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Sistema Penitenciario en Chile:

El vacío legal después de la sentencia


condenatoria y sus deficiencias.

Amanda Castillo Ponce


Rocío Bazaes Toledo
Javiera Órdenes Maldonado

Santiago de Chile, 23 de junio de 2022


Profesor Sebastián Retamal Julio

INTRODUCCIÓN
Se nos ha solicitado un informe en Derecho que trate los puntos de ejecución penal y el
sistema penitenciario de Chile. A considerar:
A partir del año 2000 y 2005 se implementó gradualmente en el territorio reformas
importantes en el sistema procesal penal, de un sistema inquisitivo, donde todas las funciones
le corresponden al juez y el acusado no gozaba con presunción de inocencia, se logró
instaurar un sistema acusatorio, en el cual existe una división en las funciones de investigar,
procesar y dictar sentencia en las causas. Es en este contexto en el que se crea la Defensoría
Penal Pública y el Ministerio Público, los cuales, en igualdad de oportunidades se enfrentan
ante un juez quien, en base a consideración de las pruebas y argumentos, resuelve. Luego de
la sentencia condenatoria sigue la ejecución de la pena que, en nuestro país, no cuenta con
una ley especial que la regule.
A continuación, se expondrán distintos puntos que conjuntamente forman el sistema penal de
Chile, su funcionamiento, deficiencias y la necesidad de una ley que regule la situación de las
y los reclusos, que vele por sus derechos establecidos en la Constitución y, en los tratados
internacionales ratificados por Chile, pero por sobre todo, que fortalezca su reinserción en la
sociedad y su reeducación civil.
1. NECESIDAD DE UNA LEY DE EJECUCIÓN PENAL
En nuestro país, el sistema de ejecución de sanciones penales se encuentra disperso, por lo
que, se debe recurrir a distintas normas legales, como al Código Penal, Código Procesal
Penal, Código Orgánico de Tribunales, a la Ley Nº 18.216 modificada por la Ley N.º 20.603
que establece medidas alternativas a las penas privativas o restrictivas de libertad, al DL 409
sobre regeneración y reintegración del penado a la sociedad, al DL 321 que establece la
libertad condicional, a la Ley N.º 19.856 que crea un sistema de reinserción social de los
condenados en base a la observación de buena conducta y al DL 518, también llamado,
Reglamento de Establecimientos Penitenciarios, siendo algunos de éstos, instrumentos con
rango jurídico infralegal.
En el año 2016 desde el día 4 al 13 de abril con la visita del subcomité para la prevención de
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, se generó un informe de
observaciones y recomendaciones dirigidas al Estado, entre los cuales, “N.º 39 El comité
notó la falta de legislación que regule de manera orgánica y comprensible la situación de las
personas privadas de libertad, ya que el sistema penitenciario sigue fundándose en una
normativa de rango infralegal” (ONU, 2017) mencionando a su vez, que la carencia de una
ley especial para la ejecución de las penas provoca casos de tortura o malos tratos. En este
punto se recalcó el uso indiscriminado de la fuerza por parte de gendarmería actuando contra
el principio de proporcionalidad en las sanciones disciplinarias, siendo esta una práctica que
iría contra la reinserción social. Por su parte, el comité en su punto N.º 40 recomienda adoptar
un marco legal penitenciario integral que cumpla con los estándares internacionales, debiendo
a su vez, regular la posibilidad de una reducción efectiva de las condenas y un acceso a la
libertad condicional.1

