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Docencia en

ciencias de la
Salud
Lectura 07

Aplicació n de las
corrientes
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educativas en
ciencias de la
salud
7. Aplicación de las corrientes teóricas educativas en
ciencias de la salud

La educación en ciencias de la salud desempeña un papel crucial en la formación de

profesionales altamente capacitados y competentes en el cuidado de la salud de las

personas. Para lograr una educación efectiva en este campo, es fundamental aplicar las

corrientes teóricas educativas más adecuadas y actualizadas. Estas corrientes teóricas

proporcionan marcos conceptuales y estrategias pedagógicas que permiten potenciar el

aprendizaje y el desarrollo de habilidades en los estudiantes.

En este contexto, el presente estudio tiene como objetivo explorar la aplicación de las

corrientes teóricas educativas en el campo de las ciencias de la salud. Se analizarán

diversas corrientes teóricas y se examinará cómo se pueden adaptar e implementar en el

ámbito educativo de la salud, con el fin de mejorar la calidad de la formación de

profesionales en este campo.

A lo largo de este trabajo, se examinarán corrientes teóricas como el Aprendizaje

Basado en Problemas (ABP), el Aprendizaje Basado en Competencias (ABC), el

Aprendizaje Colaborativo, la Enseñanza Basada en Simulación y el Aprendizaje Basado

en Tecnología (ABT). Cada una de estas corrientes teóricas presenta enfoques y

estrategias específicas que pueden ser aplicadas en el contexto de la educación en

ciencias de la salud.

Para ilustrar la aplicación práctica de estas corrientes teóricas, se presentarán ejemplos

concretos de cómo se pueden implementar en diferentes disciplinas de las ciencias de

la salud, como medicina, enfermería, odontología y farmacia.


Estos ejemplos permitirán comprender cómo las corrientes teóricas educativas pueden

transformar la forma en que se enseña y se aprende en el campo de la salud,

promoviendo un enfoque más centrado en el estudiante, participativo y orientado hacia

la adquisición de habilidades y competencias prácticas.

A través de este análisis, se pretende destacar la importancia de seleccionar y aplicar

adecuadamente las corrientes teóricas educativas en el ámbito de las ciencias de la

salud, con el fin de promover un aprendizaje significativo, relevante y de calidad. La

aplicación de estas corrientes teóricas puede contribuir a formar profesionales de la

salud mejor preparados para enfrentar los desafíos y demandas del campo,

proporcionando una base sólida de conocimientos y habilidades necesarias para brindar

una atención de calidad a los pacientes y a la comunidad en general.

1. Aprendizaje Basado en Problemas (ABP). -

El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) es una estrategia educativa que se ha

utilizado ampliamente en el campo de la medicina y otras disciplinas de las ciencias de

la salud. Esta metodología pone el énfasis en la resolución de problemas como el eje

central del aprendizaje, proporcionando a los estudiantes la oportunidad de enfrentarse a

situaciones auténticas y relacionadas con la vida real que encontrarán en su práctica

profesional.

El ABP se basa en la premisa de que los estudiantes aprenden de manera más efectiva

cuando se enfrentan a problemas desafiantes y relevantes, y se les motiva a investigar,

analizar, discutir y proponer soluciones. A través de este enfoque, se fomenta el

pensamiento crítico, la toma de decisiones fundamentadas y el desarrollo de habilidades

prácticas.
A continuación, se presenta una estructura general que se sigue en la implementación

del ABP, junto con un ejemplo para ilustrar su aplicación en el campo de la medicina:

a) Presentación del problema:

Se presenta a los estudiantes un caso clínico complejo que refleja una situación

auténtica que pueden encontrar en su práctica profesional. El caso clínico

incluye información relevante sobre el paciente, su historial médico, síntomas y

cualquier otro dato necesario para comprender el problema.

Ejemplo: Los estudiantes reciben un caso clínico de un paciente que presenta síntomas

gastrointestinales y se solicita a los estudiantes que determinen un diagnóstico y plan de

tratamiento.

b) Identificación de los conocimientos y habilidades necesarios:

Los estudiantes, en grupos pequeños, identifican los conocimientos y

habilidades necesarios para abordar el problema. Realizan una lluvia de ideas y

discuten qué información necesitan recopilar, qué conceptos deben comprender

y qué habilidades clínicas deben aplicar.

