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Resumen de apartes del libro El aborto inducido en Colombia1

El presente texto tiene como objetivo resumir algunos insumos contenidos en el libro El aborto
inducido en Colombia, escrito por Lucero Zamudio, Norma Rubiano, Lucy Wartenberg, Mara Viveros
y Hernando Salcedo. Dicho texto, publicado por el Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social de
la Universidad Externado de Colombia, fue el primer estudio que se realizó en Colombia sobre el aborto
voluntario y recoge los resultados de tres investigaciones realizadas entre 1992 y 1995. El resumen gira en
torno a dos capítulos, a saber: el capítulo tres Encrucijadas, núcleos de conflicto y rutas de decisión, y el
capítulo cuatro Saberes femeninos, saberes oficiales y prácticas clandestinas.

En primer lugar, el capítulo Encrucijadas, núcleos de conflicto y rutas de decisión tiene tres ejes. En
el primero se exponen algunos factores interpersonales que inciden en que, en determinadas situaciones,
las mujeres sean más susceptibles a tomar la decisión de abortar. En el segundo se plasman algunos
temores, culpas y justificaciones relativas a la decisión de abortar. En el tercero se identifica que los
problemas de desigualdad e inequidad hacen que las mujeres de distintos contextos socioeconómicos se
vean enfrentadas a encrucijadas, núcleos de conflicto y rutas de decisión diversas. A continuación se
expondrán algunos apartes relevantes de las mencionadas reflexiones.

Para comenzar, el capítulo expone algunas situaciones interpersonales complejas que inciden en
la decisión de abortar. Por ejemplo, las mujeres que están en una relación estable pero cuyos embarazos
se producen en el marco de una relación extraconyugal, al tomar una decisión sobre el aborto deben tener
en cuenta que, en caso de decidir mantenerse con su pareja inicial y mantener el/la hijo/a extraconyugal 2,
deben afrontar el complicado manejo de información sobre la paternidad frente a todas las partes
involucradas. Dicha situación resulta tan compleja que las mujeres suelen decidir abortar, pues la otra
opción -dejar a su esposo para estar con el padre biológico de su hijo/a- también resulta bastante
complicada. Otras situaciones complejas puestas sobre la mesa tienen que ver con mujeres embarazadas
en proceso de separación luchando por la custodia de sus hijos/as, y mujeres embarazadas producto de
relaciones casuales, es decir en el ejercicio de su libre sexualidad.

Además, las autoras exponen que existen temores, culpas y justificaciones alrededor de la decisión
de abortar, que se estructuran en un espacio mediado por cuestiones sociales y religiosas
predominantemente. Por un lado, algunos temores identificados en el texto incluyen el miedo a contarle
a la pareja por el riesgo de ser juzgada o el miedo a la esterilidad, la enfermedad, o la muerte tras el
procedimiento. Al respecto,

1 Realizado por María Camila Castellanos Forero, voluntaria jurídica de La Mesa Por la Vida y la Salud de las Mujeres.
2 Vale la pena aclarar que la investigación toma lugar en los 90s, es decir en un contexto en donde los/as hijos/as extramatrimoniales no

eran bien vistos/as.


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“... El temor más grande que yo tuve cuando me ocurrió la primera vez fue contarle a mi
compañero, qué iba a pensar él y cómo iba a sentir él. Para mi eso fue fundamental, que él
me apoyara en ese momento. Tenía miedo de descubrir que no me amaba lo suficiente”
(Extracto recuperado del libro El aborto inducido en Colombia; 26 años, estrato 6, Bogotá)

Por el otro, el escrito identifica distintos sentimientos de culpa derivados de las creencias religiosas
inculcadas por la familia. A manera de ejemplo,

“ … En mi vida no había pensado que alguna vez tendría que elegir entre abortar y no abortar.
porque la vida es tan sagrada y todavía yo no me he liberado de esa consigna y eso valores que uno
ha tenido como tan incorporados, a la vida, sobre todo porque soy de familia supremamente
tradicional, cristiana a morir”
(Extracto recuperado del libro El aborto inducido en Colombia; 32años, estrato 3, Tunja)

De igual manera, en cuanto a las justificaciones se resalta la prematura edad al quedar embarazadas y por
ende su aparente incapacidad para hacerse cargo de un/a hijo/a, la presión ejercida por miembros de la
familia para abortar, o la falta de responsabilidad de la pareja sexual para hacerse cargo del/la hijo/a. A
saber,

“...Tenía 24 años, no podía nacer porque yo tenía la niña, porque yo se que yo ya no sería capaz, no
iba a ser capaz de enfrentar eso en mi casa y había muchas cosas en juego. Además estaba la
estabilidad de la ‘niña, estaba mi estabilidad la estabilidad de mi familia porque yo se que a
donde yo hubiera llegado con ese cuento nuevamente, pues se armaba el safarrancho más tremendo”
(Extracto recuperado del libro El aborto inducido en Colombia; 24 años, estrato 2, Manizales)

Finalmente, el referido capítulo resalta que todas las mujeres que tienen un embarazado no
deseado se encuentran con encrucijadas, núcleos de conflicto y rutas de decisión distintas. No obstante
lo anterior, el problema de desigualdad que atraviesa a la sociedad colombiana profundiza la problemática
de acceso a servicios adecuados en la práctica del aborto. De igual manera, la problemática de la inequidad
resalta las diferencias del contexto social y educativo en el que una mujer se basa para tomar la decisión
de abortar.

