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Introducción
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una actividad judicial no jurisdiccional, facultativa y de preparación del proceso.
Mediante las diligencias preliminares quien las solicita puede averiguar hechos
relevantes a los efectos de decidir presentar o no una demanda, o de decidir frente
a quién debe dirigirse la demanda. Los hechos que se pueden averiguar a través de
las diligencias preliminares se refieren normalmente a quién tiene la legitimación
pasiva en el futuro pleito, es decir, frente a quién habrá de dirigirse la demanda,
aunque hay algunas diligencias preliminares a través de las cuales se pueden
determinar otros extremos, como la legitimación activa (v. art. 256.1.6º LEC), o
hechos fundamentales para el éxito de la demanda (art. 256.1.3º LEC). Las
diligencias preliminares no constituyen prueba anticipada, aunque en algunos
casos la frontera entre ambas instituciones sea borrosa. Mientras el fundamento de
la prueba anticipada está en el riesgo de que si se espera a la práctica de un medio
de prueba en su momento procesal normal, la misma puede ser imposible, el
fundamento de las diligencias preliminares está en la imposibilidad de que el
futuro demandante obtenga por sí mismo y sin auxilio de la autoridad judicial
ciertos datos necesarios para poder presentar una demanda.
A través de esta diligencia el solicitante puede pretender averiguar, por ejemplo, si una persona
tiene la condición de sucesor de otra, que es con la que contrató, o si una persona es el
representante legal de una persona jurídica.
Esta diligencia, heredera de la actio ad exhibendum romana, tiene pleno sentido para determinar a
priori si la persona requerida está en la posesión de la cosa a los efectos de ejercitar una acción
cuya estimación implique la entrega de la misma, ya se trate de una acción real o personal. En la
ALEC esta diligencia preliminar podía ir seguida de una medida cautelar de depósito de la cosa.
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Aunque la LEC no lo establezca ahora expresamente, esa posibilidad sigue existiendo con arreglo
a las normas generales de las medidas cautelares.
El único requisito que se ha considerado necesario para poder solicitar esta diligencia es acreditar
la muerte del causante. Sería contradictorio con el contenido de la diligencia exigir al solicitante
que acreditase su condición de heredero o legatario.
Son muy variados con arreglo al Derecho sustantivo los supuestos de sociedades o comunidades
de bienes en que los socios y comuneros tienen derecho a conocer documentos y cuentas de una
sociedad. En este caso lo único exigible es acreditar prima facie su necesidad para poder entablar
una demanda.
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intelectual cometida mediante actos desarrollados a escala comercial (art.
256.1.7º y 8º LEC).
Estas diligencias fueron añadidas por la Ley 19/2006, de 5 de junio, por la que se amplían los
medios de tutela de los derechos de propiedad intelectual e industrial y se establecen normas
procesales para facilitar la aplicación de diversos reglamentos comunitarios. La Directiva
2004/48/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, prevé la adopción de
ciertas medidas que han de aplicarse a los actos que se lleven a cabo a escala comercial con el fin
de aproximar las legislaciones de los Estados y garantizar un elevado nivel de protección de los
derechos de propiedad intelectual e industrial. Se entiende por actos realizados a escala comercial
los que se dirigen a obtener un beneficio económico o comercial directo o indirecto. La Ley
19/2006 ha concretado estas medidas en dos nuevas diligencias preliminares mediante las que se
puede solicitar la obtención de datos sobre el origen y las redes de distribución de mercancías o
servicios o la exhibición de documentos bancarios, financieros, comerciales o aduaneros,
producidos en un determinado tiempo y que se presuman en poder de quien sería demandado
como responsable.
I) Otras diligencias previstas en leyes especiales (art. 256.1.9º LEC). Por último,
la LEC establece que un juicio puede prepararse "por petición de las diligencias y
averiguaciones que, para la protección de determinados derechos, prevean las
correspondientes leyes especiales". Esta previsión no contradice la afirmación
anterior de que las diligencias preliminares son numerus clausus. Lo que sucede
es que la LEC hace una remisión a otras diligencias que puedan estar
expresamente previstas en leyes especiales.
