan al paciente a identificarse activamente con la historia en relación a sus necesidades.


b) Ayuda al paciente a aprender de experiencias ajenas.
c) Disminuye la resistencia debido a que el paciente responde de manera deseable sin tener la obligación de responder a
una pregunta concreta.
d) Provee maneras memorables y significativas de integrar un nuevo aprendizaje.

Desde esta perspectiva el uso de una anécdota plantea una alternativa diferente de plantear un problema y de utilizar
recursos cognitivos para ayudar al paciente a realizar cambios en su vida. La escuela ericksoniana usa las anécdotas o
historias en el trance para crear una comprensión que de otro modo no sería evidente al paciente. Los cuentos de hadas
que a menudo tratan con temas más arquetípicos y existenciales serían tan efectivos para este tipo de terapias como las
anécdotas lo eran para Erickson.

Las anécdotas y la hipnosis formal tienen tres similitudes estructurales básicas:


a) En ambas, el terapeuta se dirige fundamentalmente a un sujeto pasivo, tratando de suscitar el poder que hay dentro
de él y de demostrarle que tiene la capacidad de cambiar.
b) En uno y otro caso, el rol del sujeto se define como subordinado y complementario.
c) En ambas técnicas se trabaja a partir de los indicadores de conducta mínima del paciente.

• Técnicas Imaginería

A través de estas técnicas se pretende utilizar la estimulación tranquilizante de cierto tipo de pensamientos produciendo
una focalización de la atención aumentando un estado de calma y tranquilidad.
Gardner y Olness proponen técnicas de imaginería para inducir estados hipnóticos, utilizando un lugar favorito o
actividad deportiva de especial interés para el niño, o la idea de una alfombra voladora o de una nube de algodón. Se
recomienda haber detectado las áreas de intereses del niño para seleccionar aquello que le resulte más motivador. Una
vez que el menor está comprometido en las imágenes se dan sugestiones generales enfatizando su capacidad de tratar
efectivamente los problemas, de contribuir a su bienestar y de controlar las circunstancias. También se pueden dar
sugestiones específicas relacionadas con el problema que se esté tratando, en que el niño se vea proyectado en el futuro
enfrentando o realizando las cosas de una manera más efectiva.
Otra forma de trabajo es el uso de una pantalla de televisión imaginaria donde se le pide al niño con sus ojos cerrados,
proyectar esas imágenes favoritas o fantasías guiadas por el terapeuta de acuerdo a un fin previamente establecido. La
proyección en la pantalla facilita la disociación y el poder seguir la instrucción.

• Los juegos

El juego es una actividad natural en el desarrollo del niño, en el cual confluyen los avances que va teniendo en lenguaje,
en su desarrollo motor, social y afectivo, y va aprendiendo a relacionarse con el mundo y consigo mismo. Mientras más
pequeño es el niño, el juego aparece como la principal y más significativa forma de aprender, el canal de expresión más
fácil de sus ideas y emociones, y como un modo de controlar su conducta. En el juego lo que se expresa no es realmente
lo que se quiere significar. El juego es una paradoja, donde se afirma y se niega el propósito explícito del mensaje. La
estrecha relación de juego, paradoja y disociación en la infancia es análoga a la encontrada en la hipnosis donde
peticiones paradójicas como “recuerda para olvidar lo que te he dicho”, requieren compromiso imaginativo que disocie
conductas del modo habitual de actuar.
“El juego es un puente mediante el cual una realidad interior impera sobre una realidad exterior, como si la realidad
exterior quedara al servicio exclusivo de construcciones internas de la persona” por lo tanto, si el juego pasa a ser lo más
importante se puede hablar de estado de trance.
El juego permite al niño expresar libremente sus emociones, preocupaciones o conflictos a nivel simbólico y a la vez
elaborarlos en el mismo juego, por lo tanto es una actividad que permite acceder al material inconsciente y una
oportunidad de co-construir una nueva realidad interior que favorezca su bienestar.

Por lo tanto el juego puede ser utilizado como un inductor del estado de trance considerando las características del niño,
intereses y problema a resolver, donde el terapeuta puede intervenir permitiendo la expresión de material inconsciente y
orientando hacia una dirección más sana. Se facilita la expresión de las emociones, se dan los conocimientos necesarios
sobre las intervenciones, hasta llegar a representar un buen desenlace.
• Técnica de los 3 pasos de Rossi adaptada para niños/as

Esta técnica se inserta dentro de la terapia psicobiológica que es una forma de accesar o reactualizar y reencuadrar
terapéuticamente ciertos procesos mentales que codifican problemas y que no han podido ser resueltos previamente
por encontrarse ligados a un estado que incluye todo un patrón psicofisiológico: MACDE (memoria, aprendizaje y
comportamiento dependiente del estado), que ha sido reemplazado por otro distinto que no permite su elaboración.
Este tipo de terapia es exitoso en la medida en que logre cumplir con sus tres objetivos fundamentales:
1) ganar acceso al origen del problema (y con ello a los MACDE)
2) reencuadrar terapéuticamente el problema dependiente del estado
3) facilitar la continuación de la autosanación

Adaptación de la aproximación de tres pasos de Rossi para su uso con niños (Pratt, 1996)
El uso de la aproximación básica de tres pasos para accesar recursos creativos desarrollados por E. Rossi (1986-1993) fue
adaptada para el uso con niños en la resolución de problemas mente-cuerpo relacionados con el estrés.