Ejemplo: Los estudiantes identifican que necesitan comprender la fisiología y anatomía

del sistema gastrointestinal, así como los métodos de diagnóstico y las opciones de

tratamiento disponibles para los síntomas presentados por el paciente.

c) Investigación y análisis:

Los estudiantes investigan y recopilan información relevante sobre el problema.

Utilizan recursos como libros de texto, artículos científicos,


bases de datos médicas y guías clínicas para adquirir conocimientos adicionales.

Analizan críticamente la información y la aplican al caso clínico.

Ejemplo: Los estudiantes investigan sobre diferentes condiciones gastrointestinales,

como úlceras, enfermedad inflamatoria intestinal o síndrome del intestino irritable, y

analizan cómo se relacionan con los síntomas presentados por el paciente.

d) Discusión y colaboración:

Los estudiantes se reúnen en grupos para discutir sus hallazgos, compartir ideas

y perspectivas, y trabajar en conjunto para llegar a un diagnóstico y plan de

tratamiento. Durante esta etapa, se fomenta el intercambio de conocimientos y la

construcción conjunta del aprendizaje.

Ejemplo: Los estudiantes discuten sus hallazgos y puntos de vista sobre el caso clínico,

intercambian información y colaboran para llegar a un diagnóstico probable y establecer

un plan de tratamiento.

e) Presentación y evaluación:

Los grupos de estudiantes presentan sus diagnósticos y planes de tratamiento

ante el resto de la clase. Se fomenta la retroalimentación y la discusión entre los

diferentes grupos. El docente evalúa el proceso de aprendizaje, tanto individual

como grupal, y proporciona comentarios constructivos.


Ejemplo: Cada grupo de estudiantes presenta su diagnóstico probable, explicando su

razonamiento y justificación, así como el plan de tratamiento recomendado.

2. Aprendizaje Basado en Competencias (ABC). -

El Aprendizaje Basado en Competencias (ABC) es una estrategia educativa que se

enfoca en el desarrollo de habilidades y competencias prácticas en los estudiantes. A

diferencia del enfoque tradicional centrado en la adquisición de conocimientos teóricos,

el ABC busca que los estudiantes adquieran las habilidades necesarias para enfrentar

desafíos reales en el campo de la salud.

En el ABC, se identifican las competencias clave que los estudiantes deben desarrollar y

se diseñan actividades y evaluaciones que les permitan adquirir y demostrar esas

competencias. Estas competencias pueden estar relacionadas con habilidades técnicas,

como la realización de procedimientos médicos, o habilidades no técnicas, como la

comunicación efectiva con los pacientes, la toma de decisiones éticas y la resolución de

conflictos.

Un ejemplo concreto de la aplicación del ABC en el campo de la enfermería es la

formación práctica en habilidades de comunicación efectiva. Los estudiantes pueden

participar en simulaciones o escenarios de role-playing donde practican la comunicación

con pacientes y sus familias en situaciones diversas, como el manejo de noticias

difíciles, la obtención de consentimiento informado o la orientación sobre el

autocuidado. A través de estas actividades, los estudiantes desarrollan habilidades de

empatía, escucha activa, claridad en la comunicación y respeto por la diversidad

cultural.
Además de las habilidades técnicas y no técnicas, el ABC también puede involucrar el

desarrollo de habilidades transversales, como el trabajo en equipo, el pensamiento

crítico y la resolución de problemas. Estas habilidades son fundamentales para el

desempeño efectivo en el campo de la salud, donde los profesionales deben colaborar

con otros miembros del equipo, analizar situaciones complejas y tomar decisiones

informadas.

Es importante destacar que el ABC requiere un enfoque holístico y orientado al

desempeño. Los estudiantes no solo adquieren conocimientos teóricos, sino que también

se les brinda la oportunidad de aplicar esos conocimientos en situaciones prácticas y

contextualizadas. Además, el ABC promueve el aprendizaje autónomo y el desarrollo

de habilidades de autorreflexión y autorregulación, ya que los estudiantes deben evaluar

su propio desempeño y buscar oportunidades de mejora.

