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PROTOCOLO DE

DIRECCIÓN DE (presenciales y
virtuales)

AUDIENCIAS DE
MEDIDAS CAUTELARES
Ajustado y actualizado a las modificaciones incorporadas por la ley 1173 ,
1226 y 1443
Índice
1. Introducción y objetivos del protocolo .................................................................................................. 3
1.1. Verificación empírica: la situación en Bolivia ................................................................................. 3
1.2. Guía práctica para abordar los problemas: el protocolo ............................................................... 8
2. La coerción personal: régimen legal y jurisprudencial ......................................................................... 11
2.1. Medidas cautelares personales. La presunción de inocencia vs. la limitación a la libertad con
fines procesales ........................................................................................................................................ 11
2.1.1. Concepción cautelar de la prisión preventiva: Principios rectores ...................................... 11
2.1.2. Erradicación de la detención preventiva como pena anticipada ......................................... 13
2.1.3. Requisitos indispensables para legitimar la privación de libertad ....................................... 13
2.2. Régimen legal Nacional y desarrollo jurisprudencial ................................................................... 16
2.2.1. Las medidas cautelares en el marco del Código de Procedimiento Penal ............................... 16
2.2.2. El supuesto material: La probabilidad de autoría (fumus comissi delicti) ............................... 16
2.2.3. El supuesto procesal: Los peligros procesales (periculum libertatis) ....................................... 24
2.2.4. Temporalidad: duración de la medida cautelar, causales de cesación. ................................... 29
2.2.5. Jurisprudencia .......................................................................................................................... 32
2.3. Disposiciones convencionales ...................................................................................................... 35
2.3.1. La Prisión Preventiva en el marco de la Convención Americana de Derechos Humanos .... 35
2.3.2. El sistema Interamericano de Derechos Humanos. Fundamentos y efectos de las sentencias
emanadas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Principales lineamientos
jurisprudenciales .................................................................................................................................. 37
2.4. Algunos tópicos diferenciales ....................................................................................................... 43
2.4.1. Perspectiva de género y enfoque diferenciado respecto a personas pertenecientes a
grupos en situación especial de riesgo................................................................................................. 43
2.4.2. Respecto de los delitos relacionados con drogas................................................................. 46
3. Las Audiencias cautelares: sentido e implicancias de la oralidad, clasificación, estructura y
lineamientos de actuación ........................................................................................................................... 48
3.1. Oralidad como método de trabajo y sus implicancias ................................................................. 48
3.2. Inmediación: Presencia de los actores interesados ..................................................................... 49
3.3. Producción y control de información de alta calidad................................................................... 49
3.4. Sujetos procesales. Delimitación de roles y actuaciones ............................................................. 51
3.4.1. El juez como director de la audiencia y contralor de los derechos y garantías ................... 51
3.4.2. El Ministerio Público ............................................................................................................. 54
3.4.3. La víctima o querellante ....................................................................................................... 54
3.4.4. El imputado .......................................................................................................................... 54
3.5. Tipos de audiencias que tienen afectación al derecho a la libertad ............................................ 54
3.6. Estructura y desarrollo de las audiencias relacionadas al derecho a la libertad ......................... 57
3.6.1. Condiciones para su instalación y verificación ..................................................................... 57
3.6.2. Dinámica General de la Audiencia........................................................................................ 62
3.7. Recomendaciones para el Registro y control de la ejecución de las medidas ............................. 82
3.7.1. ¿Cómo tomar notas en las audiencias? ................................................................................ 82
3.7.2. Registro de la audiencia ....................................................................................................... 85
3.7.3. Tareas posteriores a la realización de la audiencia .............................................................. 86
3.7.4. Control de la detención preventiva ...................................................................................... 86
3.7.5. Planilla para el registro de detenidos ................................................................................... 87
3.7.6. Seguimiento de las medidas diferentes a la detención preventiva ..................................... 87
3.8. Recomendaciones para la relación con los medios de comunicación y manejo de las
manifestaciones populares ...................................................................................................................... 88
3.8.1. Medios de comunicación.......................................................................................................... 88
3.8.2. Manejo de las manifestaciones populares ............................................................................... 89
3.9. Acerca de la independencia judicial: Principios de Bangalore sobre la conducta judicial ........... 89
4. La Resolución de Imposición de Medidas Cautelares: Fundamentación y Motivación como condición
de legitimidad de la coerción de la libertad personal. ................................................................................. 91
4.1. La Razonabilidad expresada en la resolución ............................................................................... 91
4.2. El test de proporcionalidad .......................................................................................................... 97
4.3. Estándar jurisprudencial requerido para la suficiencia de la motivación .................................... 97
5. Jurisprudencia relevante .................................................................................................................... 100
Bibliografía primera edición ....................................................................................................................... 110
Bibliografía complementaria para la segunda edición ............................................................................... 114
Informes y sentencias................................................................................................................................. 116
Enlaces de Interés....................................................................................................................................... 117
1. Introducción y objetivos del protocolo
1.1. Verificación empírica: la situación en Bolivia
Con la primera edición del protocolo de audiencias de medidas cautelares, ya se había establecido que de
acuerdo al Informe Sobre el Uso de la Prisión Preventiva en las Américas preparado por la Relatoría sobre
los Derechos de las Personas Privadas de la Libertad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH, 2013), el Estado Plurinacional de Bolivia resultaba ser uno de los países de la región con el porcentaje
más alto de presos sin condena.

Ahora bien, toda vez que entre los factores determinantes para llegar a esas cifras, se citaban, las
deficiencias estructurales del Órgano Judicial, los servicios de Defensa Pública y el propio Sistema
Penitenciario; y concretamente, el alto índice de suspensión de las audiencias y la falta de coordinación
entre los sujetos procesales (que acarrea inasistencia de jueces, fiscales, acusados, defensores e
intérpretes, entre otros), así como el uso no excepcional de la prisión preventiva, motivos por los que
nuestro Estado ha asumido políticas públicas integrales dirigidas al sistema justicia penal, por las que se
han implementado planes de descongestionamiento1 y de modificación legislativa2 tendientes a superar
las deficiencias encontradas, y así establecer indicadores que sirvan para fijar objetivos medibles relativos
al uso racional de la prisión preventiva. Por lo que el Órgano Judicial en el marco de las recomendaciones
formuladas en el citado informe ha desplegado la implementación de una diversidad de normas
reglamentarias tendientes a generar la aplicación de principios y buenas prácticas en la administración de
justicia.3

Las medidas previamente citadas, han rendido frutos a la hora de poder bajar los índices de detenidos
preventivos, conforme se colige de la exposición efectuada en el Informe sobre el Estado de la Justicia en
Bolivia a la gestión 2020 (Fundación CONSTRUIR, 2021) , del que se aprecia una prospectiva de los índices

1
El Estado Plurinacional de Bolivia ha viabilizado beneficios de INDULTO Y AMNISTÍA, a través de: DECRETO
PRESIDENCIAL DE INDULTO N° 1445 del 19 de diciembre de 2012; DECRETO PRESIDENCIAL DE INDULTO Y AMNISTÍA
N° 1723 de 11 de septiembre de 2013; DECRETO PRESIDENCIAL CONCESIÓN DE INDULTO POR RAZONES
HUMANITARIAS N° 2131 de 01 de octubre de 2014; DECRETO PRESIDENCIAL DE CONCESIÓN DE INDULTO PARCIAL Y
AMPLIACIÓN DE LA VIGENCIA Y ALCANCE DEL INDULTO POR RAZONES HUMANITARIAS N° 2437 de 01 de julio de
2015; DECRETO PRESIDENCIAL DE CONCESIÓN DE AMNISTÍA INDULTO TOTAL E INDULTO PARCIAL A PERSONAS QUE
SE ENCUENTREN PRIVADAS DE LIBERTAD N° 3030 DE 24 de diciembre de 2016; DECRETO PRESIDENCIAL DE AMNISTÍA,
INDULTO PARCIAL E INDULTO TOTAL N° 3519 de 03 de abril de 2018; DECRETO PRESIDENCIAL COMPLEMENTARIO DE
AMNISTÍA, INDULTO PARCIAL E INDULTO TOTAL N° 3529 de 11 de abril de 2018; DECRETO PRESIDENCIAL N° 3756 de
24 de diciembre de 2018; DECRETO PRESIDENCIAL DE AMNISTÍA E INDULTO POR RAZONES HUMANITARIAS Y DE
EMERGENCIA SANITARIA NACIONAL N° 4226 de 28 de abril de 2020; DECRETO PRESIDENCIAL DE CONCESIÓN DE
AMNISTÍA E INDULTO POR RAZONES HUMANITARIAS Y PERSEGUIDOS POLÍTICOS N° 4461 de 02 de febrero de 2021 y
finalmente el DECRETO PRESIDENCIAL N° 4571 de 19 de agosto de 2021.
Así también el Tribunal Supremo de Justicia creó una unidad nacional y ocho unidades departamentales para la
ejecución del “Plan para el control jurisdiccional y resolución de causas con detenidos preventivos”. (Oficina en Bolivia
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2017)
2
Se han promulgado: la ley 586 de descongestionamiento y efectivización del sistema procesal penal en fecha 30 de
octubre de 2014, la ley 1173 de Abreviación Procesal Penal y de Fortalecimiento de la Lucha Integral Contra la
Violencia a Niñas, Niños, Adolescentes y Mujeres en fecha 03 de mayo de 2019 y la ley 1226 de modificación a la ley
1173 en fecha 18 de septiembre de 2019.
3
La Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia ha aprobado: el Protocolo de Dirección de Audiencias de Medidas
Cautelares, el Reglamento de Conductas y Medidas Disciplinarias inherentes al poder ordenador y disciplinario en
audiencia en materia penal; el Protocolo de Actuación de Audiencias Virtuales del Órgano Judicial Plataforma
Blackboard; el Protocolo de Presentación y Producción de Prueba en Audiencia Virtual del Órgano Judicial y el
Protocolo de Actuación de Audiencias Virtuales del Órgano Judicial Plataforma Cisco Webex.
del impacto de la detención preventiva en Bolivia desde la gestión 2001 hasta el 2022, teniéndose un índice
actual de 64,10%, en relación al 83,22% que se reportaba a la gestión 2013 y al 70% que se reportaba a la
gestión 2017, que es cuando se publicó la primera edición del Protocolo de Dirección de Audiencias de
Medidas Cautelares, lo que debe alentar, profundizar y mejorar las medidas adoptadas, a efectos de seguir
bajando los índices y evitar el uso
excesivo de la detención preventiva,
ya que conforme lo ha
recomendado la Relatoría sobre los
Derechos de las Personas Privadas
de la Libertad de la Comisión
Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH, 2013) el uso
racional de las medidas cautelares
no privativas de la libertad, no riñe
en modo alguno con los derechos de
las víctimas, ni constituye una forma
de impunidad, afirmando que es
deber de todos los poderes del
Estado apoyar institucionalmente el
empleo de este tipo de medidas
cautelares, en lugar de
desincentivar o socavar la confianza
en las mismas.

Así también lo ha reconocido el


Estudio Diagnóstico de la Detención
Preventiva, elaborado por el CEJA, en el que se aprecia que se concluye que, si bien puede afirmarse que
se ha racionalizado la aplicación de la prisión preventiva, aún no ha sido posible lograr la plena vigencia de
los principios de excepcionalidad provisionalidad y proporcionalidad. (Tribunal Supremo de Justicia de
Bolivia, 2017, pág. 29)

En definitiva, el porcentaje de detenidos preventivos en Bolivia, cambia permanentemente incrementando


y/o reduciendo, pero sin variaciones significativas (Fundación CONSTRUIR, 2021), por lo que a partir del
estudio comparativo de los últimos 20 años se afirma que Bolivia no ha logrado hacer un uso limitado de
la prisión preventiva.

Es en esa línea en la que precisamente, nuestro Estado ha proyectado primero, y luego sancionado la ley
11734, reconociendo la necesidad de implementar modificaciones al sistema normativo penal teniendo que
cumplir con las recomendaciones efectuadas por la Relatoría, ya que se ha exhortado a las autoridades a
aplicar la prisión preventiva con un criterio eminentemente excepcional, haciendo uso de medidas
cautelares no privativas de libertad, y en consecuencia también se ha exhortado elaborar planes
estratégicos de capacitación y sensibilización de las autoridades judiciales y de aquellas encargadas de las

4
Ver Exposición de motivos del Proyecto de Ley N° 33/2019-2020, que se promulgó como Ley N° 1173 de Abreviación
Procesal Penal y de Fortalecimiento de la Lucha Integral contra la Violencia a Niñas, Niños, Adolescentes y Mujeres,
señala “los principales problemas que afectan la administración de justicia penal están relacionados con el uso
excesivo de lo escriturado en el proceso, el alto índice de suspensiones de audiencias, (…), el deficiente ejercicio de la
facultad ordenadora y disciplinaria de la autoridad judicial en el desarrollo de las audiencias, la imposición
indiscriminada de la detención preventiva, haciendo de ésta la regla y no la excepción.”
investigaciones penales acerca de la excepcionalidad de la prisión preventiva, el uso de medidas cautelares
no privativas de la libertad y otros estándares internacionales y constitucionales aplicables a la materia.
(CIDH, 2013, pág. 121)

Lo que debe preocuparnos es que de acuerdo al relevamiento de información, en muchos casos, las
modificaciones legislativas no son acompañadas de buenas prácticas, y son ellas las que distorsionan la
aplicación de la detención preventiva, siendo que la lógica cautelar no llegó a consolidarse en la práctica,
aunque haya calado hondo en lo normativo, en lo académico y en el ámbito internacional de los derechos
humanos. (Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia, 2017) En este relevamiento se ha encontrado al menos
tres aspectos que hubieran influido en la continuidad del paradigma inquisitivo: primero, la excesiva
confianza en la capacidad transformadora del cambio normativo descuidando la incidencia de las prácticas,
segundo, no se consideró la implementación del nuevo sistema, y tercero, que se verifica una incapacidad
de manejar las expectativas de la ciudadanía. En esa línea, el protocolo tiende a brindar una guía para
provocar “buenas prácticas”, pues conforme tenemos en los diferentes estudios, en muchos casos la
práctica judicial no acompaña ni desarrolla el régimen normativo, sino que tiende a distorsionarlo, por lo
que resulta imprescindible ajustar la visión del protocolo a la modificación incorporada por la ley 1173,
pues esta norma refuerza la visión cautelar de la prisión preventiva y se enmarca a los lineamientos
convencionales.

A continuación podemos enumerar los principales problemas que se han detectado a partir del Estudio
Diagnóstico (Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia, 2017), así como por el informe defensorial (Defensoría
del Pueblo, 2018) y finalmente por la oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos (Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, 2017), clasificando las causas en tres grupos:

PRINCIPALES PROBLEMAS DETECTADOS


EN LA GESTIÓN DE AUDIENCIAS
CAUTELARES

a) Deficiencias en la gestión
institucional
b) Falta de cumplimiento efectivo de
los roles asignados a los sujetos
procesales
c) Falta de legitimación del sistema
frente a la sociedad

a) Deficiencias en la gestión institucional

Se observaron obstáculos con los que los jueces tropiezan en sus quehaceres cotidianos y que en cierta
forma les impiden tener un buen rendimiento en sus funciones. Pese al esfuerzo personal que se pueda
realizar, la programación y realización de audiencias se torna problemática. Los principales inconvenientes
tienen que ver con su superposición y la correlativa ausencia de las partes. A esto sumamos el frecuente
cambio de fiscales que lógicamente contribuye a que se generen los problemas detectados.
Entre otros factores, esto se relaciona con la falta de criterios uniformes para la confección de las agendas
y para la distribución de la carga de trabajo entre los juzgados, la falta de coordinación entre cada oficina
y con las partes litigantes, las deficiencias del sistema de notificaciones y la falta de controles efectivos
sobre las causas de las suspensiones.

El Estudio Diagnóstico encontró también que la cantidad de audiencias programadas y efectuadas por día
es muy baja, pese a que la carga de trabajo percibida por los jueces es alta. Esto sucede porque ocupan su
tiempo cumpliendo otras tareas (administrativas y de tramitación de expediente) que absorben el tiempo
de la realización de audiencias orales.

Otros problemas guardan relación con el modo de realización de la audiencia o el alto índice de suspensión
de las mismas5. Es decir, cuando se producen sin presencia de alguna de las partes o litigando cuestiones
no atinentes al objetivo de la misma, entre otros.

Junto a las reformas legales se identificaron otros problemas que tienen que ver con el entorno en que se
desarrollan las audiencias. La forma en que se están llevando a cabo las audiencias y las prácticas que a
diario reproducen los actores, son una readaptación del sistema escrito bajo el ropaje de la oralidad.
Encontrando la persistencia en el uso del método escrito y trabajo con base en expedientes que llegó a
desvirtuar el uso de los legajos o carpetas de investigación.

Otro factor coadyuvante ha sido el del déficit de información de calidad para la toma de decisiones, que
derivó en muchos casos en un trabajo con base en presunciones genéricas o prejuicios en desmedro de
argumentaciones referidas al caso. En las audiencias no se contó con elementos que generan y aseguran
una discusión en clave de lógica cautelar. (Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia, 2017)

5
Estas observaciones también fueron compartidas en el Informe de la Fundación Construir (2016), que señala que la
gestión continúa siendo crítica, pues sólo el 25% de las audiencias registradas se instalaron. A su vez, se examinó que
ha sido el propio juez quien no estuvo presente en el 34% de las suspendidas. En el mismo sentido, un informe más
reciente de la Defensoría del Pueblo (Defensoría del Pueblo, 2018) señala que en el período de monitoreo de
audiencias en las ciudades de La Paz y El Alto (diciembre 2017 a enero de 2018), “en la ciudad de La Paz las audiencias
de imposición de medidas cautelares fueron las que más se suspendieron, 33 audiencias suspendidas de 49
convocadas, seguidas de las de cesación a la detención preventiva con 24 de 39. En cambio, en la ciudad de El Alto,
en primer lugar, se registraron 17 audiencias de cesación a la detención preventiva suspendidas de 35 convocadas,
seguidas por las de imposición de medidas cautelares con 14 de 33 audiencias.” Las observaciones en diversos
departamentos de Bolivia permiten evidenciar un bajo número de audiencias programadas por día, elevada cantidad
de suspendidas, otras con duraciones inusitadas y en las que el objeto del litigio se diluye por la falta de conducción
de los jueces. Sumado a ello, en Cochabamba se observó que, algunos jueces realizan la audiencia sin la asistencia del
fiscal, bajo la justificación de que su función queda suplida con la presencia del querellante o del propio “cuaderno
de investigaciones”, como si se tratara de un expediente, de la prueba misma o, aún más, que dichos documentos
son la base para tomar una decisión en audiencia. En Sucre se observó que, las audiencias más suspendidas son las
de medidas cautelares; mientras que en La Paz se sostuvo que cuando los fiscales no concurren, los jueces las llevan
con base lo solicitado en el cuaderno de investigación.

El Informe Defensorial: Vulneraciones a Garantías Constitucionales en la aplicación de medidas cautelares (2018)


manifiesta que las audiencias de cesación de la detención preventiva son las que más se suspenden y que los
principales motivos por los cuales se suspendieron fueron por falta de notificación a las partes 31%, inasistencia
injustificada de la Fiscalía o “incumplimiento en la remisión del cuaderno de investigaciones” 13%, recarga procesal
del juez 18%. (Defensoría del Pueblo, 2018)
Otro grupo de problemas encuentra directa implicancia con el modo en el que producen las resoluciones
judiciales. Es decir, con la decisión que se toma sobre el fondo de la cuestión. No es posible que el juez
tome una decisión justa si alguna de las partes – fiscal o defensor – no está presente, o bien si pese a
concurrir, la litigación no es limpia porque no se entiende cuál es la disputa en concreto o no se advierte
que en realidad no hay contradictorio.

La falta de destrezas de litigación ha tenido una cuota importante de responsabilidad, pero también la
reiteración de prácticas del sistema inquisitivo anterior a la reforma: las decisiones tomadas con base en la
información del cuaderno de investigación o el cuaderno de control del juzgado, en desmedro de la
información producida en audiencia, como se manifestó con anterioridad.

b) Falta de cumplimiento efectivo de los roles asignados a los sujetos procesales

Al respecto se ha podido detectar que existen problemas vinculados al efectivo cumplimiento de los roles
asignados a los sujetos procesales en el contexto normativo, ya que existe una tendencia a visualizar la
primacía de la figura del fiscal quien, incluso estando ausente en la audiencia, podría lograr una resolución
en sentido favorable a su interés. Dicotómicamente se visualiza al juez como un operador del sistema con
menos poder que la acusación e influenciado por la presión social y el clamor popular al momento de tener
que resolver. En ese sentido, es necesario rescatar la independencia e imparcialidad judiciales, como
principios fundamentales de los jueces, resulta un paso necesario para la consolidación de las reformas
legales emprendidas.

El relevamiento mencionado ha permitido identificar que, en general, los jueces se perciben como actores
debilitados frente a las partes, expuestos tanto a las presiones de la opinión pública como de los medios
de comunicación y los litigantes. Como consecuencia, en ocasiones los jueces no se sienten legitimados
para conducir la audiencia, lo que requeriría, por ejemplo, una intervención para evitar que las exposiciones
de las partes se prolonguen más allá de lo necesario

El Estudio Diagnóstico relevado por el Tribunal Supremo de Justicia ha concluido que debe repensarse los
sistemas de respaldo a las decisiones judiciales, ya que como lo ha referido, aunque la independencia
judicial se ha instalado en todos los órdenes normativos como una de las garantías del proceso, en muchos
casos los operadores no encuentran resguardo ante las presiones sociales y políticas. (Tribunal Supremo
de Justicia de Bolivia, 2017) Por lo que resulta necesario sensibilizar a los operadores sobre su
responsabilidad en cuanto al impacto que tienen sus decisiones.

Se han detectado problemas específicos relativos a las audiencias cautelares, como por ejemplo: ausencia
de elementos de convicción sobre el peligro de procesal que justifiquen la imposición de una medida
cautelar, reducida aplicación de medidas que sustituyen a la detención preventiva y la ausencia de control
jurisdiccional sobre la duración de la detención preventiva y (Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2017)

c) Falta de legitimación del sistema frente a la sociedad

Es necesario trabajar en las formas de comunicar a la sociedad la relación entre la eficacia de la persecución
penal y la eficiencia en el uso de medidas cautelares para que el respeto por las garantías no sea percibido
en desmedro de la aplicación de la ley o como generador de impunidad. (Tribunal Supremo de Justicia de
Bolivia, 2017)

Se ha destacado la importancia que tiene la gestión judicial en la organización del trabajo y en el cambio
de prácticas de los actores, en clave de habilidades y destrezas que fortalezcan un sistema oral.
Hoy en día requerimos de jueces protagonistas, encargados de la buena dirección de las audiencias y el
control de la actividad desplegada por el Ministerio Público, que respondan a los requerimientos de la
realidad social en el marco del sistema normativo nacional e internacional, así, para avanzar de forma
práctica sobre estos aspectos, CEJA se propone especificar su objeto de intervención y focalizarse en la
dinámica de las audiencias cautelares, entendiéndolas como uno de los principales espacios de actuación
en el sistema de justicia. (Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia, 2017)

Este protocolo tiene como objetivo precisamente generar las líneas rectoras para la actuación del juez en
audiencias cautelares, y así también para generar instrumentos prácticos que viabilicen su realización,
pretende brindar una guía práctica que estandarice un modo de trabajo que redefine cuestiones operativas
y tiene su base en información que han brindado los propios actores del sistema, tanto para la formulación
de la primera edición como para la actualización en el marco de las nuevas disposiciones normativas.
También se toman datos obtenidos al presenciar audiencias en los departamentos a los que se hizo
referencia en el estudio relacionado a esta guía.

1.2. Guía práctica para abordar los problemas: el protocolo


Esta guía operativa pretende contribuir a contrarrestar y erradicar los problemas que se han detectado en
la sustanciación de las audiencias de medidas cautelares. En particular, propone herramientas para
estandarizar la actuación de las juezas y los jueces en su tarea cotidiana, que los fortalecerá
individualmente y también al Órgano Judicial.

El protocolo intenta ayudar a superar algunas de las situaciones apuntadas por los propios jueces al
momento de realizar entrevistas. Se han identificado los siguientes problemas y el modo en que se
pretende responder ante los mismos:
Problemas que se mencionaron en las
Respuestas que aparecen en este protocolo
entrevistas

Falta de cursos que permitan unificar y


Guías jurisprudenciales y prácticas que permitan
homogeneizar criterios al interior del Órgano
unificar criterios.
Judicial.

Falta de cursos que permitan incorporar


Sugerencias concretas para enfrentarse a la tarea
herramientas que sirvan a la práctica
cotidiana.
cotidiana.

Sugerencias para dirigir la audiencia, obligar a las


No tener el control de la audiencia que dirigen. partes a hacer planteos en forma concreta y evitar
que los litigantes asuman actuaciones dispersas.

Profundizar conocimientos sobre la Teoría del Caso.


Falta de identificación de tipos penales y
argumentación jurídica. Acciones para identificar la audiencia como una
discusión de cuestiones en forma escalonada.

Ejercicios para que el juez advierta como parte


Falta de reconocimiento a la autoridad del
central del sistema de audiencias, porque es quien
Juez.
las dirige y quien las resuelve.

Advertir que todos los jueces forman el


conglomerado del Órgano Judicial, pero que cada
juez es soberano respecto del problema que tiene
Falta de independencia interna. que resolver.

En este documento encontraran las referencias


precisas a los Principios de Bangalore sobre la
conducta judicial.

Sugerencias para evitar que esa presión encuentre


Falta de independencia externa: presiones eco en la resolución judicial.
populares y mediáticas. Referir los Principios de Bangalore sobre la conducta
judicial.

La ley 1173 ha incorporado las oficinas gestoras a


Problemas de agenda. efectos de que las mismas coadyuven con la gestión
de la agenda.

Problemas con las estadísticas y el control de


Sugerencias para llevar el control de los detenidos.
los detenidos preventivos.

En definitiva, la finalidad de este protocolo es brindar pautas concretas y establecer guías para la ejecución
de buenas prácticas para la solución de los problemas que los propios jueces del sistema indicaron como
obstáculos que les impiden llevar de mejor manera su función.

Por ello en este protocolo se trabajará sobre los siguientes ejes:

• Introducción y objetivos del Protocolo (capítulo 1);


• La coerción personal: régimen legal y jurisprudencial (capítulo 2);

• Las Audiencias Cautelares: sentido e implicancias de la oralidad, clasificación, estructura y


lineamientos de actuación (capítulo 3);

• La resolución de imposición de medidas cautelares: Fundamentación y motivación como condición


de legitimidad de la coerción de la libertad personal (capítulo 4);

• Jurisprudencia relevante (capítulo 5)

En el capítulo que sigue se explica el régimen legal y convencional de la coerción personal, delimitando la
guía de actuación judicial a la luz de las modificaciones incorporadas por las leyes 1173, 1226 y 1443 y los
últimos lineamientos jurisprudenciales tanto nacionales como convencionales.

En el capítulo 3 se explica todo el contexto del entorno de la audiencia cautelar, desde el sentido e
implicancias de la oralidad, la producción y control de información de alta calidad, la intervención de los
sujetos procesales, los diferentes tipos de audiencias, la estructura y desarrollo de la audiencia, y las
recomendaciones generales para el registro y control.

En el capítulo 4 se explica los estándares de motivación y fundamentación que deben contener las
resoluciones judiciales vinculadas a la restricción del derecho a la libertad como condición de legitimidad.

Finalmente, en el capítulo 5 se realiza una breve reseña de las principales líneas jurisprudenciales y
sentencias nacionales e internacionales sobre medidas cautelares personales.
2. La coerción personal: régimen legal y jurisprudencial
2.1. Medidas cautelares personales. La presunción de inocencia vs. la limitación a la
libertad con fines procesales
Es importante establecer de inicio que el régimen de medidas cautelares personales ha merecido ajustes
normativos a partir de la promulgación de ley 1173, ley 1226 y ley 1443, estas modificaciones han
consolidado la visión cautelar acerca de las medidas de coerción y han establecido expresamente la última
ratio en su aplicación, así como la exclusión de la carga de la prueba que de una manera viciosa se había
venido exigiendo al imputado, también ha incorporado la exigencia de fortalecer el principio acusatorio
asignando a la parte acusadora la obligación de fundar y demostrar la existencia de los elementos
necesarios para su imposición, conforme se desarrollará más adelante, finalmente y no menos importante
se ha dispuesto la necesidad de establecer los motivos por los que se requiere la limitación de la libertad,
atendiendo a la realización de actuados
procesales y la exigencia de motivar los tiempos El informe sobre el uso de la prisión preventiva en las
necesarios para su realización. Américas, en su parágrafo B numeral 16 establece “el
presente informe se sustenta fundamentalmente en
Es necesario destacar que, si bien, la limitación
el principio de la presunción de inocencia, el cual,
al derecho a la libertad con fines cautelares, es
una atribución legitimada, no obstante, como como ya ha afirmado la CIDH, es en realidad el punto
operadores de justicia, resulta imprescindible, de partida para cualquier análisis de los derechos y el
mantener presente que el principio de tratamiento otorgado a las personas que se
presunción de inocencia es el pilar fundamental encuentran bajo prisión preventiva.” (CIDH, 2013)
y razón de ser del proceso penal.

Por lo que, el actuar judicial a la hora de limitar el derecho a la libertad debe resultar celoso y
comprometido para no deslegitimar el actuar punitivo a cargo del estado, pues el imputado es un inocente
en espera de juicio. “De todas las garantías judiciales propias del ámbito penal la más elemental es quizás
la presunción de inocencia” (CIDH, 2013) Esta garantía ha llevado a imponer como regla general, que toda
persona sometida a proceso penal debe ser juzgada en libertad, decantándose de aquello el principio de
excepcionalidad de la prisión preventiva, y aún bajo dicha coerción la situación jurídica del privado de
libertad será la de ser un inocente.
133. En ese sentido, la CIDH reitera que la Convención Americana debe interpretarse de
forma tal que sus disposiciones tengan un efecto útil, es decir, que cumplan
efectivamente el fin de protección para el cual fueron instituidas. En materia sustantiva,
esto implica que su texto debe interpretarse de una manera que garantice que los
derechos que consagra sean prácticos y efectivos, y no teóricos o ilusorios, lo que aplica
también al derecho a la presunción de inocencia (Art. 8.2). Por ende, el respeto y garantía
del derecho a la presunción de inocencia genera consecuencias muy concretas en la forma
como el Estado ejerce su poder punitivo (ius puniendi) (CIDH, 2013)
2.1.1. Concepción cautelar de la prisión preventiva: Principios rectores
La concepción cautelar o lógica cautelar como denomina el Estudio Diagnóstico realizado por el CEJA,
implica que la prisión preventiva se aplique para resguardar el éxito del proceso penal y no para otros fines.
A su vez implicó el reconocimiento que la prisión preventiva no puede aplicarse a todos los casos por igual,
pues existen distintas intensidades de riesgo procesal y para ello existen diferentes medidas cautelares.
(Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia, 2017)
Según la noción o concepción cautelar, estas medidas restrictivas, son provisorias e instrumentales, no
fines en sí mismas, y están subordinadas a la corroboración de la apariencia del buen derecho (juicio de
probabilidad) y de la probabilidad de frustración del derecho. (Dei Vecchi, 2013)

Esta concepción cautelar ha sido profundizada a partir de la promulgación


de las modificaciones incorporadas por la ley 1173 y la ley 1443, ya que
conforme se desprende de la lectura del artículo 231 bis (Medidas
Cautelares), el legislador deja expresamente sentado que solo “cuando
existan suficientes elementos de convicción que permitan sostener que el
imputado es con probabilidad autor o partícipe de un hecho punible y además existan en su contra
suficientes elementos de convicción que no se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la
verdad, la jueza, juez o tribunal, únicamente a petición del fiscal o del querellante, podrá imponer al
imputado una o más de las medidas cautelares personales.”

En ese contexto y a diferencia de la regulación anterior que destacaba la aplicación de la detención


preventiva, ahora, se ha hecho énfasis en que la coerción personal puede desplegarse conforme diferentes
medidas cautelares personales y solo cuando los riesgos procesales no puedan ser EVITADOS
RAZONABLEMENTE por las medidas descritas entre el numeral 1 al 8 del artículo 231 bis del CPP recién se
aplicará subsidiaria y excepcionalmente la detención preventiva.

PRINCIPIOS RECTORES: El tribunal constitucional Plurinacional en la SCP 276/2018 – S 2 de 25 de junio ha


establecido algunos principios a título de condiciones de validez para la detención preventiva,
estableciendo entre estos el principio de legalidad, el de proporcionalidad, el de razonabilidad y el de
fundamentación y motivación de las resoluciones.

Cuando hace referencia al principio de legalidad da cuenta que toda privación de libertad debe cumplir los
requisitos materiales y formales, cuando hace referencia a la proporcionalidad, a que esa restricción debe
atender a un propósito útil y oportuno
que torne necesaria la limitación de la
LEGALIDAD PROPORCIONALIDAD EXCEPCIONALIDAD libertad para satisfacer un interés público
imperativo y sea proporcional a ese
objetivo, de modo que cuando se tenga
otras opciones deba escogerse la menos
RESOLUCIÓN
RAZONABILIDAD FUNDAMENTADA Y INSTRUMENTALIDAD restrictiva, considerando además el
MOTIVADA carácter excepcional de la detención
preventiva (artículos 7, 221, 222, 232 bis,
233 y 235 ter del CPP), así también
JURISDICCIONALIDAD PROVISIONALIDAD REVISABILIDAD desarrolla el principio de razonabilidad,
en términos tanto de la adopción de la
medida como de los tiempos en los que
debe llevarse a adelante, ya que se
NECESIDAD
concibe, más aún con las modificaciones
incorporadas por la ley 1173 que no debe
traspasar los límites del sacrificio que
puedan imponerse razonablemente a una
persona para garantizar los fines del proceso. Finalmente da cuenta de la necesidad de fundamentación y
motivación de las resoluciones, como parte componente del debido proceso y tutela judicial efectiva, que
permita a las partes conocer las razones por las cuales la autoridad judicial asumió una determinación. No
podemos dejar de reiterar que las medidas cautelares no tienen una finalidad punitiva ni sancionatoria,
pues ello equivaldría a conculcar la presunción de inocencia, por lo que resultan medidas instrumentales
que se sujetan a una finalidad de precautelar el desarrollo del proceso y garantizar la presencia del
imputado.

A esta enumeración podemos agregar que las medidas cautelares, se rigen también por el principio de
Jurisdiccionalidad, en cuanto se requiere que la limitación provenga de una autoridad judicial legitimada
para aquello, el principio de provisionalidad, emergente de la misma instrumentalidad, y del respeto al
imputado como inocente en espera de juicio, la medida será provisional y solo durará mientras subsista la
necesidad de la limitación, pues lo contrario nos conducirá a tornar la detención preventiva en una
verdadera pena anticipada y el de revisabilidad, porque su imposición responde a una determinada
situación del hecho existente al momento de adoptar la medida, que varía si las circunstancias que la
motivaron sufrieran modificaciones a lo largo del proceso, lo que obliga a su revisión, a esto responde lo
que refiere el artículo 250 del Código de Procedimiento Penal, que en cuanto al carácter de las decisiones
ha establecido que la medida es revocable o modificable, aún de oficio. La CIDH destaca que la prisión
preventiva, al igual que el resto de las medidas, se deberá imponer en tanto sea indispensable para los
objetivos propuestos (CIDH, 2013). Destacando el principio de necesidad, en tanto y en cuanto, la
detención preventiva o cualquiera otra medida cautelar que restrinja la libertad, solo proceden cuando sea
el único medio que permita asegurar los fines del proceso.

2.1.2. Erradicación de la detención preventiva como pena anticipada


Nuestro tribunal constitucional ha establecido en la SCP 0039/2012 que “la medida cautelar personal no
constituye una pena anticipada, solamente cumple fines procesales y de ahí deriva su principal
característica que es la instrumentalidad.”

