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RESUMEN.

- Derecho Penal:
Teoría del delito:
La teoría del delito se propone formular reglas generales que sirvan para imputar cualquier hecho
punible a las personas responsables.
● OBJETO Y METODO DE LA TEORÍA DEL DELITO
El objeto: es explicar cuáles son los presupuestos que en todos los casos deben cumplirse para
imputar cualquier hecho punible a las personas responsables. Está destinada a cumplir una función
práctica (una jurisprudencia objetiva, e igualitaria).
El Método: de la teoría debe: a) deducirse de la ley; b) ser armónico; c) generar consecuencias
políticas criminales útiles para la sociedad.
Hay un modelo o método de atribución o de imputación que debe resultar eficiente, efectivo, claro
y constitucionalmente válido.
A lo largo de la historia, existe una teoría analítica del delito que posee ciertos requisitos que se
han ido manteniendo de modo inalterado:

Para que haya delito debe existir una acción típica, antijurídica y culpable.
a) Acción: surge de la observación de delito, los comportamientos concretos de autor (comprende
también las omisiones). Este elemento cumple la función de descartar la imputación cuando el
suceso no reúne los requisitos.
b) Tipicidad: para que una acción sea punible, debe coincidir con algunas de las descripciones de la
ley, debe adecuarse exactamente a la descripción prevista por la norma. Las normas penales
prohíben acciones de manera indirecta. Los tipos son los delitos o presupuestos previstos
legalmente.
Las nociones de tipo son: a) los presupuestos de punibilidad; b) los presupuesto que permiten
adecuar el comportamiento a los descripciones de la norma; c) presupuestos que tiene que ser
conocido por el autor del delito.
Los tipos pueden ser:
1. De Garantía, se le vincula a las garantías individuales y al principio de legalidad, exigen la
necesidad que se cumplan los requisitos previsto por la ley.
2. Sistemático: alude a la función que el tipo cumple en el sistema de la teoría del delito permite
realizar el juicio de adecuación entre el hecho cometido y la descripción legislativa
Puede ser: a) Objetiva, es cuando se analiza si hay subsunción, concordancia entre la conducta y lo
previsto legalmente; b) Subjetiva, determinar si la intención del autor fue realizar precisamente
ese comportamiento.
3. Objetivo, o de error, solo está integrado por la parte externa del comportamiento, ya que la
intención no existe, se aplica en los delitos culposos
c) Antijuridicidad: no todas las acciones típicas son penadas, hay acciones que entran dentro de
tipos pero no son antijurídicas (legítima defensa), el ordenamiento también está compuesto por
tipos que autorizan comportamientos, y reciben el nombre de “causa justificada”. De ese modo, la
antijuridicidad = ausencia de justificación. Algunas causas de justificación son: a) Estado de
necesidad; b) Cumplimiento de un deber; c) ejercicio de un derecho; d) legítima defensa.
d) Culpabilidad: es el elemento que hace a la responsabilidad, y es aquel que realiza una infracción
a la norma, habiendo podido motivarse por su cumplimiento (reprochabilidad).
Las causas de inculpabilidad, son circunstancias que excluyen la punibilidad de acciones típicas no
autorizadas, algunas causas de inculpabilidad son: a) error; b) coacción (intimidación); c)
obediencia debida; d) Estado de necesidad disculpante.
Este sistema dogmático ordena los requisitos que se deben tener en cuenta para imputar de modo
adecuado. Establece categorías que permiten ver cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles
de la imputación para determinar si es viable y razonable continuar con la misma. Además, facilita
el examen de los casos concretos dando uniformidad a los criterios imputativos. Contar con un
sistema dogmático sólido y fuerte permite que el ejercicio del ius puniendi sea más racional ya
que se dejan de lado criterios personales y subjetivos. Es decir, se deja de lado la arbitrariedad.
● CONCEPTO DE DELITO
Concepto: es una 1) Acción; 2) Típica ; 3) Antijurídica; 4) Culpable (culpa o dolo).
OTROS PRESUPUESTOS DE PUNIBILIDAD: Hay presupuestos que en algunos casos justifican la
imposición de una pena aun cumpliéndose los requisitos y requieren una verificación de otros
presupuestos excepcionales de punibilidad.
a) Condiciones Objetivas: exigencias ocasionales previstas por la ley, que condicionan la punibilidad
de algunos delitos, a diferencia de los elementos del tipo objetivo (Sujetos, acción y causalidad en
los delitos de resultado), no necesitan como requisito ser conocidos por el autor de delito.
b) Excusas absolutorias: circunstancias personales que dejan sin efecto la punibilidad a pesar de
que sea un delito ya que la pena se vuelve contra producente.
● MODALIDAD DE HECHO PUNIBLE
a) Acción y omisión: a) acción, cuando la norma prohíbe y el autor infringe realizando el
comportamiento prohibido; b) omisión, cuando la norma ordena la realización de un compartiendo
y el autor se abstiene.
b) Delitos culposos: 1) Dolo, cuando hubo intención por parte del autor de realizar la conducta
típica; 2) Culpa, cuando no hubo intención, pero el autor no obro con el cuidado que exigía la
situación (negligencia).
c) Delito consumando o tentativa: 1) consumado, cuando se realiza el delito; 2) tentativa, cuando
hubo la intención pero por circunstancias ajenas al autor fallo.
d) Autoría y participación: cuando además del autor hay cómplices o varios protagonistas
En la base de toda imputación debe haber una acción o conducta (manifestación o
exteriorización de la voluntad o una decisión voluntaria plasmada en un acontecer del mundo
exterior que puede tener una forma activa u omisiva). Solamente se puede imponer una pena a
quien incurre en una acción. Así, el Derecho Penal puede prevenir.
No alcanza para formular una imputación simplemente con la realización de una acción o
conducta, sino que estas deben ser típicas, tanto objetiva como subjetivamente, es decir, deben
estar previstas en una figura penal a la que se denomina tipo penal.

El tipo penal posee dos facetas bien nítidas:


● Tipo objetivo 🡪 exige que haya coincidencia entre lo que se hace con lo que
establece la ley.
● Tipo subjetivo 🡪 exige que se actué con conocimiento de lo que se está haciendo,
con dolo. Actuar con dolo es actuar con conocimiento e intención de realizar el tipo
objetivo.
Pero además del tipo doloso, está la imprudencia. Esto es actuar sin conocimiento de lo
que hace, pero con conocibilidad de que se va a realizar el tipo objetivo, y hay dos clases de
esta:
· Imprudencia inconsciente: el autor ni siquiera se imagina que podía incurrir en
un delito.
· Imprudencia consciente o con representación: el autor prevé el
resultado de la acción, pero confía en que ese resultado no ocurrirá.
En general los tipos penales son dolosos o imprudentes. Todo tipo penal se supone que exige el
dolo. Lo que se castiga, en primer lugar, es una acción típica, teniendo en cuenta que acción es
exteriorización de la voluntad.
Uno cuando actúa, no actúa de modo neutral, sino que lo hace con un propósito interior que lo
lleva a actuar de ese modo. La idea de acción es una decisión en favor de hacer algo y esa decisión tiene una
parte externa -realización-, y una parte interna -conocimiento de lo que hace-.

Hay delitos dolosos que, además de exigir el mero conocimiento de lo que la persona está
haciendo, exigen un plus de subjetividad. En algunos casos, la doctrina considera este plus de
subjetividad es un elemento subjetivo distinto del dolo y en otros casos, se lo considera como un
dolo especifico propio de esa figura.
Hay tres formas de dolo:
● Dolo directo o de primer grado: se compadece con la intención o con el actuar
deliberado. Es la forma más fuerte de dolo.
● Dolo indirecto o directo de segundo grado o de consecuencias
necesarias: no se tiene la intención de cometer un delito contra determinada persona o
bien jurídico y si contra otra persona o bien jurídico, pero la acción que se lleva a cabo
tiene como consecuencia la afectación de esa persona o bien jurídico que no se
quería lesionar.
● Dolo eventual: se toma conocimiento de que algo va a suceder y aun así se continúa con
el comportamiento. Uno se representa el resultado y lo acepta, más allá de que este
ocurra o no.

Antijuridicidad
Es una categoría propia de todo el ordenamiento jurídico. La tipicidad no es la razón de ser de la
antijuridicidad, sino que es un indicio de la misma.
Las causas de justificación son permisos generales que facultan a una persona a realizar un tipo
penal de modo legítimo.

Cuando un comportamiento típico a su vez es antijurídico, se le da el nombre de


ilícito o injusto penal.
La conducta es antijuridica cuando efectivamente se está poniendo al bien jurídico en peligro sin
que exista justa causa. El injusto penal sitúa al tipo penal en su contexto abstracto y de disvalor, y le
da el contexto de dañosidad social. La nota de antijuridicidad que es propia de todo el orden
jurídico permite que la acción típica se concrete teniendo en cuenta el contexto y el daño
sociales que ocasiona en un hecho injusto de modo concreto, y permite que la acción típica sea
considerada, a su vez, antijurídica.

Un comportamiento será antijurídico si no está amparado por una causa de justificación. Si un


comportamiento constituye un injusto penal, es porque ese comportamiento típico es antijurídico,
es decir, es contrario al derecho.

Luego, hay que determinar si esta acción típica y antijurídica es penalmente


reprochable al autor e imponerle una pena. Que un comportamiento le sea reprochable
significa que podría haber actuado de modo conforme a derecho.

No le es exigible un comportamiento conforme a derecho a:


a. Quien por una circunstancia congénita o inherente a sí mismo no tiene la capacidad
suficiente para comprender la criminalidad del acto que realiza o internalizar el carácter
criminal -inimputables-.
b. Quien actúa por error o ignorancia del carácter prohibido del comportamiento -sociabilidad
exógena-.
c. Quien actúa en casos de extrema necesidad. En estos casos el comportamiento sigue siendo
antijurídico, pero se disculpa.
Si no se da ninguna de estas tres circunstancias, se le puede imponer una pena al autor
ya que su comportamiento es objetivamente imputable, subjetivamente imputable y
personalmente imputable ya que se motivó normalmente en la norma.

Evolución
Hay un eslabón que une la acción, como primera categoría, con la tipicidad, que se conoce como
nexo de causalidad. A través de este último, se realiza el juicio de subsunción. Además de la
relación de causalidad, debe haber un nexo de imputación que se realiza a través de la teoría de
imputación objetiva al tipo objetivo que vincula a la acción, desde un punto de vista causal,
normativamente con el tipo.
Anteriormente, lo que hoy conocemos como injusto penal era un mero juicio de adecuación
del hecho a la ley y había una subjetividad muy limitada, ya que se verificaba si había dolo
o culpa. Este modelo comienza a entrar en decadencia, desde un punto de vista sistemático, por
varias razones:
a. El método inductivo no proporcionaba soluciones, por lo que era necesario retomar los
valores ya que el derecho es una ciencia del espíritu y por ende, eminentemente valorativa.
b. La idea de que el injusto penal no tenía partes subjetivas era falsa.
c. La culpabilidad no era cien por ciento subjetiva.
En Argentina quien hace esta distinción es Sebastián Soler y le da un enfoque valorativo al Derecho
Penal. Comienzan a reconocerse elementos subjetivos en el injusto, como los elementos subjetivos
distintos del dolo y los elementos objetivos en la culpabilidad como pueden ser las excepciones al
reproche.
Este modelo comienza a entrar en crisis en los años 60 con la teoría finalista, según la cual, la
conducta o la acción como punto de partida del delito no puede basarse exclusiva o principalmente
en la causalidad (relación causa efecto), sino que la acción debe ser final en el sentido de que se
actúa sobre la base de un propósito.
En el mundo, existen estructuras prejuridicas que tienen un sustrato anterior al derecho y en el
ámbito del derecho se da el concepto de acción que existe de manera previa a las regulaciones
jurídicas. En la acción esas estructuras lógico objetivas deben marcar el derecho y el derecho debe
estar basado en ellas. A partir del finalismo, el dolo en donde la intención era entendida
como un elemento psicológico que se encontraba fuera de la persona y que se evaluaba
en la culpabilidad, pasa a formar parte de la acción en el tipo subjetivo.
Así, surgen los dos tipos: el objetivo y el subjetivo. La acción no puede ser una mera
causalidad, sino que debe ser un control de cursos causales. Cuando uno controla el curso
causal, al realizar el tipo penal, uno actúa tanto objetiva como subjetivamente y su conducta debe
subsumirse en el tipo penal tanto en lo objetivo como en lo subjetivo.
Esta idea de la acción final entró en crisis por dos motivos: no se podía explicar el origen de los
delitos imprudentes ya que en ese tipo de delitos no se controla el curso causal, es decir, había un
déficit de la acción penal como estructura lógico objetiva; y tampoco se podían explicar los delitos
de omisión ya que no se producía la causalidad.
Hoy en día, se conserva la idea de que el Derecho Penal es una ciencia valorativa y la idea de que la
acción tiene una faceta subjetiva que está dada por el dolo y la imprudencia.

