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43 Practica La Presencia de Dios
43 Practica La Presencia de Dios
Cuando Dios se reveló a Moisés, éste le preguntó cuál era su nombre. Dios
se identificó como el YO SOY, el Dios que existe, el Dios que es, el Dios
que está presente.
Hay aquí una gran ironía. Los dioses falsos siempre tienen la apariencia de
estar presentes. Los ídolos son visibles y palpables. El dios del dinero es
algo que se puede sentir y gastar. Sin embargo, su realidad es ilusoria.
Dejarán de existir, y su poder no es real ni absoluto.
Podemos declarar, con el salmista David, que Dios está con los que son
justos (Salmo 14:5). El justo vivirá por su fe, declara Habacuc 2:4, así que
quienes hemos recibido por fe a Jesús somos justos por esa fe, y
disfrutamos de la presencia de Dios en nosotros y entre nosotros.
Dios siempre está presente con el creyente. Pero hay algo que a veces no
entendemos:
La clave está en esa primera frase del verso que leímos: Siempre tengo
presente al Señor. La versión Reina Valera traduce el verso de esta
manera: A Jehová he puesto siempre delante de mí. Esto describe un acto
de voluntad. David había tomado una decisión conciente, y seguía tomando
día en día la misma decisión, de mantener la conciencia de la presencia de
Dios.
Tenemos, en otras palabras, que tomar una decisión. Tenemos que decidir
si vamos a vivir con un Dios que nos sirve de vitamina o de copiloto, o si
vamos a mantener la conciencia constante de la presencia divina en nuestro
ser.
El apóstol Pablo nos comenta esto en Gálatas 5:16: "Digo, pues: Andad en
el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne".
Luego, sacó un jarro de agua y lleno el vaso. Ya se quitó todo el aire, dijo. Si
nosotros queremos que salga de nuestra vida el pecado, la desilusión y la
falta de fruto tenemos que llenarnos con la conciencia de la presencia de
Dios.
Mi reto para ti hoy es que empieces a vivir esta semana con la decisión de
practicar la presencia de Dios. Recuerda que él está contigo. Busca su
ayuda en los momentos de prueba. Dale gracias por las bendiciones.
Recuerda que, en lo más profundo de tu ser el Espíritu está presente, y
empieza a vivir por su poder. Tu vida nunca será igual.