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Escuela de Posgrado
Maestría en Tributación y Política Fiscal.
Asesor
Cesar Gamba Valega
Lima – Perú
Junio de 2019
ii
Análisis de la depreciación de las
“edificaciones y construcciones” en el
Impuesto a la Renta con énfasis en las
torres eléctricas en el sector eléctrico
peruano
iii
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………...1
CAPÍTULO I MARCO TEÓRICO DEL IMPUESTO A LA RENTA…..…....3
1.1 Origen del Impuesto a la Renta en el Perú…..……………………..….3
1.2 Características del Impuesto a la Renta .………..……………………..4
1.3 El concepto de renta en el sistema peruano…………………………....8
1.3.1 Teoría de la renta – producto.…………………………………....8
1.3.2 Teoría del flujo de riqueza……………………………………….9
1.3.3 Teoría del consumo más incremento patrimonial…………….....9
1.4 Determinación del Impuesto a la Renta de tercera categoría……........10
1.4.1 Generalidades y alcance de la renta de tercera categoría….……10
1.4.2 Renta bruta………………………………………………………11
1.4.3 Renta neta………………………………………..…...…………13
1.5 Conclusiones preliminares …..…………………..…….……….........15
CAPÍTULO II MARCO GENERAL DE LA DEPRECIACIÓN EN EL
IMPUESTO A LA RENTA...............................………....………..……………..17
iv
3.1.1 Definición de edificación y construcción en el Impuesto a la
Renta. …………………………………………………………...25
3.1.2 El criterio según la Administración Tributaria relacionada con la
definición de edificación y construcción ....…..….......................27
3.1.3 El criterio del Tribunal Fiscal en torno con la definición de
edificación y construcción…...…………………………….……28
3.2 Análisis a la problemática tributaria de la definición de edificación y
construcción……...................................................................................30
3.2.1 Definición de edificación y construcción en nuestro sistema
jurídico Peruano………………………………………………...30
3.2.2 Sostener que las torres eléctricas califiquen como “edificación y
construcción” en virtud con lo establecido por la Clasificación
Internacional Industrial Uniforme-CIIU carece de sustento…....33
3.2.3 Elementos para darle contenido al artículo 39° de la Ley del
Impuesto a la Renta.…………………………..…..…….....…....35
3.2.3.1 La fijeza y permanencia como elementos que caracterizan a las
edificaciones y construcciones..................................................36
3.2.3.1.1 La fijeza…………………………………...….36
3.2.3.1.2 La permanencia…………………………….....39
3.2.3.2 Más allá de la fijeza y permanencia, un análisis a la composición
de los materiales, como condición adicional, para que sea
considerado como edificación o construcción………………..42
3.2.3.3 Una propuesta complementaria con la similitud al Impuesto
Predial…………………………………………………………43
3.3 Conclusiones preliminares ..……….....................................................44
CONCLUSIONES ................................................................................................. 49
RECOMENDACIÓN ............................................................................................ 54
REFERENCIAS .................................................................................................... 55
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 57
v
RESUMEN
vi
ABSTRACT
vii
Introducción
1
En el segundo capítulo, señalaremos el marco general de la
depreciación de los activos fijos y su problemática.
2
CAPÍTULO I: MARCO TEÓRICO DEL
IMPUESTO A LA RENTA
3
cual dividió las rentas en cinco categorías con deducciones
específicas en cada una de ellas para obtener, así, sendas sumas
netas que, en conjunto, arrojaban la materia imponible global que
se sometía a una escala progresiva por escalones.
(Medrano, 2018, p13)
Otras reformas tributarias relevantes se suscitaron en los inicios
de los años noventa, entre ellas, la Ley N° 25381, que introdujo un
cambio en el concepto de renta en el artículo 3° de la normativa del
Impuesto a la Renta en el Perú, asimismo, hasta la actualidad se viene
modificando continuamente la legislación del Impuesto a la Renta.
6
El ideal es que exista un correlato entre la capacidad contributiva
del individuo y el nivel de concurrencia en el gasto del Estado,
ello supone, que deban tributar en mayor medida aquellas
personas que disponen de mayores recursos, luego satisfacer las
necesidades para llevar una vida digna.
7
1.3 El concepto de renta en el sistema peruano.
Es menester definir el concepto de renta según la legislación peruana
para fines de analizar si las operaciones realizadas se enmarcan dentro
del ámbito de aplicación del Impuesto a la Renta, ergo, estar gravadas o
no con el mencionado impuesto.
No existe una posición doctrinaria uniforme en la definición de
renta, por lo que cada legislador adopta el concepto que considera
conveniente a su propia realidad, introduciendo variantes en las
teorías más difundidas que construyen el concepto de renta; esto
nos permite conocer con algunas precisiones cual es el marco
dentro del cual puede exigirse el gravamen.
(Medrano, 2018, p. 18)
En consecuencia, podríamos mencionar las siguientes teorías de
rentas que el legislador se inspiró para efectos de establecer el concepto
de renta en el Perú.
8
La teoría del flujo de riqueza, R. García (1978) señala que renta es “la
totalidad de esos enriquecimientos provenientes de terceros, o sea, al
total del flujo de riqueza de desde los terceros fluye hacia el
contribuyente, en un período dado” (p.17).
Esta teoría abarca un criterio más amplio con la menciona
precedentemente, es decir, que no exige las características de la renta-
producto; sino más bien, se expresa en una serie más de ingresos, por
ejemplo, las ganancias de capital, los ingresos por actividades
accidentales, los ingresos eventuales, ingresos a título gratuitos, entre
otros.