En la década del 70, apareció Roxin con la teoría postfinalista donde se admite el dolo como
parte del injusto, junto con la idea de que el Derecho Penal es inminentemente valorativo, pero
vislumbra que esa valoración se hace sobre la base de criterios políticos criminales.
La política criminal es la valoración a través de la cual el Derecho Penal debe tomar partido. Roxin
habla de la responsabilidad, compuesta por la culpabilidad en el sentido de reproche y por el
merecimiento de pena que se apoya en razones político criminales.
Para que un comportamiento sea objetivamente típico, el autor debió haber incurrido en un
peligro, en un riesgo para la sociedad que supere los riesgos permitidos. El límite entre el riesgo
tolerado y el no tolerado por la sociedad lo da la política criminal a través de sus normas.
Jakobs habla de un Derecho Penal que debe garantizar expectativas de comportamiento y que
las personas no defrauden las expectativas de comportamiento puestas sobre ellas. Sostiene
que el Derecho Penal debe mantener la estabilidad normativa, es decir, la vigencia del derecho o
de la norma a través de la pena.

Acción
Concepto: movimiento corporal voluntario que produce un cambio en el mundo exterior.
a) Concepto causal: concibe a la acción humana en su función causal (produce cambios)
b) Concepto final: la acción no se caracteriza solo por el proceso causal, corresponde a su esencia
un ejercicio de actividad final (búsqueda de un resultado).

Hay dos elementos en el actuar humano y son:

a) La voluntad (E Subjetivo): el hombre prevé las consecuencias posibles de su actividad, al


proponerse lograr determinados fines. Dirige su conducta para obtenerlos. No hay acción, si el
movimiento corporal no ha sido voluntario, es un requisito de acción.
b) El movimiento corporal (E Objetivo): es menester, que además de una finalidad haya una
exteriorización cuando el delito de comisión, o la inactividad en un delito de omisión. Para que sea
relevante para el DP, tiene que amoldarse a los tipos penales.
c) Resultado (E Objetivo): es el cambio del mundo exterior producido por el movimiento corporal.
Para que sea relevante para el DP, debe ser la total realización de un DP.

Clasificación de los delitos según el resultado:

a) Doloso: el resultado coincide con la voluntad de autor.


b) Culposo: el resultado es distinto a la voluntad del autor.
c) De resultado: aquellos cuya consumación exige que, como consecuencia del movimiento
corporal se produzca un cambio externo.
d) De Actividad: cuya consumación solo requiere el movimiento corporal (no hay posibilidad de
tentativa) ejemplo: falso testimonio.
e) De Lesión: cuyos resultados producen un daño efectivo al bien jurídico.
f) De Peligro: el resultado supone una puesta en peligro. 1) Real o concreto: requiere que el bien
jurídico sea puesto en riesgo real) el que dispara un arma sin herir.
2) Abstracto: cuando hay un riesgo virtual, sin necesidad de un peligro efectivo (tenencia de arma
de guerra)

Para que haya un delito tiene que haber una acción típica, antijurídica y culpable. Por lo que el
primer requisito es que haya una acción o una conducta, pero, en realidad, no es un requisito sino
un presupuesto de imputación debido a que se imputa a partir de una acción o conducta.
Por conducta se debe entender cualquier manifestación o exteriorización de la voluntad. Es decir,
se trata de la ejecución de una decisión proveniente de una persona. Hay acción cuando un
movimiento propio podría haber sido contrarrestado por otro acto mío.
En la base del Derecho Penal debe haber conductas específicas de personas, ya que sólo le
interesan las conductas o las acciones en la medida en que puedan ser tipificadas o encuadradas
en un delito que debe estar tipificado en una ley anterior al hecho del proceso. Se habla de un
Derecho Penal de acto (se castigan comportamientos concretos) y no de un Derecho Penal de
autor.
Cuando se habla de acciones voluntarias, se establece una relación con el principio de culpabilidad,
ya que hay una intervención de la voluntad o de la personalidad.

¿Cuáles son las situaciones de hecho que pueden fundamentar el análisis de tipicidad?
En el artículo 34 del Código Penal se encuentran las bases principales de la teoría del delito. En el
inc. 1 se establece quienes no son punibles. Los tres supuestos de ausencia de conducta que
eliminan el requisito de acción son:
1. El estado de inconsciencia absoluta🡪 se ha distinguido entre un estado de inconsciencia
absoluto y un estado de inconsciencia relativo (-borrachos, drogadictos, etc.-).
2. Actos reflejos🡪 son movimientos que se producen por una transmisión de un centro
sensorial a un centro de movimiento. En ellos no hay intervención de voluntad, sino que se
trata de movimientos mecánicos debido a que no interviene el sistema nervioso central. Hay
que distinguir los actos reflejos de los automatismos o movimientos semiautomáticos. Estos
últimos son reacciones que se dan por una predisposición general que una persona posee.
En los movimientos automáticos hay conducta debido a que el movimiento voluntario
puede ser evitado por una decisión o movimiento contrapuesto. (epilepsia)
Fuerza física irresistible🡪 se da en supuestos en los que la persona actúa como un objeto, sin
exteriorizar ninguna voluntad. No resulta punible el que obrare violentamente por fuerza física
irresistible, porque el movimiento no esta orientado por la voluntad del autor, que se convierte en
un instrumento de quien ejerce la fuerza sobre el. (empujo a A, y y sin querer empuja a B y este
muere)

Teorías de las acciones libres en la causa.


Esta teoría (estrictamente normativa) establece que, si en el último momento en que la persona
actuó con libertad, conoció o pudo conocer que iba a realizar una acción antijurídica, el momento
del hecho se retrotrae a ese último momento. En otras palabras, retrotrae el momento de
imputación al último momento en el que se actuó con voluntad.
● Si conocía lo que iba a pasar y efectivamente pasa 🡪 se actúa con dolo.
● Si no conocía lo que iba a pasar, pero le era conocible y efectivamente pasa 🡪 se actúa con
imprudencia (culpa).

El momento del hecho es el momento del disvalor de la acción (el momento en el que uno
actúa disvaliosamente, a partir del cual se ejecuta la acción penal) y no necesariamente el
momento en el que se producen los resultados.

Las personas jurídicas no son pasibles o no pueden ser sujetos activos de un delito debido a que no
poseen conciencia ni capacidad de culpabilidad. Los parámetros de acción y de decisión de una
persona jurídica son distintos a los que posee una persona física.
Los parámetros para la imputación de una persona jurídica están basados en razones
político-criminales, pero eso no significa que no se las pueda imputar por la comisión de un delito.

Tipicidad
La tipicidad es la descripción, en una figura en la ley, de los comportamientos que están prohibidos
y expresa un disvalor de conducta. No se tipifican conductas socialmente valiosas, sino que se
tipifican conductas socialmente disvaliosas. Es un indicio de antijuridicidad ya que el que incurre en
una conducta o comportamiento típico no necesariamente incurre en un injusto penal.

Los tipos penales describen quien es el sujeto activo -quien realiza el tipo-,
quien es el sujeto pasivo -titular del bien atacado- y la conducta prohibida.
No dan una precisión sobre la calidad de la persona que puede cometer un injusto penal,
buscando ser lo más preciso posible sobre la conducta tipificada. Los delitos, cuando
describen al sujeto activo, lo hacen en términos generales. Caso contrario, se expresa la cualidad
especial que debe tener el autor o el sujeto activo.

El tipo penal cumple la función de garantía ya que establece límites a la punibilidad y así, se
garantiza el principio de legalidad tanto material como formal. Sirve como autodepuración frente a
comportamientos vagos o que no son disvaliosos y, a su vez, cumple una función sistemática
debido a que establece cuales son los sujetos activos, los sujetos pasivos y cuál es el objeto de
acción relevante. Además, se establece cual es el bien jurídico protegido por la norma y cuál es el
grado de afectación del mismo.
Hay un tipo penal objetivo -se expresa el comportamiento prohibido- y un tipo penal
subjetivo - cuál es la disposición interna que debe tener esa acción, voluntad-. En los delitos
dolosos, para que exista tipicidad debe haber congruencia entre el tipo objetivo y el tipo subjetivo.
Esto no ocurre con los delitos imprudentes (culposos).
En el tipo objetivo, hay un sujeto activo, un sujeto pasivo y la descripción de una acción o
conducta. En la descripción de esa conducta, en el tipo penal, hay elementos:
● Descriptivos 🡪 se describen conductas que se interpretan con los sentidos. Son tipos
cerrados, ya que se agotan en la forma descripta.
● Normativos 🡪 aquellos elementos del tipo que remiten a otra norma. Son elementos
que no se pueden interpretar con el mero lenguaje. Esta otra norma puede ser una norma
formalmente legal/reglamentada o de tipo social/convencional.
Exigen una valoración mayor que los tipos penales que tienen elementos meramente
descriptivos. Al permitir un mayor margen de interpretación, son tipos abiertos.

Clasificación de los tipos penales


Según la modalidad de la acción (modalidades de la parte objetiva):
● Tipos penales de resultado 🡪 a la acción le sigue un resultado que está separado de
ella. Acción primero, delito después. Admiten tentativa.
● Tipos de mera actividad 🡪 a la acción no le precede un resultado separado. La acción
implica la realización completa del tipo. No admiten tentativa. Ej.: conducir alcoholizado,
allanamiento de morada.
Esta distinción es importante debido a que en los delitos de mera actividad no hace falta acreditar
una relación de causalidad entre la acción y el resultado, ya que la sola incursión en la acción
implica la realización del tipo. Además, es útil para determinar el tiempo y el lugar de comisión.
A la vez, los delitos pueden ser:
· Instantáneos: con una acción singular se consuma el tipo penal, es decir, la acción
consumativa se da en tiempo corto y una vez que se produce el resultado, el delito se
consuma. Ej.: homicidio, robo, hurto.
· Permanentes: el delito se sigue consumando mientras dure la acción por voluntad
del autor hasta que se abandone la situación antijurídica. Ej.: secuestro, abandono.
· De estado: delitos instantáneos en donde permanece un estado antijurídico, pero los
cuales la consumación cesa desde el comienzo. Es un delito instantáneo, pero de ilegalidad
permanente. Ej.: calumnias, injurias, amenazas.

Esta distinción sirve para empezar a computar el plazo de la prescripción a partir del
momento de consumación (en los instantáneos, comisión y cese son casi el mismo; en los
permanentes es el momento del cese), para saber si la legítima defensa es actual o no y para
separar lo que es un cómplice, participe o coautor de un encubridor. Autor o coautor es
quien domina el hecho por sí mismo y cómplice es quien participa en el dominio del hecho de otro.
● Delitos de acción 🡪 prohíben la realización de un comportamiento, aquellos que la ley
prohíbe su realización de una conducta que estima nociva.
● Delitos de omisión 🡪 imponen actuar en un sentido específico, que se reputa
socialmente beneficioso y se castiga el no hacerlo.
· De mera actividad:
a. Omisión pura o propia: se describe solo un no hacer, con independencia si
del mismo se sigue o no un resultado. Ej.: omisión de socorro, evitar la
denuncia de actos dañosos.
· De resultado:
b. Omisión impropia o comisión por omisión: no basta con el no hacer si no
ha hecho posible la producción del resultado típico. Ej.: dejar de dar alimento
a un hijo y que en consecuencia este muera.
● Delitos de medios determinados 🡪 la descripción legal acota expresamente las
modalidades de comisión que debe revestir la acción para que sea típica. Ej.: delito de robo
con fuerza en las cosas.
● Delitos resultativos 🡪 cualquier conducta puede realizar el tipo sin importar los
medios. Vale cualquier modalidad porque lo que importa es el resultado. Ej.: homicidio.
Esta distinción sirve para la trascendencia de la omisión impropia, es mucho más fácil admitir
la posibilidad de la comisión por omisión supralegal en los tipos resultativos que en los primeros.
Según la cantidad de actos:
● De un solo acto 🡪 una sola acción.
● De pluralidad de actos 🡪 varias acciones a realizar.
● Alternativos 🡪 prevén dos o más modalidades distintas de comisión. Se realiza por
cualquiera de las varias opciones que describe. Ej.: allanamiento de morada: se realiza el
tipo ya sea si entró en ella en contra de la voluntad del tercero o si se mantuvo en ella
después de haber mostrado la disconformidad.
Por la relación de la parte subjetiva con la objetiva:
● Tipos congruentes 🡪 correspondencia entre tipo objetivo y tipo subjetivo. Es el caso
normal de los delitos dolosos, en que la voluntad alcanza la realización objetiva del tipo.
● Tipos incongruentes 🡪 falta de correspondencia por exceso objetivo (delitos
imprudentes) o exceso subjetivo (elementos subjetivos distintos del dolo, tentativa). Hay
incongruencia entre lo representado y lo sucedido, lo que impide apreciar el tipo completo e
imputar responsabilidad.
Según los sujetos (activo):
● Delitos comunes 🡪 aquellos que cualquier persona puede cometer, ya que no se exige
ninguna cualidad especial del sujeto activo. Son la mayoría. Ej.: homicidio.
● Delitos especiales 🡪 el tipo penal exige una cualidad especial al sujeto activo, y solo
pueden serlo quienes reúnen esas ciertas cualidades. Ej.: parricidio.
· Propios: sin la cualidad especial la tipicidad desaparece absolutamente.
· Impropios: si el autor no posee la cualidad especial, queda en remanencia un delito
común.
● Delitos de mano propia 🡪 se trata de aquellos que el autor debe ejecutar
personalmente. Exigen contacto corporal o la realización personal del tipo. Ej. abuso sexual,
falso testimonio.

