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"Un recurso ante el sufrimiento y el vacíío : la atenció

ón plena"
Dra. Adriana Sosa Terradas

Se debe al filósofo Jean Pierre Faye (1998), el haber denominado al siglo XX como

“El siglo de las ideologías”. El término ideología fue formulado por Destutt de Tracy y

originalmente denominaba la ciencia que estudia las ideas, su carácter, origen y las

leyes que las rigen. Medio siglo más tarde, el concepto adquiere un

contenido epistemológico con Karl Marx, para quien la ideología es el conjunto de las

ideas que explican el mundo en cada sociedad, en función de sus modos de producción,

Hablamos de “ideología” cuando una idea o conjunto de ideas determinadas

interpretadoras de lo real son consideradas como verdaderas y son ampliamente

compartidas conscientemente por un grupo social en una sociedad determinada. Tales

ideas se convierten en un rasgo fuertemente identitario, de forma similar a la religión,

la nación, la clase social, el sexo, el partido político, el club social, el equipo de fútbol,

etc. y se forman tanto en grupos pequeños y cerrados como las sectas o grupos mayores

y abiertos.

La ideología interviene y justifica dirigiendo los actos personales o colectivos de los

grupos o clases sociales, a cuyos intereses sirve. Pretende explicar la realidad de una

forma asumible y tranquilizadora, pero sin criticismo, funcionando sólo por consignas y

lemas.1

Una ideología se transforma en negativa cuando un determinado pensamiento o

concepción de mundo se expresa a través de prejuicios y dogmas que producen

enfrentamientos así como el adoctrinamiento de sus partidarios, reduciendo lo complejo

1
Wikipedia La enciclopedia libre. Recuperado el 30/12/2012.
de la realidad a una explicación total y última que impide el diálogo y niega la

posibilidad de disentir. A este fenómeno, propio de nuestro tiempo lo llamaremos el

“apego a la ideología”, como una forma distinta al apego material o emocional pero que

a la vez puede incluirlos.

Viktor Frankl (1992) refiere como parte de la condición humana, el padecer en cada

época histórica formas específicas de malestar vinculadas a la crisis sociales, políticas y

económicas emergentes. Es así como surge el intento de dichas sociedades de encontrar

recursos que puedan dar respuesta a esas crisis. La segunda mitad del siglo XX se ha

caracterizado por un incremento alarmante de la enfermedad mental y las estadísticas

elaboradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en lo que va del siglo XXI,

sostienen que, a nivel mundial, 5 de las 10 principales causas de discapacidad están

representadas por enfermedades mentales2. La respuesta emocional de los individuos, a

la situación social que viven, ha sido denominada por Frankl la “enfermedad del espíritu

de la época” y fundamenta en investigaciones de diversos autores, su origen en la

necesidad espiritual que experimentan las sociedades de calmar la sensación de

alienación que genera vivir una vida exclusivamente mundana, secularizada y vacía de

sentido.

Desde la clínica psicológica, la expresión de la patología del espíritu de la época

(Frankl, 1987), se manifiesta en la enorme predominancia de los síndromes depresivos y

ansiosos. “Cada vez más, los individuos ven el mundo como una amenaza, y al otro, al

semejante, como un competidor del que sólo cabe esperar una «mala jugada» “3

2
Brundtland,G.H. La Salud Mental en el siglo XXI. Nota Editorial del Boletín de la OMS.
http://whqlibdoc.who.int/boletin/2000/RA_2000_3_91_spa.pdf. Recuperado 30/12/2012.
3
Molla i Ollé, J. La salud mental en el siglo XXI. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 1999, vol. XIX, n.º 72, pp.
693-702.http://www.dinarte.es/salud-mental/pdfs/72_debates2.pdf. Recuperado 30/12/2012.
Esta postura, ideología o creencia, es llamada por el filósofo francés Pascal Bruckner, la

“religión moderna o religión del mercado”4 que ha transformado la preocupación por lo

material en una obsesión. Junto con ello, Bruckner sostiene que tras una búsqueda

afanosa de la liberación, el ser humano se encuentra tentado a responder a las

circunstancias de la vida con una creencia que ha dado en llamar “la tentación de la

inocencia”5. Esta creencia está representada por 2 posturas: el infantilismo y la

victimización. La necesidad de protección, es una necesidad humana legítima. Sin

embargo puede degenerar en infantilismo cuando se reviste de una exigencia de

seguridad carente de toda conciencia de responsabilidad (cómo me puede haber pasado

esto a mí?) y en victimización cuando la persona se ubica en el grupo de los

“perseguidos” y busca constantemente una reparación por parte del otro ( no puedo

seguir adelante hasta que el otro no reconozca su error). Bruckner sostiene que

asistimos hoy a un estilo de personalidad al que llama los “biendolientes”, aquellos que

compiten en la exhibición de los agravios recibidos, agravios más bien supuestos que

reales. Esta exhibición de individualismo, que frecuentemente observamos en nuestros

consultorios, oscila entre la reivindicación de la autosuficiencia y la búsqueda ansiosa

de la aprobación de los demás; entre el rechazo a la norma y la angustia de ser diferente,

como actitudes absolutamente paradojales, cuyo transfondo es la mera queja y no el

cambio. Estas manifestaciones, junto con otras tantas descriptas por otros pensadores

postmodernos, encubren un sentimiento de vacío, frustración y desazón existencial, que

produce intenso sufrimiento.

