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REFLEXIONES SOBRE LA REALIDAD POLÍTICA

En el presente ensayo se abordará el tema de la relación entre la familia y la polis,


reconociendo su importancia en el desarrollo del ser humano y de la sociedad.
Adicionalmente, se explorarán diferentes perspectivas del liberalismo clásico sobre la
naturaleza social del ser humano, así como la importancia del reconocimiento y la
relación entre subjetividad humana, alteridad y la mismidad, además del amor en la
construcción de la identidad individual y las interacciones sociales. Por último, se
discutirá la esencia de lo político, entendiendo que va más allá del gobierno, como el
lenguaje que se maneja, la amistad que se posee y los desafío que surgen en el
dialogo, teniendo todo esto en cuenta para la búsqueda del bien común en la
sociedad.
En primer lugar, se hablará de la familia y su inclusión en la polis debido a que son
importantes para el desarrollo de una sociedad ya que ambas mantienen una conexión
bidireccional y desempeñan roles esenciales en el ser humano.
Teniendo en cuenta que el hombre es un ser social por naturaleza debido a que tiene
la necesidad de interactuar, comunicarse y relacionarse con los demás, lo cual es
fundamental para el desarrollo y progreso de la sociedad. Mientras que la familia es la
unidad básica de la sociedad y que cumple un papel fundamental en la formación de
los individuos, además es el primer entorno en el que las personas aprenden valores y
a su vez, nutre a la polis con ciudadanos responsables y comprometidos, capaces de
contribuir al bienestar común. La polis se basa principalmente en la convivencia y
participación de los individuos que tiene como objetivo principal promover el bien
común, es decir, el beneficio y el desarrollo de la sociedad en su conjunto, lo cual
implica la búsqueda del bienestar social y además crea las condiciones necesarias
para que la familia florezca.
Es decir, la familia proporciona el apoyo necesario para el crecimiento y el bienestar de
sus miembros y a medida que los individuos crecen, también se integran en la polis
debido que los seres humanos son intrínsecamente seres sociales y no pueden vivir
aislados, esto representa el contexto más amplio de la sociedad en la que viven, lo
cual cumple con la dimensión social de la existencia humana, es decir, los seres
humanos pueden vivir una buena vida y alcanzar su verdadero potencial (convertirse
en dueños de sus propias vidas) mediante la interdependencia y la confianza mutua
con los demás, más allá de su familia inmediata así alcanzando la plenitud.
Conforme al pensamiento del liberalismo clásico, el hombre es un ser social por
naturaleza debido a su capacidad innata de interactuar y cooperar con otros
individuos, además enfatiza la importancia de la sociedad y la libre asociación como
medios para la lograr el bienestar individual y colectivo, teniendo en cuenta que son
esenciales para la vida en sociedad. Asimismo, se considera que el ser humano es
inherentemente social debido a su necesidad de pertenecer a un grupo y de
interactuar con otros individuos teniendo en cuenta que buscan un objetivo común,
estos elementos que son transmitidos a través de la interacción con los demás
miembros de la sociedad, ya sea en el seno familiar, en la educación o en otras
instituciones permite adquirir las habilidades necesarias para funcionar en sociedad y
nos proporciona un sentido de identidad y pertenencia.
Sin embargo, la sociedad no es lo único que explica que el ser humano sea un ser
social ya que antes de aquello existe sociedades primarias a la que ya ellos fueron
insertados de manera que ninguno eligió por libertad propia, los cuales son la familia y
la polis teniendo en cuenta que desde el momento del nacimiento el individuo depende
completamente de otros para su supervivencia debido a que la familia proporciona un
entorno seguro y afectivo en el cual los individuos pueden desarrollar su identidad.