2. LA DEUDA JURISDICCIONAL.

1 INDH, Informe Anual 2012: Situación de los derechos humanos en Chile.


Como ya se mencionó anteriormente, no solo es necesaria una legislación sobre la ejecución
de las penas, sino también la creación de un órgano jurisdiccional que sea competente para
conocer de esta materia. Conforme a lo establecido en la Constitución Política de la
República y al Código Orgánico de Tribunales, les corresponde a los tribunales de garantía
conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
A raíz de la falta de un juez competente para el proceso de ejecución penitenciaria, se le
atribuye a los jueces y juezas de garantía la competencia de conocer y resolver solicitudes y
reclamos relativos a dicha ejecución de quienes han sido condenados, ya sea por una pena
privativa de libertad o por una medida de seguridad. El Código Procesal Penal en su artículo
95 dispone que toda persona privada de libertad tiene derecho a ser conducida ante un juez de
garantía para que éste examine la legalidad de su privación de libertad y las condiciones de
esta.
Dispone el Código Orgánico de Tribunales en su artículo 567 que los jueces competentes
(jueces y juezas de garantía) deberán visitar el último día hábil de cada semana los recintos
penitenciarios que correspondan a su jurisdicción con el fin de indagar si sufren tratos
indebidos, si se les coarta la libertad de defensa o si ilegalmente se prolonga la tramitación de
su proceso. Dispondrá el juez que se entablen las quejas que tengan las y los presos y,
adoptará las medidas que crea convenientes para subsanar aquellas faltas. En caso de que la
persona privada de libertad o su representante creyeran ineficaz la medida adoptada, podrán
oponer otra, artículo 571 de COT. Frente a esto ocurre una situación de desconfianza hacia el
órgano jurisdiccional debido a que, es el mismo tribunal que juzgó el que se encarga de
ejecutar lo juzgado“se trata sólo de considerar que el interno, por su propia condición, por
recelo a la justicia que le condenó, por las privaciones inherentes al sistema penitenciario,
por su falta de movimientos o por su sentimiento de desprotección requiere de una
jurisdicción especializada que esté próxima al desarrollo de la ejecución” (Eurosocial, 2014,
p. 171).
Como se mencionó anteriormente, el uso de la fuerza por parte de Gendarmería de Chile es
indiscriminado y las sanciones disciplinarias, la mayoría de las veces, son desproporcionadas.
Respecto a este último punto ha fallado la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema en
múltiples instancias “Lo que se reprocha por el recurrente es que la decisión adoptada por
la institución recurrida en orden a haber aplicado una sanción intrapenitenciaria no
sustentada en un debido proceso que justifique dicha decisión, se estima ciertamente que
afecta injusta e ilegalmente su libertad, al impedírselo optar a beneficios legales que
implican la posibilidad de cumplir el saldo de su condena en el medio libre”. (Corte de
Apelaciones de La Serena rol N.º. 26 - 2015), los castigos no tienen control de un órgano
jurisdiccional especializado y es por esto por lo que se hace necesaria la creación de uno para
poner fin a la discrecionalidad con la que actúa Gendarmería de Chile donde no existe un
control efectivo que impida abusos respecto a las sanciones, tanto en los beneficios de los
presos como en su convivencia armónica durante el proceso de su condena.

3. DERECHO PENAL Y PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD COMO ÚLTIMA


RATIO
El derecho penal es un instrumento del Estado que debe ser utilizado como ultima ratio, esto
quiere decir que es un principio de intervención mínima por parte del Derecho penal en la
sociedad, actuando como último recurso, siempre y cuando no haya otras formas de control
menos perjudiciales provenientes del Estado.
El fin del Derecho Penal es mantener la paz, una correcta convivencia social y, sobre todo,
proteger los bienes jurídicos más relevantes para una sociedad2. Dicho esto, es posible
afirmar que el Derecho penal está facultado para restringir el derecho de la libertad de
locomoción o ambulatoria del acusado, pudiendo imponer a éste una pena, la cual es
considerada como la consecuencia final del delito y, que, por norma general en el Derecho, se
refiere a la privación de derechos, determinada por ley, e impuesta por el Estado, a quien
comete un delito.
Ahora bien, en Chile, a pesar de la gran variedad de penas que se pueden imponer ante un
delito, la que se usa principal y mayoritariamente es la pena privativa de libertad 3. La pena
privativa de libertad es la que se le impone a una persona acusada de haber cometido un
delito, a través de una sentencia dictada por un tribunal previamente establecido, ante su
participación en dicho hecho delictivo, donde dependiendo del grado de culpabilidad, se
impondrá una sanción, la que, según el artículo 21 del código penal, puede ir desde multas o
Prestación de servicios en beneficio de la comunidad, Presidio menor en su grado mínimo (60
días), hasta Presidio Mayor, el cual va desde quince años y un día hasta veinte años,
incluyendo penas más graves como lo es el Presidio Perpetuo y Presidio Perpetuo Calificado.
Sin embargo, antes de imponer la pena privativa de libertad, el tribunal competente debe ver
si, según la gravedad del hecho, es posible aplicar alguna medida cautelar. De acuerdo con lo
dispuesto por el artículo 122 del código procesal penal: “las medidas cautelares personales
sólo serán impuestas si fueren absolutamente indispensables para asegurar la realización de
los fines del procedimiento y sólo durarán mientras subsista la necesidad de su aplicación.
Estas medidas serán siempre decretadas por medio de resolución judicial fundada”