Según la forma de intervención del sujeto:


● De autoría 🡪 requiere de la realización de un delito (consumado o no) de la parte
especial, directamente o por medio de otra persona que actúa como instrumento -autoría
mediata- por si solo o junto con otros -coautoría-.
● De participación 🡪 suponen la inducción o la cooperación con el autor de un delito
(consumado o no) de la parte especial.

Según la relación de la acción con el bien jurídico:


● Delitos de lesión 🡪 la acción punible interfiere sobre el bien jurídico, lesionándolo.
● Delitos de peligro 🡪 la acción punible no requiere la lesión de un bien jurídico, sino que
basta con la puesta en peligro del mismo. Constituye un momento previo a la destrucción o
lesión de un bien jurídico, una proximidad a la lesión de un bien jurídico y una probabilidad
de lesión concreta de un bien jurídico determinado. La mayoría de los delitos de peligro se
dirigen a bienes jurídicos de tipo colectivo como: delitos contra la salud pública, contra la
seguridad del tráfico, medio ambiente, economía pública, etc. La afectación es en menor
grado.
· De peligro concreto: se expresa con claridad en el tipo penal la exigencia de
perjuicio. El peligro tiene que estar presente en el comportamiento. Existe un peligro
verificable. Ej.: estragos y desacatos en lugares públicos, incendios de riesgo forestal.
· De peligro abstracto: el peligro no es exigido, sino que se presume. Hay que
determinar según las pautas de razonabilidad si el comportamiento representa algún
peligro. Ej.: conducir alcoholizado.

Clasificación de Roxin:
● Delitos de dominio 🡪 el tipo penal describe en qué consiste la acción prohibida.
● Delitos de infracción 🡪 de un deber la descripción puede ser mayor o menormente
exhaustiva, pero lo central es que señala que con la infracción del deber extrapenal se
incurre en la tipicidad.
La distinción sirve porque en los delitos de infracción de un deber carece de sentido distinguir
entre acción y omisión. También porque en los delitos de infracción de deber ya no tiene
importancia hablar de dominio del hecho.

EL TIPO OBJETIVO Los tipos de la parte especial de CP, tiene una descripción que por lo menos
requiere un sujeto activo, uno pasivo y la acción. En los delitos de resultado además se exige que
se produzca un cambio externo. Estos son los elementos permanentes de todos los tipos, además
de estos existen también algunos elementos ocasionales.
● ELEMENTOS PERMANENTES
a) Sujeto activo (autor): es la persona que realiza la conducta prevista en el tipo. Pueden ser varios
autores (tipo plurisubjetivo), o solo uno (tipo unisubjetivo).
b) Sujeto pasivo (victima): es el titular del bien jurídico tutelado penalmente. Sin embargo, en
algunas ocasiones no coinciden con el sujeto contra el cual se dirige la acción típica.
c) Acción: es el comportamiento típico habitualmente descrito mediante un verbo que recibe el
nombre de núcleo.
d) El tipo objetivo en los delitos de resultado (relación de causalidad): en los delitos de resultado,
se exige que la acción realizada haya cambiado el mundo exterior. El problema es determinar los
presupuestos en los que se pueda afirmar que un determinado resultado es consecuencia de la
acción realizada.

AUTORIA Y PARTICIPACION
Si bien la mayoría de los delitos están tipificados como unipersonales, hay muchas veces que
participa o interviene un conjunto de personas, por lo que es relevante para establecer la
responsabilidad que le corresponde a cada persona, fijar reglas de imputación claras.
Con respecto a dichos delitos, existen varias categorías: nos encontramos con:

1. Autores 🡪 aquellos sujetos que ejecutan un determinado delito. Dentro de estos,


encontramos:
· Autoría directa/simple: aquellos sujetos que, de propia mano, cometen el
delito.
· Autoría indirecta/mediata: aquellos sujetos que cometen el delito sirviéndose
de un instrumento, o sea, de un tercero para ejecutarlo.
· Coautoría: aquellos sujetos que acuerdan la comisión de un determinado delito, es
decir, existe aquí participación común de dos o más sujetos. Estos últimos también
pueden ser mediatos.

2. Partícipes 🡪 aquellos sujetos que participan de alguna forma en un delito determinado,


sin ser autores. Dentro de esta, tenemos:
· Complicidad o participación criminal: aquel sujeto que participa en el
delito de otro sujeto. Dicha participación, a su vez, puede ser:
a) Primaria: sin ella, el autor no podría haber cometido el delito.
b) Secundaria: se trata de una colaboración, de cualquier otra forma, que no es
absolutamente necesaria.
· Instigación criminal: consiste en persuadir a un sujeto con el objetivo de que
este cometa determinado delito. Así, el instigador es aquel sujeto que genera el dolo
en el autor.
La participación es siempre accesoria de la autoría, por lo que si determinada persona
realiza un aporte como participe, pero el autor no comienza a ejecutar el delito, dicho
aporte de participación no es punible. De esta misma manera, si el comportamiento del autor
queda en grado de tentativa, el comportamiento del participe también.
El hecho punible comenzara cuando determinado sujeto realice un primer acto
ejecutivo, y cuando comienza la ejecución del delito, el comportamiento de los sujetos que lo
llevan a cabo se encuentra sujeto a la valoración de los magistrados. De aquí surge que el acto
preparatorio no es punible, por ejemplo, la compra de un arma, ya que la misma no constituye el
comienzo de la ejecución del delito de homicidio.
La punibilidad del participe se encuentra sujeta a que el autor comience la ejecución del delito, por
lo que el aporte del participe queda a merced del comportamiento que lleve a cabo el autor. Sin
embargo, ciertos autores y entre ellos Sancinetti, advierte que el ilícito del participe constituye un
ilícito independiente del ilícito del autor. Este autor entiende que, en los delitos de resultado
cortado, el resultado no forma parte del delito, por lo que se castiga solamente el comportamiento
disvalioso o contrario a la norma.
En nuestro Código Penal se coloca en la misma categoría de punibilidad a los autores, participes
necesarios e instigadores, y no admite que, en el caso de existir delito consumado, exista
participación en grado de tentativa.
· ARTICULO 45.- Los que tomasen parte en la ejecución del hecho o prestasen al autor o autores un
auxilio o cooperación sin los cuales no habría podido cometerse, tendrán la pena establecida para
el delito. En la misma pena incurrirán los que hubiesen determinado directamente a otro a
cometerlo.

· ARTICULO 46.- Los que cooperen de cualquier otro modo a la ejecución del hecho y los que presten
una ayuda posterior cumpliendo promesas anteriores al mismo, serán reprimidos con la pena
correspondiente al delito, disminuida de un tercio a la mitad. Si la pena fuere de reclusión perpetua,
se aplicará reclusión de quince a veinte años y si fuere de prisión perpetua, se aplicará prisión de
diez a quince años.

· ARTICULO 47.- Si de las circunstancias particulares de la causa resultare que el acusado de


complicidad no quiso cooperar sino en un hecho menos grave que el cometido por el autor, la pena
será aplicada al cómplice solamente en razón del hecho que prometió ejecutar.
Si el hecho no se consumase, la pena del cómplice se determinará conforme a los preceptos de
este artículo y a los del título de la tentativa.

· ARTICULO 48.- Las relaciones, circunstancias y calidades personales, cuyo efecto sea disminuir o
excluir la penalidad, no tendrán influencia sino respecto al autor o cómplice a quienes
correspondan. Tampoco tendrán influencia aquéllas cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo el
caso en que fueren conocidas por el partícipe.

ARTICULO 49.- No se considerarán partícipes de los delitos cometidos por la prensa a las personas que
solamente prestaren al autor del escrito o grabado la cooperación material necesaria para su publicación,
difusión o venta.

Con el objetivo de distinguir entre autor y participe, se han planteado distintas teorías:
● Teoría subjetiva: establece que es autor aquel sujeto que actúa en interés propio, y participe
aquel sujeto que actúa con ánimos de ayudar a otro sujeto.
● Teoría formal objetiva: deja de lado los casos de autoría mediata.
● Teoría material objetiva: entiende que es autor aquel sujeto que realiza un aporte
imprescindible, y es participe aquel sujeto que realiza un aporte relevante.
● Teoría del dominio del hecho: según la cual autor es aquel sujeto que posee el dominio del
hecho, o sea, que es dueño y señor del hecho y por ello, tiene la potestad de iniciarlo,
continuarlo o hacerlo cesar cuando le plazca. A su vez, aquel sujeto que domina el hecho, lo
hace conforme o en base a un plan, o sea, a través del dolo propio del autor y en un interés
que el mismo maneja o domina.
La participación siempre será dolosa debido a que se castiga la aportación a sabiendas de que se está incurriendo en un
delito. Es decir, se castiga la participación en la medida en que el participe posee el dolo de
participar. Es por ello que en los delitos imprudentes siempre hay autoría, y se rechaza la
participación.
Por otro lado, en la autoría propia o mediata (en ella, el autor se vale de un instrumento, de un
tercero con el objetivo de que este ejecute el delito). En estos casos, el autor seria “el hombre de
atrás” que organiza y dispone al “hombre de adelante” o instrumento, siendo este quien
ejecuta el hecho. Existen varios casos de autoría mediata:
a) Fuerza física irresistible;
b) Cuando el ejecutor realiza un comportamiento atípico pero el hombre de atrás realiza un
comportamiento típico;
c) Cuando el ejecutor actúa por error o sin dolo, sin conocimiento del carácter ilícito del
comportamiento que está llevando a cabo;
d) Cuando el ejecutor actúa conforme o de acuerdo a Derecho;
e) Cuando el ejecutor es inimputable.

En todos estos casos, el hombre de atrás o autor mediato domina el hecho, y es por ello que
se lo considera el verdadero autor. El caso más complejo o emblemático es el del aparato
organizado del poder. En él, el hombre de atrás dispone o da una orden, sin que posea incidencia la
identidad del ejecutor.
En este dominio de la voluntad por un aparato organizado de poder, es tan fuerte el dominio del
hecho que posee aquel sujeto que se encuentra en la cúspide de la organización delictual que, con
su orden, puede iniciar, continuar, y consumar o detener el hecho, y el ejecutor ocupa una posición
tan débil que es fungible, reemplazable por otro. Dicha fungibilidad acentúa el dominio del hecho
que posee el autor mediato.
El problema central de este caso consiste en la forma de catalogar la situación cuando el hombre
de atrás, que domina el hecho, se vale de un instrumento que es, a su vez, responsable de su
conducta. Así, se ha determinado que la responsabilidad del ejecutor no genera ningún tipo de
corte con respecto a la responsabilidad del autor mediato u hombre de atrás. Por el dominio del
hecho que posee el hombre de atrás y el carácter fungible, y determinante del ejecutor, este último
queda relevado al rol de partícipe necesario, a pesar de que ejecuta la acción por sí mismo.
Lógicamente, será mayor la pena del hombre de atrás que la del participe.

Tanto el autor directo como el autor mediato poseen el dominio del hecho. La diferencia
central entre estas dos figuras radica en que el autor directo posee dominio sobre la
acción, mientras que el autor mediato posee dominio sobre la voluntad del ejecutor,
y por ello es que, generalmente, se lo conoce también con el nombre de “autor
intelectual”.

La autoría mediata puede darse a través de un aparato organizativo de poder, y se caracteriza por:
a) El dominio total del hecho que posee el hombre de atrás;
b) Dicho hombre de atrás se aparta manifiestamente del derecho;
c) Existir fungibilidad en el ejecutor, es decir, este último es un instrumento o elemento
fungible o sustituible por otro. Así, si quien debe ejecutar de propia mano el hecho, se niega
a hacerlo, el propio aparato organizativo de poder le garantiza al hombre de atrás un
elemento o instrumento adicional del cual valerse.
d) Existir una elevada propensión del ejecutor a la comisión del hecho, por lo que el mismo, de
cierta forma, se encuentra sustanciado con el aparato clandestino.
Entre el ejecutor y el hombre de atrás o autor mediato, no puede existir coautoría ni instigación. En
esta última, no existe dominación del hecho mientras que, en el caso de la autoría mediata, sí.

¿Qué sucede en el caso en el que el ejecutor avise a la víctima? ¿Podría decirse que el
dominio del hecho lo tendría el ejecutor?
En principio, se establece que el dominio del hecho del hombre de atrás o autor mediato no es tal
ante la oposición del ejecutor. Sin embargo, en la mayoría de los casos predomina la voluntad del
hombre de atrás o autor mediato por sobre la voluntad del hombre de adelante y, el carácter
fungible de este último, hace que no pueda hablarse de un mayor o menor dominio del hecho por
su parte.
Así, se llega a la conclusión de que hay autoría tanto del hombre de atrás o autor mediato
como del hombre de adelante.