Ahora bien, de acuerdo con lo señalado por Alva (2017) nuestra
Ley del Impuesto a la Renta “no hay un artículo específico que regule
esta teoría, ello a diferencia de la teoría renta – producto que se ha
descrito anteriormente y que sí tiene un referente normativo, debido que
se encuentra en casos separados” (p.1). Por ejemplo, podemos mencionar
los incisos b) las ganancias de capital, c) los ingresos que provengan de
terceros del artículo 1° de la Ley del Impuesto a la Renta.
Finalmente, debemos resaltar que una de sus características de la
mencionada teoría, es que la ganancia o ingreso derivado de operaciones
con terceros sea considerada como renta gravada debe ser obtenida de
una actividad de la empresa (operaciones mercantiles, y no de la
expresión de una ley) en sus relaciones con otros particulares; ello, en
lineamiento del artículo 3° de la Ley del Impuesto a la Renta que
menciona que en general es renta gravada cualquier ganancia o beneficio
derivado de operaciones con terceros.
12
importe de las depreciaciones o amortizaciones para efectos de
determinar la renta bruta. Y después, hallar la renta neta.
13
consideran los tributos que recaen sobre bienes o actividades productoras
de rentas gravadas.
Lo anterior nos permite inferir que el Impuesto a la Renta se
establece de la renta neta, en consecuencia, no es confiscatorio y en los
casos que se argumente confiscatoriedad es necesario que se encuentra
plenamente demostrada, tal cual lo expresa en dicha sentencia.
Por otra parte, la deducción de gastos está condicionada además
a la observancia de las reglas sobre bancarización, que obligan a utilizar
ciertos medios de pago: abono en cuenta bancaria local, orden de pago,
giro o transferencia de fondos desde o hacia una cuenta bancaria local,
pago con cheque no negociable emitido con cargo a una cuenta bancaria
local, pago con tarjeta de crédito o de débito emitidas por una entidad
bancaria o financiera local.
En efecto, el artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta
establece que son deducibles gastos por intereses de deuda, los tributos
que recaen sobre bienes o actividades productoras, las primas de seguros
con ciertas características, las pérdidas extraordinarias sufridas por caso
fortuito y fuerza mayor, los gastos de depreciación por desgaste de bienes
u obsolescencia de los bienes de activo fijo, entre otros.
Nótese que, en virtud de dicha Ley, es deducible el gasto por
depreciación del desgaste de bienes u obsolescencia de los bienes del
activo fijo porque de esta manera el sujeto comienza a deducir los gastos
para llegar a su verdadera expresión de riqueza para efectos de establecer
la renta neta, en consecuencia, pagar el Impuesto a la Renta de tercera
categoría.
Desde este punto de vista es evidente que los bienes corporales
afectados a la empresa experimentan una pérdida de valor
original por el desgaste que en ellos produce esa afectación. Por
ende, a efectos de la determinación de la renta neta, resulta
necesario contemplar ese hecho, mediante la deducción de una
proporción de la renta bruta, de modo que permita la
recuperación de capital fuente.
(R. García, 1978, p127)
14
De lo anterior, consideramos que los sujetos generadores de renta
de tercera categoría cuando adquieran bienes del activo fijo, deben ser
recuperados a través del desgaste de la depreciación. Para ello, se deberá
efectuar una asignación razonable del desgaste en los ejercicios que
comprenda el bien en virtud de lo preestablecido por el legislador en la
norma del Impuesto a la Renta, pero sin menoscabar su derecho de
ejercerla o utilizando parámetros irracionales que eviten o retarden su
asignación del desgaste en aras al principio de capacidad contributiva.
16
CAPÍTULO II MARCO GENERAL DE LA
DEPRECIACIÓN DEL ACTIVO FIJO EN EL
IMPUESTO A LA RENTA.
17
necesario contemplar ese hecho, mediante la deducción de una
proporción de la renta bruta, de modo que permita la recuperación
del capital fuente, y, mediante su puesta en reserva, el reemplazo
de los bienes cuando ya no resultan utilizables.
(R. García, 1978, p.126).
Asimismo, C. García (1994), afirma “por tanto, que la realidad
económica “renta societaria”, que el legislador ha erigido en hecho
imponible del IS, se ve influenciada por el fenómeno de la depreciación
amortizable”.
Pues las amortizaciones despliegan consecuencias inmediatas en
relación con el cálculo del rendimiento neto de la sociedad al
tratarse de una partida negativa; del mismo modo que las
amortizaciones concurren en la determinación de las eventuales
rentas obtenidas como consecuencia de alteraciones
patrimoniales, constitutivas de resultados extraordinarios.
(Ortiz, 2001, p.11)
Ahora bien, el sistema tradicional para la afectación de la
depreciación en la renta neta se realiza por el método lineal, el cual
consiste en dividir el costo del activo entre el número de años
correspondiente a la vida útil que se le asigna hasta agotar la totalidad
del capital invertido.
La vida útil de los distintos tipos de bienes puede ser fijada por la
ley, el reglamento o la Administración, de acuerdo con los usos y
prácticas comerciales. Dado que resulta imposible predecir con
exactitud la vida útil de los bienes, la determinación de ella se
funda en estimaciones que no necesariamente habrán de coincidir
con la real duración en cada caso particular.
(R. García, 1978, p. 127)
Así, la disminución de la renta neta por medio de la depreciación
se realiza en un número de años determinado por el legislador.
