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Universidad Autónoma del Estado de México

Facultad de Medicina

Lic. Médico Cirujano

Pediatría

Análisis retrospectivo

N° de Cuenta 1572021
Alumno: Yarenko Octavio González Flores

Profesor:
María del Carmen Fuentes Cueva

10mo semestre, subgrupo 14

Ciclo escolar 2020A


Análisis retrospectivo del SARS COV-2
Determinantes sociales
Dentro de un mismo país puede haber diferencias enormes en el estado de salud,
estrechamente vinculadas con el grado de desfavorecimiento social. Esas
inequidades sanitarias son resultado de la situación en que la población crece,
vive, trabaja y envejece, y del tipo de sistemas que se utilizan para combatir la
enfermedad. A su vez, las condiciones en que la gente vive y muere están
determinadas por fuerzas políticas, sociales y económicas.
Recomendaciones
1. Mejorar las condiciones de vida;
2. Luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos;
3. Medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las
intervenciones.

Mejorar las condiciones de vida cotidianas


Equidad desde el principio
Entornos salubres para una población sana: El lugar donde vivimos afecta a
nuestra salud y a nuestra posibilidad de tener una vida próspera. Las condiciones
de vida de la población inciden de forma importante en la equidad sanitaria. El
acceso a una vivienda de calidad, a agua salubre y a servicios de saneamiento es
un derecho de todo ser humano.
Prácticas justas en materia de empleo y trabajo digno: El empleo y las condiciones
de trabajo tienen efectos importantes en la equidad sanitaria. Cuando son buenos
aportan seguridad financiera, posición social, desarrollo personal, relaciones
sociales y autoestima, y protegen contra los trastornos físicos y psicosociales.
Protección social a lo largo de la vida: Todo el mundo necesita protección social a
lo largo de la vida: en la infancia, durante la vida laboral, y en la vejez. Esa
protección también es necesaria en determinadas circunstancias inesperadas,
como en caso de enfermedad, discapacidad y pérdida de ingresos o del trabajo
Atención de salud universal: El acceso y la utilización de los servicios de salud son
esenciales para gozar de buena salud y alcanzar la equidad sanitaria. Sin atención
sanitaria, muchas de las oportunidades para mejorar radicalmente el estado de
salud desaparecerán.
La inequidad de las condiciones de vida está determinada por estructuras y
procesos sociales más profundos. La inequidad es sistemática, es el resultado de
normas, políticas y prácticas sociales que toleran o incluso favorecen una
distribución injusta del poder, la riqueza y otros recursos sociales, y del acceso a
éstos. 
Medición y análisis del problema
La acción sobre los determinantes sociales de la salud será más eficaz si se
dispone de sistemas de datos básicos, tales como los registros civiles y programas
de observación sistemática de las inequidades sanitarias y de los determinantes
sociales de la salud.
Los actores
Los gobiernos y el sector público desempeñen una función central en esas
intervenciones, pero reconoce también la necesidad de que intervengan y presten
apoyo las instituciones y organismos de ámbito mundial, las autoridades
nacionales y locales, la sociedad civil, las comunidades de investigación y
académicas, y el sector privado.
El COVID-19
La OMS declara al brote epidémico de COVID-19, pandemia: Con una
simultaneidad de brotes en los 5 continentes, el Director de la OMS anuncia que la
infección por Covid-19 adquirió un nivel de riesgo muy alto y se constituye en una
pandemia. Esta información fue dada justo en el momento en que varios países ya
contaban con casos confirmados de COVID-19.
Las imágenes del mundo actual parecen salir de una película de ciencia ficción.
Las calles vacías, las fronteras cerradas, ninguna circulación por los espacios
aéreos o marítimos, salvo los viajes esenciales. La supuesta superioridad
tecnológica humana ha sido vapuleada por un simple agente natural y