3. Aprendizaje Colaborativo. -

El aprendizaje colaborativo es una estrategia educativa en la que los estudiantes

interactúan y colaboran entre sí para lograr objetivos de aprendizaje comunes. En lugar

de trabajar de manera individual, los estudiantes trabajan en grupos pequeños para

resolver problemas, discutir casos clínicos, compartir conocimientos y construir su

aprendizaje de manera conjunta.

En el contexto de las ciencias de la salud, el aprendizaje colaborativo tiene un gran

valor, ya que muchos desafíos en el campo de la salud requieren un enfoque

interdisciplinario y el trabajo en equipo. Al colaborar con sus


compañeros, los estudiantes tienen la oportunidad de compartir perspectivas y

conocimientos diversos, lo que enriquece su aprendizaje y les permite desarrollar

habilidades de comunicación, pensamiento crítico y trabajo en equipo.

Un ejemplo concreto de la aplicación del aprendizaje colaborativo en el campo de la

medicina es la participación en sesiones de aprendizaje en equipo.

En estas sesiones, los estudiantes de medicina se reúnen en grupos pequeños para

analizar casos clínicos complejos. Cada estudiante aporta su experiencia y

conocimientos, y juntos discuten y debaten diferentes enfoques de diagnóstico y

tratamiento.

Durante estas sesiones de aprendizaje en equipo, los estudiantes aprenden a escuchar y

respetar las opiniones de los demás, a analizar críticamente la información, a tomar

decisiones colaborativas y a comunicarse de manera efectiva. A través de esta

interacción colaborativa, los estudiantes adquieren una comprensión más profunda de

los conceptos y desarrollan habilidades de pensamiento crítico y resolución de

problemas.

Además de las sesiones de aprendizaje en equipo, el aprendizaje colaborativo en el

campo de las ciencias de la salud puede incluir proyectos grupales, discusiones en línea,

estudios de casos compartidos y actividades prácticas en las que los estudiantes trabajan

juntos para alcanzar un objetivo común.

Es importante destacar que el aprendizaje colaborativo no solo beneficia a los

estudiantes, sino también a los docentes. Los docentes desempeñan el papel de

facilitadores y guías durante las actividades de aprendizaje colaborativo, brindando

orientación, apoyo y retroalimentación a los estudiantes. Además, los


docentes pueden observar las interacciones entre los estudiantes y evaluar tanto el

proceso de aprendizaje como los resultados obtenidos.

4. Enseñanza Basada en Simulación. -

La enseñanza basada en simulación es una estrategia educativa que utiliza simulaciones

realistas para proporcionar a los estudiantes experiencias prácticas y seguras en entornos

controlados. Esta metodología permite a los estudiantes practicar y desarrollar

habilidades clínicas antes de interactuar con pacientes reales, lo que contribuye a

mejorar su competencia y confianza en situaciones reales.

En el campo de las ciencias de la salud, la enseñanza basada en simulación se utiliza

ampliamente para entrenar a estudiantes en una variedad de habilidades clínicas. Los

estudiantes pueden practicar procedimientos médicos, técnicas quirúrgicas, atención de

emergencias y manejo de equipos médicos en maniquíes de simulación o modelos

anatómicos.

Por ejemplo, en el campo de la odontología, los estudiantes pueden practicar la técnica

de extracción dental en un maniquí de simulación que replica la estructura de un diente

y las características de la cavidad oral. Esto les permite adquirir destrezas y perfeccionar

su técnica antes de llevar a cabo extracciones en pacientes reales.

La enseñanza basada en simulación ofrece varias ventajas. En primer lugar, permite a

los estudiantes cometer errores y aprender de ellos sin poner en riesgo la seguridad del

paciente. Los errores se convierten en oportunidades de


aprendizaje y los estudiantes pueden recibir retroalimentación inmediata de sus

instructores.