Actualmente esta remisión debe entenderse hecha a los arts. 129-132 de la Ley de Patentes, en los
que se regulan las denominadas diligencias para comprobación de hechos, que son aplicables
tanto en los litigios sobre patentes, como por remisión, en los litigios sobre marcas (v. art. 40 de la
Ley de Marcas) y sobre competencia desleal (v. art. 24 de la Ley de Competencia Desleal). Lo
cierto es que estas diligencias de comprobación de hechos exceden de la finalidad propia de las
diligencias preliminares, consistente en la preparación del proceso mediante la obtención de
ciertos datos, y se acercan más a la prueba anticipada, si bien la diferencia con ésta estriba en que
aquí no hay un riesgo de que en el futuro la prueba no se pueda practicar, sino la imposibilidad de
acceder a la fuente de la prueba.
Cabe plantearse, por último, si el carácter de numerus clausus de las diligencias preliminares es
adecuado o no. En contra de ello se puede argumentar que cabe que haya datos necesarios para
preparar un proceso que no se pueden obtener a través de ninguna de las diligencias legalmente
previstas. Pero en tal caso, además de postular, en su caso, una ampliación del art. 256 LEC,
bastaría con interpretar flexiblemente los casos tasados en la ley. La opción de convertir las
diligencias preliminares en numerus apertus tendría, sin embargo, el grave riesgo de que
desbordaran su finalidad preparatoria del juicio y se convirtieran en un arma de presión y en una
forma de anticipación injustificada de la prueba.
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propiedad intelectual e industrial o, por último, las previstas en leyes especiales
(art. 256.1.6º, 7º, 8º y 9º LEC) "será competente el tribunal ante el que haya de
presentarse la demanda determinada". También con la finalidad de facilitar la
tramitación de la diligencia, no se permite que la competencia pueda impugnarse a
instancia de parte por vía de declinatoria, aunque el tribunal debe controlar de
oficio su competencia (art. 257.2 LEC).
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e) Negativa a llevar a cabo la diligencia. En caso de que la persona requerida no
atienda el requerimiento, los efectos varían en función de cuál sea el contenido de
la diligencia, pero en todo caso la LEC trata de dar la mayor efectividad a la
omisión a favor del solicitante. Esa efectividad pasa, según los casos (v. art. 261
LEC), o por la coerción en la práctica de la diligencia mediante medidas de
entrada o registro u otras medidas de intervención, o por tener por ciertos en el
ulterior proceso los hechos que el solicitante trataba de averiguar, sin perjuicio de
la responsabilidad penal en que se pudiera incurrir por desobediencia a la
autoridad judicial.
f) Gastos y caución. Los gastos que se ocasionaren a las personas que hubieren de
intervenir en las diligencias serán a cargo del solicitante. Aparte de ello, el
solicitante debe ofrecer, y el tribunal acordar, la prestación de una caución por los
daños y perjuicios que se pudieran ocasionar a las personas requeridas si, tras la
práctica de la diligencia, no se interpone demanda alguna. Si la caución ordenada
por el tribunal no se prestase en tres días, contados desde que se dicte el auto que
conceda las diligencias, el Letrado de la Administración de Justicia ordenará
mediante decreto el archivo definitivo de las actuaciones (v. arts. 256.3, 258.3 y
262 LEC).
El acto de conciliación
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nombramiento de liquidador, convocatoria de Junta General de Accionistas, entre
otras) abarcando también materias relativas a derechos de la persona (como
cuestiones del derecho al honor o el ejercicio de derecho de rectificación previa a
una querella por injurias), siguen estando dentro de las materias susceptibles de
conciliación previa que evite la judicialización de una cuestión que mediante éste
instrumento tenía como finalidad evitar (artículo 139 Ley 15/2015).