La CIDH en numerosos textos ha recomendado a “intensificar los esfuerzos […] para erradicar el uso de la
prisión preventiva como herramienta de control social o como forma de pena anticipada; y para asegurar
que su uso sea realmente excepcional […]” (CIDH, 2017, p. 24)

Cualquier consideración relativa a la regulación, necesidad o aplicación de la prisión preventiva debe partir
de la consideración al derecho a la presunción de inocencia, y tener en cuenta la naturaleza excepcional de
la medida y sus fines legítimos. La privación de libertad de la persona imputada debe tener un carácter
procesal, y, en consecuencia, sólo puede fundamentarse en sus fines legítimos, a saber: asegurar que el
acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia. (CIDH, 2017, p. 158
– 159)

2.1.3. Requisitos indispensables para legitimar la privación de libertad


El primer impacto normativo que asume la lógica cautelar es el de establecer la regulación de los requisitos
para la privación de libertad, teniéndose que estos son:

- El supuesto material, fummus bonis iuris o fummus commissi delicti (apariencia de


buen derecho)

- El supuesto procesal, periculum in mora o periculum libertatis (peligro en la demora)

- La indispensabilidad, esto es el hecho de ser la prisión preventiva condición necesaria


de la neutralización de dicho peligro procesal, esto es el ser imprescindible para evitar
la frustración de los fines procesales.
Esto ha sido recogido por nuestro artículo 233 en el
Código de Procedimiento Penal modificado por el La CIDH (CIDH, 2013) ha referido que, al
artículo 2 parágrafo III de la ley 1226 de 18 de solicitar la detención preventiva, el fiscal
septiembre de 2018, el que además supedita la deberá acreditar la existencia de mérito
imposición de la medida a la verificación de la sustantivo de riesgos procesales y la
imposibilidad de garantizar esos riesgos por otras
duración de la medida, y la autoridad
medidas menos lesivas, y fundamentalmente a la
judicial deberá adoptar las decisiones luego
existencia previa de un pedido previo, fundamentado
y acreditado, ya sea por el Ministerio Público o la de un análisis exhaustivo, y no meramente
víctima, de aquellos supuestos material y procesales. formal.
Luego, la Ley 1443 que modificar al citado artículo
233 exceptúa la fundamentación del plazo en los delitos de feminicidio, infanticidio y/o violación de
infante, niña, niño o adolescente.

El supuesto material consiste en una probabilidad seria de existencia de intereses o derechos que deben
ser tutelados por el ordenamiento jurídico, y conforme ha entendido el Estudio Diagnóstico relevado por
el CEJA, alude a la existencia de dos requisitos concretos: 1) probabilidad fundada sobre la existencia de un
hecho delictivo; y 2) probabilidad fundada sobre la participación del imputado en dicho delito. (Tribunal
Supremo de Justicia de Bolivia, 2017) En este estudio se ha hecho hincapié, en que la finalidad de
acreditación de este presupuesto, exige al juez verificar la seriedad de los cargos y la existencia de un
mínimo de antecedentes que permitan generar una “presunción grave”, ello considerando que diferentes
instrumentos de relevamiento del estado de situación de la detención preventiva en Bolivia han dado
cuenta, de que uno de los problemas que se tiene en esta materia es el de la “Ausencia de elementos de
convicción para determinar el supuesto material”

Al respecto, conviene destacar que el Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP 0795/2014 del 25 de
abril de 2014, ha interpretado que aquella acreditación debe emerger de una valoración de los elementos
de juicio y no así de actividad fundada en supuestos subjetivos librados a la imaginación del juzgador o
parte acusadora, referidas por este alto tribunal como conjeturas o presunciones. (Sentencia Constitucional
Plurinacional, 2014)6

6
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL (2014) Obtenido de
https://buscador.tcpbolivia.bo/_buscador/(S(ccdjbcqgo4hxovp3ozvhbpj3))/WfrResoluciones1.aspx “dicha norma
debe ser interpretada y comprendida desde y conforme a la garantía de la presunción de inocencia, habida cuenta
que la imputación formal no constituye base para determinar la culpabilidad o la inocencia del sujeto; por lo tanto, a
más de que la aplicación e medidas cautelares de carácter personal surja de la acreditación de una presunta
participación o autoría, dicho concepto (probable autoría o participación), debe emerger de una valoración armónica
e integral de elementos de juicio que sean objetivos y concretos, y no el resultado de la mera imaginación del juzgador
ni de la parte acusadora. Entonces, la detención preventiva debe ser el resultado de una debida fundamentación de
las resoluciones que la disponen en ese sentido, lo cual impide que la autoridad jurisdiccional funde su determinación
en meras conjeturas o presunciones. En ese sentido, la simple suposición debe ser entendida como la creencia de un
probable acontecimiento de ciertos hechos o conductas, sin estar completamente seguro de ello, es decir, aquella
idea que surge directamente de la imaginación del sujeto sin estar debidamente comprobado. Por lo tanto, la
resolución judicial destinada a aplicar medidas cautelares de carácter personal, de ninguna manera debe estar
sustentada en simples o meras posibilidades, sino que debe ser una decisión producto de la seguridad y certeza que
adquirió la autoridad judicial luego de haber efectuado la compulsa de los antecedentes del caso y la valoración
integral de los elementos de juicio que fueron llevados a su consideración, para definir la situación jurídica del
imputado.”
Conforme refiriera el Juez Penal del Poder Judicial de Costa Rica Jeffry José Mora Sánchez (Mora Sánchez,
2021), la justificación de la premisa fáctica de las medidas cautelares es la que comporta mayor dificultad
operativa para los administradores de justicia penal, ello debido primero a factores procesales positivos,
como la incompletitud del elenco probatorio, refiriéndose precisamente a la cantidad de material
probatorio relevante y disponible para alcanzar una decisión en fases tempranas de la investigación, como
así también la devaluación de la garantía del derecho a la prueba; segundo también destaca los factores de
resiliencia interna del decisor, destacando factores como la participación y cobertura de medios de
comunicación masiva, así como el criterio de la sociedad civil y los órganos políticos, hasta la instauración
de sumarios disciplinarios en contra de jueces; y en tercer lugar posiciona los factores estructurales de la
decisión, dado que la pretensión en materia de medidas cautelares es un enunciado formulado de forma
prospectiva, sobre hechos futuros.

A estas alturas podemos destacar la importancia de una correcta valoración del primer presupuesto que
habilitaría la limitación a la libertad, ya que si bien no es una etapa probatoria en el sentido asignado al
juicio oral, no obstante no podemos dejar de realizar un proceso inferencial serio, que nos conduzca a la
acreditación del hecho y la participación del imputado, ya que usualmente se ha preferido en audiencias
cautelares pasar por alto este requisito y dar preponderancia a la existencia de los riesgos procesales, al
respecto, Jordi Nieva Fenoll, nos ilustra, refiriendo que:

(…) no podemos conformarnos simplemente con un pronóstico de riesgo, error común, por
cierto, en la mayoría de los jueces que decretan la prisión, que se dejan habitualmente
convencer por los peligros de no decretar la medida cautelar, ignorando el presupuesto
principal que se está comentando: la constancia de un hecho con caracteres de delito y su
prácticamente indudable atribución a una persona. (Nieva Fenoll, 2018, pág. 72)

Mientras que en cuanto al supuesto procesal se ha evidenciado igualmente como una debilidad de los
sistemas, la “Ausencia de elementos de convicción sobre el peligro procesal que justifiquen la imposición
de una medida cautelar” (Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, 2017), así ha coincidido el relevamiento efectuado por el CEJA que ha referido que en la práctica
y a pesar de la claridad de la norma, los fiscales fundan sus solicitudes en presunciones y debe ser la defensa
la que acredite que el imputado no se fugará o entorpecerá la investigación. (Tribunal Supremo de Justicia
de Bolivia, 2017)

Según la Fundación Construir, en el relevamiento de información la actuación fiscal se limitó a citar los
artículos del Código de Procedimiento Penal, relativos al peligro de fuga o de obstaculización y no ha
corroborarlos, y sin embargo el juez determinó la imposición de alguna medida cautelar.

Por lo que esta situación evidencia la vulneración del principio de presunción de inocencia y además
impone una inversión de la carga de la prueba, ya que se obliga al imputado a presentar elementos de
convicción para acreditar su arraigo y antecedentes, ello al margen de la expresa disposición normativa.
(Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2017)

Finalmente, debemos acreditar la indispensabilidad (Dei Vecchi, 2013), esto es el hecho de ser la prisión
preventiva condición necesaria de la neutralización de dicho peligro procesal, esto es, la resolución judicial
deberá justificar porque se debe encarcelar mientras dure el proceso, aspecto expresamente recogido por
el legislador boliviano en la disposición legal contenida en el artículo 221 del CPP, cuando refiere que la
libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona por la Constitución Política
del Estado, las Convenciones y Tratados Internacional vigentes y este código, solo podrán ser restringidos
cuando sea indispensable para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la
aplicación de la ley.

2.2. Régimen legal Nacional y desarrollo jurisprudencial


2.2.1. Las medidas cautelares en el marco del Código de Procedimiento Penal
Conforme ya hemos dejado establecido la ley 1970 y la actual ley 1173, contemplan una estructura cautelar
que responde a un fin exclusivamente instrumental, que cumplen un rol procesal precautorio, cuyo fin es:
la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley, a continuación,
desglosaremos cada uno de los supuestos o condiciones de validez para la limitación al derecho a la
libertad.

2.2.2. El supuesto material: La probabilidad de autoría (fumus comissi delicti)


Binder (2013) sostiene que la "garantía del hecho” resulta ser la piedra angular sobre la que se ordenan las
demás garantías, tanto las sustantivas como las de procedimiento.

Así, el autor entiende que la garantía del hecho ordena y agrupa a las demás garantías en tres dimensiones:
Como requisitos de verificabilidad del hecho
Como requisitos de verificabilidad del hecho

Como condiciones de verificación del hecho

Como reglas de comprobación del hecho

Es decir, si no hay un hecho medianamente delimitado, sobre todo en los comienzos de la investigación
preparatoria, no existe objeto procesal. Nada de lo que se discuta podrá tener sentido pues se discutirá en
un plano abstracto.

La existencia de un hecho será condición de un proceso penal y consecuentemente de una audiencia en la


que se discutan cuestiones relativas a él.

Explica Binder que es requisito de verificabilidad


VERIFICABILIDAD DEL HECHO

aquello sobre lo cual es necesario atribuir valor de


Legalidad: no se trata de cualquier hecho sino
del seleccionado en la ley verdad para evitar vaguedades e indeterminaciones. Lo
que se concreta en proposiciones puntuales
REQUISITOS DE

(participación, circunstancias, daño, medios, etc.) y


Culpabilidad: que preveiene frente a la permite alcanzar precisiones.
responsabilidad objetiva

Así, esos principios son garantías de primer orden en


tanto delimitan, precisan y concretan la idea de hecho
Lesividad: que preserva de la reintroducción mediante calificaciones jurídicas. El juego de estos
del derecho penal infraccional
principios aumenta el nivel de protección y precisa
aquello sobre lo cual se debe decir verdad.
Proporcionalidad: que vuelve operativa la
concepción del derecho penal como última
ratio y exige un vínculo entre la reacción y la
gravedad del daño concreto
El segundo grupo de garantías se refiere a las condiciones de verificación del “hecho”, la construcción de
la verdad está sometida a reglas de actuación que buscan evitar la arbitrariedad, la sorpresa y la
manipulación. Son los requisitos, formas y normas de actuación que regulan el modo como se construye
esta verdad, según la específica obligación
de cada una de las partes. En este grupo
encontramos las garantías de

VERIFICACIÓN DEL HECHO


imparcialidad, contradicción y publicidad.
Imparcialidad (independencia,

CONIDICIONES DE
De esta forma, esas tres garantías básicas: organización, juez natural, estabilidad e
imparcialidad, contradicción y publicidad– idoneidad), como se vio en la primera
parte el juez no es gestor de un interés;
apuntaladas por las de segundo orden – se
estructuran en la forma del juicio previo.
Contradicción (que tiene como corolario
Por ello, explica Binder (2013), que al derecho a una acusación única, cierta
cuando se habla de oralidad lo que se y completa; al derecho de defensa y al
derecho a ser tratado como inocente);
quiere transmitir es que todo ciudadano
tiene derecho a que no se le imponga una
pena sin un juicio previo; y juicio no es Publicidad (de la que se desprende la
audiencia como método, nos preserva
cualquier trámite, sino la estructura de la tendencia al secreto).
(conjunto de formas vinculadas a los
actos, sujetos, tiempo, espacio, coerción y
caso) que sostiene la imparcialidad, la
contradicción y la publicidad.

Finalmente, en el tercer grupo encontramos a las reglas de comprobación, que son el conjunto de filtros
que evitan que la información llegue
REGLAS DE COMPROBACIÓN

distorsionada o manipulada y, al mismo


tiempo, el conjunto de reglas que dan
guía y certeza a la construcción del
relato final.

Es indispensable que todo este proceso


de “descomposición y reconstrucción
Reglas de formalización y
de los relatos” se encuentre
valoración de la prueba reglamentado para evitar abusos,
prejuicios o superficialidades. En esta
categoría es posible agrupar a las reglas
Requisito de
de prueba (que marcan esos límites): a
fundamentación de la la formalización de los medios de
Sentencia prueba (que conforman estatutos
normativos precisos sobre el
tratamiento de distintos “tipos” de
relatos), a las reglas de valoración de la
prueba y a las exigencias de
fundamentación de la sentencia.
De acuerdo a lo reseñado, la garantía del hecho se integra conforme el siguiente gráfico:

•Legalidad
Requisitos de •Culpabilidad
verificabilidad
del hecho •Lesividad
•Proporcionalidad

Condiciones
•Imparcialidad
de verificación •Contradicción
del hecho
•Publicidad

•Reglas de
formalización y de
valoración de la
Reglas de prueba
comprobación
•Requisito de
fundamentación de
la sentencia

Cabe aclarar que cuando se habla de un hecho definido o delimitado no quiere decir que se requiera tener
una certeza sobre su ocurrencia y la participación del imputado. Se trata de que el hecho, que es objeto
del proceso sobre el cual se está discutiendo la medida cautelar, esté demarcado de modo tal de dar
respuesta a las siguientes preguntas:

¿qué se hizo?

¿quién lo hizo?

¿cuándo lo hizo?

¿dónde se hizo? y

¿cómo se hizo?

Para que esto se cumpla es necesario que el juez sea proactivo a la hora de exigir información que le
permita conocer y entender qué es lo que están discutiendo.

De lo expuesto podemos resaltar que la tarea del juez asegura que se


cumplan los requisitos de verificabilidad, las condiciones de verificación y las
reglas de comprobación del hecho.
En muchas ocasiones los abogados gustan hablar de más y es frecuente que un litigante que se encuentre
con un juez que no dirija la audiencia hable mucho, se explaye y haga un uso extendido del tiempo,
recurriendo a palabras técnicas de difícil comprensión. En estos casos es habitual que no se llegue a
comprender qué es relevante para el caso.

Para poder resolver en forma justa, el juez necesita entender cuál es el hecho objeto de disputa. Si las
partes no lo explicitan, no sólo no tendrá materia sobre la cual resolver, sino que tampoco podrá dirigir la
audiencia en forma correcta.
Una buena dirección dependerá de que el juzgador pueda reconducir las discusiones a aquello que generó
controversia y sobre lo que tenga que ser discutido. Si el juez no conoce los hechos, será difícil reconducir
esa discusión.

Ahora bien, ¿cómo juega esta idea de la garantía del hecho con las funciones del juez abordadas al principio
de este apartado (dirigir y resolver)?

La función del juez está claramente relacionada con la garantía del hecho. En primer lugar, en tanto debe
conducir esa audiencia de tal modo de asegurar que se cumpla con:

Los requisitos de verificabilidad del hecho: implican controlar que la acusación señale
qué hecho tiene por acreditado y en qué figura penal se subsume; y

Las condiciones de verificación: incluyen la imparcialidad del juzgador que no tiene


intereses creados de antemanos (y por eso no podría dictar una medida de coerción
mayor a la pedida por el fiscal), la oralidad como herramienta de requerimiento de las
partes, la contradícción en el marco de la publicidad como el modo de obtener
información de calidad, etc.

Finalmente, el juez debe resolver de modo tal de satisfacer las reglas de comprobación,
que se relacionan a la función de resolver sobre el hecho, con motivación que debe
contener esa sentencia.

Por todo lo mencionado, una de las principales tareas del juez en una audiencia es llevar a que las partes
hagan sus planteos en forma concreta y precisa, pero además que lo hagan en torno a un hecho en
particular. Esto es lo que va a permitir circunscribir la discusión, evitar los planteos estériles y resolver sobre
la contradicción.

Esto mismo es lo que ha señalado el SCP 0450/2012 de 29 de junio, ratificando la sentencia SC 0863/2007-
R de 12 de diciembre, entre otras

La garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de la
motivación de las resoluciones, lo que significa que toda autoridad que conozca de un
reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica, debe
ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual también es
necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que
el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma,
pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno
convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas
sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los
principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier
interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no había otra
forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió.

La identificación de hechos controvertidos permitirá evitar la subjetividad y a ello tiene que aspirar la tarea
de dirección que realice el juez. El juez debe corregir a las partes cuando pretendan llevar la discusión a
cuestiones que no sean pertinentes, discutir sobre hechos no controvertidos o cuando sus alocuciones sean
excesivas en relación a los hechos.
Es importante resaltar que hecho no es lo que está consignado tal cual, en el informe policial, sino que se
trata de aquella porción de la realidad que la acusación entiende que tiene una cierta relevancia típica y en
torno a la cual decide formular su acusación. Esto ha sido relevado por la ley 1173, cuando a tiempo de
modificar el artículo 302 del Código de Procedimiento Penal, ha establecido en el numeral 4, que la
imputación debe contener:

Numeral 4) La descripción del hecho o los hechos que se imputan, con indicación de tiempo modo
y lugar de comisión y su calificación provisional, la descripción de los hechos deberá estar exenta
de adjetivaciones y no puede ser sustituida por la relación de los actos de investigación, ni por
categorías jurídicas o abstractas
Por lo que el juez deberá exigir la CIRCUNSTANCIACIÓN DEL HECHO, y que se describan con claridad cuáles
son las circunstancias de tiempo lugar y modo de comisión, y no así que se relate que es lo que consta en
un informe policial, o en la denuncia, ya que el juez no podrá tomar ninguna decisión si no conoce
concretamente cuál es el hecho que está en discusión y un hecho no es un conjunto de teorías ni de
teorizaciones, sino la descripción de una situación. En la descripción de ese hecho no puede faltar un
tiempo (fecha y hora, o aproximaciones), un lugar, un sujeto que hace u omite hacer, en algunos casos un
sujeto que es quien sufre ese hacer, en algunos casos un sujeto que es quien sufre ese hacer y algunas
circunstancias particulares que circunscriben esa acción. Estas aclaraciones son cuestiones que a veces no
quedan cubiertas por las intervenciones de las partes y es tarea del juez reconducir la discusión en este
sentido.

A esto debemos sumar, que lógicamente pueden generarse casos simples, en los que tengamos un hecho
y un autor que haya desplegado el mismo, no obstante, cuando estemos frente a multiplicidad de hechos
o infracciones, y multiplicidad de autores y/o partícipes, debemos igualmente exigir que se pueda
individualizar de manera objetiva, con la mayor claridad posible, el o los hechos atribuibles a cada uno de
ellos, su grado de participación y los elementos de prueba que sustentan la atribución de cada uno de los
hechos, siendo que esto igualmente ha sido recogido por la ley 1173 como una aspiración recogida por una
larga y constante línea jurisprudencial que arrancó desde la SC 0760/2003 – R de 4 de junio de 2003,
precisamente porque no se delimitaba la intervención de diferentes partícipes en hechos en los que se
atribuía una múltiple participación, por lo que ahora el legislador ha sido expreso y taxativo en la exigencia
y corresponde a la autoridad judicial ejercitar el control de dicha circunstancia.

Nótese que la Ley N° 1173 ha establecido claramente que la relación de hechos que da base al proceso
penal y a la posibilidad de imponer una medida cautelar (imputación formal) no es cualquier relación de
actuaciones, sino que debe cumplir ciertos requisitos para asegurar su verificabilidad y verificación:

- Descripción de hecho, con indicación de tiempo, modo y lugar

- No debe contener adjetivaciones (es decir calificativos retóricos)

- No puede ser sustituido por la relación de los actos de investigación. Ej. Según denuncia de fecha
X, el Sr. Y habría cometido, se tiene la declaración de …, del informe de acción directa del policía Z….

- No puede ser sustituido por categorías abstractas. Ej. Juan Pérez utilizando un arma blanca
procedió a amenazar a la víctima y sustraer con violencia ….

- Si hay más de una persona imputada, se debe señalar de manera individual con claridad qué hecho
concreto se atribuye a cada una de ellas.
A efectos de dar cumplimiento a esta norma,
es importante que el Juez, Ministerio Público
y la Defensa asuman la diferencia entre
"hechos y categorías jurídicas"

HECHO
Es un acontecimiento concreto, algo CATEGORIA JURIDICA
que ha sucedido en la realidad. Es una abstracción. Una
Acción que se ha llevado a cabo, construcción que permite subsumir
adelántandose a cualquier evento múltiples hechos diferentes.
que pudiera dificultarla o impedirla.

Una proposición fáctica es una afirmación de hecho, respecto del caso concreto, que
tiende a satisfacer un elemento de la teoría jurídica

El siguiente cuadro nos es útil para contar con todos los elementos de una descripción circunstanciada del
hecho, con indicaciones de modo, tiempo y lugar como señala el Art. 302 del CPP.

Estructura de los hechos (imputación)

1. ¿Cuándo? (elementos de tiempo) 

2. ¿Dónde? (elementos de locación) 

3. ¿Quién hizo? (elemento subjetivo activo - protagonista) 

4. ¿Qué hizo? (Conducta imputado) 

5. ¿A quién se lo hizo? (elemento subjetivo pasivo - víctima) 

6. ¿Cómo lo hizo? Circunstancias de 

a. Modo

b. Instrumento

c. Otras
7. ¿Cuál fue el resultado de la conducta? 

8. ¿Por qué o para qué lo hizo? Móvil de la conducta (no se aplica en todos los 
delitos)

Ejemplo de un relato de hechos correcto

Estructura del hecho – imputación

1. ¿Cuándo? El 2 de noviembre de 2018, al promediar las 22:30 horas

en el Pasaje Montevideo, a la altura del Edificio Victoria, puerta 2 A, de la


2. ¿Dónde?
ciudad de La Paz

3. ¿Quién hizo? Pablo Pérez Pérez

empujó contra la pared / le gritó “oye tú, quiero tu dinero, dámelo. Te


cortaré la cara, maldita” / le sacó 300 Bs. de la cartera / le arrancó la
4. ¿Qué hizo?
cadena de oro del cuello / le cortó la cara con la navaja / le dijo “ni una
palabra de esto o morirás”

1. ¿A quién se A Andrea Andrade


lo hizo?

Empuñando una navaja


6. ¿Cómo lo
Tiró la cadena hasta romper el seguro
hizo?
Le cortó la cara desde el pómulo debajo del ojo derecho hasta la quijada

Se llevó el dinero y la cadena de oro


7. ¿Cuál fue el
resultado? Andrea tuvo 14 puntos de sutura en la herida, de 0,5 cms de profundidad y
una cicatriz en la mejilla de 9 cms de largo

8. ¿Por qué o Le quitó el dinero y la cadena para pagar alcohol y le cortó la cara para que
para qué lo Andrea tenga miedo y no lo denuncie.
hizo?
En tal contexto y aclarados los conceptos, es necesario ahora poder establecer que en audiencia de
medidas cautelares, el juez debe -conforme establece el artículo 233 numeral 1 del Código de
Procedimiento Penal modificado por la ley 1173, ley 1226 y ley 1443, verificar la existencia de suficientes
elementos de convicción, precisamente para poder sostener que el imputado es con probabilidad autor de
ese hecho que viene delimitado en el relato fáctico, al respecto, entre las funciones que cumplen estos
elementos de convicción (Joffre Calasich, 2018, pág. 99) están los de:

a) Demostrar a través de juicios de


inferencia o inducción la existencia del
hecho punible que se investiga

b) Demostrar que el imputado con su


conducta participó en la comisión del
hecho punible investigado.

Si bien es conocido que en esta fase procesal (etapa preparatoria) no se van a producir elementos
probatorios strictu sensu, pues no es una fase en la que se vaya a determinar o anticipar un juzgamiento,
no obstante, resulta imprescindible establecer que dado que las normas jurídicas no se aplican por sí
mismas “sino a través de los hechos los cuales a su vez, se determinan por la actividad probatoria” (Joffre
Calasich, 2018), por lo que, la valoración probatoria a desplegar, más aún cuando se vaya a determinar una
prisión preventiva, debe realizarse de manera acuciosa, ordenada, lógica, racional, objetiva, imparcial y
pertinente, evitando incurrir en la implementación de sesgos cognitivos7 que afecten la imparcialidad del
decisor.

Por lo que, la actividad judicial a la hora de realizar la verificación del supuesto material y valorar los indicios
colectados, deberá vencer un test valorativo cotejando (Joffre Calasich, 2018):

- El hecho o base indiciante debe estar debidamente probado por las diligencias
de investigación realizadas

- El enlace o juicio inductivo o de inferencia que determina la presunción o hecho


desconocido, debe responder a un razonamiento correcto, lógico y basado en reglas de
suficiente experiencia.

- Concurrencia de pluralidad de indicios o elementos de convicción sobre la


probabilidad de comisión del hecho delictivo por parte del imputado.

- Deben estar interrelacionados entre sí de modo que se refuercen y que no


excluyan el hecho consecuencia, en la medida que los elementos constitutivos del tipo
penal son también varios e interrelacionados entre sí.
En cuanto a la valoración, nuestro sistema procesal se apega a la libre pero racional valoración de la prueba,
habiendo incorporado el sistema de la sana crítica razonada, en la descripción del artículo 173 del código

7
Como el sesgo confirmatorio: tendencia del sujeto a filtrar una información que recibe, de manera que, de forma
inconsciente, busca y sobrevalora las pruebas y argumentos que confirman su propia posición inicial, e ignora y no
valora las pruebas y argumentos que no respaldan la misma. (Manzanero, Antonio L. y Scott, M. Teresa, 2015)
de procedimiento Penal8. En definitiva, la apreciación de los indicios debe realizarse de manera que se
acredite la verdad de los hechos vinculados a la norma, realizando esta tarea de manera conjunta, es decir
que se cuente con una pluralidad de indicios y finalmente que aquella valoración resulte armónica y no
contradictoria, pues aquí debe imponerse la racionalidad.

El tribunal constitucional ha establecido en sus lineamientos algunas pautas jurisprudenciales tendientes a


corroborar la necesidad de la valoración probatoria de los indicios para activar la probabilidad de autoría a
continuación pautamos las siguientes sentencias:

 SC 1872/2004- R de 6 de diciembre de 2004, que establece que el juez en ejercicio


del control jurisdiccional artículo 54 numeral 1) concordante con el artículo 279
ambos del CPP debe realizar el control con relación a la subsunción jurídica
efectuada por el Ministerio Público.
 SCP 1226/2017-S1 de 17 de noviembre de 2017, que precisamente estableció la
irracionalidad de la valoración de los indicios, aspecto que en su concepto implica
el incumplimiento al postulado de impartir justicia. (Joffre Calasich, 2018, pág. 107)
 SCP 0618/2017-S1 de 27 de junio de 2017, en la que se detectó la vulneración a la
motivación por parte del tribunal de alzada pues no explicó en que forma el
imputado habría con probabilidad cometido el delito imputado. (Joffre Calasich,
2018, pág. 108)
 SCP 0052/2020 – S2 de 17 de marzo de 2020, que en su parágrafo III. 3. Desarrolla
el entendimiento acerca de la probabilidad de autoría o participación en un hecho
punible y los elementos de convicción suficientes (Vargas Lima, 2021, pág. 310)

2.2.3. El supuesto procesal: Los peligros procesales (periculum libertatis)


Cuando el artículo 233 en su numeral 2 hace referencia al supuesto procesal, periculum in mora o periculum
libertatis (peligro en la demora), desarrolla este presupuesto alrededor de dos presupuestos: el riesgo de
fuga por una parte y por otra el riesgo de obstaculización, a los que nos referiremos a continuación:

a) Riesgo de fuga:

Al hablarse de “peligro de fuga”, se está haciendo referencia a la probabilidad de que el


imputado en caso de permanecer en libertad vaya a sustraerse a la acción de la justicia,
evitando ser juzgado o bien se vaya a sustraer de la pena que se le podría imponer.
(Llobet Rodríguez, 2003, pág. 259)
El artículo 234 del Código de Procedimiento Penal, entiende por peligro de fuga a toda circunstancia que
permita sostener fundadamente que el imputado no se someterá al proceso buscando evadir la acción de
la justicia.

Si bien es cierto que no puede afirmarse la existencia del riesgo de fuga de forma abstracta, sino que
corresponde analizarse el caso concreto, a continuación, vamos a enumerar las especiales circunstancias
que el legislador ha considerado, ello a efectos de brindar algunas pautas o guías para su apreciación:

8
(Valoración) El juez o tribunal asignará el valor correspondiente a cada uno de los elementos de prueba, cona
aplicación de las reglas de la sana crítica, justificando y fundamentando adecuadamente las razones por las cuales les
otorga determinado valor, en base a la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba especial producida. (Estado
Plurinacional de Bolivia, 1999 actualizado al 2019)
Circunstancias para la Recomendaciones y pautas jurisprudenciales
activación del riesgo de fuga
1. Que el imputado no tenga De inicio el mismo legislador ha aclarado en el párrafo III de este
domicilio o residencia artículo que las circunstancias señaladas en el numeral 1 del presente
habitual, ni familia, negocios o Artículo, se valorarán siempre atendiendo a la situación socio-
trabajos asentados en el país; económica de la persona imputada y en ningún caso la inexistencia de
derecho propietario, contrato de arrendamiento o anticresis en favor
del imputado, será por sí misma entendida como falta de domicilio o
residencia habitual; tampoco la inexistencia de un contrato formal de
trabajo será entendida por sí misma como la falta de negocios o
trabajo.
Aspecto que ha tenido que ser expresamente normado, ante la
irracionalidad de pretender activar este riesgo procesal bajo pretexto
de falta de domicilio ante la sola ausencia de un registro domiciliario
extendido por la fuerza policial, o cuando se ponían trabas excesivas
para validar el trabajo.
Al respecto entonces el juez deberá preguntarse ¿qué significa "falta
de domicilio"? Esto no puede implicar solamente no ser dueño de la
vivienda donde se reside, ni tampoco se satisface con la circunstancia
de no tener un contrato de alquiler en determinado inmueble. ¿Por
qué se afirma esto? Porque esos ejemplos legales tienen que ser
interpretados a la luz de la noción de fuga y el principio de libertad.
Ello nos demuestra que no es suficiente referirse al "arraigo” o al
"domicilio" o no tener familia para evaluar el peligro.
Habrá que consultar:
¿la persona vive sola?
¿la persona vive con un amigo/a o en una comunidad?
¿la persona vive con compañeros de trabajo?
¿Tiene alguna persona bajo su dependencia, como ser amigo y/o
vecino?
2. Las facilidades para Tanto la SC 656/2015 – S 3 de 10 de junio de 2015 como la SC
abandonar el país o 0768/2015 – S 1 de 4 de agosto de 2015 (Joffre Calasich, 2018) hacen
permanecer oculto; referencia a la necesidad de acreditar este riesgo con base a elementos
de convicción, por lo que si bien la falta de cumplimiento de los
requisitos de arraigo natural (numeral 1 del artículo 234 del CPP)
pueden utilizarse como hechos indiciantes, sin embargo aquello no
será suficiente para su activación, ya que se exige su acreditación de
manera objetiva.
3. La evidencia de que el Este riesgo se puede activar en los supuestos en los que se evidencie
imputado está realizando que el imputado esté por ausentarse del lugar donde se cometieron
actos preparatorios de fuga; los hechos.
4. El comportamiento del Este riesgo procesal debe acreditarse en función de aquellas
imputado durante el proceso actuaciones desplegadas por el imputado dentro del proceso o en otro
o en otro anterior, en la anterior, relacionados a su conducta procesal de falta de
medida que indique su sometimiento, por ejemplo, cuando el imputado haya desobedecido
voluntad de no someterse al injustificadamente la orden de una autoridad en la investigación o no
mismo; haya dado cumplimiento a un requerimiento. (Joffre Calasich, 2018)
5. Habérsele aplicado alguna Acreditable con la resolución judicial (por ejemplo, en los supuestos en
salida alternativa por delito los que se trate de criterios de oportunidad dado que en estos casos
doloso;
no se registra la salida en el REJAP) y en los casos de suspensión
condicional del proceso verificable con el certificado del REJAP.
6. La existencia de actividad En la práctica la acreditación de este supuesto de fuga se establece
delictiva reiterada o anterior, recurriendo desde la presentación de antecedentes de denuncias o
debidamente acreditada; antecedentes policiales hasta la presentación de antecedentes de
condenas o aplicaciones de salidas alternativas. (Joffre Calasich, 2018)
Sin embargo es menester precisar que el principio de presunción de
inocencia estaría doblemente limitado en caso de admitir este tipo de
acreditación para la activación de este riesgo, por lo que la casuística
exige la presentación de certificado de REJAP en el que conste un
antecedente debidamente ejecutoriado, sin embargo, este criterio
tendrá que ser medido de acuerdo al hecho concreto y al análisis
integral que devenga del caso.
7. Peligro efectivo para la Este es uno de los peligros procesales de fuga denominados punitivos,
sociedad o para la víctima o el y que usualmente la CIDH ha establecido que riñe con el modelo
denunciante; y, cautelar de la prisión preventiva, al respecto, este peligro antes estaba
contenido en el numeral 10, no obstante, a partir de la incorporación
de las modificaciones con la ley 1173, ha quedado establecido en el
numeral 7. Esta aclaración resulta útil al considerar la jurisprudencia
que con relación a este riesgo se ha emitido, destacándose dos
entendimientos, el emitido por la SC 0056/2014 de enero de 2014 que
declaró la constitucionalidad de este riesgo procesal condicionando su
activación a que el peligro efectivo sea un peligro existente, real o
verdadero, como contraposición a lo pretendido, dudoso, incierto o
nominal; es decir un peligro materialmente verificable, más allá del
criterio subjetivo del juez, que puede ser arbitrario, por ello supone la
existencia de elementos materiales comprobables en la situación
particular concreta desde la perspectiva de las personas y los hechos,
por ello se debe aplicar bajo el principio de razonabilidad y la
proporcionalidad. Conforme a dicho entendimiento, el peligro efectivo
para la víctima o el denunciante debe ser materialmente verificable, lo
que supone la existencia de elementos comprobables respecto a la
situación concreta de las víctimas.
A este entendimiento, se suma aquel esgrimido en la SCP 0394/2018-
S2 de 3 de agosto de 2018 que en materia de riesgo procesal de fuga
de peligro efectivo para la víctima o el denunciante en delitos
relacionados a violencia contra la mujer ha establecido que en el marco
de las medidas de protección, deberá considerarse la situación de
vulnerabilidad o de desventaja en la que se encuentren la víctima o
denunciante respecto al imputado, así como las características del
delito, cuya autoría se atribuye al mismo; y, la conducta exteriorizada
por éste contra las víctimas, antes y con posterioridad a la comisión del
delito, para determinar si dicha conducta puso o pone en evidente
riesgo de vulneración.
8. Cualquier otra circunstancia Este supuesto, ha sido consignado como una cláusula abierta, que
debidamente acreditada, que debe interpretarse y aplicarse con carácter restrictivo.
permita sostener Su ponderación, conforme la SC 070/2014 – S 1 de 20 de noviembre,
fundadamente que el depende del grado de razonabilidad y credibilidad que esgriman los
imputado se encuentra en peticionantes, en cumplimiento de la carga de la prueba y la serenidad,
riesgo de fuga. objetividad e imparcialidad con que aprecie el juzgador la integralidad
de las evidencias y los fundamentos esgrimidos por las partes. (Zapata
Chávez, 2020)

En este sentido la Ley N° 1173 ha modificado el Art. 234 del CPP para señalar expresamente y conforme a
los estándares de la CIDH, que “el peligro de fuga no se podrá fundar en meras presunciones abstractas
sobre la concurrencia de los numerales 1 al 8 del presente Artículo, sino que deberá surgir de la información
precisa, confiable y circunstanciada que el fiscal o querellante aporten en la audiencia y den razonabilidad
suficiente del por qué la circunstancia alegada permite concluir que el imputado eludirá la acción de la
justicia.