Delitos de mano propia.


Estos delitos constituyen una categoría que exige que el autor realice per se la conducta de la
que se trate. En aquellos casos en los cuales el tipo penal exige que el autor posea una cualidad
especial (delitos especiales), solo puede ser autor el sujeto que reúna los requisitos que exige el
tipo, por lo que no podría ser autor aquel sujeto que carece de los elementos típicos. Esta
categoría no posee una precisión dogmática individual, por lo que puede derivar en la coautoría o
en la derivación a otro.
Zaffaroni establece que, para los casos de delitos de propia mano, el Código Penal otorga una
solución que se encuentra fijada en la parte final del artículo 45. Dicho artículo establece que los
que tomasen parte en la ejecución del hecho o prestasen al autor o autores un auxilio o
cooperación sin los cuales no habría podido cometerse, tendrán la pena establecida para el delito.
En la misma pena incurrirán los que hubiesen determinado directamente a otro a cometerlo. En
esta última parte surge, por un lado, la instigación y, por otro lado, la autoría mediata. En los
delitos de propia mano, quien determina a un sujeto a cometer un delito, aunque no realice la
acción típica, dicho delito encajara en la categoría de autoría de determinación.

Se trata de una categoría a través de la cual se establece que aquella persona que no comete el
delito de propia mano, no podría ser autor y así, se excluiría la autoría mediata, pero esto solo es
así en aquellos casos en los que el autor no reúne los elementos exigidos por el tipo (delitos
especiales). En los delitos comunes, si puede hablarse de autoría mediata.
Puede suceder que quien domine el hecho sea el hombre de adelante pero que no reúna los
requisitos exigidos por el tipo. Con el objetivo de solucionar esta cuestión, se establecen cláusulas
de equivalencia a través de las cuales la ley le otorga al hombre de atrás o autor mediato, o al
hombre de adelante, según el caso, las condiciones típicas para salir del problema de índole
político criminal. Así, la ley le asigna la categoría de autor o coautor a quien hubiese
realizado una acción relevante en la comisión de un delito, aun sin reunir las
características típicas. Sin embargo, también puede no darse la situación de equivalencia.

¿Qué sucede si el hombre de atrás domina el hecho, pero no reúne los elementos típicos?
Aquí se aplica lo establecido por Zaffaroni. Si no existe una causa de equivalencia, el
comportamiento del sujeto será atípico.
Roxin distingue entre:

● Delitos de dominio o de acción: son aquellos en los cuales el tipo penal describe, con la mayor
descripción posible, determinada conducta. Así, será autor del delito quien posea el
dominio del hecho, o quien realice la acción descripta en el tipo penal y a su vez, la domine.
● Delitos de infracción de deber: el autor es aquel sujeto que posee un deber especial, con
independencia de si domina o no el hecho. Lo que importa aquí es que el autor sepa que
está infringiendo determinado deber especial que en el recae, o sea, lo que prima aquí es la
existencia de un deber que, generalmente, es un deber extrapenal. De esta manera, el
ejecutor sería un colaborador debido a que coloca una condición para que el deber, del cual
es portador, se realice. Al colaborador que no posea los requisitos exigidos por el tipo penal,
se lo puede considerar participe de aquel sujeto que si posee dichos requisitos.

Coautoría.
En ella, no es necesario que todos los coautores realicen el cien por ciento de la acción, sino que
debe haber codominio del hecho por parte de todas las personas que participan en él o
en el delito, por lo que todas ellas deben poseer la potestad de iniciarlo, continuarlo o
hacerlo cesar. Es decir, deben tener señorío sobre el hecho del que se trate.
A su vez, todos los coautores deben reunir las cualidades del tipo objetivo y del tipo subjetivo, y
se deben repetir o replicar las mismas condiciones que se exigen para el autor único en todas
aquellas personas que participan del hecho. Todos los coautores deben encontrarse vinculados
por un plan común, es decir, debe existir una comunidad. El plan o decisión común con respecto al
hecho delictivo puede surgir en cualquier momento.
Hay varios tipos de coautoría:

Coautoría paralela: en la cual todos los coautores realizan por si mismos


comportamientos típicos. Sin embargo, ello no es lo que normalmente sucede. Lo más común es
que exista una división de funciones, por lo que puede hablarse de:

● Coautoría funcional: cada coautor posee una función, pero todos ellos, a través
del plan común, avala la función que realizara el otro como si la realizara el mismo,
debido a que el plan común consistía en cometer un delito en conjunto, ateniéndose
a ello. En este tipo de coautoría, existe decisión común de cometer un delito, y la misma se
encarga de dividir las funciones, y asignar roles. A su vez, hay comisión común durante la
ejecución: cada coautor realiza la parte del plan que le fue asignada, asumiendo el conjunto
y asumiendo como propias las acciones realizadas por los demás coautores, aun cuando no
todos hagan exactamente lo mismo, pero si todos ellos realizan una contribución especial o
esencial, y mantienen el codominio del hecho. Este último puede advertirse en el hecho de
que cualquier coautor tiene la posibilidad de apartarse del plan común, y de esta manera,
frustrarlo.
Si algún coautor lleva a cabo determinada acción, aun cuando la misma no sea
parte del plan común, si surge de forma implícita del desarrollo y la planificación, la
misma podrá ser atribuida a todos los demás coautores. Si, en cambio, existe exceso
unilateral de algún coautor y este no ha sido previsto, dicho exceso solo será imputable al
coautor que lo haya llevado a cabo, pero, si dentro de los márgenes que poseen los
coautores, dentro del plan común y la representación social, cabía la posibilidad de que se
produjera dicho exceso, este será imputable a todos los coautores.
A su vez, si los coautores desconocen la existencia de algún agravante del que es portador
alguno de los coautores, esta circunstancia no podrá ser atribuible al conjunto.

● Coautoría sucesiva: esta se produce cuando un coautor se incorpora a un curso


causal ya existente. Se ha establecido que, en aquellos supuestos en los cuales un coautor
se incorpora a determinado plan de ejecución que ya ha realizado varias facetas ejecutivas
importantes, dicho coautor asumirá como propios todos aquellos hechos que hayan sido
realizados con anterioridad, aun cuando los mismos sean independientes entre sí. Sin
embargo, desde este punto de vista, la coautoría sucesiva no es sostenible por afectar, entre
otras cosas, al principio de culpabilidad. Así, solo se podrá imputar al coautor sucesivo que
ingresa en un curso causal ya existente, la faceta por el realizada.

Participación
Esta siempre es accesoria a la autoría, por lo que, si no existe autoría, no puede hablarse de
participación. La participación solo será punible en la medida en que la acción haya comenzado
a ejecutarse por parte del autor.

¿Qué sucede si el autor actúa típica pero no antijurídicamente?


En este caso, el participe no será punible, debido a que se exige que el comportamiento del autor
sea típico. Por ende, si el comportamiento del autor no es típico, la participación no será punible,
debido a la falta de disvalor social del comportamiento del autor, que no puede extenderse al
participe.

¿Qué sucede si el autor realiza una acción antijurídica pero no es culpable?


En este caso y a diferencia del anterior, el participe si era punible. Con todo ello se hace referencia
al carácter limitado de la accesoriedad ya que la misma se limita al carácter antijurídico: la
punibilidad de la participación comenzara cuando se defina como antijurídico el accionar del autor.

● Instigación: el instigador no domina el hecho, y la instigación solo será punible en la


medida en que el autor comience la ejecución del mismo.

● Complicidad o participación: en ella, se exige un conocimiento previo a la


ejecución, o conocimiento pre-ejecutivo. El aporte que se realiza se constituye en una
etapa pre-ejecutiva o post ejecutiva, pero siempre cumpliendo con una promesa que es
anterior.
· Primaria: aquel aporte necesario o esencial para la ejecución del hecho o delito.
· Secundaria: aquel aporte no necesario o esencial para la ejecución del hecho o
delito).
Si de las circunstancias particulares de la causa resultare que el acusado de complicidad no
quiso cooperar sino en un hecho menos grave que el cometido por el autor, la pena será
aplicada al cómplice solamente en razón del hecho que prometió ejecutar.
Si el hecho no se consumase, la pena del cómplice se determinará conforme a los preceptos
de este artículo y a los del título de la tentativa.
Las relaciones, circunstancias y calidades personales, cuyo efecto sea disminuir o excluir la
penalidad, no tendrán influencia sino respecto al autor o cómplice a quienes correspondan.
Tampoco tendrán influencia aquéllas cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo el caso en que
fueren conocidas por el partícipe.

Causalidad e imputación objetiva


Todo tipo penal tiene la indicación de sujetos (un sujeto activo que consiste en la persona que
incurre en el tipo penal, y un sujeto pasivo que consiste en la persona que padece el tipo penal),
objetos (que puede ser materiales o jurídicos) y una conducta típica (tipo objetivo y tipo subjetivo).
Es relevante la determinación de los sujetos pasivos debido a que, en ciertos casos, de ello
depende si el mismo es punible o no, si la acción fue consentida (si ello es así, en principio,
no habría punibilidad) o no, o si la pena puede o no agravarse. En síntesis, determinar el sujeto
pasivo tienen dos grandes importancias, por un lado, determinar el tema de las excusas
absolutorias y, por otro, para ver si este consiente o no la acción. Al momento de ver quién es el
sujeto pasivo, el juez tendrá en cuenta ciertas cuestiones a la hora de que este imponga una pena,
pudiendo esta ser más o menos cercana al máximo.

El art. 185 del Código Penal establece lo que se conoce como excusa absolutoria, y dice “en los
casos de hurtos, defraudaciones y daños, no va a haber punibilidad cuando el delito fuese de un
ascendente o descendientes, cónyuge o entre hermanos cuando no viviesen juntos, etc.”. con esto
limita la punibilidad, que los conflictos que haya, mientras no sean violentos o superen cierta
envergadura, se superen en privado o sin intervención de la justicia penal. Esta excusa absolutoria
no aplica a los extraños que participen en el delito.
El objeto puede ser material y jurídico. El jurídico es el bien jurídico protegido y el material, aquel
sobre el que recae la acción. La conducta típica es la acción, y puede ser de tipo objetivo o
subjetivo.

Teorías causales
¿Cuándo un comportamiento recae en el tipo objetivo? Esto se vincula con ¿Cuándo una
acción es la causa de un resultado?
Esto tiene principal interés para los delitos de resultado, pero la determinación de cuando una
acción es típica no va a depender solamente de cuando se reúnan los requisitos del tipo objetivo y
subjetivo, sino también de que haya una relación entre la acción y el resultado. Esto es lo que se
conoce generalmente como causalidad.

1. Teoría de la equivalencia de condiciones


Establecida por la doctrina tradicional, en la cual una acción va a ser la causa de un
resultado cuando, sin esa acción, el resultado no se hubiese producido. Es decir,
cuando con la acción se pone una condición necesaria para que se produzca el resultado.
¿Cuándo se sabe que una acción es necesaria para que se produzca el resultado?
Se hace un ejercicio de supresión hipotética, por ejemplo, Juan dispara contra Pedro y este
muere. Si suprimimos hipotéticamente la conducta de Juan, y el resultado -la muerte- no se
produce, es porque la acción suprimida era la causa del resultado. Ahora, si la suprimo, pero aun
así Pedro se muere, es porque entonces su muerte fue causada por otra cosa.
Cualquier condición puesta para que se produzca el resultado, se presenta como causa de
él.

Problema de esta teoría: si damos por concreto el tipo penal solamente cuando una acción
causa un resultado, tenemos un problema de expansión muy grande. Todos los que estuvieran detrás
del accionar, a pesar de no tener nada que ver y por más remota que sea la acción, serían culpables. Es un
problema que, por lo general, tienen todas las teorías causales.

Fueron apareciendo a lo largo del desarrollo del pensamiento penal ciertas pautas correctivas a la
causalidad. Entre ellas, una de las más importantes:
Tiene como fundamento el concepto de causalidad, propio de las ciencias naturales. No distingue
entre distintas causas que condicionan la producción de un resultado. Para esta teoría la acción es
causal siempre que suprimida esta, su resultado no se hubiera producido, si igualmente se hubiera
producido lógicamente no es causal.
Critica: se la critica porque extiende al infinito la realización de causalidad, por aplicación de esta
formula hasta se podría considerar causalmente relevante la actividad sexual de los padres de los
protagonistas del caso, ya que sin ella no habrían nacido.

