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Zorayda Martínez

Materia: Teología pastoral


Profesora: Iris de Sánchez

LA SALUD FISICA DEL MINISTRO

En la actualidad se ven casos en nuestro diario vivir de pastores y ministros, que, por no
cuidar su salud en todos los aspectos, no pueden servir a Dios.
Y nuestro manual de instrucción nos habla acerca del cuerpo romanos 12:1 “Así que
hermanos, os ruego por la misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional”
Por lo tanto, es nuestro cuerpo una ofrenda viva y también es un instrumento para la
acción de Dios en nuestra vida y en la vida de nuestros hermanos.
El ministro puede buscar la fuerza de voluntad necesaria para disciplinar al cuerpo,
recordando a Caleb que dijo a sus 85 años “todavía estoy tan fuerte como el día en que
Moisés me envió, cual era mi fuerza entonces (hacia 40 años), tal es ahora mi fuerza para
la guerra y para salir y para entrar” según Josué 14:11
Pasos para mantener una salud física
1- Buena alimentación: La biblia nos habla de que hay que mantener templanza a la
hora de comer, no se trata de si comer mucho o si comer poco, se trata de comer
de manera balanceada. Algunos sugieren el ayuno como factor importante para la
salud, al ayunar se eliminan parte de las toxinas que se acumulan en el cuerpo, sin
embargo, no se debe abusar del ayuno.
2- Procurar un buen descanso: Siempre se ha dicho que el cuerpo debe descansar 8
horas diarias.
3- De igual manera realizar ejercicio corporal: Un ministro debe realizar
regularmente algún tipo de deporte o una rutina de ejercicios para drenar las
energías.
4- Cuidado de la vista y la voz: Con estos dos sentidos se puede vivir, pero ambos
facilitan el ejercicio ministerial o pastoral, es por ello que quienes los posean
tienen que cuidarlos y no forzarlos.
5- Mantener buenos hábitos: mantener un buen aseo del cuerpo, usando
desodorante, ropa limpia y planchada.
En la época de la juventud, el ministro goza de energía, entusiasmo y vitalidad, su físico es
saludable, su mente se encuentra alerta, pero al llegar a una edad adulta, muchas veces el
ministro no manifiesta esas mismas características.

Somos ministros de Dios, es por ello que debemos estar siempre presentables y mantener
nuestro templo en buenas condiciones, la apariencia de un pastor o un ministro importa
mucho, debemos recordar que Dios nos ha hecho: Espíritu, alma y cuerpo, para vivir bien
y para servirle a el de forma adecuada, es por ello que el ministro debe prestar atención a
cada una de estar áreas. Mientras más cuidado y atención el ministro les ponga a estas
recomendaciones más tiempo vivirá sano para hacer la obra en la tierra, que es hacer
discípulos.

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