Debe advertirse que muchas de las nociones legales para considerar el peligro de fuga son incompatibles
entre sí, por lo que no deberían ser planteadas al mismo tiempo. Nos referimos, por ejemplo, a los casos
en los que se señala que "no tiene trabajo, ni negocio conocido" y, por otra parte, que "tiene facilidades
para abandonar el país". Ante tal afirmación, una pregunta de sentido común sería ¿cómo puede alguien
que no tiene trabajo ni negocio conocido tener la facilidad "económica" para abandonar el país?

Cuando uno comienza a pensar en las causales legales que llevan a señalar los riesgos procesales en un
caso, advierte que hay que ser extremadamente cuidadoso con aquella que se escogerá, pues si son varias,
puede ser que plantearlas de forma coexistente sea contradictorio.

A continuación, e imaginando que nos encontramos ante una situación de peligro de fuga que amerita una
medida cautelar, el juez deberá dar inicio a una segunda evaluación verificando todas y cada una de las
medidas que harían desaparecer el peligro. En tal situación deberá elegir la menos lesiva.

b) Riesgo de obstaculización

Por peligro de obstaculización se entiende a toda circunstancia que permita


sostener fundamentadamente, que el imputado con su comportamiento
entorpecerá la averiguación de la verdad. El peligro de obstaculización debe al
igual que el de fuga, deducirse de las circunstancias concretas del caso.

Para decidir acerca de su concurrencia se realizará una evaluación integral de las circunstancias existentes,
teniendo especialmente en cuenta las siguientes

Circunstancias para la activación del riesgo Recomendaciones y pautas jurisprudenciales


de obstaculización
1. Que el imputado destruya, modifique, La causal de prisión preventiva basada en el peligro de
oculte, suprima y/o falsifique elementos de obstaculización es una causal de mucho menor
prueba; importancia que el peligro de fuga, debiendo hacerse
uso de ella de manera excepcional, ya que muchas veces
la prisión preventiva con base en el peligro de
obstaculización no es adecuada para evitar la
falsificación de la prueba. (Llobet Rodríguez, 2003)
2. Que el imputado amenace o influya Contrario a lo que ocurre en la práctica no debería
negativamente sobre los partícipes, víctima, justificarse el dictado de la prisión preventiva el simple
testigos o peritos, a objeto de que informen hecho de que las investigaciones no hayan concluido, o
falsamente o se comporten de manera que uno de los imputados permanezca en fuga, o
reticente; testigos importantes no hayan sido encontrados o no
hayan declarado. (Llobet Rodríguez, 2003, pág. 252)
La modificación incorporada por la ley 1173, incluye
como verbo de la conducta obstaculizadora la
AMENAZA, ello responde a incluir a la víctima como
sujeto sobre el cual recae la obstaculización, esto en
razón a que su participación es esencial en la
averiguación de la verdad.
3. Que el imputado amenace o influya Incluye aquí la forma de obstaculización a través de las
negativamente en jueces, fiscales y/o en los AMENAZAS en jueces, fiscales y(o en los funcionarios y
funcionarios y empleados del sistema de empleados del sistema de administración de justicia,
administración de justicia; debiendo tener presente en este punto que si bien no se
consigna de manera textual a los vocales, Magistrados
del Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal
Constitucional, Fiscales Departamentales, Fiscal
General, Consejeros de la Magistratura u otros, empero
los mismos forman parte del sistema de administración
de justicia, razón por la cual si estos actores son
amenazados puede considerarse como concurrente el
riesgo de obstaculización. (Ministerio de Justicia y
Transparencia Institucional, Procuraduría General del
Estado, Escuela de Jueces del Estado, Escuela de Fiscales
del Estado y escuela de abogados, 2019)
4. Que el imputado induzca a otros a realizar Esto supone la acreditación de que el imputado ha
las acciones descritas en los numerales 1, 2 y podido de manera directa y eficaz (reglas de la
3 del presente Artículo; inducción) formar la convicción en otra persona para
realizar las acciones descritas anteriormente, por lo que
el test probatorio inferencial en cuanto a este peligro
debe exigir la probanza de aquello.
5. Cualquier otra circunstancia debidamente Al igual que el numeral 8 del artículo 234 del CPP, este
acreditada, que permita sostener supuesto, ha sido consignado como una cláusula
fundadamente que el imputado, directa o abierta, que debe interpretarse y aplicarse con carácter
indirectamente, obstaculizará la restrictivo.
averiguación de la verdad. Su ponderación, conforme la SC 070/2014 – S 1 de 20 de
noviembre, depende del grado de razonabilidad y
credibilidad que esgriman los peticionantes, en
cumplimiento de la carga de la prueba y la serenidad,
objetividad e imparcialidad con que aprecie el juzgador
la integralidad de las evidencias y los fundamentos
esgrimidos por las partes. (Zapata Chávez, 2020)

En definitiva el legislador ha establecido que el peligro de obstaculización no se podrá fundar en meras


presunciones abstractas, sino que deberá surgir de la información precisa y circunstanciada que el fiscal o
querellante aporten en la audiencia y den razonabilidad suficiente de que el imputado obstaculizará la
averiguación de la verdad, esto ha sido recogido de una larga línea jurisprudencial que ha empujado para
que el legislador consigne la formula expresamente, teniéndose los siguientes precedentes: SC 1635/2004-
R de 11 de octubre, reiterada por la SSCC 1747/2004-R, 0001/2005-R, 0129/2007-R, 0514/2007-R,
0670/2007-R, 0040/2010-R, 1048/2010-R, 1154/2011-R, 1813/2011-R y la SCP 0795/2014 de 25 de abril,
todas citadas en el texto guía de aprendizaje. (Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional,
Procuraduría General del Estado, Escuela de Jueces del Estado, Escuela de Fiscales del Estado y escuela de
abogados, 2019, pág. 93) Así también podemos citar la SC 0836/2014 de fecha 30 de abril.

La causal de peligro de obstaculización pierde su razón de ser cuando los actos de obstaculización ya no
son posibles, por ejemplo, por cuando los medios de prueba ya han sido asegurados, o bien la única prueba
incriminatoria que se podía falsear ya ha sido alterada. (Llobet Rodríguez, 2003)

“la carga de la prueba para acreditar los peligros de fuga u


obstaculización corresponde a la parte acusadora, no debiendo
exigirse al imputado acreditar que no se fugará ni obstaculizará la
averiguación de la verdad.” (Art. 231 bis p. V del CPP incorporado
por la ley 1173)

En definitiva y luego de apreciar estas circunstancias (sustantivas y procesales), las preguntas que el juez
podrá tener presente en una audiencia de medida cautelar son las siguientes:

¿Hay un hecho?

¿Pudo haber participado la persona imputada?

¿Ese hecho puede configurar un delito?

¿Existe riesgo de fuga?

¿Existe riesgo de obstaculización?

Si la respuesta ante eso es sí, entonces: ¿Cuál es ese riesgo?, ¿Es más de uno?, ¿Cuál es la medida menos
lesiva que permite evitarlo?, ¿Cuánto tiempo puede durar ese riesgo y por lo tanto la medida?

En todo caso, antes de imponer una detención preventiva, se debería determinar por qué las otras medidas
no alcanzan para desvirtuar el peligro (art. 231 bis del CPP, modificado por la Ley N°1173). Si el fiscal puede
afirmar, de forma respaldada, que ninguna de ellas permite neutralizar el riesgo del que se trate, el juez
podrá considerar la detención preventiva como expresamente señala el segundo párrafo del artículo: “II.
Siempre que el peligro de fuga o de obstaculización pueda ser evitado razonablemente por la aplicación de
otra medida menos gravosa que la detención preventiva, la jueza, el juez o tribunal deberá imponer alguna
de las previstas en los numerales 1 al 9 del parágrafo precedente”.

Recuérdese lo sostenido por las sentencias constitucionales SC 1147/2006, 0910/2015-


S3 de 17 de septiembre de 2015 y la 0975/2016 – S3 de 16 de septiembre. La primera de
estas, respecto a que los riesgos procesales deben ser valorados conforme a la conducta
o comportamiento que el Juez advierta respecto al imputado durante la investigación o
proceso mismo, pero de ninguna manera relacionarlo con la conducta que se encuentra
directamente vinculada con los elementos constitutivos del tipo penal endilgado (Joffre
Calasich, 2018, pág. 133)

2.2.4. Temporalidad: duración de la medida cautelar, causales de cesación.


Sin duda alguna una de las características principales de la aplicación de las medidas cautelares personales,
y sobre todo la detención preventiva, es su temporalidad, ello emerge de la concepción cautelar antes
referida y fundamentalmente de que la prisión preventiva no puede convertirse en una pena anticipada,
por la vigencia del principio de inocencia, por lo que al responder a los fines estrictamente procesales,
cuando aquellos se agoten o varíen la situación procesal del imputado puede variar. Aquello ya tenía una
regulación expresa en nuestra normativa, cuando el artículo 2509 del CPP establece el carácter modificable

Esta visión profundizada por la por la ley 1173, la ley 1226 y ley 1443, cuando modifica el artículo 233 del
CPP e incluye que fiscal o víctima deben fundamentar y acreditar en audiencia pública no solo la existencia
del supuesto material y procesal, sino que además ahora debe además establecer:

El plazo de duración de la detención preventiva solicitada y los actos


investigativos que realizará en dicho término, para asegurar la averiguación de
la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la Ley. En caso que la
medida sea solicitada por la víctima o el querellante, únicamente deberá
especificar de manera fundamentada el plazo de duración de la medida.
(numeral 3 del artículo 233 del CPP)

Se reitera, este exigencia fue exeptuada en los delitos de feminicidio, infanticidio y/o violación de infante,
niña, niño o adolescente.

Es así, que a efectos de poder cumplir con los estándares internacionales, y reducir los márgenes de
aplicación de la privación de libertad, nuestro legislador ha incorporado modificaciones importantes que
deben merecer la aplicación correcta por parte del juez, al efecto también vale la pena destacar que a
diferencia de lo que ocurría antes de la promulgación de las leyes 1173 y 1226, una vez dispuesta la
detención preventiva, si bien la misma podía merecer modificación, no obstante no se realizaba un control
preciso de aquella, por lo que hoy en día, el artículo 235 ter (resolución) del CPP incorporado por la ley
1173, dispone que “si el juez resuelve la aplicación de la detención preventiva, la resolución deberá fijar
con precisión su duración indicando la fecha exacta de su cumplimiento y el día y hora de audiencia pública
para resolver la situación jurídica de la persona cautelada, quedando las partes notificadas al efecto, sin
otra formalidad”. Además “si la petición se funda en la necesidad de realizar una actuación concreta, la
detención preventiva cesará una vez realizada dicha actuación, lo que se resolverá en audiencia pública”.

De ello, podemos concluir, que para cumplir con las recomendaciones efectuadas por la CIDH (CIDH, 2013)
y no convertir a la detención preventiva en una sanción anticipada, pues debe materializarse la aplicación
de la finalidad estrictamente cautelar e instrumental de la medida y su carácter temporal, debiendo cesar
la detención cuando haya fenecido el plazo otorgado y/o realizado los actos investigativos que la justifican.

En tal contexto, si bien se ha dispuesto que la medida puede merecer ampliación, ello debe igualmente
merecer un análisis exhaustivo de la petición
fundada que realice el fiscal, pues lo contrario Audiencia de • Señalada de oficio el mismo día que
significará dejar la norma sin aplicación, por lo que control de la • se disponga la detención
Regulada por el artículo 235 ter p.
detención III.
las buenas prácticas deben responder a efectuar un
preventiva
estricto control jurisdiccional (artículos 54.1 y 279
CPP)
Audiencia de • A solicitud (numerales 1, 2, 5 y 6
del artículo 239 CPP) 48 horas para
A estas alturas, tenemos entonces que, generada la Cesación a la su señalamiento
detención • De oficio (numerales 3 y 4) trámite
privación de libertad, para su control o modificación, preventiva incidental 24 hr y 48 hr.

9
Artículo 250 (Carácter de las decisiones) El auto que imponga una medida cautelar o la rechace es revocable o
modificable, aún de oficio. (Estado Plurinacional de Bolivia, 1999 actualizado al 2019)
se van a generar dos espacios de discusión, la audiencia de AUDIENCIA DE CONTROL DE LA DETENCIÓN
PREVENTIVA Y LA AUDIENCIA DE CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA

En cuanto hace a las concretas causales de cesación, tenemos que en la descripción del artículo 239 del
Código de Procedimiento Penal se ha dispuesto:

1. Cuando nuevos elementos 2. Cuando haya vencido el plazo


demuestren que no concurren los dispuesto respeto al cumplimiento de 3. Cuando la duración exceda el mínimo
motivos que la fundaron o tornen la detención preventiva, siempre y legal de la pena establecida para el
conveniente que sea sustituida por otra cuando el fiscal no haya solicitado la delito más grave que se juzga
medida ampliación del plazo de la detnción.

6. Cuando acredite el cumplimiento de


4. Cuando exceda de 12 meses sin
65 años de edad, salvo delitos: vida,
acusación y 24 meses sin sentencia,
5. Cuando la persona privada de integridad corporal, lib. sexual,
excepto: corrupción, seguridad del
libertad acredite que se encuentra con corrupción y vinculados, lesa
estado, feminicidio, trata y tráfico de
enfermedad grave o en estado terminal humanidad, terrorismo, genocidio,
personas, asesinato, violación a n.n.a e
traición a la patria, crímines de guerra y
infanticidio, narcotrafíco o SS.CC.
narcotráfico

Ahora bien, en la medida en la que se deben aplicar buenas prácticas, que tiendan a materializar el espíritu
de la reforma, no podemos volver a las prácticas viciosas, ya que desde la promulgación de la ley 1173,
1226 y 1443, no obstante, la extendida y rigurosa técnica legislativa, se ha venido implementando las
mismas prácticas acomodadas a la nueva norma, al respecto podemos citar algunos ejemplos:

a) Se pide la detención preventiva en función de simples afirmaciones subjetivas o fórmulas


abstractas, y el juez la concede y activa los riesgos procesales en ese sentido
b) Se pide la detención preventiva por el plazo máximo de los seis meses de la etapa preparatoria,
cuando lo que se pretendía era dotar de celeridad al proceso, y además del fin cautelar, esto es,
identificar las actuaciones investigativas y respondiendo a aquellas determinar plazos prudentes
(que lógicamente no pueden de inicio apegarse al máximo sino que la tendencia debía ser respetar
los plazos mínimos que la misma ley concede al fiscal para investigar, por ejemplo, los 20 días
asignados para investigación preliminar según el artículo 300 del CPP), que en la mayoría de las
circunstancias no se condicen con plazos tan extendidos, siendo que se ha deformado el espíritu
de la reforma, y se ha dejado librado en manos del Ministerio Público el mantener detenida a la
persona sin un fin instrumental, ya que en muchos casos la investigación resulta inactiva, pues la
casuística ha demostrado que detenida la persona, son muy pocas las diligencias investigativas que
se despliegan, y solo cuando el plazo esta por agotarse se despliegan algunas, para justificar la
ampliación de la detención más no así para realizar efectivamente el fin del proceso, por lo que los
jueces están llamados a ejercitar el control de la investigación, controlando que la detención
preventiva realmente se justifique cautelarmente.
c) Se tiene, que en muchos casos, el Ministerio Público remite las solicitudes de ampliación de la
detención preventiva de manera inoportuna, esto es, un día antes de la audiencia de control o a
veces hasta el mismo día, siendo que además, estas solicitudes, en muchos casos carecen de
sustento y, no obstante, la autoridad judicial concede la ampliación de la detención, replicando
prácticas inquisitivas que han sido cuestionadas desde larga data (CIDH, 2013), dando lugar a que
se amplie viciosamente el tiempo de la privación de libertad, en lugar de aplicar cualquier otra de
las medidas cautelares personales descritas por el artículo 231 bis del Código de Procedimiento
Penal, y lo que es peor, generando una distorsión por la falta del efectivo control jurisdiccional,
pues Ministerio Público actúa sobre seguro, ya que asume que esa posición displicente de tener un
control jurisdiccional laxo, se va a mantener.

Esto realmente debe llamarnos la atención porque debemos generar un marco de conminación (control
jurisdiccional efectivo) en el que las instituciones sientan que sus actuaciones u omisiones tienen
consecuencias, y, actúen en consecuencia, pues lo contrario nos conducirá a la inercia investigativa lo que
a la postre genera no solo márgenes altos de detenidos preventivos sin condena, sino una mora procesal.

Toda vez que el marco normativo actual prevé y hasta da prioridad a la aplicación de otras medidas
cautelares personales diferentes a la detención, ello también genera un marco de control, por lo que de
haberse incumplido con las obligaciones impuestas, o de comprobarse que el imputado realiza actos
preparatorios de fuga o de obstaculización en la averiguación de la verdad, o de comprobarse que el
imputado incumple alguna de las medidas de protección especial en casos de violencia contra niñas, niños
y adolescentes, se dará lugar a la REVOCACIÓN de la medida por otra más grave, incluso la detención
preventiva cuando sea procedente (artículo 247 CPP modificado por la ley 1173).

De las modificaciones incorporadas, nuevamente apreciamos que primero la detención preventiva es


excepcional, ya que actualmente a diferencia de lo que ocurría anteriormente, la revocatoria no implica
directamente la imposición de la detención, sino que señala el legislador que se impondrá una medida más
grave que la impuesta, por lo que deja en manos del juez, el medir de acuerdo a cada caso, la necesidad
cautelar e imponer o agravar la situación procesal.

Finalmente destacar, que, por vigencia del principio de contradicción y destacando el ejercicio del derecho
a la defensa, el juez debe convocar una AUDIENCIA DE REVOCATORIA, porque conforme podremos apreciar
del capítulo que sigue, ese es el espacio de discusión más idóneo para poder solventar la situación procesal
de una persona.

2.2.5. Jurisprudencia
El marco normativo en el que se inserta la detención preventiva es vasto tanto a nivel local como
internacional y así lo demuestra la jurisprudencia al respecto.

En este acápite se presentan las razones por las que las interpretaciones legales sobre medidas cautelares
y en particular la medida cautelar más restrictiva que es la detención preventiva, deben pasar por el tamiz
constitucional, así como por el ordenamiento internacional al que el Estado se ha comprometido.

Si bien a lo largo del desarrollo del capítulo 2 se ha referido diferentes tópicos desarrollados
jurisprudencialmente, a continuación, dejamos un listado de aspectos puntuales con relación a las medidas
cautelares en el tratamiento jurisprudencial boliviano:
Las decisiones sobre cuestiones contradictorias sean tomadas en audiencia y con celeridad (SCP
0904/2016-S3), entendida ésta en relación al principio de "ama qhilla" (SCP 1149/2015-S1 de 6 de
noviembre);

El carácter instrumental de las medidas de coerción y las finalidades legítimas que la justifican (SC
0012/2006-R de 4 de enero);

La materialidad y el peligro procesal como requisitos de la detención preventiva (SCP 1805/2014 de


19 de septiembre);

La necesidad de motivación de las resoluciones (SCP 0450/2012 de 29 de junio, ratificando lo


señalado en la SC 0863/2007-R de 12 de diciembre);

La relación entre la vigencia del principio de inocencia y la configuración de los peligros procesales
(SCP 0056/2014 de 3 de enero);

La necesidad de probar los peligros procesales y la correlativa prohibición de fundar la detención


preventiva en suposiciones (SCP 0795/2014 del 25 de abril).

La actividad laboral para imputados jubilados (SCP 0885/2015-S3)


La necesidad de tomar en cuenta en la fundamentación de la medida cautelar los criterios de idoneidad,
necesidad y proporcionalidad (SCP 0010/2018-S2 de 28 de febrero)

La necesidad de considerar la situación de vulnerabilidad de la persona imputada a tiempo de resolver las


medidas cautelares, consideración del enfoque diferencial e interseccional de género respecto a las mujeres
adultas mayores (SCP 0010/2018-S2 de 28 de febrero).

La necesidad de aplicar el enfoque de interseccionalidad de género para analizar vulneraciones al derecho a la


igualdad cuando se presentan múltiples factores de discriminación que afecten el ejercicio de derechos. (SCP
0358/2018-S-2)

La exigencia de fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales que resuelven medidas cautelares:
Las resoluciones de los tribunales de apelación y la interpretación del artículo 398 del Código de Procedimiento
Penal, así como las condiciones materiales y formales de la privación de libertad: el principio de legalidad,
especial referencia a las condiciones materiales de validez de la privación de libertad, la carga argumentativa y
probatoria. (SCP 1035/2019 – S 2 de 27 de noviembre de 2019)

Cabe señalar en este punto también que en materia de restricciones a la detención preventiva, aplicación
de criterios de necesidad, idoneidad y proporcionalidad, y de aplicación del enfoque diferencial e
interseccional de género, la SCP 0010/2018-S2 de 28 de febrero es, al momento de elaboración de este
Protocolo, el estándar jurisprudencial más alto en la materia y por tanto a pesar de que hubieran otras
decisiones del propio Tribunal Constitucional anteriores o posteriores a esta sentencia, en mérito al
precedente establecido en la SCP 2233/2013, corresponde siempre la aplicación del entendimiento más
favorable, progresivo y extensivo al derecho a la libertad de locomoción y sus posibilidades de restricción
por una medida cautelar.

Doctrina del estándar jurisprudencial más alto


Es fuente directa de derecho y por ende precedente en vigor, el entendimiento más
favorable, progresivo y extensivo del derecho a ser aplicado. Este estándar podrá
emanar de la Constitución, de tratados internacionales referentes a derechos
humanos, o de órganos supra-estatales de protección a derechos humanos como ser
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Comité de Derechos Humanos, o
de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Plurinacional, entre otros. (SCP
2233/2013.)
2.3. Disposiciones convencionales
2.3.1. La Prisión Preventiva en el marco de la Convención Americana de Derechos Humanos
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, y otros instrumentos internacionales que han sido
integrados en el denominado bloque de convencionalidad, condicionan la restricción de la libertad a
aquellas razones de carácter procesal y siempre con carácter excepcional10.

La CIDH ha desarrollado una fuerte línea jurisprudencial con relación a los límites de la detención
preventiva, siendo que podemos mencionar, algunos fallos al respecto, a título ilustrativo:

a) Caso Suárez Rosero vs. Ecuador (sentencia de fecha 12 de noviembre de 1997), determinó que la
prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva
b) Caso Acosta Calderón vs. Ecuador (sentencia de 24 de junio de 2005), reitera la finalidad no punitiva
de la medida cautelar.
c) Caso Palamara Iribarne vs. Chile (sentencia del 22 de noviembre de 2005), reitera la finalidad no
punitiva de la medida cautelar.
d) Caso López Álvarez vs. Honduras (sentencia del 01 de febrero de 2006), reitera la finalidad no
punitiva de la medida cautelar, pero además establece que la legitimidad de la prisión preventiva
no proviene solo de su regulación normativa, sino que su adopción requiere de la aplicación de un
test de proporcionalidad, entre la medida a adoptar, los elementos de convicción para dictarla y
los hechos que se investigan.
e) Caso Servellón García vs. Honduras (sentencia de 21 de septiembre de 2006), reitera la finalidad
no punitiva de la medida cautelar.
f) Chaparro Álvarez y Lapo Iñiguez vs. Ecuador (sentencia del 21 de noviembre de 2007), reitera la
finalidad no punitiva de la medida cautelar.
g) Caso Bayarri vs. Argentina (sentencia del 30 de octubre de 2008), reitera la finalidad no punitiva de
la medida cautelar.
h) Caso Barreto Leiva vs. Venezuela (sentencia del 17 de noviembre de 2009), reitera la finalidad no
punitiva de la medida cautelar.
i) Caso Milagro Sala vs. Argentina (resolución de fecha 23 de noviembre de 2017), que determinó
que los únicos fines procesales que justifican una privación preventiva de la libertad son: asegurar
que el acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia.

Asimismo, este tribunal internacional ha establecido que los peligros procesales deben probarse y no solo
presumirse, debiendo verificarse objetivamente de acuerdo al caso concreto

En el Caso Almonacid Arellano vs. Chile11 la Corte IDH sostuvo que los jueces y tribunales internos están
sujetos al imperio de la ley. Por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento
jurídico.

La CIDH en sus recomendaciones a los Estados partes en el Informe sobre medidas dirigidas a reducir el
uso de la prisión preventiva en las Américas (2017), ha señalado que:

10
Bolivia forma parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, aprobó y ratificó la Convención, suscrita
en San José, Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969 mediante Ley N° 1430 de 11 de febrero de 1993
11
Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas de 26 de septiembre
de 2006, párrs. 124 y 123. Esta Doctrina del Control de Convencionalidad, fue también utilizada en las sentencias de
fondo de los siguientes casos: La cantuta vs. Perú, párr. 173; Boyce y otros vs. Barbados, párr. 78; Trabajadores
cesados el Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs. Perú, párr. 158; Fermín Ramírez y Raxcaco Reyes vs. Guatemala párr.
63, entre otros.
- Los Estados debe adoptar medidas conducentes a reducir la duración de la prisión preventiva […]

- Las autoridades judiciales competentes deberán adoptar las decisiones que ordenan la aplicación
de la prisión preventiva, luego de un análisis exhaustivo y no meramente formal, de cada caso y de acuerdo
a los estándares internacionales aplicables en la materia.

- La resolución que imponga la prisión preventiva deberá individualizar a la persona imputada,


enunciar los hechos que se le atribuyen, su calificación legal, expresar las circunstancias que dan
fundamento a la medida y fijar el plazo por el cual se establece, determinándose claramente la fecha de
vencimiento de dicho plazo. (CIDH, 2017, p. 159 – 160, las negrillas han sido añadidas)

La Corte Interamericana de Derechos Humanos en su informe N° 86/09 sobre


el caso Jorge, José Dante Peiramo Basso Vs. República Oriental del Uruguay en
el punto 141 establece que “En ningún caso la Ley podrá disponer que algún
tipo de delito quede excluido del régimen establecido para el cese de prisión
preventiva o que determinados delitos reciban un tratamiento distinto
respecto de los otros en materia de libertad durante el proceso, sin base en
criterios objetivos y legítimos de discriminación, por la sola circunstancia de
responder a estándares como ´alarma social´, ´peligrosidad`, o algún otro, Esos
juicios se fundamentan en criterios materiales y desvirtúan la naturaleza de la
prisión preventiva al convertirla en una verdadera pena anticipada ”. (las
negrillas han sido añadidas)
Esta última recomendación cobra particular relevancia a momento en que la autoridad judicial, analice la
aplicación de los artículos 232 pfo. III y 239 núm. 4 y 6, reformados por la Ley N° 1226 de 18 de septiembre
de 2019.
Materialidad y participación en los
hechos Necesidad de cautelar la libertad Medida y tiempo
CorteIDH, “Instituto de Reeducación (Excepcional, justificada, racional, (Proporcional, limitada, revisable,
del Menor vs. Paraguay”, sentencia indispensable) revocable)
de 2/9/2004, Serie C, N° 112, § 228; Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y
“Tibi vs. Ecuador”, sentencia de Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador.
7/9/2004, Serie C, N° 114, § 106; Excepciones Preliminares, Fondo, Excepciones Preliminares, Fondo,
“Acosta Calderón vs. Ecuador”, Reparaciones y Costas. Sentencia de Reparaciones y Costas. Sentencia de
sentencia de 24/6/2005, Serie C, N° 21 de noviembre de 2007. Serie C 21 de noviembre de 2007. Serie C
129, § 74; “Palamara Iribarne vs. N°. 170. Párr. 128. N°. 170. Párr. 128.
Chile”, sentencia de 23/11/2005,
Serie C, N° 135, § 197; “García Asto y
Ramírez Rojas vs. Perú”, sentencia Libertad como regla -
de 25/11/2005, Serie C, N° 137, § Principio de inocencia - ¿Qué medida de coerción
106. Restricción de la libertad es la que, siendo la menos
sólo para asegurar el lesiva, permite evitar el
descubrimiento de la peligro?
verdad (Art. 22 y 23.I de
Ver el catálogo de
la Constitución Política del
medidas del art. 231 bis,
Principios de Estado Plurinacional de
242, 243, y 244 del Código
Bolivia), Art. 7 CADH y 9
Legalidad Procedimiento Penal. Art.
PIDCP.Aart. 6 Reglas de
Lesividad 6 Reglas de Tokio
Tokio.
Necesidad
Culpabilidad La última a evaluar dentro
de ese catálogo es la
detención preventiva art.
Riesgo: 231 bis num. 10) y 233.
Peligro de fuga

Garantía del hecho

Riesgo: ¿Por cuánto tiempo es


necesaria esa cautela?
Peligro de obstaculización

2.3.2. El sistema Interamericano de Derechos Humanos. Fundamentos y efectos de las


sentencias emanadas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Principales
lineamientos jurisprudenciales
La Sentencia Constitucional N° 110/2010 – R de 10 de mayo de 2010 en su parágrafo III ha desarrollado el
entendimiento relacionado a “El Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Fundamentos y efectos
de las Sentencias emanadas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”, estableciendo que
la efectividad en cuanto a la protección de los derechos fundamentales, solamente está garantizada en
tanto y cuanto el orden interno asuma en lo referente a su contenido los alcances y efectos de estas normas
y decisiones emergentes del Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos.

Habiendo llegado a colegir que las Sentencias emanadas de la CIDH, por su naturaleza y efectos, no se
encuentran por debajo ni de la Constitución Política del Estado tampoco de las normas jurídicas infra
constitucionales, sino por el contrario, forman parte del bloque de constitucionalidad.
Doctrina del control de convencionalidad
Los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley, y por ello, están
obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero
cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención
Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están
sometidos a ella, lo que obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de
la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su
objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras,
el poder judicial debe ejercer una especie de control de convencionalidad entre
las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener
en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo
ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.

En la misma línea, la CIDH en el caso Almonacid Arellano Vs. Chile estableció que los Estados no pueden
ampararse en su normativa interna para desconocer sus obligaciones internacionales de respeto y garantía
a derechos que deben cumplirlas de buena fe, por cuanto, estableció que el Poder Judicial cuando evidencia
una contradicción de norma interna con obligaciones internacionales referentes a derechos humanos,
debe aplicar de manera directa y preferente el instrumento internacional de protección a derechos
humanos. Posteriormente, en el caso Trabajadores cesados del Congreso Vs. Perú, estableció que las
autoridades deben ejercer control de convencionalidad ex oficio. Luego en el caso Gelman vs. Uruguay
estableció que todas las autoridades en el marco de los sistemas de control de constitucionalidad que
hayan adoptado deben ejercer control de convencionalidad. Finalmente, en el caso Radilla Pacheco vs.
México, desarrolla criterios argumentativos para las autoridades que ejercerían control de
convencionalidad, entre ellos el deber de interpretar la normativa interna a la luz del parámetro de
convencionalidad. Estos estándares referentes a la doctrina del control de convencionalidad forman parte
del bloque de constitucionalidad boliviana.

En la sentencia del caso “Andrade Salmón vs. Bolivia”, la misma Corte volvió a remarcar ese criterio: "la
jurisprudencia reciente ha reconocido que todas las autoridades de un Estado Parte en la Convención,
tienen la obligación de ejercer un control de convencionalidad, por lo que la interpretación y aplicación del
derecho nacional debe ser consistente con las obligaciones internacionales del Estado en materia de
derechos humanos".

A ello se suma que la Sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional, 1149/2015-S1, sostuvo que "el
modelo de Estado Plurinacional Constitucional de Derecho de Bolivia, ha instituido el bloque de
constitucionalidad, por el cual, al margen de la Constitución como norma suprema, se contemplan también
a los Tratados Internacionales referentes a los Derechos Humanos (art. 410 de la CPE) ". En este sentido, a
efectos de desglosar y desarrollar la detención preventiva, en el marco del presente caso, se pasa a
delimitar su razón de ser, desde un control de convencionalidad, que permitirá la aplicación efectiva y
uniforme de los estándares elaborados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en
relación a las personas privadas.
Entonces, el control de convencionalidad tiene que ser efectuado (aunque no se formalice de ese modo),
por los jueces que resuelven en esas audiencias si pretenden que sus sentencias no sean anuladas
posteriormente.

No obstante, en cualquiera de estos casos y siguiendo la línea de la Corte IDH (Chaparro Álvarez y Lapo
Íñiguez. Vs. Ecuador. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, Voto razonado del Juez García
Ramírez, párrafo 7), el juez siempre deberá tener por cierto que esa medida es:

a) Excepcional. No ordinaria, rutinaria, ni sistemática;

b) Justificada. Dentro de un marco preciso de razones y condiciones que les confieran legitimidad y
racionalidad;

c) Acordada por autoridad jurisdiccional independiente, imparcial y competente, que resuelva con
formalidad y exprese los motivos y fundamentos en que apoya el mandamiento;

d) Indispensable para alcanzar el fin legítimo que con ella se pretende;

e) Proporcional a la cautela;

f) Limitada, tanto como sea factible, en intensidad y duración;

g) Revisable periódicamente, por mandato de la ley y por instancia de las partes. Revisión que debe
contar con las garantías inherentes a un verdadero régimen impugnativo (independencia, eficacia y
celeridad); y

h) Revocable o sustituible cuando se ha superado el tiempo razonable de vigencia, tomando en cuenta


sus características concretas.

La CIDH (2017, p.25) recomienda respecto al uso de medidas alternativas a la prisión preventiva:

- Aplicar la prisión preventiva con un criterio eminentemente excepcional, haciendo uso de otras
medidas cautelares no privativas de libertad.
SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LA CADH
- Aplicar las medidas alternativas a la
prisión preventiva de manera racional, La Comisión IDH (CIDH) ha reiterado a que la
atendiendo a su finalidad y eficacia de Convención Americana debe interpretarse de
acuerdo con las características del caso.
forma tal que sus disposiciones tengan un efecto
- El juez deberá optar por la aplicación útil, es decir, que cumplan efectivamente el fin de
de la medida menos gravosa que sea idónea protección para el cual fueron instituidas (Corte
para evitar razonablemente el peligro de
IDH Caso Ivcher Bronstein vs. Perú. Competencia.
fuga o de entorpecimiento de las
investigaciones. Sentencia del 24/09/1999 Serie C Nro. 54 párr. 37,
entre otros)
- El incumplimiento de las medidas
cautelares no privativas de la libertad puede
estar sujeto a sanción, pero no justifica automáticamente que se imponga a una persona la prisión
preventiva.

Sobre este particular, las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la
libertad (Reglas de Tokio) señalan que “cualquier determinación que realice la autoridad respecto de la
modificación o revocación de las medidas no privativas de libertad, debe basarse en un análisis cuidadoso
de las alegaciones presentadas por las autoridades supervisoras y por la persona sujeta a la medida.” (Regla
14.2).

Podemos citar a continuación algunas líneas jurisprudenciales:

SOBRE EL PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA

“…se deriva la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de
los límites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia, pues la
prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva…” Corte IDH, “Suárez Rosero
vs. Ecuador”, sentencia del 12/11/1997. Serie C No. 35, § 77.

SOBRE LA LEGALIDAD

“nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios”, ni tampoco


“privado de la libertad sino por las causas, casos o circunstancias expresamente
tipificadas en la ley (aspecto material), pero, además, con estricta sujeción a los
procedimientos objetivamente definidos en la misma (aspecto formal)”. Corte IDH,
“Suárez Rosero vs. Ecuador”, sentencia de 12/11/1997. Serie C No. 35, § 77.