Si bien la norma pretende abarcar toda posible materia que trate de evitar la
interposición de un pleito (artículo 139) dentro de las materias excluidas introduce
una excepción que por muy genérica que resulte puede dar lugar a confusión:
exclusión de aquellas materias en las cuales no sea posible llegar a una
transacción o compromiso, por su posible carácter indisponible. Así, el artículo
139-2 de la Ley de Jurisdicción Voluntaria, al referirse a la procedencia de la
conciliación, establece que “2. No se admitirán a trámite las peticiones de
conciliación que se formulen en relación con: 1º Los juicios en que estén
interesados los menores y las personas con capacidad modificada judicialmente
para la libre administración de sus bienes. 2º Los juicios en que estén interesados
el Estado, las Comunidades Autónomas y las demás Administraciones públicas,
Corporaciones o Instituciones de igual naturaleza. 3º El proceso de reclamación
de responsabilidad civil contra Jueces y Magistrados. 4º En general, los que se
promuevan sobre materias no susceptibles de transacción ni compromiso.”
2).- Competencia.
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residencia, éstas fueran infructuosas o el requerido de conciliación fuera
localizado en otro partido judicial, el Letrado de la Administración de Justicia
dictará decreto o el Juez de Paz auto dando por terminado el expediente,
haciendo constar tal circunstancia y reservando al solicitante de la conciliación
el derecho a promover de nuevo el expediente ante el Juzgado competente. 2. Si
se suscitaren cuestiones de competencia del Juzgado o de recusación del Letrado
de la Administración de Justicia o Juez de Paz ante quien se celebre el acto de
conciliación, se tendrá por intentada la comparecencia sin más trámites.”
Todos estos extremos vienen recogidos en los artículos 142 y 143 de la Ley.
El artículo 142, al referirse a la “Admisión, señalamiento y citación” dispone que
“1. El Letrado de la Administración de Justicia o Juez de Paz, en los cinco días
hábiles siguientes a aquel en que se presente la solicitud, dictará resolución sobre
su admisión y citará a los interesados, señalando el día y hora en que haya de
tener lugar el acto de conciliación. 2. Entre la citación y el acto de conciliación
deberán mediar al menos cinco días. En ningún caso podrá demorarse la
celebración del acto de conciliación más de diez días desde la admisión de la
solicitud.” Por su parte, el artículo 143 al tratar el tema de los “Efectos de la
admisión” establece que “La presentación con ulterior admisión de la solicitud de
conciliación interrumpirá la prescripción, tanto adquisitiva como extintiva, en los
términos y con los efectos establecidos en la ley, desde el momento de su
presentación. El plazo para la prescripción volverá a computarse desde que
recaiga decreto del Letrado de la Administración de Justicia o auto del Juez de
Paz poniendo término al expediente.”
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alegare justa causa para no concurrir, se le tendrá por desistido y se archivará el
expediente. El requerido podrá reclamar al solicitante la indemnización de los
daños y perjuicios que su comparecencia le haya originado, si el solicitante no
acreditare que su incomparecencia se debió a justa causa. De la reclamación se
dará traslado por cinco días al solicitante, y resolverá el Letrado de la
Administración de Justicia o el Juez de Paz, sin ulterior recurso, fijando, en su
caso, la indemnización que corresponda. Si el requerido de conciliación no
compareciere ni alegare justa causa para no concurrir, se pondrá fin al acto,
teniéndose la conciliación por intentada a todos los efectos legales. Aquí la norma
no dice nada acerca de qué ocurre cuando el requerido no se persona ni alega justa
causa. Si, siendo varios los requeridos, concurriese sólo alguno de ellos, se
celebrará con él el acto y se tendrá por intentada la conciliación en cuanto a los
restantes. Si el Letrado de la Administración de Justicia o el Juez de Paz, en su
caso, considerase acreditada la justa causa alegada por el solicitante o requerido
para no concurrir, se señalará nuevo día y hora para la celebración del acto de
conciliación en el plazo de los cinco días siguientes a la decisión de suspender el
acto. Para la vista se seguiría las mismas pautas que cualquier vista oral de la ley
1/2000. Esta cuestión era algo que se prevé lógica, pues a fin de al cabo no deja de
ser un procedimiento judicial, pero solicitado motu proprio por una parte
interesada.