Entre las medidas cautelares, se pueden distinguir las personales y las reales. Las personales
son las que afectan la libertad personal del individuo, se encuentran estipuladas en los
artículos 122 a 156 del Código Procesal Penal, estas son:
a) Citación (artículos 123 y 124 del CPP).
b) Detención (artículos 125 a 138 del CPP).
c) Prisión preventiva (artículos 139 a 154 del CPP).
d) Otras medidas cautelares personales, tales como la privación de libertad domiciliaria;
sujeción a la vigilancia de una persona o institución; obligación de presentarse ante el
juez o ante la autoridad que él designe; prohibición de salir del país; prohibición de
asistir a determinadas reuniones, recintos o espectáculos públicos, o de visitar
determinados lugares; prohibición de comunicarse con personas determinadas;
prohibición de acercarse al ofendido o su familia, etc. (155 a 156 del CPP).

Por otra parte, se consideran medidas cautelares reales las precautorias, autorizadas en el
título V del Libro II del Código de Procedimiento Civil. Estas medidas afectan los bienes del
sujeto, y son los embargos, prohibición de celebrar actos y contratos, etc.

En cuanto a las penas privativas de libertad, la ejecución de estas no se encuentra dentro de la


ley como tal, sino que, la regulación chilena en materia de ejecución penal se encuentra

2 Corte Suprema, Causa Rol N° 87.743-2016


3 ONU, Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles , Inhumanos
o Degradantes, 2017.
dentro de un decreto supremo del año 1998: Reglamento de Establecimientos Penitenciarios y
otros decretos accesorios4 “que sirve de marco para quienes deben, en definitiva, cumplir
parte o todo de la pena privativa en prisión” (Retamal, S. 2022, p.72).

El reglamento enumera los principios que guían el régimen interno de los recintos
penitenciarios, proscribiendo, expresamente, cualquier acto de tortura o maltrato y, reconoce
la relación especial de derecho público en que se encuentran los reclusos respecto del Estado,
los cuales, fuera de los Derechos perdidos o limitados por su detención, prisión preventiva o
condena, presentan una condición jurídica idéntica a la de los ciudadanos libres (Valenzuela,
2005, eurosocial, 2014). Este decreto también establece diversos permisos de salida
conseguidos como beneficios y tiene como fin la libertad condicional de los reos. Puesto que
la pena privativa de libertad y las medidas de seguridad están orientadas a la reeducación y
una correcta reinserción social del condenado.

4. ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS
Los establecimientos penitenciarios son los recintos en los cuales se encuentran recluidas las
personas privadas de libertad en razón de detención, personas sometidas a prisión preventiva
y personas condenadas al cumplimiento de penas privativas de libertad 5. Estos
establecimientos son administrados por Gendarmería de Chile, institución armada
dependiente del Ministerio de Justicia y regulada por una Ley Orgánica de Gendarmería de
Chile, Decreto Ley N.º 2.859, que en su cuerpo normativo señala cuales son las funciones y
responsabilidades de la institución con respecto a las personas privadas de libertad y también
a las personas con penas sustitutivas.
En Chile existen 94 establecimientos penitenciarios de reclusión para el subsistema cerrado,
los cuales se desglosan en distintos recintos que son los Complejos penitenciarios, Centros de
Detención Preventiva, Centros de Cumplimiento Penitenciario, Centros Penitenciarios
Femeninos y centros de educación y trabajo.
4.1 SISTEMA PENITENCIARIO EN CHILE
El sistema penitenciario de Chile tiene 3 regímenes de reclusión. En primer lugar, se
encuentra el subsistema cerrado, que se encarga de las personas que ingresan al sistema
penitenciario por disposición de los tribunales competentes, en aplicación de la medida
cautelar de prisión preventiva, cumplimiento de pena privativa de libertad o cumplimiento de
una medida de apremio. En segundo lugar, está el subsistema abierto que contempla a
personas que ingresan al Sistema Penitenciario, condenadas por disposición de los tribunales
competentes en cumplimiento de pena sustitutiva a la pena privativa o restrictiva de libertad.
Y, por último, está el subsistema postpenitenciario, en el que participan personas que han
egresado de los Subsistemas Cerrado o Abierto y, que han accedido a un control que les
permite acceder a la eliminación de antecedentes prontuariales o a la conmutación del saldo
de una pena privativa o restrictiva6.
Con esta información, se entenderá como población penal sólo a las personas que se
encuentren dentro del subsistema cerrado y subsistema abierto y, la población atendida es la

4 Gendarmería de Chile: Establecimientos Penitenciarios.


5 INDH. Estudio de las condiciones carcelarias en Chile, 2016 - 2017, p. 54.
6 Gendarmería de Chile. Conceptos y definiciones: Sistema penitenciario.
que abarca a los 3 regímenes existentes en el país. La población penal recluida al 31 de mayo
del 2022 es de 106.546 personas en total entre mujeres y hombres dentro del subsistema
abierto y cerrado7.
Un problema que se ha dado en torno a los centros penitenciarios es la sobrepoblación que
existe en estos, lo que transgreden los derechos humanos y pone a las personas recluidas en
condiciones indignas. Es importante recordar el trágico suceso ocurrido en la cárcel de San
Miguel (Santiago de Chile) donde, a causa de un incendio el día 8 de diciembre del año 2010,
murieron 81 personas privadas de libertad, en las que algunas de ellas, solo cumplían prisión
preventiva. Esta tragedia reveló los graves problemas de hacinamiento, falta de personal y los
inexistentes protocolos de evacuación en caso de emergencia. A casi 12 años de la lamentable
tragedia el panorama no es muy distinto con lo que respecta a las condiciones de las cárceles
del país, por lo que se expondrá parte de un análisis realizado por el INDH en 40 cárceles a lo
largo del país durante los años 2016 y 2017, que tuvo como resultado el hacinamiento, la nula
salubridad, falta de camas y la falta de insumos básicos.
4.2 SOBREPOBLACIÓN PENAL, CONDICIONES CARCELARIAS Y DERECHOS
HUMANOS
El hacinamiento existente dentro de las cárceles es una grave violación a los derechos
humanos debido a las indignantes condiciones en las que viven las personas recluidas en
ellas, asimismo, la situación desencadena otro tipo de problemas como lo son la violencia,
enfermedades por la poca higiene (desde el año 2020 se produjeron brotes de covid-19
provocados por el poco espacio, mala ventilación y falta de agua dentro de los penales),
además de problemas de salud mental. Entonces, la pena privativa de libertad no solo estaría
restringiendo uno de los derechos fundamentales como lo es la libertad personal y seguridad
individual, sino que también está afectando el derecho a la integridad física y psíquica,
consagrado en la Constitución Política de la República y en los Tratados Internacionales.
Como se mencionó anteriormente, existen distintos tipos de centros penitenciarios en los que
se debería dividir la población penal según su género y calidad procesal, pero “en la práctica
casi todas las cárceles albergan agregadamente a toda la población tanto la que se
encuentra en prisión preventiva como condenada y del mismo modo, hombres y mujeres”
(CEJA, 2021).
A raíz del análisis del INDH se dio a conocer que distintas unidades penitenciarias no
cuentan con la debida separación por calidad procesal o ésta se produce sólo en el horario de
encierro (durante la noche). Esto se debe a distintos problemas de infraestructura que están
presentes en los centros de detención preventiva de: Chile Chico, Cochrane, Curacautín,
Petorca, Peumo, entre otras8. Con respecto a la falta de camas, 26 centros no cuentan con la
cantidad suficientes y 5 de ellos son centros femeninos, por lo que hay personas que deben
dormir en el suelo, o bien usar distintas cosas como colchonetas o espuma de colchoneta,
ubicándolas en los baños por la falta de espacio.
“La plaza en un establecimiento penitenciario es posible vincularla con la existencia de una
litera individual, que es uno de los parámetros que proporcionan los estándares
internacionales de derechos humanos”. (INDH, 2018, P.58). El 90% de las celdas
observadas en los 40 penales tienen problemas de infraestructura, como la poca ventilación,
falta de luz natural, humedad, instalaciones eléctricas sumamente peligrosas, además de la