SOBRE LA NECESIDAD (DE MOTIVAR)

“…de tal forma que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la libertad no
resulte exagerado o desmedido frente a las ventajas que se obtienen mediante tal
restricción y el cumplimiento de la finalidad perseguida. Cualquier restricción a la
libertad que no contenga una motivación suficiente que permita evaluar si se ajusta
a las condiciones señaladas será arbitraria y, por tanto, violará el artículo 7.3 de la
Convención.”. Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de
noviembre de 2007. Serie C No. 170. Párr. 128.

Este precedente jurisprudencial es invocado en el numeral 205 del Informe sobre el


uso de la prisión preventiva en las Américas, en cuanto a la motivación, en el que se
recomienda a las autoridades judiciales refiere: “no solamente la posibilidad formal
de interponer alegatos, sino la forma en que, sustantivamente, el derecho de
defensa se manifestó como verdadera salvaguarda de los derechos del procesado, de
tal suerte que implicara una respuesta motivada y oportuna por parte de las
autoridades en relación con los descargos.” (CIDH, 2013) Así la Corte Interamericana
de Derechos Humanos resalta que el fallo citado el deber de los jueces de ofrecer
una argumentación clara y que los argumentos debatidos en la audiencia y la prueba
ha sido analizada rigurosamente.
SOBRE LA EXCEPCIONALIDAD

‘‘…la libertad es siempre la regla y la limitación o restricción siempre la excepción (…) la Corte ha precisado
las características que debe tener una medida de detención o prisión preventiva para ajustarse a las
disposiciones de la Convención Americana: a) Es una medida cautelar y no punitiva: debe estar dirigida a
lograr fines legítimos y razonablemente relacionados con el proceso penal en curso. No puede convertirse
en una pena anticipada ni basarse en fines preventivos –generales o preventivo –especiales atribuibles a la
pena (CIDH, “Suárez Rosero vs Ecuador”, fondo, p. 77)”; b) Debe fundarse en elementos probatorios
suficientes… c) Está sujeta a revisión periódica… Sólo se puede fundamentar en un fin legítimo, a saber:
asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia…”.
(Corte IDH, “Caso Norín Catrimán y otros (dirigentes, miembros y activista del pueblo indígena mapuche)
vs. Chile”, sentencia del 29/05/2014, párr. 110).

"La regla general es que el imputado debe afrontar el proceso penal en libertad. Lo que supone que la
prisión preventiva sea utilizada realmente como una medida excepcional." (CIDH. Demanda de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra la
República Bolivariana de Venezuela en el caso 12.554, Francisco Uson Ramírez, 25/07/2008, párr. 168.).

“…la prisión preventiva es la medida más severa que se le puede aplicar al imputado de un delito, motivo
por el cual su aplicación debe tener un carácter excepcional, en virtud de que se encuentra limitada por el
derecho a la presunción de inocencia, así como por los principios de necesidad y proporcionalidad,
indispensables en una sociedad democrática…” (CorteIDH, “Instituto de Reeducación del Menor vs.
Paraguay”, sentencia de 2/9/2004, Serie C, n° 112, § 228; “Tibi vs. Ecuador”, sentencia de 7/9/2004, Serie
C, n° 114, § 106; “Acosta Calderón vs. Ecuador”, sentencia de 24/6/2005, Serie C, n° 129, § 74; “Palamara
Iribarne vs. Chile”, sentencia de 23/11/2005, Serie C, n° 135, § 197; “García Asto y Ramírez Rojas vs. Perú”,
sentencia de 25/11/2005, Serie C, n° 137, § 106).

“… no es suficiente que toda causa de privación o restricción al derecho a la libertad esté consagrada en la
ley, sino que es necesario que esa ley y su aplicación respeten los requisitos que a continuación se
detallan, a efectos de que dicha medida no sea arbitraria: i) que la finalidad de las medidas que priven o
restrinjan la libertad sea compatible con la Convención. Valga señalar que este Tribunal ha reconocido
como fines legítimos el asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la
acción de la justicia”. (Corte IDH, Caso Servellón García y otros. Sentencia de 21 de septiembre de 2006.
Serie C No. 152. Párr. 111);

“… que las medidas adoptadas sean las idóneas para cumplir con el fin perseguido; que sean necesarias, en
el sentido de que sean absolutamente indispensables para conseguir el fin deseado y que no exista una
medida menos gravosa respecto al derecho intervenido entre todas aquellas que cuentan con la misma
idoneidad para alcanzar el objetivo propuesto. Por esta razón el Tribunal ha señalado que el derecho a la
libertad personal supone que toda limitación a éste deba ser excepcional”. (Corte I.D.H., Caso Palamara
Iribarne. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135. Párr. 197; Corte I.D.H., Caso García Asto
y Ramírez Rojas. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137. Párr. 106).

“…Las medidas cautelares se establecen en tanto sean indispensables para los objetivos propuestos. La
prisión preventiva no es una excepción a esta regla. Como consecuencia del principio de excepcionalidad,
sólo procederá la prisión preventiva cuando sea el único medio que permita asegurar los fines del proceso
porque se pueda demostrar que las medidas menos lesivas resultarían infructuosas a esos fines. Por eso,
siempre se debe procurar su sustitución por una de menor gravedad cuando las circunstancias así lo
permitan…” (CIDH, Informe 35/07, “Jorge, JOSÉ y Dante PEIRANO BASSO vs. Uruguay” punto 100).
PARAMETROS SOBRE LOS RIESGOS

"(a) el tipo de delito y la severidad de la pena pueden ser tomadas en cuenta como algunos de los
elementos al momento de evaluar el riesgo de fuga (no el único, como ya se ha visto), pero no como
justificación de la prolongación excesiva de la prisión preventiva, toda vez que la privación de la
libertad durante el proceso solo puede tener fines cautelares y no retributivos; (b) en ningún caso
poder disponer la no liberación del acusado durante el proceso sobre la base de conceptos tales
como alarma social, repercusión social o peligrosidad y (c) los límites legales a la concesión de la
libertad durante el proceso o la imposición legal de la prisión preventiva no pueden ser considerados
condiciones iuris et de iure que no necesiten ser probados en el caso concreto y que sea suficiente
su mera alegación." (CIDH, Informe Nro. 86/09, caso 12.553, Fondo, José, Jorge y Dante Peirano
Basso, Uruguay, 06/08/2009, §§ 89, 140, 141 y 144).

“… la aplicación de una presunción del riesgo de fuga sin una consideración individualizada de las
circunstancias específicas del caso es una forma de detención arbitraria, aun cuando tal presunción
estuviera establecida en la ley. (CIDH. Informe Nro. 84/10, caso 12.073, Fondo, Raúl José Díaz Peña,
Venezuela, 13/07/2010, §§ 150, 152, 153 y 172).

SOBRE EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD

“…la legitimidad de la prisión preventiva no proviene solamente de que la ley permite aplicarla en
ciertas hipótesis generales. La adopción de esa medida cautelar requiere un juicio de
proporcionalidad entre aquella, los elementos de convicción para dictarla y los hechos que se
investigan. Si no hay proporcionalidad, la medida será arbitraria…” (Corte IDH “López Álvarez vs.
Honduras”, sentencia de 1/2/2006, Serie C, n° 141, §§ 67 y 68).

“... nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento por causas y métodos que -aún
calificados de legales- puedan reputarse como incompatibles con el respeto a los derechos
fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o faltos de
proporcionalidad”. (Corte IDH, Caso Gangaram Panday vs. Surinam, Sentencia del 21 de enero de
1994, considerandos 45-47; Corte IDH, Caso Palamara Iribarne vs. Chile, Sentencia del 22 de
noviembre de 2005, considerando 215).

“… que sean medidas que resulten estrictamente proporcionales”. (Corte I.D.H., Caso “Instituto de
Reeducación del Menor”. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112. Párr. 228).

“el Estado puede perfectamente adoptar otro tipo de medidas cautelares para asegurar la
comparecencia del inculpado, que no signifiquen mayor restricción de su libertad personal. Más aún,
la Comisión estima que la existencia de un sentido de proporcionalidad entre la sentencia y el
encarcelamiento previo es, para todos los efectos, una justificación para la pena anticipada, lo cual
es una violación del principio de presunción de inocencia consagrado en la Convención” (Informe
12/96, la CIDH).
SOBRE LA PROVISIONALIDAD

El juzgador deberá expresar las circunstancias concretas de la causa que permitan presumir,
fundadamente, que persiste el riesgo de fuga o enunciar las medidas probatorias pendientes a
recaudar y su imposibilidad de producirla con el imputado en libertad. Este debe encuentra
fundamento en la necesidad de que el Estado renueve su interés en mantener la prisión preventiva
con base en fundamento actuales. (Informe N° 86/09, Fondo, José, Jorge y Dante Peirano Basso
Uruguay, 2009, pág. párr.104)

Este requisito no se cumple cuando las autoridades judiciales rechazan sistemáticamente las
solicitudes de revisión limitándose a invocar, por ejemplo, presunciones legales relativas al riesgo de
fuga. (Informe N° 84/10, Fondo, Raúl José Díaz Peña, Venezuela, 13)

2.4. Algunos tópicos diferenciales


2.4.1. Perspectiva de género y enfoque diferenciado respecto a personas pertenecientes a
grupos en situación especial de riesgo
Los Estados parte de la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
la mujer (Convención Belem do Pará) tienen un deber especial y reforzado de actuar con la debida diligencia
requerida para prevenir y erradicar las formas de violencia y discriminación contra las mujeres. Los riesgos
a sufrir violencia física, sexual, psicológica, discriminación y otro tipo de abusos se acentúan cuando las
mujeres se encuentran privadas de su libertad y bajo el control de las autoridades del Estado. (CIDH, 2017,
p.134) Las Reglas de Bangkok se han pronunciado sobre “el riesgo especial de maltrato que enfrentan las
mujeres [bajo este régimen], y en este sentido hacen un llamado a los Estados para que adopten las
medidas necesarias – tanto de carácter normativo como práctico- a fin de garantizar la seguridad de las
mujeres bajo este régimen.

Asimismo, una perspectiva de género implica tomar en cuenta la situación especial de riesgo a la violencia
en todas sus manifestaciones, incluyendo la física, psicológica, sexual, económica, obstétrica y espiritual,
entre otras, y los riesgos específicos de personas que tienen orientaciones sexuales, identidades y
expresiones de género diversas o no normativas, o cuyos cuerpos varían del estándar corporal femenino y
masculino. De igual forma, los Estados deben incorporar la perspectiva interseccional e intercultural, que
tome en consideración la posible agravación y frecuencia de violaciones a los derechos humanos en razón
de factores como la raza, etnia, edad o posición económica. (CIDH, 2017, p. 135)

Los estándares internacionales sobre la incorporación de la perspectiva de género y el enfoque


diferenciado respecto a personas pertenecientes a grupos en situación especial de riesgo, en lo que a
medidas cautelares se refiere, comprenden principalmente:

1) Protección reforzada en el contexto de privación de libertad y medidas especializadas para prevenir


violaciones a derechos humanos;

2) Aplicación prioritaria de medidas alternativas a la prisión preventiva, en particular, respeto al


arresto domiciliario y a los mecanismos electrónicos de seguimiento. (CIDH, 2017, p.16)
En el abordaje de la situación de las mujeres imputadas en un proceso penal, las Reglas de las Naciones
Unidas para el tratamiento de las reclusas y medidas no privativas de la libertad para las mujeres
delincuentes (Reglas de Bangkok), la jurisprudencia de la Corte IDH y recomendaciones de la CIDH, se deben
tomar en cuenta:

- El riesgo especial de maltrato que afrontan las mujeres en prisión preventiva, y adoptarán las
medidas adecuadas, de carácter normativo y práctico, para garantizar su seguridad en esa situación. (Regla
56)

- El historial de victimización de las mujeres y sus responsabilidades de cuidado de otras personas.


(Regla 57)

- Evitar separar a las mujeres de sus parientes y comunidades, sin prestar la debida atención a su
historial y sus vínculos familiares. (Regla 58)

- Utilizar medidas alternativas a la prisión preventiva y encarcelamiento, cuando proceda y sea


posible. (Regla 58)

- Cuando sea posible y apropiado se preferirá imponer medidas no privativas de la libertad a las
embarazadas y las mujeres que tengan niños a cargo, … se tendrá presente el interés superior del niño o
los niños y asegurando, al mismo tiempo, que se adopten disposiciones apropiadas para el cuidado de esos
niños. (Regla 64)

Adicionalmente, debe tomarse en cuenta que la prisión preventiva afecta de manera desproporcionada a
determinadas personas pertenecientes a grupos en situación en especial de riego, se debe adoptar un
enfoque diferenciado respecto a personas indígenas, LGTBI, afrodescendientes, personas adultas mayores
y personas con discapacidad. El enfoque diferenciado implica considerar las condiciones de vulnerabilidad
particulares y los factores que pueden incrementar el riesgo a actos de violencia y discriminación en
contextos de prisión preventiva como el sexo, la raza, pertenencia ética, orientación sexual, identidad y
expresión de género y discapacidad. Considerando el impacto desproporcionadamente grave derivado del
encierro, previo, a reducir el sometimiento a prisión preventiva mediante la utilización prioritaria de la
aplicación de medidas alternativas. (CIDH, 2017, p.17)

En la imposición de medidas cautelares, las autoridades judiciales deben tomar en cuenta diversos
elementos tales como los siguientes:

a) posición particular y desventaja histórica que tienen las mujeres en la sociedad;

b) historial de victimización anterior;

c) ausencia de circunstancias agravantes en la comisión del delito;

d) impacto diferencial e incremental de la aplicación de la privación de libertad respecto a las


personas bajo su cuidado. Sobre este punto, la CIDH ha señalado que, en función del interés superior del
niño, las autoridades judiciales deberán aplicar con mayor rigurosidad los criterios de necesidad,
proporcionalidad y razonabilidad, al momento de considerar la aplicación de la prisión preventiva en el
caso de personas que tengan la responsabilidad principal de niños, niñas y adolescentes a su cargo.

Tomando en cuenta lo anterior, la detención preventiva de mujeres que son madres o están embarazadas,
y de aquéllas que tienen bajo su cuidado a personas en situación especial de riesgo – tales como personas
con discapacidad o personas mayores – debe ser considerado como una medida de último recurso, y deben
priorizarse medidas no privativas de libertad que les permitan hacerse cargo de las personas que dependan
de ellas. (Comité de Derechos del Niño, Informe y Recomendaciones del día de Debate General sobre “Los
Hijos de los Padres Encarcelados”, 30 de septiembre 2011, Recomendación 2)

El juez debe optar por la aplicación de la medida menos gravosa, y considerando en todo momento, una
perspectiva de género y cuando sea el caso, el interés superior del niño o la afectación particular que se
pudiera ocasionar respecto a otras personas pertenecientes a grupos en situación especial de riesgo. La
autoridad judicial tiene la obligación de determinar dichas medidas sin dilación. Por su parte, en los casos
en que el fiscal solicite la aplicación de la medida cautelar de la prisión preventiva, tiene la obligación de
sustentar la ausencia de viabilidad respecto a la aplicación de las medidas alternativas. (CIDH, 2017,p. 162,
la negrilla ha sido añadida)

A manera de resumen, presentamos el siguiente gráfico de consideraciones para aplicar en la consideración


de medidas cautelares respecto a mujeres:

Considerar historial de
victimización, violencia
doméstica, sexual, falta
de acceso a educación,
trabajo, falta de
recursos para una
defensa oportuna y de
calidad.
Tener presente el interés
superior de NNAs., a
momento de decidir la Considerar que la mayoría de
situación jurídica de las las mujeres cometen delitos no
madres violentos, como hurtos, micro
tráfico de drogas, etc. y no
representan un riesgo a la
seguridad pública

Pertenencia a grupos en
situación de mayor
vulnerabilidad (mujer
adulta mayor, indígena,
persona con Responsabilidad de
discapacidad, etc.) cuidado de otras
personas (familiares,
hijos) Principio de
proporcionalidad
Medidas no privativas de
libertad para
embarazadas o madres

La CIDH en numerosos textos ha recomendado a “intensificar los esfuerzos […] para erradicar el uso de la
prisión preventiva como herramienta de control social o como forma de pena anticipada; y para asegurar
que su uso sea realmente excepcional […]” (CIDH, 2017, p. 24)

La SCP 010/2018-S2 de 28 de febrero, aplicando el enfoque de interseccionalidad, ha sostenido que: “las


autoridades judiciales en la aplicación de medidas cautelares de detención preventiva deben efectuar:

i) Una valoración integral de la prueba con carácter reforzado; y,

ii) Un análisis de la aplicación de la medida cautelar a partir del principio de proporcionalidad, en el


que se analicen las particulares condiciones de las personas adultas mayores.
Respecto al análisis de la medida cautelar a partir del principio o test de proporcionalidad, la autoridad
judicial debe analizar:

1) Si la detención preventiva es idónea o adecuada para la finalidad buscada con dicha medida; es decir,
asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley,

2) Si la detención preventiva es necesaria o existen otras medidas menos graves, que restrinjan en menor
medida el derecho fundamental, que podrían ser adoptadas en el caso concreto para alcanzar la finalidad
perseguida, considerando la especial situación de vulnerabilidad de las personas adultas mayores; y por
ende, interpretando la necesidad de la medida de manera restrictiva, tomando en cuenta en todo
momento su dignidad y el mandato convencional que promueve la adopción de medidas cautelares
diferentes a las que impliquen privación de libertad; y,

3) La proporcionalidad en sentido estricto, que consiste en analizar si la afectación, restricción o limitación


al derecho fundamental no resulta exagerada o desmedida frente a las ventajas que se obtienen con tal
restricción y el cumplimiento de la finalidad perseguida; debiendo considerarse todas las consecuencias
que la medida cautelar conlleva, tomando en cuenta la agravación de las condiciones de vulnerabilidad de
las personas adultas mayores.

2.4.2. Respecto de los delitos relacionados con drogas


La CIDH ha manifestado su especial preocupación por la adopción de políticas estatales, que buscan
castigar conductas relacionadas con drogas – específicamente aquellas vinculadas con delitos menores […],
y que habrían resultado en el aumento del número de personas privadas de su libertad por actos criminales
relacionados con dichas sustancias, principalmente mujeres. Advierte que los delitos relacionados con
drogas son caracterizados como “delitos graves” y, por consiguiente, la prisión preventiva es aplicada de
manera automática, y sin que las personas imputadas puedan beneficiarse de alternativas al
encarcelamiento. Al respecto, la CIDH reiteró que la prisión preventiva debe justificarse en el caso concreto
y recuerda que el principio de proporcionalidad implica “una relación racional entre la media cautelar y el
fin perseguido, de tal forma que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la libertad no resulte
exagerado o desmedido frente a las ventajas que se obtienen mediante tal restricción” (CIDH, 2017, p. 63
y 64) Cita el caso Corte IDH, Barreto Leiva vs. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 17 de
noviembre de 2009, serie C, N° 206, párr. 122

La Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas Sobre el Problema Mundial de las Drogas – UNGASS
2016, recomendó la necesidad de incorporar la perspectiva de género y edad en las políticas relacionadas
con las drogas, y en este contexto, abordar en las medidas adoptadas los factores de riesgo y las
condiciones que continúan haciendo que las mujeres y las niñas sean vulnerables a la explotación y la
participación en el tráfico de las drogas.

La Comisión de Estupefacientes, el principal organismo encargado de la formulación de políticas del sistema


de fiscalización de estupefacientes de NN. UU., en la Resolución 58/5, aprobada en marzo de 2015 “invita
a los Estados Miembros a que, mediante la colaboración entre las autoridades de salud y de justicia,
apliquen una amplia variedad de medidas sustitutivas de la condena o de la pena a los delitos menores
pertinentes relacionados con las drogas”. Por otra parte, observa que la aplicación de medidas eficaces
sustitutivas de la condena o de la pena en caso de delitos menores relacionados con drogas podría reducir
el hacinamiento en las cárceles.

Si estas consideraciones han de hacerse a momento de establecer la penalidad de los delitos relacionados
con drogas, con mayor razón en virtud de los principios de proporcionalidad y excepcionalidad de las
medidas cautelares deben considerarse al momento de tomar la decisión sobre las medidas cautelares
aplicables a mujeres imputadas por delitos relacionados con drogas, debiendo procurarse aplicar medidas
cautelares no privativas de libertad y utilizar las medidas privativas de libertad (detención domiciliaria y
detención preventiva) como último recurso, atendiendo a las circunstancias particulares del caso concreto
y con la debida fundamentación.
3. Las Audiencias cautelares: sentido e implicancias de la oralidad,
clasificación, estructura y lineamientos de actuación
Toda vez que la adopción de medidas de coerción personal, requiere de la articulación de un sistema ágil
pero fiable, se ha dispuesto un régimen de audiencias que busca adoptar las mejores decisiones en el
proceso.

3.1. Oralidad como método de trabajo y sus implicancias


Es posible denominar "audiencia" a muchas puestas en escena de situaciones que nada tienen que ver con
ella. Un sistema de justicia efectivo debe concretar la aplicación real de los principios de oralidad,
inmediación, publicidad, contradicción y celeridad.

Pero esto que se tiene en claro desde la teoría, no es sencillo de poner en práctica por diversas razones.
Muchas de ellas han sido relevadas en el Estudio Diagnóstico de la Detención Preventiva que nutre a este
protocolo y, a partir de esos problemas, es que se han escrito estas líneas.

Una dificultad, que puede citarse,


La Ley N° 1173 de Abreviación Procesal Penal y de
surge cuando la audiencia se hace,
Fortalecimiento de la Lucha Integral contra la Violencia a Niñas,
pero con baja intensidad; con una
oralidad, inmediación y Niños, Adolescentes y Mujeres tiene como uno de sus ejes
contradicción ficticias. Ello sucede, rectores: el fortalecimiento de la oralidad y el conjunto de
por ejemplo, cuando el juez se ve condiciones que desde el punto de vista de las garantías y
obligado a leer un escrito principios hacen a una audiencia, tanto en el juicio como en las
presentado por el fiscal porque etapas previas y posteriores. Estos principios y garantías
éste no compareció, o cuando estrechamente vinculados a la oralidad son: inmediación,
simplemente la defensa le entrega contradicción y derecho de defensa, publicidad, continuidad y
algunos documentos (certificados
plazo razonable.
de domicilio, contratos de
anticrético, contratos de trabajo,
etc.) con la idea de que eso, por sí solo, consiste en demostrar el arraigo de su asistido.

La audiencia no solo es necesaria porque así lo dice la ley, sino por cuanto resulta ser una plataforma
dinámica y veloz para resolver. Sin embargo, esto sólo se logra cuando se realiza de forma apropiada. Para
que las audiencias alcancen los resultados esperados, las partes deben dialogar, el juez dirigir y resolver en
función de lo manifestado en su presencia.

Leer unas 10 páginas insume aproximadamente unos 20 minutos. Pero decir la información necesaria de
esas 10 páginas hablándolo coloquialmente no toma más que 5 minutos.

Ciertamente los jueces son quienes deben resolver, pero no puede esperarse que suplan de ninguna
manera a las partes porque es obligación de éstas estar presentes e intentar convencerlos a través de la
información que transmiten.

Por el principio de contradicción, no es el juez quien debe ver, por ejemplo, si los documentos que presenta
la defensa alcanzan o no a satisfacer el concepto de arraigo. En cambio, ese tamiz lo debe hacer la acusación
como contraparte y, en su caso, explicar por qué considera que es o no suficiente el planteo que se realiza.
De otro modo pareciera que el único rol del juez en las audiencias de medidas de coerción es el de "lector",
en tanto lee lo que presentaron las partes. A esto es a lo que el documento se refiere con "audiencias de
baja calidad".
El juez tiene un rol fundamental en el proceso, por cuanto es quien debe dirigir la audiencia y tomar una
decisión en base a la información de calidad que las partes le suministren luego de la contradicción

3.2. Inmediación: Presencia de los actores interesados


Un sistema de audiencias requiere la presencia de todas las partes intervinientes: juez, fiscal, defensor,
imputado y, eventualmente, víctima y abogado, en un mismo lugar, a la misma hora y el mismo día. Sólo
ello garantiza la inmediación.

Ningún juez debería comenzar una audiencia sin las partes presentes, pues es un requisito sustancial que
éstas concurran a la misma.

La principal causa de este tipo de problemas es la carencia de una agenda única. Sin perjuicio de ello, es
igualmente posible que todas las partes estén presentes y asistan a todas las audiencias. Para ello solo se
requiere acordar algunas cuestiones operativas, que serán desarrolladas posteriormente en este
protocolo.

Junto con lo anterior, se requiere que esas partes “hablen”. Es decir, que se expresen de manera oral y que
cada una de ellas lo haga en pos de sus propios intereses. Por último, es esencial que el juez resuelva en
esa misma audiencia

Una audiencia exige, de por sí, que las partes formulen sus peticiones sustentadas en argumentos, los que
a la vez deberán estar respaldados en cierta información recopilada por cada una de ellas. Esto confirma
que las partes están obligadas a asumir el litigio, teniendo en claro cuáles son los puntos en contradicción.
Las partes no van a una audiencia a conversar, lo hacen para formular un planteo estratégico que debe
tener un objetivo y un fundamento.

Las partes no pueden llegar a la audiencia sin saber qué plantear ni sin fundamentos y es función del juez
exigirles que concreten sus planteos. Si no hay planteamientos ni peticiones, la función del juez no tiene
sentido alguno. Resulta una pérdida de tiempo y de dinero para todos los actores del sistema.

Un sistema de audiencias requiere de partes peticionando y de un juez que, a la par de conducir, les exija
exponer de un modo coherente y adecuado tal petición porque sobre ello deberá resolver. Esto no se
satisface con la presentación previa de escritos, que en muchas ocasiones es el requisito legal previo a la
fijación de la audiencia, porque el único antecedente válido para la decisión tomada por los jueces es la
información producida en ella.

Es necesario que el juez tenga en claro cuáles son las cuestiones de hecho que están en juego y a partir de
qué evidencia las partes respaldan sus peticiones.

3.3. Producción y control de información de alta calidad


En las audiencias no se produce -strictu sensu- prueba, por lo que las partes deben ser quienes brinden la
información necesaria para que se tome una decisión justa. A su vez, será tarea del juez conocer esa
información y exigir a las partes que se la transmitan para poder cumplir con su labor. Por eso debe ser
proactivo en su desempeño.

Esa tarea no significa que el juez supla la actividad de una de las partes, sino que sea el director de audiencia
y promueva que los litigantes desarrollen su función.

Por ejemplo, si la acusación se limita a decir que solicita la detención preventiva porque el imputado no
tiene arraigo y la defensa no objeta la falta de precisión de lo alegado, el juez deberá indagar en la razón
de esa afirmación. Es decir, promoverá que el fiscal explique a través de argumentos claros y concretos por
qué en dicho caso no hay arraigo y, consecuentemente, apoyar esa posición con base en la información
que haya podido reunir en su investigación.

La simple manifestación de que el imputado no tiene arraigo no permite conocer, por ejemplo, si es que
no tiene un domicilio fijo, si es no es dueño de la vivienda donde reside, si hace pocos días que vive en esa
casa, si tiene un domicilio fijo, pero fuera de la ciudad donde se ubica el juzgado, si no posee un domicilio
laboral y otras tantas posibilidades. Nada de ello es indiferente y el juez puede valorarlo de manera disímil
a la hora de determinar si existe peligro de fuga porque el imputado no tiene arraigo.

Entonces, una de las principales funciones del juez en la audiencia es requerir a las partes que provean la
información necesaria para llegar a una resolución justa.

El contradictorio es lo que permite la obtención de información de alta calidad:

Defensa que objeta


Información provista esa información o
por la acusación aporta una
diferente.

Los responsables frente a la sociedad respecto


¿Qué sucede con un fiscal que no solicita o que lo hace,
de las decisiones que se toman en un proceso
son todos los actores que participaron de esa sin argumentos? Pues la respuesta aparece como obvia:
audiencia, no sólo los jueces. Si suplieran a los el juez no debería dar lugar a esa solicitud.
fiscales no estarían siendo imparciales, que es
lo que su cargo exige.12

Desde la otra mirada, si el litigante espera una decisión justa, no solo debe presentar al juez los hechos del
caso, sino además la información que permita sostener los argumentos por los cuales afirma que tales
hechos ocurren de la forma que dice.

Por todo lo expresado se afirma que la oralidad en un sistema de audiencias es un desafío que atañe a
todos por igual – jueces, defensores y fiscales – y que resulta ser la mejor vía para la resolución de
conflictos. Permite una necesaria interacción entre el emisor y el receptor de un mensaje, que hace del
discurso hablado algo espontáneo e imposible de ser borrado una vez dicho. Permite recursos distintos a
los escritos (tonos, intensidad, lenguaje corporal, lenguaje gestual, etc.) y posibilita además la entrega de
información de parte del emisor.

12
SCP 0914/2014 de 12 de mayo “el juez debe exigir a los solicitantes de la aplicación de detención preventiva, las
razones y pruebas que le permitan concluir que corresponde emplear la referida medida cautelar (…) de ningún
modo podrá el juez de la causa, fundamentar o subsanar cuestiones que se dirijan a reforzar la aplicación de la
detención preventiva”
3.4. Sujetos procesales. Delimitación de roles y actuaciones
3.4.1. El juez como director de la audiencia y contralor de los derechos y garantías
El juez tiene dos funciones: dirigir la audiencia y resolver sobre todo lo que en ella se plantee. Ambas
labores son exclusivas y no pueden ser delegadas a ninguna persona ni nadie puede usurparlas.

Además, estas tareas están íntimamente ligadas. De tal forma que el juez que no dirige luego no podrá
resolver, al no tener claro cuáles son los puntos de discusión, o peor aún, el hecho sobre el que se discute
en la audiencia.

Estas dos funciones se ven reflejadas en la siguiente imagen:

• Controla a las
partes
Dirige
• Controla el flujo
de la información

• No delega su
función
Resuelve
• No permite que
usurpen esa
función

El juez tiene que ser sumamente celoso de la primera función, de dirección, porque de lo contrario afectará
inmediatamente la segunda tarea: tomar la decisión sobre el caso. Si no dirige bien su propia audiencia,
tampoco podrá tomar una decisión de buena calidad.

Un juez que plantea que las partes son desordenadas y que hacen lo que quieren en la audiencia es porque
no observa la potencialidad de su rol. Esto puede suceder por inexperiencia, mal entendida cortesía hacia
las partes, o por no saber cómo reaccionar. Lo cierto es que el único responsable del desorden en las
peticiones es el propio juez.

Cuando se afirma que el juez es director de la audiencia y las partes son los actores – tal como sucede en
una obra de teatro - lo que se quiere remarcar es que el juez es quien va a imponer las reglas del juego (ya
conocida por todos) y el que va a señalar cómo termina esa puja entre las dos partes. De ahí la relevancia
de su rol.

El juez no tiene interés alguno en la resolución del pleito en uno u otro sentido. Sin embargo, sabe que ha
sido llamado a resolver alguna cuestión. Por lo tanto, para poder desarrollar esa función de buena manera,
deberá dirigir el debate de la misma forma.

Se reafirma la necesidad de que en la audiencia estén presentes juez, fiscal y defensor. Como ya se
mencionó, una de las principales razones de suspensión es la incomparecencia de alguna de esas partes, lo
que de por sí es llamativo. No obstante, resulta más alarmante que se realice sin alguno de los actores
(fiscal, por ejemplo), y que igualmente se disponga una detención preventiva.

Por las razones apuntadas en el acápite 2 de esta guía, y principalmente por el principio acusatorio, no
puede llevarse a cabo una audiencia si el órgano requirente no está presente en ella (más allá de que haya
remitido su pedido por escrito). El juez no puede tomar una decisión de alta calidad si el contradictorio no
se da en la propia audiencia.

Para ello es necesario que todas las partes estén presentes y sean quienes aporten información. Esto es así
porque no alcanza con la enunciación del peligro. El fiscal debe, por un lado, argumentar por qué esa
cuestión implica un peligro procesal (por qué no tener domicilio fijo satisface el peligro de fuga, por
ejemplo) y además brindar la información de respaldo correspondiente.

Esto no quiere decir que en esa audiencia deba comparecer, por ejemplo, el arrendador del lugar donde
antes vivía el imputado y prestar declaración, puesto que no se trata de un “mini juicio”.

En las audiencias de etapas previas al juicio no se produce prueba. No se reciben declaraciones


testimoniales, no se leen actas de declaraciones, no se realizan pericias caligráficas para conocer si la firma
de un contrato de alquiler corresponde o no con la del imputado, ni técnicas documentales para saber si el
sello que obra en el contrato se corresponde o no con el del notario que certificó esa firma. Hacer
cualquiera de estos actos sería convertir la instancia en un “mini juicio”.

Lo anterior no significa que el juez deba tomar decisiones infundadas. Por el contrario, debe exigir a las
partes que indiquen la información en fundan sus afirmaciones. Por más argumentación que se haya hecho
sobre un tema, si no hay información la petición deberá ser descartada. El control de la información en esta
audiencia es horizontal.

Defensa controla la
Fiscalía brinda
información que
información y
brinda la fiscalía.
controla la que
Puede aportar
brinda la defensa
información.

Lineamientos sobre la actuación del juez en audiencia:

Tomando en cuenta las ideas que se han expuesto hasta este punto, podríamos resumir que los
lineamientos sobre la actuación del juez son los siguientes:

• Sin juez no hay audiencia posible.

• Las funciones del juez en la audiencia son dos: dirigirla y resolver sobre los planteos que se
presenten. (agregar la función de instalar la audiencia, porque ahora la Ley obliga a que el Juez Instale la
audiencia, consiguientemente serian tres las funciones)

• Dirigir la audiencia implica: controlar los tiempos, permitir que las partes determinen los puntos de
discusión, pedir información que sea necesaria para la resolución que deba tomarse, organizar la discusión
de las partes para que se dé en forma ordenada y escalonada, asegurar un entorno razonable y equitativo
de discusión entre las partes, evitar que las partes discutan cuestiones no conducentes e identificar los
hechos en discusión. (Es necesario agregar que implica el control de tiempo y lo que significa optimizar
tiempos)
• Resolver en audiencia implica: identificar los planteos de las partes; reconocer cuáles de ellos
implican un contrapunto sobre el que debe resolverse, tomar posición y fundarla conforme la ley lo ordena.

Estas tareas podrían graficarse sintéticamente del siguiente modo:

Dirigir la audiencia

Controlar los
Resolver
tiempos

Controlar los
Garantizar el
puntos en
contradictorio
discusión

• Para que el juez pueda dirigir y resolver en la audiencia, la base fundamental es que los hechos y
los puntos en controversia le queden claros.

• El CPP exige que la relación de hechos que da base al proceso penal y a la posibilidad de imponer
una medida cautelar (imputación formal) no es cualquier relación de actuaciones, sino que debe cumplir
ciertos requisitos, -conforme se ha delimitado ya en el capítulo 2- para asegurar su verificabilidad y
verificación:

o La descripción de hecho debe ser clara, precisa y circunstanciada, con indicación de


tiempo, modo y lugar.

o No debe contener adjetivaciones (es decir calificativos retóricos)

o No puede ser sustituido por la relación de los actos de investigación.

o No puede ser sustituido por categorías abstractas.

o Si hay más de una persona imputada, se debe señalar de manera individual con claridad
qué hecho concreto se atribuye a cada una de ellas.