2)Teorías individualizadoras: esta teoría trata de individualizar la causa de


entre todas las condiciones, causa y condición no son lo mismo.
Se distinguen dos tipos de causas, las suficientes y las adecuadas:

I) Causa suficiente: entiende que el conjunto de condiciones, solo deben considerarse


causa a aquella que encierra un poder intrínseco de producción del resultado. A esta teoría se la
critica porque deja de lado el ámbito causal de acciones cuya vinculación con el resultado es
innegable

2)Teoría de la causalidad adecuada


CAUSALIDAD: La teoría más tradicional respecto de cómo funciona la causalidad, tiene
que ver con la teoría de la equivalencia. En este sentido se piensa que un hecho A es
causa de un hecho B sí, solo sí, cuando me abstengo o cuando suprimo mentalmente el
hecho A, entonces el hecho B desaparece. Esto tradicionalmente es llamado la conditio
sine qua non.
Establece que van a ser causas de un resultado, y por tanto, la acción va a formar parte del
tipo objetivo, cuando sea probable que lleve a un determinado resultado. Ej. no es probable
que el hecho de tener un hijo haga que ese hijo sea un asesino.
Solo es causa una acción que según la experiencia general es normalmente idónea para producir el
resultado. Este conocimiento se obtiene del estudio e numero constante de casos.
Problema: partir del estándar, apoyándose en índices estadísticos, de que una acción puede
llegar a producir un resultado no resulta acorde para establecer que una acción encuadre en un
tipo penal. Esto resulta en una posible falencia de esta teoría, es decir, no toda acción puede llevar
al resultado, por lo que no puede ser una condición necesaria para que haya tipicidad.

3) Teorías de la relevancia: no es mas que una revalorizacion del sistema de la


equivalencia, sostiene que la relación entre acción y resultado debe establecerse mediante el
procedimiento de la condición sin la cual no se produciría, pero una vez comprobada la causalidad,
es preciso verificar la adecuación del nexo causal mediante una correcta interpretación del tipo
penal, es decir sirve para determinar la causalidad, pero carece de relevancia para fundamentar la
imputación del hecho al autor

4) Teoría de la imputación objetiva: la atribución del resultado a la acción es


planteada mediante un juicio objetivo de imputación realizado mediante consideraciones jurídicas.

¿Qué diferencia hay en sustancia entre estas dos teorías?

Teoría de la equivalencia de las condiciones 🡪 tiene una raíz diferente a la de la


causalidad adecuada, es una teoría estrictamente causal, natural = dado A debe ser B.
Se habla de causa y efecto, de la naturalidad de la acción.

Teoría de la causalidad adecuada 🡪 no tienen raíz natural, sino que se apoya en un criterio
de valoración sobre la base de la probabilidad de que ocurra o no algo, es de raíz normativa. No es
un correctivo de tipo natural, es valorativo.
La teoría de la adecuación se ve superada porque se va mucho más atrás en el tiempo de
lo que resulta razonable, decir que el dueño de la fábrica que hizo el producto que provoco el
delito debería ser imputado por el delito por el simple hecho de la probabilidad, de la estadística,
no es razonable.
Para determinar si una acción puede ser objetivamente típica, no puede depender solamente de
aspectos 100% naturales, como el ejemplo del hijo y sus padres, o de aspectos estadísticos.
Pareciera que un tipo penal se va realizando objetivamente, en primer lugar, partiendo de
una cierta ponderación de intereses. Por ejemplo:
● ¿A una sociedad le interesa que se fabriquen autos? Si, le interesa.
● ¿Es una actividad riesgosa? Si, la es.
● ¿Aunque sea riesgoso, se acepta que se fabriquen por su utilidad? Si.
Una sociedad, haciendo este tipo de ponderaciones, va a aceptar
determinados riesgos en aras del progreso y libertad. A raíz de esto, empiezan a
parecer riesgos permitidos que son necesarios para el desarrollo -fabricación de autos- y riesgos
no permitidos, que exceden el nivel tolerado -pasar semáforos en rojo-. Esto es a lo que se llama
ponderación de intereses y de donde surge la tipicidad. Solo se van a imputar conductas
que excedan el riesgo que la sociedad tolera, tipificando las acciones.

¿Cuándo se crea un riesgo permitido y cuando no?


Hay que distinguir cual es la norma que delimita un riesgo permitido de un riesgo que no lo es. ¿Y
cuál es esta norma?
Generalmente, se dice que la teoría de la imputación objetiva se aplica a delitos imprudentes, ya
que se ve la norma que delimita el riesgo permitido del no permitido en otra norma. Es decir, el
tipo penal remite a una norma adicional. Hay situaciones en donde este límite no está determinado
por la ley, por lo que regirá el contexto de incumbencia del que se trate.
En los delitos dolosos, en cambio, la norma que delimita el riesgo permitido del no permitido
coincide con el tipo penal. Es decir, la norma es el propio tipo penal. En los delitos imprudentes, es
más reconocible la utilidad de la teoría de la imputación objetiva ya que se verifica la realización
del tipo penal con la existencia de otra norma que marca el límite entre el riesgo permitido y el no
permitido. En los delitos dolosos, la aplicación de dicha teoría es automática.

¿Cuándo alguien crea un riesgo no permitido?


La creación de un riesgo no permitido es el punto de partida para la imputación. Se han ido
determinando casos en los cuales no se incurre en un riesgo no permitido:
1. Se admiten dentro del riesgo permitido los comportamientos irrelevantes, improbables
o inadecuados para producir lesiones o puestas en peligro de los bienes jurídicos.
Hay ciertas situaciones que por lo improbable, inadecuado o irrelevante no dan avance a un
riesgo jurídico reprobado. Sin embargo, hay excepciones que se dan, por ejemplo, si el autor
del hecho posee conocimientos especiales que predeterminan su situación.
2. Ponderación de riesgos, en sentido estricto, en la cual prevalece el ejercicio de la
libertad. Son comportamientos que pueden tener riesgos, pero, en la ponderación entre el
ejercicio de la libertad de las personas y la lesión a o de bienes jurídicos, se admiten en pos
del desarrollo y el avance de la sociedad.
Si se advierte que en determinada área de contexto social comienzan a producirse
demasiados riesgos, la sociedad debe determinar que se minimice al máximo posible las
posibilidades a través de la ley. Si los mismos no se minimizan al máximo (no se respetan las
leyes o normas que reglamentan dicha actividad), se estaría creando un riesgo no permitido
del cual surgiría una imputación.
Las actividades se reglamentan para evitar que ciertos peligros se concreten. Así, el límite
entre el riesgo permitido y el no permitido estará dado por el correcto funcionamiento de la
actividad y el respeto a las normas establecidas por la sociedad para minimizar los riesgos.
En los casos en los que no hay una reglamentación específica, rigen los usos y costumbres
del ámbito del que se trate.
Intervención de terceros en la actividad cuya conducta da lugar a determinado acto
disvalioso. Esto se da, generalmente, en actividades coordinadas. Cada persona tiene el derecho
de organizarse de la forma que desee, pero responde si dicha organización es defectuosa. Se
establece un principio de confianza respecto de las actividades de los demás, este impide que el
actor principal se salga de la órbita del riesgo permitido debido a que tiene derecho a confiar en
que las personas que interactúan con él, que son igualmente responsables, actuaran de la forma en
que corresponde. Este principio no es absoluto y por ende, puede ceder cuando las personas en las
que se debe confiar dan indicios o pautas de que no pueden realizar la actividad del modo
jurídicamente permitido.
4. Prohibición de regreso. Según Roxin, la misma es una modalidad del principio de
confianza. Dicha prohibición mantiene el comportamiento dentro de la órbita del riesgo
permitido si se realiza un comportamiento neutral o estereotipado de la actividad de la que
se trate. Así, se prohíbe retrotraer la imputación a determinados actos neutrales. La posición
mayoritaria establece con respecto a la prohibición de regreso que, a la hora de separar el
riesgo permitido del que no lo es, es necesario tener en cuenta los conocimientos especiales
ya que los mismos inciden en la situación que concreta la imputación. El acto deja de ser
neutral en el momento en el que se toma conocimiento de que se está participando en la
comisión de un delito. Así, se traslada el riesgo creado por otro a la propia esfera. La
prohibición de regreso cede cuando la inclinación al delito del autor es reconocible.
5. Autopuesta en peligro de la víctima. Aquí, hay competencia por parte de la víctima la
que decide ponerse en peligro. La autopuesta en peligro elimina el riesgo no permitido de la
persona a la que pretende imputársele.
El riesgo no tolerado se excluye cuando se dan algunos de estos puntos que mantienen la
conducta del autor al que se quiere imputar determinado resultado dentro de la órbita del
riesgo permitido.
La creación de un riesgo no permitido es el primer requisito para que se dé una imputación
al tipo objetivo y el segundo requisito consiste en que ese riesgo debe concretarse o
realizarse en el resultado.

La imputación objetiva es una teoría, dentro de la concepción tradicional, que busca corregir
los defectos que derivan de la teoría de la causalidad en sentido puro.
Según esta teoría, sólo habrá tipo penal si hay una conducta jurídicamente reprobada. O sea,
es necesaria la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado. Se debe generar un
comportamiento que supere un riesgo permitido en orden de considerar tal comportamiento como
penalmente típico.
Además, este riesgo jurídicamente desaprobado debe realizarse en el resultado y para
ello, es fundamental tener en cuenta cual es el ámbito de realización de la norma que
delimita el riesgo permitido del que no lo es.

Para que haya imputación a un tipo objetivo específico, se tiene que dar tanto
la creación del riesgo jurídicamente desaprobado como la realización del
riesgo, el que estará determinada por el conocimiento del ámbito de
aplicación de la norma que delimita el riesgo permitido del que no lo es.
Las reglas de imputación objetiva suelen ser más visibles en los delitos imprudentes
debido a que, en ellos, se produce una división o escalonamiento entre la norma que establece el
tipo penal y la norma que delimita el riesgo jurídicamente desaprobado del que no lo es. Por ello,
en esta clase de delitos se aprecia más la utilidad de la teoría de la imputación objetiva. En cambio,
en los delitos dolosos, la norma que delimita el riesgo permitido del que no lo es coincide con el
tipo penal.

Tipo subjetivo - Dolo

En los delitos dolos, la tipicidad no solo depende de la adecuación de la conducta a la descripción


de sus aspectos externos, también la atención de autor. La Subsuncion requiere considerar lo que
el sujeto hizo (tipo objetivo) y lo que quiso hacer (tipo subjetivo).
El tipo subjetivo esta integrado por: a) el dolo; b) los elementos especiales subjetivos de la autoría.