7 INDH. Estudio de las condiciones carcelarias en Chile, 2016 - 2017, p. 61.


8 INDH. Estudio de las condiciones carcelarias en Chile, 2016 - 2017, p. 73.
falta de servicios básicos como lo es el agua. “Los estándares internacionales de derechos
humanos, entre ellos las Reglas Mandela, disponen que debe existir cantidad suficiente de
luz natural y artificial, ventanas, ventilación, volumen de aire y calefacción según el clima,
higiene y que deben estar presente tanto en espacios de alojamiento como de trabajo de
quienes están privados/as de libertad” (INDH, 2018, p. 56).
Con respecto al acceso de aseo personal, se hace difícil, debido al poco espacio y las
reducidas instalaciones con las que cuentan algunos penales, además de los problemas en el
funcionamiento de baños y duchas. A este problema se le suma la nula privacidad que tienen
las personas privadas de libertad, ya que hay baños que no tienen puertas, como pasa en la
CDP de Mulchén9.
Es importante el acceso a la salud garantizada para todas las personas dentro del penal, lo
cual incurre en un problema, debido a que existen penales que no cuentan con enfermería
como lo son CDP de Combarbalá y el CP de Isla de Pascua 10, u otras que cuentan con una
infraestructura deficiente, poco personal del área de la salud o que el acceso a una consulta
médica en gran parte depende de la voluntad del personal de gendarmería. Un caso reciente
es el de una interna que falleció en el CPF de San Miguel (Santiago de Chile) que, según
otras reclusas, llevaba más de siete días con dolor y había solicitado atención médica en
reiteradas ocasiones, sólo siendo atendida en la enfermería del penal y finalmente falleciendo
al interior de este. En esta misma línea, según el último informe realizado por el Instituto
Nacional de Derechos Humanos, en 44 cárceles observadas se registraron 52 muertes de
personas privadas de libertad y la mayoría por enfermedad.