• El juez debe asegurarse que la relación de hechos que presenta la fiscalía y/ o el querellante cumpla
con estos requisitos.
3.4.2. El Ministerio Público
En las audiencias en las que se solicita aplicación de medidas cautelares, y que lógicamente incumben a las
acciones de orden público, se impone la obligación al Ministerio Público13 de demostrar:

- Primero que concurren los suficientes indicios de convicción con relación a la existencia de un
hecho, el que tiene que estar descrito conforme circunstancias de tiempo, modo y lugar de
comisión.
- Segundo que concurren los suficientes indicios de convicción con relación a que la persona sobre
la que piden la restricción de la libertad, es la presunta autora o partícipe del hecho atribuido.
- Tercero que concurren los riesgos procesales, ya sea de fuga u obstaculización, al respecto la
modificación incorporada por la ley 1173 (artículo 234 p. II) establece textualmente que la
concurrencia de los peligros “deberá surgir de la información precisa, confiable y circunstanciada
que el fiscal o el querellante aporten en la audiencia y den razonabilidad suficiente del porqué la
circunstancia alegada permite concluir que el imputado eludirá la acción de la justicia” (Estado
Plurinacional de Bolivia, 1999 actualizado al 2019)
- Cuarto que la medida resulta necesario e imprescindible para garantizar los fines cautelares, ello
porque conforme lo establecen los artículos 7 y 221 del CPP, la libertad sólo podrá ser restringida
cuando sea indispensable para asegurar la averiguación de la verdad.
- Quinto debe demostrar que actuados investigativos son los que requiere cautelar, y
fundamentalmente demostrar cuál es el tiempo que requiere para ello

En tal sentido y dada la característica del sistema de audiencias, esa información debe ser brindada en
términos claros, objetivos y concisos, debiendo aclarar cualquier tipo de contradicción a efectos de que el
juez pueda resolver.

3.4.3. La víctima o querellante


La víctima dentro de esta audiencia, al igual que el Ministerio Público, tiene la obligación de acreditar
objetivamente los supuestos en función de los que solicita la cautela personal, la única diferencia que ha
dejado sentada la ley 1173 es la de no tener que especificar los actuados investigativos, sino que especificar
de manera fundamentada el plazo de duración de la medida que solicita.

3.4.4. El imputado
La posición del imputado en el proceso, es la de aquel a quien se presume inocente (artículo 6 CPP), por lo
que la ley ha destacado que “la carga de la prueba para acreditar los peligros de fuga y obstaculización
corresponde a la parte acusadora, no debiendo exigirse al imputado acreditar que no se fugará ni
obstaculizará la averiguación de la verdad.” (artículo 231 bis del CPP)

3.5. Tipos de audiencias que tienen afectación al derecho a la libertad


El tipo de controversia que pueda producirse dependerá del modelo de audiencia de la que se trate.
Cuando se discute la detención preventiva, en términos generales estaremos en presencia de una audiencia
controversial donde el juez no está llamado a escuchar acuerdos sino una disputa acerca de si corresponde
o no dictar una medida cautelar.

13
Entre las principales normas que podemos revisar para acreditar las obligaciones del Ministerio Público en
audiencias de medidas cautelares, están: Artículo 70 (Funciones del Ministerio Público); Artículo 71 (ilegalidad de la
prueba); Artículo 72 (Objetividad); Artículo 73 (Actuaciones fundamentadas); 231 bis (Medidas cautelares personales)
p. I y V; 233 (Requisitos para la Detención Preventiva); 234 p.III; 235 p. II
Las audiencias en las que se determinará la situación procesal de una persona y su afectación al derecho a
la libertad, pueden categorizarse dependiendo de si se trata de una solicitud de imposición de medida
Audiencia de cautelar (detención
Imposición de Medida preventiva o cualquier
cautelar
medida cautelar
personal artículos 231
Audiencia de Control bis y 233 del CPP),
como así también y
conforme las recientes
Audiencia de
Cesación incorporaciones (ley
AUDIENCIAS
RELAICONADAS A LA
1173) si se hubiera
COERCIÓN PERSONAL dispuesto la limitación
Audiencia de
modificación al derecho a la libertad,
la audiencia de control
que manda el artículo
Audiencia de
revocatoria 235 ter del CPP; así
también pueden
Audiencia de suscitarse audiencias
Apelación de Medidas en las que el imputado
Cautelares
detenido solicite la
cesación de su detención preventiva (artículo 239 CPP), o la modificación (artículo 250 CPP) de la medida
cautelar personal que le hayan impuesto, teniendo que ante la previsión de que se haya dispuesto
precisamente una medida cautelar personal diferente a la detención, cabe igualmente la posibilidad de su
incumplimiento y por lo tanto emerger la necesidad de llevar adelante la audiencia de revocatoria (Artículo
247 CPP), finalmente establecer que de la realización de estas audiencias emergerá una resolución, la que
resulta apelable en la vía incidental (artículos 251 en relación al artículo 403.3 del CPP) por lo que se
dinamizará una audiencia oral de apelación incidental ante el Tribunal Departamental de Justicia.

Además, las audiencias


también se clasifican de
acuerdo a la autoridad Audiencias bajo la dirección
de los jueces de instrucción
judicial a la que
corresponde decidir, de Durante la etapa preparatoria

acuerdo a la fase o etapa Apelaciones incidentales a


cargo de los vocales de las
del proceso en la que se Salas Penales de los
CLASIFICACIÓN DE ACUERDO Tribunales Departamentales
solicite, pues si bien es A LA AUTORIDAD
JURISDICCIONAL QUE
cierto que resulta común la DIRIGIRA LA AUDIENCIA
Audiencias bajo la dirección
aplicación de medidas de jueces de sentencia o
tribunales de sentencia
cautelares al inicio del
Durante la fase de juicio y
proceso, no es menos recursos
cierto que aquellas pueden Apelaciones incidentales a
cargo de los vocales de las
solicitarse en cualquier Salas Penales de los
Tribunales Departamentales
momento, y que si han sido
dispuestas
tempranamente puedan efectuarse solicitudes de modificación.
Por otra parte, también debemos destacar, que conforme los avances tecnológicos -primero- que además,
luego se han precipitado por los requerimientos de salud pública como emergencia de la pandemia, las
audiencias cautelares pueden clasificarse de acuerdo a si se realizaran presencialmente, de manera virtual
o telemática o de manera mixta.

Audiencias
presenciales

Audiencias
De acuerdo al
virtuales o
entorno
telemáticas

Audiencias
mixtas
Finalmente, de acuerdo a si existe o no acuerdo con relación a la medida la audiencia podrá ser
controversial o no. Se dice "en términos generales" porque puede pasar que las partes lleguen a plantear
una medida cautelar distinta a la detención preventiva, o que el propio fiscal -luego de escuchar a la
defensa- advierta que esto es lo que corresponde. En ese caso, habrá menos controversia, siempre que las
partes estén de acuerdo con las condiciones. Aun si este fuera el caso, el juez o la jueza que dirige la
audiencia y es llamado a resolver, podrá reclamar información a las partes si estima necesario para poder
pronunciar una decisión conforme a derecho.

Es que el juez o jueza es el único funcionario de un sistema judicial constitucional al que se le exige no
representar y por consiguiente no gestionar ningún interés en particular. Por ello no puede suplir la labor
de ninguna de las partes en la audiencia, tampoco resolver sobre cuestiones que no hayan sido presentadas
por ellas (Binder, 2013).

De la misma manera, es el juez o la jueza, como encargado de dirigir la audiencia, quien garantizará a las
partes las herramientas necesarias para formular sus peticiones u oposiciones, concediendo a cada una los
mismos tiempos y recursos.

El proceso adversarial, a diferencia del inquisitivo, parte de la idea de la confrontación y que la misma se
lleva a cabo de buena fe. El sistema de audiencias pretende hacer un proceso penal más ágil, donde en un
mismo encuentro puedan resolverse todas las cuestiones posibles y no tornar al procedimiento penal en
algo lento y costoso por tener que fijarse una audiencia para cada cuestión a resolver.

Si se ha convocado a las partes para discutir una medida cautelar y en ese momento la fiscalía advierte que
no se hará lugar, nada le impediría plantear un acuerdo de procedimiento abreviado y resolver todas las
cuestiones en una misma y única audiencia. En el caso recién planteado, si el fiscal explicó que había peligro
de fuga, pero el juez no estuvo de acuerdo con ello porque lo exiguo de la pena prevista para el delito
resultaba desproporcionado para imponer esa medida cautelar, sería posible que la acusación intente
arribar a un acuerdo de procedimiento abreviado, razón por la que se debería facilitar la discusión sobre
esa salida anticipada al proceso.
Así, el juzgador no solo puede estar ante una audiencia consensual o adversarial, sino al mismo tiempo
frente a la realización de diversos planteos (impugnación respecto de algún acto y detención preventiva,
por ejemplo). Se trata, entonces, de una audiencia pluriobjetivos en la que el juez debería ser flexible para
trabajar todo cuando sea posible de ser resuelto en ese mismo acto.

Es frecuente que, en las audiencias de detención preventiva, las defensas hagan planteos vinculados a
nulidades o falta de valoración de cierta evidencia. El juez tendría que resolver primero esas cuestiones si
están relacionadas con el pedido y luego lo atinente a la medida de coerción.

Las audiencias bilaterales son aquellas donde deben participar necesariamente la acusación y la defensa,
que por la naturaleza adversarial de los planteos se torna necesario comunicar y trasladar lo peticionado a
la contraparte. Un ejemplo de ello está dado por la audiencia de formalización de la investigación o
imputación.

3.6. Estructura y desarrollo de las audiencias relacionadas al derecho a la libertad


3.6.1. Condiciones para su instalación y verificación
3.6.1.1. Entorno de condiciones para el trabajo efectivo del juez
Más allá de la estructura de la audiencia de medidas cautelares, existe una serie de cuestiones que no
tienen que ver con la propia tarea de los jueces, pero que permiten que el trabajo judicial se desarrolle de
una manera eficaz y eficiente.

Esas condiciones están relacionadas con las labores previas a la realización de la audiencia, lo que sucede
con los terceros mientras se desarrolla la misma y aquello que ocurre con posterioridad en relación a la
resolución obtenida.

De esa manera, la realización de una audiencia requiere de arreglos sin los cuales no puede llevarse a cabo:
una sala o espacio en el que los intervinientes puedan sentarse; sillas; escritorios o mesas en las que se
puedan apoyar papeles; la presencia del fiscal, defensor, imputado, querellante, víctima, abogado de la
víctima y juez; espacio para el público interesado; existencia de micrófonos que permitan a todos
escucharse y un sistema de grabación (de audio y video o, al menos, de audio). Muchas veces no están
aseguradas esas condiciones básicas y ésta es una de las razones por las que el sistema de audiencias
fracasa o se debilita.

El escenario ideal es contar con una Oficina de Gestión que nuclee todo el trabajo previo a la realización de
la audiencia y que se encargue de la agenda, de modo que las partes y el juez tengan solo una audiencia
programada para cada momento.

La Oficina de Gestión, como su nombre lo indica, es la que organiza todo lo necesario para que la audiencia
se realice, desde el lugar y el mobiliario, pasando por la fecha, el horario, la presencia del juez y de las
partes, hasta la decisión sobre la agenda. Por último, también se encarga de toda la cuestión tecnológica
necesaria para el registro.

El Artículo 112 bis del CPP, incorporado por la Ley N°1173, que dispone: “La Oficina Gestora de Procesos se
constituye en una organización de carácter instrumental que sirve de soporte y apoyo a la actividad
jurisdiccional, con la finalidad de optimizar la gestión judicial …. Se sustenta en la clara separación de
funciones jurisdiccionales de las administrativas …".

De esa manera, se tiene que para poder solventar las dificultades en relación a cuestiones que tienen más
una carácter administrativo, se ha implementado la OFICINA GESTORA DE PROCESOS, siendo que en el año
2019 se ha podido reglamentar el desempeño de su actuación mediante el PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE
LAS OFICINAS GESTORAS DE PROCESOS, y en relación a la GESTIÓN DE LAS AUDIENCIAS, dicho instrumento
en su punto 3 desglosa el procedimiento a observar desde la solicitud de la audiencia, la recepción de la
solicitud, el agendamiento de las audiencias y bajo que criterios debe realizarse, las acciones previas a la
audiencia, el desarrollo de las audiencias y finalmente los actos posteriores que incumbe realizar.

En cuanto al entorno, este protocolo en el numeral 3.1.3., describe las acciones previas a la audiencia que
precisamente tienen que ver con el trabajo a desplegar por el COORDINADOR DE GESTIÓN DE AUDIENCIAS
DE LA OFICINA GESTORA DE PROCESOS, en cuanto a que este funcionario, debe coordinar con el personal
del juzgado la efectiva ejecución de las notificaciones para garantizar la presencia de las partes; así también
debe coordinar con el Ministerio Público, y las instituciones y/o sujetos procesales a efectos de garantizar
su presencia en audiencia, finalmente, verifica y garantiza la disponibilidad y condiciones de las salas de
audiencias o ambientes externos al Tribunal Departamental de Justicia (soporte técnico, registro digital
íntegro y fidedigno, resoluciones y sentencias, interconectividad, ubicación de las salas, sistemas
informáticos, seguridad y otros)

Ahora bien, debido a la emergencia sanitaria de la pandemia, se puede distinguir que los entornos de
realización de una audiencia cautelar pueden requerir su realización de manera virtual o telemática, por lo
que cabe igualmente considerar el PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE AUDIENCIAS VIRTUALES DEL ÓRGANO
JUDICIAL que se ha aprobado en la gestión 2020, en el que se ha establecido que una vez autorizada la
realización de audiencias virtuales, se debe remitir vía correo electrónico institucional al personal de apoyo
judicial y en los lugares donde se haya implementado la oficina gestora ante su coordinador, para realizar
las gestiones de conectividad y acceso a la plataforma de la videoconferencia con todas las partes
involucradas, al menos seis horas antes de señalada la audiencia.

Así también, en el entorno virtual se han previsto las contingencias con relación a la presentación y
producción de los elementos de prueba, estableciéndose que toda solicitud deba ir acompañada de la
prueba, la que será digitalizada, recomendándose señalar número de WhatsApp, correo electrónico u otros
medios tecnológicos de mensajería instantánea de la parte solicitante y su abogado, para poder brindar

IMPORTANTE: para que la parte solicitante pueda presentar y producir la prueba de referencia en la
audiencia Virtual, deberá digitalizar la misma en formato JPG O PDG.
apoyo técnico por parte del personal informático. Así también se debe dar a conocer los correos
electrónicos institucionales del encargado informático y del secretario del Juzgado, Tribunales y Salas, a los
intervinientes de las audiencias virtuales para el envío de los elementos probatorios, para que éstos sean
los encargados en hacer conocer a la autoridad jurisdiccional.

Finalmente, para evitar o solucionar cualquier tipo de inconveniente en el entorno virtual, las partes deben
acceder con al menos 15 minutos de anticipación.

Como puede apreciarse, de la redacción de las modificaciones incorporadas por la ley 1173, se ha dispuesto
que la oficina gestora pueda encargarse de toda la logística administrativa para garantizar que el entorno
de la audiencia (sea esta presencial o
virtual) sea el óptimo, sin embargo, la
autoridad judicial deberá considerar los
supuestos en los que aquella oficina no
pueda garantizar tales aspectos, para suplir
y garantizar la ejecución de la audiencia, ello
considerando que uno de los mayores
problemas detectados, conforme se ha
expuesto, es el de las continuas
suspensiones de audiencias.

En tal sentido, resulta necesario prever una


ruta crítica a seguir para poder prever las
contingencias del entorno.

Para la realización de las audiencias


presenciales, dada la contingencia de
pandemia se ha implementado los
protocolos de bioseguridad, por lo que
deberá privilegiarse la elección de ambientes ventilados, y exigir a las partes la asistencia con barbijo y uso
de alcohol en gel, debiendo además preverse que el aforo en sala no se encuentre recargado. Finalmente,
y si se trata de audiencias que se vayan a extender durante mucho tiempo, se ha recomendado que se
pueda disponer recesos a efectos de ventilar los ambientes.

3.6.1.2. Conformación de la agenda


La conformación de la agenda única de audiencias, ha sido delegada en manos de la oficina gestora de
procesos (artículo 56 bis CPP), sin embargo y considerando su implementación gradual es posible generar
una agenda razonable, o coordinar la misma con dicha oficina.

Desde ya, se han establecido algunos criterios para el agendamiento de audiencias (PROTOCOLO DE
ACTUACIÓN DE
LAS OFICINAS
GESTORAS), de los
que destacamos:

Por ejemplo, si de
las diez audiencias
programadas para
un determinado
día, en cinco
resulta participar
un mismo
litigante, se
dispondrán de
forma continua de
modo que ese
litigante no tenga
tiempos muertos entre una y otra.

Para facilitar la tarea, quienes se encuentran a cargo de la agenda en los juzgados podrían desarrollar un
listado de criterios para ordenar su fijación.

Algunos podrían ser:

- Tener establecido el tiempo máximo para fijar una audiencia desde que se produce la petición.

- Ordenar en horarios las audiencias conforme 1) personas no privadas de la libertad y 2) privados


de la libertad, asumiendo que por el traslado llegan más tarde, por lo que puede comenzarse con las
primeras.

- Agrupar las audiencias cuando comparecerá el mismo litigante en más de una o agruparlas según
otros criterios de utilidad y economía del tiempo.

Además, para que la agenda funcione, los horarios tienen que ser inamovibles.

Una de las causas de la ausencia de las partes es la superposición de audiencias programadas, lo que no
debería significar un problema para los jueces. Si la fijación depende de la Oficina de Gestión o del propio
juzgado, es poco probable que no se advierta la superposición al momento de programar la agenda diaria.
La cuestión toma relevancia en relación a las partes, pero aún en este caso los problemas de superposición
de audiencias para fiscales o defensores pueden ser resueltos, recurriendo a un reemplazo (caso de fiscales
o de defensores públicos por el principio de unidad de actuación) o anoticiando a las partes con antelación
tal que les permita solicitar la reprogramación para otro horario o día.

Mientras se concluye la implementación y puesta en práctica de la agenda única que administre la oficina
gestora de procesos, al encontrarse compartida la responsabilidad, se sugieren las siguientes líneas:

3.6.1.3. Contacto previo entre el detenido y la víctima


Otra de las cuestiones que los juzgados deben considerar es evitar que los detenidos y las víctimas estén
esperando juntos en la antesala de la audiencia. Este aspecto genera un clima de malestar para la víctima
y la posibilidad de que la persona imputada (sobre quien aún no hay sentencia de culpabilidad) sufra algún
tipo de agresión por parte de aquella, de quienes van a ver la audiencia o de los miembros de prensa que
pudiesen estar presentes.

Si se trabaja con una Oficina de Gestión, estos problemas pueden ser resueltos fácilmente. Si es que no
existe esta dependencia, de todas formas, pueden ser sorteados. Una de las opciones que se propone es
citar a las partes en diferentes horarios (unos 15 a 20 minutos de diferencia) para hacer un ingreso
diferenciado; otra opción es hacer ingresar en una sala de espera a una de las partes, de modo que no se
encuentren todos juntos en la antesala. Si se carece de espacio en el Juzgado para ello, se puede generar
un acuerdo con otros Juzgados para que en ese momento no programen audiencias. Esto permitirá citar a
una de las partes a un piso del edificio mientras la otra aguarda en un piso distinto.

Por ejemplo, imaginemos que el Juzgado que fija la audiencia es el Nro. 1 y está en el segundo piso del
edificio, al mismo tiempo en que existe un Juzgado Nro. 2 que está en el primer piso y en ese momento
tiene la agenda libre. Los titulares de ambos juzgados se ponen de acuerdo a la hora de fijar sus agendas
de modo tal que el Juzgado que desarrolla la audiencia solo reciba en su antesala a los imputados y que
personal del Juzgado que realizará la audiencia está apostado en la sede del otro Juzgado esperando a las
presuntas víctimas a quienes acompañará a la sala para que pueda celebrarse el acto.

Desde luego, sería ideal contar con una sala de espera y una celda de tránsito en el edificio, donde poder
alojar a los detenidos que luego serán llamados y a la vez contar con espacios de espera para las víctimas
y el público interesado, con diferentes entradas, entre otros aspectos. Pero hasta tanto esas modificaciones
edilicias puedan ser realizadas deben buscarse soluciones a corto plazo que permitan evitar los
inconvenientes que día a día afectan a los operadores y a las personas usuarias del sistema de justicia.
Otra de las medidas que puede adoptarse, es generar entornos de audiencias mixtas, es decir, privilegiar
que la víctima pueda participar de la audiencia conectada de manera virtual para evitar que tenga que estar
en contacto con la contra parte, por lo que se generarán espacios presenciales y virtuales para que puedan
asistir, presenciar y participar del desarrollo de la audiencia.

3.6.2. Dinámica General de la Audiencia


Toda audiencia tiene una dinámica similar: apertura, explicación a las partes del motivo de la misma,
advertencias generales, intervenciones de la parte que solicito la audiencia y de la contraparte (esto se
dará tantas veces como "escalones" o cuestiones diferentes para discutir haya) y resolución.

Este ciclo puede ser graficado así:

• Apertura y presentación de las partes.


•Explicación del motivo de la audiencia al imputado y/o a la víctima
1 presente.

•Palabras del requirente, dependerá del tipo de audiencia de la que se


trate. En el caso de una audiencia de cesación de medida cautelar,
será la defensa la que hable en primer lugar, al tiempo que si se trata
de una de requerimiento de detención preventiva, hablará en primer
2 término la fiscalía.
•Palabras de la contraparte.

•Si fuera necesario para tomar la decisión, el juez puede solicitar


aclaraciones a las partes o darles la palabra para que se pronuncien
sobre puntos específicos no suficientemente debatidos a criterio del

3 juez.
•Resolución del Juez

La Ley N° 1173 ha modificado el Artículo 113 del CPP relativo a las Audiencias. En su párrafo III, señala la
estructura básica de la audiencia:

“Verificada la presencia de las partes, la jueza, el juez o tribunal deberá establecer el objeto y
finalidad de la audiencia, debiendo dictar las directrices pertinentes, moderar la discusión y
moderar el tiempo del debate. En ningún caso se permitirá el debate de cuestiones ajenas a la
finalidad y naturaleza de la audiencia. Las decisiones serán emitidas inmediatamente de concluida
la participación de las partes.”

En el caso de las audiencias de medidas cautelares, conforme al Art. 231 bis del CPP modificado por la Ley
1173 y al Art. 233 del CPP modificado por la Ley 1226 y la Ley 1443, esos escalones o etapas de discusión
son:

1. Presupuesto material (hecho y calificación legal) y elementos de convicción;

2. Presupuesto procesal (peligros procesales) y elementos de convicción;

3. Plazo de duración de la medida.


Cabe señalar que si bien la Ley 1173 , la Ley 1226 y la Ley 1443 en el Art. 233 y 235 establecen que el
señalamiento del plazo de la duración es obligatorio para el solicitante en el caso de la detención
preventiva, a la luz de los estándares internacionales y la jurisprudencia de la CIDH no puede existir medida
cautelar personal alguna por tiempo indefinido y por tanto el plazo de duración de la medida cautelar debe
ser debatido y resuelto según la etapa y las excepciones previstas al efecto.
“Para determinar el plazo de duración de la medida solicitada, la
decisión de la jueza, el juez o tribunal deberá basarse en criterios
objetivos y razonables. (CPP Art. 235 ter in fine)
Avocándonos a la estructura propia de una audiencia de medida cautelar, el punto 2 del cuadro que
antecede se desplegaría como sigue:

1. Materialidad y participación (Art. 231 bis CPP)


Acusación: acreditar hecho y
Defensa: discute hecho/participación
participación

2. Peligro procesal (Art. 231 bis CPP)


Acusación: existencia de peligro procesal,
información sobre el peligro procesal, cuál Defensa: inexistencia de peligro
es la medida que pide para desvirtuarlo, procesal/otra forma de
por qué es la medida menos gravosa que desvirtuarlo/medidas menos gravosas.
permite neutralizarlo.

3. Tiempo de duración de la medida cautelar (Art. 236 CPP)


Acusación: cuánto tiempo debe durar la
medida cautelar que actos investigativos Defensa: discute los tiempos.
requiere realizar

De acuerdo a cada audiencia en particular, puede suceder que esos escalones de discusión lleven a algunos
otros más pequeños. Por ejemplo, en el presupuesto material, también puede darse la discusión sobre la
legalidad de la aprehensión; o bien, que aparezcan nuevos escalones, como la discusión en esa misma
audiencia sobre salidas alternativas al juicio (procedimiento abreviado, suspensiones del proceso a prueba
y conciliaciones).

El juez será quien tenga presente todas estas etapas y el orden en el que debe estructurarse el
contradictorio por los litigantes. No puede permitir que se discutan al inicio los peligros procesales si antes
no quedó fijado el supuesto material; tampoco, que se hable de la detención preventiva y a continuación
de una suspensión del proceso a prueba, porque sería un contrasentido. De la misma forma lo sería si se
discutiera primero el peligro procesal y luego si la detención fue o no legal.
Resolver sobre discusiones que no se han ordenado en forma escalonada puede llevar a decidir sobre
puntos en los que no ha habido contradictorio. Como ha sido desordenado el planteo, la contraparte solo
llega a atacar una de las tres cuestiones planteadas.

La discusión escalonada favorece la labor de los intervinientes en una audiencia. Además, es lo que exige
la ley procesal (Art. 231 bis y 119 III del CPP modificados por la Ley N° 1173) al establecer que debe
discutirse sobre la posible participación del imputado en un hecho punible, luego sobre la medida procesal
necesaria por el peligro de fuga o entorpecimiento de la averiguación de la verdad y finalmente el tiempo
necesario para poder realizar las diligencias por las que se requiere limitar la libertad a una persona.

La discusión escalonada no sólo beneficia a los litigantes que pueden poner énfasis y ordenar su exposición
en torno al tratamiento de un punto específico, sino también al juez. Este último tendrá más claro el
planteo, puede ir tomando nota al respecto y sobre lo manifestado respecto a cada punto que luego deba
resolver.

Por tal motivo, el juez tiene que estar muy atento a lo que está sucediendo en la audiencia, pues es el único
encargado de dirigirla y controlarla y es su responsabilidad reconducir los planteos de las partes cuando
éstas no los organizan.

Nótese que esta dinámica permite al juez ordenar su resolución conforme al Art. 236 del CPP, dado que
también se exige normativamente que luego de individualizar al imputado se determine:

1. los datos personales del imputado o su individualización más precisa;

2. El número único de causa asignada por el Ministerio Público y la instancia


jurisdiccional correspondiente;

3. Una sucinta enunciación del hecho o hechos que se le atribuyen (hechos y


participación);

4. La fundamentación expresa sobre los presupuestos que motivan la medida, con


las normas legales aplicables;

5. El lugar de su cumplimiento; y,

6. El plazo de duración de la medida.

Para facilitar esta tarea resulta conveniente que el juez tenga consigo alguna hoja de ruta que le permita
seguir la discusión de modo esquemático. Puede verse un ejemplo de ello en esta guía.

3.6.2.1. Instalación
Se inicia con la presencia de todas las partes necesarias en la sala y será el juez quien se presente y
determine la asistencia de los litigantes en el lugar, la hora y fecha en la que se realiza la audiencia.

Ejemplo. - En el Juzgado 1° de Instrucción penal de la ciudad de La Paz, a cargo


de mi persona Jueza Justina Juárez Prudencio a horas 9:30 del día 10 de octubre
de 2019 se instala audiencia en el proceso penal seguido por el Ministerio
Público en contra de Martín Martínez Méndez, Código Único
201102012000292.
Es importante señalar que, si la sala cuenta con registro de audio, todo lo que allí se verbalice debe ser
expuesto al micrófono para facilitar que pueda ser grabado.

A ese efecto, el juez pedirá a las partes que indiquen su nombre y si su actuación es por la acusación o la
defensa. Del mismo modo, procederá cuando el imputado y/o la víctima estén presentes en la sala.

Antes de ingresar a la audiencia, el secretario o algún auxiliar de la Oficina Gestora podría constatar sus
identidades y si no existe este apoyo, será la constatación que haga el juez, la jueza o el tribunal en la
audiencia.

Es importante que quienes están cara a cara en una audiencia sepan a quién se dirigen y que el público
presente conozca a los litigantes. De allí que sea necesario que públicamente, en la misma audiencia y
quedando registro grabado de viva voz, cada parte se identifique personalmente con su nombre y su
función (en los casos de los abogados).

Ejemplo. - “Fiscal Fernanda Fernández en representación del Ministerio Público.

Abogado Pedro Pedraza en representación de la víctima y querellante Sra. Andrea


Andrade.

Andrea Andrade Armaza.

Abogado Pedro Pedraza, en representación del imputado Sr. Martín Martínez.

Martín Martínez Méndez.”


3.6.2.2. Incomparecencia de alguna de las partes
Si alguna de las partes o sus abogados no asiste a la audiencia, el juez, jueza o tribunal determinará lo que
proceda conforme al Art. 113 numeral II del CPP, modificado por la Ley N° 1173.

Excepcionalmente, ante la imposibilidad de realizar la audiencia en los casos previstos por ley, el juez o
tribunal señalará audiencia dentro del plazo de 48 horas, habilitando incluso horas inhábiles.

La referida norma también prevé que “en ningún caso podrá disponerse la suspensión de audiencias sin su
previa instalación”; por tanto, deberá dejarse registro grabado de la instalación, presencia de las partes
que estuvieron, ausencia de las que faltaron y motivo, y decisiones adoptadas por el juez, incluido el
señalamiento de nueva audiencia, si corresponde. (concatenamiento de audiencias)

El juez o jueza señala día y hora de la nueva audiencia, el secretario(a) registra en el sistema informático la
fecha y hora señalada en la agenda para comunicación a la oficina gestora.

3.6.2.3. Presentación y establecimiento de las reglas de intervención: objetivo y orden de la


discusión
El juez, jueza o tribunal establecerá el objetivo y finalidad de la audiencia, señalando el orden en el que se
van a discutir las peticiones.

A continuación, el juez se dirigirá al imputado y/o a la víctima si es que está presente, comprobando que
comprendan el sentido y objetivo de la audiencia (Arts. 111 y 113 CPP).

En esta instancia les hará saber la información relativa a la audiencia: quién la ha solicitado o que se ha
designado conforme lo ordena la ley; que deben estar atentos a lo que allí se discuta porque de ello
dependerá la decisión sobre la libertad o detención del imputado; que si así se resuelve eso no quiere decir
necesariamente que el proceso se ha terminado y que incluso si se dispone la libertad puede hacerse bajo
ciertas condiciones; por lo que cualquier cosa que no se comprenda puede preguntarla a su abogado.

El juez o jueza debe asegurarse que el imputado y/o la víctima, allí presentes comprendan lo que acaba de
decir. Si sucede lo contrario, ya sea por una cuestión idiomática o de falta de capacidad para comprender,
nada de lo que suceda en esa audiencia será válido. También tiene que asegurarse de que todo lo que se
está produciendo no contravenga garantías del imputado ni derechos de las víctimas.

Apertura de la audiencia.
Juez/a o se presenta, verifica la asistencia de las partes en la audiencia y les
pide que se presenten una a una y de viva voz.

Juez/a informa que la audiencia ha sido solicitada por determinada parte


con el fin que se dicte una medida cautelar/se ordene el cese de la medida
de cautelar/etc. Consulta a las partes si tienen otras peticiones para la
audiencia (incompetencia, recusaciones, salida alterna). Juez/a determina el
orden en que se van a tratar los puntos en la audiencia.

Luego de pedirle al imputado que se identifique, el juez/a debe advertirle que esté
atento sobre lo que va a decir en esa audiencia y que si tiene alguna duda le dará la
palabra para que así lo manifieste.

En todo caso debe recomendarse el BUEN MANEJO DE LOS TIEMPOS, al respecto, el juez como director de
la audiencia será prudente a la hora de determinar y asignar el tiempo en el que cada parte pueda realizar
sus exposiciones o planteamientos, ello de acuerdo a la complejidad, número de personas involucradas,
unidad o pluralidad de hechos, etc. El manejo del tiempo como una de las expresiones de la función de
dirección de los jueces se debe tener en cuenta si se quiere cumplir con la programación de la agenda. Si
las partes pretenden dar un discurso académico, será obvio que el tiempo previamente destinado no será
suficiente y justamente allí debe imponerse la función del juez como director.

Quien esté a cargo de una audiencia no está allí para que le enseñen derecho, por lo que ninguna de las
partes necesita “leerle” un tratado, un texto de jurisprudencia o el código. Lo que se precisa es contar, en
detalle, cuál es el asunto por el que se encuentran allí y cuáles son los motivos por los cuáles resolver de
forma favorable a su petición.

El juez o la jueza no debieran reiterar todo lo que se ha dicho, sino explicar en sus fundamentos (sobre la
base de los hechos y el derecho), el motivo por el que llega a la conclusión. No será mejor, ni completa la
fundamentación de una resolución judicial sólo porque se repita lo que ya se escuchó o porque se lea el
memorial presentado por alguna de las partes.
Por último, se debe considerar que el tiempo de las audiencias no sólo dependerá de la dirección que se
haga de ella, aunque esta labor sea el eje central. Además, será fundamental que las partes estén presentes
en el horario y lugar predeterminado.

3.6.2.4. Cómo dirigirse a las partes y al imputado


Por la influencia del sistema escrito-inquisitivo, la audiencia suele ser considerada como una cuestión
formal y en tal sentido actúan los intervinientes. El problema es que muchas veces esa formalidad hace
que no se comprenda lo que se dice ni lo que se hace en ella.

Es tarea propia de las y los jueces asegurarse de que los presentes (fiscal, defensa, querellante, personas
imputadas, víctimas, familiares, etc.) comprendan lo que sucede. Si advierte que alguna de las partes no
habla el idioma castellano, pero sí alguno de los idiomas de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos, deberá convocar a los intérpretes necesarios para que todos lo que están presentes en esa
audiencia comprendan lo que se dice. Esta precaución no será imprescindible en el caso del público
presente, quien eventualmente si no comprende el castellano, tomará las precauciones para que alguna
persona haga la interpretación.
Así, en lugar de preguntarle por el "nombre y apellido",
Luego, y una vez verificado que todos
hablan el idioma en que se realizará la es mejor que pregunte a las partes "¿cómo se llama
audiencia y si no que se cuenta con los usted?"; en lugar de preguntar por el domicilio, podrá
intérpretes necesarios, es tarea del juez o preguntar “¿en qué calle vive usted?"; en lugar de
de la jueza, dirigirse a las partes de un modo preguntar por la "ocupación", podrá preguntar “¿En qué
que éstas comprendan lo que sucede trabaja usted?, entre algunos ejemplos que pueden
acabadamente en un lenguaje sencillo y sugerirse.
comprensible.

La idea es que el juez se dirija a las partes usando palabras y expresiones sencillas, que sean comprensibles
y de fácil entendimiento para cualquier persona. Dirigirse de esta manera no hará menos formal a la
audiencia. Por el contrario, la hará accesible y este es el resultado esperado al que los jueces deben aspirar.
Tendrá además un efecto positivo en la ciudadanía en cuanto permitirá comprender las decisiones
judiciales. En general, esto hace además a la legitimación de las audiencias y del sistema de justicia.

Los abogados y jueces en general presuponen que las personas conocen los conceptos de "detención
preventiva", "peligro procesal", "medida cautelar" o directamente no reparan en ello. En ocasiones existen
comprensiones erróneas sobre tales conceptos y las audiencias públicas son un buen momento para
despejarlas. Por tales motivos, es necesario que en todos los casos sea el juez o la jueza, quien se tome
unos minutos para explicar al imputado su resolución y asegurarse de que ha entendido sus alcances e
implicancias. Esta explicación del juez o jueza es particularmente importante cuando se trata de medidas
cautelares que no sean la detención preventiva, para que la persona imputada sepa que debe cumplir la
medida estrictamente y cuáles son sus obligaciones con el sistema de justicia.

Esto no quiere decir que el juez entable una "discusión" con el imputado sobre lo resuelto, sino que se
asegure de que conozca qué fue lo que sucedió y qué cuáles son sus obligaciones en el proceso judicial. En
ese sentido, debe encontrar el modo de explicar en palabras comprensibles y del lenguaje cotidiano la
resolución que está tomando.