prácticamente ha puesto al mundo en cuarentena, el SARS CoV-2.
La llegada de esta epidemia a puesto en cuestionamiento sistemas y valores con
unas consecuencias que son imposibles de valorar hasta que no pase el peligro.
La tecnología y la ciencia al día de hoy han logrado descifrar la identidad de este
nuevo virus, su modo de transmisión, sus posibles puntos débiles, la patogénesis,
el curso clínico, las potenciales armas terapéuticas y prospectos de vacunas,
estas últimas dos opciones aun elusivas y pendientes de adecuadas pruebas en
campo para mostrar su eficacia. Sin embargo, al margen de todo ello, la principal
estrategia descansa en la modificación del comportamiento humano: el
distanciamiento social, la adecuada higiene sobre todo cuando se presenta
una infección respiratoria, el compromiso de las personas para aislarse si tienen
síntomas y el sentido de protección mutua entre seres humanos.
De modo invisible pero no menos efectivo, el sistema ha despojado a cierta parte
de la humanidad de valores éticos como la solidaridad y la equidad.
La crisis sanitaria global desatada por la emergencia del SARS-CoV-2 ha hecho
el no reconocimiento del rotundo fracaso de los sistemas sanitarios en su
cometido de restablecer la salud a sus usuarios, perpetuará la vulneración del
derecho de toda persona, infectada o no por el SARS-CoV-2, a la eficiencia
sanativa restablecedora de la salud
Desinfodemia: la otra epidemia: Junto al virus crece la información, cuando
nosotros mismos somos propagadores de una epidemia de recomendaciones,
audios e investigaciones falsas. Las primeras informaciones que llegan del brote
de COVID-19 muchas eran noticias falsas desparramadas a través de portales y
redes sociales.
Enemigos a vencer para superar con la contingencia provocada por coronavirus:
La desinformación e ignorancia producto de diversos factores políticos,
económicos, psicológicos y sociales. Factores que también influyen como se ha
mencionado en el desenvolvimiento de la enfermedad.
La aparición de la enfermedad en Wuhan a finales del pasado año 2019 ha
supuesto el comienzo la mayor de las campañas de prevención de infección
contra virus desarrollada en la historia de la humanidad. País tras país, territorio
tras territorio el virus va avanzando obligando a tomar medidas tan extremas como
el confinamiento de la población en sus casas y el aislamiento social. Darse la
mano, tocarse, abrazarse, besarse se convierte ahora en actividades de riesgo ya
que la posibilidad de contagio de este virus es alta. No obstante, no es cuestión de
alarmarse innecesariamente o entrar en la histeria colectiva y social, simplemente
debemos aprender a tomar medidas que impidan la diseminación del virus y que
ralenticen su avance sobre la población. De esta manera se podrá controlar la
infección y reducir el número de fallecimientos debido al agravamiento de
enfermedades previas o al desgaste de la capacidad del cuerpo. Cuantas menos
personas estén infectadas en un momento dado, menos capacidad tendrá el virus
para infectar de manera descontrolada. Cuanto más aislada esté una persona
posiblemente contagiada por sus síntomas, menos personas acabarán
contagiadas por el contacto con ella. Cuanta más higiene personal se lleve a cabo,
menos posibilidad tendrá el virus de contagiarnos. Son medidas sencillas, pero
muy necesarias. Tomar medidas para no contagiarse es tomar medidas para no
contagiar a otros.
Cronología de la pandemia en México
La pandemia de COVID-19 en México, que inició en China a finales de 2019, se
suscitó a partir del 27 de febrero de 2020.
El primer caso confirmado se presentó en la Ciudad de México,y se trató de un
mexicano que había viajado a Italia y tenía síntomas leves; pocas horas después
se confirmó otro caso en el estado de Sinaloa y un tercer caso, nuevamente, en la
Ciudad de México. El primer fallecimiento por esta enfermedad en el país ocurrió
el 18 de marzo de 2020.