En el Perú, la legislación del Impuesto a la Renta establece tasas
máximas de depreciación para cada ejercicio, en general; así, cabe
señalar que:
18
Es cierto que un escrupuloso respeto del principio de capacidad
económica (contributiva) reclamaría que la amortización
practicada en cada período impositivo se correspondiera con la
verdadera depreciación experimenta por el bien que se amortiza,
lo que haría imprescindible, a su vez, una medición precisa de
dicha depreciación por la entidad en el momento de presentar su
autoliquidación por el impuesto sobre sociedades; sin embargo,
las grandes dificultades que esa medición comportaría, unidas al
alto grado de subjetividad que en la mayoría de las ocasiones
aquellas incorporaría, requerirían igualmente una verificación
administrativa de los valores aducidos por la entidad, lo cual se
presenta a priori no exento de serios escollos. Estas son, en
definitiva, razones de practicabilidad y simplificación tributarias
las que aconsejan admitir fiscalmente métodos alternativos de la
depreciación dentro de la regulación de la base imponible del
impuesto sobre sociedades.
(Ortiz, 2001, p.33)
En consideración, podemos notar que la depreciación es el
resultado de la pérdida del valor del activo fijo, asimismo, la
depreciación de calcula a través del método lineal y tasas
máximas de virtud con la Ley del Impuesto a la Renta en el Perú
para un efecto práctico en su aplicación.
PORCENTAJE
ANUAL DE
BIENES DEPRECIACIÓN
HASTA UN
MÁXIMO DE:
1. Ganado de trabajo y reproducción; 25%
redes de pesca.
2. Vehículos de transporte terrestre 20%
(excepto ferrocarriles) hornos en
general.
3. Maquinaria y equipo utilizados por las 20%
actividades minera, petrolera y de
20
construcción; excepto muebles, enseres
y equipos de oficina.
4. Equipos de procesamiento de datos. 25%
5. Maquinaria y equipo adquirido a 10%
partir del 01.01.91.
6. Otros bienes del activo fijo. 10%
21
En reiterada jurisprudencia del Tribunal Fiscal se ha señalado
que, supletoriamente, resulta de aplicación lo establecido en las Normas
Internacionales de Contabilidad (NICs) vigentes en el Perú,
específicamente, la Norma Internacional de Contabilidad N° 16
Inmuebles, Maquinaria y Equipo; posición que no compartimos, debido
que dicha norma contable tiene como objetivo prescribir el tratamiento
contable del inmovilizado material, así como los cambios que se hayan
suscitado en dicha inversión. Sin embargo, el “Impuesto a la Renta es el
tributo que se precipita directamente sobre la manifestación de la
riqueza” (Bravo, 2009, p 218)
Sin perjuicio de lo anterior, el párrafo seis de la NIC 16 establece
que se entiende por inmuebles, maquinaria y equipo a todo bien tangible
que: i) Es empleado en la producción o suministro de bienes o servicios,
para arrendarlo a terceros o para fines administrativos; y, ii) Se espera
usar durante más de un periodo.
En este contexto, existe incertidumbre en los operadores
tributarios al no contar con una definición de activo fijo para efectos
tributarios.
22
inflación que afectó el costo inicialmente reconocido para los referidos
activos.
Ahora bien, el artículo 22° del Reglamento de la citada Ley,
establece que para el cálculo de la depreciación se aplicará las siguientes
disposiciones:
a. De conformidad con el artículo 39° de la Ley, los edificios y
construcciones solo serán depreciados mediante el método de
línea recta, a razón del 5% anual.
b. Los demás bienes afectados a la producción de rentas gravadas
de la tercera categoría, se depreciarán aplicando el porcentaje
anual de depreciación hasta un máximo según lo siguiente:
1. Ganado de trabajo y reproducción; redes de pesca: 25%
2. Vehículos de transporte terrestre hornos en general:20%
3. Maquinaria y equipo utilizados por las actividades
minera, petrolera y de construcción; excepto muebles,
enseres y equipos de oficina: 20%
4. Equipos de procesamiento de datos: 25%
5. Maquinaria y equipo adquirido a partir del 1.1.91: 10%
6. Otros bienes del activo fijo: 10%
Agrega, que la depreciación aceptada tributariamente será aquella
que se encuentre contabilizada dentro del ejercicio gravable en los libros
y registros contables, siempre que no exceda el porcentaje máximo
establecido en la citada tabla para cada unidad del activo fijo, sin tener
en cuenta el método de depreciación aplicado por el contribuyente.
Nótese que la regla de depreciación contabilizada y tasas
máximas de depreciación son limitaciones incorporadas por normas
reglamentarias.
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CAPÍTULO III: PROBLEMÁTICA TRIBUTARIA EN LA
DEFINICIÓN DE EDIFICACIONES Y CONSTRUCCIONES Y
SU IMPACTO EN LA DEPRECIACIÓN CON ÉNFASIS EN LAS
TORRES ELÉCTRICAS DEL SECTOR ELÉCTRICO
PERUANO
25
3.1 Problemática en la definición de edificación y construcción en la
legislación del Impuesto a la Renta
26
desnaturalicen; en consecuencia, se recurrirá a otras normas del sistema
jurídico para efectos de darle una connotación a la edificación y la
construcción, y así, buscar enfrentar nuestra controversia, la cual será
objeto en este trabajo de investigación.
27
en virtud del artículo 94° del Código Tributario, entre otros sectores.