4.3 SOBRE LA VIOLENCIA Y POCA SEGURIDAD DENTRO DE LAS CÁRCELES


En los últimos años se ha registrado una gran cantidad de homicidios dentro de las cárceles
en Chile. Un factor causante de esto es la nula preocupación por la salud mental de los reos,
ya que, según estudios del Instituto Nacional de Derechos Humanos, una gran cantidad de
estos ha fallecido por suicidio, mientras que la otra parte ha sido víctima de muerte violenta a
causa de riñas dentro de los penales, por lo que la inseguridad y violencia dentro de las
penitenciarías sigue creciendo día a día. A raíz de esto, gendarmería no da verdaderas
soluciones a estos hechos, y lo único que pueden hacer dentro de un sistema que de por sí ya
es deficiente es, en el caso de las riñas, trasladar a reos violentos a otros penales y en el caso
de los suicidios solo dar charlas al respecto, como medida de prevención11.
Legislar y cuestionar el rol que toma el estado frente a las deficiencias del sistema
penitenciario y las condiciones en las que se encuentran las personas privadas de libertad es
una necesidad inmediata, el respeto a los derechos humanos no es una cuestión transable, la
dignidad es el valor intrínseco al ser humano independiente del delito que pudo haber
cometido. Desde el año 2017 se encuentra en tramitación el Boletín N.° 11073-07 o mejor
conocido como Ley Sayén “que modifica el Código Procesal Penal para que mujeres
privadas de libertad que estén embarazadas o tengan hijos/as menores de 3 años, puedan
postergar el cumplimiento de su condena en una cárcel hasta que el niño o niña supere dicha

9 Gendarmería de Chile. Estadística penitenciaria.


10Gendarmería de Chile (2018): Informe de análisis estadístico de la tasa de reincidencia delictual móvil de los
egresados del subsistema cerrado en los años 2014 y 2015.
11 Gendarmería de Chile: Reinserción Social
edad” (Leasur ONG, 2021), la mejora para las personas privadas de libertad y con especial
enfoque a las mujeres no se puede seguir ignorando.
El día 01 de junio del presente año el presidente Gabriel Boric Font, en su primera cuenta
pública, abordó dos temas relativos a la cárcel; la impulsión de la Ley Sayen y la revisión a
los programas de reinserción, además de problemas de infraestructura. Es muy importante
que el estado tome una postura firme con respecto a lo que sucede dentro de las cárceles para
así poder garantizar el respeto a los derechos de todos y todas las personas que se encuentran
dentro de estas.

5. DERECHO A SUFRAGIO, PRISIÓN PREVENTIVA Y SERVEL.


La ciudadanía, “es un conjunto de condiciones que el Derecho Público exige para que las
personas naturales puedan ejercer derechos políticos dentro de un Estado” (H. Molina,
2008). Es la constitución Política de la República, en su título II sobre nacionalidad y
ciudadanía, el texto legal que señala las situaciones en las que se adquiere la ciudadanía para
así obtener el derecho a sufragar, entre otras garantías que entrega la carta fundamental. La
calidad de ciudadano o ciudadana se pierde en tres casos, los cuales indica el artículo 17 de la
Constitución. En su numeral 2º se atiende a la pena impuesta en la sentencia, no la que asigna
la ley al delito a diferencia del supuesto del artículo 16 Nº2, se recupera la ciudadanía, una
vez extinguida la responsabilidad penal, esto es, por el cumplimiento de la pena y otras
formas señaladas en el artículo 93 del Código Penal (amnistía, indulto, etc.). Los delitos de
conducta terrorista deben ser establecidos por ley de quórum calificado, aquellos de tráfico de
estupefacientes, basta con ser establecidos en ley ordinaria o común. Una vez cumplida la
condena, pueden solicitar su rehabilitación al Senado, según el artículo 53 N.º 4 que concede
esta atribución.
Uno de los derechos políticos más relevantes para la mantención y vigencia de la democracia
y respeto a los derechos humanos es el sufragio que, al estar sujeto a la condición de ser
ciudadano, se puede suspender y de esto trata el artículo 16. En su 2º numeral, indica que
perderá este derecho “la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o por delito
que la ley califique como conducta terrorista”. En este punto hay que remitirse a la norma
procesal penal vigente, en general la pena aflictiva es aquella igual o superior a tres años y un
día (artículo 37 del Código Penal), hay algunas penas que cumpliendo con el plazo no son
aflictivas. En cuanto a los delitos terroristas, se atiende exclusivamente a su naturaleza como
delito, sin atender a la pena asignada.
Lo que legalmente diferencia a una persona privada de libertad con una que no, debería ser
solamente la privación al derecho del artículo 19 Nº7, es decir, a libertad personal y seguridad
individual, siendo esta restricción al derecho a voto una disposición estigmatizante y
excluyente. Considerando el texto legal, se desprende que aquellas personas, privadas de
libertad o en prisión preventiva, que fueron condenadas a penas menores de tres años y un día
estarían habilitadas para ejercer su derecho a sufragio, pero por declaraciones del Instituto
Nacional de Derechos Humanos, en la práctica no estaría ocurriendo.12
Es en este sentido que el INDH presentó acciones judiciales en el año 2016 contra el
SERVEL y Gendarmería de Chile en defensa de personas que contaban con una pena
privativa de libertad menor a los 3 años y un día, las cuales en razón del art. 16 Nº2 se
12 Rettig Espinoza, Mauricio. “Derecho Penal Parte General. Fundamentos. Tomo I”. Ediciones DER, 1°
ed.,diciembre de 2017. Pág. 36
encontraban habilitadas para sufragar en las elecciones, en cambio, no se les garantizaron las
condiciones para hacer efectivo tal derecho, a esto la Corte Suprema acogió el recurso de
protección, resolviendo que el Servel cuenta con la facultad de instalar locales de votación al
interior de recintos penitenciarios, obligando, tanto por normativa interna como por los
tratados internacionales suscritos por chile, velar por el oportuno y adecuado ejercicio del
derecho a sufragio de quienes cumplan con los requisitos que señala la ley 13. En la actualidad
aún no se han adoptado las medidas necesarias que posibiliten el derecho a voto de quienes
están privados y privadas de libertad, transgrediendo un derecho político y vulnerando la
garantía de igualdad de trato.