¿Cómo explicar la detención preventiva a un imputado? Pues, más allá de que por los medios de
comunicación las personas comunes comprenden qué es la "detención preventiva", lo cierto es que muchas
veces ese conocimiento generalizado no es correcto. Debe recordarse en este punto que muchas personas
confunden el estar en la cárcel con la imposición de una pena definitiva.
Por último, en relación a los casos de fianza juratoria un juez podría dirigirse de la siguiente forma:

"Sr. Juan Pérez, como acaba de escuchar, he decidido que usted permanezca en
libertad mientras dure la investigación. Esto no quiere decir que la investigación se
termina, sino que usted puede continuar con su vida en libertad hasta el juicio.
Puede ser que no haya juicio, y si es así, seguramente su defensa se lo va a hacer
saber. Puede ser también, que antes del juicio, Ud. sea citado por la fiscalía, por
este Juzgado o algún otro, o por la defensa. Si Ud. no concurre a esa citación,
seguramente la Fiscalía va a pedir que usted vaya a la prisión mientras se sigue
investigando. Por eso es importante que si se cambia de ese domicilio que quedó
registrado o si va a salir de su casa por un tiempo prologado (más de 48 horas, por
ejemplo) lo avise a este Juzgado. Cada vez que se lo cite, tiene que concurrir o
explicar por qué no puede asistir. Imaginemos que se encuentra con un problema
de salud que le impide moverse. En ese caso, usted debe ponerse en contacto
inmediato con su defensa si le llega una citación y usted no puede ir al lugar de
donde lo llaman. ¿Me he dejado entender? Cualquier duda me pregunta o le
consulta a su defensa".

El juez procederá de la misma forma con todas las medidas distintas a la detención preventiva, explicando
su alcance y contenido de forma que sea comprensible para el imputado y para los presentes. Deberá
asegurarse especialmente de que éste comprenda a qué ha quedado obligado y de qué forma continuará
la investigación y el proceso.

3.6.2.5. Control de la legalidad de la aprehensión


De acuerdo al relevamiento del estudio, han sido pocas las audiencias en las que se observó alguna
discusión de esta naturaleza. Los operadores explicaron que en muchos casos se realizan planteos sobre
esta última cuestión como “acción directa”, pero lo cierto es que eso permite que la persona detenida
continúe sufriendo una medida cautelar y además implica sacar la jurisdicción al propio juez del caso.

Es mucho lo que puede trabajarse en esta audiencia sobre la legalidad de la aprehensión, donde uno de los
temas bajo discusión es la libertad de una persona. Es así, debido a que al ser las mismas partes las que se
encuentran discutiendo sobre los hechos del caso, resulta apropiado que los planteos sobre ello puedan
darse en esa misma audiencia de medida de coerción.

Si lo que se discute es, por ejemplo, la posibilidad de que la aprehensión se haya dado en flagrancia, la
información que se ventile versará sobre: la forma en la que fue aprehendido, por quién, dónde, cuándo y
a qué hora habrían sucedido los hechos que se le atribuyeron, cuándo fue puesto a disposición de la fiscalía
por parte de la policía, etc.

En el caso de que la defensa haya efectuado alguno de los planteos tomados como ejemplo, el juez sólo
podrá hacer una de dos opciones:

• Resolver en favor del planteo de la defensa.

• Resolver en contra del planteo de la defensa.

De esta decisión dependerá la forma en que continúe la audiencia. Si opta por lo primero y ello implica, por
ejemplo, resolver por la atipicidad de la conducta, en ese mismo momento deberá comunicarlo a las partes
y dar por terminada la audiencia.

Si resuelve en favor de la defensa haciendo lugar al cambio de la calificación legal y ello implica ir a un tipo
penal que permite medidas cautelares diferentes, deberá dar a conocer su resolución en ese mismo
momento. Necesariamente, esto hará variar la estrategia de la fiscalía pues posiblemente había llegado a
esa audiencia a solicitar una detención preventiva en base a otra calificación legal.

Es posible que la defensa intente hacer esos planteos en forma escalonada, por ejemplo:

Defensa Juez/a o tribunal


Luego de escuchar a la Fiscalía sobre el No da lugar al planteo o solicitar a la
hecho (supuesto material – fiscalía que aclare.
descripción fáctica), refiere que no
hay claridad en los hechos o una
atipicidad manifiesta.
Luego de escuchar a la Fiscalía No da lugar al planteo o define que la
subsumir el hecho en un supuesto aprehensión ilegal y determina
típico (calificación legal), plantea la responsabilidades, y dispone la
Ilegalidad de la aprehensión (no había libertad inmediata, continuando con la
flagrancia y no se contaba con orden). discusión de la medida cautelar si se ha
solicitado.
Si el juez o tribunal resuelve una
medida cautelar que no sea la
detención preventiva, el juez o tribunal
mantendrá la libertad y le otorgará un
plazo prudente para el cumplimiento
de los requisitos o condiciones.
Plantea que el hecho se subsume en No da lugar al planteo,
otro tipo penal (que hace o
improcedente la detención preventiva
Art. 232 CPP). Sí hace lugar al planteo (tal vez deba
hacer un cuarto intermedio para darle
tiempo a la Fiscalía de revisar su
posición). Si el fiscal no revisa su
posición, el juez resolverá la medida
cautelar conforme a la calificación
jurídica más favorable al imputado.
(CPP Art. 7)

Como se observa, el juez debe estar muy atento a los planteos de las partes. Salvo en el último de los casos,
el contradictorio está satisfecho y no sería necesario correr traslado de lo argumentado por la defensa a la
fiscalía.

¿Qué sucede si el fiscal solicita la palabra? o ¿si comienza a negar lo afirmado por la defensa?

Si la Fiscalía no aporta nada nuevo a lo dicho, el juez, jueza o tribunal debe impedir que continúe con su
exposición en tanto el contradictorio está satisfecho.

Este modo de proceder no sólo es conveniente porque corresponde en términos de bilateralidad y


contradictorio, sino que en términos prácticos obliga a las partes a trabajar todas las cuestiones pertinentes
en un primer momento y no "guardarse ases bajo la manga".

Se trata de evitar un modo de trabajo bastante común en los abogados que conlleva a que las audiencias
se demoren innecesariamente porque no presentan toda la información conveniente en el instante
oportuno. Si tienen alguna información, deben ponerla en conocimiento en un primer momento y no
especular, porque tal vez no vuelva a tener la palabra nuevamente.

Los principios de objetividad, lealtad y buena fe, no solo obligan a la fiscalía a aportar a la defensa la
información que podría dar lugar a un planteo defensivo (por ejemplo, aquella que permita concluir la
ilegalidad de la detención), sino que obligan a ambas partes a ser diligentes y oportunos en el modo en el
que hacen los planteos.

Lo importante de este tipo de cuestiones es que la resolución del juez (Art. 132.3 CPP) será justa si ha
considerado la totalidad de las circunstancias en torno a la petición que haya sido presentada en la
audiencia.

Si la fiscalía estuvo en uso de la palabra y tuvo su momento para la discusión, pero se le olvidó mencionar
algo de fundamental relevancia, es posible que no vuelva a sucederle en la próxima audiencia que tenga
en ese juzgado. Cada litigante tiene su momento para la discusión y éstos no son eternos, por lo que el juez
no puede permitir el uso de la palabra en forma constante y continua. De otro modo, las audiencias se
eternizarían en función de que siempre habrá algo que la parte quiera agregar.

Recordemos la idea central de este protocolo:


El juez debe asegurar la discusión entre las partes; determinar cuál es la
controversia y exigir a las partes que respalden sus alegaciones con información
concreta.
El juez es quien tiene el poder en la audiencia porque así lo reconocen las partes que concurren allí para
que él tome una decisión acerca de un planteo. De esto se desprende, si quieren obtener una respuesta
favorable a su posición, deban darle toda la información necesaria para que tome una decisión.

La información debe ser de buena calidad para que el juez, jueza o tribunal llegue a una convicción
suficiente (Art. 233 del CPP). Esa información puede estar fundada en cualquier tipo de evidencia conforme
la libertad y la valoración probatoria (Arts. 171 y 173 CPP). La convicción suficiente es un estándar que se
ubica por debajo de la mitad de una línea, que imaginariamente, coloca a la certeza negativa en un extremo
y a la certeza positiva en otro. Convicción suficiente es convencimiento suficiente de que un hecho existe.

Por último, se debe tener en cuenta que el planteo tiene que ser resuelto en esa audiencia, de modo
inmediato (Art. 132.3 CPP). Por lo tanto, lo que no se haya dicho no puede ser usado como fundamento
para resolver.

Conforme a lo expuesto, solo se llegará al segundo escalón de la audiencia que se refiere a los peligros
procesales al satisfacer lo requerido en el anterior. Ello se dará siempre que el juez no haya dado lugar a
los planteos de la defensa, con excepción de una calificación legal diferente. En ese caso, también podría
pasarse a la segunda etapa de la litigación sobre el supuesto procesal.

La Ley N° 1226 modificó el referido artículo 233 (requisitos para la detención preventiva) del CPP agregando
que “en la etapa del juicio y recursos, para que proceda la detención preventiva se deberá acreditar los
riesgos procesales previstos en el numeral 2 del presente artículo.” Esto significa que el numeral 1 relativo
al supuesto material, tomando en cuenta que ya se tiene una acusación formal y eventualmente una
sentencia condenatoria, no requiere acreditación.

La discusión escalonada resulta una estrategia dinámica y precisa para agotar todos los ámbitos de
discusión en toda la tipología de audiencias cautelares.
3.6.2.6. Discusión con relación a la existencia del supuesto material: Identificación de los hechos
controvertidos (hecho, tipificación y participación)
Conforme ya hemos dejado establecido, los principios a tener en cuenta son, principio acusatorio,
imparcialidad, presunción de inocencia, derecho de defensa, debido proceso, exclusión de la carga
probatoria a la defensa.

La discusión sobre el supuesto material comprende tanto los hechos que se le atribuyen al imputado, como
la calificación legal que pesa sobre los mismos.

Así, retomando lo expuesto a propósito de la garantía del hecho, el supuesto material será el resultado de
las respuestas que se den a las siguientes preguntas: ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿qué? y ¿cómo? Si esas
interrogantes son respondidas, puede construirse un relato que no solo incluye la descripción de un hecho
sino también cuál es la calificación legal que le corresponde y la participación que el imputado tuvo en él.

Una vez que se responde a ese primer Así, la parte acusadora deberá relatar los hechos que le
grupo de preguntas, restará prestar
atribuye al imputado, por ejemplo: tal día, a tal hora, en tal
atención a aspectos que pueden
lugar, el imputado José González con su vehículo atropelló
resumirse en los siguientes: ¿el hecho
descrito existió?, ¿el imputado participó a Luis Pérez, que estaba recostado en el suelo. El vehículo
de él?, ¿ese hecho podría configurar un conducido por José González, le pasó por encima del
delito?, de ser así, ¿cuál? abdomen a Luis Pérez, provocándole inmediatamente la
muerte.
En la actualidad, por lo general, las
exposiciones no se estructuran de esta
forma, descuidando lo que es la base angular de todo el proceso. La definición del hecho en estos términos
no solo marca el objeto procesal, sino que además (dependiendo de la calificación legal, por ejemplo)
permitirá discutir el supuesto. Es decir, definir si corresponde o no el dictado de una medida cautelar y en
su caso cuál.

A continuación de la descripción de ese hecho, la parte acusadora deberá señalar cuál es la calificación
legal que le corresponde. Imaginemos que en este caso sostiene que se trata de un asesinato con alevosía
(Art. 252.3 del Código Penal) o de un homicidio en accidente de tránsito (Art. 261 del Código Penal).

En el caso bajo análisis, esto se daría si la defensa planteara, por ejemplo: que no configura delito de
homicidio el matar a un muerto, porque el señor Luis Pérez ya estaba muerto al momento en que su
defendido pasó con su automóvil encima del cuerpo, sosteniendo esto porque surge de la autopsia que la
causa de la muerte fue un golpe que recibió en la parte posterior de la cabeza cuando cayó al piso en medio
de la carretera porque estaba en estado de ebriedad, horas antes de que el coche conducido por José
González pasara por encima de su cuerpo.

Luego, correspondería que el juez dé la palabra nuevamente a la fiscalía y en la medida en la que la


acusación no pueda brindar información que contradiga lo manifestado por la defensa, el juzgador deberá
resolver por la atipicidad de la conducta. Esto será así siempre que la atipicidad sea manifiesta, como en el
ejemplo dado, pero no cuando haya una probabilidad de materialidad, porque ese estándar habilita a
continuar con el ejercicio de la acción penal y dirimirlo en la etapa del juicio oral mediante la rendición de
pruebas.

En esta instancia, el único caso en el que el juez podría resolver por la atipicidad de la conducta será en los
que con certeza pueda afirmar que el hecho no existió, que no configura un delito o que el imputado no
participó en él.

Otra posibilidad de alegación de la defensa podría ser que el hecho no está claramente descrito o que no
está individualizado el hecho concreto que se atribuye a una de las personas imputadas. Por ejemplo, la
fiscalía señala que:

“El 19 de marzo de 2019, al promediar las 11:30 horas de la mañana, Francisco Freyre entró “armado” a la
Joyería La Plata, ubicada en Calle Arenal N° 234 de la ciudad de Sucre, en la que se encontraban la dueña y
tres clientes. Francisco entró a la joyería y gritó a la vendedora y dueña de la tienda Benita Burgoa: “¡mete
la pasta y las joyas al bolso!, ¡vamos!, ¡sin truquitos!” y le indicó con una seña que ponga el dinero y las
joyas en el bolso que dejó sobre el mostrador. Benita puso dinero en el bolso y algunas cadenas de oro. En
ese momento, aprovechando la distracción de Francisco, el cliente Manuel Calderón llamó por su celular a
la policía. Francisco se percató y “le disparó al hombro”. Afuera se escuchó el disparo y al momento también
se escuchó la sirena de la policía. Francisco disparó a una vitrina rompiendo el vidrio, gritando: ¡Quietos
todos o los mato! Francisco salió de la joyería y se encontró en la calle con Luciana Luna, su cónyuge y
juntos trataron de escapar, pero fueron aprehendidos por la policía.” Por estos hechos, imputa
formalmente a Francisco Freyre como autor de robo agravado y de lesiones graves, ambos consumados y
contra Luciana Luna como cómplice de robo agravado consumado.

El relato de los hechos, presenta algunos aspectos que la defensa de Francisco Franco y de Luciana Luna
pueden discutir:

- Defensor de Francisco Freyre solicita aclaración sobre si Francisco salió con el bolso con dinero y
joyas o sin él (Este hecho es relevante porque determina el cambio de tipificación de consumado a
tentativa)
- Defensor de Francisco Freyre solicita aclaración sobre el tipo de arma que se atribuye que llevaba.
(Este hecho también es relevante para individualizar el hecho y la prueba recogida en otras fases del
proceso, como también para la calificación legal sobre la agravante por uso de arma)

- Defensor de Luciana Luna solicita aclaración sobre cuál es el hecho concreto que se atribuye a la
Sra. Luciana Luna, para señalar que es cómplice de robo agravado.

El juez, la jueza o tribunal, punto a punto debe solicitar a la fiscalía aclaración sobre los puntos. También la
defensa de Francisco Freyre o el juez, jueza o tribunal, para considerar el requisito del supuesto material
solicitarán aclaración sobre si el disparo le llegó o no a Calderón y cuál fue el resultado, cuestión que
también es relevante para la calificación legal y la determinación del grado de consumación.

Es importante resaltar que, para sustentar ese tipo de peticiones, y cualquiera que pueda hacerse en estas
audiencias, las partes no necesitan producir prueba en sentido estricto, pero si demostrar los extremos que
alegan.14

Los principios de contradicción, de lealtad y de buena fe hacen que los litigantes discutan con base en
información que, obviamente, debe fundarse en evidencia. Las partes podrán tener consigo las evidencias
en caso que el juez lo requiera.

Las audiencias de etapas previas al juicio son argumentativas.


La verosimilitud de esa información (su calidad) no viene únicamente de la mano de la "evidencia" sino del
contradictorio que pueda darse entre las partes. ¿Puede una de las partes mentir, sosteniendo que tiene
información que no posee?

Pues esta posibilidad existe, tal como puede darse en un sistema escrito, en donde una parte presente un
documento apócrifo para tratar de acreditar algún hecho. En ambos casos la solución a una cuestión de
esa naturaleza será la vía disciplinaria que corresponda.

En un sistema de audiencias, el control se produce de forma horizontal y por la actividad de la contraparte,


quien es la principal interesada en evitar que se introduzca información de este tipo (de baja o nociva
calidad) en el proceso penal.

14
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL (2014) Obtenido de
https://buscador.tcpbolivia.bo/_buscador/(S(ccdjbcqgo4hxovp3ozvhbpj3))/WfrResoluciones1.aspx “dicha norma
debe ser interpretada y comprendida desde y conforme a la garantía de la presunción de inocencia, habida cuenta
que la imputación formal no constituye base para determinar la culpabilidad o la inocencia del sujeto; por lo tanto, a
más de que la aplicación e medidas cautelares de carácter personal surja de la acreditación de una presunta
participación o autoría, dicho concepto (probable autoría o participación), debe emerger de una valoración armónica
e integral de elementos de juicio que sean objetivos y concretos, y no el resultado de la mera imaginación del juzgador
ni de la parte acusadora. Entonces, la detención preventiva debe ser el resultado de una debida fundamentación de
las resoluciones que la disponen en ese sentido, lo cual impide que la autoridad jurisdiccional funde su determinación
en meras conjeturas o presunciones. En ese sentido, la simple suposición debe ser entendida como la creencia de un
probable acontecimiento de ciertos hechos o conductas, sin estar completamente seguro de ello, es decir, aquella
idea que surge directamente de la imaginación del sujeto sin estar debidamente comprobado. Por lo tanto, la
resolución judicial destinada a aplicar medidas cautelares de carácter personal, de ninguna manera debe estar
sustentada en simples o meras posibilidades, sino que debe ser una decisión producto de la seguridad y certeza que
adquirió la autoridad judicial luego de haber efectuado la compulsa de los antecedentes del caso y la valoración
integral de los elementos de juicio que fueron llevados a su consideración, para definir la situación jurídica del
imputado.”
Lo que se quiere remarcar es que, tanto en un Sin embargo, la ventaja del sistema oral es que
reduce las posibilidades de que un profesional se
sistema oral como en uno escrito, la
anime a mentir en una audiencia. No sólo deberá
posibilidad de malas prácticas profesionales es
engañar a la parte contraria que estará atenta a
exactamente la misma. Y, en ese sentido, el marcar esa falta, sino también al juez ante quien va
sistema de audiencias no es ni más ni menos a tener que volver a litigar seguramente en un
permisivo a la mala fe. próximo caso y que se dará cuenta de su baja
credibilidad.

La oralidad no hace menos formal al proceso y, en el sentido que se viene explicando, es mucho menos
indulgente con el profesional que pretenda engañar a un juez.

Conforme lo descrito, en este primer momento puede darse algunos de estos supuestos, que incluyen la
discusión sobre los siguientes puntos:

- El hecho y su tipicidad legal.

- La calificación legal (que tendrá relevancia si el planteo defensivo lleva a un tipo penal al que la
detención preventiva sea improcedente Art. 232 del CPP, modificado por la Ley N°1173).

- La ilegalidad de la aprehensión.

Fiscalía Defensa
Relata un hecho incompleto, con Solicita aclaraciones sobre el relato del
descripciones ambiguas o categorías hecho, circunstancias o
jurídicas, adjetivaciones o no individualización de la conducta de los
individualiza la conducta de cada uno partícipes.
de los partícipes.
Relata el hecho (supuesto material – Plantea que el hecho atribuido no es
descripción fáctica). delito (ausencia de supuesto material),
inexistencia del hecho o los hechos no
están claros.
Subsume el hecho en un supuesto El hecho se subsume en otro tipo penal,
típico (calificación legal). que amerita medidas cautelares menos
gravosas.
Legalidad de la aprehensión Ilegalidad de la aprehensión (no había
(flagrancia). flagrancia y no se contaba con orden),
plazo de la aprehensión.

3.6.2.7. Discusión con relación a la existencia del Supuesto procesal (peligros procesales)
Principios a tener en cuenta: Presunción de inocencia, imparcialidad, debido proceso, exclusión de la carga
de prueba al imputado, derecho de defensa, principio acusatorio, legalidad, excepcionalidad,
provisionalidad, proporcionalidad y exclusión de la carga probatoria a la defensa.

La idea general es que en esta etapa de la audiencia la parte acusadora debería explicitar cuál es el peligro
procesal que concurre. Si es más de uno, deberá identificar cuáles son; de qué circunstancia de hecho
pueden derivarse y, finalmente, hacer constar por qué la medida de coerción que solicita permitiría
contrarrestar ese/os riesgo/s procesal/es.

Por las exigencias que se desprenden de la presunción de inocencia y el principio de excepcionalidad, se


hace necesario valorar por qué en el caso bajo análisis las restantes medidas de coerción (que son menos
lesivas) no serían suficientes para neutralizar ese peligro.

Como puede observarse, también se trata de una discusión escalonada:

•Existencia de peligro o peligros procesales.


• ¿Cuál o cuáles son los peligros?. Fundamentos con base en
1 información. ¿Cuál es la información que respalda el peligro?

• Pedido de medida cautelar.


• ¿Cuál medida cautelar?.
2
• Fundamentación de RAZONABILIDAD de la medida
• Argumento sobre por qué la medida cautelar es NECESARIA y cual es el
TIEMPO QUE SE REQUIERE.
• Argumento sobre por qué la medida cautelar solicitada es IDÓNEA para evitar
el peligro aludido.

3 • Argumento sobre por qué esa medida cautelar es la menos lesiva para
conculcar el peligro procesal aludido. PROPORCIONALIDAD
• Mencionar por qué otras medidas menos lesivas no servirían para evitar el
peligro. PROPORCIONALIDAD

Según el revelamiento que ha realizado el CEJA, se han dado discusiones en donde los fiscales se refieren
a la existencia de peligro de fuga pues el imputado carece de domicilio y con base en esa afirmación
solicitan la detención preventiva; la defensa le alcanza al Juez una serie de documentos (contratos de
alquiler, por ejemplo) intentado demostrar con ello que su asistido se domicilia en un lugar determinado y
reconocible.

Este desempeño no genera las condiciones requeridas para la procedencia de una medida cautelar en tanto
no ofrece al juez información de calidad para fundar su decisión.

En primer lugar, porque es carga de la parte acusadora acreditar el peligro procesal y éste no puede
presumirse ni considerarse en abstracto (artículos 231 bis V, 234 p. III, 235 p. II del CPP). En definitiva "los
fiscales formularán sus requerimientos y resoluciones de manera fundamentada y específica. Procederán
oralmente en las audiencias y en el juicio y, por escrito, en los demás casos." (Artículo 73 del CPP).

Por lo relevado en el informe de CEJA, esto no es lo que ocurre generalmente en las audiencias de medidas
cautelares, a pesar de que es un mandato legal.
Lo que se pretende a través de este Protocolo es resaltar que lo conveniente es generar una dinámica como
la propuesta y que no es suficiente con hacer referencia a un documento o extendérselo al juez para que
resuelva en torno a lo que allí se dice.

Para que el juez pueda resolver es necesario que se haya producido información en la que fundamentar su
resolución y que -a través de la contradicción- resulte de buena calidad. Además, la oralidad argumentativa
exige que las partes fundamenten sobre tal información.

Como se adelantó, si las partes no lo hacen será tarea del juez incentivar ese accionar porque de otra forma
no tendrá elementos para resolver de un modo justo y honesto.

Por lo expuesto y retomando los ejemplos, la acusación tiene que ser quien lleve a la audiencia la
información que permita sostener que el imputado no tiene domicilio fijo y luego argumentar cómo se
deriva de ese extremo la conclusión que existe peligro de fuga. Es necesario que la acusación se explaye
sobre la cuestión de tener domicilio en ese caso concreto.

Pensemos lo que sucede, por ejemplo, cuando se afirma que una persona no tiene domicilio fijo porque no
cuenta con los recursos para alquilar o no es propietario de una vivienda. Si en ese caso se pudo establecer
que hace años vive en un mismo lugar, que va a comer todas las semanas a la casa de la familia vecina, que
trabaja en el campo de lunes a viernes desde hace años, que se hace cargo de una persona a quien visita o
cualquier situación similar, el argumento de no tener arraigo en términos de domicilio parece debilitarse.

Otra cuestión problemática que se observó en las audiencias en las distintas ciudades en que se realizaron
las observaciones, es que muchos jueces exigen prueba y por lo general que sea documentada acerca de
las circunstancias que configuran los peligros procesales más allá de lo que exige la ley. No obstante, el
propio Código de Procedimiento Penal indica que deben formularse los requerimientos en forma
fundamentada y esto implica argumentación basada en información (artículo 73 del CPP).

Según las situaciones relevadas por el Estudio Diagnóstico de la Detención Preventiva, a los jueces no les
alcanza con la información brindada sobre el trabajo del imputado y se solicitan contratos, recibos de
sueldos y documentos legales, cuando es conocido que existen variedad de empleos informales en los que
-justamente por su carácter de tales- no se documenta la relación laboral. Estas situaciones están muy lejos
de ser un "requerimiento fundamentado".

En similar sentido se observó la interpretación dada al requisito de "domicilio o residencia habitual" y a la


exigencia de presentar contratos de arrendamiento o titularidad documentada en escritura pública,
cuando el domicilio debería implicar la residencia en un lugar y la simple voluntad de quien lo habita de
permanecer allí, mas no el ser propietario o inquilino de un cierto inmueble.

Merece destacarse lo que fue una crítica de los defensores respecto a las personas en situación de calle,
quienes al no contar con arraigo entendido en términos formales corren el riesgo de ser re victimizadas por
el Estado a través del sistema de justicia al negárseles la libertad durante el proceso por esa condición.

Lo que queremos retomar es la necesidad de analizar la situación en concreto: que una persona viva en
situación de calle no necesariamente implica en todos los casos un peligro de fuga. En primer lugar, porque
no cuenta con los recursos para ausentarse del lugar. Luego, que no posea una vivienda no significa que no
pueda ser ubicado o notificado cuando así sea necesario. La persona podría fijar domicilio en las oficinas
de Defensa Pública, en la casa de algún vecino que se comprometiese a recibir la citación, en una Iglesia o
en un refugio donde duerma todas las noches, entre otras posibilidades.
La discusión escalonada que proponemos buscar evitar que los jueces evalúen el caso en torno a prejuicios
y lo hagan con la información de calidad brindada por las partes.

Esto no sucede cuando, en algún punto, los jueces y litigantes confunden cuestiones básicas. ¿Lo
importante es el domicilio particular de una persona?, ¿Si es más o menos amplio, ubicable, documentado?
o ¿lo que exige la ley es que exista un peligro de fuga?

Pues si lo que importa es el "peligro de fuga" habrá que dotar de sentido esta cuestión para cada caso en
particular y tener presente que el poseer o no un domicilio, una familia o un negocio no dicen nada por sí
solo respecto a la intención de la persona de no someterse al proceso “buscando evadir la acción de la
justicia” (artículo 234 del CPP).

A la hora de resolver acerca de los peligros procesales, los jueces no deberían estar preocupados por la
autenticidad de un contrato de arrendamiento o de trabajo, sino de justificar el por qué no ser inquilino o
empleado formal torna a esa persona en quien va a poner en riesgo la investigación huyendo del proceso
judicial.

Esta configuración de las exigencias que ha sido observada en las audiencias relevadas debe ser modificada
a través de las prácticas, porque han sido los propios litigantes y jueces quienes las han instaurado. En este
sentido, la modificación al Artículo 234 (peligro de fuga) del CPP, incorporada por la Ley N° 1173
específicamente apunta a revertir esta práctica al señalar: “Las circunstancias señaladas en el numeral 1
del presente Artículo, se valorarán siempre atendiendo a la situación socioeconómica de la persona
imputada y en ningún caso la inexistencia de derecho propietario, contrato de arrendamiento o anticresis
a favor del imputado, será por sí misma entendida como falta de domicilio o residencia habitual, tampoco
la inexistencia de un contrato formal de trabajo será entendida por sí misma como la falta de negocios o
trabajo”.

¿Qué se propone para implementar efectivamente ese cambio?

Un primer paso es tener presente el carácter progresivo de la discusión y revisar que la parte solicitante
cuente con información suficiente y concreta sobre cada uno de los aspectos:

• El supuesto material (hecho delictivo atribuido);

• El peligro o los peligros procesales;

• Los fundamentos del peligro;

• La medida cautelar solicitada; y

• Los fundamentos por los que esa medida cautelar es la menos lesiva que permite evitar el peligro
procesal aludido.

Un segundo paso para revertir esa práctica e implementar una nueva práctica, conforme a la Ley N° 1173,
es no cambiar de manos el peso de la prueba. Quien debe acreditar el peligro es siempre la parte solicitante.

Un tercer paso consiste en exigir que el fiscal explique por qué motivo la detención preventiva es la única
medida de coerción que elimina el peligro que ha logrado acreditar. De lo contrario, si la acusación no es
capaz de hacerlo, seguramente existe alguna otra forma de resguardar el proceso y la aplicación de la ley,
por lo que es pertinente discutir alguna medida distinta. De acuerdo a los principios constitucionales y
convencionales, así como a la modificación incorporada en la Ley N° 1173 al Artículo 231 bis (medidas
cautelares personales), la detención preventiva es la excepción y, por tanto, debe ser considerada en último
término.

Resumiendo lo expuesto, lo esencial en este momento de la audiencia es que el juez tenga presente que
las partes tienen que brindar información sobre los riesgos procesales y argumentar sobre la base de la
información que hace al caso. En el siguiente cuadro puede observarse una discusión estructurada en ese
sentido:

Fiscalía - Peligro de fuga Defensa

Carece de domicilio fijo: Efectivamente vive debajo de un puente,


- Vive debajo de un puente ubicado entre pero eso no quiere decir que vaya a fugarse,
ni que no vaya a comparecer a las citaciones
las calles A y B
- No posee familia directa (esposa, hijos, ni judiciales.
parientes cercanos). Debajo de ese puente, el imputado ha
- No posee trabajo. construido con madera y latas una
habitación, donde posee sus únicos bienes
(un mueble, una cama y su vestimenta).
Los vecinos de esa cuadra (Sres. A, B, C y D) lo
conocen, porque hace cinco años que vive
bajo ese mismo puente. Dicen que es un buen
vecino.
Los vecinos dicen que lo han contratado
verbalmente varias veces para hacer trabajos
esporádicos: cortar el césped, pintar paredes,
entre otras cosas.
Almuerza y cena todos los días en el comedor
popular de la Iglesia que está a una calle de
distancia del puente.
Podría ser declarado reincidente: Efectivamente registra una condena anterior,
Porque registra la causa anterior N˚ 201616912 pero no se advierte de qué modo ese
con sentencia condenatoria ejecutoriada y en el extremo implica de por sí que exista riesgo de
caso de que en este proceso penal se dicte una fuga; o
condena la misma debería ser (de tal La existencia de una causa anterior no impide
duración/características). que, en este caso, si recayese una sentencia
condenatoria, la misma deba ser de
cumplimiento efectivo porque en este caso
es posible la suspensión condicional de la
pena.

En relación a la tarea de la acusación, el control del juez sobre la discusión debe evitar que se den
argumentos incompatibles, como ocurre cuando el fiscal sostiene que existe peligro de entorpecimiento
de la investigación (porque amedrentará a testigos) y al mismo tiempo peligro de fuga (porque tiene los
medios necesarios para huir del país), porque ambas situaciones son evidentemente contradictorias.

Cualquier decisión del juez, para estar debidamente fundamentada, debe haber sido tomada sobre la base
de la discusión que se haya producido entre las partes, con argumentos sólidos fundamentados en la
información concreta del caso y el esquema que se propone, tiende a asegurar que esto suceda.

3.6.2.8. Discusión con relación a la necesidad de la cautela y el tiempo que se requiere


Principios a tener en cuenta: presunción de inocencia, plazo razonable, carácter restrictivo, favorabilidad,
proporcionalidad, provisionalidad, temporalidad.

Necesariamente, la parte acusadora deberá indicar por cuánto tiempo solicita la medida de coerción y ese
pedido debe guardar una relación causal con los actos o diligencias investigativas que requiere realizar, ello
considerando el fin cautelar de la privación de libertad, por lo que el pedido fundamentado debe acreditar
y objetivar el tiempo requerido en términos de las diligencias que requiere realizar. Si no lo hace, será el
juez quien lo interrogue acerca de esta situación para pronunciarse al respecto.

La Ley N° 1173 al modificar el artículo 233 (requisitos para la detención preventiva) y el Artículo 302
(imputación formal) del CPP, expresamente prevé que el fiscal, la víctima o el querellante deben
fundamentar y acreditar en la audiencia “el plazo de duración de la detención preventiva solicitada”.
Tratándose de la fiscalía debe indicar el plazo de duración de la medida de detención preventiva que solicita
en la imputación formal, así como fundamentar y acreditar “los actos investigativos que realizará en dicho
término, para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la Ley.”

La Ley N° 1226 modificó el referido artículo agregando que “en la etapa del juicio y recursos, para que
proceda la detención preventiva se deberá acreditar los riesgos procesales previstos en el numeral 2 del
presente artículo.” Como se ha explicado antes, esta modificación implica que el numeral 1 relativo al
supuesto material, no requiere acreditación.

Si bien el Artículo 233 está vinculada a la solicitud de la medida cautelar más gravosa cual es la detención
preventiva, debe tomarse en cuenta que el Artículo 236 (competencia, forma y contenido de la decisión)
del Código de Procedimiento Penal, modificado por la Ley N°1173, señala que “el auto que disponga la
aplicación de una medida cautelar personal” (nótese que la referencia comprende a cualquier medida
cautelar personal, no sólo a la detención preventiva), “será dictado por la jueza, el juez o tribunal del
proceso y deberá contener: (…) 6. El plazo de duración de la medida.” (nótese que la referencia también
comprende cualquier medida cautelar).

Esta determinación legal condice con los requisitos


El plazo de duración de la medida cautelar debe de necesidad, proporcionalidad y temporalidad de
ser señalado por el juez, la jueza o el tribunal, en las medidas cautelares. La CIDH se ha pronunciado
todos los casos en que imponga o modifique una en reiteradas oportunidades señalando que toda
medida cautelar personal, respecto a cualquier medida cautelar que restringe un derecho debe
medida. justificarse en su necesidad y proporcionalidad,
debe ser revisada periódicamente para constatar si
subsiste el riesgo procesal que determinó su imposición y no puede prolongarse en el tiempo
desproporcionadamente y específicamente se ha pronunciado reafirmando dichos criterios respecto a la
imposición de la medida cautelar de arraigo en el caso Andrade Salmón vs. Bolivia, Sentencia de 1 de
diciembre de 2016. Esta interpretación es la práctica que debe instalarse en apego a los principios de
proporcionalidad, temporalidad y necesidad que rigen las medidas cautelares. Esta práctica además
permitirá que la fiscalía se comprometa con la finalización de la investigación en un plazo dado, que no
puede exceder los seis meses (Art. 134 del CPP) y, al mismo tiempo, que el juez, la jueza o el tribunal puedan
cumplir con su obligación de controlar los plazos de la medida cautelar. Más allá del máximo legal, los
plazos informados por el fiscal deben ser coherentes con la duración del riesgo. Por ello, debe
comprometerse a terminar la investigación en una fecha determinada. De esta manera, el juez, la jueza o
el tribunal, puede evaluar la proporcionalidad y la provisionalidad de la medida cautelar con el objeto de
cautela.

Aunque el tiempo de duración de la medida es la última instancia de discusión en la audiencia, no es por


ello la de menor entidad. De hecho, en los casos en que el juez, jueza o tribunal determina que debe
aplicarse o modificarse una medida cautelar, la defensa cuenta con una nueva posibilidad de lograr una
moderación de la disposición respecto al plazo, porque no se trata del tipo de cautelar aplicable, sino de
cuánto tiempo es necesario asegurar el procedimiento penal.