Indicando que las torres eléctricas son calificadas dentro del rubro de
edificación y construcción, debido que cumplen con las características
señaladas en el informe antes mencionado; por ende, deberían utilizar
una tasa del cinco (5%) por ciento anual en atención del artículo 39° de
la Ley del Impuesto a la Renta.
Sin perjuicio con lo anterior, las torres eléctricas que son materia
de este estudio de investigación, no cumplen con dichas características;
por lo tanto, consideramos una postura equivocada de la Administración
Tributaria de calificarlas como tal, por carecer de la fijeza y permanencia,
argumentos que desarrollaremos más adelante.
28
que podría tener una vida útil mucho más corta que edificios y
construcciones”
29
la función de los muros; así, el Tribunal Fiscal considerando la poca
durabilidad (no permanencia en el tiempo) y la naturaleza de los
materiales utilizados en los galpones; concluyó que estos no podían ser
edificios y construcciones.
30
define las edificaciones como aquellas estructuras arquitectónicas que
requieren cumplir condiciones mínimas de habitabilidad para albergar a
las personas en el desarrollo de cualquiera de sus actividades.
31
contrario, son medios físicos que sirven para transportar y distribuir
energía eléctrica.
32
de Industrias, aprobado por el Decreto Ley N° 183501, donde se indica
que existe construcción de máquinas de equipos, de vehículos, de naves,
construcción de equipos para transporte terrestre pesado, entre otros.
1
Publicado el 27 de Julio de 1970, asimismo, derogado después de 12 años por el artículo
142° de la Ley N° 23407.
33
redes de alcantarillado, instalaciones industriales, tuberías y
líneas de transmisión de energía eléctrica, instalaciones
deportivas, etc.”.
Ahora bien, podríamos señalar que los proyectos de construcción
de las líneas de transmisión que incluyen las torres eléctricas pero
compuestos por otros bienes adicionales (cables, entre otros) constituyen
una “actividad de construcción” que implica diversas obras civiles como
construcción de edificaciones, caminos de acceso, canales, mallas de
tierra, despeje de franja, excavaciones, relleno y compactado, concreto y
parrillas, puestas a tierra, cimentaciones, apoyos, etc. Así como montaje
de equipos e instalaciones con diversas estructuras como pararrayos,
tendidos de conductores, cable de guarda, entre otros, los que en su
totalidad corresponden a una obra de ingeniería, en concordancia con las
definiciones planteadas y clasificación de la CIIU, antes expuesta.
Sin embargo, si bien la clase 4220 de la Cuarta Revisión de la
CIIU señala expresamente que las Líneas de Transmisión de Energía
Eléctrica que incluye torres eléctricas constituye actividades de
construcción; se debe tener en cuenta que la ley del Impuesto a la Renta
al referirse a “construcciones" no alude a las actividades de construcción,
sino a su resultado: obra, edificación.
En ese sentido, no resultaría válido determinar en razón a lo
establecido en las Divisiones 42 y 45 de la Cuarta Revisión de la CIIU
que las Líneas de Transmisión calificarían como construcción; toda vez
que el citado código tiene como finalidad clasificar las actividades de
Construcción a nivel internacional y no obras de construcción.
Nótese que el Capítulo I y en la Sección F de la Cuarta Revisión
de la CIIU, se puede apreciar que su finalidad es clasificar las actividades
productivas y no mencionar las obras o resultados de dichas actividades.
En virtud de lo citado, somos de la opinión que la Cuarta Revisión
de la CIIU no constituye un instrumento válido a efectos de dar contenido
al término construcción al cual alude La Ley del Impuesto a la Renta.
Asimismo, es importante mencionar que el Tribunal Fiscal en las
resoluciones Nos. 10826-4-2009 y 07724-2-2005, al momento de
evaluar si un determinado bien del activo fijo califica como
34
“construcción” y le es aplicable la tasa del 5% o si constituye “otro bien
del activo fijo”; no se vale del código CIIU para resolver la controversia,
sino de la vida útil y las características de los bienes.
35
bienes cuya vida útil fluctúa en principio entre cuatro (4) y diez (10)
años.
De lo señalado hasta aquí, nos queda claro que el artículo 39° de la Ley
del Impuesto a la Renta necesita una definición y un mayor alcance. En
consecuencia, en las siguientes sesiones desarrollaremos algunos
elementos que permiten darle un contexto a las edificaciones y
construcción.
3.2.3.1.1 La fijeza.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua, el término fijeza, tiene entre otras acepciones, la de
firmeza, persistencia, continuidad.
En igual sentido, el Diccionario Jurídico de Guillermo
Cabanellas establece que el término fijo es sin movimiento,
firme.
En otras palabras, la fijeza es que no exista posibilidad de
mover el activo. Por ejemplo, el inmueble es una edificación
porque el mismo no puede llevarse de un lugar a otro. La misma
lógica puede aplicarse por ejemplo a una planta. Se debe
considerar que la fijeza no es una condición predeterminada de
cualquier activo.
Por lo tanto, consideramos que deberán evaluarse las
características de las mismas que permita verificar que las
mismas son trasladables desde un punto a otro sin destruirlas o
hacerlas inservibles.
Así en relación con las torres eléctricas, el Sr. Juan Vargas
en su entrevista al Sr. Caro, quien es gerente general Red de
Energía del Perú, destacó “que no hay razón para considerar las
torres bienes inmuebles. Siempre las movemos. Ahora mismo
estamos moviendo torres en el norte como parte de la prevención
36
ante el fenómeno de El Niño. Las estamos alejando de los cauces”
(Vargas, 2015, párr.2).