Además, que es la principal responsable de la reproducción y la continuidad
generacional, asegurando así la supervivencia y perpetuación de la sociedad de
manera nativa, natural y no electiva o artificial. Por parte de la polis los ciudadanos se
consideran parte de una sociedad más amplia y asumían un sentido de pertenencia y
responsabilidad hacia ella, tanto la familia como la polis permiten a los seres humanos
desarrollar su capacidad para interactuar y relacionarse en sociedad, debido a que la
familia satisface las necesidades afectivas y emocionales básicas, mientras que la
polis proporciona un marco más amplio para la participación ciudadana y la
construcción de una identidad colectiva.
En base a la tesis del liberalismo se poseen varios puntos de vista como el de Thomas
Hobbes, quién tenía una visión pesimista de la naturaleza humana y creía que los
seres humanos eran inherentemente egoístas y agresivos. Según esta perspectiva, el
estado natural de la humanidad es un estado de guerra y conflicto constante, donde
cada individuo busca su propio interés sin consideración por los demás. En este
sentido, Hobbes creía en la necesidad de un gobierno fuerte y autoritario era necesario
para evitar el caos y la destrucción mutua, según su obra “Leviatan”, él propuso un
contrato social en el que los individuos renunciarían a ciertas libertades a cambio de la
protección y la estabilidad proporcionadas por un soberano absoluto que es el Estado,
teniendo en cuenta que estos individuos hacen el uso de su libertad limitada
persiguiendo su propio interés, de manera que no afecten a los demás con las
acciones o decisiones que realiza cada individuo.
Asimismo, la idea aristotélica señalaba que la libertad no radicaba en la independencia
individual, sino en la capacidad de influir en el Estado, es decir, lo consideraba como
un elemento esencial para el buen funcionamiento de una sociedad y sostenía que la
libertad política se encontraba en el marco de una polis, asimismo, creía que la libertad
no debía entenderse como la ausencia de restricciones. De manera que estas dos
posturas reconocen la necesidad de imponer límites a la libertas teniendo en cuenta
que las personas lo poseen de forma inherente.
En base a Rousseau, quien es conocido por su obra “El contrato social”, plantea la
idea de que la verdadera libertad reside en la plena voluntad general a la sociedad
haciendo que el ciudadano renuncie a su libertad natural en favor de la voluntad
general, la cual busca generar el bien común que se basa en el consentimiento libre
de los individuos. Entonces, el liberalismo defiende que la libertad implica la ausencia
de coerción y restricciones arbitrarias en las decisiones de los individuos, además que
es absoluta y está sujeta a límites razonables y justificados que hacen que no se
perjudique de cierta manera a otros individuos en base a las acciones que realiza cada
individuo, de igual forma el Estado desempeña un papel importante en la garantía de
estos límites en beneficio a la convivencia en una sociedad.
Por parte de la vocación del hombre a la comunión, uno de los aspectos
fundamentales que define nuestra existencia es nuestra estructura interpersonal, es
decir, los seres humanos han demostrado ser seres sociales por naturaleza como se
observa en líneas anteriores. Según Aristóteles los seres humanos están destinados a
vivir en comunidad, además, consideraba que los individuos no pueden alcanzar su
pleno potencial como seres humanos aislados, sino que necesitaban interactuar y
relacionarse con otros para desarrollar todas sus capacidades y virtudes, incluso creía
que las relaciones interpersonales eran fundamentales para alcanzar la felicidad y la
plenitud.
En base a esto, la subjetividad humana se refiere a como cada individuo se relaciona
con su entorno, entonces decir que la subjetividad humana es intersubjetiva, en otras
palabras, la comprensión de la experiencia subjetiva del yo (percepción que se tiene
de uno mismo) y de la formación como individuos, están influenciadas y configuradas
por las interacciones con los demás seres humanos del entorno que uno pertenece,
debido a que cada individuo tiene una experiencia subjetiva única. La percepción que
se tiene de uno mismo se forma en parte a través de la manera en que los demás nos
ven y nos reflejan, a medida que se interactúa con los demás seres humanos uno
recibe retroalimentación, es decir, un individuo actúa como un espejo social en el que
se ve reflejado.