Dolo: elemento principal del tipo objetivo, es el conocimiento y la voluntad de realizar el tipo
objetivo. Esta compuesto por:
a) Elemento intelectual (conocimiento): autor obro dolosamente, es necesario que haya conocido
los elementos permanentes y ocasionales que componen la estructura del tipo objetivo. El ámbito
del conocimiento, este primer elemento intelectual (cognoscitivo) del dolo, requiere que el sujeto
haya tenido conocimiento de todos los elementos objetivos contenidos en el tipo legal, si por
cualquier motivo desconocía estas circunstancias no se puede afirmar que obro dolosamente. El
legislador, al redactar el tipo objetivo determina que elementos debe conocer el autor para que se
pueda afirmar que su conducta es dolosa. El tipo objetivo es el punto de referencia el dolo.
Pero para la adecuación subjetiva del tipo doloso, no se debe considerar la conciencia de la
antijuridicidad o punibilidad del hecho. Los requisitos del conocimiento deben tener ciertas
características: a) efectivo, debe saber realmente que realizan los componentes de tipo objetivo; b)
actual, el autor debe haber sabido que realizaba el tipo objetito, en el preciso momento de realizar
la acción, ni antes ni después; c) deben comprender las circunstancias agravantes y atenuantes,
que conozca los tipos dependientes, a deben ser conocidos ambos (captadas por el dolo); d)
naturaleza del conocimiento, depende de que el elemento del tipo objetivo sea descriptivo o
normativo
b) Elemento volitivo (voluntad): es la voluntad de realizar el tipo objetivo, la conducta es dolosa
cuando: no haya conocido los elementos del tipo objetivo y cuando haya querido realizarlos. Es
decir, la invenció de la conducta, es lo que permite distinguir entre tipos entre dolosos y culposos
(el segundo se caracteriza por la ausencia de la finalidad delictiva).
El elemento volitivo cuando el autor ha querido realizar la conducta, lo que admite dos
modalidades, dolo directo y eventual.
El DOLO, es el elemento subjetivo por excelencia. Todos los delitos son dolosos salvo previsión
expresa en contrario.
∙ CONCEPTO DE DOLO. Carece de definición legal, siendo definido tradicionalmente por la
dogmática como: 1) conocimiento (teoría de la representación) y 2) voluntad (teoría de la
voluntad)
∙ Cuestionamientos: - Al elemento volitivo, dado que se sostiene que en muchos casos no es
posible indagar o conocer tal voluntad. Los críticos del elemento volitivo optan por dos soluciones:
a) sustituirlo por la mera aprobación del autor en la producción del disvalor de resultado, su
consentimiento, la ausencia de una voluntad de evitación, entre otros, por los cuales se deducía la
decisión por la posible lesión de bienes jurídicos; o b) rechazar simplemente toda exigencia de
voluntad por no poder explicar los supuestos de dolo indirecto y en su realización eventual (ver
tipos de dolo). - Al elemento cognitivo (conocimiento) por no poder explicar las diferencias entre
los hechos dolosos y los culposos.
∙ Aparecen tendencias “normativizadoras u objetivadoras” del dolo que llegan a definirlo
suprimiendo estas dos exigencias (conocimiento y voluntad), realizando juicios objetivos sobre el
riesgo creado y concluyendo, a partir de ellos, si la conducta es dolosa o culposa.
∙ La tendencia mayoritaria hoy, si bien vienen avanzando fuertemente las ideas normativizadoras,
es que el dolo está conformado solo por conocimiento del riesgo jurídicamente desaprobado (tipo
objetivo). Pero esto nos trae dos inconvenientes: 1) esta conceptualización no puede resolver,
adecuadamente, aquellos supuestos en los que el autor evitó adquirirlo, como ocurre en los casos
de ignorancia deliberada, ceguera ante los hechos o willful blindness (ej., el testaferro profesional o
aquel que se presta a trasladar mercancía de dudosa legitimidad, presumiblemente narcóticos); y
2) ni tampoco resuelve qué tipo de contenido intelectual (conocimiento) sería exigible, variando
entre: a) el conocimiento reconocido en un tercero ideal, una medida media –el estándar fijado por
el conocimiento del lego o el profano–, b) el saber que efectivamente poseía el sujeto en el caso
concreto, con independencia de lo alejado que estuviera de las evidencias y que sería esperable
que el agente poseyera; c) y posturas intermedias que apelan a distinguir entre las conductas
realizadas para desprender su calidad dolosa o rechazarla.
∙ CLASIFICACIÓN DEL DOLO. El dolo puede clasificarse en:
a) DOLO DIRECTO: cuando el autor manifiesta en su máxima intensidad los elementos volitivo y
cognitivo –ej., el autor decide utilizar su vehículo para impactarlo sobre el cuerpo de la víctima,
dándole muerte–; el autor dirige su voluntad incondicionalmente a lograr un resultado que
considerar consecuencia necesaria de su acción.
b) DOLO INDIRECTO o de consecuencias necesarias, el autor planifica un hecho principal -respecto
del cual tiene dolo directo-, sin embargo dicho plan requerirá de la producción de resultados
lesivos accesorios, que el autor conoce pero no tiene mayor voluntad de producir: los asume como
parte de su iter críminis – ej., el autor decide utilizar su vehículo para impactarlo sobre el cuerpo de
la víctima, dándole muerte, pero dado que el sujeto pasivo caminaba con su guardaespaldas, este
también fallece de los elementos del tipo objetivo como consecuencia del impacto–;
Se presenta cuando para obtener una determina finalidad el autor utiliza medios que sabe
producirá fatalmente otro resultado colateral. Ambos tiene similar intención volitiva, por lo tanto la
punibilidad es análoga, ya que le autor obra de sin ninguna factor inhibitorio.
c) DOLO EVENTUAL, en el cual hay un déficit tanto volitivo como cognitivo, manteniendo el autor
pese a ello su conducta generadora de riesgo prohibido –ej. el autor decide usar su vehículo a alta
velocidad, por fuera de lo permitido, en una zona y hora de alto tránsito peatonal asumiendo la
posibilidad de producción del resultado lesivo–.
La única diferencia es que el resultado no es producción necesaria, hay dolo eventual cuando el
autor dirige incondicionalmente su voluntad a alcanzar un resultado que considera consecuencia
posible de su acción (el que vende un cuadro asegurando que es original teniendo dudas de su
originalidad).
Lo eventual es la producción de resultado, el autor de dolo eventual quiere el resultado posible. Las
circunstancias de quien actúan con dolo eventual (forma mas leve de dolo), es que quiere el
resultado posible, lo que permite distinguirlo de la denominada culpa consciente (forma mas grave
de culpa), de delito culposo, en la cual el actor se representa el resultado posible y actúa
esperanzado de que no se producirá.
Si obro creyendo que el resultado no se iba a presentar, obro culpa consciente, si obro con
indiferencia al resultado, habrá obrado de manera dolosa eventual
∙ Los mayores problemas radican en el DOLO EVENTUAL, a) tanto para separarlo de la CULPA CON
REPRESENTACIÓN (forma negligente o imprudente de realización de los tipos penales, que debe
estar expresamente prevista en la norma y requiere del conocimiento del autor con relación a la
producción de un riesgo no permitido, al igual que en el dolo eventual), b) como para justificar su
aplicación en los delitos dolosos en general (por ello el proyecto de CP del 2014 rechazó la
legitimidad de su aplicación al definir al dolo como “voluntad directa”).
∙ MOMENTO DEL DOLO: este elemento subjetivo debe estar presente al momento de tentar el
delito y consumarlo. No basta con que exista antes o después de ello.
∙ ELEMENTOS SUBJETIVOS DISTINTOS DEL DOLO: son aquellos que se exigen en los tipos penales
por fuera del dolo, adicionalmente al dolo. Como el “animo” (aquella emoción que trasluce la
conducta) o las “ultrafinalidades” (aquellos motivos posteriores o anteriores al delito que lo
explican). Nosotros los introducimos en la tipicidad subjetiva. Algunos autores trasladan los
elementos subjetivos vinculados a la motivación hacia la CULPABILIDAD debido a que asocian a
tales elementos con el mayor o menor reproche.
-Todo tipo penal supone la realización de un comportamiento socialmente inadecuado, un
comportamiento con cierto disvalor en la acción. Para imputar un comportamiento al tipo objetivo
debe crearse, con la conducta, un riesgo jurídicamente no tolerado, y dicho riesgo debe realizarse
en el resultado típico. Para determinar si esto último ocurre, es necesario analizar cuál es el fin de
protección de la norma que delimita el riesgo permitido del que no lo es. Además, deben
presentarse los demás requisitos exigidos por el propio tipo penal.
Para que haya un tipo penal no es suficiente con que se compruebe la presencia del tipo objetivo,
sino que debe haber, también, un tipo subjetivo. Esto quiere decir que el disvalor del acontecer
tiene que ser compatible con el disvalor de la intención. El autor debe conocer que está creando un
riesgo desaprobado y que ese riesgo se está realizando en el resultado.
Toda descripción de la conducta típica en un tipo supone que el autor conoce lo que está haciendo.
A esto último se lo conoce con el nombre de “dolo” que se basa en conocer el tipo objetivo, es
decir, conocer que la conducta que se realiza está comprendida dentro del tipo objetivo. El dolo
es una decisión consciente en favor del tipo objetivo que exige el
conocimiento del mismo y el querer realizarlo. Se entiende, a su vez, que la noción de
querer lo que uno hace está comprendida dentro de la idea misma de conocimiento. Por ende, una
acción será dolosa cuando es realizada por el sujeto con conocimiento (cuando el sujeto
sabe lo que hace). El dolo es una decisión activa en favor de realizar el tipo objetivo y dicha
decisión debe estar presente al momento de cometer el hecho.
En el tipo subjetivo del dolo hay congruencia y la misma está dada por el hecho de que cuando
el tipo objetivo describe, el tipo subjetivo acompaña. Es decir, cuando el sujeto actúa
conociendo lo que hace, hay congruencia entre lo que hace y lo que desea o quiere hacer. En el
dolo, no se tiene en cuenta la ultraintención, no es necesaria una consciencia acabada de la
ilicitud en el comportamiento. El sólo saber lo que se hace convalida la presencia del dolo.
Con respecto al tipo subjetivo hay dos tipos de errores, uno de los cuales excluye el dolo:
● Error de tipo: radica en el error sobre la esencia de la acción que se lleva a cabo. Es decir,
no se conoce el verdadero alcance del tipo objetivo. Es un error sobre las circunstancias
fácticas que sirven de supuesto de hecho del tipo penal. Dicho error es el que excluye el
dolo. (Ej.: se dispara sobre un objeto pero resulta que es una persona; llevar valija con droga
pero sin saber que la droga esta ahí).
● Error de prohibición: radica en el error sobre el carácter prohibido del
comportamiento. Es decir, el sujeto lleva a cabo una acción que está prohibida
pensando que no lo está. Sin embargo, puede suceder que ese actuar doloso no sea
reprochable, lo que se determinará teniendo en cuenta la culpabilidad. (Ej.: un uruguayo
fuma marihuana porque en su país esta permitido, pensando que en Argentina también lo
está).
La doctrina identifica tres formas de dolo o tres formas de tomar una decisión consciente en favor
del tipo objetivo:
1. Dolo directo o dolo directo de primer grado 🡪 es lo que se suele llamar
intención, quien actúa con la intención de algo. En este caso, el sujeto conoce la acción
que está llevando a cabo y la quiere de forma directa. En este tipo de dolo, la
posibilidad de que ocurra el resultado de modo efectivo es más fuerte que en las clases de
dolo.
2. Dolo indirecto o dolo directo de segundo grado 🡪 se conoce el alcance del
comportamiento y además, se conoce que dicho alcance trae aparejada una
consecuencia necesaria, aun cuando esa no sea la intención del autor. En este caso,
hay certeza.

3. Dolo eventual 🡪 implica conocer la posibilidad de que un resultado concreto se


produzca y aun así, avanzar con su comportamiento. De esta manera, al continuar con
la acción, se aprueba la posibilidad de que se dé el resultado. Por ende, el conocimiento con
el que se actúa tiene el alcance hacia ese resultado como posible. El resultado del que se
habla en este tipo de dolo es posible pero no seguro.

Dolo eventual y culpa con representación 🡪 en la culpa con representación, el autor se


presenta la posibilidad de que se materialice determinado resultado, pero confía en que
el mismo no se materializará. Esta es la forma más fuerte de imprudencia.
Lo que sucede es que, a veces, la forma más débil de dolo (dolo eventual) se encuentra muy
cerca del tipo más fuerte de imprudencia. Por ende, es necesario delimitar dichas
cuestiones con el objetivo de que no se tome por imprudente un comportamiento doloso, y
viceversa.
Para diferenciar ambos tipos, se debe aclarar que en la imprudencia no se conoce la
posibilidad debido a que se confía en la no ocurrencia del resultado, aun cuando la
confianza sea irrazonable, se confía en que con las propias habilidades se podrá evitar el
resultado. Por ende, en la imprudencia solo hay conocibilidad; la representación del hecho
es casi hipotética. En este caso, se castiga el deber de ajustar el comportamiento al
comportamiento adecuado, o se castiga lo conocible: aquello que no se conoce y es posible
conocer, pero no se hace lo que se debe hacer para conocer el verdadero alcance del
comportamiento.
En cambio, en el dolo se habla de conocimiento: la representación del hecho es real. El
disvalor del comportamiento doloso, aun con dolo eventual, es mucho más grave que el
comportamiento imprudente.

Puede afirmarse que el dolo se comprueba a través de datos externos, de esa manera se va objetivando y se
enjuicia la conducta interna.
Nuestro Código Penal no establece la definición de dolo, sino que la toma del artículo 42 del
mismo, que establece que el que con el fin de cometer un delito determinado comienza su
ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad, sufrirá las penas
determinadas en el artículo 44.

Exclusión del tipo subjetivo – error de tipo


ERROR DE TIPO

Concepto: hay error de tipo cuando en el momento del hecho el autor desconoce algunas
circunstancias que pertenecen al tipo objetivo

∙ El dolo no está previsto normativamente. Sin embargo se lo suele inferir de los artículos
34, inc. 1 y 42. El art. 34, inc. 1, se refiere a la “contrapartida” del dolo, a la cara de la otra
moneda, cuando dice: Art. 34, “No son punibles” Inc. 1, “El que no haya podido en el
momento del hecho […] por error o ignorancia de hecho no imputables comprender la
criminalidad del acto o dirigir sus acciones.”

Decimos “contrapartida del dolo” porque el dolo requiere conocer lo que se hizo, ergo si no
se conoce lo que se hace no puede haber dolo, sino que habrá ERROR.

∙ El ERROR DE TIPO es un problema de conocimiento de alguno de los elementos del tipo


objetivo, configurándose:

- Por el conocimiento equivocado, error propiamente dicho.


- Por la ausencia de tal conocimiento, esto es ignorancia.

Si una persona ha realizado la conducta típica, hay dos posibilidades:


a) Dolo, si ha (1) conocido y (2) querido realizarlo.
b) Error de tipo, cuando ha desconocido lo que hacía.
Quien no sabe lo que hace, no quiere y por consiguiente el error de tipo es el aspecto
negativo intelectual cognitivo. Solo en la medida en que el sujeto haya obrado con una fiel
representación de los elementos que los componen se puede afirmar que existen voluntad
de realizar. El autor que desconoce (ignorancia) o actúa con una falsa representación
(error) queda eliminado el conocimiento, y consiguientemente el dolo.

