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Sara Hernández Rodríguez

Grupo AE01G

La frivolización de una pandemia


Por Octavio Gómez Dantés

Durante todo el tiempo que duro la pandemia en México, logramos darnos cuenta
(si es que quedaba alguna duda) de la pequeña capacidad que tienen nuestros
gobernantes y autoridades para responder ante una crisis, no solamente de salud,
si no también económica y social, donde cada decisión que se tomaba era con
base en los pensamientos e ideales que tienen cada uno de ellos, sin lograr ver el
panorama completo sobre los datos, información y estadísticas que se
demostraban día con día.
En lugar de cooperar eficientemente, buena parte de los medios de comunicación
masiva, así como gobernadores y líderes, se abstuvieron de reportar o transmitir
adecuadamente la información requerida a la sociedad, generando con ello
confusión y controversia, como, por ejemplo, cuales eran en realidad los decesos
y contagios, altas y bajas de los hospitales, e incluso como y en que momento era
recomendable el uso del cubrebocas.
Asimismo, el gobierno en todo este tiempo ha sido objeto de críticas constantes
por parte de partidos de oposición (principalmente PAN, PRD y PRI) así como de
los principales medios de comunicación. Para ellos, la estrategia ha sido
insuficiente y mal implementada, principalmente. por dos razones: 1) No se ha
aplicado un número suficiente de pruebas para detectar contagios; y 2) Se ha
subestimado y escondido información sobre la cifra real de fallecimientos por
COVID-19.
Repito que todo esto se ha movido alrededor de las ideas erróneas del presidente
López Obrador ya que, después del primer caso confirmado de Covid-19, su
mensaje para la población fue que no había ningún motivo para alarmarse y que la
enfermedad tenía un nivel de mortalidad bajo. “Seguirán los abrazos y el contacto
con la gente” importándole tan solo resaltar uno de sus lemas de campaña
“abrazos, no balazos”.
Pero claramente no podemos esperar nada sobre el mismo presidente el cual en
su primera aparición tras su contagio, dijo: "yo no voy a usar cubrebocas porque
ya me contagié, y yo ya no contagio", mandando un mensaje a la población de
que, si usted ya se infectó y sobrevivió, no es necesario que tome ninguna
medida.
Su actitud fue dejar en claro que él no cambaría nada, al contrario, seguirá por el
mismo camino de tomar las actitudes negligentes e irresponsables que tuvo antes
de infectarse.

De hecho, uno de los grandes problemas a los que se enfrentó el gobierno


mexicano fue la insuficiente infraestructura de laboratorios certificados en el país
para realizar el número de pruebas que hubiese sido deseable realizar (por
ejemplo, el CONACYT, que recordemos ya se le había aplicado un recorte de
fondos) sin embargo todo el apoyo recibido por las instituciones académicas
agrupadas en el sector salud, para el manejo de esta pandemia ha sido
fundamental para su gestión. A través de modelos matemáticos se ha
pronosticado el comportamiento del contagio por COVID-19. Esto ha permitido
adelantarse a situaciones de peligro, crear la estrategia de semáforos (verde,
amarillo, naranja y rojo), ir mapeando diariamente el comportamiento del COVID-
19 a nivel de ciudad, advirtiendo sobre el nivel de movilidad en diversos territorios.
Esto ha sido de gran utilidad para demostrar no hay una sola pandemia, ni que la
misma se produce de igual manera en todos los Estados y ciudades, pero si
cambia de acuerdo a la “estrategia” de cada líder.
Personalmente creo que a estas alturas no debemos esperar nada del presidente,
debemos movernos como mejor podamos para ayudarnos y cuidarnos. Todos los
problemas posibles se nos están presentando por la poca responsabilidad de los
gobernantes que se ha dedicado a imponer sus ideas y tapando los números
reales con sus mensajes de “amor y paz”.

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