6. SOBRE LA REINSERCIÓN SOCIAL


En Chile se entiende como reinserción social la integración de las personas que han
infringido la ley a la sociedad sin transgredir los derechos de otras personas. Gendarmería es
la institución encargada de promover la reinserción social además de El Estado, la sociedad
civil y empresas privadas14. Para el sistema cerrado existen distintos tipos de programas de
Eje psicosocial, laboral, educacional, sociofamiliar y además de programas dentro de los
establecimientos penitenciarios concesionados. En el sistema abierto hay 39 centros de
reinserción social con una oferta programática de eje laboral y psicosocial. Mientras que el
sistema postpenitenciario está conformado por 17 centros de apoyo para la integración social
a nivel país con una oferta programática de Programa Reinserción Laboral, programa apoyo
postpenitenciario, programa hoy es mi tiempo, programa de intervención psicosocial
individualizado.
Sin embargo, a pesar de que el sistema penal tiene como fin la reeducación y reinserción de
individuos que cometen actos delictivos, en Chile, esto no funciona, pues como se mencionó
anteriormente, la pena privativa de libertad es la pena más usada por la ley, y dentro de las
penitenciarías, ningún organismo se preocupa verdaderamente de velar porque haya una
correcta reinserción de los individuos dentro de la sociedad, lo cual se ve reflejado en la
reincidencia de los mismos, los que, al momento de quedar en libertad, no tienen
oportunidades laborales ni se sienten parte de la sociedad, por lo que se ven obligados a
volver a delinquir.
En base a las estadísticas y estudios penitenciarios sobre la reincidencia de los egresados de
los establecimientos penitenciarios, es posible notar que una gran cantidad de personas
reincide, habiendo un aumento gradual durante el transcurso del tiempo. En el año 2014
egresaron 17.100 reclusos y se contó con 5.867 reincidencias al año (34,3%) y a los 2 años
hubo una reincidencia de 8.163 personas (47,7%). En el año 2015 egresaron 17.533 reclusos
y se contó con 6.149 reincidencias al año (35,1%) y a los 2 años hubo una reincidencia de
8.615 personas (49,1%)15. Frente a estos números está la cruda realidad de un ineficiente
sistema de reinserción social ya que, como se ha podido ver durante este informe, quienes se
encuentran recluidos no cuentan con un espacio en el cual puedan desenvolverse libremente
contando con recursos necesarios para su reincorporación a la sociedad y, mucho menos con
las condiciones mínimas de vida y de dignidad humana.

