Está en la página 1de 6

ESCUELA SECUNDARIA TECNICA PESQUERA # 8

LENGUA DE LA MATERIA: ESPAÑOL III


PROFESORA: DULCE MARIA POLANCO CASTILLO
PROYECTO 1
ENSAYO
NOMBRE DEL ALUMNO: AYME MONTSERRAT RODRÍGUEZ
HERNÁNDEZ
GRADO Y GRUPO: 3 C

FECHA: VIERNES 13 DE OCTUBRE DEL 2023


PRESENTACION

El presente trabajo es para informar sobre el aborto ya que es un tema


que ha causado múltiples polémicas en México. Su carga moral ha hecho
que su penalización o despenalización sea un arduo debate público y su
estatus legal en el país sea des-uniforme. Mientras en el Distrito Federal
se permite el aborto voluntario hasta las 12 semanas de gestación, en el
estado de Baja California persiste una política de penalización total al
aborto, aún en casos de que éste sea producto de una violación. Las
mujeres que deciden abortar, independientemente de sus motivos, deben
buscar una estrategia que les permita cumplir su cometido. El objetivo
que se planteó este estudio fue conocer estas estrategias, y para llevarlo a
cabo se utilizó una metodología cualitativa que nos permitiera
desmenuzar a detalle el proceso de la configuración de la estrategia y los
elementos que intervienen en ella en dos momentos distintos, que a su vez
representan contextos jurídicos distintos.
ENSAYO

Se presenta a continuación un ensayo personal sobre el aborto. Si quieres


saber más acerca de este género literario, se recomienda leer los enlaces
a concepto de ensayo, sus partes y sus características.

En pocas palabras el aborto es la interrupción del embarazo, ya sea en


forma voluntaria o involuntaria. Pero detrás de esta fría y breve definición
hay mucho más que se debe analizar, desde el contexto en el que sucede,
hasta su razones, si hay peligro para la madre o el feto, o si es una decisión
personal y consciente de la mujer que se somete al procedimiento. El
aborto siempre ha sido un tema polémico y motivo de debate entre
quienes están en contra de su legalización y quienes buscan se despenalice
en los países en los que el ordenamiento jurídico está en contra. Otra de
las razones por las que la discusión se acalora es el componente religioso
que los devotos traen a la mesa, invalidando las convicciones personales
de quienes no creen en su misma doctrina y quienes buscan el respeto a
sus ideas y posiciones. Lo que el aborto pone en evidencia es la
imposibilidad de mantener un diálogo abierto y respetuoso, porque para
ambas partes la posición del otro es la inadecuada, y encontrarse en un
punto medio imposible.

A pesar de las dificultades, una especie de punto medio se ha conseguido


en algunos países donde el aborto es legal bajo algunas circunstancias
específicas, y solo en esos casos. Para quienes están a favor del aborto este
paso es insuficiente, porque borra de plano la posibilidad de la mujer de
escoger si quiere o no llevar a término un embarazo que no puede ser
interrumpido porque no cumple con los requisitos del estado
(enfermedad para el feto o la madre, violación). Para quienes están en
contra sigue siendo una concesión inconcebible, dado que sin importar las
condiciones de la gestación, de la madre o del feto, se busca llevar a
término un embarazo sin importar las consecuencias.

El argumento más utilizado para defender la práctica del aborto es el que


afirma que la mujer tiene el absoluto derecho de disponer sobre su
cuerpo. La libertad de cada persona es inviolable y por lo tanto, si la mujer
no desea tener un hijo aunque ya esté embarazada, el estado debería
garantizarle ese derecho y proveerle la atención necesaria para llevar a
cabo el aborto. Hay que pensar solamente en el caso de una madre de tres
hijos que es cabeza de familia, y que no tiene como sostener
financieramente a un cuarto; o la mujer que queda embarazada dentro de
una relación abusiva y violenta y que no quiere traer el mundo a un hijo
que crezca en las mismas circunstancias; o quien es muy joven aún para
afrontar los retos de la maternidad y no cuenta con la infraestructura
económica ni el apoyo emocional para convertirse en madre. Todos los
casos anteriores son válidos. Pero no lo son para la ley de muchos países.
Por otro lado hay que ver las condiciones sociales de determinado país de
manera global y no en el caso específico de cada mujer. Países en vía de
desarrollo en donde hay miles de millones de personas atrapadas en ciclos
de pobreza e ignorancia, son también los ambientes más propicios para
embarazos indeseados. En esos mismos países hay clases más
privilegiadas en donde las mujeres cuentan con servicios de salud e
infraestructura económica para llevar a término un embarazo; pero estos
son casos aislados. Hay que buscar el bienestar global, y pensar en
resolver las necesidades de los más pobres, no satisfacer a los más ricos e
influyentes. Abortos realizados en clínicas ilegales y hospitales
clandestinos son los que causan más muertes entre mujeres en edad
fértil; permitir el aborto sería, respetar la libertad de cada mujer de
disponer de su cuerpo, y proveer a la sociedad de una sistema de salud
respetuoso que ponga el bienestar de las mujeres como una prioridad.