El Gobierno de México, en coordinación con la Secretaría de Salud, ha


implementado una serie de medidas para prevenir y controlar los contagios en el
país, entre las cuales se incluyen la extensión del período vacacional estudiantil, la
Jornada Nacional de Sana Distancia y el Plan DN-III-E. De un total de tres fases
epidemiológicas identificadas por las autoridades sanitarias, según el grado de
transmisión de la enfermedad, el 24 de marzo se decretó la fase 2 que comprende
primordialmente la suspensión de ciertas actividades económicas, la restricción de
congregaciones masivas y la recomendación de resguardo domiciliario a la
población en general. El 30 de marzo se declaró una «emergencia sanitaria por
causa de fuerza mayor» como consecuencia de la evolución de casos confirmados
y muertes por la enfermedad en el país, lo cual dio lugar a la ejecución de
acciones adicionales para su prevención y control, y el 21 de abril dio comienzo la
fase 3, mediante la cual se extienden las actividades de prevención y control
realizadas en las anteriores fases al menos hasta mediados o finales de mayo.
Algunos efectos que ha tenido la pandemia en México incluyen la generación de
compras de pánico y saqueos de establecimientos, que a su vez ha conducido al
eventual desabasto de productos de limpieza e higiene personal; la suspensión de
eventos socioculturales; el cierre temporal o definitivo de empresas, y la caída del
precio del combustible así como del peso mexicano en los mercados de divisas
internacionales.
Asimismo la Secretaría de Salud señaló que, a principios de mayo de 2020,
existían unos 104,512 casos estimados en México, al considerar el total de casos
confirmados como una muestra estadística a partir del modelo centinela.
Hasta el 9 de mayo de 2020, se han registrado un total de 33,460 casos
confirmados y 3,353 defunciones asociadas con el COVID-19 en el país.
SARS-COV-2: Una mirada al paciente pediátrico
El SARS-CoV-2 es un coronavirus ARN identificado como la causa de la enfermedad
infecciosa por coronavirus 2019 (COVID-19).
Los coronavirus (CoV) pertenecen a la familia Coronavirinae. De acuerdo a su estructura
genómica los coronavirus se clasifican en cuatro géneros: α, β, γ, y δ. Tanto los α como
los β, solo infectan a mamíferos, mientras que los CoV γ y δ infectan a aves y rara vez a
mamíferos. Basados en la evidencia, existen 2 tipos de α-CoV y 5 tipos de β-CoV capaces
de infectar a humanos, de estos últimos SARS-CoV, MERS-CoV y SARS-CoV-2 conllevan
a una infección del tracto respiratorio potencialmente fatal

Un par de semanas después de la aparición de los primeros casos en, un grupo


de científicos chinos logró aislar y obtener la secuencia genómica del SARS-CoV-
2, encontrando una similitud de 96,2% con el genoma del coronavirus del
murciélago CoV RaTG13, por lo que se piensa que el murciélago ha sido el
hospedero natural del virus y se ha transmitido a humanos a través de un
hospedero intermedio desconocido, por lo que el mecanismo de contagio todavía
no ha sido del todo esclarecido.
La transmisión ocurre de persona a persona a través de contacto directo,
secreciones respiratorias y transmisión de aerosol. La transmisión oro-fecal aun
cuando no ha sido confirmada no debe ser subestimada, ya que se ha encontrado
presencia de ácido nuclear del SARS-CoV-2 en las heces de personas infectadas.
La transmisión vertical madre-hijo sigue sin ser demostrada, pues hasta el
momento no se han reportado resultados positivos en pruebas realizadas en
cordón umbilical, líquido amniótico o leche materna. Los pacientes sintomáticos
son los principales transmisores y diseminadores de COVID-19, sin embargo, los
infectados asintomáticos juegan un rol importante en la transmisión de la
enfermedad.
Definiciones
• Caso en investigación:
- Neonato hijo de una madre con infección confirmada por SARS-CoV-2.
- Neonato con historia de contacto estrecho con un caso probable o confirmado.
- Neonato con fiebre y/o clínica respiratoria/digestiva aguda (caso en investigación
sintomático).
• Caso confirmado: caso que cumple criterio de laboratorio.
• Caso probable: caso en investigación cuyos resultados de laboratorio para
SARS-CoV-2 no son concluyentes. Estos casos se enviarán para confirmación.
• Caso descartado: caso en investigación cuyos resultados de laboratorio para
SARS-CoV-2 son negativos.

