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Tomo Didatica1 (1) - Merged
Tomo Didatica1 (1) - Merged
ANEXO
calificación será individual; en él se interroga sobre el programa trabajado durante el año.
Alumno libre: trabajo práctico y examen final escrito y oral (ver 6.3 Régimen de
cursado).Debera aprobar el TP antes para pasar a la instancia escrita y luego oral
Evaluaciones de recuperación
Se podrá recuperar, en caso de ausencia o reprobación, uno solo de los parciales
establecidos por condición y un trabajo práctico evaluativo.
Serán escritos a desarrollar.
Criterios de evaluación
● Alterman Nora y Coria Adela Coord (2014) “Cuando de ensenar se trata” Cap. 1 Ed
Brujas. Córdoba
● Bauman Z. “Modernidad líquida” Conferencia (1999) disponible en
http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T14_Docu1_La modernidad
líquida_Bauman.pdf
● Dubet, F. (2006). El declive de la institución. Profesiones, sujetos e individuos en la
modernidad. Barcelona. Gedisa. Introducción y Cap. 1
● Feldman, D. (2010) Enseñanza y escuela. Buenos Aires. Paidós. Cap.1
● Maldonado, H compilador (2013) Aportes para mejorar los aprendizajes en la
Universidad. UNC.
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ANEXO
● Merieu P. “El significado de educar en un mundo sin referencias” en Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación Dirección Nacional de Gestión
Curricular y Gestión Docente Área de Desarrollo Profesional Docente junio de 2006
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
● Romero Cecilia,(2013) Construyendo justicia educativa en “Hacia la innovación en
la escuela secundaria” Ed Comunicarte. Córdoba
● Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación Rev. Explora “Docentes
en la tarea de cruzar fronteras y tender puentes” Revista del Ministerio de
Educación de la Nación “El monitor” Nº 25 Junio 2010. Dossier “Ser Docente hoy”.
● Kaplan, C. V. . (2021) La implicación afectiva en tiempos de pandemia y en la
postpandemia. Educar para una sociedad de reciprocidades Anales De La
Educación Común, 2(1-2), 104-113. Recuperado a partir de
https://cendie.abc.gob.ar/revistas/index.php/revistaanales/article/view/490.
● Ministerio de Educación de la Nación Argentina Pensar los vínculos en tiempos de
pandemia : la escuela como un lugar de cuidado. - 1a ed - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2022. (hasta pág. 20)
Ampliatoria
● Alliaud, A. (2004) La escuela y los docentes: ¿Eterno retorno o permanencia
constante? Apuntes para abordar una particular relación desde una perspectiva
biográfica”. Cuaderno de Pedagogía Rosario. Año 7 Nro. 12. Rosario. El Zorzal
● Alliaud, A. y Antelo, E. (2009). Los gajes del oficio. Enseñanza, pedagogía y
formación. Buenos Aires. Aique.
● Dussel, I. Brito, A. Núñez, P. (2007) Más allá de la crisis. Visión de alumnos y
profesores de la escuela secundaria argentina. Buenos Aires. Fundación
Santillana.
● Introducción.
● Southwell, M. (Comp.) (2012) La educación secundaria frente a la obligatoriedad:
una ecuación compleja. Entre generaciones. Exploraciones sobre educación,
cultura e instituciones. FLACSO Argentina. Buenos Aires.Homo Sapiens Editorial
● Frigerio, G. y Diker, G. (2005). Educar, ese acto político. Buenos Aires. Del estante.
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ANEXO
Ed. Nueva Visión.
● La palabra educativa entre el laissez faire y la frustración. Pag 65
● Maldonado Horacio (2001) “Escritos sobre Psicología y Educación.” Espartaco.
Córdoba. Cap.5 y 7.
● Skliar C. (2003) ¿ Y si el otro no estuviera allí? Notas para una pedagogía
(improbable) de la diferencia. Miño y Dávila. Bs. As. Cap. ¿Por qué nos
transformamos tanto?
Ampliatoria
● Cordie Anny (1998) Malestar en el docente. Nueva Visión. Bs as.
● Greco, M.B. (2012). Emancipación, educación y autoridad. Prácticas de formación
y transmisión democrática. Buenos Aires. Noveduc.
Ampliatoria
● Alterman, N. (2012) Desarrollo Curricular centrado en la escuela y en el aula.
Aportes para reflexionar sobre nuestras prácticas. Unión de Educadores de la Prov.
de Córdoba. Ministerio de Gobierno, Educación y Cultura. Disponible en:
http://www.uepc.org.ar/conectate/wp-content/uploads/2012/05/Desarrollo-curricular-
centrado-en-la-escuela-y-en-el-aula.pdf
● Frigerio, G y Diker, G (comps.). (2010). Educar: saberes alterados. Buenos Aires.
Del estante.• Gimeno Sacristán, J., Feito Alonso, R., Perrenoud, P., y Clemente
Linuesa, M. (2011). Diseño, desarrollo e innovación del currículum. Madrid. Morata.
● Connell, R. 1999. Escuelas y Justicia Social. Justicia curricular cap. IV. Madrid.
Morata
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Traducción de ZYGMUNT BAUMAN
MIRTA ROSENBERG
en cola~oración con
JAIME ARR.iTh1BIDE SQUIRRU
MODERNIDAD
LÍQUIDA
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8 MODERNIDAD LíQUIDA PRÓLOGO 9
Hasta aquí lo que dice la Encyclopiedia Britannica, en una entrada logro? En otras palabras, ¿acaso la modernidad no ha sido "fluida" desde
que apuesta a explicar la "fluidez" como una metáfora regente de la eta- e! principio? .
pa actual de la era moderna. Éstas y otras objeciones son justificadas, y parecerán más justificadas
En lenguaje simple, todas estas características de los fluidos implican aun cuando recordemos que la famosa expresión "derretir los sólidos",
que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su acuñada hace un siglo y medio por los autores de! Manifiesto comunista,
forma. Los flúidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al se refería al tratamiento con que e! confiado y exuberante espíritu mo-
tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial pero derno aludía a una sociedad que encontraba demasiado estancada para
neutralizan e! impacto -y disminuyen la significación- de! tiempo (resisten su gusto y demasiado resistente a los cambios ambicionados, ya que to-
efectivamente su flujo o lo vuelven irrelevante), los fluidos no conservan das sus pautas estaban congeladas. Si e! "espíritu" era "moderno", lo era
una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y en tanto estaba decidido a que la realidad se emancipara de la "mano
proclives) a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es e! muerta" de su propia historia ... y eso sólo podía lograrse derritiendo los
flujo de! tiempo más que e! espacio que puedan ocupar: ese espacio que, sólidos (es decir, según la definición, disolviendo todo aquello que per-
después detodo, sólo llenan "por unmomento". En cierto sentido los só- siste en el tiempo y que es indiferente a su paso e inmune a su fluir). Esa
lidos cancelan el tiempo; para losIíquidos, pare! contrario, lo que im- intención requería, a su vez, la "profanación de lo sagrado": la desauto-
porta es el tiempo. En la descripción de los sólidos, es posible ignorar rización y la negación del pasado, y primordialmente de la "tradi-
completamente e! tiempo; en la descripción de los fluidos, se cometería' ción" -es decir, elsedimento y el residuo de! pasado en el presente-o Por
un error grave si el tiempo se dejara de lado. Las descripciones de un lo tanto, requería asimismo la destrucción de la armadura protectora
fluido son como instantáneas, que necesitan ser fechadas al dorso. forjada por las convicciones y lealtades que permitía a los sólidos resis-
Los fluidos se desplazan con facilidad. "Fluyen';, "se derraman", "se tirse a la "licuefacción".
desbordan", "salpican", "se vierten", "se filtran", "gotean", "inundan", . Recordemos, sin embargo, que todo esto no debía llevarse a cabo para
"rocían", "chorrean", "manan", "exudan"; a diferencia de los sólidos acabar con los sólidos definitivamente ni para liberar al nuevo mundo de
no es p~sible detenerlos fácilmente -sortean algunos obstáculos, disuelve~ ellos para siempre, sino para hacer espacio a nuevos y mejores sólidos;
otros o se filtran a través de ellos, ernpapándolos-, Emergen incólumes para reemplazar el conjunto heredado de sólidos defectuosos y deficientes
de sus encuentros con los sólidos, en tanto que estos últimos -si es que si- por otro, mejor o incluso perfecto, y por eso mismo inalterable. Al leer el
guen siendo sólidos tras el encuentro- sufren un cambio: se humedecen o Ancien Régime [El Antiguo Régimen y la Revolución] de De Tocqueville,
empapan. La extraordinaria movilidad de los fluidos es lo que los asocia podríamos preguntarnos además hasta qué punto esos "sólidos" no es-
con la idea de "levedad", Hay líquidos que en pulgadas cúbicas son más taban de antemano resentidos, condenados y destinados a la licuefac-
pesados que muchos sólidos, pero de' todos modos tendemos a visualizar- ción, ya que se habían oxidado y enmohecido, tornándose frágiles y poco
los como más livianos, menos "pesados" que cualquier sólido. Asociamos confiables. Los tiempos modernos encontraron a los sólidos premodernos
."levedad" o "liviandad" con movilidad e inconstancia: la práctica nos de- en-un estado bastante avanzado de desintegración; y uno de los motivos
muestra que cuanto menos cargados nos desplacemos, tanto más rápido más poderosos que estimulaba su disolución era el deseo de descubrir o
será nuestro avance. inventar sólidos cuya solidez fuera -por una vez- duradera, una solidez en
Estas razones justifican que consideremos que la "fluidez" o la "liqui- la que se pudiera confiar y de la que se pudiera depender, volviendo al
dez" son metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase mundo predecible y controlable.
actual -en muchos sentidos nueva- de la historia de la modernidad. Los primeros sólidos que debían disolverse y las primeras pautas sagra-
. Acepto que esta proposición pueda hacer vacilar a cualquiera que esté das que debían profanarse eran las lealtades tradicionales, los derechos y
familiarizado con e! "discurso de la modernidad" y con e! vocabulario obligaciones acostumbrados que ataban de piesy manos, obstaculizaban
empleado habitualmente para narrar la historia moderna. ¿Acaso la mo- los movimientos y constreñían la iniciativa. Para encarar seriamente la
dernidad no fue desde e! principio un "proceso de licuefacción"? ¿Acaso tarea de construir un nuevo orden (¡verdaderamente sólido!), era nece-
"derretir los sólidos" no fue siempre su principal pasatiempo y su mayor sario deshacerse del lastre que e! viejo orden imponía a los constructores.
10 MODERNIDAD LíQUIDA
PRÓLOGO 11
momento, el momento de la modernidad fluida, son los vínculos entre fielmente las reglas y modalidades de conducta correctas y adecuadas a
las elecciones individuales y los proyectos y las acciones colectivos -las esa ubicación.
estructuras de comunicación y coordinación entre las políticas de vida Sin embargo, esos códigos y conductas que uno podía elegir como pun-
individuales y las acciones políticas colectivas-o tos de orientación estables, y por los cuales era posible guiarse, escasean
En una entrevista concedida a Jonathan Rutherford el 3 de febrero de .cada vez más en la actualidad. Eso no implica que nuestros contemporá-
1999, Ulrich Beck (quien hace pocos años acuñó el término "segunda mo- neos sólo estén guiados por su propia imaginación, ni que puedan decidir
dernidad" para connotar la fase en que la modernidad "volvió sobre sí a voluntad cómo construir un modelo de vida; ni que ya no dependan de
misma", la época de la soi-disant "modernización de la modernidad") ha- la sociedad para conseguir los materiales de construcción o planos autori-
bla de "categorías zombis" y de "instituciones zornbis", que están "muer- zados. Pero sí implica que, en este momento, salimos de la época de los
tas y todavía vivas". Nombra la familia, la clase y el vecindario como "grupos de referencia" preasignados para desplazarnos hacia una era de
ejemplos ilustrativos de este nuevo fenómeno. La familia, por ejemplo: "comparación universal" enla que el destino de la labor de construcción
individual está endémica e irremediablemente indefinido, no dado de an-
¿Quées una familia en la actualidad? ¿Qué significa? Por supuesto, temano, y tiende a pasar por numerosos y profundos cambios antes de al-
hay niños, mis niños, nuestros niños. Pero hasta la progenitura, el canzar su único final verdadero: el final de la vida del individuo.
núcleo de la vida familiar, ha empezado a desintegrarse con el di- En la actualidad, las pautas y configuraciones ya no están "determi-
vorcio r...] Abuelas y abuelos son incluidos y c!kcluidos sin recur- nadas", y no resultan "autoevidentes" de ningún modo; hay demasia-
sos para participar en las decisiones de sus hijos e hijas. Desde el das, chocan entre sí y sus mandatos se contradicen, de manera que cada
punto de vista de los nietos, el significado de los abuelos debe de-
una de esas pautas y configuraciones ha sido despojada de su poder
terminarse por medio de decisiones y elecciones individuales,
coercitivo o estimulante. Y, además, su naturaleza ha cambiado, parlo
Lo que se está produciendo hoyes, por así decirlo, una redistribución y cual han sido reclasificadas en consecuencia: como ítem del inventario
una reasignación de los "poderes de disolución" de la modernidad. Al de tareas individuales. En vez de preceder a la política de vida y de en-
principio, esos poderes afectaban las instituciones existentes, los marcos cuadrar su curso futuro, deben seguirla (derivar de eIJa), y reformarse y
que circunscribían los campos de acciones y elecciones posibles, como remoldearse según los cambios y giros que esa política de vida experi- .
los patrimonios heredados, con su asignación obligatoria, no por gusto. mente. El poder de licuefacción se ha desplazado del "sistema" a la "so-
Las configuraciones, las constelaciones, las estructuras de dependencia e ciedad", de la "política" a las "políticas de vida" .,. o ha descendido del
interacción fueron arrojadas en el interior del crisol, para ser fundidas y "macronivel" al "rnicronivel" de la cohabitación social.
después remodeladas: ésa fue la fase de "romper el molde" en la histo- Como resultado, la nuestra es una versión privatizada de la moder-
ria de la transgresora, ilimitada, erosiva modernidad. No obstante, los nidad, en la que el peso de la -construcción de pautas y la responsabili-
individuos podían ser excusados por no haberlo advertido: tuvieron que dad del fracaso caen primordialmente sobre los hombros del individuo.
enfrentarse a pautas y configuraciones que, aunque "nuevas y mejores", La licuefacción debe aplicarse ahora a las pautas de dependencia e inte-
seguían siendo tan rígidas e inflexibles como antes. racción, porque les ha tocado el turno. Esas pautas son maleables hasta
Por cierto, todos los moldes que se rompieron fueron reemplazados un punto jamás experimentado ni imaginado por las generaciones ante-
por otros; la gente fue liberada de sus viejas celdas sólo para ser censu- riores, ya que, como todos los fluidos, no conservan mucho tiempo su
rada y reprendida si no lograba situarse -por medio de un esfuerzo de- forma. Darles forma es más fácil que mantenerlas en forma. Los sólidos
dicado, continuo y de por vida- en los nichos confeccionados por el nuevo . son moldeados una sola vez. Mantener la forma de los fluidos requiere
orden: en las clases, los marcos quettan inflexiblemente como los ya di- muchísima atención, vigilancia constante y un esfuerzo perpetuo ... e in-
sueltos estamentos) encuadraban la totalidad de las condiciones y perspec- cluso en ese caso el éxito no es, ni mucho menos, previsible.
tivas vitales, y condicionaban el alcance de los proyectos y estrategias de Sería imprudente negar o menospreciar el profundo cambio que el
vida. Los individuos debían dedicarse a la tarea de usar su nueva liber- advenimiento de la "modernidad fluida" ha impuesto a la condición hu-
tad para encontrar el nicho apropiado y establecerse en él, siguiendo mana. El hecho de que la estructura sistémica se haya vuelto remota e
14 MODERNIDAD LíQUIDA
PRÓLOGO 15
inalcanzable, combinado con el estado fluido y desestructurado del en-
cuadre de la política de vida, ha cambiado la condición humana de rno-
d? radical y exi?e repensar los viejos conceptos que solían enmarcar su los instrumentos naturales de movilidad -Ios miembros inferiores hu-
discurso narrativo. manos o equinos- solían reducir los movimientos de los cuerpos prerno-
· . Como zombis, esos conceptos están hoy vivos y dernos. Cuando la distancia recorrida en una unidad de tiempo pasó a
muertos a l rrusmo tiempo. La pregunta es si su resurrección -aun en una
nueva forma o encarnación- es factible; o, si no lo es, cómo disponer para depender de la tecnología, de los medios de transporte artificiales exis-
ellos un funeral y una sepultura decentes. . tentes, los límites heredados de la velocidad de movimiento pudieron
Este libro está dedicado a esa pregunta. Hemos elegido examinar cinco transgredirse. Sólo el cielo (o, como se reveló más tarde, la velocidad de
conceptos básicos en torno de los cuales ha girado la narrativa ortodoxa la luz) empezó a ser e! límite, y la modernidad fue un esfuerzo constante,
de la .condición humana: emancipación, individualidad, tiempo/espacio, imparable y acelerado por alcanzarlo.
trabaJO. y com~ni?ad. Se ha~ explorado (aunque de manera muy frag- Gracias a sus recientemente adquiridas flexibilidad y capacidad de ex-
menta:la.y preliminar) sucesrvos avatares de sus significados y aplicacio- pansión, e! tiempo moderno se ha convertido, primordialmente, en e! arma
nes practicas, con la esperanza de salvar a los niños del diluvio de aguas para la conquista de! espacio. En la lucha moderna entre espacio y tiempo,
. contaminadas. e! espacio era e! aspecto sólido y estólido, pesado e inerte, capaz de enta-
blar solamente una guerra defensiva, de trincheras ... y ser un obstáculo
La modernidad significa muchas cosas, y su advenimiento y su avance para las flexibles embestidas del tiempo. El tiempo era e! bando activo y
pueden eval~arse empleando diferentes parámetros. Sin embargo, un dinámico del combate, el bando siempre a la ofensiva: la fuerza invaso-
rasgo de la Vida moderna y de sus puestas en escena sobresale particu- ra, conquistadora y colonizadora. Durante la modernidad, la velocidad
larmente, como "diferencia que hace toda la diferencia" como atributo de movimiento y el acceso a medios de movilidad más rápidos ascendie-
crucial del que derivan todas las demás características. E~e atributo es el ron hasta llegar a ser e! principal instrumento de poder y dominación.
cambio en la relación entre espacio y tiempo. Miche! Foucault usó e! diseño de! panóptico de Jeremy Bentham co-
mo archimetáfora del poder moderno. En e! panóptico, los internos es-
, L~ mo~ernidad empieza cuando el espacio y el tiempo se separan de la
taban inmovilizados e impedidos de cualquier movimiento, confinados
practica Vital y entre sí, y pueden ser teorizados como categorías de es-
dentro de gruesos muros y murallas custodiados, y atados a sus camas,
trategia y acción mutuamente independientes, cuando dejan de ser -corno
celdas o bancos de trabajo. No podían moverse porque estaban vigila-
s~lían ~erIo en los siglos premodernos- aspectos entrelazados y apenas
dos; debían permanecer en todo momento en sus sitios asignados por-
discernibles de la experiencia viva, unidos por una relación de corres-
que no sabían, ni tenían manera de saber, dónde se encontraban sus
pondencia estable y aparentemente invulnerable. En la modernidad, el
vigilantes, que tenían libertad de movimiento. La facilidad y la disponi-
ti~mpo tiene historia, gracias a su "capacidad de contención" que se arn-
bilidad de movimiento de los guardias eran garantía de dominación; la
ph~ permane~temente: la prolongación de los tramos de espacio que las
"inmovilidad" de los internos era muy segura, la más difícil de romper
Unidades de tiempo permiten "pasar", "cruzar", "cubrir" ... o conquis-
entre todas las ataduras que condicionaban su subordinación. El domi-
tar. El tiempo adquiere historia cuando la velocidad de movimiento a
nio de! tiempo era e! secreto del poder de los jefes... y tanto la inmoviliza-
través del espacio (a diferencia del espacio eminentemente inflexible, que
ción de sus subordinados en el espacio mediante la negación de! derecho
no puede ser ampliado ni reducido) se convierte en una cuestión de in- a moverse como la rutinización del ritmo temporal impuesto eran las
genio, imaginación y recursos humanos. principales estrategias del ejercicio del poder. La pirámide de poder es-
La idea misma de velocidad (y aun más conspicuarnenre, de acelera- taba construida sobre la base de la velocidad, el acceso a los medios de
ción), referida a la relación entre tiempo y espacio, supone su variabili- transporte y la subsiguiente libertad de movimientos.
dad, y sería difícil que tuviera algún sentido si esa relación no fuera El panóptico era un modelo de confrontación entre los dos lados de la
cambiante, si fuera un atributo de la realidad inhumana y prehumana en relación de poder-,Las estrategias de los jefes -salvaguardar la propia vo-
vez de estar condicionada a la inventiva y la determinación humanas, y latilidad y rutinizar e! flujo de tiempo de sus subordinados- se fusionaron.
si no hubiera trascendido e! estrecho espectro de variaciones a las que Pero existía cierta tensión entre ambas tareas. La segunda tarea ponía
límites a la primera: ataba a los "rutinizadores" al lugar en el.cual habían
PROLOGO 17
16 MODERNIDAD LíqUIDA
citos en guerra. La principal técnica de poder es ahora la huida, el escurri-
sido confinados los objetos de esa rutinización temporal. Los "ruriniza- miento, la elisión, la capacidad de evitar, el rechazo concreto de cualquier
dores" no tenían una verdadera y plena libertad de movimientos: era im- confinamiento territorial y de sus engorrosos corolarios de construcción y
posible considerar la opción de que pudiera haber "amos ausentes". mantenimiento de un orden, de la responsabilidad por sus consecuencias
El panóptico tiene además otras desventajas. Es una estrategia costosa: y de la necesidad de afrontar sus costos.
conquistar el espacio y dominarlo, así como mantener a los residentes en Esta nueva técnica de poder ha sido ilustrada vívidamente por las es-
el lugar vigilado, implica una gran variedad de tareas administrativas en- trategias empleadas durante la Guerra del Golfo y la de Yugoslavia. En
gorrosas y caras. Hay que construir y mantener edificios, contratar y pa- la conducción de la guerra, la reticencia a desplegar fuerzas terrestres fue
gar a vigilantes profesionales, atender y abastecer ·la supervivencia y la notable; a pesar de lo que dijeran las explicaciones oficiales, esa reticen-
capacidad laboral de los internos. Finalmente, administrar significa, de cia no era producto solamente de! publicitado síndrome de "protección
una u otra manera, responsabilizarse del bienestar general del lugar, de los cuerpos". El combate directo en e! campo de batalla no fue evita-
aunque sólo sea en nombre del propio interés... y la responsabilidad sig- do meramente por su posible efecto adverso sobre la política doméstica,
nifica estar atado al lugar. Requiere presencia y confrontación, al menos sino también (y tal vez principalmente) porque era inútil por completo e
bajo la forma de presiones y roces constantes. incluso contraproducente para los propósitos de la guerra. Después de to-
Lo que induce a tantos teóricos a hablar del "fin de la historia", de do, la conquista del territorio, con todas sus consecuencias administra-
posmodernidad, de "segunda modernidad" y "sobrernodernidad", o ar- tivas y gerenciales, no sólo estaba ausente de la lista de objetivos bélicos,
ticular la intuición de un cambio radical en la cohabitación humana y en sino que era algo que debía evitarse por todos los medios y que era con-
las condiciones sociales que restringen actualmente a las políticas de vi- siderado con repugnancia como otra clase de "daño colateral" que, en
da, es el hecho de que el largo esfuerzo por acelerar la velocidad del mo- esta oportunidad, agredía a la fuerza de ataque.
vimiento ha llegado ya a su "límite natural". El poder puede moverse con Los bombardeos realizados por medio de casi invisibles aviones de
la velocidad de la señal electrónica; así, el tiempo requerido para el mo- combate y misiles "inteligentes" -lanzados por sorpresa, salidos de la
vimiento de sus ingredientes esenciales se ha reducido a la instantaneidad. nada y capaces de desaparecer inmediatamente- reemplazaron las inva-
En la práctica, el poder se ha vuelto verdaderamente extraterritorial, y ya siones territoriales de las tropas de infantería y el esfuerzo por despojar
no está atado, ni siquiera detenido, por la resistencia del espacio (el ad- al enemigo de su territorio, apoderándose de la tierra controlada y admi-
venimiento de los teléfonos celulares puede funcionar como el definitivo
nistrada por el adversario. Los atacantes ya no deseaban para nada ser
"golpe fatal" a la dependencia del espacio: ni siquiera es necesario acce-
"los últimos en el campo de batalla" después de que e! enemigo huyera o
der a una boca telefónica para poder dar una orden y controlar sus efec-
fuera exterminado. La fuerza militar y su estrategia bélica de "golpear y
tos. Ya no importa dónde pueda estar el que emite la orden -la distinción
huir" prefiguraron, anunciaron y encarnaron aquello que realmente es-
entre "cerca" y "lejos", o entre lo civilizado y lo salvaje, ha sido prácti-
camente caricelada-). Este hecho confiere a los poseedores de poder una taba en juego en el nuevo tipo de guerra de la época de la modernidad
oportunidad sin precedentes: la de prescindir de los aspectos más irritan- líquida: ya no la conquista de un nuevo territorio, sino la demolición de
tes de la técnica panóptica del poder. La etapa actual de la historia de la los muros que impedían e! flujo de los nuevos poderes globales fluidos;
modernidad -sea lo que fuere por añadidura- es, sobre todo, pospanop- sacarle de la cabeza al enemigo todo deseo de establecer sus propias re-
tica. En el panóptico lo que importaba era que supuestamente las perso- gIas para abrir de ese modo un espacio -hasta entonces amurallado e
nas a cargo estaban siempre "allí", cerca, en la torre de control. En las inaccesible- para la operación de otras armas (no militares) del poder. Se
relaciones de poder pospanópticas, lo que importa es que la gente que .podría decir (parafraseando la fórmula clásica de Clausewitz) que la
maneja el poder del que depende el destino de los socios menos volátiles guerra de hoy se parece cada vez más a "la promoción de! libre comercio
de la relación puede ponerse en cualquier momento fuera de alcance... y mundial por otros medios".
volverse absolutamente inaccesible. . Recientemente, Jim MacLaughlin nos ha recordado (en Sociology, 1/99)
El fin del panóptico augura el fin de la era del compromiso mutuo: en- que e! advenimiento de la era moderna significó, entre otras cosas, e! ataque
tre supervisores y supervisados, trabajo y capital, líderes y seguidores, ejér- consistente y sistemático de los "establecidos", convertidos al modo de
18 MODERNIDAD LíQUIDA
PRÓLOGO 19
trecha con base territorial, implica un obstáculo que debe ser eliminado.
Los poderes globales están abocados al desmantelamiento de esas redes,
en nombre de una mayor y constante fluidez, que es la fuente principal
de su fuerza y la garantía d~ su invencibilidad. Y el derrumbe, la fragili-
dad, la vulnerabilidad, la transitoriedad y la precariedad de los vínculos 1. Emancipación
y redes humanos permiten que esos poderes puedan actuar.
Si estas tendencias mezcladas se desarrollaran sin obstáculos, hom-
bres y mujeres serían remodelados siguiendo la estructura del mol elec- Hacia fines de las "tres gloriosas décadas" que siguieron al final de la
trónico, esa orgullosa invención de los primeros años de la cibernética Segunda Guerra Mundial v-tres décadas de crecimiento sin precedentes y
que fue aclamada como un presagio de los años futuros: un enchufe por- de afianzamiento de la riqueza y de la seguridad económica del próspe-
tátil, moviéndose por todas partes, buscando desesperadamente tomaco- ro Occidente-, Herbert Marcuse protestaba:
rrientes donde conectarse. Pero en la época que auguran los teléfonos
celulares, es probable que los enchufes sean declarados obsoletos y de En cuanto al presente y a nuestra propia situación, creo que nos
mal gusto, y que tengan cada' vez menos calidad y poca oferta. Ya aho- enfrentamos a un nuevo momento de la historia, porque hoy de-
ra, muchos abastecedores de energía eléctrica enumeran las ventajas de bemos liberarnos de una sociedad relativamente funcional, rica y
poderosa [... ] El problema al que nos enfrentamos esla necesidad
conectarse a sus redes y rivalizan por el favor de los buscadores de en-
de liberarnos de una sociedad que atieríde en gran medida a las
chufes. Pero a largo plazo (sea cual fuere el significado que "á largo pla- demandas materiales e incluso culturales del hombre -una socie-
zo"pueda tener en la era de la instantaneidad) lo más probable es que dad que, por usar un eslogan, reparte sus mercancías a un amplio
los enchufes desaparezcan y sean reemplazados por baterías descarta bies sector de la población-o Y esto implica que nos enfrentamos a la
que venderán los kioscos de todos los aeropuertos y todas las estaciones liberación de una sociedad en donde la .liberación no tiene el apa-
de servicio de autopistas y caminos rurales. ' rente sustento de las masas.r
Parece una diotopía hecha a la medida de la modernidad líquida ...
adecuada para reemplazar los temores consignados en las pesadillas al Para Marcuse, que debamos y tengamos que emanciparnos, "liberarnos
estilo Orwell y Huxley. de la sociedad", no representaba un problema. Lo que sí era un proble-
ma -el problema específico de una sociedad que "reparte sus mercan-
Junio de 1999. cías"- es que esa liberación carecía de un "sustento de las masas". Para
decirlo más sencillamente: pocos individuos deseaban liberarse, todavía
menos estaban 'dispuestos a actuar para lograrlo, y prácticamente nadie
sabía con certeza en qué medida esa "liberación de lasociedad" sería di-
ferente de la situación en la que ya se hallaban todos ellos.
"Liberarse" significa literalmente deshacerse de las ataduras que im-
piden o constriñen el movimiento, comenzar a sentirse libre de actuar y
moverse. "Sentirse libre" implica no encontrar estorbos, obstáculos, re-
sistencias de ningún tipo que impidan los movimientos deseados o que
. puedan llegar a desearse. Tal como lo observara Arthur Schopenhauer,
la "realidad" es creada por el acto del deseo; la empecinada indiferencia
1 Herbert Marcuse, "Liberarion from the affluent society", en: Stephen Eric Bronner
y Douglas MacKay Kellner (cornps.), Critical Theory and 'Society: a Reader, Londres,
Routledge, 1989, p. 227.
21
El declive y las mutaciones de la institución
François DUBET
Cadis. Université de Bordeaux 2. EHESS
francois.dubet@sociologie.u-bordeaux2.fr
Resumen
Este artículo trata sobre la forma institucional de la educación escolar. Durante mucho tiempo se
construyó esta forma como un programa estructurador de una economía simbólica caracterizada
por cuatro principios: valores “sagrados”, vocación de los maestros, santuario escolar, liberación
a través de la disciplina. Las transformaciones de la escuela en las sociedades modernas conlle-
van el declive de este programa institucional y engendra un profundo sentimiento de crisis en los
actores. Más allá de esta crisis es importante definir lo que está en juego en esta transformación
de la institución y la obligación que tiene de volverse más democrática y más política.