Por ejemplo, si se imagina a una persona que se ve a sí misma como una persona
amigable, generosa y considerada. Esta imagen de sí misma se basa en su propia
percepción interna, pero también está influenciada por las interacciones y relaciones
con los demás. En este ejemplo, la vivencia de la propia subjetividad como una
persona amigable, generosa y considerada se ve enriquecida por la forma en que los
demás interactúan con ella. Si constantemente recibe retroalimentación positiva de las
personas que le rodean, sobre su amabilidad y generosidad, esto refuerza su imagen
de sí misma como alguien con esas cualidades.
Entonces la comprensión que se tiene de uno mismo se enriquece y se forma a través
de la relación con los demás, lo que refuerza la idea de que la vivencia de la
subjetividad es intersubjetiva en la captación del yo. Esto no significa que la relación
que se mantiene con los demás puede ser perfecta, debido a que a lo largo de la
historia se han presentado conflictos de convivencia como señala Thomas Hobbes
quién creía que el estado natural de la humanidad es un estado de guerra y conflicto
constante, no obstante aquello se ha visto solucionado debido a que la persona tiende
a poseer una buena relación con otros individuos debido a que ciertamente conservar
esa cercanía o relación con los demás es algo espontáneo de la propia naturaleza del
ser humano.
En relación con esto y con en el ejemplo anterior se puede decir que la subjetividad
que maneja el ser humano puede ser de dos dimensiones: interna que se basa en la
experiencia subjetiva individual y en los procesos internos de la conciencia de sí
mismo y de su experiencia interna, y externa que se basa en la interacción y relación
del individuo con su entorno y las influencias externas que afectan su experiencia
subjetiva. Considerando que tanto la subjetividad interna y externa están
intrínsecamente interconectadas y no pueden separarse por completo.
Acerca del reconocimiento, la idea de ir más allá de uno mismo o estar uno más fuera
de sí que dentro se basa en el amor, es decir, la trascendencia en el amor lleva más
allá al individuo y lo conecta con algo más grande y significativo lo cual es importante
ya que el ser humano está hecho para amar y ser amado porque es una parte
fundamental de su naturaleza y que contribuye con su verdadera felicidad que no se
encuentra en base al egoísmo y la satisfacción individual, sino que la propia felicidad
está intrínsecamente ligada a la felicidad de los demás que implica un amor
desinteresado y generoso hacia otros individuos.
En base a Josef Pieper el amor implica reconocer y apreciar la existencia única e
irrepetible de otro ser humano como un componente central, es decir, el amor
auténtico requiere una actitud de apertura y respeto hacia la realidad del otro,
reconociendo su valor como ser humano. La idea que comparte con la alteridad, que
se refiere a la conciencia de que cada persona es diferente y tiene una subjetividad
propia, lo cual implica trascender de nuestro propio punto de vista individual y
reconocer la singularidad de los demás. Aunque, para el amor auténtico no solo se
basa en la alteridad por completo, sino que existe algo como la mismidad que es
fundamental en el amor porque implica el conocimiento y la aceptación de uno mismo
como un ser único e irrepetible debido a que antes de poder amar a alguien más, es
necesario tener un sentido claro de quién es uno mismo, lo cual nos permite ser
auténticos en nuestras interacciones con los demás.
Es importante recalcar que ninguna se antepone a la otra puesto que se
complementan y se equilibran mutuamente, el reconocimiento y la valoración de la
propia identidad nos permiten amar desde un lugar de integridad y autenticidad. Al
mismo tiempo, el reconocimiento y el respeto de la identidad del otro nos llevan a
valorar y nutrir su unicidad, fomentando así una relación basada en el respeto y la
aceptación mutua.