Otro argumento de quienes están a favor del aborto habla de que el


embrión fecundado, en la primera etapa del embarazo, aún no constituye
un ser humano, sino un conjunto de células y por tanto, al decidir
interrumpir el embarazo, en realidad no se está acabando con la vida de
una persona. Aquí la conversación adquiere niveles ontológicos porque se
entra a debatir cuándo comienza la vida y cuándo un ser humano se
convierte en tal. Algunos países permiten el aborto antes de las 12
semanas de gestación y otros países lo permiten hasta más avanzado.

En la otra cara de la moneda, quienes están en contra del aborto, en inglés


llamados pro-life, señalan que el principio a la vida es más importante
que el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo, ya que se trata de
proteger la vida de un ser indefenso. Regresamos a la discusión de cuándo
el feto es un ser humano, pero sobretodo a poner sobre la mesa que los
derechos de la mujer están en las manos del estado.

Por otro lado hay que preguntarse por qué los derechos de las mujeres,
sobretodo este tan íntimo y relevante, está en manos del estado. ¿Acaso
los hombres tienen que pedir permiso para hacer libre uso de su cuerpo?
¿Cuándo se ha visto a un hombre demandando al estado para someterse a
una vasectomía? ¿No es, en alguna medida, un procedimiento que pone
en peligro la vida?. Los estándares con los que se tratan las necesidades de
los hombres y mujeres son diferentes, y moralmente escurridizos.

Para tomar un posición al respecto del aborto hay que, primero,


informarse. El aborto seguirá siendo un tema que siempre generará
enfrentamientos entre la sociedad, ya que va a crear una división entre
sus detractores y sus defensores. Pero hay que también pensar si no
estamos muy entrados en la historia como para tener que poner bajo el
lente de aumento la vida privada de las mujeres, sus opciones, sus
preferencias y sus sueños.
Los legisladores no tienen derecho a decidir sobre lo que las mujeres
quieran hacer respecto a un embarazo, porque cada potencial niño que
viene al mundo trae a sus espaldas las consecuencias de las elecciones de
sus padres. Si una madre considera que no quiere traer el mundo a un
niño por las razones que sean, hay que escucharla y darle la oportunidad
de que este proceso, doloroso y emotivo, se haga en un ambiente
respetuoso donde ella sienta que su voz cuenta. Así mismo también hay
que escuchar a la madre que, a pesar de los diagnósticos médicos, quiere
llevar a término un embarazo que se considera riesgoso. El punto clave de
la discusión es darle, por fin, una la voz a las mujeres.
CONCLUSION
El aborto no debe ser visto como una lucha entre religiosos y ateos sino
como una necesidad que impone el estado laico en cuestiones de salud
pública y de dignidad de las personas. El grupo pro vida justifica su
postura en la intención de disminuir o evitar la muerte de los embriones:
la bibliografía ha demostrado con creces la ineficacia de esta actitud y de
esta posición. El grupo Ni Ni, que también demoniza el aborto o lo
considera una tragedia, no sólo es incorrecto desde la experiencia de la
mayoría de las mujeres, sino que es una verdadera estafa moral por parte
de un grupo radicalizado que no acepta las decisiones libres, individuales
y morales de las mujeres. Este grupo, pro vida, se ha ocupado
sistemáticamente de mostrar a las mujeres como egoístas y hedonistas,
que sólo piensan en sí mismas. Sin embargo, la decisión del aborto es una
decisión, la mayoría de las veces, que muestra un gran componente de
responsabilidad.

La mirada sobre lo malo del aborto debe quedar atrás dando paso a una
mirada relacionada con lo razonable y lo aceptable. Es por ello que el
acceso al aborto legal, seguro y gratuito es un bien social necesario para el
desarrollo y el desempeño de la mujer en la sociedad. Aborto es libertad
reproductiva, responsabilidad, tolerancia y autonomía personal. Así es
como propongo que entre todos saquemos al aborto de su lugar sórdido y
escondido de la sociedad, para considerarlo en cambio como un evento
propio del comportamiento sexual y reproductivo. Si hay derecho a tener
hijos debe existir sin falta el mismo derecho para no tener hijos. Se debe
buscar la armonización moral entre los conceptos de tener y no tener hijos
y no privilegiar a uno sobre el otro. Sobre todo teniendo en cuenta que
tener es un aborto es menos peligroso que tener un hijo, salvo cuando el
aborto es ilegal17.

También podría gustarte