Valoración inicial y consideraciones al ingreso hospitalario


• Los casos pediátricos son, hasta la fecha, escasos. En base a la información
disponible, parece que los niños y niñas son diagnosticados de COVID-19 con
menor frecuencia y con sintomatología más leve.
• El cuadro clínico varía desde un cuadro leve y de vías respiratorias altas con uno
o más de los siguientes síntomas: disnea, tos o dolor de garganta y/o fiebre hasta
un cuadro de neumonía grave con sepsis.
• Se recomienda realizar pruebas para la detección del SARS-CoV-2 en los
siguientes casos:
- Pacientes con factores de riesgo de mala evolución
- Pacientes con fiebre o clínica respiratoria que precisen ingreso hospitalario por
criterio clínico
- Pacientes con evidencia radiológica de neumonía, aunque se plantee el manejo
ambulatorio
- Neonatos con fiebre
• No se han descrito alteraciones analíticas y radiográficas específicas en
población infantil afectada por COVID-19. En relación con otras enfermedades
virales causantes de infecciones respiratorias agudas.
• En el momento actual la OMS recomienda la atención domiciliaria de todos los
pacientes con infección no complicada. Hay que asegurarse de que las
condiciones familiares lo permiten, proporcionar instrucciones claras por escrito de
los cuidados y sobre la actuación en caso de empeoramiento.
• Se debe contemplar la posibilidad de que el familiar u otro acompañante
autorizado por los padres o tutor legal del menor ingrese junto a él, aunque no
tenga criterios para el ingreso. Sería recomendable una sola persona, siempre la
misma, que debería en todo momento cumplir las medidas de aislamiento
recomendadas. Si alguno de los familiares o acompañantes padece la infección
podrá valorarse su ingreso junto al menor.
Las manifestaciones clínicas englobadas bajo el término COVID-19, incluyen entre
otros, cuadros respiratorios que varían desde el resfriado común hasta cuadros de
neumonía grave con síndrome de distrés respiratorio, shock séptico y fallo
multiorgánico. También pueden aparecer síntomas digestivos, de la esfera ORL,
neurológicos y se relaciona con cuadros dermatológicos.
Por el momento no existe tratamiento específico. Se realiza tratamiento
sintomático en los casos leves y moderados, y medidas de soporte o tratamiento
de complicaciones en casos graves. Se han puesto en marcha numerosos
ensayos clínicos controlados con moléculas de nuevo desarrollo y de
medicamentos ya autorizados en otras indicaciones, para casos graves. La
mayoría de estos medicamentos son de uso hospitalario. Los centros de salud y,
por lo tanto, también las consultas de pediatría de atención primaria (AP) pueden
ser las puertas de entrada de nuevos casos de COVID-19. Los niños de cualquier
edad son población susceptible de infectarse. Desconocemos la incidencia real en
edad pediátrica, dado que los niños están infrarrepresentados en las muestras
estudiadas con test diagnósticos.
Según los datos disponibles hasta la fecha, los niños con COVID-19 tienen mejor
pronóstico que los adultos, registrándose menos casos graves que en adultos, y
los casos leves se recuperan en 1-2 semanas después del inicio de la
enfermedad. La mayoría de los casos confirmados fueron secundarios a su
exposición a contactos familiares. Sin embargo, se puede producir el contagio de
niños a adultos y a otros niños, como se ha reflejado en una serie de casos
pediátricos en China. También se ha demostrado la transmisión del virus a partir
de niños asintomáticos y un periodo de portador de hasta 21 días. Estos datos
pueden explicar un mayor número de contagios inadvertidos. Por lo tanto los niños
deben de participar en las acciones preventivas habituales para contener la
expansión de la infección, y la protección de los profesionales sanitarios es crucial
en la valoración y exploración de los niños con infecciones respiratorias.
RECOMENDACIONES GENERALES EN LA POBLACIÓN PEDIÁTRICA EN AP
Siguiendo las instrucciones de los documentos de referencia de las autoridades
sanitarias, se recomienda la colocación de información visual (carteles, folletos,
etc.) en las salas de espera de los centros de salud, incluyendo información
adaptada a los pacientes pediátricos para advertir y ofrecer, tanto a los niños con
edad suficiente para poder colaborar, como a sus cuidadores, las instrucciones