Abstract
This paper deals with the institutional form of school education. For a long time, this form was built
as a program structuring a symbolic economy, itself characterized by four principles: “sacred”
values, vocation of the masters, school sanctuary, liberation through discipline. The transformations
of school in modern societies induce the decline of this institutional program and generate a deep
feeling of crisis for the actors. Beyond this crisis, it is important to define the issues linked to this
transformation and the obligation that the institution has to become more democratic and more poli-
tical.
Résumé
Cet article porte sur la forme institutionnelle de l’éducation scolaire. Longtemps, cette forme a
été construite comme un programme structurant une économie symbolique caractérisée par qua-
tre principes: valeurs «sacrées», vocation des maîtres, sanctuaire scolaire, libération par la disci-
pline. Les transformations de l’école dans les sociétés modernes entraînent le déclin de ce pro-
gramme institutionnel et engendrent un profond sentiment de crise chez les acteurs. Au-delà de
cette crise, il importe de définir les enjeux liés à cette transformation de l’institution et l’obliga-
tion qui lui est faite de devenir plus démocratique et plus politique.
1. Introducción
“Institución” forma parte de esas palabras de las que uno no puede desha-
cerse a pesar de o a causa de su polisemia y de sus ambigüedades. Se pueden
distinguir tres grandes significaciones. La primera, heredada de la tradición
antropológica, especialmente de Mauss, define como instituciones todas las
prácticas sociales más o menos rutinarias y ritualizadas, todos los sistemas
simbólicos, como las religiones y las lenguas, que se imponen a los actores
como “hechos” que preceden a su acción. En este caso la lista de institucio-
nes es casi infinita: las maneras, las costumbres, los hábitos alimenticios, los
códigos de cortesía... son instituciones. El segundo significado proviene de la
sociología política. Las instituciones son un conjunto de marcos y procedi-
mientos constituyentes de la soberanía, que permiten que se regulen los con-
flictos y que se tomen las decisiones legítimas: las constituciones políticas,
los parlamentos, los procedimientos de arbitraje, los sistemas políticos... El
tercer significado de esta noción identifica las instituciones con organizacio-
nes y empresas beneficiarias de una antigüedad legítima: las empresas y las
administraciones identificadas con el interés general y con la nación accede-
rían al estatus de institución a causa de su fuerte legitimidad –FIAT sería una
institución turinense, y la SNCF* una institución francesa...–.
En este texto utilizaremos la noción de institución en un sentido particu-
lar: el que tiene la función de instituir y de socializar. La institución es defi-
nida entonces por su capacidad de hacer advenir un orden simbólico y de for-
mar un tipo de sujeto ligado a este orden, de instituirlo. En este sentido, la
Iglesia, la Escuela, la Familia o la Justicia son instituciones porque inscriben
un orden simbólico y una cultura en la subjetividad de los individuos, porque
* (N. del T.) El equivalente en español sería la RENFE, es decir, la institución pública encargada del
transporte ferroviario.
2. Socialización y subjetivación
La sociología clásica otorga un lugar central a la socialización en la expli-
cación de la estabilidad de la vida social. Cuando, para los sociólogos, el
orden social no está fundado en el designio de los dioses y cuando no es
reductible al orden natural engendrado por el mercado, se explica por el
hecho de que los individuos interiorizan unas normas y unos valores que les
llevan a reproducir el orden social en el curso mismo de su acción. La socia-
lización “formatea” a los individuos de tal manera que se conducen, sin que
a menudo ellos mismos lo sepan, conforme a las necesidades del sistema. De
acuerdo con esto, la integración social y la integración sistémica vienen jun-
tas (Lockwood, 1964).
En cualquier caso, esta concepción de la socialización descansa sobre una
paradoja. Por un lado, afirma que siendo todo social, los actores interiorizan
modelos, valores, sentimientos, marcos cognitivos colectivos, habitus que
terminan por “clonar” a los individuos. En definitiva, sólo le quedaría a uno
un estilo personal debido a los vaivenes de su historia singular y, aún más, si
le prestamos más atención, este estilo probablemente no sería más que una
mera ilusión. Pero, por otro lado, las sociedades modernas también son socie-
dades individualistas en las que cada uno se percibe como un sujeto libre y
autónomo, como un individuo capaz de ser el autor de sus propios juicios y
de sus propias acciones. Cuando, según la fórmula de Durkheim, el individuo
se convierte en el “dios” de la sociedad moderna, debe ser definido por su
3. El programa institucional
La realización de esta socialización paradójica y, hay que decirlo, algo
milagrosa, exige un dispositivo, una “técnica” de socialización cuyos oríge-
nes se encuentran en la Iglesia y más concretamente en la forma escolar tal
como la ha inventado la Iglesia. Como subrayan Durkheim (1990) y Dumont
(1983), si la Iglesia ha “inventado” la escuela, si ella ha racionalizado la
pedagogía sacando a los alumnos de las familias, creando clases, niveles, dis-
ciplinas, profesionales de la educación, reuniendo y racionalizando en un
solo lugar lo que los preceptores llevaban a cabo individualmente en las fami-
1 Esto va en la misma línea que las críticas que se desarrollan, particularmente las de Foucault, quien
identifica subjetivación y sujeción convirtiendo así al sujeto en un ardid de la sujeción.
El santuario
En la medida en la que los valores de la institución están fuera del mundo,
hace falta que la institución misma esté fuera del mundo, que ella sea un san-
tuario protegido de los desórdenes, los intereses y las pasiones de la sociedad.
La escuela es entonces concebida como una Orden Regular, como un conven-
to separado de la sociedad. De hecho la disciplina escolar se inspira en la
Regla de los conventos, en su regularidad, en su dominio del tiempo y de los
ejercicios escolares, por su repetición y precisión, están acompasados como
los ritos religiosos (Vincent, 1980).
cuencia que la fe auténtica es vivida como una creencia libre en la que obe-
dezco más a mi propia regla que a la de los ritos y las rutinas religiosas.
El programa institucional reposa sobre una concepción fuerte de la sociali-
zación, la que Pascal ya había descrito al escribir “Rezad y atontaos, la razón
vendrá por añadidura”. A través del entrenamiento de los ritos y las discipli-
nas se forja una libertad subjetiva, la de la fe que es un sentimiento personal.
Los profesores defienden el mismo razonamiento cuando explican a los alum-
nos que su libertad, su inteligencia y su espíritu crítico surgirán de su larga
sumisión a las disciplinas escolares. Es en este sentido que la escuela, como
la Iglesia, es una institución, porque instituye un sujeto arrancado de su pro-
pia naturaleza y de su propia naturaleza social. Se podría mostrar fácilmente
como Platón y Freud, por ejemplo, uno anterior a la Iglesia y el otro desde
fuera, desarrollaron concepciones cercanas de la educación en las cuales la
religión no desempeñaba ningún papel, aunque suponen también que lo
“sacro”, la cultura y lo universal se articulan en disciplinas que instituyen un
sujeto capaz de decir “yo” y de conducir por sí mismo su vida dentro de la
sociedad gracias a “la escuela liberadora” como dicen los maestros de escue-
la franceses. Por supuesto, el programa institucional está adaptado necesaria-
mente a la sociedad y dirigido a producir actores conformes a sus demandas.
Pero también está construido en tensión con esta sociedad y esta tensión es la
que separa la socialización y la subjetivación; generalmente el ejercicio tiene
éxito cuando el alumno es capaz de criticar la escuela y su formación y, sobre
todo, cuando lo hace en nombre de los principios de la escuela porque ésta no
será jamás totalmente digna de los principios que promueve.
4. La fuerza de un programa
El hecho de que el programa institucional haya desbordado ampliamente
el mero marco de la Iglesia, que se haya ampliado a la escuela republicana y
a otras instituciones como el hospital o la justicia, indica que posee una fuer-
za y una plasticidad particulares. Tres grandes características pueden explicar
esta persistencia y esta extensión.
La capacidad crítica
La fuerza del programa institucional procede también de su plasticidad
puesto que no cambia fundamentalmente de forma incluso cuando cambian
los valores que lo dirigen. Uno de los ejemplos más claros de esta resistencia
podría ser tomado prestado de la concepción de la escuela de Bourdieu y
Passeron (1970). A priori esta teoría es un esfuerzo de crítica y un desencan-
tamiento radical de la escuela, definida como un aparato de reproducción de
las desigualdades sociales, de la cultura dominante mediante una especie de
adiestramiento de los individuos. Pero Bourdieu y Passeron observan preci-
samente que la escuela distribuye “bienes de salvación” y que tiene la capa-
cidad de enmascarar su propio trabajo en nombre de los principios que pos-
tula, de la “gratuidad” de los aprendizajes e incluso, del espíritu crítico ritual
que intenta promover.
Considerada más detalladamente la descripción de la institución escolar
propuesta por estos dos sociólogos se amolda al modelo de programa institu-
cional, visión crítica e “invertida” sin duda, pero visión de la escuela como
institución. Allí donde los creyentes sitúan los valores y los principios sagra-
dos, sitúan “la arbitrariedad cultural” enmascarando la cultura dominante
detrás de la imagen de la cultura universal. Ahí donde está la vocación se da
“la ilusión pedagógica” de la autonomía de los profesores y de su crítica a los
valores de la sociedad y del mundo. El santuario se mantiene porque, para
funcionar eficazmente, la escuela debe afirmar su distancia respecto a los
La relación regulada
De manera general, el programa institucional es una economía simbólica
y no sólo un marco organizado. Esta economía estructura profundamente la
subjetividad de los individuos. Las relaciones entre los roles sociales y la per-
sonalidad están establecidos fuertemente con una predominancia de los roles
que se imponen a las personalidades, pero forjan las subjetividades singula-
res en una tensión entre la adhesión y la resistencia a los roles sociales. El
maestro y el alumno desaparecen detrás de sus roles y se construyen al abri-
go de éstos y bajo su protección.
El sistema de motivaciones que compromete a los individuos también está
fuertemente establecido por el sistema institucional, que ya ofrece motivos y sig-
nificados y trasciende las razones particulares para actuar. La legitimidad de la
cultura escolar se impone pues, como la autoridad del maestro. Claro está, todas
las instituciones incurren en desviaciones y deben dejarles un espacio. Pero en
el programa institucional, se podría decir que la mayor parte de estas desviacio-
nes son parte del programa. Por ejemplo, el que unos alumnos armen jaleo es
ritual y a menudo se tolera, funcionando como una válvula de escape, sin poner
verdaderamente a la institución en peligro (Testanière, 1967). Se puede incluso
formar una contra-institución subterránea que revierta los valores del programa
institucional, a la vez que proviene del propio mecanismo y que permite a los
actores una autonomía crítica “prevista” por el programa. De la misma manera
nes del mundo, otros modelos culturales y se sabe que los adultos y los alum-
nos dedican más tiempo a la televisión que a los estudios. A la larga, el rela-
to weberiano de la modernidad se ha cumplido a través del desencantamien-
to con el mundo, la instauración de la “guerra de los dioses”: los principios
del programa institucional no encarnan ya la unidad de la sociedad, no son
más que un conjunto de principios entre otros y, sobre todo, ya no se asien-
tan sobre una visión homogénea, vertical y trascendente de los valores.
6. Crisis y decepción
El oficio es difícil
Esta larga mutación ha incrementado apreciablemente las dificultades del
oficio de profesor. En un contexto post-institucional, el profesional del trabajo
sobre el otro ya no es un “monje” o un “sacerdote” encargado de tomar el rele-
vo de la economía simbólica de la institución; se convierte en un trabajador
encargado de construir él mismo el marco simbólico de su actividad. El viejo
acuerdo pedagógico organizado por el programa institucional se ha roto y la
carga de trabajo se ha visto desplazada hacia los individuos. Parece poco dis-
Decepciones
A estas dificultades profesionales se suma una profunda decepción ya que
la escuela democrática de masas está lejos de haber cumplido todas sus pro-
2 Para restaurar la dignidad del sistema escolar francés ¡algunos intelectuales proponen suprimir la esta-
dística escolar!
¿“Providencia” o liberalismo?
Muchos actores y sociólogos que analizan las transformaciones de las ins-
tituciones observan tendencias próximas a las que acabamos de describir.
Pero la mayor parte de ellos, especialmente en Francia, las explican en fun-
ción de la expansión del liberalismo, del mercado y de la mundialización. De
este modo, es el cambio del entorno el primero en “atacar” al programa ins-
titucional. Este análisis es válido en la medida en la que el declive del san-
tuario enfrenta directa y brutalmente las instituciones con el mercado y la
sociedad. Sin embargo, este análisis confunde los efectos con las causas, por-
que, en lo esencial, el cambio institucional proviene de la misma modernidad
y de la amplia mutación social y cultural que implica.
Las instituciones escolar y hospitalaria se identifican desde hace mucho con
teorías que atribuyen los fracasos escolares a las simples desigualdades socia-
les porque la escuela seguía siendo “inocente”. Pero cuando el santuario se
erosiona, la culpabilidad se cuela en el trabajo; los usuarios protestan legíti-
mamente y los profesionales de las instituciones se ven privados de todas las
explicaciones que les liberaban de sus responsabilidades: ¿no hay fallos
médicos y fallos pedagógicos detrás de los fracasos?
Este trabajo es más difícil también porque el retroceso del programa institu-
cional deja expuestos a los individuos a una obligación de justificación y de
acountability. En el programa institucional, los profesionales del trabajo sobre
los otros rinden cuentas a unos superiores jerárquicos que comparten con ellos
los valores de la institución y todo se juega “por dentro” en la Iglesia, en la
Escuela, en el hospital y en el ejército... A día de hoy, cuando los muros del san-
tuario se desmoronan, los actores tienen que rendir cuentas ante los usuarios,
ante los clientes, ante los que financian que pueden en cualquier momento
abandonar el mercado de la educación, de la salud y de la religión... La opinión
espera transparencia, donde antes se conformaba con el secreto.
A fin de cuentas el trabajo de socialización ya no puede ser concebido
como consecución de roles sociales. Exige un compromiso de los actores que
tienen que socializarse a través de la construcción de sus propias experien-
cias. La teoría de la socialización más adecuada a este modo de socialización
es, probablemente, la de Mead (1963) porque parte del postulado según el
cual los individuos actúan en un mundo heterogéneo en términos de normas,
de valores y de roles sociales. Por ello, el problema de los actores es el de
construir la unidad de su experiencia y, a partir de ahí, de construirse a sí mis-
mos. Los actores se constituyen a través de “pruebas” que deben a la vez
construir y superar. ¿Cómo movilizarse a sí mismo para lograr hacer su tra-
bajo más allá de la multiplicidad de roles, de expectativas y de alternativas a
las cuales cada uno se ve confrontado? El problema es idéntico en el caso de
los usuarios de las instituciones: ¿cómo movilizarse y construirse mediante
las pruebas escolares, cómo construirse a sí mismo estando enfermo?
¿Qué instituciones?
El declive del programa institucional no significa que salgamos de las ins-
tituciones, que éstas se hayan vuelto inútiles o que sólo puedan ser concebi-
das salvo como sistemas de regulación de la acción tal como se habla hoy en
día de las instituciones económicas que regulan el mercado. Es difícil imagi-
nar que las organizaciones y los profesionales que intervienen sobre el otro,
8. Conclusión
Mientras la regulación general de la vida social parezca globalizarse por la
extensión de mercados y de medios de comunicación, el riesgo de desaparición
de las instituciones es real y con él viene también el riesgo de que una serie de
bienes como la educación, la salud y la justicia ya no escapen de las lógicas de
mercado que erosionan la economía simbólica de la formación de los sujetos.
Esta evolución provoca entonces sentimientos de miedo y de defensa de una
tradición institucional que a veces no es más que nostalgia. Ahora bien, el decli-
ve del programa institucional no significa la muerte de las instituciones, sino la
transformación de las instituciones enfrentadas a un mundo más moderno, más
desencantado, más democrático y más individualista hace falta ver una muta-
9. Referencias bibliográficas
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Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación
Dirección Nacional de Gestión Curricular y Gestión Docente
Área de Desarrollo Profesional Docente
Sabemos que esa rabia para lo mejor y Les voy a presentar entonces, tres series
para lo peor engendra un porvenir y el autor de reflexiones en torno a la temática de
termina diciendo “las víctimas son aquellos educar en tiempos de crisis. Voy a recordar
que han renunciado al porvenir”. algunos de los elementos que constituyen la
crisis de la educación, luego evocaré la
necesidad de volver a los fundamentales
educativos antes de situar algunas Esta crisis de la educación se ve
referencias y algunas perspectivas. reforzada por algunos fenómenos
sociológicos, en particular, la desligazón
La crisis de la educación es una realidad entre generaciones. Podemos decir que
que está ligada, en cierto sentido, al vivimos una formidable aceleración de la
surgimiento de la democracia. Nunca hay historia que hace que la transmisión que
crisis de la educación en sociedades tradicionalmente se efectuaba por una
totalitarias, no hay crisis de educación en las superposición de generaciones ya no pueda
sociedades teocráticas ni en la sociedad efectuarse por medio de esta superposición.
dictatorial; la crisis es el reverso del vacío Con lo cual las generaciones se separan
que instalamos en el corazón mismo de la cada vez más una de otras y lo que separa
sociedad. La democracia afirma que el lugar hoy en día, en occidente, a los padres de 40
del poder esta intrínsecamente vacío, nadie años con respecto a un chico de 15, una
en sí está habilitado a ocupar ese lugar de generación, es eso que separaba a esa
poder, ni el intelectual, ni el hombre de dios, generación de 7 generaciones, hace un siglo.
ni el hombre providencial: el lugar del poder Pasan más cosas en 25 años que las que
está vacío y debe seguir quedando vacío y pasaron en 7 generaciones a lo largo de un
solo puede ser ocupado provisoriamente por siglo. Esto trae aparejada la aparición de
hombres que acepten ser los mandantes de problemas totalmente novedosos, para los
aquellos que les confían provisoriamente el cuales en nuestra propia historia no tenemos
poder. Entonces tenemos que alegrarnos de solución. Los padres están totalmente
la crisis de la educación, en la Unión carenciados porque no pueden usar con sus
Soviética de los años 50 no había ninguna hijos los métodos que sus propios padres
crisis de la educación, en el Irán del ayatolá utilizaron con ellos. Ningún padre puede hoy
Jomeini, en todos los países que están en en día buscar en sus recuerdos para
manos de una dictadura no hay reflexión preguntarse a qué edad hay que comprarle a
educativa. La crisis de la educación es el un chico un celular, evidentemente en
precio que pagan las democracias por la aquella época la cuestión esta no se
incertidumbre que asumen, en términos de planteaba. Esta aceleración de la historia, de
poder político, moral y social. Cuando una la aparición de nuevas tecnologías, nos
democracia afirma que no hay poderes en sí pone ante problemas inéditos para los cuales
y que son los hombres quienes asumen el no hay ningún catecismo escrito y tenemos
poder, no puede entonces imponer a la que intentar soluciones para esos problemas
educación una dirección única, una inéditos. Es por eso que la propia
trayectoria que sea la misma para todos. En parentalidad plantea problemas en la medida
la dictadura los padres que no educan a sus en que precisamente los padres de hoy no
chicos correctamente son considerados tiene escrito su oficio en ninguna parte y
disidentes y, en las sociedades totalitarias, tampoco tienen soluciones por ningún lado
incluso se les retiran sus hijos, ya que la para los problemas que les plantean sus
educación está considerada como un objetivo propios hijos. Y a esto debe agregarse
común, cosificado, indiscutible e indiscutido. además un medio ambiente mediático y
Entonces, en cierta forma, no solamente hay comercial que exaspera el infantilismo en la
que aceptar sino también reivindicar que hay propia sociedad. La publicidad, el conjunto de
y que haya crisis de la educación. Eso quiere los medios de comunicación, reducen al
decir que nadie detenta la verdad educativa, individuo a la condición de consumidor y el
que nadie sabe ni puede imponer en lugar consumidor es aquel que está en estado de
nuestro aquello en que debemos educar a regresión infantil. El motor de la economía es
nuestros hijos y lo que tenemos que hacer de el capricho, es la pulsión de compra, como
y con nuestros hijos. La cuestión de la crisis dicen los psicoanalistas. El motor de nuestras
de la educación está fundamentalmente sociedades es justamente eso, de las cuales
ligada a nuestra visión democrática. En el educador debe liberar al chico. Vivimos en
algunos momentos, incluso preferimos volver un mundo que constantemente dice a todos
a las certezas del pasado, porque tenemos “tus deseos son órdenes”. Mientras que
que asumir, como lo dice Milan Kundera, “la nosotros tenemos que enseñarle al chico que
insoportable levedad del ser”. sus deseos no son órdenes, los adultos
somos constantemente solicitados/ terrible y sabe que si distribuye su sonrisa y
requeridos para regresar a nuestra propia los besos que nos da y hasta nos da las
infantilización para comprar por ejemplo gracias, sabiendo que es él quien tiene todo
montones de cosas que no necesitamos para el poder sobre nosotros (a pesar de que
nada, pero que simplemente son el objeto de nosotros pensemos que tenemos todo el
nuestros caprichos, para tomar decisiones poder sobre él), él podrá hacer lo que quiera
rápidas, muy rápidas, mientras que con nosotros, porque basta con hacernos
tendríamos necesidad de tiempo y de pensar que él no nos quiere para que
serenidad para reflexionar. caigamos deshechos. Ese niño rey, que por
definición es un tirano, vive la totalidad del
Lo que hoy hace difícil la educación, es mundo de acuerdo a su propia subjetividad,
que está a contracorriente de lo que es el es un brujo, es un mago, no es por
carburante económico de la sociedad, del casualidad que en los cuentos para los
consumo individual, la pulsión inmediata y la chicos el brujo y el mago tengan un lugar tan
satisfacción de todos nuestros deseos. especial, hasta en Harry Potter.
Respecto a ello, me parece importante volver
a eso que yo llamo los fundamentos El niño siempre es un brujo que piensa
educativos. Entre esos fundamentos voy a que le basta con imaginar muy fuerte unos
citar brevemente algunos: el nacimiento, por bombones delante de él para que los
supuesto, “el hombre –dice Hannah Arendt– bombones aparezcan, de a poco va a tener
es un ser para el nacimiento, “el nacimiento que ir comprendiendo que su deseo no hace
es la continuidad del mundo”; el nacimiento la ley, que su deseo choca con la existencia
es también para cada uno de nosotros un de los demás y va a tener que aceptar salir
arranque permanente y continuo de la de su omnipotencia. Es difícil y doloroso salir
nostalgia de una felicidad solitaria y prenatal. de la omnipotencia, sobre todo cuando uno
Tenemos que hacer nuestro duelo, siempre, vive en un mondo que además nos invita a la
constantemente, de la satisfacción de todos omnipotencia todo el tiempo, y nos distribuye
nuestros deseos y todas nuestras pulsiones y objetos que son objetos de omnipotencia
este duelo no termina nunca y en este punto como el control remoto, por ejemplo, que es
nacemos y renacemos a cada momento por excelencia el objeto de la omnipotencia
hasta el momento final, hasta el momento de ya que en décimas de segundo uno puede
nuestra muerte. El nacimiento en realidad es optar por el mundo que quiere ver. Para
el surgimiento del sujeto, de un sujeto capaz emplear una metáfora de la teoría
de dotarse de proyectos y por tanto de psicoanalítica, podríamos decir que el control
proyectarse en el porvenir, de hacer remoto es un falo de alta tecnología, en todo
elecciones, de tomar decisiones, de eliminar, caso es un instrumento de alta tecnología. Y
de descartar, de dejar de lado y de darse vemos las consecuencias pedagógicas en las
prioridades, y la prioridad, por supuesto, es clases mismas: en los países desarrollados
salir de lo que los psicólogos llaman el los chicos llegan a clase con un control
egocentrismo inicial, el egocentrismo del niño remoto insertado en la cabeza y lamentan
rey. Todo niño que llega al mundo y que ha profundamente no poder hacer zapping en
sido deseado es un niño rey. Tiene a los clase. Ahí están obligados a quedarse en el
adultos a criterio suyo, porque los chicos mismo canal, y como el docente no puede
saben que lo primero que quieren los adultos rivalizar con la televisión, viven esa situación
es ser amados y amarnos, que haríamos como una profunda frustración. Ahora bien, el
todo por tener el amor de nuestros hijos y crecer es aceptar que el mundo existe por
que eso que se denomina el círculo de fuera de nosotros, que no somos
familia es siempre un círculo amenazado omnipotentes, que el mundo nos ofrece
porque cada uno, en el seno de una familia resistencia y que no depende de nuestra
así sea la más unida, quiere de todas propia voluntad, y que debemos renunciar a
maneras ser querido por el chico más de lo interpretarlo todo.
que el chico quiere a otro, aunque la familia
sea la más solidaria. Siempre estamos ahí En una clase, el chico generalmente
tratando de tener la atención del chico, de piensa que si la maestra lo mira es porque lo
que nos sonría, de reivindicarnos con su está espiando y si no lo mira es porque no lo
amor y el chico sabe que tiene un poder quiere, él piensa eso porque no puede
imaginar que si la maestra no lo mira es una tarea gigantesca que es asignada a cada
simplemente porque está haciendo otra cosa, hombre en todo momento: se trata de tener
está convencido de que todo lo que pasa bajo control esas prevenciones llenas de
está destinado a él y poco a poco va a tener esperanza, de interés, de manera tal que el
que ir aprendiendo que todo no puede ser otro no se vuelva invisible, que no
interpretado, que las cosas son y están fuera permanezca invisible. Él dice además algo
de él y que no siempre están en contra de él, que a mí me parece importantísimo para
que el niño no siempre está en el centro del nosotros los educadores y es que le pueda
mundo. dar razón al otro, que uno puede estar
equivocado respecto de sí mismo y
En una hermosa novela de otro autor equivocado respecto de sus propios
americano, hay un hermoso diálogo entre intereses y es una cosa que no es fácil de
una madre y su hijo. Ellos están en la orilla entender pero que es absolutamente
del río y ven pescaditos y el chico está un necesaria. Y esto me lleva a una idea: que la
poco nervioso y le pregunta a la madre y le educación es aprendizaje para la renuncia a
pregunta: “¿los pescados nos comerían si la omnipotencia. El niño cree que su deseo
estuviéramos muertos?” Y la mamá es ley, no soporta que su deseo pueda verse
responde: “me imagino, bajo el agua los trabado, siempre está a punto de su pasaje al
muertos se ponen blanditos y no sirven para acto; este niño, que yo llamo el “niño bólido”
nada, pero recordá una cosa, ellos no lo en mi trabajo, es el chico que no se queda
hacen por maldad, son así, nada más.” Es nunca en el mismo lugar; “es como un
muy importante –agrega la madre- “conocer resorte continuo” nos dicen los maestros, no
las cosas como son, no como quiero que le interesa nada, se levanta continuamente y
sean ni como querría que fueran, ni una cosa si tiene ganas de tomar agua va y toma agua,
ni la otra, como son. Tenés que descubrir si le molesta otro chico va y lo toma de los
que el mundo no está pensando en vos, que pelos, siempre está en el pasaje al acto,
no hace nada esperando hacerte mal, aun siempre en la inmediatez. No ha construido
cuando haya gente que lo piense, como pasa este espacio interno entre el pasaje y el acto.
con los chicos. El mundo tampoco intenta Ningún deseo está prohibido, aún el deseo
hacerte el gusto, el mundo está ahí y vos de matar; sabemos desde Freud que aquel
tenés que arreglarte con eso.” que no desea matar a alguien es porque
tiene un electroencefalograma chato, que lo
Este es un aprendizaje muy difícil para que está prohibido no es desear matar a
los chicos: el aprendizaje de la alteridad. El alguien sino hacerlo, porque entre el deseo y
aprendizaje del rostro del otro, como dice el acto hay una caja negra que unos la
Manuel Levinas, aparece progresivamente llaman conciencia, otros le dicen alma, otros
como una interpelación a la vez imperativa y razón. No importa como la llamen, para el
misteriosa porque jamás sé quien es y la educador es simplemente el aplazamiento
conciencia del otro me escapa radicalmente. del acto. Aplazar el pasaje al acto, aceptarlo
Y el chico tiene que aprender para tomarse el tiempo de analizar, de
progresivamente a entrar en relación con el encarar las consecuencias de los actos. Un
otro, a colaborar, a reconocerlo como su pedagogo que me gusta mucho que se llama
semejante pero también como un ser distinto. Janusz Korczac, un pedagogo polaco que
Allí hay algo muy complicado para los chicos, murió en Treblinka en el año 1942, había
el otro le da miedo, lo pone nervioso, lo creado en Varsovia orfelinatos para chicos de
inquieta y Levinas dice que en la presencia padres deportados, y en esas instituciones
del otro hay como un llamado a la identidad, donde había mucha violencia y los chicos se
porque su existencia misma me obliga a salir peleaban todo el tiempo, él intentó una
de mi propia identidad, a escuchar otra cosa. cantidad de métodos para que dejaran de
Y ahí hay todo un trabajo permanente de pelearse: dijo que los iba a castigar, que los
aceptación de la alteridad que es iba a dejar sin comer, que los iba a golpear.
consustancial a la educación. Encontramos Nada de eso funcionó, la violencia era más
en un pensador alemán, Georg Gadamer, fuerte. Un día se le ocurrió algo
esta fórmula que me parece muy justa y muy extraordinario, dijo: “a partir de hoy
bien escrita en cuanto al imperativo cualquiera puede agarrar a golpes a
educativo. Él dice que verdaderamente es cualquiera con la condición de que lo
prevenga por escrito 24 horas antes”, e podría ser ese lugar, podría ser ese lugar en
instaló la caja de peleas que era como un donde todos dejan la espada en la puerta, su
buzón donde los chicos escribían “quiero espada física pero también su espada
agarrarte a golpes mañana”, ese buzón se mental, la escuela podría ser ese lugar donde
vaciaba y se volvía a llenar y los chicos la búsqueda de la verdad, de la precisión, del
contestaban “¿por qué me querés pegar? Y rigor, vaya delante de la ley del más fuerte.
eso Korczac se lo impuso a chicos más Marcel Mauss dice que para empezar fue
chiquitos que no sabían leer ni escribir y que preciso primero dejar las lanzas; así ocurrió
tenían que encontrar a alguien que les con el clan, las tribus, los pueblos y así será
escribiera esa carta o descifrara lo que otros mañana en nuestro mundo considerado
habían intentado escribir. Cuando el civilizado: las naciones y los individuos deben
pedagogo inventa esta caja de peleas confrontarse sin sacrificarse unos a otros, en
inventa, a la vez, la educación y la un registro que no es el de la violencia. Las
democracia y sobre todo muestra que el crónicas de Arturo cuentan de qué manera el
desarrollo psicológico y ciudadano es el rey Arturo, con la ayuda de un carpintero,
mismo. Hay una perfecta simetría entre inventó esa maravilla del patio milagroso en
acceder al estado adulto y acceder al estado torno del cual los caballeros ya no se
ciudadano. La modernidad descubre esto: batieron más.