Paso 1: focalización intrapersonal. Se le pide al niño que focalice la atención en sus manos: el terapeuta modela la
posición y cuando el niño focaliza su atención comienza el paso dos.
Paso 2: clarificación del problema y resolución. Se accesa la información que se necesite para clarificar y resolver el
problema a través de preguntas, lo que requiere la participación activa de los procesos mentales inconscientes.
Paso 3: ratificando la ganancia terapéutica. Este paso consiste en pedir una señal ideomotora, tal como una señal con la
cabeza, para confirmar estas ganancias. El terapeuta ayuda al paciente a encontrar maneras de apreciar procesos
conscientes e inconscientes.

Anteriormente dijimos que establecer cuatro etapas diferentes en relación a la respuesta hipnótica infantil, y que
coincidirían con las del desarrollo cognitivo descritas por Piaget:

a) Etapa sensoriomotriz (desde el nacimiento hasta los dos años): los niños aprenden a conocer su mundo a través de
sus actividades sensoriales y motrices. En esta etapa, en que el lenguaje sólo llega a la emisión de frases simples y a la
respuesta ante instrucciones simples, los pequeños pueden responder más fácilmente a la estimulación sensorial
repetitiva como técnica de inducción, para lograr al menos dos criterios de los establecidos por Gardner.

b) Etapa preoperacional (dos a siete años): en esta etapa se logra la adquisición de la función simbólica que consiste en
la capacidad de representar algo a través de “significantes” distintos de las cosas significadas, lo que se expresa en el
juego simbólico, la imitación diferida y su mayor dominio del lenguaje, herramienta cada vez más útil para el
pensamiento lógico. En esta etapa, por lo tanto se desarrolla su imaginación y el pensamiento mágico, lo cual facilita la
posibilidad de lograr un estado de trance. Se podrían encontrar los cuatro criterios dados por Gardner, dado el sustento
cognitivo. Las técnicas más apropiadas para lograrlo serían el juego y los cuentos de hadas por la facilidad de llamar su
atención, de mantenerlos concentrados, de identificarse de forma activa o pasiva con la trama del juego o cuento y
porque facilitan la expresión y elaboración de sus emociones, el seguir modelos positivos, aprender formas de resolver
problemas y seguir sugestiones entregadas en el juego o cuento.

c) Etapa de las operaciones concretas (siete a doce años): el niño comienza a abrirse más al entorno y a someterse a las
normas, va perdiendo el poder de la fantasía para lograr una visión más realista del medio, manifiesta gran curiosidad
por aprender. Este período se caracteriza por la aparición de la operación, es decir, la capacidad de usar símbolos para
realizar operaciones mentales lógicas, siempre que se trabaje con una realidad tangible y objetiva, comienza a razonar de
forma deductiva. Las técnicas más apropiadas para esta edad serían: la imaginería, en las narraciones: cuentos de hadas,
anécdotas o historias reales, el juego y la técnica de los tres pasos de Rossi.

d) Etapa de las operaciones formales (doce años a la edad adulta): abarca la adolescencia, comienza el razonamiento
hipotético-deductivo, el proceso de pensamiento va de lo real a lo potencial o posible y el joven es capaz de buscar
alternativas, verdaderas o falsas, para llegar a un objetivo. En esta etapa se completa el desarrollo cognitivo, el
adolescente valora las nuevas habilidades, es crítico, se orienta hacia la realidad y está empeñado en la búsqueda de su
identidad. Esta actitud crítica disminuiría el compromiso imaginativo y su respuesta hipnótica, sin embargo, esto podría
ser superado estableciendo un buen rapport, argumentos lógicos que avalen el uso de la hipnosis y el establecimiento de
objetivos claros. Por las características descritas sólo sería recomendable el uso de imaginería y narraciones como
anécdotas o historias que no lo aludan directamente a él y sean una comunicación más a su inconsciente, también la
técnica de los tres pasos que permite llegar a lo inconsciente, pero que utiliza señales de respuestas observables.
Además, por la madurez cognitiva en esta etapa si existe una buena motivación para trabajar con hipnosis, también se
pueden utilizar las técnicas de inducción formales que se usan con adultos.

Es necesario considerar que las técnicas hipnóticas constituyen una herramienta dentro de un contexto terapéutico y es
el terapeuta quien debe evaluar de acuerdo al motivo de consulta, características del paciente y al principio de
utilización, cuáles son las técnicas apropiadas.
Otro punto importante es que la efectividad de las técnicas hipnóticas pasan por establecer un buen rapport con el
paciente, si éste falla, una técnica apropiada puede resultar inefectiva. Esto significa tomarse el tiempo necesario para
establecer la alianza terapéutica y luego intervenir. “El problema más importante de la hipnoterapia pediátrica es
hablarle al paciente de tal manera que pueda aceptar lo que decimos”, esto significa respetar al paciente tal cual es y
desde su lenguaje realizar nuestra intervención.

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