37
En nuestro caso concreto, relacionado con las torres
eléctricas observamos que no son fijas debido que se pueden
desmontar.
Para ello, resulta pertinente citar los casos en los cuales
la legislación y la jurisprudencia admite que las torres no son
fijas, ergo, pueden desmontarse. Cabe resaltar que dichas normas
y jurisprudencia son dictadas en base a una realidad fáctica que
permite concluir que las torres no son fijas.
Por lo tanto, no nos imaginamos que las disposiciones
vinculadas al desmontaje de las torres sean abstractas o
inaplicables, sin que exista posibilidad de materializarse en
situaciones reales.
Ahora bien, el Reglamento de la Ley N° 29022, Ley para
el fortalecimiento de la expansión de la infraestructura en
telecomunicaciones, indica que: Artículo 23.- Desmontaje y
retiro de la Infraestructura de Telecomunicaciones. 23.1 Los
Operadores y Proveedores de Infraestructura Pasiva se
encuentran obligados a retirar y desmontar la Infraestructura de
Telecomunicaciones que ya no es utilizada para la prestación de
servicios de telecomunicaciones. 23.2 Para el retiro y desmontaje
de Infraestructura de Telecomunicaciones se debe presentar ante
la Entidad lo siguiente: a) Comunicación por escrito en la que se
informe que se va a llevar a cabo el retiro y desmontaje de la
Infraestructura de Telecomunicaciones. b) Memoria Descriptiva
que incluya la descripción de los trabajos a realizar y las medidas
de seguridad adoptadas.
Asimismo, algunas municipalidades, por ejemplo, la
municipalidad de San Isidro mediante ordenanza N° 394-MSI
establecen que la infracción relaciona con la instalación de
antenas y/o torres de estaciones de telefonía son sancionadas con
la demolición y/o desmontaje. Incluso mediante Ordenanza,
queda evidenciado que la demolición, que significa que las torres
sean destruidas, derribadas o arruinadas siendo inútiles para su
uso primigenio, es una sanción que no puede confundirse con el
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desmontaje. Por lo tanto, la sanción de la demolición y
desmontaje no son iguales.
A nivel de jurisprudencia, existe la sentencia del Tribunal
Constitucional recaída en el expediente N° 05680-2008 – PA/TC
que resuelve una demanda por la construcción irregular de una
antena base celular (torre) de telefonía.
Al respecto, dicho Tribunal señala que la antena de
telefonía celular, ubicada en el distrito de Sechura, no contaba
con la autorización municipal de funcionamiento, y solo contaba,
en cambio, con una autorización para la construcción del módulo
que en dicha dirección posee.
Por lo tanto, el Tribunal resolvió declarando fundada la
demanda de amparo y ordenando al recurrente retire los equipos
y antenas celular (torres)2
De esta forma queda demostrado que las torres son
desmontables para dar cumplimiento de los ordenado por
aquellas entidades públicas.
En consecuencia, opinamos que no se podría sostener que
las torres eléctricas, per se, sean fijas para atribuirles la naturaleza
de edificación y construcción.
Por lo tanto, la fijeza debe ser una característica que debe
contener el bien que será calificado como edificación o
construcción; sin embargo, en el caso de las torres eléctricas no
se evidencia ello, en línea con lo reconocido con la legislación y
la jurisprudencia.
3.2.3.1.2 La permanencia
El Diccionario de la Real Academia Española, menciona que el
término permanencia denota duración firme, estabilidad
inmutabilidad. En ese mismo orden de ideas, el Diccionario
jurídico de Guillermo Cabanellas establece que el término
2
En ese mismo lineamiento se emite el Exp N° 096-2002-AAA/TC y el Exp. 05680-
2008-PA/C, los cuales el Tribunal Constitucional también indica que se retiren las
antenas y equipos.
39
permanencia significa continuación en un punto cuando otros
cambian o se alejan.
Al respecto, López (2016) señala:
De hecho, tenemos conocimiento de que, en muchos casos,
las estructuras que componen las torres se unen con pernos
y tuercas, permitiendo ello que las torres puedan ser
instaladas, puestas en funcionamiento, desmanteladas y
removidas fácilmente hacia otra ubicación. Especialmente,
si las torres son colocadas muchas veces en predios de
terceros, en virtud a contratos de arrendamientos, que una
vez vencido el plazo de alquiler obligan al propietario de la
torre a retirarla de ese predio. (párr.16)
En ese sentido, es imprescindible que las edificaciones y
construcción contengan las características de permanencia,
asociada esta, a una vida extensa.
En nuestro caso concreto de las torres, como se aprecia,
es indudable que las torres eléctricas no pueden reputarse como
un bien permanente, en la medida que, tal como lo hemos
explicado, las torres pueden ser desinstaladas de la ubicación en
que se encuentran y, por ende, ser trasladas hacia otra locación y
volver a ser montadas en lugares diferentes.
Del mismo modo, cabe mencionar que, en algunas
controversias analizadas por el Tribunal Fiscal, tales como las
Resoluciones N° 07649-1-2004, N° 173-2-2-006, N° 3971-1-
2007, resolvieron casos donde la discusión fue respecto a si una
torre de antena calificaba o no como instalación fija y
permanente, para fines del Impuesto Predial.
Que, de la revisión de los actuados, no es posible
determinar si el cerco perimétrico y la torre de antena calificaban
o no como instalación fija y permanente, para fines del Impuesto
Predial.