descubre que el ciudadano es precisamente
aquel que renuncia a lo infantil, es aquel que Para nosotros, educadores, nuestra
sabe tomarse el tiempo de examinar las misión hoy es refabricar la mesa redonda, es
consecuencias de sus actos, que no está en crear espacios donde los seres puedan
la inmediatez, que está en el tiempo de la comunicarse sin pelear y en eso hay algo
reflexión y esto es lo que me hace decir que fundamental que me parece ser el gran
toda educación es una educación para el desafío de la modernidad. En las sociedades
aplazamiento, no es una educación para la tradicionales podía esperarse que la gente
frustración. Como decía Freud, yo no creo dejara de pelearse o bien por el miedo al
que la cuestión pase por decirle al chico que castigo, a la sanción o porque estaban bajo
trate de renunciar a sus deseos, sino que hay influencia de una ideología única. En una
que examinar sus deseos, pasarlos por un democracia que acepta la diversidad, que
tamiz, por el tamiz de su conciencia, anticipar acepta la pluralidad para que la gente no se
las consecuencias de sus actos y examinar, enfrente, va a tener que aprender primero a
mas allá de su interés individual, el interés encontrarse, y no como en las sociedades
colectivo. Por eso es que la educación y la tradicionales que funcionaban de manera
democracia se inscriben en el mismo fusional, como una identificación clánica.
movimiento: es la renuncia al narcisismo. Cuando aceptamos la diversidad, el
Educar a un chico es ayudarlo a renunciar a encuentro y la creación de la posibilidad del
su narcisismo y educarnos como pueblo encuentro hacen al fundamento mismo de la
democrático es educarnos para renunciar sociedad, solo hay sociedad en torno de la
cada uno de nosotros a nuestros intereses mesa redonda o bajo la influencia de un jefe,
individuales, para reflexionar acerca de lo pero como queremos democracia tenemos
que podría ser el bien común y el interés que construir esas mesas redondas. Hemos
colectivo. En una democracia la escuela no construido eso que se llaman las grandes
es otra cosa que el lugar de proyección instituciones del Estado, el parlamento, etc.,
posible del aprendizaje de la democracia, etc., que funcionan más o menos bien pero
justamente. Es ese lugar en el cual se rehace que funcionarán mejor si justamente
la experiencia fundadora que describe Marcel construimos a todos los niveles y desde la
Mauss en la conclusión de su ensayo sobre infancia mesas redondas en donde los seres
el don, cuando el autor evoca a los puedan encontrarse.
caballeros de la Mesa Redonda y evoca ese
acto fundante que consiste en colocar la Como tercera y última serie a partir de
lanza a la entrada de la sala diciendo “oh, tú este momento, ¿qué referencias podemos
que entras aquí, renuncias a tu violencia”: darnos, mas concretamente para la
entras en un espacio en donde está la educación?. Cinco referencias rápidas:
meditación, la reflexión, y en donde todo esto
lo hace la ley y no tu espada. La escuela
Nacer al mundo, nacer a la ley, nacer a lo que hay una diferencia fundamental entre la
posible, nacer a la voluntad, nacer a lo muñeca y la hermanita. El problema hoy es
político. que para muchos chicos el mundo entero se
Nacer al mundo es difícil porque para el transforma en un juguete y vemos a chicos
niño el mundo no existe: el mundo es la TV. jugar con el cuerpo de los demás sin
La ficción y la realidad se mezclan imaginar que ese cuerpo está habitado por
constantemente: ¿dónde está la realidad?, alguien, así como los generales lanzan
¿dónde está la ficción? En cierta forma hoy bombas a los países sin imaginar que esos
existir es salir en TV, el que no aparece en países están habitados por gente. La
TV no existe y el chico sabe de esa idea. El capacidad de comprender que la acción
mundo ya no es mundo, es lo que la TV humana no es un juego porque está inscripta
muestra del mundo y lo que la TV no puede en una historia irreversible, porque en la
mostrar, no existe. Lo que no es televisado ni realidad las heridas aun cuando se cierren no
televisable es negado en su existencia. El se olvidan nunca y no se le puede hacer mal
ejercicio de la razón no es demasiado a nadie impunemente, implica un aprendizaje
televisable, es mucho menos televisable, es muy complejo para el chico. Para conocer el
mucho menos espectacular que muchos mundo hace falta salir de la relación dual de
otros acontecimientos. Y llegamos a la idea conflictos y deseos, hay que introducir eso
que lo que no es demasiado espectacular no que denominamos el tercero mediador, hay
tiene derecho a existir. La meditación no es que hacer juntos. Creo que lo esencial de
espectacular, sin embargo ¿puede tener una educación democrática consiste en
derecho a la existencia? Tenemos que aprender a hacer en conjunto. Hacer junto
acompañar al chico en la idea de que con los otros para descubrir que nuestro
Superman no va a llegar a ultimo momento deseo no es omnipotente, que la autoridad
para salvar al mundo, que eso es ficción. verdadera no es la competencia. Creo que la
Que en la realidad Bruce Willis no existe, es democracia debe insuflar el deseo de hacer
una creación, es ficción. Tenemos que salir cosas en conjunto, tiene que ayudar a todas
de lo imaginario para no confundir al mundo las iniciativas donde haya individuos que se
con una película o un juguete. Uno de mis pongan juntos en un proyecto y aprendan a
libros lo titulé “El mundo no es un juguete” y trabajar y a realizar cosas juntos, porque
lo llame así porque salió algunos meses actuar y hacer en conjunto permite ponerse a
después de iniciada la guerra de Irak y la escucha, construir una autoridad que
después de la caída de los norteamericanos encarna al mundo y que ya no encarna en
en Afganistán. Me había impactado ver a los capricho de uno: es en ese hacer juntos que
generales del Pentágono comandar aviones superamos el capricho. Por supuesto, hay
sin pilotos y lanzar bombas a distancia sobre que acompañar a los chicos en ese hacer
blancos virtuales, como si no hubiera ninguna juntos porque es muy difícil, impone
población ahí y como si se tratara renuncia, disciplina y una gestión de la
simplemente de un juego electrónico. Para temporalidad, pero todo esto es lo que
los políticos el mundo se había convertido en permite salirse de la omnipotencia y llegar al
una gigantesca Playstation manejada desde mundo: esto es lo que abre las puertas al
el Pentágono, y esa transformación del mundo.
mundo en juguete, a través de los adultos Un pedagogo que me gusta mucho, les
mismos, por ellos mismos, es evidentemente suele decirle a los educadores “tenés que
el anverso de lo que le tenemos que enseñar saber lo que querés, si lo que querés es
a los chicos. Les tenemos que enseñar que hacerte amar llevale bombones. Pero el día
tiene derecho a romper ese castillo que ha que llegues con las manos vacías te van a
hecho con sus cubos porque la característica tratar de lo peor. Si verdaderamente querés
del juego es justamente la reversibilidad: uno hacer tu trabajo de educador, llevale una
puede romper su castillo porque puede volver cuerda para que tiren de ella”. Estamos
a reconstruirlo y no hay daño ahí. Pero en la hablando de 1945, hoy podríamos decirle
realidad, cuando uno destruye el bien común llevales cosas para hacer, proponeles que
está dañando la posición colectiva y se le hagan cosas en vez de intentar satisfacer
crea una herida a la colectividad. El chico constantemente el deseo de ellos, después
sabe bastante rápido que le puede sacar los vendrá el amor y ahí no está tu recompensa.
ojos a la muñeca pero no a su hermanita, Yo soy muy sensible a esta idea, el chico
necesita ser útil como el adulto. El mismo manera de vestir, de hablar, de comportarse;
pedagogo cuenta una historia de un chico es en el seno de los grupos que la influencia
con grandes dificultades, que estaba al borde que se ejerce hace que esté prohibido amar
del suicidio, que viene a verlo y le dice “hacé algo más que se halle por fuera del grupo,
algo por mí, te pido que hagas algo por mí” y que esté prohibido salir del grupo, que esté
él le responde “no puedo hacer nada por vos, prohibido distinguirse del grupo. Y hoy
nada. Pero vos si podés hacer algo por mí, asistimos a un ascenso en las últimas
podés ayudarme” y lo empleó al chico en su generaciones del fenómeno tribal. El centro
asociación y se convirtió en el brazo derecho de esta tribu, la autoridad que se ejerce
de este hombre. Él se negó a hacer algo por sobre cada uno de los miembros, es de
el chico, por eso yo le pedió que hiciera algo enorme fuerza y nuestra responsabilidad de
por él, le dio un lugar. En una patria, en una adulto es ayudar al chico a liberarse de esa
clase, en una sociedad, cuando alguien presión de la norma que se ejerce incluso a
quiere ocupar todo el lugar es porque no través de las marcas de comercio, de la ropa
tiene lugar, eso vale para el hermano, para la que hace que haya que ser igual a los
hermana, para los alumnos, eso es verdad demás, que haya que ser conforme al
para aquel que ocupa todo el espacio: prototipo. Eso es algo viscoso para los
cuando alguien quiere ocupar todo el espacio chicos, eso les impide acceder a nuevas
es porque no tiene lugar. Darle un lugar en posibilidades, eso los hace sentirse seguro
una obra colectiva es permitirle ya no tener de sí mismo en los proyectos. El chico
más la voluntad de ocupar todo el lugar, necesita que el adulto haga una alianza con
también es así como el chico aprende a él para escapar a todas las formas de
entrar en la ley, así es como aprende que las influencia y de fatalidad. Puedo ayudarte a
reglas no caen del cielo sino que son que seas distinto de lo que te imponen ser y
requeridas por el proyecto que perseguimos mi rol es abrirte posibles, abrirte posibilidades
en común. El adulto no es la regla, él es insospechadas, proponerte objetos culturales
quien lleva al chico hacia la regla. Si el adulto que ignorás, proponerte posibilidades
es la regla, cuando el adulto se va ya no hay profesionales que ni siquiera sospechás,
más regla, la regla no puede ser impuesta, ya proponerte trayectorias de vida que te
está construida, y está construida desde el permitan dejar de lado todas las fatalidad
momento en que se descubre que la sociales y económicas y resistirte a todos
prohibición autoriza, desde el momento en estos tipos de imperio sobre vos. Esto
que se descubre que todas nuestras impone también ayudar al chico a forjarse la
prohibiciones están hechas para autorizar. La voluntad, la libertad solo puede llegar si el
prohibición del incesto autoriza la existencia chico se pone en juego él mismo, si pone en
de la sociedad, la prohibición de hablar todos juego su propia voluntad. Esto supone una
al mismo tiempo permite expresarse, la verdadera formación de la voluntad, una
prohibición de pasar la luz roja: la prohibición voluntad que no niega el deseo sino que lo
autoriza. La verdadera prohibición es aquella pone a prueba de la ley. Para trabajar la
que le permite ver al chico todo eso que la voluntad hay que trabajar siempre la relación
prohibición va a autorizar, y cuando el chico entre deseo y ley y el deseo y la ley no
obedece tiene que saber que no es por pueden articularse más si el niño simboliza
sumisión sino porque es una promesa de ese deseo, si lo representa. Todos tenemos,
libertad, nacer a la ley es también nacer a lo el niño también, todos tenemos pulsiones
posible, porque lo que impide la libertad es el arcaicas, todos tenemos corazones pero
encierro y ese encierro es tanto más también tenemos el deseo de apropiarnos del
poderoso cuando es manejado por grupos otro, amamos a los demás, y al mismo
que ejercen influencia sobre las personas. tiempo amándolos puede que no soportemos
Uno de los problemas más importantes para quererlos libres, por eso es tan importante el
las nuevas generaciones no es la ogro en la mitología. Porque el ogro es aquel
desaparición de la autoridad, sino que el que tanto nos quiere que nos come, y
ejercicio de la autoridad sobre los jóvenes es nosotros los humanos nunca vamos a
hoy mucho más potente, poderoso y tiránico resolver la cuestión de saber cómo amar
que en el caso de las autoridades tanto a alguien sin comérnoslo, o cómo que
tradicionales. Es el ejercicio de la autoridad alguien nos ame tanto pero sin que nos
por estrellas de los medios que imponen su coma, cómo amar a alguien sin privarlo de su
libertad. Todas estas cuestiones no las ha objetos culturales que encarnen esas
resulto nadie y lo mejor que hay que pensar contradicciones y que le ofrezcan la
es que es mejor que nadie las resuelva, mediación necesaria para que él pueda, en
porque no habría más literatura, no habría cierto punto, domar al mundo.
mas cine, no habría nada más.
Nosotros somos portadores de cosas
La única cuestión que nos ocupa es espantosas y el chico también es portador de
cómo ser amado por alguien sin correr el ellas, no podemos hacer como que lo
riego de que nos coma. El chico tiene ese ignoramos. El chico también es un ser
problema y también tiene miedo de no estar violento, pero el objetivo no es prohibirle la
a la altura del deseo de sus padres, tiene violencia sino metabolizar la violencia. La
miedo a ser abandonado, y lo que tengo que finalidad de la cultura es metabolizar la
ofrecerle son objetos culturales donde esos violencia y a partir de ahí podemos llegar a
miedos, esos deseos, encuentren formas puntualizar la actividad del niño para
psicológicamente manipulables. Eso es la progresivamente nacer a lo político.
simbolización, es la capacidad de un objeto
cultural de nombrar las propias fuerzas Lo político es hacer nacer la sociedad,
internas, esas contradicciones, esas una sociedad que no es una comunidad. En
tensiones; es nombrar todo eso para poder una comunidad vivimos juntos porque
manipularlo: o manipulamos nuestras compartimos el mismo pasado, los mismos
pulsiones o son ellas las que nos manipulan. gustos, las mismas elecciones; puede haber
La capacidad de manipular nuestras una comunidad de pescadores, una
pulsiones pasa por representaciones comunidad de gente que le gusta leer los
simbólicas, sobre todo a través de los primeros escritos de Trotzky, o una
cuentos, los mitos. En nuestras sociedades comunidad de gente que le gusta el rap. Una
desarrolladas hay un déficit de lo simbólico sociedad es un conjunto de comunidades
muy fuerte, este déficit deja la puerta abierta que acepta que existen leyes que
al uso mercantil del símbolo. Cuando no hay trascienden su pertenencia comunitaria. A tal
más cuentos está Walt Disney, cuando ya no título la escuela no es una comunidad, es
hay mitología esta Hollywood. No todo es una sociedad que enseña que más allá de
malo, cuando hace algo como la Guerra de las comunidades existen reglas societales
las Galaxias es porque encuentra los que les permiten coexistir a las comunidades,
fundamentos de la mitología, pero esto tiene que les permite a cada uno hacer sus
que alertarnos sobre la necesidad, en una elecciones, tener sus gustos, tener sus
sociedad laica, de no abandonar la forma de propios deseos pero que también permite
expresión cultural que permite a los chicos vivir juntos y darse un marco común. La
pensar la propia historia. El hombre lobo, sociedad impone superar o ir más allá de las
esta persona que de noche se transforma en individualidades comunes educamos para el
lobo, el chico necesita hablar de este lobo bien común, para la polis griega y ahí la
porque este chico tiene que saber que sus educación es educación a lo político. Cuando
padres pueden amarlo, pero que ese padre y yo le pido al chico que renuncie a ser el
esa madre pueden también ser muy centro del mundo le pido como ciudadano
violentos, que pueden transformarse en ese que se inscriba en un colectivo que renuncia
lobo, que todos podemos transformarnos en a que su comunidad le imponga su ley a lo
ese lobo, que todos podemos tener colectivo. Renunciar a ser el centro del
momentos de cólera en los cuales una mundo es a la vez la condición para
cantidad de cosas se nos escapa, la violencia aprender, aprender una lengua extranjera,
se nos escapa. Si el chico no entendió que aprender historia, geografía, matemática,
ese lobo es el hombre que puede pero también es la condición para vivir en la
transformarse en lobo y luego volver a ser sociedad democrática. Por eso el aprendizaje
hombre, no va a poder entender por qué su de saberes es condición para la ciudadanía,
padre que tanto lo quiere un día se va a no son dos cosas diferentes, es lo mismo. El
poner tremendo y va a decir cosas muy feas, aprendizaje de la alteridad es la renuncia a
cómo un chico puede pensar las estar en el centro, es el hecho de hacer
contradicciones de comportamiento de su existir la democracia reconociendo siempre el
propia familia. Solo puede pensarlas si hay espacio vacío del centro. Es un esfuerzo
permanente de los hombres mantener ese emancipación, una pedagogía apoyada en un
espacio vacío en el seno de la familia, de la método experimental donde el chico haga
clase, del barrio, de la ciudad, del país, del hipótesis y las verifique, una pedagogía de la
mundo. Mantener el espacio vacío, diciendo investigación documentaria donde el chico no
que nadie tiene derecho a instalarse en el crea ciegamente en la palabra de nadie y que
centro del mundo: ni el chico en el centro de sí vaya a verificar, vaya a buscar fuentes
la familia ni el tirano en el centro de la ciudad. para seguir buscando la verdad y buscar la
La democracia es eso. verdad por sí mismo
Para decir las cosas rápidas, y ya voy a ir
terminando, la educación en lo político Tenemos la posibilidad de educar a
proviene en primer lugar del reconocimiento nuestros chicos para que sean buscadores
de los demás; pasa simplemente en las de verdades y no para que queden atónitos
formas ritualizadas del saludo: el saludo ante cualquier ídolo que haya. Pienso que la
implica decir te reconozco. Esto también desaparición de lo que llamamos referencias
inicia el aprendizaje del respeto por el otro, puede ser una magnífica oportunidad para
no vivirlo al otro como un peligro sino como construir nuevas referencias, nuevas
un ser a la vez semejante y distinto. Aquí referencias en torno a nuevos valores que
tocamos realmente el corazón de una quedan por inventar: esa es la razón por la
educación para el futuro, de una educación cual en este misterio no tenemos que
que permita a cada cual existir mas allá de volvernos siempre hacia el pasado.
una relación de poder. En cierta manera lo
que hay de formidable hoy es que vivimos la Desconfío de aquellos que pretenden
muerte de los dioses. Vivimos la muerte de que estamos en decadencia, prefiero
los ídolos y estamos en los inicios de la aquellos y aquellas que nos dicen que
invención de algo que es la posibilidad de un podemos construir un porvenir juntos y que
mundo fundado en la cooperación, en la nada está jugado definitivamente y que ese
solidaridad, en la confrontación y no en la porvenir puede ser mejor que el presente y el
adoración de ídolos. Por eso es que no soy pasado.
nostálgico del pasado. Pienso que hay muy
grandes razones para inquietarse por el En occidente hoy está muy bien visto
porvenir, pero también creo que hay muy estar desesperado, hay como una estética de
buenas razones para esperar. El hecho que la desesperación, de la falta de esperaza, y
el cielo esté vacío quizás quiera decir que ha los que no están desesperados pasan por
llegado el tiempo de los hombres, el tiempo idiotas, pero yo prefiero pasar por idiota
de que los hombres hagan su ley, que la porque pienso que en la desesperanza no
hagan ellos mismos y les enseñen a sus hijos hay porvenir.
que son los hombres los que hacen la ley y
que la hacen juntos y no por separado. Muchas gracias por haber venido.
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PROGRAMA
EXPLORA
LAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
DE CAPACITACIÓN
MULTIMEDIAL
PEDAGOGÍA
Introducción | Una relación con la cultura, una autoridad cultural | Método y vocación. Pensar pedagogías
para este tiempo | La política y la sociedad constituyendo la tarea | El empleo docente | Una relación con el mun-
do del trabajo | Conclusiones: los educadores frente a los desafíos del mundo contemporáneo
Autores: Dra. Myriam Southwell (UNLP / CONICET / FLACSO), con la colaboración de la Lic. Silvia Storino | Coordinación Autoral:
Dra. Myriam Southwell (UNLP / CONICET / FLACSO)
2 EXPLORA PEDAGOGÍA
INTRODUCCIÓN
El monitor de la educación
La profesión docente es el resultado de la construcción de una serie de rasgos, funciones y representaciones a lo largo de la historia.
¿Qué transmitirles a las nuevas gene- guen. ¿De qué modo? El laicismo que permitan construir la humanidad
raciones? ¿Cómo pensar una transmi- francés entendía que enseñarles a en el hombre, que inscriban a los
sión emancipadora y no reproducto- pensar por sí mismos era una de niños en un proceso de universaliza-
ra? En las sociedades teocráticas, la esas formas. Históricamente, se bus- ción, que los religuen. Esto implica
transmisión siempre significaba repro- caba escapar de las influencias del trasmitirles los sentidos de los saberes,
ducción; mientras que en las socieda- pensamiento religioso; hoy, pode- darles los medios para perforar el mis-
des democráticas, la transmisión mos pensar en otros modos de suje- terio, medios que les permitan encon-
implica subversión, creación de un ción que están en expansión y de los trar respuestas parciales a cuestiones
presente y futuro diferentes. En la que es necesario enseñarles a los antropológicas. ¿Cómo? Hablándole
medida en que pensemos la educa- niños a desligarse: las influencias de al alumno de sus preguntas antropo-
ción como el surgimiento de una los medios de comunicación, los lógicas: su lugar en el mundo, su rela-
libertad y no como inculcación, educa- comerciales, las marcas. La educa- ción con los demás, consigo mismo,
ción y democracia estarán vinculadas. ción tiene el rol de promover la sus pulsiones. La clave −y la dificultad−
La escuela debe transmitir a los liberación de las distintas formas de reside en transformar saberes fosiliza-
niños, entonces, saberes que los sujeción del sujeto, de permitirle dos en saberes vivientes, para que el
liguen, los desliguen y los religuen. En interrogarse y emanciparse. La alumno se los apropie. Esto permite
el primer sentido, es necesario inte- emancipación pone en discusión el religar a todos los alumnos, en la reu-
grar a los niños a nuestro mundo en estatuto del discurso. En este senti- nión de lo íntimo y lo universal, a tra-
común, transmitirles saberes que les do, la transmisión escolar puede vés de la cultura. Ella es una forma de
permitan integrarse a la sociedad permitir al alumno implicarse −arti- simbolizar lo interior, donde se conju-
(como la lengua, pautas de comporta- cular conocimientos nuevos y ya gan el amor y la libertad.
miento, formación para los oficios), estabilizados, ser activos− y, al mis-
saberes que, en definitiva, los liguen. mo tiempo, desprenderse, separar-
En segundo lugar, tenemos que se, poder tener una mirada crítica. Philippe Meirieu:
transmitirles saberes que les habili- En un tercer momento, inescindible conferencia en "La Mutua",
ten modos de escapar a toda forma de los otros dos, los docentes deben Ciudad de Buenos Aires,
de influencia, saberes que los desli- transmitirles a los alumnos saberes 26 de junio de 2006.
[sino] una carrera esencialmente burocrática dos, cuaderno guía para la maestra novel que, con relación entre decisiones metodológicas y
cuya demanda depende de las necesidades sólo consultarlo, tenía la clave para su trabajo dia- decisiones políticas e ideológicas? Aquel
del Estado". rio [...]. Tenemos uno a la vista del año 1894 que modo prescriptivo de operar sobre la reali-
Esta forma de construir una relación con la contiene desde los consejos de preparación del dad educativa sintetiza el pensamiento polí-
prescripción precisa del método a seguir maestro para su trabajo, determinación precisa de tico y social sobre el cual se basó la escuela
también establece una relación con la autori- la idea o fin de la lección, resumen de un bosquejo, moderna. Incluía una mirada particular de
dad, con la autonomía profesional ante la principios, preparación de lecciones, clase de pre- las disciplinas escolares que mostraba, entre
serie de aspectos que deben ser considera- guntas, actitud, lenguaje, énfasis, inflexión de la otros aspectos, un fuerte relieve moral para
dos al buscar las mejores condiciones para voz y expresión de la cara de la maestra, etcétera la enseñanza, una concepción del conoci-
enseñar, para incluir a los otros en las mane- (Centro Mary O. Graham, 1938: 26). miento que lo entendía de modo acabado y
ras más convenientes de participar del cono- permanente en el tiempo, y una pretensión
cimiento. Sin embargo, no hay nada de Probablemente, este nivel de prescripción de atrapar y "formatear" las diversas com-
natural, esencial o "escrito en piedra" acerca nos resultará desmesurado, pero nos pone plejidades de las realidades educativas.
de los mejores modos de enseñar. El método frente a la ocasión de pensar qué cons- La producción pedagógica, psicológica y
no es sino un artificio que establece una trucción de sujeto con conocimientos, habi- sociológica del siglo XX contribuyó a desarro-
determinada relación del individuo −tanto el lidades y toma de decisiones involucra un llar nuevos modelos e intervenciones sobre
alumno como el docente− con el conoci- planteo así. ¿Qué se añora cuando se tiene esos modelos. De este modo, la formación
miento que aprende o que prepara para nostalgia de un tiempo donde la docencia necesaria para el docente se concentró en las
acercar a otros. contaba con marcos de referencia más cla- particularidades metodológicas de su rol y la
Pensemos en el siguiente ejemplo: ros? ¿Qué la caracterizaba además de la comunicación con los alumnos, pero ya no
Después de esa práctica y a medida que se llega- claridad? ¿Es ese el tipo de formación profe- eran igualmente necesarios los conocimientos
ba a cada conclusión se trasladaba al papel, en el sional que puede ubicarnos en las mejores generales que orientaban las prácticas peda-
cuaderno de métodos, las síntesis del procedi- condiciones para nuestro ejercicio crítico gógicas. Guías e instrucciones para los
miento empleado con los sucesivos pasos a seguir. frente a la serie de aspectos que deben ser docentes y minuciosísimas planificaciones
En forma tan segura, al final de la carrera, cada contemplados para diseñar las mejores expe- empezaron a conformar una "industria" de
alumna-maestra poseía su Cuaderno de Métodos riencias de aprendizaje posibles para nues- la educación que ha sido perdurable. Más
que registraba los empleados para la enseñanza de tros alumnos? ¿No se trata la docencia de un cerca de nuestros días, procesos autoritarios
cada materia, lacónica pero claramente consigna- trabajo irreductible a técnicas? ¿Cuál es la como el de la última dictadura militar se asen-
taron sobre aquellos rasgos preexistentes, a los
Museo de las escuelas/UNLu
caminos. Un aspecto que suele discutirse querida, cultivada y muy extendida en el culares, entiende el trabajo de socialización
con frecuencia en cuanto a la formación de campo de la educación. Nos interesa poner- como una vocación en tanto se encuentra
los docentes es la relación con la práctica. la aquí en un marco más amplio que deje de fundado en valores, y cree que ese trabajo
Hay una creencia instalada en el sentido verla como un atributo individual −frecuen- inculca normas que configuran al individuo
común, según la cual la práctica −en sus temente como algo con lo que se nace o no− y simultáneamente lo vuelven autónomo y
diferentes denominaciones− es el momento para mirarla en términos más colectivos, libre (Dubet, 2006: 22).
en que el nuevo docente entra en contacto como efecto de una dinámica social. La perdurable noción de vocación, puede
con "la realidad" y esta es la que −en forma En su libro El declive de la institución, el ser puesta en diálogo, a su vez, con nuevos
de choque− establece las adecuaciones que sociólogo François Dubet enmarca el trabajo sentidos, identidades y problemas. Mirar la
esa persona deberá operar sobre su forma- docente −entre otros trabajos que caracteri- tarea de enseñar nutrida de responsabilida-
ción. Esta creencia supone, por un lado, una za como "trabajo sobre los otros"− en lo des, saberes diversos y sensibilidad por el
mirada que refuerza la dicotomía entre la que denomina un "programa institucional", mundo y por los otros, nos pone algunos
aproximación conceptual y la vinculación expresión que alude al proyecto de la pasos más adelante de una idea de vocación
más empírica. Pero además, lo que allí surge modernidad: entendida como don personal que remite a
es la idea de que la práctica dictamina, y que El programa institucional se funda sobre valores, restaurar algunos de los modelos más cono-
por lo tanto esa es la experiencia ante la cual principios, dogmas, mitos, creencias laicas o reli- cidos. Los docentes, "en tanto herederos de
deben subordinarse los demás saberes. Esta giosas pero siempre sagradas, siempre situadas una historia, no son custodios de un templo
manera de entender la interrelación entre más allá de la evidencia de la tradición o de un institucional" (Dubet, 2006: 139). Nuestros
diferentes aprendizajes puede contribuir a mero principio de utilidad social [...] invoca princi- modos de operar con la realidad son el
prácticas conservadoras al entender que sólo pios o valores que no se presentan como simples resultado de un proceso de producción cul-
debe operarse con "la realidad", entendida reflejos de la comunidad y sus costumbres, se tural y social que se tramita entre las urgen-
esta como "lo que hay", desestimulando así construye sobre un principio universal y más o cias, prioridades, dilemas y certidumbres de
perspectivas más transformadoras. menos "fuera del mundo" (Dubet, 2006: 35). cada momento histórico. Ese diálogo sensi-
El modo de posicionar al docente frente a ble y autónomo será un terreno productivo
la tarea que venimos describiendo fue carac- Este programa institucional considera el para profesoras y profesores nutridos de
terizada −y continúa siendo caracterizada− trabajo sobre el otro como una mediación saberes sólidos y −seguramente− heterogé-
por la idea de vocación. Esta es una idea entre valores universales e individuos parti- neos. El entramado institucional que pro-
8 EXPLORA PEDAGOGÍA
porcionaba un suelo o punto de partida ve de las instituciones modernas, no es posi- con mayor incertidumbre pero que pueden
común se debilita, pero no implica que por ble renunciar a la tarea de socialización, una ser, al mismo tiempo, menos opresivos y
ello se produzca un "vacío". Aun en el decli- socialización en suelos menos conocidos y más distributivos.
cas del modelo docente que fundó el sistema conservado una significativa presencia en en función de incrementar su competencia
educativo argentino presentaban importan- amplios sectores. intelectual y social y, sobre todo, su respon-
tes cambios. La pretensión de neutralidad Las referencias al profesional crítico, al pro- sabilidad por la obtención de resultados
resultó quebrada. Los docentes −hasta ese fesional eficiente, al profesional autónomo, favorables (Popkewitz y Pereyra, 1994). El
entonces considerados misioneros ascéticos al profesional democrático, establecen énfa- uso del concepto de accountability, de difícil
del saber− realizaron durante la segunda sis particulares en los múltiples significados. traducción al castellano, da cuenta de este
mitad del siglo XX un proceso de asunción Si bien la profesionalización de la tarea cambio que, por una parte, define la necesi-
de su identidad como trabajadores de la edu- docente fue uno de los principios más dad de evaluar la tarea de los profesores en
cación. salientes de la política para el sector en el términos de "rendir cuentas" de su trabajo
En este contexto, el concepto de profesio- marco de las reformas educativas de la déca- (Nóvoa, 2002) y, por otra parte, admite la
nalización docente ha sido objeto de innu- da de 1990, las discusiones acerca del carác- necesidad de regular los procesos de ense-
merables debates teóricos y disputas prácti- ter profesional del trabajo de los docentes ya ñanza y las identidades de los docentes a fin
cas, particularmente en las últimas décadas. estaban presentes en el contexto de la crea- de conseguir una estandarización profesio-
Las reformas educativas latinoamericanas se ción de los sistemas educativos nacionales, nal y una creciente responsabilización indivi-
han incluido en una transformación social y como una de las piezas clave que hicieron dual (Fenwick, 2003; Burchell, 1996).
cultural más amplia. En la mayoría de los posible la educación de masas. La identidad Aunque no en forma precisa ni homogé-
casos nacionales, la temática del desarrollo profesional de los profesores se definió bajo nea, las recomendaciones para el sector pro-
había instalado en las décadas del 50 y el 60 la tutela del Estado nacional, en un proceso venientes de diferentes organismos interna-
una preocupación por la expansión del sis- que supuso la consecuente independencia cionales dan cuenta de estas nuevas formas
tema educativo. Más tarde, la problemática de los intereses propios de las comunidades de entender el trabajo y la identidad de los
de la debilidad de los regímenes políticos locales y la definición de cualidades, virtudes docentes. En algunos casos, relacionan estas
agregó al tema de la expansión el de la for- y capacidades que debían ajustarse al pro- formas con una mejora en la formación ini-
mación y consolidación del sujeto político yecto nacional (Nóvoa, 2002; Lawn, 2001). cial y la capacitación en servicios, con el fin
democrático. En años recientes, las trans- En la década de 1990, la retórica de la pro- de garantizar una educación de calidad que
formaciones culturales caracterizadas por el fesionalización también supuso una serie de responda a las nuevas demandas del actual
advenimiento de la llamada "sociedad del estrategias para racionalizar y normalizar la contexto global. En otros casos, las relacio-
conocimiento" y sus derivaciones en socie- formación y el trabajo de los docentes, aun- nan con la proclama por la dignificación de
dades profundamente desiguales confor- que, a diferencia del anterior escenario, las los docentes ligada a la mejora en las condi-
maron una agenda educativa compleja, con políticas educativas impulsadas no supusie- ciones laborales y a un aumento en sus
yuxtaposición de problemas y temáticas. ron ya un lugar central para los Estados en ingresos. A estas afirmaciones se suman
En Argentina, desde la década de 1950, esta materia. Por el contrario, la tendencia otras que admiten la necesidad de imple-
coincidiendo con los cambios en el modelo fue definir nuevas exigencias para su tarea, mentar mecanismos de evaluación de la
de desarrollo, la consolidación de la socie-
profesional que comience con la formación "profesional" ello involucra conjuntos parti- profesional es producto de una mejora de la
inicial y continúe con el enriquecimiento de culares de disposiciones sobre cómo se debe formación; el docente profesional no sólo
saberes de la experiencia, buscando situar hablar, pensar, actuar y "ver". De este remite a un conjunto de saberes sino a con-
al docente como voz autorizada a través de modo, la profesionalización constituye una diciones personales. Se trata de un campo
la recreación de la herencia cultural y del interpelación que construye al docente pro- de significados que a la vez funciona como
fortalecimiento de sus vínculos con la políti- fesional no sólo como modelo, sino como mecanismo de regulación. En la medida en
ca y con el mundo contemporáneo. reivindicación de una tradición siempre exis- que la perspectiva de la profesionalización
Las palabras actúan para ligar una varie- tente. Sobre este campo se teje, entonces, se va asociando de manera predominante a
dad de presupuestos sobre lo que es social- una variedad de posiciones que son objeto alguno o algunos de los significados posi-
mente apropiado y sobre cómo un individuo de disputa: el docente profesional es res- bles, las políticas adoptadas en consecuen-
debe comprender su propia competencia ponsable primario de la calidad educativa; el cia establecen una norma, una trayectoria
en acciones futuras. Aunque nunca es un docente profesional requiere de condiciones deseable, una serie de condiciones ideales
asunto monolítico, si uno es considerado de trabajo acordes a su estatus; el docente que caracterizan al docente profesional.
