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Prisión Preventiva Oficiosa

Ayuda en el proceso o Violenta derechos humanos

Cómo primer punto importante comencemos por definirla, en primer lugar se nos establece
que la prisión preventiva Oficiosa es una medida cautelar que se ordena por el juez de oficio
solo en ciertos casos, establecidos en nuestra Carta Magna, específicamente en su artículo 19,
algunos que señala son los siguientes: en los casos de abuso o violencia sexual contra menores,
Delincuencia organizada, homicidio doloso, feminicidio, violación, secuestro, trata de personas,
robo de Casa habitación, uso de programas sociales con fines electorales entre otros más que
crean una larga lista.

Ahora, manteniendo esto como un preámbulo procedemos a interpretar que esta implica
mantener en prisión durante el proceso a la o las personas señaladas de haber cometido
alguno de los ilícitos que nos indican en el artículo antes mencionado. Partiendo de lo anterior
y siendo nuestra Constitución Política dentro de su contenido normativo nos demuestra la
legalidad de esta medida cautelar en México, actualmente se encuentra en controversia debido
a que recientemente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) publicó la
sentencia en el Caso Tzompaxtle Tecpile y otros Vs. México. En la misma se analizan dos figuras
fundamentales en el procedimiento penal mexicano: el arraigo y la prisión preventiva.

Ambas figuras fueron declaradas respectivamente total y parcialmente incompatibles con la


Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH). Toda vez que tanto la figura del
arraigo y la prisión preventiva se encuentran previstas en la Constitución Mexicana, los cambios
a la normatividad ordenados por el Tribunal conllevarían la modificación de esta, lo que ha
motivado un amplio debate en la sociedad mexicana, esto ya que muchos se han pronunciado
en contra mientras que otros están a favor de erradicar esta medida, ya que por ambas partes
se pueden observar pros y contras.

En lo que respecta a la prisión preventiva, se ordenó que México adecue su ordenamiento


jurídico, esto necesariamente implica que deberá adecuar los presupuestos normativos en
torno al régimen de prisión preventiva oficiosa que actualmente opera en el territorio nacional
a partir de los dispuesto por el artículo 19 constitucional.

Cómo conclusión a todo esto la Corte IDH nos dejó un recordatorio sobre el deber de las
autoridades de sobre todo garantizar los derechos humanos y más importante, no atentar
contra ellos y que esto se lograría a través de la modificación de sus normativos señalados en la
Constitución.

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