∙ Como el error de tipo recae sobre el conocimiento de los elementos del tipo objetivo,
podrá producirse sobre cualquiera de ellos: - los criterios de imputación objetiva (p. ej., no
conociendo que se estaba creando un riesgo jurídicamente desaprobado –el velocímetro
no funcionaba y creía estar dentro de la velocidad permitida–), - sobre los elementos
descriptivos (el cazador cree disparar sobre un animal cuando en realidad era un hombre
disfrazado de oso), - sobre los elementos normativos (sean normativos propiamente
dichos o de aquellos que requieran de una valoración cultural) - sobre las circunstancias
calificantes (sabe que mata a otro –art. 79–, no sabía que se trataba de su padre –art. 80,
inc. 1–) - sobre la falsa creencia de una circunstancia calificante por atenuación (sabe que
rapta –art. 130–, pero cree que cuenta con el consentimiento de la víctima). - sobre el
verbo típico (cree estar endulzando el café que servirá a otro, cuando en realidad está
envenenando la bebida ello pues alguien sustituyó el azúcar por un elemento tóxico)

∙ SOBRE QUÉ ELEMENTOS PUEDE RECAER EL ERROR: sobre los elementos que
conforman al tipo objetivo. Ello significa que el error relevante –para negar el dolo– será
aquel ESENCIAL. Si el error recae sobre un elemento que no pertenece al TO, se tratará de
un error ACCIDENTAL, que no negará el dolo. Por ejemplo, el TO del art. 79 refiere al que
matare a otro. Dado un error en el autor sobre el nombre de la víctima, pero conociendo
que se trataba de un ser humano, tal error será irrelevante (por lo general, cuando se trate
de errores sobre personas o cosas que guarden una equivalencia, los errores serán
accidentales. Cuando no haya tal equivalencia, se tratarán de errores esenciales: el
ejemplo de tomar una cartera ajena, creyéndola como propia, completa el TO pero
descarta el TS por error de tipo; en cambio tomar una cartera ajena, creyéndola propiedad
de A, cuando en realidad era propiedad de B, opera como error meramente accidental,
estando completo tanto el TO como el TS).

∙ CLASIFICACIÓN DEL ERROR. Los errores pueden ser VENCIBLES o INVENCIBLES y esa
calidad está vinculada a las posibilidades de resolver los problemas de conocimiento que
tenía el autor. El debate doctrinario existe en relación a cómo evaluar dichas posibilidades
de resolver los problemas de conocimiento, al igual que en el dolo, oscilando entre a) la
apelación a parámetros objetivos, partiendo desde un estándar de conocimiento –el
hombre medio– o b) deduciendo en concreto las reales posibilidades de conocimiento del
autor y de resolución de sus problemas cognitivos. La relevancia de este punto reside en
los muy distintos efectos jurídicos que tiene concluir por la vencibilidad o invencibilidad
del error.

∙ EFECTOS DEL ERROR DE TIPO: el error de tipo es aquel que recae sobre un elemento
esencial del TO y tiene como efecto excluir al dolo. Dado un error de tipo sobre un
elemento esencia, no es posible afirmar la existencia de dolo. Si tal error fuera
INVENCIBLE, se excluye, además, toda posibilidad de imputación culposa. Si tal error fuera
VENCIBLE, se excluye el dolo pero resulta posible imputar la conducta a título culposo si
fuera que tal delito estuviera previsto en su forma culposa. Ej: el cazador da muerte a lo
que creía que era un oso: dada esta situación, no resulta posible imputar un homicidio
doloso. Sin embargo del análisis del caso se concluye que el autor tenía un error vencible.
Aquí, ya descartado el dolo, solo será posible imputarlo penalmente si existiera la forma
culposa de homicidio, lo que efectivamente ocurre en nuestro sistema –art. 84–. Si ello no
ocurriera, el análisis se detendría allí.

Efectos: el efectos es excluir el dolo. Las consecuencias jurídicas varían según el error
haya sido o no vencible

∙ ¿Y la duda del autor? podrá debatirse si corresponde o no equipararla a un error, pero


ciertamente se refiere a un problema de conocimiento, por tanto se erigirá en un error
VENCIBLE.

∙ CASOS ESPECIALES DE ERROR.


- ABERRARIO ICTUS: cuando existe una desviación del nexo causal con la siguiente
modalidad. (A con dolo de homicidio dispara a contra B, matando a C que estaba a su
lado), la doctrina sostiene que en este caso, el resultado al que la acción estaba dirigido no
se produjo, no puede imputarse al autor un homicidio, en concurso ideal con homicidio
culposo. No se produjo el resultado querido, sino otro igual por causalidad

Se trata de casos en los que se produce un desvío entre el plan del autor y el riesgo
efectivamente realizado, pudiendo tratarse:
1) de desvíos irrelevantes, como en el comentado caso del error sobre la identidad de la
víctima (salvo que se tratara de un agravante),
2) desvíos relevantes, v. gr. A desea matar a B, pero la bala rebotó y dio, por ello, contra C.
Este último supuesto podría resolverse de tres formas:
a) la doctrina mayoritaria nos dice que A debe responder por la tentativa de homicidio de B
y el homicidio culposo de C;
b) según las teorías causales, A debe responder por el homicidio doloso de C;
c) si la conducta de A creaba un riesgo probable de producción de la muerte de C,
entonces debe responder por su homicidio doloso –Jakobs. –

CONSUMACIÓN ANTICIPADA: el plan del autor conduce a la producción de una serie de


riesgos hasta llegar a la consumación, pero el BJ se termina afectando antes del último de
los actos del sujeto activo (ej., tapa su boca mientras apuñala a la víctima para darle
muerte, más el sujeto pasivo fallece como consecuencia de la asfixia). Aquí: a) la doctrina
mayoritaria entiende que el error no es esencial y por tanto tiene por satisfecho al dolo de
homicidio; b) Jakobs entiende que el autor, por el contrario, realiza un riesgo que no le es
conocido.

- CONSUMACIÓN POSTERGADA O DOLUS GENERALIS: aquí el autor creer haber


consumado el delito pero en realidad ello no ha ocurrido, consumándose luego por una
nueva acción que realiza el sujeto activo (A golpea la cabeza de B, creyéndolo muerto,
arrojándolo luego a un arroyo para lograr su impunidad, más B termina muriendo
ahogado). Aquí: 1) las ideas llamadas “dolus generalis” responden que habría un único
hecho doloso, 2) si se afirma que el error es esencial –creía estar arrojando al arroyo a un
cadáver, no a un hombre vivo aún–, se debe resolver la cuestión como un concurso entre
una tentativa de homicidio doloso más un homicidio imprudente. –
-IGNORANCIA DELIBERADA O CEGUERA ANTE LOS HECHOS: el autor tiene una sospecha
de que su conducta podría encajar en un delito, por estar colaborando en la conducta
delictiva de otros (el testaferro o el transportista de lo que sospecha son estupefacientes,
que siguen adelante generalmente por las ventajas económicas que ofrece la actuación),
pero precisamente por ello elije no conocer el verdadero alcance de lo que está realizando.
Aquí: 1) si el conocimiento es parte del TS, las conductas no podrían ser dolosas; 2) dada
la sospecha, algunos autores justifican la sanción por DOLO EVENTUAL –si tiene intención
de ignorar es porque, en realidad, se sabe lo que se ignora –Bacigalupo–; 3) al no definirse
el dolo, como ocurre en nuestro medio, podrían estas conductas ser calificadas como
dolosas –RAGUÉS I VALLÉS.

Hay ciertos delitos que exigen algo más aparte del conocimiento de lo que se hace, exigen
cierto plus de subjetividad. Estos delitos tienen una fundamentación político criminal específica
adoptada por el legislador. Así, se agregan condimentos subjetivos especiales a los cuales la
doctrina denomina elementos subjetivos distintos del dolo. Se exigen dolos específicos de
determinadas figuras. Para que se incurra en estos delitos, debe estar presente dicho elemento
subjetivo.
Se actúa con dolo cuando se conoce que el comportamiento realiza el tipo objetivo.
Por el contrario, no se actúa con dolo cuando no se conoce que el comportamiento
se encuentra incluido en el tipo objetivo. Esto sucede en los casos de error (conocimiento
equivocado) e ignorancia (ausencia de conocimiento), los cuales eliminan el conocimiento de lo
que se hace y el dolo de la conducta.
El artículo 34 del Código Penal establece los que no son punibles (más arriba). Las doctrinas
clásicas interpretaban la idea de error o ignorancia de hecho como error o ignorancia sobre lo
factico o sobre las circunstancias, en contraposición al error de derecho. Solo eliminaba la
punibilidad de la conducta el error de hecho, el error sobre las circunstancias de realización de una
conducta, el error sobre lo factico. Esto era así debido a la idea de que el derecho se reputa
conocido por todos y por ende, un error sobre el mismo no es excusable. Sin embargo, constituye
una ficción sostener que el derecho se presume conocido por todos y además, no está claro lo que
es una cuestión de hecho y lo que es una cuestión de derecho.
El Código Penal, cuando hace referencia a “error o ignorancia de hecho no imputables”, se refiere al
hecho punible, al hecho como análogo de delito, lo cual abarca tanto los aspectos facticos como los
jurídicos. Hay dos formas de incurrir en el error (pág. 33).
Según la ley, no basta con cualquier error sobre la base del hecho punible, sino que ese error debe
ser no imputable. Para que el error no sea imputable no tiene que haber ninguna posibilidad
razonable o exigible para que no se incurra en el error. Por el contrario, será imputable cuando
se puedan realizar comportamientos razonables para “salir” del error. Si se incurre en error de
tipo y este último es superable, el comportamiento será atribuible al autor, pero no a título
de dolo sino a título de imprudencia debido a que no hubo conocimiento respecto de lo
que se hizo, pero había conocibilidad. Es decir, el autor no lo conocía, pero le era conocible.
Por ende, se puede establecer que el error de tipo se clasifica en:
● Vencible: subsiste la conocibilidad debido a que se podrían haber empleado los
medios razonables y suficientes al darse cuenta de la situación para “salir” del
error. Así, de no hacerlo, de no haber empleado los medios razonables y suficientes para
“salir” del error, se actúa con imprudencia y está solo será punible en la medida en que el
acto, como imprudente, esté específicamente prescripto por la ley.
● Invencible: se elimina tanto el dolo como la imprudencia debido a que lo que no es
ni siquiera conocible no puede dar lugar a la imputación. Ambos tipos de error
eliminan el dolo, pero en el primero subsiste la imprudencia.
El criterio para separar ambas clasificaciones consiste en el hecho de haber actuado dentro de los
límites razonables para “salir” del error.

Finalmente, los errores burdos o inconsciencia deliberada no parecen suficientemente


razonables para eliminar el dolo. Este tipo de errores se relacionan con la ceguera ante los errores
o la colocación adrede en situación de ignorancia y se considera que son casos de auténtico dolo.
Se compone de dos momentos:
1) Cuando tendría que conocer ya que se presenta la posibilidad, pero se prefiere no hacerlo.
Es decir, la situación le es conocible, pero finge distracción.
2) Se coloca en esa situación adrede. Este momento se relaciona con la teoría de las acciones
libres en la causa.

Este concepto no está 100% aceptado por la doctrina, ya que se cuestiona la situación del
conocimiento dado que el autor finge no conocerla, pero en realidad si lo hace, lo que lleva a una
flexibilización de la noción del dolo. Por este motivo, el dolo no debería eliminarse.
Hay otras interferencias que pueden presentarse en el curso causal, las cuales resultan
irrelevantes dado que no cualquier desviación del mismo elimina el dolo.
Si dentro de la representación del autor había otra opción de lo que podía pasar, es decir, lo
ocurrido era previsible ya que se representó un riesgo jurídico reprobado, entonces hay dolo. Si
se produce un riesgo determinado y el resultado está dentro del contexto de
dicho riesgo, hay realización, por ende, la desviación del curso causal es
irrelevante y no elimina el dolo.
● Error en la persona o en el objeto 🡪 no hace falta que el curso causal realizado
sea exactamente igual al curso causal representado por el autor.
Ej. empujar a alguien de un puente como broma, pero este se muere. Era previsible = hay
dolo.
● Error de golpe 🡪 el curso causal realizado incluye también el curso causal
representado. No hay un desvío causal relevante debido a que el curso causal realizado se
encontraba dentro de la esfera de lo posible.
Ej. quiere matar a Juan, apunta y dispara, pero justo Pedro, quien estaba al lado de Juan, se
mueve y la bala le pega a él.
La doctrina mayoritaria dice que ese desvió en el curso causal elimina el dolo, porque la
acción era dirigida a matar a un sujeto diferente.

Además del dolo, la otra forma en que se vincula subjetivamente la conducta es la imprudencia.

Parte de la doctrina y jurisprudencia, incluida la local, habla de imprudencia cuando se violan los
deberes y reglamentos a su cargo, lo cual terminaría en un acto doloso.
Roxin, en cambio, dice que es un concepto ambiguo y que por la tanto, es mejor hablar de riesgos
desaprobados. El concepto anterior fue perdiendo fuerza ante esta idea.

Lo que distingue el delito doloso del imprudente es la conocibilidad, situación


análoga del error de tipo vencible, el cual es una manifestación de la
imprudencia.

Bienes jurídicos

La justificación da la idea del derecho penal como protector, tutelador o garantizador de bienes
jurídicos. Estos son aquellos valores, relaciones, objetos, instituciones, cosas que son importantes
para el funcionamiento de una sociedad, como por ejemplo la propiedad privada.

Los bienes jurídicos están en el mundo de la relación, lo que hace la ley es


reconocerlos y asignarles valor. Habrá bienes jurídicos que tienen un valor
más importante y otros uno menor.