CONCLUSIONES:
LOS EDUCADORES FRENTE A LOS DESAFÍOS DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO
las condiciones económicas y sociales de ridad sustentada en la tradición se ha esfu- de cualquiera de esas posiciones, que se la
niños y jóvenes, lo que hace que se consolide mado en el mundo moderno y, por lo tanto, vuelve propia. Esto implica que la tradición
la presunción sobre la imposibilidad de una la tradición no es el fundamento del poder es centralmente una transmisión de con-
buena experiencia educativa. Que haya suje- político, entendido como el juego entre cepciones, de una mirada del mundo que
tos que puedan educarse depende de lo que hombres libres e iguales. En términos de encierra valores y les da sentido a las institu-
hagamos con ellos en la escuela, no sólo de una autoridad pedagógica, estos planteos ciones. Dentro de ellas, modela también
lo que hagan la familia o la sociedad: depen- brindan la posibilidad de preguntarse por la posiciones para los individuos; allí, enton-
de de cómo los recibamos y los alojemos en fuente de su potencia y su significado. ces, la tradición es transmisión para que
una institución que los considere iguales, ¿Sobre qué se sustenta la autoridad de los otros la hagan suya al renovarla.
con iguales derechos a ser educados y a maestros y los profesores cuando la tradi- El mundo en el que vivimos posee difíciles
aprender (Dussel y Southwell, 2004). ción ya no parece ser la fuente de la autori- condiciones de vida pero también promiso-
Además, esta dimensión nos pone frente dad política? ¿De qué forma se puede rios horizontes nuevos, potencialidades y
a la pregunta acerca de los alcances y los hacer conocer el mundo y transmitir la tra- posibilidades que abren otras ventanas
límites del trabajo docente y de la acción dición a los "recién llegados"? ¿Cómo se hacia nuestro presente y nuestro futuro.
escolar. Retomemos algunos conceptos que genera la autoridad del maestro? Qué transmitir, por qué y cómo, son pre-
hemos usado: autoridad, tradición, manda- En este sentido, conviene hacer una dis- guntas fundamentales del quehacer de los
to, renovación, autorización. ¿Sobre qué tinción entre tradición y mandato. Este últi- enseñantes, preguntas cuyas respuestas
bases pensar la autoridad y la potencialidad mo se relaciona con la aceptación y el cum- han ido variando a lo largo de la historia de
de nuestro trabajo como docentes? plimiento. En la tradición, en cambio, hay acuerdo a condiciones políticas, sociales,
Hannah Arendt recuerda que la palabra rasgos en los cuales reconocerse, y es así económicas y culturales, que a su vez segui-
"autoridad" proviene de auctoritas, que como se renueva un vínculo de autoridad rán variando con la historia humana. La
remite a augere (aumentar) y a auctor respecto del presente y del futuro. La expe- docencia es un trabajo social que se consti-
(autor, fundador). En el contexto del riencia que se transmite y se deja a otros es tuye en el entramado de diversas experien-
Imperio Romano, los ancianos, el Senado o también una suma de pasado y autoridad; cias −escolares y extraescolares−, y ese diá-
los patres eran acreedores de una autoridad es sabiduría recogida de la vida que se logo con la cultura de su tiempo es central
sustentada en la tradición de sus anteceso- transfiere a los nuevos para que la hagan para los puentes que los docentes habilitan
res. Así, la autoridad de los vivos no estaba suya. Esa autoridad de la tradición puede para sus alumnos. Este es el nuevo suelo en
entre los vivos, sino entre los ancestros del construir posiciones conservadoras, renova- el que puede nutrirse nuestro trabajo −ade-
pasado. De acuerdo con Arendt, esta auto- doras o críticas, y es a través de ese gesto, más de hacerlo en el diálogo con las nuevas
generaciones−, con problemas clásicos, con
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
El monitor de la educación
La docencia implica siempre una instancia que se constituye en relación con otros y con el propio presente.
A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en fuera distinto. En la educación, esta responsabili- la voluntad oficial. Las instituciones, a tra-
sus años tardíos. Se le nublan los ojos, las manos dad con respecto al mundo adopta la forma de vés de sus muchos actores (maestros,
le tiemblan, ha llegado la hora del adiós. Entonces autoridad. [...] La calificación del profesor consis- alumnos, equipos técnicos, padres, gre-
ocurre la ceremonia de iniciación: el alfarero viejo te en conocer el mundo y ser capaz de darlo a mios, etc.) dejan de ser meras reproducto-
ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así manda conocer a los demás, pero su autoridad descansa ras para transformarse en productoras,
la tradición, entre los indios del noroeste de en el hecho de que asume la responsabilidad con creadoras y recreadoras de aquellos proce-
América: el artista que se va entrega su obra respecto a ese mundo. Ante el niño, el maestro es sos. De esta manera, aquello que en el
maestra al artista que se inicia. Y el alfarero joven una especie de representante de todos los adul- marco institucional entró en crisis, que
no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y tos [...] (Arendt, 1996: 201). resultó insuficiente o improductivo, puede
admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la ser renovado.
rompe en mil pedacitos, recoge los pedacitos y los Recuperar el protagonismo de quienes ¿Qué es, entonces, enseñar? Podemos
incorpora a su arcilla (Galeano, 1993). componemos las instituciones no significa concluir que es un trabajo profesional que
dejar de reconocer el papel privilegiado de posee una tradición en la cual se respalda
La mejor obra se entrega, y en ese traspa- quienes dirigen, administran y gobiernan pero a la que puede revisar porque entien-
so hay enseñanza y responsabilidad. Pero en la organización de la producción y de que no se trata de un mandato inapela-
también ese gesto inaugura un camino reproducción cultural de la sociedad. Aun ble. Por el contrario, la docencia toma esa
nuevo que será distinto del anterior, y al que sin renunciar al lugar de peso que le cabe tradición para renovarla, y en esa renova-
dará forma quien lo protagonice recorrién- al Estado en esto, la perspectiva que busca- ción cultural se autoriza. La potencialidad
dolo con luz nueva. Sobre esta manera de mos abrir tiene presente que la acción edu- que adquiere su voz autorizada puede resi-
concebir el trabajo docente como un modo cativa es propia de espacios que tienen dir en la necesidad de investigar el mundo,
de legar a los otros la mejor obra, nos dice particularidades específicas. Involucra la de interpretarlo y darlo a conocer. Se trata,
mucho la siguiente afirmación de la filósofa relación entre los intereses de los distintos en definitiva, de brindar ese conocimiento
Hannah Arendt: actores grupales e individuales que inter- como un puente, ayudando a cruzar fronte-
Como el niño no está familiarizado aún con el vienen en cada uno de los procesos. Desde ras en una relación mediada que liga y tam-
mundo, hay que introducirlo gradualmente en él; esta concepción, la ampliación de las opor- bién habilita para la renovación, que genera
[...] los educadores representan para el joven un tunidades educativas para todos los chicos responsabilidades −micro y macro, indivi-
mundo cuya responsabilidad asumen, aunque y chicas de las escuelas y la propia selec- duales, colectivas e institucionales− en la
ellos no son los que lo hicieron y aunque, abierta ción de valores, conocimientos y habilida- construcción de una posición con otros y
o encubiertamente, preferirían que ese mundo des que se enseñan no dependen sólo de con nuestro tiempo.
ANALES DE LA EDUCACIÓN COMÚN VOL 2 · N° 1-2
Carina V. Kaplan
Universidad Nacional de Buenos Aires - Universidad Nacional de La Plata -
CONICET
La implicación afectiva en
tiempos de pandemia y
postpandemia. Educar para
una sociedad de reciprocidades
RESUMEN
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ANALES DE LA EDUCACIÓN COMÚN VOL 2 · N° 1-2
mos constituidos para la vida en compañía de otros (Elias, 1998). Somos se-
res interdependientes precisamente porque tenemos esa necesidad de entrar
en contacto, de comunicarnos, de convivir, de simbolizar y de aprender. Por
tanto, resulta relevante generar las condiciones para que la comunidad educa-
tiva pueda objetivar sentimientos de duelo, de ruptura de vínculos, de pérdida
de soportes afectivos, que marcan los sentidos del proceso de escolarización
en el transcurrir de una experiencia traumática. Se trata de transformar los
miedos y los sentimientos de pérdida en esperanza, dado que la escuela re-
presenta algo del orden de lo vital y de proyección del porvenir.
Los sentimientos de pérdida, miedo y soledad se agudizaron en el con-
texto de pandemia. Se observa que en esta experiencia de trauma social se
expresa una red emotiva que transita desde el miedo frente a la posibilidad
de perder las oportunidades académicas que prometían las expectativas
subjetivas respecto del ciclo escolar, hasta los miedos frente a la muerte
y la enfermedad. La posibilidad de la pérdida de una persona que ocupa
un lugar significativo en el entramado de relaciones socioafectivas se con-
vierte en un acontecimiento que faculta la pregunta por la propia vida.
Tengamos en cuenta que el miedo constituye una emoción vertebradora
de la condición humana. Aun cuando la posibilidad de sentir miedo sea
un rasgo invariable de la naturaleza humana, “la intensidad, el tipo y la es-
tructura de los miedos que laten o arden en el individuo [...] aparecen de-
terminados siempre por la historia y la estructura real de sus relaciones
con otros humanos, por la estructura de su sociedad y se transforman con
ésta” (Elias, 1987: 528).
Al mismo tiempo, la soledad es un sentimiento vinculado a la falta de
contacto. Si las profundas relaciones de dependencia emocional que es-
tablecemos en la vida se convierten en una necesidad vital, el sentimiento
de soledad que se experimenta en el mundo social suele estar en la base
del miedo a no existir para los demás. Al mismo tiempo, la soledad es un
sentimiento vinculado a la falta de estima y reconocimiento.
Si las profundas relaciones de dependencia emocional que establece-
mos en la vida se convierten en una necesidad vital, el sentimiento de so-
ledad suele estar en la base del miedo a no existir en los ojos de los otros.
En La soledad de los moribundos, Elias sostiene que “es bastante fútil el
intento de descubrir en la vida de una persona un sentido que sea indepen-
diente de lo que esa vida significa para otros” (Elias 2009:70). El aislamiento
emocional entre los individuos estructura la sensación de que la existencia
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U N A R E F L E X I Ó N A B I E R TA
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ANALES DE LA EDUCACIÓN COMÚN VOL 2 · N° 1-2
112
Pensar
los vínculos
en tiempos
de pandemia:
La escuela
como un
lugar de
cuidado
En este marco, la pregunta por la función social de la escuela se renueva debido a lo diná-
mico y cambiante de la coyuntura actual, invitándonos a pensar: ¿Cuáles son los efectos
que la pandemia ha generado en las subjetividades y en los vínculos en niñas, niños, ado-
lescentes y jóvenes? ¿Cuáles son los modos de alojarlos y acompañarlos desde las escue-
las? ¿Cómo enseñar cuidando y cómo cuidar enseñando? ¿Qué recursos puede ofrecer la
escuela para poner palabras al sufrimiento, al dolor y la pérdida que emergieron ante lo
ocurrido? ¿Resulta necesaria la búsqueda de una perspectiva común para pensar la expe-
riencia? ¿Cómo contribuir a que las políticas públicas puedan promover un pensamiento
o conceptualización de la pandemia que pueda introducir diversas miradas? ¿Debemos
abordar la pandemia en la escuela? ¿Puede ser entendida como un tema de enseñanza?
6.
tampoco realizar generalizaciones, ni mucho menos recetas para superar lo ocurrido, sino
más bien abrir diálogos y espacios de escucha. Para elaborarlo, los equipos de trabajo
mantuvieron reuniones e intercambios con investigadores, investigadoras y docentes. A la
vez, se buscaron testimonios y expresiones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes quie-
nes comparten también en estas páginas situaciones vivenciadas en estos tiempos.
Esperamos que se encuentren en la lectura de estas páginas con preguntas comunes y con
nuevos interrogantes para seguir haciendo escuela hoy.
.7
Apartado I: La escuela en
tiempos de pandemia
1. La escuela en tiempos de pandemia
Cuando comenzó el aislamiento en marzo del 2020, ante la urgencia de encontrar los modos
de hacer escuela en esa coyuntura, las tareas y el envío de actividades quedaron en el
centro de la escena procurando encontrar la forma de sostener la continuidad pedagógica
y el vínculo con las/os estudiantes. Frente a la extensión del confinamiento, rápidamente,
advertimos que muchas de nuestras prácticas docentes no podían trasladarse de
manera directa a una versión mediatizada por la virtualidad. Tampoco la proliferación de
plataformas -que habilitaban encuentros sincrónicos- eran en sí mismas una respuesta
para el ejercicio de nuestra tarea pedagógica. Si a alguien le quedaban dudas, la pandemia
vino a corroborar que la función de la escuela trasciende la acreditación de saberes,
por lo que no se trataría solo de la transmisión de contenidos sino de la oportunidad de
construirlos entre docentes y estudiantes, armando experiencias educativas que resulten
significativas.
La pandemia nos vino a mostrar, una vez más, que la escuela co-construye objetos de co-
nocimiento y deviene, asimismo, en un espacio con tiempos propios para el despliegue de
formas singulares en las que cada estudiante y cada grupo se expresa, aprende y se vin-
cula con otras y otros. En ese sentido, nuestra responsabilidad como docentes supone el
ejercicio de una autoridad pedagógica que promueva aprendizajes y, a la vez, habilite
procesos de subjetivación a partir del ofrecimiento de un espacio material y simbólico,
con los instrumentos necesarios para ocuparlo. Para incluirse en el mundo las/os niñas,
niños, adolescentes y jóvenes precisan de personas adultas que confíen en ellas y ellos,
que las y los desafíen, y que establezcan límites humanizantes. De este modo, nuestra
posición implicaría la responsabilidad de hacerse cargo de otras/os, en el marco de una
relación de confianza que es instituyente.
8.
ber quién acompañaba a cada estudiante del otro lado de la pantalla, cómo esta-
ban transitando el confinamiento y qué extrañaban de la cotidianeidad escolar previa.
La pandemia lo que hizo fue hacer visible la centralidad del vínculo pedagógico, en
el cual reside -por supuesto- la autoridad pedagógica, pero la autoridad entendida
no en el sentido de una imposición, o de una cuestión que baja desde arriba, sino la
autoridad pedagógica entendida como habilitación, como la posibilidad de abrirle al
estudiante y a la estudiante nuevas posibilidades y ofrecerle las herramientas para
conocer el mundo. A partir de la pandemia muchos y muchas docentes advirtieron
que ese vínculo es central en la transmisión del conocimiento, o de los saberes1.
1- Para ampliar,
Posicionarse desde una perspectiva de cuidados implica, entonces, un movimiento a partir invitamos a la lectura del
material Autoridades que
del cual la/el otra/o no es un sujeto al que prevenir o del cual prevenirse, sino un sujeto habilitan a través del cual
se propone repensar la
de derecho que habita la escuela mientras construye su propia identidad. Ello requiere autoridad pedagógica a
partir de nuevos desafíos
necesariamente de una propuesta educativa integral que comprenda que la formación, en las formas de
abordarla y construirla,
además de avanzar en el dominio de la lectura, la escritura y el cálculo, también promueve en una perspectiva
de derechos que nos
el desarrollo de la conciencia de sí misma o sí mismo, del propio cuerpo, del cuerpo de las permita fortalecer
prácticas democráticas
otras personas, de las emociones, de los distintos niveles de autonomía, del propio lugar contemporáneas en
torno a la enseñanza y la
en la sociedad. En ese sentido, resulta clave ofrecer experiencias en las que las/os es- convivencia.
tudiantes puedan decidir, organizarse, implicarse y participar activamente poniendo a 2- Doctora en Filosofía
y Ciencias Sociales.
disposición horizontes culturales diversos y plurales. Profesora de la UBA.
Directora de Proyectos
de Investigación
(UBACyT)
De este modo, el acompañamiento no se configura desde el ejercicio de un lugar que coloca
3- Entendemos
a las/os estudiantes en una posición pasiva, dejándolas/os en el rol de “ser acompañadas/ por experiencias
subjetivantes aquellas
os”, sino que -por el contrario- intenta brindar herramientas, cada vez más complejas, para situaciones en las que
se generan condiciones
que ellas/os mismas/os puedan pensar, reflexionar, cuestionar, imaginar, e interpretar sus para una transformación
de la subjetividad.
experiencias. Tienen que ver con
una ampliación de
las maneras de mirar
y de posicionarse
que posibilitan el
enriquecimiento, la
interpelación y la
transformación en la
medida que se mira de
otra forma, se producen
reposicionamientos y/o
se habilita la producción
de nuevos sentidos.
.9
Se trata de restituir a un sujeto activo. Es decir, no solo acompañar, porque
acompañar tiene a veces ese desliz de que una/o es la/el que acompaña y otra/o es
la/el acompañada/o y eso deja al sujeto en un lugar pasivizado, victimizado. Resulta
mucho más interesante poder buscar recursos que restituyan a un sujeto activo.
Es decir, que pueda ser activo también en el lazo con otros y otras, en armar una
red solidaria, tener una función más activa en lo que es ese acto solidario con la/el
otra/o que le devuelva también algo de la vitalidad que se ha visto afectada.
Paula Husni4
En este punto cobra relevancia el trabajo sobre la afectividad en las escuelas pensando
en el afecto entramado con el acto pedagógico. Generar espacios de circulación de la pala-
bra y de participación democrática en los que niñas, niños, adolescentes y jóvenes puedan
ser escuchadas/os. Espacios que rompan con una posición y forma de explicación adulto-
céntrica (que muchas veces presupone lo que las/os estudiantes pueden estar pensando
o sintiendo y genera conjeturas sobre ello) y que promuevan el protagonismo de las/os
estudiantes para la narración de sus propias vivencias y experiencias.
Se trata de advertir, en palabras de Sara Ahmed (2016), la relevancia política de los afectos,
distanciándonos de prácticas que pretenden regular, educar e individualizar las emocio-
nes, reconociendo su complejidad y posibilitando su despliegue. Las emociones no son
“buenas” ni “malas”, ni tenemos que acompañar a las/os estudiantes a que expresen o al-
cancen determinada emoción, ni a que eliminen alguna en particular; sino que ese desplie-
gue de la afectividad nos habla de encuentros y/o desencuentros con otras/os en formas
bien diversas de atravesar situaciones conflictivas, con ellas/os mismas/os y con el mundo
circundante. Esto impactaría en las formas de convivencia en las escuelas y en el desafío
que supone un aprendizaje que es indisociable de los deseos, temores y malestares que se
suscitan en momentos de conmoción como los vivenciados durante estos tiempos.
Entonces una de nuestras funciones sería la de intermediar, acompañando a que niñas, ni-
ños, adolescentes y jóvenes construyan interpretaciones y posicionamientos propios, con la
prudencia de no apresurarnos frente a la preocupación misma que nos genera, ni intervenir
con preguntas directas sobre lo que sienten y piensan. Es posible, así, validar y reconocer el
tiempo subjetivo en el cual cada persona puede significar lo que sucedió a través del ofreci-
4- Licenciada en
Psicología. Analista miento de representaciones diversas (como la escritura, el arte, el cine, la literatura, el juego,
Miembro de la Escuela de
la Orientación Lacaniana proyectos científicos), en soportes y dispositivos diferentes en pos de promover la tramita-
(EOL). Coordinadora del
equipo de orientación ción y simbolización de lo ocurrido, de forma individual y también colectiva.
psicológica del
bachillerato trans “Mocha
Celis”.
5- Doctor en Psicología,
Profesor Titular de Tenemos que generar propuestas de participación activa de los y las estudiantes para
Psicología Social en las
Facultades de Psicología que transmitan lo que ha sido la experiencia de la pandemia a través de producciones
y Ciencias Sociales artísticas, culturales. Espacios que posibiliten la representación de las niñeces y las
de la Universidad
Nacional de Córdoba adolescencias, que nos permitan corrernos de un lugar adultocéntrico a través del
(UNC) y Coordinador del cual queremos hasta incluso coordinar cómo deberían expresar sus sentimientos, sus
Programa de Promoción
de Convivencia Escolar y emociones y vivencias.
Ciudadanía (PROCONVI),
Facultad de Psicología,
UNC. Horacio Paulin5
10.
2. Subjetividad y escuela, ¿cómo alojar los efectos de la pandemia?
Toda época presenta características que dejan marcas y moldean los modos de ser,
vincularse, actuar, sentir, a los que podríamos llamar “subjetividades de época”. Este con-
cepto tiene la potencialidad de referirse tanto a los aspectos singulares de cada persona,
como a los construidos colectivamente. Somos únicas/os, irrepetibles y diversas/os, y a la
vez, portamos marcas de la época en la que vivimos. Sin duda, una de las marcas de época
más preponderante de los últimos tiempos es la situación de pandemia.
.11
Durante el año 2020, UNICEF junto a otras organizaciones llevó a cabo un estudio sobre los
efectos de la pandemia en niños, niñas y adolescentes, con el fin de conocer las principales
necesidades emocionales y los cambios en los comportamientos durante ese primer año
de pandemia. A través de la investigación se pudo conocer que:
Pablo di Napoli7, Adriana Goglino8 e Iñaki Bardin9 indagaron sobre los sentires
de jóvenes estudiantes durante la pandemia, y advirtieron que la virtualización
forzada de la escolarización, y las consecuencias que trajo aparejadas, fue una
7- Doctor en Ciencias de las cuestiones a las que más les costó adaptarse. El estudio señala que una
Sociales. Investigador del gran proporción de estudiantes extrañaron fundamentalmente dos momentos de
CONICET en el Instituto
de Investigaciones de la escuela secundaria: la sociabilidad intrageneracional y el vínculo pedagógico
Ciencias de la Educación intergeneracional. En este marco, es sensato pensar que la pérdida de un espacio
(IICE), Facultad de
Filosofía y Letras, físico como la escuela no solo haya aumentado la desigualdad educativa en términos
Universidad de Buenos objetivos, sino también la experiencia subjetiva de dicha desigualdad.
Aires (UBA). Docente de
la UBA.
8- Licenciada en
Ciencias de la Educación.
Integrante de proyectos
de investigación
del Instituto de El informe de UNICEF, publicado en el año 2022, destaca la persistencia de manifestacio-
Investigaciones de
Ciencias de la Educación nes y padecimientos experimentados en la primera infancia pese a la mejora de los indi-
(IICE), Facultad de
Filosofía y Letras, cadores epidemiológicos. Entre ellos, releva alteraciones en la alimentación, en el sueño
Universidad de Buenos
Aires (UBA). Docente de y dificultades en los procesos comunicativos. En relación a las adolescencias, el estudio
la UBA.
señala una mejoría en el estado anímico respecto a los dos años anteriores, una mayor
9- Estudiante de la
carrera de Ciencias motivación frente al estudio y el reconocimiento de la alegría por volver al espacio escolar.
de la Educación de la
Facultad de Filosofía
y Letras (FFyL) de la
Universidad de Buenos Podemos pensar el padecimiento como una respuesta psíquica frente a la conmoción que
Aires (UBA). Integrante
de proyectos de produjo la pandemia y el consecuente distanciamiento social. Ahora bien, ello no significa
investigación del Instituto
de Investigaciones de que necesariamente y en todos los casos este padecimiento se convierta en enfermedad, en
Ciencias de la Educación
(IICE), FFyL, UBA. una patología referida a la salud mental. Evitar patologizar ese sufrimiento contribuye a que
12.
niñas, niños, adolescentes y jóvenes, acompañadas/os por personas adultas referentes y
significativas, lo tramiten de la mejor manera posible.
Si bien el atravesamiento por la pandemia ha sido global, existen formas singulares de vi-
virlo. Conocerlas, pensarlas, analizarlas, con el cuidado de no llevar a cabo generalizaciones
“a todas/os nos pasó lo mismo” o de establecer enunciados patologizantes “las/os estudiantes
se encuentran deprimidas/os”, será parte de nuestra tarea y de las formas de acompañar.
Esto equivale a alojar los efectos de los malestares, como un llamado a pensar en las sub-
jetividades contemporáneas dentro de este entramado, y lejos de posiciones esencialistas y
patologizantes.
Los procesos de subjetivación suceden mientras aprendemos, nos vinculamos, nos equi-
vocamos y nos recomponemos; y los conocimientos y saberes circulan, con palabras,
pensamientos, afectividades que se van construyendo en ese tiempo suspendido (Simons
M., Masschelein, 2014) que es la escuela. Tiempo “suspendido” porque se diferencia y se
distancia del tiempo de la producción y de la exigencia del mercado, poniendo una distin-
ción temporal diferente que no se corresponde con la aceleración consumista y con las
formas de desigualdad. En este horizonte, la escuela puede funcionar como ese tiempo
indispensable de formación en donde hacer parte a todas y todos desde una perspectiva
de igualdad.
Un acontecimiento como la pandemia merece un análisis que nos ayude a encontrar he- 10- Licenciada en
Psicología. Doctora
rramientas para elaborar lo vivido. Lo que sucedió nos ha conmovido de formas diversas Honoris Causa de la
Universidad Autónoma
y singulares. Si bien actualmente hemos retomado muchas de nuestras rutinas cotidianas de Entre Ríos (UADER).
Profesora Titular Regular
previas al inicio de la pandemia, el regreso a la presencialidad en las escuelas no sucedió de Salud Pública y Salud
Mental de la Facultad de
del mismo modo al que estábamos acostumbradas/os. El reinicio en burbujas, dar clases Psicología (UBA) (1985-
2021).
con barbijo, los escenarios híbridos que se fueron configurando, las demandas de las fami-
11- Licenciado en
lias frente a situaciones de contagio, impactaron en las formas de hacer escuela, al mismo Psicología (UBA).
Psicoanalista. Becario
tiempo que visibilizaron diversos padecimientos de las/os estudiantes con los que tuvimos Doctoral CONICET.
Docente en Salud
y tenemos que trabajar y aprender a contener. Pública/Mental II, UBA.
.13
Creo que hay un trabajo de colocar en la historia a la pandemia, eso que aparece
como un acontecimiento, hay que empezar a darle una inteligibilidad histórica
porque la pandemia no es solamente el virus que irrumpe, es un modo de vivirlo, y
tiene un montón de continuidades que ya empezamos a verlas.
Tenemos que empezar a entramarla con lo que estaba antes, con lo que viene
después. (...) No fue una ruptura en el continuum de la historia (...) el gran desafío
ahora es poder pensar lo que sucedió en relación con la pandemia; lo que ha hecho
visible, lo que trajo de nuevo.