Acerca de la esencia de lo político, la sociedad se compone de individuos con
diferentes necesidades que tienen en cuenta que la idea de la política es inherente a la
condición humana y abarca diversas dimensiones de la vida social, y no solo se limita
únicamente a la esfera del gobierno y la toma de decisiones formales. Si bien la
política se basa para fines de gobierno, se han implementado los poderes del estado,
que es parte de la ejecución de un país, ya que con esa distribución se busca el
equilibrio de la jerarquía de poder. Se entiende que, si bien el individuo, al darse
cuenta y estar consciente de la realidad y utilizarla a su favor, como se aclara, es
poseer un gran talento lo cual posiblemente no puede garantizar tener el poder. Mas
bien se entendería que, de no elegir el poder sería un gran error, se traduce a
considerar elegir el poder debido a que será como un viejo edificio que resiste por
siglos, dicho eso, un gran ejemplo son los grupos políticos de cada país que se
basaría en la autoconservación.
En ese sentido, la política implica la organización y regulación de la convivencia en
sociedad, así como la participación ciudadana y la toma de decisiones colectivas, en lo
cual se coincide, por lo que es importante reconocer que lo político es un espacio
donde se negocian intereses y se busca el bien común. Sin embargo, también es
necesario tener en cuenta que los intereses y valores pueden diferir entre individuo, y
que el diálogo y la negociación son fundamentales para alcanzar acuerdos y construir
consensos.
Por tanto, aplicar el termino amistad política solo para convencer a la mayoría de los
individuos es audaz, pero para la política todos los términos funcionan, debido a que
es realmente importante hacerse notar y resaltar por ser empáticos solo hasta
conseguir el objetivo final. Entonces buscar trascender formando una agrupación
teniendo en cuenta que solo así se podría usar el termino amistad política, se busca
realmente la trascendencia política.
Desde ya, se ha visto que el ser humano posee una buena relación con otros
individuos debido a que ciertamente conservar esa cercanía o relación con los demás
es algo espontáneo de la propia naturaleza del ser humano, pero en el ambiente de la
política una amistad sin fines de lucro no se ha dado, a menos que haya sido bien
remunerado o reconocido, entonces, en un ambiente perfectamente igualitario, se
podría señalar que dos personas son amigos, eso va a depender de muchos factores.
No siempre se va a contar con el mismo grado de aprobación de los individuos, pero a
la vez, no se puede negar que esa probabilidad se pueda dar, de tener una
comunicación asertiva.
Según Aristóteles, lo común sería vivir en un entorno o ecosistema en armonía, y eso
convertiría a los humanos con comunicación efectiva, buscando el bien común, ante
todo. Teniendo en cuenta que, si bien se señala que la amistad política, se da como
algo más esencial que solo hablar de política, podríamos definirla como bien común,
algo comunicable y efectivamente comunicado, y hace posible la comunidad humana,
(Maestre, 2018).
En ese sentido, se puede señalar que la amistad política se refiere a las relaciones
basadas en la cooperación y la solidaridad entre los ciudadanos en el ámbito político,
lo cual implicaría el compromiso de trabajar juntos a favor del bien común y el
desarrollo de la sociedad teniendo en cuenta que se requiere de un diálogo abierto y
respetuoso, así como la disposición a escuchar y comprender diferentes perspectivas.
Sin embargo, es importante reconocer que las diferencias políticas pueden generar
tensiones y conflictos en las relaciones entre individuos y grupos.
Entonces, ¿Por qué se debería hablar de la importancia del lenguaje político en la
sociedad?, es natural que podamos distinguir la veracidad de los discursos políticos a
fin de separar los comentarios con fines de uso persuasivos y manipuladores, para
buscar la participación ciudadana a fin de construir un consenso general imparcial que
sea de beneficio para la sociedad. Si bien los grupos políticos influencian a la opinión
pública, se debe señalar que, mediante la palabra, la buena conversación se puede
llegar a un consenso a fin de fortalecer la confianza entre la sociedad y los actores
políticos, en relación con ello, en conjunto debemos reflexionar sobre el valor ético y
estratégico de la palabra en la política, ya que surge la necesidad de transmitir la
información precisa para que la sociedad no se vea afectada.