Además, la enseñanza basada en simulación permite a los estudiantes familiarizarse con

situaciones clínicas complejas y de alta exigencia sin la presión y el estrés asociados con

la atención de pacientes reales. Esto contribuye a desarrollar habilidades de toma de

decisiones rápidas y efectivas en entornos controlados.

La tecnología ha desempeñado un papel fundamental en el avance de la enseñanza

basada en simulación. Los simuladores médicos de alta fidelidad, que reproducen con

precisión las características anatómicas y fisiológicas del cuerpo humano, permiten a los

estudiantes practicar situaciones clínicas realistas y trabajar en equipos

interdisciplinarios.

Además, la enseñanza basada en simulación puede extenderse más allá del ámbito

clínico. Los estudiantes pueden participar en simulaciones de situaciones de atención de

emergencias, comunicación con los pacientes, resolución de conflictos éticos y trabajo

en equipo.

5. Aprendizaje Basado en Tecnología (ABT). -

Es una estrategia educativa que aprovecha las herramientas y tecnologías digitales para

mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el campo de las ciencias de la salud.

Esta metodología utiliza recursos en línea, simulaciones virtuales, aplicaciones móviles

y otros medios tecnológicos para enriquecer la experiencia de aprendizaje de los

estudiantes.

En el contexto de las ciencias de la salud, el ABT ofrece numerosas oportunidades para

que los estudiantes accedan a información actualizada,


practiquen habilidades clínicas y se involucren activamente en su aprendizaje. Algunos

ejemplos de cómo se puede aplicar el ABT son:

 Acceso a recursos en línea:

Los estudiantes pueden acceder a una amplia gama de recursos en línea, como libros

electrónicos, revistas científicas, bases de datos médicas y videos educativos. Estos

recursos les permiten acceder a información actualizada y complementar sus estudios de

manera más interactiva y flexible.

 Simulaciones virtuales:

Los estudiantes pueden participar en simulaciones virtuales que recrean situaciones

clínicas realistas. Estas simulaciones les permiten practicar habilidades clínicas, tomar

decisiones y enfrentar desafíos en un entorno seguro y controlado. Por ejemplo, los

estudiantes de farmacia pueden utilizar software de simulación para aprender sobre la

interacción de medicamentos, practicar la dispensación de medicamentos o simular la

atención farmacéutica.

 Discusiones en foros y comunidades en línea:

Los estudiantes pueden participar en discusiones en línea a través de foros y

comunidades virtuales. Estas plataformas les permiten interactuar con otros estudiantes

y profesionales de la salud, compartir conocimientos, plantear preguntas y debatir temas

relevantes. Este tipo de interacción promueve el aprendizaje colaborativo y la

construcción conjunta del conocimiento.

 Aplicaciones móviles:

Los estudiantes pueden utilizar aplicaciones móviles diseñadas específicamente para el

estudio y la práctica en el campo de las ciencias de la salud. Estas


aplicaciones ofrecen recursos interactivos, guías clínicas, cuestionarios de

autoevaluación y herramientas de referencia rápida, lo que permite a los estudiantes

acceder a información relevante en cualquier momento y lugar.

Es importante destacar que el ABT no reemplaza la interacción directa con pacientes y

profesionales de la salud, sino que complementa y enriquece la experiencia de

aprendizaje. El uso de tecnología en la educación en ciencias de la salud proporciona a

los estudiantes una forma más interactiva, accesible y personalizada de adquirir

conocimientos y practicar habilidades clínicas.

Además, el ABT puede adaptarse a diferentes estilos de aprendizaje y necesidades

individuales. Los estudiantes pueden elegir el tipo de recurso tecnológico que mejor se

adapte a su forma de aprender y utilizarlo de manera autónoma para profundizar en

temas específicos o practicar habilidades específicas.

En conclusión, es importante destacar que estas corrientes teóricas no son exclusivas y

pueden combinarse en diferentes contextos educativos para crear enfoques híbridos y

adaptados a las necesidades de los estudiantes. Además, existen otras corrientes teóricas

y enfoques educativos que también pueden ser relevantes en el ámbito de las ciencias de

la salud, como el enfoque por competencias, el aprendizaje experiencial o el aprendizaje

activo mediante la investigación.

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