necesarias sobre el lavado de manos e higiene respiratoria (incluyendo protección
con flexura del codo al toser o estornudar). En el caso de los niños pequeños
serán los padres, familiares o cuidadores que los acompañan los que lleven a
cabo, tanto en sí mismos como en los niños a su cargo, tales recomendaciones.
• Los niños, sobre todo los de menor edad, presentan determinadas características
que dificultan el control de las infecciones y que pueden facilitar el contagio:
o No controlan la emisión de secreciones y excretas: babeo, ausencia de control
de esfínteres.
o Menor capacidad para adoptar medidas de higiene personal.
o Dificultad para mantener mascarilla sobre nariz y boca en los más pequeños.
o Dificultad para controlar sus desplazamientos y permanecer quietos en un lugar
determinado, lo que imposibilita el control de los contactos adecuadamente.
o Tendencia de los niños a compartir juguetes y objetos e interaccionar entre ellos.
o La edad y la idiosincrasia propia del paciente pediátrico hacen imprescindible la
figura del cuidador. Las medidas higiénicas y el aislamiento del paciente implican a
todas las personas responsables de su cuidado.
o La posible mayor frecuencia en niños de infecciones asintomáticas y con
manifestaciones gastrointestinales.
o La evidencia de transmisión antes de la aparición de síntomas.
• En las salas de espera pediátricas no habrá materiales como juguetes, libros u
otros utensilios que los niños puedan compartir y en los que no se pueda
garantizar que se cumplen las normas de limpieza e higiene de material
recomendadas.
• Los pacientes pediátricos que acudan a los centros sanitarios con síntomas de
infección respiratoria aguda deben recibir y ponerse una mascarilla quirúrgica, si
es posible. Se debe recalcar la importancia de la misma en pacientes que
pertenezcan a grupos de riesgo.
• Los menores de un año deberán mantenerse en los coches, sillas o sistemas de
retención de bebés y apartados de los demás pacientes.
• Debe mantenerse una distancia de dos metros entre pacientes.
En cualquier caso, todos los acompañantes de los niños con síntomas de
sospecha de COVID-19 u otra infección respiratoria deberán utilizar mascarilla.
• Los familiares o acompañantes deberán facilitar y ayudar a los niños a utilizar
adecuadamente la solución hidroalcohólica que estará al alcance de la población y
del personal. Se debe advertir que no debe ser ingerida ni entrar en contacto con
los ojos.
• Dadas las características de la población pediátrica y considerando la dificultad
de contención se debería asegurar una clasificación rápida y el aislamiento de
pacientes con síntomas de sospecha de COVID-19. Los niños y acompañantes
que puedan ser considerados como casos sospechosos de infección o hayan sido
contacto de pacientes con COVID-19 deberán ser aislados en la sala que el centro
sanitario haya establecido para tal efecto
• Planificar e implementar sistemas de comunicación a distancia con los pacientes.
Todo ello para minimizar las consultas presenciales, garantizar el cumplimiento de
los medicamentos y regímenes terapéuticos actuales, y ofrecer instrucciones por
teléfono si enferman, evitando en lo posible su asistencia a las consultas o
programar citas más flexibles en horarios de menor afluencia de pacientes,
adaptando las agendas de los profesionales.
Bibliografía
https://www.who.int/social_determinants/es/

https://www.analesdepediatria.org/contenidos/pdf/Recomendaciones_pediatricas_Covid2.pdf?1

https://www.analesdepediatria.org/contenidos/pdf/manejo_pediatrico_covid.pdf?2

http://51.79.48.69/index.php/spmi/article/view/503/558

https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/63204599/El_Punto_Negro_de_los_Sistem
as_de_Salud_a_la_Luz_del_SARS-CoV-220200505-21738-9xomdl.pdf

https://www.upo.es/cms1/export/sites/upo/moleqla/documentos/Numero37/Articulo-
Destacado.pdf

http://repositorio.umaza.edu.ar/bitstream/handle/00261/1055/Boletin%2037%20-%20Obs.
%20SaludUMaza.pdf?sequence=1&isAllowed=y

https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_enfermedad_por_coronavirus_de_2020_en_México#
Fases_epidemiológicas

https://www.actaodontologica.com/ediciones/2020/especial/art-4/

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