De tal manera se abre la posibilidad de determinar un plazo para que la restricción a la libertad o derechos
de la persona imputada finalice – no la investigación, ni el juicio o el proceso en sí - y se evitan dilaciones
indebidas que prolonguen la afectación de los derechos de una persona inocente más allá de lo razonable
y requerido, cumpliéndose al mismo tiempo con el principio de celeridad y con el derecho al plazo
razonable, reconocido por la CPE y CADH.

A efectos de contar con los fundamentos e información necesaria para tomar la decisión en la resolución
sobre la medida cautelar, el juez, jueza o tribunal debe dejar que los litigantes discutan sobre el plazo de
duración de la medida cautelar porque en términos generales la fiscalía va a intentar que ese plazo sea el
más extenso posible, pero eso es pasible de ser medido en función de las necesidades concretas de cautela,
por ejemplo, de las evidencias que aún le falte recolectar. El mejor control que puede tener la fiscalía
respecto a esa solicitud, lo puede dar la defensa y así a través del contradictorio, el juez, jueza o tribunal
tendrán información para resolver de manera fundamentada.

En este esquema, si el juez, jueza o tribunal ordena una detención preventiva, lo hace por un plazo
determinado. Si ese plazo se cumple y la investigación no ha sido requerida, corresponderá realizar una
nueva audiencia en la que vuelva a discutir la necesidad de continuar con la medida y el plazo por el que
será dictada.

De igual modo, podrá realizarse una nueva audiencia a pedido de la defensa y por imperio del principio de
provisionalidad, cuando haya desaparecido la situación que ameritó la imposición de la medida. Si la
finalidad que dio lugar a ella desaparece, entonces la restricción impuesta se torna arbitraria.

Sin embargo, que la defensa tenga la posibilidad de solicitar la cesación de la medida por haber
desaparecido el riesgo no exime al fiscal de justificar su duración al momento de requerirla ni al Juez de
fijar el tiempo por el cual se aplicará. Esto es así, en primer lugar, porque es la acusación la interesada en
la imposición de la restricción y es sobre quien recae la carga de la prueba; sumado a ello, existe la
necesidad de actuar en base a los principios de excepcionalidad, provisionalidad, temporalidad y a la
presunción de inocencia que protegen al imputado de restricciones indebidas a sus derechos.

Si sostenemos que el carácter de la medida cautelar es provisional y además proporcional al objeto de


tutela (así lo dispone el sistema procesal penal boliviano), la medida debe tener un plazo de duración cierto.
No obstante, el juez siempre tiene que tener presente que las partes podrán en un futuro requerir una
audiencia de revisión cuando el riesgo desaparezca o el plazo previsto haya transcurrido y sea necesaria su
continuidad. Además, es importante el control de los plazos por parte del juez.
Está claro que la medida cautelar en muchos casos puede durar más allá del plazo de la investigación (hasta
el juicio). Pero, por ejemplo, si la medida originalmente está fundada en un peligro de entorpecimiento
probatorio, será difícil que el juez autorice un plazo que exceda el plazo de duración de la investigación.

Se reitera que no se trata de que el juez limite los plazos de investigación. Lo que exige es que se disponga
una medida cautelar teniendo presente los principios de inocencia, excepcionalidad, provisionalidad, y
proporcionalidad.

Recapitulando proponemos
que la estructura de la Apertura de la audiencia
audiencia se dé de la siguiente El Juez/a instala la audiencia señalando día y hora en que
forma: inicia, se presenta a sí mismo (nombre y cargo) y
determina la asistencia de las partes en la audiencia y les
pide que se presenten (nombre y cargos)

Tal como fue desarrollado, en


los tres momentos
identificados para la Juez/a da aviso sobre que esa audiencia ha sido
discusión, la tarea del juez solicitada por determinada parte con el fin que: se
será fundamental para dicte una medida cautelar / se ordene el cese de la
medida cautelar/ se modifique una medida dispuesta
asegurar que se agoten todos anteriormente / etc.
los temas relevantes y que
cuente con la información
necesaria para tomar su
decisión. Luego de pedir a la persona imputada que se identifique,
debe advertirle que esté atento sobre lo que va a decirse
en esa audiencia, y que si tiene alguna duda le dará la
palabra para que así lo manifieste.

3.7. Recomendaciones para el Registro y control de la ejecución de las medidas


3.7.1. ¿Cómo tomar notas en las audiencias?
Desde el momento en que el juez o jueza, llega a la audiencia sin el expediente en sus manos (porque lo
que importa es lo se discute allí en su presencia) es necesario que tenga alguna guía sobre las principales
cuestiones que deberá tener en cuenta para su desarrollo.

Por eso, es útil contar con una hoja de ruta que le permita dirigir la audiencia y hacer las anotaciones
necesarias. Esta no opera como reemplazo del registro que debe hacerse, pues solo es una herramienta
que tiene el juez para tomar nota de aquello que las partes van diciendo y que resulta necesario para emitir
su resolución.

Esa planilla ayuda a conducir la audiencia y resolver los planteos, pues permite:

1. Organizar la información

2. Ordenar la discusión por etapas

3. Resolver, no sin antes verificar que se haya dado el contradictorio


Una planilla como la que se muestra a continuación (en las que se discute la imposición sobre una medida
cautelar) permite tomar nota de la información relevante para resolver. Además, favorece controlar si la
discusión se está dando de manera escalonada y si se está respetando el contradictorio. En ese sentido, no
sólo facilita la resolución del caso sino también la dirección de la audiencia, es decir, las dos funciones
mencionadas y que este protocolo pretende fortalecer.

Apertura de la discusión
1. Discusión entre las partes sobre la
materialidad (hecho, tipificación y elementos de
convicción que sustentan existencia del hecho y
probabilidad de participación de la persona
imputada)

2. Discusión entre las partes sobre los


peligros procesales.

3. Discusión entre las partes sobre los


tiempos de duración de la medida cautelar.

RESOLUCIÓN y notificación a las partes en


la propia audiencia
3.7.2. Registro de la audiencia
La Ley N° 1173 modifica el Art. 113 del CPP señalando en su parágrafo IV que: “Las audiencias serán
registradas en su integridad digitalmente de manera audiovisual.”

Tal función es desplegada por el Administrador de Sistemas Informáticos de la Oficina Gestora de Procesos,
que debe coordinar con la o el secretario del Juzgado o Tribunal de Sentencia para el correcto registro
digital íntegro y fidedigno de todas las audiencias y resoluciones. Además, se ha establecido que debe
garantizar y monitorear en línea el registro audiovisual de audiencia y aplicar un plan de contingencias de
sistemas informáticos cuando corresponda.

En el Art. 120 del CPP modificado también por la Ley N° 1173, se señala que: “Los actos y diligencias deberán
consignarse digitalmente. El acto realizado se hará constar en un acta sucinta que deberá contener:

1) Mención del lugar, fecha, hora, autoridades y partes que asistan al acto procesal;

2) Indicación de las diligencias realizadas y sus resultados;

3) Mención de los lugares, fechas y horas de suspensión y continuación del acto, cuando se trate de
actos sucesivos llevados a cabo en un mismo lugar o en distintos lugares; y,

4) Firma de todos los que participaron en el acto, dejando constancia de las razones de aquel que no
la firme o del que lo hace a ruego o como testigo de actuación.

El acta de registro de audiencia podría tener un formato muy sencillo, para consignar esos datos. Por
ejemplo:

ACTA DE AUDIENCIA

Nro. Caso: Nro. de registro


grabación:

Lugar: Fecha: Hora inicio: Hora conclusión:

Juzgado: Juez/jueza:

Estuvieron presentes en audiencia:

Ministerio Nombre Firma Víctima Nombre Firma


Público

Querellant Abogado/a del


e querellante

Imputado/ Abogado/a
a defensor

Imputado/ Abogado/a
a defensor

Objeto de la audiencia Solicitud medida cautelar personal de detención


domiciliaria

Indicación de las diligencias realizadas


1. 00:00:00 – 00:01:30 Instalación audiencia, verificación presencia partes y peticiones,
objeto audiencia y reglas

2. 00:01:30 – 00:10:50 Fundamentación solicitud fiscal / debate

3. 00:12:30 – 00:15:50 Resolución judicial

4. 00:16:00 – 00:17:00 Notificaciones en audiencia y cierre

Resultados

Juez/a dispuso la medida cautelar de ……

Plazo Inicia Vence

Próxima audiencia Fecha Hora Notificada en


audiencia

Elaborado Secretario/a Firma


por

El acta de audiencia por tanto se remite a la grabación y sólo contendrá los datos indispensables y la
transcripción de la parte dispositiva de la resolución en el acápite de “resultados” de la audiencia.

En un sistema oral más afianzado la resolución no sólo se pronuncia oralmente sino también queda
registrada oralmente y sólo se registra por escrito la parte dispositiva de la decisión, el plazo y el
señalamiento de la próxima audiencia. Los fundamentos de la decisión quedan registrados en la
videograbación, sin embargo, la Ley N° 1173 todavía no ha llegado a ese avance y señala en el Artículo 123
del CPP, reformado, que “Las resoluciones emitidas en audiencia, serán fidedignamente transcritas por la
secretaria o el secretario del juzgado o tribunal en el sistema informático de gestión de causas, dentro del
plazo de veinticuatro (24) horas de su pronunciamiento.”

Con el tiempo y a medida que se afiance la oralidad, esta disposición podría interpretarse en sentido que
el registro videograbado es fidedigno y suficiente, y que sólo se transcribirá la parte dispositiva de la
resolución judicial. Esto también dependerá de que los jueces/zas de apelación no exijan la transcripción
de la resolución y que oralicen la discusión de las apelaciones incidentales de resoluciones sobre medidas
cautelares.

3.7.3. Tareas posteriores a la realización de la audiencia


3.7.4. Control de la detención preventiva
La Oficina Gestora de Procesos y los juzgados deben llevar un registro que asegure el control de cuántos
detenidos preventivos tienen a su cargo, así como también de los tiempos que esas personas llevan bajo la
medida cautelar.

Esta cuestión no implica más que desarrollar una hoja de cálculos en la computadora o un listado en papel
que permita conocer, por ejemplo, si alguno de los detenidos preventivos ha superado los plazos de la
investigación preparatoria. Eso ameritará revisar esa detención preventiva en tanto la Fiscalía ha excedido
el plazo legal para finalizar la investigación y requerir su juicio.

También, en ese registro, deberían asentarse los motivos por los que fue dictada la detención preventiva,
en tanto no es lo mismo que haya sido por el peligro de fuga (que podría persistir a lo largo de toda la
investigación) o por el entorpecimiento de la investigación (si está próxima a terminar, es posible que ya
no exista).

3.7.5. Planilla para el registro de detenidos


Se trata de un listado que sirve de registro a los jueces/zas para conocer la cantidad de personas que tienen
bajo su responsabilidad con detención preventiva y otras medidas cautelares. También permite controlar
si los plazos que llevan detenidos resultan legales.

Sería ideal poder armar una planilla de este tipo en un sistema informático como los de hojas de cálculos
que, por ejemplo, permita detectar automáticamente el vencimiento. Aun si no se puede realizar de ese
modo, puede llevarse en papel, resultando una herramienta útil que no requiere de mucho tiempo para su
carga en tanto sólo exige que se consignen datos mínimos: número de causa; nombre y apellido del
imputado; fecha de la audiencia; si se ordenó la detención preventiva; si se ordenó una medida distinta y
cuál fue; la fecha de vencimiento del plazo de la medida cautelar y cuál fue el peligro procesal valorado.

Completar una planilla como ésta puede insumir poco tiempo luego de la realización de la audiencia y
permite a los jueces llevar un control de sus propios detenidos.

Nro.
Apellidos
Cédula
y Detenci Vencimi
Nro. de Fecha de Fecha de Peligro
nombres ón Otra ento del
Caus identida aprehens audienci procesal
del preven medida plazo de
a d del ión a valorado
imputad tiva la MC
imputad
o
o

A esa planilla podrían agregársele otras columnas con información que también sería útil. Por ejemplo, si
se ha fijado, requerido o celebrado una segunda audiencia; si el plazo fue ampliado, etc.

3.7.6. Seguimiento de las medidas diferentes a la detención preventiva


El relevamiento realizado por CEJA refleja que la ausencia de mecanismos de seguimiento y control de las
medidas cautelares distintas a la detención preventiva, influye en su falta de aplicación.

En este sentido, en un mediano plazo, es posible pensar en el diseño y puesta en marcha de oficinas
encargadas del seguimiento de las medidas impuestas. Más allá del descongestionamiento laboral para los
Juzgados, estas oficinas tendrían dos ventajas:

- Legitimación de la decisión jurisdiccional que imponga las medidas cautelares: existirá un


encargado específico de controlarlas y esto traerá confiabilidad a los jueces y a las partes, así como
beneficios en términos de conceder esas medidas a más cantidad de imputados.
- Legitimación del sistema en su conjunto: la detención preventiva no será la única medida cautelar,
en la que los jueces piensen a la hora de resolver y no será percibida por la sociedad como la única respuesta
posible del sistema durante la investigación de un delito y que las otras medidas son sinónimo de
impunidad.

3.8. Recomendaciones para la relación con los medios de comunicación y manejo de


las manifestaciones populares
3.8.1. Medios de comunicación
Una audiencia debe ser pública de acuerdo a lo establecido en la norma procesal (art. 116 CPP). Sin
embargo, de allí no se desprende que el juez deba realizarla rodeado de todos los medios de comunicación
(gráficos, televisivos y de radio).

Se sabe que muchos procesos judiciales atraen la atención de la prensa y que ésta tiene intereses diferentes
a los del Órgano Judicial. Esto amerita pensar en los modos de relación con la prensa con seriedad y
establecer posibles vías de acción.

Esos intereses implican que, así como al órgano de prensa puede interesarle cierta imagen o información
vinculada con lo periodístico o lo económico, la mirada del juez tiene que estar puesta en la preservación
de las partes en ese proceso. Esto va mucho más allá de las situaciones en las que se afecte el pudor o la
vida privada de alguna de las partes o de otra persona citada; que corra riesgo la integridad física de los
jueces, de alguna de las partes, o de la persona citada; peligre un secreto oficial, particular, comercial o
industrial previsto legalmente; o el imputado o la víctima sea menor de dieciocho años.

La propia audiencia de medidas cautelares implica tensión. Muchas veces, sumar la presión de estar siendo
filmado, hace que las partes y los profesionales abogados que actúan en ella no puedan desarrollar su
función adecuadamente.

Por ello, la publicidad no implica el paso irrestricto de los reporteros y medios de comunicación a las salas
de audiencia, por las siguientes razones: intimidad de la víctima e imputado, necesidad de tranquilidad
para las partes y el juez, cuestiones de espacio en la sala o despacho donde se desarrolla, asuntos de ruido
en el ambiente, entre otros factores.

Entonces, ¿cómo evitar que la prensa diga que el Órgano Judicial restringe sus derechos y libertades, en los
casos en los que la prohibición no está expresamente prevista por el CPP?

Puede lograrse una relación amable con los medios de comunicación, en la medida en que su exclusión no
sea arbitraria ni se impida la libertad de información y expresión. También será posible permitir el ingreso
siempre que se resguarden los valores atinentes a la actividad judicial.

Entre estos mecanismos podríamos mencionar:

1. Que se designe al encargado de prensa del edificio o del juzgado para que sea el interlocutor válido
con los distintos medios de comunicación;

2. Que en la sala de audiencias se prevea la posibilidad de instalar una sola cámara de filmación
(neutral) y que luego sea el encargado de prensa quien la distribuya por igual a todos los medios
interesados en esa copia;

3. Que se prevea la confección de una gacetilla de prensa que dé cuenta -por ejemplo, en forma
semanal- de las audiencias realizadas y las decisiones.
También es importante recordar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su Informe
sobre medidas dirigidas a reducir el uso de la prisión preventiva en las Américas, 207, señala que: “Los
funcionarios de los poderes del Estado deberán abstenerse de emitir públicamente opiniones que
directamente descalifiquen a fiscales, jueces o defensores públicos por una decisión adoptada relativa a la
aplicación, o no, de la prisión preventiva; aun cuando tales manifestaciones no constituyan delitos o faltas
de acuerdo con el derecho interno. (CIDH, 2017, p. 161)

A mediano plazo, algunos mecanismos interesantes que pueden generarse son:

1. Contar con un vocero del Órgano Judicial que se encargue de trabajar con los medios de prensa
sobre las implicancias de una medida cautelar: por ejemplo, que no se trata de una condena o que imponer
una medida distinta a la detención no es lo mismo que afirmar que una persona no es culpable. No aclarar
este tipo de cuestiones es lo que hace que la prensa mal informe a la población sobre las decisiones
intermedias que se toman en un proceso penal.

2. Contar con un vocero del Órgano Judicial que se encargue de confeccionar un pequeño manual
(puede ser un tríptico cómodo y plegable) para enseñar a las personas que concurren a los edificios donde
se ubican los juzgados. Esto permitiría explicar la función de un juez (que resuelve conforme la petición que
le hacen); que una medida cautelar no es una condena; que imponer una medida distinta no es lo mismo
que afirmar que una persona no es culpable, entre tantas otras cuestiones centrales. Ese vocero será el
encargado de repartir esos trípticos en el edificio del Órgano Judicial.

A largo plazo podría pensarse en foros comunitarios en donde voceros judiciales expliquen a la sociedad
cuál es la función de los jueces y que ellos actúan a requerimiento de partes.

3.8.2. Manejo de las manifestaciones populares


Otra de las cuestiones relacionadas con el entorno mientras la audiencia se lleva a cabo está dada por el
ambiente en el que las partes y el juez deben desenvolverse. Ciertamente, no es posible hablar,
comunicarse, ni mucho menos pensar en un lugar donde hay mucho ruido. En efecto, cualquier tipo de
manifestación popular relacionada con una audiencia no puede llevarse a cabo ni en el recinto donde se
está celebrando la misma, ni tampoco sería ordenado que ocurra en el interior del edificio.

Con esto no se afirma que haya que acallarlas, sino que simplemente no es conveniente que compartan el
mismo espacio que se usa para la celebración de la audiencia.

En ese sentido, el vocero de prensa o algún encargado del edificio será quien deba estar informado de esas
cuestiones para que se controle, organice adecuadamente y, eventualmente, se restrinja el acceso al
edificio donde se desempeña el Órgano Judicial a los integrantes de la manifestación.

3.9. Acerca de la independencia judicial: Principios de Bangalore sobre la conducta


judicial
Estos principios han sido aprobados por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en su
resolución E/CN.4/2003/65/Anexo, en la Haya, en noviembre de 2002 y adoptados el 10 de enero de 2003,
en donde se subrayó en su preámbulo que, dada la relevancia de la independencia judicial, los diferentes
actores sociales deben comprender ya apoyar el ejercicio de la judicatura.

Se ha establecido que la independencia judicial es un requisito previo del principio de legalidad y una
garantía fundamental de la existencia de un juicio justo. En consecuencia, un juez deberá defender y
ejemplificar la independencia judicial tanto en sus aspectos individuales como institucionales.
No se trata de un privilegio, sino de una responsabilidad vinculada a las
funciones jurisdiccionales

Las reglas de Bangalore delimitan que la independencia judicial no es un privilegio ni una prerrogativa del
juez considerado individualmente, es la responsabilidad impuesta a cada juez para permitirle fallar una
controversia en forma honesta e imparcial sobre la base del derecho y de la prueba, sin presiones ni
influencias externas y sin temor a la interferencia de nadie. El núcleo central del principio de la
independencia judicial es la total libertad del juez para conocer de las causas sometidas al tribunal y
fallarlas; nadie de fuera –gobierno, grupo de presión, persona o incluso otro juez– debe interferir o tratar
de interferir en la forma en que el juez sustancia una causa y adopta una decisión

En cuanto a la problemática de las medidas de Las influencias externas no deben teñir el juicio
coerción, se ha establecido que la privación de
Un juez debe actuar sin tener en cuenta el aplauso
libertad debe ajustarse a la ley, así un juez no
o la crítica popular
debe privar a una persona de su libertad a
menos que lo haga por las razones y conforme a La confianza de la sociedad es esencial
los procedimientos establecidos por la ley. En
consecuencia, la orden judicial que priva a una persona de su libertad no debe emitirse sin una evaluación
objetiva de su necesidad y carácter razonable. Asimismo, la detención ordenada de mala fe o habiendo
descuidado la correcta aplicación de las leyes pertinentes es arbitraria, como es arbitrario el procesamiento
sin una evaluación objetiva de las pruebas pertinentes.
4. La Resolución de Imposición de Medidas Cautelares:
Fundamentación y Motivación como condición de legitimidad de la
coerción de la libertad personal.
Considerando que el proceso de argumentación tiene la finalidad de justificar una decisión judicial, dicha
justificación a nivel de premisa normativa se denomina fundamentación y a nivel de premisa fáctica
motivación, en tal sentido una decisión judicial que legitime la coerción a la libertad debe cumplir con los
estándares mínimos exigidos tanto para lo uno como para lo otro.

De esa manera y conforme se ha destacado desde la jurisprudencia constitucional, la premisa normativa


(fundamentación) de acuerdo al modelo constitucional boliviano, debe ser abordada desde una lectura
plural y desde los estándares internacionales sobre derechos y los precedentes en vigor acordes con el
estándar jurisprudencial más alto.

En cuanto a la premisa fáctica (motivación) aquella se argumentará en coherencia con el modelo


constitucional vigente, y de acuerdo a los preceptos constitucionales contenidos en los artículos 410, 8,
13.I, 13.I.V, 14.II, 109. 1, 180 y 256 de la Constitución Política del Estado.

En todo caso la autoridad judicial debe brindarle a la norma un sentido conforme al bloque de
constitucionalidad y de acuerdo a las pautas constitucionalizadas de interpretación para evitar decisiones
arbitrarias, es decir debe cumplir con los requisitos de una razonable fundamentación. En caso de tratarse
de un problema a nivel de premisa fáctica, deberá valorar los hechos de acuerdo a los principios de verdad
material, prevalencia de la justicia material, inviolabilidad de los derechos, etc. De esa manera tiene la
carga argumentativa para cumplir con la razonable motivación.

4.1. La Razonabilidad expresada en la resolución


La resolución emergente de la imposición de medidas cautelares, se asienta conforme dejamos ya
establecido en un razonamiento inferencial, lo que debe controlarse es que esa inferencia tenga un
respaldo, entendido este como “el fundamento cognoscitivo en virtud del cual la inferencia puede
considerarse fundada y apta para atribuir un grado considerable de fiabilidad a la respectiva conclusión”
(TARUFFO, 2010, como se citó en (Mora Sánchez, 2021).
El punto determinante es si dentro de un sistema de prueba libre, se requiere razones epistémicas para
fundar una decisión, por lo que la consulta es si podrían utilizarse presunciones o definiciones como enlace
de la inferencia, si es que lo que se Toulmin Pretensión Razones Garantía Respaldo
(elementos en (claimt) (ground) (warrant) (backing)
discute es precisamente la libertad. cualquier género
(Mora Sánchez, 2021) de
razonamiento)
Modelo La pretensión Si la pretensión Para autorizar o Finalmente se
Este autor acota que se requiere un traspuesto al sería la hipótesis se cuestiona, el explicar el paso presenta el
estándar de prueba riguroso y razonamiento inicial proponente de un enunciado a respaldo, que
judicial en Por ejemplo tendrá que otro, es decir, de serviría como
contar con inferencias materia de “Fausto en ofrecer las las razones a la andamiaje de la
debidamente construidas y fiables medidas libertad se razones, que son pretensión, se garantía (v.gr.
cautelares (Mora fugará e los hechos que utiliza la garantía, “estudios
en cuanto a su conclusión ya que de Sánchez, 2021) impedirá la constituyen el que se presenta efectuados
lo que se trata es del derecho a la continuación del supuesto de como una desde la
proceso” hecho de la máxima de psicología
libertad. Una resolución que valide norma aplicable experiencia, una cognitiva
al caso en presunción o demuestran que
la intervención estatal debe cuestión (V.gr. definiciones de las personas sin
explicitar como es que la inferencia “Fausto no teorías. (v.gr. “las domicilio
posee arraigo personas que no tienden a
cuenta con garantía y respaldo domiciliar en el tienen domicilio fugarse”
(siguiendo el esquema país” frecuentemente
se fugan)
argumentativo de TOULMIN)

La decisión judicial "tiene al menos tres características relevantes: a) es un acto ilocucionario asertivo, pues
está compuesto por un conjunto de enunciados que describen hechos, b) es neutral y supra partes: el juez
no tiene un propósito particular que alcanzar, excepto aquel de entregar una decisión cuidada y justa (…),
c) esa historia es verdadera no solamente en el sentido de que tiene la presentación de veracidad, sino
porque es verdadera sobre la base del fundamento ofrecido por los elementos de prueba aportados y
valorados" (Taruffo, 2008, p. 204). En otras palabras, verdadera es equivalente a probada.

Este punto merece que se haga un paréntesis para entender mejor esta cuestión. "verdad probada" no
quiere decir que en una audiencia de medida cautelar el juez solicite "convicción absoluta" sobre el
particular. Este estándar, que es el más alto en el sistema procesal penal, solo es requerido para el
momento en el que se dicta una sentencia condenatoria.

La "verdad" a la que se hace referencia, en lo que a audiencias de medidas cautelares se refiere, implica
que exista una correlación entre la información que ha quedado acreditada y su contradictorio, con aquello
que es establecido en la resolución. Para ponerlo en términos llanos, si en la resolución judicial se afirma
que no corresponde decretar la detención preventiva porque no existe peligro de fuga pues la persona
imputada tiene arraigo (domicilio y familia), carece de los medios económicos para huir y ha comparecido
al proceso cada vez que ha sido convocada, esa afirmación tiene que encontrar correlato con la información
que se ha discutido en la audiencia.

Luego, la idea de que está "probada" no tiene vinculación con la cantidad ni el volumen de la
documentación en la que esa información encuentra respaldo. Por el contrario, posee relación con la
información de calidad que ha resultado del contradictorio y que ha sido depurada en la propia audiencia.

Conforme al Artículo 221 (Finalidad y alcance) del CPP, la imposición de toda medida cautelar debe ser
autorizada por resolución judicial fundamentada. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Plurinacional ha precisado con mayor detalle el alcance de este deber de motivación en reiterada
jurisprudencia (SCP 0100/2013 de 17 de abril, SC 0012/2006-R de 4 de enero reiterada por SCP 1864/2013
de 29 de octubre) y específicamente respecto a las medidas cautelares se ha pronunciado en las sentencias
SCP 361/2014 de 21 de febrero y SC 782/2005-R de 13 de julio reiterada por SCP 290/2014.
La Ley N° 1173 modifica el Artículo 235 ter del CPP, estableciendo que la jueza o el juez, atendiendo a los
argumentos presentados en la audiencia y valorando integralmente los elementos probatorios ofrecidos
por las partes, resolverá fundadamente disponiendo: 1) la improcedencia de la solicitud de medidas
cautelares; 2) la aplicación de la medida o medidas solicitadas; o 3) la aplicación de la medida o medidas
menos graves que las solicitadas.

La referida norma también señala que “la jueza o el juez controlará de oficio la legalidad y razonabilidad de
los requerimientos y no podrá fundar el peligro de fuga ni de obstaculización en simples afirmaciones
subjetivas o fórmulas abstractas. …. La jueza o el juez controlará de oficio la excepcionalidad, legalidad,
necesidad, proporcionalidad y razonabilidad de los requerimientos y no podrá fundar el peligro de fuga ni
obstaculización en simples afirmaciones subjetivas o fórmulas abstractas.” (la negrilla ha sido añadida)

Esta norma guarda concordancia con la jurisprudencia de la Corte IDH y con las recomendaciones de la
CIDH. En criterio de la Corte IDH, del principio de presunción de inocencia deriva “la obligación estatal de
no restringir la libertad del detenido más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no
impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia. Pues la prisión
preventiva es una medida cautelar, no punitiva. De ahí la importancia del criterio de razonabilidad, pues
mantener privada de libertad a una persona más allá del tiempo razonable para el cumplimiento de los
fines que justifican su detención equivaldría, en los hechos, a una pena anticipada. Adicionalmente, el
propio Art. 7.5 de la Convención “impone límites temporales a la duración de la prisión preventiva y, en
consecuencia, a las facultades del Estado para asegurar los fines del proceso mediante esa medida
cautelar”15 (CIDH, 2013)

En el siguiente gráfico, se ilustra que el criterio de razonabilidad opera como un filtro para determinar si la
medida cautelar solicitada es aplicable, a través de los juicios de necesidad, proporcionalidad e idoneidad.

NECESIDAD

IDONEIDAD

PROPORCIO-
NALIDAD

Posibilidad de aplicar la medida cautelar

15
Corte IDH. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de noviembre de
2009. Serie C No. 206, párr. 119.
NECESIDAD: Para aplicar el criterio de necesidad, el juez o jueza deberá responder a las siguientes
preguntas en su fundamentación:

- ¿La medida cautelar es necesaria (indispensable) para asegurar los fines del proceso?

- ¿La detención preventiva es el único medio para asegurar los fines del proceso?

El criterio de necesidad es relevante para dos cuestiones:

- Decidir cuál medida aplicar (sólo la medida(s) indispensables)

- Evaluar la pertinencia de su prolongación en el tiempo.

IDONEIDAD: Para aplicar el criterio de idoneidad, el juez o jueza deberá responder a las siguientes
preguntas en su fundamentación:

- ¿La medida cautelar es idónea (adecuada) para evitar que se concrete el riesgo señalado?

- ¿Existen otras medidas que también sean idóneas para evitar que se concrete el riesgo?

PROPORCIONALIDAD: Para aplicar el criterio de idoneidad, el juez o jueza deberá responder a las siguientes
preguntas en su valoración y fundamentación:

- ¿El objetivo que se persigue la medida cautelar, compensa los sacrificios para los titulares del
derecho?

- ¿Se pueden aplicar medidas menos gravosas?

- ¿La persona imputada está comprendida en uno de los grupos en especial situación de
vulnerabilidad? (mujer, adulto mayor, adolescente en conflicto con la ley penal, afrodescendiente,
indígena, LGTBI, persona con discapacidad, migrante)

- ¿Estamos frente a una situación en la que por la situación de vulnerabilidad de la víctima o el


interés superior de un niño o niña resulta particularmente desproporcionado aplicar medidas
cautelares muy restrictivas?

El criterio de proporcionalidad tiene dos importantes consecuencias:

- La medida cautelar bajo ningún concepto puede ser más gravosa que lo que sería la situación de la
persona condenada.

- La medida cautelar (restricción a derechos) no puede ser exagerada, ni desmedida. Esta


consideración opera tanto respecto al tipo de medida a aplicar como respecto al tiempo de
duración de la medida.

- En este punto es de particular relevancia considerar si la persona imputada está comprendida en


uno de los grupos en especial situación de vulnerabilidad (mujer, adulto mayor, adolescente en
conflicto con la ley penal, afrodescendiente, indígena, LGTBI, persona con discapacidad, migrante)

LÍMITES TEMPORALES: La razonabilidad de la medida implica también que está sujeta a límites temporales.
La CIDH ha indicado que, para decidir sobre la temporalidad de la medida, se tomarán en cuenta dos
dimensiones:

- La complejidad del caso, que depende de las características del hecho (ej. pluralidad de imputados
o de víctimas) y dificultades probatorias.
- La obstaculización deliberada de la actividad investigativa: introducir prueba falsa, amenazar
testigos, destruir documentos, no comparecer injustificadamente a audiencias o diligencias.

El Artículo 236 del CPP (Competencia, forma y contenido de la decisión), modificado por la Ley N° 1173,
señala que “el auto que disponga la aplicación de una medida cautelar personal, será dictado por la jueza,
el juez o tribunal del proceso y deberá contener:

1. Los datos personales del imputado o su individualización más precisa;

2. El número único de causa asignada por el Ministerio Público y la instancia jurisdiccional


correspondiente;

3. Una sucinta enunciación del hecho o hechos que se le atribuyen;

4. La fundamentación expresa sobre los presupuestos que motivan la medida, con las normas legales
aplicables;

5. El lugar de su cumplimiento; y,

6. El plazo de duración de la medida.”

Sobre la base de la norma precedente y de los principios que rigen las medidas cautelares y que hacen a
la fundamentación de la decisión sobre una medida cautelar personal, se propone el siguiente punteo
guía para estructurar la resolución, que debe ser pronunciada oralmente en la audiencia, conforme a lo
previsto por el Artículo 123 del CPP, modificado por la Ley N° 1173.

I. MATERIALIDAD

El Ministerio Público representado por el Fiscal ……., en la audiencia expuso el siguiente hecho atribuido al
(los) imputado/a(s) ………………….. (NOMBRE(s) COMPLETO(s))

……………………………………………………………………….........................................................................................

...................................................................................................................................................................

...................................................................................................................................................................

Respecto al hecho, es importante precisar: cuándo pasó?, quién lo hizo?, qué hizo (acción u omisión)?, cómo
lo hizo (descripción del modo, instrumentos y otros datos relevantes), a quién se lo hizo (víctima directa),
cuál fue el resultado?, y por qué o para qué lo hizo? (este último dato será relevante respecto a algunos
tipos penales que requieren la finalidad como elemento típico).

Si existen varios imputados, se debe establecer de manera individual cuáles son los hechos atribuibles a
cada uno de ellos. (Art. 302 del CPP modificado por la Ley N°1173)

Calificación legal asignada por la Fiscalía

Este hechos en criterio de la Fiscalía configura el delito de ……………………………………………………….. previsto en


el Código Penal en el Art. ……………………………………, en calidad de (consumado o tentativa) en grado de
(autoría, instigación, complicidad)

Elementos de convicción para sostener la existencia del hecho y la posible participación del imputado

En la audiencia, el Ministerio Público refirió que cuenta con los siguientes elementos de convicción sobre
la existencia del hecho y la probable participación del imputado:
……………………………………………………………………….........................................................................................

...................................................................................................................................................................

...................................................................................................................................................................

La defensa representada por …………………………………. cuestionó/no cuestionó la


aprehensión/legalidad..........................................

La defensa cuestionó/no cuestionó la descripción del hecho....................................................................

Defensa cuestionó/no cuestionó la calificación legal provisional....................................................

Defensa cuestionó/no cuestionó la participación.........................................................

Posición de la defensa en el cuestionamiento


……………………………………………………………………….........................................................................................

...................................................................................................................................................................

Si cuestiona (RESOLVER)

II. PELIGROS PROCESALES

Procediendo el análisis de la concurrencia de los presupuestos procesales del riesgo de fuga / de


obstaculización o de reincidencia ………………………………………………., en el caso que se examina en esta
audiencia concurre el peligro de ……………………………………………………………… porque ……………………………..

(señalar los elementos que determinan el peligro realizando una valoración integral de las circunstancias y
cuáles son los elementos de convicción que lo acreditan. Sopesar la posición de la defensa, si no
controvirtió se puede dar por acreditado. Si controvirtió valorar si sus argumentos muestran que el peligro
queda eliminado o disminuido)

Sobre la base de estos argumentos, el Ministerio Público solicitó la medida cautelar ………………………….. por
el plazo de ………………………………………………..

El querellante solicitó la medida cautelar de …………………………………… por el plazo de …………………………

La defensa señaló ………………………..............................(posición de la defensa sobre la medida solicitada)

Respecto a la NECESIDAD de la medida solicitada, en el presente caso este(a) juzgador(a) considera que
……………………………………………

Con relación a la IDONEIDAD de la medida solicitada, en el presente caso este(a) juzgador(a) considera que
………………………………………

En cuanto a la PROPORCIONALIDAD de la medida solicitada, en el presente caso este(a) juzgador(a)


considera que ………………………………………. (fundamentar por qué medidas menos gravosas son insuficientes
para conculcar el riesgo, analizar si la persona imputada está comprendida en grupo especialmente
vulnerable)

(RESOLVER qué medida se impone y cuál el lugar de cumplimiento)

III. TIEMPO / VENCIMIENTO


El Ministerio Público solicitó la medida por el plazo de ………………………………………………………………….,
señalando que este es el tiempo necesaria para realizar los siguientes actos investigativos ……………………

El querellante solicitó la medida por el plazo de …………………………………………………………………………………..