Miriam Kriger12
Colocar la pandemia en la historia deviene en una doble necesidad. Por un lado, colocar a
la pandemia en la historia singular de cada quién supone darle una inteligibilidad a lo acon-
tecido en la historia personal, hacerle un lugar y entramarla con el resto de las vivencias,
para poder seguir adelante teniendo en cuenta lo sucedido; porque la pandemia no es
solamente un virus que irrumpe y trastoca la vida, sino que implica encontrar un modo de
transitar aquello que sucedió haciéndolo parte y pensando cómo continuar. Por otro lado,
colocar la pandemia en la historia implica también construir una historia en común, generando
condiciones de resignificación o de significación de la experiencia, de habilitar espacios de
producción de sentido colectivos políticos, sociales, que vuelvan posible a los sujetos posi-
cionarse de un modo activo y solidario frente a los tiempos que nos toca atravesar.
Tramitar socialmente los procesos de duelo colectivos posibilita colocar el proceso de duelo
individual en la esfera de lo público, comprender que se trata de un fenómeno que afecta a
toda la sociedad y asimilar que entraña un dolor colectivo que requiere ser elaborado de for-
ma conjunta. Lo que implica reconocer diversas formas de padecimientos y la aceptación de
que aquellas experiencias dolorosas no culminan de un día para el otro, sino que forman par-
te de un proceso. Dar lugar al dolor en términos colectivos, no solo contribuye a reconstruir
los lazos sociales que indudablemente se vieron afectados por la pandemia sino que también
es necesario para imaginar y construir un proyecto como sociedad presente y futura.
14.
Podríamos decir, entonces, que la potencia de la escuela está en la producción de relatos
que no son sólo individuales sino también colectivos. Colocar la pandemia en la historia
en esta doble vertiente (en la dimensión sociopolítica y en la dimensión de la trayectoria
personal) implica restituir a las/os estudiantes en un lugar activo, propiciando el armado
de narrativas desde las cuales situarse, brindando sentidos frente a una realidad que apa-
reció intempestivamente y nos llena de incertidumbre.
Me parece que el mayor riesgo (...) para cualquier acompañamiento que uno piense,
es que quede desligado de la enseñanza misma, porque los recursos subjetivos
que aporta la escuela están en relación a los recursos simbólicos que aporta la
enseñanza.
Laura Kiel13
4. De duelos y transformaciones
Reconocer que algo se perdió me parece fundamental -no sólo las pérdidas de vidas que
a cada una/o nos han afectado de distinto modo, sino también prácticas y modalidades
de encuentros, rutinas y hábitos-, nos deja energía disponible para investir -desear-
otros objetos. Genera un poco de escozor decir que tenemos que hacer duelo por lo que
ya no es, pero yo apuesto a eso, el duelo es necesario como en cualquier pérdida, no
necesariamente la muerte.
Resulta necesario reconocer que algo se perdió. Se han perdido vidas, pero también prácti- 13- Licenciada en
Psicología. Integrante
cas y modalidades de encuentros; se han perdido rutinas y hábitos; se han resignado expec- de proyectos de
investigación: UBACyT,
tativas, deseos y proyectos. Hay estudiantes que no pudieron llevar a cabo su ritos de pasaje Conicet y Agencia
Nacional para la
de nivel educativo, hay cumpleaños que no se han podido festejar de la forma que se venían Promoción Científica y
Tecnológica.
haciendo, situaciones significativas a las que hubo que renunciar. Como en toda pérdida, la
14- Licenciada en
afectación es singular, sin embargo, las niñeces y adolescencias merecen especial acompa- Psicología. Analista
miembro de la Escuela
ñamiento para poder realizar un trabajo de duelo sobre aquello que se perdió. La pérdida, de la Orientación
Lacaniana (EOL) y de
en cuanto tal, necesita ser sostenida y elaborada. Poder reconocer esa pérdida, procesarla, la Asociación Mundial
de Psicoanálisis
simbolizarla y/o nombrarla, permite generar condiciones de posibilidad para que esa energía (AMP). Docente de la
Universidad de Buenos
se encuentre disponible y pueda reubicarse en otros espacios, propuestas, actividades. Aires.
.15
...hay una dificultad muy grande para poder sentirse acompañada/o en el desafío
que implica elaborar duelos. Tenemos más de cien mil muertos. Tenemos una
dificultad para pensar lo traumático de determinadas pérdidas que se dieron sin
contacto, sin cercanía, sin encuentro. Son cuestiones que ahora se abren y recién
van a poder empezar a emerger en todas las modalidades de sufrimiento y de los
sentimientos.
Patricia Álvarez15
Mario Goldemberg16
Dentro del trabajo de elaboración de las pérdidas, el hecho de generar preguntas y/o pro-
blematizaciones -que no apunten a una respuesta única- resulta fundamental. Pensar qué
interrogantes pueden incluirse dentro del espacio del aula y formular problemas es clave
para permitir aproximarnos a lo que ya conocemos, pero también a lo que no terminamos
de entender.
Nuestro desafío tiene que ver con reponer sentidos, re-encarar la tarea educativa, ima-
ginar otros modos de enseñar y aprender y convivir, y entramar lo que sucedió con el
15- Doctora en
Psicología. Psicoanalista. futuro. Así, tras este trabajo compartido, de elaboración de la pérdida y simbolización, será
Profesora Facultad
de Psicología UBA. posible generar condiciones para el despliegue de la subjetividad fomentando formas de
Directora del Proyecto
de investigación vincularnos y de aprender de otros modos.
UBACyT: “Procesos
subjetivos y simbólicos
contemporáneos
comprometidos Historizar, entramar, simbolizar, tramitar lo que sucedió, ponerle palabras, requiere de la
en el aprendizaje
escolar: Nuevas articulación conjunta de la comunidad educativa. Para que estos procesos tengan lugar,
conceptualizaciones e
Intervenciones”. cada institución tendrá que configurar diversos dispositivos institucionales en función de
16- Psicoanalista. pensar qué proyectos, propuestas, estrategias pueden ser viables de crear en pos de que
Analista miembro
de la Escuela de la esta tarea se lleve adelante entre todas/os, y no quede circunscripta a la “buena voluntad”
Orientación Lacaniana
(EOL) y de la Asociación de un/a docente en soledad.
Mundial de Psicoanálisis
(AMP), docente de la
Universidad de Buenos
Aires.
16.
5. El cuidado como respuesta colectiva
Es común escuchar hablar de los cuidados en aspectos bien diversos. Se hace mención, por
ejemplo, al cuidado de la salud en referencia a los distintos modos de construir y promover
el bienestar, tanto propio como de las/os demás. Se habla también de cuidado en referencia
a las tareas del hogar, la crianza y los roles de género asociados a esas actividades. A veces
el cuidado funciona como sinónimo de la palabra seguridad, y otras se vincula al cuidado del
ambiente. Podemos ver que el cuidado resulta un concepto polisémico y, como muchos otros,
en continuo proceso de construcción teórica. Históricamente, en la escuela la idea de cuidado
estuvo ligada al concepto de prevención, atravesada por los enfoques higienistas, biologicis-
tas y sanitarios. Lejos de ser paradigmas superados, estos discursos persisten en posiciones
acerca de la función social de la escuela, los contenidos a ser transmitidos, la concepción de
los sujetos de aprendizaje y la construcción del vínculo pedagógico.
Hoy, el concepto de cuidado circula cada vez más en nuestra sociedad y ha tomado especial
lugar desde el comienzo de la pandemia en los discursos sociales, políticos, mediáticos,
educativos. Más allá de sus múltiples significaciones, coincidimos en que es un elemento
central del bienestar humano. No hay nadie que pueda sobrevivir sin ser cuidada/o o sin
haberla/o sido Se trata de una actividad que realizamos para mantener, reparar y conser-
var nuestro mundo, nuestro entorno, nuestros cuerpos, nuestras subjetividades. En este
sentido, las tareas de cuidado no se limitan a cuidados físicos, básicos y vitales, como ali-
mentar y dar refugio, sino que cuidar implica también una dimensión afectiva que entraña
el escuchar, acompañar, habilitar, preocuparse por la/el otra/o, confiar en lo que puede. El
cuidado se configura, de este modo, como una categoría central para la vida cotidiana e
interpela al ámbito educativo animándonos a pensar: ¿Cómo construimos una pedagogía
del cuidado en las escuelas?
La relación entre enseñar y cuidar fue uno de los puntos que más conmovieron a
las instituciones escolares, porque junto con lo pedagógico durante el 2020 y 2021
también estaba esta preocupación por acercar elementos que tuvieran que ver con
resolver situaciones de vulnerabilidad en sus diversos sentidos. La pandemia iba a
ser una cuestión transitoria, pero hubo un momento en que su extensión generó la
necesidad de trabajar activamente para sostener el vínculo y acompañar situaciones
y vivencias complejas.
Beatriz Celada17
La escuela cuida cuando enseña, no solo desde los contenidos sino también a través de 17- Doctora en
Educación. Investigadora
los vínculos y espacios que se constituyen a partir del entramado institucional y que forman en la Universidad del
Comahue. Directora
de Proyectos de
Investigación IPEHCS-
CONICET-UNCo.
.17
parte de la vida cotidiana en las escuelas. En este sentido dar lugar y alojar las vivencias de
cada estudiante se transforma en una oportunidad de aprendizaje para la convivencia con
otras y otras.
Considerar la pandemia desde una pedagogía de cuidado implica tener presente que exis-
ten múltiples formas de abordaje sobre lo que sucedió en estos tiempos y que, de acuerdo
al momento, al espacio y al nivel educativo, a veces será necesario ubicar la pandemia
en el centro, otras veces acercarse desde los bordes y, en otros casos, implica generar
espacios para descentrarnos de ella. De este modo, se espera que puedan brindarse opor-
tunidades diversas para significar el mundo, construir narrativas en torno a lo vivido y pro-
mover proyectos a futuro. Teniendo esto en cuenta habrá instancias en las cuales, desde
las instituciones, busquemos nombrar la pandemia intentando abrir sentidos en relación
a ella, tomándola como objeto de reflexión y siendo los saberes curriculares una opor-
tunidad para ello. Así, convocar a las/os estudiantes a trabajar sobre las problemáticas
ambientales o el uso de tecnologías en la vida cotidiana, por ejemplo, serán espacios a
partir de los cuales la pandemia y las transformaciones sociales y subjetivas constituyan
una oportunidad para darle lugar a proyectos interesantes y sugerentes que permitan el
despliegue de nuevos saberes sobre lo ocurrido. A su vez, al igual que en otros procesos
de duelo y pérdida, la pandemia puede ponerse momentáneamente en suspensión, ofre-
ciendo el acercamiento de otros saberes y experiencias que den lugar al deseo de nuevos
objetos de conocimiento, lo cual también resulta necesario para poder tramitarla. De esta
manera, se trataría de generar propuestas en las que niñas, niños, adolescentes y jóvenes
se sientan convocadas/os a través de sus opiniones, intereses y anhelos. Aquí proyectos
ligados al deporte, las expresiones artísticas, experiencias recreativas, toman centralidad
en tanto se transforman en oportunidades donde compartir con otras y otros; vincularse y
comunicarse de formas diversas.
6. Promover la corresponsabilidad
18- Postdoctora en
Ciencias Sociales,
Niñez y Juventud. Otra de las realidades que visibilizó fuertemente la pandemia es que la escuela no puede
Investigadora, directora
de investigaciones, concebirse como una institución aislada, ya que forma parte de un Sistema Integral de
coordinadora de equipos
interdisciplinarios. Protección de Derechos. Por ello, resulta necesario consolidar un trabajo de articulación
18.
permanente con otros actores, instituciones y sectores, a fin de favorecer la garantía de
derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Pensar la escuela como parte de una red requiere considerar el principio de corresponsa-
bilidad, para garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes sin perder la especifi-
cidad de cada sector y la contracara del abandono que supone la fragmentación institucio-
nal. Estas articulaciones no surgen espontáneamente y muchas veces requieren de largos
caminos de conocimiento mutuo, que no están exentos de tensiones ya que cada espacio
institucional persigue finalidades diferentes y posee lógicas propias.
Para que esta red pueda consolidarse es necesario reconocer quiénes son las personas que
se encuentran detrás de los aparatos institucionales. Durante la pandemia los vínculos con
las familias, con los centros de salud, con distintas instituciones del Estado y organizaciones
comunitarias, fueron una parte fundamental del trabajo cotidiano en las escuelas y tuvieron
un lugar central en el sostenimiento de las trayectorias educativas. En muchas ocasiones, la
pandemia nos obligó a realizar un nuevo “reconocimiento” entre las/os distintas/os actores
en función de las nuevas coordenadas. Podemos situar entre ellas, la relación entre familias
y docentes, donde en algunos casos se generaron situaciones de mucha cercanía, y el vínculo
de las escuelas con espacios de salud que se resignificó a partir de la instauración de medi-
das sanitarias para la prevención del contagio. Sin dudas, estas articulaciones requieren un
trabajo sistemático y sostenido en función de pensar estrategias en conjunto.
.19
La apuesta del vínculo salud y educación reside, entre otras cosas, en generar espacios
de co-construcción. Así, sobre temas que siempre ocupan y preocupan a los y las
docentes en las escuelas -y que muchas veces se sienten como una carga porque no
encuentran las herramientas suficientes- se transforman en una oportunidad para pensar
en un abordaje conjunto que incluya una propuesta integral.
El acompañamiento desde una pedagogía del cuidado implica entonces un trabajo manco-
munado, con un criterio de corresponsabilidad, entre diversas personas, espacios e ins-
tituciones en pos de construir redes que sostengan y promuevan los derechos de niñas,
niños, adolescentes y jóvenes. No solo realizando abordajes discursivos sino generando
espacios para que los derechos se puedan reconocer y ejercer.
Pensar la escuela en tiempos de pandemia y desde una pedagogįa del cuidado, nos lleva
a tener en cuenta la inclusión y la transversalidad de la Educación Sexual Integral (ESI),
lo que involucra la dimensión curricular y el resto de las prácticas institucionales de la
escuela.
Cabe mencionar que las situaciones de violencias por motivos de género y familiares se
acentuaron durante el periodo de confinamiento. Según datos del Ministerio de Mujeres,
Género y Diversidad de la Nación, durante el contexto de aislamiento social, preventivo y
obligatorio, han aumentado significativamente.
Los cinco ejes conceptuales de la ESI: cuidar el cuerpo y la salud; valorar la afectividad; ga-
rantizar la equidad de género; respetar la diversidad y ejercer los derechos han constituido
19- Doctora en Ciencias desde su creación una herramienta conceptual del Programa Nacional (PNESI) elaborada
Sociales. Investigadora
independiente para poder garantizar la integralidad que prescribe la Ley N 26.150. De este modo, se visi-
del CONICET. Co-
coordinadora del Área biliza las distintas dimensiones que articulan los contenidos de la ESI, donde los aspectos
de Salud y Población
e Investigadora biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos se entrelazan y por lo tanto el abordaje
del Instituto de
Investigaciones integral es fundamental. En tiempos de pandemia, es posible (re) pensar los cinco ejes
Gino Germani. Es
consultora externa de la como núcleos a ser trabajados y desarrollados en el marco de lo que nos proponemos
Organización de Estados
Americanos. pensar en estas páginas.
20.
LXXVIII
1914
Hace unos diez años aún podía tener instantes en que de pronto volvía a
sentirme completamente joven. Cuando, ya barbicano y cargado con todo el peso
de una existencia burguesa, caminaba por las calles de la ciudad natal, podía
suceder que me topara inesperadamente con uno u otro caballero anciano, pero
bien conservado, al que saludaba casi humildemente, reconociendo en él a un
antiguo profesor del colegio. Pero luego me detenía y, ensimismado, lo seguía con
la mirada: ¿Realmente es él, o sólo alguien que se le asemeja a punto de confusión?
¡Cuán joven parece aún, y tú ya estás tan viejo! ¿Cuántos años podrá contar? ¿Es
posible que estos hombres, que otrora representaron para nosotros a los adultos,
sólo fuesen tan poco más viejos que nosotros?
El presente quedaba entonces como oscurecido ante mis ojos, y los años de
los diez a los dieciocho volvían a surgir de los recovecos de la memoria, con todos
sus presentimientos y desvaríos, sus dolorosas trasmutaciones y sus éxitos
jubilosos, con los primeros atisbos de culturas desaparecidas —un mundo que,
para mí al menos, llegó a ser más tarde un insuperable medio de consuelo ante las
luchas de la vida—; por fin, surgían también los primeros contactos con las
ciencias, entre las cuales creíamos poder elegir aquélla que agraciaríamos con
nuestros por cierto inapreciables servicios. Y yo creo recordar que durante toda esa
época abrigué la vaga premonición de una tarea que al principio sólo se anunció
calladamente, hasta que por fin la pude vestir, en mi composición de bachillerato,
con las solemnes palabras de que en mi vida querría rendir un aporte al humano
saber.
Llegué, pues, a médico, o más propiamente a psicólogo, y pude crear una
nueva disciplina psicológica —el denominado «psicoanálisis»— que hoy embarga
la atención y suscita alabanzas y censuras de médicos e investigadores oriundos de
los más lejanos países, aunque, desde luego, preocupa mucho menos a los de mi
propia patria.
Como psicoanalista, debo interesarme más por los procesos afectivos que
por los intelectuales; más por la vida psíquica inconsciente que por la consciente.
La emoción experimentada al encontrarme con mi antiguo profesor del colegio me
conmina a una primera confesión: no sé qué nos embargó más y qué fue más
importante para nosotros: si la labor con las ciencias que nos exponían o la
preocupación con las personalidades de nuestros profesores. En todo caso, con
éstos nos unía una corriente subterránea jamás interrumpida, y en muchos de
nosotros el camino a la ciencia sólo pudo pasar por las personas de los profesores:
muchos quedaron detenidos en este camino y a unos pocos —¿por qué no
confesarlo?— se les cerró así para siempre.
En esta fase evolutiva del joven hombre acaece su encuentro con los
maestros. Comprenderemos ahora la actitud que adoptamos ante nuestros
profesores del colegio. Estos hombres, que ni siquiera eran todos padres de familia,
se convirtieron para nosotros en sustitutos del padre. También es ésta la causa de
que, por más jóvenes que fuesen, nos parecieran tan maduros, tan remotamente
adultos. Nosotros les transferíamos el respeto y la veneración ante el omnisapiente
padre de nuestros años infantiles, de manera que caíamos en tratarlos como a
nuestros propios padres. Les ofrecíamos la ambivalencia que adquiriéramos en la
vida familiar, y con ayuda de esta actitud luchábamos con ellos como habíamos
luchado con nuestros padres carnales. Nuestra conducta frente a nuestros maestros
no podría ser comprendida, ni tampoco justificada, sin considerar los años de la
infancia y el hogar paterno.
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SOUTHWELL- Docentes: La tarea de cruzar fronteras y tender puentes
Propósito del texto: Reflexionar sobre cómo está cambiando el oficio docente, tomando
como punto de partida tanto las transformaciones en la estructura del sistema educativo y
las nuevas pedagogías como los cambios sociales, culturales y políticos que envuelven a
las escuelas. Se nos abre, así, la necesidad de pensar el presente y plantear nuevas
pedagogías en diálogo con la sociedad en la que vivimos.
Enseñar: Establecer una relación, es decir, construir una posición que no está situada en
coordenadas predefinidas, fijas y definitivas sino que sufre alteraciones y busca e inventa
respuestas. Esa relación se establece con la cultura, el poder, los saberes y las formas de
su enseñanza; una relación con los otros y lo que ellos generan en uno, con la política y la
sociedad, con el mundo del trabajo y las múltiples estrategias que desarrollamos para
ubicarnos en él.
Una relación con la cultura, una autoridad cultural.
Lo que funda el sentido del trabajo de enseñar es la relación con la cultura, esto es, la
relación propia y la que propiciamos para los otros.
La relación pedagógica: es una relación asimétrica y es necesaria
El Estado y las instituciones: establecen formas de autoridad; el conocimiento científico;
un docente esforzándose por
desarrollar puentes que no sólo son con su saber específico sino también con la sociedad
en la que vivimos y en la que queremos vivir, construye una autoridad.
Escuela moderna:
-Escuela como renovadora y transformadora de la sociedad
-Límites entre el adentro y el afuera, rígidamente marcados
-Docencia como trabajo individual, figura fuerte que encarna una autoridad superior
Escuela actual:
-Hay un declive de las instituciones
-Se hace imposible demarcar el adentro del afuera
-Docencia como profesión
Podemos autorizarnos como intérpretes, como puentes que dibujen otros cruces entre
las generaciones; la escuela sigue siendo, en efecto, un puente valiosísimo para configurar
este y otros mundos posibles
El escenario educativo para las nuevas generaciones: Transmitir saberes que:
● Liguen
● Desliguen y
● Religuen
Método y vocación:
● Comienzo como formación técnica e instrumental
● Prescripción de métodos de enseñanza
● Cambio a la idea de Vocación (Dubet)
Política y sociedad:
● Dimensión política de la educación
● Neutralidad vs. favorecedora de democratización y participación ciudadana
● Escuela como un espacio en donde se ponen en juego la justicia y la ética.
Empleo docente:
● Actualmente mayor motivación por el “empleo”
● Cuestionamientos en torno a la “vocación” o condiciones intelectuales y físicas para la
función
Relación con el mundo del trabajo:
● Profesionalización docente
● Regulación de la tarea de enseñar
● Creciente responsabilidad individual
La escuela debe cumplir con estas funciones debe constituirse en soporte emocional,
funcionar como refugio y habilitar la posibilidad de constitución del lazo social (lugar para el
encuentro).
Aspira a construir una sociedad de reciprocidades, ella se crea mediante la educación para
el reconocimiento y el respeto mutuos que consiste en: cuidar de sí, hacer algo por sí
mismo y ayudar a los demás.
En síntesis: La escuela como espacio donde se permiten estás cuestiones para que esas
personas tengan la esperanza de algo mejor. Tengan libertades, democracias, pueda
habitar el respeto. De ahí la importancia de la construcción del autoestima. Es esa la
oportunidad, es ese el momento y la importancia de la función docente ahí, del refugio, del
sostén, del acompañamiento.
Generar las condiciones para que la comunidad educativa pueda objetivar sentimientos de
duelo, de ruptura de vínculos, de pérdida de soportes afectivos, que marcan los sentidos del
proceso de escolarización en el transcurrir de una experiencia traumática.
Se trata de transformar los miedos y los sentimientos de pérdida en esperanza, dado
que la escuela representa algo del orden de lo vital y de proyección del porvenir.
Contexto pandemia:
La mirada protectora de la escuela, incluso en la continuidad pedagógica no
presencial, simboliza un sostén emocional, un lugar simbólico donde
amarrarse subjetivamente.
No teniendo la presencia física del contacto directo, permitió una reparación simbólica.
La LECCIÓN que nos deja esta experiencia inédita es que no se puede escindir lo
académico de lo vincular. Sin afectividad, sin afectación subjetiva, sin movilización
emocional, no hay posibilidad de estructurar una trama que promueva los procesos
colaborativos y fraternales de enseñanza y aprendizaje. La importancia del otro en los
procesos de enseñanza -aprendizaje.
Las emociones como categoría interpretativa permiten acceder al corazón de las prácticas
pedagógicas. El lenguaje de las emociones es una gramática fértil para comprender la
construcción de vínculos y las vivencias subjetivas de los actores de la comunidad, donde
se han transformado las ritualidades y las formas de interacción. Las emociones tienen una
dimensión social.
"Nos focalizamos en los objetos a transmitir: Saberes, maneras, usos, valores. Pero al
focalizarnos en esa forma no vemos que la transmisión es una modalidad de relación con el
objeto". Es una dialéctica y la vemos en los procesos de enseñanza-aprendizaje. No sólo se
transmite información, saberes y conocimiento sino que también se transmite la relación que
tienen los docentes con ese conocimiento e inclusive como se lo pasamos al otro, como lo
hago, como yo preparo esa valija. A través de la pasión, del deseo, de la experiencia de los
saberes, etc.
Habilitar oportunidades de alguna manera es que existe otro posible a eso donde el espacio
educativo debería promover esas cuestiones.
Oportunidad tiene que ver con la acción y la apertura a algo diferente. Tengo la oportunidad
de, todavía no ocurre pero sin embargo, existe la posibilidad de que ocurra, pero para que
eso ocurra tienen que pasar cosas.
ÉTICA DE LA OPORTUNIDAD
● Ocasión: es un instante, es huidiza. Es algo que ocurre en un momento, un imprevisto.
● Oportunidad: (el buen momento) Sentido de lo posible. Apunta más lejos que la ocasión.
Tienen más futuro. Lugar y tiempo favorable. Oportunidad que en este presente me permita
pensar en un futuro
● ÉTICA: responsabilidad en el reconocimiento del otro. Cómo juega esto en el escenario
educativo.
La ética de la transmisión:
➔ Afán de actuar justo. Transmisión instituyente.
➔ Transmisión simbólica. Una invitación a tomar lugar.
➔ Oportunidad de la oportunidad: descubrir, inventar, hacer travesías, navegar hacia
otros destinos. Se trata de generar esas condiciones para que algo suceda, tiene que ver
con la oportunidad, con el momento justo.
SUJETO DE LA ENSEÑANZA:
● Otro de los protagonistas de los procesos educacionales. Importancia de las
características psicológicas en relación a la implicancia del vínculo educativo. Importancia
de tener en cuenta los aspectos psicológicos, subjetivos.
● SUJETO (Psicoanálisis) sujeción intrapsíquica y de naturaleza icc (formar parte de la
cultura).
● Sujeción con la función de representar y hacer cumplir el orden social establecido.
● Orden anímico e intelectual como recursos psicológicos en el quehacer educacional
● Mantiene una relación asimétrica con sus alumnos (experienciales, intelectuales,
afectivas, etc). En relación a los derechos había simetría.
● El modo de operar con la asimetría colocándola a favor del aprendizaje dependerá de su
pericia técnica así como la importancia de su estructura afectiva.
Docente: Katherine Watson a cargo del Departamento de Historia del Arte de una escuela
de mujeres en Wellesley
No hay respuesta equivocada. Ni tampoco un libro de texto que les diga qué hacer
Alumnas:
Betty Warren
Giselle Levy
Connie Baker
Joan Brandwyn
Profesor de italiano: Bill Dunbar
Profesora de lenguaje/compañera de casa: Nancy Abbey.
Enfermera: Amanda Armstrong
DIDÁCTICA GENERAL - PROGRAMA 2023
EJE TEMÁTICO I
Introducción
El libro que presentamos busca socializar y poner en discusión los resultados de la investigación
“Condiciones de escolarización y transmisión de saberes. El caso de escuelas primarias y secundarias
de Córdoba”.
Los primeros análisis mostraron que tanto los proyectos implementados por escuelas secundarias de
Córdoba durante la reforma de los 90, como la gestión del tramo final del Ciclo de Especialización (CE)
se orientaron a generar condiciones básicas de escolarización desarrollando estrategias diferenciales
de sobrevivencia institucional. El prestigio acumulado en cada escuela, sus tradiciones institucionales,
las condiciones materiales de infraestructura y equipamiento y las disposiciones objetivas de sus
miembros signaron la diferencia. A pesar de ello, la mayoría no pudo sustraerse de problemas
altamente conflictivos.
Después de 10 años de un despliegue de políticas de restitución del Estado como garante del
cumplimiento del derecho a la educación, estamos ante un tiempo de pasaje, donde se ponen en
juego y persisten viejos y conflictivos atravesamientos. En los espacios locales de las prácticas
asistimos a procesos históricos y otros novedosos entre proyectos nacionales, locales, de organismos
no gubernamentales e inversiones de grupos sostenidos por múltiples factores.
En el contexto nacional, estudios pusieron de manifiesto el problema de la falta de sentido de los
procesos de escolarización, sobre todo para adolescentes y jóvenes, dando cuenta de las variaciones
en los contextos familiares y los lazos sociales. Desde aquí se puede interrogar sobre aspectos críticos,
como la distancia entre lo que se consideran esfuerzos escolares por transmitir saberes socialmente
relevantes y prioritarios para la incorporación en los mundos culturales, sociales y del trabajo que
favorezcan un ejercicio pleno de la ciudadanía, y los avatares de los procesos de reconfiguración
identitaria de los sujetos.
Así, surge el interés por estudiar la relación entre transmisión de saberes, sentidos y condiciones de
escolarización en escuelas primarias y secundarias e identificar las problemáticas emergentes que se
revelan como las más acuciantes.
Estudiamos la relación entre condiciones y enseñanza en el marco de una política pública nacional y
provincial que ha formulado nuevas regulaciones en los niveles educativos, ha producido variaciones
sustantivas en el sentido de los procesos de escolarización, ha modificado la forma de organización
institucional y del trabajo docente así como ha previsto cambios en los dispositivos pedagógicos
didácticos y de evaluación tendientes a garantizar la obligatoriedad de la educación secundaria y la
articulación entre los diferentes niveles y ciclos del sistema.
El discurso político-pedagógico oficial nacional (Consejo Federal de Educación) propone como
estrategia la renovación del sentido de la escuela para la resolución de los graves problemas que la
aquejan.
Ante los esfuerzos para cambiar y construir, la indagación da cuenta de una situación compleja y
crítica en escuelas que atienden a sectores marginalizados de la población. En los últimos años se
observa una tendencia que amplía la brecha que separa la calidad y experiencias vividas por los
alumnos en esas escuelas, de la calidad y experiencias ofrecidas en escuelas que atienden a grupos
poblacionales más heterogéneos y cuyas historias, condiciones materiales y simbólicas están menos
expuestas a variaciones contextuales o de coyuntura.
Por esta razón, las condiciones de escolarización constituyen un analizador fundamental tanto en el
plano estructural como simbólico, ya que serían condiciones de posibilidad de cualquier imaginario
pedagógico que opere revisando las condiciones heredadas de la escuela desde su nacimiento en la
Modernidad, que pueden ser productoras de desigualdad pedagógica o reproductores de
desigualdad social, como los mismos procesos de fragmentación educativa.
El estudio puso en foco las condiciones materiales y condiciones de organización del trabajo escolar y
los significados y estrategias que despliegan los sujetos escolares bajo esas condiciones.
Los resultados de investigaciones permitieron comprender que en las escuelas estudiadas, los
procesos de transmisión fueron impactados por problemáticas interpretadas como inicio de crisis de
autoridad. Estos indicios advierten sobre la necesidad de interrogar los dispositivos específicos de
transmisión que se despliegan en instancias donde pareciera no ser suficiente aludir a la pérdida de
sentido de los saberes escolares como principio de explicación. Desde el discurso oficial nacional y
local se proponen novedosas condiciones pedagógicas generales, pero son escasas las huellas
encontradas en los espacios escolares en que desarrollamos nuestro estudio.
