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EL MODELO ECONÓMICO PERUANO ACTUAL

La Constitución Política del Perú de 1993 ha reconocido que la economía


peruana se rige por los principios de una Economía Social de Mercado, modelo en el
cual el Estado asume como función esencial orientar el desarrollo del país a través de
mecanismos que permitan a los agentes del mercado actuar de forma libre, al tiempo
que protege a los consumidores y garantiza la competencia. Es decir,
constitucionalmente se reconoce la presencia de un modelo económico que tiene
como principio fundamental el respeto a las libertades económicas, pero que esta
también orientado a garantizar el bienestar de los ciudadanos.

Existen cuatro principios fundamentales que configuran y matizan el modelo


económico constitucionalizado: el principio de subsidiariedad o supletoriedad del
Estado, la libertad de iniciativa privada en una "economía social de mercado", el
principio de igualdad jurídica entre los competidores y el anti-monopolismo o sistema
de concurrencia. (Ochoa, 1985)

El principio de subsidiaridad implica que el empleo de la actividad empresarial


del Estado debe encontrarse limitada. El Estado La constitución enmarca este principio
en su artículo 60°:

(…) Sólo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente
actividad empresarial, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de
manifiesta conveniencia nacional. (…)

De lo señalado, se desprende que la actividad empresarial debe darse solo en


caso de que la iniciativa privada sea incapaz de desarrollar determinada actividad, y
debe considerarse como último recurso.

Por otro lado, el principio de libertad de iniciativa privada implica que toda
persona natural o jurídica tiene el derecho de iniciar y posteriormente desarrollar con
autonomía, la actividad empresarial que prefiera dentro de los límites que establece la
ley.

El significado de la libertad económica es que el individuo esté en posición de


elegir la manera como desea integrarse en la totalidad de la sociedad. El individuo
puede elegir su carrera: es libre de hacer lo que desea hacer (Mises, 2008).

Respecto al principio igualdad jurídica entre los competidores es importante


destacar que la inversión extranjera debe estar sometida al principio de igualdad de
trato de la inversión nacional, con la finalidad de incentivarla y no desalentarla, puesto
que La inversión extranjera es el gasto efectuado dentro del territorio nacional por
agentes residentes en el extranjero y tiene la característica esencial de movilizar más
capital y ser más productiva que la inversión nacional.

Finalmente, cuando hablamos del el anti-monopolismo o sistema de


concurrencia, hacemos referencia a que dentro de una economía es indispensable que
se garantice la libre concurrencia, es decir, las empresas deben tener la posibilidad de
tener un negocio y competir en el mercado, en las mismas condiciones que las demás.
Para poder garantizar esta situación es necesario que se adopten políticas
antimonopolistas, con la finalidad de evitar situaciones de abuso de poder en el
mercado.

A través del Decreto Supremo N.° 039-2021-PCM, la Presidencia del Consejo


de Ministros (PCM) aprobó el reglamento de la ‘Ley que establece el Control Previo de
Operaciones de Concentración Empresarial’ (Ley N.° 31112), más conocida como la
“Ley Antimonopolio”, que otorga facultades al Indecopi para revisar fusiones o
concentraciones que se produzcan en cualquiera de los sectores económicos del país,
lo que permitirá preservar las condiciones de competencia en el mercado en beneficio
de la ciudadanía.

La importancia de velar por una competencia justa va mucho más allá del
interés de algunos agentes económicos, puesto que la competencia genera un círculo
virtuoso en la economía que inicia con mejoras en los procesos productivos y en las
condiciones para el consumidor. Cualquier estrategia política o económica debe
perseguir el bienestar de todos los ciudadanos. Para ello, se necesita de un Estado
que gestione bien los recursos que recibe del Estado, procurando que el crecimiento
económico alcance a todos y no solo a una minoría privilegiada.

La economía de mercado requiere de un marco institucional para su correcto


funcionamiento, que corrija posibles fallas de los mercados, sostenga un entorno
estable de crecimiento y permita difundir, de un modo conforme con sus principios, los
resultados positivos de este sistema a la sociedad. (Resico, 2010)

La dimensión social del modelo económico peruano pone de manifiesto la


necesidad de que el crecimiento económico que el país ha alcanzado alcance a toda
la ciudadanía; sin embargo, esto solo será posible alcanzar cuando se optimice el
mecanismo de redistribución de la riqueza y se combata de manera radical los actos
de corrupción de los que hemos sido testigos en las últimas décadas.

Bibliografía

MISES, L. (2008). Política económica. Segunda edición (edición original 1959).


España. Unión Editorial S.A.

Ochoa Cardich, C. (1985). Constitución y economía de mercado. Derecho PUCP, (39),


229-267. https://doi.org/10.18800/derechopucp.198501.007

Resico, M. F. (2010). Introducción a la Economía Social de Mercado. Buenos Aires:


Fundación Konrad Adenauer. Obtenido de
https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/54340.pdf

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