La defensa estuvo de acuerdo/ se opuso/ solicitó plazo menor ……………………………………................................

(RESOLVER)

Se dispone la(s) medidas cautelar(es) de ……………………………………….. por el PLAZO DE ……………………,


contados a partir de …………………………….. (debe computarse desde la aprehensión en su caso) y hasta el día
………………………………………………………. (fecha).

Se señala audiencia de control de medidas cautelares para el día …………………………………….. a horas


………………………………………………….., quedando las partes presentes y sus abogados notificados y citados para
esa audiencia.

Lo ordenado se hace sin perjuicio de que por existir elementos nuevos que hagan variar el cuadro fáctico
contenido hasta hoy, de oficio o a petición de parte, se disponga una audiencia par considerar el cese de la
medida cautelar de ………., o el cambio de la medida por otra menos o más gravosa.

4.2. El test de proporcionalidad


El test de proporcionalidad que en materia de medidas cautelares deben aplicar las autoridades judiciales,
está consagrado en la SCP 025/2018 – S2 entre otras, y sirve para asegurar que una decisión sea conforme
al bloque en casos de colisión de derechos y que por ende no sea desproporcional y arbitraria. Este test
tiene tres niveles de análisis:

a) Se debe justificar si la medida limitativa o restrictiva de un derecho fundamental es idónea o


adecuada para la finalidad buscada con la misma;
b) Si la medida limitativa o restrictiva es necesaria, y si acaso, existen otras medidas menos graves,
que restrinjan en menor grado el derecho fundamental, que podrían ser adoptadas en el caso
concreto para alcanzar la finalidad perseguida; y
c) Analizar la proporcionalidad en sentido estricto, que consiste en dilucidar la afectación, restricción
o limitación al derecho fundamental no resulta exagerada o desmedida frente a las ventajas que
se obtienen con tal restricción y el cumplimiento de la finalidad perseguida.

Este criterio ha sido reiterado por la SCP 0245/2020 – S3 de fecha 13 de julio de 2020

Javier Llobet Rodríguez (Llobet Rodríguez, La Corte Interamericana de Derechos Humanos y las Garantías
Penales Doctrina y Jurisprudencia de la Corte IDH, 2020) destaca que hoy en día pretende utilizarse este
principio como reductor de los derechos del imputado, tratando de justificarse la detención en el interés
de la colectividad (reiteración delictiva, alarma social, etc) sin embargo, aclara que estas causales están
desautorizadas por la CIDH. La Comisión en el informe 35-07 indica que la proporcionalidad se trata de una
ecuación entre el principio de inocencia y el fin de la medida cautelar.

4.3. Estándar jurisprudencial requerido para la suficiencia de la motivación


La SCP 012/2020 – S4 ha establecido en su parágrafo III.1. la obligación del tribunal de apelación de
fundamentar y motivar la resolución que disponga, modifique o mantenga una medida cautelar, siendo
que esta es jurisprudencia reiterada, pues al respecto igualmente se ha manifestado la SCP 0189/2019-S4
de 2 de mayo, siendo así que se exige exponer los motivos que sustentan la decisión y exponer los hechos
establecidos, dejando clara la aplicación de las normas sustantivas y procesales en relación a los principios
y valores supremos que rigen al juzgador, si bien el entendimiento jurisprudencial constante, da cuenta
que no se requiere una exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, no obstante se exige una
estructura de forma y fondo, que evidencie una motivación concisa, clara y satisfacer todos los puntos
demandados, expresando las convicciones de manera razonable.

La SC 0871/2010-R de 10 de agosto, señalo que debe existir una estricta vinculación entre la valoración de
la prueba y la motivación y fundamentación de toda resolución.

Esta sentencia que es referida y utilizada como precedente por el mismo tribunal constitucional, ha
establecido que una resolución motivada debe contener:

a) Debe determinar con claridad los hechos atribuidos a las partes procesales
b) Debe contener una exposición clara de los aspectos fácticos pertinentes
c) Debe describir de manera expresa los supuestos de hechos contenidos en la norma jurídica
aplicable al caso concreto
d) Debe describir de forma individualizada todos los medios de prueba aportados por las partes
procesales
e) Debe valorar de manera concreta y explicita todos y cada uno de los medios probatorios
producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de ellos de forma motivada
f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o pretensiones de las partes procesales,
el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la valoración de las pruebas aportadas y la
sanción o consecuencia jurídica emergente de la determinación del nexo de causalidad señalado.

De esa manera se explicita el estándar jurisprudencial


requerido para una decisión debidamente motivada y La CIDH en el caso Tristán Donoso vs.
fundamentada, debiendo dejar en claro que la “finalidad de Panamá sostuvo que: “… la motivación
la motivación y fundamentación, será la de hacer conocer al es la exteriorización de la justificación
procesado las razones y motivos que sustentan la decisión razonada que permite llegar a una
asumida, denotando coherencia entre los supuestos fácticos conclusión.”
y el precepto legal al cual se subsume, así como la correcta
valoración de todos los elementos de prueba y la concordancia entre lo motivado y lo resuelto”. (Vargas
Lima, 2021)

El lineamiento jurisprudencial respecto a estas exigencias es constante y uniforme pudiendo citar:

- SCP 0015/2020- S2, que cita a las SCP 0339/2012 de 18 de junio, la SC 0089/2010-R
- SCP 0025/2020 – S3 de 12 de marzo, que igualmente recoge el precedente generado por la SCP
0339/2012 de 18 de junio
- SCP 0052/2020-S2 de 17 de marzo de 2020, que igualmente cita a las SCP 0339/2012 de 18 de
junio, la SC 0089/2010-R
- SCP 0159/2020 -S3 de 9 de julio de 2020, que destaca las sentencias 1916/2012 de 12 de octubre,
0450/2012 de 29 de junio
- SCP 0199/2020 – S3 de 10 de julio de 2020, que cita a las SCP 0753/2019- S1 de 26 de agosto
- SCP 0077/2020-S4 de 10 de julio de 2020, que cita a la SCP 0339/2012 de 18 de junio y además
algunas anteriores como la SC 1249/2005-R de 10 de octubre, las SSCC 227/2004-R,320/2004-R,
719/2004-R y la 1037/2004-R.
- SCP 1813/2011-R, con relación a la fundamentación que disponga la detención preventiva
- SCP 1414/2013 de 16 de agosto: “motivar significa expresar una serie de razonamientos lógico –
jurídicos sobre el por qué considera que el caso en concreto se ajusta a la hipótesis normativa”
(Vargas Lima, 2021)
5. Jurisprudencia relevante
Sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia

Necesidad de resolver en audiencia y con celeridad

SCP 0904/2016-S3

“…transcurrieron casi tres meses desde la solicitud de cesación a la detención preventiva hasta la
presentación de la presente acción de libertad sin que dicha solicitud haya sido considerada, siendo además
suspendidas las señaladas audiencias por decisión del servidor público judicial, debió ser tramitada con la
celeridad que exige la jurisprudencia constitucional cuando se encuentra involucrada el derecho a la
libertad…”.

Principio del "Ama qhilla" y la celeridad:

SCP 1149/2015-S1 de 6 de noviembre

"En ese sentido, el principio del "ama qhilla" -no seas flojo-, que tiene aplicación directa en las naciones y
pueblos indígenas originarios campesinos, debe también compenetrarse con los principios de la
administración de justicia y de la jurisdicción ordinaria, siendo de ineludible cumplimiento por las
autoridades jurisdiccionales en el desempeño de sus funciones, de las cuales depende la concretización de
los derechos fundamentales de los justiciables; evitando toda actitud dilatoria revestida por componentes
de holgazanería, pereza, desidia, desgano, etc.; comportamientos que no condicen con los principios
postulados por la Constitución Política del Estado y la adecuada administración de justicia a la que aspira.

Siguiendo este razonamiento, la SCP 1861/2012 de 12 de octubre, ha establecido que: “…Constituyendo el


"ama qhilla" en consecuencia, un principio ético-moral ancestral, cuya aplicación resulta ineludible en
tiempos en los que, lo que se pretende, es descolonizar la justicia, propendiendo a eliminar toda práctica
jurídica tardía, formalista y por ende, colonial, requiriendo de los servidores públicos y principalmente de
los administradores de justicia, un proceder diligente, acucioso, responsable, sin desgano alguno y con la
máxima finalidad de brindar a la sociedad en su conjunto, una justicia pronta, en la que no se restrinjan los
derechos fundamentales de las personas que la integran, recuperando de esa manera, su credibilidad, que
perdió precisamente por actitudes negligentes y dilatorias atribuibles a sus jueces; y que debe respetarse
aún más en situaciones en las que se encuentre de por medio el derecho a la libertad; por cuanto, la
persona procesada está protegida constitucionalmente y por Convenios y Tratados Internacionales, en su
derecho de ser juzgado a través de una justicia pronta, oportuna y sin dilaciones de ningún tipo”.

Ahora bien, en virtud a las características específicas del derecho a la libertad física, corresponde recordar
que, con relación al “ama qhilla” vinculado a la celeridad procesal de los trámites en los cuales éste derecho
se halle involucrado, la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, entre otras, en base a la jurisprudencia
desarrollada, indicó que: “…toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre
involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o
cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción
indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud
en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso,
dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una
solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa conforme a
Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la solicitud” (las negrillas
son añadidas).
Bajo este razonamiento, se tiene que las solicitudes que se vinculen con el derecho a la libertad, deben
tramitarse oportunamente y con la debida celeridad. De lo contrario, podría provocarse una restricción
indebida de este derecho, cuando exista una demora o dilación injustificada en su tramitación y
consideración, dando lugar a que la restricción de la libertad se prolongue o mantenga más de lo debido;
caso en el que se abre la protección que brinda la presente acción tutelar ante la ausencia de celeridad en
efectivizarse el beneficio otorgado. Sin embargo, debe dejarse claramente establecido que este
razonamiento es aplicable únicamente a los casos en los que la dilación indebida no ha sido originada en
actos u omisiones ocasionados por el beneficiario”.

Carácter instrumental de la medida de coerción

SC 0012/2006-R de 4 de enero

“Así, como quedó precisado, las medidas cautelares tiene un carácter instrumental y están dirigidas a lograr
la eficacia de la coerción penal estatal, al intentar asegurar con su aplicación: 1) la averiguación de la
verdad, 2) el desarrollo del proceso penal, y 3) el cumplimiento de la ley (ejecución de la sentencia); todo
ello bajo la idea de que sin su adopción, la labor de defensa social del Estado, expresada en la persecución
penal, no sería de modo alguno eficaz; diferenciándose así, plausiblemente, de otras legislaciones que le
asignan además de aquellos, fines de prevención general y especial”.

Requisitos de la detención preventiva (materialidad y peligro procesal)

SCP 1805/2014 de 19 de septiembre

“…la necesidad de que el Tribunal de alzada al momento de resolver la detención preventiva del imputado
y/o procesado, considere indefectiblemente los presupuestos del fumus boni iuris, que amerite el ejercicio
estatal del iuspuniendi sobre la comisión de un ilícito atribuible a una persona, bajo 'La existencia de
elementos de convicción suficientes para sostener que (…) es, con probabilidad, autor o partícipe de un
hecho punible' (art. 233.1 del CPP); y también, el periculum in mora, que importa el riesgo de dilación en
la tramitación del proceso e ineficacia de la resolución en la que concluya, por resultar evidente 'La
existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso u
obstaculizará la averiguación de la verdad' (art. 233.2 del CPP)”.

Motivación de las resoluciones

SCP 1234/2017 – S1 de 28 de diciembre de 2017

“… la motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una
estructura de forma y de fondo, pudiendo ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiéndose expresar las convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo
caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas; al contrario, cuando la resolución
aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma una decisión, dichas normas
se tendrán por vulneradas.”

SCP 0450/2012 de 29 de junio, ratificando lo señalado en la SC 0863/2007-R de 12 de diciembre, entre


otras

“…la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de la motivación de
las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una
resolución resolviendo una situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su
decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo
exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la
misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno
convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales
aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores
que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno
convencimiento de que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se
decidió”.

Activación de riesgos procesales

SCP 276/2018 – S2 de 25 de junio de 2018

Ningún peligro procesal debe estar sostenido en presunciones, lo cual implica que, si la autoridad judicial
funda su decisión en supuestos como “el imputado en libertad podría asumir una determinada conducta,
propia del peligro de fuga y obstaculización, tal argumento no satisface la exigencia de una debida
motivación; por cuanto, el juzgado debe asumir absoluta convicción para establecer la concurrencia o no
de un determinado riesgo procesal.

Principio de inocencia y peligros procesales

SCP 0056/2014 de 3 de enero

"El Código de Procedimiento Penal, en su art. 221, establece la finalidad y alcance de las medidas
cautelares, y señala: ‘La libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona por
la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes y este Código, sólo
podrán ser restringidos cuando sean indispensables para asegurar la averiguación de la verdad, el
desarrollo del proceso y la aplicación de la ley. Las normas que autorizan medidas restrictivas de derechos,
se aplicaran e interpretaran de conformidad con el artículo 7 de este Código. Esas medidas serán
autorizadas por resolución judicial fundamentada, según lo reglamenta este Código, y solo durarán
mientras subsista la necesidad de su aplicación. No se podrá restringir la libertad del imputado para
garantizar el resarcimiento del daño civil, el pago de costas y multas’.

Según la norma citada, las medidas cautelares se constituyen en medidas provisionales restrictivas de la
libertad y de aseguramiento del imputado para que responda a las emergencias y consecuencias del
proceso.

El art. 7 del CPP, indica: ‘La aplicación de medidas cautelares establecidas en este Código será excepcional.
Cuando exista duda en la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que restrinjan
derechos o facultades del imputado, deberá estarse a lo que sea más favorable a éste’.

Según la norma antes mencionada, las medidas cautelares deben ser aplicadas de manera excepcional,
restringiendo la libertad personal, cuando racionalmente no exista ninguna medida para garantizar la
averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley.

Clemente Espinoza Carballo, en el Código de Procedimiento Penal Anotaciones, Comentarios y


Concordancias, Cuarta Edición, Gestión 2012, Editorial el País de Santa Cruz, en su página 46 señala: ‘Las
medidas cautelares en general, bien podrían denominarse medidas provisionales restrictivas y de
aseguramiento del imputado, ya que tienden a prevenir la consecución de un determinado fin o precaver
lo que pudiera dificultarlo’.
El mismo autor en el Código citado, en su página 276 y 277 señala: ‘Las notas características de las medidas
cautelares o de aseguramiento, son: la excepcionalidad, instrumentalidad, proporcionalidad,
provisionalidad, temporalidad y variabilidad (…) La instrumentalidad es la nota característica común a todas
las medidas cautelares en general, por cuanto éstas no son autónomas y no tienen existencia propia por sí
mismas. Su existencia está condicionada a un nexo que las liga al proceso principal, al cual están destinadas,
garantizando la efectividad de su resultado. La proporcionalidad, que implica una limitación en cuanto a su
adopción, y están condicionadas a cumplir el fin pretendido; vale decir, para asegurar la averiguación de la
verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley, art. 221.

La provisionalidad, que implica su limitación temporal; verbigracia, en los casos de imponérsela medida
cautelar de detención preventiva, ésta no puede durar más del mínimo legal previsto para el delito objeto
de investigación; dieciocho meses sin que se haya dictado acusación contra el imputado, o treinta y seis
meses, sin sentencia, art. 239.La variabilidad y temporalidad, que implica que pueden suspenderse
(cesarse) o modificarse en cualquier tiempo, aún de oficio, art. 250, y deben ser adecuadas a los fines
pretendidos en su adopción’.

Juan Carlos Ríos Villanueva, en su libro ‘Medidas Cautelares en el Proceso Penal’, Segunda edición 2010,
Editorial Alexander, en su página 16, refiriéndose a la naturaleza jurídica de las medidas cautelares señaló:
‘La aplicación de una medida cautelar en el proceso penal desde una perspectiva doctrinal, tiende en última
instancia a garantizar el cumplimiento efectivo de la sentencia condenatoria, toda vez que el proceso penal
viene dada por la combinación de dos factores: por un lado, todo proceso con las debidas garantías se
desarrolla siguiendo normas de procedimiento, por lo que tiene una duración temporal; y por otro, la
actitud de la persona a la que afecta el proceso, que si es culpable o así se siente, su tendencia natural le
llevará a realizar actos que dificulten o impidan que el proceso penal cumpla su fin, verbi gratia, hará
desaparecer los datos que hagan referencia al hecho punible, se ocultará, etc.

En ese sentido, a partir de la normativa procesal, las medidas cautelares constituyen instrumentos de tipo
procesal que buscan asegurar que el imputado no evada la acción de la justicia (Medidas cautelares
personales), así como garantizar la reparación del daño causado con la comisión del hecho delictivo
(Medidas cautelares reales) o, aquel remedio arbitrario por el derecho para conjurar los riesgos que la
duración del proceso puede suponer para la eficacia de los eventuales pronunciamientos que se dicten al
final del mismo. Ahora bien, esas medidas se denominan cautelares, porque tienden a evitar los peligros
de obstaculización del proceso ‘periculum in mora’ por una parte y buscan asegurar el efectivo
cumplimiento de la posible condena, esta afirmación encuentra su sustento doctrinal en el hecho de que,
-establece la doctrina- si luego de pronunciada una sentencia condenatoria en juicio, el imputado pudiera
sustraerse al cumplimiento de dicha condena, la justicia se vería burlada y la sociedad perdería confianza
en la justicia como aconteció en el viejo sistema penal de la legislación boliviana’.

El autor citado, en su libro señalado, también se refirió a las clases de medidas cautelares y señala lo
siguiente: ‘Atendiendo los principios doctrinales sobre la materia, el Código de Procedimiento Penal,
identifica claramente las medidas cautelares de carácter personal, las medidas cautelares de carácter real
y las medidas cautelares sobre bienes sujetos confiscación o decomiso, diferenciándose las mismas en
función a los fines que persiguen; las primeras tienen como finalidad asegurar la presencia del imputado
en el juicio y evitar así mismo que este obstaculice la averiguación de la verdad’.

El mismo autor, en el libro citado, página 98 a 99, refiriéndose a la detención preventiva, como medida
cautelar de carácter personal señala: ‘…la medida cautelar de detención preventiva no se contrapone
conforme se tiene dicho, a este elemento principio constitucional del juicio previo, en la medida en que la
misma, no se la considera pena anticipada, sino un simple instrumento que garantiza la presencia del
imputado en el juicio. Es por ello que la imposición de medidas cautelares debe producirse únicamente por
la necesidad -verificada en cada caso- de que el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la
averiguación de la verdad. (…) De todo ello se concluye que la aplicación de medidas cautelares y
fundamentalmente la detención preventiva, no constituye contradicción ni es incompatible con el principio
de presunción de inocencia, al no tratarse de pena anticipada, sino tan sólo constituir instrumento procesal
que garantiza los fines del proceso asegurando la presencia efectiva del imputado durante el juicio. (…)
Respecto a los presupuestos exigidos para su aplicación, están regulados de manera taxativa y reglada en
el artículo 233 del Cód. Pdto. Penal, estableciendo dos presupuestos concretos que son concurrentes.: ’1.1.
La existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es, con probabilidad
autor o partícipe de un hecho punible (…) 2.2. La existencia de elementos de convicción suficientes de que
el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad (…)para la aplicación
de esta medida cautelar, deben concurrir necesariamente los dos presupuestos establecidos
precedentemente; sin embargo, debe quedar claro que el segundo presupuesto contiene tres alternativas
referidas al peligro de fuga, peligro de obstaculización y al peligro de reincidencia este último incorporado
por la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana. En tal sentido, es procedente la detención
preventiva cuando concurre en un caso concreto el primer presupuesto señalado en el inc. 1 y además
necesariamente cualquiera de las tres alternativas previstas en el inc.2), conforme establece el art. 233
concordante con los arts. 234, 235 y 235 bis del Cod. Pdto. Penal’.

Conforme a las normas procesales penales y doctrina precedentemente citados, las medidas cautelares
son medidas judiciales provisionales restrictivas y de aseguramiento tendientes a asegurar la averiguación
de la verdad, el desarrollo del proceso, la aplicación de la ley y efectivo cumplimiento de la sentencia. Son
también, medidas provisionales restrictivas de la libertad y de aseguramiento del imputado para que
responda a las emergencias y consecuencias del proceso.

Las medidas cautelares, según la norma y doctrina citadas, tienen la finalidad de asegurar la averiguación
de la verdad, el desarrollo del proceso, la aplicación de la ley y el efectivo cumplimiento de una sentencia.

Las medidas cautelares son de dos tipos, una de carácter personal y otra de carácter real. Las medidas
cautelares de carácter personal tienen como finalidad asegurar la presencia del imputado en el juicio y
evitar que obstaculice la averiguación de la verdad. Así, entre las medidas cautelares de carácter personal,
tenemos a la más importante y grave: la medida cautelar de detención preventiva. Ésta tiene la finalidad
de asegurar la presencia del imputado en el juicio y la averiguación de la verdad de los hechos.

Según la normativa procesal citada y la doctrina siempre citados en este Fundamento Jurídico, procede la
detención preventiva a pedido fundamentado del Fiscal o de la víctima cuando concurran simultáneamente
los requisitos establecidos en los numerales 1 y 2 del art. 233 del CPP; es decir, la existencia de elementos
de convicción suficiente para sostener que el imputado es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho
punible; y, la existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al
proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad.

Además, con el objeto de acreditar el segundo elemento o requisito, se debe analizar y relacionar el peligro
de fuga, establecido en el art. 234 del CPP, peligro de obstaculización previsto en el art. 235 del citado
Código y peligro de reincidencia previsto en el art. 235 bis del cuerpo normativo antes referido. En ese
contexto, el peligro de fuga, conforme al art. 234 del CPP, expone las circunstancias que se deben tener en
cuenta para su calificación, incluyendo entre ellas las normas ahora demandadas y cuya
inconstitucionalidad corresponde analizar”.

Los peligros procesales deben probarse


SCP 0795/2014 del 25 de abril

"III.3.2. La prohibición de fundar la detención preventiva en meras suposiciones. Si bien el art. 233.1 del
CPP, exige la acreditación de que: ‘…el imputado es, con probabilidad autor y partícipe de un hecho
punible’, dicha norma debe ser interpretada y comprendida desde y conforme a la garantía de la
presunción de inocencia, habida cuenta que, la imputación formal no constituye base para determinar la
culpabilidad o la inocencia del sujeto; por lo tanto, a más de que la aplicación de medidas cautelares de
carácter personal surja de la acreditación de una presunta participación o autoría, dicho concepto
(probable autoría o participación) debe emerger de una valoración armónica e integral de elementos de
juicio que sean objetivos y concretos, y no el resultado de la mera imaginación del juzgador ni de la parte
acusadora.

Entonces, la detención preventiva debe ser el resultado de una debida fundamentación de las resoluciones
que la disponen en ese sentido, lo cual impide que la autoridad jurisdiccional funde su determinación en
meras conjeturas o presunciones. En ese sentido, la simple suposición debe ser entendida como la creencia
de un probable acontecimiento de ciertos hechos o conductas, sin estar completamente seguro de ello; es
decir, aquella idea que surge directamente de la imaginación del sujeto sin estar debidamente
comprobado.

Por lo tanto, la resolución judicial destinada a aplicar medidas cautelares de carácter personal, de ninguna
manera debe estar sustentada en simples o meras posibilidades, sino que, debe ser una decisión producto
de la seguridad y certeza que adquirió la autoridad judicial luego de haber efectuado la compulsa de los
antecedentes del caso y la valoración integral de los elementos de juicio que fueron llevados a su
consideración, para definir la situación jurídica del imputado.

Pues bien, en el marco de las consideraciones referidas precedentemente, es menester establecer las
condiciones de fundamentación relativa a los riesgos procesales de fuga, de obstaculización y reincidencia.
En ese sentido, los presupuestos referidos al peligro de fuga, establecidos en el art. 234 del CPP,
indefectiblemente deben ser demostrados con elementos de juicio que generen seguridad y certidumbre
en el juez; asimismo, los postulados del peligro de obstaculización, contemplados en el art. 235 del Código
antes citado, también se exige que sean acreditados con elementos de convicción que generen convicción
en el juzgador; y, finalmente, el peligro de reincidencia que debe ser demostrado con el cumplimiento de
una sentencia condenatoria ejecutoriada.

En ese contexto, ningún peligro procesal debe estar fundada en meras suposiciones, lo cual implica que, si
la autoridad judicial funda su decisión en supuestos como ser: que ‘el imputado en libertad 'podría' asumir
una determinada conducta’ -propia del peligro de fuga y obstaculización-, tal argumento no satisface la
exigencia de una debida motivación, ni constituye una explicación apropiada para determinar la aplicación
de alguna medida de cautelar de carácter personal; por cuanto, el juzgador debe asumir absoluta
convicción para establecer la concurrencia o no de un determinado riesgo procesal; es decir, le corresponde
a la autoridad judicial definir si existe o no algún peligro procesal; por consiguiente, lo que no está permitido
es, que al momento de asumir la decisión respecto a la situación jurídica del imputado, el juez conjeture
sobre la base de las probabilidades (podría o no podría). En tal sentido, si la decisión judicial se base en
meras presunciones de concurrencia o no de los presupuestos previstos en las normas procesales referidas
anteriormente, vulnera el debido proceso del imputado".

Constitucionalidad del art. 234.10 (reincidencia)

SCP 0056/2014 de 3 de enero


"El art. 234.10 del CPP, establece como un supuesto para ser considerado y valorado para la determinación
de la existencia del riesgo procesal de fuga ‘Peligro efectivo para la sociedad o para la víctima o el
denunciante…’.La norma citada, cuestionada de inconstitucional, hace referencia a lo que se conoce como
peligrosidad criminal, que se sustenta en la idea a priori de que el imputado puede ser un peligro para la
sociedad o para la víctima y el denunciante; por lo que encuentra sustento como supuesto vinculado al
riesgo procesal de fuga, en la intención de evitar un riesgo mayor para la sociedad, para la víctima o
denunciante.

La peligrosidad es, según Manuel Cobo del Rosal y Tomas Vives Antón en el libro Derecho Penal Parte
General, página 991: ‘…una situación o status de la persona que ha de ser formulada judicialmente. Así
pues se trata de un juicio, y más precisamente, de un juicio de futuro, en la medida que supone la
afirmación de una probabilidad de delinquir. En ese sentido, la peligrosidad no es más que un pronóstico.
Y a la emisión de ese pronóstico se le enlazan unas determinadas consecuencias jurídicas (medidas de
seguridad)’.

Los mismos autores exponen que en el caso español, para limitar la discrecionalidad judicial, las normas
penales determinan requisitos para establecer la peligrosidad, siendo la primera pauta que se haya
cometido un hecho tipificado como delito, por lo que la peligrosidad sólo se acepta de modo ‘pos delictual’.

En definitiva, el peligro relevante en materia penal al que hace referencia la norma demandada, es la
posibilidad de que la persona imputada cometa delitos, pero no el riesgo infinitesimal al que se refiere
Raña y descrito en el Fundamentos Jurídicos III.3 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, sino el
riesgo emergente de los antecedentes personales del imputado por haberse probado con anterioridad que
cometió un delito, lo que genera una probabilidad adicional de delinquir; más, esa situación es similar a la
establecida en el art. 234.8 del CPP, referido a: ‘La existencia de actividad delictiva reiterada o anterior’;
empero, aunque parecida no es similar, encontrando diferencia puesto que la norma demandada
adicionalmente precisa que la situación de peligrosidad sea efectiva, mientras que la del art. 234.8 del CPP,
precisa antecedentes criminales reiterados; en ese orden, es también necesario comprender la efectividad
de la peligrosidad exigida por la norma demandada.

El concepto ‘efectivo’ que se debe adicionar a la peligrosidad para que opere como fundamento de la
detención preventiva por peligro de fuga, hace alusión, según el diccionario jurídico que utiliza este
Tribunal, a un peligro existente, real o verdadero, como contraposición a lo pretendido, dudoso, incierto o
nominal; es decir a un peligro materialmente verificable, más allá del criterio subjetivo del juez, que puede
ser arbitrario, por ello supone la asistencia de elementos materiales comprobables en la situación particular
concreta desde la perspectiva de las personas y los hechos, por ello se debe aplicar bajo el principio de la
razonabilidad y la proporcionalidad, no encontrando en ello ninguna inconstitucionalidad por afectación
del debido proceso o de la presunción de inocencia consagrados constitucionalmente.

En consecuencia, el peligro efectivo, encuentra justificación en la necesidad de imponer medidas de


seguridad a las personas que hubieran sido encontradas culpables de un delito anteriormente, pero no le
sindica como culpable del ilícito concreto que se juzga, ni provoca que en la tramitación del proceso sea
culpable del presunto delito cometido. La vulneración del derecho a la presunción de inocencia como se
mencionó anteriormente, se la comete cuando en la tramitación del proceso se trata como culpable de un
delito sin que se haya establecido su culpabilidad en sentencia condenatoria ejecutoriada; en
consecuencia, la norma cuestionada no es contraria al derecho de presunción de inocencia establecido en
el art. 116.I de la CPE, por ello corresponde declarar la constitucionalidad de la misma y mantenerla dentro
del ordenamiento jurídico del art. 234 del CPP”.
El enfoque diferencial e interseccional relativo a los derechos de las personas adultas mayores
SC 0010/2018 – S2 de fecha 28 de febrero de 2018
La vulnerabilidad de las personas adultas mayores en la temática de la detención preventiva
merece un análisis desde un enfoque interseccional o de discriminación múltiple, que se
constituye en una perspectiva de análisis útil para identificar las situaciones y requerimientos de
los grupos vulnerables, la complejidad y la diversidad de las fuentes que generan la discriminación
de los mismos.
La doctrina del estándar jurisprudencial más alto.
SCP 2233/2013
El precedente en vigor y por ende el entendimiento que sea fuente directa de derecho con efecto
vinculante será aquel que desarrolle el derecho de manera más favorable y coherente con los principios de
progresividad y prohibición de regresividad, por lo que esta doctrina es un límite para el Tribunal
Constitucional Plurinacional, el cual no podrá cambiar su jurisprudencia para restringir el derecho, sino
solamente en casos de interceptaciones más favorables y progresivas. En este marco, todo cambio
jurisprudencial restrictivo, nunca será considerado precedente en vigor, sino una interpretación aislada. En
este marco, el criterio que guía el precedente en vigor no es el de temporalidad, sino el de favorabilidad,
lo que implica que el precedente en vigor con efecto vinculante no necesariamente será el último
entendimiento del Tribunal Constitucional Plurinacional, sino el más favorable al derecho

Precedente en vigor

SCP 0846/2012

El precedente en vigor, es la interpretación que el máximo contralor de constitucionalidad realiza en cuanto


a un derecho o un instituto jurídico, entendimiento que será fuente directa de derecho de acuerdo al
artículo 203 de la Constitución Política del Estado y generará efectos vinculantes para las autoridades
judiciales, es decir, que deberá ser aplicado en casos futuros que planteen el mismo problema jurídico.

La razón jurídica de la decisión

SCP 0846/2012

La Razón jurídica de la decisión o ratio decidendi, emerge de la aplicación del precedente en vigor a los
antecedentes del caso concreto y genera la decisión que en el caso de sentencias constitucionales
plurinacionales implicará la concesión o denegación de tutela si se trata de control tutelar y su efecto no
es vinculante, sino obligatorio para las partes procesales, por tanto, a partir de la razón jurídica de la
decisión se fundamenta el concepto de cosa juzgada constitucional, que evita a las partes presentar una
misma acción con identidad de objeto, sujetos y causa.

La correcta técnica de aplicación e invocación del precedente en vigor

SCP 0846/2012

Para una correcta técnica de aplicación e invocación del precedente en vigor, debe realizarse un análisis
dinámico de línea jurisprudencial que identifique los entendimientos del Tribunal Constitucional vigente
por la Constitución de 1994, el Tribunal Constitucional de Transición (2010-2011) y el Tribunal
Constitucional Plurinacional vigente a partir del año 2012, este análisis será esencial para identificar las
sentencias fundadoras de línea, las moduladoras, las mutadoras de línea, las sistematizadoras de línea y las
sentencias aisladas que no constituyen precedente en vigor.

Las reglas, principios y directrices sobre derechos humanos

SC 0061/2010-R

Las reglas, principios y directrices sobre derechos humanos que devengan tanto del Sistema
Interamericano como Universal de Protección a Derechos Humanos, son parámetros de interpretación que
deben ser utilizados por las autoridades judiciales para una interpretación judicial y una argumentación
jurídica acorde con el bloque de constitucionalidad.
Palabras finales
Este Protocolo ha desarrollado en los capítulos precedentes una propuesta de metodología de trabajo
aplicable por los jueces de instrucción. Se ha partido de una problemática puntual: la alta tasa de personas
que se encuentran privadas de su libertad sin condena, identificando brevemente las causas que concurren
a la manifestación de este fenómeno complejo.

Sin desconocer las implicancias de los aspectos normativos, institucionales y externos, el protocolo se
focalizó en las prácticas que se ponen en juego al momento del dictado de una medida cautelar, detectando
qué aspectos de la dinámica actual de estas audiencias son equívocos en cuanto a los resultados que
acarrean y de qué manera es posible modificarlos.

El enfoque de esa dinámica se ha suscrito al sistema legal actual con las modificaciones incorporadas por
las Leyes N° 1173, 1226 y 1443, por ser la realidad presente al momento de la actualización del protocolo.
Sin embargo, de su análisis completo es posible advertir que, aunque las recomendaciones desarrolladas
han sido adaptadas al ordenamiento vigente, nada obsta a su aplicación ante una eventual modificación
legislativa. Esto es así, en primer lugar, porque las propuestas se encuadran - además de la CPE – en el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Pero también, y lo más importante, porque se trata de
formas de realizar las tareas que rara vez están reguladas en los códigos con tanto detalle en tanto
constituyen buenas prácticas que surgen de la aplicación de los principios rectores de las medidas
cautelares, favoreciendo su plena vigencia en el marco de una lógica de trabajo basada en la oralidad.

Para los jueces y juezas se abre ahora el desafío de continuar trabajando a los fines de fortalecer su
desempeño en las audiencias, entendidas como herramientas para la toma de decisiones de calidad.
Deberán estar constantemente atentos a no reproducir viejas formas de trabajo ni readaptar las nuevas a
la modalidad aprendida en los sistemas escritos.

A pesar del transcurso de los años de la reforma procesal penal de 1999 a la actualidad, el sistema
adversarial y oral que se intentó implementar está lejos de haberse consolidado. Como nos señala Binder
(2012), esto sucede porque toda reforma es una puesta en marcha en la que se produce una puja constante
entre nuevas y viejas prácticas del sistema anterior que se resisten a ser desplazadas. El desafío que
asumimos es que, una vez identificadas tales prácticas, podamos crear los escenarios y herramientas
necesarias para lograr su adopción por parte de los actores del sistema.
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Enlaces de Interés
http://www.tcpbolivia.bo/tcp/

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Sitio de la CIDH - Informes por países

http://www.oas.org/es/cidh/ppl/informes/pdfs/informe-pp-2013-es.pdf

Sitio de la CIDH - Informe sobre el estado de la prisión preventiva en América

http://www.cejamericas.org/areas-de-trabajo/reforma-a-la-justicia-penal/prision-preventiva

Sitio de CEJA - Prisión preventiva

http://www.jusneuquen.gov.ar/images2/Biblioteca/OFIJUProtocoloAGENDAAUDIENCIAS.pdf

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http://www.jusneuquen.gov.ar/images2/Biblioteca/OFIJUProtocoloAGENDAAUDIENCIAS.pdf

Neuquén, Argentina: Protocolo Agenda de audiências

https://www.unodc.org/documents/corruption/Publications/2012/V1380121-SPAN_eBook.pdf

Reglas de Bangalore

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