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Trabajo final

Lara Pérez
Vientre Mayra Lorena 138-B
subrogado
bioética | MTRA. KASSIAN RANK ALICIA AMALIA
La subrogación gestacional es la práctica que se lleva a cabo cuando una mujer queda
embarazada de un feto con el que no tiene una relación genética, y los óvulos utilizados
para producirla provienen de un donante o de la madre contratante, a quien el bebé será
entregado después del nacimiento. La mujer que actúa como sustituta puede ser contratada
comercialmente y remunerada por su servicio, o la subrogada puede ser altruista, una
circunstancia que surge cuando, por lo general, un miembro de la familia o amistad son
voluntarios desinteresados. El debate ético reside en lo que debe prevalecer: el derecho
hipotético de los padres a tener un hijo, los derechos reproductivos de la mujer o incluso el
bien del propio niño.
Es racional argumentar que su autonomía se expresa desde un espacio de desesperación y,
por tanto, de vulnerabilidad. Beneficiarse de tal autonomía puede describirse como la
explotación de la desesperación.
La subrogación no altruista tampoco es éticamente aceptable, debido a la injusticia social
que conlleva, dado que implica la explotación de mujeres económicamente desfavorecidas,
por parejas o individuos económicamente fuertes en donde ya no se cumple con el principio
de justicia no hay una igualdad de cargas y beneficios; es decir, es una cuestión meramente
economicista, ya que sólo podrían acceder al vientre subrogado personas adineradas. En
primer lugar, es un ‘servicio’ que se paga y en un futuro no parece asumible por ningún
sistema nacional de salud, por lo que nos hayamos discutido un asunto de bioética para
gente adinerada; lo que otras veces he referido como bioética para privilegiados.
Hablando de la Beneficencia y la justificación del vientre subrogado es cuando existen
problemas médicos, porque puede ser la única opción reproductiva que tienen algunas
mujeres ante determinados tipos de cánceres, agenesia uterina, malformaciones de los
órganos reproductivo, imposibilidad uterina de llevar a término una gestación (pérdidas
repetidas de gestaciones) cromosomopatías como el síndrome de Turner etc.
Por tanto, no puede comprenderse una verdadera libertad de decisión en la gestante sin
tomar en cuenta su contexto, lo que conlleva en muchos casos a desigualdades de clase
social, género o, incluso, de localización geográfica y geopolítica: “el ejercicio pleno de la
autonomía de las personas sólo es posible desde condiciones de justicia e igualdad”
Por lo tanto, no va a existir una verdadera autonomía no debe hablarse sólo de la toma de
decisión libre e informada de la gestante, sino que debe salvaguardarse a lo largo de todo el
proceso, incluso una vez nacido el bebé. De hecho, es justo ese momento cuando debería
darse una ratificación por parte de la gestante de ofrecer al bebé a los comitentes para
garantizar su autonomía. Pero lo cierto es que esta forma de posponer la decisión definitiva
de entregar al niño plantea graves conflictos de intereses entre las partes implicadas, sin
olvidar que proceder de esta manera asemeja más la subrogación a una compraventa de
niños nacidos que no tiene en cuenta la esencial implicación anterior de los comitentes
La autonomía de la gestante debe respetarse no sólo al tomar la decisión de emprender el
procedimiento, también debe respetarse a lo largo del embarazo (¿qué sucede si se le
diagnostica una enfermedad al feto o a la madre durante el embarazo?, ¿quién decide si se
interrumpe el embarazo?, etc.) e incluso debería respetarse una vez que haya nacido el
bebé, porque existe la posibilidad de que la gestante quiera quedarse con él una vez que
haya nacido.
La maternidad subrogada es un proceso que lleva implícito acuerdos jurídicos y
emocionales, situación que lo toma en un proceso complicado y con muchos retos. En este
proceso no sólo está comprometido el vientre de una mujer, sino todo su cuerpo y su vida
entera, ya que, en algunas ocasiones, llegan a morir por complicaciones del parto. Se puede
decir que se está contratando no sólo la capacidad gestacional, sino todo el cuerpo, que
constituye un todo.
Lo cierto es que la contratación de una mujer para gestar un hijo, se ha convertido en una
práctica posible y atractiva como fuente de recursos económicos a cambio de un embarazo
para mujeres pobres en los países en que esta práctica está autorizada. Es además el modo
en que una mujer estéril o no, con pareja o no, un varón o una pareja de homosexuales, con
suficientes recursos económicos, pueden conseguir un hijo mediante un contrato de una
mujer gestante. Por ello, cuando se habla de maternidad subrogada se habla de una
gestación por encargo, que quien puede costearlo lo hace, con independencia de las
razones, sean médicas o para satisfacer un deseo personal de tener un hijo.

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