13 CEJA. Sistemas Penitenciarios y Ejecución Penal en América Latina. Una mirada regional y opciones de
abordaje , 2021, p. 244
14 CEJA. Sistemas Penitenciarios y Ejecución Penal en América Latina. Una mirada regional y opciones de
abordaje , 2021, p. 246
15 INDH. Estudio de las condiciones carcelarias en Chile, 2016 - 2017.
7. CONCLUSIÓN
A lo largo de este informe ha sido posible vislumbrar las condiciones paupérrimas en las que
viven quienes han sido privados de su libertad, ya sea por sentencia condenatoria o
cumpliendo una prisión preventiva, argumentando en base a estadísticas fidedignas las
grandes falencias que alberga el sistema penitenciario chileno. Como se mencionó, la
población penitenciaria ha aumentado considerablemente los últimos años, provocando un
hacinamiento dentro de los recintos penitenciarios del país. Dicho hacinamiento puede
producir distintos efectos en el desarrollo de la estadía dentro de los establecimientos
penitenciarios, como son la falta de seguridad e incomodidad tanto para la población penal
(Un ejemplo de esto es la problemática de la falta de camas en las penitenciarías, en el caso
de hombres una de cada dos unidades penales no tiene suficientes para la población que
alberga, mientras que para las mujeres esta cifra es de una cada tres [INDH, 2019]) como
para los funcionarios y funcionarias del recinto, al no tener a los funcionarios suficientes
como para controlar a la población penal, además del incremento de situaciones violentas
entre reos y violaciones a los derechos humanos por la falta de prestaciones de servicio como
son la salud, la educación, alimentación, asistencia jurídica, programas de reinserción, etc.
Por todo esto, creemos que es necesaria la creación de una ley de ejecución de la pena donde
los cimientos del castigo impuesto vayan impulsados por una correcta reinserción social,
junto con la creación de una organización estatal que realmente se preocupe y pueda brindar
apoyo a las personas privadas de libertad, con el fin de ayudarlos y para que tengan la
posibilidad de una vez cumplida su condena, reintegrarse a la sociedad evitando la
reincidencia. Frente a este último punto, creemos que el Estado debe plantearse la comisión
de un organismo que realmente se preocupe por la protección, reeducación y reinserción
social de los ex reos, con el objetivo de que estos puedan sentirse integrados dentro de la
sociedad, y contar con oportunidades para cambiar y hacer una vida normal, además de la
creación de un protocolo que atienda las necesidades de estos individuos, con el fin de evitar
que se vean en la obligación de cometer actos delictivos y reincidir una pena.
Lamentablemente año tras año las cifras de quienes se encuentran tras las rejas van
incrementando al igual que la cantidad de reincidentes dentro del país, claramente en este
punto hay situaciones que van más allá de una simple condena, como por ejemplo el entorno
vulnerable en el que se han visto las personas como para llegar a delinquir. Por lo tanto, se
debe prestar más atención a la educación y condiciones de vida de todos los habitantes del
país independiente de su clase social o calidad procesal, junto con esto es necesaria la ayuda
del Estado, que es esencial para que quienes se han visto envueltos en un entorno vulnerable,
puedan recibir la ayuda necesaria para tener una mejor vida.
JURISPRUDENCIA CITADA
B.I.O.T y C.M.V.C (2017): Corte Suprema, 2 de febrero de 2017, Rol N.º 87.742 - 2016. (Recurso
de Protección). Web: https://www.indh.cl/wp-content/uploads/2017/02/SUPREMA-
REVOCA-Y-ACOGE-RP.pdf

REFERENCIAS
Carvacho, P., & Bogani, L. C. (2021). Sistemas penitenciarios y ejecución penal en América
latina. Una mirada regional y opciones de abordaje. Tirant Lo Blanch.x

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