En este sentido, a través del discurso político se llegan a transmitir diferentes ideas,
pero depende de la sociedad y su juicio crítico, debido a que el diálogo abierto y
respetuoso es fundamental para la construcción de consensos y la búsqueda de
soluciones colectivas. Sin embargo, en la actualidad, nos enfrentamos a desafíos para
fomentar una cultura del diálogo, como la polarización política y la falta de confianza
en las instituciones, en base a esto es necesario promover espacios de encuentro y
facilitar la participación ciudadana para fortalecer la cultura del diálogo y superar estas
dificultades para mejorar la estructura de la convivencia de la sociedad.
Respecto a la deficiente comprensión del valor de la tolerancia y el relativismo en base
a la cultura del dialogo, en caso del relativismo se reside en confundir la verdad con la
opinión y en este caso, la opinión del individuo es subjetiva. Al respecto, la discusión y
el pensamiento del individuo será válida siempre y cuando la opinión sea verdadera
con la finalidad de ponderar en serio unas cosas o concepto con otras. De acuerdo
con esto, tratar de extinguir la discusión es cancelar la razón y así llegar a la
irracionalidad, debido a que se busca el valor de la palabra, desarrollando la razón
humana. Por lo que, una discusión nunca debería llegar a ser una mala experiencia,
eso no exige que el valor de la tolerancia lo tengamos presente.
Se debe destacar que como individuo debemos promover una cultura del diálogo
iniciando con el respeto, la tolerancia y la comprensión mutua, elementos esenciales
para la convivencia pacífica y el fortalecimiento de la democracia. Finalmente, se
entiende que existen dificultades para promover una cultura del diálogo en la política
las cuales incluyen la polarización política, la desinformación, la falta de confianza en
las instituciones y la creciente fragmentación de la sociedad. Superar estas dificultades
requiere un compromiso colectivo para fomentar la empatía, la escucha activa y el
respeto mutuo. Además, es necesario promover la transparencia de las instituciones
políticas para generar confianza y fortalecer la participación ciudadana.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, al plantear las necesidades de reconocer los
obstáculos y restricciones que pueden suceder en un proceso de dialogo tanto en el
ámbito político y social, se debe cuestionar los límites del dialogo, examinar las causas
que podrían generar para poder elaborar estrategias para superar los obstáculos, y de
acuerdo con esto trabajar en un diálogo más inclusivo, respetuoso y efectivo. En el
ámbito político, si bien el diálogo es fundamental en la formación de una sociedad,
existen situaciones en las que puede ser difícil alcanzar consensos o dialogar con
ciertos actores políticos. Por ejemplo, en casos de extremismos, autoritarismo o
violaciones de derechos humanos, el diálogo puede ser insuficiente o incluso
contraproducente. En estos casos, es necesario recurrir a otras estrategias, como la
defensa de los derechos humanos, la movilización social y la presión política.
En conclusión, se puede afirmar que la familia proporciona el apoyo necesario para el
desarrollo de sus miembros, y a medida que los individuos crecen, también se integran
en la sociedad más amplia, cumpliendo con la dimensión social de la existencia
humana. Teniendo en cuenta que el ser humano es intrínsecamente social y no puede
vivir aislado, en base a esto liberalismo clásico reconoce esta naturaleza social del ser
humano y enfatiza la importancia de la sociedad y la libre asociación para lograr el
bienestar individual y colectivo en busca del bien común. Al tener en cuenta que el
amor que se mantiene entre individuos es fundamental para la felicidad y la plenitud
humana, debido a que ayuda a reconocer y valorar la existencia única e irrepetible de
cada persona, tanto a nivel individual como en el contexto de la sociedad, es esencial
para construir relaciones basadas en el respeto y la aceptación mutua. En el ámbito
político, la amistad política se refiere a las relaciones basadas en la cooperación en
busca del bien común y el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, es importante
reconocer que las diferencias políticas pueden generar tensiones y conflictos, por lo
que el diálogo político abierto y respetuoso es fundamental para alcanzar el bienestar
común.
Entonces, superar los obstáculos y restricciones del diálogo político y social requiere
un compromiso colectivo el cual es necesario para poder promover el bienestar de la
sociedad.

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