Que, de la revisión de los actuados, no es posible
determinar si el cerco perimétrico y la torre antena, que incluye
las cuatro zapatas de soporte de la antena, se encuentran
40
adheridas a una edificación, toda vez que no se cuenta con
informes y/o valorización de la torre de antena en la que se
aprecien las características de la misma, no pudiéndose
verificarse, asimismo, si cumple con las condiciones para ser
considera instalación fija y permanente.
En base al criterio establecido en la resolución, podríamos
considerar que la sola existencia de la torre no es suficiente para
presumir la permanencia.
Asimismo, la Resolución N° 00452-5-2009 y 2653-7-
2009, del 15 y 24 de enero y marzo de 2009, el Tribunal Fiscal
estableció lo siguiente: En el presente caso, se tiene que, por la
naturaleza de los gaseoductos y líneas de fibra óptica, y el
procedimiento de instalación que emplea la recurrente, estos
pueden ser separados sin destruir, deteriorar ni alterar edificación
alguna.
Por lo tanto, no califica como instalación fija ni
permanente para efectos del Impuesto Predial.
En ese sentido, si bien en esta última resolución, la
discusión no versaba sobre torres eléctricas, resulta relevante el
criterio esgrimido por el Tribunal Fiscal para concluir si estamos
antes una instalación permanente.
En nuestro caso de análisis, las torres eléctricas no son
fijas y permanentes porque tal como lo hemos explicado son
completamente desmontable o movibles y pueden trasladarse de
un punto a otro.
En definitiva, en base de lo expuesto, puede concluirse
que las torres eléctricas no cumplen con las características
esenciales de fijeza y permanencia, esta última ligada una vida
extensa; sin embargo, ello no exime que dichas características son
elementos para efectos de calificar un bien como edificación y/o
construcción, asimismo, deberá analizarse la composición del
bien, tal como lo expresó el Tribunal Fiscal.
41
3.2.3.2 Más allá de la fijeza y permanencia, un análisis a su
composición de los materiales como condición para que sea
considerado como edificación y construcción.
De acuerdo a lo señalado precedentemente, para fines de darle contenido
al artículo 39° de la Ley del Impuesto a la Renta, hemos mencionado que
los bienes que se incluyan como edificaciones y construcciones deberían
contener las características de fijeza y permanencia, esta última asociada
a una vida extensa.
Reafirmamos: ello significa que no discrepamos con el criterio,
que las edificaciones y construcción deberían ser fijas y permanente,
estas últimas asociadas a una vida útil larga, que desarrolló
Administración Tributaria, sino que la calificación de las torres eléctricas
no cumplirían con dichas características, pero para otro tipos de bienes
deberían analizarse dichas características.
Además, somos de la opinión que debería analizarse la naturaleza
del bien en línea con lo mencionado por el Tribunal Fiscal, vale decir,
como está elaborado o compuesto la construcción (v.gr. metal, fierro,
madera, entre otros), criterio que no considera la Administración
Tributaria, pero es imprescindible para fines de realizar un análisis
íntegro y; así, poder calificar el bien como edificaciones o construcción,
u otros bienes del activo fijo.
En efecto, más allá de la fijeza y permanencia, es necesario
proponer que la normativa contenga un análisis de la naturaleza de los
bienes, vale decir, la composición de los materiales de los bienes.
Finalmente, debemos resaltar que deben formar parte de las
edificaciones y construcción los bienes asociados a las edificaciones y
construcción que sean necesarios para su funcionamiento, uso, o
aprovechamiento económico que tengan carácter permanente y que no
pueden ser separados sin destruir, deteriorar la edificación y
construcción.
42
3.2.3.3 Una propuesta complementaria con la similitud al Impuesto
Predial.
Cabe resaltar que la problemática de nuestra tesis se origina porque la
Legislación del Impuesto Renta carece de definición de edificaciones y
construcciones.
Ahora bien, una propuesta complementaria sería traer algunos
supuestos recogido por el ordenamiento jurídico en la tributación
municipal para efecto de determinar las consecuencias jurídicas de los
futuros hechos generados por los agentes económicos.
Al respecto, el Decreto Legislativo 776° en su artículo 8°
establece que: El Impuesto Predial es de periodicidad anual y grava el
valor de los predios urbanos y rústicos. Para efectos del impuesto, se
considera predios a los terrenos, incluyendo los terrenos ganados al mar,
a los ríos y a otros espejos de agua, así como las edificaciones e
instalaciones fijas y permanentes que constituyan partes integrantes de
dichos predios, que no pudieran ser separadas sin alterar, deteriorar o
destruir la edificación.
Debemos precisar que las instalaciones que califican como fijas
y permanentes son aquellas que por su propia naturaleza forman parte
integrante de los predios y que no pueden ser separadas de estos sin que
se altere, deteriore o destruya la edificación.
Cabe resaltar que la RTF 01116-4-2002, menciona que debe
tenerse en cuenta que se encuentran excluidos del ámbito de aplicación
del Impuesto Predial los bienes muebles que, si podrían estar adheridos
a la construcción o al terreno, pueden llevarse de un lugar a otro, sin
alterar la naturaleza del bien, destruirlo o deteriorarlo.
La RTF N° 471-4-1999, haciendo alusión a la Resolución
Ministerial N° 370-85-vc-9300, Reglamento General de Tasaciones del
Perú, en el segundo párrafo del artículo 2.1.02, establece la definición
legal de instalación fija y permanente de la siguiente manera; se entiende
por instalación fija y permanente, las que están adheridas físicamente al
suelo o a la construcción y no pueden ser separadas de estos sin destruir,
deteriorar o alterar el predio, disminuir apreciablemente su valor, por
constituir partes integrantes y funcionales del mismo.