En la investigación se reconocen una serie de situaciones que nos permiten aproximar algunas
hipótesis respecto de la relación al objeto de estudio:
- Se observan indicios de una diferencia evidente entre los alumnos que cursan el Ciclo Orientado (CE)
respecto del Ciclo Básico Unificado (CBU) en cuanto el modo de transitar la experiencia escolar, siendo
en este último caso más conflictiva y problemática en sus vínculos con profesores, compañeros y con
la escuela misma, diferencia que estaría asociada al desconocimiento o no apropiación de la historia
institucional. Historia que aparentemente los adultos no pudieron transmitir a los nuevos ingresantes,
perdiendo así la posibilidad de contar con un recurso de inscripción en una identidad institucional
todavía en proceso de constitución, que requiere de un ideario que los aglutine.
- Alumnos de los primeros años de escolaridad que pertenecen a los sectores de alta vulnerabilidad
social, sin un sentido de pertenencia desarrollado, que caen en las categorías de fracaso, repitencia o
(sobre) edad. Es posible que en su accionar cotidiano reproduzcan las formas conocidas de lo escolar,
en particular, las formas más conflictivas que aprendieron en otras escuelas que decidieron darle la
espalda y reubicarlos en otro lugar.
- Habría docentes que manifiestan cierta resistencia para trabajar pedagógicamente con dichos
estudiantes por el nivel de conflictividad que expresan y así se reproduciría el círculo de la negación de
posibilidades de proyección escolar para los chicos que pasarán de la condición de repitencia al
abandono.
- Se advierte una agudización de la conflictividad en los vínculos interpersonales, tanto a nivel de los
adultos, directivos y profesores y entre los mismos profesores, por diferencias de criterios respecto de
la gestión escolar, las normas de disciplina y de convivencia, las estrategias para resolver los
problemas de violencia en la escuela, el nivel de protagonismo estudiantil habilitado de instancia de
gestión, entre otros rasgos relevantes.
- Se observan signos de crisis del lugar de autoridad directiva, agudizada por la figura del “precariato”
que subsiste, reforzado por estrategias ministeriales que oscilan entre el acompañamiento y el control.
- Se generan divergencias de punto de vista que tensionan los vínculos entre los actores. Las peleas
entre alumnos y hechos de violencia física en un tiempo acotado, constituyen escenas dramáticas
cada vez más presentes en contextos escolares, leídas como profunda crisis de autoridad.
- Se han detectado situaciones de fractura en el pasaje entre el nivel primario y el CBU y en la
finalización del Ciclo de Especialización, a pesar de los discursos que sostienen la necesidad de
articulación inter-niveles. Dicha fractura torna a los estudiantes que acceden el primer año del CBU en
un grupo de mayor vulnerabilidad en términos de exposición al fracaso escolar, y de mayor
precariedad para la apropiación de las regulaciones institucionales y demandas evaluativas, y a
quienes acceden al último año, como el grupo que refleja una escasa capacidad de retención.
- Se observan diferencias sustantivas, entre las escuelas primarias estudiadas, en los modos en que
los sujetos se vinculan con la cultura escrita a través de los libros y las bibliotecas escolares.
A partir del año 2004 se observaron algunos giros en las políticas sociales tendientes a superar las
profundas desigualdades, la disminución de los índices de desocupación y trabajo informal, y a
atenuar las injusticias en la distribución del ingreso (Asignación Universal por Hijo).
En el marco de las políticas educativas, la sanción de la Ley Nacional de Educación 26206/06 legítima
procesos de cambio. Se generan alternativas para repensar la escuela en sus distintos niveles a través
de programas, planes y proyectos, aunque con diversos derroteros en las provincias. El Programa
Integral para la Inclusión Educativa para escuelas primarias, el Plan Nacional de Lectura y el
Programa Conectar Igualdad con dotación de computadoras a cada adolescente o joven de Escuela
Secundaria en todo el territorio nacional, son ejemplo de ello.
En la Provincia de Córdoba, algunas propuestas nacionales se materializan en cambios en la
organización de la escolaridad, con efectos incipientes: desde proyectos escolares puntuales como el
14-17 pasando por decisiones políticas que modificaron el sistema de evaluación, como la
trimestralización y la extensión de 2 a 3 asignaturas previas, la incorporación de coordinadores de
curso para asumir el lugar tutorial y definiciones de cambio curricular con variaciones en las
orientaciones del ciclo superior de la escuela secundaria, en la cantidad de asignaturas y la
redefinición de su orden de dictado.
Por otra parte, en un contexto de problematización de políticas y prácticas curriculares dominantes se
advierte una mayor preocupación por la enseñanza y una tendencia a repensar los saberes
prioritarios y los problemas de acceso a la cultura letrada, en particular en las escuelas primarias a
través de la generación de programas específicos, como el Plan Nacional de Lectura.
Sin embargo, insisten en la escuela formas de concreción de la experiencia escolar que se mueven la
tensión entre políticas inclusivas y prácticas de exclusión, entre la incorporación de sectores sociales
antes excluidos y su desconocimiento en tanto sujetos de derechos, entre saberes trazados y
acordados curricularmente y aquellos que circulan en las aulas.
Modernidad fluida: el hecho de que la estructura sistemática se haya vuelto remota + el estado fluido
y desestructurado del encuadre de la política de vida. Esto ha cambiado la condición humana de
modo radical y exige repensar viejos conceptos que hoy en día están vivos y muertos al mismo tiempo.
La modernidad puede evaluarse empleando diferentes parámetros pero es crucial el CAMBIO EN LA
RELACIÓN ENTRE TIEMPO Y ESPACIO. // La modernidad empieza cuando el espacio y el tiempo se
separan de la práctica vital y entre sí. El TIEMPO en la modernidad tiene HISTORIA, gracias a su
“capacidad de contención” que se amplía permanentemente: prolongación de los tramos de espacio
que las unidades de tiempo. EL TIEMPO ADQUIERE HISTORIA CUANDO LA VELOCIDAD DE
MOVIMIENTO A TRAVÉS DEL ESPACIO SE CONVIERTE EN UNA CUESTIÓN DE RECURSOS
HUMANOS (a diferencia del espacio siempre inflexible sin posibilidad de ampliación / reducción)
El TIEMPO MODERNO se ha convertido por su flexibilidad y capacidad de expansión en el ARMA
PARA LA CONQUISTA DEL ESPACIO. El espacio de aspecto sólido, pesado e inerte es capaz de
entablar sólo una guerra defensiva. Mientras que el tiempo es el bando activo y DINÁMICO del
combate.
Durante la modernidad la velocidad de movimiento y el acceso a medios de movilidad más rápidos
ascendieron hasta llegar a ser el PRINCIPAL instrumento de poder y dominación. PANÓPTICO. Michel
Foucault. “La inmovilidad de los internos era muy segura, la más difícil de romper entre todas las
ataduras que condicionan su subordinación. El dominio del tiempo era el secreto del poder de los
jefes. La pirámide de poder estaba construida sobre la base de la velocidad, el acceso a los medios de
transporte y la subsiguiente libertad de movimientos. Era un modelo de confrontación entre los DOS
lados de la RELACIÓN DE PODER. Pero existía tensión entre ambas tareas: los “rutinizadores”
tampoco tenían plena libertad de movimiento y era imposible concebir la idea de “amos ausentes”:
administrar y responsabilizarse requiere presencia y confrontación.” La aceleración de la velocidad ya
ha alcanzado su límite natural, el tiempo requerido se ha reducido a la instantaneidad. En la práctica
el poder se ha vuelto EXTRATERRITORIAL, ya no está atado, ni siquiera detenido por la resistencia del
espacio. Lo cual permite algo sin precedentes: PRESCINDIR DE LOS ASPECTOS IRRITABLES DE LA
TÉCNICA PANÓPTICA DEL PODER.
La etapa actual de la modernidad es POSPANÓPTICA. El fin del panóptico augura EL FIN DE LA ERA
DE COMPROMISO MUTUO.
Nueva técnica de poder puede ser evidenciada en la guerra de hoy. (Ej. guerra de Yugoslavia). “La
fuerza militar y su estrategia bélica de “GOLPEAR Y HUIR” prefiguraban, anunciaron y encarnaron
aquello que realmente estaba en juego en el nuevo tipo de guerra de la época de la modernidad
líquida: ya no la conquista de un nuevo territorio, sino la demolición de los muros que impedían el flujo
de los nuevos poderes globales fluidos. SACARLE DE LA CABEZA AL ENEMIGO TODO DESEO DE
ESTABLECER SUS PROPIAS REGLAS PARA ABRIR DE ESE MODO UN ESPACIO PARA LA
OPERACIÓN DE OTRAS ARMAS (NO MILITARES) DE PODER. LA PROMOCIÓN DEL LIBRE COMERCIO
MUNDIAL POR OTROS MEDIOS.”
El advenimiento de la era moderna significó el ataque consistente y sistemático de “los establecidos”.
Los nómades que menospreciaban las preocupaciones territoriales y que ignoraban los esfuerzos por
establecer fronteras fueron presentados como subdesarrollados que necesitaban ser ilustrados por
su reticencia a seguir el esquema mundial de desarrollo. VENGANZA DEL NOMADISMO: en la etapa
fluida de la modernidad, la mayoría sedentaria es gobernada por una elite nómade y extraterritorial.
Lo pequeño, lo liviano, lo más portable significa ahora mejora y “progreso”. Viajar liviano es ahora el
mayor bien y símbolo de poder. Aferrarse demasiado cargándose de compromisos puede ser
perjudicial, mientras las nuevas oportunidades aparecen en cualquier otra parte.
Una notable INVERSIÓN DE LA TRADICIÓN, los poderosos de hoy son quienes rechazan y evitan lo
durable y celebran lo efímero, mientras los que ocupan el lugar más bajo luchan desesperadamente
para lograr que sus frágiles, vulnerables y efímeras posesiones duren más y les brinden servicios
duraderos.
LA DESINTEGRACIÓN SOCIAL ES TANTO UNA AFECCIÓN COMO UN RESULTADO DE LA NUEVA
TÉCNICA DE PODER QUE EMPLEA COMO PRINCIPALES INSTRUMENTOS EL DESCOMPROMISO Y
EL ARTE DE LA HUIDA. Cualquier trama densa de nexos sociales implica un OBSTÁCULO. La fluidez
es la garantía de la invencibilidad.
Introducción: En este texto utilizaremos la noción de institución en un sentido particular: el que tiene la
función de instituir y de socializar. La institución es definida entonces por su capacidad de hacer
advenir un orden simbólico y de formar un tipo de sujeto ligado a este orden, de instituirlo. Según esta
acepción, la noción de institución no designa solamente un tipo de aparato o de organización, sino
que también caracteriza un tipo específico de socialización y de trabajo sobre el otro.
Si nos interesamos por la escuela, es porque a día de hoy muchas de ellas parecen estar en crisis.
Esta crisis no es sólo una dificultad de adaptación a un entorno en movimiento, sino que es una crisis
del propio proceso de socialización, una crisis inscrita en una mutación profunda del trabajo sobre el
otro.
Socialización y subjetivación.
La socialización “formatea” a los individuos de tal manera que se conducen, sin que a menudo ellos
mismos lo sepan, conforme a las necesidades del sistema. De acuerdo con esto, la integración social
y la integración sistémica vienen juntas (Lockwood, 1964).
Siendo todo social, los actores interiorizan modelos, valores, sentimientos, marcos cognitivos
colectivos, habitus que terminan por “clonar” a los individuos. Pero, las sociedades modernas también
son sociedades individualistas en las que cada uno se percibe como un sujeto libre y autónomo, como
un individuo capaz de ser el autor de sus propios juicios y de sus propias acciones. Así, la socialización
de los individuos está dominada por una ambivalencia fundamental puesto que supone, a la vez, que
los actores estén perfectamente socializados y que, al mismo tiempo, cada uno de ellos disponga de
un sentimiento de libertad fundamental, aquel que lo constituye como sujeto singular y no
simplemente como un caso particular de un modelo social general. Del mismo modo, para Freud
existe una distancia entre el Yo y el Ideal del Yo, distancia que se funda en la autonomía y la
capacidad crítica de los actores: para ser un sujeto, hace falta dejar de identificarse con su padre a fin
de identificarse con los marcos simbólicos con los cuales es, a su vez, identificado su propio padre, es
el pasaje de la identificación particular a la ley simbólica. Según Durkheim, dos grandes desgracias
amenazan al individuo: la anomia cuando la socialización es demasiado débil; el “fatalismo” cuando
es demasiado fuerte. En pocas palabras, el individuo está amenazado por un déficit de socialización
que lo desgarra de la sociedad, y por un exceso de socialización que lo sofoca y lo conduce a la
“neurosis”.
En la sociedad de los individuos, cada uno se constituye como el autor de su propia moral y de sus
propias conductas, incluso cuando las normas que lo guían son las de la sociedad en su conjunto. El
mundo social se presenta entonces como un paisaje de fondo mientras que el individuo se refiere a su
propia moral y a su propia subjetividad.
El programa Institucional.
Si la Iglesia ha “inventado” la escuela, si ella ha racionalizado la pedagogía sacando a los alumnos de
las familias, creando clases, niveles, disciplinas, profesionales de la educación, reuniendo y
racionalizando en un solo lugar lo que los preceptores llevaban a cabo individualmente, fue para crear
un tipo particular de sujeto: un creyente. Desde el punto de vista de la Iglesia, la socialización de los
cristianos no se podía reducir a su adhesión a las costumbres y a los hábitos de las familias, hacía
falta sacar a los niños de la “pequeña sociedad” como decía Durkheim, y elevarlos hasta la gran
sociedad, aquella cuyos valores universales dan forman a los creyentes auténticos capaces de
aplicar los principios del dogma transformando los dogmas generales en fe personal. Para alcanzar
este objetivo, la Iglesia ha inventado “un programa institucional”: una composición simbólica y
práctica al que se pliegan aquellos que están encargados de llevarlo a cabo.
Si fue la Iglesia la que construyó este programa a partir del siglo IX, este programa se ha ido
distanciando progresivamente de su marco inicial hasta el punto de ser retomado por aquellos que
han querido combatir a la Iglesia, como los republicanos franceses o los revolucionarios rusos...
El santuario
En la medida en la que los valores de la institución están fuera del mundo, hace falta que la institución
misma esté fuera del mundo, que ella sea un santuario protegido de los desórdenes, los intereses y las
pasiones de la sociedad.
La conversión en santuario de la escuela exige que la naturaleza social del alumno sea ella misma
“santuarizada”. Se encuentra la misma separación en la escuela republicana francesa que distinguía
radicalmente a los niños y a los adolescentes, atrapados por su psicología y la sociedad, de los
alumnos, considerados sujetos participantes de la razón e iguales entre sí en la medida en que “la
razón es lo más compartido” del mundo. El maestro encarnando la Razón se dirige a la razón de los
alumnos por encima de sus singularidades psicológicas y sociales y cada actor escolares, dentro de
una cierta medida, santuarizado porque está dividido entre una parte sagrada, el alma o la razón, y
una parte profana, las adscripciones y los intereses sociales.
La escuela republicana francesa ha impulsado muy lejos su santuarización al negarse a que los
padres participen en ella, al negarse a que los empresarios y los sindicatos de asalariados y de
patrones intervengan en los asuntos escolares. De la misma manera, esta escuela, a pesar de estar
fundada en la igualdad, separó mucho tiempo a los alumnos en función de su sexo con el fin de que
los deseos y las “pasiones” no pervirtiesen el orden de un santuario construido al margen de la vida
social “normal”.
La fuerza de un programa
La capacidad crítica
La fuerza del programa institucional procede también de su plasticidad puesto que no cambia
fundamentalmente de forma incluso cuando cambian los valores que lo dirigen. A priori esta teoría es
un esfuerzo de crítica y un desencantamiento radical de la escuela, definida como un aparato de
reproducción de las desigualdades sociales, de la cultura dominante mediante una especie de
adiestramiento de los individuos.
Si el programa institucional se invierte desde el punto de vista normativo, sin embargo, se mantiene
desde el punto de vista de su forma. En un principio considerado por los profesores franceses como
una crítica intolerable a la escuela porque destrozaba las ilusiones, acababa siendo defendida por los
profesores y los sociólogos más cercanos a la tradición republicana en nombre de la preservación de
un modelo institucional hoy en día amenazado por las mutaciones liberales de la sociedad. Como lo
que importa es la estructura del programa institucional más que el contenido, el alcance crítico del
análisis ha acabado por desdibujarse tras la defensa de una forma institucional, ya que cada uno
sabe que lo esencial está ahí: poco importa que se enseñe, lo esencial es la forma de transmisión.
La relación regulada
El programa institucional es una economía simbólica y no sólo un marco organizado. Las relaciones
entre los roles sociales y la personalidad están establecidos fuertemente con una predominancia de
los roles que se imponen a las personalidades, pero forjan las subjetividades singulares en una tensión
entre la adhesión y la resistencia a los roles sociales. El maestro y el alumno desaparecen detrás de
sus roles y se construyen al abrigo de éstos y bajo su protección.
A la Iglesia no le gustan mucho los creyentes “demasiado” santurrones, al hospital no le gustan los
enfermos “demasiado” pasivos y a la escuela los alumnos “demasiado” buenos.
Desde el punto de vista de los actores, el programa institucional es “económico” en la medida en la
que las conductas de los distintos actores son previsibles. La organización misma es “liviana” porque
los actores se adaptan espontáneamente y porque durante mucho tiempo la división del trabajo en
ella ha sido relativamente relajada. También, cuando decae el programa institucional, se sobrecarga
el peso de la organización, del control y de la burocracia.
Hoy este programa parece prisionero en un proceso de declive que afecta a la naturaleza misma del
trabajo sobre el otro tal y como se practica en la escuela. El análisis más compartido respecto a esta
cuestión, atribuye esencialmente este declive a factores exteriores a la escuela. El capitalismo y su
crisis, los medios de comunicación, la pobreza y el paro, y la crisis de la familia, han acabado por
romper la alianza entre la escuela y la sociedad. Como en todo relato institucional, la institución es
pura y el mal viene de fuera, del “mundo”. Por ejemplo, es cierto que la convergencia de una
masificación escolar rápida y de una crisis social ha confrontado a la escuela a problemas que hasta
ahora había logrado mantener a distancia. El declive del programa institucional es un proceso
endógeno introducido por los “virus” de la “nueva”, “tardía”, “post” modernidad.
Crisis y decepción
El oficio es difícil
Esta larga mutación ha incrementado apreciablemente las dificultades del oficio de profesor. El
profesional del trabajo sobre el otro se convierte en un trabajador encargado de construir él mismo el
marco simbólico de su actividad. No sólo hace falta adaptarse a los alumnos percibidos como cada
vez más dispares, sino que este trabajo ya no está sostenido por el dispositivo simbólico de la
institución. El declive del programa institucional hace que la autoridad del maestro ya no esté
apoyada sobre un principio superior, sobre el hecho de que el maestro represente una cosa más o
menos sagrada a la que se le debe obediencia. Le corresponde al profesor construir él mismo su
autoridad movilizando aquello que, a falta de otro concepto llamamos su personalidad. Ahí donde la
subjetividad del maestro desaparecía tras su rol, se antepone a éste, provocando un replanteamiento
profundo y un agotamiento puesto que la clase ya no es una rutina. Ahora bien, la motivación en el
trabajo escolar, ésta que algunos llaman su sentido, se vuelve incierta cuando la cultura escolar entra
en competencia con otras culturas más seductoras, cuando la utilidad de los estudios ya no está
garantizada o está muy pospuesta, cuando las distintas culturas juveniles y sociales invaden la
escuela. Entonces es cuando el maestro tiene que motivar a los alumnos y también en este caso
poner en juego su personalidad.
Decepciones
A estas dificultades profesionales se suma una profunda decepción ya que la escuela democrática
de masas está lejos de haber cumplido todas sus promesas al tiempo que ha contribuido a destruir el
programa institucional. La esperanza de formar un mundo de cultura y de justicia parece haber sido
traicionada en numerosos países a pesar de que la nación ha consagrado muchos medios a la
educación.
Las desigualdades sociales siguen pesando mucho en las trayectorias escolares e incluso desde
hace algunos años se han acentuando. Y en este asunto, la escuela no puede considerarse
perfectamente inocente, como totalmente víctima de las desigualdades sociales, puesto que las
estrategias de los establecimientos, los itinerarios, las composiciones de clases parecen reforzar las
desigualdades sociales (Duru-Bellat, 2004).
Tanto en la escuela pública como en la privada, los padres se comportan como usuarios racionales en
un mercado escolar y buscan los itinerarios y los establecimientos más prestigiosos, más eficaces y
más rentables. En gran medida también la escuela ha desarrollado un espíritu crítico que se vuelve
contra ella y muchos profesores se sienten profundamente afectados, incluso insultados por las
críticas que la sociedad dirige a la escuela. Criticar el sistema, es cuestionar al personal educativo y
aquí también, el sentimiento de declive del estatus es total. Todo esto engendra un sentimiento de
crisis endémica, una impresión de caída continua que arrastra consigo todas las dimensiones del
estatus de los profesores.
Estos movimientos de profesores se califican a sí mismos de “republicanos” y se oponen a los
“pedagogos” que serían, a sus ojos, los agentes de la destrucción de la escuela. Ellos reclaman la
vuelta a la escuela de antaño, la de la obediencia y el santuario, contra los nuevos métodos y la
presencia creciente de las demandas de la sociedad. Pero la limitación de estos movimientos radica
en que acentúan el cierre de la escuela sobre sí misma y que implican que serán rápidamente
excluidos todos los alumnos que no estén ya dispuestos a seguir el juego de la institución y a creer en
sus valores.
¿“Providencia” o liberalismo?
Muchos actores y sociólogos que analizan las transformaciones de las instituciones explican en
función de la expansión del liberalismo, del mercado y de la mundialización. Sin embargo, este análisis
confunde los efectos con las causas, porque, en lo esencial, el cambio institucional proviene de la
misma modernidad y de la amplia mutación social y cultural que implica. Todo sucede como si el
programa institucional no hubiese resistido a los valores de la modernidad. La mayor parte de las
transformaciones de la escuela, por ejemplo, provienen de la misma escuela. La demanda de
profesionalización proviene de los profesores y de sus sindicatos más que de la sociedad. La nueva
concepción de los niños y de los adolescentes está enraizada en las familias de las clases medias
escolarizadas donde los profesores tienen una posición esencial. La crítica de los valores es el
resultado de un mundo intelectual producido por la escuela y que se vuelve contra ella. Se podría
decir que el programa institucional ha entrado en contradicción con la modernidad a la que
inicialmente servía.
En consecuencia se puede lamentar el declive del programa institucional a la vez que se observa que
tiene algo de “fatal”. Al mismo tiempo, el retorno al programa institucional exigiría sacrificar libertades
y autonomía que pocos de nosotros aceptaríamos de buen grado. Al fin y al cabo, esta es la tragedia
de la condición moderna dominada por el cambio continuo y por la nostalgia que todos los “padres
fundadores” de la sociología habían anunciado y descrito al hablar de “tragedia de la cultura”, de
anomia y de desencantamiento del mundo...
¿Qué instituciones?
El declive del programa institucional no significa que salgamos de las instituciones, que éstas se
hayan vuelto inútiles o que sólo puedan ser concebidas salvo como sistemas de regulación de la
acción. Si se admite que estamos irremediablemente comprometidos con un proceso de
desencantamiento del mundo y del declive de lo sagrado, se pensará que las instituciones están hoy
confrontadas al problema que se ha presentado a los regímenes democráticos después de la caída
de los regímenes monárquicos, cuya legitimidad procedía de principios sagrados, en los que el rey
recibía su autoridad de dios y el maestro de escuela, la suya, del rey... No estamos condenados a
renunciar a todo acuerdo sobre los valores y la definición del bien soberano siempre que se piense
que puede haber acuerdos sobre unos principios de justicia que preservan unos intereses particulares
y unas identidades múltiples.
Desde el punto de vista del programa institucional, esta solución da vértigo del mismo modo que la
democracia dio vértigo a los que vieron deshacerse el vínculo entre lo soberano y lo sagrado. Las
instituciones son necesarias porque protegen a aquellos que trabajan en ellas de una inestabilidad y
de un compromiso subjetivo excesivo.
Las instituciones ya no pueden protegerse de las demandas sociales, pero por otro lado, no pueden
ser simples organizaciones de servicios encargadas de satisfacer estas demandas, aunque sólo fuera
porque hay una tensión entre sus principios, su profesionalidad y las demandas de los colectivos y de
los individuos. Por lo tanto es importante redefinir las fronteras del santuario institucional mediante
mecanismos de filtro que, ellos también, deben ser concebidos como procesos políticos.
Esto no supone abolir ni las reglas, ni las disciplinas, pero implica que la institución permita a los
individuos elaborar experiencias singulares. Hoy en día, todos saben que la buena escuela no es sólo
la escuela más eficaz sino que es también la más justa y la que permite a los alumnos construirse de
manera singular. Todos saben también que el buen hospital no es sólo el que cura mejor a los
enfermos, sino el que los trata también como personas y no sólo como cuerpos enfermos.
Conclusión: Esta evolución provoca entonces sentimientos de miedo y de defensa de una tradición
institucional que a veces no es más que nostalgia. Ahora bien, el declive del programa institucional no
significa la muerte de las instituciones, sino la transformación de las instituciones enfrentadas a un
mundo más moderno, más desencantado, más democrático y más individualista.
A partir de los 1970’, se fue provocando una notoria separación entre reflexión pedagógica, didáctica
y curricular, y las nuevas configuraciones de la sociedad argentina, que cristalizan descarnadamente
en la década del 1990’.
Lo que vemos es una tensión porque la didáctica y la teorización sobre el currículum separaron su
producción teórica de los campos prácticos en los que debían actuar.
CONCLUSIÓN:
La reflexión sistemática sobre la enseñanza, nace históricamente ligada a la voluntad de “enseñar
todo a todos”. Esta herencia no implica la obligación de un retorno a lo clásico, pero conduce a
preguntarse por su significado para nuestros problemas actuales.
En esta tarea, la necesidad de considerar históricamente los procesos de educar y enseñar, no tiene
como objetivo recuperar una esencia original perdida en el transcurso de su evolución; en cambio,
procura llamar la atención sobre requerimientos de un dispositivo creado para resolver el problema de
la educación y de la instrucción universal, y trata de reevaluar los instrumentos que marcaron el
camino de la escolarización.
Volver a ponerlos en el centro de la escena, de la que paradójicamente fueron desplazados merced a
sus éxitos, ofrece mejores condiciones para clarificar las preguntas a las que responde actualmente el
trabajo de este campo.
Quizá sea necesario volver a apreciar la educación como un dispositivo contingente para cumplir un
propósito y no como un mal resultado de un plan más perfecto.
Aprendizaje y Complejidad
Introducción
En él se establecen una serie de tópicos inherentes al aprendizaje. Procuramos la necesidad de
tratarla desde un enfoque complejo.
Complejidad. El aprender es inherente al experimentar. No deja de insinuar el valor de la escucha y l
mirada pero le dan una significación restringida en comparación con la experimentación ( compleja)
Morin sostiene que se han producido conocimientos sin precedentes sobre el mundo psíquico en
función de una ciencia que promueve sin miramientos los métodos de verificación empírica y lógica.
Ello ha traído como consecuencia que el error y la ignorancia progresen voluminosa mente a la par
que nuestros conocimientos . Dichos errores y cegueras poseen un carácter común que se origina en
el mundo mutilante de organizar el conocimiento, de modo que resulta incapaz de reconocer y
aprehender la complejidad de lo real. Desde Descartes soportamos la tiranía del paradigma de la
simplificación.
El principio disyuntor sería el responsable de aislar con mucho éxito tres grandes campos de
conocimiento científico; la física , la biología y las ciencias del hombre. Una alternativa poco feliz para
neutralizar tal disyunción fue la de forjar otra burda simplificación, esto es, reducir lo complejo a lo
simple.
Este pensamiento simplificante tan usual , es incapaz , enfatiza Morin, de concebir la conjunción de lo
uno y lo múltiple. O unifica abstractamente anulando la diversidad o por el contrario, yuxtapone la
diversidad sin concebir la unidad. En relación con esta cuestión inteligencia ciega, está corroe los
conjuntos y las totalidades , aísla los objetos de sus ambientes y ni siquiera puede, admitir el lazo entre
el observador y el objeto observado.
La imposibilidad para reconocer la complejidad de la realidad antropo social ( el sujeto individual) y su
macro- dimensión ( el conjunto de lo humano)
He aquí el motivo, por el cual resulta imperativo trabajar por el desarrollo del pensamiento complejo. Es
un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno
y lo múltiple. La dificultad del pensamiento complejo es que le toca afrontar lo entramado , la
inexorable interrelación de los fenómenos entre sí, el orden y el desorden, lo subyacente, la
incertidumbre y la contradicción. Asistimos al surgimiento de una ciencia que ya no se limita a
situaciones simplificadas, más nos instala frente a la complejidad del mundo real, que permite la
creatividad humana, como la expresión singular de un rasgo fundamental común en todos los niveles
de la naturaleza.
Morin propone como alternativa el paradigma de la disyunción/ reducción/ unidimensional un
paradigma que considere la distinción/ conjunción, el cual permite distinguir sin desarticular, asociar
sin identificar o reducir. Está modalidad de pensamiento contrarestaria al pensamiento mutilante y
como consecuencia de ello se podrían evitar las acciones cercenantes de él derivadas.
La patología contemporánea del pensamiento. Coincide con la hiper simplificación que reprime o
asfixia la complejidad de lo real. La enfermedad de la teoría está en el doctrinamiento y en el
dogmatismo. La idea deviene del fundamento epistémico que es el conocimiento único.
La patología de la razón está en la racionalización que configura lo real como un sistema de ideas en
principio coherente , pero sin admitir su parcialidad y sin reconocer que algo de lo real es irracionable.
Este posicionamiento tampoco acepta que a la racionalidad le cabe dialogar con aquello que no se
puede razonar y simplemente lo excluya.
En el avance del desarrollo del pensamiento complejo, pueden aparecer dos ilusiones:
La primera es la de suponer que la complejidad conduce a la eliminación de la simplicidad.
La segunda confundir complejidad con completud.el pensamiento complejo busca elucidar las
relaciones entre los dominios disciplinarios fracturados por el pensamiento disgregador. Ambiciona un
conocimiento multidimensional.
Aprendizaje
Papert propone el término matetico de origen griego, con disposición para el aprendizaje. Desde la
comisión de la Unesco al establecer el perfil de la educación s XXI determinó que la misma debería
construirse desde cuatro pilares: aprender a ser, a hacer, a convivir y aprender a aprender.
Cuando Papert propone si concepción matetica . Sostiene que no son suficientes los métodos para
resolver un problema. Resulta fructífero pensar sobre un problema y hablar de él. Está afirmación
subraya dos cuestiones:
Por un lado la dimensión lúdica inherente al acto de aprender; por el otro la significación que tienen los
intercambios y las diversas argumentaciones en relación con un problema dado. Estás dos
alternativas son frecuentemente desatendidas cuando no excluidas en los espacios educativos
formales.