Dentro del bien jurídico, habrá situaciones o formas de afectación graves y formas menos graves,
por eso el derecho penal es fragmentario, protege bienes jurídicos, pero no los protege
completamente, es decir, protege la propiedad, pero no interviene el derecho penal frente a toda
forma de violación a la propiedad o frente a toda forma de menoscabo, sino frente a determinadas
circunstancias.

o La ley reconoce los bienes jurídicos que están en el mundo ¿y cómo los reconoce?
Los reconoce a partir de valoraciones que hace, cada sociedad le va a asignar determinado
valor a determinado bien, es decir sí, hay bienes que son universales como la vida, la libertad,
propiedad, pero según la sociedad de que se trata le asignara más o menos valor.

o ¿Dónde se reconocen?
En la Constitución Nacional, porque esta es la carta de presentación política de una sociedad, si
se quiere ver en un país determinado cuáles son y qué clase de valores se reconocen en una
sociedad, basta con leerla.

A partir de esas valoraciones que tiene una sociedad, se establecen los bienes jurídicos y se
establecen las leyes que de alguna forma hacen operativos los derechos establecidos en la
Constitución. Por eso se castiga el homicidio, los delitos de estafas, robos, hurtos, las privaciones
ilegítimas de la libertad, por eso de alguna forma, el Código Penal recoge en su articulado, las
formas gravosas de afectación de determinados bienes jurídicos.
Roxin dice al respecto que el concepto material de delito se deriva del cometido del
Derecho Penal, entendido como “protección subsidiaria de bienes jurídicos”. Y tras un
análisis, dice que estos “son circunstancias dadas o finalidades que son útiles para el individuo y su
libre desarrollo en el marco de un sistema social global estructurado sobre la base de esa
concepción de los fines o para el funcionamiento de su propio sistema”. Además, aclara que este
concepto no es estático, sino que está abierto al cambio social.

Hay que distinguir el bien jurídico del concreto objeto de la acción. En un hurto
seria así, la propiedad y posesión de una cosa -bien jurídico protegido-, esa cosa ajena sustraída
-objeto de la acción-.

Entonces, bien jurídico será el bien ideal que se incorpora en el concreto objeto de ataque; y es
lesionable solo dañando los respectivos objetos individuales de la acción.

● Bien jurídico individual 🡪 la noción fue concebida en torno a este concepto, la relación
entre bien y persona.
● Bien jurídico colectivo 🡪 aparecieron a medida que las sociedades iban teniendo
variantes más complejas, cuando los bienes jurídicos ya no se agotaban en la persona, sino
que estaban vinculados a un grupo.
· Bien jurídico supraindividual 🡪 bienes colectivos que, si bien se vinculan a un
grupo, redundan en bienes jurídicos individuales

Principio de culpabilidad
La noción de culpabilidad está siempre asociada a la pena, es un medio de limitación a la misma.
Esa es la forma en la que opera este principio, si se puede motivar adecuadamente en la
norma se puede imponer una pena.

La idea de culpabilidad se vincula con la idea de cuál es la razón por la cual se castiga a una
persona. De esta se deriva que el Derecho Penal no solo castiga por los resultados o por lo externo
de la conducta, sino también por una parte interna, es decir, que para que todo acto sea
legítimamente merecedor de una pena exige no solo un comportamiento externo, sino un nexo
subjetivo entre el autor y el comportamiento que realiza.

La pena tampoco puede sobrepasar en su duración la medida de la culpabilidad, aunque intereses


de tratamiento, de seguridad o de intimidación revelen como deseable una detención más
prolongada. La intervención coercitiva estatal se quiebra en un caso así ante el interés de libertad
del procesado, que debe someterse a las exigencias del Estado, pero no al arbitrio de éste, sino
sólo en el marco de la culpabilidad del sujeto. El principio de culpabilidad tiene, pues, una función
liberal absolutamente independiente de toda retribución -Roxin-.

Por lo menos subjetivamente el hecho tiene que estar ligado al autor por una imprudencia, en
algunos casos se exige más, como el dolo. Siempre en todo delito tiene que estar ese nexo.
Esto tiene las siguientes consecuencias:
● No se puede castigar a una persona por el solo resultado.
● No se puede castigar a una persona por sus condiciones.

La noción de principio de culpabilidad nos lleva a sostener que solo puede


imponerse una pena a aquella persona que haya tenido una posibilidad real
de actuar de otra forma, ya sea porque se motivó adecuadamente en la norma
o porque pudo comprender el alcance normativo de esta.
¿Cómo una pena tiene que ser racional para estar vinculada al principio de culpabilidad?

Tiene que estar motivada adecuadamente, por eso un loco o un niño, por ejemplo, como no se
pueden motivar adecuadamente, no se les puede imponer pena.
Por eso se recurren a las medidas de seguridad. La medida de seguridad no es una pena, ni un
castigo, se va a fundamentar exclusivamente para el caso y va a durar en la medida que subsista la
situación peligrosa, por más que la persona sometida a una medida de seguridad haya sido
originalmente acusada de un robo con armas, si se demuestra que sigue siendo peligrosa va a
corresponderle la medida de seguridad mientras dure la situación de peligro, pero no está sujeta a
la proporcionalidad propia de la pena, sino que está sujeta a la razonabilidad. Esta razonabilidad de
la medida de seguridad la determina la necesidad de asegurar a la persona. Dan respuestas a
problemas de política criminal que la pena no puede resolver, destinada a procurar una prevención
social ante un estado peligroso.

Muchas veces se aplican bajo un sistema penitenciario o se desdibujan y se trastocan en una pena,
hay un problema de traspaso antijurídico de las fronteras y una medida de seguridad que no tiene
naturaleza penal se transforma en una pena.

Principio de legalidad formal


Para empezar, la única fuente del Derecho Penal es la ley en sentido formal, es decir,
solamente el Congreso Nacional puede establecer conductas como delitos a las que le lleguen
determinadas penas. Desde el punto de vista formal la única fuente de producción del derecho
penal es la ley.

Esto surge, en primer lugar, del art. 75 inc. 12 de la Constitución Nacional que establece que es
facultad exclusiva del Congreso dictar el Código Civil, Penal, de Minería, de Comercio, etc.
Entonces, la propia Constitución pone en cabeza de uno de los departamentos del Estado la
potestad exclusiva de dictar leyes en materia penal.

Además, el art. 18 de la Constitución también plasma el principio de legalidad en sentido formal:

Artículo 18. –
Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del
hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de
orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos.
El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan
abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las
cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en
ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija,
hará responsable al juez que la autorice.

La ley penal debe tener ciertas características y el principio de legalidad tiene que tener cierta
precisión:
● Precisar cuál es la conducta punible, de manera clara y precisa, lo más
circunstanciada posible para que la gente sepa que si incurre en ese comportamiento, le
corresponde una pena. Entonces, para que una ley respete el principio de legalidad en su
faceta formal, no solamente tiene que emanar del Congreso, sino que tiene que tener una
doble precisión. La primera es esta, la determinación precisa sobre el comportamiento
conminado con pena.

● No solo tiene que mencionar el precepto, sino que debe determinar cuál es la pena
que le corresponderá a una persona si incurre en ese precepto, si realiza lo que se llama el
tipo penal.

Entonces, cuando dice “el que matare a otro será castigado con pena de 8 a 25 años”, se describe la
conducta y se precisa cual es la pena.

Toda ley penal, para que se ajuste a los postulados básicos de la Constitución Nacional, debe tener esta doble
precisión.

En materia de lo que es la interpretación de la ley penal, el intérprete tiene que seguir ciertas
exigencias. La Corte tiene dicho que las exigencias planteadas para la interpretación de cualquier
ley general no alcanzan a la hora de interpretar la ley penal. Estas deben tenerse en cuenta, pero a
la hora de interpretar la misma, además, hay que tener en cuenta:
● Semántica 🡪 que la interpretación que se haga de los términos y de los postulados
establecidos en la ley, sean del modo tal que respeten la idea de legalidad y la máxima
taxatividad de los términos, es decir, que la interpretación de la ley tiene que ser precisa
y acorde con la semántica del texto. No se pueden hacer interpretaciones amplias, vagas
o difusas, sino que tienen que hacerse interpretaciones restrictivas de modo tal que se
acorde mayor preponderancia a la libertad.
Significa que, si una palabra puede dar lugar a distintas interpretaciones, esta se tiene que
hacer lo más exigente y preciso posible a la hora de determinar la ley penal de modo tal que
se respete el principio de legalidad, en consonancia con los postulados de mayor libertad.

● Restrictiva 🡪 si hay una duda en cuanto a si la ley penal prevé o no una determinada
conducta por una cuestión de falta de precisión, una interpretación adecuada tiene que ser
esta. Al no ser del todo concreta o precisa la prohibición, se tiene que interpretar en
el sentido de esa palabra que este en duda, no está abarcada por la ley penal.

El principio de legalidad, en su postulado del art. 18 establece que “nadie puede ser penado sino
en virtud de sentencia fundada en ley anterior al hecho del proceso”. De esta expresión
constitucional se derivan cuatro consecuencias principales, la ley debe ser previa, escrita,
estricta y cierta. No hay delito sin estos cuatro preceptos.
El principio de legalidad linda a la ley penal de este tipo de consecuencias para evitar que se
castiguen comportamientos no abarcados por ella. Tiene que pasar el tamiz de estas cuatro
consecuencias.
De alguna forma vemos que muchas veces estos postulados están sometidos a tensión tal que
pone en crisis la vigencia de estos.

De esto se deriva que hoy el Derecho Penal está padeciendo cierta crisis, en el sentido de
cambio de paradigma y que los postulados clásicos que eran asumidos como una verdad cierta
están siendo cuestionados y revisados.

Se fueron reformulando los criterios de imputación para lograr dotar al Derecho Penal de
herramientas más eficaces. Esta es la crisis, la reformulación del Derecho Penal que estudiaron los
clásicos.

La idea de principio de legalidad no está exenta de esta crisis y de cómo ciertos


conceptos que eran básicos e indiscutibles en un derecho penal de la ilustración,
hoy en día se están cuestionando y reinterpretando.

Este caso generó polémica desde el punto de vista de la vigencia del principio de legalidad y de la
noción de ley formal previa y escrita como fuente principal del derecho.

Esta idea de crisis del Derecho Penal hay que tomarla con mucho recaudo. En definitiva, esta idea
de crisis del principio de legalidad se presenta en casos concretos y hoy en día rige así. El art. 18
rige de forma taxativa y absoluta para crímenes o delitos domésticos y en el ámbito de la
comunidad local, en cambio, rige la costumbre internacional y los principios generales del
ius cogens internacional para delitos contra la humanidad.

A quien piensa de esta forma, le cuesta asumir la idea de que el principio de legalidad se flexibiliza
o que el derecho penal está en crisis y dicen que lo que pasa es que, lo que pasa es que el principio
de legalidad propio del derecho internacional tiene una fundamentación autónoma distinta a la del
principio de legalidad del art. 18, que rige para el orden local.

nullum crimen sine lege, en el


Así, como para el Derecho Penal Local se habla de
Derecho Internacional se habla de nullum crimen sine iure.

De esta forma se salva la idea de la exigencia de la ley escrita, porque el derecho que le da
fundamento al principio de legalidad internacional es el nullum crimen sine iure, el derecho
consuetudinario pacifico asumido por toda la comunidad internacional.

El requisito de ley estricta y escrita se fundamenta en la costumbre internacional pacifica


asumida por los Estados y en los Tratados Internacionales, con la modalidad propia de
estos. Por eso también es que la idea de lex certa se justifica con la idea de que como son los
delitos más aberrantes que acepta la humanidad, no hace falta escribir una penal, porque la pena
es la pena más grave, la perpetua.

Con estos argumentos se busca darle mayor legitimidad a la costumbre internacional como fuente
del Derecho Penal, de los Derechos Humanos o del Derecho Penal Internacional, mientras que, por
otro lado, se sostiene que lo que hay es una verdadera crisis del principio de legalidad.
Esta crisis no solamente pasa con esta faceta del principio de legalidad. Cuando decimos que la ley
tiene que ser estricta, también se presentan algunos problemas.

Existe lo que se llama ley penal en blanco. En esta ley lo que está claro es la sanción, pero no está
claro el precepto ya que remiten a otras normas. En estas leyes el hecho conminado no está claro y
esto también produce una crisis al principio de legalidad, en tanto la ley penal tiene que ser
estricta.
¿Cómo se resuelve esto?
Uno para saber cuál es la conducta expresamente prohibida tiene que ir a las leyes o medidas
nombradas y fijarse lo que dicen para ajustar su conducta de acuerdo a ellas.

Hay consenso, sobre todo a partir de interpretaciones de la Corte, que para que una ley penal sea
válida por lo menos el núcleo de la ilicitud tiene que estar determinado por el Congreso, entonces
la norma básica es la que determina cuando es válida la ley.

Mientras el núcleo de la ilicitud se sostenga y siga vigente, la ley penal va a


ser asumida. Bajo ningún aspecto se permite que sea el poder administrador
el que directamente establezca el núcleo de la ilicitud.

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