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La RTF N° 01116-4-2002, establece que las normas del Impuesto
al Predial, establece que las instalaciones fija y permanente constituye
parte integrante, por lo que, de manera supletoria, debemos recurrir a la
definición del código civil. El artículo 887° del Código Civil define la
parte integrante como lo que no puede ser separado sin destruir,
deteriorar o alterar el bien; en tal sentido, se puede calificar un bien como
instalación fija y permanente y, por lo tanto, como parte integrante del
predio, si tiene la cualidad de no ser separado sin ocasionar deterioro en
la edificación.
Nótese que, en la Ley del Impuesto Predial expresa que las
instalaciones fijas y permanentes deben formar parte integrante del
predio, porque así lo señala la normativa expresa; caso distinto, es la Ley
del Impuesto a la Renta, debido que ahí solo menciona edificaciones y
construcciones sin expresar ninguna definición.
Sin perjuicio con lo anterior, hemos optado por agregarle el
término predio para delimitar más las edificaciones y construcciones,
vale decir, que estas últimas, además que hemos mencionado que
deberán ser fijas y permanente, deberá constituir parte integrante del
predio y no deben ser separadas sin alterar, deteriorar la edificación o
construcción, asimismo, deberá analizarse la composición de los
materiales utilizados.
Por lo tanto, la edificación y construcción debería estar integrada
al predio, como fijas y permanentes, y además analizarse la composición
de los materiales utilizados.
Finalmente, los bienes asociados a las edificaciones y
construcciones formarían parte de estos en la medida que sean
permanentes y que no se puedan separar sin destruir o deteriorar la
edificación o Construcción.
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De la normativa vigente del Impuesto a la Renta, se establece el alcance
del método de depreciación de línea recta para el caso de edificios y
construcciones con una tasa de depreciación de cinco (5%) por ciento,
vale decir, bienes que para la Ley no pueden tener una vida útil menor
de 20 años. Sin embargo, no se establece que se entiende por edificación
y construcción para fines de identificar los bienes que serán objeto de
depreciación bajo dicho régimen fiscal; generando ello, un problema de
predictibilidad jurídica a los sujetos del Impuesto a la Renta de tercera
categoría; en consecuencia, es menester recurrir a otras normas distintas
a las tributarias para efectos de darle una connotación con los términos
antes descritos.
La Administración Tributaria considera que para efectos de calificar los
bienes como edificaciones y construcciones deberán analizarse las
características de fijeza y permanencia, esta última asociada con una
vida útil relativamente extensa, de los bienes. Al respecto, nosotros no
compartimos dicho lineamiento en su totalidad; debido a que estamos de
acuerdo que se analice las características de fijeza y permanencia de los
bienes; sin embargo, debería analizarse la naturaleza del material
compuesto de la edificación y construcción, tal como se desarrolla
sucintamente la resolución N° 07724-2-205 emitida por el Tribunal
Fiscal, última instancia en materia administrativa.
Sin perjuicio con lo anterior, en el caso concreto de las torres eléctricas
que es materia de este estudio de investigación, no cumplen con dichas
características; por ende, consideramos una postura equivocada de la
Administración Tributaria de calificarlas como tal, por carecer de la
fijeza y permanencia.
Ahora bien, somos de la opinión de que en línea con la definición de
edificación en el sistema jurídico peruano, esta constituye una estructura
arquitectónica que requiere cumplir con condiciones mínimas de
habitabilidad para albergar a las personas en el desarrollo de sus
actividades. Por ende, no sería válido concluir que las torres eléctricas
califiquen como edificaciones, toda vez que estas no son: (i) estructuras
arquitectónicas en las cuales habitan las personas o desarrollan sus
actividades económicas, (ii) ni cumplen con condiciones de
45
habitabilidad; por el contrario, son medios físicos que sirven para
transportar y distribuir energía eléctrica.
En relación con el término construcción, la Real academia de la lengua
española, menciona que es la acción y efecto de construir, obra
construida o edificada, asimismo, construir hacer de una nueva planta
una obra de arquitectura o ingeniería, monumento en general cualquier
obra pública. Hacer algo utilizando los elementos adecuados. Así, la
Licencias de Construcción aprobado por el Decreto Supremo N° 25-
1994-MTC, define edificación, simplemente como construcción nueva;
de lo que podemos inferir, que una construcción debe tener estructuras,
instalaciones, equipamiento a que pueda dársele un determinado uso.
Por su parte, el Tribunal Fiscal, lo utiliza como conceptos idénticos en
sendas resoluciones, estableciendo que una construcción puede
considerarse como edificación o una edificación industrial, el punto
primordial a considerar es si en las mismas el hombre puede realizar sus
actividades o no. Por lo tanto, somos de la opinión de que tampoco
podría señalarse que una torre eléctrica por el solo efecto de proceder de
una proceso de construcción deba considerarse una construcción para
fines del Impuesto a la Renta, pues como se mencionó, construir y
edificar de acuerdo a las normativas expuestas son bienes que tiene
relación directa con el hombre y sus actividades.
No resultaría válido determinar en razón con lo establecido en las
Divisiones 42 y 45 de la Cuarta Revisión de la CIIU que las Líneas de
Transmisión calificarían como construcción; toda vez que el citado
código tiene como finalidad clasificar las actividades de Construcción a
nivel internacional y no obras de construcción. Por ende, no constituye
un instrumento válido a efectos de dar contenido al término construcción
al cual alude La Ley del Impuesto a la Renta.