En segundo lugar, el capítulo cuatro Saberes femeninos, saberes oficiales y prácticas clandestinas
tiene tres partes. El capítulo comienza describiendo algunos saberes femeninos sobre formas de abortar
transmitidos de generación en generación. Acto seguido, se expone el saber oficial de las técnicas médicas
que se han usado cronológicamente para inducir un aborto. Por último el capitulo ofrece una mirada
integral a las formas de clandestinidad en las que se suele dar el aborto.

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Según las autoras, el saber femenino se compone de por lo menos tres aspectos, a saber:
auto procedimiento o intervención intragénero, conocimiento de un herbario básico con medios
de preparación y dosis consideradas efectivas, y el conocimiento del uso de compuestos químico-
farmacéuticos. Estos saberes suelen ser usados de manera general como método inicial en los primeros
días de embarazo, y de manera específica en los sectores pobres y urbanos. Dichos saberes incluyen
masajes corporales, caídas, golpes, preparación de bebidas vegetales y minerales, e incluso el uso de drogas
como lo son el Misoprostol, el Pytosin3 y el Ergotrate4.

Ahora bien, en cuanto al saber oficial médico, se pueden rastrear distintas técnicas empleadas
según tres periodos. Antes de 1960 se hacía uso principalmente de la sonda o de los mecanismos de
dilatación del cuello del útero. Luego, de 1960 a 1980 se hacía uso principalmente de la cesárea en
procesos de gestación avanzada. Después de 1980, se empezó a hacer uso principalmente de la succión o
aspiración al vacío, un método más recomendado y seguro.

Para terminar, las autoras resaltan que existen diversos espacios, prácticas y formas de
clandestinidad. Los espacios van desde la casa de una partera hasta el consultorio privado de un médico.
Lo que llama la atención de dichos espacios es que todos comparten la característica de ser privados y
reducidos, y que mientras el sentido de la clandestinidad es mayor cuando los abortos se practican en
casa, este va disminuyendo a medida de que la paciente se acerca a espacios más institucionales como lo
es, por ejemplo, un hospital. La clandestinidad como característica común de los abortos podría estar
ligada al mecanismo de control social que los miedos a las represalias legales causan sobre las mujeres, por
la criminalización a la que se ven sometidas por la penalización total del aborto.

A manera de reflexión, resulta importante poner sobre la mesa la importancia de la referida


investigación a la luz del movimiento Causa Justa por la eliminación del delito de aborto y al logro
histórico que el referido movimiento alcanzó mediante la decisión C-055 de 20225 de la Corte
Constitucional. De manera concreta, los apartes resumidos demuestran la existencia de barreras sociales
y religiosas a las que se enfrentan las mujeres a la hora de decidir abortar. Dichas barreras no solo son

3 También conocido como Oxytocin, es una hormona que se usa para estimular las contracciones uterinas en una mujer con un aborto

espontáneo o incompleto. Para más información consultar:


https://www.drugs.com/mtm_esp/pitocin.html#:~:text=Oxytocin%20es%20una%20hormona%20que,aborto%20espont%C3%A1neo%
20incompleto%20o%20amenazado.
4 Es un medicamento que se usa para el control de las contracciones uterinas, sirve para prevenir y controlar las hemorragias postparto y

postaborto, se utiliza de manera regular para ayudar a la expulsión de la placenta. Para más información consultar:
https://prixz.com/salud/ergotrate-que-es-y-para-que-sirve/
5 Dicha Sentencia (i) despenalizó el aborto en todos los supuestos hasta las 24 semanas de gestación y (ii) mantuvo las tres causales de

despenalización del aborto (cuando peligra la vida o salud de la madre, cuando se presenta malformación con el feto incompatible con la
vida, cuando el embarzo es producto de abuso, violación, incesto, transferencia de óvulo o inseminación no consentida) después de la
semana 24. Para más información consultar:
https://www.corteconstitucional.gov.co/comunicados/Comunicado%20de%20prensa%20Sentencia%20C-055-22%20-
%20Febrero%2021-22.pdf
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internas -que se concretan en temores y culpas transitadas por la mujeres- sino también externas -
en relación con la estigmación y sanción social que tiene el aborto y la inequidad y desigualdad que
se vive en disímiles contextos sociales-. Dichos hallazgos pueden ser tomados como insumos para
argumentar que la sanción social del aborto y por ende a las barreras a las que enfrentan las mujeres para
poder acceder a él son perpetuadas por la penalización del aborto, pues el derecho penal y la respectiva
sanción como castigo perpetúa la idea de que abortar está mal. Es por esto que la despenalización total
del aborto hasta la semana 24 de gestación representa un hito histórico en nuestra lucha, ya que cuestiona
el imaginario colectivo -reforzado por el derecho penal- de que está mal que una mujer decida sobre su
cuerpo y su maternidad.

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