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alguna cuestión que pueda impedir la válida prosecución del acto de conciliación
se dará por terminado el acto y se tendrá por intentada la conciliación sin más
trámites.3. Si hubiere conformidad entre los interesados en todo o en parte del
objeto de la conciliación, se hará constar detalladamente en un acta todo cuanto
acuerden y que el acto terminó con avenencia así como los términos de la misma,
debiendo ser firmada por los comparecientes. Si no pudiere conseguirse acuerdo
alguno, se hará constar que el acto terminó sin avenencia. 4. El desarrollo de la
comparecencia se registrará, si fuera posible, en soporte apto para la grabación
y reproducción del sonido y de la imagen, de conformidad con lo dispuesto en la
Ley de Enjuiciamiento Civil. Finalizado el acto, el Letrado de la Administración
de Justicia dictará decreto o el Juez de Paz dictará auto haciendo constar la
avenencia o, en su caso, que se intentó sin efecto o que se celebró sin avenencia,
acordándose el archivo definitivo de las actuaciones.”
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Por último, el artículo 148 de la Ley de la Jurisdicción Voluntaria
hace referencia a lo que denomina “Acción de nulidad” y establece
que “1. Contra lo convenido en el acto de conciliación sólo podrá
ejercitarse la acción de nulidad por las causas que invalidan los
contratos. 2. La demanda ejercitando dicha acción deberá interponerse en
un plazo de quince días desde que se celebró la conciliación ante el
tribunal competente y se sustanciará por los trámites del juicio que
corresponda a su materia o cuantía. 3. Acreditado el ejercicio de la acción
de nulidad, quedará en suspenso la ejecución de lo convenido en el acto
de conciliación hasta que se resuelva definitivamente sobre la acción
ejercitada.”
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ESQUEMA
Se inadmitirán:
2. Impresos normalizados.
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Interrupción de la prescripción, tanto adquisitiva como
extintiva, en los términos y con los efectos establecidos en la
ley, desde el momento de su presentación.
1.- Solicitud.
3.- Comparecencia:
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Artículos. 143 4.- Con conformidad Si hubiere conformidad entre los
a 145 interesados en todo o en parte del objeto de la conciliación, se
Tramitación hará constar detalladamente en un acta todo cuanto acuerden
y que el acto terminó con avenencia así como los términos de
la misma, debiendo ser firmada por los comparecientes.
Testimonio y Artículo 146 Podrán solicitar las partes testimonio del acta.
gastos
Los gastos serán de cuenta del que lo haya promovido
A otros efectos
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MODELO DE SOLICITUD DE CONCILIACIÓN.
D./Dña. ______________, mayor de edad, con domicilio en __________________, y DNI nº _____________, ante el
Juzgado comparezco y como mejor proceda en derecho, DIGO:
Que mediante el presente escrito y según permiten los artículos 139 y siguientes de Ley 15/2015, de 2 de Julio,
de la Jurisdicción Voluntaria solicito celebrar CONCILIACIÓN con D/Dña. _____________, mayor de edad, con
domicilio en __________________, y DNI n.º ______________ con objeto de que la parte requerida SE AVENGA a lo
siguiente:
SEGUNDO.- _______________________.
Por lo expuesto,
SUPLICO AL JUZGADO: Tenga por presentado este escrito y sus copias, se sirva admitirlo, teniendo por
promovida conciliación con D./Dña. ____________, acordando citar a las partes para la celebración de la oportuna
conciliación, con objeto de que la parte requerida se avenga a reconocer y cumplir lo que se pide en el cuerpo del
presente escrito y, una vez celebrada, se acuerda expedir y entregarme testimonio del acta con su resultado.