La cuestión del placer parece confrontar con el pretendido control sobre el aprendizaje. Aquello
inherente al placer por el aprendizaje y a las vicisitudes relativas a la apropiación roza lo prohibido. Las
instituciones han desarrollado una cultura que desalienta ambas posibilidades.
Papert sugiere desarrollar la siguiente práctica: hablar libremente sobre nuestras experiencias de
aprendizaje.
Piaget entrevió como pocos la necesidad de superar los reduccionismos y concebir lo real desde una
perspectiva compleja y su insistencia por alentar el trabajo interdisciplinario. En cuanto al desarrollo de
las estructuras cognitivas: no resulta viable explicar el desarrollo ni tampoco el aprendizaje
apoyándose en un único factor como lo insinuaban las posturas maduracionistas o las conductistas.
Piaget con énfasis esas posturas reduccionistas.
Cómo es sabido enuncia cuatro factores: la maduración; la experiencia; la transmisión social y la
equilibración o autorregulación. Cada uno de los factores es fundamental, pero por sí solo insuficiente.
La obra de Piaget en torno a los problemas del conocimiento es uno de los autores que aportaron a la
idea de entender lo real desde una perspectiva compleja.
No obstante, su obra omite la exploración y el esclarecimiento de los aspectos afectivos vinculados al
aprendizaje.
En Psicoanálisis los desarrollos psicoanalíticos resultan imprescindibles a la hora de acceder a esas
vicisitudes ( motor) involucrados en el acto de aprender y también en el de no aprender. Las teorías del
aprendizaje vinculados a los sistemas positivistas. La significación otorgada al enseñante, reducida al
saber disciplinarios y sus habilidades didácticas. Se minimizó el valor de la persona del maestro en
aquel proceso. En cuanto al sujeto que aprende recibió demandas en cuanto al algoritmo cognitivo
(etapas) que el sujeto despliega en la apropiación del conocimiento, la relación con el sentir fue
descartada.
Cuando emergen problemas en cuanto al aprender los afectos , son considerados como causa
exógenos u obstáculos del aprender.
Sin embargo el psicoanálisis aportó ideas cruciales a fin de entender el vínculo: deseos , el de aprender
y el de enseñar. Que muchas veces propician dos tipos de problemas: el de aprender y el de enseñar.
Es factible afirmar que el deseo es el motor del aprendizaje y también de la enseñanza. Aprendientes y
enseñantes son copartícipes de una sucesión de actos sistemáticos a través de los cuales la cultura
se transmite y se recrea continuamente.
Si el enseñante tuviera claro que sus deseos no necesariamente son compatibles con los del
aprendiente y que ambos deseos son a veces incompatible con la exigencia de la cultura, se
despejarian alternativa diversas para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La Institución educativa mira con recelo el hecho de que el aprendizaje tenga lugar todo el tiempo
más allá de sus fronteras. El aprendizaje es inherente a la vida cotidiana.
El primer aprendizaje es el de la convivencia (currículo oculto) condición para el origen de procesos de
aprendizaje - enseñanza definidos curricularmente. El convivir en una institución también produce
bienestar y deseos de aprender: malestar y bienestar son dos alternativas siempre presente en la vida
institucional y ambas condicionan el aprendizaje escolar.
Cultura virtual la era de información coincide con la era del aprendizaje. Estamos en posición de
sostener que los nuevos aprendizajes están en gran medida supeditado a los avatares de la cultura
virtual. El mundo de la simulación otorga enormes posibilidades al aprendizaje via de la exploración y
experimentación virtual; el aprendiente afronta sin tantos riesgos ni control, un horizonte epistémico
multidimensional.
La experimentación facilitada por medios virtuales generará espacios de posibilidades en el abordaje
de la complejidad de lo real. Y les toca a los maestros construir roles inéditos s din de lograr formas de
cooperación con los estudiantes.
La modernidad descubre que el ciudadano es aquél que renuncia a LO INFANTIL, que se toma el
tiempo para examinar las consecuencias de sus actos, que no vive en la inmediatez, que está en el
tiempo de la REFLEXIÓN. No pasa por pedirle al chico que renuncie a sus deseos, sino de enseñarle a
que los examine, los pase por el tamiz de su conciencia, anticipe las consecuencias de sus actos y
examine más allá de su interés individual, el interés colectivo: ES LA RENUNCIA AL NARCISISMO.
Educar al chico es ayudarlo a renunciar a su narcisismo y pensar en el BIEN COMÚN.
3) PARA EL NIÑO EL MUNDO NO EXISTE, EL MUNDO ES LA TV
La ficción y la realidad se mezclan, “existir es salir en la TV” (hoy podrían ser las redes sociales). El
mundo es lo que la TV muestra del mundo, y si no está en la TV es porque no existe. Tenemos que
acompañar al chico en la idea de que Superman no va a llegar a último momento para salvar al
mundo, eso es ficción.
- Introducción
El nivel secundario es hoy decisivo para la inclusión de los jóvenes en la vida social, económica y
política, sobre todo en los sectores más pobres. Dicha inclusión, debe ser real y de calidad.
- Los procesos más recientes en el nivel secundario: expansión, democratización aparente y baja
calidad
La expansión del nivel secundario ha sido formidable desde el siglo pasado, generando
heterogeneidad entre sus alumnos debido a que ya no pertenecen exclusivamente a las capas
medias/medias-altas de la sociedad, sino que han ingresado los sectores populares.
Sin embargo, así como creció la matrícula, también han crecido los índices de fracaso, repitencia,
deserción y abandono debido a que la escuela no logra procesar la diversidad que ha dejado entrar.
Asimismo, la baja calidad educativa del nivel secundario, que se evidencia aún más en una
desigualdad en la distribución de los aprendizajes según el nivel socioeconómico de los alumnos.
Existen variadas formas de exclusión educativa, entre las cuáles podemos mencionar:
a. la exclusión total: el no acceso (alrededor de 700.000 jóvenes en Argentina no asisten a la escuela).
Es en cierto modo invalidante, debido a que hoy la educación secundaria es educación básica, y
quedar afuera del básico en la sociedad del conocimiento es quedar afuera de la sociedad.
b. La exclusión temprana: en Argentina, alrededor del 50% de los jóvenes que ingresan a la escuela
secundaria, no termina, fracasa, repite reiteradamente y se va.
c. La exclusión por inclusión sin calidad: sin garantías de aprendizaje, los estudiantes permanecen en
la escuela e incluso se egresan pero tienen un nivel de aprendizaje muy bajo. En Argentina, el 50% de
los jóvenes tiene dificultades para interpretar un texto sencillo.
- Conclusiones:
El sistema educativo tradicional nos garantizaba ciertas certezas, que ahora cambiaron por
sensaciones de transición, pérdida, mutación. Para superar este estado de desasosiego es necesario
producir un doble compromiso con el deseo de aprender y con el poder enseñar.
Reconstruir la función pedagógica y con ella la autoridad, el liderazgo, pero también el
acompañamiento y la escucha.
La mejora escolar no opera por demolición sino por reconstrucción. Es un proceso que tiene
historicidad y es básicamente una obra de reconstrucción de las prácticas a partir de lo que tenemos.
Introducción
Nos gustaría reflexionar sobre cómo está cambiando el oficio docente, tomando como punto de
partida tanto las transformaciones en la estructura del sistema educativo y las nuevas pedagogías
como los cambios sociales, culturales y políticos que envuelven a las escuelas. Se nos abre, así, la
necesidad de pensar el presente y plantear nuevas pedagogías en diálogo con la sociedad en la que
vivimos.
Enseñar es −a riesgo de ser un poco esquemáticos− establecer una relación, es decir, construir una
posición que no está situada en coordenadas predefinidas, fijas y definitivas sino que sufre
alteraciones y busca e inventa respuestas. Esa relación se establece con la cultura, el poder, los
saberes y las formas de su enseñanza; una relación con los otros y lo que ellos generan en uno, con la
política y la sociedad, con el mundo del trabajo y las múltiples estrategias que desarrollamos para
ubicarnos en él.
EL EMPLEO DOCENTE
Históricamente, los aspirantes al magisterio provenían de sectores sociales heterogéneos,
en general de las primeras generaciones de familias que lograban el acceso al nivel medio de
enseñanza. Una de las motivaciones fue la perspectiva de una movilidad social ascendente. Los
docentes fueron el ejemplo del discurso que transmitían: en ellos se encarnaban la posibilidad del
ascenso social y la posesión de un capital cultural por medio de la educación. Con el tiempo, otro de
los rasgos que distinguieron al trabajo docente fue la estabilidad en el cargo. Al finalizar el siglo XX el
panorama mostraba significativas diferencias: se redujo la heterogeneidad de la población que
accedía a las carreras docentes, con un peso creciente de los sectores más empobrecidos. El
mercado de trabajo regulan los movimientos en el interior del mercado de trabajo docente; el
incremento de la precariedad del empleo ha generado motivaciones en relación con el ingreso en la
carrera docente, así como el retorno de quienes no ejercían (Birgin, 1999). De este modo, el empleo
docente se instaló en una paradoja: por un lado, amenazado por las medidas de ajuste estructural; por
el otro, crecientemente buscado ante la vulnerabilidad producida por el desmoronamiento de la
condición salarial y, fundamentalmente, de la protección social que ella incluía. Se configura allí una
resignificación de las motivaciones "vocacionales"
para la tarea docente (apostolado, voluntarismo, optimismo pedagógico) y su adecuación a los
parámetros más generales que caracterizan la opción por cualquier empleo. Por ello, para las
perspectivas de los aspirantes a la docencia, el trabajo ocupa un nuevo lugar donde se reacomodan lo
vocacional, lo redentor, lo laboral, la enseñanza.
La valoración de lo que sucede en la escuela y del rol de quienes trabajan en ella se hace desde un
peculiar encapsulamiento, y pese a que se reconoce que fuera de las escuelas las dinámicas social,
familiar, de género y laboral se han transformado notoriamente, se sigue proponiendo un "deber ser"
de la escuela y de los docentes, con la idea de reponer un modelo que se estableció y fue eficaz
tiempo atrás.
En esta situación, las instituciones formadoras se lamentan porque los estudiantes no poseen una
"vocación" (a la que consideran indispensable para el ejercicio del rol docente), o porque no cuentan
con las disposiciones intelectuales y físicas que se consideran inherentes a la función. Lo que se busca
identificar es si el estudiante presenta esas disposiciones o no, pero no si la institución las forma (Birgin,
2000). En muchos casos,
en estas instituciones formadoras se construye un discurso alrededor del supuesto déficit que traen
los estudiantes, tanto por sus rendimientos académicos como porque se alejan del patrón cultural y
social que se considera valioso y pertinente para la docencia.
Esto puede devenir discriminación social por lo menos en dos sentidos: por los procesos de
estigmatización que se generan y porque se van construyendo nuevos circuitos en función del perfil de
docente que se visualiza en los alumnos. A su vez, esa perspectiva se absolutiza en una epistemología
academicista que sólo reconoce como conocimientos a aquellos legitimados en el medio escolar y
descarta otras formas de conocer, otras oportunidades, otros saberes mediante los cuales los sujetos
actúan en la sociedad. Es decir, a partir de rígidas clasificaciones que solamente dan lugar al
conocimiento que proviene de la cultura letrada legitimada en el ámbito escolar, los jóvenes son
tipificados (Birgin, 2000). Esta situación acarrea otro problema, que consiste en que estos jóvenes se
forman visualizando sólo determinados circuitos del sistema educativo como los ámbitos de trabajo
deseables y posibles para ellos.
Esto no sólo sucede a partir de la inequidad distributiva sino también como consecuencia de patrones
institucionalizados de interpretación y evaluación que constituyen a alguien como no merecedor de
estima, respeto o legitimidad para ocupar determinada posición (Nancy Fraser, citada por Birgin,
2002).
Probablemente sea una buena ocasión para autorizar la palabra docente, la palabra de mujeres y
hombres que busquen vincularse de modo nuevo, adulto y profundo a los saberes, a la cultura que se
despliega fuera de la escuela, a la sociedad de la que son parte,
mas allá de la sospecha, de rígidos preceptos morales y de relaciones autoritarias con el
conocimiento.
¿Qué es, entonces, enseñar? Podemos concluir que es un trabajo profesional que posee una tradición
en la cual se respalda pero a la que puede revisar porque entiende que no se trata de un mandato
inapelable. Por el contrario, la docencia toma esa tradición para renovarla, y en esa renovación
cultural se autoriza. Se trata, en definitiva, de brindar ese conocimiento como un puente, ayudando a
cruzar fronteras en una relación mediada que liga y también habilita para la renovación, que genera
responsabilidades −micro y macro, individuales, colectivas e institucionales− en la construcción de una
posición con otros y con nuestro tiempo.
Esta pandemia nos deja como lección aprendida la necesidad de trabajar colectivamente
sobre la afectación subjetiva de los procesos de escolarización. Podemos afirmar que las
interacciones escolares se estructuran a través de circuitos afectivos que trazan horizontes de
posibilidad. Si aspiramos a construir una sociedad de reciprocidades, ella se crea y recrea mediante la
educación para el cuidado socioafectivo en la trama escolar. Se trata de educar para que el
sufrimiento del otro nos conmueva y que el otro se movilice por nuestro dolor.
Introducción
La escuela ha logrado sobreponerse a importantes crisis y transformaciones sociales, constituyendo
un lugar de resguardo, cuidado, encuentro, enseñanza y aprendizaje.
La irrupción de la pandemia ha generado tal conmoción que puso en el centro la pregunta por la vida
en común y la dimensión colectiva del cuidado.
La pandemia y su atravesamiento nos condujo a pensar de otra manera las condiciones de
enseñanza y aprendizaje, el entramado institucional y las formas de acompañamiento a niñas, niños,
adolescentes, jóvenes y familias instaurando -de algún modo- una reformulación del formato escolar.
“Pensar los vínculos en tiempos de pandemia: la escuela como un lugar de cuidado” Se trata de una
propuesta de acompañamiento a la reflexión y el trabajo en las aulas para docentes, equipos
directivos, equipos de orientación y otras personas que asumen roles pedagógicos en las escuelas
A través de este material, brindar algunas claves que aporten a:
● contribuir en la construcción de una pedagogía del cuidado en las escuelas, fortaleciendo las
propuestas de enseñanza para brindar a las nuevas generaciones saberes necesarios con los
que habitar el mundo;
● propiciar espacios para compartir experiencias;
● elaborar narrativas singulares y comunes, ofreciendo relatos y sentidos a partir de los cuales
significar la pandemia;
● promover el ejercicio de una autoridad pedagógica que facilite la construcción de un porvenir
frente a contextos de incertidumbre;
● favorecer espacios que den lugar a la tramitación de las pérdidas individuales y colectivas.
La pandemia nos vino a mostrar, una vez más, que la escuela co-construye objetos de conocimiento y
deviene, asimismo, en un espacio con tiempos propios para el despliegue de formas singulares en las
que cada estudiante y cada grupo se expresa, aprende y se vincula con otras y otros. En ese sentido,
nuestra responsabilidad como docentes supone el ejercicio de una autoridad pedagógica que
promueva aprendizajes y, a la vez, habilite procesos de subjetivación a partir del ofrecimiento de un
espacio material y simbólico, con los instrumentos necesarios para ocuparlo. Para incluirse en el
mundo las/os niñas, niños, adolescentes y jóvenes precisan de personas adultas que confíen en ellas
y ellos, que las y los desafíen, y que establezcan límites humanizantes. De este modo, nuestra posición
implicaría la responsabilidad de hacerse cargo de otras/os, en el marco de una relación de confianza
que es instituyente.
La propuesta didáctica hizo de puente para saber quién acompañaba a cada estudiante del otro lado
de la pantalla, cómo estaban transitando el confinamiento y qué extrañaban de la cotidianeidad
escolar.
La pandemia lo que hizo fue hacer visible la centralidad del vínculo pedagógico, en el cual reside -por
supuesto- la autoridad pedagógica, pero la autoridad entendida no en el sentido de una imposición, o
de una cuestión que baja desde arriba, sino la autoridad pedagógica entendida como habilitación,
como la posibilidad de abrirle al estudiante y a la estudiante nuevas posibilidades y ofrecerle las
herramientas para conocer el mundo. A partir de la pandemia muchos y muchas docentes advirtieron
que ese vínculo es central en la transmisión del conocimiento, o de los saberes (María Beatriz Greco).
En este sentido, podríamos decir que la escuela demanda el armado de escenarios de ternura (Ulloa,
2005) sobre la base de una pedagogía del cuidado, que permitan el despliegue de experiencias
subjetivantes posibilitando dar sentidos a lo que nos pasó. Desde este enfoque, cuidar no se limita a
resolver situaciones “emergentes” o enseñar contenidos relativos al reconocimiento del propio cuerpo
y de las/os otras/os, sino que se vincula también con garantizar a las nuevas generaciones la
distribución y el acceso a saberes necesarios para conocer y participar del mundo que las/os rodea.
Posicionarse desde una perspectiva de cuidados implica, entonces, un movimiento a partir del cual
la/el otra/o no es un sujeto al que prevenir o del cual prevenirse, sino un sujeto de derecho que habita
la escuela mientras construye su propia identidad. Ello requiere necesariamente de una propuesta
educativa integral que comprenda que la formación, además de avanzar en el dominio de la lectura,
la escritura y el cálculo, también promueve el desarrollo de la conciencia de sí misma o sí mismo, del
propio cuerpo, del cuerpo de las otras personas, de las emociones, de los distintos niveles de
autonomía, del propio lugar en la sociedad. En ese sentido, resulta clave ofrecer experiencias en las
que las/os estudiantes puedan decidir, organizarse, implicarse y participar activamente poniendo a
disposición horizontes culturales diversos y plurales.
De este modo, el acompañamiento, intenta brindar herramientas, cada vez más complejas, para que
ellas/os mismas/os puedan pensar, reflexionar, cuestionar, imaginar, e interpretar sus experiencias.
Se trata de restituir a un sujeto activo. Es decir, no solo acompañar, porque acompañar tiene a veces
ese desliz de que una/o es la/el que acompaña y otra/o es la/el acompañada/o y eso deja al sujeto en
un lugar pasivizado, victimizado. Resulta mucho más interesante poder buscar recursos que
restituyan a un sujeto activo. Es decir, que pueda ser activo también en el lazo con otros y otras, en
armar una red solidaria, tener una función más activa en lo que es ese acto solidario con la/el otra/o
que le devuelva también algo de la vitalidad que se ha visto afectada (Paula Husni).
En este punto cobra relevancia el trabajo sobre la afectividad en las escuelas pensando en el afecto
entramado con el acto pedagógico. Generar espacios de circulación de la palabra y de participación
democrática en los que niñas, niños, adolescentes y jóvenes puedan ser escuchadas/os. Espacios
que rompan con una posición y forma de explicación adultocéntrica y que promuevan el
protagonismo de las/os estudiantes para la narración de sus propias vivencias y experiencias.
Se trata de advertir, en palabras de Sara Ahmed (2016), la relevancia política de los afectos,
distanciándonos de prácticas que pretenden regular, educar e individualizar las emociones,
reconociendo su complejidad y posibilitando su despliegue.
Entonces una de nuestras funciones sería la de intermediar, acompañando a que niñas, niños,
adolescentes y jóvenes construyan interpretaciones y posicionamientos propios, con la prudencia de
no apresurarnos frente a la preocupación misma que nos genera, ni intervenir con preguntas directas
sobre lo que sienten y piensan. Es posible, así, validar y reconocer el tiempo subjetivo en el cual cada
persona puede significar lo que sucedió a través del ofrecimiento de representaciones diversas (como
la escritura, el arte, el cine, la literatura, el juego, proyectos científicos), en soportes y dispositivos
diferentes en pos de promover la tramitación y simbolización de lo ocurrido, de forma individual y
también colectiva.
Tenemos que generar propuestas de participación activa de los y las estudiantes para que transmitan
lo que ha sido la experiencia de la pandemia a través de producciones artísticas, culturales. Espacios
que posibiliten la representación de las niñeces y las adolescencias, que nos permitan corrernos de un
lugar adultocéntrico a través del cual queremos hasta incluso coordinar cómo deberían expresar sus
sentimientos, sus emociones y vivencias (Horacio Paulin).
Toda época presenta características que dejan marcas y moldean los modos de ser, vincularse,
actuar, sentir, a los que podríamos llamar “subjetividades de época”. Este concepto tiene la
potencialidad de referirse tanto a los aspectos singulares de cada persona, como a los construidos
colectivamente.
La situación epidemiológica de la pandemia ha reeditado sentimientos y sensaciones asociadas al
desamparo estructural de la condición humana. Produjeron sufrimientos particulares por las
características del ciclo vital que se encuentran atravesando, niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Durante el año 2020, UNICEF junto a otras organizaciones llevó a cabo un estudio sobre los efectos de
la pandemia en niños, niñas y adolescentes, con el fin de conocer las principales necesidades
emocionales y los cambios en los comportamientos durante ese primer año de pandemia. A través de
la investigación se pudo conocer que:
● Algunas/os niñas, niños y adolescentes atravesaron emociones de soledad, tristeza,
ansiedad, miedo.
● Quienes estuvieron cercanos a la finalización del ciclo secundario, manifestaron vivencias
ligadas a la incertidumbre en relación a proyectos futuros.
● En adolescentes de sectores vulnerables la angustia se profundizó debido a las privaciones
materiales.
● La posibilidad de soñar con un futuro posible se recupera como una cuestión fundamental
para la construcción identitaria.
Si bien el atravesamiento por la pandemia ha sido global, existen formas singulares de vivirlo.
Conocerlas, pensarlas, analizarlas, con el cuidado de no llevar a cabo generalizaciones “a todas/os
nos pasó lo mismo” o de establecer enunciados patologizantes “las/os estudiantes se encuentran
deprimidas/os”, será parte de nuestra tarea y de las formas de acompañar. Esto equivale a alojar los
efectos de los malestares, como un llamado a pensar en las subjetividades contemporáneas dentro
de este entramado, y lejos de posiciones esencialistas y patologizantes.
Los procesos de subjetivación suceden mientras aprendemos, nos vinculamos, nos equivocamos y
nos recomponemos; y los conocimientos y saberes circulan, con palabras, pensamientos,
afectividades que se van construyendo en ese tiempo suspendido (Simons M., Masschelein, 2014) que
es la escuela. Tiempo “suspendido” porque se diferencia y se distancia del tiempo de la producción y
de la exigencia del mercado, poniendo una distinción temporal diferente que no se corresponde con la
aceleración consumista y con las formas de desigualdad. En este horizonte, la escuela puede
funcionar como ese tiempo indispensable de formación en donde hacer parte a todas y todos desde
una perspectiva de igualdad.
Creo que hay un trabajo de colocar en la historia a la pandemia, eso que aparece como un
acontecimiento, hay que empezar a darle una inteligibilidad histórica porque la pandemia no es
solamente el virus que irrumpe, es un modo de vivirlo, y tiene un montón de continuidades que ya
empezamos a verlas. Tenemos que empezar a entramarla con lo que estaba antes, con lo que viene
después. (...) No fue una ruptura en el continuum de la historia (...) el gran desafío ahora es poder
pensar lo que sucedió en relación con la pandemia; lo que ha hecho visible, lo que trajo de nuevo
(Miriam Kriger).
Colocar la pandemia en la historia deviene en una doble necesidad. Por un lado, colocar a la
pandemia en la historia singular de cada quién supone darle una inteligibilidad a lo acontecido en la
historia personal, hacerle un lugar y entramarla con el resto de las vivencias, para poder seguir
adelante teniendo en cuenta lo sucedido; porque la pandemia no es solamente un virus que irrumpe y
trastoca la vida, sino que implica encontrar un modo de transitar aquello que sucedió haciéndolo
parte y pensando cómo continuar. Por otro lado, colocar la pandemia en la historia implica también
construir una historia en común, generando condiciones de resignificación o de significación de la
experiencia, de habilitar espacios de producción de sentido colectivos políticos, sociales, que vuelvan
posible a los sujetos posicionarse de un modo activo y solidario frente a los tiempos que nos toca
atravesar.
Tramitar socialmente los procesos de duelo colectivos posibilita colocar el proceso de duelo individual
en la esfera de lo público, comprender que se trata de un fenómeno que afecta a toda la sociedad y
asimilar que entraña un dolor colectivo que requiere ser elaborado de forma conjunta.
Dar lugar al dolor en términos colectivos, no solo contribuye a reconstruir los lazos sociales que
indudablemente se vieron afectados por la pandemia sino que también es necesario para imaginar y
construir un proyecto como sociedad presente y futura.
Podríamos decir, entonces, que la potencia de la escuela está en la producción de relatos que no son
sólo individuales sino también colectivos. Colocar la pandemia en la historia en esta doble vertiente
(en la dimensión sociopolítica y en la dimensión de la trayectoria personal) implica restituir a las/os
estudiantes en un lugar activo, propiciando el armado de narrativas desde las cuales situarse,
brindando sentidos frente a una realidad que apareció intempestivamente y nos llena de
incertidumbre.
Las construcciones, los espacios, los dispositivos tienen que permitir la producción de sentidos
colectivos, políticos, sociales, tienen que dar condiciones de significación. Por ejemplo, hablar del
capitalismo, hablar del cuidado, del ambiente en relación a estos tiempos, ahí entonces está entramar
con lo sucedido. Me parece que el mayor riesgo (...) para cualquier acompañamiento que uno piense,
es que quede desligado de la enseñanza misma, porque los recursos subjetivos que aporta la escuela
están en relación a los recursos simbólicos que aporta la enseñanza (Laura Kiel).
De duelos y transformaciones
Resulta necesario reconocer que algo se perdió. Se han perdido vidas, pero también prácticas y
modalidades de encuentros; se han perdido rutinas y hábitos; se han resignado expectativas, deseos
y proyectos. Hay estudiantes que no pudieron llevar a cabo su ritos de pasaje de nivel educativo, hay
cumpleaños que no se han podido festejar de la forma que se venían haciendo, situaciones
significativas a las que hubo que renunciar. Como en toda pérdida, la afectación es singular, sin
embargo, las niñeces y adolescencias merecen especial acompañamiento para poder realizar un
trabajo de duelo sobre aquello que se perdió. La pérdida, en cuanto tal, necesita ser sostenida y
elaborada. Poder reconocer esa pérdida, procesarla, simbolizarla y/o nombrarla, permite generar
condiciones de posibilidad para que esa energía se encuentre disponible y pueda reubicarse en otros
espacios, propuestas, actividades.
La tramitación de la pérdida -siendo reconocida y no negada- nos permite ir re-conectando con los
proyectos, con el deseo. ¿Cómo acompañar la elaboración de la pérdida en la escuela?
Dentro del trabajo de elaboración de las pérdidas, el hecho de generar preguntas y/o
problematizaciones -que no apunten a una respuesta única- resulta fundamental. Pensar qué
interrogantes pueden incluirse dentro del espacio del aula y formular problemas es clave para permitir
aproximarnos a lo que ya conocemos, pero también a lo que no terminamos de entender
Nuestro desafío tiene que ver con reponer sentidos, re-encarar la tarea educativa, imaginar otros
modos de enseñar y aprender y convivir, y entramar lo que sucedió con el futuro. Así, tras este trabajo
compartido, de elaboración de la pérdida y simbolización, será posible generar condiciones para el
despliegue de la subjetividad fomentando formas de vincularnos y de aprender de otros modos.
Historizar, entramar, simbolizar, tramitar lo que sucedió, ponerle palabras, requiere de la articulación
conjunta de la comunidad educativa. Para que estos procesos tengan lugar, cada institución tendrá
que configurar diversos dispositivos institucionales en función de pensar qué proyectos, propuestas,
estrategias pueden ser viables de crear en pos de que esta tarea se lleve adelante entre todas/os, y
no quede circunscripta a la “buena voluntad” de un/a docente en soledad.
Considerar la pandemia desde una pedagogía de cuidado implica tener presente que existen
múltiples formas de abordaje sobre lo que sucedió en estos tiempos y que, de acuerdo al momento, al
espacio y al nivel educativo, a veces será necesario ubicar la pandemia en el centro, otras veces
acercarse desde los bordes y, en otros casos, implica generar espacios para descentrarnos de ella.
De este modo, se espera que puedan brindarse oportunidades diversas para significar el mundo,
construir narrativas en torno a lo vivido y promover proyectos a futuro.
Al igual que en otros procesos de duelo y pérdida, la pandemia puede ponerse momentáneamente en
suspensión, ofreciendo el acercamiento de otros saberes y experiencias que den lugar al deseo de
nuevos objetos de conocimiento, lo cual también resulta necesario para poder tramitarla. De esta
manera, se trataría de generar propuestas en las que niñas, niños, adolescentes y jóvenes se sientan
convocadas/os a través de sus opiniones, intereses y anhelos. Aquí proyectos ligados al deporte, las
expresiones artísticas, experiencias recreativas, toman centralidad en tanto se transforman en
oportunidades donde compartir con otras y otros; vincularse y comunicarse de formas diversas.
Promover la corresponsabilidad
Otra de las realidades que visibilizó fuertemente la pandemia es que la escuela no puede concebirse
como una institución aislada, ya que forma parte de un Sistema Integral de Protección de Derechos.
Por ello, resulta necesario consolidar un trabajo de articulación permanente con otros actores,
instituciones y sectores, a fin de favorecer la garantía de derechos de niñas, niños, adolescentes y
jóvenes.
Pensar la escuela como parte de una red requiere considerar el principio de corresponsabilidad, para
garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes sin perder la especificidad de cada sector y la
contracara del abandono que supone la fragmentación institucional. Estas articulaciones no surgen
espontáneamente y muchas veces requieren de largos caminos de conocimiento mutuo, que no
están exentos de tensiones ya que cada espacio institucional persigue finalidades diferentes y posee
lógicas propias.
Para que esta red pueda consolidarse es necesario reconocer quiénes son las personas que se
encuentran detrás de los aparatos institucionales. Durante la pandemia los vínculos con las familias,
con los centros de salud, con distintas instituciones del Estado y organizaciones comunitarias, fueron
una parte fundamental del trabajo cotidiano en las escuelas y tuvieron un lugar central en el
sostenimiento de las trayectorias educativas. En muchas ocasiones, la pandemia nos obligó a realizar
un nuevo “reconocimiento” entre las/os distintas/os actores en función de las nuevas coordenadas.
Podemos situar entre ellas, la relación entre familias y docentes, donde en algunos casos se
generaron situaciones de mucha cercanía, y el vínculo de las escuelas con espacios de salud que se
resignificó a partir de la instauración de medidas sanitarias para la prevención del contagio. Sin
dudas, estas articulaciones requieren un trabajo sistemático y sostenido en función de pensar
estrategias en conjunto.