La Logoterapia, como psicoterapia que parte de una visión totalizadora de lo humano y

ve en la dignidad espiritual de la persona, la fuerza capaz de oponerse a lo que la somete

Bruckner, P (2003). Miseria de la prosperidad: La religión del mercado y sus enemigos. Tusquets
4

Editores
Bruckner,P. (2006) La tentación de la inocencia. Anagrama, Barcelona.
5
y condiciona, se ubica en el horizonte de las psicoterapias del siglo XXI, como

alternativa de abordaje ante la patología del espíritu de nuestra época. Como respuesta a

la mera queja, le propone al paciente adentrarse en la maravillosa aunque no fácil,

búsqueda de la autonomía de su existencia espiritual. La misma, se pone de

manifiesto a través del autodistanciamiento y la autotrascendencia, como recursos a los

cuáles el logoterapeuta debe apelar.

En mi búsqueda personal de recursos que favorezcan, en pacientes que padecen

trastornos ansiosos o depresión, el autodistanciamiento, me he encontrado con una

herramienta muy valiosa llamada Mindfulness. A este vocablo se lo traduce como

“atención o conciencia plena” y aunque esta práctica no hace mucho tiempo fue

introducida en la Psicología y la Medicina de Occidente, su origen se remonta a más de

2500 años, siendo la esencia fundamental de las prácticas budistas. Ante lo expuesto

anteriormente acerca de que, no es necesariamente la vida moderna la que nos ha

complicado sino las creencias que elaboramos en torno a ella, el Mindfulness, a través

de un conjunto de prácticas disciplinadas, ayuda a nuestra mente, a través de la

atención, la concentración y la meditación a “darse cuenta” de la relación que mantiene

con la experiencia.

La imagen que tenemos de nosotros mismos, del mundo y de los otros son creencias

automáticas que tienen un gran valor para nuestra supervivencia pero a la vez hacen que

todo lo que percibamos sea bajo esa tonalidad preestablecida. La práctica del

Mindfulness nos enseña a “prestar atención plena a todo lo que llega al campo de

nuestra conciencia”, proceso que comienza a interferir sobre esas creencias automáticas,

activando la zona de la corteza cerebral Prefrontal Dorso-lateral (centro integrador de

información mnémica y sensorial). Poniendo en marcha la capacidad de

autoobservación, el paciente es capaz de ser conciente de sus procesos mentales y así


flexibilizar sus respuestas y captar la realidad tal cuál es y no como su mente la

interpreta.

La práctica de la "conciencia plena" no busca la relajación del paciente sino su

capacidad de estar en el "aquí y ahora" de la experiencia, ya que durante la misma

pueden surgir fenómenos mentales aversivos o conducir a emociones mentales

negativas, permitiéndole descubrir y experiencias datos de sí mismo que quizás

desconocía.

Cuando el paciente ha logrado autodistanciarse de sus pensamientos y actos

automáticos, la técnica del Diálogo Socrático lo hará descubrirse capaz de percibir la

vida como una oportunidad para dar, en cada momento, una respuesta personal y libre a

lo que le acontece. Es ahí donde emerge con toda su fuerza pero a la vez naturalmente la

convicción de que tiene un sentido que descubrir y realizar en su vida.

Muchas psicologías, al interpretar la existencia humana sólo como un conjunto de

necesidades o pulsiones que satisfacer, o como producto únicamente de

condicionamientos biopsicosociales (visión inmanentista) cercenaron su condición más

esencial: la intencionalidad.

La Logoterapia, como psicoterapia que parte de lo espiritual de la persona, rescata la

intencionalidad de la existencia humana expresada en un deber o valor que realizar y en

la entrega a otro a quién conocer y amar. La mera bisqueda del placer y el intento de

evitar el sufrimiento, nos impiden la captacion de valores superiores y la posibilidad de

realizar actos acordes a estos. Frankl propone a traves de la "intencion paradojica"

reducir la tendencia a la "evitacion experiencial". Ese tambien es un objetivo del

Mindfulness, el cual aportaria como tecnica a la Logoterapia, la posibilidad de hacer


conciente en el paciente a través de la meditación, la relacion que mantiene con los

pensamientos que surgen de esa conducta de evitación, de negación o de indefensión.

La posibilidad de estar en el momento presente nos invita a disfrutar plenamente la

alegría y la belleza de la vida, respetando todo lo que nos ha sido dado como regalo y

misterio…diciendo SI, A PESAR DE TODO, tal como respondiese Frankl ante su

"experimentum crucis".
Bibliografíía Consultada

Bruckner,P (2003). Miseria de la prosperidad: La religión del mercado y sus enemigos.


Tusquets Editores, España.

Bruckner,P. (2006) La tentación de la inocencia. Anagrama, Barcelona

Bruzzone, D.(2011) Afinar la conciencia. San Pablo, Buenos Aires.

Frankl,V.E. (1992) Teoría y Terapia de las Neurosis. Herder, Barcelona

Frankl, V.E. (1986) El hombre doliente. Herder, Barcelona.

Pareja Herrera,G. (1989) Viktor E. Frankl: Comunicación y resistencia. Premia Editora,


México.

Sitios web

Brundtland,G.H. La Salud Mental en el siglo XXI. Nota Editorial del Boletín de la


OMS. http://whqlibdoc.who.int/boletin/2000/RA_2000_3_91_spa.pdf. Recuperado
30/12/2012.

Molla i Ollé, J. La salud mental en el siglo XXI. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 1999, vol.
XIX, n.º 72, pp. 693-702.http://www.dinarte.es/salud-mental/pdfs/72_debates2.pdf.
Recuperado 30/12/2012.

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