Recordemos que del término edificación se entiende como una
construcción estable, vale decir, fija. A su vez el término fijo, no está
expuesto a movimientos o alteraciones. Asimismo, también hemos
señalado que la edificación es la obra de carácter permanente cuyo
destino es albergar actividades humanas. A su vez, permanencia es
definida sin limitación en el tiempo. Del cual podemos inferir dos
46
características relevantes para desarrollo de nuestra tesis i) la fijeza y ii)
la permanencia.
En relación con la fijeza, consideramos que no exista posibilidad de
mover el bien; por ejemplo, el inmueble es una edificación porque el
mismo no puede llevarse de un lugar a otro. Se debe considerar que la
fijeza no es una condición predeterminada de cualquier bien. Por lo
tanto, consideramos que deberán evaluarse las características de las
mismas que permita verificar que las mismas son trasladables desde un
punto a otro sin destruirlas o hacerlas inservibles y, en nuestro caso
concreto, las torres eléctricas no son fijas debido que se pueden
desmontar.
En relación con el término de permanencia, que denota una duración
firme continuidad en el tiempo, consideramos que es imprescindible que
las edificaciones y construcción contengan las características de
permanencia, asociada esta, a una vida extensa. Y en nuestro caso,
concreto consideramos que las torres no pueden reputarse como un bien
permanente, en la medida que, tal como lo hemos explicado, las torres
pueden ser desinstaladas de la ubicación en que se encuentran y, por
ende, ser trasladas hacia otra locación y volver a ser montadas en lugares
diferentes.
En definitiva, en base de los dos ítems expuestos, reiteramos que las
torres eléctricas no cumplen con las características esenciales de fijeza
y permanencia, esta última ligada una vida extensa; sin embargo,
pensamos que ello no exime que dichas características son elementos
para efectos de calificar un bien como edificación y/o construcción,
pero, además deberá analizarse la composición del bien.
Así, consideramos que debería analizarse la naturaleza del bien en línea
con lo mencionado por el Tribunal Fiscal, vale decir, como está
elaborado o compuesto la construcción, por ejemplo, metal, fierro,
madera, entre otros, criterio que no considera la Administración
Tributaria, factor imprescindible para hacer un análisis íntegro y, en
consecuencia, poder calificar el bien como edificaciones o construcción,
u otros bienes del activo.
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También, somos de la opinión de que deben formar parte de las
edificaciones y construcción los bienes asociados a las edificaciones y
construcción que sean necesarios para su funcionamiento, uso, o
aprovechamiento económico que tengan carácter permanente y que no
pueden ser separados sin destruir, deteriorar la edificación y
construcción.
Una propuesta complementaria sería traer algunos supuestos recogido
por el ordenamiento jurídico en la tributación municipal para efecto de
determinar las consecuencias jurídicas de los futuros hechos generados
por los agentes económicos. Nótese que, en la Ley del Impuesto Predial
menciona que las instalaciones fijas y permanentes deben formar parte
integrante del predio, porque así lo señala la normativa expresa; caso
distinto es la Ley del Impuesto a la Renta, debido que ahí solo menciona
edificaciones y construcciones. Sin perjuicio con lo anterior, podríamos
optar, por agregarle el término predio para delimitar más las
edificaciones y construcciones, vale decir, que estas últimas, además que
hemos mencionado que deberán ser fijas y permanente, deberá constituir
parte integrante del predio y no deben ser separadas sin alterar, deteriorar
la edificación o construcción, asimismo, deberá analizarse la
composición de los materiales utilizados.
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CONCLUSIONES
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explicar solo la determinación del Impuesto a la Renta de tercera
categoría, por corresponder a rentas empresariales.
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características de i) Fijeza y ii) permanencia, esta última asociada a una
vida útil relativamente extensa.
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construcción; toda vez que el citado código señala expresamente que las
líneas de transmisión de energía eléctrica que incluye torres eléctricas
constituyen actividades de construcción. Ahora bien, se debe tener en
cuenta que la ley del Impuesto a la Renta al referirse a “construcciones"
no alude a las actividades de construcción, sino a su resultado: obra,
edificación. En ese sentido, no resultaría válido determinar en razón a lo
establecido de la CIIU que las torres calificarían como construcción; toda
vez que el citado código tiene como finalidad clasificar las actividades de
construcción a nivel internacional y no obras de construcción.
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Más allá de “la fijeza y permanencia” y un análisis imprescindible de la
composición de los materiales, como una condición necesaria, para
concluir que un bien sea considerado como “edificaciones y
construcciones” para fines de darle contenido al artículo 39°. Por lo tanto,
hemos mencionado que los bienes que se incluyan como “edificaciones y
construcciones” debería contener las características de fijeza y
permanencia, esta última asociada a una vida extensa, pero
adicionalmente, deberá analizarse la naturaleza del bien, vale decir, la
composición del material del bien.
Finalmente, debemos resaltar que deben formar parte de las edificaciones
o construcción los bienes asociados a las edificaciones y construcción que
sean necesarios para su funcionamiento, uso, o aprovechamiento
económico que tengan carácter permanente y que no pueden ser separados
sin destruir, deteriorar la edificación y construcción.
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RECOMENDACIÓN
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REFERENCIAS
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http://ius360.com/publico/tributario/depreciacion-tributaria-de-
las-torres-de-telecomunicaciones/
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BIBLIOGRAFÍA
57
Rubio Correa, Marcial. (2003). Interpretación de las Normas
Tributarias. Lima, Perú: Ara Editores.
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