El acompañamiento desde una pedagogía del cuidado implica entonces un trabajo mancomunado,
con un criterio de corresponsabilidad, entre diversas personas, espacios e instituciones en pos de
construir redes que sostengan y promuevan los derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. No
solo realizando abordajes discursivos sino generando espacios para que los derechos se puedan
reconocer y ejercer.
EJE TEMÁTICO II
En la transmisión humana que nos preocupa creemos identificar tres términos estables:
1) el objeto de transmisión 2) el “transmisor” que se piensa decisor y consciente 3) “el receptor” aquel a
quien se le transmite que a veces se lo hace culpable cuando la transmisión parece no hacerse. Pero a
este esquema cómodo le faltan algunos aspectos del proceso, y en particular lo que se le constituye
entre sujetos y que por eso mismo se transmite como “construcción del sujeto”. Se trata entonces de
considerar ese “entre”, porque “entre – dos” revela ser, más que una voluntad unilateral, inductor.
El transmisor es un pasador que a su vez recibió, y que para luego transmitir, no es necesario que él se
borre. Pero eso que lo inscribió como sucesor le significa, por la misma razón, su finitud. Entonces, lo
que distingue la transmisión de la comunicación no es sólo la unilateralidad, sino la inscripción de una
temporalidad irreversible y en lugares disimétricos, ya que dicha transmisión es a la vez temporal y
simbólica. Lo trascendental en dicha transmisión es que el destinatario se transforme a su vez en
sujeto a través de una estructura simbólica y de palabra.
El objeto de la transmisión será transmitido según la manera en la que se haga. Las modalidades de
transmisión son también complejas, transmitir una misiva es construir al otro como destinatario, pero
transmitir un apellido es reconocer a un/a niño/a es humanizarlo. Es reconocer en el otro sujeto ese
saber, de desearlo, de entenderlo, de desarrollarlo. Construir al sujeto es primero plantearlo,
presentarlo, reconocerlo sin justamente pretender fabricarlo de pies a cabeza como si fuera un objeto.
Es no sólo despertar su curiosidad, su espíritu: es instituirlo como sujeto del conocer.
Sucesión, finitud, reconocimiento del otro, requerimiento de sujetos “en su propio nombre” son en
forma muy sumaria, rasgos de la transmisión humana.
- El decir, el direccionamiento
El decir, el nombramiento del sujeto, es instuitirlo en la palabra separadora, la misma que permite
despegarse como sujeto y representarse el mundo. Dirigirse, es portar/gestar lo que tenemos que
significar en una relación de presencia, y no sólo decir que en algún lugar hay leyes escritas. No hay
sujeto sin institución simbólica, sin límites. Ahí es donde “la ética” confirma ser también política, si su
punto de mira son los sujetos “responsables”.
- El responder
Una ética de la responsabilidad se preocupa por las consecuencias de los actos y por la manera en la
que podemos hacernos presentes en lo que sigue, hacernos garantes de otros actos y por la palabra,
a través de iniciativas, inicios que exigen continuación.
Como transmisores, debemos tener la responsabilidad de y por el pasado, que podría verse arruinado,
por ignorancia, en razón de la llegada de los nuevos sobre todo en sociedades mediáticas donde se
hace peligrar lo tradicional por novedades.
Es necesario una transmisión democrática, aquella que se preocupa no sólo de transmitir “lo mismo”
por tradición, sino la posibilidad de que exista “lo otro” permitiendo el relevo y haciendo énfasis en la
libertad. La transmisión se hace entonces invitación a tomar lugar, a inventarse la propia subjetivación,
la propia emancipación.
- El don y la hospitalidad
El don del intercambio simbólico, es un don que circula, que es generoso y su simbólica hace circular
solidaridades, establece relaciones entre personas y/o grupos, a través de un lazo social simbólico. El
don es transgeneracional, no se entrega sino que se “dona”.
En cuanto a la hospitalidad, refiere a una cuestión de acogida y cuestión de lugar.
Entendiendo la ética de la transmisión, de la institución simbólica que se preocupa por los pasajes de
la infancia a la adolescencia y posteriormente a la edad mayor. Aboliendo los ritos de pasaje donde se
somete a los recién llegados para apostar por ritos de pasaje democráticos y profanos, donde
predomine la hospitalidad. Lo político como experiencia de acto común, de acción libre y de
posibilidad para los nuevos de cumplir su libertad, invitando a reconocer la educación como una
dimensión pre política; de espacio y de temporalidad, un espacio “entre”: para respirar, para ser libres,
para darle lugar a lo indeterminado.
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La transmisión es una problemática vital, es directa o indirecta, es visible o invisible, es finita, es
consciente o inconsciente, invita a tomar un lugar, a inventarse la subjetivación, la emancipación.
Supone objetos frágiles, seres mortales, tiene una estructura simbólica, transforma al sujeto
(quien habla y juega el juego de la lengua) lo instituye como sujeto conocedor, hablante. Hay un
reconocimiento del otro a medida que habla, el Sujeto toma conciencia y tiene que ser pensada en
términos éticos,de responsabilidad.
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a. La ocasión o nunca:
La ocasión es aquello que nos cae delante en medio del camino, sin que influyamos en términos de
conocimiento o acción. Quien se deja guiar por ella desperdiciaría lo esencial en beneficio de lo
accidental, accesorio y azaroso. Valorizarla supone elegir una inscripción en el tiempo, aceptarla y no
negarla, exigiendo acción. Kairos en griego, es un momento crítico, donde lo que está unido o asociado
se separa para reanudarse o disgregarse. El arte de sacar partido de la ocasión puede hacernos creer
en la suerte; pero apoderarse de la ocasión fugitiva no significa librarse al azar, sino aprovechar la
calidad de ese momento a favor. Paciencia imbuida de vivacidad: capacidad de agarrar el caso al
vuelo, lo que toma en suerte en la ocasión y llega en el accidente.
La acción se teje con decisiones surgidas de razonamiento, juicios en presente, creaciones
instantáneas; siendo irreversible, la acción es acontecimiento de innumerables consecuencias que
desencadenan un proceso infinito. La ciencia de la oportunidad y la búsqueda del orden justo tienden
al mismo fin: se dice que se les asigna a las cosas el lugar más conveniente y apropiado. Tal lugar más
apropiado es precisamente el que constituye la oportunidad de los actos, el buen momento.
Reconocida por su fugacidad temporal, la ocasión incita a buscar lo que vale la pena. La acción se
repliega en prudencia y se produce algo así como un renunciamiento a actuar en lo real. La fugacidad
de la ocasión es un llamado a la clarividencia, a la vivacidad y el coraje que harán virtud: el poder está
al alcance de quien posea los medios de conquistarlo.
¿Puede la educación como la medicina y la política, tomar en serio el sentido de la ocasión? claro que
sí, en clase una pedagogía de la ocasión es la que hace fuego con lo que se presenta y aprovecha
creando ocasiones para instruir; atenta a lo infinitesimal, busca actitudes, atenciones e intentos del
alumno que pudiera pasar desapercibidos. Más improvisadora que progresiva, más disponible que
programada, la educación merecería echarles una pizca de sal, levedad y humanidad a las tercas
pedagogías por objetivos.
El arte de la oportunidad no es aleatorio ni mecánico, sino alta habilidad de encontrar pasajes,
invención de puertos y audacia en la partida, aventura de estrechos y travesías.
Significa la apertura, pasaje, orientación y destino final: todo lo que es ocasión favorable y apertura a
“otra cosa”; decisiones, no pasividad. Ocasión y oportunidad podrían considerarse hermanas, pero no
bien percibimos en la oportunidad la ocasión favorable, el término aporta matices distintivos: se la
juzga favorable, cobra relevancia con relación a un proyecto, obra en ella, hay constructividad y giro a
la apertura.
En educación, habilitar la oportunidad consistiría en descubrir, inventar y hacer que abrigos y travesías
le resulten efectivos a otros, y en las infancias desoladas poner vela al viento hacía nuevos destinos en
busca de puertos y viajes altamente estimados. El “¿por qué no?” calibra el instante que se presenta
con perspectivas a largo viaje, y contra el destino abre y da tiempo para salirse del sendero trazado.
d. Lo nuevo
En la educación, nosotros buscamos resultados tangibles, objetivables y mensurables de la acción,
porque razonamos en términos de medios y fines. De eso llevan huellas la teoría causal y las
distinciones entre lo posible y lo real, entre la potencia y el acto. Actuar es comenzar, hacer posible,
actualizar en la pluralidad humana.
Lo posible no es objeto de fabricación sino de actualización, precisamente en actos que aún siendo
reales no son realizaciones. La acción entonces tiene lugar, aparece, inaugura, muestra su principio. Al
aparecer como comienzo, muestra que es posible comenzar: muestra y al mismo tiempo efectúa lo
posible.
Apostar a la oportunidad comenzaría por resistirnos a clasificar y por el apriorismo de rechazar
apriorismos. Sería una apuesta de confianza donde alguien todavía desconocido encuentre una forma
que desmienta aquello que se esperaba. La oportunidad es para un ser el lugar y tiempo favorables de
un posible salto.
Acción como libertad y como política, que por ser comienzo actualiza la condición humana de
natalidad, la singularidad prometida. Para ello la oportunidad es imprescindible, y en dos niveles, la de
oportunidad en acto, aprovechadas y mostradas, y las artes de la oportunidad cómo educar. Habilitar
oportunidades sería eso: la capacidad de hacer que otro sea capaz de acciones oportunas.
En esta perspectiva, la educación misma es guardiana de posibles, posibles venideros capaces
también de ser arruinados por un “garante” que recuerda lo instituido. Se trata de acción y no de un
hacer previsible: estar seguro de la precariedad del éxito para estar seguros de la imposibilidad de
reverlo todo, razonar en términos de fines y medios, permanecer en la imprevisibilidad propia de la
acción. Actuar con el deseo vivo del paciente, con ciudadanos que son nuestros representados, con
seres que crecen. Son las maneras de ejercer las que actualizan tal o cual posible; el “objeto” de la
acción son sujetos, que tenemos la alternativa de convertir en objetos o reconocer como sujetos.
La cuestión está en pensar e implementar acciones que no sean acciones “sobre”, “cosificantes” sino
“con”, “subjetivantes”, instituyentes y que pongan en acto el reconocimiento del otro como sujeto y no
la reducción del mismo a objeto.
Las dificultades estarán en encontrar la plenitud de lo que significa “institución de niños”, institución
simbólica de sujetos humanos. El límite instituyente, oportuno, es también la finitud, lo cual significa
que la habilitación de la oportunidad no puede hacerse totalmente en el lugar dle otro, que es quien se
apodera de su propia ocasión, emprende esa habilitación, se autoriza y se atreve a comenzar. Pero
hay algo más que una “reforma del entendimiento educativo”, y es modificar las realidades y
tentaciones contemporáneas de una educación enteramente parametrada y funcional.
Lo posible no es virtual sino virtuosidad viviente. Lo posible es capacidad de algo nuevo que se
muestra en actos inaugurales. No hay en él poder de conquistar, destruir y fabricar, sino potencia
como capacidad actualizada de hacer existir un “antes nunca”.
Extraño sentimiento le embarga a uno cuando en años tan avanzados de la vida se ve una vez más en
el trance de tener que redactar una «composición» de idioma alemán para el colegio. No obstante, se
obedece automáticamente, como aquel viejo soldado licenciado de filas que al oír la orden de
«¡firmes!» no puede menos de llevar las manos a la faltriquera, dejando caer al suelo sus bártulos. Es
curioso el buen grado con que aceptó la tarea, cual si durante el último medio siglo nada importante
hubiera cambiado. Sin embargo, he envejecido en este lapso; me encuentro a punto de llegar a
sexagenario, y tanto las sensaciones de mi cuerpo como el espejo me muestran inequívocamente
cuán considerable es la parte de mi llama vital que ya se ha consumido. Hace unos diez años aún
podía tener instantes en que de pronto volvía a sentirme completamente joven. Cuando, ya barbicano
y cargado con todo el peso de una existencia burguesa, caminaba por las calles de la ciudad natal
podía suceder que me topara inesperadamente con uno u otro caballero anciano pero bien
conservado, al que saludaba casi humildemente, reconociendo en él a un antiguo profesor del
colegio. Pero luego me detenía y, ensimismado, lo seguía con la mirada: ¿Realmente es él, o sólo
alguien que se le asemeja a un punto de confusión? ¡Cuán joven parece aún, y tú ya estás tan viejo!
¿Cuántos años podrá contar? ¿Es posible que estos hombres, que otrora representaron para nosotros
a los adultos, sólo fuesen tan poco más viejos que nosotros? El presente quedaba entonces como
oscurecido ante mis ojos, y los años de los diez a los dieciocho volvían a surgir de los recovecos de la
memoria, con todos sus presentimientos y desvaríos, sus dolorosas transmutaciones y sus éxitos
jubilosos, con los primeros atisbos de culturas desaparecidas -un mundo que, para mí al menos, llegó
a ser más tarde un insuperable medio de consuelo ante las luchas de la vida-; por fin, surgían también
los primeros contactos con las ciencias, entre las cuales creíamos poder elegir aquélla que
agraciaríamos con nuestros por cierto inapreciables servicios. Y yo creo recordar que durante toda
esa época abrigué la vaga premonición de una tarea que al principio sólo se anunció calladamente,
hasta que por fin la pude vestir, en mi composición de bachillerato, con las solemnes palabras de que
en mi vida querría rendir un aporte al humano saber.
Llegué, pues, a médico, o más propiamente a psicólogo, y pude crear una nueva disciplina
psicológica -el denominado «psicoanálisis»- que hoy embarga la atención y suscita alabanzas y
censuras de médicos e investigadores oriundos de los más lejanos países, aunque, desde luego,
preocupa mucho menos a los de mi propia patria. Como psicoanalista, debo interesarme más por los
procesos afectivos que por los intelectuales; más por la vida psíquica inconsciente que por la
consciente.
La emoción experimentada al encontrarme con mi antiguo profesor del colegio me conmina a una
primera confesión: no sé qué nos embargó más y qué fue más importante para nosotros: si la labor
con las ciencias que nos exponían o la preocupación con las personalidades de nuestros profesores.
En todo caso, con éstos nos unía una corriente subterránea jamás interrumpida, y en muchos de
nosotros el camino a la ciencia sólo pudo pasar por las personas de los profesores: muchos quedaron
detenidos en este camino y a unos pocos -¿por qué no confesarlo?- se les cerró así para siempre. Los
cortejábamos o nos apartábamos de ellos; imaginábamos su probablemente inexistente simpatía o
antipatía; estudiábamos sus caracteres y formábamos o deformábamos los nuestros, tomándolos
como modelos. Despertaban nuestras más potentes rebeliones y nos obligaban a un sometimiento
completo; atisbábamos sus más pequeñas debilidades y estábamos orgullosos de sus virtudes, de su
sapiencia y su justicia. En el fondo, los amábamos entrañablemente cuando nos daban el menor
motivo para ello; más no sé si todos nuestros maestros lo advirtieron. Pero no es posible negar que
teníamos una particularísima animosidad contra ellos, que bien puede haber sido incómoda para los
afectados. Desde un principio tendíamos por igual al amor y al odio, a la crítica y a la veneración. El
psicoanálisis llama «ambivalente» a esta propensión por las actitudes antagónicas; tampoco se ve en
aprietos al tratar de demostrar el origen de semejante ambivalencia afectiva.
En efecto, nos ha enseñado que las actitudes afectivas frente a otras personas, actitudes tan
importantes para la conducta ulterior del individuo, quedan establecidas en una época
increíblemente temprana. Ya en los primeros seis años de la infancia el pequeño ser humano ha fijado
de una vez por todas la forma y el tono afectivo de sus relaciones con los individuos del sexo propio y
del opuesto; a partir de ese momento podrá desarrollarlas y orientarlas en distintos sentidos, pero ya
no logrará abandonarlas. Las personas a las cuales se ha fijado de tal manera son sus padres y sus
hermanos. Todos los hombres que haya de conocer posteriormente serán, para él, personajes
sustitutivos de estos primeros objetos afectivos (quizá, junto a los padres, también los personajes
educadores), y los ordenará en series que parten, todas, de las denominadas imágenes del padre, de
la madre, de los hermanos, etc. Estas relaciones ulteriores asumen, pues, una especie de herencia
afectiva, tropiezan con simpatías y antipatías en cuya producción escasamente han participado;
todas las amistades y vinculaciones amorosas ulteriores son seleccionadas sobre la base de las
huellas mnemónicas que cada uno de aquellos modelos primitivos haya dejado.
Pero de todas las imágenes de la infancia, por lo general extinguidas ya en la memoria, ninguna tiene
para el adolescente y para el hombre mayor importancia que la del padre. El imperio de lo orgánico
ha impuesto a esta relación con el padre una ambivalencia afectiva cuya manifestación más
impresionante quizá sea el mito griego del rey Edipo. El niño pequeño se ve obligado a amar y admirar
a su padre, pues éste le parece el más fuerte, bondadoso y sabio de todos los seres; la propia figura
de Dios no es sino una exaltación de esta imago paterna, tal como se da en la más precoz vida
psíquica infantil. Pero muy pronto se manifiesta el cariz opuesto de tal relación afectiva. El padre
también es identificado como el todopoderoso perturbador de la propia vida instintiva; se convierte en
el modelo que no sólo se querría imitar, sino también destruir para ocupar su propia plaza. Las
tendencias cariñosas y hostiles contra el padre subsisten juntas, muchas veces durante toda la vida,
sin que la una logre superar a la otra. En esta simultaneidad de las antítesis reside la esencia de lo que
denominamos «ambivalencia afectiva». En la segunda mitad de la infancia se prepara un cambio de
esta relación con el padre, cambio cuya magnitud no es posible exagerar. El niño comienza a salir de
su cuarto de juegos para contemplar el mundo real que lo rodea, y debe descubrir entonces cosas
que minan la primitiva exaltación del padre y que facilitan el abandono de este primer personaje ideal.
Comprueba que el padre ya no es el más poderoso, el más sabio y el más acaudalado de los seres;
comienza a dejar de estar conforme con él; aprende a criticarle y a situarle en la escala social, y suele
hacerle pagar muy cara la decepción que le produjera. Todas las esperanzas que ofrece la nueva
generación -pero también todo lo condenable que presenta- se originan en este apartamiento del
padre.
En esta fase evolutiva del joven hombre acaece su encuentro con los maestros.
Comprenderemos ahora la actitud que adoptamos ante nuestros profesores del colegio. Estos
hombres, que ni siquiera eran todos padres de familia, se convirtieron para nosotros en sustitutos del
padre. También es ésta la causa de que, por más jóvenes que fuesen, nos parecieran tan maduros,
tan remotamente adultos. Nosotros les transferíamos el respeto y la veneración ante el omnisapiente
padre de nuestros años infantiles, de manera que caíamos en tratarlos como a nuestros propios
padres. Les ofrecíamos la ambivalencia que adquiriéramos en la vida familiar, y con ayuda de esta
actitud luchábamos con ellos como habíamos luchado con nuestros padres carnales. Nuestra
conducta frente a nuestros maestros no podría ser comprendida, ni tampoco justificada, sin
considerar los años de la infancia y el hogar paterno. Pero como colegiales también tuvimos otras
experiencias no menos importantes con los sucesores de nuestros hermanos, es decir, con nuestros
compañeros. Estas empero han de quedar para otra ocasión, pues el jubileo del colegio orienta hacia
los maestros la totalidad de nuestros pensamientos.
Crítica freudiana a la pedagogía de la época en tres ensayos para una teoría sexual: La educación se
opone a los instintos sexuales.
La educación engaña en el terreno sexual e intimída desde lo religioso. Transmite la moral sexual
cultural a través de la nerviosidad moderna que afecta a los adultos. Pero con el tiempo Freud se da
cuenta que nos es posible la absoluta satisfacción de las pulsiones por ende hay una irreductibilidad
estructural del displacer psíquico
Para Freud la moral no es tan mala como pensaba en algún momento, es resultado de la represión,
posee un elemento orgánico al abandonar zonas sexuales y conquistar la posición erecta.
En proyecto de una psicología para neurólogos Freud plantea que con la represión incluida, la
organización psíquica es una adquisición biológica de barreras contra las amenazas del displacer.
Antes un inevitable displacer (único medio de educación, aparece una defensa normal y una represión
histérica. Por ejemplo con el incesto: La civilización debe renunciar a él para poder existir)
En tres ensayos para una teoría sexual propone que una insatisfacción inherente a la naturaleza
misma del instinto sexual que es muy beneficiosa para la cultura, porque es la que posibilita someterse
a las normas)
En malestar en la cultural sostiene que el displacer es el efecto inevitable de la humanización por tres
razones: la tensión contradictoria inherente a la bisexualidad constitutiva, la relación erótica conlleva
tendencias agresivas directas y la adopción de una postura bípeda lleva a la desvalorización de las
sensaciones olfativas.
Ante la imposibilidad estructural de que exista una satisfacción total y placentera, Freud deja claro que
en la educación (como en otras instituciones) siempre va haber displacer psíquico
Cuando la represión de los instintos viene de adentro es espontánea, pero si viene del exterior, no
puede desplegar la metáfora paterna porque no posee las debidas proporciones metafóricas en el
interior del proceso de la evolución psíquica, en consecuencia, la represión espontánea no es lo mismo
que la represión externa. (la moral)
Freud llamó educación para la Realidad a aquella educación en la que los adultos pudiesen dirigir la
palabra a los niños en nombre de algo que no fuese la moral de la época, que vaya más allá del goce
pedagógico hegemónico.
En el malestar en la cultura, también dice que la educación se conduce como si se enviase a una
expedición en el polo norte, vestido de verano con mapas del polo sur. Piensa una educación
psicoanalítica lejos de lo religioso, buscando un camino entre el Laissez Faire (dejar hacer, dejar pasar)
y la frustración para hacer del niño un “hombre sano y eficiente”. Esta educación tiene como meta
pedagógica: alcanzar la Realidad y estimular el vencimiento del principio de placer por la sustitución
del principio de Realidad
La Realidad para Freud: es la realidad del Deseo, es decir, la condena del hombre de estar siempre
algo fuera de foco de sí mismo y por lo tanto, también, la imposibilidad de ser el Otro.
Freud opone y propone una educación científica frente a la educación religiosa porque la religión
cierra, mientras que la ciencia abre, interroga. La religión sutura, doméstica la realidad paradójica del
deseo (motor de la voluntad de querer) en cambio la ciencia reenvía al hombre una y otra vez a su
fragilidad hacia lo transitorio de la existencia, hacia su orfandad real. La religión da consuelo y
anestesia existencial.
Para Freud la religión es justificacionista, obtura la dimensión ética de la acción humana con sus
prohibiciones y moralismo.
“cuando el hombre puede escapar de la ilusión divina puede formularse la pregunta por el deseo que
anima su acto, puede desarrollar una inquietud ética”. La moral es una contingencia de la época, no
de una voz divina. Hay que aceptar la fragilidad como inherente al hombre y no darse respuestas
hipnóticas.
Opone la verdad psicológica que entiende que el hombre está dividido por el deseo, no hay dios que
haga por nosotros y sostiene que las ilusiones son marcas del desamparo existencial a la moral sexual
cultural que produce conflicto psíquico, que reprime violentamente, no permite la tramitación de las
pulsiones, exagera las restricciones comportamentales y que sostiene que las ilusiones con marcas de
trascendencia alguna.
“una educación liberada de las doctrinas religiosas que sirva para que el hombre aprenda a
soportarse preparándose para la muerte”
Cabe concluir, que el psicoanálisis no puede inspirar ninguna pedagogía, ninguna proposición sobre
que decirle y cómo dirigirle la palabra a un niño. El psicoanálisis reconoce que sólo puede decir a
secas: ¡Diga! ¡Hable! Por lo tanto, un educador atravesado por el psicoanálisis, en algún momento
podrá decir a secas -sin oropeles pedagógicos -: ¡Anda! Allí el sujeto tiene posibilidades de aparecer.
Pero no hay garantías, pues en ese instante, la máxima de Goethe, “lo que heredas debes
conquistarlo”, que a Freud le gustaba recordar, entra en escena mostrando todo su valor…. todo su
valor educativo
Desde nuestra óptica consideramos a la educación como un objeto complejo, el cual requiere para su
comprensión y tratamiento un quehacer interdisciplinario
El SUJETO DE APRENDIZAJE (puede ser cualquier sujeto): constituido por otro sujeto, el de la
enseñanza y por el objeto de conocer/conocimiento.
Participa íntimamente en la educación. Asume una cultura institucional específica. Es un Sujeto en
desarrollo, en relación, con propósitos y en contexto.
3 componentes básicos de los procesos educativos: Alumno-Docente y los contenidos. Solo en este
encuadre cabría aludir al sujeto de aprendizaje o al sujeto de enseñanza.
ALUMNO: Protagonista de los procesos educacionales, sujeto que presenta una serie de
características psíquicas (afectivas, cognitivas)- Sujeto particular que asume comportamientos
específicos- existencia de un sujeto genérico o estándar. Si bien se admiten algunos parámetros
establecidos por la psicología de la evolución. NOS PREOCUPA que se utilicen a la manera de una
nomenclador psicopedagógico. CONVIENE postular un esquema de invariantes/variantes. Lo
invariante alude a aquellos aspectos psicológicos de carácter estructural. Se trata de referencias
generales que permiten comprender de manera global la conducta de los estudiantes.
Lo variante pretende insistir en la singularidad y diversidad de los alumnos. Por supuesto que los
sujetos y los aprendizajes varían según el momento de desarrollo, pero también, varían en razón de
determinantes históricos y/o coyunturales ajenos al sujeto (socio-económicos, familiares,
institucionales, pedagógicos, etc.)
El alumno participa de una cultura institucional que tiene entre otras cosas códigos o normas que
regulan la convivencia y la amplia gama de interacciones que en ella se establecen. El alumno lo es en
tanto, se inserta en dicha cultura con propósitos u objetivos formalmente estipulados y que se
encuentran determinados, entre otras cuestiones, por rigurosas coordenadas espaciotemporales.
El alumno es tal en la que admite una relación asimétrica con quien se denomina maestro o
enseñante. Es Alumno en tanto asume la intencionalidad de la cultura escolar, la cual prescribe
aquello que resulta conveniente y preferible incorporar y aquello que está debidamente
desaconsejado.
Esta triangulación que nos ocupa, constituye uno de los ejes básicos en el cual giran los procesos
educacionales.
Los tres componentes aludidos conforman un sistema y su dinámica estará suspendida a sus
características y comportamientos de cada uno de aquellos en las distintas situaciones y unidades del
tiempo referencial.
No se trata de un sistema estático sino de un sistema altamente dinámico, en los cuales se puede
constatar patrones de funcionamiento diferenciados.
En suma, nuestra reserva básica tiene que ver con la supremacía más o menos permanente de
cualquiera de los componentes.
Se trata entonces, de una relación primordial que conforma una trama a veces muy difícil de
desmontar o precisar, en tanto que cada uno de los componentes presenta matices tangibles y
también dimensionales no explícitas. Las de este orden suelen estar emparentadas con la subjetividad
propia de cada sujeto, se trate de un alumno o un docente.
Resulta imprescindible para el maestro o sujeto de enseñanza conocer al otro con el cual interactúa
cotidianamente en todos sus aspectos, saber que está siempre involucrado en la relación con ese otro
que es el alumno y diseñar un encuadre de trabajo que permita orientar técnicamente su práctica.
La escuela se muestra más interesada por los que (más a fin de la ideología del rendimiento favorecida
por el establishment) que por los cómo (más afín a la idea de producción a cargo del sujeto
cognoscente y en función de su interés) y nuestro autor agrega que aprender a aprender y el teorizar
sobre cómo aprendo tienen un valor superlativo.
Ahora bien, en tanto educador emergente de una cultura complaciente con los modelos epistémicos
positivistas, en lugar del docente debe ser consecuente con ideas afines a la que Lacan define con la
noción de sujeto supuesto saber, lo cual implica una marcada imposibilidad de abrirse al otro, de
escucharlo y al mismo tiempo de escucharse y saber de uno mismo.
Evidentemente estamos en presencia de un sistema cerrado, que no interactúa y se realimenta
magramente con el medio, endogámico según los etnógrafos. Esta posición que se le exige y asume lo
aleja de la extraordinaria posibilidad de aprender, de renovarse y transformarse permanentemente.
Así es factible sorprender que el docente padece algo equivalente a una notable inhibición para el
aprendizaje, para el acceso y/o producción de lo nuevo en el ámbito del conocimiento
● Skliar- “¿ Y si el otro no estuviera allí? Notas para una pedagogía (improbable) de la diferencia”.
Las siguientes preguntas fueron formuladas como una guía de lectura que recupera
los ejes centrales del material de lectura. “Docentes en la tarea de cruzar fronteras y tender puentes”.
c. ¿Qué procesos intervinieron para que se caracterizará a los docentes como apóstoles en distintos
momentos históricos?
La docencia nace como un apostolado, el docente se caracteriza por su abnegación, entrega, con
bajos salarios, constituyéndose en un verdadero apóstol de la educación.
Nace así el docente con vocación. A mitad del siglo XX se produce la asunción del rol docente basado
en la identidad personal, como trabajador de la educación. En 1950 se establece una relación
estrecha entre desarrollo económico y desarrollo educativo.
A partir de entonces, el Estado diseña políticas educativas tendientes a regular la tarea docente. Por
ello se gesta en 1958, El Estatuto del Docente. Con la aparición de éste, aparece la idea de
profesionalización docente y comienza a gestarse el concepto de que el maestro no sólo nace sino
también se hace.
d. En este fascículo se hacen reiteradas referencias acerca de la mirada sospechosa que la escuela
ha tenido sobre la cultura y los desarrollos innovadores que son contemporáneos a ella. ¿Qué efectos
ha tenido esto? ¿Qué ejemplos actuales de esta tendencia se podrían dar?
En principio la escuela es considerada un templo del saber donde la cultura popular y
la cultura propia del alumno, no tenían cabida en la educación sistemática ni en las enseñanzas
impartidas. Los límites entre el afuera y el dentro estaban estrictamente
marcados y el adentro era percibido como algo superior y más valioso que el afuera, con
la amenaza de contaminar al alumno. esta es la mirada sospechosa de la escuela hacia
la cultura.
En los años 20, el pensador John Dewey indujo al currículum de la escuela temas populares como el
fútbol, el cine, la prensa, los viajes. En la actualidad persiste esta visión positiva o de inclusión de la
cultura en la escuela, incorporando al alumno con todo
su bagaje cultural.
Ejemplo de ello es la enseñanza a partir de la contextualización. El aprendizaje de la lengua se
sustenta teóricamente en la lingüística del texto, que considera a la lengua como un elemento vivo que
se produce en un contexto determinado. Por ello se empiezan a incorporar documentos auténticos
como herramientas de estudio. Otro ejemplo: en Matemática se enseñan temas de estadística a partir
de experiencias vivenciales de la realidad del alumno y de su interés personal, logrando así
aprendizajes significativos.